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DETENCIÓN ILEGAL
(SUPUESTOS PRÁCTICOS)
L
a libertad personal, después de la vida, es
tal vez el bien jurídico más importante.
Para su protección se tipificó el delito de
detención ilegal. El tipo básico se encuen-
tra regulado en el artículo 163 del Código
Penal, sin embargo, dentro de este tipo de delitos tiene
especial importancia, por su gravedad, el cometido por
una autoridad o funcionario público, mereciendo mayor
reproche penal por parte del legislador, ya que el sujeto
activo, esto es el funcionario público, es quien tiene
precisamente la obligación de guardar el orden consti-
tucional preciso para el desenvolvimiento de un Estado
democrático y de derecho, debiendo actuar con digni-
dad e impidiendo cualquier práctica abusiva o arbitra-
ria 1.
Así pues, se establecen los tipos agravados en los
artículos 167 y 530 de la referida norma, distinguiéndose
igualmente si la detención tuvo lugar mediando o no
causa por delito, castigándose con mayor severidad este
último supuesto. Ambos artículos son considerados tipos
en blanco que por tanto deben ser completados por las
normas procesales contenidas en los artículos 490, 492
y 495 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, convir-
tiéndose la detención en ilegal si no se aplica lo dis-
puesto en los mismos, así como si se vulneran los requi-
sitos a los que la misma debe sujetarse, previstos en los
artículos 489 y 520 de dicha Ley.
Vamos a revisar, desde un punto de vista eminente-
mente práctico, los diversos supuestos contemplados
por el ordenamiento jurídico.
A) DETENCIÓN ILEGAL SIN MEDIACIÓN DE
CAUSA POR DELITO (DETENCIÓN ILEGAL
MATERIAL SIN CAUSA CRIMINAL.
ARTÍCULO 167)
El Tribunal Supremo confirma la pena de tres años de
prisión y ocho de inhabilitación absoluta a un agente de
la Policía Local como autor del delito detención ilegal
previsto en el artículo 167, cuando, en el curso de un
seguimiento a un sospechoso de dedicarse al tráfico de
drogas, ordenó a un subordinado la detención de una
mujer que previamente había recibido para su auto-
consumo una pequeña cantidad de heroína, permane-
ciendo privada de libertad más de cinco horas en Comi-
saría a pesar de que no se le halló ninguna otra cantidad
de droga. La Sala considera que si bien la interceptación
de la droga de la compradora era legítima, como ulte-
rior medio de prueba respecto a la actividad delictiva
desarrollada por el vendedor, no existía supuesto legal
alguno que justificara la privación de libertad de aque-
lla, al no constar ningún dato que la vinculara con un
delito de tráfico de drogas. Se aplica el artículo 167 y
no el 530, por cuanto se considera que la mera existen-
cia de una investigación policial no autoriza, sin más, a
la detención, y menos aún cuando se trata de una per-
sona ajena a la actuación 2.
La negativa persistente a identificarse cuando se ha
cometido una infracción penal o administrativa, si la
misma es constitutiva de una desobediencia manifiesta
puede justificar la detención, si se ajusta a principios de
necesidad y proporcionalidad 3, como por ejemplo,
cuando un causante de un accidente de circulación se
niega a identificarse, ni muestra la titularidad del vehí-
culo, no pudiendo el agente de la autoridad permitir su
marcha sin más.
La desobediencia a identificarse no permite la deten-
ción cuando la misma se refiere a una orden policial
arbitraria: "… es evidente que no acceder a la pretensión
del recurrente (el agente policial) de que el querellante
se identifique, simplemente por haber arrojado la piel de
un plátano al suelo, no constituye delito alguno pues
no comporta una desobediencia grave…" 4. En este tipo
de supuestos leves, así como en la negativa a identifi-
carse por simples faltas, podría encontrar amparo en lo
dispuesto en el artículo 20 de la Ley Orgánica 1/1992,
de 21 de febrero, de seguridad ciudadana, pudiendo
trasladar al infractor a dependencias policiales por el
tiempo mínimo imprescindible para llevar a cabo su
identificación.
B) DETENCIÓN ILEGAL CON MEDIACIÓN DE
CAUSA POR DELITO (DETENCIÓN ILEGAL
MATERIAL CON CAUSA CRIMINAL.
ARTÍCULO 530)
Se trata del acto de detención ilegal material realizado
por autoridad o funcionario público cuando ya existe una
causa criminal dirigida contra la persona detenida, pero
la detención se lleva a cabo sin concurrir los requisitos
legales previstos en los artículos 490 y 492 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal. Este supuesto está castigado
con menor severidad (pena privativa de derechos), al
considerar que ya existe una causa criminal contra el
detenido, y el funcionario, dentro de las atribuciones
propias de su cargo, actúa de un modo incorrecto. El artí-
culo 167 se refiere a la actuación del funcionario público
que aprovecha su condición de policía para agredir la
libertad personal de otro.
La detención es una injerencia en la libertad del ciu-
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dadano en la que es necesario que el agente policial que
la acuerda pueda justificar su realización conforme a
"motivos racionales bastantes", esto es, que el funcionario
crea que se ha producido un hecho punible y que el
detenido haya podido tener participación en el mismo.
Como ejemplo ilustrativo reciente tenemos la sen-
tencia del denominado "caso Bono". En la misma se
afirma que a la hora de tomar la decisión de practicar una
detención no es preciso considerar que el detenido sea
efectivamente culpable, sino que la injerencia de la pri-
vación de libertad cuente con la cobertura del artículo
492 de la Ley procesal penal, es decir, existencia de
"motivos racionales bastantes" sobre la perpetración de
un delito y participación en el mismo de una persona.
Algún sector doctrinario llega a considerar a la deten-
ción "delito de sospecha". Continúa la sentencia afir-
mando que "el que posteriormente, en la investigación
judicial no llegara a acreditarse esa participación en el
concreto hecho de la agresión… es algo ajeno a la situa-
ción "ex ante" que es la que debe ser valorada para la
adopción de la medida privativa de libertad". Existían
fundadas sospechas de la participación de unas perso-
nas en un presunto delito de atentado contra un minis-
tro de la Nación, sospechas reflejadas en un atestado
mediante notas informativas, cintas de video y testimo-
nios. El hecho de que posteriormente un Tribunal sobre-
seyera la causa por este motivo no invalida la deten-
ción, dado que se dieron las condiciones previstas en el
artículo 492.4 de la LECrim, limitándose la misma a la
lectura de derechos del artículo 520 de dicha norma,
toma de declaración e inmediata puesta en libertad 5.
C) QUEBRANTAMIENTO DE LAS GARANTÍAS
DE LA DETENCIÓN (DETENCIÓN ILEGAL
FORMAL. ARTÍCULOS 530 Y 531)
Se comete cuando se vulneran cualquiera de las garan-
tías constitucionales o legales que rodean la detención.
El artículo 167 protege la privación de libertad, en sen-
tido material, en tanto que el artículo 530 protege la for-
malidad de la detención. Dichas garantías son las siguien-
tes: modal (modo de practicar la detención, de la manera
menos perjudicial para la persona y para la reputación
y patrimonio), informativa (información de los dere-
chos que le asisten), asistencial (asistencia letrada, de
intérprete y médica), declaratoria (derecho a guardar
silencio, a no declarar y no confesarse culpable), comu-
nicatoria (comunicación del hecho a terceras personas),
temporal (tiempo de duración de la detención), impug-
natoria (derecho a solicitar habeas corpus) e indemni-
zatoria (para el caso de que la detención sea finalmente
indebida y merecedora de reparación económica) 6.
Finalmente añadir que el derecho a no ser privado de
la libertad sino en los casos y en la forma establecida por
la Ley, así como el derecho a circular libremente por el
territorio nacional, no se ven afectados por las diligen-
cias policiales, identificación, cacheos ocasionales, con-
troles preventivos, desplazamientos a dependencias poli-
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ciales para ciertas diligencias, etc. que, aún cuando ine-
vitablemente comportan molestias, su realización, y
consecuente inmovilización del ciudadano durante el
tiempo imprescindible para su práctica, constituyen
meras retenciones o provisionalísimas restricciones de
libertad, no dirigidas en principio contra la libertad
"stricto sensu" a que se refiere el art. 17 CE que supo-
nen para el afectado un sometimiento legítimo, desde la
perspectiva constitucional, a las normas de policía, pues
no de otro modo podría llevarse a término las funciones
de prevención y/o investigación del delito, asegura-
miento de sus efectos y pruebas, detención de los pre-
suntos culpables, etc. que el art. 11.1 f) y g) LO 2/1986,
de 13 mar., encomienda a las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado, en desarrollo del mandato con-
tenido en el art. 104 CE 7.
En este sentido resultaron absueltos dos guardias
civiles que mantuvieron a una conductora en depen-
dencias de un acuartelamiento en espera de la llegada del
Equipo de Atestados, sospechando que pudiera encon-
trarse bajo los efectos del alcohol, llegada que no se
produjo al encontrarse reforzando, de forma extraordi-
naria, el servicio de escolta del presidente del Gobierno,
viéndose en la necesidad de desistir y permitir la mar-
cha de la misma, no sin antes redactar el correspon-
diente atestado para su entrega a la Autoridad Judicial.
La sentencia considera que la conductora no estuvo
detenida, a la luz de la doctrina expuesta, sino simple-
mente tenía la obligación de someterse legítimamente a
las normas del Código de Circulación 8.
Será siempre la racionalidad y "la justeza de la pro-
porcionalidad" los criterios a seguir en cada caso con-
creto a la hora de adoptar una medida tan excepcional
como es la privación de libertad.
RAFAEL BARRERA GÓMEZ
Letrado sustituto del abogado del Estado de la Guardia Civil.
Comandancia de Algeciras.
1
STS de 30 de marzo y 25 de septiembre de 1993.
2
STS 1261/2003, de 29 de septiembre.
3
STS de 18 de noviembre de 1993.
4
STS de 22 de junio de 1992.
5
STS nº 626/07 de 05 de julio.
6
CLIMENT DURAN, C., Detenciones ilegales cometidas por autoridad
o funcionario público (Editorial Tirant lo Blanch, 1999, pag. 95 y ss).
7
Tribunal Supremo: SS 26 mar. y 15 abr. 1993, 4 feb. y 15 nov.
1994, 29 sep. y 11 nov. 1997, etc. (precisamente inspirada en la TCS
4 oct. 1985 y, más en concreto, en la de 7 oct. 1985, de la que a su
vez se hace cumplido eco la de 18 feb. 1988.
8
Sentencia de la Audiencia Provincial de Islas Baleares (sección 1ª),
de 12 de febrero de 1999.