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8 AÑO 2010
Editorial
Cuando hablamos de injusticia, de repente se nos viene a la
mente toda la historia de la humanidad caracterizada por la injus-
ticia en todas las expresiones, en toda realidad de la vida y con el
mayor número de víctimas a lo largo de la historia de las nacio-
nes.
Se debe enfatizar que cuando estamos afectando, perjudicando y nos aprovechamos de una persona, sin misericor-
dia ni consideración, es una práctica de injusticia. Ahora, lo preocupante de todo esto, es, donde queda el TESTIMO-
NIO, el ejemplo, el ser dignos de imitar, el ser modelo, influencia. En El Salvador, el presidente de la República y
algunos políticos han dicho que la Iglesia Evangélica es la reserva moral de la nación.¡¡Uf!! ¡Qué responsabilidad!,
pero que oportunidad, que los cristianos del país no solo ser modelo, sino el precedente y el desafío para una socie-
dad totalmente injusta, que también vele por la justicia, la libertad y por los derechos humanos. ¿Cómo los que nos
ven no van a glorificar a Dios por nuestras buenas obras?
No se deben olvidar las demandas de Dios en su Palabra tocante a la justicia. Miqueas 6:18, resume TODA LA PA-
LABRA DE DIOS,
“Oh hombre, El te ha declarado lo que es bueno, y que te pide Jehová de ti: so-
lamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”.
Pero también no debemos olvidar el resultado de la práctica de la justicia como dice Isaías 32:17-18,
“Y el efecto de la justicia será paz, y la labor de la justicia, reposo y seguri-
dad para siempre.
Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras y en recreo de
reposo”.
CONTENIDO
Cobertura
Ministerios Apostólicos
Internacionales Yeshúa
Las Acciones Justas: el Vestido de
5 Novia de la iglesia
Editores OC
El problema de Espiritualizar la
Justicia de Dios 6
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