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DF Cope Docorly XV. ADEMAS DEL HOGAR, LA ESCUELA Y LA COMUNIDAD CALIFICACIONES ¥ ENTREVISTAS CUANDO un nifio parte a la escuela, va solo. Su vida escolar es ahora una existencia por separado ¥y, tradicionalmente, hay un contacto minimo entre sus padres y sus maestros. Los padres de saber cémo van sus hijos, se han visto reducidos al estéril “Qué hiciste hoy en el colegio?”, que suele producir res- uestas vagas y poco satisfactorias. Cusndo los padres eran lla- ra porque habia problemas. ina confirmacién o una decepci6n, y se hacfa que el a orgulloso 0 avergonzado, llegado a reconocer que un grupo de calificaciones de los criterios impuestos sentimientos hacia la autoridad, la competencia, la posicién y la condicién entre sus compaiieros, de sus intereses particulares, resistencia al aprendizaje, de sus temores. Sin embargo, luye en su aprendizaje, A menudo, son més importantes de calificaciones o sus puntuaciones en las pruebas, aun cuando el interés se concentra en el proceso académico. Los informes limitados alas calificaciones producen cl efecto de car a la escucla en la posicién de érbitro infal toylo erréneo, .a los padres to de hacer algo puntuaciones det ‘a entrevistas, o porlo menos com- plementarse con éstas, para evaluar el progreso del nitio en la escucla y en el hogar, con mayor profundidad-de lo que sola- mente lo permiten calificaciones y puntuaciones. 3H "ADEMAS DEL HOGAR, LA ESCUELA YLACOMUNIDAD 345, Las entrevistas, en su sentido educativo mas verdadero y va- lioso para el nifio, se elaboran con base en una serie de premisas implfcitas: que el hogar y la escuela comparten la mayor parte del tiempo de crianza de un nifio; que tanto el hogar como la ‘escucla estén profundamente obligados con él; que cada cual a su manera tinica lo afecta. En este grupo de premisas puede basarse la participacién continua en las perspectivas que unifi- can para ¢l nifio las experiencias positivas que se le ofrecen en ambos lugares. Las entrevistas con este objeto deben iniciarse antes de que haya algtin indicio de problema. Existen como cosa comin para todos los padres y dejan abierto el camino ‘para un intercambio continuo de interés mutuo que, en caso de problemas, permitira que el hogar y la escuela aborden juntos Jas causas, sin culpa o recriminacion de ningin lado. Cuando existe esta relacién, los padres comprenden mejor los objetivos dela escucla, y ésta entiende mejor a los nifios, lo que da lugar Feconoes responsabilidad de inclardichas Felaciones, los padres deben hacerlo por el mejor interés de sus hijos. {Al desarrollar las relaciones de colaboracién, tan esenciales para los nifios, tanto padres maestros se enfrentan a la tarea de definir sus responsabilidades directas ante la educa~ cidn y el bienestar de los nifios. Ambos, deben reconocer tam- bién los sentimientos con los que se abordan el uno al otro; _ Sentimientos que a menudo eclipsan su comin interés. ‘Los padres no ceden a sus hijos a extrafios sin mayor trémi- te, Esperan con incertidumbre una expresién de comprensién e interés en sus hijos, tan genuina como la de ellos. Estan suje- tos a sentimiontos ambivalentes de confianza y de competiti- vidad hacia el maestro al que su hijo quiere, ya sentimientos de resentimiento c ira cuando ¢l nifio sufre en sus manos. Tienen. grandes expectativas para sus hijos y se esfuerzan por soportar los fracasos de éstos. Los padres hacen una enorme inversion en sus hijos y desean para ellos lo mejor de todo. 0 tiempo, los padres también son ex alumnos. Todos jentos que tuvieron hacia la escuela y los profesores sobre su percepcién de la escuela y de los maes- jos. Algunos tienen tanto miedo como sus hijos.a 346 ‘COMO APRENDEN LOS NiKOS los profesores. Otros mantienen asustado al maestro. Otros mas son cinicos y consideran que los maestros son oportu perezosos, maleducados o indiferentes. Algunos se consideran tan buenos, o mejores, que los maestros, y otros les agradecen ser amables y titiles, o firmes y claros, é¥ los maestros? Cada grupo de jovenes maestros que se gra- dia teme a los padres. Estdn seguros de no saberse todas las respuestas. Les preocupa que los padres los encuentren inade~ cuados, de no poder contener a los padres agresivos, de ser con- siderados ellos mismos como nifios. Pero, a medida que ad- seguridad en le ensefianza, muchos Hegan a poder confianza, ayuda ‘Gn con toda su capacidad. las mujeres que wuelven a la docencia despues de afios dedicadas a ser madres, a menudo hay un reconocimiento com- pasivo de Ja manera en que los padres dependen de las evalua- ciones que los maestros hacen de sus hijos. Pero hay maestros de mayor edad que atin conservan algunas de sus primeras sensaciones de temor y que reaccionan a la defensiva ante los padres, Por desgracia, en el actual clima de critica de las escue- las, todos los maestros se han puesto a la defensiva. Llevan a cuestas todos los males de la sociedad, ademés del peso de la culpa por los antecedentes histéricos de la préctica educativa idos por toda la comunidad. Sin jue los padres, son ciudadanos de un pais en ; también padecen “al sistema” y asimismo les pre- futuro, Cualquier satisfaccién que logran en su vida del triunfo de los nifios, y cx res y de la comunidad, Sin embargo, ninguna escuela puede trabajar bien con los nifios si padres y maestros no actiian de comtin acuerdo en pro de sus mejores intereses. Los padres tienen el derecho a com- prender lo que sucede con sus hijos en Ia escuela, y los maes- tros tienen la responsabilidad de compartir esa informaciég sin ADEMAS DEL HOGAR, LA ESCUELA YTA COMUNIDAD. 347 prejuicios, Por la misma razén, los maestros pueden hacer me- jores planes para un nifio cuanto més sepan de él, lo que a ve- ica conocer los factores que lo afectan en suhogar. posible que no sea facil para padres y maestros llegara un acuer- do comin, Los padres y el maestro pueden tener el mismo ni- jadurez 0 uno diferente; pueden o no ser igualmente jes en el rendimiento de sus respectivas tareas enfo- pra personales. Ci puede ser apocado, timido, insolente, engreido 0 ansioso, Sin embargo deben comunicar se, porque comparten al mismo nitio. Dicha comunicacién, que sélo puede ser en interés del no es posible sin confianza mutua entre padres y maestro. Si al menos cada quien puede aceptar las esperanzas que el otro tie- ne cifradas en el nifio, entonces sus diferencias, si las hay, no tendriin tanta importancia, Sélo cuando un maestro o uno de los padres es insolente y el otro no, o cuando ambos son terca- mente egocéntricos y defensivos, no es posible encontrar un terreno comin, Parte de la preparaci6n profesional del maes- tro (Jo que no es en ese momento) debe consistir en compren- der la naturaleza de esta relacién. 1Las entrevistas entre padres y maestro deben ser asequibles, abjertas y tan frecuentes como cualquiera de ellos Jo considere necesario. Los padres han de poder visitar con toda libertad la escuela de sus hijos, aunque, cuando lo hagan, respetarén la responsabilidad del maestro hacia el nifio y no distraerén su atencién. A su vez, es necesario que los maestros reconozean que el compromiso de los padres con su hijo va més allé en el .poy en la intensidad que el de ellos y que no tienen por qué amenazados por dichas visitas, Los padres desean ver su hijo en una situacién externa al hogar; observar sus altas y bbajas en el proceso de aprendizaje como las percibe el maestro, para ser mas capaces de guiar a sus hijos en casa. Sila escuela es reconocida por ambos, padres y maestro, como una situaci6n de trabajo, ninguno esperaré que se le brinde compaiita todo el tiera- po, y se podrd evaluar mejor lo que sucede con los nifios. ‘Muchas escuelas a lo largo de Estados Unidos de América trabajan bien con los padres. Es més dificil en las escuelas de 348 ‘COMO APRENDEN LOS NINOS las grandes ciudades, donde la estructura burocrética en pro- porcién al tamasio retarda todo tipo de relacién interpergonal. Pero no es imposible, y lo que al final permite que funcidne el intercambio padres-colegio es el hecho de que tanto padres como maestros se sientan cémodos de tener un aliado con quien com- Partrla responsabilidad del nfo con el que ambos estén com- prometidos. LOS PADRES Y EL SECTOR POBLICO La relacién individual entre los padres y hijos puede darse en cualquier tipo de escuela, piiblica o priva- ional o moderna. Pero, en tanto que las entrevistas los padres en contacto cor fencias escolares juales de sus hijos, no les dan I politica y la préctica escolares generales, si llegara a darse el caso de que sinticran que deben hacerlo, Los padres desean y deben tener influencia en las escuelas, ‘que determine cémo y qué aprenderdn sus hijos, Cuando tienen los medios de pagar una escuela privada, suelen sclec- lla que esta de acuerdo con sus propias opiniones y ma cuyo personal comparte conceptos y ofrece tedricamente una unidad en torno a objetivos comunes. En es- tos dias de transicién, muchas escuelas privadas modifican lo ron por mucho tiempo, y entonces dres deben cambiar de escuela o no, segtn io decidan. Cuando Jos padres optan por crear sus propias escuelas, buscan padres y maestros de su misma mentalidad, y pasan por el proceso normal de descubrirse unos a otros més a fondo. Esto conduce, ‘ya sea a una fuerte identificacién de grupo en torno a la nueva escuela, oa una desilusién y una escuela frustrada. En ambos tipos de seleccion, el espejismo de la eleccién esta presente, aunque la politica escolar como la aplica el personal docente no satisfaga en ninguin caso la concepcién de cada padre de lo que deberia ser integramente la politica. Siempre ha habido escuelas privadas e independientes, y debe seguir habiéndolas. Pero ya no son un oasis para el nifio hasta ahora favorecido, El crimen, la violencia, la enajenacién, el desaliento y el cinismo existen en todas partes, y ningtin nitio |ADEMAS DEL HOGAR, LA ESCUBLAYLA COMUNIDAD 349 estd a salvo de ellos. Al respecto, quiza pueda aprenderse uma leccién del error que cometieron los padres de clase media al no prestar atencién al dolor de los padres de las barriadas, quie- nes lloraron en silencio durante afios mientras sus hijos eran. destruidos por las drogas. El vendedor de drogas esta en el patio de recreo del nitio de clase media, y entonces, por fin, la flarma esté sonando. Habria sido més prudente interesarse enel bienestar de todos los nitios, como medida de proteccion al nifio como individuo. La mayoria de los nifios se encuen- tran en nuestras escuelas piblicas. Sino hacemos de ellas luc gares seguros, sanos y felices para todos, es probable que el puftado que de momento ha sido protegido de las desigualda- ‘nal no lo haya sido. Los nifios de las escuclas cuida- dosamente scleccionadas ya han sido asaltados por dinero, 0 abordados para ofrecerles drogas, por nifios de su propia es- cuela o de otras. La salud de la nacién depende del vigor de sus instituciones piiblicas, y las escuelas piiblicas sobre todo son las que deben ponefse a Ja altura de los desaffos contempordneos. Ese es el tipo de realidad a la que nos enfrentamos hoy; por tanto, todos los padres deben encarar la tarea de transformar las escuclas piiblicas en lugares en donde los nifios puedan formarsey apren- Ger bien. Es una léstima que las invitaciones a una eleccién completamente individual de la escuela que producirfa la frag- mentacién de las escuclas pablicas convenza tanto a las ambi- cciones (que distan mucho de ser idealistas) de quienes reducen el presupuesto, cuando el romanticismo y el cinismo se encuen- tran en un terreno comin, Pero, a pesar de las erfticas y de los ataques contra las escuelas, es poco probable. que el pafs en conjunto abandone su lealtad a la educacién publica y gratuita como institucién de un ideal democratico. Cuando las escuelas publicas funcionan, actian para reunir nifios de todas las cla- Ses, razas y religiones al amparo de principios democraticos ‘comtinmente aceptados. El hecho de que no siempre funcio- nen es un reflejo de las metas y prioridades sociales no recono- ‘eidas pero ciertas, a pesar de su aparente acuerdo con el bien estar comtin y los principios democréticos. Sin embargo, éstos son los hechos fundamentales que deberfan unir a padres:y ‘maestros en una lucha comin, 350 (COMO APRENDEN LOS NINOS Mientras los padres de nifios de las escuelas pablicas de al- unas comunidades han intentado llevar a cabo un cambio en us situaciones locales, en general no han sido bastante cons- cientes de su fuerza para superar la estructura burocratica que reprime la participacién de los maestros, asf como Ia suya vopia, on la elaboracién de las medidas politicas. Sin embargo, padres y maestros son los dos grupos mds directamente afecta- dos. La época exige una alianza de padres y maestros para equi+ wrar la toma de decisiones de las autoridades encargadas de Jinas en las escuelas puiblicas, que por lo general estén 10s de los nifios. No menos importante es la batalla par cescasa propiedad del financiamiento a las escue- jas en la planificacién realizada por los cuerpos legislativos que controlan los fondos piblicos. El estado de salud y moralidad estimarse por el trato a sus nifios, y mo nacién rica, les ha dado un Los padres deben dar su apoyo a presupuestos escolares realistas. Los maestros tienen derecho a cobrar suel- dos en relacién con sus requerimientos como profesionales. Los nifios tienen derecho a un tamafio de grupo en el que no se pierdan, Las escuelas requieren ciones fisicas y servicios ‘que hagan la vida constructiva y levadera para maestros. EI porcentaje del presupuesto nacional destinado testas prioridades no es representativo de la rigueza estadouni- dense. Aun peor: aunque se destiné dinero a la educacién, co- ‘mo en afios recientes, la intencién era politica y la exigencia de resultados répidos y faciles provocé una mayor explot de los ninos. Los padres deberfan participar en la formulacién de los pla~ nes en el largo plazo de su escuela y participar, o por lo menos informarse de él, acerca del razonamiento que fundamente las principales elecciones y decisiones de las escuelas para aplicar épacién sélo puede ser tan gran- grado en que se requieren com- rofesionales para que la escuela sea el entorno 6ptimo ‘aprendizaje. Es absurdo que los padres, nieguen el conocimiento profesional y la experiencia de los ADEMAS DEL HOGAR, LA RSCUELAYLA COMUNIDAD 351 dres, Trabajando juntos, pueden actaar como una fuerza que configure los factores sociales, politicos y legislativos que Te- pereuten en todas las comunidades locales, aun cuando pon- gan en practica las realidades especificas de la escuela y de la fnteraceién Familias. Si el entorno escolar provee a los niios de tun entorno sano, entonces también lo haré en el nivel de los adultos, Esto significa que debe organizarse de tal manera que Tos canales de comunicacién-estén abiertos entre profesores, acesores, personal de sanidad de la escuela, y con las familias, Tas instalaciones Tecreativas y las organizaciones de servicio de 1a cornunidad extracscolar. ‘Una vez unidos en beneficio de los nifos, los padres podrén volypr su atencion hacia otras dos influencias globales que de- ‘ben resolverse para todos los nitios, o que los hacen sentirse im- potentes cuando se trata de sus propios hijos, Nos referimos al Herecho que tienen los nifios a un espacio para jugar y a la res: pponsabilidad de la television respecto al equilibrio ya la cordura de sus transmisiones para nifios. EL DERECHO DE LOS NINOS A JUGAR, ‘adultos, de manera tan abrumadora que algo de su desarrollo vrde sin remedio. Los nifios necesitan probarse a sf mis~ mos y suelen crecer familiarizados con el mundo en sus pro- Dios términos por medio de experiencias aparte de su necesi- Bad de direceién y gufa por parte de Jos adultos. Hay pocas ‘oporttinidades de una exploracién y experimentacién legitima Ghel artificial mundo exterior de los suburbios 0 en los campos deportivos de concreto de la ciudad. Ninguno ofrece muchas ‘oportunidades a los nifios de lograr la profunda conviccién de ser competentes como resultado de triunfar sobre los desaffos Gue ellos mismos escogieron. E] impulso alas escuelas que per- Shiten accién y movimiento se ha iniciado, pero atin es cierto {que la urbanizaci6n en gran escala ha provocado tmna dismainu~ Gon sostenida del nimero de lugares en donde los nifios po- Gvfan jugar por su cuenta aun si dispusieran de horas para ha- Cerlo, Sin embargo, el juego es un derecho propio de la nitiez, y 382 ‘COMO APRENDEN LOS NINOS Jos padres deben tomar la sus hijos ben toma Wade proteger ls derechos de smpo y al espacio en el que pueden jugar con imagi- tacianylbertad del neo necesnio para su madiracién, Esto jea no solo espacio y tiempo libre en casa y programas jo orientados a la accion en la escuela, sino acciones por parte de los padres para obligar a las comunidades a asig- nar terrenos a sus hijos. Cuanto mas populosas se vuelven las ciudades, més grave es el problema del juego de los nifios. El espacio que se les asigne debe ser del tipo que permita el desa- fo y la exploraci6n, la manipulacidn de materiales y todo tipo de construccién independiente. Puede ser que esto no aporte ganancias mensurables, pero la pérdida de la salud fisica y men- tal de los nifios cuando no juegan es algo que por desgracia podemos ver con bastante claridad cuando carecen del lugar apropiado. El juego de la nifiez es un baluarte de la salud mental, Den- tro de su estructura autoimpuesta, los nifios crean y resuelven desafios y conflictos de naturaleza fisica, intelectual y social. Su mayor capacidad emocional, a medida que adqaieren domi- nio sobre sf mismos en estos campos, les permite un importante crecimiento interior a lo largo de los afios intermedios de la ez. Tipos muy diferentes de competencias son igual de satis- factotios para los nifios para quienes un tipo de aprendizaje no tiene todavia més importancia que otro. El andlisis de los juegos que los nifios practican durante este periodo revela el sorprendente alcance de sus esfuerzos. Empe- zando por una necesidad primordial de ser fisicamente capa- ces y diestros, juegan a trepar, saltar, brincar, patinar, nadar, andar en bicicleta; juegos con cuerdas, juegos con pelota y 10s otros por medio de los cuales se prueban a s{mismos y equiparan su habilidad con la de los demés. Miden su es- Tuerzo comparandose con los mayores en busca de model con los mds pequefios para evaluar su progreso. Su necesi de todo tipo de capacidades fisicas es tan profunda que los Opi en su estudio de los juegos de nifios, clasificaron algunos que los nifios aprenden unos de otros a lo largo de generaciones como “competencias para re todo fuer- za", “competencias que req tencias que exigen constanci "juegos en que las cualidades ADEMAS DEL HOGAR, LA ESCUELA Y LA COMUNIDAD 353 més importantes son Ta fuerza fisica y el aguante”, y “juegos en {que los jugadores serinducen unos a otros a mostrar su temple”. igunas de estas prucas fisicas son individuales, y la meta esa coordinacién muscular. Pero gran parte ocurre en grupos, J entonces también se abordan los problemas de colabora- tiény de competencia constructiva. Por medio de juegos como “la pata coja’, “las escondidillas”, “la rayuela”, “el burro casti- _gado” y muchos otros, los nifios aprenden a colaborar y a compe ro de un marco social de reglas y de tiempo. El juego de wrganizado ni supervisado por adultos, les permi- te ser inventivos, usar su iniciativa'e imaginacién, ser creado- tes y sociales. Sin Ia evaluacién adulta ya gratificacién extrin- feca,y asu verdadero ritmo, exploran, experimentan, ponen @ prucba, se equivocan y lo vuelven a intentar. Aprenden en Thuchos campos diversos sin otra amenaza sobre sus cabezas Que la estimacidn propia y la de sus compafieros por sus logros, Esto es serio, pero no carece de equilibrio. Siempre hay la posi- id de volver a intentar y de practicar un poco’ més. Porque 1ego no existe el “quedarse atras’. El mismo tipo de prueba y desarrollo de s{ mismo que se da enlos ambitos fisico y social aparece también en el intelectual. Tos antiguos sustitutos de Fantasma y Geografia son juegos que requieren un conocimiento espectfico. Los juegos de naipes a gan gustosos durante horas requieren y for. tslecen la pericia aritmética. Por medio de juegos de azar, como ‘a zOuién fue? y el Monopolio, los nifios aprenden estrategias $si como habilidades de célculo. Les encanta todo desafio a su tnemoria, ingenio e imaginacién a medida que agudizan la men- te para adivinar con base en claves ocultas. Los juegos como La cafetera y Las veinte preguntas refuerzan la agudeza del pensa- tniento abstracto. Las colecciones de piedras, mariposas y mo- ddelos de coches les dan la experiencia de organizar, etiquetar y jcar "A lo largo de los siglos los nifios se han ayudado entre sf de esta manera, 1o que es un homenaje al instinto natural de apren- er, caracteristica tan bésica de la nifiez. El equilibrio emocio- nal resultante del juego constructive que incluye cuerpo, men- ve Tona Ople, Children's Games in Streets and Playground, Oxford y Press, Londres, 1969. 34 (COMO APRENDEN LOS NINOS te y psique explica por qué los adultos recuerdan ese periodo de sus vidas con tanta nostalgia. Pero los niftos‘actuales estan sten- lentamente comprimidos a una existencia en gran medida pasiva. Se sientan en la escuela, se sientan ante la televisiGn © pare hacer sus tareas después de la escu ciones de miisica, arte, manualidades, tranjeras. Cuando juegan es a menudo ba reglas de adultos. La oportunidad de un aprendizaje autdnomo se debe salvar para ésia y las futuras generaciones de nifios. El hecho de que Ja propension natural al aprendizaje por medio del juego no hhaya sido bien utilizada por los adultos como guia de la ense- jhanza de los nifios es més grave que nunca. Una de las razones ces que la tecnologia en le educacion promete ser el insirumento personal si se la sigue utili- zando p tradicionales. Otra razén es que el espacio para jugar se reduce cada vez més, conforme todos wuceiones y carreteras. responsabilidad ante las necesi- rmedidas en las escuelas y en sfaccién. No serd una ta- , durante sus lec- in y lenguas Ja supervision y las EL IMPACTO DE LA TELEVISION No se puede analizar la amenaza al juego independiente de los nifios sin considerar también los aspectos negativos de la tel al, en gran medida, ha reemplazado al juego. Empieza ;ciarse que la television, al igual que los antibi6ticos mi- -0508 y el DDT, tiene efectos colaterales ocultos que s6lo pre- s Casandras,* pero a los cuales por fin debemos prestar atencién, La queja mas comtin ha sido contra la programa- cidn cn que la violencia tiene un lugar preponderante, 0 en la cual se presentan interrelacionados el sexo y la violenci 1 0 adivinos. Casandra es um jon de la profecia do que nadie ereyera, fen sus predicciones. ADEMAS DEL HOGAR, LA ESCUELA YLA COMUNIDAD 355 ciendo que para los nifios el mundo de los adultos parezca ser tan violento en la realidad como lo es en sus fantasias mas exa- geradas. Este enfoque, sin un contrapeso suficiente de reaccio- nes humanas no sédicas, explica una distorsién imperdonable en cuanto a la percepcién de la realidad que tienen los nifios. Ya.en 1960, Selma Fraiberg advertia en términos enérgicos acer- cea de las consecuencias de Ia excesiva exposicién a la violencia en los medios de comuni rdas las sociedades civilizadas— que estos impulsos agresivos y ‘structivos deben alterarse de manera radical a fin de que sobrevi- En el ser humane civilizado esperamos ver disgusto y repugnan- cia ante el sadismo [..J Esto[...Jes absolutamente necesario para la supervivencia de los valores humanos y hoy dia, podemos agregar, ces absolutamente imperative para la sipervivencia de la especie humana. Elpeligro para nuesttos nifios es patente. El nifio cuyos sentidos son diariamente colmados de imagenes y sonidos dc brutalidad esté con peligro de perder la capacidad de manifestar repugnancia ante Iabrutalidad? Los nifios pequefios aceptan el fenémeno de la excesiva vic lencia como un hecho normal, al igual que las drogas. Cual quiera puede conjeturar la relacién que esto tiene con Ja cre- iente incidencia de nifios que consumen tranquilizantes 0 droges. Aunque la televisién no es la responsable tinica, ha des- empefiado un papel importante al exagerar la existencia del saclismo en la experiencia humana, "También Selma Fraiberg dice al respecto: Los medios masives no crearon el apetito de la violencia, sélo lo descubrieron y derrocharon sus talentos para incrementar el mer ccado de la violencia. ¥ descubrieron que uno de los grupos de con- sumo constante y més leal es el de los nifios. No los motiva el desco de corromper a los jévenes; su Gnico motivo es crear un mercado 2 Selma Fraiberg, “The Mass Media: New Schoolhouse for Children’, Child ‘Study, 1960. 356 COMO APRENDEN LOS NINOS para un alimento en el desayuno o un refreseo 10 prome- fio pase sélo tres horas por dia ante la pantalla de televisidn, mnsiderable de su educacién La programacién televisiva para nifios no necesita ser melo- sao insfpida a fin de dar a la violencia su equilibrio adecuado en el esquema de las cosas. La agresividad tiene un lugar leg ‘mo en los cuentos para nifios, cuando su presencia es I6gic Ja narrativa, Como es parte de la vida, también es parte de la li- teratura, Pero como cosa intermninable por el puro placer dela excitacién y de la sensacién que permiten las historias cuyas tramas son pretextos para la muerte, la tortura y casi nada més, zo es sano para los nitfios pequetios. Todavia no familiarizados con la historia total de la respuesta humana, se les engada cuan- do se les muestra la perversién antes de que hayan aprendido a fondo lo que es sano. En cierta manera es todavia grave la agresién de la television alos nitios, la cual ya hemos analizado que los seduce en pro de tuna economia de consumo antes dé que tengan la edad sufi- ciente para que su juicio y su experiencia les ayuden a sorprendente que, aunque los patrocinadores com« clevisiva se han frotado las manos ante 10s padres nolo hayan combatido con energia. Se sien- ten divididos entre las amonestaciones del dentista de que los nifios no deben comer demasiada azcicar y las demandas de Estos por los cereales azucarados que les ofrecen los anunci ‘Se han sentido culpables al decir las interminables pet ciones de sus hi ie Jes compren lo que sugieren Ie gramas infantiles, y han cuando, habiéndose rendido los padres, las compras resultaron jundo ha “caido en la trampa’, pero sélo a dltimas tos sobre los nifios han provocado por fin alarma péblica. Por ejemplo, un articulo acerca de la television 3 bid ADEMAS DEL HOGAR, LA ESCUELA YLACOMUNIDAD 387 ifios, publicado en The New York Times, €] 27 de diciem- ‘inclufa la siguiente afirmacién: "No debe sorprender que los nitios, que habrén estado expuestos a 350000 comercia- Ies cuando terminen la preparatoria, crezcan desconfiando de tuna sociedad que sisteméticamente miente para sacar prove cho”. El mismo articulo continuaba documentando el hecho de que algunos programas son tan indiferentes a todo, salvo a la “venta”, que ignoran las directrices de las normas de seguridad para la radiacién, solicitando a los nifios que se acerquen ala pan- t jentras otros estimulan la vanidad, la cod . toda la gama de los sentimientos més fémentar el apetito de lo que se vende. 'E] 2 de julio de 1971, un informe acerca de una encuesta de Jos programas infantiles en 16 pafses, publicado en The New York Times, conclusa que, “en los programas para nifios de'las cadenas estadounidenses se manifestaba un alto grado de comercializacién y un bajo nivel de contenido informativo; com- parados con los de otros paises", y también descubri6 que hay ms anuncios en los programas estadounidenses para nifios que en los vespertinos para adultos (doble nimero de anuncios {que en ningin otro pats encuestado), y una propaganda comer jstinta para nifios de dos a doce afios de edad. levision ha ejercido otro tipo de influencia, que cae en una categorfa por completo diferente, mds relacionada con el medio mismo que con el mensaje. Lo describe un articulo diri- {ido a los maestros preocupados por el creciente distanciamien- to entre ellos sus alumnos de preparatoria, fenémeno que tam- bien se presenta en el nivel universitario. Estamos experitnentando alos niios de la generacién del multime- dia. El suyo es un mundo de imsgenes, mas que de frases. El suyo tes un mundo de simbolos no verbales, mAs que de palabras. Quic~ nes nacieron antes de la. época de los medios electrénicos vislum- braban brevemente las imagenes de las peliculas. Desde luego, la ‘clevisién no desempené un papel importante durante los afios de hhuestro crecimiento, Ahora estamos experimentando a la primera goneracién de multimedia, generacién que ba sido bombardeadacon, {ns imagenes mas bellas y las més grotescas que el hombre haya creado para sf mismo [..] Esta generacién...Ilez6 al colegio cons ‘Giente y armada de imagenes. Fuc a la escuela con imagenes de 358 ‘COMO APRENDEN LOS NINOS accidn, de creatividad, de destruccién. Fuc a la escuela y le dimos, } sepuimes dandole, lo que comprendemos me famos pala- bras, lo que se origina el Verbo L..] Entonces, escribamos, entonces, ha nos estaren desacuerda con esta generacién en el aiv La diferencia en las respuesias pensadas que resultan de la dependencia de la palabra oral o escrita, en comparacion com fa dependencia de las imagenes visuales, es tan destructora dela educecion atin arraigada en los libros que se impone agui un muchos factores a la vez. 10 puede acelerarse, se acortan. Ins distancias, y se puede ofr simulténeamente @ dos 0 ms pet- sonas. Al tener en cuenta el enfoque en la comparacién y Iz jnmediacién de la sintesis, la pelicula abre al espectador aue~ mensiones de pensamiento. Es una forma inevitable y Spropiada de comunicacién para enfrentarse al ritmo del cam to, al cual esté sometido el hombre en virtud de su tecnologia. Sen cambio, la palabra, sobre todo la impresa, tiene un ritmo més lonto, sus imagenes aparecen paso a paso en Ja mente del Tnetos y no ante sts ojos. Pero esa velocidad més pausada le 2 derenerse y reflexionar, cuestionar y pensar, releer ¥ Pejarar, a medida que responde a las ideas contenidas en To jmpreso, Con la televisi6n, la totalidad inmediata de la imagen Jewel enn flujo continuo de simultaneidad puede ser emocio- wantey estimulante. Pero la répida sucesién de emocién y estt- Jnulo deja poco tiempo para pensar, y casi ninguno para sentir profundamente Debe decirse que la lucha por lograr profundidad en las peli- cculas sin duida contintia, y.es posible que las nuevas generacio- shes se adapten al creciente ritmo de la exposiciGn a la experien- 4 Berman Leonard Fowrsal, National Ass0ct pp. 209 21. Je for a New Humanities", The Hums lumanities Education, noviembre de 1970, ADEMAS DEL HOGAR, LA ESCUELA YA COMUNIDAD 359° cia, Pero la pérdida de tiempo para la refiexién y la reacci6n se hha vuelto una faceta perturbadora de nuestras vidas. En todos Tos niveles de funcionamiento, la toma de decisiones se ha visto forvada a la superficialidad, a medida que la prisa y los limites de tiempo puestos por el funcionamiento tecnolégi tras vidas. Puede ser que, con el tiempo, padres © a qncontrarse con estilos de comunicacion comunes arraigay dds en una misma experiencia de los medios visuales. Pero to- Gavia nos encontramos en Ia etapa de transicién, cuando le snente fmumana, capaz tanto de profundizar como de enzan- Zharse, no se adapta bien al ritmo impuesto por la tecnologia basada en el enzanchamiento pero no en la profundidad. Ni iquiera los padres jévenes experimentaron la total inundacién dcimagenes que forma parte tan grande de la vida de sus hijos. Bota consecuencia particular de una época de imagenes des rita por Berman se trata aqui con el fin de alertar a los padres Sobre los posibles efectos del exceso de mirar televisién sobre 4g lectura de los nifios, En sus principales pretensiones de ins- ‘nuccion, hay una marcada renuencia a utilizar el modo lineal de aprender, de ritmo més lento, Por consiguiente, debemos preguntarnos si el precio que pagamos en superficialidad es epalmente necesario para los crecientes horizontes abiertos por "]imundo de las imagenes, o si podemos tener Jo mejor de am- ‘boo utilizar la palabra y la imagen para conseguir profundidad y vastedad sin que una perjudique a la otra. Si elegimos este Yitiino camino, entonces el papel de los padres, en rclacién Gon Is televisién y la lectura, se vuelve crucial para los nifios ‘porque los propagandistas de los medios masivos como existen vhora, de gratificacion y sensacién inmediata, son tan podero~ Sos que la institucién educativa de la escuela no puede enfren- wena ola a sus efectos adversos. Debe haber, por parte de los pailres, una participacién deliberada, o bien una accién combi- pada entre padres y escuelas para corregir el desequilibrio. ‘Son pocos los padres que permititfan que sus hijos depen- dicran de Ta imagen visual como “inico modo de eprendizaje. fos padres desean que sus hijos lean, lean bien y sientan placer r lectura, Pero las circunstancias actuales en que sus hijos Meearrollan su capacidad Jectora son extrafias, no sélo porque fa televisign es un competidor, aungue no tiene que serlo, sino 360 ‘COMO APRENDEN LOS NINOS porque todo el pais se mor logros académicos cada vez ma: jectura una carga, no una fuente de sa a wwocada en Jos padres, los maestros y los nifios e fuerte que bloquea el progreso de la lectura, En combinacién con Ia orientacién a las imagenes, esté costando a los nifios la érdida de un importante instrumento para el aprendizaje pro- Es necesario reconocer que la televisién fue una bendicién para las madres ocupadas, pero el costo de esta “cuidadora de niios” eléctrica y no seleccionada es excesivo en las condicio- den 's para contrarrester la intermina- ble exposicién a la violenc lencia y la con dduccion de sus hijos como Indefensas bases de la economia. den aplicar una estricta censura alo que sus io ellos mismos no estén presentes; pueden ensefiar a sus hijos fa ser espectadores criticos, sobre todo de los anuncios; y pue- don empezar a abordar la gran tarea de cambiar Ia programa- cién ofrecida a sus hijos. Las dos primeras medidas implican ladoso de lo que son en realidad las “ofertas”, lo rasar mucho tiempo viendo los programas para 1u tono y mensaje basico. Es tiempo bien invertido, porque sdlo cuando los padres analicen los programas podran Geterminar si el mensaje proyectado es el que desean que reci- ban sus hijos. Si no se puede evitar que los nifios vean algunos programas de television inapropiados (pues a veces es inevita- ble), por lo menos podran verlos con ellos, de manera que les puedan proporcionar aclaraciones, certezas, eteétera. ‘Yen cuanto a la tercera, los padres tendrén que participar en elcabildeo y la accién indispensables para llevar a cabo fos cara- bios pertinentes para el bienestar de sus hijos. Ya existen algu- nas organizaciones de padres y de otros ciudadanos dedicadas amodificar la naturaleza dela televisién para nifios, tales como ‘Action for Children’s Television Group (ACT), iniciado por cuatro madres en Newton, Massachusetts; el National Citizens con ADEMAS DEI, HOGAR, LA ESCUELA YLA COMUNIDAD 361 Committee on Broadcasting, y el Citizen's Communication Center en Washingtdn, D.C. Estos organismos deben ser apoyados por todos los interesados en Ja salud mental de los nifios. CAMBIANDO LAS ESCURLAS Concluyamos con una exposicién de lo que permitirfa que la escuela fuera satisfactoria para los nitios. La escuela y la sociedad estén entrelazadas, y en nuestra opinién los principales dilemas de la sociedad ya no son los com- plejos problemas cientificos sino los de valores. En un mundo, una familia y una escuela en vias de cambio, debemos ayudar a Jos nifios a sentirse a salvo, afirmando los valores que conside- ramos perdurables, aun cuando les ense‘iemos a estar abjertos al conocimiento que puede cambiar las formas. El desengatio prematuro causado por adultos titubeantes y no comprometi- dos preocupa @ los nifios y les produce sentimientos de impo- tencia. Los padres deben estar convencidos de quella gente puede gobernar sus vidas, y transmitir esta conviccién a sus hijos en el hogar y en Ja escuela ‘Cuando la sociedad es estable, el principal problema de la educacién y de la crianza de los hijos es su inducci6n a la vida tos. Pero cuando la sociedad esté en contflic- es incierto, entonces el principal problema es ayu- imiento de identidad. El psic6lo- ‘go Robert Havighurst sugiere que: [J el mundo moderno necesita personas con una identidad com- pleja, que sean intelectualmente autonomas y estén dispuestas a tnitentar la incertidumbre; que sean capaces de tolerar la ambi- slledad, y que el miedo no las lleve a un enfoque rigido, de solucién ‘nica a los problemas; que sean racionales, previsoras y que inda- ‘uen los hechos, que puedan sacar inferencias y decidir su conducta 2 la luz de las consecuencias previstas, que sean altruistas y gocen ‘trabajando por los demés, y que comprendan las fuerzas y las ten- dencias sociales.§ ‘5 Robert Havighurst, en corresponidencia privada con Ia autora, ' 362 ‘COMO APRENDEN LOS NINOS £] reconocimiento de dicha necesidad debe provocar un cam radical en nuestro enfoque educativo. ‘educacién se ha deteriorado hasta no hacer més que ver- formacién a las personas, sin considerar el hecho de que factoria para los seres hurnanos es la que se defi- jaciones humanas. La capacidad de amar y tra fenen mas sentido que nunca en una civilizacién dedica~ daa oprimir botones, y manejada en sentido tal que despoja a los individuos de » rato més profundo de identidad como hombres y mujeres dignos. Para anular dichos efectos, Gebemos apoyar conscientemente el lento ritmo de la madure- tidn emmocional y evitar la falsa precocidad que ahora reempla~ gaa la profundidad; debemos fomentar el compromiso hacis Th esfuerzo serio en la nifiez en sus propios términos. La edu- ide los nifios en e] hogar y en la escuela debe encauzarse fos de saluud mental, como Jos que sé sugieren a conti- nuacion: siento positivo hacia-uno mismo: una sensacién de seguridad, competeneia, de destreza; el disfrute de las capacidades per- sonales como ser que intuye, siente y piensa; la expectativa de que las capacidades encontrardn una satisfaccién cert Percepeign realista de uno mismo y de los demds: el conceimiento “fiferenciado de uno mismo para enfrentar el propésito y el co) tenido de los deseos y las ambiciones; Ia capacidad de fanto de vista de sus motivaciones, opiniones ¥ a vida. fedio: una nién positiva y motivada con el mundo contesnporéneo de procesos ¢ ideas; la capacidad y la energia ‘para ejercer las capacidadesy habilidades para un fancionay fo cficiente y responsable; la capacidad para ampliar las érbitas de identificacién més al Relacién con la gent relativament 'y mantener relaciones profundas: fera oquilibrada y flexible de interactuar con “onar la esencia de Ta propia individualidad. fibertad para pensa, juzgar y actuar con indepen fag ante ¢] apremnio a someterse o amoldarse; adap- fda por una evaluaciéa objetiva de las exigencias de la i | [ADEMAS DEL HOGAR, LA ESCUELAY LA COMUNIDAD 363 objetiyos tltimos individuales; capacidad de faceptar una posicién de tependencia (recibir ayuda), cuando Ta prescribe un conocimiento, experiencia o firmeza insuficiea- ‘ey equilibrio entre Ia adaptacin y la necesidad de mantener la autonomia individual. Curiosidad y creatividad; wna curiosidad sostenida y profundizads; ‘cnergia para penetrar en lo desconocido y emprender una bas- ‘resolucién; mantener procesos imagina- set capaz de transformarlos en una feorganizacién productiva y creadora de la experiencia, Recuperacion y poder de adaptacién: la capacidad de mantener el ‘equilibrio ante un trauma, frustracion y crisis; sacar e integrar la fuerza disponible frente a los desafios y obstéculos.¢ Este tipo de desarrollo es posible mediante un aprendizaje gonstructivo y serio. El conocimiento y las habilidades deben Ser el resultado de toda experiencia educativa, pero la manera tn que los nifios abordan el contenido constituye una impor- tante diferencia en sus vidas como seres humanos y como apren- dices. Las escuelas que no ofrecen a los nifios un contenido sélido los dejan infelices e inquietos; pero aquellas que dan én- fasis al contenido sin tomar en consideracién los sentimientos y las necesidades sociales de los nifios los dejan infelices y sin- {igndose inadaptados. ‘Nuestras escuelas enfrentan un desafio, y ésta es una época de cambios. Pero éstos deben reflejar la necesidad social de va- ores humanistas. Hay un creciente interés en la escuela infor- imal y abierta, y ha legado el momento de que los padres se oncuentren unos con otros y se unan a los maestros y directivos ‘que participan, o desean hacerlo, en esa corriente humanista. Juntos pueden dar forma a nuestras escuelas, de modos que ardn a los nifios la fuerza para forjarse una vida buena para si mismos y su sociedad, " Los cambios en les escuelas deben empezar por los adultos, La jerarquia del autoritarismo y del acatamiento debe ceder su agar a la participacién de maestros y padres en la elaboraci6n, 6 Adaptado por Charlotte Winsor, Bank lege of Education, del ccepftulo de Barbara Biber, “Integration o lth Prinelptes in the SARE Sting”, cn Gerald Caplin, Prevention of Mental Disorders in Cilren, cap. XV. 364 (COMO APRENDEN LOS NINOS cas y en la continua evaluacién de los programas, ynes y los materiales. Las escuclas deben llegar a formar parte de una red de nes de apoyo al nifio que, juntas, manejen la globalidad de los intereses de todos los nifios yysus familias. Tanto en la educaci6n de los maestros como den- tro de las escuelas, el enfoque en la ensefianza en funcién del desarrollo debe reemplazar la adhesion a un simple aprendiza- je de habilidades. La competitividad, las recompensas y los castigos dentro del sistema de niveles de calificaciones debe ceder su lugar a una evaluacién constructiva del aprendizaje y del crecimiento. Los especialistas en salud mental y desarro- Io del nifio deben llegar a ser tan familiares en la organizacién escolar como los propios libros Debemos reconocer que existen muchas maneras en que una escuela puede ser una buena escuela. Si cada equipo tuvi libertad de crear programas de estudios apropiados y espectti- cos para sus nifigs, en particular dentro de los Iimiies de una serie de objetivos de salud mental aceptado en general, goza- riamos de una variedad de programas que hoy dfa ni podemos imaginar, Tampoco es necesario que pretendamos que sélo les importa a los adultos. La satisfaccién y la fuerza perso- nifios aumenta cuando se enteran de que se protege nos guiar por un nifio de 11 aflos que nos hizo saber, | cual", respecto a los nifios: {Sabes?, alos nifios realmente nos gusta aprender; s6lo que no nos gusta que nos empujen, | | | | INDICE ANALITICO aburrimiento, 224.225 agaptacién a ja escuel grados de primaria, 161-163, 180-181 grades interme 31 jardin de nifios, 30- 132 aluranos con rendimiento por debajo del promedio, 42, 155, 271 amistad, 78, 119-120, 14 153, 239-240, 323, ansiedad: ante la lectura, 97-99, 102-103, 105, 198-199, 202-203, 339 dafio provocado porla, 105 de los nifis, acerca del logro, 97-99, 340 ange tabién to salud mental oe anos intermedios (dels ocho a Tos once), 222256 tad, 239-240 sa el po 237 Sranconne te confiana, 234-236 enajenaciones de. 1, 237- 20 ee tlapes del crecimiento, 136- in 365 fantasia, 263 influencia familiar, 233 jugar, juegos, 222-223, 226- 227 manifestaciones negativas comunes: abutrimiento, 224- 228 modo de aprendizaje, 264, 265 orientacion a consumir,224- 226 papeles sexuales, 248-256 de sf mismo, véanse tambien desarrollo intelectual; sentimientos afios intermedios: véase nifios de seis y siete afios aprendizaje de conceptos: clasificacion, seleccion srupos, 218 ‘concreto a abstracto, 110-113, 213 espacio y tiempo, relaciones, correspondencia, 218 secuencia del desarrollo, 216-

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