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“{ wa naa CAROLINGIO iat Sk Oe eet Oe eS ac) ~EDICION DE JAVIER DEL HOYO a “WG Sake At Ns Dominus) N(oster) Kar(olus) Imp(erator) PCus) F(elix) Pater) Platriae) Augtustus). RENOVATIO ROMAN) IMP(erii)". a a todos los pueblos cristianos del continente con tradicion romano-germana (desde los hispanos hasta los sajones) y atendié a mejorar los aspectos sociales: tutelé ‘a familia y el matrimonio cristiano, exalté el trabajo, fulminé la especula- ci6n, control6 pesas y medidas, condené el préstamo con i sus capitula- res estin llenos de disposiciones increiblemente precisas sobre estos aspectos). Ademés, Carlos tuvo la habilidad de “saber explotar las primeras manifes- taciones del despertar cultural de occidente, restaurando las escuelas, agru- pando en tomo (a él) a maestros y sabios’ (P. Riché). Su afan por Ia cultura le hize intervenir en la ensefanza y en la creacién de escuelas, Su sincera pre- ocupacién religiosa le empuj6 a procurar a su manera- la reforma de la vida mondstica y la organizaci6n de la vida eclesiastica, teniendo la rara prudencia de remitirse en diltima instancia al Romano Pontifice en asuntos doctrinales, matiz éste que suele pasar desapercibido frecuentemente. Carlos contaba, ademds, con el edificio institucional franco, que “en sus lineas maestras y esenciales mecanismos (configuré) el modelo, la matriz. fun- dacioral ce las monarquias europeo-occidentales” (A. Martin Duque). Dicho edificio cantaba con dos firmes apoyaturas: unos mecanismos de poder cen- tral y, sobre todo, una potestad local eficaz y, por lo general, fiel, El principe, nuevo Emperador cristiano de occidente, jefe supremo de todos Jos tertitorios € instituciones (pero no un déspota oriental, porque entendia su poder como recibido por la gracia de Dios -rubricado por la “uncién” o “con- sagracién’— para la defensa y salvacion del pueblo cristiano) estaba auxiliado en sus funciones por un equipo de gobierno central, formado bisicamente por el senescal (jefe de los servicios interiores de palacio), el camarero (admi- nistrador del tesoro real), el conde palatino (experto en derecho, que preside el tribunal en ausencia del monarca), el canciller (novario del Emperador) y el archicapellan (jefe de los servicios religiosos de palacio) Conforme a la tradicion germanica, el Emperador, ademés, tenia que con- tar para su gobierno con los grandes del reino (populiss). Esta costumbre habia dado lugar al nacimiento de las asambleas generales (denominadas en los Ana- Jes como synodus, conventus, concilium, placitum indistinamente), meramente consultivas, que -convocadas una vez.al ao (generalmente en primavera) en los lugares centrales del imperio (Aquisgrin, Thionville, Ingelheim, etc)- posi- bilitaban al Emperador escuchar las opiniones de Ics grandes sobre asuntos importantes. Muchas de estas reuniones se concretarian en los capitulares que, escritos para dar mas fuerza a los acuerdos tomados y organizados en capitu- se convertirin en leyes. Son importantes en nuestra época los de Aquisgran ~afto 802-, Thionville ~afto 895-, Capitulare Monasti- cttm—ano 817-, Admonitio del ano 822, etc. No basiaba, sin embargo, la sola accién de un hombre, por valioso y capaz que fuese. Hacia falta la aportacion de todo un grupo humano dispuesto a contagiar de vigor a todo el reino franco. Ese grupo existi6. Carlos consiguid unir a colectivos humanos distintos en territorios inmensos y acert6 a instalar como gobernadores por todo el imperio a miembros de la aristocracia austra- siana y a sus fideles (Warin en Spoleto, Guy en Bretafia, Guillermo en Toulou- se, etc), De esta forma, este territorio inmenso encontré una eficaz estructura de gobierno local que reposaba basicamente sobre los condes. 23 Estos “mandatarios naturales” fueron en principio designados por el rey, segiin la confianza que le merecieran, para ejercer sus funciones en nombre del monarca, pero luego los titulos condales fueron haciéndose vitalicios a lo largo del siglo 1x, creando verdaderas dinastias, con lo que esto suponia de peli- gro de frgmentacion y “regionalizacién” del poder, Carlomagno lo habia intui- do, por eso exigié con firmeza a la nobleza el vasallaje (juramento de fideli- dad personal), favorecié la inmunidad (privilegios concedidos a entidades religiosas sobre todo, por medio de los cuales el heneficiado quedaha segre- gado de alguna manera de la autoridad condal) y, sobre todo, puso en funcio- namiento los missi dominici, que en sus distintas variantes venian a ser dos delegados -uno laico y otro religioso— temporales (cuatro meses de gestion al ‘afto, como maximo) de la poiesias imperial. Elegi¢os entre los grandes perso najes del imperio, ejercieron el control de los nobles territoriales desde 779 hasta mediados del siglo 1x. Finalmente Carlos conté, sobre todo, con ¢l apoyo insustituible de los hom- bres de la Iglesia. Ellos fueron los verdaderos sustentadores ideolgicos y en gran medida facticos del proyecto carolingio. 2.2. El objetivo propuesto por Carlos y su hijo Luis el Piadoso, fue el de instalar el reino de Dios en Ja tierra. Carlos y la Iglesia pretendieron la cre- atio imperii christians, el primer intento ~fragil si se quiere, pero profunda- meate certero y audaz en su concepcién- de “fundamentar una visi6n religio- sa del orden del mundo” (R, Folz), cristianizando las estructuras temporales ‘Todos los historiadores reconocen, de una forma u otra, que Carlomagno fue un cristiano de fe sincera y practica. Un poco ingenuo y popular en sus manifestaciones religiosas (incluyendo supersticiones del momento). Piacloso y caritativo ", Fragil en aspectos morales. ‘Conocedor de san Agustin, tanto por su lectura directa (“gozalva haciéndo- se leer la Ciudad de Dios de san Agustin’, comeata su notario Eginhardo *) como a través de la interpretaci6n de sus colaboradores (casi todos clérigos de gran cultura: Catulfo, Alcuino, Smaragdo, etc.), ira asimilando los principios teGricos del gobierno cristiano, tefidos de “agustinismo” politico (por ser fie- es a la denominacién discutible que H. Arquilliére da a la teorfa politica defen- dica por la mayor parte de los intelectuales carolingios), que intentara llevar a la practica tenazmente. Estos principios (que se mantienen y acent(ian en su hijo Luis) podrian resumirse en los siguiente: L® Carlos no se consideré nunca un nuevo Emperador romano, Todos los estudiosos del tema coinciden en afirmarlo ¥. 2.° Carlos, como anota H. Jedin , “enriquevera la concepei6n romano- pagana de imperio (pax fundada en el sefiorio) con la aportacion cristiana de Eginhardo (VCI, ¢. 26 y 27) traza un retrato de las piisicas cri cuentaba diariamente el templo, recitaba los salmos, demostraba gran etestera, Ibid. ©. 4. © Entre otros, W, Braunfels, J. Calmeue, 8, Pola, F. Ganshof, L. Halphen y P. Riché 1S Manual de Historia de la Iglesia, ll, Barcelona 1970, pp. 185-186. vas del Emperador: fre- yeralidael con los pobres, 24 amor y justicia (niicleo de la Civitas Dei agustiniana). Asi, la pax christiana, que era originariamente cosa de la Iglesia, vino a ser también responsabilidad del soberano”. 3° Consecuentemente (apunta L. Halphen) y por influencia de la Iglesia, Carlos adquiriré conciencia de los deberes que le incumben como cabeza de la comunidad sometida a su gobierno: crear un orden terreno que facilite al maximo la consecucién de dicho fin. Pero “consciente de la insuficien- cia politica del reino franco —apunta R. Folz~ Carlomagno quiso remediarlo apoy4ndose en la Iglesia y poniéndola al servicio del Estado, pero él se dio también por tarea (...) hacer del cristianismo el lazo esencial de los diverso: pueblos que componian su imperio’. Para ello el monarca cristiano debi seguir las ensefianzas de la Iglesia, proporcionadas sobre todo por el episco- pado franco. Los problemas aparecerin a la hora de su justa interpretacion. Solamente en este contexto mental se pueden comprender los esfuerzos del nuevo césar y los de su hijo Luis el Piadoso por conseguir la unidad, la justicia y la paz dentro de la christianitas, tanto en la sociedad civil como en la eclesidstica: Defensa de la Iglesia y orden en el Estado tienden a confun- dirse en la misma preocupacién espiritual (R. Folz), Es, por tanto, artificioso -si no imposible disociar de la actuacién de ambos Emperadores ~padre e hijo- la realidad civil de la eclesiastica (pese a los esfuerzos que hizo ya a mediados del siglo 1x el abad Ansegiso, reuniendo casi todz la legislacion de Carlomagno y Luis, y clasificandola en “eclesiastica” y “secular”). Por otra Parte, esta mezcla de ambitos no supuso subordinacion de lo espiritual a lo temporal (L. Halphen). Los rasgos distintivos de esta praxis imperial son ficiles de distinguir: 1.° El rector de la cristiandad es, en primer lugar, defensor de la Iglesia (Advocatus Ecclesiae) como pueblo cristiano que es. Por consiguiente: @) Tiene la obligacion personal de extender el reino de Dios. Segiin esto, no solamente debera favorecer la expansi6n misionera de los monjes, sino que él mismo debera propagar la fe, a su manera, mediante la guerra, apareciendo asi la idea de cruzada religiosa (A. Latreille). En esta dindmice se inscribiran las campafas ya referidas contra el islam hispanico de Zaragoza (aio 778), Bar- celona (afio 803) y, sobre todo, la interminable conquista y sumision de Sajo- nia (aftos 775 a 785), que tanto disgusté a Alcuino por los métodos violentos empleados, pero que supuso un paso més en la expansién de la cristiandad hacia el este de Europa 4) Bste compromiso defensivo supone también velar por la seguridad del Papa. Este convencimiento trajo como consecuencia la guerra y sometimien- to del reino lombardo (aio 74) y las donaciones a la Santa Sede (afio 786), pero también el vasallaje del Papa respecto del Emperador y el control de los. estados pontificios por missi imperiales (practica que se consagr6 definitiva- mente en la Constitutio romana decretada por Lotario en 823, a la que se hard referencia en su momento). 25 ) Una tercera responsabilidad defensiva ctafte todavia al rector de la cris- tiandad: la obligacién de la defensa de la ortodoxia. Asi se lo han indicado los teéricos del poder (Alcuino, Paulino de Aquileia, Leydrado de Lyon, Catul- fo, Smaragdo, etc). Carlos, con su peculiarfsima forma de actuar, intervendra contra la kerejfa adopcionista -sometiéndola a los sinodos de Ratisbona (aio 792), Frankfurt (ao 794), Aquisgran (afio 799)-, en el asunto del Filiogue tema tcologico mas de forma que de fondo y de indudable afirmaci6n de los tedlogos francos frente a los bizantinos- 0 el asunto de la adoraci6n de las ima- genes ~debatido en el sinodo de Frankfurt que se arrastrar durante el reina- do de su hijo Luis. Pero no es facil ver, como se ha pretendido, la injerencia del poder civi! en la teologia: todos los asuntos teol6gicos terminan en tiltima ins- iancia en manos del Papa o de los obispos. 2.° El gobernador de la cristiandad es un administrador de la mi asumiendo la compleja tarea de instaurar el orden en ella: @) Buscar, en primer lugar, la unidad. Hacia falta, para comenzar, una “apoyatura juridica firme” (J. Orlandis). Consigui6 del Papa una codificacion del derecho de Ia Iglesia —la Dionisio-Adrizna— que, enriquecida con apor- taciones visig6ticas hispanas, le sirvié de base para toda su legislacién poste- rior en los capitulares. Desde esta plataforma juridica, pretendi6 unificar las reglas de todos los monjes del imperio en la de san Benito, mandando traer un ejemplar de su regla desde Montecasino. Cuid6 'a organizaci6n territorial de la iglesia franca, revitalizando la pro- vincia eclesifstica, situando al frente de ella al metropolitano, bajo el que ¢sta- rian los obispos (la mayor parte de las veces propuestos por el Emperador, pero elegidos por el cabildo catedralicio) como sufraganeos al frente de las dig- cesis, En cuanto al clero secular procuré ~ayudado por los obispos— que los dlérigos vivieran en comin ~al menos en las ciudades para proteger su casti- dad. Asi, tanto Carlos como Luis, impulsaron la vita canonica, siguiende las directrices marcadas por Crodegango de Metz (ato 760), aunque esta medida no se Hlegé a generalizar en todo el imperio. Procuté un texto en Roma (afio 785) para la celebraci6n de la misa ~Sacra- mentario de Adriano I-. Pablo Diacono reunié las homilias de los santos Padres en un solo libro, como guia para todos los clérigos en sus sermones al puedlo. Promovi6, sin éxito, la edicion de un texto biblico oficial, sacacio de los o-igi- nales hebreos. Intent6 unificar también el sistema monetario, saneando el peso de la moneda y reduciendo las cecas de acufacion a la de Aquisgrin ". b) El Emperador cristiano de occidente luché también tenazmente por establecer la justicia. “Entre todos los deberes -apunta L. Halphen- no hay ninguno mas imperativo que el de asegurar a todos el pleno respeto asus derechos y una justicia escrupulosa’. Esta obligacion abarcara a todos, desde el mismo Emperador a los condes, pasando por los missi. Los capitulares 9 CE, Cupitulare missorum in Theodonis villa datum (Cap. 1, p. 125). 26 detallan una tipologia inmensa de infracciones con su correspondiente san- cin. Constituyen un verdadero monumento historico al esfuerzo por esca- par de la anarquia”®, ©) Era necesario dar un paso més en la cristianizacion de estructuras seguir la concordia pacis, que solamente puede emanar de la vivencia de la caridad y solidaridad. Estas palabras se repetiran constantemente en los capitalares. El Emperador -no sélo la [glesia~ es protector de los débiles”, por tanto todos en el imperio deberén vivir la hospitalidad ™, bien institu- cionalmente, creando o manteniendo hospicios, xenodoquias, leproserias, etc; bien personalmente, haciendo limosnas3 (solamente la abadia de San Riquier daba limosna diariamente a 300 pobres y 150 viudas, segtin G. Sch- niirer). Los seores deberin esforzarse para evitar la mendicidad y pobreza de sus vasallos. Pustigeré el deseo de lucto ~sobre todo en los elérigos‘~. Prohibird la acumulacidn de excedentes de producci6n y el préstamo con interés. Impon- dra tasas a los productos de primera necesidad para evitar la especulacién*. Procuré, con mediocres resultados, Ia cristianizacién de la institucion matri- monial -labor ardua, por lo arraigadas que estaban las costumbres germani- cas-luchando contra el incesto e intentando instaurar las normas de la Igle- sia de Roma, mas exigentes que las francas, sobre 1a disoluci6n del vinculo matrimonial, ete. Lz uniclad y concordia que Carlos pretendi sta parece la clave de su acierto politico— nunca fue uniformismo. El Emperador tuvo el instinto de intuit que “todo lo que era germanico debia permanecer plural, pero todo lo que era latino (debia convertirse) en unitario” (W. Braunfels). También tuvo la fortuna que le faltard a su hijo Luis todo hay que decirlo- de no poder dividir, aunque lo intent6, su herencia politica (qué hubiera ocurrido?). Asi se consiguié que “cada region del imperio viviera por si segin sus propias tradiciones y leyes pero, al mismo tiempo, el occidente cristiano era uno” (M. Pacaut). 2" Comentadas por L. Halphen, Carlomagno y ef imperio carotingto, pp. 141-144, 2) Capitutare missorum generale Cap. 1, p. 93): "Que C..) ni las viudas, huérfanos 0 peregri- 10s (ufran) fraude o robo w otra injuria; porque el mismo Emperaddor (..) se constituye en deten- sory protector de ellos’ P Admonitio Generalis (Cap. 1, p. 60). *75. Que los enfermos, peregrinas y pobres, sean reci- bidos en todos los sitios regular y CanGnicamenie Capitulars missorum generale (ibid, p. 96): 27. Que en todo ruestto eino no se niegue hos- pitaldad nia los ricos nia los pobres nia los peregrinos" 2 Gapitularta per episcopos et comites Gi, 141): "1. Pongan empefo en ayudar a los indi- gentes proveyéndoles de viveres, cle forma que no mueran de hambre. 21 Capituld (...) eum epixcopis et abbatibus Cid. p. 163): “5. Inve eclesiisticos) desheredan de sus legitimas heredades 0 expolian de sus cosas a los que son menos doctosy cautos..” ® Gapitula cum primis constitute id, p. 149): cio del propuesto), pague cuxrenta sueldos: % Gapitula Caroli Magni (iid. p. 143): "3. Y si alguno adulterase con su madre, hermana, tia ‘© sobrina, pierda igualmente su heredad” ‘Adionitio Generals (bid, p. 56): "43. Que ninguna esposa abandonada por su marido rect- «1 a oiro hombre en vida de Su marido; ni hombre alguno reciba otra, en vida de su primera esposa", i alguno venciese o comprase a mayor (pre- 27 3. Eleamino emprendido fue el de la fundamentaci6n de una nueva cul- tura, una cosmovisi6n que sistematizara tedo desde un tinico punto de vista una fe, un arte, una mentalidad cristianas, preparando una sintesis entre ele- mentos valiosos, pero dispersos. Este empefio es el que ha pasado a la histo- ria con €. nombre de Renacimiento Carolingio (término inadecuado, por- que alli no “renacié” nada)??, Ocurri6 algo mucho mas profundo e interesante se Ilevé a cabo una creaci6n original desde elementos preexistentes. Lo que alli apareci6 no fue el imperio romane de occidente, ni por su extensi6r geogrifica, ni por su estructura politica ni por su entrafa religiosa. Se deberfa hablar mejor de creatio imperii christiani, que, pese a sus limitaciones, cons: tituye “el primer gran florecimiento de la cultura europea” (P. Riché). Fue Alcuino de York quien concret6 el plan, pero la idea venta desde Pipi- no, padre de Carlos, que estaba muy interesado por la formaci6n intelectual de os obispos (hay quien habla de “pre-renacimiento” carolingio). Esta funda- mentaci6n cultural de Europa abarc6 todos los ramos del saber del momento: Desde los puramente instrumentales (como la universalizaci6n de la letra mintiscula carolina, la depuraci6n de la lengua latina o la atenci6n prestacla a las nacientes lenguas populares), a los teoldgicos, ascéticos, exegéticos (en forma sin duda de grandes compilaciones, carentes muchas veces dle genio per- sonal), filos6ficos 0 astronémicos, pasando por las bellas artes (misica, arquitectura, mosaico, eboraria, miniatura, etc) Pero este primer ensayo cultural sobreszle, sobre todo, por la preocupaci6n por la formacién del clero para que éste, a su vez, pudiera instruir al pueblo. [No podia ser de otra forma si se pretendfan infundir nuevos valores que alen- taran “una regeneracién completa de la sociedad eclesiastica y laica” (R. Folz)l Esta “politica escolar” -gesto verdaderamerte progresista de los carolingios~ fue una constante. En la Admonitio generalis de 789 (inspirada por Alcuino) se exhoria a la creaci6n de escuelas monacales y episcopales, “para que el pue- blo y los sacerdotes entiendan lo que se redica”, y “los nifios aprendan sal- mos, nolas, cinticos, etc” 8, No fue facil llevar a la priictica estas propuestas, pero Leydrado de Lyon y Teodulfo de Orleans consiguieron hacerlas realidad en sus respectivas sedes episcopales ™. Luis el Piadoso siguié la misma linea de actuaci6n que su padre. Tras el sinc- do de Aix, en 817, volvi6 a insistirse en que las grandes abadias abrieran escue- las para los oblatos (algunas lo hicieron: San Gall iba a la cabeza con doce salas de estudio), En la Admonitio generalis del atio 822, los obispos se Jamentaban de no haber organizado las escuelas como debieran *’, En el afio 825, Luis 27 Fontaine insiste en la conveniencia de lamar a este petiodo reforma carvlingla, porque el ténmino "Rendcimiento”, supone una muerte previa (De la pluralité a Yunité dans le ‘latin eare- lingien’?’, en Nascita dell Europa ed Europa carolingia: un’ equazione da venficire, Spoleto 1981, tlh p. 748, not 3) Cap. p. 59. 2 Teydrido escribfa a Carlomagno en 813, dindole cuenta de los resultados de estas escuclas y del regimen de estudios (Ep, I, pp. 543-544). Teodalfo, en su Capitula ad presbyterus PL, 105, Gol, 196, XIX y XX) da instrucciones muy concretas al clero campesino para que abran escueles sgeatuitas por las alles, 39 Capitula ab episcopis Altiniact data (Cap. 1, r. 357): *3. En cambio hasta el momento, en cuanto as escuela, hemos puesto menos afin dl ue debigeamos.” 238 exhortard de nuevo a los obispos olvidadizos para que pongan en prictica lo que prometieron tres aftos antes}, Mientras, Lotario levaba a cabo una nueva experiencia en Italia (asamblea de Corte ’Ollona, junto a Pavia) creandlo nueve centros escolares para la perfecci6n de los estudios de los expertos 2. Un afio después, el papa Eugenio II imitaba al rey, Faciendo algo parecido en los esta- dos pontificios. En el afio 829 los obispos sugerian al emperador Luis seguir el ejemplo patemo para establecer por su propia autoridad “escuelas piiblicas” en tres enclaves del imperio, Tras el reparto de Verdiin (afto 843), desaparecida la realidad territorial del imperio, no desapareci6, sin erabargo, la inquietud cul- tural. Los Papas, Carlos el Calvo y Lotario Tl, estuvieron atentos al tema, La reno- vatio continuara durante todo el siglo xy gran parte del siglo x. Con frecuencia se habla de resultados mediocres al referirse a la apuesta cul- tural carolingia. Esta afirmaci6n parece cierta solamente en parte. Si las limita- ciones materiales (como los escasos libros -1a gran abadia ce Reichenau tenia quiza en sus mejores momentos unos quinientos-) o geograficas fueron reales y los resultados escolares del primer renacimiento (época de Carlomagno) fue- ron modestos, destacan, sin embargo, varias aportaciones interesantes. En pri- mer lugar, Europa occidental comenzara a independizarse en su pensa- miento de oriente. En segundo lugar, los principales centros culturales y religiosos se van desplazando desde el Mediterraneo hacia el coraz6n de Europa occidental, pudiéndose inscribir la mayorfa de ellos en un tridngulo aproximado entre Korwey, San Gall y San Wandrille (mapa 5). En tercer lugar, sies cierto que la cultura se clericaliz6, también lo es que gracias a los carolin- gios se purificd y se salv6 el latin como lengua de la Iglesia y la cultura, quedando custodiada para el futuro en el interior de los monasterios sobre todo. La IGLESIA Protagonista excepcional en la creaci6n de los fundamentos de Europa fue la Iglesia de occidente (la oriental estaba viviendo una trayectoria propia, que ter- minarfa pronto en el cisma de Focio). {ntimamente presente en todas las singla- duras de la historia de Europa, se hace omnipresente en este momento. Los caro- lingios fueron legitimados en su poder mediante la “uncion” de sus monarcas. La realidad cultural carolingia fue obra del clero cat6lico. El contenido de la mayor parte de su floracién intelectual es religioso, asi como su finalidad. La expansion de los limites del imperio estuvo ligada siempre a la evangelizaci6n. La cohesion interna del imperio carolingio fue un hecho real gracias a la “fusion de los pue- blos cristianos” (M. Pacaut). Y finalmente, cuando ese organismo politico entre en fermentaci6n bajo el reinado del Piadoso, la Iglesia se presentari “como la ‘inica fuerza capaz de salvaguardar la unidad del pueblo cristiano” (L, Halphen). 3! Admonitio ad omnes regni ordines (ibid. p. 304): “6, No sea descuidads (la creacién de) escuelas para instruir y educar a los ninos (...) como nos prometisteis en tiempo pasado en ‘stgny. EP Captulare Olonnense (Cap. p. 305) 29 El peso especifico de esta instituci6n civilizadora nos invita a proyectar una mirada sobre sus pilares fundamentales que, expresados de manera simbélica, podrfan semejar su cabeza (elemento rector), su cuerpo (capacidad de accion) y su coraz6n (impulso vital). 1. La cabeza de la Iglesia es el Papado. Y la primera impresion que ofrece esta institucion durante la primera mitad del siglo 1x es la de gran fragilidad interna (que contrasta con la segunda mitad del siglo, en que pontifices como Nicolés Ty Juan VIII exaltan al maximo la figura del Papa como rector indiscu- tible de Europa). Esta fragilidad parece impuesta por dos factores. El primero, la precariedad temporal de la gestion de los pontifices, imposibiliténdoles para llevar a cabo nada eficaz. En los cuarenta y tres afios que transcurren desde la coronacion de Carlomagno hasta el reparto de Verdin, gobemaron la Iglesia seis pontifices (Valentin goberné cuarenta dias; Esteban IV, siete meses. Consi- dérese como comparacion que en lo que va del siglo xx han regido la Iglesia ocho). A esto hay que afiadir un segundo factor: las desafortunadas tensiones interiores que debilitaron y relativizaron su autoridad. Tres partidos pugnaban par el control de la Iglesia en Roma: el imperial (representado por los francos), el senatorial (aristocracia romana de rancia tradici6n, aferraca a sus titulos y foco constante de intrigas) y el papal (burocracia eclesidistica, formada por fun- cionarios de grandes dotes personales algunos, pero de baja extracci6n social muchos de ellos). Los Papas experimentaron en si mismos estas divisiones sin poder solucio- narlas, Leon III, de humilde origen, fue victima de una revueltz promovida por los familiares del Papa anterior (procedente de la nobleza), en la que estuvo a punto de perecer o quedar ciego si no huye, auxiliado por sus partidarios (sus enemigos le imputaban crimenes) 3, Pascual I se vio envuelto en la sublevaci6n de 823 que reprimi6 durisimamente, mandando degollar a dos altos funciona- rios francos (Teodoro y Leén)*#. Cuando muri6, el pueblo romano se puso a que fuera inhumado en San Pedro. Eugenio II, candidato imperial, hubo de soportar las agresiones de la nobleza romana hasia el punto de provocar la inter- venci6n de Lotario como “pacificador’, limitando al maximo, como conse- cvencia, la autonomfa papal. ‘sin embargo, todos los pontifices fueron verdaderamente celosos de su autono- mia frente al Emperador. Los Papas eran jefes civiles de Roma desde Gregorio I (papa centre los afios 590 y 604). Fueron acumulando posesiones alrededor de la Ciudad Eter- na hasta crearse el Patrimonium Petri (mapa 6). Lucharon por liberarse de la tutela bizantina. Pidieron protecci6n a los francos contra los enemigos circundantes, Aque- llos reconocerian la realidad de los Estados Pontificios (afio 756) tendiendo siempre a ampliarlos, pero exigiendo del Pontifice una sujecion civil a los Emperadores. 3 De hecho, Carlomagno encomendé la investigacién de los dcontecimientos a una comision de obispos. Los testimonios de los interrogados debieron ser comprometedores para el Papa. Esto proved la presencia (lel Emperador en Roma (24 de noviembre). Se convocd un sinodo en el que ElPapa se exculpo ante la asamblea (cf. AE, a. 799 y 800; L. Duchesne, Liber Pontificais,t.,p. ‘Cf AE, 2. 823; Astronomo, VEIll,c. 37; Thegan, VHli,c, 30. Volveremos sobre el tema en su momento. SAE, a, 824: “Acordé enviar a Roma a su hijo Lotario C..) para que (..) estableciers y firmara con el mievo pontifice y con cl pueblo romano lo que la necesidad de los asuntos pareciera exigir. 30 A este respecto pueden rastrearse como dos etapas. La primera llega hasta el pontificado de Eugenio II (afios 824-827). Ningtin pontifice hasta entonces, de hecho, habia esperado la autorizacion imperial para ser consagrado, limi- tandase a comunicar su eleccién al Emperador. Pascual I llegé incluso a con- seguir por escrito de aquél la no intervenci6n franca en la eleccién del ponti- fice (es el Pactum Ludovici, primer documento relativo a la Santa Sede que se conserva), Desde los acontecimientos desgraciados del afio 823 (asesinato de Teo- doro y Leén a que nos hemos referido) y con la intervenci6n de Lotario, este proceso de relativa autonomfa papal quedard abortado. En el afio 824 el nuevo para Eugenio II habra de jurar fidelidad ante un representante impe- rial y, necesitando la ayuda del Emperador frente al partido nobiliario, se replantearian nuevamente las relaciones entre el Papa y el Emperador, Nacia la Constitutio Romana que convertia al Estado pontificio “en una especie de protectorado franco” (L, Halphen) ya que, desde la perspectiva civil, el Papa quedaba subordinado a la autoridad imperial, pues aunque podia ser elegi- do libremente por el pueblo romano, no podria ser consagrado sin prestar un juramento de lealtad al Emperador3”, Gregorio IV también tuvo que some- terse a la misma norma, 2, El cuerpo que dio consistencia a la Iglesia en esta época es el episco- pado. Residentes en las grandes ciudades, los obispos se habfan convertido en la Gnica fuente de autoridad civil en los siglos turbulentos de la descomposi- cién del imperio romano. Acumularon mundanidad y riquezas en la época merovingia (pese a las depredaciones a que fueron sometidos en tempos de Carlos Martel), pero encontraron en la figura de san Bonifacio (#754) un res- taurador incansable de la vida diocesana en la primera mitad del siglo vu. En efecto, éste instituyé la figura del arzobispo (traida de Inglaterra) y restableci6 los sinodos anuales en que los sacerdotes rurales (victimas de una gran mise- ria cultural y moral) podian relacionarse con su pastor. El episcopado franco encontrar su gran momento con Carlomagno que, comportandose como guia supremo de la cristiandad, elegird a grandes figu- ras, empledndolos como consejeros y agentes de su politica. Con el Piadoso alcanzaran mayor vigor atin, A través de los sinodos, no dudardn en asumir el gobiemo de la Iglesia franca durante medio siglo, no temiendo acusar de igno- rancia al papa Adriano en el aio 825 por defender el concilio de Nicea®? 0 enfrertndose—un grupo de leales al Emperador-al papa Gregorio IV en 833, *6 Cap. 1, pp. 352-355. El Emperador se compromete bvisicamente en su nombre y en el de sus sucesores a no producir ofensa a la autoridad pontificia; no intervenir en materia politica o judi ial sin ser requerido por el Papa; no intervenir ni él ni Jos suyos en cuestiones suceso trono de san Pedro. 7 Cp. |. 325.324: 1 que rene elegido (no yea consagrado pontfie sin prestar juet- mento ante 10s enviados del Emperador y del pueblo, tal como lo hizo el papa Eugenio* 3 AE, a. 827: “ Al morir éste (Valentin) fue elegido el presbitero Gregorio del titulc de san Mar- (cos, pero no fue ordenado antes de que Megara a Roma el legado del Emperador y examinara cul habia sido la elecci6n del pueblo”. ® Cf. Cone, I, 2, p. 481. 31 tras la jornada de Rochtfeld “°, Tampoco tendrin inconveniente de erigirse en orientadores de la politica imperial a través de la teorizacion de Jonds de Or- leans en su De Institutione Regia, Hincmaro de Reims en su De ordine Palatii y sus Epistolae, o de las protestas de Agobardo de Lyon ante la politica de Tepartos del Emperador, en su De divisione imperiio su Apologeticus. Incluso corregirin al mismo Emperador imponiéndole, como se puede comprobar en Ja narraci6n analistica, una penitencia (Asamblea de Attigny en 822) 0 depo- niéndole en San Medardo de Soissons el aio 833, tras los acontecimientos de Liigenfeld. 3, El corazén de la Iglesia del siglo su impulso vital fue el monacato, La época que estudiamos ocupa el centro esiratégico de lo que se ha llamado la “era mondstica” (periodo que abarca desde la muerte de san Benito de Nur- sia ~aio 548— hasta la de san Bernardo de Claraval -afio 1156-). Durante estos cinco sigios, “los monjes constituyeron el rasgo especifico de la sociedad con- tinental ¢ insular, influyeron en ella a todos los niveles: espiritual, intelectual, litargico, artistico, administrativo, econémico (...) Tuvieron pricticamente el monopolio del estudio, de la vida espiritual (...) Su influencia en la vida de la Iglesia fue mucho mas importante que la del clero secular. Por sus costumbres _) dejaron impronta en toda la cristiandad occidental” (M. D. Knowles). Destacan en este momento hist6rico dos aspectos: el primero, los intentos de reestructuraci6n del monacato occidental; el segundo, el impulso dado a las misiones. 12 Cuando los carolingios llegaror al poder habia, segtin P. Riché, mas de trescientos monasterios en occidente, pero todos ellos afectados de una gran dispersion de estilos de vida (existian tres tipos: los fundados en los siglos vu y Vi, acogidos a diversas reglas, como San Martin de Tours, San Denis, etc,; los situados al este del Rin, creados por la aristocracia regional; y los monasterios de Aquitania, fundados por Benito de Aniano). Carlomagno deseé siempre una vida regular organizada (es decir, someti- da a la obediencia al abad) y estable entre los monjes, pero él mismo, de hecho, no favorecié demasiado la vida cenobitica por sus frecuentes seculari- zaciones en favor de los sefiores laicos, sometiendo de alguna forma el mona- cato a los avatares politicos del imperio. Sera en el reinado de su hijo cuando destaque la figura de san Benito de Aniano, Desde su retirada del mundo se dedic6 al estudio de las diversas reglas monisticas, llegando a escribir dos obras basicas para el monacato occidental: Codex Regularum y Concordia Regularum. Luis el Piadoso, amigo personal del monje, le mand6 instalarse cerca de Aquisgran (en el monasterio de Inda, que quiso fuera piloto para todos los del imperio: por él deberian pasar los monjes “0 Astronomo, VHIL, : “Cuando se difurdié el rumor (...) de que el Papa estaba alli con la intencion de atar con las redes de la excomuni6n, tanto al Emperador como a los obispos deso- Gentes asa voluntad C.) se desliz6 un poco de audacia entre los obispos files al Emperador vr fimar que de ning modo sucumbirtan ante lx cutoridad del Papa, sino que ~si vena lan Zando excomunione’~ marcharia excomulgade" 32 de otras comunidades). Luego, en 817, convocé en Aquisgran a todos los aba- des del imperio. De alli saldria Capitulare Monasticum, que era un esfuerzo colosal de organizacién y centralizaci6n, En cuanto al primer punto, desta- 6 el genio practico de Aniano por la importancia coneedida al oficio divino, al control de la gestién del abad por parte del capitulo monéstico, la division de * las rentas mondsticas en dos partes: una para el abad y otra para los monies (fre- nando asi el proceso de empobrecimiento de las comunidades por culpa de los abades laicos). Respecto del segundo, se le ha criticado que la centralizacion anulaba la autonomia monfstica querida por san Benitc de Nursia, pero los estu- diosos apuntan que el de Aniano supo adaptarse genialmente a la realidad del momento creando un inicio de legislacion comin y un principio de federacién de todos los monies que luego se consagraria definitivamente en Cluny. 22 Si la propagaci6n de la fe y de la civilizaci6n cristiana fue el principio rector de la politica de Carlos y de su hijo Luis, el siglo 1x ha pasado a la histo- tia como el siglo “francés” de las misiones, que estuvieron mayoritariamente en manos de los monjes. Antes de la Ilegada de Carlos al poder, la Iglesia de occidente habia escrito paginas muy bellas de evangelizaci6n (en el siglo vu destacaron los monjes irlandeses; en el vit, los anglosajones san Wilibrordo, san Winftido, etc.), pero gran parte de Europa era ain pagana. Carlomagno pretendié la cristianizacion de Sajonia por la fuerza de las armas, llegando a apadrinar en su bautismo a Widukind, lider saj6n, y creando la sede de Paderborn, Bajo el Piadoso, el esfuerzo misionero sigui6 orientado hacia Sajonia y se abrié a Escandinavia En 815, Wala obtuvo permiso de Luis para fundar Nueva Corbie (Korwey), junto al rio Weser, llamada a ser el foco cultural mas importante de Sajonia. En 822, Ebb6n de Reims fue enviado como legado pontificio a Dinamarca, acom- pafiado de los menjes Halitgario y Willerico. El aflo 825 fue el del bautismo de Harald, rey de los daneses, en Ingelheim. Poco después, Anskario llegaha hasta Suecia, para volver en 829 acompafiado del monje Witmar. En 831 se fund6 la sede de Hamburgo. Las invasiones normandas, destruyendo estas nuevas cristiandades, parali- zaron momentaneamente, hacia 840, este proceso evangelizador. 3. LA TRAYECTORIA HISTORICA DEL IMPERIO Los afios que transcurren entre 814 y 843 (en su mayorfa los del reinado de Luis el Piadoso) son de gran densidad. Considerados por la mayor parte de los historiadores como etapa de liquidaci6n del imperio carolingio, parece pre- ciso advertir que se trata mas bien de una etapa de confrontaciones inevita- bles, marcada por una serie de conflictos de intereses entrecruzados y diver- gentes (los de Luis contra los de sus hijos mayores, el idealismo del Emperador y el pragmatismo de la Emperatriz, las distintas tendencias de la nobleza), y de Gierta indecision por parte del Papado. Estas tensiones, que provocaran una profunda metamorfosis en el impe- rium la primera de la Edad Media— se debieron a dos factores convergentes —humanos e ideoligicos— que es necesario recordar. 33 1) Los hombres que protagonizan este retazo de historia (el Emperador, sus hijos, su segunda esposa, los préceres que le rodean) merecen atenci6n, porque cada uno de ellos encierra una interesante clave para la interpretacion del momento: Luis el Piadoso habia nacido en 778 (afio de la derrota de Roncesvalles). Cuando sucedi6 a su padre tenia treinta y cinco afios. Era un hombre fisica~ mente fuerte, intrépido y deportista, como su padre}, pero mas fragil psico- logicamente (posefa un cardcter débil ¢ influenciable). Muy religioso, sus bid- grafos le proponen como modelo de todas las virtudes *, Tallada su religiosidad a la manera monacal (por la influencia indudable de san Benito de ‘Aniano), su fe era mas profunda y cultivada que la de su padre Carlos, pero desgraciadamente menos laical. Unida esta bondad a su escaso caricter, es lo que ha permitido a algunos historiadores acivales atribuirle el apodo de ‘bona- chon’ (debonnairé), apelativo acaso merecido, a juzgar por el reproche que le hace uno de sus m4s devotos biégrafos “8, Estos datos de su caracter hay que retenerlos para entender su actuaci6n. ‘Luis habia tenido con Ermengarda, su primera esposa, tres hijos varones: Lotario, Pipino y Luis. Desde 817, Lotario gestionara los asuntos italianos, Pipino sustituiré a su padre en tierras aquitanas y Luis poseera autoridad sobre tierras germdnicas (de ahi su apodo de ‘Germénico’). ‘A los cuatro meses de morir Ermengarda (afio 818), el Emperador decidi6 contraer nuevas nupcias. Se decidié por Judit, una alamana de belleza ex- traordinaria, que le dara un hijo, Carlos -apodado el Calvo- causa de todas las discordias posteriores. También la Emperatriz. fue vista de distinta manera por sus contemporaneos: bella, culta, inteligente, atractiva para unos. Corruptora y perversa para otros “4. La verdad objetiva probablemente sea imposible esta- blecerla, pero los historiadores actuales patecen coincidir en afirmar que Judit no ces6 en sus esfuerzos hasta conseguir una herencia segura para toda su familia, sobre todo para su hijo. Entre los préceres, fueron formandose dos bandos. En primer lugar estaba el importante grupo ligado al Emperador por lazos familiares o de amistad intima. ‘Adalhardo y Wala eran primos bastardos del césar. Peligrosamente influyentes, fue- ron alejados inmediatamente de la corte y sustituidos por los aquitanos (Benito de Aniano, Helisachar, etc.), para ser repuestos después y posteriormente alejados dis- cretamente dela corte. Teodulfo de Orleans, el mejor poeta carolingio, cay6 tam- 71 Ermoldo el Negro lo presenta guerreando vigorosamente en el asedio de Barcelona, o cxzan- do agilmente (CE, v. 550-554, 2371 y 38). jEasrénome, Vil, Prolog Himoldo el Negro CE, vy ss, 1870 ys, 2456 y 85 Thegan VII, 3, 48 Asirgnomo, VHII, Prologees “Tan s6lo se le imputaha por parte de sus enemigos haber sucum- bido a una sola falta, la de ser demasiado clemente’. 4i‘Las fuentes narrativas estin llenas de referencias. Asi, Thegan VE, c. 26: “udlth) erat pulchra valde’. Freculfo de Lisieux (Ep, Ill, p. 319): "Si autem de venustate corporis (..) pulchritudine supe- ras omnes". Ermalco el Negro (CE, v. 2378): “Iudith, pulcherrima coniunx", Walafrido Estrabon Gr, Poet, 1, p.375 ss.) *Pulchra Rachel C... Duleis amore, valens animo, sermone faceta". Pas- ‘casio Radbeito, sin embargo, opinaba de otra forma (VW, I, ¢. 10): “moechiam (ludith) et univer- ‘sa turpia a conspectu palati pepulerant”. “CF. P. Riché, Les carulingiens, p. 152. 34 bi€n en desgracia afios después y murié en el destierro. Estos seran siempre los grandes defensores del imperio como unidad territorial indivisible. El otro grupo que se fue formando en tomo a Luis, estaba constituido por lo que podriamos definir como la aristocracia territorial laica. El Piadoso dio un paso renovador respecto de su padre en cuanto al sistema de gobiemo. Aunque siguié convocando las reuniones anuales ~incluso las multiplic— pre- firié para su gobierno un sistema de consejo formado por estos nobles territo- riales, ligados también a él por lazos familiares: Matftido, Hugo, Bernardo de Septimania, etc., que aparecerin citados en los Anates repetidas veces, pues sobre ellos gravité en gran medida la responsabilidad de las decisiones toma- das en el imperio de los francos. Esta aristocracia estar inevitablemente mas orientada hacia sus intereses concretos (condados, marquesados, etc.) que hacia las grandes concepciones politicas sobre el imperium o la christianitas. Los obispos francos desempefarin ahora una funci6n muy importante, Inte- lectuales y funcionarios de la politica carolingia se van a convertir en directores ideol6gicos del imperium ante las vacilaciones del momento. Son los grandes teorizadores politicos. Pero este grupo fue muy heterogéneo y se resiste a una sistematizacion: Agobardo de Lyon era un ‘agustinisia’ radical en su concep- ci6n del imperio. Jonas de Orleans también, pero se centr mas en la figura del rey y simpatizara con la versi6n politica de la fraternidad (confraternitas) de los reinos. Drogén de Metz seri un gran defensor de la dignidad imperial (nomen imperatoris), por eso se mantuvo siempre fiel a la persona del Empe- rador. Ebb6n de Reims fue siempre ambiguo y desconcertante. Rabano Mauro, prudente y discreto, se guardara bien de pronunciarse en politica. 2) En cuanto a los factores ideologicos, es obligado hacer aqui mencion -siquiera sea brevemente- del agustinismo politico, término acufiado por H. Arquilliére ~y bastante inadecuado como él mismo reconoce, puesto que atri- buye a san Agustin soluciones politicas extrahas a su pensamiento- para defi- nir una forma de reduccionismo politico consistente en “absorber el orden natural en el sobrenatural y, consecuentemente, (...) el derecho natural del Estado en el sobrenatural de la Iglesia” ®. Como cemuestra H. Arquilligre, fue Gregorio el Grande (Papa entre | afios 590 y 604) quien asign6 al Emperador bizantino como su mision primor- dial el servicio a la Iglesia, pero sin delimitar los dominios respectivos de cada autoridad, convirtiendo asi, sin pretenderlo, a la religiSn en un negociado de la politica imperial. Ese mismo pontifice instara a los monareas francos para que pongan su poder al servicio de la fe ortodoxa, convirtiendo en este caso, de manera inversa, la politica en una secci6n de la religion, San Isidoro de Sevilla (+ 636) hard suyas, desarrollandolas, las ideas del pon- tifice romano, incorporindolas a la practica politica de la monarquia visigod: De este modo, la “uncién” de los reyes les convierte en “ministros” de la Igle- sia, servidores cualificados de Dios. Seré ésta quien interprete autorizadamen- te la voluntad de Dios en cada momento “CE, “Augustinisme”, en Cat. I, col. 1046-1047. 35 Esta teorfa del poder (‘gregorisidorianismo’ politico, denominacién acaso més adecuada que la de ‘agustinismo’), verdadera desviacién que no puede identificarse con la concepcion cristiana auténtica del poder politico, puesto que no tiene fundamentacion escrituristica ni patristica, fue la que Carlo- magno y su hijo Luis llevaron a la practica, sin advertirlo quiz4, exponiéndose a realizar “la eliminacion de la vieja noci6n de Estado independiente y distin- to de la Iglesia” (H. Arquilliére), legitimo de por si. Ambos, que como francos nunca tuvieron una nocién politica demasiado clara del concepto romano de imperio, asumiran facilmente la idea de imperio cristiano, con el riesgo de que el Estado quede subsumido por las funciones religiosas. Solamente desde esta 6ptica se puede comprender con mayor nitidez el reinado complejo, casi ago- nico, del Piadoso que vamos a disefiar a continuacion. Para mayor facilidad de comprensi6n, se dividira este periodo en cuatro etapas. 3.1. Hacia la unidad ideal (avios 814-821) Entre los afios 814 y 821 Luis dio un giro importante y vigoroso a la con- cepci6n del imperium elaborada por su padre: “Mientras en los dias de Carlo- magno la Iglesia aparecia como incorporada al Estado, el nuevo régimen se propone(...) hacer predominar el pensamiento de la Iglesia sobre la razon de Estado” (L. Halphen). Por eso toda la preocupaci6n del nuevo Emperador sera “la purificacion y exaltacion de la Iglesia, cuerpo de Cristo, cuya armadura tem- poral es el imperio, concebido como Respublica christiana’ (A. Mastin Duque). Las medidas pricticas Hevadas a cabo fueron importantes. En primer lugar se cuid6 de universalizar el concepto de autoridad imperial: Luis ya no sera més rey de francos y lombardos. Luis es, “por la pro- videncia de Dios, Emperador y Augusto” *8. Aunque ya habia sido coronado Emperador por su padre en el afio 813, se dej6 coronar de nuevo en 816 en Reims per el recién elegido papa Esteban®. Reforz6 el caracter religioso (clerical, si se nos permite) de su gestién, eli- minando de la corte a las mujeres de dudosa moral, rodeandose de un equi- po de clérigos e intentando traer a palacio al mismo Benito de Aniano, su santo consejero *!, Pero sobre todo, Luis busc6 fundamentar las bases del nuevo orden ultimando la reforma de la Iglesia comenzada por su padre, presti- giando al Papado y declarando solemnemente la unidad imperial: 47 -Tanto Jesucristo, invitando “dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt, 22, 15-22) como san Pablo (Rom, 13, 1-7) 0 san Pedro (I Pe, 13-18), admiten la legitimidad de la existenctt de un orden civil distinto ¢ independiente del de a Iglesia (considérese que en el momento apost6l- 0 de Ia historia de la Iglesia en que escriben Pedro y Pablo, el Estado romano era encamizado ene- ‘igo de la misma). Los Santos Padres tambign reconocen esta realidad (cf. san Ireneo, Adverus bat resix, V, 24; san Ambrosio, Apisiolae, XVI, 6; sin Agustin, xpositio |.) ex epssiola ad Romanos, 72) “ih la Comstitutio le bispanis in Francorum regrium profugis prima (Cap. 1, p. 261), primer document del nuevo Emperador, Luis se intitula “Hludowicus, divina ordinante provident, impe- rator Augustus", y se dirige (préstese atenci6n) ‘omnibus ficelibus sanctae Dei Eccle: Chr AE, 2.816 50 Ctr. Gapitulare de disciplina Palatii Aquisgranensis (Cap. 1, p. 298) 51 Cfr. CM, a. 814 (SS, [, p. 31D; Ermoldo el Negro (CE, v. 1209-1249), 36 Enel aio 816 se abordé la reforma monistica®, reconduciendo al mona- cato Lacia sus funciones primigenias (clausura, oracién livirgica, trabajo manual, etc.) y la reforma clerical, tanto para los canénigos como para las canonesas con idénticas disposiciones®. El afio 817 protagonizé tres acontecimientos importantes. En primer lugar, a reuni6n celebrada con los abades del imperio el afio anterior daba lugar a Capitulare Monasticum, “carta magna de todos los cenobios del imperio” (A. Martin Duque), con Ja que se ponia fin, en teoria al menos, a la reforma mona- cal masculina. El segundo paso dado por el Emperador fue el de fijar por escrito algo de lo que ya habfa hablado quiz’ en Reims con el Papa: El Pactum Ludovici (del que yz hemos escrito al referirnos a la situacion de la Iglesia) era una corrobo- raci6n de la amistad entre el Papa y el Emperador, pero que suponfa un impor- tante cambio politico en las relaciones entre ambos poderes porque—como anota E, Amann— el “Privilegio” de Luis el Piadoso “erige en estado de dere- cho lo que en las dos elecciones anteriores era un simple hecho”, A principios del verano del aio 817 se llev6 a cabo el tercer gran aconteci- miento, la Ordinatio Imperii*, “carta de sucesion del imperio” (E, Amann). Se le habia pedido al Emperador que “de acuerdo con las costumbres de nuestros antepasados” promoviera el eventual reparto de sus estados. Luis lo llevé a cabo, pera no tanto siguiendo las costumbres francas, sino mediante una reor- ganizaci6n de nuevo estilo fundamentada en la “imposibilidad de quebrantar la unidad imperial con un reparto” (preambulo). Por ello, Lotatio fue procla- mado Emperador y Gnico heredero. Pipino y Luis heredarian Aquitania y Bavie- ra (mapa 7). Estos tendrian total libertad dentro de sus reinos pero, siendo vasa- los del Emperador, deberan rendirle pleitesfa una vez al afio. No podran tomar las armas -salvo ataque imprevisto- ni contraer matrimonio sin autorizaci6n de Lotario, Este, por su parte, debera acogerlos siempre fraternalmente y prote- getlos contra ataques de pueblos extranjeros, En caso de fallecimieato de uno de los hermanos menores de Lotario, el pueblo elegira al heredero entre los hijos del fallecido, sin posibilidad de dividir el reino. Si el fallecido careciera de hijos, el reino pasard el Emperador. Si el difunto fuera el Emperador (Lotario, en este caso), habria que elegir entre los dos hermanos supervivientes al futu- ro Emperador. Con distintos matices, la mayor parte de los historiadores coincide en afir- mar que la Ordinatio fue un compromiso de Luis entre la unidad que debfa mantener el imperium y la costumbre germénica del reparto. Si “por la monu- mental armonfa del conjunto y por su clara racionalidad ~anota H. Jedin- la Ordinatio representaba una cispide de la legislaci6n carolingia y una culmi- nacidn del renacimiento carolingio por cuyos hombres dirigentes fue proyec- tada”, también es cierto que representaba un paso arriesgadisimo, pues laten en ella intensamente los principios de la teoria politica gregorisidoriana —tenaz- 2 Chr. ALM, a. 815 (SS, I, p. 122) 5 Son la Tustifutio canoniicorum (Cone, 11.1, pp. 308-421) y a Insltutio Sanctimonialium Aquis- granensis (Cone, 1.1, pp. 421-456). 5 Texto completo en Cap. I, p. 270 ss. 37 mente reivindicados después por Agobardo de Lyon~ al entender el imperium como undad indivisible, a la manera de la Iglesia. Pero, ademas, la Ordinatio ofrecia una sutil fisura porque no habia previsto justamente la situacién que se iba a presentar pronto, que el emperador Luis tuviera nuevos descendientes. iResistiria este proyecto ideal los embates de las realidades familiares? El primero de éstos fue la rebelién de Bernardo de Italia, sobrino del Empe- rador: La Ordinatio no habia hecho la menor referencia a sus derechos. Ber- nardo se sintié preterido y se sudlev6 en otofo de ese mismo aio, apoyado por algunos aristocratas y obispos. El Emperador ataj6 decididamente la suble- vaci6n, En abril del afio 818 Bernardo era condenado a perder los ojos (perdi la vida, pues no resisti6 la brutal tortura). El reino de Italia pas6 a Lotario. Por el momento la unidad del imperio sala fortalecida ®. 3.2. Fisuras en la unidad (821-829) El 11 de febrero de 821 moria san Benito de Aniano. Con la desaparicion del mas intimo consejero del emperador Luis, los grandes principios teéricos del imperium van a ir desvaneciéndose en favor de los intereses concretos de una aristocracia territorial muy apegada a sus derechos y dificilmente contro- lable por el poder central, debido al colosalismo de un imperio que, por otra parte, iba perdiendo su fuerza expansiva. La extension formidable del imperio suponia “una multitud de regiones con su propia historia, legislaci6n, cultura, mentalidad’” (P. Riché). Asi, Francia, del Rin al Lowa. Sajonia, sometida por la fuerza. Baviera, intentando ser ella misma entre francos e italianos, Aquitania, al sur del Loira, nunca sometida totalmen- te y subcividida en Cataluia y Vesconia. Borgofia, regién de paso. Provenza, muy distante de los centros de poder. Italia, dominio extranjero siempre... Mul- titud de lenguas: vascos y bretones, lingua romanayy lingua teutisca—con sus diversos dialectos-, lengua franca en la corte... Diversidad de derechos: estan- do vigente la personalidad de las leyes, cada pueblo tiene la suya. Carlomagno hizo recogerlas por escrito 6, pero no las unific6. Esta complejidad del imperio habia empujado a Carlomagno a una inevitable regionalizaci6n del poder: Luis era rey de Aquitania, Pipino, y luego su hijo Bemardo, lo fueron de Italia. Estos reinos posefan sus propias cortes, cancillerias y monedas. Junte a esta realidad geopolitica se produjo “si no la completa fosilizacion del /imes, una declinacién mas acusada en la respuesta al desafio de las mag- nas empresas capaces de ahormar hacia el exterior los intereses de las fuerzas sociales del imperio” (A. Martin Duque). Asi, por ejemplo, se abandonarin los planes de “liberacion” de Hispania desde la marca del sur, sufriendo el conti- nuo hostigamiento de los vascones (afios 816 y 819). Aumentara la inseguridad en las rutas mediterraneas desde el aio 820. Comenzarin los primeros ataques SCE AE, a. 817 y 818, 2 Egnhad, VCl 29 “hizo recone esrb ls eyes de todos los pcs que extabn bajo su autoride!” 38 normandos en la zona norte, Luis llevara 2 cabo dos campaitas contra Morman el bret6n en los afios 818 y 835 (realmente mas defensivas que ofensivas), et No obstante todavia nada ha cambiado en el orden de los grandes ideales En mayo de 821, Luis exige a todos los nobles presentes en la asamblea de Nimega el juramento de respetar las disposiciones del ano 817, y este mismo juramento se lo exigié en octubre del mismo afio al resto de la nobleza (reu- nida en la asamblea dle Thionville con motivo de los esponsales de Lotario) que no hubiera estado presente en la primera. Como estos juramentos podian que- dar vacios de contenido si de alguna manera no se daban muestras de buena voluntad, el mismo Emperador dio ejemplo, concediendo amnistia general a todos los implicacos en la rebelién de Bernardo, restituyendo sus bienes con- fiscados y rehabilitando a Adalhardo%”. Pero faltaba dar un paso mas serio, que comprometiera a todos los sectores del imperio. El momento lleg6 en agosto de 822: En la asamblea de Attigny se decidié llevar a cabo un examen de conciencia y hacer una penitencia gene- ral. También en este caso Luis dio ejemplo, pidiendo absoluci6n de sus peca- dos y negligencias. Luego, les Hegé la vez a los obispos, responsables en gran medida de llevar a cabo las reformas propuestas por Carlomagno. Mas sutiles, ala vez que se acusaron, aprovecharon para pedir libertad de acci6n, culpar a los sefiores laicos de muchos malos ejemplos” y exigir la devolucién de los bie- nes eclesiasticos que el Emperador habia distribuido entre sus vasallos, lo que refleja la realidad de las relaciones entre el clero y el poder civil francos, En Attigny “se acentud el cariz religioso (clerical, mejor) del gobierno impe- rial” (L, Halphen). Esta reacci6n se comprende si se acierta a captar el deseo experimentado por muchos obispos de liberar a la Iglesia de la tutela ejercida por el Estado a través de los nombramieatos mas o menos arbitrarios de los dignatarios eclesiisticos 0 de las hipotecas ejercidas sobre los bienes de la Igle- sia franca, Tras la asamblea de Attigny, Lotario marchaba a Italia acompafiado de Wala, su consejero inseparable, Su primera gestion iba a traer consecuencias impor- tantes para las relaciones con la Santa Sede. En el dia de Pascua del afio 823 fue coronado por el papa Pascual I como Emperador Pero cuando todo pare- cia marchar por caminos de cordialidad, ‘ueron ajusticiados, como ya hemos dicho, en el verano de ese mismo aio (precisamente cuando Lotario se encon- traba ausente de Roma, en la corte imperial, para el bautizo de su hermano Car- Jos de quien era padrino) dos jefes de la curia pontificia, Teodoro y Leén, acu- sados de connivencia con los francos. Los ejecutores eran gentes del séquito papal. Se procedié a la investigacion; el Papa se exeulp6 en un sinodo, a la manera que lo hiciera Le6n III, No se sac6 nada en claro sobre el asunto SCF. AB, a 821 y822. 58 Tid, 2. 822. 5°CF, Capitula ab episcopis Attiniaci data (Cap. , pp. 357-358) © Los AE (a. 823) dejan entrever el problema: “los legados ir-periales no pudieron obtener informes fidedignos de lo sucedido”. Hay que completar esta natracion con la del Astronomo, ‘mucho mas explicta: “No pudiendo vengar el Emperador debidamente a los asesinaclos ~aunque mucho los queria estim6 que debés abandonar semejante investigacion” (VHIL,¢. 37), Theggan sale en defensa incondicienal Jel Papa, aporando datos snecdéuicos interés La Sinsolenca del pue- 39 En febrero del afio 824 morfa el Papa y, ante la inestabilidad provocada en Roma, Lotario hizo acto de presencia, Escuch6 quejas, restituy6 bienes usur- pados por la Santa Sede! y promulgé la Constitutio romana (a la que ya nos hemos referido) en la que se cuid6 no s6lo de reparar los dafios causados, sino sobre todo de dejar muy clara de nuevo la intervenci6n del Emperador en los asuntos de la Santa Sede (derogando de hecho el Pactum Ludovici) hasta someter al Papa bajo juramento™, ‘A partir del afio 824 las fisuras del gran edificio politico se iran convirtien- do en grietas cada vez mayores. Se imponia con toda crudeza una realidad de fondo: los buenos deseos del Emperador, manifestados en sus capitulares, no fueron suficientes para cercenar las ambiciones humanas. Lz aristocracia fran- ca estaba cada vez més enzarzada en rencillas cortesanas (el grupo de Lotario —Hiugo, Matfrido, Wala— era todopoderoso y preocupaba sensiblemente a Judit) © en abusos de poder contra la Iglesia. De esto hay varios testimonios. Luis tuvo que dar un toque de alarma con su Admonitio ad omnes regni ordines, ditigi- da.a los obispos, condes, abades y laicos, instando a la concordia y correccién de abusos, y enviando nuevos missi por todo el imperio a fin de que vigilasen la aplicaci6n practica de sus normas ®. Wala, por su parte, no cesalva de cla- mar, como otro Jeremias, al Emperador para que tomara nuevas medidas con- tra la corrupci6n. Los acontecimientos posteriores demostrargn la verosimilitud de estos temo- res, El primer percance se iba a producir a finales del afto 826. El godo Aizon, apoyado por el omeya cordobés, se sublevé en tierras catalanas, arrasando el condado de Barcelona. A principios del afio 827 el acontecimiento habia toma- do tal cariz que hubo de ponerse en marcha un gran ejército desde Aquitania, comandado por los todopoderosos Hugo y Matfrido, que se mostraron inten- cionadamente lentos para sacar de apuros a Bernardo de Septimania, ahijado del Emperador y defensor de Barcelona, que hubo de salvar lo mas agudo de la situaci6n en solitario ®. Pasado el peligro, lleg6 la hora de pedir responsa- bilidades. Una asamblea convocada en Aquisgran en febrero del afio 828 juzg6 alos dos condes y al duque de Friul. Acusados de negligencia, fueron castiga- dos con la pérdida de sus beneficios. La mecha se habia encendido. Hugo era suegro de Lotario. Su caida en desgracia era la de todo un grupo, que serfa sus- tituido por otro, en toro a Bernardo de Septimania. blo romano” al acusar de homicidio al Papa; el juramento de éste ante los legaclos imperiales, el pueblo romano, treinta y cuatro obispos, presbiteros, diéconos; la negativa del pueblo romano a enterrarle en San Pedro, etc. (VHI, c. 30) ‘1 Astronomo es nto: "(Al ir Loar quejas sobre lo ocurrido) descubri6 que por I igno- raneia 0 desidia de ciertos pontifices, pero también por el deseo insaciable de algunos jueces, fue ron confiscados injustamente los predios de muchos. Por esto, al devolver Lotario lo que injusta- mente se habia arrebatado, se produjo una gran alegria entre el pueblo zomano (..). Establecio también (..) que se enviaran a unos que, ejerciendo la potestad judicial, suministraran de forma equitativa fa justicia al pueblo" (O.c,, ¢. 38). *2 £1 documento completo, en Cap. i, pp. 323-324. Cap. L. pp. 303-308. £1 Astronomo da los nombres de Hugo y Matfrido (0 ¢., c. 40). Los AE, més cautelosos, no citan nombres, pero acusan: “si no hubiera sido por la desidia de los gererales del ejército fran- 0...) hubieran llegado a tiempo" (a. 827). 40 En diciembre de ese mismo aio, el Emperador, haciendo caso a las exhor- taciones de Wala, orden6 la convocatoria de cuatro sinodos en distintos luga- res del imperio para que los obispos estudiaran el panorama de reformas que era preciso llevar a cabo, Este acontecimiento es de suma importancia por- que ofrece otra pincelada complementaria de fa anterior, revelando la situa- cién moral del imperio. Ya en la carta de convocatoria, el Emperador ordena- ba un ayuno para conseguir de Dios el cese de los males que afligian al imperio. Luego, pedia que se detallaran todos los males y abusos que era opor- tuno corregir. Los obispos comenzaron sus trabajos en mayo del aio 829 y remitieron al Emperador las conclusiones. Por las actas del sinodo de Paris” ~Gnicas con- servadas-, sabemos que, reconociendo en primer lugar la codicia de muchos eclesiasticos, dedicaron el libro I a la reforma de la Iglesia, pero el libro I se ocup6 en amonestar severamente al Emperador, reccrdindole sus deberes y advirtiéndole que debia velar por la caridad, evitando que hombres “revesti- dos de dignidades palatinas se desgarren entre ellos por la envidia y la menti- ra”, etc. El final del informe estaba dedicado a presentar las peticiones de los obispos al Emperador: que se reconozca la dignidad sacerdotal, que se expul- se de la corte a los clérigos que no estan dentro de la ley can6nica, que se evi- ten las venganzas de sangre, que los proceres cumplan el precepto dominical, que el Emperador seleccione bitn a los abades y obispos, asi como a sus cola boradores y funcionarios que viven en palacio, etc. A la vista de este precioso documento, se descubre que tras quince afios de gestién imperial, el Piadoso no habia conseguido mejorar las costumbres tanto como hubiera deseado. En agosto del afio 829, tras la asamblea de Worms, el Emperador demostr6 que no habfa prestado la menor atenci6n a las recomendaciones de los obispos, pues tomé tres medidas desconcertantes tras las que no es dificil intuir la mano de Judit: Lotario fue enviado de nuevo a Italia, mientras que Bernardo de Septi- mania era elevado al cargo de camarero imperial ®, Wala, el inseparable conse- jero de Lotario, fue obligado a recluirse en Corbie®, mientras que la camarilla de Bernardo sustitufa en palacio a los antiguos consejeros de Luis el Piadoso. Final- mente, el Emperador anunci6 que creaba para su hijo Carlos un reino formado por las regiones de Alamania, Retia y Alsacia (mapa 8)7°, Decision ésta tanto mas inoportuna y arriesgada cuanto que fue tomada sin consultar la asamblea, Otorgar una herencia a Carlos era un asunto pendiente desde su nacimien- to. La Ordinatio del aio 817, como ya se ha visto, no consideraba la posibili- dad de que el Emperador tuviera nuevos hijos. El nacimiento de Carlos obli- CE. Pascasio Radberto, VW, c. 1 % Cap. Il, p.2: “La asamblea de obispos debe llevarse a cabo en cuatro lugares: Maguneia (..) Paris C..) Lyon (..) Toulouse” © Cone. IL.2, pp. 691-680. Al Astrnamo indamente realista: “Enterad (el Emperacon) de que aquellos 2 los que habia perdonado la ban soliviantando a muchos contra él ..) hizo camarero suyo a Ber- nardo, hasta en‘onces conde de la frontera hispanica; lo cual no acabé con el semillero cle discor- dias, sino que mas bien lo aument6” (VEIL, ¢. 43). O thid.,c. 45, ® Solamente Thegan hace alusién a este primer reparto (VHIL, ¢. 35). 4 gaba, por tanto, a replantearse la reforma de algunos articulos de la misma. En principio, cuando el Emperador comenté el problema con su primogénito, no hubo la menor dificultad porque las relaciones entre Luis y Lotario eran inme- jorables: el padre habia asociado a éste como ‘coemperador’”!, y Lotario, por su parte, habfa accedido a que al recién nacido se le atribuyera una porcién de herencia semejante a la de Pipino y Luis”, Pero ahora las cosas habian cam- biado sustancialmente: A Lotario se le desposeyé del nomen imperatoris’>. Por otra parte, el Piadoso habia decidido otorgar la herencia al pequefio sin hacer la menor menci6n a la Ordinatio. Advirtiéndolo o no, el Emperador habja abierto con su actuacién una formidable brecha por donde seria batido impla- cablemente: habia cometido un gesto de autoritarismo casi sacrilego (al no respetar la Ordinatio de 817) y una arbitrariedad caprichosa™. ‘Los ataques comenzaran inmediatamente. Primero contra Bernardo” y la emperatriz Judit 6, Luego, contra el mismo Luis. Wala desde su retiro prepa- taba el golpe, pues contaba con un apoyo incondicional en los hijos del Emperador. 7s y Lotario, emperadores y augustos, por la providencia divina” era la intitalacién hasta el momento (Cap. I p. 4. *? Nithardo CHLO, 1, c.3): “Lotario consintio y acept6 haj juramento que su padre diera x Car- Jos la parte del reino que quisiera C.) y ser en el fururo su tutor y defensor’ 73 Kgobardo, el gran defensor de la unidad imperial, reprocha al Piadoso: “Después, verda- derament,cambiuds(w) volun.) < nombre (de Letaro) ha sido omitido de los documen- tos" (DI, 4, 7 Bs Agobardo quien mejor resume el estado de opinion sobre el tema en la obra y capitulo citados en la nota precedente, Ofrecemos, resumido, el nicleo del mismo: “Cuando quisiste hacer 1 tu hijo (Lotario) participe del titulo imperial (nomen imperatoris), diste comienz0 a esto pre- funtandole al pucblo, y habiéadote respondiclo todos, al istante diste a conocer a todos que mien~ tras gozaras de buen salud darfas el tiulo imperial a aquel (de tus hijos) que de cualquier modo hubleras conocido te sefalara la voluntad de Dios. Después orcemaste que se pusiera por escrito. Que to cc se else Y lngo hice rar atados elec, ¥ he aq que, serra ran {sin previo consejo, al que elegiste con Dios, lo has rechazado sin la intervenci6n de Dios. Me ice que no se debe ocultar a vuestra excelencia que existe actualmente gran malestar entre los fembres a causa de tan contrarios y diversos juramentos’. "5 Pascasio Radberto, partidario de Wala y enemigo irreconcilable de Bernardo, ve asi al cams reto: “asesino (scelerats) que se Sumergié y sumergi6 a todos en un cenagal (volutabra)” (VW, 2, 7). *Hizo del palacio un prostibulo, dominado por la concubina (moechia), donde reina el adul- terio, ete.” Gbid,,c. 8) Nithardo, partidario de la causa de Carlos y de Judit (no demasiado amigo de Walt), recono- ceri anos despues que Bemardo “abusé de su poder e hizo daft a la replica” (HLQ, I, c. 3). 1a trayectoria vital de Bernardo demuestra que fue un ser intrigante: Hijo de san Guillermo, duque de Aguitania, aparece en la historia hacia 825 como conde de Barcelona, soportando su asedio en solitario, como ya se ha visto. Esta hazafia le prestigio, siendo nombrado camarero (jefe del tesoro) del Piadlaso, lo que le granjed grandes enemigos que le acusardn de mantener relacio- nes adalteras con la emperatriz Judit. En la sublevaciGn del afio 830 huy6 a Barcelona. Cuando veelva a la corte en 835, no recuperari ya el prestigio que tuvo anteriormente. En los anos turbu- Tentos que siguen hasta fa muere del Emperador fue enemigo de Lotario, que se vengara de él ase- sinando 2 sus hermanos Gaucelmo y Gerberga. La ambicion ilimitada de Bernardo le empujard a acumular poder mediante la astucis, aliindose con Pipino Il de Aquitania contra su anterior pro- tector Carlos el Calvo. Fracasé en st empeno por lo que hubo de retirarse a Borgofia. Carlos el Calvo intent6 eliminario varias veces, Lo consiguid en el ano 84, Te ademas de las denuncias veladas de Pascasio Radberto contra la emperatriz en VW, también Agobardo lr acusa de faltas graves: Lasciva, al enfriarse en las relaciones con su esposo (APF, I, CID, Frivola e infantil (ibid. c. V). Causa de todos los males (APF, Il, c. 1D. 42 Desde el afio 829 la narraci6n oficial y tnica de los acontecimientos del imperio, conocida como Anales Reales, es sustituida por un conjunto de narraciones adaptadas a los distintos reinos, destacando las de Francia y Ger- mania (Annales Bertinianiy Fuldenses respectivamente). Todo un simbolo: el mes de agosto del 829 presencié Ia firma del acta de defuncién del imperium (no de la idea imperial). Hay varios datos que permiten esta afir- macién: Luis el Piadoso, a sus cincuenta y un afios, parece que ha renuncia- do en lo intimo de su espiritu fatigado a la direcci6n real del imperio. Por una parte, desoy6 los consejos y peticiones de reforma que le hicieron los obis- pos reunidos en los distintos sinodos del imperio dos meses antes (ellos mis- mos se lo reprocharan afios después) 7’, Por otra, se constata que Luis no parece tener ya mas que una preocupacion dominante hasta la obsesi6n: la de asegurar firmemente la herencia de su pequeao Carlos. Los aconteci- mientos posteriores lo confirmaron. 3.3. La demolicion del imperio (830-840) “La década fatal que va del 829 al 840 y que acaba tragicamente con el rei- nado del segundo emperador carolingio, consuma la ruina del concepto uni- tario y de toda la noci6n de legitimidad (...) Luis el Piadoso es tan pronto des- tronado como restablecido. Hace repartos a cada vuelta de rueda de la fortuna bélica (...) las provincias toman fosicién unas contra otras. Los con- des camb:an de bando segiin sus intereses, la fidelidad est4 puesta en venta (...) Cuando Luis el Piadoso muera (...) nadie podra saber quién representa el derecho. Al embrollo politico se une el mis profundo desarraigo moral.” Esta demolicién del imperio descrita por J. Calmette, se llev6 a cabo en cinco momentos. 3.3.1. La sedicién del 830 Elestailido comenz6 el jueves santo, 14 de abril, como protesta por la con- vocatoria de una expedici6n contra los bretones, Las razones esgrimidas para justificar este levantamiento eran varias”, pero la verdadera razén se la ofre- cia Agobardo al Emperador en una carta que afortunadamente se conserva. Es ésta una reafirmaci6n de fidelidad del obispo hacia #1 Piadoso, pero también 7 Goneilium Aquisgranense (Cone. I, p. 723). 7 Ins obispos alegaron que no se respeto fa Semana Santa (cf. Epfscuporum de Poentientia, a. 3; Cap. Il, p. 54). El autor de AB (a. 830) expone que era inadecusdo el lugar tle convocatoria ‘Mas realistas parecen las opiniones que se dirigen contra Bemardo: “Parecia indtit la convacato- sia de la campafa, considerando quién la convocaba’ (AB, a, 830). El Astrénomo anota: “Los cabe- «illas de la opasicién (..) se presentaron a Pipino, hijo del Emperador, poniendo por delante (.) el descaro de costumbies dle Bernardo (...)firmande “lo que no se puede ni de tuoso en ef lecho de su padre (el Emperadon)” (VE, 44). Thegan, quiza inf ‘nomo, ahonda en la misma idea: “Decian que la ceini Judit habia sido violada Coiolatamt esse) por Bernardo (... ahijado del emperador. (Todo mentira!” (VHII, ¢. 36). 43 una denuncia de las veleidades imperiales y una premonicién de momentos oscuros: “No hay hombre alguno que pueda enumerar las desgracias que har. ocurrido en el presente afo (...) sin causa alguna que las justifique (...) Sin nin- guna raz6n y sin previo consejo, al que elegiste con Dios (Lotario), lo has rechazado sin Ia intervenci6n de Dios, cuya voluntad buscaste’””. Lotario desde Italia se apresuré a unirse a sus hermanos en Paris, donde se habfan concentrado los descontentos. Bernardo, presintiendo el peligro que corria su vida, huy6 a Barcelona. Judit lo hizo a La6n, pero los sublevados la condujeron a Compiggne, donde estaba su esposo®’, Lotario tomé de nuevo las riendas del poder como Emperador asociado. Se castig6 a Judit confinan- dola al monasterio de Santa Radegunda de Poitiers y obligindola a profesar como religiosa*!, Se intent que el Emperador abdicara, cosa que no se con- sigui6®, pero se le impusieron los consejercs anteriores. Se castig6 a los fami- liares de Bernardo de Septimania ®. Sila descripci6n de este acontecimiento es uniforme en todas las fuentes caro- lingias, su intencionalidad es explicada, sin embargo, desde distintos puntos de vista a cual mds interesante, lo que indica las profundas divergencias ~hechas ya polémica abierta~ existentes dentro del imperio. Mientras unos entendian que sublevados trataban de expulsar del reino ¢ Luis el Piadoso™, otros —en cam- bio— pensaban que se trataba de liberarlo®. Unos hablaban de salvar el impe- rio ™ y otros pensaban que habia que desembarazarse de Bernardo*”, 3.3.2. La reaccién del Emperador (831) Aunque el Piadoso estaba estrechamente vigilado por Lotario, fue mas astuto que su primogénito. Ayudado por les monjes de San Medardo que le custodiabaa, supo atraerse con promesas territoriales a sus hijos Pipino y Lu » DI,c.1V, 8 £1 Astronomo (©. Ast 6.44): “Conociendo el Emperedar la conspiracién (..) contra él, su mujer y Bemardo, permiti6 a t¢ que se salvase huyendo. Quiso que su esposa (la Emperatriz) se que- dbase en el monasterio de Sans Sara de Ladn (-) Los naires de Pipino (. hiceron que ta jesen ante ellos ala reina Jud, sacindoks de! monster y de fx cada '! La narracion de AB (a. 830) se enriquece con las del AstrOnomo y Thegan. El primero dice: “Siguiendo el clamor de la plebe, mandaron que fuese deportada y encerrada en el monasterio ds Santa Radegunds" (bid). l segundo: “Le pusieron a fuerza el velo ya enviaron a un monas- terig” (.c.,¢. 36). 2B] Astrdinomo Gibid.): “La obligaron (a Judit) a que, si enéa ocasi6n cle hablar con el Emperor, Je persuadiera para que, depuestas las armas y cortado a cabello, se recluyese en un monasterio" NE thid., c. 45: “A Heriberto le castigaron contra el pavecer del Emperidor saciindole los ojos ‘Odon, su consobrino, fue deportado al destierro sin armas". 1 AB Ca. 830) y Thegan (©.<,, c. 36): “querian expulsar del reino al Emperidor’ ® El Astrénomo pone en boca de los conspiradores que “era preciso que un buen hijo no soportase la deshonra de su padre, que (le) hiciese voWver a la sensatez y dignidad y que, of a) el aumento del reino terrenal” (O.c, €. 44. & Los obispos “estaban presentes para la recuperscién dle la fidelidad y (Episcoporum de Poenitentias Cap. Il, p. 54). Pascasio Radberto aclara: “no César, sino por el César, por el imperio (.) por la fe y el celo de Dios, por la rel tiandad y el bien de los sibditos” (VW, Il ¢. 10). ‘Asi, AB (a. 830) y Pascasio Radberto: *no (se tritaha de) que Augusto fuera privado del impe- rio (..) sino que el enemigo (Bernardo) fuera climinads con sus complices” (VW, Il, 9). 44 lvaci6n del reiny nada contra el jon de la exis- dejando aislado a Lotario®, Esper6 hasta octubre. ¥ en la dieta convocada en Nimega (seguro del apoyo de los germanos) comenzaron las sorpresas. Segiin la narracién del Astronomo™, la asamblea fue tensa y borrascosa: el hasta entonces encarcelado e indefenso prisionero mandé en primer lugar que todos los convocados a dicha asamblea lo hicieran con acompafiamiento sim- ple (desconfiaba de la mayorfa de los asistentes). Después se dispuso a casti- gar a los principales cabecillas de la insurrecci6n. A Hilduino lo desterr6 a Paderborn por venir armado a la convocatoria, desobedeciendo sus instruc- ciones. A Wala lo despidi6 a Corbie, Poco después, Jessé fue destituido. En tercer lugar, reclamé la presencia de su esposa Judit... Lotario quedé tan des- concertado ante este inesperado golpe de audacia que no supo reaccionar vio- Ientamente (pese a la presiGn a que fue sometido por sus partidarios durante toda una noche de discusiones) y acudié a la llamada de su padre, encon- trando al Emperador dispuesto a perdonarle, mientras la plebe enfurecida amenazaba con destruirse (entre ellos). Por fin el Piadoso pacificé los animos alborotades, apareciendo ante la turba en presencia de su primogénito. Todo un tiunfo del Emperador. En febrero del afio 831 se convocé una asamblea en Aquisgran, En ella Lui iba a redondear su golpe. En paz con sus hijos (1), procedié primero a exculpar a Judit, haciendo dispensarla dle las promesas mondsticas que le habfan forzado a hacer™. Luego, castig6 implacablemente a los conspiradores. Hilduino perdié todas sus abadias y fue desterrado a Korwey, Helisachar también lo perdié todo, el peligroso Wala fue deportado junto al lago Leman”. Y, finzlmente, lego el momento temido por Lotario, Reconocido por todos como cémplice principal, perdié sus derechos de socio del imperio y fue de nuevo confinado a Italia. Para asegurar esta situaci6n -como queriendo legitimarla— el Emperador dispuso un segundo reparto del imperio” en el que repitienco casi el esque- ma del afto 806, se hacian tres lotes para sus tres hijos menores -Pipino, Luis y Carlos (mapa 9), que recibirian como reinos independientes al morir su padre, Puestos los tres de acuerdo, tendran que defender a la Iglesia. Se insta a los tres ala obediencia, advirtiendo que el mAs obediente podra acumular mayores beneficios territoriales a costa de los discolos (es una clara apuesta que el Emperador hacia por su benjamin). E| gran perdedor de la revuelta de 830 fue Lotario. No se le cita en el docu- mento, aunque Nithardo confirma que quedaba como rey de Italia, pero per- ‘8 Nithardo (HLO, 1, c.3): “Envi6 secretamente al monje Guntbaldo a sus hijos Pipino y Luis, Propetindoles sumenia us reinos si llos se unian alos que deseaban rests en el poder Po... 2 KB, a. #30 y 831 completan muy bien los datos dle Thegan, O.c.,¢, 37. 91 Tanto analistas como hidgrafos mezclan én sus narraciones ios acontecmientos de Nimega y Aquisgran, separados por varios meses (cfr, Astronomo, O.c.,c. 45; Thegan, O.c, ¢. 37), Es Pas- Casio Radberto quien pone mas énfasis en la descripcién del destierro de Wala (VW, I, ¢. 11 y 12): ‘Sin juicio, sia delitos, fue deportado a Hero, ultima isla de la tierra (desde donde) séto se alcan- zaba aver el cielo, los Alpes Peninos y el lago Leman’ CE Cap Il, pp. 20-24. 45 diendo todos los territorios al norte de los Alpes %. Tampoco se hace referen- ciaa su autoridad suprema de heredero del titulo imperial (parece que el impe- rium ha muerto en la mente del Piadoso). Sin embargo este reparto —que aument6 considerablemente los territorios de los otros hermanos— tampoco “dio satisfacci6n nia Pipino ni al Germanico, descontentos por la parte tan generosa otorgada a Carlos” (R. Folz). Ellos, y no Lotario, seran los primeros en levantarse en armas contra su padre. Enel verano de ese mismo afo el Emperador concedi6 —segtin costumbre~ nueva amnistia en Ingelheim ™ y poco después rehabilité a Bernardo”. 3.2.3. El segundo asalto (832-834) A finales del 831 Pipino y Luis ya estaban otra vez en rebeldia, desconten- tos por el reparto que habfa hecho su padre. En abril del 832, el Germénico invadia Alamania (porci6n del imperio que perteneefa a Carlos). La nobleza gesmana, apoyando siempre al Emperador, hizo posible que éste avanzara con un gran ejército al encuentro de su hijo, a quien redujo a obediencia en Bavie- a sin necesidad de trabar combate. En septiembre, Pipino era hecho prisione- ro y confinado en Tréveris, siendo desheredado por su padre y pasando sus dominios de Aquitania a engrosar la herencia de Carlos y Lotario. En abril de 833 los tres hermanos se reunieron en Alsacia (Pipino habia con- seguido escapar de su prision’”) para preparar un nuevo asalto contra su padre: la decision tomada por e! Emperador de otorgar Aquitania a Carlos a costa de Pipino era una humillacion excesiva, Esta vez .os hermanos atrajeron a su causa a gran parte de los principales personajes eclesiasticos, incluido el mismo papa Gregorio IV, tinico ~al parecer capaz de lograr la reconciliacion ®, lo que con- movié a los partidarios del Piadoso, que temfan la excomunién. Para L. Halphen —muy proclive siempre a la justificacion de un Emperador que abria cada vez flancos mis vulnerables con sus arbitrariedades-, la apari- ‘Lotario dehi6 conformarse con solo Italia, Se le permitié marchar alla condiciéin le no aten- tar gontra la voluntad de su padre en los asuntos referentes al reino” (HLQ, I, ¢. 3). > Astronomo (O.<, ¢. 46) amplia la narracion de AB Ga, 831); “El dia de la Purificacién de santa Maria indulté a todas los condenados a muerte (..) Pasadas las solemnidades de Pascua, ¢] Empe- radar volvi6 a Ingelheim (y) segtin su costumbre, impulsado por su misericordia, Ham6 a los terrados en diversos lugares y les restituy6 los bienes”. 2 Gada fuente aport su matiz. Los A (a 831) consigman fa legada de Bernardo ¥ la purfica- cin de los crimenes de que se le acusaba, Theggan (O.¢., c. 38) indica el tipo de delito: “Vino el ctado duque Bernardo y se purificé del antedicho estupro*. Astrénomo explica la ceremonia (Oc, & 48 “Betnardo vino ante el Emperador solcindolé puriieare al modo de los rancos, saber, enfrentindaxe con el acusador y borar con hs armas I inj, Peto como el acusador no spare 1,S¢ purifico mediante juramento™. SE debe completar ia nareacion de AB (a. 832) con AF (a. #32) y Astrénomo (O.c, ¢. 47) que resumimos: “Cel Emperados) mand6 acudi a Pipino a Orledns”. Este “acudi6 de mala gana”. EL Emperidor comenz6 a sospechar que Bemardo le traicioraba apoyando 2 Pipino y lo "priv dle sus honores". Pipino, a su vez, “fue enviado custodiado a Tréveris para la correcei6n de sus mals cos turebres", Yendo de camino, sus partidarios le liberaron. Entretanto, “el Emperador establecié una division del reino entre sus hijos Lotario y Carlos, pero (Esta) no paso del deseo por las dificultades que sobrevinieron y de las que hablaremos. Ningin ottc historiador habla de este repart, 7 Cf, AB, a, 832; Astronomo, Oc, €. 47. ‘Asi lp entiende Pascasio Kadbeito (VW, 1c, 1 ie present personalmente [a autordad del Sumo Pontifice para conseguir la paz, la reconciliaciGn del padre cn los hijos C.), a causa tam- bien de la situacion de la Iglesia (..) para la salvacién de todo el imperio” 46 cion en escena de Gregorio IV fue una jugada maestra de Lotario, pues “esta proclama del soberano pontifice desplazaba habilmente el problema. Se olvi- daba la rebeli6n de los tres hijos, avidos de poder, contra un Emperador legi- timo, para no ver sino un caso de conciencia: la unidad (...) estaba rota y el jefe de la cristiandad Ilegaba (...) para restablecer la paz entre los cristianos. Como atreverse a no bajar la cabeza ante la suprema magistratura?” No es facil com- partir esta opinién en su totalidad: Lotario no parecia tan sagaz. Gregorio IV era de gran caracter y buseaba la paz, aunque no la consiguiera, De hecho, nadie parecia dispuesto en principio a ceder. Esia situaci6n constituye el momento culminante del perfodo histérico que se estudia, pues aparecen enfrentadas las dos maximas autoridades que gobier- nan la Ciudad de Dios. Se conservan, por suerte, algunos documentos precio- sos, clesde los que trataremos de seguir el ritmo de los acontecimientos con la mayor atenci6n. El papa Gregorio, antes de abandonar Italia hacia mediados de abril, escti- bi6 una carta a los obispos francos en la que pedia oraciones y ayunos para el buen fin de la empresa. Poco después les escridi6 otra (cuyo texto no se con- serva), invitandoles a que salieran a recibirle. Por esos mismos dias, y a la vista de los acontecimientos, el Emperador se trasladaba a Worms y convocaba junto a él a todos sus partidarios. Los obispos quedaban asi puestos en la dificil situa- cin de elegir entre la obediencia al Papa 0 al Emperador. Volvieron a dividirse las opiniones. Agobardo, representando quiz aun grupo minoritario de eclesidsticos, escribié al Emperador una carta-tratado dan- dole las razones (que resumimos) por las que no asistiria a la cita de Worms y recordandole su deber -y el de los obispos que estaban con él- de obedecer al Papa", “Habiendo conocido que se me habia ordenado por vuestro sagra- do mandato que llegase a vuestra presencia cuanto antes, me parecio que debia enviar a vuestra excelencia estas palabras para vuestro cotidiano acer- camiento a la Sede Apost6lica, de cuya reverencia sois deudor. El Papa desem- pefia su funcion en nombre de Cristo y pide al mismo Emperador que obe- dezca los decretos de la Sede Apostélica. Si ahora el papa Gregorio trabaja por la tranquilidad cel pueblo y por la vuestra, hay que obedecerle. Silo que fue hecho con el consentimiento de todo vuestro imperio y ratificado después en la Sede Apostolica (Ordinatio de 817) se quiere reformar, su venida es bastan- te razonable y oportuna.” La mayoria de los obispos francos opt, sin embargo, por permanecer junto al Emperador. Decidieron escribir una carta colectiva al Papa (que no se conserva) alegando que no poseian autorizaci6n imperial para acudir a su cita, Por la discreta referencia que hace de ella el Astrénomo, afirmando que fue redactada en términos “un poco audaces’ (praesumptionis audatiae) debié de ser un formidable monumento al galicanismo practico y una mues- tra de falta de respeto al pontifice, ya que el mismo biégrafo del Piadoso se Ph, Jaffe-G. Wattenbach (Regesta, 1, p. 324, n.° 2575): “Se hagan ayunos y oraciones con abs- tinencia (..) hasta obtener de Dios Omnipotente para el Emperacor Ludovico que la concordia y ia paz primeras sean restituidas en su casa y en su reino” 40 Bs su De prioilegio Apostolicae Sedis (CChr, Lil, pp. 303-306). 47 ve en la necesidad de dejar constancia de la verdadera doctrina sobre el pri mado del Papa 1), La respuesta de Gregorio IV a los obispos se conserva afortunadamente "2 Es impresionante. Ofrecemos un resumen. En primer lugar refuta el valor de las excusas que los obispos pusieron para no salir a recibirle. Son “expresio- nes reprensibles, primero porque el mandato de la Sede Apost6lica debia pareceros no menos sagrado que el que llamais imperial. Y segundo, porque carece de verdad lo que decis, que (la invitaci6n imperial) se anticip6: pues no se anticip6 aquella, sino la nuestra...” Luego, tras recordarles la doctrina sobre los dos poderes (“el gobierno de las almas, que es el pontificio, es mayor que el imperial, que es temporal”), pasa el Papa a su defensa: "Voso- tros sois, sin duda, verdaderos engafadores (veri deceptores), aftadis que veni- mos para realizar una excomuni6n presuntuosa y carente de toda raz6n y nos advertis que esto implica injuria y deshonor del poder imperial. Decidme, os ruego, qué implica mas deshonor de la potestad imperial, las obras dignas de excomunién o la misma excomuni6n?...” Tras reprocharles que la falta de res- peto mostrada hacia su persona lo es hacia ‘a sede de Pedro, vuelve al tema politico: “Afiadis que debo acordarme del juramento de fidelidad hecho al Emperador. Porque lo hice, con esto quiero evitar un perjurio, denunciéndo- e todo lo que comete contra la unidad y paz de la Iglesia y del reino. Sino lo hago, habiendo jurado, seré perjuro como vosotros, porque no trabajais por su salvaci6n, segan la fidelidad prometida, sino que hacéis todo por la retri- bucién temporal.” Poco antes de terminar el escrito, toca el fondo religioso del asunto: “Afia- dis que si no vengo conforme a vuestra voluntad, no tengo ya a vuestras igle- sias de acuerdo conmigo, sino contrarias, que ya no me es licito excomulgar a nadie con vuestra oposiciOn spor qué tenéis que serme contrarios en una lega- cin de paz y unidad? Con vuestras perversidades os empefidis en oponeros a nosotros. Pues que sepais que vosotros no podéis separar a la Iglesia Galicana y Germanica de la unidad de la tinica.” Estando asi los 4nimos, el choque armado parecia inevitable. Los ejércitos se encontraron junto a Colmar, cerca de Estras>urgo. Entonces fue cuando el Papa se entrevist6 con el Piadoso. Aunque su recibimiento fue frio, dialogaron durante algunos dias "3, Pero cuando el Papa volvi6 al campamento de Lota- rio, el ejército imperial fue desertando durante toda la noche hasta el punto de 161 Cf, VEIL, ¢, 48, final. 482 Bp, IM, pp. 228-232; PL, 104, col. 297-308. 188 Nada dicen de estas conversaciones los Annales, pero el Astrénomo coments: “Cuando los escuadrones estaban formados para el ataque (..) ), guardamos silencio”. CE AF (a, 838). AstrOnomo y Nithardo apcrtan detalles. El primero comenta: “Al enterarse de esto las hermanos deliberaron. Pero viendo que no podian ponerse, disimularon su rebeldia yaplacaron con toda facilidad el malestar de su padre” (c. 59). El segundo: *Lotario y Luis sopor- taron con dolor (el reparto) y convinieron en und entrevista (..) Se separaron dlisimulando lo que preparaban hacer contra la voluntad de su padre” G.,€. M5 Cf. AB, a. 838, Parecidas narraciones en Nithardo (O.c., 1, ¢.6) y Astrénomo (O.c., €. 59). Este ltimo afade: “el Emperador (..) ciféndole la espada (a su hijo), le puso la corona teal y le ‘otorgé Neustria ..) Los principales de Neustria alli presentes (..) le juraron fidelidad”, 54 rechazado por su padre hacia el interior de Baviera. El 13 de diciembre moria Pipi- no; el reino de Aquitania fue adjudicado inmediatamente por el Emperadora su hijo Carlos, olvidandose de sus nietos (el futuro Pipino Il y Carlos), menores de edad. Grandes personajes -entre ellos Emen6n de Poitiers y Bernardo de Septi- mania-, indignados, se pusieron definitivamente de parte de los aquitanos * Las gestiones de Judit ante su esposo dieron resultado. El 30 de mayo del 1839 tenia lugar la reconciliaci6n entre Lotario y su padre, y se daba paso al tilti- mo reparto del imperio (mapa 11). Soslayando el tema de la hegemonfa impe- tial, se procedié a un reparto por condados, en el que Lotario—que eligi6 pri- mero— se quedaba con Iz parte oriental del imperio y Carlos con la occidental, separadas aproximadamente por los cursos del Mosa, Saora y Rédano. Luis el Germanico debia conformarse s6lo con Baviera. Este reparto no entrarfa en vigor hasta la muerte del Emperador 4”, Desde este momento, la grave dolencia que cortofa al imperio (L. Halphen) se hizo mortal. En el verano de ese aio el Piadoso tuvo que hacer frente a la primera gran sublevacion de Aquitania, para marchar luego contra su hijo Luis. Fue precisamente en esta campafia (y no luchando contra los enemigos exte- riores del imperio) cuando el 20 de junio de 840 murié -ya anciano y enfermo~ en un islote del Rin, cerca de Ingelheim, atendido por su fiel Drogn. Sus res~ tos fueron a reposar, junto a los de su madre, a la basilica de San Arnulfo de Metz, \48, 4. Las ruinas de la Ciudad de Dios Con la muerte de Luis el Piadoso se esfuma definitivamente “la ocasi6n que un momento pareci6 propicia para fundir en unidad politica los tertitorios agru- pados bajo la autoridad franca” (I. Halphen). Lotario, que intentara con todas sus fuerzas ocupar el puesto de su padre, “podria haber jugado un papel de mantenedor de la unidad imperial, (pero fue) absolutamente incapaz de hacer- Jo (porque) bascul6 siempre entre la rebeliGn contra su padre y la negociacion con él (...) Sus hermanos Pipino y Luis, aprovecharon las circunstancias para aumentar cada uno sus reinos” (R. Folz). Aquitania se mantenia desde la muer- te del Piadoso opuesta a la absorci6n por parte de Carlos el Calvo, intentando ‘46 Nithardo comenta la existencia de dos bandos a la muerte de Pipiro (1, ¢. 8) y Ia union de Bernardo de timania al partide aquitano (Il, c. 5). EL aoeriecee afads la de Emenén de Poi- tiers (O.c., c. 61). AB y AF G. 839) no aportan nada_ 147 Bl Astrénomo | ‘(c. 60) y AB (a. 839) hacen una are lladisima deseripcién de los condados. \Nithardo parece haber estado presente, a juzgar por la riqueza de detalles anecdoticos que apor- ta (1, ¢. 7 completo). Sts anal ecogen la ole escuetamentc Asténomo aport datos de enfermedad Pesae ebcasicenioak ulmen de flemas” anotaen ele 62)y de ls agonia del Emperador Eigurqpeld pues at a eta Mee O18 eceedls atk bee ota tboed nau esis des ©. GO. Nando intone tes on las hone eb seteoonb det sepelio ©, I, 55 ser reino independiente bajo Pipino Il. El Germinico, invocando el reparto de 833, luchara por mantener como suyos todos los territorios germAnicos que habian estado de hecho bajo su autoridad desde hacfa afios. Lotario va a pre- tender ahora retomar todos los derechos que él considera anejos al titulo de Emperador que legitimamente posee. Carlos, por su parte, lucharé leno de energia por salvaguardar su fabulosa herencia. Los tres afios que transcurren entre junio de 840 y agosto de 843 estén mar- cados por la misma dindmica demoledora que se ha venido describiendo hasta el momento, pero se acierta a ver en ellos un cambio de perspectiva hist6rica, Los acontecimientos se agolpan en torno a tres lugares geograficos del impe- rio y encierran como tres actitudes: Fontenoy 841. Es el definitivo ‘juicio de Dios’ hecho al imperium y resuel- to en sangre. Estrasburgo 842. Es un firme compromiso colectivo que instala un nuevo estilo politico, la confraternitas, contra las pretensiones imperialistas de Lotario Verdin 843. Supone finalmente el reparto de los despojos del imperium, apuntandose el primer “mapa territorial de Europa” (L. Halphen), A fines de junio del afio 840, Lotario decid’ aplicar en su favor la Ordinatio de 817, Considerando que era el primogénito y habiendo recibido los atributos de poder enviados por su padre moribundo™, no s6lo reclamé la obediencia de todos, sino que ~segiin Nithardo- “impu'sado por su ambicién” no vacil6 en atribuirse la autoridad sobre los territorios ocupados por sus hermanos '". Toma- ba estas decisiones respaldado por un gran sector de eclesidsticos entusiastas todavia del proyecto imperial, En el sinodo que convocé en Ingelheim estaban junto a él casi todo el episcopado lombardo, ios grandes eclesiasticos fieles del Emperador recién fallecido (Drogén de Metz, Otgario de Maguncia, Frothario de Toul, etc.), las primeras figuras de la Iglesia germana (Samuel de Worm Baduradio de Paderborn, etc.), ademas de los abades de Fulda, San Gall y Rei- chenau (Rabano Mauro, Grimoaldo y Walafrido Estrab6n) 5. El capitular que se promulg6 tras este sinodo es un interesante testimonio de esta actitud auto:i- taria de Lotario. Repone, por ejemplo, a Ebbén en la sede de Reims, pertene- Ciente en ese momento al reino de Carlos el Calvo '. Hacia el otofio comenz6 un paseo militar por regiones del Mosa y del Sena, para recibir la adhesion —" previa amenaza"— de algunos sospechosos de insu- 1 Asi loaseguran AF (a. 840) y Astréinomo (0... 63): *Cuid que a Lotario se le enviasen ka corona y la espada rodeada de oro y piedras preciosis, con la condiciOn de que cumpliese el just mento hecho a Carlos y a Judit”, Woe,tet '51 Goncitium Ingelbeimense (Cone. MI, p. 792). Firman el acta de reposicién de Ebbin 18 obis- pos y 2 preshiteros “llamados obispos. 182 thid. "Lotario, por la divina providencia Emperzdor y Augusto (..) te restituimos a ti, Ebbin, la potestad que por causa nuestra te fue arrebutada, ya dicesis de Reims (.) Dado en Ingelheim C.0 reinante ¢ imperante Lotario césae (..) sucesor de su padre” 356 mision 153. Ni Luis ni Carlos aceptaran esta intromisi6n y, por tanto, la guerra civil se hara otra vez inevitable 4, Sin embargo, Carlos —que estaba ocupado en la sumisi6n de Aquitania~ busc6 por el momento una solucién pacifica con Lotario, enviando “como mensajeros a Nithardo y Augier, suplicandole que recordara los juramentos hechos y que eran hermanos”. En noviembre se encontraron en Orleans y llegaron al acuerdo —claramente desventajoso para Carlos segiin el cual Lotario conservaria los territorios ocupados y Carlos acep- taria por el momento limitar su acci6n a las provincias que le quedaban como propias al no ser invadidas por su hermano. Esto permitié a Lotario volver con- tra Luis y arrinconarlo en Baviera '%5, “La identidad de peligros que corrfan, acercaba instintivamente a Luis y Car- los* (L, Halphen). Como era de esperar, entre los dos hermanos hubo enten- dimiento. En abril del afio 841, mientras Lotario intentaba expulsar al Germa- nico de Alamania, Carlos ~apoyado por Bernardo de Septimania y los hombres del senescal Alard, entre otros avanz6 hacia el norte, apoderdindose de Paris y llegando hasta Troyes. Luis por su parte rebas6 el curso del Rin encontran- dose con su hermano en Chilons el 13 de mayo. Lotario busc6 refuerzos en su sobrino Pipino I, rival de Carlos. Pese a los intentos por mantener la paz, tanto por parte de los hermanos de Lotario como del papa Gregorio IV, el 24 de junio se enfrentaron los ejércitos en Fontenoy-en-Puissaye (al sur de Auxerre). Alli tuvo lugar “una gran batalla” (Nithardo), una matanza implacable (*jamas recuerda la época presente que hubiese habido una camicerfa tan grande entre los francos”, comenta el ana- lista de Fulda), que “no merece alabanza ni ser recordada (porque) el herma- no prepar6 la muerte de! hermano”, comenta Angilberto (soldado superviviente de a misma), y de la que ni los vencedores sacaron el aprovechamiento deb do, ni Lotario -el vencido- escarmiento suficiente, porque refugiado en Aquis- gran, se determin6 a conspirar. Favorecié la sublevacin de campesinos sajo- nes sometidos a servidumbre (Jaz, los denomina Nithardo), conocida como Stellinga'*, prometiéndoles implantar sus antiguas costumbres. Rechaz6 tam- bién a Carlos al sur del Sena. Algo, sin embargo, habia quedado flotando en el ambiente. La batalla de Fontenoy fue considerada desde el principio como un juicio de Dios '57, Por ello, los obispos partidarios de Carlos el Calvo declararon que esta guerra fue justa y que los colaboradores de Lotario debian hacer penitencia %. De esto 5 Nithardo (O.c., I, ¢. 1: “Hizo prestar juramento.a los de fidelidad ducosa (...) Ordené que se saliera lo ms rpidamente posible a su paso, amenazando con la pena capital a los que lo ref 55° partir de esta fecha, ademas de la narraciGn de los AB y AF, los tres libros restantes de la LQ de Nithardo son insustnubles, * Nithardo, O.c., Hc. 2. AB, a. 841. Nithardo (©.c, IV, ¢. 2) hace una detallada deseripciGn de las clases sociales entre los sajones y concreta: ‘Lotaric (..) envi6 emisarios a los frilingas'y alos faz, que son una inmer- sa mulitud, para offecerles las mismas leyes que sus antiguos habian tenido €4 e! tiempo que ado- raban a los idolos. Estos altimos, deseasos por encima de todo de conseguido, se ligaron bajo el nuevo nombre de Stellinga y expulsaron del reino a sus sefiores” 1 AF (a. 841). Nithardo (Oc, I,c. 10). "4 Nithardo, O.c, I, €. 1. ST intentarian sacar partido muy pronto Luis y Carlos, pero las ccsas no les iban a resultar faciles, porque algunos insignes eclesisticos del partido imperialista no tenfan tan clara la cuestion, Rabano Mauro tan mesurado y discreto cuan- do juzga asuntos politicos- se lamenta ante Orgario de Maguncia con cierta reti- cencia: “Muchos (...) excusan los homicidios que acaban de producirse como sino mereciese la pena hacer por esto penitencia, bajo el pretexto de que to- do ocurrié por orden de los principes y para que el juicio de Dios se pronun- ciase (...) El juicio de Dios es siempre justo” El afo 841 acabé entre cabalgadas interminables de los tres hermanos. Car- los pudo trabar contacto con Luis hacia febrero del afio 842 y ambos reafirma- ron solemnemente su alianza del afo anterior en los famosos “Juramentos de Estrasburgo”. Este acontecimiento encierra gran contenido. Es importante no slo desde el punto de vista cultural (pues las arengas que dieron ambos reyes a los suyos y los juramentos posteriores fueron pronunciados ya en lenguas ver- naculas —teutisca lingua y romana lingua-) o politico (pues el juramento de los reyes se perfeccion6, segiin R. Folz, con el “pacto colectivo” de los respec- tivos fideles cuando prometieron que abandonarfan a su seftor si atacaba al otro de forma injustificada) !, sino también y sobre todo histérico, pues los “Jura- mentos de Estrasburgo” aportan un matiz sustancialmente nuevo. Suponen un cambio de postura mental tanto en los dos hermanos como en sus fideles (cam- bio que no va a tener mas remedio que asumir Lotario), consistente en la susti- tuci6n de la imagen mental de imperium como estructura politica unitaria, “con caracter sagrado, querida por Dios mismo, que asumia todas las funciones” (E. Delaruelle) a semejanza de la Iglesia, por la imagen de Christianitas, concepto que “o no existia, o en todo caso significaba una creencia comin -sin evocar todavia una civilizacion— que acogfa a pueblos distintos que tomaban concien- cia de su comin vocacién” (A. Latreille). Nithardo, como si intuyera el giro his- trico que comenzaba a producirse, dedica especial atenci6n a describir (con inevitable exageraci6n) este régimen de fraternidad y concordia 1, De Estrasburgo, Carlos y Luis se dirigieron a Aquisgrin, llegando a la sede imperial a finales de marzo, Mientras Lotario huia hacia Borgofia, los herma- nos convocaron una asamblea eclesidstica -siguiendo una inveterada costum- bre—en la que se debati6 -segiin Nithardo- “qué hacer con el pueblo y el reino abandonados por su hermano”, para poder considerar “la decision de los obis- pos como emanada de la voluntad divina”. Volviendo a caer en errores pasa- dos, consideraron los crimenes de Lotario (“su ambicién, sus homicidios, adul- 1) Poenitentium Liber Otgarium (PL, 112, col. 141. 110 E1 magnifico texto de los Juramentos, en Nithardo (O.c., Il, ¢. 5). 1st “parece agradable y meriiorio ofrecer algunos datos sobre la unanimidad Cunanimitate) en 1a que vivian los dos reyes (..) La santa y venerable concordia (sancte ac wneranda concordia) existente entre los dos hermanos sobrepasalx sus nobles cualidades (.) El mismo comportamiento existia en los juegos (entre los solddos): sajones, gascones, austrasianos, bretones (...) Ena un fespecticulo digno de ser contemplado (..) Nadie en esta muititud de razas diversas osaba hacer mal o injuriar al otro" (Oc, Ill, ¢. 6). 58 terios, incendios, robos a la Iglesia, su falta de ciencia para gobernar la rept blica, su ausencia total de buena voluniad en el gobiemo de la misma’, etc.) y “pareci6 a todos undnimemente que la venganza divina (vindicta Dei) atribuia el gobierno del imperio a sus hermanos, mejores que él” 1%, Nuevamente, el episcopado franco intervenia en asuntos politicos, pro- nunciando una sentencia a la medida de los hermanos vencedores, peto invia- ble. Afortunadamente triunfo el sentico comin: llegar a un acuerdo los tres reyes para repartirse el imperio. El 15 de junio se iniciaban las conversaciones en Macon, cerca de Chalons. Partiendo de la aceptacién por todos del niicleo patrimonial basico e intocable de cada hermano, se nombr6 una comision de 120 miembros (40 por cada rey) para estudiar la forma de hacer el reparto lo més acertadamente posible !®, Enel mes de agosto el Germanico reprimia brutalmente la sublevacion Stellinga . En octubre, los 120 comisionados se reunfan en Coblenza. A fines del mismo mes se reunieron otra vez en la basilica de San Castor sin lle- gara ningtin acuerdo. En noviembre velvieron a encoatrarse en Thionville !®. El 14 de diciembre Carlos se casaba con Ermentruda, hija de Eudes de Orleans y sobrina del senescal Alard, “pensando, sobre todo ~segin Nithar- do- en atraerse a la mayor parte del pueblo”. EI 19 de abril del afio 843 morfa Judit sin ver a su hijo Carlos gozar de la paz en su reino, pero el reparto definitivo del imperio se aproximaba, Hacia el 10 de agosto, en Dugny, cerca de Verdin, los tres hermanos acordaron dividir el imperio de los francos (mapa 12). De tan importante decisi6n his- torica, sin embargo, no se conocen ni los términos textuales ni los criterios que guiaron a los comisionados del reparto. Parece que ademas de querer conciliar “demasiados intereses divergentes” (L. Halphen), se impuso como predominante el “peso de los vinculos de fidelidad y clientela como argu- mento del trazado de las nuevas demarcaciones interiores del mundo fran- co” (A. Martin Duque). Partiendo de los nticleos patrimoniales de los hijos del Piadoso (Aquitania-Neustria, Italia, Germania), se otorg6 a Lotario un pasillo interior (la Lotaringia) de casi 2,000 kilémetros de longitud, desde la desembocadura de los tios Weser y Rin hasta el Tiber. Asi, el eje Roma-Aquis- gran quedaba para Lotario, que ostentaba —al menos de manera honorifi- ca— el titulo imperial. El Rin y los Alpes marcaban la frontera de los territo- tios de su hermano Luis, que se extendian hacia el este, Mucho mas equivocamente los rios Mosa, Escalda, Saona y Rodano marcaban las fronte- ras del reino de Carlos, que se extendfa por el oeste. 18 Nitharda, O.c.,1V, c. 1; AP, a. 842, 165 AB y AF (a. 842); Nithardo, O.c., IV, c.4. +6 La brutal represion del Germiinico esti recogida en todas las fuentes: Nithardo consigna bre- vemente la noticia (O.c., IV, ¢. 4). Los AF (a, 842) justifican la severidad del rey. Los AB (a. 842) son mas descriptivos, como recredindose en la denuncia, 1 Nithardo, O.c., IV, ¢. 446. 59 Este reparto “hubo de satisfacer demasiadas ambiciones contradictorias” (L. Halphen) y en cuanto a la porcién de Lotario, era todo pura artificialidad. Los hombres que vivian en esos territorios, desde el mar del Norte hasta los Estados Pontificios, “no tenian nada en comin que pudiera cohesionarles” (£. Amann). Por otra parte, los problemas administrativos que se crearon en didcesis pertenecientes a dos reinos a la ver, exigian nuevos reajustes. -VALORACION FINAL Los contemporineos que escribieron sobre estos acontecimientos vieron en Verdin un punto final, el de la muerte del imperio. Floro de Lyon, cola- barador de Agobardo, que vivi6 intensamente la época que se ha descrito, dedica su Querela de divisione imperii a llorar la ruina de un “imperio (que) perdié juntamente su nombre y su gloria. El reino unido salté despedazaco en tres, sin que nadie se llame Emperador, ni ostente el titulo. Hoy, en vez de rey, hay reyezuelos, y en lugar de reino, fragmentos de reino” 166, Walafrido Estra- bén expresaba temores parecidos, dirigiéndose a Lotario: “Abandono las tie~ ras plagadas de enemigos, desgajadas, con engafios, del imperio. Y créeme, sino vuelven a ser gobernadas por una sola mano, la separacin de los miem- bros producira la muerte de todo el cuerpo" !%”. Algunos historiadores actua- les han preferido, sin embargo, ver en Verdin el principio, el nacimiento de Evropa, en el sentido historico de la palabra. Sin entrar en polémicas sobre la necesidad del “despedazamiento” del impe- io (fragmina regni, parafraseando a Floro). las dos realidades debidamente matizadas parecen complementarias. La fragmentaci6n del imperio fue inevi- table (considerando los problemas tan solo disefiados a lo largo de estas lineas), pero fecunda, pues daba lugar « los origenes protonacionales de Francia y Alemania, pilares basicos de Eurcpa. Y si el nuevo estilo de “con- fraternidad” politica que se inici6 en Estrasburgo y se mantuvo hasta la muer- te de Lotario (conferencias de Yutz y Meersen) fue precario y efimero, dadas las rencillas y desconfianzas entre los hermanos, el soporte ideologico de la creaci6n carolingia, la Respublica christiana, “sobrevivi6 (apunta A, Martin Duque) a todas las parcelas como ingrediente sustancial, (como) tradici6n uni- taria siempre afiorada de la civilizacién europea occidental”. ' Poet, pp. 561562, 7576. 167 Thid, pp. 414-415, v.'55-59. 6a ANALES DE EGINHARDO CINTRODUCCION) Estin considerados como la “fuente principal para el estudio de la historia politica y militar de los reinos de Pipino, Carlomagno y la primera mitad del de Luis el Piadoso” (F, L. Ganshof). Fueron llamados Laurissenses Maiores por G. H. Pertz, porque pens6 que habian sido compuestos en la abadia de Lorsch (proxima a Worms). L. Duchesne los llamé Zoissellani, porque encontré un manuscrito de ellos en Loissel. L. von Ranke demostré por su parte que habian sido redactados en la corte carolingia y los llam6 Annales Regni Francorum o Anales Reales. Se los conoce asimismo con el nombre de Eginhardi, y también con el ina- decuado de plebeii' por su estilo literario barbarizante. Ante tal cantidad de denominaciones, parece lo mas oportuno considerar como Anales Reales a toda la narraci6n, dejando el apelativo Laurissenses Maiores para el periodo historico comprendido entre los afios 741 y 801, y el de Eginbardi para la narraci6n retocada de los afios 741 a 801 y la de 801 a 829, que es la que nosotros presentamos. Efectivamente los Annales Laurissenses Maiores no son un todo homogé- neo. Constan de varias redacciones. La primera de ellas, abarca desde 741 a 788. Su autor, que desconocemos, aunque existen varios candidatos (Arn de Salzburgo, un monje de Lortz o Angilramno de Metz), es un ferviente partida- rio de Carlomagno. La segunda redaccién, que abarca desde los afios 789 a 753, presenta un estilo mas seco y estén peor escritos, ignorandose también su autor. La tercera (afios 794 a 801) ha sido atribuida a Angilberto, el Homero de Ja corte carolingia, abad de San Riquier (en la Picardie francesa) y entroncado con la familia imperial. Esta narracion es ya contemporanea de los aconteci- mientos que intentamos historiar. Todo este conjunto (afios 741 a 801) fue remozado y puesto al dia poste- riormente en un latin mas elegante, Se desconoce quién pudo hacerlo, Odil6n, 1G. Moriod, Etudes etiques:.. p. 108, nota 3 61 monje de Soissons, fue quien un siglo después atribuy6 a Eginhardo esta actua- lizacion. Pero nadie acepta hoy tal opinion. La cuarta parte (afios 801-829) es un auténtico diario politico de la vida de la corte, Narra detalladamente los hechos que van acaeciendo contempora- neamente (asambleas, embajadas, regalos que ofrecen los embajadores al Emperador y nombres de éstos, estaciones del aii, acontecimientos meteoro- logicos y astronémicos, etc). También se atribuy6 esta cuarta parte a Eginhar- do, aunque hoy tampoco se acepia esta interpretacion?, Parece que en esta cuarta parte (objeto de nuestra traducci6n) han trabaja- do a su vez cuatro manos, De los afios 801 a 808, una, De 809 a 813, otra. Una tercera de 814 a 818. La cuarta, de 819 a 829. Las tres primeras, a juicio de M. Monod y de F. L. Ganshof, han sido escritas por clérigos de la capilla real cuan- do estaba dirigida por Hildebaldo, pero sin intervencién directa de éste. La cuarta seria obra de Hilduino, abad de San Denis y archicapellin de Luis el Piadoso (desde 819 su nombre aparece en la documentacion como sacri palatii sumus capellanus, titulo que en 826 cambiar por el de “archicapellén’) ‘Amante de la cultura, fue maestro de Hinemaro de Reims en San Denis cuan- do éste era monje, € hizo a Walaftido Estrab5n preceptor de Carlos el Calvo. Destacé en el mbito cultural por su deseo de traducir el pseudo Dionisio Areo- pagita (misterioso autor que lleg6 a poder del Emperador a través de unos manuscritos griegos) con escaso acierto. Luego, los avatares politicos del impe- ric le llevaron a ponerse de parte de Lotario contra el Emperador a partir del afio 830, siendo relegado y depuesto. L. Malbos apunta que esta parte pudo ser redactada por Helisachar?, en colaboraci6n con Hilduino, Sacerdote también muy instruido (probablemen- te canciller de Luis el Piadoso en Aquitania), llegara a ser personaje destacado en la politica del imperio: tom6 parte en la reforma monastica tan querida del Piadoso, Abad luego de Centula (San Riquier) y de San Maximin, participé en todos los concilios reformadores del imperio. Muy culto, fue maestro de Fre- culfo de Lisieux (autor de una Cronica, a la que nos hemos teferido). También particip6 en la revuelta del 830, a causa de la cual lo perdié todo. A partir del ano 830, los Anales Eginbardi se diversifican, como lo ha hecho en la practica (no ain oficialmente) el imperio, Contintan de forma indepen- diente en las nacientes Francia y Alemania. Son los Anales Bertiniani y los Anales Fuldenses. En la presente edicion, G. H. Pertz ha interpolado fragmentos de distintos manuscritos buscando completar lo mas posible la narraci6n hist6rica. En nues- tra traduccin hemos respetado su decision: los fragmentos que van entre cor- chetes responden a dichas interpolaciones. En nota a pie de pagina indicamos su procedencia. 2L, Malbos, “Lanna royal.” Le Aye ge, IXXM, pp. 225-253 abi 62 ANALES DE EGINHARDO (801-830) ANo 801! El mismo?, después de hacer su entrada el sacratisimo dia de Navidad en Ja basilica del ap6stol san Pedro para la solemne celesracion de las misas 3, y situandose ante el altar, donde se habia postrado para la oracién, recibi6 4 del papa Leon * la corona imperial sobre su cabeza, mientras todo el pueblo roma- no reunido lo aclamaba con las siguientes palabras: “7A Carlos Augusto, coro- nado por Dios, grande y pacifico emperador de los romanos, vida y victoria? Después de estas alabanzas, fue reverenciado por el propio Pontifice segin la 1 Ano 800 de nuestro calendario. En la época que estudiamos el nuevo aio comenzaba el 25, de diciembre, dia de Navidad. Respetamos ki numeracion del texto latino, Carlomagno. A lo largo de toda la obra el analista omite el nombre del emperadar (Carlo- ‘magno hasta s1 muerte, 814, y luego su suceson, sustituyéndolo sistemiiticamente por fmperator, yen algunas ocasiones como la presente por ise bien ile. Tan solo en aquellos pasajes en «que aparece préxima la denominacion del emperadlor de Constantinopla y pudiera prestarse a confu- sion, se ailade el nombre propio (ato 812 y 814, donde coincide ademas con el momento solem- ne de su muere). Esta omision del nombre le da caricter de protagonista de la narracion. 3 ad missarum solemnia celebranda, Aunque el térmaing missa es wiilizado a veces en plural ‘en el latin medieval con el sentido de una sola misa, y autores como san Gregorio Magno usar esta misma expresion (inissarum solemnia celebrarertur, Didi. 3,30) para referirse a una sola, bien pucde entenderse en el contexto que estamos traduciendo que el autor alude ~especialmente por escribir en el resto de la narracion sempre missa en singular a la costumbre de celebrac tres miss el dia de Navidad, costumbre que el Papa habia iniciado en Roma ya en el siglo vi, En efecto, el apa LeGn I rege un misal romano en su coronacion a Carlomagno, que impuso la utilizaciéin de a Iurga de Koma en todo el Imperio. Gon el misal tambien se acpi a costume de as tes tmisas cl dia de Navidad, aunque debian celebrarse segn el horario previsto, “ adsisteret, Leo Papa, Nos hallamos ante un caso de anacoluto sintactico, cometide proba- blemente por distraceidn (puesto que es el tinico de todo el texto) y motivado quiz4 por el deseo de colocar al papa Le6n en nominative como protgonista de a ueci6n, cuando deblers de en ablativo. dae pS al le Len, pontifice de a Iglesia eatlca deste 26 de dclembre de 795 hasta el 12 junio de8t 68 costumbre de los antiguos principes®. Omitido el nombre de Patricio, fue titu- lado (en adelante) Emperador y Augusto’. A los pocos dias, por una orden del propio Emperador, aquellos que el afio anterior habfan depuesto a este pontifice 8, fueron llevados a juicio. El proceso que juzgé estos crimenes se realiz6 de acuerdo con el Derecho romano y fue- ron condenados por delito de lesa majestad. El Papa, sin embargo, intercedi6 en su favor ante el Emperador con piadoso afecto, y les fue concedida tanto la vida como la integridad de sus miembros, aunque fueron deportados al exilio dada la gravedad de su crimen, En esta facci6n se hallaban los nobles Pascual, nomenclator®, y el sacellario Campulo, y muchos otras principales hombres que vivian en Roma, condenados todos a la vez por la misma sentencia. Dias después, puestos en orden los asuntos publicos, eclesidsticos e inclu- so privados de la ciudad de Roma, del Apostélico " y de toda Italia -pues en todo el invierno no hizo otra cosa el Emperador— envi6 de nuevo una expedi- cin contra los de Benevento ” dirigida por su hijo Pipino ¥. £] salié de Roma después de la Pascua, el 25 de abril, y leg6 a Spoleto ¥, Estando alli, el 30 de abril, antes de la medianoche ¥ se produjo un gran terremoto, porel que toda Italia fue sacudida gravemente, Con este terremoto, gran parte de la techum- bre.de la basilica de] apéstol san Pablo se derrumbé, y en algunos lugares que- daron aruinadas ciudades y montes. “Esta ceremonia esteba inspirada en-un rito llevado a cabo en el imperio bizantino. Fue em- jlcada por primera vez por el patriarca Anatolio en la coronacién del emperador Le6n el Tracio fino 457), Consistia en una oracion que el oficiante recitaba sobre el soberano, la imposicion de Ja corona y Ia “adoracion” (prostynests) (cf. Teodoro el lector, Historia eclestashica, Il, LXV). 7 Deje de lamarse ya Pairicius Romanonim, titulo equivalente al de alto funcionario protector de la Urbe (de menor rango que rex) para denominarse imperatory augustus. ® LeGn, clérigo de la iglesia romana, procedia de baja extraccién social. Fue ascendiendo ear- gos en la burocracia ecesitica hasta termina elgido, no por unanimidad certamente, Papa rendria que vérselas con la nobleza romana, que le tendio un complot el 25 de abril de 799: ‘endo el Papa a una procesiGn, fue apaleado, intentaron arrancarle los ojos y la lengua, y fuse finalmente encarcelado, Gracias 2 unos amigos escap6 en la noche, huyendo a Paderborn, junto a Carlomagno. Fue repvesto en su sede a fines de noviembre del mismo afio. Hubo de exculpar- Se ante los Evangelios en presencia de la asamblea de eclesiisticos, pues era acusado por sus tiva- les de graves culpas. (Eltexto dle la exculpacién puede verse en Ivo d= Chartres, Decret. V, ¢. 313; PLA6t col 219 9° Era el que en las procesiones segufa al pontifice a caballo y, por arden de éste, convocaba a los invitades a la mesa papal. 19s. em el custodio del rai de la Isa. El texto Iatino da scalars (de sacl ‘sq to, taleguito’ por sacellarius, derivado del sacellum, ‘capilla’ ‘ermita. 11 Del Palacio Apostélico, es decir, de la Santa Sede. 2 Ducado situado al sur de los Estados Pontificios (v. mapa 6), que aleanz6 gran esplendor en Jos siglos vu y vin. Vasallos del emperador de Occidente, sus duques mantuvieron gran autonomia lita. oS Carloman cambié su nombre por el de Pipino al ser consagrado como rey de talta por el apa Adtiano Ten 71 (Ia vez quesu hermano Luis el Pladoso lo en de Aquitana), Fale en el.afio 810, M Ducado al este de los Estados Pontificios (v. mapa 6). Vasallo también del emperador de Occidente. °5 No es fill pasar las horas del calendario latino al actual. Ellos dividian el dis, del amanecer al anochecer, en doce horas iguales entre si (de distinta duraci6n, por tanto, en inviemo que en. vyerano) y lt noche en cuatro horas llamadas vigilias, debiendo coincidir la tercera vigilia con la ‘medianoche. El texto que ahora traducimos dice: bora noctis secunda, por lo que dentro dela ine- ‘xactitud queda bien explicitado el sentido. 64 Durante este mismo afio algunos lugares proximos al rio Rin, tanto de la Galia como de Germania, sufrieron terremotos. También se produjo una peste por culpa de la benignidad del invierno. El Emperador vino desde Spoleto a Ravena ', permanecié alli algunos dias, y continué hacia Pavia", Alli le anunciaron que unos legados de Aar6n, rey de los persas 18, habfan llegado al puerto de Pisa. Envi6, pues, a unos hom- bres a su encuentro, que tuvo lugar entre Vercelli ¢ Ivrea"? € hizo que se pre- sentaran ante él. Uno de ellos era persa de oriente, legado del mencionado rey, y el otro —pues habjan ido dos— era sarraceno procedente de Africa, lega- do del emir Abraham, que gobernaba en los confines de Africa, en Fez Estos anunciaron que el judio Isaac, a quien el Emperador habia enviado cua- tro afios antes ante el mencionado rey de los persas con sus legados Lantfri- do y Segismundo, habia emprendido ya el camino de regreso con grandes mercedes”, Lantfrido y Segismundo murieron los dos en el propio viaje de vuelta. Entonces Carlomagno envi6 al notario Ercanbaldo a Liguria”? para pre- parar la flota en la que habrian de transportar un elefante y los demas regalos que con él trafa. Después de celebrar Ja fiesta de la natividad de san Juan Bautista” en Ivrea, el Emperador atravesé los Alpes y llegé a la Galia. Durante este mismo verano fue tomada Barcelona, ciudad de Hispania, que sufria el asedio desde hacia ya dos afios. Fueron hechos prisioneros su prefecto Zato 4 y otros muchos sarracenos. También en Italia fue igual- mente tomada e incendiada la ciudad de Chieti, y su prefecto Roselmo apresado. Los castillos que pertenecian a la ciudad se rindieron. Zato y Roselmo fueron llevados a presencia del Emperador y condenados al exi- lio el mismo dia. En el mes de octubre de este mismo aio el judio Isaac regres6 de Africa con un elefante y entré en Porto-Venere 6, Como no pude atravesar los Alpes por culpa de las nevadas, pasé el invierno en Vercelli. El Emperador celebro la Navidad en el palacio de Aquisgran”” "© Importante ciudad italiana, proxima al Adriitico, Localizada em la actual provincia de Emilia- Romagna, ¥? Situada al sur de Milan, en la actual provincia italiana de Lombardia trata de Abu-Djafar Harum-al-Rasbid thn al-Mabdi, califa abbasi entre los aos 786 9 Bp el Piamonte. Ciudades préximas a Novara 2” jbrahim | Agblab fue el primer emir independiente del califato abbasi de Bagdad (afios 800- 812) y el ereador de la dinastia agiabit 2VTsaac fue quiz’ el intérprete y guia de los dos missi del Emperador. 2 Region liana que forma el golfo de Genova, 2324 de junio. 4 Sadun al-Ruyant, valk ocasional de Barcelona. 25 gn el ducado de Benevento, al sur de Pescara, no lejos de Ortona, 28 En Liguria, ala entrada del golfo de Spezia. 2 Bs la quae Grani romana y Aguisgrani, Aquasgrant, Aquis, de la documentacion carolin- En el ao 756 Pipino el Breve fund alli un palacio llamado a ser corazon del imperio de los rancos y sede predilecta de Carlomagno y Luis el Piadoso. Situada en la Austrasia historica (ef. mapa 13). Hoy and aleman de Nordsieln-Westfalen. 65 Ano 802 La emperatriz Irene envi6 desde Constantinopla a un legado llamado Le6n, spathario”, con el fin de consolidar la paz entre francos y griegos *. El Emperador, a su vez, despachado aquel, envié a Constantinopla por propia ini- ciativa a Jessé, obispo de Amiens, y al conde Helmgaudo?", para establecer la paz con ella, Celebré la Pascua en el palacio de Aquisgrin. El 20 de julio del mismo aiio llegé Isaac con el élefante y otros presentes enviados por el rey de los persas. Los deposité todos en Aquisgran ante el Emperador. El nombre del elefante era Abulabaz. La ciudad de Ortona ? en Italia fue tomada por rendicion. También capitu- 16 la ciudad de Lucera3, agotada por los repetidos asedios. En ella se estable- cié un bastion para proteccién de los nuestros El Emperador se entregé a la caza durante la temporada estival en las Arde- nas>4 y, enviado un ejército contra Sajonia, arrasé a los sajones transalbianos >. Grimoaldo, duque de Benevento, tomé en Lucera como rehén a Winigiso, conde de Spoleto, que habia estado al frente de una guamnicion y se encontra- ba agotado por una adversa enfermedad, acept6 su rendici6n y lo tuvo cauti- vo con toda dignidad El Emperador celebr6 la Navidad en Acuisgran. ANo 803 Durante este invierno se produjo un tememoto cerca del propio palacio de Aquisgran y de las comarcas colindantes. Ocasion6 varias muertes. 2* Primera emperatriz én la historia de Bizancio. Instigadora y cruel, destrond a su hijo (aio 797) y gobern6 hasta el 02, en que fue desterrada a la isla de Lesbos, donde muri6, El analista ha escrito su nombre con una H no etimol6gica (Herena), quiza por influencia del nombre de Helena (madre del emperador Constantino), cue a su vez estaba perdiendo este gea- fema desde el siglo wv, en que la piedad popular comenz6 a escribir su nombre sin ella: Elena. > Bl spatbarius era un importante cargo cortesano dentro del imperio bizantino. Velaba por la integridad fisica del emperacl Las tensiones con Bizancio venian de atras, a causa dle kas presiones cacka vez mayores dle los francos en Istria, Venecia, litoral adridtico, sur de Italia, ete. Duraran hasta el aio 812. 3Y Ambos como miss El primero es un importante personaje dle esta historia: obispo de Amiens desde 793 hasta 836, Presente en la coronacion imperia. de Carlos (afio 800), comisionado ante Irene {ho 802), trahajé como tedlogo en las discusiones del Filioguieque se explicarin mas adelante (v. afo 809), yendo a Roma para defenderias ante el Papa. Veinte aios ms tarde reaparece enfrentado al emperador Luis el Piadoso, apoyando a sus hijos Gano 830). Depuesto por el Emperador y repuesto de rmuevo en su sede, vuelve a clestacar en la asamblea de Compiegne (ano 833), que depuso al Emperi- dor, En 834, a voiver Luis al poder, huy6 a italia, buscando refugio junto a Lotario. Alli muri6 en 836, 5. Situada junto al mar Adriatico, en los Abruzzos, al sur de Pescara. Perteneciente entonces al ducado de Benevento, # Situada también en el ducado de Benevento, acualmente en la Apulia Region geognifica francesa, fronteriza con Bélgica, comprendida aproximaclamente entre los rios Oise, Aisne y Most (departamento francés del mismo nombre). 3 Puchlos situaclos al este del rio Elba (Alb). 3 Grimoaldo, duque de Benevento, nunca estuvo en Luenas relaciones con el Emperador, El analista narra lo mis suavemente que puede una de las muchas tensiones entre el duque y los fran~ fos, en este caso representados por Winigiso, conde de Spoleto, que intent6 defender Lucent de la revancha de Grimoaldo, 66 [El Emperador sali después de la fiesta de Pascua de Aquisgrin, lleg6 ‘@ Maguncia 3” y allf :uvo la asamblea de francos con arreglo a la costum- bre] *, ‘Winigiso fue liberado por Grimoaldo y los enviadas del Emperador volvie- ron de Constantinopl: acompariados por los legaclos del emperador Nicéforo®, que en aquel tiempo se encontraba gobernando —pues tras la llegada de la lega- cién franca depusieron a Irene-. Sus nombres eran e] obispo Miguel, el abad. Pedro y el candidato ® Calixto. Cuando llegaron ante el Emperador, que estaba en Germania, en una localidad denominada Saltz*, junto al rio Saale ®, reci- bieron por escrito una propuesta para hacer la paz. [Vino también el patriarca Fortunato “3, enviado por los griegos, trayendo consigo entre otros dones dos puertas de marfi,trabajadas con un arte admi- rable] “, Despedidos con la carta del Emperador, regresaron desde alli a Roma y mas tarde a Constantinopla. El Emperador partié para Baviera ly allf se ejercité en la caza de bovidos y otras fieras a lo largo del desfi- ladero Hireano 4, De alli vino a Regensburgo “*y, preparado todo lo que parecfa que iba a ser titil, aguardaba la llegada del ejército, que volvia de Panonia “7, Cuando llegaron, les sali6 al encuentro cerca de Regensburgo. Vino con ellos Zodan, principe de Panonia, y se entreg6 al Emperador. Hubo también en esta asamblea muchos eslavos y hunos, que se sometie- ron al dominio del Emperador junto con todo lo que posefan. Determinado todo lo que consideré util y necesario en aquellas regiones, atraves6 Ala- mania *, pasé por Worms * y Ilegé al palacio de Aquisgran en invierno. Alli celebré la Navidad] ®, y, una vez solucionados los asuntos de las dos Panonias®!, volvié a Aquis- grin en el mes de diciembre y celebro alli la Navidad. 37 Situaca en la confluencia de los rios Rin y Main, Capital actual del land Rheinland Pfalz 38 Anadido perteneciente al manuscrito de los Annales Mettenses. 2? Nieéforo T, emperador hizanting entre los afios 802 y 811. Era tepresentante del poder mili- tar, 4 Los candidatos eran jovenes escolares que vivian en palacio, puestos bajo la custodia de los emperadores, Pasalyan huego a ocupae cargos paltinos ‘Actual KOnigshofen, en la selva de Turingia (Baviera seprentrional), 4 Afluente bivaro del tio Main. 3 Patriarea de Grado, isa al norte del golfo de Trieste, en el mar Adriatico. “CE nota 38. 45 Creemos que no responde a ningiin topdnimo conereto clentro de las fronteras del imperio carolingio. Quizi se refiers, en sentido figurado, a un lugar montaraz, boscoso, de dificil acceso, donde abundaban los machios cabvios (hire). Ciertamente en esta zona geogrifica en la que caza- ba el Emperador abunclaba el bos tatirus, ancestro de nuestro toro de lida. 46 Ratisbona. En el curso del Danubio (land aleman de Bavierd). 4° Regién hist6rica correspondiente'a dos provincias del Imperic romano: P. superior y P. infex rior, stuada aproximadamente entre los #ios Danubio y Drave. Actual Hungria occidental “is Region hist6rica del imperio, comprendida entre los Alpes, Borgona, Austrasia y Baviera ‘Ocuparia hoy los cantones de Suiza septentrional, y las regiones de Baviera meridional y Alsacia frances. No debe confundirse con Alemania actual (cf, mapa 4). “9 situada en la fosa de! Rin, Land alem‘n de Rheinland-Pfalz 3°CF nota 38. 5 Al desaparecer el pollesio dvaro, algunos grupos supervivientes crstianizados recurrieroni a la proteccién franca, que los acantoné en Estria, tratando de procegerlos de los eslavos. Fue la terra avaroram, en los confines dle Panonia. Zoclin seria su caudillo. 7 ANo 804 ElEmperador pas6 el invierno en Aquisgran, (Salié de Aquisgran y acudié al palacio de Nimega *. Alli permanecié duran- te la primavera y celebr6 la Pascua. En cuanto comenz6 la estacién del vera- no, volvié al palacio de Aquisgrin y envi6 al ejército a Sajonia. Atraves6 el Rin y celebré una asamblea general de francos junto a las fuentes del Lippe *. Tomando desde alli el camino que le conducia a través de Sajonia, levantd un campamento en un lugar que se conoce con el nombre de Holdonstat$*. A este campamento acudieron también los principales hombres de entre los eslavos. Discutidas sus causas y dispuestas segiin el sano juicio, estableci6 a Trasco como rey suyo. Envié desde alli distintas guarniciones de su ejército a diversas regiones de Sajonia, y logré desterrar completamente y dispersar por las Galias y otras regiones de su reino, sin producir una sola herida, a los traidores que estaban al otro lado del rio Elba y a los que permanecian en Wigmoto ® y habian venido ante el pueblo saj6n con frecuentes dafos bajo capa de verdad. Los ditigié desde Sajonia junto con sus mujeres € hijos por distintos caminos, con e! auxilio de Dios y con arreglo a un muy sabio proyecto] . En verano, después de haber enviado un ejército a Sajonia, traslad6 a Fran- cia a todos los sajones que habitaban al otro lado del rio Elba y a cuantos vi- vian en Widmodia con sus mujeres e hijos”, y concedié a los abodritas las aldeas transalbiana: Por este tiempo llegé también Godofredo, rey de los daneses, con su flota y con toda la caballerfa de su reino a un lugar denominado Schleswig, situa- do en la frontera de su reino con Sajonia, Prometié acudir a la entrevista con el Emperador pero, detenido por consejo de los suyos, no se aproximé mas de lo que estaba. El Emperador se encontraba asentado junto al rfo Elba, en un lugar llamado Hollenstedt™. Tras enviar una legacién a Godofredo para reco- brar alos desertores, llego a Colonia ® a mitad de septiembre. Licenci6 al ejér- cito y se dirigi6 primero a Aquisgrin y después a las Ardenas, donde dedic un tiempo a la caza. Luego regres6 a Aquisgrin. ‘A mediados de noviembre se le anunci6 que el papa Le6n deseabsa celebrar con lla Navidad, dondequiera pudiera llevarse a cabo tal acontecimiento, Envi6 a su hijo Carlos a San Mauricio® y orden6 que se le recibiera (al Papa) inmediatamente Aorillas del Rin, Provincia holandesa de Gelderland, 8 Proximas at Paderborn, en el land alemén de Norrhein-Westfilen 54No lejos de Hamburgo. 55 Widmodia, en los terrforios alemanes entre Hamburgo y Bremen, SCE nota 38, 57 By la deportacion de Widmodia, Hombres, mujeres y nifios pasaron al interior de Francia, y esa comarca fue colonizada por los francos, fandamentalmente por monjes y misioneros. ‘Tos abodsias ocupabar los teitorios comprendids entre el curso bajo del ro Elba y el mar parte de los Hinder alemanes de Schwerin y Rostock, aproximadamente (ef. mapa 4). ‘AlgGin lugar septentrional del land alemin de Schleswig-Holstein (cf. mapa 4). @ Holdonstat © Tmportante enclave, préximo a la frontera de Sajonia, en el curso del Rin, Land aleman de Nordrhein-Westfalen, 68

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