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PADRE COMETIDO SAGRADO

Objetivo del Programa: Destacar las funciones del padre en el hogar.

Sugerencias para el Director: Reparta el drama con tiempo para que sea
memorizado y haga varios ensayos. Haga preparativos para tener obsequios para
los padres. Si hay algún padre que merezca un reconocimiento especial, aproveche
este programa para hacerlo.

Servicio de Canto:

Introducción: Los padres tienen un papel importante que desempeñar en el seno


del hogar, y no deben excusarse de hacer su parte en la educación de sus hijos
para esta vida y para la inmortalidad.

Son muy pocos los padres que se percatan de su responsabilidad. Ellos son los
vinculadores de los tesoros del hogar. Por su amor, afecto fuerte y fervoroso, más
su consagración, unen a los miembros de la familia con los lazos más resistentes.

Los hijos buscan en los padres sostén y dirección. Por lo tanto, los padres necesitan
tener un concepto correcto de la vida, de las influencias y de las compañías que
han de rodear a su familia.

Con ustedes, nuestro programa dedicado a los padres, titulado: "PADRE:


COMETIDO SAGRADO".

Himno de Apertura: (Puede ser tenida por una mamá). Los ángeles oyen las
alabanzas y elevan las peticiones a Aquel que ministra en el Santuario celestial a
favor de su pueblo y ofrece sus méritos ante el Padre. Junto a ellos, entonemos el
himno
. (Escoja uno adecuado al tema.)

Oración de Rodillas: (Presentada por un padre) Es deber de los padres cristianos


levantar, mañana y noche, por la oración ferviente y fe perseverante, un cerco en
derredor de la familia. Los ángeles guardarán a la esposa y a los hijos así
dedicados a Dios. (Tiene la oración de pie.)

Bienvenida:

Especial:

Informe Secretarial:

Drama:

(Aparecen dos jóvenes discutiendo en la plataforma.)


Tony: Carlos, dame la corbata. El acuerdo fue éste: Tú la usarías el viernes en la
noche para la Sociedad de Jóvenes, y yo la usaría el sábado para la escuela
Sabática.

Carlos: Mira Tony. Así acordamos, pero es que esta corbata me combina
mucho con este traje. No te la voy a dar. (Comienza a ponérsela.)

Tony:Carlos, dame la corbata. Voy a llamar a mamá. (Grita) Mami, por favor, ven
acá. Carlos no quiere darme la corbata.

Elena: Yo no lo puedo creer. ¿Ustedes están discutiendo por una corbata? Ya


ustedes están muy grandecitos para esas tonterías. Carlos, dale la corbata a tu
hermano, por favor.

Carlos: Mami, tú siempre te pones de parte de Tony. Toma la corbata. (Se la


tira) ¡Eres más antojado!

Tony:Y tú, caprichoso, siempre quieres salirle con la tuya.

Elena: Carlos, apúrate y busca otra corbata en tu closet. Por causa de


ustedes, vamos a llegar tarde a la iglesia.

Carlos: ¿Ah, sí? Ahora resulta que nosotros tenemos la culpa si llegamos tarde
a la iglesia. ¡Qué bien! Siempre tengo que ceder a los antojos de Tony.

Elena: Por favor, basta ya de discusión. Allá ustedes con su padre. Recuerden
que hoy es sábado. Carlos, apúrate.

Carlos: Ya voy, mami. (Entra para buscar la otra corbata y vuelve a salir.)
Cuando quieras, mami, ya podemos irnos.

Elena: Esperamos por tu papá y mira que se ha demorado.

Roberto: Ninguna demora, Elena. Ya estoy aquí. No trates de ocultarme lo de la


discusión de Tony y Carlos. Lo escuché todo desde la habitación.

(Mirando a sus hijos, les dice:) Después quiero hablar con ustedes. (Mirando al
reloj, dice:) Si la guagua se nos va, seguro llegaremos tarde a la iglesia. (Vamos a
orar). Elena, ¿no se te queda nada?

Elena: (Revisa en el bolso) Nada se me queda. Aquí está la Biblia, el


Himnario, el Folleto; hasta los diezmos y las ofrendas. Todo está aquí.

Roberto: Entonces, vamos que se nos hace tarde.

Narrador: Roberto y su familia llegaron a la iglesia en el momento que comenzaba


la Escuela Sabática. Cuando terminó el Culto Divino, saludaron a los hermanos y
regresaron a la casa. Después del almuerzo, descansaron un rato y se reunieron en
la sala para repasar la lección del próximo sábado. Fue entonces cuando Elena le
dijo a Roberto:

Elena: ¿Todavía tú sigues con la intención de hablar con los muchachos por la
discusión de esta mañana? Recuerda que nosotros fuimos jóvenes también y
discutíamos por tonterías con nuestros hermanos.

Roberto: A los muchachos hay que criarlos en disciplina y amonestación del


Señor. Quiero preguntarles cuándo nos han visto discutiendo y, mucho menos, en
sábado.
Elena: Yo no estoy en contra de que les llames la atención por lo sucedido,
pero
no seas duro con ellos. Acuérdate de que ya son jóvenes.

Roberto: Precisamente con más razón quiero hablar con ellos. Además, Elena.
Conservo los mejores recuerdos de mis padres. Mi madre era dulce, amable,
cariñosa y muy buena conmigo. A mi padre lo respetaba, lo obedecía y, cuando
hacía lo malo, me disciplinaba. Era de un carácter recto, pero también era mi mejor
amigo y en quien podía confiar. Yo quiero ser y hacer lo mismo con mis hijos.
Seguiré el ejemplo de mis padres.

Narrador: En ese momento tocaron a la puerta. Son Marta y Josefina que vienen a
visitar a la familia.

Elena: (Abre la puerta) Pero ¡mira quiénes son! Marta y Josefina. ¡Qué bueno que
han venido a hacernos la visita! Pasen, siéntense. Díganme algo de su mamá.
¿Cómo está? ¿Ya se bautizó?

(Las muchachas saludan a Roberto también, luego Josefina continúa leyendo algo
que trae en la mano, mientras los demás conversan.)

Marta: (Con expresión de asombro) Sí. Al fin se bautizó.

Elena: Y Josefina, como siempre. Entretenida en la lectura.

Josefina: (Tiene el Promotor) Sí, está muy interesante y buena para los padres. Es
un tema que abarca la vida familiar y las cosas que suceden dentro de los hogares.
Esto lo copié de una revista El Centinela, y trata de las rivalidades que existen
entre los hermanos. Esto parece muy común, pero alguien que observa desde el
exterior de la familia, pudiera considerarlo como una tontería. En las discusiones,
es necesario que los jóvenes y los niños aprendan a resolver sus conflictos sin
violencia y con cooperación. Esto les ayudará en la forma en que manejarán
posterior-mente sus relaciones interpersonales. Barry Ginsberg, Psicólogo Infantil y
de Familia, señala que las discusiones y los pleitos entre los hermanos son
inevitables, pues tienen que aprender a vivir con otro, como parte de un proceso
de sociabilidad. Tienen que aprender a compartir su espacio, sus pertenencias y su
hogar. Pero hay que tener en cuenta que, aunque son hermanos, son seres
diferentes, han desarrollado su propia personalidad y varían en temperamento, en
edades y en carácter.

No malinterpreten mis palabras. No estoy diciendo que todas las modalidades de


discusiones son buenas o saludables. El discutir y las peleas entre los hermanos no
son parte de un proceso normal. Cuando éstas llegan a ser un tanto excesivas y
fuera de control, los padres comienzan a preocuparse, porque entonces entran
enseguida en un área en la que ninguno de ellos siente placer en estar junto al
otro. Y, además, porque siempre alguien sale lastimado, ya sea física o
emocionalmente, entonces queda el resentimiento.

Cuando los padres no tratan el problema con mucho tacto, sin hacer bandos, con el
verdadero equilibrio y con oración, los hermanos se convierten en enemigos en la
misma casa.

El mal ejemplo de los padres: Hay padres que no tienen destrezas de comunicación
apropiada y discuten y pelean en el hogar. Padres, piensen ustedes en el poder
que el modelaje tiene sobre sus hijos cuando los observan. En Proverbios 22:6 dice:
(Lo lee) Si este consejo fue cierto antes, sigue siendo cierto ahora. Los padres
siguen y seguirán modelando patrones de conducta a sus hijos. Recuerden que el
ejemplo es la más poderosa arma que existe, aún más que las palabras.

Existen varios consejos para los padres:

1. Dígale a su hijo que el Señor Jesús puede darle control sobre las emociones
negativas, como: la envidia, los celos, el enojo, los caprichos y los deseos
indebidos.

2. Nunca diga a su hijo que es malo, sino que las acciones que ha
hecho no son correctas.

3. El silencio o la técnica de hacer una pausa en las discusiones o


peleas, da buenos resultados. Ayudará a sus hijos a pensar y a
meditar en lo que acaban de hacer y en las posibles
consecuencias.

4. Padres, primero oigan ambas partes en conflicto. Trate de


entender por qué han discutido, y hágales saber que ellos
pueden solucionar sus diferencias.

5. Dedique tiempo para conversar por separado con sus hijos.


Felicítelos por su buen comportamiento y su buen proceder.

6. No permita el abuso verbal, ni físico. Repita: En esta casa se


acepta a toda persona, no importa cómo te sientas tú. Mamá y
papá: Esta frase irá calando los fundamentos en su mente poco
a poco.
7. Ayúdele a practicar el recurso del perdón. Eso es correcto,
aunque no tenga la culpa.

8. Modele el amor de Cristo en su hogar. Esta será la manera de


poder manejar la rivalidad entre ellos. Use el poder del amor.

9. Lleve a sus hijos en oración y sea usted un ejemplo digno de


imitar.

Marta: Elena, tenemos que irnos, pues tenemos que hacer otras visitas a
hermanos que no fueron a la iglesia. ¿Cuándo van a ir por casa?

Elena: De esta semana no pasa. Dile a tu mamá que estoy muy contenta por
haberse bautizado. (Se despiden con un beso, en la puerta.) Que el Señor les
acompañe.

Roberto: Elena, los muchachos se han demorado. ¿Te dijeron a dónde iban?

Elena: Hoy tenían ensayo del coro. Pero mira... acaban de llegar.

Roberto: Carlos, Tony, siéntense. Quiero hablar con ustedes.

Tony:Con mucho gusto te escuchamos, papá.

Roberto: ¿Ya le pediste disculpas a tu hermano por lo sucedido esta mañana?

Carlos: Nosotros no peleamos; simplemente discutimos. Ya nos discutimos y


recuerda que siempre nos hemos llevado muy bien.

Roberto: En cuanto al sábado, quiero leer en Isaías 56:2: (lee). Espero, hijos
míos, que esto no vuelva a suceder.

Tony:Papá, discúlpanos. (Mirando a Elena, le dice lo mismo.)

Roberto: Aquí no ha pasado nada, muchachos. La alegría vuelve a nuestro


hogar.

Carlos: Queremos darte una sorpresa, papá. Tony y yo hemos dividido los regalos.
El mío es por tu cumpleaños, y el de Tony es por el Día de los Padres. Que el Señor
te bendiga. (Se paran y lo abrazan.)

Elena: Yo también te daré el mío. (Se para y le da un beso.)

Roberto: ¡Qué esposa y qué hijos Dios me ha dado! ¡Cuánto le agradezco a mi


Señor por esta familia! Cuando despidamos el sábado, abriré los regalos.

Relato Misionero:

clausura: "Lo Que los Hijos Deben a los Padres"


Los hijos deben sentir que tienen una deuda con sus padres, quienes los han
cuidado en su infancia y en su juventud, quienes han sentido especial interés por
que no se alejen del buen camino y quienes quieren que sean salvados.

El quinto mandamiento de la ley de Dios está en vigencia para niños, jóvenes y


adultos. No hay época en la vida en que los hijos estén excusados de obedecer.
Este mandamiento, no sólo requiere que los hijos sean obedientes, respetuosos y
sumisos, sino que también amen a sus padres, sean veraces con ellos, los cuiden,
escuden su reputación, los ayuden y los consuelen en su vejez.

Nuestro Padre celestial se dirige hoy a los niños y a los jóvenes con esta súplica:
"Hijos, obedeced en el Señor a nuestros padres, porque esto es justo".

Himno Final:

Oración Final:

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