Una mujer pecadora unge a Jess

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Uno de los fariseos invit a Jess a comer, as que fue a la casa del fariseo y se sent a la
mesa. 37 Ahora bien, viva en aquel pueblo una mujer que tena fama de pecadora. Cuando
ella se enter de que Jess estaba comiendo en casa del fariseo, se present con un frasco
de alabastro lleno de perfume. 38 Llorando, se arroj a los pies de Jess, de manera que se
los baaba en lgrimas. Luego se los sec con los cabellos; tambin se los besaba y se los
unga con el perfume.
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Al ver esto, el fariseo que lo haba invitado dijo para s: Si este hombre fuera profeta,
sabra quin es la que lo est tocando, y qu clase de mujer es: una pecadora.
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Entonces Jess le dijo a manera de respuesta:
Simn, tengo algo que decirte.
Dime, Maestro respondi.
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Dos hombres le deban dinero a cierto prestamista. Uno le deba quinientas monedas de
plata, y el otro cincuenta. 42 Como no tenan con qu pagarle, les perdon la deuda a los
dos. Ahora bien, cul de los dos lo amar ms?
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Supongo que aquel a quien ms le perdon contest Simn.
Has juzgado bien le dijo Jess.
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Luego se volvi hacia la mujer y le dijo a Simn:
Ves a esta mujer? Cuando entr en tu casa, no me diste agua para los pies, pero ella me
ha baado los pies en lgrimas y me los ha secado con sus cabellos. 45 T no me besaste,
pero ella, desde que entr, no ha dejado de besarme los pies. 46 T no me ungiste la cabeza
con aceite, pero ella me ungi los pies con perfume. 47 Por esto te digo: si ella ha amado
mucho, es que sus muchos pecados le han sido perdonados. Pero a quien poco se le
perdona, poco ama.
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Entonces le dijo Jess a ella:
Tus pecados quedan perdonados.
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Los otros invitados comenzaron a decir entre s: Quin es ste, que hasta perdona
pecados?
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Tu fe te ha salvado le dijo Jess a la mujer; vete en paz.