Professional Documents
Culture Documents
Las personas son lo que son, no lo que a nosotros nos gustaría que fueran.
Acéptalo de una vez. A lo mejor él no querrá asistir a ninguna terapia, ni leer ese
libro que a ti te pareció tan interesante y que crees os podría ayudar en vuestra
relación de pareja, quizás no va a reconocer que tiene un problema, y mucho
menos intentar un cambio. Probablemente no es que no quiera, todo el
mundo quiere ser feliz y sentirse amado. Quizás no sepa hacerlo mejor, no
crea que puede hacerse mejor o no esté preparado para tomar decisiones o
intentar un cambio.
¿Prefieres tener razón a ser feliz? Ya sabemos que una pareja es cosa de dos.
Qué él podría tomar también la iniciativa y tratarte mejor. Todo eso es cierto,
también lo es que sólo puedes cambiar aquellas cosas que dependen de ti.
RECUERDA:
La dedicación y falta de tiempo por el trabajo, el niño, la casa, las discusiones, etc.
es objetivo. Tu actitud hacia esa circunstancia y todo lo que piensas y sientes es
subjetivo, y ahí puedes intervenir desde ahora mismo.
Tienes que estar bien contigo misma, serenarte, despojarte de los sentimientos de
culpa, ser capaz de recuperar tu independencia emocional y perder el miedo a estar
sola contigo misma. Tienes que desear estar con él, pero no necesitar estar con él.
Tienes que perder el miedo a perderlo.
Tenéis que pasar progresivamente del miedo a la confianza. No “voy a hacer esto o
aquello para que no se enfade”, sino porque “verle feliz me compensa y me hace
feliz a mí también”.
Tenéis que recuperar la confianza en el otro, la confianza de que me quiere aun sin
ser perfecta/o, elige cada día estar conmigo libre y voluntariamente, puedo
mantener su amor a pesar de que no estemos de acuerdo en todo.
Para recuperar la confianza necesitamos sentir que se pone en mi lugar, que está
de mi parte, que no es mi enemigo/a sino la persona que me quiere, que tiene en
cuenta mis necesidades y deseos tanto como los suyos propios.
Que nos den la razón cuando nosotros no nos ponemos en el lugar de las otras
personas es difícil, porque el otro siente lo mismo que tú, quiere que le
comprendan y le den la razón, alguno tiene que empezar, ¿por qué no reconocer
que los dos tenemos razón?
Importante: Recuerda que son 3 pasos y por ese orden, y que SIEMPRE tienes que
empezar por demostrarle que te pones en su lugar y que respetas su punto de vista
con un entiendo que... antes de dar tu opinión o de pedir algo. Trata de abrir el
diálogo y la negociación en lugar de cerrarla con ataques personales, exigencias,
malos modos, gestos de impaciencia, etc.
Ejemplos:
Entiendo perfectamente que te apetezca pasar unos días con... También es cierto
que hemos tenido una semana muy complicada y apenas hemos podido pasar un
rato a gusto los 3 juntos (refiriéndote al niño). Para mí es importante que
reservemos algo de tiempo para estar nosotros solos juntos en familia, seguro que
si pensamos con calma en una solución para hacer ambas cosas la encontraremos
(abrir el abanico de alternativas, no se trata de ahora o nunca, de todo o nada,
podemos reservarnos un fin de semana distinto o un puente, una mañana o una
tarde, negociar.)
EVITA DECIR COSAS COMO: “Y nosotros cuándo, a ver si te enteras de una vez que
tu familia somos nosotros. Eres un cobarde, no sabes nunca decir que no a los
demás y siempre nos sacrificas a nosotros”.
Entiendo que tienes poco tiempo para ti con tanto trabajo, (también es cierto) a mí
me pasa lo mismo (mensaje yo), entre la casa y el niño estoy un poco agobiada.
¿Qué te parece si recogemos esto rápidamente entre los dos y nos tumbamos un
poquito en el sillón a ver la película? Dicen que es muy buena. (sugerencia)
(Si quería decir lo primero, ¿por qué digo lo segundo? Estoy deseando verle y
consigo nada más llegar montarla para que nos enfademos y nos demos la espalda
en la cama)
Si estás enfadada por algo que ha hecho recuérdale que tu enfado no pone
en peligro tu amor hacia él. A veces es bueno antes de hacer una crítica
comenzar por un halago, y si puedes terminar con otro mejor (Ej.: Te quiero mucho
y si algo no deseo es que discutamos más por problemas domésticos. Siento no
estar de acuerdo con lo que me propones, mi opinión es que... / Otro Ejemplo: Me
pareces un buen padre. Creo que en este caso, no estás teniendo suficiente
paciencia para...)
EVITA FRASES DEL TIPO: “Todavía vas por ahí, a mí me ha dado tiempo a...”, “Que
poco ojo tienes para las personas, ya te dije yo que...”, “¿Ya estás cansado? ...
llevo yo desde está mañana...”.
Si es él el que compite, deja que sea para él una necesidad, no entres al trapo. En
el fondo lo que está pidiendo a gritos es amor y reconocimiento, dejará de hacerlo
en cuanto mejore su autoestima y/o no se sienta amenazado. No te inmutes,
puedes reconocerle su virtud sin menospreciarte tú. La clave está en no comparar
ni compararse con los demás. Frases como: “cada uno tiene sus virtudes” o
“reconozco tus virtudes, por eso te quiero” puede ser suficiente, si la cosa se pone
fea, puedes añadir.. “¿Puedes hablar de ti sin hablar de mí por favor?”
Ejemplo:
- Llega tarde a casa... ¿ha sucedido algo?/ en lugar de “bonitas horas de llegar a
casa”
- Llega de mal humor... ¿has tenido un mal día?/ En lugar de “eres insoportable”.
- Se pone a la defensiva... ¿he dicho algo que te haya molestado?/ En lugar de “a ti
no hay quien te hable, cómo te pones por nada”.
- Grita al niño... ¿qué ha pasado?/ En lugar de “para un rato que le ves le estás
gritando”.
3.- Si está el ambiente muy tenso por su parte o por la tuya... aplaza la
conversación para otro momento. Las cosas no son ahora o nunca.
Ej.: “Ahora estamos muy alterados y nos podríamos decir cosas de las que luego
nos arrepintiéramos, por favor dejemos esta conversación para más tarde, ¿qué tal
mañana después de acostar al niño? Seguro que mañana, más tranquilos, vemos
todo este asunto de otra manera. No tenemos que llegar a un acuerdo de forma
inmediata, tenemos tiempo”
A veces, si la alterada eres tú, puede bastar con que controles tu impulsividad,
¿cómo? Desaparece por un rato de la escena, vete al servicio, a otra habitación, a
la calle con cualquier excusa, deja que tu adrenalina vuelva a los niveles normales
y elige qué quieres hacer, cómo quieres actuar.
Existe un truco para cuando metemos la pata, rebobinar. Siempre puedes decir:
“¡qué mal ha sonado eso que he dicho! Rebobino, como si no te hubiese dicho nada
¿vale?” Y empiezas de nuevo. También puedes decir, “creo que no voy bien,
empiezo de nuevo”, e imaginariamente pasar la cinta hacia atrás. Vuelves a
colgarte el bolso, el abrigo, sales por la puerta y entras de nuevo como si fuese la
primera vez que lo haces (si eso fue lo que ocurrió inmediatamente antes de meter
la pata.
El sentido del humor es muy importante para quitarle hierro al asunto, y liberar
tensiones.
EVITA DECIR COSAS COMO: soy un desastre, no hago más que amargarte la vida,
nunca aprenderé, no se como me aguantas, etc., ni te beneficia a ti ni es un
consuelo para los demás.
Si metes la pata, y no sabes como sacarla, siempre puedes hacer algo para no
empeorar más las cosa, dejar de meterla. Agacha las orejas y déjalo correr, no
trates de justificarte más. Un “quizás me he precipitado” (reconociendo el error) y
no volver a sacar el tema puede ser suficiente. Ya se olvidará, pero desde luego
será más difícil si no dejas el tema en paz.
No es cierto que todo vaya de mal en peor. Piensa en aquello que sí funciona y
recuérdaselo para que él también lo vea y se sienta menos frustrado y más
animado para resolver las diferencias.
Ej.: Puede ser un mal amo de casa, pero jugar mucho con el niño. Puede ser un
poco muermo pero muy trabajador, podéis discutir mucho pero también quereros
con locura, podéis tener poco dinero pero reíros mucho juntos.
Ej.: Tú quieres una cosa para el niño y él otra, relativa a cuidados, educación, etc.
Decir: “Los dos estamos de acuerdo en una cosa, buscamos lo mejor para el niño,
¿verdad?”.
Ej.: Él quiere pasar el fin de semana de una manera y tú de otra. Decir: “Al menos
estamos de acuerdo en que no nos apetece quedarnos en casa, bueno ya es algo”.
Encontrar por fin un “SÍ” después de tanto “NO”, hace que sea más fácil seguir
dialogando, y encontrar otro “SÍ” más adelante.
¿Por qué sacamos una y otra vez cosas como lo mal que me sentó lo que hiciste el
día tal...? (Lo que me dolió un comentario, un gesto, una acción), ¿hasta cuando lo
vas a estar recordando y culpabilizando o haciéndole sentir mal por aquello? Ya va
siendo hora de que olvides. Recuerda: Nosotros damos permiso a las personas para
que nos puedan hacer daño, reviviendo malos recuerdos me golpeo una y otra vez,
sacando punta a lo de siempre, me golpeo una y otra vez. ¡Basta ya!
No seas catastrofista pensando todo lo que va mal y lo que podría ir aún peor. Se
positiva, disfruta de lo que la vida te ofrece, de lo que sí va bien, de lo que aún
puede ir mejor. Cambiará tu estado de ánimo, la importancia que le das a las
cosas, tu actitud ante las dificultades.
¡SUERTE!.