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ABRAHAM

(ABRAM) = «Padre de elevación».


Su nombre fue alterado por Dios, que lo llamó ABRAHAM. No se conoce una explicación
etimológica del cambio de Abram a Abraham. El texto comenta así este cambio: «porque te
he puesto por padre de muchedumbre de gentes». En este nombre (Abraham) se asegura la
bendición de los gentiles.
La familia de Abraham moraba en Ur de los caldeos, y eran todos idólatras (Jos. 24:2). Con
el paso del tiempo, las naciones, descendientes de Noé, habían dado la espalda al
conocimiento de Dios, y Dios, en consecuencia, los había entregado a una mente reprobada;
en el desarrollo del sistema pagano, se pervirtieron y oscurecieron muchas verdades
originalmente transmitidas por la línea de los antiguos patriarcas, y se pervirtieron todas las
relaciones naturales que Dios había creado (Ro. 1:18-32).
De este estado de cosas, Dios llamó soberanamente a Abram a que dejara no solamente la
nación idolátrica a la que pertenecían sus antepasados, sino también a su familia y a la casa
de su padre. Debía dirigirse a una tierra que Dios le mostraría. Por su respuesta de fe, vino a
ser el padre de los creyentes, y el amigo de Dios.
1. Su vida.
Contaba con 75 años de edad cuando recibió la palabra de dirigirse a Canaán (Gn. 12:4), y
la promesa de que los que le bendijeren serían bendecidos, y malditos los que le maldijeren;
y que en él serían benditas todas las familias de la tierra (Gn. 12:3). En Ur de los Caldeos se
había casado con Sarai. Fue después de la muerte de su hermano Harán que Abram partió
de Ur con su esposa; partió para Harán; obedeció sólo parcialmente al principio, por cuanto
salió con su padre y su sobrino Lot, y permaneció varios años en Harán, hasta la muerte de
su padre. A partir de entonces, parece que Abram empieza a obedecer. Dios le repite la
orden en Harán. Pero otra vez su obediencia no fue total, pues se llevó consigo a Lot. No
será hasta la separación de Lot que empezarán a cumplirse las promesas dadas a Abram
(Gn. 13:14).
Se desconoce si Abram fue el primogénito de Terá, aunque es citado el primero en la lista
entre sus hermanos (Gn. 11:26-27). Es posible que este primer lugar le haya sido dado por
su llamamiento, como padre del pueblo escogido.
De Harán a Canaán había la ruta de Damasco, que muy posiblemente tomara Abram al
dirigirse al sur. Tenía 75 años al salir de Harán, y habitó 10 años en Canaán antes de tomar
a Agar como concubina (Gn. 16:3); cuando Agar tuvo a Ismael, Abram tenía 86 años (Gn.
16:16). En consecuencia, el viaje de Harán a Canaán duró menos de un año.
Durante los primeros diez años de sus peregrinaciones en Canaán, Abram plantó sus tiendas
en Siquem, donde Dios le prometió aquella tierra para su descendencia. Allí edificó un altar
a Jehová. Pasó después a Bet-el, donde erigió otro altar, invocando el nombre de Jehová
(Gn. 12:6-8). Se desató un hambre, y Abraham descendió a Egipto, donde, temiendo por su
vida, y faltándole la fe entonces, dijo que Sarai era su hermana; por su belleza, fue llevada a
la casa del Faraón, pero Dios la protegió, y Abraham y Sarai fueron expulsados de Egipto
después de una reprensión (Gn. 12:10-20). Volvió a Canaán, y plantó de nuevo sus reales
en Bet-el, ante el altar que había erigido antes (Gn. 13:3). Visto el gran incremento de sus
riquezas en ganado, surgieron riñas entre sus pastores y los de Lot, por lo que decidieron
separarse. Abraham cedió a Lot el derecho de elegir a dónde dirigirse (Gn. 13:9), y éste
eligió el valle del Jordán (Gn. 13:11). Abram entonces puso sus reales en el encinar de
Mamre, en Hebrón (Gn. 13 :18), declarando Jehová que le daría toda la tierra que podía ver,
a él y a su innumerable descendencia (Gn. 13:14-17).
Abram moró en Mamre al menos 15 años, quizá 23 o 24. Había entrado en alianza con unos
príncipes amorreos (Gn. 14:13). Junto con ellos, Abram emprendió una expedición guerrera
contra Quedorlaomer y otros reyes coligados con él; éstos habían invadido Sodoma y
Gomorra, y las habían saqueado, y se habían llevado cautivos a sus habitantes, incluyendo a
Lot. Después de su victoria sobre estos reyes y la liberación de Lot y de todos los demás,
Abram rehusó tomar ni un hilo del despojo que le ofrecía el rey de Sodoma; no quería
enriquecerse de tal procedencia (Gn. 14:23); pero recibió la bendición de Melquisedec, rey
de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió con pan y vino a recibirle: a él le dio
Abram diezmos de todo. Dios se le reveló ahora como su escudo y gran galardón.
Lamentándose Abram de su falta de descendencia, Dios le confirma la promesa (Gn. 15:5).
«Y [Abram] creyó a Jehová, y le fue contado por justicia». Ésta es la primera mención de la
fe. A su pregunta de cómo iba a saber él que iba a poseer la tierra, Dios dispuso con él un
pacto con sacrificio, como era la costumbre en Oriente (Gn. 15:9-10). Sin embargo, este
pacto no fue confirmado por las dos partes, sino únicamente por Dios (Gn. 15:17-21) al ser
solamente Dios, bajo la apariencia de una antorcha de fuego, quien pasó entre los animales
divididos, habiendo quedado Abram sobrenaturalmente postrado. Así, Dios se ligó
incondicional y unilateralmente a Abram por este pacto.
También se le dijo a Abram que su descendencia moraría en tierra ajena, donde sería
afligida durante 400 años.
Por sugerencia de Sarai, toma a su criada Agar, cohabitando con ella, y teniendo de ella un
hijo, Ismael. Esto según las costumbres de la tierra (véase Gn. 16:2; cp. Gn. 30:3). Sin
embargo, 13 años después la promesa se verificaría. Los esfuerzos del hombre, tratando de
cumplir por si mismo la promesa, no cambian en absoluto el plan de Dios. Tenemos aquí
una figura de la ley, esto es, el intento del hombre de conseguir la bendición mediante sus
propios esfuerzos.
Dios se reveló luego a Abraham, ya de 99 años de edad, como «el Dios Todopoderoso»,
nombre que indica que los recursos se hallan en el mismo Dios. Entonces cambió su
nombre de Abram por el de Abraham, debido a que iba a ser el padre de muchedumbre de
gentes, o naciones. Jehová, renovando su pacto con Abraham, le prescribió el signo de la
circuncisión (que es una figura de la no confianza en la carne), y que puso en práctica en el
acto. También cambió Jehová el nombre de Sarai por el de Sara, porque iba a ser una
princesa, e iba a tener un hijo (Gn. 17).
Abraham acogió a tres visitantes. Dirigiéndose dos de ellos a Sodoma, el tercero (Jehová)
dijo: «¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer?» Según Jn. 15:14, 15, aquí tenemos la
clave de que Abraham sea llamado «el amigo de Dios» (2 Cr. 20:7; Is. 41:8; Stg. 2:23).
Dios le reveló Sus propósitos, y Abraham se vio con libertad para interceder por los justos
en Sodoma, si los hubiera, en un número que va reduciendo hasta 10, pero como no los hay,
Sodoma es destruida, y sólo Lot y sus hijas escapan al ser sacados de la ciudad por los
ángeles (Gn. 18,19).
Al cabo de unos 15 años, durante la infancia de Isaac, en Gerar, nuevamente Abraham hace
pasar a Sara por hermana suya. Por intervención de Dios se evita que la inclusión de Sara
en el harén del rey de Gerar lleve al pecado, y Abraham es de nuevo reprendido, esta vez
por Abimelec (Gn. 20:2).
Nace Isaac (Gn. 21:2), y surge un conflicto entre el que era tipo de la carne (Ismael) y el
que era tipo del hombre espiritual (Isaac). Ismael es descubierto incomodando a Isaac, y
Agar e Ismael son expulsados (Gn. 21:9-21; cp. Gá. 4:22-31). Después de varios incidentes
con los hombres de Abimelec acerca de pozos abiertos por Abraham, hacen un pacto, y
Abraham llama a su pozo Beerseba (Gn. 21:31), «pozo del juramento».
Habiendo ya crecido Isaac (el historiador judío Flavio Josefo le supone una edad de 25
años), Dios prueba la fe de Abraham; le ordena que se lo ofrezca en holocausto. Abraham
obedece, y si no hubiera intervenido la mano de Dios, hubiera dado muerte a su hijo,
creyendo «que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos» (He. 11:19).
Después de la muerte y resurrección en figura de Isaac, se confirma a Abraham la promesa
incondicional de que en su simiente (que es Cristo) serán benditas todas las naciones de la
tierra (Gn. 22:18; Gá. 3:14-18). Si alguno es de Cristo, simiente de Abraham es, y heredero,
conforme a la promesa. Y esta promesa es firme a toda la simiente, no solamente a la que es
de la ley, sino a la que es de la fe de Abraham, que es padre de todos nosotros los que
creemos. (Ro. 4:16.)
20 años después, Sara muere a la edad de 127 años. Abraham era tan totalmente un
peregrino, que tiene que comprar un terreno de los hijos de Het para tener un sepulcro en la
tierra (Gn. 23). Se tomó gran cuidado en que Isaac no contrajera matrimonio con las hijas
de los cananeos, enviando a su siervo (posiblemente Eliezer) a su propia familia para
conseguir una esposa para Isaac, convencido de que Dios enviaría a Su ángel, y daría éxito
a la misión, que resultó en que Rebeca vino a ser la esposa de Isaac (Gn. 24). Abraham
pasó alrededor de 38 años en el Negev, después de la muerte de Sara, y se informa que tuvo
otra esposa, Cetura, y varias concubinas, de las que tuvo hijos; a ellos les dio dones, y los
envió al Oriente, para que Isaac pudiera morar pacíficamente en la tierra prometida (Gn.
25). Murió a la edad de 175 años, y fue enterrado con Sara, en la cueva de Macpela.
2. Su fe.
La religión en la baja Mesopotamia, en el período histórico, es muy compleja y
desarrollada, apartándose de religiones tan degeneradas como el fetichismo, animismo,
totemismo. En el panteón de los dioses de Mesopotamia se hallan los dioses del mundo, las
divinidades astrales, los dioses de la naturaleza, y los dioses nacionales. El culto usaba
templos, zigurats y un cuerpo sacerdotal, e incluía magia, astrología y adivinación. Toda
esta religión está centrada en una mitología poética.
Sin embargo, la religión de Abraham es totalmente diferente. Abraham creía en un Dios
todopoderoso (Gn. 17:1), eterno (Gn. 21:33) y Altísimo (Gn. 14:22); Señor y Creador de
los cielos y de la tierra, dueño real y legítimo de toda la creación (Gn. 24:3), Juez justo,
administrador del mundo (Gn. 18:25). Abraham creyó a Jehová, al Dios único que le había
llamado (Gn. 15:6; cp. Ro. 4:3; Gá. 3:6); y lleno de fe en El, obedeció, adoró y mantuvo la
honra a su Dios.
Para fortalecer la fe de Abraham, Dios empleó dos medios:
a) Se le reveló de manera personal a fin de que, mediante tal revelación, Abraham
aprendiera a conocerle (Gn. 12:1-3; 13:14-18; 15; 17:1-21).
b) Puso en acción la fe de Abraham, poniéndole en circunstancias en las que iba a tener que
ejercitarla. Como ejemplo de ello, podemos ver la rotura de sus vínculos nacionales y
familiares; las épocas de hambre y de riqueza; de lucha y de poder; la ansiosa espera del
heredero, y la prueba suprema de la fe, por la que Abraham fue llamado a sacrificar a Isaac,
el heredero de las promesas, su hijo tan amado.
3. El pacto.
Toda la vida de Abraham se centra en el pacto que Dios celebró con él; y es de tal
importancia que supera al pacto en Sinaí (Gá. 3:15-18). El pacto en Sinaí tenía que ver con
Israel; la promesa a Abraham con «todas las familias de la tierra», incluyendo también,
ciertamente, la promesa de la tierra a su descendencia física a través de la línea de la
promesa a perpetuidad, por cuanto Israel iba a ser instrumento de salvación (cp. Gn. 12:3;
Is. 49:7). Suspendida ahora en cuanto a Israel por la desobediencia de la nación, verá su
cumplimiento final cuando en la restauración de todas las cosas, en los tiempos mesiánicos,
Israel, convertida a Cristo, será reinjertada, siguiendo el símil del apóstol Pablo, a las
prerrogativas del pacto (Ro. 11).
4. Tipología.
La historia de Abraham en Génesis se divide en tres secciones:
a) caps. 12-14, su vida y testimonio público, como llamado por Dios;
b) caps. 15-21, su andar privado y doméstico con Dios, ilustrando el crecimiento del alma;
c) en los caps. 22 a 25 tenemos en tipo una secuencia profética de acontecimientos: el
sacrificio de Cristo (cap. 22); la puesta a un lado de Israel por un tiempo (cap. 23); el
llamamiento de la novia (cap. 24), y el final establecimiento de las naciones en bendición al
final de los tiempos (cap. 25).
5. Conclusión.
Abraham fue padre de Ismael, Madián y de muchos otros grupos orientales. No es de
asombrarse que grandes multitudes lo aclamen como padre en aquel inmenso territorio del
mundo, y que haya numerosas tradiciones con respecto a él. Su vida es para el cristiano
digna de la más profunda atención, en vista de las maneras en que Dios se le reveló, en
vista también de la formación de su carácter bajo las circunstancias en que Dios lo probó.
También es digno de mucha atención como tipo de la vida del cristiano como peregrino y
extranjero en esta tierra, buscando, como Abraham antaño, «la ciudad que tiene
fundamentos, cuyo artífice y constructor es Dios» (He. 11:9-10).
6. Su historicidad.
Los críticos destructivos han atacado la historicidad de la vida de Abraham con la peregrina
razón de que no se hallan textos extrabíblicos de aquella época que apoyen la credibilidad
de los escritos bíblicos. Sin embargo, el procedimiento correcto ya para los escritos
meramente históricos, es su concordancia interna con el contexto histórico, arqueológico y
documental de la época. Albright, una de las máximas autoridades en arqueología del
Antiguo Testamento, ya en el año 1926, demostró que la evidencia arqueológica concuerda
con la pauta de vida afincada en ciudades y aldeas en los montes de Palestina en el período
exigido por la Biblia para la época de los patriarcas, alrededor de 2.000-1.800 a.C. En todo
caso, el centro de Canaán estaba punteado por ciudades, y toda la evidencia arqueológica
sirve de espléndido marco para la narración bíblica, cosa bien difícil si todo ello hubiera
sido invento de un redactor en el período del exilio o postexílico, como pretenden los
críticos. Además, los recientes descubrimientos de Ebla (TellMardikh, véase MARDIKH,
TELL), investigada por Paolo Matthiae y Giovanni Pettinato, dan adicional e importante
evidencia no sólo de las condiciones históricas, sociales, lingüísticas y culturales de la
época patriarcal, sino que se ha conseguido evidencia escrita, anterior a Abraham, de la
existencia de las cinco ciudades de la llanura: Sodoma, Gomorra, Adma, Zeboim y Bela
(cp. Gn. 14:2), tenidas por los críticos durante muchos años como creaciones legendarias o
semilegendarias de algún escriba del periodo babilónico. Además, también se ha
conseguido evidencia del uso del nombre de Canaán para la tierra de Palestina; los críticos
no creían que hubiera sido aplicado en fecha tan temprana. No hay razón alguna para
rechazar la historicidad de los tempranos capítulos de la Biblia; no hay evidencia alguna en
contra de ellos, aunque sí muchos ataques gratuitos; toda la evidencia concuerda
armónicamente con los registros bíblicos.
VERSION 2

Abraham

La forma original del nombre, Abram, es aparentemente el término Asirio


Abu-ramu. Es dudoso si el significado usualmente atribuido a esa palabra,
"padre excelso", es correcto. El significado dado a Abraham en Génesis 17:5
es juego popular de palabras, y el significado real es desconocido. El
Asiriólogo Hommel sugiere que en el dialecto Minoico, la letra hebrea Hê("h")
se escribe para prolongar la a. Quizás aquí podemos tener la derivación real
de la palabra, y Abraham puede ser solamente una forma dialéctica de
Abram.

La historia de Abraham está contenida en el Libro del Génesis, 11:26 a 25:18.


Primero daremos un breve resumen de la vida del Patriarca, como se relata
en esa parte del Génesis, luego discutiremos en secuencia el tema de
Abraham desde los puntos de vista del Antiguo Testamento, Nuevo
Testamento, historia profana, y leyenda.

Breve resumen de la vida de Abraham

Téraj tuvo tres hijos, Abram, Najor y Aram. Abram se casó con Sarai. Téraj
tomó a Abram y su esposa Sarai, y a Lot, el hijo de Aram, quien había muerto,
y dejando Ur de Caldea, vino a Jarán y vivió allí hasta su muerte. Entonces,
respondiendo al llamado de Dios, Abram, con su esposa Sarai, y Lot, y el resto
de sus posesiones, fueron a la Tierra de Canaán, entre otros lugares a Siquem
y Betel, donde construyó altares al Señor. Una hambruna estalló en Canaán,
Abram viajó hacia el sur a Egipto, y cuando había entrado al país, temiendo
ser asesinado a causa de su esposa, le rogó a esta que dijera que era su
hermana. La noticia de la belleza de Sarai llegó hasta el Faraón, y él la
condujo a su harén, y brindó honores a Abram en consideración a ella.
Después, sin embargo, encontrando que ella era la esposa de Abram, la
despachó ilesa, y reprendiendo a Abram por lo que había hecho, lo expulsó de
Egipto. De Egipto, Abram vino con Lot hacia Betel, y allí, encontrando que sus
rebaños y ganados habían crecido mucho, propuso que se separaran y fueran
por sus propios caminos. Así, Lot escogió el país alrededor del Jordán,
mientras que Abram vivió en Canaán, y vino y habitó en el valle de Mambré
en Hebrón. Ahora, a causa de una sublevación de los reyes de Sodoma y
Gomorra y otros reyes contra Codorlahomor, rey de Elam, después de haberle
servido durante doce años, éste en el año décimocuarto hizo una guerra
contra ellos con sus aliados, Tadal rey de Naciones, Anrafel rey de Senaar, y
Arioc rey de Ponto. El rey de Elam salió victorioso, y había ya llegado a Dan
con Lot como prisionero, y cargado con el botín, cuando fue alcanzado por
Abram. Con 318 hombres, el patriarca lo sorprende, lo ataca y lo derrota,
rescata a Lot y el botín y regresa triunfante. En su camino a casa, se
encuentra con Melquisedec, rey de Salem quien presenta pan y vino, y lo
bendice, y Abram le da diezmos de todo lo que tiene; pero para sí mismo no
se reserva nada. Dios promete a Abram que su descendencia será como las
estrellas del cielo y que él poseerá la tierra de Canaán. Pero Abram no ve
cómo será eso, porque ya se ha vuelto viejo. Entonces la promesa es
garantizada por un sacrificio entre Dios y Abram, y por una visión y una
intervención sobrenatural durante la noche. Sarai, quien había envejecido y
había abandonado la idea de parir hijos, persuadió a Abram a tomar a su
criada, Agar. Él así lo hace, y Agar estando encinta, desprecia a la estéril
Sarai. Sarai la maltrata por esto, así que ella huye al desierto, pero es
persuadida a regresar por un ángel que la conforta con promesas de
grandeza del hijo que va a dar a luz. Ella retorna y da a luz a Ismael. Trece
años más tarde, Dios se aparece a Abram y le promete un hijo de Sarai, y que
su posteridad será una gran nación. Como signo, le cambia el nombre de
Abram por Abraham, el de Sarai por Sara, y ordena el rito de circuncisión. Un
día después, estando sentado Abraham en su tienda, en el valle de Mambré,
Yahveh se le aparece con dos ángeles en forma humana. El les muestra su
hospitalidad. Entonces de nuevo le es renovada a Abraham la promesa de un
hijo llamado Isaac. La envejecida Sara escucha con incredulidad y se ríe.
Entonces se le informa a Abraham sobre la inminente destrucción de Sodoma
y Gomorra debido a sus pecados, pero obtiene de Yahveh la promesa de que
no las destruirá si encuentra diez justos allí. Luego sigue una descripción de la
destrucción de las dos ciudades y el escape de Lot.

La mañana siguiente, Abraham, mirando desde su tienda hacia Sodoma, ve


subiendo al cielo el humo de la destrucción. Después de esto, Abraham se
desplaza hacia el sur a Gerara, y temiendo nuevamente por su vida dice de su
esposa, "ella es mi hermana". El rey de Gerara, Abimelec, envía por ella y la
toma, pero conociendo en un sueño que ella es la esposa de Abraham, la
regresa sin tocarla, y lo reprende y da regalos. En su ancianidad Sara da a
Abraham un hijo, Isaac, y es circuncidado en el octavo día. Mientras él es
todavía joven, Sara está celosa, viendo a Ismael jugando con el pequeño
Isaac, así que procura que Agar y su hijo sean arrojados fuera. Entonces, Agar
habría dejado a Ismael perecer en el desierto, si un ángel no la hubiese
animado hablándole del futuro de su hijo. Abraham está próximo a sostener
una disputa con Abimelec acerca de un pozo en Bersabee, la cual termina en
un convenio entre ellos. Fue después de esto que tiene lugar la gran prueba
de fe de Abraham. Dios le manda sacrificar a su único hijo Isaac. Cuando
Abraham tiene su brazo levantado y está en el acto de golpear, un ángel del
cielo detiene su mano y le hace la más maravillosa promesa de la grandeza
de su posteridad como consecuencia de su completa fe en Dios. Sara muere a
la edad de 127 años, y Abraham, habiendo comprado a Efrón el Hitita la
cueva en Macpela cerca de Mambré, la sepulta allí. Su propia carrera no está
aún enteramente terminada, pues primero que todo toma una esposa para su
hijo Isaac, Rebeca de la ciudad de Nacor en Mesopotamia. Luego él se casa
con Cetura, vieja como él, y de ella tiene seis hijos. Finalmente, dejando todas
sus posesiones a Isaac, muere a la edad de 170 años, y es sepultado por
Isaac e Ismael en la cueva de Macpela.

Punto de vista del Antiguo Testamento

Abraham puede ser referido como el punto de arranque o fuente de la religión


del Antiguo Testamento. De modo que desde los días de Abraham, los
hombres se acostumbraron a hablar de Dios como el Dios de Abraham,
mientras que no encontramos a Abraham refiriéndose en la misma forma a
cualquiera anterior a él. Así tenemos al criado de Abraham hablando de "el
Dios de mi padre Abraham" (Gen. xxiv, 12). Yahveh, en una aparición a Isaac,
habla de sí mismo como el Dios de Abraham (Gen. xxvi, 24), y para Jacob Él
es "el Dios de mi padre Abraham" (Gen. xxxi, 42). Así, también, mostrando
que la religión de Israel no comienza con Moisés, Dios dice a Moisés: "Yo soy
el Dios de tus padres, el Dios de Abraham" etc. (Ex. iii, 6). La misma expresión
se usa en los Salmos (xlvi, 10) y es común en el Antiguo Testamento.
Abraham es así escogido como el primer comienzo o fuente de la religión de
los hijos de Israel y el origen de su cercana relación con Yahveh, a causa de
su fidelidad, fe y obediencia y a Yahveh, y por la promesa de Dios a él y a su
descendencia. Así, en Génesis, xv, 6, se dice: "Abram creyó en Dios, y ello le
fue reputado en justicia". Esta fe en Dios fue demostrada por él cuando dejó
Jarán y viajó con su familia al país desconocido de Canaán. Fue probada
fundamentalmente cuando estuvo dispuesto a sacrificar a su único hijo Isaac,
en obediencia a un mandato de Dios. Fue en esa ocasión cuando Dios dijo:
"Porque tú no has perdonado a tú único hijo engendrado por amor a mí, Yo te
bendeciré" etc. (Gen. xxii, 16,17). Es a esta y otras promesas hechas tan a
menudo por Dios a Israel, que los escritores del Antiguo Testamento se
refieren una y otra vez en confirmación de sus privilegios como el pueblo
escogido. Estas promesas, que se registra haber sido hechas no menos de
ocho veces, son que Dios dará la tierra de Canaán a Abraham y su
descendencia (Gen., xii, 7); que su descendencia se acrecentará y
multiplicará como las estrellas del cielo; que él mismo será bendito y que en
él "serán benditas todas las naciones de la tierra" (xii, 3). En consecuencia, la
opinión tradicional de la vida de Abraham, como se registra en el Génesis, es
que es historia en el estricto sentido de la palabra. Así el Padre Hummelauer,
S.J., en su comentario sobre el Génesis en el "CursusScriptureSacrae" (30), en
respuesta a la pregunta sobre de qué autor procedió primero la sección sobre
Abraham, replica, de Abraham como la primera fuente. En efecto, él
igualmente dice que está todo en un mismo estilo, como una prueba de su
origen, y que el Pasaje, xxv, 5-11, concerniente a los bienes, muerte, y
sepultura de Abraham viene de Isaac. Debe, sin embargo, añadirse que es
dudoso si el Padre Hummelauer se adhiere todavía a estas opiniones, escritas
antes de 1895, puesto que él ha modificado mucho su posición en el volumen
sobre el Deuteronomio.

Una opinión bastante diferente sobre la sección del Génesis que trata de
Abraham, y en efecto de todo el Génesis, es asumida por eruditos críticos
modernos. Ellos, casi unánimemente, sostienen que la narración de la vida
del patriarca está compuesta prácticamente en su totalidad de tres escrituras
o escritores llamados el Yavista, el Eloista, y el escritor eclesiástico, y
denotados por las letras Y, E y P. Y y E consistían de colecciones de historias
relativas al patriarca, algunas de origen más antiguo, otras más recientes.
Quizá las historias de Y muestran una mayor antigüedad que las de E. No
obstante, los dos autores son muy semejantes y no siempre es fácil distinguir
uno del otro en el relato combinado de Y y E. A partir de lo que podemos
observar, ni el Yavista ni el Eloista fue un autor personal. Ambos son más bien
escuelas, y representan las colecciones de muchos años. Ambas colecciones
fueron cerradas antes del tiempo de los profetas; J en algún momento en el
siglo noveno a.C., y E en los comienzos del siglo octavo, el primero
probablemente en el Reino Sur, el último en el Norte. Luego, hacia el final del
reino, tal vez debido a la inconveniencia de tener dos relatos rivales de las
historias de los patriarcas, etc., un redactor R.JE( ?) combinó las dos
colecciones en una, conservando en lo posible las palabras de sus fuentes,
haciendo tan pocos cambios como fuese posible para ajustarlas una a la otra,
y tal vez siguiendo principalmente a Y en el relato de Abraham. Entonces, en
el siglo quinto, un escritor que evidentemente pertenecía a la casta
sacerdotal, puso por escrito nuevamente un relato de la historia primitiva y
patriarcal, desde el punto de vista sacerdotal. Le asignó gran importancia a la
claridad y la exactitud; sus relatos de cosas son a menudo moldeados en la
forma de fórmulas (cf. Génesis, i); es muy peculiar acerca de las genealogías,
como también de las notas cronológicas. La vivacidad y el color de las
narraciones patriarcales más antiguas, Y y E, son deficientes en la última, que
en su mayor parte es tan formal como un documento legal, aunque a veces
no es carente de dignidad y aún de majestad como es el caso del primer
capítulo del Génesis. En fin, la moral que puede sacarse de los diferentes
eventos narrados, es más claramente expresada en este tercer escrito y,
según los críticos, el punto de vista moral es aquel del siglo quinto A.C.
Finalmente, después del tiempo de Esdras, esta última historia, P, fue
unificada con la ya combinada narración J.E. por un segundo redactor R.JEP,
siendo el resultado la actual historia de Abraham, y en realidad el libro actual
del Génesis; aunque con toda probabilidad se hicieron inserciones en una
fecha aún posterior.

Punto de vista del Nuevo Testamento

La generación de Jesucristo es rastreada por San Mateo hasta Abraham, y


aunque en Genealogía de Nuestro Señor, según San Lucas, él es señalado
como descendiente según la carne no solo de Abraham sino también de Adán,
no obstante, San Lucas muestra su apreciación de los frutos del linaje de
Abraham, atribuyéndole todas las bendiciones de Dios sobre Israel a las
promesas hechas a Abraham. Esto hace en el Magnificat, i, 46, y en el
Benedictus, i, 68. Más aún, en la medida que el Nuevo Testamento sigue la
huella de Jesucristo desde Abraham, así lo hace de todos los Judíos; no
obstante, cuando esto hace, está acompañado de una nota de advertencia,
no sea que los Judíos se imaginen que tienen derecho a poner su confianza en
el hecho de su descendencia carnal de Abraham, sin nada más. Así (Lucas, iii,
8), Juan el Bautista dice: "No comencéis a decir: Tenemos a Abraham por
nuestro padre, porque yo os digo que de estas piedras, puede Dios hacer
nacer hijos a Abraham". En Lucas, xix, 9 el Salvador llama al pecador Zaqueo
un hijo de Abraham, así como de igual forma llama hija de Abraham a una
mujer a quien él había sanado (Lucas, xiii,16); pero en este y muchos casos
similares, no es simplemente otra manera de llamar a los Judíos e Israelitas,
exactamente como a veces se refiere a los Salmos bajo el nombre general de
David, sin implicar que David escribió todos los Salmos, y como llama al
Pentateuco los Libros de Moisés, sin pretender zanjar la cuestión de la autoría
de esa obra. No es a la descendencia carnal de Abraham a lo que se le
atribuye importancia; más bien, es a la práctica de las virtudes atribuidas a
Abraham en el Génesis. Así en Juan, viii, los Judíos, a quienes Nuestro Señor
estaba hablando, alardean (33): "Nosotros somos los hijos de Abraham", y
Jesús les replica (39): "Si sois los hijos de Abraham, obrad como Abraham".
San Pablo, también muestra que él es hijo de Abraham y se vanagloria en ese
hecho como en II Cor. xi, 22, cuando exclama: "Ellos son los hijos de Abraham
como lo soy yo". Y de nuevo (Rom., xi, 1): "Yo también soy un Israelita, del
linaje de Abraham", y se dirige a los judíos de Antioquía en Pisidia (Actos, xiii,
26) como "hijos del linaje de Abraham". Pero, siguiendo la enseñanza de
Jesucristo, San Pablo no atribuye demasiada importancia a la descendencia
carnal de Abraham; pues él dice (Gal., iii, 29): "Si sois de Cristo, entonces sois
herederos de Abraham", y de nuevo (Rom., ix, 6): "No todos los que son de
Israel son israelitas; ni todos los que son descendientes de Abraham, sus
hijos". Así también podemos observar en todo el Nuevo Testamento la
importancia atribuida a las promesas hechas a Abraham. En los Hechos de los
Apóstoles, iii, 25, San Pedro recuerda a los judíos la promesa, "en tu
descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra". Así hace San
Esteban en su discurso antes del Concilio (Actos, vii), y San Pablo en la
Epístola a los Hebreos, vi, 13. No fue la fe del anciano patriarca inferior a la
elevada idea de ella expresada por los escritores del Nuevo Testamento. El
pasaje del Génesis más destacado antes de ellos era xv, 6: "Abraham creyó
en Dios, y ello le fue reputado en justicia". En Romanos, iv, San Pablo arguye
vigorosamente por la supremacía de la fe, de la cual dice que justificó a
Abraham, "si Abraham fuese justificado por las obras, tendría de qué
gloriarse, pero no delante de Dios". La misma idea es inculcada en la Epístola
a los Gálatas, iii, donde se discute la cuestión: "Recibisteis el espíritu por las
obras de la ley, o por la obediencia de la fe?" San Pablo decide que es por la
fe y dice: "Luego los que tienen fe serán justificados con el fiel Abraham". Es
claro que este lenguaje, tomado tal cual, y separadamente de la absoluta
necesidad de buenas obras sostenida por San Pablo, es propenso a descarriar
y efectivamente ha descarriado a muchos en la historia de la Iglesia. Por
consiguiente, a fin de apreciar por completo la doctrina Católica de la fe,
debemos suplementar a San Pablo por Santiago. En ii, 17-22, de la Epístola
Católica leemos: "Así también la fe, si no tiene obras, está muerta en sí
misma. Pero alguien dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras, muéstrame tu fe sin
obras y yo te mostraré mi fe por las obras. Tú crees que hay un solo Dios.
Haces bien; también lo creen los demonios y se estremecen. Pero quieres
saber, ¡oh hombre vano!, que la fe sin obras está muerta? No fue nuestro
padre Abraham justificado por sus obras, y por las obras su fe se hizo
perfecta?"

En el capítulo séptimo de la Epístola a los Hebreos, San Pablo entra en una


larga discusión concerniente al sacerdocio eterno de Jesucristo. El recuerda
las palabras del Salmo 109 más de una vez, en el cual se dice: "Tú eres un
sacerdote eterno según el orden de Melquisedec". Recuerda el hecho de que
Melquisedec es etimológicamente el rey de justicia y también rey de paz; y
más aún, que no solamente es rey, sino también sacerdote del Altísimo Dios.
Entonces, teniendo en cuenta que no se tiene conocimiento de su padre,
madre o genealogía, ni registro alguno de sus herederos, se asemeja a Cristo
rey y sacerdote; no Levita ni de acuerdo al orden de Aarón, sino un sacerdote
eterno de acuerdo al orden de Melquisedec.

A la luz de la Historia Profana

Uno se inclina a preguntar, cuando considera la luz que la historia profana


puede arrojar sobre la vida de Abraham: No es increíble la vida del patriarca?
La pregunta puede ser, y es contestada en diferentes formas, de acuerdo al
punto de vista del interrogador. Tal vez no carezca de interés citar la
respuesta del Profesor Driver, un hábil y representativo exponente de las
opiniones críticas moderadas:

Contienen las narraciones patriarcales improbabilidades históricas


intrínsecas? O, en otras palabras, hay algo intrínsecamente improbable en las
vidas de los distintos patriarcas, y las vicisitudes por las cuales
respectivamente pasan? Al considerar este interrogante, debe hacerse una
distinción entre las diferentes fuentes de las cuales están compuestas éstas
narraciones. Aun cuando detalles particulares en ellas pueden ser
improbables, y aunque la representación puede, en algunas partes, estar
coloreada por lo religioso y otras asociaciones de la edad en la que fueron
escritas, no puede decirse que las biografías de los tres primeros patriarcas,
como se exponen en Y y E, sean, generalmente hablando, históricamente
improbables; los movimientos y vidas generales de Abraham, Isaac y Jacob
son, tomadas en su conjunto, creíbles. (Genesis, p. xlvi).

Tal es la opinión moderada; la postura avanzada es algo diferente. "La opinión


asumida por la paciente crítica reconstructiva de nuestros días es que, no
solo religiosamente, sino aún, en un sentido cualitativo, históricamente
también, las narraciones de Abraham merecen nuestra atención" (Cheyne,
Encyc. Bib., 26). Volviendo ahora a mirar la luz arrojada por la historia profana
sobre los relatos de la vida de Abraham como se dan en el Génesis, tenemos
primero que todo, las narraciones de historiadores antiguos, como Nicolás de
Damasco, Berosio, Hecateo, y similares. Nicolás de Damasco dice cómo
Abraham, cuando salió de Caldea vivió por varios años en Damasco. En
efecto, en Josefo se dice haber sido él el cuarto rey de esa ciudad. Pero
entonces no hay duda práctica de que este relato se basa en las palabras del
Génesis, xiv, 15, en el cual se menciona el pueblo de Damasco. En cuanto al
gran hombre al cual se refiere Josefo como mencionado por Berosio, no hay
nada para mostrar que ese gran hombre fuese Abraham. En la
"PraeparatioEvang." de Eusebio se registran extractos de numerosos
escritores antiguos, pero no puede atribuirse a ellos algún valor histórico. En
efecto, en cuanto concierne a los historiadores antiguos, podemos decir que
todo lo que conocemos de Abraham está contenido en el libro del Génesis. Un
asunto mucho más importante e interesante es el valor atribuible a los
recientes descubrimientos arqueológicos de exploradores Bíblicos y otros en
el Oriente. Arqueólogos como Hommel, y más especialmente Sayce, están
dispuestos a asignarles una gran significancia. Ellos dicen, en efecto, que
estos descubrimientos arrojan un serio elemento de duda sobre muchas de
las conclusiones de los críticos históricos. De otra parte, críticos avanzados
como Cheyne al igual que moderados como Driver, no tienen en muy alta
estima las deducciones hechas por estos arqueólogos a partir de la evidencia
de los monumentos, sino que las consideran como exageraciones. Para dejar
el asunto más claro, citamos lo siguiente del Profesor Sayce, para facilitar al
lector ver por sí mismo, lo que él piensa (Early Hist. Of theHebrews, 8): "Se
han encontrado tablillas cuneiformes relativas a Codorlahomor y los otros
reyes del Oriente mencionados en el capítulo 14 del Génesis, mientras que en
la correspondencia de Tel-el-Amarna, el rey de Jerusalén declara que él había
sido elevado al trono por el 'brazo' de su Dios, y fue por consiguiente, un
Sacerdote-rey como Melquisedec. Pero Cordorlahomor y Melquisedec hacía
mucho tiempo habían sido proscritos al campo mítico y la crítica no admitiría
que un descubrimiento arqueológico los hubiese restituido a la historia real.
Por consiguiente, escritores en complaciente ignorancia de los textos
cuneiformes, dijeron a los Asiriólogos que sus traducciones e interpretaciones
eran igualmente erróneas". Ese pasaje dejará en claro, qué tanto están en
desacuerdo los críticos y los arqueólogos. Pero nadie puede negar que la
Asiriología ha arrojado alguna luz sobre las historias de Abraham y los otros
patriarcas. Así el nombre de Abraham fue conocido en aquellos tiempos
remotos; pues entre otros nombres Cananeos y Amorreos encontrados en
escrituras de venta de ese período están los de Abi-ramu, o Abram, Jacob-el
(Ya'qub-il), y Josef-el (Yasub-il). Así, también, respecto al capítulo catorce del
Génesis, que relata la guerra de Codorlahomor y sus aliados en Palestina, no
hace tanto tiempo que la crítica lo relegó a la región de la fábula, bajo la
convicción de que Babilonios y Elamitas en Palestina y la tierra circundante
era un burdo anacronismo en esa fecha remota. Pero ahora el Profesor
Pinches ha descifrado ciertas inscripciones relativas a Babilonia en las que los
cuatro reyes, Amrafel Rey de Senaar, Arioc Rey de Ponto, Codorlahomor Rey
de los Elamitas, y Tadal Rey de Naciones, son identificados con el Rey
Hammurabi de Babilonia, Eri-aku, Kudur-laghghamar, y Tuduchula, hijo de
Gaza, y que habla de una campaña de estos monarcas en Palestina. Así que
nadie puede seguir asegurando que la guerra de la que se habla en el
Génesis, xiv, puede ser solamente un reflejo tardío de las guerras de
Senaquerib y otros en los tiempos de los reyes. De las tablillas de Tel-el-
Amarna sabemos que la influencia Babilónica era predominante por aquellos
días en Palestina. Más aún, tenemos luz, arrojada por las inscripciones
cuneiformes, sobre el incidente de Melquisedec. En Génesis, xiv, 18, se dice:
"Melquisedec, el Rey de Salem, presentando pan y vino, porque era el
sacerdote del Altísimo Dios, lo bendijo". Entre las cartas de Te-el-Amarna hay
una de Ebed-Tob, Rey de Jerusalén (la ciudad es Ursalim, i.e. ciudad de Salim,
y se habla de ella como Salem). El es sacerdote designado por Salem, el dios
de Paz, y es por tanto rey y sacerdote. De la misma manera, Melquisedec es
sacerdote y rey, y naturalmente viene a saludar a Abraham que regresa en
paz; y por tanto, también Abraham le ofrece a él como sacerdote un diezmo
de los botines (Nota del Traductor: botín de guerra). De otra parte, debe
decirse que el Profesor Driver no admitirá las deducciones de Sayce a partir
de las inscripciones en cuanto a Ebed-Tod, y no reconocerá analogía alguna
entre Salem y el Altísimo Dios.

Tomando la arqueología en conjunto, es indudable que no se han logrado


resultados definitivos en cuanto a Abraham. Lo que ha salido a la luz es
susceptible de diferentes interpretaciones. Pero no hay duda de que la
arqueología está poniendo término a la idea de que las leyendas patriarcales
son simple mito. Se muestra que ellas son algo más que eso. Un estado de
cosas está siendo descubierto en los tiempos patriarcales, muy consistente
con mucho de lo que se relata en el Génesis, y a veces, hasta confirmando
aparentemente los hechos de la Biblia.

Punto de vista de la Leyenda

Llegamos ahora a la cuestión: Hasta dónde la leyenda juega una parte en la


vida de Abraham como se registra en el Génesis. Es una pregunta práctica e
importante, porque es muy discutida por críticos modernos y todos ellos
creen en ella. Al establecer la opinión crítica sobre el asunto, no se me debe
interpretar como que estoy dando mis propias opiniones también.

HermannGunkel, en la Introducción a su Comentario sobre el Génesis (3)


escribe: "Es innegable que hay leyendas en el Antiguo Testamento,
considérese por ejemplo las historias de Sansón y Jonás. Por lo tanto no es
asunto de creencia o escepticismo, sino meramente una cuestión de obtener
mejor conocimiento, para examinar si las narraciones del Génesis son historia
o leyenda." Y de nuevo: "En un pueblo con una facultad poética tan altamente
desarrollada como Israel tendría que existir también un lugar para la leyenda.
La confusión absurda de 'leyenda' con 'mentira' ha inducido a gente buena a
vacilar en admitir que hay leyendas en el Antiguo Testamento. Pero leyendas
no son mentiras; por el contrario, son una forma particular de poesía." (Nota
del Traductor: la confusión de que habla el autor parece deberse a la similitud
sonora de los términos en inglés "legend" y "lying").

Estos pasajes dan una muy buena idea de la posición actual del Criticismo
Histórico relativo a las leyendas del Génesis, y de Abraham en particular.

El primer principio enunciado por los críticos es que los relatos de las épocas
primitivas y de los tiempos patriarcales se originaron entre la gente que no
practicaba el arte de la escritura. Entre todos los pueblos, dicen ellos, la
poesía y la leyenda fueron el primer comienzo de la historia; así fue en Grecia
y Roma, así fue en Israel. Estas leyendas fueron puestas en circulación y
transmitidas por tradición oral, y contenían, no hay duda, un núcleo de
verdad. Muy a menudo, donde se usan nombres individuales, estos nombres
no se refieren en realidad a individuos, sino a tribus, como en Génesis, x, y los
nombres de los doce Patriarcas, cuyas migraciones son las de las tribus que
ellos representan. No ha de suponerse, por supuesto, que estas leyendas no
son más antiguas que las colecciones Y, E y P en las cuales ellas ocurren.
Ellas estuvieron en circulación siglos antes y por largos períodos de tiempo,
siendo más cortas aquellas de origen más antiguo, más largas aquellas de
origen posterior, a menudo más bien cuentos que leyendas, como aquella de
José. No todas ellas eran de origen Israelita; algunas eran Babilónicas,
algunas Egipcias. En cuanto a cómo surgieron las leyendas, esto sucedió,
dicen ellos, en muchas formas. A veces la causa fue etimológica, para
explicar el significado de un nombre, como cuando se dice que Isaac recibió
su nombre porque su madre reía (cahaq); algunas veces fueron etnológicas,
para explicar la posición geográfica, el infortunio o prosperidad de una cierta
tribu; algunas veces histórica, algunas veces ceremonial, como el relato que
explica el convenio de la circuncisión; de vez en cuando geológica, como la
explicación de la apariencia del Mar Muerto y sus alrededores. Leyendas
etiológicas de este género forman una clase de aquellas que se encuentran
en las vidas de los patriarcas y otras partes en el Génesis. Pero hay otras,
además, que no nos interesan aquí.

Cuando tratamos de descubrir la época de la formación de las leyendas


patriarcales, nos confrontamos con una cuestión de gran complejidad. Porque
no es solamente el asunto de la formación de las simples leyendas
separadamente, sino también de la combinación de estas en leyendas más
complejas. El criticismo nos enseña que ese período habría terminado
alrededor del año 1200 a.C. Luego habría seguido el período de
reconstrucción de las leyendas, así que hacia 900 a.C., habrían asumido
sustancialmente la forma que ahora tienen. Después de esa fecha, mientras
las leyendas conservaron en esencia la forma que habían recibido, fueron
modificadas de muchas maneras para colocarlas en conformidad con el
patrón moral del día, empero, no tan completamente que las ideas más
antiguas y menos convencionales de una época más primitiva no se
asomaran de vez en cuando a través de ellas. Al presente, también, muchas
colecciones de las leyendas antiguas parecen haber sido hechas casi en la
misma forma que, según nos lo dice San Lucas al comienzo de su Evangelio,
muchos habían escrito relatos de su propia autoría sobre la vida de Nuestro
Salvador. Entre otras colecciones, estaban aquellas de Y en el Sur y E en el
Norte. Mientras otras perecieron, estas dos sobrevivieron, y fueron
suplementadas hacia el final del cautiverio por la colección de P, que se
originó en medio de ambientes sacerdotales y fue escrita desde el punto de
vista ceremonial. Aquellos que sostienen estas opiniones afirman que es la
fusión de estas tres colecciones de leyendas, lo que ha conducido a confusión
en algunos acontecimientos de la vida de Abraham como por ejemplo el caso
de Sarai en Egipto, donde su edad parece inconsistente con su aventura con
el Faraón. HermannGunkel escribe (148): "No es extraño que la cronología de
P despliegue por todas partes las más absurdas rarezas cuando se introduce
en las leyendas antiguas; como un resultado, Sara es todavía a los sesenta
años, una hermosa mujer a quien los egipcios buscan capturar, e Ismael es
llevado en hombros de su madre después de que es un joven de diez y seis
años."

La colección de P estaba destinada a tomar el lugar de la antigua colección


combinada de Y y E. Pero la vieja narración tenía un firme arraigo en la
imaginación y el corazón del pueblo. Y así, la colección más reciente fue
combinada con las otras dos, utilizándose como fundamento de todo,
especialmente en la cronología. Es esa narración combinada la que ahora
poseemos.

VERSION 3

ABRAHAM Y LOS PATRIARCAS

Abraham, el «arameoerrante»

La historia del pueblo de Dios comienza con Abraham. Él es el primer


antepasado del pueblo de Israel y es llamado en Dt 26,5 «arameoerrante»,
caracterÃstica que resume toda su vida. Su nombre está bien atestiguado en
Mesopotamia en la primera mitad del segundo milenio antes de Cristo y los
nombres de los miembros de su familia se han encontrado en vestigios
arqueológicos de ese tiempo. La etimologÃa de todos ellos está relacionada
con el culto a Sin, la luna, que era adorada entonces en Mesopotamia. La
migración de Abraham puede estar relacionada con los movimientos de los
Amoritas, semitas occidentales conocidos como «protoarameos». Los
amoritas son «las gentes del occidente». Su nombre viene de Amûru, otro
nombre para designar a Canaán. Fueron primero nómadas, pero poco a poco
se civilizaron y fundaron una dinastÃa en Babilonia (el rey más famoso que
tuvieron fue Hamurabi [1790-1759 a.C], luego en Mari, sobre el Éufrates.
Algunos emigraron a Palestina y tal vez a Egipto. Por eso hacen parte de las
poblaciones de Palestina.

De gira por santuarios y mercados

Hacia el siglo XVIII a.C. Abraham parte con su clan hacia el norte y se instala en
Jarán, punto de encuentro por donde pasaban varias rutas comerciales y los
peregrinos que iban hacia Ur a dar culto al dios lunar Sin. Desde Jarán,
Abraham parte hacia el sur, pasa por Damasco y sigue hacia Canaán. Se
establece en Siquem, que era un centro religioso muy importante en aquel
tiempo, pues allà se daba culto a Baal, el dios cananeo de la fertilidad.
Después el grupo va hacia Egipto cruzando por el Negueb y finalmente
regresan de allà y se establecen definitivamente en Hebrón.
Abraham y su clan transitaron las rutas que recorrÃan las caravanas de la
medialuna fértil, visitando los diversos mercados y santuarios situados en
diversos lugares. Como era normal en esos pueblos, Abraham y su clan eran
nómadas que criaban ganado menor; por eso acampan fuera de las ciudades
y aprovechan las tierras fértiles que hay alrededor de ellas. Poco a poco
empiezan a llevar una vida distinta: durante una parte del año, son nómadas
a ejemplo de las tribus que criaban ovejas; durante la otra parte del año,
ensayan tÃmidamente la vida sedentaria y empiezan a cultivar la tierra.
También se van dejando influenciar por la vida citadina.

El Dios de los Padres

Abraham y los suyos no eran en principio verdaderamente monoteÃstas. Su


ambiente propio es politeÃsta, pero reconocen y sirven a un dios entre los
otros. Este dios lleva el nombre del jefe supremo del panteón cananeo: El.
Este dios tenÃa un calificativo y era una divinidad local vinculada a un
santuario: El Elyon (El AltÃsimo), titular de Jerusalén (Gn 14,19). Él es
también el «Dios de los Padres» (de Abraham, Isaac y Jacob), tutelar del
clan. El grupo de los Patriarcas se presenta como el beneficiario de la
«elección» divina, escogido entre todos los pueblos. Asà se concluye la
alianza entre Dios y Abraham (Gn 15). La palabra «patriarca» (del griego
patriárches) aparece con la Biblia de los Setenta, en los libros de las Crónicas
y designa a los «jefes de las familias del pueblo de Israel». En el Nuevo
Testamento se reserva para referirse a los grandes antepasados bÃblicos: los
doce hijos de Jacob en Hch 7,8 y a Abraham en persona en Hebreos 7,4.

La historia de Abraham

Su historia se encuentra en el libro del Génesis (Gn 12−25) y se compone de


una serie de eventos más o menos conectados entre sà por los que
compusieron el libro. Brevemente presentamos un bosquejo de estos
capÃtulos, poniendo en bastardilla las bendiciones que él recibió. Una
pequeña clave de lectura para conocer a este patriarca:

1. Gn 12,1-9:  Dios llama y bendice a Abraham y éste emprende un viaje


hacia Canaán.

2. Gn 12,10-20:          Abraham pone en peligro la bendición en


Egipto, entregando a Sara.

3. Gn 13,1-18: Abraham y Lot dividen su territorio y Abraham se queda con


Palestina.

4. Gn 14,1-24: Abraham se muestra como héroe y es bendecido.

5. Gn 15,1-20: Dios renueva sus promesas y sella una alianza con Abraham.
6. Gn 16,1-16: Abraham arriesga la promesa de un hijo engendrando a Ismael
de Agar.

7. Gn 17,1-27: Dios renueva su alianza y la promesa de un hijo, pero le ordena


a Abraham asumir el signo de la circuncisión.

8. Gn 18,1-15: Dios renueva su promesa de dar un hijo a Sara y Abraham.

9. Gn 18,16-33:          Abraham muestra su bendición,


intercediendo por Sodoma y Gomorra.

10. Gn 19,1-38:          Lot demuestra ser la única persona fiel en


Sodoma; la ciudad es destruida.

11. Gn 20,1-18:          Abraham pone en peligro la bendición de


Dios a Sara con Abimélec, rey de Guerar.

12. Gn 21, 1-21:         Dios concede la bendición de un hijo, Isaac,


y envÃa lejos a Ismael.

13. Gn 21,22-34:        Abraham hace un pacto con Abimélec y su


pueblo.

14. Gn 22,1-24:Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Abraham sacrifica a Isaac en obediencia a


Dios.

15. Gn 23,1-20:          Abraham reclama posesión de la tierra


comprando la cueva de Macpelah para sepultar a Sara y para su propia tumba.

16. Gn 24,1-67:Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Abraham da una mujer a Isaac para


continuar la bendición.

17. Gn 25,1-18:Â Â Â Â Â Â Â Â Â Â Muerte y sepultura de Abraham; los


descendientes de Ismael; la bendición pasa a Isaac.

La fe de Abraham

Dios ofrece libremente a Abraham la promesa de un heredero que


fundará una gran nación y la promesa de la tierra, pero estas promesas sólo
se pueden realizar si Abraham y Sara confÃan suficientemente en Dios. Este es
uno de los temas principales de la historia de Abraham: su fe en la promesa de
Dios, que está resumida en Gn 15,6: «creyó Abraham al Señor, y el
Señor se lo tomó en cuenta». Sin embargo, la tradición bÃblica no
presenta a Abraham como una persona perfecta. En el capÃtulo 12 y el 20, él
trata de salvar su vida, entregando a Sara su mujer y poniendo asà en peligro
la promesa de un hijo; en el capÃtulo 16 se muestra tan inseguro como para
tomar una esclava y engendrar un hijo. En el capÃtulo 17, él duda del ángel
que le dice que Sara tendrá un hijo. Pero estos son momentos aislados en una
vida que está abierta en disposición a Dios. Siempre adora a Dios
dondequiera que va y se detiene (en Betel [Gn 12], en Hebrón [Gn13] y en
(Jeru)Salem [Gn 14]); siempre acata la orden de Dios de ponerse en camino y
con frecuencia tiene encuentros cara a cara con Dios (cc.15,17,18). En un
momento de gran tristeza obedece a Dios y despide a su hijo Ismael para que
inicie una nueva vida, para evitar cualquier amenaza a Isaac (c.21). En todo
demuestra Abraham su fe en Dios, pero principalmente cuando Dios parece
exigir a Abraham que le sacrifique a Isaac (c.22). Éste es el punto más alto
en la historia de este patriarca; el capÃtulo narra magistralmente el drama de
ese momento de horror. Esta historia choca a los lectores modernos, que se
preguntan cómo puede Dios pedir una cosa semejante. Quizás el autor del
libro quiso hacer de Abraham un ejemplo para las generaciones posteriores;
además, no era raro en el mundo antiguo que los padres sacrificaran sus hijos
a las divinidades pidiendo curación o para apaciguar su ira (cf. Jue 11; 2Re
21). Esta historia muestra cómo Dios prohÃbe todo sacrificio humano −Dios
no quiere sacrificios humanos, pero en cambio aceptaba animales como una
ofrenda en el AT. Sin embargo, el preferÃa mucho más la fe y la confianza en
él. Toda esta historia resume la personalidad de Abraham como un hombre
de fe. En las tradiciones islámicastodavÃa es llamado khalilAllah, «el amigo
de Dios». Incluso Pablo propone a Abraham como modelo de fe en Rom 4,1-
25 y Gal 3,6-9. Abraham se convierte en ejemplo para todos los cristianos que
creen en la promesa de Dios aunque nunca hayan formado parte del pueblo
judÃo. La carta a los Hebreos cap. 11 dice que Abraham creyó en la promesa,
aunque no la vio realizada y que los cristianos nos hemos convertido en
receptores de la promesa en Cristo, el Hijo de Dios.

VERSION 4

Historia del profeta


Abraham
historia, profeta, abraham, ibrahim, jalil
Miniatura persa
Sayyedina Ibrahim (en español, Abraham), la paz sea con él, fue descendiente de
Sham, uno de los hijos de sayyedinaNuh (en español Noé). Todos los profetas que
llegaron después de sayyedina Ibrahim fueron sus descendientes. Sayyedina
Ibrahim nació en la ciudad de Ur, situado a las orillas de río Eufrates en la región
baja del este, a ciento cincuenta kilómetros del Golfo Pérsico. En esos tiempos la
civilización de los Caldeanos estaba en su época mas fuerte. El rey de esta gente se
llamaba Nimrud. El nombre del padre de sayyedina Ibrahim era Azar.

A Ibrahim se le describe en el Corán como un hanif, que significa ‘puro por


naturaleza’. Era su naturaleza el reconocer la verdadera naturaleza de la existencia
y el adorar a Allah solamente y nada más que Allah. Ya que la mayoría de gente a su
alrededor- incluyendo su padre- eran adoradores de ídolos descarados quienes
esculpían ídolos de madera o piedra, era inevitable de que sayyedina Ibrahim
tuviera conflicto con ellos.

El Corán describe al reconocimiento de sayyedina Ibrahim de Allah como fuente de


la creación- y el alejarse de cualquier forma de adoración aparte de la de Allah- en
Surat al-An’am:

Cuando Ibrahim dijo a su padre Azar: ¿Tomas a unos ídolos por divinidades? En
verdad que te veo a ti y a los tuyos en un claro extravío. Así fue como mostramos
a Ibrahim el dominio de los cielos y de la tierra para que fuera de los que saben
con certeza. Y cuando cayó sobre él la noche vio un astro y dijo: Este es mi Señor,
pero cuando desapareció, dijo: No amo lo que se desvanece.
Y cuando vio que salía la luna, dijo: Este es mi Señor. Pero al ver que
desaparecía, dijo: Si mi Señor no me guía seré de los extraviados. Y cuando vio al
sol naciente, dijo: Este es mi Señor pues es mayor; pero cuando se ocultó, dijo:
¡Gente mía, soy inocente de lo que asociáis!

Dirijo mi rostro, como hanif, a Quien ha creado los cielos y la tierra y no soy de
los que asocian. Su gente lo refutó y él dijo: ¿Me discutís sobre Allah cuando Él me
ha guiado? No temo lo que asociáis con El, excepto lo que mi Señor quiera. Mi
Señor abarca con Su conocimiento todas las cosas. ¿Es que no vais a recapicitar?

¿Y cómo habría de temer lo que asociáis, cuando vosotros no teméis asociar con
Allah aquello con lo que no ha descendido para vosotros ninguna evidencia?
¿Cuál de las dos partes tiene más motivos para estar a salvo, si sabéis? Los que
creen y no empañan su creencia con ninguna injusticia, ésos tendrán seguridad y
serán guiados. Esta es Nuestra prueba, la que dimos a Ibrahim sobre su gente. A
quien queremos, lo elevamos en grados; es cierto que tu Señor es Sabio y
Conocedor.

(Corán, 6.75-84)
Aunque Ibrahim intento hacer que su padre razonara con la verdad fue sin éxito:

Y recuerda en el Libro a Ibrahim, él fue realmente sincero y profeta. Cuando dijo


a su padre: ¡Padre mío! ¿Por qué adoras lo que ni oye ni ve ni te sirve de nada?
¡Padre! Me ha llegado conocimiento que no te ha llegado a ti, sígueme y te guiaré
por un camino llano.

¡Padre! No adores a Shaytán, pues ciertamente el Shaytán es rebelde con el


Misericordioso. ¡Padre! Temo de verdad que te llegue un castigo del
Misericordioso y seas de los que acompañen al Shaytán. Dijo: ¿Acaso desprecias
a mis dioses, Ibrahim? Si no dejas de hacerlo te lapidaré; aléjate de mi durante
mucho tiempo.

Dijo: Paz contigo, pediré perdón por ti a mi Señor, es cierto que el es


Complaciente conmigo. Me alejaré de vosotros y de lo que adoráis fuera de Allah
e invocaré a mi Señor, tal vez no quede decepcionado en mi súplica de El.

(19.40-48)
En otro lado del Corán, en Surat at-Tawba, Allah dice:

Y la petición de perdón que Ibrahim hizo a favor de su padre fue sólo por una
promesa que le había hecho. Pero cuando vio con claridad que era un enemigo de
Allah, se apartó de él. Verdaderamente Ibrahim era suplicante y paciente.

(9.115)
Sayyedina Ibrahim no sólo le predicó a su padre que adorara a Allah, sino que
también le predicó a los adoradores de ídolos entre su gente:

Cuéntales la historia de Ibrahim, cuando le dijo a su gente: ¿Qué es lo que


adoráis? Dijeron: Adoramos ídolos a cuyo culto estamos dedicados. Dijo ¡Acaso
os escuchan cuando los invocáis? ¿U os benefician u os perjudican? Dijeron: Sin
embargo encontramos a nuestros padres que así hacían.

Dijo: ¿Habéis visto lo que adoráis vosotros y vuestros padres antiguos? Ellos son
mis enemigos, al contrario del Señor de los mundos. Que me creó y me guía. Que
me alimenta y me da de beber. Y que cuando estoy enfermo, me cura. Y el que me
hará de morir y luego me devolverá la vida. Y de Quien espero con anhelo que me
perdone las faltas el Día de la Rendición de cuentas.

¡Señor mío! Dame juicio y tenme entre los justos. Concédeme que los que vengan
después hablen de mí con verdad. Hazme de los herederos del Jardín de las
Delicias, y perdona a mi padre, él ha sido de los extraviados. Y no me entristezcas
el día en que sean devueltos a la vida. El día en que ni la riqueza ni los hijos
servirán de nada.

Sólo quien venga a Allah con un corazón limpio. El Jardín será acercado a los
temerosos. Y el Yahim se mostrará a los extraviados. Y se les dirá. ¿Dónde está lo
que adorábais fuera de Allah? ¿Pueden ayudarlos o ayudarse a sí mismos?
Entonces serán arrojados en él unos encima de otros, ellos y los que extraviaron.
Y los ejércitos de Iblis, todos juntos. Y dirán, discutiendo en él: ¡Por Allah que
estábamos en un claro extravío! Cuando Le atribuíamos iguales al Señor de los
mundos. No nos extraviaron sino los malhechores. Y no tenemos a nadie que
interceda por nosotros; ni ningún amigo ferviente.
Ojalá y tuviéramos una oportunidad más para poder ser creyentes. Es verdad
que en eso hay un signo, pero la mayoría de los hombres no son creyentes. Y es
cierto que tu Señor es el Irresistible, el Compasivo.

(26, 69-104)
El odio de sayyedina Ibrahim a la adoración de ídolos era tan grande que por fin
decidió romper algunos de ellos:

Es verdad que anteriormente le dimos a Ibrahim la dirección correcta para él; y


tuvimos conocimiento suyo cuando le dijo a su padre y a su gente: ¿Qué son estas
estatuas a las que dedicáis vuestra adoración? Dijeron encontramos a nuestros
padres adorándolas. Dijo: Realmente vosotros y vuestros padres estáis en un
evidente extravío.

Dijeron: ¿Nos traes la verdad o eres de los que juegan? Dijo: Muy al contrario.
Vuestro Señor es el Señor de los cielos y de la tierra, Quien los creó. Y yo soy uno
de los que dan testimonio de ello. Y por Allah que he de tramar algo contra
vuestros ídolos una vez que hayáis dado la espalda. Entonces los hizo pedazos con
la excepción de uno grande que tenían, para que así pudieran volver su atención
hacia él. Dijeron: ¿Quién ha hecho esto con nuestros dioses? Ciertamente es un
injusto. Dijeron: Hemos oído a un joven referirse a ellos, le llaman Ibrahim.

Dijeron: Traedlo a la vista de todos, quizás pueda atestiguar. Dijeron: ¿Eres tú el


que has hecho esto con nuestros dioses, Ibrahim? Dijo: No; ha sido el éste, el
mayor de ellos. Preguntadle, si es que puede hablar. Volvieron sobre sí mismos y
se dijeron entre sí: En verdad sois injustos. Luego, recayendo en su estado
anterior, dijeron: ¡Sabes perfectamente que éstos no hablan! Dijo: ¿Es que
adoráis fuera de Allah lo que ni os beneficia ni os perjudica en nada? ¡Lejos de mí
vosotros y lo que adoráis fuera de Allah! ¿Es que no podéis razonar?

Dijeron: Quemadlo y ayudad así a vuestros dioses, si sois capaces de actuar.


Dijimos: Fuego: sé frío e inofensivo para Ibrahim. Pretendieron con ello hacer
una trampa, pero ellos fueron los que más perdieron. Y a él y a Lut (Lot en
español) los pusimos a salvo en la tierra que habíamos hecho bendita para todos
los mundos.
(21.51-70)
La Surat al-Ankabut también se refiere a esta confrontación en los siguientes ayat:

E Ibrahim cuando le dijo a su gente: ¡Adorad a Allah y temedle, ello es mejor para
vosotros si sabéis! En realidad lo que adoráis afuera de Allah sólo son ídolos y
estáis creando una mentira; ésos que adoráis fuera de Allah no tienen poder para
daros sustento; así pues buscad la provisión junto a Allah y adoradlo y
agradecedle, porque a El habéis de volver. Pero si negáis la verdad... Ya lo
hicieron naciones anteriores a vosotros. Al Mensajero sólo le incumbe transmitir
con claridad. ¿Es que no ven cómo Allah crea una primera vez y luego lo hace de
nuevo? Realmente eso es simple para Allah. Di: ¡Id por la tierra y mirad cómo
empezó la creación! Luego Allah hará surgir la última creación, es cierto que
Allah tiene poder sobre todas las cosas.

Castiga a quien quiere y se apiada de quien quiere. A El habréis de retornar. No


tendréis escape ni en la tierra ni en el cielo, ni tendréis fuera de Allah ni protector
ni defensor. Y los que se niegan a creer en los signos de Allah y en el encuentro
con El, ésosdesesperan de Mi misericordia y tendrán un doloroso castigo.

Y la única respuesta de su gente fueron las palabras. ¡Matadlo o quemadlo! Pero


Allah lo salvó del fuego, realmente en eso hay signos para gente que cree. Y dijo:
Lo que habéis tomado fuera de Allah, por el amor que existe entre vosotros por la
vida del mundo, no son mas que ídolos; pero después, el Día del Levantamiento,
renegaréis unos de otros y os maldeciréis mutuamente. Vuestro refugio será el
Fuego y no tendréis quien os auxilie.

Y Lut (Lot en español) creyó en él y dijo: He de emigrar por mi Señor, es cierto


que El es el Inigualable, el Sabio.

(29.15-25)
Y también, después de hablar sobre sayyedinaNuh en Surat as-Saffat, Allah dice:

Y por cierto que Ibrahim era de los suyos. Cuando se presentó ante su Señor con
un corazón puro. Y cuando les dijo a su padre y a su gente: ¿Qué es lo que estáis
adorando? ¿Buscáis dioses fuera de Allah por falsedad? ¿Y qué pensáis del Señor
de los mundos? Y observó las estrellas. Y dijo: Realmente voy a enfermar.
Entonces se apartaron de él dándole la espalda. Se fue para sus dioses y dijo: ¿Es
qué no coméis? ¿Qué os pasa que no habláis? Entonces fue sigilosamente hacia
ellos golpeándolos con fuerza. Y acudieron a él rápidamente. Dijo: ¿Adoráis lo
que vosotros mismos habéis esculpido, cuando Allah os ha creado a vosotros y a
lo que hacéis? Dijeron: Haced una construcción a propósito para él, para
arrojadlo a las llamas. Quisieron tenderle una trampa pero los dejamos
reducidos a lo más bajo. Y dijo: Me voy hacia mi Señor, El me guiará. ¡Señor mío!
Concédeme una descendencia de justos. Y le anunciamos un niño que habrá de
tener buen juicio.

(37.83-101)
El hijo sería llamado Isma’il (Ismael en español). Ha sido relatado que antes de que
arrojaran a sayyedina Ibrahim al fuego- la cual ni lo quemo ni le hizo ningún daño-
fue llevado con el rey Nimrud, quien se consideraba todo-poderoso, ya que podía
ordena que se le quitara la vida a cualquiera de su reino o que se le fuera perdonada
la vida a cualquiera. Sayyedina Ibrahim, sin embargo, rápidamente señalo que poco
poder tenía el rey Nimrud en verdad:

¿No has visto a aquel que, porque Allah le había dado soberanía, desafió a
Ibrahim discutiéndole a su Señor? Dijo Ibrahim: Mi Señor da la vida y da la
muerte. Dijo él: Yo doy la vida y doy la muerte. Dijo Ibrahim: Allah trae el sol
desde el oriente, tráelo tú desde el occidente. Y quedo confundido el que se negaba
a creer. Allah no guía a los que son injustos.

(2.257)
En otra ocasión, sayyedina Ibrahim le pregunto a Allah que le mostrara como El
podía devolver la vida a los muertos:

Y cuando Ibrahim dijo: ¡Señor mío! Déjame ver cómo resucitas lo que está
muerto. Dijo: ¿Acaso no crees? Dijo: Por supuesto que sí, pero es para que mi
corazón se tranquilice. Dijo: Toma, entonces, cuatro pájaros distintos, córtalos en
pedazos y, a continuación, pon un pedazo en cada monte y luego llámalos.
Vendrán a ti en el acto. Y sabe que Allah es Poderoso y Sabio.

(2.259)
Después de que sayyedina Ibrahim y sayyedinaLut habían viajado a salvos a la
Tierra Santa, Sayyedian Ibrahim, quien ya estaba casado con Sarah, acabo
casándose con su esclava egipcia, Hajar (Agar en español). En esos días, Sarah no
tenia hijos, pero Hajar dio a luz a un hijo a quien le fue dado el nombre de Isma’il.
Según la Biblia sayyedina Ibrahim tenía ochenta y seis años cuando nació Isma’il.

Cuando Isma’iltenia solamente algunos meses de vida, Allah le ordeno a Ibrahim


que llevara a Hajar y a Isma’il a un valle del desierto llamado Bakka, en el centro de
Arabia, y que los dejara allí. Sayyedia Ibrahim hizo lo que se le ordeno, y no paso
mucho tiempo de haberlos dejado allí que se les acabo su comida y agua.

Hajar puso a Isma’il sobre la tierra, y se apresuroHajar a lo alto de una colina


cercana buscado ayuda, sólo para no encontrar nada. Corrió a otra colina para
buscar ayuda, sólo para no encontrar nada. En total corrió entre las dos colinas
siete veces, para cada vez nada mas encontró a un desierto vacío.

Hajar regreso corriendo a donde estaba acostado Isma’il, y levantado las manos en
oración, le pidió a Allah su ayuda. Luego, cuando bajo la vista, era para ver agua
salir de la tierra donde su bebé había pateado. Rápidamente hizo una pared de lodo
alrededor de ellos para detener el agua. Ha sido relatado por el Profeta
Muhammad, que Allah lo bendiga y que le de paz, que dijo que si ella no hubiera
hecho esto, entonces se habría vuelto un río (haciendo referencia a la gran cantidad
de agua que brotaba).

Un poco mas tarde algunos pájaros en el cielo vieron la nueva fuente de agua y
empezaron a volar a su alrededor. Una caravana que iba pasando vieron los
pájaros, sabiendo que los pájaros le dan vueltas volando sobre el agua, se acercaron
a ellos hasta llegar no solamente al agua si no que a Hagar y Isma’il también. El
agua era tan abundante y buena que algunas gentes de la caravana decidieron
establecerse el lugar. Y así nació la ciudad de Makka (Meca): El valle desierto
donde sayyedina Ibrahim había dejado a Hajar y a Isma’il llego a ser conocido
como la Makka; y las dos colinas entre las cuales había corrido Hajar buscando
ayuda se llegaron a conocer como Safa y Marwa; y el ojo de agua que había salvado
sus vidas de llego a conocer como Zamzam.
Cuando Isma’il todavía era un niño pequeño- se dice que tenía diez años- sayyedina
Ibrahim tuvo un sueño en el cual se le fue ordenado sacrificar a su único hijo.
Interpreto el sueño literalmente, y viajo a Makka para cumplir con la orden de su
Señor:

Y cuando éste alcanzó la edad de acompañarle en sus tareas, le dijo: ¡Hijo mío!
He visto en sueños que te sacrificaba, considera tu parecer. Dijo: ¡Padre! Haz lo
que se te ordena y si Allah quiere, encontrarás en mí a uno de los pacientes.

(37.102)
En su camino a le lugar de sacrificio, que se conoce como Mina, el shaytán intento
de disuadir a sayyedina Ibrahim de hacer lo que se le había sido ordenado, y que
persuadiera a Isma’il y a Hagar que no siguieran con el. Los tres de ellos, sin
embargo, buscaron refugio en Allahde elshaytan y le aventaron piedras a este para
alejarlo. No fue hasta justamente antes de que sayyedina Ibrahim iba a sacrificar a
Isma’il, y con el sacrificio mostrar que no había nada que mas quisieran ambos que
a Allah, cuando Allah le ordeno que sacrificara a un carnero en vez de a su hijo:

Y cuando ambos lo habían aceptado con sumisión, lo tumbó boca abajo. Le


gritamos: ¡Ibrahim! Ya has confirmado la visión que tuviste. Realmente así es
como recompensamos a los que hacen el bien. Esta es, de verdad, la prueba
evidente. Y los rescatamos poniendo en su lugar una magnifica ofrenda. (Un
hermoso cordero del que se dice era del jardín)

(37.103-107)
Después de esto sayyedina Ibrahim regreso a la Tierra Santa, pero mas adelante,
cuando Isma’il era un hombre joven, regreso otra vez a Makka, y con la ayuda de su
hijo construyo a la Ka’aba, cerca de el ojo de agua de Zamzam. Aquí sayyedina
Ibrahim adoro a Allah, y rezo para todos aquellos que vendrían a adorar a Allah allí
en el futuro:

Y cuando tu Señor puso a prueba a Ibrahim con palabras que éste cumplió, le
dijo: Voy a hacer de ti un dirigente y un ejemplo para los hombres. Dijo: ¿Y lo
harás también con mis descendientes? Dijo: Mi pacto no alcanza a los injustos.
Y cuando hicimos de la Casa un centro de reunión y un lugar seguro para los
hombres que adoptaron la estación de Ibrahim. Habíamos pactado con Ibrahim e
Ismail que mantuvieran pura Mi casa para los que cumplieran las vueltas en
torno a ella, los que allí permanecieran y los que se inclinaran y postraran.

Y cuando dijo Ibrahim: ¡Señor mío! Haz de este territorio un lugar seguro y
provee de frutos a aquellos de sus habitantes que crean en Allah y en el Ultimo
Día. Dijo: Y al que se niegue a creer, lo dejaré disfrutar un tiempo y luego lo
llevaré a rastras al castigo del Fuego: ¡Qué mal fin!

Y cuando Ibrahim e Ismail erigieron los fundamentos de la Casa: ¡Señor,


acéptanoslo! Tu eres Quien oye, Quien sabe. ¡Señor nuestro! Haz que estemos
sometidos a Ti y haz de nuestra descendencia una comunidad sometida a Ti.
Enséñanos a cumplir nuestros ritos de adoración y vuélvete a nosotros, realmente
Tú eres Quien se vuelve a favor del siervo, el Compasivo.

¡Señor nuestro! Envíales un mensajero que sea uno de ellos, para que les recite
Tus aleyas (signos), les enseñe el Libro, la Sabiduría y los purifique. Es cierto que
Tú eres el Poderoso, el Sabio. ¿Y quien, sino aquel que se rebaja a sí mismo, puede
rechazar la religión de Ibrahim? Lo escogimos en esta vida, y en la Ultima, estará
entre los justos. Cuando su Señor le dijo: ¡Sométete! Dijo: Me someto al Señor de
los mundos. Y esto fue un legado que Ibrahim dejó a sus hijos. Y lo mismo hizo
Yaqub (Jacob en español) cuando dijo. ¡Hijos míos! Allah os ha elegido la práctica
de Adoración, no muráis pues sin ser Musulmanes.

(2.123-131)
Después de que habían acabado de construir la Ka’aba- algunos dicen que fue
construido en el mismo lugar donde había construido sayyedina Adam (Adán en
español) el primer lugar de adoración en la tierra- sayyedina Ibrahim una vez mas
regreso a la Tierra Santa.

En estos días sayyedina Ibrahim y su primer esposa, Sarah, ya estaban muy viejos-
según la Biblia, sayyedina Ibrahim tenia cien años de edad- pero les esperaban
buenas noticias, traídas por los mismos ángeles que fueron mandados a destruir la
gente que había rechazado a sayyedinaLut. Primero visitaron a sayyedina Ibrahim,
los ángeles venían con laapariencia de hombres jóvenes- pero como eran ángeles,
no comieron ni bebieron:

Y fueron Nuestros mensajeros a Ibrahim a llevarle las buenas noticias y dijeron:


Paz, contestó: Paz, y no tardó en venir con un becerro asado. Pero al ver que no
tendían sus manos hacia él, le pareció extraño y sintió miedo de ellos. Dijeron: No
temas, hemos sido mandados a la gente de Lut. Y su mujer, que estaba de pie, se
rió y le anunciamos a Ishaq (Isaac en español) y después de Ishaq a Yaqub
(Jacob).

Dijo: ¡Ay de mí! ¿Cómo voy a parir si soy vieja y éste mi marido es un anciano?
¡Realmente es algo asombroso! Dijeron: ¿Te asombras del mandato de Allah?
¡Que la misericordia de Allah y Su bendición sean con vosotros, gente de la casa!
Cierto que El es Digno de alabanza, Glorioso.

Y cuando el miedo se fue de Ibrahim y le hubo llegado la buena noticia, Nos habló
a favor de la gente de Lut. Es cierto que era indulgente, movido a la compasión y
siempre se volvía (a Allah). ¡Ibrahim! Apártate de esto. El Mandato de tu Señor
ha venido y ciertamente les alcanzará un castigo irrevocable.

(11.68-75)
Y también:

Y cuando llegaron Nuestros emisarios a Ibrahim llevando la buena noticia,


dijeron: Vamos a destruir a los habitantes de esta ciudad puesto que sus
habitantes son injustos.

Dijo: Lutesta en ella. Dijeron: Nosotros sabemos mejor quién está en ella. A él y a
su familia los salvaremos con la excepción de su mujer, que será uno de los que se
queden atrás.

(29.31-32)
Y también:

Y hábleles de los huéspedes de Ibrahim. Cuando llegaron a él y dijeron: Paz. Dijo:


Realmente sentimos recelo de vosotros. Dijeron: No temas, estamos aquí para
anunciarte un muchacho sabio. Dijo: ¿Me traéis buenas nuevas a pesar de que me
ha llegado la vejez? ¿Cómo podéis traérmelas?

Dijeron: Te anunciamos buenas nuevas con la verdad, no seas de los que han
perdido la esperanza. Dijo: ¿Y quién puede desesperar de la misericordia de su
Señor sino los extraviados? Dijo: ¿Y cual es vuestra misión, mensajeros?

Dijeron: Se nos ha enviado a una gente que hace el mal. Con la excepción de la
familia de Lut a los que salvaremos a todos, menos a su mujer contra la que
hemos decretado que sea de los que se queden atrás.

(15.51-60)
Y también:

¿Ha llegado hasta ti el relato de los honorables huéspedes de Ibrahim, cuando se


presentaron ante él dijeron?: Paz. Contestó: Paz, gente desconocida. Entonces se
retiró a su familia y vino con un hermoso ternero. Lo acercó a ellos. Dijeron: No
temas. Y le anunciaron un niño sabio. Y apareció su mujer gritando y dándose
palmadas en la cara, y dijo: ¿Una vieja estéril?

Dijeron: Así lo ha dicho tu Señor, El es Sabio, el Conocedor. Dijo: ¿Y cual es


vuestra misión, enviados? Dijeron: Hemos sido enviados a una gente que hace el
mal, para mandar contra ellos piedras de arcilla marcadas junto a tu Señor y
destinadas a los que excedieron los limites y para sacar de allí a los creyentes que
haya.

(51.24-37)
Y dejamos en ella un signo para los que temieran el castigo doloroso.

(51.24-37)
Después de que había sido salvado sayyedinaLut, y que su esposa y la gente fueran
destruidos, Sarah de verdad dio a luz a Ishaq, de cuyo hijo Ya’qub- quien fue
conocido como Israel- tuvo doce hijos, de los cuales descienden las doce tribus de la
Tribu de Israel:
Y le concedimos a Ishaq, y como obsequio a Yaqub; y a ambos los hicimos justos.
Y los hicimos dirigentes que guiaban siguiendo Nuestra orden. Les inspiramos
que hicieran buenas acciones, que establecieran la Oración y entregaran el zakat.
Y fueron fieles a Nuestra adoración.

(21.71-72)
Y también:

Le concedimos a Ishaq y a Yaqub, y le dimos a su descendencia la Profecía y el


Libro, y le dimos a él su recompensa en esta vida. Verdaderamente en la Otra
estará con los justos.

(29.26)
Y también:

Y cuando Ibrahim les dijo a sus padres y a su gente: Y estoy libre de lo que
adoráis. Pero no de Aquel que me ha creado. El me guiará. E hizo de ello una
palabra que quedó en su posteridad para que pudieran volverse (a Allah).

(43.25-27)
De hecho, tal como todos los profetas después de sayyedina Adam eran sus
descendientes- y luego fueron descendientes de sayyedinaNuh- todos los profetas
después de sayyedina Ibrahim eran descendientes de el- ya sea por medio de su
hijo Isma’il, o por su hijo Ishaq, o en el caso de sayyedinaShu’aib — por medio de
Madyan.

Por lo tanto sayyedina Musa (Moisés en español) y sayyedina ‘Isa (Jesús en


español), quienes fueron mandados a guiar a la Tribu de Israel, eran descendientes
de Ishaq, mientras que el ultimo profeta, sayyedina Muhammad, era descendiente
de Isma’il, que Allah los bendiga y que le de paz a todos ellos.

Allah lo hace claro en el Corán que las enseñanzas de sayyedina Ibrahim — en Surat
al-Ala (87.19) estas enseñanzas se conocen como ‘el Libro’ de Ibrahim - y que el
estado interno de Ibrahim a el igual que su comportamiento externo eran muy
similares a los de sayyedina Muhammad, que la paz y bendiciones de Allah estén
con ellos:
Es cierto que Ibrahim reunía en sí todo lo bueno, era obediente a Allah y tenía
una tendencia innata hacia la verdad creencia sin haber sido nunca de los que
asocian. Agradecido con Sus dones, El lo escogió y lo guió a un camino recto.

Y le dimos en esta vida favor y ciertamente en la Última estará con los justos.
Luego te inspiramos a ti para que siguieras la forma de Adoración de Ibrahim
como hanif sin ser de los que asocian.

(16.120-123)
Es claro, por lo tanto, que le fue otorgado su suplica du’a de sayyedina Ibrahim por
Allah, la cual es mencionada en Surah Ibrahim:

Y cuando Ibrahim dijo: ¡Señor mío! Haz esta tierra segura y apártanos a mí y a
mis hijos de la adoración de ídolos. ¡Señor mío! Es cierto que ellos extravían a
muchos hombres. Quien me siga será de los míos pero quien me desobedezca...
Realmente Tú eres Perdonador, Compasivo.

¡Señor nuestro! He hecho habitar a parte de mi descendencia en un valle en el que


no hay cereales, junto a tu Casa Inviolable; para que, Señor, establezcan la
Oración; así pues haz que los corazones de la gente se vuelquen hacia ellos y
provéeles de frutas para que puedan agradecer.

¡Señor nuestro! Tú conoces lo que escondemos y lo que manifestamos. No hay


nada que pase desapercibido para Allah ni en la tierra ni en el cielo. Las
alabanzas a Allah que me ha concedido en la vejez a Ismail e Ishaq; es cierto que
mi Señor atiende las suplicas.

¡Señor mío! Hazme establecer la Oración a mí y a alguien de mi descendencia.


¡Señor nuestro! Acepta mi súplica. ¡Señor nuestro! Perdónanos a mí, a mis padres
y a los creyentes el día en que tenga lugar la Rendición de cuentas.

(14.37-43)
Así fue como el santuario de Makka fue establecido y purificado por el trabajo de
sayyedina Ibrahim, y la Ka’aba fue construida y los ritos esenciales de elhajj fueron
establecidos por el, y su manera de vida y la vida que llevaba sirvieron para guiar
no solo a la gente a su alrededor, si no que también sirvieron de guía para los
futuros profetas que descendieron de él, y de hecho sirvieron de guía para todos los
creyentes:

Es cierto que la primera casa que fue erigida para los hombres fue la de Bakka,
bendita y guía para todos los mundos,

En ella hay signos claros: La estación de Ibrahim; quien entre en ella, estará a
salvo. Los hombres tienen la obligación con Allah de peregrinar a la Casa, se
encuentra medio de hacerlo. Y quien se niegue...

Ciertamente Allah es Rico con respeto a todas las criaturas.

(3.96-97)
Y también:

Di: Mi Señor me ha guiado a un camino recto, una practica de Adoración


auténtica, la religión deIbrahim, hanif, que no era de los que asocian. Di: En
verdad mi oración, el sacrificio que pueda ofrecer, mi vida y mi muerte son para
Allah, el Señor de los mundos.

El no tiene copartícipe. Eso es lo que se me ha ordenado. Soy el primero de los


musulmanes. Di: ¿Por qué habría de desear a otro que Allah como Señor, si El es
el Señor de todas las cosas? Lo que cada alma adquiera sólo podrá perjudicarle a
ella misma y nadie cargará con la carga de otro. Luego habréis de volver a
vuestro Señor que os hará ver aquello en lo que teníais diferencias.

Y El es Quien os ha hecho suceder otros en la tierra y ha elevado a unos por


encima de otros en grados para poneros a prueba en lo que os ha dado. Es cierto
que tu Señor es Rápido en castigar a es cierto que El es el Perdonador y el
compasivo.

(6.162-167)
Y también:

¿Y quién es mejor en su Práctica de Adoración que aquel que ha sometido su


rostro a Allah, hace el bien y sigue la religión de Ibrahim como hanif? Y Allah
tomó a Ibrahim como amigo íntimo.
(4.124)
Por lo tanto, sólo los que hoy siguen sinceramente al profeta Muhammad pueden
decir que siguen el camino antiguo de Ibrahim, que Allah los bendiga y que les de
paz:

Ibrahim no era ni judío ni cristiano, sino hanif y musulmán. Y no uno de los


asociadores. Es verdad los más dignos de (llamar suyo a) Ibrahim, son los que le
siguieron, este Profeta y los que creen. Y Allah es Protector de los creyentes.

(3.66-67)
Lo cerca que están los seguidores de sayyedina Muhammad a el camino de
sayyedina Ibrahim se refleja no solamente en la manera de rezar (el estar parado,
inclinarse con reverencia, el postrarse, y el estar sentado) sino que también en su
contenido- cuando le pedimos a Allah que bendiga a sayyedina Muhammad y su
familia como El bendijo a sayyedina Ibrahim y su familia, que las bendiciones y la
paz de Allah estén con ellos- y en la manera que pagamos el zakat, y también se
asemeja el camino en los ritos esenciales del peregrinaje:

El tawaf, los dos raka’at en el maqam de Ibrahim, el sa’y entre Safa y Marwa, el
levantarse en la oración sobre Arafat, el apedrear a los jimar y el sacrificio del
animal en Mina- todos estos actos son derivados de las acciones de sayyedina
Ibrahim y su familia, y el hacer estos ritos nos acuerdan de el.

Es principalmente por su completo rechazo de sayyedina Ibrahim de adorar a


algo en vez de Allah- y su completa dependencia en Allah- que acuerda a los que
confían en Allah en acordarse del ejemplo de sayyedina Ibrahim:

En Ibrahim y en los que con él estaban tenéis un hermoso ejemplo cuando le


dijeron a su gente: No respondemos de vosotros y de lo que adoráis fuera de
Allah, sino que renegamos de vosotros. La enemistad y el odio habrán surgido
siempre entre nosotros para siempre a menos que creáis en Allah y en nadie más.
Sin embargo Ibrahim le dijo a su padre: Pediré perdón por ti, pero no puedo
hacer nada en tu favor ante Allah. ¡Señor nuestro!
A Ti nos confiamos, a Ti nos volvemos y a Ti hemos de retornar. ¡Señor nuestro!
No pongas a prueba a los que se niegan a creer dándoles poder sobre nosotros y
perdónanos Señor. Realmente Tú eres el Poderoso, el Sabio.

En ellos tenéis un hermoso ejemplo para quien tenga esperanza en Allah y en el


Ultimo Día. Pero el que se desentienda... Allah es Rico, en Sí mismo alabado.

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