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Trabajo Social en la Universidad de Guanajuato

Cinthia Aida Valenzuela Balderas


Universidad de Guanajuato
Campus León
División de Ciencias Sociales y Humanidades

RESUMEN: El Trabajo Social constituye una disciplina de las Ciencias Sociales


que se encarga de conocer, interpretar y transformar la realidad social, buscando
junto con los individuos, la calidad de vida.

Encontramos diferentes etapas históricas, que la han llevado a considerarse,


desde una práctica técnica asistencialista, hasta constituirse en una disciplina
científica. Actualmente se oferta en la Universidad de Guanajuato, encontrándose
con diferentes carencias teóricas y propuestas de estudio en las que siguen
teniéndose concepciones erróneas, como considerar la existencia de tres
métodos; el caso, el grupo y la comunidad, cuando solo el método científico es el
utilizado en diferentes áreas de intervención. Además de la carencia de
profesionales del área como docentes y de maestros de tiempo completo.

PALABRAS CLAVE: Trabajo Social, Método, Objeto de estudio.

La licenciatura en Trabajo Social es una más de las Licenciaturas del área


de las Ciencias Sociales y Humanidades que la Universidad de Guanajuato oferta
desde el año 2004 en la ciudad de León, aunque en la ciudad hay otras opciones
educativas en escuelas particulares que la ofrecen desde hace varias décadas.

El Trabajo Social como disciplina es reciente, aunque sus antecedentes


históricos son amplios, pudiendo encontrar formas de ayuda al necesitado en las
primeras civilizaciones, con influencia religiosa que promovían la caridad, el amor

1
al prójimo y la limosna como formas de auxilio al pobre, a quién se le apoyaba
atribuyendo su existencia al designio de Dios y esperando recompensas divinas
ante la compasión.

Las primeras organizaciones de auxilio fueron las corporaciones religiosas,


que establecieron hospitales, albergues y orfanatos a través de la beneficencia y
la caridad. “El Tratado del Socorro de los Pobres de Juan Luis Vives es la primera
sistematización del modo de actuar para la ayuda a los necesitados”,1 es
considerado precursor de la asistencia social. Habla de la rehabilitación y
prevención a través del trabajo, tratar cada situación de manera individualizada
mediante el acompañamiento.

En general estas maneras de ayudar, llevadas a cabo por Vicente de Paul


(1581-1660), San Juan Bosco, entre otros, representaban maneras paliativas, en
las que se intentaba cubrir la carencia al otorgar socorro, primero principalmente
material, después visitas domiciliarias y hasta convivencia, vivienda y vestido,
incluso formación de grupos de jóvenes abandonados, promoviendo que tanto
familiares como vecinos apoyaran en el mantenimiento de estas personas
necesitadas, sin embargo, no se hacían grandes cuestionamientos sobre la
existencia de la pobreza, los motivos por los que hubiera mendigos y niños
abandonados, ni se le atribuía responsabilidad a las condiciones socio-
económicas y políticas de cada época.

Posteriormente encontramos la etapa de Servicio Social, dónde ya no solo


se busca dar respuesta a las necesidades de la población, sino dar un tratamiento
técnico a los problemas siguiendo el método científico, pero de manera aséptica,
sin involucrarse en la realidad de las personas, sin un acercamiento humanizado,
sino de manera totalmente tecnificada.

1
Ander-Egg, Ezequiel. Historia del Trabajo Social. Argentina: Lumen Humanitas

2
“La Etapa realmente moderna del Trabajo Social comienza en la segunda
mitad del s. XIX. En Londres se funda la COS (Organización Social de la Caridad)
como respuesta a las consecuencias generadas tras la aplicación del salvaje
liberalismo imperante”.2 Esta organización sienta las bases para un actuar
sistemático. Sus miembros, quienes reciben capacitación, llevan registros de sus
avances en los casos, pues dan apoyo continuo a las personas, hasta que estas,
con participación activa, obtienen condiciones favorables de vida, pues se
considera al individuo agente de su propio cambio, aunque las prácticas continúan
siendo asistencialistas.

Es en EUA dónde se crea una rama de la COS, como pionera encontramos


a Mary Richmond, a quién se le considera la principal fundadora del Trabajo
Social, pues promueve el establecimiento de la primera escuela de Filantropía en
1897, que más tarde sería la Escuela de Trabajo Social.

Su libro Social Diagnosis es una metodología para el seguimiento de casos,


en él se muestra la influencia del positivismo y del Psicoanálisis en el
acompañamiento de los individuos en situación de carencia, sus bases son
resultado de su quehacer diario.

Se buscaba acercarse al método científico de manera similar a la que se


hacia en las ciencias exactas, por lo que lo más importante para el Trabajador
social eran las características captadas a través de la observación, aquello que
fuera considerado como dato objetivo.

Es en esta etapa donde se trata de dar una dirección más científica a la


labor de los Trabajadores Sociales, teniendo en cuenta no sólo las condiciones
observadas en las formas de vida de los individuos, sino tratando de tomar en

2
García Alba, Jesús., R. Melián, Jesús. (1993). Hacia un nuevo enfoque del Trabajo Social. Buenos
Aires: Narcea

3
cuenta diferentes aspectos como el contexto, las condiciones sociales y
económicas y la capacidad de las personas para buscar alternativas de cambio.

Después de la etapa tecnocrática y aséptica en la que el Trabajador Social


llevaba a cabo simplemente pasos de acción, sin tener en cuenta más que sus
observaciones empíricas, se empezó a cuestionar la posibilidad de la
investigación, la elaboración de hipótesis y el establecimiento de teoría, así como
la producción de conocimiento y de explicaciones de la realidad, tratando además
de buscar maneras de transformarla.

Es así como surge la reconceptualización del Trabajo Social en la década


de los 60 en Sudamérica, que es dónde se fundan las primeras escuelas de
Trabajo Social Latinoamericano. En esta etapa, además de buscar una
intervención más humana, también se plantea la mayor utilización del método
científico, pudiendo centrar al Trabajo Social como una disciplina que pudiera
echar mano de otras como la Psicología, la Sociología, la Dinámica de Grupos y
sus teorías, pero de manera más crítica y con cierta independencia, siendo
además posible la creación de metodologías y procedimientos propios.

Hay diferentes posturas en cuanto a la consideración del Trabajo Social,


hay autores que lo definen como una tecnología, por pensarlo como un modo de
actuar basado en una práctica, simplemente un quehacer que toma conocimientos
propios de verdaderas disciplinas sin cuestionarlo, sin preguntar, sin crítica. Otros
como Elí Evangelista piensan que ante su manera de transformar la realidad
buscando mejores condiciones de vida para quienes se encuentran en situaciones
marginadas, nos encontramos con un arte. Pero también se considera una
disciplina, pues como apunta Natalio Kisnerman:

“Hace años, definimos el Trabajo Social como la disciplina que se


ocupa de conocer las causas-efectos de los problemas sociales y
lograr que los hombres asuman una acción organizada, tanto

4
preventiva como transformadora que los supere. No es simplemente
ejecutora de lo que otras disciplinas elaboran. Interviene en
situaciones concretas que muestran determinadas carencias,
investigando y coparticipando con los actores en un proceso de
cambio”. 3

Efectivamente estamos ante una disciplina, pero aún tenemos una visión
positivista, que actualmente en el aula sigue manteniéndose, hablando de que
nuestra misión es conocer las causas y efectos de los problemas sociales, pues
no podemos centrarnos en que ciertas condiciones de la sociedad desarrollaran tal
o cual problemática, carencia o anomía, sabemos que las dificultades son
desarrolladas por diferentes factores y que no podemos tener una visión tan
determinista de la realidad.

Por otro lado se nos fomenta el ser objetivos, cuando sabemos que
formamos parte de la misma realidad que pretendemos estudiar, que la
modificamos y nos modificamos a nosotros mismos cuando nos adentramos en
ella, que al participar directamente con las personas nos involucramos entre las
subjetividades de los otros y las propias y que por tanto la mayor objetividad que
podemos alcanzar no es el pretender el manejo de datos duros que tampoco
poseemos, sino este tratamiento claro, y conjugado de esas variadas
subjetividades.

Pues parafraseando a Martínez Miguélez:

“De esta manera cuando hablamos de “objetividad” de los datos,


podemos dar a entender solamente su reproductibilidad dentro de una
comunidad científica que comparte una serie común de hipótesis y
conceptos. Esto proporciona la base para la comunicación y el

3
Kisnerman, Natalio. (1998). Pensar el Trabajo Social. Buenos Aires: Lumen Humanitas

5
acuerdo, pero ello no implica que los datos sean independientes de
las operaciones del observador o de sus categorías interpretativas”4

El cuestionamiento y la controversia siguen vigentes y ante la educación de


nuevos trabajadores sociales aún se manejan estas posturas y hay opiniones
variadas ante el valor de la práctica y de la investigación contra el de la teoría,
cuando ambas son sumamente importantes. Porque esta profesión constituye una
praxis, porque utilizamos diferentes teorías para la intervención y porque mediante
esta práctica podremos desarrollar nuestras propias teorías que hagan
engrandecer al Trabajo Social y que nos sirvan para mejores maneras de
transformar la realidad, además de que continuamente hacemos propios
diferentes métodos adecuándolos ha nuestro quehacer.

En la Universidad de Guanajuato la licenciatura es reciente, anteriormente


se encontraba en la entonces Facultad de Psicología, actualmente forma parte de
la División de Ciencias Sociales y Humanidades del Campus León, se ha
graduado la primera generación de Licenciados y actualmente 5 generaciones
cursan la licenciatura, pero el quehacer es amplio ante la mejora de condiciones
de estudio, la pobreza en teoría propia aún es amplia, los conceptos propios de la
disciplina que se manejan siguen siendo basados en bibliografía que puede
resultar obsoleta por la falta de investigación que aquí se realiza, pues no
contamos con maestros de tiempo completo que sean profesionales del Trabajo
Social, ni maestros de tiempo completo, además de que la investigación que se
realiza en el Campus León corresponde a Sociólogos y Antropólogos, y aunque la
investigación y la ciencia no están limitadas a una sola área de estudio sería
importante que se realizaran investigaciones por parte de Trabajadores Sociales
en las que los alumnos pudieran participar.

4
Martínez Miguélez, Miguel (2005). El Paradigma emergente Hacia una nueva teoría de la
racionalidad científica. México: Trillas

6
Poseemos bibliografía básica atrasada, ante todo el material sudamericano
más actualizado, por lo que no tenemos en cuenta los trabajos de profesionales
que podrían sernos de utilidad y las reformas que podrían actualizarnos. Nuestra
currícula marca dos materias, Teorías y Sistemas en Ciencias Sociales I y II que
resultan insuficientes para estudiar y comprender a los diferentes teóricos
sociales, no contamos con materias propias de la antropología y sólo una en
Derecho, cuando en Universidades como la Veracruzana, por citar un ejemplo,
tienen diferentes semestres para adentrarse en la legislación familiar, penal,
laboral, agraria, que resultan muy importantes para nuestro trabajo laboral.
Además de que cursamos materias antes de conocer las bases, como en el caso
de Teoría de la medida de 3er semestre y Estadística de 4to.

Para muchos el Trabajador Social sigue siendo un desconocido, o un


auxiliar de otras disciplinas, hace falta un crecimiento metodológico y teórico, lo
que conformará todo un bagaje a través en el que se basaran sus modos de
intervención, por lo que una filosofía del Trabajo Social establecida es totalmente
necesaria, mientras que Kisnerman dice que este es un grave error.

“El trabajador social no es un filósofo ni aprehende la realidad


especulativamente. Piensa como acto en cada momento de su
práctica. Si el Trabajo Social tuviese una filosofía propia, sería lógico
admitir una filosofía para cada disciplina” 5

Mientras que Kohs indica que “la filosofía del Trabajo Social apunta a los
conceptos básicos, valores y objetivos del ejercicio profesional”6 y de acuerdo con
Kosh, los Trabajadores Sociales deberíamos estar preocupados por formar la
serie de valores, bases y postulados que nos sustentan.

5
Kisnerman, Natalio. (1998) Introducción al Trabajo Social. Colección Teoría y Práctica de Trabajo
Social Tomo I. Argentina: Lumen Humanitas
6
Kohs, C.S. (1969) Las raíces del Trabajo Social. Paidós: Buenos Aires. Citado en Kisnerman,
Natalio. (1998) Introducción al Trabajo Social. Colección Teoría y Práctica de Trabajo Social Tomo
I. Argentina: Lumen Humanitas

7
También resulta importante un código de Ética, al tener una labor
comprometida directamente con el individuo, dónde nuestro quehacer podría, en
lugar de contribuir al desarrollo de éste y a la búsqueda de la calidad de vida,
resultar dañino si es que no se condujera de manera respetuosa y profesional,
teniendo en cuenta que estamos ante personas autónomas, con libre decisión, con
derechos que debemos respetar, como el mantenimiento bajo secreto profesional
de los diferentes casos.

Diferentes autores sudamericanos hacen hincapié en que es el método


científico la base de nuestro actuar, el único mediante el cual debemos guiarnos
para realizar un trabajo profesional, siendo tres las áreas de intervención en las
que podemos participar: los casos individuales, los grupos y las comunidades,
mientras que en la educación que actualmente se realiza en nuestra universidad,
seguimos manejando a estas tres áreas de intervención como métodos separados
cuando no es así, porque no constituyen métodos en sí pues no tienen bases
diferentes, simplemente son unidades de abordaje.

Hablando del objeto de estudio, aquello con lo que trabajamos, también lo


relacionamos con las ciencias exactas, pues aunque Mary Richmond, en Social
Diagnosis señalo que este era:

“La tentativa para definir con la mayor exactitud posible la situación y


la personalidad de un ser humano en una carencia social cualquiera,
no sólo en relación con otros seres humanos de los que depende o
que dependen de él, sino también relación con las instituciones
sociales de su comunidad” 7

Por otro lado, Kisnerman nos apunta a que el objeto se construye en la


práctica y que este tiene que ve con los hechos que observamos, que los hechos

7
Citado en: Kisnerman, Natalio. (1998). Pensar el Trabajo Social. Buenos Aires: Lumen Humanitas

8
están formados de diferentes variables unas dependientes, otras independientes y
que en su relación se traduce una relación de causa-efecto, lo cual, como he
mencionado, no es tan sencillo en la realidad social, que por el contrario es tan
variada, y por lo tanto necesitamos de una serie de conocimientos que nos
permitan dar explicaciones a las situaciones problema a la que nos enfrentamos,
que finalmente son ellas nuestro objeto de estudio y que no pueden ser
mediatizadas con respuestas parciales, cuando tienen una serie de factores que
las afectan, desde cuestiones económicas, políticas, culturales y sociales, por lo
que nuestros conocimientos sobre las Ciencias Sociales deben ser amplios, pues
además es con otras de las disciplinas de esta área con las que nos
interrelacionamos para buscar el mejoramiento de estas condiciones y la
propuesta de alternativas de cambio, por lo que la interdisciplinariedad es básica,
pues siendo una profesión que se ocupa del trabajo directo con las personas y
siendo el individuo bio-psico-social, estaremos en constante contacto con
diferentes profesionistas con los que trabajaremos de manera conjunta.

Por otro lado, además de las diferentes intervenciones comunitarias e


institucionales con grupos o personas que manejamos en el plan curricular de
Trabajo Social de la Universidad de Guanajuato, hay diferentes enfoques actuales
a los que aquí estamos ajenos y que nos mantiene desactualizados de la realidad
que rodea a nuestra profesión, de los diferentes enfoques que podemos aplicar y
de los resultados del trabajo de otros lugares.

Entre ellos se encuentra la acción deliberativa, que pone a la comunicación


como elemento básico, con una participación más directa del otro a través de la
reflexión y del diagnóstico compartido. También está el Trabajo Social con redes,
muy utilizado en Norteamérica, donde se articula el trabajo tanto con los miembros
de las comunidades, como con las instituciones y autoridades locales
considerándolos un sistema, creando así uniones que favorezcan al desarrollo.
La mediación es otro enfoque del que poco conocemos y que aquí no se
promueve, principalmente desarrollado en España, en ella el Trabajador Social se

9
encuentra como un tercero que apoya a particulares en la búsqueda de soluciones
y de actuaciones viables ante el conflicto, para buscar una solución que favorezca
a ambos.

Y aunque una de las dos áreas básicas de acentuación a la que podemos


enfocarnos es, junto con la de Comunidades, la del Trabajo Institucional, es cierto
que también existe el de Gerencia Social, que aunque relacionado con el trabajo
de Institución, tiene sus propios aportes que deberíamos conocer para
mantenernos actualizados a las nuevas tendencias. En él se busca manejar
eficientemente los recursos en la administración de servicios, establece modos de
evaluación, el diseño de presupuestos y la gestión.

Una revisión de nuestras cartas descriptivas es necesaria, sobre todo


porque muchas de ellas, al nacer de la Facultad de Psicología, son una copia de
esa Licenciatura. Una reforma a nuestro plan curricular es necesaria, sobre todo
para aquellas materias que son la base de otros conocimientos y que ahora no
cursamos en el orden deseado. Necesitamos en nuestra Universidad de
Trabajadores Sociales capacitados y con experiencia laboral que contribuyan a la
formación de los nuevos profesionistas, pues actualmente la planta docente es
limitada, siendo principalmente ocupada por Psicólogos, seguidos de abogados,
sociólogos, antropólogos y comunicólogos.

Es importante también la revisión de materiales actualizados que nos


permitan ser conscientes de los adelantos que en otras regiones se están
haciendo, mediante la práctica y la investigación, pudiendo también nosotros,
como estudiantes, participar en investigaciones propias de nuestra área, pues
aunque otras disciplinas sociales están relacionadas, bien podríamos tener el
apoyo para hacer estudios con nuestros métodos e ideas para ir
perfeccionándolos.

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Bibliografía

Melano, María (2001). Mapeando la aventura del Trabajo Social argentino en la


alborada del siglo XXI. En M. Melano. Un trabajo social para los nuevos tiempos.
La construcción de la ciudadanía. Buenos Aires: Lumen Humanitas

Ander-Egg, Ezequiel. Historia del Trabajo Social. Argentina: Lumen Humanitas

García Alba, Jesús., R. Melián, Jesús. (1993). Hacia un nuevo enfoque del Trabajo
Social. Buenos Aires: Narcea

Kisnerman, Natalio. (1998). Pensar el Trabajo Social. Buenos Aires: Lumen


Humanitas

Martínez Miguélez, Miguel (2005). El Paradigma emergente Hacia una nueva


teoría de la racionalidad científica. México: Trillas

Kisnerman, Natalio. (1998) Introducción al Trabajo Social. Colección Teoría y


Práctica de Trabajo Social Tomo I. Argentina: Lumen Humanitas

Kohs, C.S. (1969) Las raíces del Trabajo Social. Paidós: Buenos Aires. Citado en
Kisnerman, Natalio. (1998) Introducción al Trabajo Social. Colección Teoría y
Práctica de Trabajo Social Tomo I. Argentina: Lumen Humanitas

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