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Relevancia histórica:
Es una parte fundamental de los trabajos del ejército napoleónico en la defensa del frente
terrestre de la plaza fuerte de Santoña. Dichos trabajos fueron supervisados y dirigidos por el
propio Napoleón, cuya correspondencia con los ingenieros militares desplazados a la villa fue
constante. Construida en 1811 con el nombre de Batería Rouget, daba apoyo al Fuerte
Imperial antaño situado en el actual presidio. Los restos de dicho fuerte aún pueden
observarse al pie mismo de la batería, sobre las arenas de la playa de Berria. Durante el siglo
XIX la batería fue remodelada al menos en dos ocasiones. El edificio principal dataría de
1864, como delatan los raíles de tren que todavía podemos observar sosteniendo a duras
penas la techumbre de ladrillo. Fue ese año cuando se adquirió material ferroviario para ser
usado en las fortificaciones. Igualmente destacables son unos grabados navales muy
deteriorados, los cuales se corresponden con inscripciones realizadas para llevar un control de
los navíos que se acercaban a costa. La construcción de este entramado defensivo requirió
dinamitar el escarpado perfil del monte, dando asiento así a las rampas, muros perimetrales y
la plataforma destinada para cuatro piezas de artillería que, orientada hacia el norte, aún
podríamos hallar bajo la cubierta vegetal. La batería cumplió escrupulosamente su cometido
inicial y sirvió para cerrar toda posibilidad de acceso a la villa por parte de las tropas
españolas en la primavera de 1814.
Antecedentes:
Al menos los últimos cuarenta años han sido de absoluta desconsideración hacia el
edificio compartimentado, la garita, el decantador de agua anexo al edificio, las rampas y el
extenso perímetro amurallado. Se permitió su utilización como cuadra durante los años
setenta y ochenta, actividad que explica el comedero que hoy apreciamos y transformó
severamente los suelos del cuerpo de guardia y el decantador de agua. A estas décadas le
debemos la desaparición de una segunda garita que controlaba el paso desde el Fuerte
Imperial.
En el año 2000 la batería pasa a incluirse dentro del Inventario Arqueológico
Regional. Objetivamente este hecho bien pudiera haber facilitado la conservación en
condiciones de dignidad del edificio y su entorno. Nada más lejos de la realidad. Es
precisamente en 2001 cuando el titular del bien acomete su demolición. Maquinaria pesada
entra en el recinto formalmente protegido y se lleva por delante un segmento considerable del
perímetro amurallado. La excavadora embiste directamente contra el cuerpo principal y
provoca daños irreparables en el vano situado más al norte. Los yacimientos situados en las
rampas de acceso desde la playa y desde el camino sur son destruidos.
La incomprensible destrucción fue detenida a requerimiento del historiador
responsable de los trabajos de investigación arqueológica que permitieron la incorporación al
mencionado listado arquológico.
Desde el año 2001 hasta el presente sólo contamos una intervención de las
administraciones públicas, la colocación de un cartel en cumplimiento del artículo 24 de la
Ley de Patrimonio Cultural de Cantabria. En la práctica, es éste el único artículo respetado en
el entorno de la Batería de la Cueva.
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