LA INMACULADA CONCEPCIN EN SANTO TOMS

Santo Toms figura en la lista de los que negaron la Inmaculada Concepcin

de Mara, por no conseguir armonizarlo con el dogma de la redencin universal de
Cristo. Quizs Dios lo permiti as afirma el P. Royo Marn para recordar que la luz
definitiva no la pueden dar los telogos, sino el magisterio de la Iglesia, asistido
directamente por el Espritu Santo. Sin embargo, el erro de Santo Toms es ms
aparente que real. l lo aceptara de inmediato si hubiera vislumbrado la solucin de
que Mara s fue redimida. La inmaculada que l rechaz (creada sin pecado, pero
nunca redimida), sera una doctrina inaceptable incluso en la actualidad.
Durante toda su vida, el Aquinate busc la solucin del problema, pues su
corazn le empujaba a proclamar el privilegio mariano, pero su sinceridad intelectual
no encontraba como armonizar con el dogma de la universalidad de la redencin. Por
eso, cuando se deja llevar del impulso de su corazn, parece proclamar el privilegio
de Mara 1 . Pero cuando se abandona al fro razonamiento de la especulacin
cientfica, se siente coartado a manifestar lo contrario2.Lo ltimo que escribi sobre
este asunto, poco antes de morir, fueron las siguientes palabras en su comentario al
Ave Mara3:
La Santsima Virgen Mara fue pursima en cuanto a la culpa, porque no
incurri ni en el pecado original, ni en el mortal, ni en el venial4.

1
La pureza se entiende por oposicin a su contraria; por lo mismo, puede encontrar cosa creada tan
pura que no pueda haber otra ms pura entre las cosas creadas, si no fue manchada por el contagio del
pecado; y tal fue la pureza de la Santsima Virgen, inmune del pecado original y del actual (In I Sent.
dist. 44 q. I a.3 ad 3).
2 Tal ocurre en la Suma Teolgica III, q. 27, 1-2.
3 Expositio super salutationem angelicam. Este comentario, ciertamente autntico, de Santo Toms
como ha demostrado el P. Mandonet, lo escribi el Doctor Anglico al final de su vida, en abril de
1273. Santo Toms muri el 7 de marzo de 1274. (Cf. Rossi, J. F. C.M., en Divus Thomas [Pl.] [1931]
pp. 445-479)
4 Cf. ROYO MARN, Antonio. Jesucristo y la vida cristiana. Madrid: BAC, 1961, p. 221.