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Un encuentro con Jesús en el Siglo

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Objetivo del Programa: Mostrar la importancia de encontrar a Jesús y permitirle
nacer en nuestras vidas.

Sugerencias para el Director: En la plataforma, aparece el nacimiento completo


con figuras humanas vivas. Todos los personajes que aparecen en el cuadro del
nacimiento de Jesús, deben vestirse cuidadosamente, de acuerdo con el papel que
van a desempeñar. Permanecerán en la plataforma, todo el tiempo que dure el
programa, y harán cambios de posiciones cuando les corresponda hablar con el(la)
Reportero(a), quien se acerca a uno de ellos para entrevistarlo. Comienza a oírse
música suave de Navidad y, después de unos minutos, el(la) Reportero(a) hace su
entrada por la puerta principal del templo. El(La) Reportero(a) se detiene
brevemente en ocasiones. Lleva cámara fotográfica, libreta de notas y un bolso.
Cuando se acerca al nacimiento, se detiene a observar a los personajes y, tomando
la cámara, enfoca a alguno para retratarlo.

Los personajes necesarios son: Reportero(a) (periodista moderno), los tres Magos
(Melchor, Gaspar y Baltazar), José y María, el Angel y los tres Pastores.

Servicio de Canto: (Villancicos navideños)

Introducción: La Navidad. ¡Qué hermosa es la Navidad! Es una fiesta muy popular


acogida por jóvenes, niños, adultos y aun ancianos. En la Navidad hay un día, el 25
de diciembre, en que el mundo celebra el nacimiento del Niño Jesús. Sin embargo,
la Biblia no fija fecha exacta de su nacimiento, pero sí nos deja un relato
maravilloso de ese acontecimiento.

Reportera: ¡Qué original! Estos cristianos han logrado lo que deseaban. Han
trabajo mucho para presentar cada año, cuando se acerca la Navidad, lo que ellos
llaman "el nacimiento" y para lograr en las personas un efecto maravilloso. (Se
aleja un poco para observar el cuadro.) Todo se ve tan natural, que cualquiera diría
que son personas reales, cuando en realidad son estatuas que no hablan. Haré una
foto de este mito y la pondré en la portada de la revista para la cual estoy
trabajando. (Camina pensativo[a]). Para estos días de diciembre, cuando se
acercan estas festividades navideñas, lo quieran o no, todo el mundo lo recordará y
todo esto llamará la atención y el interés a todos los lectores.

Lo admirable de este cuadro consiste en sus vívidos colores, en sus atavíos y en


que eleva los pensamientos de todo el mundo a un hecho que sucedió en la tierra
santa, y de cuya historia nos hablan las viejas profecías. (Prepara la cámara). Le
haré una foto a esta figura tan legendaria. Mis amigos me felicitarán si logro lo que
tengo en la mente.
(Se acerca a Melchor y trata de arreglar su manto. Al tocarlo, el personaje cambia
de posición y le dice:)

Melchor: ¿Desea algo? ¿Quién es usted?

Reportero(a): Soy reportero(a) y aficionado(a) a la fotografía. La revista para la


cual trabajo es leída en todas partes. Circula internacionalmente, y todo lo que
pasa en el mundo, está escrito en ella. No hay noticia que se escape de nuestra
redacción. Además, he hecho reportajes y entrevistas a personajes muy
destacados en el mundo. El mejor de mis trabajos fue a un soldado moribundo en
el campo de batalla. Pero, ¡qué esto me ocurriera a mí! Estoy asombrado(a), pues
las estatuas ni hablan ni se mueven. Tú mismo no lo puedes hacer. Estoy
confundido(a); esto es fantástico.

Melchor: Cuando llegaste, parecías muy interesado(a) en tomar algunas fotos y


muy ajeno(a) a lo que ahora somos realmente. Nosotros tenemos muchas cosas
que contarte. ¿Por qué tú no me haces una entrevista?

Reportero(a): No voy a despreciar tu oferta, ni voy a desperdiciar esta última


oportunidad que se me presenta. Si es mi imaginación, o es un sueño todo esto, no
me importa. Te escucho.

Melchor: Hemos venido para rendirle tributo al niño más discutido de todos los
tiempos. Es un ser divino y humano. Por años, hemos estado estudiando las
profecías y el firmamento, esperando la aparición de la estrella que nos llevaría al
lugar donde habría de nacer el Salvador del Mundo: El Mesías. Belén de Judea será
un recuerdo imperecedero a través de los siglos. Por revelación, supimos que este
niño era el Rey de reyes y Señor de señores. Mi presente para él es oro, pues él
merece lo mejor. Si de veras deseas encontrarlo, lo hallarás. Ahora queremos
rendirle un canto de alabanza. Te invito para que cantes con nosotros el himno
Núm.

Reportero(a): Soy una persona del Siglo XXI. ¿Qué le dirías o enseñarías a mis
colegas de mi tiempo?

Melchor: Pues bien, en tu revista, le enseñaría a Jesús, quien, siendo el Hijo de


Dios, dejó su gloria para venir a nacer en un humilde pesebre, todo por amor a los
hombres de todos los tiempos y de todas las edades.

(El(La) Reportero(a) camina unos pasos por la plataforma y se dirige a Gaspar.


Tocando su manto, éste cambia de posición.)

Gaspar: En tu rostro se refleja la ambición y el deseo de alcanzar la fama. ¿Te


imaginas la popularidad que tendrías con este reportaje? Cuando tú seas un(a)
anciano(a) aún hablarán de ti. ¿No es eso lo que tú quieres? (Pausa) He llegado
hasta aquí trayendo para el Rey del pesebre este incienso y, después de conocer a
mi Dios, no he cesado de adorarle.
Reportero(a): Y tú, adorador de Dios, ¿qué le dirías a los hombres de mi siglo que
han conquistado el espacio, y cuya incredulidad arrasa con estas supersticiones?

Gaspar: Se ve que tu mundo te aturde y no te deja discernir dónde está la verdad.


Todavía estás a tiempo para buscar a Dios. Deja a un lado el materialismo, busca lo
que realmente edifica el alma y eleva tus pensamientos al Altísimo buscándolo en
oración. (Anuncia la Oración de Rodillas)

Reportero(a): (Se dirige a Baltazar, y tocando el cofre, le dice:) ¿Qué es esto?

Baltazar: Esto es mirra, y es mi regalo para este gran hombre. Este pequeño
enviado del cielo, es Dios con nosotros. Vino a nacer en el medio de la mayor
pobreza, pues ni siquiera hubo lugar para él en el Mesón. Vino a vivir entre
nosotros, para llevar nuestras dolencias y enfermedades; y a morir por todos para
darnos la salvación y la vida eterna. Él es la luz de los hombres y, al mismo tiempo,
el camino, la verdad y la vida. (Baltazar vuelve a su posición anterior.)

Reportero(a): Entrevistaré a María y a José. Parecen personas humildes y bonda-


dosas. Esto me está interesando. (Cuando se acerca a María para arreglarle el
manto, ésta cambia de posición y le dice:)

María: Soy la sierva del Señor. Cuando el ángel entró a donde yo estaba, me
asusté. ÉI me dijo: "Salve muy favorecida, el Señor es contigo. Bendita tú entre las
mujeres. Has hallado gracia delante de Dios. María, concebirás en tu vientre y
darás a luz un hijo y llamarás su

nombre Jesús. El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá
con su sombra, por lo cual será llamado Hijo de Dios." Entonces, yo le contesté:
"Hágase conforme a tu voluntad". En ese momento, el ángel se fue de mi
presencia.

Reportero(a): (Se acerca a José y lo toca. Éste cambia de posición.)

José: Soy un carpintero, y fui honrado con la visita de un ángel. Él me indicó, de


parte del Señor, lo que habría de hacer. ¡Qué privilegio tuve por haber sido elegido
para proteger y cuidar a este Niño divino!

Reportero(a): (Hablando consigo mismo[a]) Todo esto me confunde. El rostro de


María refleja una dulzura y una ternura que me ha impresionado mucho. El de José
refleja bondad y nobleza, pero, por sus palabras, me doy cuenta de que él no es el
padre del niño. Si ése fuera el Rey de reyes y Señor de señores, ¿por qué no
escogió un palacio para nacer y tener una cuna de oro y no un pesebre? Lo
hubieran cuidado grandes personajes y no este humilde y pobre carpintero. Yo no
entiendo por qué sucederán estas cosas.
Voz: No olvides, hombre(mujer) intelectual e instruido(a) del Siglo XXI, que lo
insensato de Dios es más sabio que los hombres, y que lo necio de este mundo
escogió Dios para avergonzar a los sabios.

Reportero(a): (Contempla el cuadro y dice:) ¡Navidad! Para mí esta fecha siempre


significó fiestas, comidas, diversiones y regalos. Nunca lo hubiera asociado con la
venida de este niño al mundo. ¡Cuán diferente es la Navidad!

María: Tienes razón. Quiero aprovechar este momento para decirte a ti y a todos
los que nos visitan en esta mañana, que la Navidad te dice que Dios es amor; la
Navidad es el nacimiento de tu alma cuando Jesús llega para darte salvación; es
recordar que Jesús está entre nosotros y, si lo recibes, tendrás la paz que tanto
necesitas y serás realmente feliz.

Reportero(a): Sí. Todo esto es muy distinto a lo que yo conocía de la Navidad.


¿Qué le diría usted a los hombres del Siglo XXI?

María: Les diría que Dios es amor, que envió a su Hijo para sembrar amor en los
corazones egoístas y para destruir los odios, las guerras y las ambiciones; que vino
para buscar lo que se había perdido y vino, también, para buscarte a ti, querido
amigo y hermano. (Bienvenida)

Especial:

Reportero(a): (Sigue caminando y se detiene delante del ángel que se le apareció


a los Pastores.) ¿Cuál fue el mensaje que trajiste a los pastores?

Ángel: Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador que es


Cristo el Señor.

Reportero(a): ¿Y cuál es tu mensaje para los hombres de mi Siglo en esta


mañana? Ángel: (Desarrolla el Misionero y vuelve a su posición anterior.)

Especial: Himnos 83, 87, o el 89 del Himnario Adventista, o una poesía de


Navidad)

Reportero(a): (Fija su mirada en los tres Pastores. Éstos cobran vida


simultáneamente.) Señores, por favor. Desearía saber por qué ustedes están aquí.

ter. Pastor: Nosotros aguardábamos la vigilia sobre nuestras ovejas, cuando, de


repente, nos iluminó un gran resplandor, y se apareció un ángel del Señor diciendo:

Ángel: "Hallaréis al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre."

2do. Pastor: Y, repentinamente, apareció una multitud de las huestes celestiales


que alababan a Dios y decían: "¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz y
buena voluntad para con los hombres!". Este mensaje llega también hasta nuestro
tiempo. Luego, cuando los ángeles se retiraron, pasamos a Belén.
3er. Pastor: El camino fue largo, nos sentíamos cansados, muy cansados, pero al
fin llegamos hasta este lugar, y hallamos a María, a José y al niño acostado en un
pesebre, como se nos había dicho. Era el Mesías. El que tanto esperábamos,
conforme a la promesa que Dios le había hecho a su pueblo judío. (Desarrolla la
promoción de gratitud.)

Promotor: Desde el pesebre, hasta la cruz, la vida de Cristo fue una vocación de
entrega de sí mismo. Vino para identificarse con los intereses y necesidades de la
humanidad.

Su nacimiento en Belén hizo posible nuestra salvación, la cual es efectiva cuando lo


aceptamos como nuestro salvador personal. Pensemos en el sacrificio realizado por
Jesús: Renunció al trono por el pesebre; renunció a la compañía y adoración de los
ángeles, por la de las bestias del campo. Llevó nuestros dolores y sufrimientos
causados por el pecado, para después cargar la pesada cruz para morir en ella.

Como niño impotente, sujeto a las debilidades humanas, tuvo que arrostrar la
lucha de la vida común, peleando la batalla de la fe. Experimentó las tentaciones
de parte de Satanás, pero se mantuvo fiel a Dios a fin de que la senda de la vida
eterna fuese asegurada para cada uno de nosotros.

Todo esto lo hizo por ti y por mí. ¡Cuánto tenemos que agradecerle a Dios por todo
esto! Seamos agradecidos porque también tenemos vida y salud, no carecemos de
alimentos, tenemos una familia, nos vestimos, nos calzamos, podemos trabajar
para ganar dinero y nos concede ahora un año más de vida donde deberíamos
consagrarnos y dedicarlo a nuestro Señor. (Se recoge la ofrenda de gratitud.)

Reportero(a): (Baja de la plataforma y mira el cuadro del nacimiento de Jesús y


dice:) Todo ha quedado como al principio, pero yo no soy el(la) mismo(a) que
cuando llegué a este lugar. Necesito aceptar a Jesús y recibirlo como mi Rey, mi
Señor y mi Salvador. Yo también quiero adorarle y unirme con el coro celestial.

Himno Final: (De Navidad) Oración Final:

Repaso de la Lección de Escuela Sabática:

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