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FILOSOFIA CHENCIA Y VALOR (Critica del althusserianismo y de algunas variantes neoalthusserianas en Latinoamérica) | de La Habana, MES, 1983 y Le maturaleza e: rsidad de La Ha Zaira Rodriguez Ugicdos FILOSOFIA @ EDITORIAL DE CENCIAS SOCIALES, LA HABANA, Edicign: Marta Saloné Montes Discfio: Armando Mfillures Correccisa: Lucla Arenal Liraves y 3 Realizador: Joaquin Gonedlex Garcia © Zsica Rodelquee Upidos, 1985 © Sobre Aa presente edicts Faltorial de Ciencias. So Megar su opinié tras ediciones, Editorial de Ciencas Sociales, Ca de La Habana, Cabs, PROLOGQ al problema de 1a naturalezt especitica de! «onoct- iniento Hilosética en el cortesto de la relacisn de re conocimiento con las ciencias particulares, asi fomo ef problema de Ia naturaleza del valor como Yomponentte_del conocimiento cientilico. 1 en 1a actuafidad un incuestionable interés tedrico y wéctico, ya que, como es sabido, Ja cienci ividad social no puede excluir mucho ros dias~ el aspecto axiolégico de los fenéne- 10s que examina, Precisamente, 1a monogratia de Zaira Rodriguer Upidos Filosofia, ciencla y valor est dedicada a eselarecer eriticamente -a partir de los principios te la d a materialista estas cuesti tas desde el dngulo en que ellas han sido enfocadas por e! fildsofo francés Louis Althusser y por «launos de sus interlocutores latinoamericanos, sxacla- mente mexicanos. En este sentido, hay que apuitar que la obra constituye en no poca medida waite valiosa arma en el arsenal de la lucha ideolégica contempordnea con particular resonancia para el din bito Latinoamericano donde esa lucha ideoldgica tione igar hoy con inusitada violencia; de ahi la reco- dacién recogida en Ja Plataforma Programa tica del PCC acerca dela necesidad de econsiderar nuestra condicién de pais latinoamericano y dedicar ah a especial atencién a los problemas que atectan | i realidad latinoamertcanas, aos partes. En.la-primera, se eva a cabo un exa- on bien minucloso y sulicientemente actualizado see owrnprisihalubecnioipren erie: | (Caetano asinine iMosslice 9 de ss a ; : ay marco del quehacer tedrico, a partir de entre Ia filosofia premarxista (inmediatamonte aik 100" OF - 7 ae terior al surgimiento del marxisino) y 1a Howl 1 dlaléctica-matertalista, vale decit, de Jos prin burguesa conempordnea, sobre 1a base de fa form pios esenciales formulados por Mars, Engels 9 la propuesta por la autora del texto que nos ody Mine Hay que sefialar por su signilicacidn, Ia sis- pa, de scrisis-revoluctén-crisise, Aqui encontrarig tevatizacién que.se ofrece en esta’ primeza parte, Fe Er scolo detonate cote darted problemas ane adhe ee 5 i ra de los diversos entoques existentes sobre la esencia lgico-histdrico de los fendmenos que se analizaa) “1 conocimiento lasblico en sus relaciones con lat en la explicacién de las relaciones. de dichos te i , en la expleactn de tag relalones de dios. foud | cienlas patleares posblt,.sin dude 'c tee arenes es portidista. del conocimiento, itosofige P7eaclOR, mle, abal, sobre !os,aspectos cientificos emerge con tanta o mds evidencia que en sus peg? palorativos de Iq tan multitacética actividad hue mana. penta: te Igualmente, se demuestra que debido a los,cai # anlisls del contenido de laprimena parte pe bios que tienen lugar en,todo.el pensautiento tede: mite al lectot, a ds, establecer el nexovesencial detual, 10 es posible profundizar en el,estudio dey “6 etenclaiy valor como ha quedado dicho,,asi naturaleza del conocimiento filosdtico. si noes th) “or? también, captar las caracteristicas tundainen partir de tas tesis elaborddas. por los cldsicos, day. tales que detinen a la axiologia burguesa contempo- a ie ea cele Een Pate io 1a. Ri ene oe oa eticten mejor y, “auiente asuncién del ecamino recortido por, ellos mds completa elucidacion de-sus insufictencias epi para poder asi, sélo entonces, transitar «él ‘carl temolégicas iy sClasistas, el andlisis: verdaderamente que queda por anda: Sobre lo base de este andlis cientitico, dalivalon en. sit doble calidad de.objeto y UsHIE ‘se medto e Ansttumento para, Ia-sinvestigacién. Se se esclarece la unidad tedrico-metodolégica, de Ie o oe Hlosotia marxlsta-leninista”y se subrayatt los el olrecetet Sane de solucién-at0s problemas : pla i é tos noctuos ~deformantes~ tanto, gnoseolégicos con clasistas que surgen en vittud de intérpretaciones erréneas y talseadas dé esa Hlosotia, Aqui cabe -cordae lo planteado en la »Tésis sobre'la lucha ideo| Lbgicar aprobada por él Prittiér Congreso del’ PCC) sobre la imprescindibilidad de Hevat « eabo la dey, tensa mds-firme e intransigente de la purezava te mmarxismo-leninismos. naturaleza especitica del. saber filosdlico representa TH libro Filosofia, ciebéld'y ‘valor s6°estructdame ™™ Problemajpermanente.esioesi eterno deleauiehas adamés de la introduceién y las conclusiones*ene, * filos6tied, aay th abing 2 3 Claro estd qise ‘hay ‘otros elementos presentes en la primera parte; los’ cuales’ contribuyen también a@ © incrementat bu tigueza conceptual} pero lo: funda mental, desde nyestro punto 'de vista, radicaren\que tanto ellos como:los esenciules se: orientan: Iégica: mente-a poner. dé\manifiesto elv hecho de que la 2 we i lila relieve ef estudio de algunas corrientes neoalthus. serianas sucgidas en la: Ainérica Latina, en past, cular en México, las cuales, como seflala Zuita Ro. driguer Ugidos, han idoven sus inconsecuencias rigs cho mds alld que ot propio Althusser, ya que si-el _ tilésolo Irancés tleu6 a cabo una «lectura culpables de Mars, sus sequidores latinoamericanos llevaron 4 cabo una slectura doblemente culpable de Mate através de Althusser En este capilulo, por iiltimo, resullan por su b terés cuestiones tales como las relacionadas con Ige necesaria precision de «la dialéctica del contenidg| del pensamiento tedricor, la cual presupone el en foque acerca del problema fundamental dela flog sotia; la relacién sujeto-objeto como es problemdtica filosdlica; el andlisis !égico-gnose Légico y el esclarecimiento de ta naturaleza del nocimiento filosdtico, vinculado a su tuncidn meton dolégica, sobre la base, por supuesto, de la actividad | humana y de la practica social transtormadora, La segunda parte aborda el estudio del pens miento de Louis Althusser, La critica al fendmeng’ althusseriano se Neva a cabo en correspondenci Hay que subrayar gue.en ta eritica a tos neoal- b thusserianos mexicanos Enrique Gonzilez Roja, Rail Olmedo y Luis Salazar, se aprecia el andlists peo: undo y el dominio cabal del entoque tedrico melo. stricta con los postulados lentuistas recogidos eg | Mvlce due posibilita a la autora de Filosofia, cien- 1a obta Materialism y empiriccriticismo. La valog, “# ¥ Valor, desentrudac las raices comunes tanto del racién critica que aqui se hace se fundamena gp Uhusserianismo como del reoulthusserianisimo latte partir del andlisis de aquellos aspectos de la cong} PO*meticano. Creemos que el trabajo de Zaira Rodriguez Ugt- i dos contione euestionss de indudable inporaneng és de las posiciones del marxisno-lenin mo cont secuente y 0 llevan, por ende, a ecoquctears con elf << : r revisionismo contempordnco, El examen critico hell teen a eo ae marxista-leninista: en cho por la autora de Filosofia, ciencia y valor tena meine Ga ida neon, iit Puntualiza sdlidos indudable valider elentitia en ta medida en quale “iets de pactda acerca de la natuealeza espe: abatea en su exacta disnensidn todos tos momemog “Hee del conocisiiearo iinitico, 9 justamente a del filésoto Louis Althusser, destacando aquellos me partit de ello, 1a ideutided asi conto, la, diterencta marcan su desviacisn det marxismo-leninismo, Ene 10 tlosético, to cieutitico y lo ideoligico-valo. asta direceién, resulta de incuestlonable valor la peg t@ti#0: problema qua como se sabe, tesalta por si |] todicacién de a obta althusserina, propucsta pos p 9@tCis ala hora de determinas ls tetera ge ta autora a pattis de su propia proyeccion testcasf mPOtAnces de dichus problemidicas wate oe EI andlisis objetivo desde Ia dptica de! marxismoap #" P%ra Ia adecuada interpretacién de ellas, leninismo de la obra de Louis Althusser tiene parat, T040 to anterior, avalaio por la critica alas insu- arth go ets ¥ para Tos paises latinoamericanos y_ Hitlencias gnoseoliicas ¢ ideatigicas del althusse. Caribefios, una alta signiticacién si se tiene en cuenaptianismo y ef neoalihusserianismo, permite a la att- ta la-amplia divulgacién que esia obra ha tenido ye ‘a de Ia filosotia'marxista-le- Hone en dichos paises, Al respecto, cobra especial f 4 DE. INTRODUCCION % Queremos expresat, por timo, que esta mone gratia evidencia la madurez cienti 7 : oi ! 4a, asi como su firme proyecciin future, es. p a lado, una valiosa centibuién al concinieno i 9 de algunos de tos problentas ac | ttsctan a content final por oto lad una muestra fehaciente del valor de la erties marie ta realmente militante, Por ello ee sd ofvece ahora al lector resulta de indudable va sélo desde el punto de vista tedrico sino tambig metodoldgico y practico-tdeolégico. ; C. Daa. Mansh Manrincz Liane En las investigaciones maraistas actuales no se pone’ en duda el hecho de que el surgimients y desarrallo Ede la dialéctica materiatista representa ‘una cién sin precedentes en la historia del pen: nto fileséfico de la humanidad, La valoracién que de { este viraje revolucionario se hace on Ja literatura marxista contempordaea pucde resumirse en dos ideas fundementales, En primer Ivjar, se hace +6: ferencia al nuevo modele filoséfico, propio de la forma histérica que adopta el. sistema filosdfico nente de 6u concep: } cién tradicional, Esta idea recoge los cambios opera- § dos por la filosofia marxista tanto en el. objeto de la Investigacion filoséfica, como en gus funciones so» ciales y sus objetivos préctico-revolucionarios, En psegundo lugar, se insiste en la vigencia de esta rupt tura respecto al pansamiente fildséfico burgués con- ptemporfineo,-con lo'que se extiende el valor revo- Ai iucionatio’ de los contenidos teéricos y de los fines “GMB pricticos de la'dialéctica materialista hasta ‘nues- HE ts dias. Sin embargo, estas ideas requieren ‘un examen mas detenido, ee A la hora de realizar un anilisis integral de la’ giruptura que introduce la filocofia marxista en el curso del pensamiento filoscfico de la humanidad « preciso entenderla'no como un simple viraje que bre las puertas’a una‘corriente filoséfica més, sino 7z come una-gevolucién que cambia de modo excnclall sonic a la filesofla burguesa contemporinea? © ‘el contenido y funciones del conociiiento filossfigg |) P°Gye os lo mismo: geémo definir la crisis de Ia en general. La dimensién de os. revolucién teériaa) gyosofia premarxista y de Ja filosofia burguesa justifica la periodizacién de 1a historia unives al dg Sontempordinea en relacién con la filosofia m Ja Elosofia en tres grandes momentos del pensamiento filosdfico premarxista, el de 1a fi) fosciia mazxista-leninista y el del pensamiento files s6fice burgués contemporanco. Por lo tanto, hablag. de semejante revolucién en 1a instancia 6 nivel ¢ fa filosofia, entrafia reconocer quo el destino y pros yecciones de la actividad filoséfica se transformay, fustancialmente no sélo en relacién con su pasads| filosofico sino, también, con su presente y futury filoséficos, Asi, la formacién y desarvollo de ta fiy Josofin marxista constituye de por of un indicadat fundercental que da a conocer la direccion y el sen; tido del movimiento progresivo del conoc filosdfico; y en virtud de ello, permite de tre un perfodo ya caduco del quehacer filossfico,y otro, cuyas pretensiones renovadoras gon falsas ¢) ilusorias. sabido, coincide con la crisis por la qu mera mitad del siglo xtx, el perisamica awinentemente contemplative y como una «ciencia encia de las ci ida_en el sistema filoséfico resume del modo mas grandioso toda Ja precedente del quchacer filoséfico de la humanidad Esto cxplica que F. Engels en st obra Ludi Feuerbach y el tin de la filosotia chisica alemana seiiale que «con Hegel termina, en general, 1a to sofia» Esta crisis del modelo filoséfico tradiciona! x: ponde al descrédito del viejo métode metafisice d alabras, al calificar de revelucionario ¢ ean En otras palabras, al calificar de revelucionario) pensar, incapax ya de dar respuesta a Jos problemas periodo que se inaugura con el surgimiento de I gue plantea wn lado, la pra ico-soct period in on eintgon Ist pea que p » por un lado, ‘Actica politico-social filosofla marxista, ya de 8 =| y el nuevo sistema de valores p:rocedtente de la ideo: pectivas de desarrollo ulterior del periodo premarxity jogia en formacién del proletariaso revolucionario, ta, y simulténeamente se rechazan las posibifidadsl y por otro, el nivel teérico de las ciencias naturales creadoras y progresivas de la filosofia burguesa cof y sociales. De este modo, en el pensamiento tedrico tempordnea en sus diferentes corrientes y tendet Yo 12 spoca se recogen y traducen las contradiccio. cias. En este sentido puede afirmarse que al DAY nes y oxigencias de un nivel superior del desarroll lar de revolucién marxista de la filosofia se dofitt) ge ta prictica social nasa a la vez la crisis del periodo precedente, superadi!) pono, Ja «climinaciéns de la filosof por esa revolucién, y del posterior, que s¢ desar%9} ex sfins como saber contemplative y ila como alternativa frente a esa revoiticion. Ahr como .ciencia do las ciencias., en modo al n Zen qué sentido es revolucioniario cl pens by Gatlalicaducidad?de scautitcnan ile acne miento filoséfico marxista referido al pensamienb) flo. ila sliberaciéns definitiva de las ce filoséfico tradicional, y en qué sentido lo es | cias contemporameas respecte a las constreciones 8 t « tradicional, teoria de las leyes del propio pensar, Ja Idgica y ta jaléctica? ! De esta suerte, la descomposicién del modelo fi- joséfico premarxista tradicional, de una parte, y la creacién de una forma histérica radicalmente nucva del conocimiento filoséfico, de otra, conforman dos aspectos inseparables de un mismo proceso. Por eso, a crisis de la filosofia tradicional no constituye otra cosa que Ia antesala de la vevolucién filoséfica in- troducida por e] marxismo. Ambos momentos del proceso, crisis y revolucién, son exponentes de los cambios profundos que sufre la instancia filoséfica a partir de la segunda mitad del siglo xrx. Esta idea acerea de la relacién cris que se establece entre la filosofia premarxista ya ca- duca y la nueva filosofia del marxismo, permitira comprender a su vez el surgimicnto de la burguesa contempordinea, no como una alte real frente a la crisis del modelo filoséfice tradicio- nal, sino como wn resurgimiento de la crisis, pero ahora mediada, precedida y acompaiiada por la revo lucién. Por ello, la relacién que se establece entre ent hialuouuuinnniaa {a filosofia premarxista y Ia filosofia burguesa social y de las ciencias contemporancas temporénea no puede comprenderse a partir de la acerca del wfine Ue Ja filosofia tradicional y de 81) formula crisis-revolucién, sino a partir del esquem estructura metafisica, apreseda en tres Cuerpos L9) go Me lgueee ricos absolutamente divorciados entre si: ontold} Iucién Jo ocupa en realidad la filosofia fundada gia, légica y gnoseologia, plantea simultancamentl oor C. Marx y F. Engels, y desarrollada creadora- ‘a Marx y Engels la necesidad insoslayable de 12h) mente por V. I. Lenin, fiezionar en loro a slo que queda cn pie de la 38] esto se explica porque la altetnativa que ofrece terior filosofia con existencia propia». Y este pre} la filosofia burguesa contemporanea es la del retor- blema no os otro que el de la reformulacién del obf; no a esquemas y formulaciones ya vencidos y su- jeto de la filosofia, concebida a partir de ahora coms) perados revolucionariamente por la dialéctica mat luna ciencia especifica, cuya region de estudio, wid vialists, Sin lugar a dudas, el pensamiento filoséfico ver, desahuciada de la naturaleza y de la burgués contemporéneo surge como respuesta a diria Engels, es el reino del pensamiento pi s en general; @ino exclusivame filosolicns te peviad histotico del de Hlosofia y, presupotie, por To tanto, la conser de sus contenidos reales, Por eso, la tesis de Engi feorca del wfine de la filosofia no tienen. goniin con Ja renuncia positivista de la filosofia ef general, sino que se trita de vaa indicaci Golégica de suma importancia; sustituir una form histética de pensamien'o filoséfico ya obsoleta) aquel i rat qué encicrra al conocimiento en el la de los sistemas especulatives, por otra forma his térica basada ea el conocimiento de Ia historia dk ponsamiento y de sus conquistas, De esto se deduce que el surgimiento y desarrolle 2 filosofia marxista, nuevo periodo dentro de ly istoria del pensamicnto filoséfico de la humanida marca el transito revoly:ionario de las viejas cong trucciones especulativas de «la filosofia de la nay turaleza y de la historia hacia una filosofia dé nucvo tipo, critica y revolucionaria, como tinica oj cin para Ia constitucién de una ciencia auténtica a Ja altura de las exigencias de la la crisis del pensamiento filoséfico tradicion 10 ‘a diferencia de_la filosofia marsiste, esta | historica del pénsamiento fileséfie: surge en he crisis y se mantiene en ella sin suptrarla, Y ealg | explica que no constituya una revolucion auténtign F de la filosofia, Todo lo contrario, la filosoffa bus guesa contemporinea se define como opetia fren fa revolucién marxista de Ja filoso/.a, De abi que ju divisa fundamental no pueda cer otra que la del retorno a los clasicos del pensimicnto filoséfieg tradicional, vueltos a la vida en un sin fin de «ncosi, neokantismo, neohegelianismo, neotomi . rrealismo, neopositivismo, etcétera, Por esta razén, ol espititu de «wetorno» del pen: samiento burgués contemporanes y su oposicion & Ia revolucién teérica marxista explican su caricter de wfilosofia de la crisiss, pero no como ~antesalay de ia revolucién, sino como su «iraspstio. De ell] se desprende que la naturaleza de la crisis del pen: samiento filoséfico burgués contevaporiinco sea) esencialmente diferente a la de! pensamicato Tilo: ‘séfico tradicional, lo que se evidencia en Ja gran doza de los sistemas filoséficos clasicos de la anti: giedad, del renacimiento y de la época moderna ef contraste con el pluralismo, de ia y oclecti cismo de las concep tempordneas. Como intento frustrado de dar solucion a la cri) sis ‘del peasamiento’ filosofico premarxista’ y como opcién, también frustrada, frente a la revolucin fi rénea ge plantea, a su manera, el problema de by especificidad del conocimiento filoséfico, ante ‘| derrumbe del edificio tradi prema». No es casual 12 an pensamicnto especulativo y metafisico ya -mo- Spundo, al igual que Jo hicicvan Marx y Engels, Ko obstante, se trata de enfoques que no pueden sino ger opurstos ¥a que parten de posiciones gnascolé. Gicas y clasistas irveconciliables. Por consigaiente, fs opciones que brinda Ja filosofia burguesa con- femporaniea en eus diferentes variantes: cientificis- tas © itracionalistas, positivistas, antropolégicas 0 mistico-religiosas, no constituyen wna solucién cien- fifica al problema de la especificidad del conoci- siento filoséfico. En resumidas cuentas, se trata 4e wun enfrentamiento de palabra y no de hecho a fa vieja metafisica, de una simple sustitucién de Ja especulacién tradicional por nuevas f6rmulas de es- peculacién idealista, En la mayor parte de los ca- fos ol resultado de estas bisquedas conducen a so juciones negativas, a posiciones «suicidase 0 «auto- destructivas», Tal es la situacién de la reduccién pasitivista do Ja filosofia a las ciencias o de sit di- solucién, en ocasiones irracionalistas, a formas va- orativas de Ja conciencia secial como son la mo el, el arte, Ia politica o la religion. En suma, la época del surgimiento de la filosofia marxista y, por consiguiente, de un nuevo perfodo 1 Ja historia del peasamiento filoséfico de la hu- manidad, representa un momento de profundas tran: formaciones en la esfera 0 instancia filoséfica. Las conmociones que eufre la esfera filoséfica cn este periodo, sintetizan los cambios que se operan en todo el pensamiento tedrico y, por Jo tanto, cllos ren la es fera ideolégico-valorativa y en Ia de las cienci Por ende, las transformacioncs del pensamicnto ted vel de] desarrollo de toda la pré stancia filoséfica estos profundos cambios dan 13 ugar a {a formacién de un modelo esencialment nuevo del pensamiento filossfico: Ja dialéctica mac} tovialista. | la igaciones Giloséficas marxist actuales demuestran que cl problema eza particular del saber filoséfico problema permanente del quehacer lilosstico, las ol queda resuelto definitivamente. Es éste un proble eterno,* un problema abierto sobre el que es ciso volver tma y otra vez en la medida que lo loséfico se construye y modela, se cntiquece y con: creta de forma permanente, como resultado vinculo de Ja filosofia con la actividad mente cambiante de la h ad, La actualidad teérica de este problema para investigacién filosdfica marxista-leninista esta dad asimismo, por las diferentes posiciones ¢ inter aciones que hoy existen sobre las ideas de Marx, Engels y Lenin, lo que ha despertado una polémica en la literatura filoséfica contemporain Enire Ios problemas mas debatidos cabe destacac'| conocimiento filoséfico; a Ja naturaleza peculiar do, las categorias filosdficas en comparacién con Io. conceptos cientifico-particulares y generales; al © Uuteanes 4 oy sn eos en. lemas de ta ciencia bistdricofilosdfica (Es 1972). Oizerman se rel re See sentido en que tt gor del groblema fundamental de la filesofia y de Sprictica en al sistema conceptual del materialism: ‘arectico @ histérico, ete. Estas tematicas tocan muy de cerca a otras de no menor importancia, a saber, estritctura categorial de fa dialéctica marxis- ny la de Ins relaciones y unidad del materialismo diatsctice y del materialismo histérico. santearse el problema de la naturaleza especifica del conoetialento filossfico significa, ante todo, clu- Gdar las particularidades de Ia filosofia como for- gna de la conciencia social, Y ello es posible si se ‘etablecen las distinciones pertinentes no #élo entre filosotia y la ciencia, sino, también, entre la filo- folia y el-valor, esto es, entre Ia filosofia y las for- nas ideolégico-valorativas de la conciencia social jdeclogia polstico-juridica, moral, arte, religiéa. Aun cuando 1a iilosofia constituye una ciencia y, 8 la yer, una forma ideolégico-valorativa de la conciencia gocisl, ella no puede ser reducida ni a una ci més, nti tampoco @ una forma ideoldgica como Jas restavies. Si bien os clerto que cl conocimiento fi- joséfico s@ distingue del conocimicnto aportade por las ciencias; esta distincién no se reduce simple- mente a que Ja filosofia produce una generalizacion mis amplia y una sintesis inmediata de los resu tados dot conocimiento cientifico. A su vez, et cono- cimiento fileséfico posee un caricter eminentemente valorativo e idealégico, pero ht valoracién fileséfica debe diferenciarse cuidadosamente de la valoracién politica 0 moral, como es sabido. Esto ultimo se evidencia con toda claridad en_cl problema de la turaleza especifica del partidismo filoséfico y de los partidos filoséficos fundamentales: mate- no ¢ idealismo. La interpretacién materialis- ta o idealista de los resultados y_ procedimientos de las ciencias y de la préctica social responde por 15 igual a raices epistemolsgicas y clasistas; no obs. tante, ella no ¢¢ equivalente ni a los resultaites g Jos que llega por sus vias el cicntifico n \ posiciones ideolégico-politic de las que parte. En resumidas cuentas, el conocimie co es simultincamente un saber informutivo o de contenido y valozativo 0 de significacion. Asi, lag! verdades filosdficas son en esencia valorativas, & ferencia de las verdades contenidas en Ia ves bien, el partidismo de la filosofia marx tu cg un pavtidismo objetivo cn el sc : lo concibiera Lenin, es decir, no un partidismo fur truye en su interior. Esta arg en principio para diferenciar el cono sético del cientifico-natural, en virtud de que este, tiltimo no leva implicito en sus contenidos | loracién 0 el compromiso ideoldgico. mbarga, esto no ocurre asi en las ciencias soc auténticamente cientifico aun los intereses de una clase, la més revolucionaria de la historia de la humanidad: el proletarisdo, por: cuanto sus intereses y necesidades coinciden po entero con los de! progreso social debido a la pox sicién que ocupa en el sistema de 1a producciéa | social. De esta forma, la ciencia filosdfiea, al igual que las ciencias sociales, es de naturaleza partidista.’f No obstante, el partidisino {lioséfico tiene su espe- cificidad y, por consiguiente, no debe confundi tampoco con el partidisme de las investigaciones cientifico-sociates. cuando 1 16 Ahora bien, para descntrafar la naturalera va. jorativa especifica del conocimiento filosético es qecesatio profundizar en cl andlisis de las part gularidades del reflejo filosdfico cle la realidad, tan- fo desde el punto de vista de su contenido come de su forma, Y esto sdlo es posible si se utiliza un criterio que permits desentraiar simulkincs ponte las pectliaridades de lo que refleja el saber filoséfico y de cdmo to rafleja. Esta inves yorno a la especificidud de! saber filoséfico sélo puode Hevarse a cabo desde las posiciones de ta fi- fosofia marxista-leninista, ya que uno de sus ras- gos distintivos consiste, precisamente, en 1a deli niitacién de 6u objeto y funciones. Todas estas censideraci: sirven para argu ar ef cambio sustancial que se produce en la naturaleza del conocimicrts filoséfico con la apa- ticign y el desarrollo de la teorla marxista. $i embargo, cstes ideus no constituyen otra cosa que al punto de partida para ef anslisis de un proble- ma tedrico extremadamente complejo y en modo alguno agotads. Un examen mis detenido y, por ende, mis detallado de lo que en la actualidad pucde comprenderse como «la revolucién tedrica operada pot fa filosofia marxistas, indica que lejos de sec éste un tema concluido y una discusion zan- jada, representa en realidad un tema abierto al debate'y a la polémica cientifica, El debate acerca de la naturaleza especifica del conecimienta filo eXfico marxista comienza precisamente alli donde se formulan los criterios y pardmetros que permi- ten determinar la esencia de ese cambio sustanclal ¥ medic sus dimensiones y su profundidad. lugar a dudas, cn las obras de 10s clisicos det marxismo-leninismo encontramos indicaciones va- liosas que sirven de sélidos principios metodolégi- W a de estos criter ha tesig, cos para eneauzar la bisque En particular, puede hacerse mencién de elaborada por Engels, acerca de la delimitacitin d objeto de estudio y procedimientas del con! miento filoséfico, y del consiguiente cam! Pero aun cuando se recenozca que 1a filosofia marxista jos que vierten en objeto de la, investigacisn particular, al igual que «toda la quincalla filoséfica, de indole especulativa y metafisica, resta ain po determinar de modo positivo cual es el Jom propio del saber [ilosdfice y en qué reside Ja cularidad de la gener semejante, puede sefialarse, que aun cuando se 1@; tome la idea de Marx sobre el cardcter critico-re- con Engel dolégica de la actividad cientifica y priictica co tempordnea, En otras palabras, el debate actual en torno al problema de lz naturaleza det cono séfico marxista se abre alli donde la se esfuerza por comprender de manera creadora y por desarrollar de modo consccuente los print cipios elaborados por Mars, Engels y Lenin, ¥ ello no representa otra cosa que reconocer Ia ¥! de estos principios para abordar los nuevos proble:| mas que plantean los conocimientes cientificos y Ja practica revolucionaria.a Ja investigacién filosée fica marxista actual a La polémica en tomo a la especificidad del co nocimiento filoséfico marxista cobra hoy dia 18 nportancia, si se tiene en cuenta que muchas constirucetones neomarxistas y revisicnistas cox. temporiineas prelenden ofrecer una solucién tualizadas de este problema, utilizando ¢l car de la erenovaciéns o senmiendas jrocedimiento de la investigacion en fom ‘safogue valorativo, En otras palabras, en la iy de Ia relacién clencia-ya. 1 calidad d 9 vestigacién filoséfica 0 cier Jo tanto, conforman un dete: cido 0 cognoscible, Asi forma de venfoque valorativor, es decir, comé. de. terminado modo o procedimiento del is dela realidad. _ Pox Jo tanto, al analizar Ia proble tiva es importante diferenciar tedrica y metodolégi camente tres problemas. Primero, se debe consi rar el problema de la base valorativa de las cient scciales-humanisticas, asi como de las ciencias na: turales, Se trata de responder a la siguiente p: gunta: gEn qué medida on la base de las ciendi se hallan promisas valorativas? Este problema vinculado con al andlisis cocial o sociolégice de'lss ciencias con ¢} objetivo de desentrafar las targas: de-planificacién del desarrollo de las ciencias y.de diveccién de 1a actividad cagnoscitiva, de sus fing, aplicacién de medios y efectos o consccuencias pete sonales, sociales; ecoldgicas, etcétera. Segundo, debe tratarse el problema del valor ent eslésa’ del objeto de Ia ciencla, esto es, como th componente cognoscitivo-tedrico de sus conteni siente interrogante: ghasta qué punto la ciei en paiticular 1a légica y las ciencias naturales, pi 56 gpjeto de Ia: ge trataria, entonces, més bien de plantearss te Te" 1 abordar este problema nos enfrentamos a la 6 en vonvertir en objeto de evs proposiciones los 12 ves, Is normas y las valoraciones? De referiznos I eiuncias sociales y humanisticas esta interso- 9% adoptaria otro matiz en virtud de que nadie firs de In presencia del elemento valorativo come aciones sociales y culturales, mia acerca de la posibilidad de un enfe tebe 9 de 108 fenémenos valorative ‘ast como en el resto de los conc ‘Tevcero, es necesario abordar cl problema de los yalores como mcdios © procedimientos de la inyes- figaci6n clentifica, es decir, el cardcter tebrico-cicn- tifico del enfoque valorativo. Este problema suscita fp siguiente pregunta: gen qué medida las propos! jones cientificas as pueden tener el cori: fede juicios valoratives y cuit es Ia influencla Je Jos factores valorativos y normativos sobre el de- gerrollo de la clencia? Este nos introduce. ¥ plo, en el examen ‘de los diferentes tipos y‘crlterios He seleccién de hechos y de teorias, de priscipios de clecclon y comparacién de procedimientes y Te glas metedolégicas. La solucién de éstos y otros problemas exige de Ja claboracién de una teoria marxista-leninista £0~ bre los valores que parta de premisas radicalmente diferentes a las de Ja axiclogla burguesa contemipo- rinoa, Entré estas premisas se debe destacat,:ante todo, el hecho de que una teoria marxista-leninista de los valores no sdlo reconoce la posibilidad de un Tratamiento ciantifico del valor sino, también, tés posibilidades teSrico-cognoscitivas del mismo enfor que valorativo. Pata 1a teorla filoséfica Yaatriste Ieninista el enfoque de contenido o intoratalivo 0 entoque cientifico-investigativo y cl enfoque valora- go, entre ellos, por consiguleny es imprescindible deter teraccién y las transicioncs rectprocas existentes eq, tre ellos, Esta idea no tiene discusién si nos refs, rimos a las ciencias sociales mar es sabido, cl enfeque valorativo-clasista co el requisito central de Ja transformacién de la socig. logia, de la teorfa filossfica y de la motodologiy de Ja inyestigacién social en disciplinas te cientificas. En este sentido V. 1. Lenin, al critigge el objetivismo en las cioncias sociales, destacs que no puede estudiarse el estado real de las cosas eélificarlo, sin valorarlo.* Ahora bien, gacago la determ constituye un factor esencial del conocim: fa actividad umass en general? Toda gencralt cidn consciente sobre un aspecto de Ia realidad cundante se terme imposible si no se toman en cuen- ta las premicas walorativas selectivas sobre cuys base’el hombre interpreta, organiza y confiere sem tide a out experiencia, Este aspecto del problema, os sitia ante 1a utilidad y efectividad del empleo ¢ concepto del valor no sélo en las ciencias social sino también en Ja filosofia y en la metodologia da conocimiento cientifico. a En Ia literatura filoséfica y metodolégica marxi taleninista contemporinea, hoy en dia, se in en la idea de que Is solucién de los problemas teér- co-cognoscitivos presupone la conceptu: izacion. de Jos factores. valorativos del pensamiento y la con ducta humana. En este sentido se subraya la 7 de que nuestra época exige un pensamiento;) conocimiento yuna investigacién vatorativa i itimo significa una, nueva perspectiva en 1a coo cepcién de las cosas, un nuevo modo del « 58 sts, os decir, sc! transite de Ja consta- ica y de la explicacién cau- sito de} conocimiento en las di jones mas. plena: optimizacién, lo que vonupone el alcance de un tipo de sintesis en 1a cual Promen en cucnta Jos criterios que ef hombre pre: ne en relacién con el objeto, no sélo como cb- fo dict conocimfento (que capta Jo “esencial exis: ite”), gino como objeto de la actividad humana (que capta Lo que “debe ser"), 06 decir, aquello que psponde a las necesidades y fines del hombre.“ En esta misma d nn de pensamiento esta con- egbida la idea segin la cual: «Hoy dia son excepcio- nalmente importantes jacién valorativa de canicter cientifico” y Para ello ¢s necesario su ga relacién externa; esta integracién sélo es aly ganzable bajo la condicién de la sintesis de Jas di- ferentes regiones de Ia cultura espiritual (ciéncias jencias sociales, ética.)* En cl fondo de estas consideraciones subyacen des principios fundamentales, Ei primero se refieve a ‘2 utilizacién del concepto de ciencia como fuerza social integral, Independientemente de cémo se ana- jice 1a ciencia, es decir, como conjunto de institu: dones sociales, como proceso investigative, como gistema de conocimientos o como métodes y procedi- mnientos, ella no es otra cosa que una forma de-acti- vidad vital del hombre, Semejante punto de vista aubraya los méviles, fines y proyecciones sociales de todo condcimiento cientifico. El segurido tiene que ver con la funcién integradora de la filosofi como ciencia, entre cuyos abjetivos esté el de cons- truir una sintesis de las diferentes regiones de} co- nocimiento con los valores humanos. Entoxces, toda integracién cognoscitiva, todo intento de-constroir 59 lorativa y prictica de la ac Por otra parte, a la hora de abordar el te ca de la naturaleza especifica del ‘conoci Joséfico es muy. importante diferenciar los val como valores de las como valores de la c mer jugar, una significacién posi a de sus ciracte ‘én, principios reguladoves u orientadores de : valorative). Jas cosas les, valor fenémenos social racteristicas estéticas de los cbjetos religioso: ob} Jetos religi En el segundo caso, se trata de situ: tudes; valoraciones, imperativos. y prohibicio 60 jores objetivos (o-valores de las cosas) y los valo- res sub) mis que dos polos de ta relacién valorativa del Runibre con el mundo. Esto quiere decir que en meencia ambas formas de manifest proyectos expresades en forma de r ‘se normativas eobre ol bien y el m a belleza y In fealdad, gobre el sent 8 decir, ideales, norm: ‘A todas estas repress es cavacteristico 1a obligatoriedad n ca no otra cosa que cl reflejo o repre ry de 10s fenémenos de Ja realidad cn cl jos de acci sel si de lo deseable o no deseable, de Jo negative 3 fo positive. No obstante, debe tenerse en cuenta que los va: 03 (0 valores de la conci én del valor inte un cardcter objetivo-sub- 00 ‘objetivo. Si los valores objetivos acttian como objetos.o ‘cosas de las necesidades ¢ icfereses de 10s hombres, los valores su constituyen la expresion de ¢s2 yelacién del hombre ay raundo, concebida desde la perspectiva del sujeta cn el etal los intereses y necesidades se raducen al lenguaje de lo. jdeal, de lo pensado ¥ representada, Es por eso que Jos valores de las cosas we abjetos dal valor y.-de las prescripciones hu: vnanas,, y 10s valores subjetives constituyen 1 modus y- criterios de esos valores objetivos y de esas prescripclones. El intento de 1a axiologia burguesa contempori- nea de sexplicars los valores por si miamos, en su expresion externa, sin. tomar en cuenta Jos. meca- nismos sociales que los generan, conduce a una inthe acién idealista objetiva, ealista subi o naturalista de los valores, como hemos visto. Des- de este punto de vista los valores se sfetichiz ige! la mn de como esencias absolutas fuera del Todos estos P roblemas exigen ta labora én Jas cosas, 0, por el cor pites de la ¥ init, Hata tons “ ve orcas consideraciones gobre el tema que requie- e ae una gistematizacién ulterior, La acusacidn en ichos tedricos burgueses contemporincos eal aaa de iene oc concierne al valor econdmico, Ree ctini tal (probicaa dale dbje- ie esulta absolutamente infundada. En la doc- fina maraistarleninista 6e aborda el problema de fos valores desde miiltiples Eat a 1 factor subjetivo, Ios prol 8 de oe inne Tos factors sociales ¥ smoseligns imi roblema 8s, ae aoe rimcreicn fee couidereiones sobre Situra, ete. Bn cuanto al tema dt relat en ‘javalor y su vi ién con el principio de k em ode Genchaa a oora marine lotta fontemporiinea del valor naces Zamente tad e partir de principios Bisicos como ot det part dismo objetivo, el principio aet oni sate 1 principto de la unidad de la naturaleza,y i Cea En este sentido, un punto ae, putes obligado para 1a investigacién serd la ie e atid Marx, segun la cual: «La historia Mata . ene real do Ia Matar note: de Ta natualzn ; viene a ser hombre. Las ciencias naturales. tad a incluir a la-ciencia del hombre, lo mismo ae Ja ciencia del hombre ine irda las clencias na- turales: habré una sola ciencia.« | Ela sis de la relacién entre Ta ciencia ys valer, como ¢@ ha visto, onsitiye una promis indispensable para abordar el estudio de la especif esparic Por su parte, el marxismo subraya Ja 1 social especifiea de todo valor y por ello dera objeto de la investigacién sociolég © filoséfica en tanto estas disciplinas e. actividad préctico-social de los hombres, valores de las cosas expresan sdlo de moda « la necesidad activa de Jos hombres, que 6e cos! én objetos exteriores de las necesidades y- po. dades humanas y los simbolizan on forma we ol nificados» de los objetos que adquicren un social. Los valores subjetivos sirven de fe. mativa de la orientacida del hombre ¢ natural y social, cientifico objetive que leva a: teorla marxista-leninista sobre las loves } soclales permite y exige climinar de una concepcién puramente valorativa o mor. dle la historia y de la vida social. Por eso, cién de Ja conciencia social de formas preci as a formas cleatificas, que tiene lugar en y a partis de la concepciéa marxista-leninista del mundo, pros Supone la superacién de los criterios cxclusi te valorativos en. la actividad clentitica e inc en el pensamiento individual. Sin embargo, Superacién no significa en modo alguno nacién de los fensmenos valorativos mismo sélo Ia salida fuera de Jos limites de tina cién valorativa exclusiva mediante el descubris toa. to del contenido histérico-social que se sar en toda actividad, valorativa, como momo Préctica social de la humanidad, 62 as ciencigg : 63. ‘dad del conocimiento filoséfico, ya que él capta con mis nitidez al vincular ja filosofia el conocimiento cientifice concreto, por un con las formas valorativas de la conciencia soa Por otro. Esto se cxplica porque la naturalcaa pat cular del reflejo filosdfico de la realidad intege, dialécticamento aspectos. cientificos y valoratiy aue expresan 1a unidad de clementos objetivos y) subjetives, teéricos y pricticos, cientificos y costny. visivos. La absolutizacién unilateral de Jos aspe| tos cientificos (interpretacién cientificista de lalge osofia) © de los aspectos valorativos (interpret f ci6n anticientificista de 1a filosofia) impide cap Ta peculiaridad de la sintesis filosStica, Ahora bien, sélo la concepcién mai ta de Ia filosofia permite fundamentar la cseng cientifica y valorativa del conocimiento filosdfig y ello responde a la orientacién ideoldgica-clasi de sus contenidos, Esta misma orientacién clasts explica, a su vez, que la filosofia burguesa cont Pordnea oponga la ciencia a Jas restantes foi de 1a conciencia social, y por ende, interprete i Tateraltnente la naturaleza del conocimiento fil fico, al reducirla, on unos casos, a la ciencia y, ey otros casos, a las formas valovativas de |: oe Ammbas tendencias conducen a resultados éi cs, esto es, a la pérdida de la especificidad ‘det Ja filosoffa. Si la tendencia cientificista se to de Ja funcién ideolégica y valorativo-cosmovisl de la filosofia; 1a tendencia anticientificista, por Parte, es cxponente de posiciones practicistas, atl Jetivistas © irracionalis! - En este sentido, es gorian segtin la cual 64 de principlo, te An mente intervinculadas SMemte entre el, 7 bajo determinadas con- hes, fettian en una correspondencia reciproca prin ecisamente cuando el enfoque va- vo expresado ideologicamente, no sélo no se a ia objetividad cientifien, sino que se, con- en wna importante condicién de ella.? pues, of contenido y las funciones de ta fi- wueden reducitse nia los. resultados ae miento clentifico-concreto, nia formas de a conciencin aociel como son In polite, Ia mo- cis cl arte o la roligiSn, Esto eignifin que el o jeto de estudio de la filosofia no puede identifica Jeri con el objeto de las ciencias, ni con el de las formas valorativas de la ‘concigncia social, De ahi oe ‘a reg’én o dominio de Ja filosofia no sea ni el a urado del hombre, ni el hombre spat r do, sino, precisamente, Ja relacién activa tet ettien dl hombre con el mundo, Por oso, Ia sirsilaciOn filoséfica de Ya realidad tiene a la ientifi ratlvo, tedrico y . un cardcter cientifice y valorativo, tedric rat 0, objetive y subjetivo. Y esta espe wn Be Ia filogofia slo se alcanza con la aparicién de lk ctica materialista. del marxismo, ae i ta, la - De acuerdo conta concepeién marxista, Ia dia- ca materialist constitaye, por le tanto, una teo xia para laaccién revolucionaria, en cuyos funda- tos estén presentes elementos ee ideoldgico-valoratives. Por eso, el andlisis cami de la naturaleza del condcimlento filoséfico dista mucho de las interpretaciones clentificistas, anti- fentificistas y practicistas, propias de las concep- ones. burguesas contemportineas de la filosoffa, Marx reparé, precisamente, en la forma peculia que adepta Ja conciencia filosifica y Ta sea ne sélo de la ciencia particular.cino, también, del 65 Practica ¢ intelectual del mundos,” de « tético-totalizador. A: tituye una suerte de autocouciencia de la culture de una época histérica determinada, cuyos conte. nidos ee plasman en las estruictu i tedrico, a través de las cuales a si misma, 4 Por consiguiente, el enfoque filosdfico sociols. gico de Ia filosofia, entendida como forma de ty conciencia social, arroja el siguiente resultado: 8) Ja filosofia no es ciencia en él sentido estrecho este término, pero tampoco debe comprenderse ce. mo una de las formas valorativas de la conciend social; por Jo tanto el conocimiento : particular y al reflejo ideoldgic nidos de la teorfa filosélica se sinte! citiva y prictico valorativa de la humanidad; ©) Ja conciencia filoséfica representa, por lo tanto, una forma peculiar de asimilacién prictico-cepi tual de la realidad, A partir de estas ideas pudiora, cintonees, cluirse que la naturaleza particular del cono to filos6fico estriba, justamente, en la sintesis ¢ generalizacién de 103 datos aportados por la hig toria de la ciencia y de la practica social. Esta cot : clusién no es errénea; sin embargo, no represeita otra cosa que una solucién a medias del problema. que nos concierne, ya que habria que conformarse | con estipular que la naturaleza del conocimienté) | filoséfico representa uita especie de hibrido en 8 que se entremezclan de forma generalizada 4 contenidos de la ciencia y de la actividad pricti social. Por otra parte, esta solucién obliga a 66 ab it ilosovia ne es ni ciencia ni ideologia ores ee alata area locale ao fe" sitaye wna respuesta coherente ni convincente, wimrnds, semejante conclusion deja intacto cl pro- fea del modo especial en que se integran y gene- juan ef 1a filosctla tos elementos. cognoscitivos setico-valoratives que proceden de la ciencia y 1 deologias respectivamente, ; Niel anilisis se detiene aqui, seria obligato acep- ar que la naturaleza del conocimiento filosotica ge corateriza por el sineretisito (Gaston de clemene tos diferentes: ciencia y valor) y por la simp! sralizacién abstracta (ampliacién 0 extensiéa Guanttativa) del walumen de los conecptos de Ia Giencia y de los valores inhoventes a formas ideo- Jégicas distintas. A simple vista, esta solu a eo rrmtione en la superficic del problems analizado y simplifica sobrernancra el proceso de la forinar én de los conecimicatos filoséficos. Asimismo, pate punto de vista coleca a la filosofia en una ¢i- tuacién desventajosa, como absolutamente subordi- nada y pasiva, freate a las ciencias y a tas formas ideolégicas; y con ello, se limitarfa la funcién cog- noscitiva de la filosofia a ua suerte de memoria © de inventario selective de la actividad cientificd- weérica y préctico-valorativa de Ja humanidad. Es de destacar que, en ocasiones, algunos auto+ res de tendencia marxista” destinan o asignan'a Ia filosofia una funcién absolutamente paracitatia y superflua on relacién con la ciencia y las restantes formas ideoldgicas. La mutilacién que, asi suize el contenido y las funciones de Ja filosofia marxis- ta en manos de cstios piers tore en parte, 2 'que Jes produce la denominada i Sion tadlonal dela fileotia en terreno ajeno, De este modo obligan a la filosofia a repiegarse timi- 62 damente ante el avance especi rmas de la produccién tedrico co losofia. enfoque, a los efectos de profundizar en el proble- que no f ma de la naturaleza especifica conics delimitar la filosoffa respecto a las c formas ideolégicas, atendiendo a a f y que desempeiian estas formas de la conclencia 69: cial. Quedan en pie ottos problemas, como, pap. ejemplo, concretar el an: lo que, de acuerdo del marxismo-leninismo, Ia filosoffe, una yex desa- | huciada. de Ja investigaciéa de Ja neturaleza y de la sociedad,-encuentra en el pensar’ puro y sus wes Ja zona en que tiene su -asiento Ja construc: ign de Ia. teoria’filosdfica, De esta manera, 1a es fera de la investigacién propiamente filoséfica es d pensamiento tedtico o mas precisamente, las le: yes 0 estructuras de ese pensamiento,: que no gon otra cosa que las categorias filosdficas..No obstante, sto no significa que el-contenido dela reflexién lloséfica se. reduzca'a Ja‘ esféra del) pensamiento; dejando a un Jado Ja esfera del ser,.ya queen et lo, del pensamiento se expresan.Jas formas contenido del ‘propio ‘ser, Sin embargo, la so- icin dialéctica de este problema’ av diferencia’ del tratamiento metafisico que se-encuentra, por ejem: en el principio, aristotélico ‘segiin el cual lag 66 miento filossfico 0 fo que es igual, fundament el proceso de reelaboracién que sufren los cent nidos cientificos y Ias forma Se Incorporan al eonocimiento filoséfico; determi Ja espocificidad cualitatina de In generalizacién fil loséfies, ete, Todes estos problemas h na solucién satisfactoria al complementar el filoséfice-sociolégico de Ia filosofia con légico-gnoseolégico. El enfoque légico-gnoseolégico” de ta filosof centra su atencién en el examen de los conte ¥ formas que adopta el conocimicnto filossficg. Para ello, este enfoque debe servirse de deters dos criterios y parémetros que permitan profundé 68 recogen las especificidades de Moras de 1a naturaleza, de Ia sociedad y gmiento, fa naturaleza peculiar sponde a que ellns se forman sobre 1a base de pactividad mult dé Jos hombres ( -material, actividad tedrico-cognoscitiva y Mividad prictico-valorativa). Por eso, las catego~ séficas no constituyen identidades abstrac jendrico de todos y o de Ja aust ia. nfoque dialéctico de est blema estriba en comprender cdmo Ja introduceis de 1a préctica en el pensamiento y ex el con en lo adelante la formula de a las leyes © categorias filoséficas ar y las leyes del ser ‘atin Ja relacién metatig Ja xelacién de exterioridad ents Jory el pensar que condena a la filosofia a uni 13s ada uno de los fendmenos 2 capta, segin Lenin, la practica del homb: fe repite cien millones de veces, se consol neia del hombre por medio de las figuras de ica. Precisamente (y sélo) debido ‘icin de cien millones de veces, estas figura: eu contrapartic pensamiento y del conocimiento. Es por eso que Engels plantea que cl ol la reflexién filoséfica no es ni la dialéctica dal a del pensar, concebidas por sep: sino Ia diaidctica del contenido. del pensamtie tedrica, en 1a que se expresan los nexos y ie! mundo y del pensamiento, Peto, ‘yes del pensamiento filoséfico son los: cats filosdficas en las que ee plasman 14s regulark fo, concebide no como sustancia 10 como contenido objetive del pen: ,, mediado por la actividad’ practica del sujeto, asi como las regularidades' del es decir, de gus formas oubjeti yo 2 De este modo, la region de Ja investigacién fi Josbfica consiste en el pensamtiento Légico que se exptesa en ¢ategorias. Por supucsto que s¢ trata no del pensamienta légico dividual, sino del pen- gamiente teéricd como expresion y conquista de la grdctice social de la humanidad. Esta determinacién de] pensamiento €s posible sélo cuando se introduce la nocién de ipractica en el mismo. A propésito de ‘esto Lenin destacaba como aporte révolucion: del hegelianismo la incorporaciéiy de’ Ja practica hu- mana a las categorias de la logica.” Asi concebidos, d pensamiento y sus determinacioncs categoriales no puede reducivce a la generalizacén cuanti te convierten en objeto exclusive de la investigacién Bo ies concepts provenientes de las cienci fileséfica. En las categorias se expresan Jos nivelss ticulares, De modo tal que la tinlversalida y gradog del ‘conocimiento. y de 1a asimilacie fica no ee construye por la via de la amplit prdctica’ del mundo por el sujeto cocial, En este os contenidos de los conceptos cientifico-partl eentido Jas categorias filos6ficas como determina- 70 7 yea, dojands a un lado su caracter prictico-var raliva. La sintests filoséfica no se produce, en- Roca, @ partic de Ia gola integracién dle los re- Briindvs del conocimiento cientifico, sino que cn gst presente también una dimensién da la fdacion activa del hombre con el mundo en Ja fre se traducen las necesidades e intereses de los Zjelos sociales en forma de valores rrollo de todas las cosas maturiaies y espiritual ‘ya ha quedado establecido que la regiéa det ‘sa 5 decir, en ellas se cnc ter filos8fico es el pensamiento tebrico que se plas- del conocimiento del mundo mma on las categorlas concebidas como formas uni del hiombre, que ee repite clen miflones de vaccaigy | versiles, de Ia actividad: histérico-social: Pero ta consolida ¢ inscribe en Ia conciencia hu acividad humana, no es, en escticla, ola co hasintesis de lo ideal y lo material. En otcas pala , on.la actividad histérico-social ¢¢ manifiesta a. movimiento ¢ transite permanente de lo ma'e- ‘al en 10 ideal y viceversa; esto es, un constante proceso de cosificacién y descosifieacién, si la actividad prictico-material constituye una lucid ea la que Jo ideal se materializa, 1a acti- vidad cognoscitiva representa, por su. parte, un proceso de descosificacién o de trénsito de lo ima- terial on 10 ideal, Aunque esto ‘id'es mas que una tisién esquematizada de un proceso més complejo, en virtud de que Ja actividad material ieva a su wx implicitas 1a actividad cognoscitiva y'la valo- rativa. Aal, el hombre en cl pruceso de le actividad ‘como wn crisol en el que se forja una unis tnmnsformadora se guia por el conccimfento y res- que es. sintesis de la act pende a finds, Les fines conscientes y loa ideales de cepiitual del eujte socio, De este modo, cada bas aie ie de ea pnt Seasoned: regoria posee una «| én practi¢o-trans ‘ plore accnie ees al dad) y elementos valorativos (el reflejo de tas cera de carter valorative, I'sto explica, on ae nee dads del extn de Ja actly, asi come In ue la eee ae cs ch PREG: | valoracién de los propios objetos, de sus cont que Ts problemitica filosticc ro pueda ni 4884 | diciones, tendencas e Insuficlencias desde el punto : mente a gu aspecto connosclliv® J do vista de las necesidades dél sujeto). Asimismo, en los que oe in. 1 del conocimients notaciones, frttto de al ra critica de la Ci Hegel, Lenin subraya al res tanles: primero, las categor nas del pensamiento, 6: una 19 6on formes exter, vue rigen ol dasa, pensamiento delivutar la re Ja investigaci dad gue recoge! actividad multifacética del sujeto social vow el eb: jeto, Quiere esto decir que en las categorias légicas, del pensamiento tedrico se fija una universalidad de tipo superior y multilateral, una universally dad que integra la dignidad de lo tevrico ya superioridads de la prictica, Decit que las catego: rias constituyen el resultado de la actividad histo: 72 73 damental el resultado historico ya praxis transformadora de los hombres, gee dialéctico-materialists de Ta conciencia y det Geslo fundamental de Je conciencic con Je mate apart del principio de que 1a eanciencia 6s on we ia prdctica-conscfente, Esto indica qe ef pro: fiema de In relacién dialéetica entre cl sujeto ¥ el Beto coudyuva a argumentar cientficamente Ia Sfaeion entre Jo material ¥ to ideal, al gentar les fosce del susgimiento de 16 ideal y del transite re- Gprovo entre lo material y 1o ideal. ¥ por ende, slo peomprensin cabal de la practica transformadora fo cujeto sirve de base para la demostracion del > de la unidad del mundo consistente en. su ‘i en estrecho nexo con el principio det Ja actividad cognoscitiva no excluye la ¥ gino que la Incluye de modo orginico, en Ja valoracién presupone el conocimients objeto come del sujeto. YYodo lo antes expuesto permite fund. hecho de que la relacién entre lo mate ideal sea, en efecto, el problema card fosofia. El problema de la relacion de Gi @ identidad de to material (ser) y de to sax) confiere al conocimiento filosdfivo uns cohe: renela interna y un cardcter monolitico, le quey ademas, redunda en su especificidad e irreductiby Tidad. Resulta {acil desde esta perspectiva estable cer, a su vez, 1a vinculacién entre el problema fur amental de la filosofia y el de la relacion sujeto: objeto, Ha quedado esclarecido que la rv la investigacion y reflexion filoséficas no puede see otra que la actividad multifacética det abreviada y resumida en las categorias «le miento tebrico; pero es necesario, ademas ‘el enfoque dialéctico-materialista que la marxista oftece de esta esfera o dominio suyo, posicién dialéctico-materialista del marxismo res ta del nexo genético y jetdrquico entre las diferen formas de la actividad social, Para Ja teorin sna a, la actividad practico-material constituye, tiltima instancia, el fundamento de las restantés) formas de la actividad: tedrico-cognoscitiva y pre tico-valorativa. Por ello, si importante es dejar la ramente despejada la especificidad irreductible ¢ Ja regisn: filosbfica, no de menos significucién el problema de la interpretacién materialista ese dominio, Por otra parte, sélo a la luz ¢e Ia activiviad p tico-material cobra sentido el problema de Ts rel cién materia-conciencia, en tanto la conciencia 74 desarrollo. En oensiones se ha querido ver exclusivamente en cl problema fundamental de la filosofia la re- gign propia de le reflexién filosdfica. Esta posit picrde de vista que Ja relacién ser-pensar Icjos de * el nico problema filoséfico es re: ga problema filoséfico fundamental, De hecho, desde dmomento en que se habla de problema fundamen- sofia, 6e reconoce 1a existencia de otro 2 wno fundaraentales, de lo contrazie, no tendria sentido destacar st cardcter fundamental, ‘Abora bien, gedmo entender la categoria de funda: mental? Por fundamental debe entenderse aquel problema que se halla en. jos cimientos o.en cl fun- Tnmento de toda la problemdtica fileséfica -y que jrradia desde alli su contenido a todos los demas problemas de la filosofia, penctrandoles. Esto sig- hifiea que en todo problema filosSfico est presente al problema fundamental de 1a filosofia, todo prov blema filosdfice se resuelve a la Juz de la relacion serpensaz y todo problema fileséfico enriquece, Bb smo fi final de la reflexion filosdfica, sing ente-en cada una de las tareas. que rendo decisivamente @ Jo pueden esclarecerse en 6u UI idad de igual modo ocurre con las ve seiala que la actividad transformado- ya del sujeto social dada en Ja relacién sujeto-ob- #8 conforma la region de Jo filasélico, es necesari. por iiltimo, detenerse en Jos aspectos cent fe yelneién, Por ello, resulta de umo interés la Gostenida por el fildsofo soviético 1. N. “1 para quien 1a relaciéa sujeto-objeto con uye ef punto de partida tedrico de toda ta dinlés teriatiyta, actuando en este sen! ‘ta genética de toda 1a problemética filoséfic De neurrdo con este autor; 1a” relac! ta en tres grandes direcci Siguiendo 1a légica sréneo, también, subsun to en la selacién ser-pensar. A menudo se ha ¢o) derado que Ja relacién sujeto-objeto abr aspectos del problema fundamental de Feta suposicion parte del error de reducir la tegeria de sujeto a la de concii de objeto a la de materia. De ser interpretadas estas categorias, ce obtendria que ol asp del problema fu de la filosofia coi 4a en postular que el objeto es anterior al suj tanto que el segundo aspecto, residiria en pl " ear que el sujeto refleja al objeto, En este razon micnto s¢_traslucen. les errores © cuencias, En. primer | stijeto es a Ja vez mat no se: advierte que el o! un objeto ideal; en tercer lugar, concepto de materia con cl de objeto, mente este material 0. ¢5 1 que cae en el Ambit actividad practica, cognoscitiva 0 valorativa hombre, Por ultimo, se desconoce el significada) losético general de la relacién sujeto-objeto islféndose exclusivamente a la 5 ideal y lo material, | peimeros on la relacién de 1a sociedad (como su jeto) con la naturaleza 0 con parte de‘ella (como objeto). Becerra : Segundor en las relacioncs interns de la sociedad, donde las diferentes comui lades & i 6 © grupos de hombres (gens, tribu, familia, nacién, ~ aeociales, ete) actian en calidad de sijetes y objetos, "Tercero: en la relacién de’ jndividuo como sujcto sense diferentes objetos de ou actividad social. En cada una de ess dirccciones, segén Liubutin, selon activa ‘sujeto-objeto se expresa en. tres ‘ones fundamentales: prictico-material, ¢og~ 1 y valorativa. " 26 en ut obpa ’ een el con, tonido de las categorias sujcto objeto, subjetivs-ak jetivo sino, ademis, a esclarec 1 naturaleza especifica del marxista-leninista, De a la idea de que el fi drico y el le p gorial de léctica materialista es la categoria de pr mismo, en las conclusiones de su obra aborda el problema del nexo entre el mi dialéctico y ef histérico apuntando, ac el criterio de que hasta tanto el materia devino histérico no pudo constituirse en mo dialéctico, Este punto de vista le p. mentar eu’ posicién acerca de una sofia antes. qite no puede ni debe dividirse on dos cuerpos tebe ticos independientes: el materialismo di el materialismo histérico, En. correspondencia con todo lo anterior, puede plantearse que la regién propia o exclusiva de {a investigacién filosdfica no es mas que la esencia o Ja universalidad esencial de la actividad social ‘ facética sintetizada en las leyes 0 categorias dal Pensamiento tedrico, Esto explica que estas calegus abarquen lo esencial de la realidad, pero desd® la Optica del proceso de su transformacisn por a. hombre 0 del proceso de socializacién de la natu ralexa, i Por otra parte, sdlo a 1a luz de este planteam puede explicarse la naturaleza «prdctico-cspiritualé: eel conoci loséfico, ya que al § gorial de fa filosofia recoge y expresa la 1 activa del hombre con el mundo. Y esa r activa encuentra en la practica su fund: tancia, cuyos atributos esenciales son bctivo y 78 va y la actividad valorativa, Ademis, es- 4 que la naturaleza del conocimiento filosé- ico y totalizador, que a politico-juridica, moral, arte, religion). Si en cicnela 6e expresa eminentemente una forma de actividad gocial, 1a actividad tedrico-cognoscliva, ge, Por supuesto, esta muy vinculada con las otras formas de actividad (prdctico-material y valorativa). y sien las formas ideolégicas se manifiesta otra gireceién de Ja actividad social, es decir 1a activi- god valorativa del individuo y de los grupos y clases gociaies, también vinculada con las restantes dircc- ones de la activide:! sociat; en Ja filosofia, cv cambio, se sintetizan de un modo tedrico las xe gularidades esenciales de todas las direcciones de Ja actividad social o de esa actividad concebida ultifacética ¢ integra’menie, De esto se desprende que a la hora de desentreéar el contenido de fas ea- tegorias filoséficas, el principio rector debe ser el del andlisis multilateral, como tinico procedimiento capaz de exponer le naturaleza compleja, es deci, ico-eepiritual y cientifico-valorativa de. esta forma cualitativamente superior de universalidad. Por consiguiente, el instrumental conceptual de la filosofia no puede reducirse unilateralmente a cle mentos generalizados que provienen de manera di- recta sin eufrix cambios sustanciales, de las, cien- cias o de las formas ideoldgicas, De abi que la filosofia no pueda ni deba ituarse al mismo nivel de las ciencias particit'ares generales, mni colocarse en el mismo plano de las formas ideolégicas de la conciencia social. 79 craters on de moios de siutesis tanto para la ectividad 8 fea como pasa 1a actividad valorativa y price cet tenia Sin las entegorias filosSfices se hace ‘bible el proceso del pensar. Pov esta razén 1e git Gpoca acer ‘de eliminar In filosofia, ya que pid pisces de pensar presupone tn presen at categorie filoséficas. Engels cacribe: «Los softs simple: 1 de ella, Pero, Byna no pueden Togvar nada 6in pense y Pasa PED gr hace falta recurrir a las determinaciones d pensat jento, toman estas categorias, sin day: Penta de eto, de la contencia usual de las Tama- das gentes cultas.«* En sate sentido, In estructura categorial del pen- gamicnto tedrice de una época histérica determina- fy ce plasma ineludiblemente on el estilo Je pens Mnionto de esa pect, que se manifiesta y abre paso, fantra 1a voluntad de aquellos que seniagan de la filosofia, en todos los resultados de au pensamicn- toy accién. Asi, las categorlas sirven ds instrumen- toe tebrivo-metedoldgicas de In actividad cientifi ey practica del sufeto social, y hacen posible no flo ta produceién de nuevos coriocimientos y° va~ Jores, sino tambien actian en calidad de esquemas yera Ja interpretacién y orientactén de los resul- dos de la actividad humana. De “este “modo, 1s estructura categerial del pensamfento tedrico de fina época histérica conforma Ia armazéa légica a partir de Ja cual se puede dirigir.y fundamentar fa actividad préctico-social. ; ora bien, resta ‘atin’ por definir 1a ‘esp: dad de 1a Jorina filos6fica de reflejo dé la scalidad. Una vez que ha quedado establecsd La naturaleza peculiar del co séfico, sobre Ia que tanto se ha escrito y debatidy, no podré apichenderse en su especificidad imredugy tible hasta tanto no se supere el criterio unilateygy que pretende, en unas ocasiones, situar a la filgy sofia dentro. del sistema cor.temporinco do Tag ciencias, en calidad de una ci mids, y on otras. reducir la filosofia a una forma idcoldgica, sea és Ia politica, la religién o Ja moral. Estas posiciong unifaterales desvirbian 1a naturaleza propia del nocimiento filoséfico y generan iniitiles y no pocos pseudoprobl: ejemplo, el clasico problema de la clasificacion Ia filogofia como ciencia social. Una vez que se establezca con todo rigor la pecificidad del conocimiento filoséfico, poded co} ronderse con mayor acierto la funcién metodo gica de la filosotia en relacin con otras formas. de la actividad social, como son la ciencia y.ta prictica politica. $i se parte del criterio de que 185, categorias conforman la estructura légica de} pens samignto tedtico de una época histérica y si, ade. nis, s¢ explica e! proceso de la formacién de lag, | categorins filoséficas como sintesis de la practica social y.de la historia de las ciencias, puede, entons ces abordarse con mayor propied s ntido inverso; esto es, puede ex; e de mo arguinentado el papel que desempefian las categée. Has filoséficas ‘en relacién con 1a prictica social ge Id historia de las ciencias. Este aspecto del ari edclarecerd la funcién metodolégica de 1a filosof como «légica de la’ concepeién del mundo» y facilis tard; asimismo,’ la comprensién del proceso de) prédutcién-de conocimientos: filoséficos. Las categotias y las’ leyes filosdticas, concebie como determinaciones del pensamicnto tedrico, 8 ss que ta regibn. ‘9 dominio propio del quchacer filoséfica no es en: 81 80 entar el cardcter po que adapta la forma filosdtica de de Ja reatidad, Quiere esto decir que cién dal dominio de Ja investigacién filosstica al penszmiente tedrico, estructurade en un categorias, contribuye de manera decisiva a la com, prensién de la forma cosmovisiva del caber filosé. fico. A propésito de esto, el fildsofo sovit 1. Shinkaruk considera que la particular’ ductible del conocimiento filoséfico debe buscarse forzosashente en su objeto de estudio y no cn sug funciones y objetivos. Asi, segtin este autor: «La ork iad del abjeto del conocimiento filosdtico es triba en que éste se halla a la vez fuera de la con ciencla y en la conciencia, 0 mas ex ue éste re, slelimuita y del muzdo objetivo ~en eu relacién con la cote ciencia (pensamiento). Estas relaciones «v crea en el proceso histérico-social de la practica, que eu vex formé el pensamienta humano nl del . Jos nexos universales y necesarios en el mundo oe jetivo y convertirlos en las formas del pensamienty, (categorias), La coincidencia de estas formas esti y justamente dada por la unidad —, lad del pens ght et8 misma diteccién se man in: El objeto de estudio de la filosofia no consiste’ aquello ue de manera inmediata ha sido asimilado por la couicloncia cientifica 0 dtica, no se trata dal objeto tal cual éste ee da en In ciencia expect 82 sino del modo como se’ da ese abjeic. filoséfico la realidad social-no cen- simplemente en cl hombre y el mundo, sta aterminada relacién del hombre con el mundo, iodo de orlentacién, en un modo é¢ tomar ncia de si mismo en el mundo.” to de vista, a nuestro juicio acertad: de una parte, delimitar con precision ia propia de la investigacién filoséfica, y comprender con toda propiedad Ja forma de jmiento que labora 1a filosofia, a diferencia conoe Sr las clencias concretas y de las ideologias. Esta forma peculiar del conocimiento filoséfico no es que la forma cosmoyisiva. Sin embargo, 1a fi a s¢ distingue igualmente de’ la concepcién del mundo. Ella constituye, mas bien, una forma Hiar de concepeién del mundo o més exacle- la expresién tedrica de la concepeién del 0, esto €s, Ia ligica de la concepcién del mun- trminos generates, 1a concepeién del mun que aparece con anterioridad a Ja filosofia y a las Fenciss, puede set definida como autoconciencia gocia! del hombre y como modo de asimi practico-espiritual de la realidad. Pero. la filosofta, aun cuando s¢.defina frente a ins Clenclas y a las. formas valorativas de ta conciencia, social como Jacién practico-espititual de la realidad, se trata siempre de una forma tedrica de asimilacién de la realidad que, ademés, fija sus contenidos en una estructura especial: ‘las’ categorias del pensa- micnto tedrico, Esto explica que la naturaleza cos- movisiva del saber filoséfico Neve implicito a la ‘ver. uin eavdcter tedrico-cientifico © ideolégico-l. ‘sia, y que el partidismo filosdfico responda mulineamente a raices epistemolégicas’ y a raiect sociales o clasistas, como demostrara Lenin en su 83 v lad se deduce que ¢! semejante punto do vista concuerda de Teno egy ‘Je ia filosofla, sparta Ja tesis marxista de que la filosofia representa yy quintacsencla de una época histérico-< De este modo, la profundizacién en la 1 irreductible del sabir filosdfico, de su co de su forma, atestigua que el conoci fico debe por igual isferenciarse de las ¢ cretas y de las formas valorativas, asi como de ly concicneia cotidiana y de la concepcién del mundo: No obstante, es importante dejar establecido que | originalidad del saber filoséfico sblo puede captins al relacionar multilateralmente y no unilateralmen: te la filosofia con las restantes form: ciencia, Al insistir en la originaliciad e irreductibil Ja problematica filoséfica y de su problema fun mental, es ineludible pactir del principio Jenit de que la conciencia no solo refleja al mundo Sing que lo crea, Por lo tants. el mundo que aparece ante la concieneia filoséfica no es simplemente aquel 1, i6n o esfera exclusiva de la inve: gan de la filosofia es In estructura categerial del into tedrico de una época histérica deter que encarna la relaciénn activa hombre- 2. Esta estructura categorial se forma a partir de los resultados de la historia de Ia prictica social y de los conocimicntos cientificos, que al repetirse Jentos de millones de veces se fijan en forma de figuras y esquemas tdgicos con fuerza de axi 3. En esa estructura categorial se capta a de fa actividad social mul te concebida. 4. Las categorias filoséficas como determina- ones del pensamiento tienen una funcién primer- dial, a saber, permiten pensar; y el acto de pensar A consiste en enlazar, relacionar o vincular co ceptos, ideas y valores a través de la siutesis ca- y cl mundo que debe ser, esto es, el mundo que ge { tegorial. Por eso, 1a estructura categorial del pe eapta ¥ expresa a través de las necesidades y zamiento constituye el fundamento légico sobee la seos del sujeto de la prictica social, ‘base del cual se piensan, interpretan y ; an Jos. Por otra pai i 1c yaa, | eonocimicntos. clentifico-particulares y los. valores Clra Parte, es importante no perder de Vii | rie encauzan Ia actividad prdctico-ocial de la hu- aanidad, 5. ‘La generalizacién filoséfica no puede conce- birse como simple ampliacién de los contenides de ‘bs conceptos cientifico-particulares y de los valo: res generados ‘por las formas ideoldgicas, sino que dla representa ‘una forma de universalidad cuali- fativamente diferente a la generalidad que producen, las ciencias y las ideologias. fico. ¥ ello, como se ha visto, responde no sdlo al nivel alcanzado por ic conocimientos cient tL Ja. época de formaciin y desarrollo del marxisn sino, ademés, y sobre todo, a la esencia clasista' sus postulados, 84 * 85 é “| jorias filosSficas forman el estrato mas profundo i miento tedrice, es decir, su fundamento ic, sobre ce] cual se crigen otros estratos femados por los conceptos y leyes de las ciencias particulares y generales, por los valores ¢ ideales, jsi como por la experiencia cotidiana de la hi sidad. ‘Aun cuando toda forma de actividad humana esté ‘a otras formas de la conciencia s gid y fundamentada en y por la estructura ¢ pierden de vista el canicter pensamiento tebrico de una época histérica deter- de estudio, formas y funciones del sa ninada, ello no aflora directamente a la concienci, del sujete social, Por Io tanto, es a la reflexion filosofica a quien le corresponde la tarca de desen- cla naturaleza de la estructura del pensamien- 9 tedrico, hacerla consciente y exponerla sistemé: ficamente. De ahi, cl reclamo de los clasicos del aarxismo-leninismo de transformar la dialéctica consciente y espontanea en una dialéctica consciente y sistematizada, de cultivar el pensamiento ted- rico mediante el estudio de la filosofia y de su toria, de evar a cabo una alianza entre los cis tificos y los filésofos, Y de ahi, también, que Lenin 4 aribuyeca un papel de primer orden al analisis d fundamento tedrico-filoséfico de la actividad pric: tico-politica; y que sistemiticamente, al enfrentarse alos errores y desviaciones en el plano cientifico y en el plano politico pusiera al descubierto, desen- mascarandolos con igual detenimiento y agudeza aitica, las raices gnoseoligicas y metodolégicas que ss mottvaron. pensamiento teérico y a sus leyes o di nes categoriales, la filosofia marxista-l de, por un lado, argumentar el c: partidista de sus contenides, y, por ol das las tendencias cientificistas y be miento filoséfico marxista-len la concepcién ontologizante 0 gnoscolo; losofia tradicional, que al definir loséfico como eciencia de las clencias« naba a duplicar especulativamente los de las ciencias concretas y de las id: gica respecto a'la actividad de las prdctica social. EL papel que desempeiia la files reflejar directamente los diferentes fenémenos y’ eso de Ja realidad. La tarea de ia fitosofia com siste, por el contrario, en fundamentar Ja actividad | cognoscitiva y practico-espiritual del sujeto 6 A través, de la armazén légica que represct ma categorial del persami la_ actividad social. Esto explicn que el nexo de « categorial con la realidad esté mediado ceptos y valores que so gestan en el process 86 a7 See EL CIENTIFICISMO Y EL PRACTICISMQ: EN FILOSOFIA, CRITICA a DE LAS CONCEPCIONES ALTHUSSERIANA Y NEOALTHUSSL! Hasta aqui se han expuesto, por un | facetas del problema concerniente a la especificis del conocimiento filoséfico, despejadas por Jos cli, sicos del marxismo; y por otro, las nuevas interie gantes que sitian a la investigacion Lilésbfia marxista contemporatica en el car exdadey que queda ain por recorrer, Resta, cntonces; par ‘examinar criticamente las consecucncias que 6¢ de rivan de toda investigacion que tome un canting contrario, es decir, falgo. Son muchas y muy dive sas las vias que se apartan del camino abierto por ce] marvismo; Tal es la situacién de algunas concep ciones que, aun cuando pretenden retomar las ideas claboradas por Marx, Engels y Lenin, lejos de ob cebir ef problema del fin de la filosofia tradicional como requisite para comprcnder en su justa mediée rturaleza especifica de una nueva forma ad ser filosdfice, por el contrario, p et problema en términos tales que conducen Je form table al.fin de toda filosoffa. ‘ Ahora bien, en muchas ocasiones este fin de a en nombre de la p seva filosofia del mar cioncs teorieistas © cienti deformaciones practicistas, en ob 60s, la deformacién que sufre le filosof gaiide de su disolucién, bien 6ea en Ia clei va ca la ideologia o en la prictica polit i la importancia crucial que reviste Ja critica sta consecuente de estas posiciones, a} entrar 1g en el debate actual acerca de la naturaleza loséfico, Este andlisis critico, sin se a contraponer la verdad 1, bien a. Esto «az sobre si mismo y sobre lo falso (verum ica filosdfica de los errores ‘ones debe perseguir un objetivo cognos- ro desmayor aleance; a saber, desentraiar los fundamentos metedoldgicos del propio error. alabras, esta critica debe inspirarse minadas .a orientar , Inisqunda de las raices epistemolégicas ¢ ideo- Jegicas de toda desviacién tedrica o practica en el cl marxismo. De suerte tal que, el error no se combate y elimina por el sélo hecho de recha Jo o de enfrentarlo a la verdad; sino que es pre iso calar més hondo y demostrar tedricamente Jos findamentos metodolégicos del mismo. Pero al pro- fundizar en las bases 0 rafces epistemoldgicas del eror, légico es que penetremos con mayor hondura ientos gobre los que se crige la verdad. La eritica de la concepciéa ulthusseriana de la fi- los ¢ una significacién de primer orden para investigacién marxista-leninista actual acerca de raleza del conocimiento filoséfico, Y esto res- ponde no tanto a los aciestos, que indudablemente disten en la teorfa althusseriana de la Filosofia, sino oda a gus errores y desviaciones. Estas des. es son el resultado de una reduccién inicial te ta Filosofia a la clencia y de una posterior 2 de los contenidos del conocimiente file cf Ja politica y en una forma peculiar de eo manifestarse Ja lucha de clases ea la teoria, de puss de un intento frustrado de rectificacion,, | Como es conocido, el marxista y militante del Pay tido Comunista Francés, Louis Al 1 puso como objetive central de su obra desentraia, la esencia de la revolucién tesrica que Marx ints. duce al crear una concepeisn radicalmente nigy, de la filosofia y al scntar las bases de la cieng, de Ja historia, Al plantearse, a principios deJe afios 60, el problema de la especificidad y de la eign tificidad de Ja teorfa marxista, Althusser crela ello dar respuesta a una urgente tarea de la épocg) saber, restaurar la verdadera naturaleza de la den. cia marxista, que habia sido alterada por e! dogma. iismo y por el revisionismo existentes. Para eds. recer fa naturaleza particular de la filosofia mars. ta, Althusser consider$ necesario abordar, juste mente, el estudio de Ia relacién entre la filosofianti ciencias y las ideologias, y muy en especial, la te Jacién entre la ciencia marxista de la historia ( materialismo histérico)y 1a filosofia marxis ed materialismo dialéctice). Sin embargo, cl plantes miento unilateral’ y antidialéctico de tas relacignes entre la filosofia, Ja ciencia y las ideologias tele como resultado, que et una primera etapa (196). 1966), tas ideas althusseriarias sc inclinaran peli ne stimente hacia posiciones tcoricistas o cientificitiy y hacia_posiciones ia = Ahora bien, el balance critico de las concepdic: nes althusserianas, asi como el esclarecimiento: os fundamentos metodolagices y de las = y & i Py rt tas revisten on Ja actualidad una creciett , en virtud de la gran resonancia aut han tenido sus ideas en el marxismo contempar 90 la SiNO en otros paises cu- ropeos. y sobre todo wate algunas generaciones de de los Est idos y de paises lati soamericanos de fa nas décadas. En par te de Althusser ha dejado su richos economistas, slogos y fil&sofos de nucs- 110 hemisferfo, Esta sitsacién puede corroborarse a ple vista mediante un andlisis de las publica- evista ones marxistas latinoamericanas de los ikimas gaince aos, Al hacer meneién de la et Althusser en América Latina, es necesaric cuenta que muchos marxistas latinoamer!- nes iniciaron una de los clisicas de! sarxismo-leninismo, en especial de Bl capital ine- prados en el reel seriano de volver a favs. Este es el caso de la marxista chilena Masih Hamecker, cuyas triducciones al espaiiol de los frimeros ensayos de A\ en 1967, contribu yeron a difundir el pensamiento de este autor en nestro hemisferio, Por otra parte, debe dustace dlugar que ocupa el libro de M, Harnecker: Cor s elementales del materiatismo histérico en la gacién de la teoria marxista-leninista de ia ses, Este libro ha alcanzado r de ediciones en menos de fo las universidades y circe~ ° como afirma su autora on la " concedids, a la revista espaiiola Arqu- menos, en marzo de 1978. catca del medio center ince afios y ha reco} 4a ‘e estudio, que esté atin por desarrollar y que 0 alg tendemos abarear en los limites estrechas de este trabajo," exigitia de una ines, gacién interdis aria que analizara las obrag autores althusserianos y nocalthu pulos directos © lejanos de Alt ademas, detectara la intl nolegi anteamiento y seluctén de mies ctico en la teary mpordnea, Pexg iy gencrado. tng thusse ado fuerte serianismo a través del anilisis de la cmpleada, del p sélida corric nos en América Latina, hha enconty sitores como Adolfo Sanchez Vazquer, quien en obra Ciencia y Revolucién. El marxismo de Alfhu ser" desentrafta las raices teoricistas de sus res; y como Ludovico Silva” que hace una yal. 1 critica de la concepcién esquematizada que a ideas ets wr las Revistas: Dialéctica, & yarfta y Letras de ta Universidad de P lcos de México; Resi tte ottas 1 es preciso n lugar a dudes, Althusser, que into con Lucio Colletti, Galyana Della Volpe, Geor- fp Luckacs, y también J, P. Sartre, H, Marcuse, fh. Adorno y olros, constituyen la referencia obli- jada y cl prisina desde el cual muchos pensadores fol subcontinent leon ¢ interpretan a Marx. De a suerte, las ideas de estos pensadores conforma panto de partida del abigarrado mosaico de con- fpoiones neomarxistas y revisionistas contempord- eas en América Latina, y que, por supuesto, cocxis- va con !as posiciones marxistes consecuentes, vale joie marxista-lenini En este sentido, resulta presentativa la obra del comunista uraguayo Red- ny Arismendi,” Todo esto resalta la importancia tedrica ¢ ideo- ica del anblisis critico sobre las concepciones de y filosofia, Ia ciencia y la ideologia que encontra- n eritica de las 4eas althusserianas puede Hevarse 2 cabo desde la cguierda y desde 1a derecha; esto es, desde posi- :xistac-leninistas consecuentes y desde una marcadamente revisionista. Las criticas for- ser desde la izquienda co- que se le hicieran en cl Pleno Francés dedicado al desa- Filmarsista inglés John Lewls, los afios 1972 y 1973 varios art -xismi Today. Por su parte, muchos tedricos 93 menxigtas franceses como Guy Besse, Lucien SS Jasaues Textiet, Jean Pierre Cotten y otr one nismo al aborday iron sus eriticas al all tema de la dialéctica mater blicaciones y coloquies tedricos auspi: Centro de Estudios y de Investigaciones bign, sch “ kil. << Entre los criticos de derecha es p: quienes eh 1947 editaron un libro Altuusser, 7 de figuras abiertamente renccion; y antimarxistas como Raymond Aaron, guie! marxis:ios imaginados (Paris, 1969), tendidamente en posiciones de defens: mo puro frente a las concepciones de J. P. S L. Althusser, Si la-critica de izquierda se propo de los aspectos racionaies y de los ervores dela ‘ag ¢ ideolégicas de las desvia rlas, Ja critica de derecha tiene acentuar las desviaciones y los enfoques « presentes en las concepciones althusseria marxistno, hasta conducirlas a posiciones francamen te revisionistas y antimarsistas en la are de los casos, Esta, y no otra, es Ja si versiones neoalthusserianas que acusan 2 de no haber Iegado hasta In definitiva + de la filosofia dentro de la teoria marxi 94 {as ¥ Y wor 00, que wl ente de las ideas de Alth it de la filosofia mar partir del anélisis de las condiciones politicas concretas en las ventido, debe tenerse en cuenta que Althus ¢ como objetivo fundamental de todos tanto del primer period como del se- tedrica de gr Se PFOpON tos, cor las ideas Filoséficas de Marx, pres su obra, pero en xestado practices. De | Ja teflexién tedrica que se propone Althusser ‘ento de 1a existencia del pen: jarx, pero considerado come que, por lo tante, cit a ynte del reconocin faniento lilosdtico de gr pensamiento no explicito y wri buscar y exponer de forma to decir que el proyecto althusseriano, lejos iter filosdtico de! © smo, con iin de uta teoria sobre Ia Filosofia, que no 20 § qontra sistematicamente expuesta en Ja obra de Marx. Esta teorla, tanto en las obras de 1a primera gaps toaticista de su concepcién como en Ta segunda fgapa practicista, tendrit como fin el analisis del ob- jo de estudio, funciones y procedimientos de la filosofia. Esta observaci resenta un matiz, im portane a la hora de comparar las concepciones arianas y neoalthusserianas sobre 1a Filosofia, se vers mas adelante, olsa parte, el proyecto tedrico althusseriane we a un objetivo mayor de caracter extrali- pséfico en tanto sus motives y fines son cn lo fur ico, Por esta \ obra Por Marx, 95 ovimiento cine! jones sostenidas e: de rtorns, al s12809 pare | na fase anteriog gy, a pos aparicién de sus primeros escritos. Esa idea’ jy permitird comprender, mis a fonds, 1a contrag. ciones insuperables: en las que se ha del materialismo dialéctico. Asimismo, ¢ sre un divorcio infundamentado entre el mate- > dinléctico y el mater jatismo histérice ¥ 9 a plantear que este sikimo no es en ante ic0 we : eee erin una Gencia filoséfien ni tampoco entra @ parte de les contenidos de la dialéetice Estas consideraciones responden, como se adelante, a una concepcién errénea de la Shacion entre 1a teoria y la prictica, y entre la fi- , la ciencia y fas ideologias. + otra parte, Althusser establece una di ‘da entre 1a teorfa y cl metodo filos6fico, mo y la dialéctica, fa resnonde a una aion esquemdtica de la filosofia marxista que ima se corresponde con lo expuesto en las obras sicos del_marxismo-leniaismo. conio Althusser Hega e exponer Jas guiontes ‘ideas: «La filosofia marxista, como toda isciplina cientifica, 6¢ presenta bajo dos aspectos ina teorfa que expresa cl sistema raclonal de sus tos tedricos, y ua mitodo que expresa la re- que mantienc Ja tedria con su objeto cn su aplicacion al mismo. Se entiende que teoria y me iodo estén profundamente unidos y no constituyen s caras de una misma realidad: la discipli na cientifica en su vida'misma, Pero es importante guirlos para no dar, 0 bien una interpretacion dogmatica (teoria pura), o bien una interpretacién metodolgica (método puro) cei materialismo di oo. En el materialisme diaigeticn se puede ¢ licamente considerar que es el mudterialisio Po! €) que rapresenta el lado de 1a teoria, y 1a dial el Indo del mdtodo.+ i A su ver, Althusser reduce inexp problema fundamental de la filosofia al snateria me filosifico, concckide como teoria del cong, icnto. Sse materialismo filoséfico es, ademds, dis. Iéctica, plantea Althusser; cs decir, que wna yer separa lo inseparable: el materialisrso. y léctica, la teoria y el métode, despucs se afang initilmente por proclamar su unidad. Pero, en ésta version esquematizada de 1a filosofia marxista’ eg. sunidad» no se demuestra y sdlo se declara en’ thy reiteracién superflua y verbal: «Que el materialismo marxista sea necesuriamente dialéctico ‘es lo que distingue la filosofia materia. lista marx'sta de todas las {ilosofias 1 i anteriores. Que la dialéctica marx mente matetialista, es lo que di a de toda dialéctica ideulista, en particular de ia dialéctica hegeliana.»* . En verdad estamos muy lejos aqui de 1a compren- ién del principio Jeninista de Ja unidad de ia dis. éctica, la légien y la teoria del conocimiento. ¥ esta distancia no es otra que la que separa al modo uténticamente dialéctico de pensar del modo me tafisico. Dicho en otras palabras: ‘Ia, concepeiénal: thusseriana del materialismo dialéctico es 9 mplista y_ esquomatiz resultar de una lectura metafisica de los contenidos losdficos del marxismo, | Esta misma lectura metafisica ¢s la a serva en la injustificada divisin ¢ trodiice entre el materialismo dialéctico y Hialismo histérico; Jo que, a su vez, impi autor comprender en todas, sus fun Ia concepcién filoséfica marxista del m a este iquera 106 de esta lectura metafisica sdlo pod derse cuando abordemos Ja relacion fave it clencia y la ideolo rambicn, injustifieads es la solucion que Aithw que él n lector: gpor qué la fund histérico ha originado necesa: 1 del materialismo dialéctico? Ya 0 de plantear la pregunta se vislumbr -acion que este autor cstablece entre estas dos <, Segin Althusser a Jo largo de la histo snocimicnto humana se ha podido detectar iento de toda nueva ciencia trae como una a. E althusseriana, | tanto en Ta primera como en la segunda ets elrasoe obligada 0 includi é la filosef! ‘aber sido claborada a partir cls de que toda revolucién cientifica trae ays minds una modificacion sustancial en las foroa jstéricas del materialismo filoséfico. No obstante, terpretacién althusseriana de esa idea consti- ye una interpretacién ‘unilateral de un proceso al mucho més complejo en cl que intervicnen ciros factores, a saber, 1a propia historia real, Ia hia de clases, ast como el resto de Jas produc- siones idcolégicas y espirituales que de una u otra forma se integran en los contenidos del pensamiento filositico. En cambio, para Althusser, toda renov. iin de la esfera de la filosofia esti determinada a revolucién cientifica y, ademas, la siempre tiene un retraso en relacién con ta @ las Ciencias, lo que, como es sabido, ne gjusta a ka realidad de Jos hechos. 107 J Este esquema interpretative de Ja historia gy, |y filosofla a partir de la Nistoria de las cienci ; lugar a que Althusier, coticiba los hitos fund tales del desarrollo del pensamiento filosdtieg ir de lo que él denomina el descul need Jos grandes continet ra, Ia aparicion de las aatematicas yriegas prays, cacon jas modificaciones que condujeron al sug. Gionto dela filgsatia pletOnica; 1a formacion ge Ia Fisica moderna propicié el desarrollo de ta fio. sofia moderna de Descartes hasta Kant; Jo. mismo sucedié con Ia filosolia leibniziana que no 65 otra cosa que el resultado del cilculo infinitesimal, y con la filosofia husserliana que es el subprodig del desarrollo de la‘ légica matemitica. Siguiend la légica de esta interpretacién unilateral debt, historia de la filos:iia, vinculada primordialmente con Ia historia de las ciencias, donde aquella glo representa un eco lejano y retardado de esta ultin la fundacién de #la de 1a historia» pro Ja aparicién de Ia filesofia marxista. ‘e Pero, el solo hecho de que la filosotia mac constituya el subproducto de ela ciencia de la is torias, expliea, eegiin Althusser, la naturaleza pe culiar y revolucionaria del materialismo dialé En este sentido, Althusser sciala: a te3 de la clencia, De esta ae war por qué’ razén Ja filosofia mar lugar privilegiado en toda la historia de 1a filosatle, y ha hecho pasar In’ filosofia del estado de ideolo- gia al de disciplina cientifica. Quicre esto déet que Althusser no ¢4lo pretende explicar el surgi: tiento del materiaiicmo dialéctico a partir de Je creacién de una ciet e] materialismo hi olvidando ol resto de ins premisas objetivas y sib: jetivas que ‘¢ondicionan el proceso de formadén 108 filoséfica_ marxista constrifie la esencia Gesarrollo de la concepeién mundo, sino que, ademas, Imente nueva de esta filosofia a su cicntifici- despojada de toda «contaminaciéne ideoldgica. ta raz6n, para Althusser, 1a distancia que 6° ‘al materialismo dialéctico de las produccioncs vwoficas anteriores, ¢s Ja distancia que existe en- ae la transparencia, det discurso clentifico y 1a opa- ‘ad del reflejo deformado ¢ ilusorio de indole jjooldgico, Y, por-Jo tanto, la filosofla marxista, ve acuerdo con esta interpretacién teorlelsta y cien- gta, es una ciencla que nace como: resultado de fia clencia, y que, ademés, rompe. absolutamente fon 6u pasado ilusorlo y deformante, ‘esto ¢s, con toda forma ideolégica. seria injusto desconocer que el hace intervenir en este proceso del jencia filoséfica marxists otras faianclas, Ast, Althusser escribe: +Hadla falla uta preva Gilosofia capaz de pensar 1a insercidn his ica de la filosofla en 1a historia, eu relacién real con las. prdcticas cientificas y sociales (politicas, croadmicas, idcologicas), siempre déndose cuenta fe la relacién de conocimlento que -mantiene con fs objeto, Fue esta necesidad tedrica ta que’ dio fecimiento al taterlalisrao: dialéctico; 1a, tinica i+ fosofia que trata al conecimiento como el: proceso historic de: produccién de cohocimientos y que meflewjona sui nuevo objeto en cl matertalismo y la dialéctica a la vez, No obstante, aqui como ea giros momentos de su reflexién se monifies'a une ensign metafisica y, per nde, unilateral, de win proceso mucho: mds’ complejo, Para Althusssr ‘dl materialismo dialéctico es, en'esencia, una cons- truceién cientifica desideologizada que surge tni camente de 1a fundacién de otza‘ciencia, el mate: fo at Por supuesto, propio Althusser guegimiento de lac 109 a relacién de conse dord la funcién que Althusser atribuye al mo dialéctica: dar cuenta o explicar en qi rencia del reflejo ilusorio de ¢ este espiritu cientificista interpreta marxista-leninista acerea de la nce: grave. tevialis: stico: § consiste ictica cientifica y liberar esa priictica dela za de filésofos y cientificos y cl principio del parti lat: terpretacién falseada de las ideas conter obra de Lenin Materialisino y empit Por eso, leemos con sorpresa lo si 1a demostrado claramente en Materialis m erialismo nsistia, preci proporcionar los principios que pe guir la ideologia de la ciencia, en eviien as interpretac 110 dismo objetivo de Jn filosofia. Estas posiciones uni ta ales acerca dela naturaleza del conocimiento iloséfico marxista conducen a este autor a una int das en la mute: «Lenin lo y empl: ja razén de ser del te, elt distiny 5 tram! ies del: rialisme histérico mismo. De este modo ha Nionado la demostracién de que lo que él woe) Mposicién de partide en filosofia” os decir Pochazo ce toda ideologia y ta conciencia canes ge Ia teoria de Ja cientificidad, era wna exigencia, Folutaricate vital para la misma existencia y eh rollo no 6dlo de las ciencias naturales, sino de 3 sociales y sobre todo del materialismo gin lugar a dudas, nos encontramos ante una «ice tura culpables de los textos de los cldsicos del marx’s- rao, Pero sla culpabilidads de la Lectura ‘na no es 1a consecuencia de wna 6uperay 9 y del dogmatismo como él pre- cxlpabilidad del teoricismo inherente Ese tcoricismo, que Althusser re fonoce abiertamente en su segunda autocritica y que da Jugar a wia eegunda etapa en gus concep» Zones, Jo lleva al extremo de extracr de la lectura sailpablee del texto leninista conclusiones diamc- jralmente opuestas a las que alli se plantean Baste gehalar que ¢l principio Jeninista del pa abjetive en la Gilosofia y en tas cioncias sociales consiste en el reconocimfento explicito de que la cbjetividad de da ciencia marxista responde, €n iiuma instancia, a la posicién clasista ¢ ideclégica. monte comprometida de sus contenidos, De ahi que mn, incluso, Tegue a rechazar, como expresion de In esteecher, burgucsa, 1a ilusién del neutrafismo, del supra-partidisme © del objetivismo en la filo- sofia y en las clencias eockules, ‘Asimismo, Lenin combate las posiciones del par- tidismo subjetive en las ciencias, y que consister, em incorporar a sus contenidas presupuestes ideo elaborades y que hacen descender: 1a no-lenini Le at Wworla cieatifica a una simple seryidora de fuereay astituciones religiosas, politicas 0 juridicas, Entretanto, el paitidismo objetivo propugnadg. por Lenin -eignifica Ia solucign de los problemay cientificos a partiz del andlisis clentifico mista que ya de hecho presupone un punto de vista xe, volucionario ¢ ideslégicamente comprometido, § trata, en efecto, de pensar de forma dialdetica ly relacién interna entre la ciencia (objetividad) el valor, la ideologia (subjetividad). Y todo ell responde al hecho de que en el marxisiia fa neceei. dad hiistézica no ée concibe de mode «obj . dad i cibe vistany alalista, como tendentia inalcanzable, insuperable | donde Ja historia es dictadura fatal y el hombre wy simple instrumento' de ella. Para Leni contrario, Is scesidad hisisrica os sélo reyulavided abjetiva de la actividad del sujeto real de Ja listo~, 5 hombres, los grupos sociales, las clases, que sea tan importante comprender «qué clase social determina esa nocesidad,™ porque Ja realidad histérico-social no se construye a si misma como protende el apologista objetiyista, Y. la com prensién de la realidad social y dela ciencia, como. momento de ella, en tanto r ados de la activi- { a muitifacética, permite suniy no de nto- do ecléctico la ciencia y 1a ideologla, el objetivis. 19 -y el subjetivismo, esto cs, sumando factoves, cer una deduccion mionista’ 1 todo Io dicta, ¥ el partidisme siempre de-un: punto de vista idoolégica clasisis, Yor elo, Kania escribe: sel materialism presupene ol pas pone siempre el deber ate ot punio de vista po social concrete siempre que se enjuicie antecimientos* wgar a este punto, se hace necesario profi n la concepci6n altinusseriana de la relacis reoria y la préetica, la ciencia y la idcolo al mo; ya que es, justamente, a encuentra Ia clave para el andlisis de las qroviactnes cientificistas y anticientificistas y jsuas de su concep principio fundamental del que yo os otro que el de la xigurosa y absoluta distin- ia y la ideologia. Segan sus con- nposible comprender Ia especifi n partir de est ae prine » ciencia @ ideologia constituye paradgji- sara Althusser, el requisite que nos permi- a desentrafiar la naturaleza de la unién del jam con el movimiento obrero, esto es, de la teoria y la prdctica revolucionarias, Semejante pun- to de vista, requiere que nos detengamos inicialmen- ‘on el concepto althusseriano de ciencia e ideo- logia, para Inego analizar la forma espectfica de relacion que este pensador establece entre ambas: En los textos principales de la primera etapa de woluién del pensami althusseriano (Por Marx y Leer El capital), la ciencia es del come, forma espeeifica de prictica tedrica. Su especi- Jad consiste en fa aprop’ real y en la produceiéa de conocimientos, A su vez, ‘Althusser define la prdctica en general como stodo proeso.de transformacién de una materia prima cara detorminada en un producto determinade, hansformacién ¢fectuada por un trabajo humano dcteminado,. utilizendo medios (de “produccién”) terminados, En toda priictica asi concebida,

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