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Las oraciones subordinadas: Esboz0 de clasificacion IM! ANGELES ALVAREZ MARTINEZ ‘Univesdad de La Laguna 1.1. En la tradicién gramatical del espanol se encuentran magniicos estudios de aspectos morfolbgicos, que son en algunos casos exhaustivos; pero las cuestiones sintécticas parecen haber quedado bastante relegadas en ellos! . Probablemente esto se debe a que el concepto de palabra ha sido el eje central sobre el que ha girado la mayoria de los graméticos, y a que la oracién se concebia mas como “unidad de cardcter I6gico” 0 como “la cexpresién lingiistica de la proposicién l6gica” tal como senala Guillermo Rojo? que como unidad Linguistica, Por esta misma razén las definicio- nes que se han dado nos parecen imprecisas y en muchos casos poco ope- Fativas, desde una perspectiva puramente funcional del estudio lingtlisti- co; de ello se desprende la necesidad de exponer los criterios que deben prevalecer —y han prevalecido— en la clasificacién de las oraciones subor- dinadas, con el fin de esbozar un modelo de clasificacion desde un punto de vista funcional. Evidentemente esta cuestin es clave en Ios estudios gramaticales, pues la perspectiva empleada es la que otorga una determinada configura cidn a la clasificacién. Y por otra parte, un breve repaso de las diferentes clasificaciones muestra que se esti Iejos de alcanzar la unanimidad en esas agrupaciones, lo que no es s6lo consecuencia del pensamiento distinto que subyace, sino que en ocasiones —bastante frecuentes, por otto lado— se debe también a la confusién que rodea a los conceptos principales. Con palabras de Guillermo Rojo, * Cfr.J. Moreno de Alba: “Coordinacin y subordinacion en graméticaespafo- 1a", en Anuorio de Letras, México, XVII (1979), p. 5 2 G. Rojo: Cidusulas y oraciones, Anejo 14 de Verba, Universidad de Santiago de Compostela, 1978, p. 11 VERBA, 161989), 117-168 8 IMP ANGELES ALVAREZ MARTINEZ Si bien existe una relativa unidad de ertero en las Hlamadas“ustantivas’y‘adje tivas’, cuando se llega a la subordinacion adverbial se produce una especie de confusin general que hace incluirhabitualmente en el mismo grupo alas tempo: rales y modales,a las de lugar con las condiciones, et. Un claro ejemplo de esto es el de las caustles: ,qué son?, ,eoordinadas?, {subordinadas?, 40 ambas cosas a la vez? Y si se catalogan como subordi- nadas, {pertenecen al apartado de las sustantivas, o al de las adverbiales?, etc. Las opiniones son muy diversas: F. Marcos Marin las elasifica como coordinadas; la Gramaitica académica (edicién de 1931), Rafael Seco 0 J Roca Pons, entre otros, distinguen en las causales dos tipos: coordinadas y subordinadas; S, Gili Gaya, Emilio Alarcos, el Esbozo académico y Ma- rnuel Seco, por ejemplo, las consideran subordinadas, aunque los dos pri- ‘eros las ven como sustantivas, y los dos dltimos como adverbiales; G emo Rojo y A. Garcia Berrio, sin embargo, las Hlaman “interordina- das” 1.2. En principio ha de establecerse con claridad que se entiende en este ensayo por coordinacién y subordinacién porque ahi reside la base sobre la que se asienta la exposici6n ulterior. 9 G, Rojo: Cléusulas.. p57 4 Che, F. Marcos Marin: Aproximacin ale gramaticeespavola (Cincel-Kapelus, Madrid, 1975), pp. 224, 266 y 269. Este mismo autor en su Curso de gramatica espa ‘ola (Cincel-Kapeluse, Madrid, 1980), pp. 389-393, distingue tres tipos de causes, a tomar como base el trabajo de Rafuel Lapesa: “Sobre dos tipos de subordinacién ausal", en Estudios ofvecidas a Emilio Alarcos Llorack, tomo Ill, Archivum, 1978, pp. 173-205, donde establece dos tipos de causales: unas son las conovidas subord hades, grupo Il, y otras son “independientes", grupo I, pero no coonlinadas, sino Como proposiciones independientes entre si, tal como las presenta Andrés Bello. Mar- os Marin cataloga como “adverbiales” a 1as causles, pero indica que aquélls po- seen Wn esguema idéntico al de las coordinadas (en concreto se asemejan a las adver fativas) y por tanto se diferencian de las otras subordinadas 0 inordinadas (sustantivas y adjetivas) (p. 376). Cir. también RAE: Gramatica de la lengua expan, Espast Calpe, Madrid, 1931, pp. 308-309 y 349-351; R. Seco: Manu de gramdtica espanol, Apuilir, Madrid, 1979, pp. 222-3, 230 y 245; 1. Roca Pons: Introduccion « la grama’ tea, Teide, Barcelona, 1976, pp. 305 y 315: 8. Gili Gaya: Curso superior de sntaxis ‘expariols, Bilograf, Barcelona, 1976, pp. 2968; E. Alarcos Llorach: Extudios de gra Imatiet funcional del expafol, Gredos, Madrid, 1978, pp. 192-206; R.A.E.: Esbozo de tina nueva gramatica dela lengua expafola, Espas-Calpe, Madrid, 1977, pp. $48-551; M. Seco: Gramatica esenctal del espafol, Aguilar, Madrid, 1979, pp. 122-4: G. Rojo: Cltusuas., pp. 108 y ss LAS ORACIONES SUBORDINADAS: ESBOZO DE CLASIFICACION 9 Las relaciones sintagméticas senaladas por Saussure’ son las consti- tuidas por los elementos actualizados, por los elementos presentes en el mismo discurso (in praesentia, segtin la conocida formula); y, como lue- 20 indied Hjelmslev, pueden distinguirse en ellas tres tipos® 1. Coordinacién, combinacién 0 constelacion: v—v Hablaban de politica yfitbol voy Andrés hablaba v todos escuchabay v v (en estos casos puede suprimirse cualquiera de las dos variables sin que ello afec- tex laotis, I. Subordinaciin, dependencia 0 determinacién coy, cass de Poo est ahi coy casa est ahi | tde Pedro esté ahi cw v_ Hablaroy en ta reunion de que no ibas a presentaty c v Hablaron en ta reunién | tde que no ibas a presentarte (se entiende est ultimo segmento como fuera de contexto), IIL Interdependencia o slidaridad, cen, Luchamos hombre con hombra © € § fe. F de Saussure: Curso de lingdistica general, Losada, Buenos Aires, 1973, pp.207211 © Che. L, Hyelmslev: Protegs 1974, pp. $5.8: J.A, Martinez: ~ sidad de Leén, pp. 45-6 10s @ una teoria del lenguaje, Gredos, Madrid (re)eera Hjelmslev”, en Comtestes, 1, Univer: 120 MP ANGELES ALVAREZ MARTINEZ *Luchamos hombro *Luchamos con hombro (en este iltimo caso, es el sustantiva hombro el que impide que este sezmento ‘sea aceptable, pues si es posible, por elemplo, uchamos con fis!) Asi pues, las oraciones, igual que los sintagmas sustantivos, adjetivos © adverbiales, 610 pueden relacionarse sintagmiticamente de una de estas tres formas. Es cierto que lo frecuente es la coordinacién y subordinacién de oraciones —es lo que nuestra tradicién gramatical ha distinguido siem- pre—, aunque hay autores en la actualidad que consideran interordinadas (relacién de interdependencia entre oraciones) a las adversativas, concesi vvas, consecutivas, causiles y condicionales” ‘Sin embargo, esta clasificacién en tres tipos no es la que se ha sexu do siempre. F. Marcos Marin, por ejemplo, dice: La subordinacion propiamente dicha, en cambio, supone que la oracién subor dinada funciona como un elemento de la llamada principal y mas precisimen: te que sustituye aun elemento del sintagma nominal: ndcleo o adyacente Esta consideraciin supone que slo son subordinadas las sustantivas y Jas adjtivas, las que segin A. Alonso y Henriquez Ureniaetan inordinadas. Las adverbiales no son subordinadas sino un tipo de las coordinadas porque no oc ppan el lugar de un elemento en la principal sino que se relacionan con ta prin ‘cipal entera: esa rlacin es una restricidn semintica®. En efecto, en las diversas clasificaciones que ofrecen autores diferen- tes es bastante frecuente que se separe a las adverbiales de las restantes subordinadas (asi Bkimel, A. Alonso y otros)®. Se considera asf que la relacién de dependencia entre unas y otras con respecto a la principal es distinta, lo que constituye un prejuicio que goza de cierto respaldo. A es te respecto afirma Gili Gaya: Si decimos, por ejemplo, espero la legada de mi hijo ef tunes proximo es ev dente que ef lunes prbximo no slo afecta al verbo espero, sino que enmarca a todo el complejo representativo de Ia oracin; pero esto no nos autoriza a pen 7 Cft, A. Garcia Berrio: “Bosquejo para una descripcion de Ia frase compuesta en espafol (Ei exquema tradicional la uz de la moderna lingifstica: tipos de cons truccion, transformacion y funciones)”, en Anales de la Universidad de Murcia, Filo~ sofia y Letras, XXVIII, 3-4 (curso 1969-70), pp. 209-231 ' F Marcos Marin: Curso... pp. 369-370, 9 Che. 8. Gili Gaya: Curso superior... pp. 286-7; A. Alonso y P. Henriquez Ure sha: Gramética castellana, Segundo Curso, Losada, Buenos Aires, 1971, p. 34:F. Mar fas Marin: Aproximacion... pp. 257-276. LAS ORACIONES SUBORDINADAS: £8070 DI: CLASIFICACION 12 sar que el complemento circunstancial no esté dentro de la oracién como uno de sus elementos sintécticos. Bastaria decir sencillamente que los complemen: tos directos e indirectos del verbo, y los complementos de cualquier palabra de fa oraciin simple son de naturaleza distinta que los circunstanciaes, por ue no ¢5 fo mismo la accién con todos sus actores, que a icunstancia oi cunstancias que Ia envuelven. De igual manera, en la oracién compuesta, ls averbiales que expresan circunstancias de la principal, se hallan menos lia das a ésta que la mayor parte de las susantivas y adjetvas; pero no por ello queda invalidada la relacin de dependencia 0 subordinacién que existe entre todas las oracones que Forman periodo, de cualquier clase que sean, 1.3. Como parece evidente, todo depende del criterio que se siga en la concepcidn de los elementos que componen la oracién. Asi, Bello esti- ma que la oracion esta formada por un sujeto y un atributo, e incluso con- sideta anomalas las oraciones que no presentan sujeto"*. Paralelamente, Ia Gramadtica Generativa habla de sintagma nominal y sintagma verbal, y dependiendo del sintagma verbal se hallan el sintagma nominal 2, el sintag- ‘ma preposicional, etc 2S. Pep. EL sujeto se sitiia, como se ve, en un nivel diferente al de las restantes fun- ciones sintacticas, lo que ocasiona I6gicamente que en la clasificacién de la oracién subordinada se distingan diferentes tipos segiin la funcién sintdcti- ca (y ef rango de esa funcién) que se desempenc. Para la Gramatica Fun- cional, sin embargo, la perspectiva es distinta, como muestra el esquema siguiente; 8.187 Imp Compl, Adit. Sup. ete Todos se encuentran al mismo nivel porque existe relacién de dependencia centre éstos y su Ndicleo verbal oracional. S6lo en algunos casos, que estén 1 §.Gill Gaya: Curso superior... p. 286 1 Cir, A. Bollo: Gramdttca de la lengua castellana (ed. critica de R. Trujil, CCabildo Insular de Tenerife, 1981, pp. 447 y ss nal 1A€ ANGELES ALVAREZ MARTINEZ condicionados por la norma, hay solidaridad; asi en los complementos ad- verbiales de los que habla Guillermo Rojo", o en algunos suplementos'? 1.4, La diferencia entre coordinacion y subordinacién radica princi- palmente en que las relaciones sintagméticas son distintas y, por tanto, Jos elementos que sirven para establecerlas son igualmente distintos; es ésta, al fin y al cabo, la diferencia entre los conectores y los transposito~ res, Ambos elementos tienen en comiin el hecho de que no constituyen sintagma, aunque son signos lingiiisticos (precisamente los diversos signi- ficados de étos es lo que ha permitido hablar de copulativas, adversati vas, causales o finales)'*; se agrupan tambign al segundo elemento rela- cionado (por coordinacién © subordinacién), y pertenecci a la clase de palabras Hamada conjuncién, aunque los transpositores de oraciones no son solo conjunciones: también los lamados pronombres relativos actuan como tales, y no son conjunciones!* La coordinacién puede establecerse asimismo por medio de otros segmentos no catalogados como conjunciones, pero que actian de forma similar. Por ejemplo, desde ... hasta, por una parte ... por la otra, etc.!* Las oraciones coordinadas no pueden permutarse mientras que las subordinadds si Juan entraba y Pedro salia del ascensor | *Y Pedro sala del ascensor, Juan entraba Vino para que el doctor le recetara ago | Para que ei doctor le recetara algo vino Lloraba cuando lo encontraron | Cuando to encontraron toraba Lo lamard siti se lo pides / St nase lo pides to lamaré Lo hizo porque lo necesitaba | Porque lo necestaba lo Te examinards aunque no quieras | Aunque no quieras te examinars Es cierto que esta permutacién sélo es posible con las oraciones subordi- nadas en funcién de aditamento —que es libremente permutable~ 0 con las sustantivas, porque en las adjetivas esto no es aceptable, wsi como tam- 17 Gir G, Rojo: “En torno a los complementos adverbiales”, en Leeciones del 1 It Curio de Lingiitica Funcional (1983-1984), Universidad de Oviedo, 1985, pp. 181-191 18 ‘Cfe, Hortensia Martinez Garcia: ET suplemento en espafol, Gredos, Madrid, 1986, pp. 61°. Cir. A. Martinez: “Conectores complejos en espaol”, Archivum, XXXIV, Universidad de Oviedo, pp. 69-90. 5 Cit, E, Alarcos: Fetudios... pp: 192-206; y M.A. Alvarez Martiner: “EI pro hombre espaol, geategoria funcional?”, en Bspayo! acrual, 42 (1984), pp. 49-65. 6 Cfr,.A. Martinez: “Conectores..”, pp. 87-90. LAS ORACIONES SUBORDINADAS: ESHOZO DE CLASIFICACION 123 poco lo es en las comparativas y consecutivas (que son también adjetivas, ‘como se vera luego). Por otro lado, 1a funcién sintéetica es asimismo diversa, Mientras las coordinadas no funcionan de ninguna forma, sino que se unen para actuar como un solo grupo sintagmatico, las subordinadas se integran como un adyacente de Ia principal, cjerciendo, pues, como adyacente verbal o adyacente nominal segiin qué elemento las introduzca, La permu- tacién y Ia funcién sintéctica se nos presentan asi como los dos criterios {que permiten distinguir las coordinadas de las subordinadas, 1.5, Curiosamente tas oraciones subordinadas han recibido miitiples denominaciones, que sirven para establecer diferencias con la llamada “principal”. Rafael Lapesa, por ejemplo, se refiere a ellas como “subora- clones”: otros distinguen en estas subordinadas lar “inordinadas” de las propiamente “subordinadas”; y se Hoga incluso a denominarlas “propo- siciones” en general Es Bello quien nos habla en el pirrafo 308 de su Gramética de pro- posicién: Se llama oracién toda proposicién 6 conjunto de proposiciones que forma sen ‘ido completo: de que estd alfombrada la ribera es proposicién perfecta, pero Nétese que el gramético venezolano usa el término oracién para referirse 4 algo equivalente a periodo, y utiliza, en cambio, proposicién para lo que llamamos normalmente oracidn, sea ésta subordinada o no, Creemos que el empleo de proposiciin para aludit a las subordinadas es una mala interpretacion de Bello, porque como lo explica con mayor claridad Lenz: La palabra proposiién se refiere al aspecto gramaticale indica la unin lingist- a entre un sujeto y su predicado, el cual puode comprender, ya un atributo predicativo, ya complementos de 1oda especie Si existen sila elementos prima. rios en ln proposiciin, hemos propuesto la denominaciin onseiin desnuda: si hay ademds atributos de los elementos primarios, llamamos a la oracién, que todavia queda proposicin simple, una oracin completa, Cuando se juntan varias proposiviones independientes en un conjunto mayor, simplemente yuxtapuestas © unidas por conjunciones, tal oracion se llama un periodo, ... Si un substantivo, un adjetivo 0 un adverbio de una ore cin se sustituye por una proposicién (que necesariamente comtiene un verbo conjugado en indicative © subjuntivo), tal proposickin se llama subondinada 128 1M@ ANGELES ALVAREZ MARTINEZ, substantiva, adjetiva 0 adverbial. Una’ oracién compuesta que contiene propo siciones subordinadas es una oracidn compuest,"” Pero nosotros no lamamos de diferente forma a un sustantivo porque actiie como niicleo © como adyacente: Madrid sigue siendo un nombre propio en ‘Madrid es una ciudad acogedoray bulliciosa, 0 en Las calles de Madrid se lenan de gente con el regreso de los veraneantes. Lo mismo sucede con los adjetivos 0 con los adverbios, ¢ incluso con los verbos: Era fécil de resolver | Bra un problema facil, ‘Antes de la cena j La cena de antes, (Cantaba con gusto | El gusto con que cantaba, et {Por qué, pues, llamarlos de diferentes formas como si de cosas diversas se tratara? 1.6. Las razones que se han aducido para catalogar las oraciones co- mo subordinadas o principales responden a la dependencia o independen- cia sintécticas, 0 al criterio seméntico. Segiin este ltimo las oraciones subordinadas no tienen sentido completo, mientras que las llamadas prin- cipales si. Evidentemente, ese sentido completo” desaparece de cualquier ‘mensaje, sea cual fuere su constitucién, si se emite fuera del contexto ade~ cuado. Es cierto que la presencia de una conjuncién subordinativa obliga a presuponer un verbo principal que actue como niicleo, pero ello no im- pliea necesariamente que la subordinada no tenga “sentido completo” por sf sola, Por ejemplo, cuando la veas, mds que habla, porque vino 0 si te gusta ~expresadas en el contexto y situacidn apropiados— pueden ser absolutamente comprensibles: a ~ gCrees que me asustaré? = Cuando la veas,seguramente. = La nina come mucho. Mas que habla ~ Se enfadé muchisimo, = fy, si? porque vino ayer ~ Creo que me lo compraria. ~ Site gusta, 17 R, Lenz: La orecién » aus partes, Centro de Estudios Historicos, Madrid, 1925, p. $31 LAS ORACIONFS SUBORDINADAS: FSEOZO DE CLASIFICACION 12s Por otra parte, parece que todos convendriamos en que una oracién como zha salido fuera?, © habldbamos ayer poscen un significado comple- to —siempre que estén inmersas en su contexto—, pero jes que acaso gque hha salido fuera? 0 de lo que hablibamos ayer no lo tienen’ Lo que remite al receptor del mensaje a ese verbo principal, lo que nos hace catalogarlas ‘como subordinadas es justamente la presencia de los transpositores, y por ello creemos que es preferible hacer un estudio y clasificicién de éstos (vid. 3.1.), antes que de las oraciones, ya que de estas diltimas pueden sur- gir clases y subclases que han de integrarse en varios apartados @ la vez, co ‘mo se podrd comprobar Tuego (vid. 2.1.).. En cuanto a la independencia o dependencia sinticticas habria que sefialar obviamente que la llamada principal es en efecto el niicleo, mien- tras que la subordinada depende de ésta, como variable que es, Peto néte- se que esta subordinada puede ser, a su vez, niicleo de otras, y asi sucesi= vamente, con lo que se establece una subordinacién en cadena: Pienso que ha creido que no vendriamos, meno vendriamos, c Vv c v “La chia que ya pensaba que no vendriamos se march ve Vv ue ve, Vv © A su vez, una oracién dependiente sintcticamente puede aparecer —coino hemos afirmado més arriba sola, sin su principal, porque se ve arropada por el contexto verbal. Ademis, la dependencia independencia viene también indicada por la presencia, o ausencia, del elemento transpositor. Por ello asimismo, como deciamos antes, parece mis conveniente, y per- tinente, una clasificaciOn de estas unidades y no Ia clasificacién de las 2.1. Un breve repaso a las diferentes clasificaciones muestra que el apartado de las adjetivas no paroce haber sufrido muchos cambios en los studios gramaticales. Hay unanimidad en distinguir dos tipos en las ad- jetivas: las especificativas y las explicativas. En el caso de las sustantivas, se aprecian variaciones en la catalogacién de las de complemento indirec- to, en las de complemento circunstancial y en las de complemento de un 126 Me ANGELES ALVAREZ MARTINEZ, sustantivo, adjetivo o verbo. Pero sin duda es en las subordinadas adverbia- les donde se produce mayor confusin. Giertamente 1a funcién de aditamento ha constituido siempre un conjunto amalgamado de hechos, del que los graméticos han ido extra yendo y catalogando cuestiones diversas para delimitarlas y precisarlas'* Esta singular mezcolanza que afecta al aditamento llega también a las st- bordinadas adverbiales, que presentan ~y admiten— casi cualquier tipo de clasificacién. Todos los autores de graméticas coinciden en que una oracién sus tantivada puede actuar como cualquier sustantivo y desempeniar sus fun- cciones; sin embargo cabe preguntarse cudles son estas funciones cuando nos enfrentamos a una clasificacién como la offecida por la edicién de 1931 de la Gramética académica, Sujeto cexplicativas 0 enunciativas Complemento directo} interrogativas subordinadas oraciones. de temor sustantivas) Complemento indirecto {finales Complementocreunstaneal_{ causes de sus. a plemento con preposici Comp preposicion {Oe vethce En el Esbozo las oraciones finales y causales aparecen en el apartado, de las adverbiales y “desaparecen” los complementos de verbos, asi como, las de temor en el subgrupo de las de complemento directo. Pero puede decirse que bésicamente se mantiene la misma clasificacién y, por supues- to, la misma concepci6n. Es esta catalogacién de la GRAE (1931) la que presenta Gili Gaya en su. Curso superior de sintaxis espaftola, y Martin Alonso en su Gramdtica del espafiol contemporineo, asi como, en cierto modo, A. Alonso y P. Henriquez Urena, y ~con otra formulacién— Roca Pons!?. Aunque el planteamiento es diferente, también para Emilio Alar 18 Gr, entre otros, B. Alarcos: Estudios... pp. 219-253;J.A. Martinez: “Acer- ca de la transposicidn y' el aditamento sin preposicibn”, Archivum, XXXI-XXXIL (1981-82), pp. 493-512; G. Rojo: “En tomo & los complementos..", ya citado: y M. A. Alvared Martinez: “zAditamento © complementos circunstanciales?”, en Jn Me: ‘moriam Inmaculada Corrales t.1, Universidad de La Laguna, 1987 (en prensa). 49 Cf, RAE.: Gramiétiea... (1931), pp. 334-3525. Gili Gaya: Curso superior. pp. 285-299; Martin Alonso: Gramatica del exparol contempordneo, Guadarrama, Ma- LAS ORACIONES SUBORDINADAS: FSEOZO DE CLASIFICACION 17 0s las finales y causales, y las complementarias de verbo, sustantivo 0 aujetivo, son sustantivas (vid. 3.1.) Rafael Seco, manteniendo esta clasificaciOn, afade a la presentacién de la GRAE (1931) la funcién () de aposicién®®, y las atributivas 0 de predicado nominal?*. Una agrupacién diferente ofrece F. Marcos Marin en su Aproximacién a la gramética espafola®®, porque introduce las “oraciones” de infintivo®* junto a las iniciadas por las conjunciones que y si como sustantivas. Estas pueden funcionar como sujeto, objeto directo, término de preposicién, suplemento 0 complemento circuns- tancial; en este diltimo subgrupo se encontrarian las finales, as causales y las consecutivas (vistas como una modalidad de las causales)**, La cla- sificacin que presenta este mismo autor en su Curso de gramatica espaflo- 1a difiere muy poco de ésta, salvo que habla de las sustantivas en fun ‘ion de predicado nominal (vid. nuestra nota 21). Hay, no obstante, una novedad, y es que estudia unas “proposiciones intermedias” entre las dnd, 1974, p. 188; A. Alonso y P. Henriquez Urefa: Gramatiea eastllana, Segundo (Curso, p. 34;y J. Roca Pons: Introduecian.., pp. 310-312, 29 Para una visin muy completa de la aposicin cfr J.A. Martfnen: “Las cons: ‘ucciones apositivas en esparil”, en Philologice Hispanlensia in Honorem Manuel Alvar, Gredos, Madrid, 1985, t, I, pp. 453-467. Afirma este autor que la aposicion ‘es una relaci6n sintagmiética de combinacién “similae™ aunque no idéntica a la yuxtaposicin, pero que en ningtin momento debe confundirse con tna funcién sin- tctica(rlacién sintagmética de dependencia). *° Cf. R. Seco: Manual... pp. 226-231. Sin embargo Josefina Martinez. Alva- rex en su trabajo “Algunas oraciones complejasy ss transpositores”,en Lecciones del Ty 11 Curso... pp. 121-128, no considera “aceptables” tales oracones sustantivas en funcidn de atributo. Piensa esta autora que “en Mi mayor deseo es que mi obra triun- {fe no actia como atributo la oracién transpuesta que mi ore triunfe, sino como su to (..) en Jos casos de elusin es imposible deci Lo es mi mayor deseo (ditiamos E10 ‘mi mayor deseo); pero seria correcto Lo es que mi obra triunfe” (p. 121). Fs ésta, en definitiva, la opinin de Emilio Alarcos tal como puede comprobarse en is nota de la pagina 194 de sus Estudios..(28 ed, 1978). 28 Cfr. F. Marcos Marin: Aproximacién.., p- 260, 2 Segin Emilio Alarcos ha de hablarse de oracin cuando existe relacin pre- ‘icativa, esto es, cuando se da Ia telacién de soidaridad entre el lexeme verbal y los rmorfemas subjetivos y verbales. Asf pues, en inginitivs, gerundioe y patticipios no habria tales “oraciones” (cfr. E. Alarcos: Estudios... pp. 296-313, y J. Martinez Al- varez: “Grupos oracionsles y oraciones adversativas”, en Serta Philologica F. Lézaro (Carreter, Citedra, Madrid, 1983, 1.1, . 363) cfr. F. Marcos Marin: Aproximaciin... p. 266. 25 Ctr, P. Marcos Marin: Curzo.,p. 382, 128 Me ANGELES ALVAREZ MARTINEZ sustantivas y las de relativo adjetivas**, del tipo los que ventan traian banderas (vid. 3.2.).. Las posturas de los que se denominan funcionalistas, si bien pueden considerarse encontradas, mantienen en general esta clasificacion. Ast C. Hernéndez Alonso en su Gramatica funcional del espafil2” las define co- ‘mo oraciones que acttian como elemento constituyente de la principal y las llama nexus en funcién de SN, (sujeto), nexus en funcion de SNs (ob- jeto directo), nexus en funcién de SN; (atributo)?®, nexus en funcién de SN; (suplemento). Josefina Martinez, por su parte, en “Algunas ora- cciones complejas y sus transpositores” ?9, ve las sustantivas como un gru- po de oraciones “transpuestas que junto con su transpositor cumplen uni tariamente una de las funciones dependientes del nacleo verbal””*?; seein su funcién en la oracién éstas se dividen en: sustantivas como sujeto Iéxico sustantivas como implemento sustantivas como suplemento sustantivas como complemento sustantivas como aditamento. 26 fe, F. Marcos Marin: Curso... p. 384. Estas oraciones “intermedias” en rea- Lidad manifisten una doble transposicin, a saber, el relativo que adjtiva la oraci6n, y como tal segmento adjetivado puede sustantivarse por medio del articulo, morfeme sustantivador de la categoria adjetiva. No pensamos que se trate, pues, de oraciones diferentes, ode un nuevo tipo, sino de una doble transposicidn. 27 Cf. C, Hernénder Alonso: Gramatice funcional del espafo, Gredos, Madsid, 1984, pp. 9-113 y 119-136, 38 Los ejemplos que ofrece C. Hernéndez Alonso no contradicen lo afirmado en ta nota 21 de este trabajo, sino que inssten en la hipOtesis presentada por B. Alarcos y J. Martinez Alvarez. En La verdad es que nadie lo aceptalo que funciona como atribu to-es la verdad y no la oracion sustantivada por que. No es posible “la verdad lo et, pe- 1 si que nadie lo acepta lo et. En los ottos ejemplos aparecen relativos y, ademé ‘construcciones ecuacionales regulares, donde cualquiera de los segmentos puede ser tanto sujeto como atributo, porque son equivalentes en funciSn, categoria y en signi- feado (ef. E. Alarcos: Estudios... p-232;y J.A. Martinez: “Constructiones ‘ecuacio- rales un dilema en gramética normativa",1/ Simposio Internacional de Lengua Expa fiola (1981), Cabildo Insular de Gran Canaria, 1984, pp. 99-112). El ltimo ejemplo ‘aducido por Hernéndez, Alonso maniesta un infinitivo que, a nuestro juicio, no cons tutuye oracion. 29 fe. J. Martinez Alvarez: “Algunas oraciones complejas y sus transposto ree", Lecciones del Ty If Curso... pp. 121-129. 30 J, Martinez Alvarez: “Algunas oraciones.", 121 LAS ORACIONES SUBORDINADAS: ESH0Z0 DE CLASIFICACION 129 Se excluyen de esta clasificacién, como se aprecia, las de atributo (vid, nuestra nota 21), ‘Asi pues, todos los autores citados coinciden en que las oraciones sustantivadas pueden desempefar cualquier funcién sustantiva; a veces anaden la lista de estas funciones, especificando como tales las de sujeto, implemento, complemento, suplemento, aditamento, ete. Con respecto a esto Ultimo ha de hacerse notar, sin embargo, la confusion que se produc ce al no distinguir con claridad entre las funciones propiamente sustanti- ‘vas, esto es, las de sujeto, implemento, complemento y suplemento*?, y las que puede desempenar, previa capacitacién, cualquier sustantivo, Né- tese asf que un sustantivo puede actuar como tin adverbio (y ser, por tan- to, aditamento), 0 como un adjetivo (y ser de este modo adyacente nomi- nal de un sustantivo, o de un adjetivo, 0 incluso de un adverbio), Incluir ‘todo esto en la clasiticaciOn de las oraciones sustantivas parece excesivo, porque no slo se incrementa la lista de funciones, sino que al hacerlo asf habria que diferenciar también los matices (diversos) que se encuen- tran en cllas, Es esto lo que nos anima a hablar s6lo de los transpositores a sustan- tivo, y a seflalar que una oracién que esté introducida por uno de ellos, podri actuar como cualquier sustantivo, con la misma movilidad que éste cen io que se refiere a nuevas transposiciones. 2.2. En cuanto @ las oraciones adjetivadas, son, escasas las diferencias entre los graméticos. Todos distinguen entre especificativas y explicativas, aunque se les den nombres distintos: restrictivas y parentéticas, o deter minativas ¢ incidentales®? ; y casi todos hablan también de oraciones a jetivas y de oraciones de relativo como términos sinénimos. Hay que pre cisar, sin embargo, que los relativos pueden introducir oraciones sustanti- vas, adjetivas o adverbiales (vid. 3.1.) La clasificacién mds original de las adjetivas es sin duda la que pre- senta F, Marcos Marin en su Aproximacin a la gramdtica espafiola, Este autor divide las adjetivas en tres grupos: a) las relativas; b) las de parti- cipio; y ) las de gerundio. Las primeras se subdividen, a su ve2, en: 1) 31 Cf. J.A, Martinez: “Acerca de la transposiciin..”, pp. 496-504, ° fr. a terminologia empleada por O. Jespersen: La florofia de la gramtica, Anagrama, Barcelona, 1975, y por R. Seco y F. Marcos Marin en las obras ya cited centre otros 130 IM ANGELES ALVAREZ MARTINEZ, propias, y 2) circunstanciales; y dentro de estas iltimas se distinguen las cespecificativas de las explicativas™? Pero es José Antonio Martinez quien aporta ideas nuevas a la clasi- ficacién tradicional, al catalogar como adjetivas las oraciones compara- tivas y consecutivas (integradas por la tradicién en las subordinadas ad- verbiales 0 en las coordinadas). En su ponencia presentada en el I Curso de Lingiistica Funcional, “Oraciones comparativas y consecutivas””**, y en st posterior trabajo “Estructuras comparativas en espaftol” **, explica ‘este autor las caracteristicas de estos dos tipos de oraciones, muy simila- res a veces: y concluye con que el llamado ques , de comparativas y conse- cutivas, apuntado por E. Alarcos en su estudio sobre los usos de que en espafol?®, es en definitiva un que relativo, un que; cuyo antecedente es por lo general un adverbio 0 un adjetivo que expresan la nocién de “can tidad”. Asi suele aparecer tras menos, mds, mejor, peor, mayor, 0 tam bign tras los multiplicatives como doble o los fraccionarios como mitad. No obstante, las construcciones comparativas no se reducen s6lo a esta nocién, porque se puede expresar asimismo la idea de “identidad”, “con- traposicién” 0 “temporalidad”. Los antecedentes del que “comparativo” serian entonces mismo, igual, of7o, lo contrario, antes 0 después. Este caricter relativo del que “comparativo” puede constatarse con- frontando los dos tipos de construcciones comparativas que existen’ La nia escribe peor que su hermana_y Lanna scribe peor de lo que escribe su hermana “Parece —dice J.A. Martinez que el que ‘comparativo’ de las construc ciones con clipsis encierra los valores expresados mas explicitamente por To que, el que, la que, los que y las que de la variante con de ‘comparati vo". Es decir, el que “comparativo” parece un relativo que tiene como nti cleo y antecedente a sintagmas como menos, mds, mejor, etc.”*7. Indica asimismo Martinez que este que puede aludir solo al elemento cuantifica- dor o al grupo formado por el elemento cuantificador y el sustantivo. Y anade: 29 fr. F, Marcos Marin: Aproximactdn... pp. 2629 3, fr. JAA. Martinez: “Oraciones comparativas y consecutivas", en Lecciones del 1y 1 Curso... pp. 141-151 98 fe. J.A, Martinez: “Estructuras comparativas en espaol” Inmaculada Corrales 1, Universidad de La Laguna, 1987 (en prensa) 8 Cf E. Alarcos: “Espatol Jque]", en Estudios... pp. 204206. 27 S.A. Martine: SOrasiones comparatioas 14S In Memoriam LAS ORACIONES SUBORDINADAS: ESH0Z0 DE CLASIFICACION, Br Ja estructura comparativa se ve asegurada slo si el que reproduce el valor cuan- tifieativo del antecedente; cuando, por las razones que sean, el que reproduce al sustantivo y piorde la mencién a la “cantidad” se procura evitarlo cuidadosa- mente recurtiendo ala variane segunda de la comparaciin.>® Si no sucediera asf, se podria confundir con una simple oracién de relat iempre que no haya elipsis del verbo de la subordinada— Esto mismo ocurre con las oraciones consecutivas, construcciones bastante cercanas a las comparativas, tanto por su forma como por la sus- tancia conformada, tal como indica J.A. Martinez. En las consecutivas no hay elipss, por lo que que introduce siempre una oracién. Cuando se suprime el grupo sintagmatico, segundo miembro de la consecutiva, slo se puede mantener Ia intensidad expresada por estas oraciones con uma en tonacién peculiar. Es lo que sucede ~nos dice el eitado autor en sGuenta cata chste.! ‘Tene unas ocwrencias 1, Asi pues, el que “comparativo” y el “consecutivo” presentan como antecedente un elemento cuantificador y su funcionamiento es el del que, telativo. Por ello, comparativas (cuando no hay elisién del segundo nicleo verbal oracional) y consecutivas son oraciones subordinadas que dleben integrarse en el apartado de las adjetivas 2.3, Por lo que respecta a las oraciones subordinadas adverbiales hay que sefialar que los diferentes criterios que se siguen para catalogar los complements circunstanciales se manifiestan en las distintas clasifica ciones de este tipo de oraciones. Normalmente las clasificaciones varian segin dénde se incluyan las finales y las causales (como sustantivas © como adverbiales); segtin dénde se integren comparativas y consecutivas (como coordinadas o subordina- das: adjetivas 0 adverbiales); 0 sexi qué relacidn se establezca entre la Hamada principal y la subordinada en el caso de las concesivas, condicio- niales, consecutivas, causales y adversativas (;coordinacién, subordina- cin 0 interordinacién??. Las clasificaciones de A. Alonso y P. Henriquez Urena®? y de Manuel Seco*® demuestran que en las subordinadas adverbiales cabe “todo”, co- 28 J.A. Martner: sid, p, 145, * Che. A. Alonso y P. Hentiquer UreRa: Gramética castllana, Segundo Curso, p34. © Cir. M, Seco: Gramatiea... pp. 122 y 8 132 1M! ANGELES ALVAREZ MARTINEZ ‘mo ocurre con los complementos circunstanciales. A. Alonso y P. Hem quez Urefia incluyen las temporales, finales, condicionales, causales, etc. (y no se enumeran nidescriben cudntas y cudles son las que constituyen ese etcétera), de forma similar a lo que hacen al estudiar los complemen- tos circunstanciales, pues dicen que éstos son de tiempo, lugar, modo, can- tidad, procedencia, direccién, compaftia, “en fin, todas las circunstancias concebibles”**, Por otra parte, M. Seco al exponer su visidn de las subor- das adverbiales distingue las “ideas” que se pueden expresar con ellas, y no los tipos de oraciones que puede haber. Habla, pues, de lugar, de tiempo, paralelismo, contraste, modo, intensidad, comparacién, causa, fi- nalidad, consecuencia, condicidn, restriccién, concesién, excepcion y adicién Hay que indicar, ademds, que se suelen seftalar tres grupos dentro de las adverbiales: las circunstanciales (de lugar, tiempo y modo), las cuanti tativas (comparativas y consecutivas) y las causativas (condicionales, con- ccesivas y causales). Asi se encuentra, entre otros, en Rafael Seco, S. Gili Gaya y F. Marcos Marin*?, Este tltimo autor precisa que las circunstan- ciales y cuantitativas son las propiamente adverbiales, y que las causativas son conjuntivas —aunque a veces también sean adverbiales*? —. César Hernandez Alonso, por otro lado, separa en su Sintaxis espafio- la dos grupos de adverbiales, “las que modifican al contexto de la proposi- ccién principal entera, al predicado verbal en conjunto” (se refiere a las adverbiales circunstanciales: lugar, tiempo, modo y causales); y “las que ‘guardan una relacién exterior con la principal, es decir, las que mediatizan, condicionan, se enfrentan, etc. a la principal”, Este grupo es bastante hete- rogéneo como indica este autor—, y estarfa formado por las comparati vas (coordinadas y subordinadas), consecutivas, concesivas y condiciona- est, Por ultimo, ha de tenerse en cuenta el original planteamiento que ha hecho de las oraciones Guillermo Rojo en su libro Cldusulas y oraciones** ‘Aparte de proponer una nueva denominacion que ocasiona —a su juicio— ‘menos confusiones, presenta una clasificaci6n también nueva de las oracio- A, Alonso y P. Hentiquex Urenta: Gramética castellana. Primer Curso, Losada, Buenos Aites, 1971, p.76. 2 Cfr, R. Seco: Manual... pp, 239-248; S. Gili Gaya: Curso superior... pp. 3 323:y F. Marcos Marin: Aproximacién.., pp, 268-276, "Cf. F, Marcos Matin: Cu... p. 396. “6 cfr. C, Heméndez Alonso: Sintasis espafola, Valladolid, 1979, p. 112. 45 G. Rojo: Cléusulas... pp. 9097 LAS ORACIONES SUBORDINADAS: ESH020 DE CLASIFICACION 133 nes, que se ajusta poco a la tradicional (eldusula es equivalente a la oracién simple tradicional, mientras que la oracién es el periodo, el conjunto de varias eliusulas): Cléusula simple (en su interior no existe otra Oracién cldusula) ‘monoclausal Cléusula compuesta (en su interior existen una o més cléusulas) Oracién Integradas (sustantivas) monoclausal compuesta (dependencia) Subordinadas (adjetivas) Oracién Copulativas polilasa | Distibatives (coordinacién) Disyuntivas Adversativas Oraciones, Concesivas bipolares Consecutivas (nterdependencia) } Causales Condicionates Guillermo Rojo, partiendo de los trabajos de G. Carrillo Herrera, “Estu- dios de sintaxis. Las oraciones subordinadas”, y de A. Garcia Berrio, “Bos- quejo para una descripcién de la frase compuesta en ‘espattol”, ofrece, ues, una nueva perspectiva de andlisis. Catalogar las sustantivas o las ad- jetivas como insertadas 0 subordinadas responde a la concepcién que se posea sobre los elementos que componen la oracién (en el sentido tradi- cional) (vid, nota 12); pero hablar de interdependencia o interordinacion -no como un subtipo dentro de la subordinacién, tal como propone A. Garcia Berrio, sino como una relacién distinta segin la definicién de la Glosemitica~ en las “bipolares” significa realmente un cambio con res- pecto a la concepcidn tradicional, sobre todo porque en ellas se incluyen las adversativas, consideradas como coordinadas desde siempre. La argu- mentacién que aduce Rojo para refrendar este aserto es, brevemente, la siguiente: 4) Las oraciones incluidas en el apartado de las subordinadas adver- biales han legado ahi por “un doble reduccionismo” en la mayoria de los 134 MP ANGELES ALVAREZ MARTINEZ casos. Dice G. Rojo que la coordinacién resulta fécil de identificar, por lo que cualquier oracién que plantea problemas de clasificacién se incluye cen'las subordinadas. Y a su vez, como las sustantivas y adjetivas son ficil mente identificables, todas aquellas que no se integran en esos apartados se relegan a las adverbiales. Por tanto, se encuentran aqui oraciones cata- logadas por Ia tradicién —en algunos casos~ como adverbiales “impro- pias” b) La relacién que se establece en las oraciones causales, concesivas, consecutivas, condicionales y adversativas es diferente a la simple coord nacién o a la integracién o subordinacion. Queda, pues, la interdependen- cia o interordinacién, como prefiere lamarla este autor. Esta interord nacién se constata en las causales 0 condicionales, por ejemplo, porque “es forzoso que se dé la cliusula que expresa la causa y, a su lado, la cliu- sula que indica su efecto, el hecho causado, Si no se dan ambas, no hay expresin de causalidad, Ambas cliusulas se exigen mutuamente (lo cual es independiente del hecho de que una de ellas podria aparecer aislada sin alteracién de forma, que es lo que tiene en cuenta la teoria tradicio~ nal)"4®, Esto mismo puede predicarse de las condicionales; no habré ex- presién de la condicién micntras no se expongan protasis y apodosis. En cuanto a las adversativas, Guillermo Rojo advierte que, para Gar- cia Berrio, se hallan en los limites entre la coordinacién y la subordina- cin, pero que debiera adclantarse un paso més para catalogarlas como interordinadas, porque: 1) Las adversativas contraponen dos hechos. Y esta contraposi- cin es para G. Rojo una relacién “mds fuerte” que la simple coordina- 2°) Las oraciones policlausales pueden ampliarse, en teoria, hasta el infinito, en tanto que las adversativas se reducen siempre a dos miembros. 39) Los dos elementos de las oraciones adversativas adquieren sent do en la relacidn del uno con el otto. 49) En cuanto a su significado, las adversativas estén muy cercanas a las concesivas y a las condicionales, “Io cual redunda en el sentido de {que deben ser consideradas oraciones bipolares y no oraciones policlaus $6 G, Rojo: op. cit. p. 104 LAS ORACIONES SUBORDINADAS: FSBOZO DE CLASIFICACION 135 les" 47. Aunque, por ejemplo, posee un doble valor concesivo y adver- sativo, 5°) Por ailtimo, sefala este gramatico que las adversativas “estén em- parentadas historicamente con las expresiones condicionales con condi- cionante negativo (de si no a sino)"** Creemos que G. Rojo acierta plenamente al afirmar que al grupo de las adverbiales han ido @ parar todas las oraciones que planteaban proble- mas, aunque quizé sea la carencia de una buena clasificacién de los com- plementos circunstanciales, como se ha sefalado antes, la que crea la con- fusidn de las adverbiales. Pero no nos parece tan convincente cuando habla en términos de relacién de interdependencia en los casos de las causales, condicionales, concesivas, consecutivas y adversativas. El propio autor re- conoce que sti argumento a favor nada tiene que ver con el hecho de que “una de ellas podria aparecer aislada sin alteracién de forma”. En este sentido —nos preguntamos— no se estaria dando primacfa a la relacion de tipo semantico frente a la de tipo sintéctico?*? Hasta qué punto puede prevalecer, para catalogar las oraciones subordinadas, un criterio no sintdc- tico? Bs evidente que, si se suprime un aditamento de modo o de lugar de tuna frase, se “pierde” ese significado; asi Rail y Diego expusieron el problema con claridad en ta sede del partido Rail y Diego expusieron el problema en la sede del partido © Ratily Diego expusieron el problema con claridad; {es que acaso ello permite hablar de solidaridad entre el verbo y esos adi tamentos?, no se hablaria s6lo de solidaridad ante casos como Residen ‘en Madrid 0 La cuestion estriba en tu decisin®®, donde el verbo no puede 47 G. Rojo: op. cit, p. 110, 48 G. Rojo: op. cit. p. 111 +> ks éste el argumento que emplea S. Gutiérez Ordéez en “A propésito de (Clausulas y oractones", Archivurn, XXVIFXXVIM (1977-18), pp. 529-547, que recoge, ‘su vez, A, Narbona Jiménez en “Sobre las oracones bipolares",Alfinge, 1, Cérdoba, 1983, pp. 121-139, 5° EI propio Guillermo Rojo y también Hortensia Martinez Garcia han sefilado ‘que algunos adyacentes verbales no pueden catalogarse como tales adyacentes ya que ios verbor no pueden prescindir de ello, esto e8, que existe relacion de solidaridad entre el nicleo oracional y el complemento adverbial en Residen en Madrid, y entre ‘cleo oracional y el suplementa en La euestion erriba en tu decision (clr. G. Rojo: -n tomo a los complementos..., pp. 185 y ss, ¥ H. Martinez Garcia: El suplemen 10.0. P-L Y 88.) 136 MP ANGELES ALVAREZ MARTINEZ aparecer sin ese segmento? Creemos, en efecto, que en ests oraciones hay relacién de dependencia, de “diferente tipo”, pero de dependencia en de- finitiva, como sefiala S. Gili Gaya, ya citado en 1.2, Tanto las oraciones “principales” como las subordinadas de causa, condicién, 0 concesivas pueden presentarse independientemente las unas de las otras en contex- tos apropiados. Las subordinadas, por la presencia del transpositor, ne- cesitarn un contexto verbal adecuado, mientras que las principales po- drian tener ese “sentido completo” que siempre se les ha conferido solo con el apoyo del contexto idiomatico (vid. 1.6.). Por otra parte, las subor- dinadas se integran en la principal para desempeftar el papel de cualquier adyacente verbal ‘Asi pues, causales, condicionales y concesivas deberian mantenerse, a nuestro juicio, en el apartado de las subordinadas adverbiales, puesto que actiian como aditamento respecto del niicleo verbal oracional®!. Las consecutivas, aun siendo subordinadas o dependientes, funcionan como adyacentes de un sintagma nominal y no de un verbo, por lo que se inclui- fan en el grupo de las adjetivas’?, como se expuso en 2.2. Por tiltimo, las adversativas ofrecen las caracteristicas propias de las oraciones coordi nnadas y creemos que esa contraposicién que expresan, relacién “més fuer- te” que la simple coordinacién de la que nos habla G, Rojo, no es sufi- ciente para catalogarlas como interordinadas. Ya han ofrecido bastantes argumentos de peso Josefina Martinez Alvarez’ y José A. Martinez’* Para Josefina Martinez, en efecto, las adversativas son coordinadas porque: 19) Cada una de las oraciones adversativas puede, independiente- mente de la otra, funcionar como enunciado nico. 2) Al suprimir el conector pero desaparece cualquier relacién sin- ‘4ctica entre las dos oraciones, 3°) La oracién iniciada por pero puede mostrarse incluso sin que aparezca la primera coordinada, por ejemplo: pero, jeudndo Hega?, pero, vayamos con calma, 451 Desempeftarian, 4 nuestro juico, la funcién de “aditamentos intermedios” (eft, M.A. Alvarez Martinez: "zAditamento © complementos circunstanciales?", en In Memoriam... ya citado), 5° Cf. J.A. Martinez: “Oraciones comparativis..., pp. 149-151 59 Gir J. Martner Alvarez: “Grupos oracionalesy oraciones adversativas”, Serta Philologica., pp. 366-368. 58 Cfr_J.A. Martinez: “Conectores compleos..", pp. 764, LAS ORACIONES SUBORDINADAS: FSH0ZO DE CLASIFICACION 7 4°) La primera oracién coordinada, unida a otra por pero, termina generalmente en semicadencia, Por el contrario, cualquiera de las llama- das por G. Rojo bipolares —afirma J. Martinez— presenta anticadencia antes de la pausa 5°) El pero de las adversativas, como conector que es, puede ser sus: tituido por y (estableciéndose entonces variacién de significado), lo que no es posible en las bipolares 6°) Las oraciones adversativas no permiten la permutacién, como sucede en ef caso de las causales, condicionales 0 concesivas, y es éste un rasgo que distingue los conectores de los transpositores, como ya se ha dicho (vid. 1.4.). Finalmente, la aparente similitud entre aunque y pero solo se refiere al significado, porque aunque admite la permutacién, mientras que pero ne, como ha apuntado certeramente J, Martinez: Es isto, pero vago~ Es listo aunque vago. *Pero vago, es listo, y sies posible Aunque vago, es listo.5> José A. Martinez en su trabajo “‘Conectores complejos en espatiol” realiza un estudio de éstos tanto en su dimensién paradigmaitica como sin fagmatica. Desde la perspectiva paradigmatica se advierte que unos conec tores sélo relacionan dos elementos (sino, pero, luego, pues...), y otros pueden unit varios (como y u 0). Ademés, unos s6lo coordinan oraciones (luego, pues, congue...) 0 sélo sintagmas nominales (tanto...como, seq. sea, ete,), mientras que otros pueden coordinar indistintamente oraciones © sintagmas nominales#*. Aqui hallamos, pues, la explicacién al argumen- to aducido por G. Rojo (los conectores adversativos unen solo dos seg- mentos contraponiéndolos); pero las oraciones coordinadas adversativas no admiten la permutacién, y pueden mostrarse por separado incluso contando con la presencia del conector. Ademés —senala J.A, Martinez— los transpositores “nunca pueden integrarse en oraciones de niicleo ver- bal con funcién apelativa (imperativo, desiderativo, exhortativo...), mientras que los conectores no tienen inconveniente alguno” *7, Por ejemplo: dy predicad el exangelio, Quédate, pero no molestes. No desesperéis, sino confiad. 5 Cfr.J. Martinez Alvarez: “Grupos. p. 366. 8 Cir.J.A. Martinez: “Conectores complsjos..”,p. 73. 57 S.A, Martinez: ibid, p. 78 138 IMP ANGELES ALVAREZ MARTINEZ, Por todo ello, creemos que las adversativas deben seguir catalogando- se como coordinadas. Con palabras de A. Narbona Jiménez en su articu- Jo “Sobre las oraciones bipolares”, que comenta y amplia el trabajo ci tado de G. Rojo y la resofa de S, Gutiérrez, “A propésito de Cldusulas » si bien nadie duda de que existe implicacin logica (condivion y hecho condi- cionado, por ejemplo, se nocesitan mutuamente), ha de tenerse en cuenta 1o {que, con otto propdsito, afirma el propio S. Gutiérrez: “no se puede confun dir relacin sintdetica con relacin seméntica” (p. 536) y “de una conexidn se rmintica no se deduce con caricter de necesidad la existencia de una conexién sintéctica”(p. $37) $# 3.1. En la Gramética funcional del espanol de C. Hernindez Alonso se propone una clasificacién de las oraciones de acuerdo con la funcién sintéctica que desempefian; asi se habla de nexus subordinados en fun- cién de SN,, SNz © SNy, etc. Pero nos parece que ~en definitiva— esto ‘mismo es 1o que, con otras palabras, ha planteado desde antiguo nuestra tradicién gramatical, al afirmar que la oracién sustantivada puede actuar como sujeto, complemento directo, complemento indirecto 0 comple mento circunstancial (vid. 2.1.). Por otro lado, se nos dice que en fun- cién de SN, pueden aparecer grupos sintagmaticos de diverso tipo, aun- que previamente sustantivados, desde luego. Todo ello, a nuestro juicio, Puede generar confusion Por esta razén, la propuesta hecha por E. Alarcos nos parece la mas convincente y sencilla, en tanto que se apunta la necesidad de una clasi- ficacién basada en los transpositores*®. Al desarrollo de esta idea se de- dican las paginas que siguen, Pero obsérvese antes el esquema que resume Ia clasificacion de estos transpositores, segiin este gramético: ques. Si, a) Transpositores a} quien, sustantivo qué, cémo, donde, cudndo, cuanto, quién, cual b) Transpositoresa | ques, el cual, cuyo, como, donde, cuanto, cuando, adjetivo que y como (comparativo y consecutivo). ‘A, Narbone Jiménet: “Sobre las oraciones bipolar” p. 126, 89 Ctr, B, Alatcos: Estudios... pp. 192 ys, 225 y ssy también "Generaida- es en tome # a linghistica funcional” on Leecinnes del 19 Hl Cure. DP-T-. LAS ORACIONES SUBORDINADAS: ESBOZO DE CLASIFICACION 139 ©) Transpositores a } pues, si, como, cuando, aunque y ya que®! adverbio Dentro de estos transpositores de oraciones pueden distinguirse tres tipos claramente diferenciados, En primer lugar, las conjunciones subordinativas, cuyo papel consiste cen capacitar la oracién para que acttle como un sustantivo 0 un adverbio. Agotan en esto su funcion. Las conjunciones subondinativas son: — que, y si sustantivadores de oraciones, y = pues, si (condicional), como (con valor causal, condicional, etc.), cuando, aunque y ya que, adverbializadores de oraciones. Una oracién sustantivada podri desempenar cualquier funcién sustantiva, 2 saber, sujeto Iéxico, implemento, complemento o suplemento®?. Ast, ©® parece que en algunos contextos puer puede actuar como subordinador;ret- palda esta afirmacin la permutacién de la oracién introducida por pues, que en esos casos es posible, Cuando fal permutacién noes viable se estar ante el uso de Pues co- smo conector, Asien ‘Lo hemor sacado a fuerza pues no queria salir ‘Pues no queria sl, lo heron scat ole fuerza) LLoheleido ya, pues melo tite pare exo ‘Pues me o irate para ex, lo he edo ya. Quizd se trate de ambas cosas a la ver. A. Martinez no encuentra argumentos sufi- cients en su sgnficacin (valor eausal) ni tampoco en sus posiblessinénimos para cla- sifianlo de uns forma o de otra, Recurre por ello ala “dimension sintagmética” para

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