Professional Documents
Culture Documents
Introducción ...................................................................................................................... 5
Texto del Primer diálogo .................................................................................................. 9
CONCLUSIÓN .......................................................................................................... 11
Texto del Segundo Diálogo ............................................................................................ 13
RESUMEN ................................................................................................................. 14
RESUMEN DE RESÚMENES .................................................................................. 15
DESPEDIDA .............................................................................................................. 15
Introducción
- No puede ser, me dirás. Lo digo por el tiempo en que ambos escribieron sus doctrinas.
- Lo dejaron escrito, y lo escrito, escrito está. Antes de escribirlo lo vivieron y
predicaron.
- Parece un desafío entre los apóstoles, que más y mejor hablaron sobre el amor de
Dios y de Jesucristo.
- Pero fue así, una vez que coincidieron sin muchas prisas, y pudieron con cierta calma
dialogar.
MEDITACIONES - Dialogando: Juan y Pablo por Ramón Hernández Martín, O. P - 9
PABLO.- Pues mira qué suerte, encontrarme hoy contigo, Juan. Tanto tiempo lo he
deseado. Vengo fatigado del pesado viaje por mar y tierra desde Macedonia,
pero muy contento: las comunidades cristianas responden. Están preparadas para
todo lo que venga.
Mucho se habla de los exabruptos y caprichos y vicios del emperador Nerón.
Su mando sobre el Imperio está lleno de asesinatos, de los que no se ha librado
ni su madre, ni su mujer (algunos añaden que estaba en cinta), ni su hermanastro.
Todo lo que le molesta de cualquier modo que sea, se lo carga. Nadie sabe hasta
dónde llegará la sangre. Mis comunidades cristianas están muy prevenidas.
JUAN.- Mucho he oído de tu apostolado entre los gentiles: Que has llegado hasta
España, el extremo de occidente. Me gustaría mucho oírte, pero vienes cansado.
Lo mejor es que tomes algo y te acuestes aprovechando bien estas noches tan
largas y frías de mediados del invierno.
PABLO.- Eso de ninguna manera. Tomaré algo, sí; pero estoy habituado a largas
vigilias por el bien de las Iglesias. Ahora será por mi propio bien. Quiero oírte,
pues siempre nuestros pocos encuentros han sido de verte, saludarte y ¡adiós,
muy buenas, que nos espera un urgente y duro trabajo! Si no te importa, y si te
agrada, podíamos aprovechar ahora, que la noche es larga. Porque mañana, nadie
sabe qué otra urgencia nos puede apartar.
JUAN.- Yo, encantado. Quiero disfrutar de tus experiencias con Cristo, nuestro
Maestro. He oído que se te revela con frecuencia, y que tu amor a Él te da
fuerzas para los apostolados más duros, y de mayores peligros. Quizás, para no
divagar, podamos centrarnos en esto. Comienza, pues; soy todo oídos.
PABLO.- Juan; tú eres mayor. Es fama que eras el discípulo amado, predilecto, del
Señor, Jesús; que te recostaste en su pecho durante la Última Cena, aquella Cena
MEDITACIONES - Dialogando: Juan y Pablo por Ramón Hernández Martín, O. P - 10
humanamente increíble todavía, Pablo- nos amó y nos envió a su Hijo como
propiciación por nuestros pecados” [[lo escribirá en I Jn 4, 10]].
PABLO: Esto yo también lo he repetido en mis predicaciones: [[Rom 5,8]]: “En esto
está el amor de Dios, en que, siendo nosotros pecadores, murió por nosotros”.
JUAN: Parecemos gemelos, Pablo; al menos en este tema no sólo estamos de acuerdo,
sino que tenemos las mismas vivencias.
PABLO: Pero hay matices que no conviene olvidar, Juan. Yo resalto, por ejemplo un
matiz, que ha prendido en la mente de los míos, porque les toca el corazón y los
une más a nuestro Maestro Jesucristo. Y es que Jesús no sólo dio el primer paso
y no sólo nos amó, sino que nos amó hasta la muerte, y no una muerte
cualquiera, sino una muerte la más horrenda y humillante: una MUERTE DE
CRUZ.
JUAN: Esa precisión o esas precisiones, aunque nosotros las tengamos muy presentes,
las tenemos que expresar y repetir en nuestros sermones y catequesis, porque
traspasan el alma y nos hacen apreciar más el amor de Cristo por nosotros y nos
impulsan entregarnos más a Él.
PABLO: Es que en verdad podemos preguntarnos: “¿Quién muere por sus enemigos?
Por los amigos es más fácil de comprender. Pues bien, nosotros éramos
enemigos”, y Jesucristo murió por nosotros. Es muy de noche; después de esto
ya puedo dormir tranquilo, como en la misma gloria celestial. Mañana
¿podríamos continuar?
JUAN: Yo tampoco puedo más. Esto ha sido tan lleno y tan intenso que es necesario
descansar para digerirlo por entero. ¡Hasta mañana!
CONCLUSIÓN
En verdad Juan y Pablo están viviendo la misma realidad; cada uno la expresa a su
manera, y nos animan a una conclusión: Dios nos amó según todo su ser; nosotros
debemos amarlo según todo nuestro ser.
MEDITACIONES - Dialogando: Juan y Pablo por Ramón Hernández Martín, O. P - 13
JUAN.- Mucho has madrugado, Pablo. Cansado del viaje, escuchando luego mis
ocurrencias nocturnas; es para pensar que algo te inquieta. ¿Alguna pesadilla
sobre tus iglesias? Te he oído alguna vez hablar de la “preocupación por las
iglesias”.
PABLO.- No lo puedo evitar Juan. Desde hace algún tiempo de la subida al trono de
Nerón, el recuerdo de sus asesinatos a sangre fría de hombres importantes y de
miembros de su familia, me vienen con frecuencia sueños de Nerón con aspecto
de un monstruo enfurecido, sediento de sangre, hundiendo su cortante espada en
los cuerpos de los cristianos.
JUAN.- Los sueños, sueños son, Pablo. Te veo con el hato preparado para un largo
viaje. ¡Eres capaz de volver a Roma, a la boca del dragón!
PABLO.- Tienes razón Juan. Por eso quiero ir acercándome a Roma, para estar con los
míos en los momentos más duros. Pero me acercaré con calma, visitando a las
iglesias, para confortarlas en la fe, y pedirles mucha oración por todos por
creyentes. No obstante quiero salir de Éfeso con el ánimo bien templado,
pensando en el AMOR de Jesucristo, nuestro Maestro. Dame uno de tus
pensamientos a este propósito, Juan.
JUAN.- No me canso de decirlo: “Hijitos míos; mirad qué amor nos ha mostrado el
Padre: que nos llamemos hijos de Dios, y lo seamos de verdad” [[lo dirá en I Jn
3, 1]].
PABLO.- Por las prisas en que me encuentro, no voy a comentarte. Te corresponderé
con otro de mis pensamientos afines al tuyo y que más repito: “Dios nos dio todo
lo más grande y lo más apreciado por Él y lo más precioso en absoluto: su
propio Hijo”. Lo escribí en Rom 8, 32.
JUAN.- También yo he predicado eso mismo con otras palabras: “El amor de Dios
hacia nosotros se manifestó en que Dios envió al mundo a su Hijo Unigénito,
MEDITACIONES - Dialogando: Juan y Pablo por Ramón Hernández Martín, O. P - 14
RESUMEN
JUAN.- Pablo; te veo muy inquieto. Te acompañaré siempre con mis oraciones. Te
ofrezco como resumen otro de mis pensamientos, esperando que correspondas
con uno de los tuyos. Éste es el mío: “En esto está EL VERDADERO AMOR,
no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y nos
ENVIÓ A SU HIJO como propiciación por nuestros pecados” [[lo escribirá en I
Jn 4, 10]].
PABLO.- Voy a atreverme a completar a mi modo ese valiosísimo pensamiento: “Si,
siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo
Jesucristo, mucho más, una vez reconciliados, seremos salvos en su
Resurrección”. Lo escribí en Rom 5, 10. Pero, por favor, y mejor por caridad,
dame en una frase breve y fácil de retener, una especie de resumen de todo
resumen. Tú eres de los pocos, o quizás el único que lo sabe hacer.
MEDITACIONES - Dialogando: Juan y Pablo por Ramón Hernández Martín, O. P - 15
RESUMEN DE RESÚMENES
JUAN.- Muchas gracias, Pablo; lo haré. Pero te voy pedir una última cosa. Tengo que
visitar ahora a algunos enfermos de esta comunidad. Tú repón ahora fuerzas;
recibe lo que te demos para el duro y largo viaje, y espera a que yo vuelva, pues
deseo acompañarte hasta la salida de la ciudad; incluso antes has de hablar al
menos a los presbíteros y diáconos, que desean saludarte y recibir tus consignas
para todos los hermanos. Este es, pues, mi resumen de resúmenes, breve y
fácilmente memorizable, tal como me lo has pedido: “Dios es Amor” [[lo
escribirá en Jn 4, 16]]. Perdona; ya te lo dije antes, pero no encuentro una frase
tan breve y mejor.
DESPEDIDA