Professional Documents
Culture Documents
Escuela de Psicología
Individuo y Sociedad Moderna
Índice
Introducción………………..……………………………………………… Pág. 03
IV. Anexos…………………………………………………………………...Pág. 27
V. Bibliografía y Referencias..............................................................Pág. 30
2
Introducción
“El tránsito entre la psique y la cultura es un viaje por una avenida de doble
mano, es decir, bidireccional.”
Ethel S. Person
Es por esto que se expresará el rol que tiene la mujer en la extensa gama
de redes sociales que constituyen a la sociedad actual, intentando definir las
funciones que cumplen las representaciones sociales en dicha red y como los
actores de esta realidad social contribuyen a que la propia mujer se integre
satisfactoriamente, en la condición social que corresponde a su posición.
3
I. Capítulo I: Marco Teórico
Por otra parte, “cuando las personas hacen referencia a los objetos
sociales, los clasifican, los explican y, además, los evalúan, es porque tienen una
representación social de ese objeto.” (Araya, S. 2002. p. 27).
4
Las personas a través de la realidad son capaces de adquirir un
conocimiento el cual se basa principalmente en un sentido común, el cual nos
permite percibir el mundo razonarlo y actuándolo. Es por esto que,
5
1.2 Componentes de las Representaciones Sociales
Las representaciones con las cuales operan las personas en la vida cotidiana
se dividen en dos componentes: la objetivación y el anclaje que se explican como
sigue.
• La objetivación
Este se compone en como las personas son capaces de concretizar
aquello que no es tangible. “Esta concretización de lo abstracto se lleva a cabo por
el proceso de objetivación por lo que dicho proceso es fundamental en el
conocimiento social.” (Araya, S. 2002. p. 34).
o La construcción selectiva:
“(…) retención selectiva de elementos que después son
libremente organizados. Dicha selección se da junto a un proceso
de descontextualización del discurso y se realiza en función de
criterios culturales y normativos.
Se retiene solo aquello que concuerda con el sistema ambiente
de valores. De ahí que las informaciones con igual contenido,
sean procesadas diferencialmente por las personas.”
(Araya, S. 2002. p. 35).
6
o El esquema figurativo:
“el discurso se estructura y objetiviza en un esquema figurativo de
pensamiento, sintético, condensado, simple, concreto, formado con
imágenes vividas y claras, es decir, las ideas abstractas se convierten
en formas icónicas.
o La naturalización:
“la transformación de un concepto en una imagen pierde su carácter
simbólico arbitrario y se convierte en una realidad con existencia
autónoma.” (Araya, S. 2002. 2002. p. 35)
“La distancia que separa lo representado del objeto desaparece de modo
que las imágenes sustituyen la realidad. Lo que se percibe no son ya las
informaciones sobre los objetos, sino la imagen que reemplaza y extiende
de forma natural lo percibido. (Araya, S. 2002. p.35)
7
• El anclaje
Este segundo componente “(…) permite transformar lo que es extraño en
familiar.”
Como también “(…) permite incorporar lo extraño en lo que crea problemas, en
una red de categorías y significaciones por medio de dos modalidades:
• Inserción del objeto de representación en un marco de referencia conocido
y pre-existente.
• Instrumentalización social del objeto representado o sea la inserción de las
representaciones en la dinámica social, haciéndolas instrumentos útiles de
comunicación y comprensión.” (Araya, S. 2002. p. 36).
8
• Cómo opera su integración dentro de un sistema de recepción y la
conversión de los elementos de este último relacionados con la
representación. Los sujetos se comportan según las representaciones; los
sistemas de interpretación proporcionados por la representación guían la
conducta.
(Araya, S. 2002. p. 37).
.
1.3 Procesos de formación de la Representación Social
Este conocimiento común implica una identidad social común que es una
precondición necesaria de los grupos reflexivos.
(Morales, J. y otros. p.821)
9
1.4 Funciones de las Representaciones Sociales
10
1.5 Representación social y femineidad: una perspectiva de género.
11
II. Capítulo II: Desarrollo
Es así como se pretende, desde la perspectiva tanto del sexo como del
género alcanzar esta nueva lectura gracias a las representaciones sociales, con el
objetivo de encontrar si existe, efectivamente, un cambio psicosocial sustantivo de
dichas representaciones producto de los nuevos espacios ocupados por las
mujeres en los últimos tiempos.
“(…) las mujeres son responsables del cuidado temprano de los niños y
que, por lo tanto la primera figura de identificación sea femenina, tiene una
importancia central en la configuración psíquica humana.” (Fuller, N. 2005.
p. 1).
12
Pero justamente este momento es un momento para muchos estudiosos
donde suceden los primeros “problemas” para las mujeres:
“(…) en el caso de las mujeres, las fronteras del yo serían más difusas que
en los varones porque la separación de las madre no se concluye. Ello se
debería a que los roles que deberá asumir en la vida adulta son similares a
los de sus madres y, por lo tanto, existe continuidad entre sus afectos
primarios y sus roles sociales.” (Fuller, N. 2005. p. 2).
13
2.2 Rol de la mujer en la actualidad
14
El tercer momento es el de la inclusión y paridad de la mujer en el contexto
del cambio cultural. El ámbito público ya no es un lugar “superior”. Pero al mismo
tiempo, el cambio trae consigo una toma de consciencia importante que dice
relación con que la paridad propicia la igualdad y va en desmedro de aquellas
labores (históricamente menos valoradas) que realizaban más intensamente las
mujeres como la maternidad. Y, que tanto en lo particular como en lo colectivo van
a causar grandes problemas sociales en los grupos más débiles, como niños y
ancianos. Es el inicio de la crítica del androcentrismo como modelo universal.
En primer lugar, es importante destacar que son pocos los ejemplos en los
que podemos resaltar una mayor identificación entre imagen y significado,
elementos que configuran la construcción de una representación social.
“Su cuerpo es icono y símbolo, pues a cada disección del cuerpo femenino
le corresponde una idea y cada idea se corresponde con una figura y rostro
de mujer. Nada como el cuerpo de la mujer ha servido con tanto afán para
representar el orden moral y su trasgresión.” (Alizalde, M. 2007, p.132)
15
En segundo lugar, en la representación social del cuerpo femenino
encontramos un ejemplo paradigmático de la transformación de lo desconocido en
algo familiar.
“La imagen de la mujer y su cuerpo hacen que ese orden moral pueda ser
identificado con quien desde nuestro nacimiento forma parte, con su
presencia, de nuestra vida cotidiana y, por tanto, de nuestro conocimiento
más inmediato del mundo. El cuerpo de la mujer, representa, además, el
cuerpo social pues en él se inscriben todos los temores que acechan a cada
época histórica.“ (Alizalde, M. 2007. p.46)
“De esta forma resulta fácil transformar algo abstracto, como los valores
hegemónicos de una sociedad dominada por hombres, en algo tan concreto
como la imagen corporal de la mujer, transformando una realidad mental en
una realidad física. Cada valor social y su trasgresión están representados
en una imagen de mujer y en cada parte de su diseccionado cuerpo.”
(Alizalde, M. 2007. p.52)
16
válida en muchos sectores de la población contemporánea que se refiere a la
mujer.
17
Puesto que el censo de 1992 señala que:
“Mientras en 1992, el número medio de hijos por mujer a nivel nacional fue
de 2,39, en 2002 fue de 2,26.” (Varela, T. 2002. p. 19)
18
porcentuales (…) el que se descompone en un ascenso de (…) 1,3 para mujeres
(…)” (Varela, T. 2002. p. 20-21).
19
III. Capítulo III: Reflexión y Conclusiones
Incluso, se puede decir con total libertad que en un sentido son las
condiciones sociales e históricas las que definen y transforman las identidades
sociales del género (por ejemplo: las mujeres a cargo de la manutención de la
familia, el control de la natalidad gracias a la píldora anticonceptiva, la inclusión
universitaria de la mujer, entre otros) y que en el otro, son las representaciones
sociales, la ideología y la cultura, las que buscan dar sentido a la diferenciación
social.
20
En otras palabras:
21
“Género es la construcción cultural de la diferencia sexual. Expresa el orden
simbólico con el que una cultura elabora la diferencia sexual, expresándose
en prácticas, ideas, actitudes. La entrada a la cultura es una entrada al
lenguaje y al género, la cultura marca a los seres humanos con el género y
éste marca todo lo demás. Mediante el proceso de constitución del orden
simbólico en una sociedad, se fabrican las ideas de lo que deben ser los
hombres y las mujeres.” (Colorado, M. 1998. p.193)
22
Un poco antes de que sucediera la revolución industrial y, luego, con el
estímulo de ésta, las mujeres comenzaron a ejercer la libre opción en las
cuestiones matrimoniales que, hasta ahí, habían sido tradicionalmente convenidas
por las familias.
23
“El feminismo de la igualdad, al asumir el sistema explicativo proporcionado
por la categoría de género (…) busca identificar la constitución de los
géneros, como producto de una dialéctica social (…) dentro del sistema.”
(Colorado, M. 1998. p. 154)
Para muchos esta postura es lo más novedoso que ocurrió durante el siglo
XX y, hasta el día de hoy, es la piedra angular del cambio a nivel de estructura de
pensamiento y posibilita la generación de espacios para nuevas representaciones
sociales en las cuales la mujer es el principal elemento.
“una mujer no puede ser: su esencia no pertenece al mundo del ser, porque
este orden es masculino en nuestra cultura. Por eso la práctica feminista
debe ser negativa, en pugna con lo que existe, para desmontar
permanentemente las ideas de ser mujer. “(Colorado, M. 1998. p. 164)
24
Quizás se crea que en la cita anterior no se está diciendo nada nuevo, pero
lo interesante y llamativamente nuevo dice relación no con la autonomía de decidir
sino que con la autonomía por encima del poder. Es decir, el acento rupturista está
puesto en el lugar desde donde se mira la realidad. Incluso, esto queda más claro
cuando se analiza la postura política:
25
Las representaciones sociales que están tomando cuerpo todavía tienen un
lenguaje (o sea una cultura) que no se puede explicar desde el orden establecido.
Todo lo cual hace que por momentos sean criticadas, desvalorizadas y
ridiculizadas por el grueso de la población.
26
IV. Anexos
Crea
UN
UN Experimenta
IDENTIDAD
IDENTIDAD GRUPO
GRUPO
SOCIAL
SOCIAL SOCIAL
SOCIAL
Impli
-ca
Representaciones
Representaciones Conflictoy/o
Conflicto y/o
de
de Cambio
Cambio
Conocimiento
Conocimiento Delas
De las
Enlos
En los Condicionesde
Condiciones de
Individuos
Individuos Vida
Vida
Discurso
Discurso
YY
Producción
Producción
De
De Implica
Se realiza en
Representaciones
Representaciones
27
4.2. Anexo 2: Cifras Censo 2002
De acuerdo al censo 2002 el promedio de hijos por mujer es 2,3. En los años
anteriores a 1960 dicho promedio era de alrededor de cinco.
El censo de 1992 consultó, a todas las mujeres de catorce años o más, sobre el
número total de hijos dados a luz y nacidos vivos (fecundidad de toda la vida), en
2002 la pregunta e formuló a todas las mujeres de quince o más años. El objetivo,
en ambos cuestionarios, fue conocer el comportamiento reproductivo por
generaciones.
Características Demográficas
Censo 2002
Mientras en 1992, el número medio de hijos por mujer a nivel nacional fue de
2,39, en 2002 fue de 2,26.
Los antecedentes de 2002, indican que el número medio de hijos entre las
mujeres de 15 a 25 años, ha declinado en relación al censo anterior. Así, en 1992,
el promedio de hijos para las mujeres en este tramo de edad fue de 0,45 y en
2002 de 0,43. Sin embargo, al desagregar por subgrupos de 15 a 19 y 20 a 24
años, el promedio de hijos de las menores de 20 años experimenta un alza de
0,15 a 0,20, en tanto que para la de 20 a 24 años, la situación es a la inversa, de
0,77 baja a 0,64 su promedio de hijos.
Considerando la fecundidad retrospectiva, las mujeres de cincuenta o más años
tuvieron, en promedio, casi 4 hijos. Para las de treinta a treinta y cuatro años,
dicho promedio es de 1,8 hijos por mujer.
28
1.255.131 personas durante el decenio (27,2%) y los Fuera de la Fuerza de
Trabajo muestran un incremento de 552.245 (11,5%).
La participación laboral femenina aumentó en 7,5 puntos porcentuales entre el
censo de 1992 y el de 2002. En contraste, la participación laboral masculina se
redujo, en el mismo lapso, en 1,5 puntos porcentuales.
Considerando las variables de edad y sexo, el crecimiento relativo mayor de los
últimos diez años se produjo en el segmento de mujeres entre 25 y 34 años;
seguido por el tramo de edad de mujeres entre 45 y 54 años. Los hombres,
contrariamente, redujeron su participación laboral para todos los tramos de edad a
excepción del tramo entre 55 y 64 años, que aumentó ligeramente.
En 1992, el 25,3% de los hogares tenía como jefe a una mujer, tendencia más
notoria en los hogares unipersonales (44,9%). Los datos de 2002 indican un
aumento al 31,5%. En los hogares de hasta 1 persona el 44,8% de los jefes de
hogar son mujeres.
29
La jefatura de hogar masculina es de 68,5% del total de los hogares,
predominando en aquellos compuestos por 5 personas (76,5%).
V. Bibliografía y Referencias
30
%20Settings/test.C024121/Mis
%20documentos/camila/otros/d/aborto/index/mater.htm.
31