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UNIVERSIDAD DE LA FRONTERA

INSTITUTO DE DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL

INICIATIVAS DE (ETNO)DESARROLLO
ENDOGENO-LOCAL: ESTUDIO DE CASO DEL
CAPITAL SOCIAL DE LA ORGANIZACIÓN
INDIGENA MAPUCHE AYJAREWE XUF XUF

GONZALO EUGENIO BUSTAMANTE RIVERA

Tesis para optar al grado de Magíster en Desarrollo Humano a Escala Local y


Regional

Director de Tesis: John Durston

Temuco, abril, 2003


Esta Tesis fue defendida con fecha 9 de enero de 2004, ante la Comisión conformada
por:

Representante de la Dirección de Postgrado: Dra. Marianela Denegri C.

Director de Tesis: John Durston

Profesor Informante: Patrick Donovan

Profesor Informante: José Bengoa

Obteniendo una calificación de 6.7


Tüfachi kudaw amuy kom pu
fütakeche, wechekeche ka pu
dirigente ka wenüy Organización
Ayjarewe Xuf Xuf mew, tamün
“kümeletuam” am, ka amuy kom pu
mapuche tüfachi movimiento
mapuche mew.

A mi compañera de vuelo y nuestro


brotecito que llegó en el camino.

A John por su apoyo, compromiso y


fuerza.

A La Mina6.

ii
AGRADECIMIENTOS

Quiero agradecer la apertura, compromiso, energía, calidez, humor,


conocimientos, enseñanzas de los dirigentes de la Organización Ayjarewe Xuf Xuf,
especialmente a José, Javier, Manuel y David y a través de ellos a los lonko, werken,
genpin, fütakeche, wechekeche, pu choyüyalu de Xuf Xuf. Rüf kiñe antü küpatuay
tamün mapuche felen, tamün newen, kimün, nor felen zuam mew. Chaltu may pu
peñi.

Agradezco también el apoyo de mi director de tesis, John Durston, por su


apoyo incondicional, compromiso, paciencia, calidez, capacidad de guiar ante tanta
complejidad y su energía ante las adversidades.

Agradezco a los miembros de CLASPO en la Universidad de Texas,


Austin, especialmente a Paloma Díaz y a las autoridades de la Universidad de Texas,
con quienes compartimos en su visita a Temuco, por haber creído en esta iniciativa y
haberla financiado, sin cuya colaboración este trabajo difícilmente se habría
realizado.

Agradezco también al equipo de la red de CLASPO en Temuco, a José


Aylwin, Rosamel Millamán, Alfredo Seguel y Wladimir Painemilla, por permitirme
participar de un esfuerzo más amplio de desentrañamiento de la complejidad de las
políticas públicas hacia el mundo indígena y su desarrollo, y por sus aportes e
intercambios de visiones.

A la generación 2001 del Magíster en Desarrollo Humano Local y


Regional, por sus aportes, críticas y paciencia, especialmente a Marina por su apoyo
y aliento permanente, Mónica por compartir el compromiso en este tema, Ronald,
Mauricio, Nicolás y Pedro por sus aportes y sugerencias, así como a la directora del
Programa, Dra. Marianela Denegri, por el apoyo y paciencia.

iii
INDICE GENERAL

DEDICATORIA..........................................................................................................ii

AGRADECIMIENTOS .............................................................................................. iii

RESUMEN................................................................................................................... 8

ABSTRACT................................................................................................................. 9

I. INTRODUCCION............................................................................................ 10

II. MARCO CONCEPTUAL……………………………………………………..14

1.1 Desarrollo Endógeno y Desarrollo Local………………………………...14


1.1.1 Cambio de marco epistemológico………………………………....16
1.1.2 El territorio en el desarrollo local…………………………………17
1.1.3 Rol del Estado …………………………………………………….19
1.1.4 Factores socioculturales en el desarrollo
local ………………………………………………………………20
1.1.5 Componentes del desarrollo local…………………………………21
1.1.6 Lo endógeno del desarrollo………………………………………..23
1.1.7 Los instrumentos del desarrollo local……………………………...24
1.2 Capital Social……………………………………………………………..28
1.2.1 La perspectiva del Capital Social…………………………………..28
1.2.2 Interfaz entre el capital social comunitario y el Estado……………36
1.3 Pueblos indígenas y Perspectivas del etnodesarrollo……………………...40
1.3.1 Escuela del Etnodesarrollo……………………………………..….45
1.3.2 Otras perspectivas en torno al desarrollo indígena……………......53
1.3.3 Políticas Públicas en materia de desarrollo indígena…………..…55
1.4 Elementos de la perspectiva cultural mapuche del desarrollo…………….57
1.5 Antecedentes empíricos …………………………………………………..62

1.5.1 Antecedentes empíricos sobre el desarrollo local……………….....62


1.5.2 Estudios empíricos sobre desarrollo mapuche……………………..65

1.5.3 Antecedentes empíricos sobre capital social

y comunidades indígenas…………………………………………..69

II. METODOLOGIA………………………………………………………………74
2.1 Diseño.........................................................................................................74
2.2 Participantes................................................................................................76
2.3 Técnicas de recolección de la información……………………………….79
2.4 Análisis de datos…………………………………………………………..82
2.5 Validez…………………………………………………………………….85
2.6 Procedimientos............................................................................................86

III. RESULTADOS.....................................................................................................89
3.1 Descripción de las comunidades
de la Organización…………………………………………………………89
3.2 Organización…………………………………………….…………………95
3.3 Visión de desarrollo…………………………………..…………………..106
3.4 Dinámicas entre los niveles del capital social
(bonding, bridging y linking)……………………………………………..109

3.4.1 Siglo XIX hasta década de 1980…………………………………..109

3.4.2 Mediados a fines de los años 90…………………………………..112

3.4.3 Año 1999………………………………………………………….115

3.4.4 Año 2000………………………………………………………….119

3.4.5 Año 2001………………………………………………………….124

3.4.6 Año 2002………………………………………………………….132

3.4.7 Año 2003………………………………………………………….135

3.5 Lógicas en interacción en la zona de interfaz entre Capital Social


y Estado…………………………………………………………………137

3.6 Nudos críticos en el capital social comunitario de la Organización..…..146

IV. DISCUSION Y CONCLUSIONES...................................................................149


4.1 Dinámicas y estructura del capital social comunitario………………….150
4.2 Dinámicas en la zona de interfaz entre el capital social y el Estado…....156
4.2.1 Análisis de las vinculaciones entre la Organización y la
Contraparte Técnica………………………………..…………....158
4.2.2 Análisis de las vinculaciones entre la Organización y el Programa
Orígenes……………………………………………………………….166
4.3 Políticas públicas en materia indígena………………………………….168
4.4 Desarrollo endógeno y etnodesarrollo en el caso en estudio……………170
4.5 Aportes y limitaciones del estudio………………………………………178
4.7 Conclusiones…………………………………………………………….184

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS……………………………………………….187

A N E X O S…………………………………………………………………………199
Anexo 1 : Esquema del diseño de investigación Objetivo 1. Vínculos
Internos……………………………………………………………..200
Anexo 2: Esquema del diseño de investigación Objetivo 2. Vínculos
Horizontales de Puente o Bridging…………………………………201
Anexo 3: Esquema del diseño de investigación Objetivo 3. Vínculos
Verticales o de Linking: proceso diagnóstico y formulación
Plan de Desarrollo Endógeno………………………………………202
Anexo 4: Esquema del diseño de investigación Objetivo 3. Vínculos
Verticales o de Linking: Vinculaciones con Programa Orígenes…203
Anexo 5: Esquema del diseño de investigación Objetivo 3. Vínculos
Verticales o de Linking: Vinculaciones con otros relevantes……...204
Anexo 6: Ubicación Geográfica de las Identidades Territoriales
Mapuche o Fütal Mapu……………………………………………..205
Anexo 7: Ubicación geográfica Ayjarewe Xuf Xuf………………………….206
Anexo 8: Ubicación geográfica de los lof de la Organización
Ayjarewe Xuf Xuf……………………………………………………207
Anexo 9: Cuadro síntesis del ordenamiento territorial en Xuf Xuf
según la organización en lof, rewe, comunidad, y las
unidades territoriales de planificación……………………………...208
Anexo 10: Cuadro de comunidades, lof y total de familias pertenecientes
Pertenecientes a la Organización Ayjarewe Xuf Xuf…………..….209
Anexo 11: Cambios en el territorio de Xuf Xuf (año 1885)…………………..210
Anexo 12: Cambios en el territorio de Xuf Xuf (año 1895)…………………..211
Anexo 13: Cambios en el territorio de Xuf Xuf (año 1930)…………………..212
Anexo 14: Cuadro del Capital Social interno de la Organización…………….213
Anexo 15: Líneas de acción del Plan de Desarrollo Endógeno de la
Organización Ayjarewe Xuf Xuf………………………………….214
Anexo 16: Esquema de las vinculaciones horizontales de puente o bridging..215
Anexo 17: Esquema de las vinculaciones verticales (linking) con la
Contraparte Técnica………………………………………………...216
Anexo 18: Esquema de las vinculaciones verticales (linking) con
el Programa Orígenes………………………………………………217
Anexo 19: Esquema general del capital social de la Organización
Ayjarewe Xuf Xuf………………………………………………………218
8

RESUMEN

El objetivo principal de esta investigación fue analizar las iniciativas de


desarrollo local de la Organización Ayjarewe Xuf Xuf desde la perspectiva del
capital social, identificando los tipos de vinculaciones internas, horizontales y
verticales, incorporando un análisis de interfaz del nivel vertical.

La relevancia del estudio radica en la posibilidad de identificar los


puntos críticos en las iniciativas de un conjunto de comunidades mapuche hacia su
desarrollo autogestado y las vinculaciones con el Estado y otros actores de la
sociedad civil.

Se utilizó una metodología cualitativa, de diseño emergente, utilizando


múltiples técnicas de recolección de información y múltiples informantes cuyo
análisis se realizó desde el enfoque cualitativo de la grounded theory.

Los principales resultados encontrados muestran que la Organización


cuenta con un gran capital social comunitario, el cual se basa en una fuerte identidad
étnica territorial, su capital cultural, compartir una postura crítica al Estado y su
política indígena; que cuenta con considerable capacidad de demanda y propuesta
técnica y política; junto a un capital social de puente denso, diverso, complejo y
sinergizador, pero decreciente; un capital social de linking con un Estado
semiclientelar que actúa más desde una perspectiva de cautela del orden público y
atenuación del conflicto mapuche que de promoción activa del desarrollo local.

Los resultados ratifican la relevancia del capital social para comunidades


excluidas y del rol del Estado para las posibilidades del desarrollo endógeno
mapuche, la necesidad de sinergización y empoderamiento, la necesidad de ampliar
el marco conceptual del desarrollo endógeno y del rol de sus actores en el marco de
la realidad indígena y la posibilidad de establecer “sinergias cognitivas” entre el
marco del etnodesarrollo y el del desarrollo endógeno.
9

ABSTRACT

The main objective of this research was to analyze the local development
initiatives of the Ayjarewe Xuf Xuf Organization from the perspective of Social
Capital, identifying the type of bonding, bridging and linking social capital,
including an interface analysis of the linking level.

The importance of this study is the possibility of identifying critical


nodes in the initiatives of mapuche communities toward their development and the
linkages with the state and other actors of civil society in local development
initiatives contexts.

A qualitative methodology was used, with an emergent design, using


several data collection techniques and several informers. The analysis was developed
by the grounded theory approach.

This research mainly indicates that the Organization has strong


community social capital, wich is based upon a strong territorial ethnic identity,
cultural capital, sharing a critical vision of the State and its indigenous policy; it has
a good level of technical and political proposal; also it has a bridging social capital
with characteristics of high density, diversity, complexity and synergy, but also in a
decreasing course; a linking level with a semiclientelistic State wich acts more from
a public order caution role and of mapuche conflict attenuation than a active local
development promotion.

The relevance of social capital to communities and the role of a State that
acts in a synergy and empowerment way is ratified. The need of broading the
conceptual framework of endogenous development and the actors roles in our
multicultural context and the possibilities in sharing a “cognitive synergy” between
the ethnodeveloppment and the endogenous development theories are emphasized.
10

INTRODUCCION

Este estudio corresponde a una investigación sobre las iniciativas de


desarrollo endógeno en una organización indígena mapuche que aglutina a varias
comunidades de un territorio de existencia pre-reduccional. El desarrollo indígena
corresponde a una temática donde confluyen diversas fuentes o perspectivas de
abordaje. Por un lado, las perspectivas en torno al etnodesarrollo o autodesarrollo
indígena que a grandes rasgos pretenden dar cuenta del carácter diferenciado de las
comunidades y pueblos indígenas respecto de las sociedades nacionales; la
perspectiva de derechos humanos y derechos indígenas que ponen el acento en abrir
y desarrollar el reconocimiento jurídico especial y colectivo de los pueblos. Por otro
lado, el debate en torno al desarrollo indígena se produce actualmente en un contexto
internacional que sitúa las dimensiones de las identidades culturales y locales como
un factor central en el enfrentamiento con posibilidades de éxito ante la
globalización, además de confluir con las nuevas perspectivas en torno al desarrollo
endógeno y el desarrollo local, el capital social como uno de los factores centrales
del desarrollo y por último el de las políticas públicas y la descentralización del
Estado, donde se reconoce al actor público un rol activo y central en torno a las
nuevas estrategias de desarrollo que se requieren.

En esta investigación se establece un diálogo conceptual que busca


identificar las posibilidades de complementar estas perspectivas tan diversas en una
mirada que permita asumir la complejidad del tema y rescatar las visiones que los
propios protagonistas tienen de sus propuestas y procesos de desarrollo. Este
diálogo entre perspectivas conceptuales tan diversas, tanto en el momento en que
surgen como de las disciplinas e incluso de las ideologías que las fundan, rescata la
confluencia de algunos núcleos conceptuales productores en potencia de lo que
Boisier (2000) llama “sinergia cognitiva”, entre cuyos elementos se encuentra el
reconocimiento de que el desarrollo debiera ser un proceso que cursa de abajo hacia
arriba, por tanto, que debiera obedecer a las decisiones, visiones, prospectivas que
los actores –indígenas en este caso- se generan y entran a negociar con otros actores;
que los componentes socioculturales –el capital social- de los actores locales
indígenas resultan recursos claves que en interacción con otros recursos pueden
propiciar circuitos virtuosos de desarrollo; la relevancia del territorio en el
11

desarrollo, donde el territorio corresponde más que al lugar al sujeto colectivo


territorial; que el desarrollo es más complejo que sólo el crecimiento económico ya
que debe ser un proceso centrado en el hombre; que el Estado tiene un rol importante
de facilitador y generador de un entorno apoyador del desarrollo, donde la
descentralización es un factor necesario a nivel intraestatal y las políticas públicas
que recojan la realidad local y los actores locales mediante interacciones virtuosas
superadoras del clientelismo y más cercanas a la sinergización de las iniciativas. Y
por lo demás, donde se reconoce la necesidad de actores locales autónomos, activos
y autogestados.

La relevancia de la investigación radica en que se aborda empíricamente


un caso de iniciativas de desarrollo endógeno-local con sentido étnico, en el cual
interactúan diversos actores, tanto gubernamentales y de la sociedad civil indígena y
no indígena. En tanto estudio de caso, permite identificar cómo se desarrollan
algunos componentes específicos del capital social en comunidades indígenas en
función de su desarrollo endógeno.

Así mismo, la relevancia radica en que se analiza una un actor local –la
Organización Ayjarewe Xuf Xuf- cuyos habitantes son descritos por MIDEPLAN
(2002) como población en condiciones de pobreza y extrema pobreza, haciéndose
relevante analizar cómo un actor local que cuenta con escasos recursos materiales, se
organiza, moviliza y accede a diversos recursos destinados a mejorar sus condiciones
de vida. El análisis específico del proceso de interacción entre la Organización
Ayjarewe Xuf Xuf1 (en adelante “la Organización”), el Estado y una universidad

1
A lo largo de este texto, se utilizará como alfabeto para la escritura del mapuzugun, el alfabeto
conocido como “Alfabeto de la Universidad Católica”. Sabido es que la lengua mapuche, de tradición
oral y cuya escritura se ha venido produciendo debido al contacto con la sociedad occidental, ha
generado diversas propuestas de escritura donde las más utilizadas son las conocidas como “Alfabeto
Unificado”, “Alfabeto Ranguileo” y el “Alfabeto de la Universidad Católica (de Temuco)”. No existe
consenso sobre cuál es el más adecuado y existe bastante polémica al respecto. Aquí se utilizará el
alfabeto señalado porque es el utilizado en sus documentos y escritos en general por la Organización
Ayjarewe Xuf Xuf. En todo caso, para facilitar la lectura de quienes no estén familiarizados con el
12

local en torno al diagnóstico de las comunidades y la formulación de un plan de


desarrollo endógeno a mediano plazo, las relaciones debido al trabajo con el
Programa Orígenes sumado a otras iniciativas locales resultan claves para las
posibilidades de mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades y
lograr un desarrollo autogestado y desde la identidad. El marco conceptual del
capital social puede ofrecer una aportadora mirada que contribuya a comprender
cómo se van interrelacionando factores socioculturales y materiales en actores
sociales excluidos para un mejoramiento autogestado de sus condiciones de vida.

El estudio aporta en la comprensión de cómo se interconectan, en el caso


estudiado, al menos tres dimensiones centrales del capital social del actor local
indígena Organización Ayjarewe Xuf Xuf, que corresponden al nivel de
vinculaciones internas, vinculaciones horizontales o de puente o bridging y de
vinculaciones verticales o linking. De esta manera se pretende contribuir en el
desarrollo del marco conceptual y analítico del capital social que permita seguir
identificando los diversos factores a la base del desarrollo exitoso de comunidades
locales excluidas.

La pregunta de investigación formulada es entonces: ¿Qué características


asumen vinculaciones para las iniciativas de (etno)desarrollo local de un conjunto de
comunidades mapuches -la Organización Ayjarewe de Xuf Xuf- y sus interacciones
con el Estado y la sociedad civil, en un contexto nacional y regional de crecientes
conflictos entre las comunidades mapuche con el Estado y de falencias de las

alfabeto, se han hecho algunas modificaciones. Para la lectura, sin afán de rigurosidad técnica, se
sugiere cosiderar la siguiente correspondencia de sonidos: “b” corresponde a una “l” interdental, “g”
corresponde a la “ng” del alemán, “h” corresponde a la “n” interdental excepto después de una “c”,
“j” corresponde a la “ll” en francés, “q” corresponde a una “g” muy suave, “r” corresponde a la “r” en
inglés, “t’” corresponde a la “t” interdental, “x” corresponde al sonido “tr” de ciertos sonidos del
castellano chileno como en “trabajo” (con la “tr” casi como “trch”), “y” como semivocal cercana a la
“i”, “z” como la “z” española, “ü” como el sonido resultante de disponer la cabidad vocal para
pronunciar una “e” pero emitiendo una “u”.
13

políticas públicas hacia el desarrollo indígena en específico y el desarrollo local en


general?

Los objetivos de la investigación fueron:

1. analizar las dinámicas en las modalidades que asumen la dimensión de bonding


del capital social de la Organización Ayjarewe Xuf Xuf

2. analizar las dinámicas en las modalidades que asumen la dimensión de


bridging del capital social de la Organización Ayjarewe Xuf Xuf

3. analizar las dinámicas en las modalidades que asume la dimensión de linking


del capital social de la organización desde una perspectiva de interfaz

4. e identificar nudos críticos para las proyecciones del proceso de etnodesarrollo


del territorio y comunidades pertenecientes a la Organización Ayjarewe Xuf Xuf
bajo el enfoque de la grounded theory.

Para lograr los objetivos se desarrolló una metodología cualitativa, de


diseño emergente, que utilizó múltiples fuentes de datos, múltiples técnicas de
recolección de los datos, realizando un análisis cualitativo de los datos mediante el
enfoque de generación de teoría desde la base.

El marco conceptual ha sido organizado de manera de exponer en primer


lugar algunos componentes comunes en el marco del Desarrollo Endógeno que lo
perfilan como un paradigma emergente en torno a la temática del desarrollo,
exponiendo los principales conceptos constituyentes de este marco conceptual. Se
desarrollarán las implicancias epistemológicas y teóricas para quienes asuman este
marco del desarrollo, la forma de abordar el territorio, el rol asignado al Estado, la
relevancia de los factores socioculturales del desarrollo, sus principales componentes
de acuerdo a diversos autores, la naturaleza de “endógeno” de este tipo de desarrollo
y los instrumentos generalmente señalados para dar un sentido e intencionalidad al
desarrollo desde sus actores.

Posteriormente, se expondrá un cierto “estado del arte” del marco


conceptual del capital social, en tanto este marco conceptual permite abordar más
14

adecuadamente de la naturaleza sociocultural y relacional del desarrollo local. Se


expondrá además, la óptica de interfaz, la cual representa una herramienta conceptual
y metodológica adecuada para la dimensión de linking (o de escalera o de tipo
vertical) del capital social.

Posteriormente, se expondrán diversas perspectivas en torno a la


particularidad del desarrollo indígena, centrándose finalmente la exposición en el
marco de la llamada “escuela del etnodesarrollo”. Se desarrollarán algunas
perspectivas en torno a la naturaleza de las políticas públicas en materia indígena, de
manera de acercarse a la complejidad del tema.

Posteriormente, se desarrollarán algunos elementos de la cultura


mapuche que permitan una mejor comprensión de los conceptos surgidos en el
estudio y de la lógica intracultural y sus implicancias a nivel de relaciones
interculturales en torno al desarrollo.

Por último, se expondrán antecedentes empíricos tanto en materia de


desarrollo local (en experiencias a nivel nacional), como en estudios empíricos en
desarrollo mapuche y en capital social indígena en la región latinoamericana.

I MARCO CONCEPTUAL

1.1 Desarrollo Endógeno y Desarrollo Local

En la actualidad se está produciendo un fuerte debate en torno a la noción


de desarrollo, con un progresivo cambio de miradas que va desde modelos de
desarrollo como crecimiento económico a paradigmas del desarrollo que toman al ser
humano como fin último; así como de modelos de desarrollo de naturaleza más “de
arriba hacia abajo” hacia los modelos de desarrollo “de abajo hacia arriba” o
modelos de desarrollo endógeno y local (Boisier, 1999). En estas perspectivas
confluyen formulaciones desde las ciencias sociales, ciencias económicas y de
organismos internacionales de cooperación para el desarrollo.
15

Boisier (1999) señala respecto del concepto de desarrollo local, que éste
procede de tres fuentes distintas: el desarrollo local como expresión de una lógica de
regulación horizontal que refleja la dialéctica centro-periferia; como respuesta a la
crisis macroeconómica y al ajuste y como resultado de la globalización y por la
dialéctica global/local.

En la lógica del desarrollo local como respuesta a la crisis


macroeconómica y al ajuste estructural se encuentran las perspectivas de origen
europeo como las de Vásquez-Barquero (1999), Albuquerque y Cortés (2001).

En esta revisión teórica, las perspectivas del desarrollo local, endógeno,


asumidas corresponden más a una visión de desarrollo local como búsqueda de
regulación horizontal, aunque ya no sólo desde la perspectiva económica, sino
además desde la perspectiva de transformaciones de empoderamiento de la sociedad
civil, específicamente de actores locales históricamente ocupando posiciones de
exclusión o subordinación en las estructuras sociales. Estas características de
exclusión y subordinación, para el caso de la organización indígena de este estudio,
resultan un componente clave a desentrañar2.

Una de las conclusiones hechas por Moncayo (2001), al revisar los


aportes de las teorías económicas, en especial de las teorías espaciales, las teorías del
desarrollo y crecimiento económico, las teorías del crecimiento endógeno, la teoría
de la acumulación flexible, y la nueva geografía económica, es que no existe una
teoría unificada del espacio económico donde se integren las diversas perspectivas.

Recogiendo los postulados de diversos autores en el tema del desarrollo


local, desarrollo endógeno y desarrollo regional/territorial –que formarían

2
Estas características de exclusión y subordinación serán profundizadas en el título “Pueblos
Indígenas y perspectivas de etnodesarrollo” (p.42)
16

dimensiones distintas de un mismo núcleo de miradas- se puede identificar como


elementos centrales constituyentes: el cambio de marco epistemológico y cognitivo
que implica en los diversos actores involucrados para abordar el desarrollo, el mirar
el territorio en sentido integral como un componente central del desarrollo, una
propuesta del rol activo del Estado y del actor público, y la relevancia de factores de
tipo sociocultural en el territorio. (Boisier, 1997, 1999 y 2001; Albuquerque y
Cortés, 2001; Barreiro, 2002; Durston, 2002). A estos elementos cabe agregar que en
estas perspectivas el factor económico mantiene su importancia, pero se ve
complementado con la relevancia de los otros factores.

1.1.1 Cambio de marco epistemológico.-

El componente de cambio de marco epistemológico y cognitivo es


señalado por Boisier (1997, 1999 y 2002) en términos de la necesidad para los
actores de reconocer en el desarrollo una naturaleza compleja, axiológica,
multidimensional, constructivista, cualitativa donde se produce una pérdida de
utilidad del paradigma científico positivista, lo cual es también reconocido por
Moncayo, (2001) y Galdames (2002). En los esfuerzos que tradicionalmente se han
realizados para analizar el tema del desarrollo territorial –desde una perspectiva
económica- señala Boisier (1997) que se ha operado con una marco epistemológico
reduccionista que operaría con leyes monocausales de carácter lineal e inmutable, no
lográndose así captar el todo complejo y articulado.

En este cambio hacia un paradigma de naturaleza más sistémica que


denomina cambio de modelos mentales, se requiere aumentar la complejidad tanto de
las regiones como de los marcos de abordaje del tema, aumentar la capacidad de
reflexión estratégica de la región, donde la principal estrategia es la conversación
social sistemática, entender la competitividad como competitividad sistémica, es
decir, comprender que el aumento de complejidad interna del actor económico le
17

dará ventajas competitivas sobre otros en función de las demandas y exigencias del
entorno. (Boisier, 1997, 2001; Galdames, 2002).

En lo cognitivo, se enfatiza la necesidad de desarrollar aprendizajes


colectivos y sinergias cognitivas entre los actores donde la región sea una región que
aprende para así poder innovar mejor y adaptarse mejor a la complejidad del entorno,
así como una región con actores situados en posiciones sociales distintas pero
cognitivamente conectados donde el nivel central de esta conexión corresponde al
proyecto colectivo de territorio (Boisier, 1997, 1999, 2001, 2002; Galdames, 2002;
Falabella, 2002; Durston, 2002).

1.1.2 El territorio en el desarrollo local.-

Desde la perspectiva territorial del desarrollo, a continuación se revisan


las propuestas conceptuales para comprender el territorio según sea su escala, según
los componentes y características que se proponen debe tener, donde uno de los
elementos centrales corresponde a la constitución de un sujeto colectivo con un
proyecto político para el territorio.

Boisier (2002) propone que el desarrollo territorial debe comenzar a ser


comprendido como una “propiedad emergente, como una emergencia sistémica de
un sistema territorial complejo y con elevada sinergia” (p.1), es decir, no
corresponde a una sumatoria de acciones, sino a una serie de acciones simultáneas
que lo hacen emerger. Así entendido el desarrollo territorial, los fundamentos
teóricos corresponden más al paradigma de la complejidad y del pensamiento
sistémico que al paradigma cartesiano (Boisier, 2002). En esta perspectiva, el
territorio es entendido –y debe ser entendido- como un eje sistema-entorno, de
carácter abierto, complejo que requiere aumentar su complejidad interna para
adaptarse a la mayor complejidad del entorno. (Boisier, 1997, 2001; Galdames,
2002).
18

Por otro lado, Boisier (1999) propone que el territorio sea entendido
como la construcción de un sujeto colectivo regional, es decir, la constitución de un
sujeto del desarrollo y no de un objeto del desarrollo, lo que lleva a la necesidad de
fortalecimiento de la sociedad civil. Para que surja este sujeto colectivo regional
resultan claves el capital social regional, las conversaciones y la generación de un
proyecto político de región y el sentido de identidad regional. Este cambio de óptica
en torno al territorio significa pasar de una perspectiva del territorio como objeto de
políticas e intervenciones externas a una perspectiva del territorio como sujeto de sus
estrategias (Galdames, 2002).

Respecto de la capacidad de endogeneidad de un territorio, Boisier (1999


y 2001) señala que en el contexto de la globalización el crecimiento territorial es más
y más exógeno a medida que el recorte territorial es más y más pequeño debido a que
la matriz de agentes que controlan los factores de crecimiento tiende a separarse más
y más de la matriz social de agentes locales, siendo los primeros en su mayoría
agentes residentes fuera del territorio en cuestión y ayudando así a avanzar en
comprender la endogeneidad en un contexto de globalización.

Un aspecto relevante en torno a la dimensión territorial del desarrollo se


refiere a la escala geográfica del territorio. Boisier (1999) señala que la escala
geográfica corresponde a un continuo que puede tener diversos “cortes”, entre los
que incluye el “mundo, continente, país, región, estado o provincia o departamento,
comuna, y en ciertos casos ‘veredas’, ‘corregimientos’ u otras categorías menores”
(p.15). Los límites para fijar adecuadamente este “corte” están dados por un criterio
de funcionalidad y coherencia analítica donde este autor identifica dos factores
centrales: la escala territorial y la escala funcional. A nivel de escala territorial señala
que no existen reglas matemáticas que fijen los “cortes”, pudiendo desprenderse que
al criterio que regirá la fijación de cortes será la coherencia del nivel territorial con el
sentido común o sensatez del analista. A nivel funcional, de igual manera que en el
19

caso anterior, será la coherencia entre la función analizada y el nivel territorial la que
permitirá identificar la escala adecuada.

1.1.3 Rol del Estado.-

Respecto del rol del Estado o sector público en el desarrollo, existe


bastante consenso en los autores en asignar al Estado un rol activo, protagónico,
facilitador donde el debate no debiera ser si corresponde o no la participación del
Estado, sino más bien cuándo es mejor que participe y cuando es mejor que se retire.
(Galdames, 2002; Díaz-Albertini, 2001). En tal sentido, la perspectiva del desarrollo
local no coincide con las propuestas neoliberales de achicar el Estado, sino más bien
fortalecerlo en sus funciones de brindar un contexto innovador.

En esta perspectiva, se propone un Estado innovador y democrático que


promueva la innovación, genere condiciones para interacciones virtuosas, con
capacidad de aprendizaje de las experiencias, asuma características de
descentralización, acercándose más a la sociedad civil y al mercado. (Galdames,
2002).

El contexto internacional de globalización económica y comunicacional,


así como se analizó su influencia sobre las nuevas perspectivas en torno al desarrollo
endógeno y local, trae como consecuencias para los Estados el desafío de adquirir un
nuevo dinamismo que le permita intervenir en los procesos de desarrollo, así como
en la generación de equidad, integración social, superación de la pobreza,
transformándose así en un facilitador y articulador –y ya no en protagonista del
proceso- de los procesos, donde además se incorporan cada vez más actores
(Serrano, 2001).

La descentralización corresponde al “traspaso de atribuciones y


responsabilidades desde el nivel central del Estado a los niveles subnacionales”
(Serrano, 2001, p.32), lo que resulta coincidente con la perspectiva que el enfoque
20

del desarrollo local según Boisier (1999 y 2001) da a la función político


administrativa. Este desafío implica un esfuerzo considerable para un Estado como
el chileno que es descrito como fuertemente institucional y normativo, centralista,
centrado en los procedimientos y legalidad de éstos (Serrano, 2001).

En este desafío de la descentralización se identifican algunos factores a


vitalizar, tales como incorporar más la importancia del nivel microsocial para
acercarlos a las realidades locales, dando más importancia a los agentes que operan a
nivel local abriendo espacios innovadores para generar mayor poder a nivel regional
y local, así como debe asumir el rol de favorecer el capital social regional mediante
el impulso de relaciones de confianza y cooperación entre los actores locales
(Serrano, 2001).

A nivel interno del actor público la descentralización requiere capacidad


de coordinación, la cual debe vencer la tradición centralista, sectorial y segmentada
del Estado, bajo la perspectiva de configurar el territorio en cuestión como un sujeto
colectivo con capacidad para construir su propio futuro.

1.1.4 Factores socioculturales en el desarrollo local.-

Diversos autores reconocen la relevancia de las características


socioculturales del territorio en el desarrollo (Boisier, 1999; Vásquez-Barquero,
1999; Moncayo, 2001). Entre los principales recursos socioculturales identificados
se encuentra el capital social, el capital cultural, el capital humano, la identidad
territorial, la capacidad de generar un proyecto de territorio (Boisier, 2001; Durston,
2002; Serrano, 2001; Moncayo, 2001).

Esta incorporación del ámbito de los recursos culturales, sociales,


simbólicos de los actores locales como factores relevantes del desarrollo, es también
señalada por Kliksberg (1999), lo cual está a la base del surgimiento del marco
conceptual del capital social, que será revisado más adelante. El reconocer los
21

factores de tipo sociocultural de los actores locales, ha producido un intenso debate


en torno a la conceptualización del capital social, donde desde distintas perspectivas
se reconoce el rol fundamental de la cooperación, la identidad local, la construcción
de capacidades hacia metas comunes como fundamentos del desarrollo (Barreiro,
2002).

Boisier (1999) propone que el territorio sea entendido como la


construcción de un sujeto colectivo regional, es decir, la constitución de un sujeto del
desarrollo y no de un objeto del desarrollo, lo que lleva a la necesidad de
fortalecimiento de la sociedad civil. Para que surja este sujeto colectivo regional
resultan claves el capital social regional, las conversaciones y la generación de un
proyecto político de región y el sentido de identidad regional.

1.1.5 Componentes del desarrollo local.-

Parente y Brito (2000) y Boisier (2001) identifican como componentes


comunes al desarrollo local al componente económico, el sociocultural, el político-
institucional. Parente y Brito agregan además el componente medioambiental y
Boisier el componente de ciencia y tecnología. Estos componentes, para poder
generar procesos de desarrollo local, deben corresponder a acciones integradas en
estos distintos niveles, de manera sinérgica.

El componente económico se relaciona con la “capacidad de usar y


articular factores productivos endógenos para generar oportunidades de trabajo y
renta, fortaleciendo cadenas productivas locales e integrando las redes de pequeñas
empresas existentes” (Parente y Brito, 2000, p.7)3. Al interior de las ciencias
económicas, existen diversas teorías que se pueden englobar en la denominación de
“desarrollo local”, Houni, Pittaluga, Porcile y Scatolin (1999), así como Moncayo

3
Versión original en portugués, traducción realizada por el autor de la tesis.
22

(2001), al hacer una revisión de las teorías del crecimiento endógeno, coinciden en
que no hay una teoría unificada ni un modelo único.

El componente sociocultural implica la mayor participación de los


ciudadanos en las estructuras de poder de acuerdo a la historia, valores y la cultura
del territorio (Parente y Brito, 2000).

El componente político-institucional se refiere a las nuevas


institucionalidades que permitan la construcción de políticas territoriales negociadas
entre los agentes gubernamentales, el mercado y la sociedad civil, generando así un
entorno innovador favorable a las transformaciones de la economía local y al rescate
de la ciudadanía. Aun cuando se enfatiza el fortalecimiento de la sociedad civil para
el emprendimiento de iniciativas de desarrollo local, el debate en torno al rol del
Estado, lejos de aceptar la propuesta neoliberal de reducción del Estado, asume su
rol activo, generador de un entorno adecuado para el desarrollo, donde las preguntas
más relevantes no son si debe intervenir o no, sino cuándo debe intervenir y cuándo
debe retirarse para permitir el desarrollo de procesos autogestados del conjunto de
actores locales. (Parente y Brito, 2000; Galdames, 2002; Vásquez-Barquero, 1999).

El componente ambiental alude a comprender el medio ambiente como


un activo del desarrollo, incorporando un criterio de sustentabilidad (Parente y Brito,
2000).

El componente de ciencia y tecnología, de acuerdo a Boisier (1999),


corresponde a “la capacidad interna de un sistema –en este caso de un territorio
organizado- para generar sus propios impulsos tecnológicos de cambio, capaces de
provocar modificaciones cualitativas del sistema” (p.28).

1.1.6 Lo endógeno del desarrollo


23

Para Buarque (1999 en Boisier, 1999, p.19-20) “el desarrollo local es un


proceso endógeno registrado en pequeñas unidades territoriales y agrupamientos
humanos capaz de promover el dinamismo económico y a la mejoría de la calidad de
vida de la población, (…) que está inserto en una realidad más amplia y compleja
con la cual interactúa e igualmente recibe influencias y presiones positivas y
negativas”. Esta definición se inscribe en la lógica de regulación horizontal como
fundamento del desarrollo local.

Parente y Zapata (2001) y Ramos y Arns (2001), describen el desarrollo


local como un proceso donde lo local-territorial corresponde a un componente
central del desarrollo. El desarrollo, de esta manera, correspondería a la misma
naturaleza de los actores locales, el que se da en espacios delimitados socialmente,
espacios donde se realiza la vida cotidiana que define sentidos y prácticas sociales
donde múltiples actores se intersectan, por tanto, donde los factores a la base del
desarrollo son policéntricos y esencialmente dirigibles por sus actores internos
mediante iniciativas autogestadas y reflexionadas.

El carácter de endógeno del desarrollo radica, entonces, en que los


actores del desarrollo involucran necesariamente a los sujetos que pertenecen a dicho
territorio, además de otros actores externos al territorio pero internos al proceso
como el actor institucional-público; por otro lado, lo endógeno alude a que los
recursos (sociales, humanos, capital social, subjetivos, materiales) provienen del
territorio, así como las decisiones de las acciones tendientes al desarrollo orientado
al mejoramiento de las condiciones de vida provienen de los actores locales. Desde
esta última perspectiva, se acercan a los planteamientos de las teorías del desarrollo
endógeno económico, en tanto estas últimas asumen el crecimiento económico como
un producto de las decisiones intencionales de los actores del territorio, aunque en
estas teorías el objeto de las decisiones corresponden a la innovación tecnológica y
decisiones de inversión, así como a la coordinación de los actores locales con el
actor público. (Boisier, 1999; Ramos y Arns, 2001; Parente y Zapata, 2001).
24

Concuerda con esta conceptualización el aporte de Barreiro (2002), para


el cual el desarrollo local “se define como un proceso orientado, es decir, es el
resultado de una acción de los actores o agentes que inciden con sus decisiones en el
desarrollo de un territorio determinado” (p.1). Agrega que como proceso es de
naturaleza más política que económica, en tanto, requiere de la capacidad de
cooperación entre múltiples actores de intereses diversos, es decir, de capital social
que genere creatividad e innovación.

La manera en que estos factores favorecen –o no- el desarrollo local, será


analizado en mayor profundidad en “Capital Social”.

Otro aspecto de relevancia para esta investigación sobre el desarrollo


local corresponde a sus instrumentos. Es decir, a la revisión de las formas,
procedimientos y/o metodologías que permitan la generación de las acciones
intencionadas que permiten el desarrollo local.

1.1.7 Los instrumentos del desarrollo local

Siendo el desarrollo local un proceso de tipo intencionado, por actores


sociales locales o sujetos locales, a través de iniciativas para el territorio, existe un
interesante debate respecto de cuáles son los instrumentos más adecuados para
encauzar las iniciativas locales teniendo en cuenta la complejidad del proceso. Al
respecto, para ilustrar las dificultades de identificar el cómo producir desarrollo
local, Barreiro (2002) señala que la dificultad no está en enumerar los factores del
éxito de territorios específicos, sino en prever y provocar este éxito. Dado que ante el
riesgo de considerar cada caso de desarrollo local como único e irrepetible, donde
entonces cualquier iniciativa que se realice puede ser catalogada como desarrollo
local, este autor señala más bien lo que no es el desarrollo local y señala que no es un
modelo, ni tampoco un marco de referencia teórica o conceptual unívoco.
25

En esta dificultad de prever, proyectar y también de evaluar el desarrollo


local, ha surgido una cultura planificadora de base racional constructivista donde “en
los hechos, los planes estratégicos, debido a su vocación totalizadora, es decir, de
encerrar o abarcar el impulso al desarrollo local en un plan, provoca una
formalización excesiva, que deja escaso o ningún margen para procesos más
dinámicos, difíciles de regular o de gestionar a través de la planificación” (Barreiro,
2002, p.14), donde el punto no está en declarar la planificación como inútil, sino que
en reconocer sus limitaciones, correspondiendo entonces a un proceso de naturaleza
orientada y racional que ocurre en un contexto de cambio continuo.

La formulación de un plan de desarrollo local de acuerdo a este autor, no


debe ser visto como un proceso que se ejecutará de acuerdo a lo previsto aún cuando
en su formulación haya participado una diversidad de actores, especialmente
tomando en cuenta el criterio de adicionalidad que señala, referido a aquellos
factores que no estaban contemplados en las estrategias o planes de desarrollo y que
sin embargo causan cambios favorables al desarrollo local. Especialmente en los
procesos participativos la formalización y organización del plan resultan críticas, con
el riesgo de transformarse en instrumentalizadores de la participación.

Según este autor, para que las estrategias y acciones intencionadas y


dirigidas generen los impactos previstos deben confluir el carácter de largo plazo del
proceso que permite evaluaciones de impactos duraderos y acumulativos, el análisis
permanente y la observación continua y de la capacidad para tomar decisiones de
cambios de estrategias, y que la estrategia sea inclusiva, es decir, “que los diferentes
actores y sus diferentes percepciones estén presentes en todo el proceso de manera
activa” (Barreiro, 2002, p.22).

Por su parte, desde la planificación aplicada al desarrollo territorio


(regional o comunal), la planificación se asume como instrumento de trabajo para la
intervención sobre la realidad, mediante metodologías y procedimientos
26

formalizados que buscan incidir sobre la realidad identificada (MIDEPLAN, 1995).


Desde esta perspectiva, existen una serie de componentes orientados a definir la
intervención sobre la realidad, donde se destacan el diagnóstico, la elaboración de
un concepto de imagen-objetivos, objetivos y metas, la definición de las estrategias,
la definición o identificación de políticas y programas; donde el informe o
documento resultante debe constituir un puente comunicacional entre los actores
sociales involucrados (MIDEPLAN, 2002).

La planificación moderna es concebida como “estilo de planificación


regional centrado en los acuerdos sociales que permitan hacer posibles los propósitos
estratégicos, así como en los procedimientos destinados a cautelar la coherencia
entre dichos propósitos y los medios utilizados” (MIDEPLAN, 1995, p. 13).
Respecto de los planes de desarrollo comunal, MIDEPLAN (2002) señala que aún
predominan formas más tradicionales de planificación, entre cuyas características
están el voluntarismo, el énfasis en diagnosticar carencias, centradas en el sector
público e innecesariamente formales.

Otra perspectiva para abordar el desarrollo local de manera intencionada,


racionalizada y con orientación al futuro son los llamados estudio de futuro, donde se
incluyen las investigaciones de futuro, el pronóstico tecnológico, la prospectiva
estratégica, la planificación por escenarios y la previsión humana y social (Medina,
2000). Entre estas modalidades o escuelas de pensamiento a futuro, aquí se recoge
especialmente la previsión humana y social ya que se orienta al “establecimiento de
comunicación entre gente que no se entiende, y la identificación de actores, valores y
objetivos para comprender las raíces de los conflictos y encontrar creativamente
soluciones compartidas” y por tanto “se centra en la construcción de un proyecto
futuro y su realización en la acción” (Medina, 2000).

Algunas experiencias de construcción social del futuro en Latinoamérica,


muestran una forma y lógica para ver el futuro que considera tanto la importancia del
27

pasado, tanto de las tendencias pesadas como de los hechos portadores de futuro,
como de la inclusión protagónica de diversos actores relevantes, la identificación de
los diversos escenarios posibles, identifica y diferencia entre el futuro deseable,
futuro probable y futuro posible, para quedarse con éste último, usando metodologías
flexibles y pertinentes a la realidad, la generación de decisiones y de proyectos para
el mejoramiento de la calidad de vida (Medina, 2000).

Otra manera de intencionar el desarrollo local es el adoptado por el


equipo del Proyecto BNDES-Desenvolvimento local-Cooperaçao Técnica do PNUD
(Parente y Brito, 2000) el cual utiliza la metodología GESPAR (gestión
participativa) que se orienta a la articulación institucional a través de la capacitación
en desarrollo institucional de las organizaciones involucradas en las iniciativas de
desarrollo local (especialmente municipios, sociedad civil, actores locales, privados)
y de la construcción de nuevas institucionalidades. Los componentes centrales de
esta metodología corresponden a la estructuración de mapas territoriales, la
capacitación organizacional y empoderamiento social y el desarrollo del proyecto en
una lógica de co-construcción del desarrollo local.

En definitiva, este breve recuento muestra que existen diversas maneras


de intencionar un proceso de desarrollo local, con diferencias en las metodologías,
definición de los actores y sus roles en el proceso, énfasis en factores a abordar, etc.
manteniéndose el desafío planteado por Barreiro (2002) de prever y orientar el
desarrollo local más que enumerar los factores de éxito o fracaso de casos reales.

1.2 Capital Social

1.2.1 La perspectiva del Capital Social

Como se ha revisado hasta el momento, en el campo de las políticas


sociales y de las teorías y modelos del desarrollo local se viene reconociendo cada
28

vez más la importancia del factor sociocultural de las comunidades (Silveira, 2000;
Durston, 2001 y 2002, Herrero y de Francisco, 2001). Granovetter (1985 en
Durston, 2001 y en Coleman, 2001) señala qua las prácticas y relaciones económicas
están incrustadas en el sistema social, en tanto, Silveira (2000) señala la
convergencia de perspectivas que identifican la importancia de la articulación de los
diversos actores sociales, de la sociedad civil en las acciones orientadas a la
promoción del desarrollo.

Un enfoque conceptual integrador ha venido desarrollándose en el campo


de las políticas sociales y perspectivas en torno al desarrollo: el capital social
(Durston, 2001, 2002; Dowbor, 1998; Barreiro, 2002; Herreros y de Francisco, 2001;
Bourdieu, 2001).

En un sentido general, aporta la comprensión de cómo las características


socioculturales de los actores facilitan acciones de tipo colaborativas, de
emprendimiento y asociatividad local, factores claves en las perspectivas de
desarrollo local y de superación de la pobreza, por lo que el capital social puede ser
considerado un componente del desarrollo. (Boisier, 1999; Sunkel, 2001; David y
Ortiz, 2001).

Una de las principales fuentes de la teorización del capital social son los
trabajos de Putnam, el cual publica en 1993 su libro “Making Democracy Work:
civil traditions in modern Italy”, donde explica las diferencias en el desarrollo del
norte y sur de Italia por su capital social (Silveira, 2000; Putnam, 2001; Levi, 2001),

Hasta la fecha el debate en torno a una mayor precisión conceptual sobre


el capital social ha sido fructífero, aunque no exento de polémica, habiendo logrado
realizarse varios debates y publicaciones.

Las diferencias conceptuales sobre el capital social han tomado diversos


cursos. Por un lado, los debates en torno al carácter de capital del capital social, por
29

otro lado, las posiciones conservadoras versus progresistas (Durston, 2001),


definiciones en torno al capital social como normas y valores versus definiciones en
torno a comportamientos (Durston, 2001 y 2002).

Puede asumirse el carácter de capital al capital social en tanto es un


“activo cuya movilización permite lograr mejores resultados en emprendimientos y
estrategias de lo que habría sido posible en su ausencia” (Coleman, 1990 en Durston,
2001, p.3).

Las diferencias de perspectivas en torno al capital social que Durston


(2001) denomina posiciones progresistas en contraposición con las posiciones
conservadoras muestran que, por un lado, las posiciones progresistas corresponden a
aquellas que enfatizan las dimensiones del empoderamiento de sectores sociales
excluidos y fortalecimiento de actores sociales débiles (Durston, 2001 y 2002). Las
posiciones conservadoras ubican al capital social en las estructuras familiares
tradicionales y en los valores tradicionales de la sociedad, asumiendo las estructuras
socioeconómicas nacionales en forma conservadora (Durston, 2001).

La reciprocidad, la cooperación, la confianza corresponden a recursos del


ámbito sociocultural que tienen su expresión en el plano abstracto y en el plano
concreto, por tanto, su análisis puede ser desde cualquiera de sus planos. Las
perspectivas que se centran en el plano abstracto definen el capital social como
normas y valores presentes en los actores; en tanto las perspectivas que se centran en
el plano concreto, es decir, de lo conductual, definen el capital social como
interacciones sociales ya que, al no existir una correspondencia directa entre
actitudes, valores y el comportamiento real, opta metodológicamente por una
definición que sea observable en la práctica (Durston, 2001).

En esta investigación se asume una perspectiva del capital social de tipo


progresista, centrada en las interacciones llevadas a cabo en las prácticas cotidianas,
30

aún cuando se asume la importancia de comprender estas interacciones en su


conexión con los valores, normas y discursos.

Por capital social se entenderá en este estudio “el contenido de ciertas


relaciones y estructuras sociales, es decir, las actitudes de confianza que se dan en
combinación con conductas de reciprocidad y cooperación” (Durston, 2002, p.15).

Díaz-Albertini (2001) señala como fuentes del capital social a la


confianza mutua, las normas efectivas y las redes sociales.

El tema de la confianza ha sido abordado desde diversas perspectivas.


Por un lado, se le reconoce su importancia central en el capital social en tanto
confianza social o confianza generalizada de que las personas son dignas de
confianza, en contraposición con la confianza particularizada que corresponde a “un
tipo de confianza donde las expectativas acerca del comportamiento del otro se basan
en la información disponible” (Herreros y de Francisco, 2001, p.8). Para Putnam (en
Levi, 2001) las fuentes de la confianza son las normas de reciprocidad y las redes de
compromiso cívico.

Por confianza se entenderá a nivel individual “una actitud que se basa en


el comportamiento que se espera de la otra persona que participa en la relación que
se establece entre ambos (…) tiene un soporte cultural en el principio de
reciprocidad y un soporte emocional, que es el afecto que sentimos hacia aquellas
personas que creemos confiables y que nos dan muestra de su confianza hacia
nosotros (…) tal actitud se expresa en conductas reiteradas y reforzadas con
expresiones que comunican esa confianza en discursos y en acciones de entrega del
control sobre determinados bienes” (Durston, 2002, p.16).

La confianza, en tanto, “mutua expectancia de beneficios” (Barreiro,


2002, p.7) permite explicar el surgimiento y desarrollo de relaciones cooperativas.
La confianza recíproca entre grupos interactuantes permite que puedan cumplir
31

mejor sus metas, de ahí que pueda ser visto como capital en tanto reduce los costos
de transacción (Barreiro, 2002), en la medida que aumenta el valor de los bienes en
cuestión, mayor costo de oportunidad de seguir siendo confiable (Durston, 2002).

Para los economistas, en el ámbito macroeconómico, la confianza


correlaciona con el crecimiento económico y con menor desigualdad en los ingresos.
En los análisis sociopolíticos la confianza está fuertemente relacionada con el
funcionamiento y solidez de las organizaciones. (Knack, en Díaz-Albertini, 2001).

Díaz-Albertini (2001) señala que la confianza tiene como fundamento a


tres tipos de expectativas: acerca del tipo de orden social deseado, acerca de las
competencias y habilidades de los demás y sus capacidades de cumplimiento de las
demandas y acerca del nivel de cumplimiento de las obligaciones y
responsabilidades.

En estos fundamentos de la confianza se destaca la relevancia de las


ideologías, las que de ser compartidas disminuyen los riesgos ante un futuro incierto
(Díaz-Albertini, 2001).

Por su parte, la cooperación –otro componente del capital social- se


define como “una acción complementaria orientada al logro de los objetivos
compartidos de un emprendimiento común” (Durston, 2002, p.18).

A través de la repetición de situaciones de confianza puede ser


fomentada la cooperación, donde adquiere un sentido más bien pragmático desde el
momento que los diversos actores consideran que para lograr mejor sus estrategias
deben cooperar en función de sus objetivos comunes (Durston, 2002; Barreiro,
2002), para Putnam (2001) mediante la cooperación se facilita mejorar la
información sobre cuanto merecen la confianza los demás individuos.
32

Uno de los componentes de la cooperación es su relación con la


identidad, ya que “la cooperación efectiva y la interacción entre actores estará sujeta
a que se identifiquen con una problemática común y estén dispuestos a acordar
soluciones y tomar decisiones colectivas” (Barreiro, 2002, p.9). La identidad
permite construir un sentido de pertenencia, lo cual actuaría como facilitador de la
cooperación, donde para Barreiro (2002) puede producir lo que él llama “comunidad
de práctica” o “comunidad de proyecto” que consiste en un nuevo tipo de comunidad
que surge con la generación de identidad a partir de un objetivo común como un
proyecto.

La reciprocidad, como componente del capital social, tiene sus orígenes,


según Durston (2002), en los aportes de Marcel Mauss, el cual señala que la
reciprocidad es un principio fundamental que rige las relaciones institucionales tanto
formales como informales en una comunidad. Durston (2002) señala que en la
comprensión de la reciprocidad, los aportes en torno al concepto de los “contratos
diádicos” han permitido profundizar este tema, donde:

… George Foster, con su concepto de contratos diádicos referido a los

entendimientos informales y generalmente tácitos formales entre dos

personas que mantienen intercambios a lo largo del tiempo. Tales

contratos son el primer eslabón de redes centradas en el individuo, y

constituyen a la vez la base de una organización social más compleja

que es en sí un activo, esta vez de índole colectiva. (p.18)

Para Díaz-Albertini (2001) la confianza motiva el acercamiento y


colaboración, sin embargo, para lograr su permanencia requiere de reglas que
regulen la cooperación y sancionen los no cumplimientos, lo que denomina
efectividad de las normas. La efectividad de las normas reside al interior de las
33

organizaciones y en sus interacciones y tiene como aspectos fundamentales la


capacidad de las organizaciones por promover la asociación libre sobre la base de
normas efectivas, asegurando igualdad de oportunidades (Díaz-Albertini, 2001).

Las redes sociales, en tanto fuente del capital social para Díaz-Albertini
(2001), incorpora varias perspectivas teóricas. Por un lado, para Putnam (en Díaz-
Albertini, 2001) se relaciona a recursos socio-estructurales en los cuales se producen
las relaciones de autoridad, de confianza y el establecimiento consensual de las
normas. Por otro lado, tiene sus fuentes conceptuales en la teoría de redes, la cual
plantea que “son las relaciones en sí, los actores involucrados en ellas y cómo se
vinculan entre sí y quizás, aunque no necesariamente, sus contenidos, las que
determinan la forma que tiene una sociedad y las posibles restricciones o guías a la
conducta humana” (p.6), por tanto el análisis de las relaciones entre los diversos
actores permite descubrir la estructura social.

Desde la perspectiva del capital social se constata que éste existe en


forma potencial en todo grupo humano, aunque no se encuentra distribuido por igual
en todos los grupos (Durston, 2002). Esta situación es explicada por este autor en
tanto el capital social tiene precursores, los cuales no necesariamente constituyen
capital social y además porque al estar en un plano cultural no necesariamente se
expresan en comportamientos.

Durston (2002) identifica como precursores del capital social las visiones
comunes del comportamiento de las personas; valores comunes que jerarquizan lo
deseable; normas que definen conductas apropiadas de individuos y líderes; religión
y mitos comunes; identidad común; reglas de parentesco; rituales y ceremonias;
principios de reciprocidad horizontal y vertical; premios y castigos culturalmente
definidos y fenómenos de vecindad y amistad.
34

La constitución de estos precursores en capital social ocurre según


Durston (2001 y 2002) cuando por su existencia se facilita el surgimiento de
prácticas cooperativas de emprendimientos comunes que retroalimentan la
constitución del capital social y permiten lograr mayor eficiencia y seguridad los
objetivos.

Se han revisado algunas perspectivas en torno a los componentes


centrales de la teoría del capital social, ahora, otro curso que han seguido los debates
es en torno a los tipos de capital social. Al respecto, se han formulado la presencia
de varias formas o tipos de capital social (Durston, 2002; Flores y Rello, 2001;
Dirven, 2001): capital social individual, capital social grupal, capital social
comunitario, capital social de puente, capital social de escalera.

El capital social individual corresponde a las relaciones establecidas por


una persona con otros individuos o que puede activar para su beneficio personal,
debido a preferencias por parentesco, identidad, familiaridad (Dirven, 2001; Durston,
2002). Para Durston (2002) corresponden a las relaciones diádicas a modo de
contratos informales que se extiende a través de las redes egocentradas que se
imbrican con la dimensión comunitaria, llegando a formar parte de sus precursores.
La incorporación de los individuos a una comunidad u organización –el
reclutamiento de los socios de una organización- está relacionado con las
expectativas de reciprocidad, los mecanismos y efectividad de las sanciones a las
normas, el provecho que la acción colectiva permite.

El capital social grupal para Dirven (2001, p.5) corresponde al capital


social “que aparece entre grupos relativamente estables y de alta confianza y
cooperación en los cuales se combinan lazos horizontales de reciprocidad con lazos
verticales, generalmente entre un líder local y un grupo que lo apoya”. Para Durston
(2002) corresponde a extensiones de las redes egocentradas en las cuales las
35

personas cruzan y densifican sus redes, acumulando así experiencias de reciprocidad


difusa.

El capital social comunitario o de bonding “reside no sólo en el conjunto


de las redes de relaciones interpersonales diádicas, sino en las estructuras que forman
la institucionalidad de cooperación comunitaria, es decir, en el sistema sociocultural
propio de cada comunidad, en sus estructuras de gestión y sanción” (Durston, 2002,
p.41). Este corresponde al tipo de capital social que para Durston (2002) deviene en
colectivo ya que en la comunidad el reclutamiento es derecho de los individuos. Las
comunidades pueden ser territorial o funcional, donde esta última se aproxima a la
noción de Barreiro de la comunidad de proyecto (Barreiro, 2002). Para

El capital social de puente o de bridging corresponde a “los vínculos que


permiten que el grupo entre en contacto con personas e instituciones distantes”
(Durston, 2002, p.41). Este tipo de capital social permite a las comunidades ampliar
sus círculos de confianza y potenciar el logro de sus objetivos comunes. Este tipo de
capital social corresponde a los vínculos extensos horizontales que se establecen
entre varias comunidades (Durston, 2002).

El capital social de escalera o de linking corresponde a los


eslabonamientos verticales que conectan actores de poder desigual (Durston, 2002),
que generalmente están referidos a los vínculos entre la comunidad y el Estado.

El capital social societal se refiere al capital social a una dimensión


nacional o societal, perspectivas que se han centrado en analizar las virtudes y
defectos de los sistemas normativos y calóricos de las sociedades y culturas
nacionales, entre cuyos exponentes pueden encontrarse en Putnam (2001), Coleman
(2001).

Desde otra perspectiva, el capital social de una comunidad tiene además


una dimensión de articulación y vinculación al interior de grupos que comparten
36

similares características sociodemográficas –llamada bonding-, otra de vinculación


horizontal con grupos de similares características socioeconómicas y de poder –
llamada bridging- y otra de vinculación vertical con otros actores que ocupan
posiciones de influencia formal como puede ser el Estado –llamada linking-
(Woolcock, 2001 en Durston, 2001 y 2002; World Bank, 2000/2001).

1.2.2 Interfaz entre el capital social comunitario y el Estado

Una perspectiva reciente ha ido desarrollándose en el campo de los


análisis de las relaciones entre el Estado y la sociedad civil en el marco de las
políticas públicas y de las políticas para el combate de la pobreza. Esta perspectiva
es denominada óptica de interfaz o perspectiva de interfaz y se centra en el análisis
tanto de los contenidos de las relaciones entre agentes de servicios públicos y las
comunidades, como de las interacciones o intercambios entre éstos.

El surgimiento de esta perspectiva se fundamenta en la constatación en


primer lugar de la existencia como actores en las iniciativas hacia el desarrollo de al
menos el Estado, la sociedad civil, las comunidades, es decir, en múltiples actores
donde cada uno pertenece a diversas posiciones en la estructura social, portando
diversas interpretaciones, visiones de mundo, prácticas sociales que son
contrapuestas en relaciones sean colaborativas o de confrontación (Long, 1999;
Durston, 2002). Por otro lado, se fundamenta en la necesidad de abordar de una
manera más específica o particularizada las experiencias concretas de
implementación de las políticas públicas, donde aunque existan situaciones similares,
es la particularidad de los diversos actores y sus interacciones la que da dinámicas
específicas a cada experiencia (Long, 1999; Roberts, 2001). Estas observaciones son
coincidentes con las visiones del capital social, especialmente en sus dimensiones de
eslabonamientos verticales de linkage y también de puente (bridging) o vínculos
horizontales en las iniciativas para fomentar el desarrollo del capital social.
37

En términos generales, una interfaz corresponde a “la zona de


intercambio entre dos o más sistemas” (Durston, 2002, p.43) que en el campo de las
políticas sociales corresponde a los actores estatales, del mercado, de la sociedad
civil y el sistema sociocultural de las comunidades locales. La perspectiva de interfaz
busca “explorar cómo las discrepancias de interés social, interpretación cultural,
conocimiento y poder son intermediados, perpetuados o transformados en puntos
críticos de confrontación y cooperación” (Long, 1999 en Roberts, 2001, p.2). Los
postulados en torno al capital social muestran la importancia y aporte de la
cooperación en la consecución de metas comunes de grupos diversos, en la
perspectiva de interfaz se asume también la confrontación como un componente
importante en las interacciones, importando “analizar las fuentes y dinámicas de
contradicción y ambivalencia en las situaciones de interface” (Long, 1999).

Long (1999), Roberts (2001) y Durston (2002) señalan que el análisis de


interfaz se orienta a identificar y comprender en procesos de intervención desde la
perspectiva de los actores los contenidos de las interacciones en contextos
específicos; los intereses sociales confrontados; las diferentes interpretaciones y
paradigmas culturales de las interacciones; la definición de las posiciones ocupadas
por los diversos actores; la comprensión del proceso de intervención en tanto proceso
socialmente construido por los actores; comprender las prácticas y negociaciones
específicas de las intervenciones en los diversos actores; focalizarse en las formas de
interacción emergentes, sus procedimientos, estrategias prácticas, tipos de discursos
en estos contextos específicos; identificar los modelos o visiones que prevalecen en
estas prácticas específicas y los motivos de esto; donde el análisis de interfaz “revela
concretamente la naturaleza de estas relaciones en localidades o regiones
particulares” (Long, 1999, p.15), así como ayuda a “identificar cuánto espacio
político existe para las iniciativas locales orientadas al cambio de los patrones de
distribución de recursos o a mejorar los beneficios recibidos por grupos locales y así
38

facilitar una comprensión del carácter y significaciones de tipos específicos de


procesos de intervención” (Long, 1999, p.15).

En lo metodológico implica que el investigador ingrese en los eventos


cotidianos de los actores para aprender como manejan las complejidades de las
relaciones entre implementador de políticas y el cliente, además implica estrategias
basadas no sólo en la observación de los significados de las visiones de mundo de los
otros, sino además implica contar con la voluntad de compartir las experiencias y
ponerlas bajo evaluación. Por tanto el uso de una etnografía reflexiva que explore las
relaciones cotidianas entre actores, así como una comprensión teórica de las
situaciones problemáticas.

Evans (1996 en Roberts, 2001) identifica dos formas de relación a la base


de una innovación exitosa en experiencias de programas de desarrollo: por un lado la
complementariedad, que “ocurre cuando ambas partes que implementan una política
tienen interés común en un resultado exitoso y cada una puede proporcionar lo que la
otra necesita, pero no tiene” (Roberts, 2001, p.11), y por otro lado el encajamiento
que corresponde a “interrelaciones de confianza entre los implementadotes de los
programas y los miembros de la comunidad (que) refuerzan el interés común entre
ambos actores facilitándose la complementariedad” (Roberts, 2001, p.11), lo cual
coincide con la perspectiva del capital social. El punto crítico está en la posibilidad
de lograr una sinergia exitosa, lo cual depende de factores de macrocontexto.

El análisis de la implementación de iniciativas para el desarrollo debe


atender a los tipos de relaciones que se desarrollan, donde pueden ser de tipo
complementarias, encajadas, racional-burocráticas, competitivas, clientelísticas y
exclusivas, según sea la lógica que predomine.

Por su parte, Durston (2002) describe tipos de interacción entre el Estado


y el capital social que van desde un extremo de clientelismo autoritario a la acción
39

sinérgica del Estado. El clientelismo autoritario, represivo y/o cleptocrático


corresponde a un tipo de interacción que expresa extrema asimetría entre el Estado y
el capital social comunitario, donde se puede reprimir con violencia el capital social,
siendo este tipo de clientelismo propio de regímenes autoritarios. Por su parte el
clientelismo pasivo implica la recepción pasiva-asistencial de los beneficios de las
políticas públicas en las comunidades, lo que genera o potencia la dependencia y
caracteriza a un Estado paternalista, tecnocrático, burocrático y/o partidista. El nivel
intermedio corresponde al semiclientelismo, en el cual se fomenta la organización
autónoma, se capacita al actor local. Luego se describe el organismo empoderador y
apoyador, en el cual “se amplía el radio de acción territorial y fortalece a los actores
sociales débiles” (Durston, 2002, p.45) así como se continua el desarrollo de la
autogestión comunitaria. Por último, en el otro extremo se encuentra el Estado
sinergizador, en el cual las comunidades operan en forma autogestionada y
autodeterminada y donde la relación con el Estado es mediante contratos en los
cuales los funcionarios públicos rinden cuentas a las comunidades.

Se propone una evolución desde formas clientelistas hacia formas semi-


clientelistas para posteriormente transitar a formas de sinergia entre el Estado y el
capital social comunitario (Durston, 2002).

Desde la perspectiva de interfaz, la intervención planificada “es un


proceso transformacional que está constantemente reconfigurado por su propia
dinámica organizacional, cultural y política interna y por condiciones que encuentra
y que crea por sí mismo” (Long, 1999, p.4-5).

1.3 Pueblos Indígenas y Perspectivas del Etnodesarrollo

A estas alturas del debate en torno a los pueblos indígenas y su


desarrollo, ya existe bastante consenso al menos en que el caso de los pueblos
indígenas requiere de perspectivas de desarrollo diferentes a las perspectivas en
40

torno a otros grupos humanos no-indígenas. Es así como además de las perspectivas
que desde sus inicios han tomado el debate y formulaciones para el desarrollo
indígena -por ejemplo, la escuela del etnodesarrollo que se verá más adelante-, es
posible hoy encontrar el reconocimiento de diferenciación. Por ejemplo, el Banco
Interamericano de Desarrollo, a partir de 1994 comienza a reconocer en forma
explícita a los pueblos indígenas como grupo meta de la acción, cambiando su
enfoque “de una perspectiva de mitigación de impactos negativos hacia una acción
más intensa, con el objetivo de promover el desarrollo indígena en forma sistemática
y concertada, con base en los principios de participación, reconocimiento de la
diversidad cultural” (Deruyttere, 1997, p.2). Por su parte, Naciones Unidas (2002),
señala que el Banco Mundial es la primera institución multilateral que puso en
práctica una política especial para los pueblos indígenas en los proyectos de
desarrollo y respeto a los derechos fundamentales.

Para poder aproximarse al tema del desarrollo indígena desde una


perspectiva que busque ser consistente con las formulaciones del desarrollo
culturalmente sustentable, o desarrollo con identidad, etnodesarrollo o desarrollo
desde la identidad del mundo indígena, es necesario aceptar la premisa de que
existen sistemas sociales culturalmente diferenciados, que esas diferencias culturales
conllevan desarrollos diferenciados y que además esas diferencias culturales son un
valor positivo para la humanidad.

Se está produciendo en el mundo una creciente preocupación por las


condiciones de vida de los diversos grupos étnicos que conforman los países del
mundo, donde la discriminación en diversos ámbitos es una fuente de preocupación
en muchas instituciones vinculadas al desarrollo (Bello y Hopenhayn, 2001; World
Bank, 2000/2001). Por otro lado, se produce una creciente preocupación por las
relaciones entre estos grupos étnicos y el país en que están insertos, preocupaciones
que pueden enmarcarse dentro del llamado paradigma de la interculturalidad, y las
formulaciones en torno al multiculturalismo. Es así como Kymlicka (1996) señala
41

que la mayoría de los países del mundo son culturalmente diversos, siendo escasos
los países cuyos ciudadanos pertenecen al mismo grupo étnico-cultural. De esta
manera la variable de la etnicidad emerge como un factor central para el caso del
desarrollo de los pueblos indígenas.

Las mismas organizaciones indígenas hoy han crecido y ganado mayor


visibilidad y capacidad de interpelación a los Estados. Heine (2001) señala que esta
situación se debe a tres procesos: la transición a la democracia en esta región del
mundo, el desarrollo del movimiento panindigenista y el movimiento internacional
de defensa de los pueblos indígenas.

Por comunidad étnica, como un pueblo indígena dado, se define “un tipo
especial de comunidad, la que incluye generalmente una comunión ecológico-
económica, una comunión cultural-espiritual, incluyendo actitudes, comportamientos
y sistemas de creencias; una comunión lingüística y/o dialectal y una comunión
histórica, tanto con pasado como con destino común” (Berdichewsky, 1998, p.35-
36).

Para efectos de esta investigación, se revisan en especial las perspectivas


de análisis en torno a la territorialidad, la autodeterminación, las relaciones de los
pueblos indígenas en distintos niveles, los avances en materia de derecho indígena a
nivel internacional y los modelos de desarrollo de las comunidades indígenas.

La incorporación del componente étnico en torno al desarrollo introduce


el considerar la estrecha relación entre las características socioculturales y la
cosmovisión de cada pueblo con sus modos de producción y con diversos aspectos
de la vida material y simbólica (Aravena y Zúñiga, 1993; Stavenhagen, 1999;
Durston, 2002; Velasco, 2001; COMPAS, 2001; Barrigón, 1999; Deruyttere, 1997;
Muñoz, 1995). Estas características diferenciadas entre las diversas culturas deben
ser tomadas en cuenta en cada caso de las iniciativas para el desarrollo. Este
42

componente resulta consistente con el planteamiento de Granovetter (en Durston,


2002) respecto de las características de incrustamiento de las prácticas económicas
con los sistemas socioculturales.

Otro de los elementos resaltados para el desarrollo indígena es el del


territorio, donde la íntima relación existente entre las comunidades de los pueblos
indígenas con la tierra no se reduce a su carácter económico como factor de
producción. Va más allá, por tanto, del suelo como sustrato productivo, para integrar
una concepción holística abarcadora de aspectos sociales, culturales, filosóficos o
religiosos, políticos y ambientales de esos pueblos y (en/con) la naturaleza, que halla
cabida en su concepto de territorio (Caputo, Falachi y Monte, 1995, p.33).
Coincidiendo numerosos autores en la importancia del problema de la tierra para los
pueblos indígenas (Alvarado, 1995; Taish, 1999; Almendras, 1999; Caputo, Falachi
y Montes, 1995; Aylwin y Correa, 1995).

Molina (1995, p.113) define la noción de etnoterritorio como “una


categoría que da cuenta de los espacios habitados por pueblos indígenas o una parte
de éstos, que poseen por característica encontrarse delimitados por hitos geográficos
reconocidos socialmente por una o más agrupaciones de una misma etnia o de otra
distinta (donde) estos territorios son valorizados por los indígenas al asignarle un
contenido político, económico, social, cultural y religioso”. A partir de esta
definición, Le Bonniec (2002) propone abordar la territorialidad desde un marco
teórico historizante que capte la naturaleza dinámica de la construcción territorial.

En el marco de esta perspectiva analítica, donde el territorio aparece


formulado eminentemente a partir del actor indígena, desde su subjetividad, además
se asume la vinculación directa y dinámica entre el etnoterritorio y la identidad del
grupo étnico, donde se pierde la distinción tajante entre naturaleza y cultura
(MacFall, en Le Bonniec, 2002).
43

Desde una perspectiva de derecho internacional, el territorio de acuerdo a


la perspectiva del Convenio Nº 169 de la Organización Internacional para el Trabajo,
excede la noción de tierra, siendo “el espacio adecuado para que un pueblo originario
cubra sus necesidades actuales, no sólo económicas, sino sociales, culturales y
espirituales” (Caputo, Falachi y Monte, 1995, p.35). Además corresponde al espacio-
hábitat necesario para sus perspectivas de futuro. El entorno está comprendido en
tanto corresponde la utilización directa o la indemnización y/o participación
económica en la explotación de los recursos naturales de dicho espacio y la
explotación del medio ambiente (Caputo, Falachi y Monte, 1995, p.35).

En el marco de esta investigación se resalta la confluencia de visiones en


torno al desarrollo presente en estas perspectivas acerca del desarrollo indígena y las
formulaciones del desarrollo endógeno y local, si bien este último está generado en
el marco de las sociedades occidentales y no se plantea respecto de los pueblos
indígenas en específico, pero sí de la relevancia de las historias e identidades locales
como configuradoras del desarrollo. En todo caso, resulta relevante constatar que en
el caso chileno, Falabella (2002) desde un marco teórico de desarrollo endógeno es
explícito en reconocer la demanda de desarrollo propio del caso mapuche, donde la
fuerte vinculación hombre-tierra e identidad cultural requiere encontrar salidas
distintas a las de otros contextos no indígenas para favorecer el desarrollo.

Desde la perspectiva del derecho indígena vinculada al desarrollo, entre


las principales demandas de defensa de los derechos de los pueblos indígenas se
encuentran la necesidad de reconocimiento del multiculturalismo y plurietnicidad de
los países, el reconocimiento de sus derechos colectivos, derechos territoriales,
derechos de participación, derecho a la autodeterminación, el derecho a mantener y
desarrollar su lengua y cultura y a desarrollarse de acuerdo a su propia cosmovisión
(Aylwin, 2001).
44

El tema de la autodeterminación indígena ha sido puesto en el debate por


la escuela del etnodesarrollo –donde se verá más en extenso- y también está incluido
actualmente en las demandas de diversas organizaciones indígenas a nivel
latinoamericano. Samaniego (2002) señala que en el movimiento mapuche se puede
constatar la presencia de de demandas aún confusas de autonomía política mapuche,
las cuales constituyen fundamentos de los derechos de identidad y reconocimiento
indígena.

El tema de la autodeterminación y autonomía posiciona –entre otros- la


necesidad de distinguir entre las nociones de Estado-Pueblo-Nación, los cuales, en el
caso chileno, están fusionados de suerte que obstaculizan la posibilidad de reconocer
y debatir en el tema, de tal forma que la fórmula de ser un solo Estado, una sola
nación y un solo pueblo, ha sido una de las fuentes de la negativa en el parlamento
de acceder al reconocimiento constitucional como pueblos de los pueblos indígenas.

3.1 Escuela del Etnodesarrollo

El tema del desarrollo indígena es complejo, al punto que Iturralde


(1995, p.274) –que al momento se hacer esta afirmación era Secretario Técnico del
Fondo de Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe- afirma
que “no tenemos todavía claro un horizonte estratégico común de qué es, hacia
dónde y por qué medios impulsar el desarrollo indígena” y señala que “no todo lo
que los indígenas se plantean es desarrollo indígena, no todo aquello en que los
indígenas participan es desarrollo indígena, no cualquier oferta del Estado conduce al
desarrollo indígena”.

Se presentan algunas conceptualizaciones en torno al desarrollo indígena,


las que muestran precisamente la diversidad de planteamientos, donde se observa
una progresiva incorporación de los mismos indígenas en estos. Estas perspectivas
45

son las del etnodesarrollo, el autodesarrollo indígena o desarrollo culturalmente


sustentable, la gobernancia indígena y el desarrollo desde la identidad.

Durante la década de los setenta emerge en América Latina la


perspectiva del etnodesarrollo, que ha tenido tanto características de escuela de
pensamiento como de propuesta sobre el desarrollo indígena. Esta perspectiva surge
del llamado discurso antropológico crítico. En torno a la perspectiva del
etnodesarrollo se identifican como exponentes principales a pensadores como Bonfil,
Varese, Colombres y Stavenhagen. (División de Desarrollo Social de CEPAL, 1995).
Surge desde el rechazo a las políticas integracionistas así como al indigenismo de
características paternalistas donde confluyeron diversas corrientes que coincidían en
lo esencial del diagnóstico y en postulados básicos.

En los años ochenta se avanza en la consolidación como escuela de


pensamiento con el encuentro auspiciada por UNESCO y por FLACSO Costa Rica.
(División de Desarrollo Social de CEPAL, 1995). En este encuentro, se define como
finalidad del etnodesarrollo el “ampliar y consolidar los ámbitos de la cultura propia
mediante el fortalecimiento de la capacidad autónoma de decisión de una sociedad
culturalmente diferenciada para guiar su propio desarrollo y el ejercicio de la
autodeterminación, cualquiera sea el nivel que se considere, e implica una
organización equitativa y propia del poder” (UNESCO/FLACSO, 1982, en División
de Desarrollo Social CEPAL, 1995; p. 6).

Existen diversas definiciones del etnodesarrollo desde esta escuela de


pensamiento, donde sus principales elementos desde su fundación han sido el
reconocer la condición de postergación y negación de la identidad propia indígena, la
visión que el desarrollo es algo más que el mejoramiento de las condiciones de vida,
sino también el fortalecimiento de su cultura propia, el valor de su identidad como
pueblos, la centralidad de la tierra y el territorio y de su recuperación y la autogestión
de un desarrollo propio. (División de Desarrollo Social de CEPAL, 1995).
46

Se identifican algunos ejes conceptuales en el discurso fundacional del


etnodesarrollo que orientan el análisis de la cuestión étnica: el fortalecimiento de la
cultura propia, la identidad étnica, la autonomía en relación con la tierra y el
territorio y la autogestión. (División de Desarrollo Social de CEPAL, 1995).

El fortalecimiento de la cultura propia conlleva dos líneas de acción: la


capacidad de decisión como la recuperación de recursos enajenados y el
fortalecimiento de las formas de organización del grupo social; y como segunda línea
de acción conlleva la ampliación del acceso a los recursos ajenos apropiables por el
grupo étnico.

La cuestión de la identidad como pueblo posiciona la discusión en torno


a la identidad étnica y su reconocimiento por parte de los Estados que son asumidos
como pluriétnicos. La identidad étnica se entiende como la “autoadscripción y la
adscripción por otros de la pertenencia filial a un grupo determinado: o sea,
autoreconocerse y ser reconocidos por otros como tales, y en la conciencia de un
origen y un destino común por parte de los portadores de esta identidad” (División
de Desarrollo Social CEPAL, 1995, p.8).

La cuestión de la autodeterminación y el territorio pone la importancia


central del problema de la tierra, donde la tierra no sólo es una unidad productiva
“sino un espacio simbólico eco-social que permite además una visión vital propia de
la cultura arraigada en cada territorio específico” (División de Desarrollo Social de
CEPAL, 1995, p.9). Este eje de la autodeterminación ha generado diversas lecturas,
por un lado, para algunos autores como Bonfil (en División de Desarrollo Social de
CEPAL, 1995) etnia-pueblo-nación son “cuasi-sinónimos”, sin embargo, en la
práctica la noción de pueblo lleva al plano jurídico, donde lo que está en juego es el
derecho reconocido en el derecho internacional de la autodeterminación de los
pueblos.
47

En la actualidad es posible encontrar distintas posturas en torno a la


relación que se de a los conceptos de etnia, pueblo y nación. Uno de los aspectos
relevantes en este punto se refiere al tema de la descentralización del Estado, que
haga viable la resolución de los conflictos surgidos de la asimetría en las relaciones
interétnicas, por lo que la capacidad de movimiento y negociación en torno a una
estrategia territorial y de gestión territorial de los pueblos indígenas con el Estado se
vuelve central.

La cuestión de la autogestión de su propio proyecto de desarrollo, donde


relacionan el concepto de autonomía al de autogestión. Puede entenderse la
autogestión indígena como “la gestión de procesos de cambio en los pueblos y las
comunidades indígenas por sus mismos habitantes” (División de Desarrollo Social
de CEPAL, 1995, p.25). A nivel más operacional, entonces, el etnodesarrollo
involucra la participación indígena en el diseño, formulación, ejecución, definición
de indicadores de evaluación y evaluación de programas y proyectos de desarrollo.

Rivera (1993 en División de Desarrollo Social de CEPAL, 1995) señala


que los aspectos a considerar para el desarrollo culturalmente sustentable son el
autodesarrollo sustentable basado en sus propias necesidades, valores y realidades
étnicas, la formación y capacitación técnica y científica de los jóvenes indígenas, un
sistema de cooperación adecuado al etnodesarrollo y una política de inversiones
coherentes y participativa.

De esta manera, la autogestión implica el fortalecimiento de las


capacidades endógenas de las comunidades indígenas, capacidad de autogestión en
torno a sus problemas, donde el Estado debiera actuar en términos de apoyo,
negociación y facilitando el control de las comunidades de sus asuntos.

Así mismo, la autogestión indígena implica la capacidad de formación de


líderes indígenas, capaces de incorporar en las propuestas y demandas el
48

conocimiento tradicional y el conocimiento no indígena, a lo que se suma la


necesidad de formación de técnicos y profesionales indígenas que tengan las
herramientas para la implementación de sus propios recursos. (División de
Desarrollo Social de CEPAL, 1995).

Dado que los postulados de Bonfil respecto del control cultural –como
Teoría del Control Cultural- han influido significativamente en los postulados del
etnodesarrollo, se realizará una breve exposición de sus postulados básicos.

En el marco de relaciones interétnicas donde una de las etnias está en


condición de dominación, enfatiza la dimensión de control cultural en términos de la
capacidad de decisión sobre sus elementos culturales, y con mayor precisión aún, de
la capacidad de usar los elementos culturales, de producirlos y reproducirlos (Bonfil,
1983; p.249).

Los elementos culturales son entendidos como “todos los recursos de una
cultura que resulta necesario poner en juego para formular y realizar un propósito
social” (Bonfil, 1983; p.250) y donde con fines sólo metodológicos los clasifica en
elementos materiales, de organización, de conocimiento, simbólicos y emotivos, los
que además pueden tener la característica de ser elementos culturales propios o
ajenos. (Bonfil, 1983; Bonfil, 1989).

Por elemento cultural propio entiende a “los que la unidad social


considera que ha recibido como patrimonio cultural heredado de generaciones
anteriores y los que produce, reproduce, mantiene o transmite, según la naturaleza
del elemento cultural considerado” (Bonfil, 1989, p.12). Por elemento cultural ajeno
entiende a “aquellos que forman parte de la cultura que vive el grupo, pero que éste
no ha producido ni reproducido” (Bonfil, 1989, p.12).

Desde la perspectiva del control cultural, al analizar la relación entre el


ejercicio de las decisiones sobre los elementos culturales (o elementos específicos)
49

con el origen interno o externo de dichos elementos, postula la presencia de una


cultura autónoma (donde el grupo posee el poder de decisión sobre sus propios
elementos culturales), la cultura impuesta (donde ni las decisiones ni los elementos
culturales en juego pertenecen al grupo social que sin embargo entran a formar parte
de la cultura total del grupo); la cultura apropiada (donde los elementos culturales
son ajenos pero son usados y se toman decisiones sobre ellos) y la cultura enajenada
(donde aunque los elementos culturales son propios, la decisión sobre ellos es
expropiada) (Bonfil, 1983).

En tanto formulación de tipo analítica más que descriptiva, los


contenidos de estas modalidades de la cultura de un grupo serán establecidos por la
investigación empírica. Por otro lado, desde esta teoría, la existencia de un grupo
como sociedad culturalmente diferenciada dependerá de que algunos elementos
culturales propios se mantengan bajo decisiones propias. (Bonfil, 1989).

Desde la perspectiva de la dinámica, es decir, de la expansión o


disminución de alguna de estas modalidades de cultura, postula como procesos en el
grupo dominado: resistencia de la cultura autónoma, donde “el grupo dominado o
subalterno actúa en el sentido de preservar los contenidos concretos del ámbito de su
cultura autónoma” (Bonfil, 1989, p.21). Apropiación, que corresponde al “proceso
mediante el cual el grupo adquiere capacidad de decisión sobre los elementos
culturales ajenos” (Bonfil, 1989, p.21). Innovación es donde “un grupo étnico crea
nuevos elementos culturales propios que en primera instancia pasan a formar parte
de su cultura autónoma (Bonfil, 1989, p.22).

En el grupo dominante, postula que se generarían como procesos: la


imposición como “proceso mediante el cual el grupo dominante introduce elementos
culturales ajenos en el universo cultural del grupo étnico considerado” (Bonfil, 1989,
p.22). Supresión “es el proceso mediante el cual el grupo dominante prohíbe o
elimina espacios de la cultura propia del grupo subalterno” (Bonfil, 1989, p.22).
50

Enajenación, donde “el grupo dominante aumenta su control cultural al obtener


capacidad de decisión sobre los elementos culturales propios del grupo subalterno”
(Bonfil, 1989, p.23).

En síntesis, las transformaciones que ocurren en la cultura del grupo


étnico dominado pueden ser comprendidas en estos seis procesos, donde estas
transformaciones ocurren como resultado de las relaciones de subordinación. Sin
embargo, en este marco analítico no se consideran los cambios internos del grupo
étnico ya que su pretensión teórica es dar cuenta de las transformaciones en el marco
de relaciones interétnicas asimétricas.

Identificando como problemas en las formulaciones iniciales del


etnodesarrollo tales como su énfasis en los cambios profundos en las estructuras de
poder de las sociedades que condicionarían la posibilidad de etnodesarrollo y su
énfasis en la lucha política, factores que dificultaban el aterrizaje a propuestas
concretas de desarrollo, en un artículo la División de Desarrollo Social de CEPAL
(1995) se pregunta “¿en qué medida, en cuáles aspectos y con cuáles ajustes puede el
discurso original del etnodesarrollo fundacional en América Latina aportar a la
construcción de un marco orientador para nuevas realidades?” (1995, p.12), donde se
concluye que “el discurso original muestra una sorprendente capacidad de
supervivencia (…) una vez despejada la retórica más confrontacional, gran parte de
la esencia del discurso fundacional del etnodesarrollo sigue siendo valiosa como
marco conceptual básico” (p.28).

Los distintos ejes conceptuales del etnodesarrollo en su formulación


original ya forman parte de los consensos de los especialistas en desarrollo indígena,
o han sido incorporados en el marco legal de casi todos los estados de la región
latinoamericana, o existen experiencias acumuladas, donde la mayor transformación
en el discurso se ha producido en la cuestión sobre la autodeterminación, autonomía
y la territorialidad. (División de Desarrollo Social de CEPAL, 1995).
51

En síntesis, la perspectiva del etnodesarrollo resulta aún, pese a los


cambios en las sociedades latinoamericanas y del contexto global, un marco
conceptual y analítico útil para el desarrollo de los pueblos indígenas, aún cuando
requiere según los autores complejizar más su marco conceptual, evaluar las
experiencias realizadas, de desarrollo de instrumentos específicos, de planificación y
evaluación participativas.

Desde el punto de vista de su definición, existiendo diversidad de


definiciones, algunos autores como Nahmad (1999) y Zúñiga (1995) conciben el
etnodesarrollo como un proceso en el que la comunidad indígena mantiene el control
colectivo y autónomo de su visión de mundo respecto de su proyecto social propio,
para Bonfil “etnodesarrollo significa la capacidad de una sociedad culturalmente
diferenciada para dirigir su propio desarrollo” (División de Desarrollo Social de
CEPAL, 1995, p.6). Zúñiga (1995, p.149) define en consecuencia el etnodesarrollo
como:

“el proceso de realización de un propósito social definido y

formulado por el pueblo indígena o una parte de él conforme a

sus propios valores y aspiraciones, donde el propósito social y

los recursos puestos en función de la consecución de dicho

propósito guardan coherencia con la totalidad cultural y

forman o tienden a formar parte de la cultura propia”

Esta definición es la que será la utilizada en el marco de esta


investigación. Operacionalmente, esta definición según su autor (1995) implica el
análisis que permita definir el propósito social del grupo indígena en cuestión e
identificar los elementos/recursos caracterizados según su disponibilidad,
pertenencia, cantidad, calidad para realizar este propósito.
52

Durston (2002) habla de autodesarrollo indígena y de desarrollo


culturalmente sustentable. El desarrollo culturalmente sustentable “es aquel que se
propone como objetivo explícito fortalecer la cultura propia –o por lo menos
contrarrestar su debilitamiento- y sale adelante en su empresa” (Durston, 2002, p.77),
el cual debe acompañarse del derecho de los pueblos indígenas a definir el propio
desarrollo.

Entre las características del desarrollo culturalmente sustentable el


carácter participativo y autogestionado del proceso, el empoderamiento del actor
indígena y la naturaleza eminentemente política de este desarrollo, requiriéndose la
construcción –o reconstrucción- del capital social indígena (Durston, 2002).

1.3.2 Otras perspectivas en torno al desarrollo indígena

Existen otras formas de concebir el desarrollo indígena. A continuación


se revisan otras perspectivas que se orientan a dilucidar las particularidades del
desarrollo indígena y de las estrategias y procedimientos para lograr el desarrollo de
las comunidades indígenas.

Durán (1995, p.119) señala que existen dos tesis generales acerca del
desarrollo mapuche, una “que entiende el desarrollo como crecimiento económico
que permitiría la conservación de la identidad sociocultural y la que sostiene que si
no hay conservación y evolución de la cultura y de la organización tradicional no hay
desarrollo”. En otras palabras, a las propuestas de desarrollo indígena más en la línea
del etnodesarrollo, es posible confrontar perspectivas que ponen como centro el
factor económico, donde en la práctica este factor económico corresponde al modo
de producción occidental capitalista.

Otra perspectiva interesante de observar es la experiencia canadiense en


materia indígena, en tanto, de alguna manera los principios y criterios del
etnodesarrollo, del autodesarrollo, se ven en el campo aplicado. Recientemente el
53

gobierno canadiense ha venido impulsando un nueva ley sobre la governancia de los


pueblos indígenas (Affaires indiennes et du Nord Canada, 2003), donde define la
governancia de las primeras naciones como “una estructura que permite a las
primeras naciones dirigir y administrar sus propios asuntos”. Esta ley responde a la
política y legislación del Estado canadiense conocida como “multiculturalismo”.
Esta ley de la Governancia Indígena ha levantado diversas reacciones, desde el
apoyo hasta la crítica fuerte de algunos pueblos indígenas, lo que parece indicar que
aun cuando se avance en erigir una institucionalidad más acorde a las demandas de
desarrollo indígena, aún queda mucho camino por recorrer para tener una perspectiva
consistente y además operacionalizable del desarrollo estos pueblos y sus
comunidades.

Recientemente ha surgido una nueva distinción conceptual que en el


marco de esta investigación resulta relevante. A la perspectiva del “desarrollo con
identidad” o “culturalmente sustentable”, que van en la dirección de que las
estrategias, programas, iniciativas de desarrollo en comunidades indígenas para el
mejoramiento de su calidad de vida sean respetuosas de la cultura indígena, cuenten
con el consentimiento indígena, sea autogestionado por los indígenas. Quidel (2001)
agrega una perspectiva de “desarrollo desde la identidad”, enfatizando así el carácter
de propuesta de desarrollo salido directamente de las comunidades, de acuerdo a sus
visiones, marcos de interpretación, códigos intraculturales. En todo caso, aun cuando
no se explicita, es posible advertir en esta propuesta, muchas coincidencias con el
discurso del etnodesarrollo.

Otra perspectiva que viene a nutrir el debate en torno al significado y


prácticas que debiera asumir el desarrollo indígena proviene de la perspectiva de la
gobernabilidad aplicada al campo de países multiculturales. En estas perspectivas se
desarrolla una línea de pensamiento en torno al desarrollo indígena desde la
gobernabilidad, donde se observa desde la valoración de la democracia, el ejercicio
de los derechos humanos, la reforma del Estado y descentralización. Desde esta
54

óptica, autores como van der Haar y Hoekema (2001), Urioste (2001), Partridge y
Uquillas (2001) y la oficina de Affaires Indiennes et du Nord du Canada (2003)
parten del paradigma de la multiculturalidad y multietnicidad o interculturalidad, que
se basa en el principio de respeto y valoración entre culturas, reconociendo el
carácter de multiétnicos de los países latinoamericanos –y de la mayoría de países
del mundo- señalando el desafío de reconocer las demandas y reivindicaciones de los
pueblos indígenas de mayor participación y de autonomía a sus instituciones. Desde
esta perspectiva, si bien se reconocen los avances al analizar la incorporación en las
constituciones de los Estados de menciones explícitas hacia los indígenas y sus
derechos, reconocen también que aún queda mucho por hacer.

1.3.3 Políticas Públicas en materia de desarrollo indígena

Dada la relevancia del Estado en las condiciones de vida de los pueblos


indígenas, las modalidades que asuman las políticas públicas en materia indígena
resultan claves para las posibilidades del desarrollo autogestado y culturalmente
sustentable indígena. Aravena y Zúñiga (1993), señalan que las políticas en el marco
del autodesarrollo indígena, debieran tener como principios orientadores la
integralidad, la especificidad, la autogestión, la participación y la sustentabilidad.

En el caso chileno, con el advenimiento de la democracia a comienzos de


los años 90 se introducen una serie de innovaciones en la forma en que el Estado iba
a comenzar a relacionarse con los pueblos indígenas. Se establece una política
pública en materia indígena explícita e inicialmente consensuada con organizaciones
indígenas, no obstante en la actualidad la relación Estado-indígenas ha agudizado las
características de conflicto, en el que Aylwin (2003) coincide con Bengoa (2001) en
identificar como causas del conflicto a las restricciones de la ley indígena, las
limitaciones y restricciones de la política indígena del Estado y la evolución de la
demanda mapuche.
55

En el caso específico de las políticas públicas en materia de desarrollo


indígena, en el caso Velasco (2001) señala que el Estado ha pasado desde posiciones
indigenistas integracionistas a posiciones proteccionistas y paternalistas, la primera
caracterizada por el esfuerzo homogeneizador y la segunda caracterizada por la
asistencia a las zonas donde vive la población indígena. Más recientemente, a
principios de los años 90 la política pública se orientó a financiar becas, proyectos de
desarrollo autogestionados para luego acercarse al desarrollo indígena desde la
perspectiva de la reducción de la pobreza invirtiendo en proyectos e infraestructura,
para llegar a nuestros días con una política pública indígena orientada principalmente
a la ampliación de las tierras y los derechos de aguas como plataformas para el
desarrollo.

Para estas políticas públicas en materia indígena se crearon como


instrumentos las Areas de Desarrollo Indígena, el Fondo de Desarrollo y el Fondo de
Tierras y Aguas, los cuales son considerados fortalezas de las políticas indígenas,
donde los obstáculos identificados corresponden a la complejidad institucional y
procedimental de la institucionalidad pública para el actor indígena, la falta de
información o de la calidad de ésta para el mundo indígena y la falta de
reconocimiento a las autoridades tradicionales desde el marco jurídico. (Velasco,
2001).

En el área de desarrollo indígena mapuche del lago Budi, IX región de la


Araucanía, Chile, Durston (2002) analiza principalmente el componente de los
vínculos verticales entre el capital social de las comunidades y el Estado. Partiendo
del marco conceptual del capital social, enfatizando los conceptos del
empoderamiento, la autogestión de las comunidades, la necesidad del desarrollo
culturalmente sustentable, identifica en las llamadas Areas de Desarrollo Indígena
(ADI) del caso chileno, el potencial para lograr una sinergia entre el Estado y la
autogestión indígena, aún cuando reconoce que el marco jurídico de las ADI no se
plantean en esa perspectiva, donde se ha pasado de un clientelismo autoritario del
56

periodo de la dictadura militar a un semiclientelismo “en que los


beneficiarios/receptores empezaron a convertirse en beneficiarios/actores y a
formular no sólo demandas sino también propuestas de carácter asociativo”
(Durston, 2002, p.81) lo que correspondería a un primer paso “en el largo camino
hacia la superación de la exclusión social” (Durston, 2002, p.82). Concluye como
propuesta para el ADI la gestión participativa del territorio, para convertir a las
comunidades en actores sociales de peso en la toma de decisiones de la sociedad
mediante el autodesarrollo indígena de tipo participativo, autogestionado, con
injerencia en la determinación de la estrategia del desarrollo del ADI (Durston,
2002).

4 Elementos de la perspectiva cultural mapuche del desarrollo

A continuación se revisan algunos componentes de la visión de la cultura


mapuche en torno al desarrollo y los factores involucrados en él. Luego se exponen
las formas de organización mapuche en sus distintos niveles y con las distintas
autoridades que les corresponde. Posteriormente, se exponen algunos resultados de
trabajos e investigaciones realizados en el territorio de Xuf Xuf con anterioridad a
esta investigación.

En el caso mapuche, el universo se conforma en torno al concepto de


Waj Mapu, el cual cuenta con diversas dimensiones que contemplan aspectos y seres
tanto materiales como no materiales (personas, animales, plantas, elementos
naturales, energías o fuerzas, etc.), conocimiento que es transmitido oralmente de
generación en generación. Es en la dimensión del Püji Mapu o Naq Mapu donde se
encuentran las personas, las que “conocen las leyes de la naturaleza y su regulación,
para a partir de ella crear normas, patrones, leyes y pautas culturales, y de esta forma
vivir y permanecer en equilibrio y en armonía con todos los entes que compone la
naturaleza y consigo mismo, teniendo como base el principio de autorregulación”
(Bustamante y Quidel, 2001, p.101).
57

Es el az mapu el que establece las normas de conducta individual y


colectiva para mantener la armonía y equilibrio con el waj mapu (del cual el hombre
es un ser más o restablecerlo” (Bustamante y Quidel, 2001, p.101).

El mapu es el sustento de la existencia del mapuche, el que se considera


un brote del mapu (Bustamante y Quidel, 2001; Alvarado, 1995; Aylwin, 2001;
Namuncura, 2001), “el mapuche no es el dueño de la tierra, sino por el contrario, la
tierra o el mapu es dueña(o) de las personas, porque las personas son los brotes,
hijos de la tierra y de allí deviene el término Ñuke Mapu, nosotros somos che y como
che por tanto pertenecemos al waj mapu, que es todo, el globo” (Bustamante y
Quidel, 2001, p.104).

Bajo esta concepción es que los mapuche establecen su estructura


sociopolítica, el cual cuenta en diferentes niveles con diferentes estructuras con sus
correspondientes autoridades. Desde la perspectiva del capital social, éstas
corresponden a la dimensión de bonding o de vinculaciones internas a la comunidad.

Niveles:

Che, corresponde a la persona, que se configura desde su nacimiento como ser


independiente, constituido por su kalül (dimensión corporal) y su püjü
(dimensión “espiritual”). Su función primordial es relacionarse con la naturaleza
para mantener el equilibrio. El che no se gobierna por sí mismo sino que es
gobernado por Günechen (Bustamante y Quidel, 2001).
Reyñma, son familias que podían ser nucleares, extensas o compuestas, donde
actualmente (desde la época reduccional) han aumentado sostenidamente las
familias de tipo nuclear (Stuchlik, en Instituto de Estudios Indígenas, 1998) y
correspondiendo a un tipo patrilineal y patrilocal. La autoridad de la reyñma, en
toda ruka, son los ancianos y ancianas (fütakeche) (Bustamante y Quidel, 2001).
Lof, lofche, “es la unidad social territorial básica de la organización tradicional
mapuche en el espacio territorial” (Quidel, 2001, p.2). La comunidad “se define
58

como una continuidad territorial y una unidad sociológica integrada por grupos
familiares unidos por lazos de parentesco, proximidad espacial, interacción social
y cooperación económica” (Instituto de Estudios Indígenas, 1998, p.157).

En este nivel de la estructura sociopolítica mapuche deben distinguirse


nociones frecuentemente utilizadas, pero que corresponden a realidades distintas.
Estas nociones son las de lof mapu, lof che, comunidad y reducción.

El lof mapu alude más a la dimensión espacial, o al nombre de una tierra


(Quidel, 2001). El lof che procede de la organización más tradicional, que no
necesariamente se corresponde con una comunidad o reducción. La noción de
reducción proviene del conjunto de leyes dictadas por el Estado chileno desde la ley
de 1866 hasta fines del siglo XX, conocida como época de la radicación (de
indígenas) (Aylwin y Correa, 1995; Alvarado, 1995; Aylwin, 2001; Namuncura,
2001; Stuchlik, 1974) y que significaron forzar mediante estas leyes cambios
sociopolíticos y económicos que alteraron la organización y las autoridades
tradicionalmente reconocidas. Las reducciones y sus autoridades fueron reconocidas
legalmente como Títulos de Merced (Stuchlik, 1974).

La noción de comunidad por su parte, proviene de la ley indígena de


1993, la que permite la constitución de hasta tres comunidades indígenas legales en
una comunidad territorial o cultural antigua (Aylwin, 2001).

Respecto del lof che, su autoridad corresponde al lonko y los límites del
lof están dados por tener un espacio determinado en forma natural, establecer
reyñma, elegir colectivamente un nombre y dárselo, estar asociado a lugares con
newen o de poder como wüfko y por la vigencia de la memoria (Quidel, 2001) y su
nombre lo recibe principalmente por sus características naturales.

Un rewe, corresponde a un conjunto de lof, que se organizan con un


trasfondo religioso y ceremonial, cuyo total de lof por cada rewe puede variar,
59

estando compuesto el rewe en el caso Wenteche por cuatro y hasta 16 lof,


simbolizándose el rewe a través del chemamüll o de plantas especiales del lugar. La
autoridad del rewe corresponde al Ñidol (Quidel, 2001; Bustamante y Quidel,
2001).

Un ayjarewe, corresponde a la conjunción de aproximadamente nueve


rewes, “en que se configuran diversos lazos sociales, económicos, políticos,
jurídicos, estratégicos y militares” (Quidel, 2001). Su autoridad recae en el Wünen
Ñidol Lonko. A partir del Ayjarewe se establece una red de comunidades
denominadas wichan mapu, que permite el intercambio de servicios (Durán y col,
1997).

El fütal Mapu correspondería a la noción de identidad territorial, donde


pueden identificarse los Fütal Mapu Wenteche, Naqche, Lafkenche, Williche,
Pewenche entre otros (Bustamante y Quidel, 2001; Bengoa, 2000). En el caso del
Ayjarewe Xuf Xuf, este corresponde históricamente al fütal mapu wenteche o
“arribano” (Ver anexo 6)

Stuchlik (1974), analizando la estructura y distribución de poder en las


comunidades mapuche, señala tres niveles de análisis: la estructura de autoridad
interna, los factores externos y el surgimiento de líderes en zonas, áreas o sectores.

Respecto de la estructura de autoridad, considera tres componentes: la


estructura global según nivel de participación, la autoridad personificada o individual
y la fuerza de la opinión pública. Respecto de la estructura global, concluye que “la
situación genealógica no es determinante para la medida de autoridad, mientras que
sí lo es la posición económica” (p.55), aunque “el grupo central que toma las
decisiones para la comunidad no tiene ninguna posibilidad para forzar estas
decisiones si no son generalmente aprobadas” (p.56). Respecto de la autoridad
personificada, señala que pese a la desaparición de los caciques o a su poder, aún
60

existen personas con autoridad, los cuales para poder ejercer autoridad en las
decisiones deben ser apoyados por la opinión pública. Respecto de la opinión
pública, concluye que ésta es “bastante débil y difusa” (p.57) y “funciona solamente
en situaciones de participación directa, no puede realizarse sin la presencia física de
los ‘portadores de opinión’ y de todos modos no es muy eficaz” (p.58).

Respecto de los factores externos, identifica las autoridades surgidas del


contacto con la sociedad chilena (Centros de Padres, Clubes Deportivos, etc.), las
cuales por lo general asumen estos cargos sobre la base de la posición social
reconocida con anterioridad, que sin embargo tienen una autoridad limitada y de tipo
consultiva. (Stuchlik, 1974).

Respecto del surgimiento de líderes, señala que es posible constatar la


existencia de personas que aparecen como autoridad debido a sus características
personales, que sin embargo, “más que autoridad dentro de las comunidades, posee
influencia dentro de una zona” (Stuchlik, 1974, p.60).

El Fütal Mapu Wenteche4 aparece identificado como uno de los sectores


mapuche que participaron más activamente en la lucha contra la invasión de los
ejércitos chilenos, donde la gente de Xuf Xuf aparece mencionada como uno de los
que participaron en estas acciones de resistencia, así como participaron activamente
en el asalto al fuerte de Temuco en la última gran batalla de resistencia,
mencionándose el liderazgo del cacique Juan Quidel (Bengoa, 2000). Su orígenes
se producen por la llegada de habitantes del otro lado de la cordillera y
posteriormente, de grupos provenientes desde el norte del río Cautín, así como

4
El Fütal Mapu Wenteche aparece en la “Historia del Pueblo Mapuche” de Bengoa como los
“arribanos”. Para mayor información histórica se sugiere leer el libro de José Bengoa “Historia del
Pueblo Mapuche: siglo XIX y XX” de Ediciones LOM, Santiago de Chile.
61

todavía se mantiene en el relato oral el recuerdo del periodo de guerra (MIDEPLAN,


2002)

Tras el proceso de ocupación y radicación, el último ceremonial masivo


de articulación de los diversos lofche en el Ayjarewe se produce en 1937, tras lo cual
los rewe continuaron funcionando en forma independiente hasta el proceso de
resistencia a la construcción del By Pass (MIDEPLAN, 2002).

Para los miembros del Ayjarewe, el desarrollo en el sentido mapuche


equivalen al concepto de mogen –vida- de manera que tiene correlatos directos con
la vida cotidiana y con la noción de che, con su ciclo de choyün, xemün, mogen y
lan –brote, germinación, desarrollo, maduración y muerte- con lo que el desarrollo
asume un carácter circular, entonces el desarrollo de la persona es “que la persona se
sienta contenta de lo que hace, se sienta feliz con lo que hace, se sienta plena con lo
que hace” (Quidel, 2001).

5. Antecedentes Empíricos

1.5.1 Antecedentes empíricos sobre desarrollo local

En un estudio empírico sobre los tipos de desarrollo en Chile, Falabella


(2002), mediante un complejo procedimiento metodológico que utilizó tanto datos
secundarios cuantitativos como datos cualitativos, identifica ocho tipos de desarrollo
territorial5. En el caso de esta revisión de antecedentes empíricos interesa el tipo de
desarrollo que denomina “desarrollo dual”, el cual corresponde a aquellos territorios

5
Esto tipos de desarrollo corresponden a territorios de crisis prolongada, zonas de
desencadenamiento campesino de mercado, territorio de encadenamiento potencial, territorios
emergentes, zonas de encadenamiento, zonas de sinergia y agregación de valor, territorios de enclave,
desarrollo dual.
62

donde conviven en forma paralela tanto el desarrollo como el subdesarrollo o de


crecimiento con pobreza aledaña en un mismo territorio, específicamente identifica
las regiones IV, VII y IX. En el caso de la IX región, corresponde al caso de la
expansión forestal en tierras mapuches y al desarrollo de Temuco (en los productos
del trigo y en el comercio) y la pobreza indígena por el otro lado, donde el autor
denomina este estilo de desarrollo como de apartheid (Falabella, 2002). El autor
propone diversas salidas a este estilo de apartheid, reconociendo que la naturaleza de
las expectativas mapuches no son consistentes con la solución mediante sólo la
integración propone prestar atención a experiencias exitosas en otros países como
Australia, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Canadá y la experiencia de una
fundación de desarrollo indígena existente en la X región.

En un estudio acerca de la institucionalidad pública para el desarrollo


local y regional, Gutiérrez y Rojas (2002) evalúan mediante metodologías
cualitativas, tres dimensiones vinculadas a la promoción de la inserción regional en
los mercados globales: la capacidad de coordinación de los procesos regionales, el
estímulo de la reflexión estratégica regional y la capacidad de asumir competencias
desde el nivel regional.

Respecto de la capacidad de coordinación de los procesos regionales,


encuentran dificultades a nivel de la capacidad de coordinación a nivel de la
institucionalidad (asimetrías en la asignación de recursos, sectorialismo,
verticalismo, doble rol del intendente como jefe del gobierno regional y al mismo
tiempo representante del ejecutivo en la región), a nivel de las formas de hacer
gobierno regional (fuerte sectorialismo, existencia de estrategias y/o planes de
desarrollo que son fundamentalmente agregados de proyectos de inversión),
problemas de fundamentos cognoscitivos y epistemológicos que dificultan ver la
particularidad del desarrollo regional (Gutiérrez y Rojas, 2002).
63

Respecto de la capacidad de reflexión estratégica regional, identifican


dos dimensiones: el desempeño de las agencias e instituciones que promueven la
inserción económica-productiva regional y los tópicos que concentran la reflexión
estratégica. En la primera dimensión, el principal problema identificado es el diseño
de los gobiernos regionales y su consejo (doble función del Intendente, sesgo hacia
la ruralidad por la composición del consejo que produce inconsistencias entre
requerimientos de la estrategia del desarrollo y los mecanismos de regulación de
ésta), la existencia heterogénea en cantidad y calidad de instituciones públicas
promotoras de la inserción económica-productiva regional y las fuertes asimetrías en
la circulación de la información en su interior. En la segunda dimensión, se
identifican como falencias que las preocupaciones de la reflexión giran en torno a la
dinámica del crecimiento económico, la que además de ser exógena a las regiones,
no necesariamente es lo que más influye sobre los factores que estimulan el
desarrollo. (Gutiérrez y Rojas, 2002).

En el ámbito de las capacidades de asumir competencias en el nivel


regional, identifican varios factores que influyen en este aspecto. Por un lado, la
visión de transferencia como un proceso homogéneo que no considera las diferencias
que pueden haber entre las distintas regiones; la presencia de menores competencias
técnicas existentes en las regiones; las racionalidades del nivel central (preocupación
central en el equilibrio macroeconómico, incidencia directa sobre el entorno del
desarrollo regional en contraposición a su carácter centralista y vertical); resistencia
al cambio en parte de la burocracia central; dificultades de coordinación en el nivel
central; una insuficiente base política regional; existencia de presiones de sistema
político regional y sus operadores; existencia de presiones del sistema político
nacional y de sus operadores de políticas; el desconocimiento técnico de los
diseñadores de políticas de las relaciones entre el Estado y la sociedad civil.

En otro estudio empírico, Menéndez (2002) investiga en la


institucionalidad pública para el fomento de la competitividad territorial en Chile,
64

para lo cual analiza el caso de diversas instituciones públicas, encontrando por un


lado un significativo avance en el fomento de la competitividad meso-
microeconómica, y por otro lado, que la mayoría de los casos analizados
corresponden preferentemente al nivel microeconómico de operación neutral en la
conducción del desarrollo. En síntesis, encuentran que las mayor parte de los
instrumentos o instituciones públicas estudiadas, así como sus recursos,
corresponden a un tipo de conducción neutral y de actuación a nivel
microeconómica; en cambio, los programas y políticas menos institucionalizados y
con menos recursos corresponden a aquellos de actuación meso y de mayor
focalización territorial.

En el caso chileno, el proceso descentralizador ha sido débil en su


capacidad articuladora respecto de un proyecto de desarrollo regional, contando con
áreas críticas a nivel de diseño institucional y de gestión regional (Raczynski y
Serrano, 2001). Entre las principales deficiencias pertinentes a este estudio se
mencionan la falta de claridad en las funciones del Gobierno Regional, elección
indirecta de autoridades regionales que limitan la representatividad y legitimidad,
espacios de participación insuficientes que no logran real incorporación de actores
sociales y la insuficiencia de mecanismos de control ciudadano (Raczynski y
Serrano, 2001), datos que coinciden con los estudios del Ministerio de Planificación
y Cooperación (MIDEPLAN, 1995).

Desde la perspectiva de las estrategias de desarrollo regionales, se evalúa


que han tenido un carácter imperfecto como instrumento de gestión regional,
correspondiendo más bien a declaraciones de intenciones que a instrumentos de
planificación de desarrollo (Serrano, 2001).

1.5.2 Estudios empíricos sobre desarrollo mapuche


65

En el caso de estudios empíricos del desarrollo indígena en los


mapuches, se exponen en primer lugar los resultados en el ámbito de las políticas
indígenas del Estado de Chile para los mapuche, los cuales provienen principalmente
de perspectivas de análisis jurídicos desarrollados por equipos interdisciplinarios e
interculturales de la IX región.

El programa de derechos indígenas (Instituto de Estudios Indígenas,


2002), al analizar las políticas públicas indígenas en Chile identifica diversos
aciertos como también problemas. Se exponen en este caso los más directamente
relacionados con el desarrollo indígena y en específico con lo relacionado al
territorio de Xuf Xuf.

Desde su creación a comienzos del periodo presidencial postdictatorial


1990-1994, ha sido la Corporación de Desarrollo Indígena (CONADI) el organismo
público encargado de promover, coordinar y ejecutar la acción del Estado a favor del
desarrollo integral indígena. En la CONADI identifican como problemas el
distanciamiento de la dirección nacional de los centros de poder político, económico
y administrativo del país, el presupuesto limitado y las pugnas de poder político-
partidistas en su interior. Sin embargo, identifican las iniciativas de este organismo
como aspectos valorables. (Instituto de Estudios Indígenas, 2002).

La organización mapuche establecida en la ley se identifica como


positiva en términos de permitir acceder a programas del Estado, pero también como
negativa en tanto parece haber debilitado la organización mapuche ya que la ley
estableció formas de organización occidental que no se corresponden con las formas
de organización tradicional, señalando que “menos aún, la ley permite la
reconstitución de formas de organización mayor como el lof, el rewe o el aillarewe
que fueran característicos de la sociedad mapuche en el periodo pre reduccional”
(Instituto de Estudios Indígenas, 2002, p.13).
66

La CONADI, en tanto órgano de participación indígena se ha terminado


por distanciar del movimiento mapuche, siendo un espacio poco legitimado de
participación, por tanto, cuestionada en su capacidad de interlocución entre el mundo
mapuche y el Estado y otras iniciativas gubernamentales hacia el pueblo mapuche
han tenido bajo impacto (Instituto de Estudios Indígenas, 2002).

En el caso de las políticas hacia la protección y ampliación de las tierras


indígenas, se identifican diversas deficiencias, tales como los insuficientes recursos
destinados a estas materias, la mala calidad de las tierras adquiridas por CONADI, la
escasa coordinación entre los distintos programas involucrados. (Instituto de
Estudios Indígenas, 2002).

Respecto de las políticas hacia el desarrollo indígena, el informe valora


la existencia de recursos públicos hacia el desarrollo indígena y los esfuerzos de
CONADI por identificar los sectores y actividad a focalizar los recursos, e identifica
como falencias la descoordinación entre los programas responsables de estas
políticas, la falta de reconocimiento de las formas de organización mapuche, la
politización partidaria (Instituto de Estudios Indígenas, 2002).

Por otro lado, analiza lo que denomina megaproyectos y la globalización


sobre el territorio mapuche. En este punto, analizan el caso del By Pass Temuco
sobre territorio de Xuf Xuf, donde concluyen que junto a otros casos muestran la
contradicción entre la política de protección y ampliación de tierras indígenas y la
política de fomento a las inversiones productivas y de infraestructura, donde los
derechos participatorios no han sido respetados por el Estado, lo que explicaría el
contexto de violencia actual. (Instituto de Estudios Indígenas, 2002).

Los estudios anteriores contrastan con la conclusión de MIDEPLAN


(1999), que considera las políticas indígenas como integrales, de apoyo a las
minorías étnicas y de carácter consensuado.
67

En los estudios de impacto socioambiental previos a la construcción del


By Pass de Temuco que cruzará el territorio del Ayjarewe –que si bien no
corresponden completamente al territorio, además de que incluye a otros Ayjarewes-
se encuentra una composición demográfica de una leve mayor cantidad de mujeres
que de hombres, una población relativamente joven, de religión mayoritariamente
católica, con predominio de familias de tipo nuclear, con una situación laboral
predominantemente “con trabajo” (IEI, 1998).

Las relaciones entre los miembros de las comunidades se producen por


relaciones de parentesco, donde la proximidad física entre las casas está fuertemente
asociada a lazos de parentesco consanguíneo, de contacto continuo y de diversos
motivos como sentido cooperativo, convivencia familiar donde hay algunas
diferencias entre los contactos según género. Respecto de las relaciones económicas
entre casas, al estar éstas relacionadas consanguíneamente, se mantienen relaciones
de cooperación como compra de productos, trabajo de huerta, cosecha de cultivos,
préstamo de carretas, herramientas, visitarse (IEI, 1998).

Respecto de la estructura político administrativa, en general se encuentra


una estructuración vaga, pero donde no todos los miembros pueden ejercer la misma
influencia o autoridad. La autoridad puede provenir de una función genealógica y la
participación en parte puede distinguirse según se pertenezca al grupo central, al
grupo regular, al grupo marginal o al grupo no participante según sea el grado de
participación en la organización que depende de la genealogía o de la posición
económica. (IEI, 1998).

Respecto de la identidad étnica, evaluada a través del uso de la lengua


mapuzugun, se encuentra que la lengua de comunicación más frecuente entre los
adultos en los hogares, ceremonias y celebraciones culturales propias es el
mapuzugun. (IEI, 1998).
68

Las estrategias de sobrevivencia detectadas en ese estudio corresponden


a la agricultura que provee cultivos para el consumo familiar de escasa orientación
comercial, de relaciones de cooperación económica permanente entre las familias; la
producción y comercialización de hortalizas que lleva a la vinculación de las familias
con los centros urbanos cercanos y con otros productores de otras comunidades
donde la comercialización se desarrolla mediante el sistema de “caseros” y el del
“callejeo”; la ganadería de tipo diversa y donde participa toda la familia; la
silvicultura que permite tener ingresos estables durante gran parte del año mediante
venta de leña; y ocupaciones extraprediales, desarrollados por hombres y mujeres
que ejercen diversos tipos de oficios y que adquieren un carácter de
semipermanentes donde los hombres ejercen principalmente como obreros o
carpinteros y las mujeres como empleadas de casa particular. (IEI, 1998).

Respecto de los contactos entre comunidades, los principales motivos


corresponden a la cooperación económica entre familias o visitas a parientes (IEI,
1998).

Aravena (1995, en IEI, 1998) realizó un estudio sobre sistemas pecuarios


en comunidades mapuche donde encontró que los principales problemas enfrentados
son la comercialización de los productos, el tamaño reducido de los predios. (IEI,
1998).

1.5.3 Antecedentes empíricos sobre capital social y comunidades indígenas

Existen pocos estudios empíricos desde la perspectiva del capital social


en población indígena, tanto en el país como en otros países. Tanto Durston (2001,
2002) como Solo (2002) muestran por un lado que el capital social comunitario es
posible crearlo allí donde al parecer no existe, ya que las comunidades campesinas e
indígenas cuentan con diversos precursores de cooperación que pueden ser activadas
en procesos estimulados tanto en forma externa como interna. En el caso específico
69

de Chiquimula, Guatemala, esto fue posible gracias a formas de reciprocidad


preexistentes en las comunidades basadas en el parentesco de grupos locales de
ascendencia, la generación de un contexto favorable al surgimiento de un actor social
campesino y la capacidad de apropiación de la autogestión comunitaria (Durston,
2002). Y por otro lado, los cambios fueron posibles también mediante cambios en la
forma de relación del Estado hacia las comunidades, donde la introducción de
interacciones semiclientelares permitió crear nuevas formas de relación que
atenuaran las relaciones clientelísticas asumidas anteriormente por el actor del
Estado (Durston, 2002).

En Ecuador, Solo (2002) indaga sobre los modelos de intervención desde


los organismos no-gubernamentales hacia las poblaciones indígenas, parte de la
hipótesis que son la contraparte neoliberal de las políticas sociales en América Latina
para las poblaciones indígenas. Como conclusión señala que los modelos actuales de
intervención son de tipo neo-indigenistas ya que buscan posicionar la etnicidad en el
plano político, pero adecuando la etnicidad a la globalización, y etnófagos ya que los
programas son frecuentemente gestionados y ejecutados sólo parcialmente por los
indígenas.

Flores y Rello (2001), en estudios realizados sobre dos experiencias de


desarrollo organizativo, una en México (con población tanto indígena como mestiza)
y la otra en Guatemala (en población indígena), encuentran que a nivel interno de las
organizaciones, existen vínculos comunitarios tradicionales, la acción de promoción
de un líder de la comunidad –que a su vez tiene a la confianza como un componente
crítico- y la identificación de un objetivo del emprendimiento colectivo. En síntesis
estos estudios muestran la relevancia de las modalidades que asumen las relaciones
entre los distintos niveles del capital social de estas organizaciones para la
posibilidad de obtener logros en los objetivos comunes y que en ambos casos las
organizaciones obtuvieron mejorías en sus condiciones de vida gracias a la sinergia
entre su capital social y la captación de recursos. A nivel interno (bonding) muestran
70

que la acción colectiva permite logros en los objetivos comunes que no serían
logrados mediante acciones como individuos aislados, muestran además la
importancia de los líderes y de sus vínculos de confianza con los miembros de la
organización. A nivel de bridging, muestran que el capital social de puente puede
facilitar la entrega de recursos desde el Estado. A nivel de relaciones con el Estado,
muestran la importancia de un contexto político favorable que reconozca la
capacidad de interlocución de las organizaciones y la importancia de la entrega de
recursos del Estado. Pese a todos estos logros, estas experiencias muestran también
que el capital social no sustituye a los otros tipos de capital.

Finalmente, Flores y Rello (2001, p.18) concluyen que:

El capital social comunitario es frágil y de difícil construcción, sobre

todo aquel que puede ir más allá de reportarles a los campesinos

beneficios puntuales, para acometer tareas tan vastas y complejas

como el desarrollo regional o local y la transformación de las pautas

distributivas prevalecientes. Para que el capital social pueda

impulsar el desarrollo rural tiene que ser sustentable, su magnitud

debe superar una cierta masa crítica y tiene que expresarse mediante

formas organizativas complejas. Para lograrlo es necesaria una

sinergia entre capital social y la política gubernamental, la cual tiene

que crear nuevas instituciones y espacios de diálogo y concertación

con los actores rurales. Asimismo, las condiciones económicas

circundantes desempeñan un papel muy importante.


71

En estudios realizados en Bolivia, en comunidades indígenas del


altiplano, Bebbington (en David y Ortiz, 2001) analiza las experiencias de cuatro
organizaciones agropecuarias campesinas surgidas para aliviar la pobreza y reducir
la emigración hacia áreas urbanas. Para las experiencias de las organizaciones de
Potosí, concluye que estas experiencias tuvieron un impacto mínimo en la superación
de la pobreza, en la reducción de la emigración y en el uso de recursos naturales, lo
que se explica según el autor por la falta de autonomía de las asociaciones y por la
escasa creatividad de los proyectos. Para las experiencias de las organizaciones de
La Paz concluye que hubo ciertos progresos, pero además, que “las organizaciones
con mayor capacidad de gestión, con objetivos más claros y simples y con una
orientación más pragmática, tienen un impacto mayor sobre el desarrollo rural
sustentable, que aquellas organizaciones con características de índole política y
representativa, como las Federaciones” (Bebbington, en David y Ortiz, 2001, p.15).

En otro estudio, esta vez en México, Cervantes, Chávez, Gómez,


Schwentesius y Whiteford (2001) investigan en el capital social de pequeños
productores de leche de sectores rurales (en Altos de Jalisco y en Aguascalientes),
los que terminan siendo destruidos en una zona y logran mantenerse en otra.
Concluyen que “el concepto de capital social es útil para explica la situación de los
pequeños productores y sus posibles alternativas para el combate de la pobreza”
(p.16). Las diferencias en el curso que siguen estas organizaciones de pequeños
productores las explican por el desarrollo del capital humano, las características de
las fuentes internas para el desarrollo del capital social en cada comunidad y por el
papel del Estado. Más específicamente, respecto del Estado señalan que:

En el estudio de capital social en las dos regiones observadas el papel

del Estado juega una función diferente y en última instancia nos

explica porqué los grupos han sido destruidos en una zona y en otra

tienen la capacidad de sostenerse (…). En el Estado de Aguascalientes


72

el Estado ha asumido la función de desarrollar el capital social tanto

horizontal como verticalmente. Mientras que en el estado de Jalisco la

participación estatal es marginal. (p.15).

En síntesis, de los casos estudiados, Durston (2002) concluye que


teniendo las comunidades comunitarias (campesinas e indígenas) el potencial para
ser actores de la superación de la pobreza y el desarrollo local ecológicamente
sustentable, en el logro de estos objetivos, el Estado asume una posición clave,
pudiendo establecer una sinergia y coproducción institucional, o bien, apagar el
capital social si establece relaciones clientelistas de tipo autoritario o paternalista.

Desde un marco conceptual distinto, pero cuya investigación en la línea


de la investigación-acción se orientó a la noción y prácticas de la territorialidad
mapuche en la IX región, el equipo coordinado por Morales (2002) constata la
existencia de distintas formas de organización mapuche a nivel nacional, las que
corresponden a: las comunidades, donde hay que distinguir entre comunidades pre-
reduccionales (denominadas lof), las de los títulos de merced y las que se han
constituido según la ley indígena; las identidades territoriales, las que se basan en las
entidades que operaron hasta el siglo XIX6, entre las que mencionan al Ayjarewe Xuf
Xuf; las organizaciones (como el Consejo de Todas las Tierras, la Coordinadora
Arauco-Malleco, Ad Mapu); las asociaciones de técnicos y profesionales (como
Lonko Kilapan, Liwen, Casa de la mujer Mapuche); las asociaciones que surgen de
la coordinación entre varias comunidades de un sector (como la Asociación de tipo
Comunal Mapuche Poyenwe de Villarrica, la Asociación Indígena para la salud

6
Ver Bengoa (2000). Historia del pueblo mapuche: siglo XIX y XX. LOM Ediciones.
Santiago, donde aparece frecuentemente mencionado el Ayjarewe Xuf Xuf y las autoridades de la
época.
73

Makewe-Pelale, la Asociación Ñankucheo de la comuna de Lumako); las


organizaciones productivas y las organizaciones estudiantiles.

Por otra parte, el autor identifica varios componentes del capital social de
linking, aunque no se plantee desde este marco analítico, donde destaca las
instituciones político-administrativas del Estado, las organizaciones no
gubernamentales (ONG), las universidades, los partidos políticos y las
municipalidades; y a nivel de capital social de puente, identifica a las diversas
organizaciones del movimiento mapuche, donde es en este tipo de vinculaciones que
radica gran poder de las comunidades mapuche por las redes y conexiones que
establecen.

Otro miembro del mismo equipo anterior (Le Bonniec, 2002) expone
respecto del surgimiento del fenómeno de las identidades territoriales y lo analiza
desde la perspectiva de los diversos tipos de estructuras sociopolíticas que involucra
y del referente social e histórico que implica tanto para las comunidades que
conforman estas unidades territoriales como para otras comunidades.

II. METODOLOGIA

2.1 Diseño

Se utilizó una metodología de tipo cualitativa donde se buscó tanto dar


cuenta del marco de comprensión asumido por los diversos actores, lo que
corresponde a una lógica ideográfica en tanto más que dar cuenta de regularidades se
pretende identificar y definir las particularidades de la realidad investigada,
buscando dar cuenta de las propias perspectivas de los participantes; como también
se buscó dar cuenta de esta realidad desde un marco comprensivo no necesariamente
asumido por sus actores sino procedente de la mirada del investigador. Por otro lado,
se utilizó una metodología cualitativa en tanto una parte de la realidad investigada
74

correspondió a las interacciones establecidas entre los actores del proceso


investigado.

Esta investigación tiene un carácter de estudio exploratorio y se utilizó


un diseño de tipo emergente en tanto el diseño se fue construyendo durante el
proceso de investigación en la relación investigador-organización e investigador-
informantes mediante una estrategia de bola de nieve. Debido a las características
de este tipo de diseño, el diseño definitivo ha podido ser descrito sólo una vez que la
investigación ha finalizado.

Los datos utilizados son de naturaleza cualitativa en tanto corresponden a


concepciones, interpretaciones, evaluaciones e interacciones incluidas en la oralidad
y relaciones de los diversos actores involucrados en la realidad investigada. Los
datos son de tipo oral, escrito, gráficos e interacciones. Se utilizaron datos primarios
y secundarios. Los datos primarios correspondieron a aquellos obtenidos
directamente de diversos actores relevantes, fundamentalmente de tipo oral, que
correspondieron a las verbalizaciones y oralidad de agentes y actores de la
Organización Ayjarewe Xuf Xuf y de otros actores relevantes que se describen en
Participantes. Los datos secundarios correspondieron principalmente a datos escritos
tales como documentos e informes propios de la Organización, otros documentos
elaborados por las instituciones públicas y otras elaboradas por actores de la
sociedad civil; archivos de internet relacionados a la Organización; documentos
gráficos tales como mapas y planos.

Las interacciones, en tanto tipo de dato, correspondieron a reuniones y


actividades de terreno entre diversos actores relevantes de la investigación, los cuales
fueron analizados bajo una perspectiva de interfaz.

El diseño desarrollado para los objetivos específicos se puede ver en los


anexos 1, 2, 3, 4 y 5.
75

2.2 Participantes

La población abordada en esta investigación corresponde al Ayjarewe de


Xuf Xuf.

Los participantes de la investigación fueron incluidos de acuerdo a los


siguientes criterios:

2.1.1 ejercer un rol de autoridad tradicional reconocida dentro del


Ayjarewe;

2.1.2 ser sugerido a la investigación por los dirigentes de la


Organización por poseer conocimientos, habilidades o
características relevantes para la investigación;

2.1.3 ser identificados por el investigador como poseedores de


conocimientos, habilidades o características relevantes para la
investigación;

2.1.4 corresponder a actores individuales o colectivos externos al


Ayjarewe que por su posición de poder, sus conocimientos o sus
habilidades aportan información de relevancia para la
investigación;

2.1.5 surgir en la interacción natural como relevantes para la


investigación;

2.1.6 ser sugerido por actores naturales del Ayjarewe por sus
conocimientos, habilidades o características.

2.1.7 Ser sugerido por alguno de los entrevistados externos a la


Organización por sus conocimientos o roles asumidos en
interacciones con la Organización.
76

Los participantes de la investigación fueron clasificados según la


posición social que portaban de acuerdo a los objetivos de esta investigación. Es así
como en definitiva se clasificaron en:

Grupo Dirigentes Organización (GDO): corresponden a las entrevistas


estructuradas o no estructuradas realizadas con los dirigentes de la Organización de
manera individual o grupal.

Grupo Contraparte Técnica Institucional (GCTI): corresponden a las


entrevistas semiestructuradas y no estructuradas realizadas con funcionarios de
servicios públicos involucrados en el proceso de diagnóstico y formulación de la
propuesta de desarrollo, en específico corresponden a un funcionario del Ministerio
de Planificación y Cooperación (MIDEPLAN), dos funcionarios de la Secretaría
Regional de Planificación y Cooperación IX región (SERPLAC), un funcionario de
la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) y un funcionario de la
Gobernación Provincial Cautín.

Grupo Informantes Institucionales (GII): corresponden a las entrevistas


realizadas con funcionarios públicos de nivel de asesoría regional, autoridad política
municipal, encargados de programas municipales. En específico corresponden a un
Asesor en materia indígena de la Intendencia IX región, la Jefe de Gabinete de
Intendencia IX región, un Concejal del Municipio de Padre Las Casas, dos
Profesionales de Terreno programa PRODESAL comuna Padre Las Casas, el
encargado del programa del Medio Ambiente municipio Padre Las Casas, el
Encargado de la Unidad de Tierras CONADI, una profesional de terreno CONADI
para el programa Orígenes.

Grupo Informantes Externo (GIE): corresponde a entrevistas no


estructuradas realizadas con personas externas a la organización que conocían
antecedentes acerca de la organización o de iniciativas de ésta.
77

Grupo Orígenes (GO): corresponden a entrevistas semiestructuradas y no


estructuradas sostenidas con funcionario de terreno del programa Orígenes
responsable del área sociocultural con la Organización.

Grupo Contraparte Técnica Universidad (GCTU): corresponde a


entrevista semiestructurada sostenida con miembro del equipo técnico de la
universidad responsable del diagnóstico y plan de desarrollo de la organización.

Desde otra perspectiva, se formaron otros dos grupos que corresponden


al tipo de dato utilizado, estos son:

Registros de Observaciones (RO): corresponden a los registros de las


observaciones participantes y no participantes realizadas durante la investigación.
Específicamente se refieren a registros de reuniones entre la Organización
(incluyendo dirigentes de los lof participantes de la Organización) y el Programa
Orígenes (incluyeron a Intendencia, Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario
IX región (INDAP), Dirección General de Aguas IX región (DGA), Subdirección
Nacional CONADI, Dirección Programa Orígenes y encargados de terreno para Xuf
Xuf; consultoras de las comunidades del territorio Xuf Xuf. Otros registros
corresponden a reuniones entre profesionales de terreno del programa Orígenes con
dirigentes de la Organización y profesionales de la Consultora de la Organización;
reuniones internas de la Consultora de la Organización; reunión (no realizada por
inasistencia de MIDEPLAN) entre los dirigentes de la organización y MIDEPLAN;
actividades de terreno programa PRODESAL Padre Las Casas en el territorio de Xuf
Xuf.

Archivos de Internet o de documentos de la Organización: corresponden


a un total de 27 documentos bajados de internet mediante búsqueda con buscador
Google, búsqueda realizada en el mes de Enero con palabras clave “Ayjarewe Xuf
Xuf” (la búsqueda generó un total de 89 entradas, de las cuales resultaron en
78

definitiva estos 27 documentos), documentos elaborados por la Organización y dos


intervenciones de dirigentes de la Organización sobre sus visiones de desarrollo del
Ayjarewe aparecidas en dos publicaciones independientes.

Otras fuentes secundarias: aquí se incluyeron mapas internos de la


Organización, del municipio de Padre Las Casas, de los estudios de impacto
socioambiental para el trazado del By Pass, el documento del Plan de Desarrollo
Comunal de Padre Las Casas 1999-2008, la Cuenta Pública de la Municipalidad de
Padre Las Casas (2001), Videos de registro interno del proceso de resistencia al By
Pass, video de la Organización sobre la construcción del By Pass.

2.3 Técnicas de recolección de la información

Se utilizaron diversas técnicas de recolección de información durante la


investigación las cuales se describen a continuación:

Técnica de entrevista semiestructurada: esta técnica se utilizó


principalmente en las entrevistas a los miembros de la Contraparte Técnica, del
programa Orígenes y en ocasiones en las entrevistas a los dirigentes de la
Organización. Previo a cada entrevista se definían preguntas abiertas sobre los
tópicos relevantes a los objetivos específicos según el tipo de entrevistado, las cuales
orientaban el curso de la entrevista y permitían incluir nuevas preguntas o nuevos
tópicos según se iba desarrollando la conversación.

Técnica de entrevista no estructurada: esta técnica consistió


principalmente en las conversaciones no planificadas realizadas a los dirigentes
durante el proceso investigativo, en tanto el estar presente en diversos momentos del
día y diversas actividades de los dirigentes de la Organización generaba una gran
cantidad de contenidos e interacciones no predecibles y relevantes para la
investigación. A su vez, esta técnica se utilizó en entrevistas a la Contraparte Técnica
y a operadores del Programa Orígenes, en tanto, las dificultades de conseguir
79

espacios de tiempo para entrevistas en ocasiones significó breves espacios no


programados en los que surgían contenidos altamente relevantes para la
investigación.

Técnica de entrevista de grupo: esta técnica se utilizó principalmente con


los dirigentes de la Organización. Esta técnica permitió contrastar opiniones entre los
dirigentes sobre un tema en particular, permitiendo además realizar el chequeo y
contrachequeo.

Técnica de Observación participante: esta técnica, que es definida por


Anguita (1989, en Gutiérrez y Delgado, 1995, p.144) como “una observación interna
o participante activa, en permanente proceso lanzadera, que funciona como
observación sistematizada natural de grupos reales o comunidades en su vida
cotidiana, y que fundamentalmente emplea la estrategia empírica y las técnicas de
registro cualitativa”, fue utilizada en diversos momentos de la investigación de
campo. Su mayor uso en esta investigación se realizó con los dirigentes de la
Organización y en reuniones de la Organización con la Consultora, en las cuales, al
mismo tiempo de participar como observador, el investigador participó con sus
comentarios, juicios y conocimientos en algunas iniciativas de la Organización. En
algunas ocasiones, la participación activa era solicitada por los mismos dirigentes y
en otras ocasiones era solicitada por el investigador.

Técnica de Observación no participante: esta técnica, en la que a


diferencia de la observación participante el investigador se limita a observar y
registrar, se utilizó principalmente en las reuniones realizadas entre la Organización
y la Intendencia y otros servicios públicos en el marco de la resolución de
dificultades en la ejecución del programa Orígenes.

Técnica de Diagrama de Venn: el Diagrama de Venn o análisis


organizacional institucional es una técnica que “permite conocer cuáles son las
80

organizaciones y grupos activos que existen en la localidad y cómo sus miembros los
visualizan, entender las interacciones que tienen estas organizaciones entre sí”
(Bahamondes, 2001, p. 58). Consiste en introducir una discusión sobre aspectos
institucionales, luego pedir a los dirigentes que nombren todas las organizaciones y/o
personas de relevancia para la Organización y luego identificar la(s) más
importante(s) y describir los tipos de relaciones existentes entre la Organización y
estas organizaciones y/o personas. En la investigación se introdujo luego una
variante que consistió en consultar por organizaciones, instituciones y/o personas
que durante el progreso del análisis de resultados habían aparecido como relevantes
y que los dirigentes de la Organizaciones no mencionaron durante la aplicación de la
técnica, de manera de identificar las relaciones y evaluaciones por parte de los
dirigentes.

Técnica de mapeo: el uso de esta técnica en esta investigación pretendía


identificar mediante el uso de mapas del territorio, diversas dinámicas de las
interacciones entre la Organización y las comunidades y lof en el territorio. Pretendía
además, delimitar tentativamente la ubicación de los distintos tipos de organización
en el territorio, en especial, identificar la ubicación de los lof participantes de la
Organización, las comunidades y rewe. Así mismo, pretendía identificar diversas
dinámicas en la interacción de la Organización con los municipios.

Como técnicas de registro se utilizaron registro escrito (notas de campo,


papelógrafo) y magnetofónico.

2.4 Análisis de datos

El análisis de los datos se realizó mediante la estrategia de análisis en


progreso (teoría desde la base), para lo cual se utilizó de apoyo el software de
análisis cualitativo AtlasTi, mediante el cual se analizó todo dato susceptible de ser
81

digitalizado con los medios disponibles para el investigador. Los datos que no se
logró pasar a formato digital fueron analizados por separado y en una siguiente etapa
del análisis se integraron con los resultados del análisis mediante AtlasTi.

El software AtlasTi corresponde a “una herramienta informática cuyo


objetivo es facilitar el análisis cualitativo de principalmente grandes volúmenes de
datos textuales” (Muñoz, 2001, p.1). A grandes rasgos funciona asignando a un
archivo del programa (denominado unidad hermenéutica) uno o varios documentos
de texto (denominados documentos primarios), donde pueden utilizarse diversos
tipos de documentos de texto, para posteriormente en el ambiente del software
proceder a identificar citas de relevancia para la investigación, asignar códigos a las
citas (incluye diversos tipos de códigos), establecer tipos de relaciones entre los
códigos (algunos vienen definidos por defecto, otros pueden ser establecidos por el
investigador), agrupar los códigos en familias o en súper códigos o uniendo uno o
más códigos, elaborar memos como anotaciones de nivel conceptual sobre los
códigos resultantes El software pone a disposición del investigador diversas formas
de visualización de los resultados tales como la visualización de networks
(esquematización automatizada o manual de las relaciones entre los códigos, donde
se pueden visualizar como composición semántica o como composición topográfica)
así como permite visualizar los árboles de códigos y los bosques de códigos. Las
funciones señaladas son sólo algunas de las posibilidades del software, se señalaron
sólo las que más directa relación tuvieron con el análisis de datos de esta
investigación.

Los datos fueron analizados mediante el análisis de contenido, el cual


corresponde al dominio de la metodología cualitativa, en especial con aquella que
trabaja con las expresiones verbales como expresiones portadores de la subjetividad
(que es lo que interesa), donde las expresiones verbales pueden manejarse como
expresiones verbales o como expresiones textuales (traducidas a textos), donde el
llamado contenido del texto alude “de forma un tanto paradójica, no (al) texto
82

mismo, sino algo en relación con lo cual el texto funciona, en cierto modo, como
instrumento, desde este punto de vista el contenido de un texto no es algo que estaría
localizado dentro del texto en cuanto tal, sino fuera de él, en un plano distinto en
relación con el cual ese texto define y revela su sentido” (Navarro y Díaz, 1995,
p.179).

Desde la perspectiva de la distinción entre los niveles sintáctico,


semántico y pragmático de la semiótica, el análisis de contenido se orienta a
“establecer las conexiones existentes entre el nivel sintáctico –en sentido lato- de ese
texto y sus referencias semánticas y pragmáticas” (Navarro y Díaz, 1995, p.180), por
tanto, en detectar las conexiones entre el nivel sintáctico y los niveles semántico y
pragmático, lo cual es precisamente lo que se buscó realizar en esta investigación.
En esta forma de entender el análisis de contenido se asume que existe un marco
teórico analítico del investigador que confiere el sentido al corpus textual, ese marco
teórico que orientó el análisis de contenido está dado en esta investigación por el
marco teórico expuesto anteriormente.

Como estrategias de análisis de dato se utilizó una estrategia de tipo


intensiva, es decir, donde “se trata de integrar en el análisis, potencialmente todos los
elementos presentes en el texto, reconstruyendo sus relaciones sistemáticas en el
mismo” (Navarro y Díaz, 1995, p.189). Además, se utilizó una estrategia de tipo
discriminativa, es decir, donde se “convierte cada texto, o ciertos grupos de ellos, en
dominios analíticos diferentes, con vistas a realizar comparaciones entre los mismos”
(Navarro y Díaz, 1995, p.189), suponiendo por tanto que contienen subjetividades de
base distintas.

En lo específico de la investigación, el carácter intensivo de la estrategia


de análisis de contenido radicó en que se integraron todos los elementos emergentes
del texto, codificándose tanto aquellos aspectos contenidos en los objetivos de la
investigación como otros surgidos o emergentes de la subjetividad que quienes las
83

expresaban. Por su parte, el carácter discriminativo radicó en que los distintos textos
(descritos en Participantes) fueron codificados por separado, debido a que al
corresponder a sujetos y tipos de sujetos o fuentes distintas, se suponían de distinta
subjetividad. En otras palabras, los textos de cada grupo de participantes (incluyendo
los grupos de textos procedentes de los archivos internet y los registros de campo)
fueron analizados con códigos similares intragrupos, pero diferentes intergrupos.

En el lenguaje del programa AtlasTi, se crearon familias por tipos de


documentos primarios, los cuales se codificaron con los mismos códigos emergentes
intrafamilia, para posteriormente crear familias por tipo de sujeto participante y
familias por contenido.

Posteriormente, a través de la creación de familias de códigos según


tópico investigado (correspondientes a los objetivos de la investigación) se
analizaron los códigos surgidos respecto del nivel de bonding, nivel de bridging y
nivel de linking del capital social, cruzando los códigos surgidos de los distintos
sujetos participantes en estos tópicos.

En una etapa posterior, se analizaron estas dimensiones de capital social


desde la perspectiva de su dinámica en las interrelaciones y cruces entre éstas, en un
análisis de la dimensión temporal en que se desarrollaron estas interacciones.

2.5 Validez

La validez de los resultados en esta investigación se entiende en el


sentido del resultado de las estrategias diseñadas y empleadas para reducir el sesgo
del investigador, obtener el consenso intersubjetivo entre distintos observadores
sobre los resultados y aumentar la probabilidad de que los resultados obtenidos
84

reflejen -en un sentido subjetivo y no en un sentido de reflejo objetivo de la realidad


propio de un marco epistemológico positivista- la realidad investigada.

Para estos efectos, se utilizaron las siguientes técnicas para la validez de


los resultados:

2.5.1 Triangulación interjueces: algunos resultados parciales fueron


analizados y revisados en conjunto con el director de la tesis, de
acuerdo al relato oral realizado por el investigador, tras lo cual se
revisaba y analizaba mediante intercambio y contrastación de
visiones.

2.5.2 Triangulación entre técnicas: se utilizaron diversas técnicas para


la realización de la investigación, las cuales fueron descritas en
Técnicas de Recolección de la Información.

2.5.3 Triangulación por tipos de participantes: se acudió a diversas


fuentes de información, tanto primarias como secundarias, las
cuales fueron descritas en Participantes.

2.5.4 Chequeo con múltiples informantes: se utilizaron múltiples


fuentes de información que permitieron ir contrastando la
información.

2.5.5 Contrachequeo: se realizaron diversas conversaciones y reuniones


con los dirigentes para ir confirmando o contrastando los
resultados preliminares, así mismo se utilizaron diversos espacios
de las entrevistas con los participantes de instituciones públicas
para ir contrastando los resultados preliminares e ir confirmando
o descartando hipótesis surgidas en el proceso investigativo.
85

2.5.6 Observación persistente: esta estrategia se utilizó principalmente


en las observaciones orientadas al grupo Dirigentes de la
Organización.

2.5.7 Saturación de contenido: esta estrategia se utilizó mediante la


utilización de múltiples fuentes de información y entrevistas
reiteradas a algunos participantes que fueron produciendo una
saturación de algunos contenidos específicos durante el proceso
investigativo.

2.6 Procedimientos

Al momento de iniciarse el proceso investigativo –a mediados del año


2002- la Organización se encontraba trabajando en el cierre de la realización del
diagnóstico desarrollado por la Universidad –comenzada el año 2000- y dialogaba
con la Contraparte y el Subsecretario de MIDEPLAN por las dificultades surgidas
para el plan de desarrollo, esperando la respuesta al diagnóstico y propuesta de plan
de desarrollo endógeno acordado. Además, se encontraba trabajando en la
organización interna para responder a los requerimientos del programa Orígenes,
estando en la etapa de entrega de los primeros perfiles de los planes productivos
considerados en el programa, para lo cual ya había creado una consultora propia que
se relacionaba técnicamente con los operadores de Orígenes.

Por otro lado, algunos de los dirigentes de la Organización se


encontraban desarrollando a nivel personal el trabajo de la COTAM, estando
próximo el cierre del plazo para la entrega del informe final. A nivel interno se venía
concluyendo el trabajo para el diagnóstico desarrollado con la Universidad y se
enfrentaban las dificultades internas surgidas tras la incorporación al programa
Orígenes.
86

La primera etapa de la investigación consistió en conversaciones con los


dirigentes de la Organización –con los cuales ya existían contactos previos- para
solicitar autorización para realizar la investigación en las iniciativas que ellos
emprendían. A su vez, en esta etapa se fueron acordando criterios para el
funcionamiento (tales como la necesidad de ir realizando reuniones de devolución de
la información) y se fue obteniendo información de la historia y de las iniciativas
emprendidas hasta la fecha por la Organización. De esta etapa se obtuvo
documentación audiovisual, escrita y gráfica de la Organización y se fueron
realizando las primeras entrevistas estructuradas y no estructuradas, principalmente a
los dirigentes de la Organización y se logró asistir a la última reunión del diagnóstico
realizado por la Universidad.

La segunda etapa del proceso investigativo consistió en el esfuerzo por


participar y registrar las reuniones entre dirigentes de la Organización y la
Contraparte Técnica para el diagnóstico y plan de desarrollo de las comunidades. No
fue posible registrar estas reuniones dado que frecuentemente se modificaban los
horarios de reunión, además que fue un periodo de tiempo con pocos avances en
estos diálogos y con limitadas posibilidades para el trabajo de campo. En esta etapa
se logra avanzar más en la revisión de fuentes secundarias y en ir delimitando los
objetivos y alcances de la investigación.

En una tercera etapa, correspondiente a los meses de diciembre del 2002,


enero a marzo del 2003, se desarrolla la recolección de datos de fuentes primarias,
realizándose visitas al Municipio de Padre Las Casas, donde se entra en contacto con
el programa PRODESAL y un concejal comunal; se busca información en CONADI
respecto de datos de las comunidades; se realizan entrevistas a dirigentes de la
Organización; se toma contacto y entrevista a los funcionarios de la Contraparte que
participaron del proceso. En esta etapa se recibe el documento de diagnóstico y plan
de desarrollo elaborado por la Universidad responsable, pudiendo así contar con
información más clara del proceso y sus productos.
87

La cuarta etapa en la recolección de datos, que coincide en gran medida


con el tiempo de la etapa anterior, se revisa el proceso desarrollado entre la
Organización y su consultora con el Programa Orígenes, estableciéndose contacto
con funcionarios de CONADI y del programa, se participa a reuniones de la
Organización con su consultora y de la Organización y consultora con el Programa
Orígenes. Dado que en esta etapa surgen dificultades con la formulación y
evaluación de algunos proyectos, la Organización logra que se realicen reuniones
entre Intendencia regional, el Programa y los servicios públicos asociados (Dirección
de Aguas, INDAP y CONADI) para acordar formas de resolver estas dificultades,
por tanto, se logra observar y registrar tres de estos encuentros (uno de ellos en el
territorio de Xuf Xuf con dirigentes de las comunidades y los otros en oficinas de la
intendencia). Esta etapa coincide con la respuesta de la Contraparte Técnica de
rechazo técnico del informe de diagnóstico y plan de desarrollo elaborado por la
Universidad a cargo, por tanto se registran las reacciones y gestiones de los
dirigentes para conocer los motivos de esta respuesta.

Al momento del cierre de la recolección de datos se produce la salida de


la Organización del proyecto de apoyo de la Fundación Instituto Indígena
perteneciente al Obispado de Temuco, debido a diferencias con esta Fundación.
Además, se continuaron realizando reuniones entre la Organización y el programa
Orígenes para resolver los problemas técnicos surgidos, se mantenían contactos
directos con el subsecretario de MIDEPLAN para buscar vías de solución a las
dificultades surgidas por el rechazo al plan de desarrollo formulado por la
Universidad.

III RESULTADOS

La exposición de los resultados se realizará de manera de describir la


dinámica que asumen las distintas dimensiones del capital social de la Organización.
De esta manera, la descripción de los objetivos se irá produciendo en la descripción
88

temporal del capital social de la Organización. El objetivo de identificar nudos


críticos en el capital social de la Organización se expondrá más en extenso en
Discusión y Conclusiones.

Se comenzará la exposición con la descripción de las comunidades y


habitantes que forman la Organización Ayjarewe Xuf Xuf, luego con la descripción
de la Organización, le seguirá la descripción de la visión de desarrollo endógeno de
la Organización. Luego la descripción de resultados continúa con la descripción de
las dinámicas de la interacción entre las distintas dimensiones del capital social de la
Organización, las que se expondrán de manera temporal por año.

Como se verá, los niveles de bonding, bridging y linking se entrecruzan


frecuentemente, por lo que al exponer una dimensión en ocasiones se aludirá a otras
dimensiones.

3.1 Descripción de las comunidades de la Organización

El territorio del Ayjarewe Xuf Xuf corresponde a un territorio tradicional


mapuche de existencia pre-reduccional, que en la actualidad se caracteriza por la
presencia mayoritaria de población mapuche, la cual vive en condiciones
mayoritariamente de pobreza e indigencia (según las categorías utilizadas a nivel de
políticas públicas) y de degradación del medioambiente, contando las familias con
cantidad muy reducidas de tierra en las cuales desarrollar su vida familiar, cultural y
económica. Además, se caracteriza por el solapamiento disruptivo de las formas de
organización tradicional mapuche pre-reduccional, con las formas de organización
impuestas por el marco legal actual y por el ordenamiento territorial de la
institucionalidad pública, especialmente del nivel municipal. Como recursos, el
territorio cuenta con un alto nivel de capital humano (principalmente capital humano
informal) y cultural vigente.
89

El Ayjarewe Xuf Xuf se ubica entre los 38º42’00’’ y los 38º44’30’’


Latitud Sur y 72º35’00’’ y 72º25’00’’ Longitud Oeste. (MIDEPLAN, 2002). (Ver
anexo 7).

La pobreza y precariedad material de las comunidades que forman la


Organización Ayjarewe Xuf Xuf se puede constatar de sus características de
orientación económico-productivas, de tenencia de tierras y de situación
socioeconómica de sus familias. Siendo relevantes estas características actuales
considerando la envergadura de sus objetivos de desarrollo y de las iniciativas
emprendidas.

A nivel económico-productivo, desde una perspectiva externa a la


cultura, un 42, 6% de las familias tienen una orientación hacia el autoabastecimiento
y/o uso comercial de la producción; un 29,4% hacia el autoabastecimiento; un 20,6%
hacia la comercialización de los productos y un 7,4% hacia el trabajo asalariado.
Estas características de los sistemas económico-productivos de las familias, se
acompañan de la percepción fuertemente arraigada de deterioro medioambiental y
pérdida de vigencia de las normas y conductas intraculturalmente apropiadas de
relación hombre-naturaleza producto de la presión externa para adaptarse al sistema
de economía de mercado del entorno, pero donde se mantiene el apego a las normas
de vida y relación intracultural. (MIDEPLAN, 2002).

Desde la perspectiva de la tenencia de tierra por familia, el promedio per


cápita es de 0,64 hectáreas; con un 33,8% de familias que poseen de 0 a 2 hás; 23,5%
que poseen de 2,1 a 3 hás; 20,6% que poseen de 3,1 a 4,5 hás y un 22,1% que poseen
4,6 o más hás. (MIDEPLAN, 2002).

Desde la perspectiva de la situación socioeconómica de las familias –


usando los parámetros externos a la cultura mapuche-, un 44,7% se encuentra en
90

condiciones de indigencia; un 34,2% en situación de pobreza y un 21% en situación


de no-pobreza. (MIDEPLAN, 2002).

El clima en el territorio corresponde al tipo mediterráneo perhúmedo, con


una estación seca muy corta.

El suelo es predominantemente de la serie Temuco (68% de la superficie


territorial). Un 61,31% de la superficie territorial presenta una capacidad de uso III y
un 15% de la superficie presenta una capacidad de uso II. Es decir, la mayor parte de
la superficie del suelo del territorio corresponde a suelos moderada o pobremente
adaptables, poco apropiados para regadío, arables, con limitadas posibilidades de
cultivo diversificado, requiriendo prácticas de conservación. (MIDEPLAN, 2002).

Los dirigentes de la Organización y los lof adscritos a ésta, distinguen


entre el Ayjarewe Xuf Xuf y la Organización Ayjarewe Xuf Xuf. El Ayjarewe Xuf
Xuf corresponde al territorio tradicional comprendido entre el estero Püshüjwiñ por
el norte, el río Kawtün por el oeste, el cerro Konün Wenu por el sur y por el este en
ocasiones se señala el río Kepe y en otras ocasiones el volcán Llaima. Desde la
perspectiva de la administración del Estado, corresponde a la parte norte de la
comuna de Padre Las Casas y la parte suroeste de la comuna de Vilcún. El territorio
es de aproximadamente 5.700 hectáreas, cuenta con un total aproximado de 128
comunidades y 60 lof, con un total de 12.000 personas, que corresponden a
aproximadamente 400 familias. (Ver anexo 7).

De los totales señalados, la Organización cuenta con un total de 13 lof,


un total aproximado de 3.000 personas. Los lof que forman la Organización
corresponden a los de Jewpeko, Ütügentu, Kefkewenu, Püshujwiñ, Ruka Rakiñ,
Rauko, Rereko, Ñilkülko, Pichi Winkul, Kajfulafken, Xuf Xuf, Piwlje Üñüm. Desde
la perspectiva de la organización en rewe, corresponden a los rewe de Pirkunche,
Ütünentu, Jewpeko, Manzanar y Xuf Xuf (de un total de 9 rewes en el territorio).
91

Desde la perspectiva de organización legal en comunidades establecidas por la Ley


Indígena, forman parte de la organización las comunidades Juan Llanquitrur, Juana
viuda de Llanquinao, Antonio Canio, Pedro Carril, Juan Huentelen (que el año 2001
se subdividió en dos), Chicahual Córdova, Mateo Antón, Juan Catrilaf Marilaf (que
también se subdividió en dos), Mariano Lleuvul, Juan Cole y Trureo Sandoval. (Ver
anexos 7 y 8).

La distinción entre lof y comunidades participantes se hace relevante


para la Organización ya que no sólo está en juego el esfuerzo de revitalizar la cultura
y sus formas de organización, sino también por el objetivo de captar y gestionar
recursos externos a través de la Organización, como es en el caso del Programa
Orígenes que por sus definiciones programáticas internas sólo entrega recursos y
beneficios a comunidades legalmente constituidas, por tanto, la organización en lof
queda al margen de estos recursos cuando no corresponde a la organización en
comunidades y cuando esta última no ha realizado o terminado los trámites legales
de inscripción en CONADI.

Durante la investigación, en una primera etapa, se intentó cruzar en el


mapa las distintas formas de organización existentes (niveles de Ayjarewe,
Organización Ayjarewe, lof, rewe y comunidades del territorio), sin embargo, la
información (que se esperaba estuviera más accesible) no estaba ni en los registros
de CONADI, ni en los documentos de la Organización, ni en los documentos de
informe del equipo de la universidad que realizó el diagnóstico y formulación del
plan de desarrollo. En el caso de CONADI, se señaló que contaban sólo con
información de los títulos de merced originales y las modificaciones realizadas hasta
la actualidad, por tanto, sólo conocían la forma de organización en comunidades
indígenas y en reducciones cuando no se correspondían; no conocían la organización
territorial desde la perspectiva de las organizaciones tradicionales territoriales en lof,
rewe, ayjarewe o fütal mapu.
92

Del cruce en el mapa de las distintas formas de organización, sólo se


logró identificar en un sentido más bien general, la correspondencia entre algunos
rewe y los lof y las comunidades. Por lo demás, tanto de entrevistas con los
dirigentes de la organización como de conversaciones con informantes externos
originarios del territorio, más una salida a terreno para conocer parte del territorio
que no adscribe actualmente a la Organización, se identifica que desde la perspectiva
de las relaciones entre las personas y familias del territorio en el territorio,
actualmente están vigentes formas diversas, cada una funcionando en ocasiones con
lógicas distintas y contradictorias, pero donde es posible distinguir entre la presencia
de una forma de territorialidad de tipo tradicional que mantiene la vigencia de los
rewe, los cuales mantienen sus autoridades (en este caso los Ñizol) y los
ceremoniales que le corresponden, en algunos casos se mantienen los lof o bien sus
autoridades (los lonko), en otros casos que coexisten en dinámicas de
complementariedad, oposición con las formas de organización que los dirigentes
llaman funcionales que corresponden a los clubes deportivos, juntas de vecinos,
comunidades (bajo la ley indígena) que resultan funcionales a la necesidad de captar
recursos del Estado donde las autoridades son los presidentes de la organización, ya
que es la forma en que el Estado a través de sus programas e instituciones canaliza
sus recursos y beneficios a nivel nacional.

Entonces, desde la perspectiva de la adscripción a la Organización, en


ocasiones un lof puede formar parte de la Organización debido a que las autoridades
tradicionales optan por hacerlo y logran captar el acuerdo de las familias
pertenecientes al lof, y en otras ocasiones puede ser que un grupo de familias
mayoritariamente optan por adherir a la Organización sin contar necesariamente con
el acuerdo de sus autoridades tradicionales. La lógica más profunda y específica a la
base de estas particularidades no fue posible observarla en terreno o conocerla
directamente de las autoridades de los lof o de miembros de las familias
pertenecientes o no pertenecientes a la Organización.
93

En el territorio, tanto la organización social en familias, lof y rewe y sus


respectivas autoridades, se mantienen vigentes al momento de reorganización en el
Ayjarewe.

Se calcula que las comunidades de la Organización corresponden a un


total aproximado de 2.200 personas, el promedio de edad para sus habitantes es de
27.7 años con tendencia a la prevalencia de población joven y con una fuerte
disminución de la curva a partir de los 29 años. Desde la perspectiva intracultural, se
constata que en las comunidades de la Organización, existen diferencias
generacionales respecto del grado de conocimiento y valoración del conocimiento
cultural propio y ajeno, donde los más adultos y mayores sustentan aún el
conocimiento más tradicional mapuche, valorando negativamente muchos cambios
en lo económico y lo cultural. Por su parte, los jóvenes presentan diferencias en
conocimientos y valoración de estos conocimientos, según sea los lof de origen;
valoran en general los conocimientos tradicionales, pero al mismo tiempo presentan
mayor disposición a usar formas no mapuches de producción aunque éstas vulneren
los principios y normas mapuches de relación con la naturaleza. Así mismo, se
constata la presencia de muchos jóvenes que emigran hacia la ciudad a estudiar o a
trabajar. (MIDEPLAN, 2002).

Respecto de las familias pertenecientes a la Organización, el 58.8% son


de tipo nuclear y el 41.1% son de tipo extensa, con un promedio de 5.8 personas por
familia (7 personas en las familias extensas y 5.1 personas en las familias nucleares).
(MIDEPLAN, 2002).

En comparación con el promedio estimado para la población mapuche,


Xuf Xuf presenta un alto nivel de escolaridad, con un 6.2 años en promedio, donde el
79% de la población con estudios corresponde a los hijos y un 20% corresponde a
ambos padres. Por otro lado, las mujeres alcanzan menores niveles de escolaridad
que los hombres (en el caso de las mujeres cónyuges, un 49% de éstas no poseen
94

estudios). A partir de estos datos MIDEPLAN (2002) generan como hipótesis que
las familias nucleares serían más vulnerables a incorporar elementos culturales
ajenos ya que están compuestas principalmente por jóvenes, con alto grado de
escolaridad y con predominio del sexo masculino. (MIDEPLAN, 2002).

Respecto del uso del idioma mapuzugun, se la identifica como “un área
de gran vitalidad y vigencia en el uso y práctica del mapuzugun, con una gran
cantidad de bilingües coordinados y una particular variedad dialectal de la lengua”
(MIDEPLAN, 2002, p.84).

3.2 Organización

La Organización Ayjarewe Xuf Xuf es el resultado de la


complementación y sinergia entre el capital cultural y humano existente en el
territorio que intencionalmente busca reconstruir el territorio tradicional y sus formas
de organización sociopolíticas tradicionales, buscando complementar formas y
contenidos intraculturales con formas y contenidos organizativos que surgen de la
apropiación cultural del elementos propios de la sociedad chilena occidental. Se basa
fuertemente en la capacidad e intencionalidad de las comunidades, autoridades y
familias participantes de producir esta rearticulación sobre la base de la cooperación
con el fin de obtener las metas comunes de recuperar adecuadas condiciones de vida
sustentables intraculturalmente y coherentes con la memoria histórica y las prácticas
intraculturales vigentes.

De acuerdo a lo señalado por los dirigentes y a los documentos utilizados


en la investigación, desde la perspectiva de la estructura de la Organización
Ayjarewe Xuf Xuf, la Organización es de adhesión voluntaria, es decir, está formada
por familias, lof, comunidades, rewes o autoridades de lof y/o rewe que pertenecen al
territorio de Xuf Xuf que adhieren voluntariamente con los objetivos o naturaleza de
la Organización.
95

El análisis de la documentación utilizada muestra que los principios que


fundamentan la incorporación a la Organización están asociados a factores
intraculturales de adscripción a la lógica mapuche y su forma de organización
sociopolítica tradicional, la memoria histórica vigente en la oralidad de personas de
los lof, lazos de parentesco vigentes y renovados a través de ceremoniales culturales
y espacios intraculturales vigentes, prácticas recientes de organización comunitaria
de oposición a iniciativas del Estado, objetivos funcionales consistentes en conseguir
a través de la Organización bienes, recursos, beneficios de origen externo. Otro de
los factores constatados que operan para la participación en la Organización tienen
que ver con cierto requisito tácito de no militancia en partidos políticos. Es así como
uno de los dirigentes más antiguos del territorio, de participación activa en el Comité
de defensa de las comunidades contra el By Pass y posteriormente en la candidatura
a alcalde del dirigente principal de la Organización, hoy no participa directamente en
la Organización por estar relacionado con un partido político.

Cuando se exponga el análisis de interfaz entre la Organización y el


Programa Orígenes, se verá que el grado de autonomía en las decisiones de las
comunidades en iniciativas correspondientes al Ayjarewe permite que las
comunidades puedan optar por trabajar con consultoras externas en lugar de trabajar
con la Consultora generada por la Organización.

En la estructura interna de la Organización existe un grupo de dirigentes,


que son con los cuales se mantuvo la relación de investigación durante el proceso
investigativo, que forman una dirección más política de la Organización y que tienen
la misión explícita de ser un puente entre los lof y el entorno, sea con otras
organizaciones de la sociedad civil, con otras organizaciones mapuche o con
personas, y además, con el Estado en sus distintos niveles. Estos dirigentes, desde
una perspectiva intracultural, corresponden a distintos tipos de autoridad mapuche,
donde algunos tienen el cargo de werken de la Organización, pero no de su lof de
origen, otros son werken de la Organización y al mismo tiempo son werken de su lof
96

de origen, y la figura del Wünen Ñizol Lonko o dirigente principal del Organización,
que a su vez es lonko de su lof. Por otro lado, existe un Consejo de Lonko o de
dirigentes representantes de cada uno de los lof pertenecientes a la Organización, los
cuales participan de las tomas de decisiones de las iniciativas emprendidas por los
dirigentes de la Organización.

Un aspecto interesante de las formas de vinculaciones internas de la


Organización radica en la fuente de la autoridad. Se observa una dinámica de cierta
autonomía del grupo dirigencial en las iniciativas emprendidas, la cual está
supeditada a la decisión de las autoridades de los lof. Los dirigentes de la
Organización corresponden a personas jóvenes, la mayoría con formación
universitaria y con profesiones que les permiten por un lado comprender la lógica
occidental y manejarse en este terreno y tener validación externa al mundo mapuche
de sus conocimientos, y por otro lado, a nivel interno logran validación entre las
personas de los lof, además de presentar ellos una fuerte adscripción a los
conocimientos y normas de vida mapuche. Este hecho, según los dirigentes, fue
asumido explícitamente así por los lof al momento de definir sus autoridades y
formas de organización, donde el grupo dirigencial fue elegido por esta doble
cualidad de conocedores de la cultura mapuche y de la lógica territorial (aunque
intraculturalmente no corresponden a autoridades de conocimiento tradicionales), y
por otro lado ser conocedores de la cultura y lógicas de la sociedad occidental y del
Estado chileno.

De esta manera, los dirigentes de la Organización asumen como una


forma específica de capital social de puente entre las lógicas y dinámicas internas del
territorio y de los lof y el entorno compuesto por la sociedad civil (indígena y no
indígena) y el Estado. Los dirigentes asumen explícitamente este rol de puentes o
intermediarios, donde se observan implicancias del orden de la vida personal y
profesional y por otro lado, implicancias en las relaciones con las demás personas del
territorio. En lo personal, asumen el exponerse a la crítica externa, donde desde
97

algunas organizaciones se les acusa de no representar el conjunto de la realidad


mapuche, o bien, se les acusa de aprovechar para beneficio personal sus cargos de
representación no sólo de la Organización, sino de otras organizaciones con las que
se relacionan, como es el caso de la Comisión de Trabajo Autónomo Mapuche
(COTAM). Pero por otro lado, cuentan con la exigencia de trabajar en sus
profesiones tanto por presión interna de obtener fuentes de ingreso, como también
por presión desde las personas del territorio, ya que el ejercicio de sus profesiones le
permite una fuente de validación intracomunitaria, pero donde también surge la
envidia que se manifiesta mediante formas intraculturales como enfermedades tanto
de los dirigentes como de familiares o incluso de sus animales producto de la
intervención de otras personas.

En las conversaciones y registro de campo se observa que estas


características del rol asumido por los dirigentes son enfrentados mediante la
confluencia de una serie de factores como son la validación y asesoría de las
autoridades tradicionales de la Organización, los lazos de parentesco existentes, la
vigencia de ceremonias y prácticas intraculturales donde se reafirman los lazos de
cercanía y reciprocidad, tal como es el caso del elüwün realizado por el fallecimiento
de la madre del Wünen Ñizol Lonko de la Organización (producido durante el
periodo en que se realizó la investigación), donde la presencia de familiares, vecinos,
dirigentes de lof, reafirmaron los lazos existentes, donde además asistieron diversas
personas y dirigentes mapuche y no mapuche externos a la Organización y al
territorio.

Otros factores observados que permiten la mantención de los dirigentes


en sus roles son la fuerte adhesión a los códigos intraculturales, así como el sentido
del humor compartido, que surgía habitualmente en las entrevistas y observaciones
de terreno que operaba como factor de distensión ante adversidades, facilitador de
los lazos de cercanía interpersonales, y permitía también un componente de
racionalización ante la complejidad enfrentada como dirigentes, haciendo resaltar de
98

manera paradójica los puntos de tensión de las relaciones con los vecinos, con los
lof, con el Estado y con otras organizaciones.

Otro componente de la estructura de la Organización corresponde a la


Consultora de la Organización, la cual los dirigentes y miembros de la consultora
señalan que surge como respuesta interna a los requerimientos del programa
Orígenes, el cual establece que el diseño técnico y ejecución técnica de los diversos
proyectos de las comunidades participantes del programa corresponde a consultoras
externas elegidas por las comunidades. La Organización formó e inscribió su propia
Consultora, bajo el alero jurídico de su personalidad jurídica como Asociación
Indígena, donde algunos de sus dirigentes jóvenes, de formación profesional,
asumieron la dirección de esta Consultora, se eligieron otros jóvenes que por sus
características de motivación, conocimientos, legitimidad en sus lof pasaron a formar
parte de la Consultora. Así mismo, se observa que se contrataron técnicos y
profesionales, algunos mapuches y otros no mapuche para las funciones necesarias
para el programa Orígenes. De esta manera, en esa etapa los vínculos internos con la
mayoría de los lof pertenecientes a la Organización comienzan a desarrollarse en
parte mediante este vínculo de naturaleza técnica.

Para la Organización, la Consultora cumple diversas funciones propias a


la lógica interna de la Organización. Por una parte, permite que los recursos del
programa Orígenes queden en su mayor parte en las mismas comunidades y
Organización al no tener que pagarle a una consultora de origen externo, por otro
lado, la asumen como otro espacio en el cual pueden transmitir su visión de
desarrollo y de estrategias incluso sin perder su visión fuertemente crítica hacia el
programa Orígenes. Desde esta última perspectiva, en un contexto de bajas
expectativas (e incluso de expectativas más bien de efectos perjudiciales) hacia el
programa, la Consultora permitiría canalizar en un sentido crítico y constructivo las
necesidades y visiones de las comunidades.
99

Otras funciones asignadas a la Consultora son las de obtener aprendizajes


significativos en torno a la formulación y gestión de proyectos, en tanto constatan
que los proyectos de diversos orígenes son una vía para canalizar necesidades, donde
el conocimiento técnico es fuertemente relevante y por otro lado, la función de
establecer vinculaciones con otras comunidades y organizaciones mapuches de otros
territorios donde fortalecer o bien iniciar los contactos para intercambiar visiones y
mostrar la perspectiva asumida por la Organización en torno al desarrollo mapuche y
a las relaciones con el Estado chileno.

Desde la perspectiva de los dirigentes, para la Organización el trabajo de


la consultora ha permitido enriquecer el conocimiento acerca de las comunidades
participantes ya que ha implicado buscar información necesaria para la formulación
de los proyectos, establecer contactos con comunidades no pertenecientes a la
Organización e intercambiar visiones con ellas, ha significado un fuerte aprendizaje
en la formulación y gestión de proyectos, enriquecer la visión crítica al Estado
incluyendo ahora la posibilidad de crítica en el plano técnico a las políticas
indígenas.

Sin embargo, a nivel interno de la Organización la mayor parte de los


impactos obtenidos por la Consultora y la Organización con el programa Orígenes
son de tipo negativo, lo cual surge de las entrevistas a dirigentes y miembros de la
consultora y en parte se observa del trabajo de campo. Estos impactos negativos
corresponden a una pérdida de contacto directo con las personas de las diversas
comunidades, la evaluación pérdida de energías en múltiples reuniones con el
programa, y efectos adversos como conflictos con comunidades de la Organización
que han significado la eventual salida de dicha comunidad de la Organización.

La pérdida de contacto con las comunidades son atribuidas a las acciones


que la formulación de los proyectos y las conversaciones con el programa Orígenes
demandan, lo cual está directamente relacionado con la pérdida de energías y tiempo
100

en muchas de las reuniones con el programa, atribuidas a lo mal diseñado del


programa y a las confusiones administrativas y técnicas internas entre las
instituciones del Estado co-ejecutores. El conflicto con una comunidad, que ha
estado próximo a significar la salida de dicha comunidad de la organización, es
atribuida a la demora de INDAP en entregar los recursos y definiciones que le
permitan a la Consultora responder a los compromisos adquiridos con las
comunidades, pero que dicha comunidad ha atribuido a la Organización y a la
Consultora.

Otro efecto observado en el trabajo de campo es que la Organización a


través de la Consultora ha debido modificar en la práctica su forma de trabajo
territorial interno, es decir, del trabajo de fortalecimiento de los lof ha debido pasar a
trabajar con las comunidades ya que el programa Orígenes dispone que la asignación
de recursos sólo se hará a comunidades legalmente constituidas de acuerdo a la ley
indígena.

Por último, se observó que la presencia de algunos de los mismos


dirigentes de la Organización en la Consultora generaba en ocasiones dificultades en
las conversaciones con el Estado y también al interior de las comunidades, debido a
que se sobreponían el discurso político reivindicativo con el discurso técnico de
orientación más práctica, observándose la presencia de demandas de tipo política de
largo plazo en espacios de resolución de problemas técnicos de corto plazo con los
servicios públicos co-ejecutores del programa Orígenes.

Desde la perspectiva del tipo de vinculaciones internas desarrolladas por


la Organización, se registraron el uso de diversos mecanismos, algunos propios de la
cultura mapuche y otros que corresponden a formas de apropiación de mecanismos
no mapuches. Entre los tipos de vinculaciones internas propias del mundo mapuche
101

se constatan el uso de xawün7 y füxa xawün8, eluwün9, kejüwün10. En los xawün, se


intercambian visiones, se obtiene el conocimiento de las figuras de autoridad de los
lof, se analizan acontecimientos vinculados a las iniciativas emprendidas, se evalúan
las estrategias a futuro, correspondiendo desde una visión externa a tipos de
asamblea de participación comunitaria. El elüwün en este caso se constató a través
del conjunto de ceremonias y relaciones establecidas a partir del fallecimiento de la
madre del principal dirigente de la Organización, donde participaron familiares,
vecinos, miembros de comunidades vecinas, miembros y autoridades de
comunidades de otros territorios, autoridades no mapuches como el intendente
regional, miembros del concejo municipal.

Entre los tipos de vinculaciones internas no mapuches se observaron


talleres de análisis temático impulsados por el equipo de la universidad responsable
de la elaboración del diagnóstico y del plan de desarrollo endógeno, los cuales tenían
una estructura propia de metodologías de las ciencias sociales. Los dirigentes de la
Organización refirieron el uso regular de reuniones ampliadas que también
denominaban talleres, en los cuales los miembros de las comunidades y los
dirigentes de éstas planteaban sus visiones, se resolvían estrategias, se evaluaban
procedimientos.

Un punto relevante que se constató durante el desarrollo de la


investigación fue la decisión de la Organización y los lof de mantener muchas de sus
reuniones sin intervención de agentes externos, es así como a muchas de las

7
Encuentro
8
Encuentro mayor

9
Ceremonial tradicional mapuche de entierro

10
Ayuda recíproca
102

reuniones internas de la Organización el investigador no pudo asistir por


corresponder a reuniones estrictamente internas.

Respecto del nivel de consistencia interna de los planteamientos de la


Organización, es decir, tanto de la consistencia entre los dirigentes de la
Organización con los lof como la consistencia en el tiempo, se observó una adecuada
consistencia constatada en las reuniones entre la Organización y las instituciones
públicas co-ejecutoras del programa Orígenes, con la presencia de algunas
descoordinaciones en el discurso expresado por dirigentes en comparación con el
expresado por algunos representantes de los lof.

Por otro lado, se observó la evolución del discurso desde un discurso


fuertemente crítico y reivindicativo –observado en documentos internos de la
Organización y en documentos presentes en internet- hacia uno orientado al diálogo
y matización de las diferencias con el Estado –obseervado durante el periodo de
investigación-. Se observó que este discurso era mantenido en la práctica por los
dirigentes de la Organización y por dirigentes de los lof, especialmente en reuniones
con autoridades regionales y de programas públicos.

Para la consistencia en torno al diagnóstico realizado por el equipo de la


universidad, los dirigentes en distintos momentos expresaron su acuerdo con el
documento, en sus respectivos documentos internos y conversaciones internas
expresaron contenidos consistentes con el diagnóstico y plan de desarrollo, por otro
lado, el mismo diagnóstico incorporó encuestas para evaluar el grado de
conocimiento de las familias de las comunidades en torno al proceso desarrollado
que señalan que un 84% de las familias de los lof conocían el estudio (MIDEPLAN,
2002). Los aspectos más recurrentes que manifestaron la consistencia entre el
diagnóstico y lo señalado por los dirigentes de la Organización correspondieron a los
objetivos del proceso de negociación con el Estado, contenidos específicos en torno
al concepto de economía cultural, concepto mapuche de bienestar y desarrollo,
103

relevancia de la tierra y su recuperación, defensa de los dirigentes ante la Contraparte


Técnica del plan de desarrollo elaborado por la universidad.

En torno a los planteamientos expresados por los dirigentes de la


Organización hacia el actor público, se observó un adecuado nivel de consistencia
entre las intervenciones de los dirigentes y las intervenciones de las autoridades de
los lof, donde estos últimos cuando intervenían por lo general complementaban la
visión crítica de los dirigentes, agregaban información más detallada de lo que los
dirigentes denunciaban. Por ejemplo, al analizar el tema del agua en el territorio con
funcionarios públicos de los organismos responsables del tema, los dirigentes
expresaban las dificultades surgidas por las soluciones entregadas con anterioridad
en torno al canal Itinento, el cual era visto positivamente por los funcionarios
públicos y donde las autoridades de los lof intervenían dando información más
acabada de las dificultades surgidas en torno a la presencia de dueños del uso del
agua que no pertenecían a las comunidades, o bien las dificultades administrativas
enfrentadas.

Un aspecto donde se observó menor consistencia entre dirigentes


Organización y dirigentes de lof, tuvo que ver con situaciones donde estaban en
juego solucionar trabas administrativas que permitieran acceder efectivamente a
recursos del Estado. En estos se observó que los dirigentes de la Organización se
centraron en factores de tipo estratégico tales como la demanda de ser respetados en
sus formas de organización interna y no imponérseles formas de organización
winka11, mientras los dirigentes de los lof mostraron menor resistencia a que la
legalidad vigentes los forzaba a organizarse en Comités de Agua que les permitían
poder postular a los recursos disponibles. Uno de los dirigentes de la Organización se
mostró posteriormente conciente de esta cierta distancia entre los dirigentes y las

11
El concepto “winka” es usado aquí en el sentido de “no-mapuche”.
104

autoridades de los lof, atribuyendo esta situación a una descoordinación temporal por
falta de tiempo para haberse reunido previo a la reunión con los funcionarios
públicos.

Otro componente relevante de las vinculaciones internas de la


Organización surgidas de las entrevistas corresponde a las diferenciaciones entre las
generaciones presentes en el territorio, donde por un lado, al interior de las
comunidades pertenecientes a la Organización los jóvenes asumen una gran
importancia en tanto permiten mantener y proyectar la Organización y el territorio en
tanto territorio mapuche, pero donde es central la voz de las personas mayores y las
autoridades tradicionales vigentes, observándose entonces complementariedad entre
las generaciones de jóvenes y las generaciones de adultos y abuelos. Este factor es
especialmente relevante en los vínculos con otras comunidades del territorio ya que
la Organización en algunos lof establece primero contacto con personas mayores
(abuelos) que son los que poseen en su memoria el recuerdo y valoración por la
organización del ayjarewe, pero donde enfrentan la dificultad que en muchos lof se
producido un distanciamiento entre las generaciones de jóvenes –demográficamente
más significativas- de las generaciones de abuelos.

En el caso de los lof de la Organización, se observa tanto de la revisión


del diagnóstico como del discurso de los dirigentes la misma tendencia demográfica,
pero donde los jóvenes mantienen aún grados heterogéneos de apego a las normas de
vida y prácticas intraculturales mapuche, donde el alejamiento de estas normas está
dado por la necesidad práctica de adaptación al entorno de la sociedad occidental
chilena. Los dirigentes señalan que en la actualidad es posible constatar que muchos
jóvenes están comenzando a expresar el discurso desarrollado por la Organización,
es decir, de valoración del ayjarewe como forma de organización, de rescate y
fortalecimiento de la memoria histórica, de conciencia e identidad étnica no sólo
mapuche sino además wenteche, de visión crítica de la influencia negativa del Estado
sobre los mapuche en general y sobre los lof del territorio en particular.
105

3.3 Visión de desarrollo

La visión de desarrollo presente en la Organización se basa fuertemente


en la lógica mapuche y su concepción de mundo, hombre y relación hombre-
naturaleza, incluyendo la apropiación de conceptos no-mapuche como el de
economía cultural y algunas estrategias para lograr esta visión de desarrollo.

Se describe la perspectiva que asumen la Organización y sus dirigentes


en torno al desarrollo, rol del Estado, rol de las comunidades y sus miembros,
formalización de su plan de desarrollo endógeno a largo plazo y las estrategias
definidas para su implementación.

Para los dirigentes, la propuesta de desarrollo endógeno formulada con la


colaboración de la universidad, corresponde efectivamente a una propuesta desde el
mundo mapuche, su lógica y actores validados, y que responde a la realidad
sociocultural del territorio.

La propuesta de desarrollo endógeno de la Organización inicialmente fue


llamada en mapuzugun “taiñ xemalu” –“nuestro crecimiento o desarrollo”-, sin
embargo es significativo que posteriormente fue cambiado por “kümeletuam” –“para
volver a estar bien”-, que es producto de los aprendizajes obtenidos durante el
proceso de diagnóstico, en tanto recuperación de la memoria histórica que contó con
el aporte significativo de los mayores en el territorio.

Esta propuesta “Kümeletuam” según señalan documentos internos y


documentos de internet, se fundamenta intraculturalmente en los conocimientos en
torno a “Chaw Günechen” –cuya traducción literal es aproximadamente “Padre
Sostenedor o Creador”- el cual es el principio fundamental de la existencia de la
naturaleza que incluye al hombre; “waj mapu” –“territorio”-; “mogen” –“vida”-, “az
mapu” –“normas de vida” o código de conducta de las personas-; “küme felen” –
“bienestar” pleno-; naturaleza circular del desarrollo; economía cultural; “mugeltun
106

kimün” –necesidad de reculturizar-. Cada uno de estos conocimientos intraculturales,


incluyendo la apropiación cultural sobre el concepto de economía cultural, tiene a su
vez una serie de dimensiones y articulaciones con los demás elementos, los que no
serán descritos aquí por corresponder a un campo de conocimientos en sí mismo.

Para los dirigentes, resulta altamente importante que los organismos de


colaboración externa públicos y privados comprendan o se muestren respetuosos de
estos conocimientos a la base de sus propuestas de desarrollo.

Tras el proceso de diagnóstico y formulación del Plan de Desarrollo


Endógeno “Kümeletuam”, la Organización ha definido como líneas estratégicas
prioritarias las siguientes: “Küme Felen” (nivel económico-productivo), “Che ka
ixofij fijke mogen” (Salud de los ecosistemas) y “Mapuche az mogen” (ámbito
sociocultural).

A su vez, cada una de estas líneas estratégicas de desarrollo se compone


de líneas específicas, es así como la línea del “Küme Felen” se compone de las líneas
específicas de “Mapu” (tierra), “Ko zugu” (agua) y “Fijke Xipa Chemkün”
(infraestructura); la línea de “Che ka Ixofijke Mogen” se compone de las líneas
específicas de “Taiñ Xemoleael” (salud), “Kimeltun zugun” (educación), “Fijke Xipa
Mogen” (Medioambiente) y “Fijke Xipa az müleyelu mapu mew” (recursos naturales
y su manejo); y la línea de “Mapuche Az Mogen” se compone de las líneas
específicas de “Taiñ Günenlewal” (jurídico), “Taiñ Rakizuam” (religión) y “Taiñ
ajkutunlewal ka kimniewal” (comunicaciones). (Ver anexo 10).

En tanto los miembros de la Organización identifican en el Estado uno de


los actores claves para explicar el deterioro de la calidad de vida y el rol de resolver
y revertirlas, para estas líneas estratégicas de desarrollo endógeno se le demanda al
Estado la entrega de recursos culturalmente pertinentes. En algunos casos, se
identifica además a organismos de la sociedad civil el rol protagónico en las
107

soluciones, como son los casos de educación y religión, que ambos identifican a la
iglesia Católica y evangélicas como actores claves.

Como se ve, las reivindicaciones de la Organización integran


dimensiones jurídicas, educacionales, de salud, medioambientales, organizativas,
económico-productivas, religiosas; siendo uno de los componentes más enfatizados
el recurso tierra, en tanto ahí radica parte central de la relación intrafamiliar, de
relación con la naturaleza y con la dimensión económico-productiva.

Las estrategias utilizadas son de distintos niveles, los cuales para la


Organización resultan un todo integrado, siendo analizadas estas estrategias en esta
investigación en las distinciones analíticas de los niveles bonding, bridging y linking.

Respecto de las expectativas de las familias de la Organización sobre el


desarrollo, MIDEPLAN (2002) señala que la mayoría de las expectativas de tipo
material son bajas, en cambio las expectativas del ámbito sociocultural son medianas
o altas.

3.4 Dinámicas entre los niveles del capital social (bonding, bridging
y linking)

3.4.1 Siglo XIX hasta década de 1980

Este periodo de tiempo corresponde al periodo pre-reduccional, presente


en la memoria histórica de las personas de más edad hasta tiempos más recientes.
Algunos de estos datos son complementados con los aportes de Bengoa (2000).

En MIDEPLAN (2002) se señala que los relatos actuales acerca del


inicio de los asentamientos en el territorio, indican que los primeros habitantes del
territorio provenían del otro lado de la cordillera, de los siglos XVII o XVIII. Los
motivos de los asentamientos fueron las guerras. La memoria histórica de estos
primeros asentamientos alude también –en una época posterior- a las guerras contra
108

el ejército chileno en el siglo XIX. Estos relatos coinciden en señalar como orígenes
de los asentamientos en Xuf Xuf al desplazamientos de varios grupos de mapuches
producto de las guerras, enfermedades que generaron un poblamiento inicial en lo
que actualmente es el lof de Xuf Xuf. Debido a esto se registran comentarios de la
cercanía entre la gente de Xuf Xuf y otras comunidades mapuches que residen en lo
que actualmente es Argentina.

Por su parte, Bengoa (2000) describe la participación del Ayjarewe Xuf


Xuf en el siglo XIX, especialmente en el periodo final de la lucha contra el ejército
chileno (hacia el año de 1880). Al respecto, describe las alianzas entre Mangin (ñizol
lonko de los arribanos o wenteche) y “caciques” donde, entre otros, identifica a los
Quidel de Xuf Xuf. Este mismo autor describe las relaciones de parentesco entre los
habitantes de estos territorios con habitantes en lo que actualmente es Argentina. A
fines de la década de 1860, los arribanos establecieron una alianza para enfrentar la
ofensiva del ejército chileno, entre los que se encontraban autoridades de Xuf Xuf.

En el periodo de guerras que van desde fines de la década de 1860 hasta


inicios de la década de 1880, Bengoa (2000) describe la participación directa y activa
de Xuf Xuf en alianza con los arribanos en contra del ejército chileno, así como
describe las represalias del ejército contra los habitantes de Xuf Xuf (por ejemplo,
como represalias ingresaban al territorio, tomaban prisioneros, robaban animales –
muestra un informe oficial del ejército en que informan haber obtenido 600 animales
desde Xuf Xuf-, etc.).

En la memoria histórica registrada en conversaciones con dirigentes,


miembros de la consultora y en un taller de miembros de las comunidades con la
Universidad, se recoge que la estructura social en el territorio se basaba en el
ayjarewe y en los rewe. La organización en ayjarewe, a partir de la derrota militar de
1881, fue perdiendo poder hasta que en las primeras décadas del siglo XX deja de
aparecer como una forma de organización vigente en el territorio. A partir de ese
109

momento, la articulación social que agrupaba más lof en el territorio fue el rewe para
la realización de gijatun12.

En los inicios del siglo XX se profundiza el proceso reduccional (los


nombres de las comunidades indígenas del territorio corresponden –al igual que en
otros territorios mapuche- a las autoridades de esos momentos en cada lugar) y se
produce el loteo de tierras que se asignaron tanto a no mapuches como a mapuches.
(ver anexos 9, 10 y 11).

En esta época, hasta tiempos recientes, continua el proceso de


aculturación por contacto e imposición de la sociedad chilena occidental que, si bien
no se cuenta en esta investigación con datos específicos, no parece ser muy distinta
al proceso sufrido por otras comunidades en otros territorios.

En una reunión en Xuf Xuf algunos miembros de los lof señalan que más
recientemente, en los años 60, durante el gobierno del presidente Eduardo Frei (del
Partido Demócrata Cristiano, de centro), algunas comunidades comenzaron la
inscripción de derechos de agua del canal Itinento que pasa por el territorio. Se
recuerda que en esa época no se concluyó adecuadamente ese proceso, lo que es
contrastado con el hecho que muchos particulares no mapuche pudieron comprar
derechos de agua dentro del territorio, aún sin ser del territorio. Esta situación se
continua en el año 90 a 91, cuando INDAP regional aprueba el proyecto del Canal de
Itinento, donde el problema consistió en que los derechos de agua no fueron
adecuadamente inscritos durante la construcción del canal), por lo que el acceso a los
beneficios de esta obra fue menor a la esperada y produjo una serie de conflictos y
desconfianzas con la funcionario público responsable de la redacción del escrito
público. Esta obra fue entregada en esos años (se señala que tuvo un costo de 67

12
Ceremonial religioso mapuche de rogativa.
110

millones de pesos) y sin embargo aún está la causa siendo tramitada en el juzgado sin
que se haya producido la entrega formal a la comunidad de agua (interfaz entre el
capital social grupal y los servicios públicos).

Otro hecho registrado de la interacción entre el capital social comunitario


y el Estado, son los hechos durante la década de los 80 sobre el estudio y trazado de
un By Pass de la carretera por el territorio, los cuales surgen en las conversaciones
con los dirigentes y se analizan de videos de registro de la época. Esto se produjo
durante la dictadura militar, recordándose que al ser conocida esta situación, se
produjo una movilización de las comunidades que hizo desistir al gobierno de
realizar este trazado para evitar mayores conflictos políticos que los que ya
enfrentaba en esa época.

3.4.1 Mediados a fines de los años 90

El periodo correspondiente a las reacciones al trazado del By Pass se


analiza en base a conversaciones con los dirigentes, al análisis de videos de registro
de la época y de la revisión de documentación escrita.

Ya en un periodo de retorno a un sistema político democrático, los


gobiernos de la Concertación retomaron la inquietud del gobierno militar de realizar
un trazado nuevo de la carretera Panamericana, de manera de descongestionar la
circulación vehicular al interior de la ciudad de Temuco. De esta manera, se realizan
los estudios para el nuevo trazado del By Pass Temuco (en adelante “el By Pass”),
retomando la idea de realizar el trazado por el territorio de Xuf Xuf.

Una vez que los estudios preliminares de los trazados alternativos


indicaban que la mejor alternativa era por Xuf Xuf, se inició la movilización de
personas, familias y comunidades pertenecientes a los territorios por los cuales
pasaría el trazado. Esta movilización dio origen al “Comité de Defensa de las
comunidades contra el by pass”, entre cuyos dirigentes iniciales se encuentran dos de
111

los dirigentes actuales de la Organización (el ñizol lonko más uno de los werkén,
primo del ñizol lonko), más dirigentes procedentes de otros territorios también
afectados por el trazado.

A nivel del capital social de bridging de las comunidades de este Comité,


se realizan diversos encuentros entre las familias afectadas, se produjeron vínculos
que se habían roto hacía décadas entre sectores del territorio de Xuf Xuf –más los de
territorios aledaños- lográndose un proceso de rearticulación entre sectores en
función del rechazo a la construcción del By Pass. Se realizaron visitas a los hogares
de las familias afectadas, en el año 1996 se realizaron füxa xawün en un lugar
cercano a donde en el año 1881 se reunieron los combatientes mapuche antes de
atacar el fuerte Temuco, participaron activamente los genpin, lonko, wewpife de los
territorios como muestra de una fuerte identidad étnica.

Este Comité asumió la interlocución ante el Estado de las familias


directamente e indirectamente afectadas por el trazado, en un trabajo tanto de
negociación y resistencia ante el Estado como de articulación y concientización ante
las familias afectadas.

A nivel del capital social de linking, en esta época el Ministerio de Obras


Públicas inicia contactos tanto con las familias directamente afectadas en el trazado
como con las familias indirectamente afectadas (dado que el trazado aún no era
completamente definitivo). Al mismo tiempo, se encargan los estudios técnicos de
impacto socioambiental del trazado a una Consultora externa, la cual subcontrata a
un Instituto especializado en materias indígenas, perteneciente a la mayor
universidad pública regional.

En un comienzo el Comité logró contar con apoyo externo de diversas


organizaciones no gubernamentales con las cuales se tenían contactos previos, de
personas de dos carreras en específico de una universidad local, de partidos políticos
112

y de personas tanto de la intelectualidad vinculada a la realidad mapuche como otras


personas de la sociedad civil.

Al interior del territorio de Xuf Xuf esto significó establecer contactos


entre distintos lof o familias que o habían mantenido contacto a nivel religioso en
ceremonias como los gijatun sin mantener vínculos de tipo sociopolítico, o bien
habían perdido todo tipo de contacto. Desde esta perspectiva, el capital social grupal
del Comité operó como puente entre comunidades que posteriormente se articularon
en la Organización.

En el análisis de las entrevistas con los dirigentes actuales de la


Organización y de la revisión de diversos registros audiovisuales del proceso se
constata la participación en esa época de algunos de los actuales dirigentes de la
Organización como dirigentes del Comité, así como la presencia ya en ese tiempo de
algunas de las instituciones que actualmente colaboran con la Organización.

En la dinámica de interacciones en la interfaz con el Estado, el Comité


pierde fuerza cuando, una vez realizado el trazado definitivo, el Ministerio de Obras
Públicas comienza a negociar las compensaciones sólo con las familias directamente
afectadas, ofreciendo dinero a corto plazo a las familias directamente e
indirectamente afectadas, donde al aceptar estas familias estas condiciones dejan al
Comité con bajo poder de interlocución. En las entrevistas como en el análisis de un
video documental del proceso se observa que las familias que aceptaron las
condiciones del Ministerio, comenzaron a ser criticadas y rechazadas por las demás
familias y comunidades.

Tras la experiencia del Comité, algunos de los dirigentes que pertenecían


al territorio de Xuf Xuf buscan mantener los vínculos generados por el proceso de
rechazo al By Pass (capital social de bonding). En las reuniones que se produjeron en
ese periodo, surge el planteamiento de algunas autoridades tradicionales de
113

rearticular y recuperar el Ayjarewe Xuf Xuf que había surgido de la memoria


histórica de autoridades de conocimiento de los lof, en las dimensiones más amplias
posibles, es decir, en lo territorial, en lo organizacional, en lo cultural. A partir de
este momento se fija el objetivo de la rearticulación de la antigua organización
sociopolítica del ayllarewe y se establecen iniciativas para mantener los vínculos
establecidos en el proceso del Comité, y ampliándose este esfuerzo hacia lof y rewe
que no participaron del proceso por estar más alejadas del trazado.

3.4.3 Año 1999

En las conversaciones con los dirigentes se señala que aprovechando los


vínculos personales (capital social individual) de éstos, que por sus profesiones y
trabajos anteriores habían conocido y contactado diversas instituciones no mapuches
y dirigentes mapuches, se establecen contactos (expresión del capital social de
puente) con dirigentes de las principales organizaciones mapuches del movimiento
mapuche actual, para invitarlos al territorio a dar a conocer sus planteamientos y
experiencias para que las personas de los lof de la Organización tuvieran más
elementos para comprender el movimiento mapuche actual, tuvieran más elementos
para resolver las estrategias que la Organización seguirían a futuro y constataran que
las condiciones y realidad de vida en el territorio era una realidad compartida por
otras comunidades mapuche. Es así como toman contacto con la Asociación
Ñankucheo de Lumaco, la Asociación Poyenwe de Villarrica, la Asociación de
Makewe de Padre Las Casas, la Coordinadora Arauco-Malleco, la experiencia del
conjunto de comunidades en Tirúa con el actual alcalde Millabur, estableciendo de
esta manera el desarrollo de un capital social de puente de contacto estrecho con
organizaciones mapuche del llamado “movimiento mapuche”.

En este proceso que significó que dirigentes de dichas organizaciones


visitaron, expusieron sus planteamientos y dialogaron con los miembros de la
Organización, generándose vínculos de cercanía, cooperación y reciprocidad.
114

En esta primera etapa de la Organización, la cercanía con estas


organizaciones se constata en la participación conjunta en seminarios –registrados en
documentos de la época-, reuniones ampliadas, en la visita de los dirigentes de la
Organización a los territorios de estas organizaciones y comunidades, la firma
conjunta de declaraciones públicas, distinguiéndose de otras organizaciones por el
uso en las firmas de las declaraciones públicas de la noción de identidad territorial.

En los contactos desarrollados por los dirigentes de la Organización con


las organizaciones y comunidades mapuches de otros territorios, comienzan a
estrecharse los vínculos, se producen prácticas de reciprocidad donde los dirigentes
de uno y otro territorio se invitan a ceremonias tradicionales como gijatun, xawün;
además, cuando alguna de las organizaciones enfrenta momentos más críticos en sus
relaciones con el Estado, la Organización participa del movimiento de solidaridad de
las otras organizaciones, firmando declaraciones conjuntas, participando en marchas
hacia la intendencia regional.

Con la Coordinadora Arauco-Malleco, los vínculos más cercanos se


establecen al inicio del proceso de reconstitución del Ayjarewe, donde el principal
objetivo era que los miembros de la Organización conocieran los planteamientos de
esta organización, pero con los cuales posteriormente se produce un distanciamiento
por diversos motivos, donde por un lado está que el carácter de esta organización no
corresponde al de la reivindicación de las identidades territoriales, por otro lado,
existen diferencias en las estrategias seguidas por estas dos organizaciones, pero
donde se mantienen vínculos cooperativos ante situaciones de carácter más general
donde se ven involucradas más organizaciones mapuches o la reivindicación más
amplia de reconocimiento de derechos como pueblo o la demanda de
autodeterminación.

Otra de las organizaciones mapuche que los dirigentes de la


Organización señalan como más cercanas es la Coordinadora de comunidades
115

mapuche de Neuquén. En este caso, quedan patentes varios elementos que muestran
las características del capital social de la Organización. Por un lado, se constata el
carácter de proceso basado en la lógica y memoria histórica mapuche, en tanto para
la Organización esta Coordinadora es considerada a un mismo nivel que las otras sin
ser significativo que corresponda al actual territorio de Argentina, y por otro lado, se
constata la capacidad de la Organización por tomar contacto y desarrollar vínculos
estrechos con organizaciones que escapan el radio de acción más local o regional,
siendo de carácter más internacional. Además, este vínculo es parte de un
componente más grande del capital social de la Organización, relacionado con la
capacidad de cooperación, en tanto es uno de los elementos que muestra cómo las
iniciativas, prácticas y discursos de organizaciones y comunidades muy distantes
entre sí, al tener similitudes de visiones, estrategias, iniciativas específicas potencian
un planteamiento más amplio como es el del movimiento indígena a nivel
latinoamericano.

En el caso de la Asociación Makewe-Pelale, que gestionan un Hospital


de carácter intercultural bastante conocido a nivel local, regional e internacional, las
relaciones de la Organización con esta Asociación cuentan como precursores con el
trabajo que el principal dirigente realizó en investigaciones, capacitaciones en el
tema de la salud intercultural.

Otros vínculos de bridging desarrollados al inicio de la Organización fue


la invitación a dirigentes procedentes de otros pueblos indígenas en otros países, es
así como señalan que personas de Perú y Colombia estuvieron exponiendo sus
planteamientos y dialogando con los miembros de la Organización. Estos vínculos
sirvieron –según los dirigentes- para que las personas de la Organización constataran
que las experiencias y condiciones de vida y los planteamientos en torno a las
reivindicaciones eran compartidas incluso por pueblos indígenas en otros países, lo
que daba más fuerza al proceso que internamente llevaban a cabo.
116

La Organización en esta época buscó establecer contactos con muchas de


las comunidades y rewe del territorio tanto para captar más lof, familias y personas
como para dialogar y compartir visiones y difundir los objetivos de la Organización.
Como se describió en la exposición sobre la Organización, una de las estrategias de
la Organización es buscar y establecer contactos con las autoridades tradicionales
vigentes en los lof del territorio, principalmente personas mayores, por tanto las
posibilidades de nexos con otros lof están condicionadas por la existencia actual y
vigencia de estas figuras de autoridad tradicional. En ocasiones los contactos con
estas figuras de autoridad son positivas, pero estas autoridades se encuentran poco
legitimadas por las personas del lof que son más jóvenes y por tanto no logran llegar
a las generaciones más jóvenes que muchas veces son los que asumen la dirigencia
de las organizaciones funcionales que han tendido a desplazar a las organizaciones
tradicionales.

En otras ocasiones, los vínculos se vieron interferidos por el factor


religioso, donde los dirigentes de la Organización señalan que en muchas
comunidades del territorio las iglesias se han posicionado con tal vigor que han
desplazado o incluso reemplazado a las autoridades tradicionales. En especial
señalan a las iglesias evangélicas como un actor que ha interferido fuertemente desde
hace años en el territorio y que hoy día obstaculiza la posibilidad de rearticulación de
las comunidades.

Otro de los factores que los dirigentes señalan como obstaculizador en


sus esfuerzos de contacto con lof del territorio es la calificación de comunistas que
les ponen personas de las comunidades, donde asignan a los comunistas una
connotación fuertemente negativa. Este apelativo, según señalan los dirigentes
proviene del efecto producido por la dictadura militar que produjo gran impacto en el
territorio.
117

En esta etapa, junto al desarrollo de una postura fuertemente crítica a la


realidad vivida en los lof, atribuidas a la irrupción del Estado chileno, la usurpación
de tierras, el deterioro de la calidad de vida, la pérdida de normas de vida, formas de
relaciones, formas de relación con la naturaleza relacionadas con las formas de
producción económica, surge el conflicto abierto con algunos particulares que
poseen fundos al interior del territorio de Xuf Xuf, ocupando tierras que
tradicionalmente pertenecían a distintos lof (mes de diciembre).

Se inicia entonces, en un momento temprano de la vida de la


Organización Ayjarewe Xuf Xuf, la relación de conflicto abierto con los particulares
no mapuches del territorio –conflicto que existían con anterioridad a la Organización
y al Comité- que significó en lo interno el aumento de cohesión entre los lof, con los
dirigentes, el aprendizaje de formas de organización, reforzar los vínculos
desarrollados hasta el momento, y hacia lo externo significó renovar el vínculo de
conflicto abierto y resistencia ante el Estado y ante los particulares presentes en el
territorio.

En esta época surgen acciones de recuperación de las tierras de los


fundos, la represión por parte de carabineros, de los que se recuerda tanto el
patrullaje constante de helicópteros a baja altura por el territorio, así como la
irrupción de noche en hogares de algunas familias para detener a algunas personas y
someterlas a golpes y uso de corriente eléctrica- y los disparos desde guardias del
fundo.

Cuando se levanta la ocupación de terrenos de fundos particulares, la


Organización realiza una marcha hacia la Intendencia Regional. En este momento se
inician las negociaciones con el gobierno regional en función de las demandas de
desarrollo.

3.4.4 Año 2000


118

El intendente regional de esa época decide canalizar la demanda a través


de una coordinación de servicios públicos que posteriormente incluyeron a
Gobernación, CONADI, MIDEPLAN y SERPLAC que se transformaron en la
llamada Contraparte Técnica en el trabajo de diagnóstico y formulación de un plan
de desarrollo endógeno.

Cabe señalar que en esa época ocurrían dos situaciones paralelas que
tuvieron incidencia en el curso posterior del proceso: por un lado, coincidía el
momento con los conflictos abiertos entre otras organizaciones mapuches que
reivindicaban la recuperación de tierras y que habían significado la deslegitimación
de la CONADI como interlocutor entre el Estado y el mundo indígena -y gatilla que
el nivel central del gobierno asuma directamente las negociaciones en el conflicto-, y
por otro lado, correspondía al momento en que estaba próximo el fin del periodo de
gobierno del presidente Eduardo Frei, por tanto, las autoridades regionales estaban
próximas a dejar sus cargos.

Esta época coincide además con otro hito en la Organización (más


específicamente con el nivel de puente), la que aparece en forma más secundaria en
el discurso de los dirigentes y que corresponde al proceso de la candidatura del
principal dirigente de la Organización a alcalde en las elecciones municipales del año
2000. Esta candidatura significó la revitalización de los contactos establecidos con
autoridades y dirigentes de los territorios mapuche de la comuna de Padre Las Casas
y que participaron del proceso de resistencia al By Pass (capital social de puente o
bridging). Se reforzaron y profundizaron los vínculos con los territorios de Makewe,
Likanko, Koyawe, Roble Huacho y a nivel interno (bonding), se profundizó la
participación de los miembros de los lof en la candidatura y en las reuniones tanto
previas como durante la constitución de esta candidatura al municipio.

Muchos de los vínculos establecidos por la Organización durante la


candidatura se mantienen vigentes y facilitan el acceso a instituciones y espacios de
119

toma de decisiones políticas a la Organización, resultando entonces una fuente


incipiente de empoderamiento autogestado, pese a la escasa votación obtenida.

Esta candidatura, además implicó la necesidad de erigirse en un referente


capaz de negociar políticamente con los partidos políticos tradicionales y tener una
postura interna hacia ellos. Dado que en las elecciones municipales todos los
partidos participantes (de derecha, centro e izquierda) llevaban candidatos mapuche
en alguna comuna, se hizo necesaria la capacidad de fijar posturas hacia cada actor
político. En términos generales, predominó una posición fuertemente crítica a los
partidos políticos y de percepción de manipulación desde ellos, lo que incidió en la
necesidad de que el candidato mapuche independiente no tuviera militancia política
ni la hubiera tenido con anterioridad.

En esta época, la Organización ya era una de las organizaciones


mapuches presentes en diversas actividades e iniciativas del llamado “movimiento
mapuche” e integraba el tipo de organizaciones mapuche de las identidades
territoriales junto a organizaciones Naqche, Lafkenche y Wenteche.

A nivel del capital social de linking, durante el año se produjeron


reuniones y negociaciones entre la Organización y el Gobierno Regional y el
Gobierno Central por la demanda de desarrollo. En estos primeros diálogos directos
entre la Organización y la Intendencia, la Organización plantea sus demandas en
torno a la recuperación de tierras y ubica esta recuperación de tierras en una
demanda más amplia de desarrollo territorial, desde la perspectiva del desarrollo
mapuche (el nombre de “desarrollo endógeno” surgió una vez que se integra el
equipo de la Universidad Católica de Temuco), y agrega como requerimiento la
incorporación de un actor mediador entre la Organización y el Estado debido a la
desconfianza hacia el Estado y a la falta de conocimientos de la lógica y lenguaje del
actor público, donde el mediador debería lograr traducir a la Organización la lógica
del actor público y además debería traducir al Estado la lógica de la Organización.
120

La Organización planteó que este mediador debería ser la Universidad


Católica de Temuco –en específico la unidad especializada en el abordaje del mundo
indígena de la universidad- debido a que las experiencias de trabajo conjunto previo
(capital social individual de uno de los dirigentes) les daba confianza en la
pertinencia del enfoque de trabajo de la universidad.

Estas negociaciones derivan en la constitución de la llamada


“Contraparte Técnica” (en adelante “la Contraparte”), formada por Gobernación
Provincial Cautín, SERPLAC, CONADI y MIDEPLAN, dado que asumieron el rol
de contraparte técnica en el trabajo de diagnóstico y formulación del plan de
desarrollo endógeno encargado a la Universidad, con la cual se firmó un convenio a
modo de contrato de prestación de servicios (mes de noviembre). Se acuerda que el
gobierno va a financiar un diagnóstico y propuesta de desarrollo mapuche de la
Organización (para los lof que forman parte de la Organización).

Al interior del actor público se gestionan recursos para financiar este


trabajo, lográndose que MIDEPLAN aportara los recursos, al mismo tiempo se
definió que la coordinación correspondería a la Gobernación y que las demás
instituciones públicas de la Contraparte ejercerían un rol de supervisión técnica.

Un aspecto importante de las relaciones entre la Contraparte y la


Universidad –que se desprende de entrevistas a funcionarios de la Contraparte, del
equipo de la Universidad y a los dirigentes de la Organización- en esta etapa inicial
del trabajo fue que, al establecer la Contraparte contacto con la Universidad, lo hizo
con la dirección central y no con la unidad especializada en materia indígena. La
universidad por su parte, internamente asignó la tarea a la unidad especializada en
desarrollo regional, la cual fue la que estableció los acuerdos iniciales con la
Contraparte, acuerdos sobre los cuales se redactaron los términos de referencia del
vínculo contractual. En otras palabras, la unidad especializada en materia indígena
121

(que fue la solicitada por la Organización) se integra al proceso cuando ya estaban


firmados los términos de la investigación.

En esta etapa se inician conversaciones y negociaciones entre


MIDEPLAN y esta unidad de la Universidad para precisar algunos aspectos de los
términos de referencia con los cuales no estaba de acuerdo, lo cual generó cierto
ruido en la Contraparte. Una de las dificultades constatadas con posterioridad fue
que el trabajo de la Contraparte Técnica con la Universidad y con la Organización,
no contó con un proceso de explicitación de las expectativas, los objetivos, visiones
particulares de los interactuantes, de esta manera, el vínculo fue inicialmente de tipo
técnico y de cierta distancia y desconfianza y con baja concordancia en visiones,
expectativas y orientaciones sobre el proceso.

El análisis de las entrevistas y documentos a los actores involucrados


muestra que los principales factores que llevaron a esta experiencia por parte de los
actores de la Contraparte fueron el contexto de conflicto con diversas organizaciones
mapuches y la necesidad de atenuar el conflicto, el compromiso a la seguridad
pública ante los actos de violencia y por tanto la necesidad de acción del Estado, el
que la Organización provenía del territorio de Xuf Xuf, el cual hacía poco tiempo se
había visto afectado por la construcción del By Pass Temuco lo que implicaba una
política de compensaciones y tratamiento preferencial en algunos niveles de la
institucionalidad pública, la demanda explícita realizada por la Organización donde
reclaman contra el Estado y plantean reivindicaciones para un mejor desarrollo del
territorio que involucran modificaciones en la forma en que el Estado intervenía a
través de sus programas e instituciones, y la constatación más general en la
institucionalidad pública de la necesidad de pasar a un enfoque más territorial y
coordinado de la intervención pública en materias de las demandas de desarrollo de
los actores locales, así como por la constatación desde MIDEPLAN de la necesidad
de definir nuevas estrategias de abordaje hacia el mundo indígena, con lo que una
experiencia de este tipo, con un actor con reconocida experiencia previa como la
122

Universidad, podía enseñar las metodologías más adecuadas, al mismo tiempo que
en esa época se estaba diseñando el programa Orígenes y esta experiencia podía
mostrar estrategias y metodologías más adecuadas para el programa, por tanto, esta
experiencia se asumía como experiencia piloto.

Por su parte, el plan de desarrollo fue entendido por la Contraparte como


un documento de guía del actuar de las instituciones públicas hacia las comunidades
de la Organización, por lo que el resultado asumió un carácter de tipo más
autorreferencial, donde el centro estuvo puesto en la utilidad para la institucionalidad
pública más que para la misma Organización.

Una vez que se produce la firma del convenio de contraprestación de


servicios, las interacciones entre la Organización y el Estado en función del
desarrollo local adquieren un carácter formalizado, se canaliza el conflicto en el
trabajo ejecutado por la Universidad, enfatizándose el componente técnico y
quedando posteriormente (desde el año 2001) el componente político en manos del
Subsecretario de MIDEPLAN, al cual el Presidente había delegado la
responsabilidad de las negociaciones con las organizaciones y comunidades mapuche
en conflicto abierto, lo que incluyó a la Organización, y queda la universidad en un
rol de intermediario y supeditado al cumplimiento de los términos de referencia
técnicos del trabajo.

3.4.5 Año 2001

Durante este año, se desarrolla el trabajo de diagnóstico de la


Universidad con las comunidades. En estos vínculos de linking, la Universidad
desarrolla una metodología fuertemente participativa y orientada a relevar los
conocimientos y visiones propios de las comunidades y sus autoridades. Se integran
algunos miembros jóvenes de la Organización al equipo de investigación y se genera
un incipiente empoderamiento de niveles individuales y organizacionales.
123

Al mismo tiempo, en el avance de la investigación, la Organización


incorpora (se apropia de) algunos conceptos tales como “desarrollo endógeno” y
“economía cultural”; las comunidades profundizan el conocimiento intracultural, la
historia local, los vínculos internos (capital social de bonding) entre las distintas
generaciones y distintos lof. Este vínculo de linking puede ser considerado entonces
como empoderador y sinergizador para los emprendimientos de la Organización,
favoreciendo el capital social de bonding.

Por otro lado, profundizando su capital social de puente y de linking, la


Organización firma un convenio de colaboración conjunta entre la Organización, las
Asociaciones Poyenwe de Villarrica, Ñancucheo de Lumaco, junto con la Fundación
Instituto Indígena del Obispado de Temuco en el programa de asesoría
organizacional “Fortalecimiento de la Sociedad Civil Mapuche de la IX región” (lo
cual queda registrado en archivos de internet en esa época). A través de este
programa, además de reforzar los vínculos de puente con estas organizaciones,
accede a capacitación organizacional, capacitación en temáticas de interculturalidad,
acceso a difusión a través de internet. Además, este vínculo se producía con una
institución perteneciente a la Iglesia Católica, con la cual se veía venir un proceso de
negociaciones ya que se proyectaba pedir el control de las escuelas en el territorio
para poder implementar programas de educación mapuche (varios dirigentes de la
Organización son profesores, algunos con especialidad en educación intercultural
bilingüe) y en el territorio una de las escuelas es de una institución sostenedora
vinculada a la Iglesia Católica.

Para la firma de este convenio los dirigentes señalan que la Organización


debió inscribirse como Asociación Indígena (figura organizacional legal definida por
la Ley Indígena), a pesar de la crítica a las formas de organización impuestas por el
Estado.
124

A mitad de año se llega a la fecha en que la Universidad debía entregar el


primer informe de avance a la Contraparte (lo que estaba regulado por el convenio de
contraprestación de servicios). Dado que el equipo de la universidad estaba
implementando una metodología fuertemente participativa y enfatizando el rescate
del conocimiento y visión mapuche en torno a las propuestas de desarrollo, al llegar
a esta fecha demoraron la entrega del informe de avance, lo que generó críticas por
parte de la Contraparte.

Tanto de los funcionarios de la Contraparte, como de los dirigentes y


como del análisis de documentacion, se observa que una vez que es entregado el
primer informe de avance, en la evaluación de la Contraparte se señalan varios
puntos a aclarar, lo cual es interpretado por el equipo de la universidad como muestra
de cierta falta de compromiso del Estado por aceptar una propuesta mapuche y como
muestra de cierta falta de idoneidad técnica. En estos momentos los vínculos entre
estas instituciones se tensan y se acentúan las desconfianzas. Por su parte, los
dirigentes de la Organización mantenían cierta distancia de estos conflictos,
asumiendo una posición de defensa al trabajo del equipo de la Universidad.

Por su parte, al interior de la Contraparte surge la iniciativa de incluir a la


Organización en el Programa Orígenes que estaba en etapa de diseño y selección de
comunidades beneficiarias. Desde MIDEPLAN se realizan las gestiones para
incorporar a las comunidades de la Organización (originalmente no focalizadas por
el programa) aun cuando no contaban con el diagnóstico. La idea para la
Contraparte, de acuerdo a las entrevistas con los funcionarios responsables, era que
el programa podía responder al menos en parte a las demandas de la Organización.

Tras el cambio de gobierno del año 2000, asume la Subsecretaría de


Gobierno don Jaime Andrade, el cual asume la responsabilidad de negociar y
enfrentar los conflictos con organizaciones y comunidades mapuches en el marco del
“movimiento mapuche”. Los dirigentes señalan que a partir del año 2001 la
125

Organización comienza a conversar y negociar directamente con el Subsecretario


asuntos tanto propios de las demandas de la Organización como del conjunto de
organizaciones mapuche. En este contacto directo reciben cierto apoyo cuando
comienzan a surgir dificultades en la visión técnica del trabajo de la Universidad,
manifestando una relación donde la dimensión política en torno a la propuesta de
desarrollo podía ir en forma paralela o por sobre la dimensión técnica del trabajo de
la Universidad.

Al mismo tiempo, los dirigentes continuaban participando activamente


del llamado “movimiento mapuche” (capital social de puente). A fines de año, los
dirigentes participan en el apoyo a las organizaciones de estudiantes mapuche
universitarios que iniciaron una serie de movilizaciones en torno al mejoramiento de
las condiciones de vida de los estudiantes de hogares. Participan además, de las
denuncias hechas por varias organizaciones mapuches al Programa Orígenes, por la
falta de pertinencia cultural, falta de participación y pocos beneficios reales que el
programa traería a las comunidades.

Además, los dirigentes de la Organización participan del conjunto de


organizaciones mapuches que denunciaban la unilateralidad del trabajo de la
recientemente formada “Comisión por el Nuevo Trato”13, lo que tras numerosas
reuniones y negociaciones genera la llamada “Comisión de Trabajo Autónomo
Mapuche – COTAM”, que iba a ser financiada por el gobierno, pero bajo gestión
mapuche, donde el principal dirigente (ñizol lonko) de la Organización pasó a ser el
coordinador principal (recibiendo un sueldo).

13
Esta Comisión gubernamental fue formada por el Presidente Ricardo Lagos, y presidida por el ex
Presidente Patricio Aylwin, para estudiar la historia de relaciones con los pueblos indígenas, sus
demandas y generar propuestas de abordaje desde la institucionalidad pública, para responder a los
conflictos con los pueblos indígenas.
126

El surgimiento de la COTAM generó reacciones de fuerte rechazo de


varias organizaciones mapuches que eran parte de la demanda de una contraparte a la
Comisión de Nuevo Trato. El problema consistió en que las organizaciones no
habían acordado la formación de una institución financiada (y por tanto se entendía
“dependiente de” el Estado) ni que dirigentes de organizaciones mapuches iban a ser
pagados por hacer este trabajo.

Según se constata en el trabajo de campo, este surgimiento de la


COTAM marca un hito en las relaciones de puente del capital social de la
Organización, en tanto, a partir de este momento la Organización y especialmente
sus dirigentes pasan a ser públicamente cuestionados por otras organizaciones con
las que hasta el momento existían fuertes lazos de cooperación y cercanía.

Para los dirigentes, la COTAM constituía un espacio importante para


poder fortalecer la posición de reivindicación mapuche contra el Estado, ya que su
trabajo debía entregar conocimientos más profundos acerca de la realidad histórica y
actual del pueblo mapuche, que actuaría como contraparte técnica y política a la
Comisión de Nuevo Trato.

A partir del trabajo de la COTAM, dos dirigentes de la Organización (el


ñizol lonko y un werken) comienzan a trabajar fuertemente en el trabajo de ésta,
ejerciendo al mismo tiempo su rol de dirigentes.

Por su parte, a fin de año, tras recibir el informe de avance de la


Universidad (retrasado según el Convenio original), la Contraparte Técnica realiza
gestiones internas para permitir la aprobación interna del informe de avance y de
extender el plazo final, el cual es extendido hasta marzo del año 2002.

En esta etapa del avance del estudio, la Contraparte critica el poco


espacio que se le estaba dando a los servicios públicos en la realización del
diagnóstico y en la formulación de la propuesta. Para la Contraparte, la preocupación
127

giraba en torno al escaso involucramiento y comunicación que se estaba


desarrollando entre los servicios públicos y las comunidades, la poca posibilidad de
aprendizaje de los servicios públicos sobre el proceso y su metodología, y a la
inquietud por la medida en que los informes y avances correspondían realmente a las
demandas de los miembros de las comunidades. Por otro lado, surgía la duda si la
Universidad sería capaz de formular el plan de desarrollo en plazo restante, dado el
avance mostrado.

A fin de año, se suma otro factor a los ya intensos contactos y vínculos


de la Organización (en los tres niveles en estudio en esta investigación). Tras las
gestiones de la Contraparte, el Programa Orígenes –del nivel central- aprueba que se
incorporen al programa las comunidades de la Organización (que originalmente no
estaban focalizadas).

La incorporación al programa Orígenes, trajo repercusiones para el nivel


de bonding del capital social de la Organización. Una de las repercusiones
observadas y confirmadas en conversación con un dirigente, fue que el programa
sólo iba a beneficiar a comunidades inscritas legalmente en CONADI (y la
Organización funcionaba internamente de acuerdo a la organización en lof, que no
corresponden a la organización en comunidades) imponiéndose así una estructura
organizacional cuestionada.

Otra repercusión negativa fue que dos comunidades se subdividieron, de


manera que sólo una parte de ellas permanecieron con la Organización. Según un
dirigente de la Organización, en ambos casos las divisiones internas venían de
diferencias internas de nivel interpersonal y familiar intracomunitarias previas,
sumándose el cuestionamiento a la Organización por “comunistas” hechas por
algunos de estos miembros. El programa Orígenes más la intervención de personas
no mapuches vinculadas a consultoras externas –a su vez vinculadas a partidos
políticos específicos- actuaron como gatillante de estos conflictos.
128

En el caso de la comunidad Juan Huentelén, de la subdivisión se formó la


comunidad Juan Huentelén 1, la cual se incorporó al Programa Orígenes, pero que no
participó de la Organización (según uno de los dirigentes nunca fue parte de la
Organización); y la comunidad Juan Huentelén 2 se mantuvo en la Organización,
pero no fue incorporada por el Programa, logrando sí la Organización incorporar a
esta comunidad a un programa de INDAP de riego.

En el caso de la comunidad Juan Catrilaf, se formó la comunidad Juan


Catrilaf 1, la cual fue incorporada a Orígenes, pero a uno de los dirigentes no le
queda clara que efectivamente sigan participando de la Organización; por su parte la
comunidad Juan Catrilaf 2 no fue incorporada al programa Orígenes, pero también se
logró incorporarla al programa de riego de INDAP.

En definitiva, de las doce comunidades originalmente parte de la


Organización, debido a estos problemas, fueron incorporadas al programa Orígenes
nueve comunidades.

Según los dirigentes, al ingresar al programa, la Organización decide


formar su propia Consultora, ya que en las normativas del programa cada comunidad
debía elegir la consultora que se responsabilizaría por la formulación y ejecución
técnica de los proyectos. Esta decisión se fundamentó en que así todos los recursos
quedarían en Xuf Xuf, en que a través de la Consultora podrían contactar otras
comunidades para posicionar los pensamientos de la Organización (como puente
entre el pensamiento crítico de la Organización y otras comunidades dentro y fuera
del territorio).

La Consultora fue elegida por una comunidad perteneciente a la comuna


de Lautaro (no parte de Xuf Xuf), con la cual se mantuvo el trabajo. Al interior de
Xuf Xuf, la Consultora tomó todos los proyectos de las comunidades. La única
excepción –que se constata en observaciones de terreno y en conversaciones con
129

dirigentes- fue la comunidad de Xuf Xuf que, por compromisos previos de los
dirigentes, mantuvo para los proyectos productivos una consultora externa, lo cual
fue aceptado por la Organización porque se consideró un tema menor.

La Consultora fue formada por algunos dirigentes de la Organización,


más la contratación de técnicos y profesionales mapuches y no-mapuches. Las
distinciones de los planteamientos técnicos y los planteamientos políticos en la
Consultora se confundieron –y en ocasiones fusionaron- en el proceso siguiente.

Así mismo, al ingreso al Programa, la Organización pudo intervenir en la


designación del Promotor Sociocultural (que junto al Promotor Productivo son los
operadores más directamente de terreno del Programa), a la cual conocían desde el
trabajo con la Fundación Instituto Indígena, por lo que existían confianzas previas,
todo lo cual es expresado tanto por los dirigentes como por la persona del programa
Orígenes. Esta promotora estableció un vínculo de confianza y cooperación con la
Organización y la Consultora, vínculo que contrastaba con cierta distancia del
coordinador zonal del programa.

A nivel de coordinación entre la Contraparte y el Programa Orígenes, se


constata que los promotores no tenían la información surgida del trabajo de la
Universidad, por lo que no tenían conocimiento del diagnóstico, de las demandas y
visiones de desarrollo de las comunidades. En este nivel se observa que las
vinculaciones entre la Contraparte y el Programa son de nivel jerárquico medio,
donde coincide que un miembro de la Contraparte (en este caso de MIDEPLAN) era
una de las gestora a su vez del Programa. Por tanto, las vinculaciones son más bien
de nivel político general, pero no se observaron vinculaciones en función de la
realidad específica de la Organización.

3.4.6 Año 2002


130

Durante este año la Organización continúa trabajando a nivel interno en


la ejecución del diagnóstico y posterior formulación del plan de desarrollo endógeno
contratado a la Universidad. En esta etapa, el diagnóstico ya mostraba la centralidad
de la posesión y ampliación (recuperación) de las tierras por parte de las
comunidades como factor central para lograr el desarrollo endógeno. Desde la
Contraparte surgieron críticas –bajo fundamento técnico- a este énfasis en el
componente de tierras y a la mirada económica a la base, lo cual profundizó las
desconfianzas acerca de la real voluntad de la Contraparte hacia una propuesta
mapuche.

En esta etapa del avance de dicho estudio y de acuerdo a las entrevistas


realizadas en la investigación, la Contraparte dudaba de la capacidad técnica del
equipo de la Universidad para formular el plan de desarrollo. Dado que quedaba
poco tiempo para la entrega del informe final, el equipo de la Universidad solicitó un
funcionario del Gobierno Regional para colaborar con la formulación técnica del
plan de desarrollo. Pese a no estar de acuerdo con esta solución, la Contraparte
aceptó y se designó al coordinador regional del Programa Chile Barrio para
participar con el equipo de la Universidad en la formulación final del plan. Sin
embargo, la incorporación de este profesional no permitió superar las dificultades.

Al mismo tiempo, en marzo, la Organización denuncia los problemas


surgidos en el territorio por la construcción del By Pass, entrando en conflicto con el
Ministerio de Obras Públicas.

En abril, la Organización logra acordar con el Consejo Latinoamericano


de Cine y Video (CLACPI) que la Organización producirá en el año 2003 el Séptimo
Festival Internacional de Cine y Video de los Pueblos Indígenas, lo cual queda
registrado en documentos de internet analizados.

En el mes de julio, se realiza una reunión entre la Contraparte, la


Universidad y la Organización donde se enfrenta esta situación. Se acuerdan y
131

consensúan unos aspectos parciales sobre el contenido del informe final, pero se
mantienen las confrontaciones entre el equipo de la Universidad y la Contraparte.
Los dirigentes de la Organización mantienen una posición menos activa, pero de
apoyo al trabajo de la Universidad. Se acuerda nuevamente postergar la entrega del
informe final para el mes de noviembre.

A nivel de puente, en estas mismas fechas, la Organización participa


activamente junto con otras organizaciones mapuches, de la reunión de la Comisión
del Senado que discutió el tema del reconocimiento constitucional de los pueblos
indígenas. Tras una sesión de discusión del tema breve, la Comisión resolvió
rechazar este reconocimiento. Uno de los dirigentes de la Organización, con el cual
se conversó sobre este tema, participó de las denuncias de ésto en medios de
comunicación, lo cual se puede constatar revisando documentos y notas de prensa de
internet de la época.

De acuerdo a documentos de internet, en la misma fecha, la Organización


participa junto con otras organizaciones mapuche, de la articulación de
organizaciones de tipo identidades territoriales. En estas actividades, estas
organizaciones exponen sus planteamientos y visiones de desarrollo, enfatizando los
fundamentos mapuches del desarrollo, la dimensión territorial del desarrollo, la
propia organización para el desarrollo. Es posible identificar varios elementos de los
informes parciales de la Universidad en uno de los documentos generados.

Sin embargo, al mismo tiempo -según los dirigentes- comienzan a


identificar divergencias en miradas, procedimientos entre estas organizaciones, lo
que en su opinión van diferenciándolos y distanciándolos. En especial señalan
diferencias en las formas de representatividad y autoridad (ya que las otras
organizaciones no enfatizan la recuperación del poder de autoridades tradicionales),
el grado de manejo del conocimiento y lengua mapuche (lo que perciben como causa
de diferencias de visión en torno al sentido asumido de desarrollo mapuche).
132

En otra zona de interfaz con el Estado, surgen en esta época –según


algunos dirigentes- dificultades al interior de la Organización con un lof, producto de
las dificultades con el Programa Orígenes. Los problemas surgen –según la
Organización- porque el Programa e INDAP cambiaban frecuentemente las reglas de
funcionamiento del programa, por lo que se retrasaron recursos comprometidos ya a
las comunidades. En el caso del lof Piwlje Üñüm se produce que sus dirigentes
responsabilizan a la Consultora –y por tanto a la Organización- de estas demoras, por
lo que por un tiempo se esperó que este lof se retirara de la Organización. Esto
muestra la conexión entre la dimensión de bonding con la dimensión de linking del
capital social.

Otra iniciativa (a nivel de capital social de puente), que permite a la


Organización participar colaborativamente con otras organizaciones mapuche –con
las cuales se había distanciado por las críticas a la COTAM- fueron las reuniones,
declaraciones públicas y marchas en protesta por la muerte de un joven mapuche en
un incidente con carabineros en el mes de noviembre. Este hecho afectó aún más las
relaciones conflictivas con la Contraparte y reforzaron la desconfianza y dudas de la
posibilidad de obtener logros en las relaciones con el Estado y su institucionalidad.

Como se constata en el análisis de documentación, en el mes de


diciembre, la Contraparte resolvió finalmente rechazar técnicamente el documento
de Diagnóstico y Plan de Desarrollo Endógeno, debido a existir observaciones en
aspectos generales y específicos de dicho informe. En especial, se mencionan en las
entrevistas el constante incumplimiento en los plazos y de los términos de referencia,
además de que se evalúa que el informe no constituye un plan de desarrollo que
actúe como guía para la acción de la institucionalidad pública. En cuando a
contenido, además, se señala que el componente económico-productivo
(especialmente en la demanda de tierras) presenta falencias en la fundamentación
técnica.

3.4.7 Año 2003


133

En el mes de enero la Contraparte notifica informalmente a los dirigentes


de la Organización del rechazo técnico del estudio de la Universidad. Dado que era
época de vacaciones de la Universidad y de varios funcionarios de la Contraparte, la
formalización del rechazo técnico se posterga para regreso de vacaciones.

En esta zona de interfaz, se observa que predomina en los miembros de la


Contraparte una parte de frustración por el resultado, y una preocupación por la
reacción de la Organización que hace que se mencione la preocupación por el orden
público. No se mencionan desde la Contraparte propuestas acerca de cómo continuar
el vínculo y el proceso de apoyo a las iniciativas de desarrollo de la Organización.

Durante los meses de enero y febrero, la Organización mantiene un


trabajo interno fuerte en la formulación de los proyectos para el programa Orígenes,
lo que se observa en el trabajo de campo. Surgen problemas en los proyectos
productivos que involucraban riego, debido a que exigían derechos de propiedad o
comprobación técnica de la existencia de agua renovable en los meses de la estación
seca. Ambos requisitos no fueron conocidos por la Consultora con anterioridad, por
lo que los dirigentes activaron mecanismo de solución técnica y política a través de
sus contactos directos con la Intendencia, ya que en ambos casos las soluciones eran
a muy largo plazo (los derechos de agua) y con un costo importante (la
comprobación técnica de la existencia de agua suficiente).

Se realizaron a lo menos tres reuniones entre Intendencia, la dirección


nacional del Programa, CONADI, Dirección de Aguas y coordinadores zonales
(territoriales) del Programa, con la Organización y los dirigentes de comunidades. El
análisis de interfaz de estas reuniones muestra un fuerte discurso y actitud de crítica
de los dirigentes hacia el Programa, donde se entremezclan –de manera confusa en
ocasiones- los niveles técnicos y los niveles políticos de las críticas, lo que hizo que
las reuniones fueran muy largas y con pocos avances. Por su parte, los servicios
públicos se mostraron abiertos a la crítica, orientados a resolver los problemas
134

concretos –por tanto, atendiendo el nivel técnico de las críticas, pero no el político-,
reconociendo las dificultades más amplias del programa a nivel nacional14 . En estas
reuniones surgieron también las diferencias de criterios en la evaluación de los
proyectos entre algunos servicios públicos co-ejecutores del Programa.

En este mismo mes –según un dirigente- la Fundación Instituto Indígena


del la Iglesia Católica, informa a los dirigentes de la Organización el término del
Convenio ya que existirían diferencias importantes entre ambas partes expresadas en:
la actitud crítica de los miembros de la Organización que en las capacitaciones que
formaban parte del Convenio criticaban a los capacitadores y retrasaban el avance de
los participantes de otras organizaciones, las diferencias hacia el contenido de las
capacitaciones. Para los dirigentes el principal motivo radicaba en que la
Organización se había planteado de manera muy crítica en las negociaciones con el
Obispado y por eso el Convenio con la Fundación se vio afectado, por otro lado,
porque –señalan- las capacitaciones giraron en torno a temáticas en ellos mismos
hacen cursos de capacitación en otros espacios, por tanto, no les brindaban muchos
elementos nuevos.

Al momento del cierre de la etapa de recolección de datos de esta


investigación estos problemas se estaban solucionando gracias a las gestiones del
intendente. Sin embargo, el cambio de intendente regional generó comentarios en el
ñizol lonko sobre el problema que este cambio estaba significando que muchos
acuerdos asumidos estaban siendo desconocidos por el nuevo intendente.

Por otro lado, otro comentario del mismo dirigente fue que a más de un
año y medio de trabajo con el Programa Orígenes, aún no había ningún proyecto
aprobado y ejecutado, es decir, ningún beneficio directo para las comunidades. Al

14
Al momento de estos hechos, el Programa se encontraba cambiando de Director Nacional.
135

cierre de la recolección de datos, la organización se encontraba retomando las


conversaciones con el Subsecretario de MIDEPLAN en torno al diagnóstico y plan
de desarrollo endógeno. Estas dos situaciones no han podido ser analizadas con
mayor profundidad dado su surgimiento al final del proceso investigativo.

Por su parte, el equipo de la Universidad, según algunos dirigentes de la


Organización, estudió la posibilidad de demandar judicialmente a la Contraparte, y
de solicitar una evaluación independiente del informe final por alguna persona de
común acuerdo entre las partes.

3.5 Lógicas en interacción en la zona de interfaz entre Capital Social y Estado

En las interacciones Organización-Estado, se contraponen la lógica


intracultural y reivindicativa de la Organización con una lógica de reconocimiento
parcial de las características socioculturales propias de la Organización por parte del
actor público, que se focaliza en niveles técnicos y procedimentales, dejando en un
plano secundario la naturaleza política de la demanda. Además, entran en pugna la
lógica de demanda y reivindicación estratégica de la Organización con una lógica
contradictoria de atenuación de conflictos con el mundo indígena, sustentada en el
énfasis en el orden público, y de compensaciones por el caso By Pass junto con la
lógica de promoción del desarrollo desde el actor público.

La Organización desde sus inicios se plantea ante el Estado desde una


perspectiva fuertemente crítica, lo cual consta en las entrevistas con los dirigentes y
en el análisis de la documentación de internet de la época. Por un lado, identificando
en el accionar del Estado desde la invasión territorial de fines del siglo XIX uno de
los principales factores causantes de las condiciones de vida actuales de fuerte
pobreza y pérdida cultural de las comunidades. Es por esto que para la Organización
el Estado es identificado como uno de los actores más relevantes en el proceso de
rearticulación territorial, hacia el cual se dirigen las demandas de recuperación de
136

tierras, de reconocimiento de derechos como pueblos indígenas, de entrega de


recursos para recuperar la calidad de vida presente en la memoria histórica de las
personas mayores del territorio. En este contexto es que la Organización participa en
diversas iniciativas en el movimiento mapuche.

En los planteamientos en torno al Estado chileno por parte de la


Organización se observa la presencia de fuerte desconfianza, existencia en la
memoria histórica tanto del corto plazo como del largo plazo de relaciones
conflictivas con el Estado –tanto como pueblo indígena como en el caso específico
de Xuf Xuf-, donde los resultados de estas relaciones han significado generalmente
un deterioro en distintos planos de las condiciones de vida de las comunidades del
territorio, además de la existencia de bajas expectativas de que el Estado modifique
su forma de relacionarse con el territorio y con el pueblo mapuche en general. Sin
embargo, pese a las bajas expectativas de los resultados de las conversaciones y
negociaciones con el Estado, al mismo tiempo perciben la necesidad de mantener el
vínculo directo con éste.

El Estado chileno, para la perspectiva de los dirigentes de la


Organización aparece como un actor de características homogéneas, donde las
críticas son compartidas hacia los diversos tipos de actores del nivel político,
quedando en la perspectiva de la Organización en un mismo nivel los actores
parlamentarios, municipales, del gobierno central y del gobierno regional.

Así mismo, aparece en la Organización un lenguaje que ha ido


evolucionando en el tiempo de un discurso fuertemente crítico y de rechazo al
Estado, a un discurso más orientado al diálogo y la negociación, donde se integran
tanto elementos de un discurso técnico como de un discurso reivindicativo de nivel
político. A pesar de la evolución de estos matices en el lenguaje, para los dirigentes
se ha mantenido una misma perspectiva, donde los cambios se deben a la necesidad
de negociación y búsqueda de entendimiento con el Estado, en una relación que
137

buscan sea más simétrica, donde los dirigentes enfatizan la necesidad de diálogo
entre actores a un mismo nivel, siendo el carácter de pueblo indígena un factor
realzado para fundamentar este tipo de relación más simétrica, lo que para los
dirigentes corresponde a la perspectiva de la interculturalidad.

Por otro lado, los procesos de relación más directa de la Organización


con diversas instituciones del Estado durante el periodo de tiempo más reciente de la
Organización (en especial con la Contraparte Técnica, con el Programa Orígenes,
con el Municipio de Padre Las Casas y con los parlamentarios), confirma a los
dirigentes la visión negativa y de desconfianza hacia el actor público, señalando que
mantienen la motivación a continuar negociando en intentando obtener mejores
resultados gracias a una mirada de largo plazo, al compromiso con los lof.

Por su parte, el Estado, a través de los actores más específicos


entrevistados en esta investigación, presenta una visión heterogénea hacia el
desarrollo del pueblo mapuche en general y del territorio de Xuf Xuf en particular.
En específico se obtienen como contenidos más específicos en el actor público los de
la perspectiva en torno al desarrollo mapuche, la incorporación reciente del enfoque
territorial del desarrollo, un énfasis en el componente económico-productivo en el
desarrollo de las comunidades indígenas, el énfasis en el componente de seguridad
pública en torno al desarrollo del territorio de Xuf Xuf, el factor compensación por el
By Pass Temuco, la incorporación de una perspectiva de coordinación intersectorial,
la necesidad de aprendizaje de nuevos enfoques y metodologías, la defensa al
carácter unitario del Estado y el centralismo.

En el componente de perspectivas en torno al desarrollo mapuche, se


observa que en la práctica, tanto a nivel central como regional del poder ejecutivo se
establece una mirada diferenciada en el abordaje del desarrollo mapuche en relación
a las perspectivas del desarrollo para actores no mapuches. Esta perspectiva
diferenciada hacia el desarrollo mapuche aparece como un proceso más bien
138

incipiente, con múltiples vacíos a nivel de conocimientos desde el actor público,


vacíos en estrategias y metodologías, con frecuentes contradicciones entre el
reconocimiento de la vida en comunidades del pueblo mapuche en contraposición
con programas orientados al beneficio de familias, con énfasis en el componente
productivo y bajo perfil del componente de reconocimiento de la diversidad cultural,
incorporación incipiente de la necesidad de considerar la perspectiva de las propias
comunidades en la definición de los programas. No se observa una mirada más
desarrollada y articulada en torno al desarrollo mapuche en el actor público regional-
local.

El componente de incorporación reciente del enfoque territorial del


desarrollo surge desde lo expresado por algunos entrevistados del sector público
como producto del aprendizaje de la gestión regional en torno a demandas
específicas desde territorios específicos en que el gobierno gestionaba y financiaba
iniciativas que luego resultaban ser inefectivas por no haber considerado con mayor
profundidad la realidad del territorio y sus perspectivas a futuro, con la consiguiente
pérdida de recursos y de mantención de los problemas en la calidad de vida. Este
componente va asociado a la necesidad de coordinación interinstitucional. Para lo
específico de un enfoque territorial del desarrollo mapuche, se observa que si bien se
ha ido incorporando recientemente una mirada más territorial, aún subsisten fuertes
vacíos en el reconocimiento de las modalidades que asume la territorialidad en el
caso mapuche, es así como no existe información en CONADI que permita
identificar en los diversos territorios mapuches tanto la organización en comunidades
(Ley Indígena) como al mismo tiempo la organización en lof, en rewe, en Ayjarewe
y en Fütal Mapu, contando sólo con información desde las categorías que el Estado
ha definido para las comunidades mapuche.

El componente de énfasis en el componente económico-productivo en el


desarrollo de las comunidades indígenas encontrado, se constata en tanto en las
expresiones de diversos actores de la institucionalidad pública, cuando se refieren en
139

mayor detalle a aspectos del desarrollo de las comunidades de Xuf Xuf, predomina la
preocupación por el componente productivo, de manera que resulta ser este factor el
centro del desarrollo territorial, en desmedro de los otros factores del ámbito
sociocultural, organizacional, identitario, siendo ésto un elemento percibido por los
dirigentes de la Organización.

Se observa además, una pugna entre el énfasis en la tierra (incluyendo la


demanda de ampliar las tierras) de la Organización y sus comunidades y el bajo
perfil asignado a ésta desde la institucionalidad pública, que asume el tema desde
una mezcla de racionalidad técnica, racionalidad económica y racionalidad
presupuestaria. Dada la relevancia de la dimensión tierra para la Organización, este
aspecto se vuelve –como se analizará en mayor detalle más adelante- un cierto
“cuello de botella” en las interacciones con la institucionalidad pública.

El componente de la necesidad de aprendizaje de nuevos enfoques y


metodologías surge desde la perspectiva de búsqueda de nuevos enfoques,
metodologías que permitieran mejorar la política hacia los pueblos indígenas y, en
específico, precisar la metodología a implementar en el programa Orígenes a nivel
nacional.

El componente de la defensa al carácter unitario del Estado y el


centralismo se constata en el actor parlamentario –según documentación de prensa de
internet y de información del sitio internet de la cámara de Senadores- el cual con los
argumentos del carácter indivisible de la nación chilena expresado en el carácter de
unitario del Estado rechazó el reconocimiento constitucional de los pueblos
indígenas, lo cual es un componente de las reivindicaciones de la Organización (y de
otras organizaciones mapuches) y además, de que en las discusiones en la Comisión
de la Cámara que analizó este punto (en una medida puesta por el ejecutivo)
participaron activamente dirigentes de la Organización.
140

El componente del centralismo surgió en los entrevistados regionales


como una condición que interfiere en la capacidad de la región por enfrentar el tema
mapuche, por tanto, como una condición negativa, atribuida en parte a que los
actores del nivel central desconfían de las regiones y desconocen la realidad de las
regiones, por tanto sus decisiones en ocasiones pueden ser poco efectivas. Así
mismo, para los dirigentes de la Organización se vuelve una condición que genera
frustración, desconcierto y confirmación de la baja confianza en la institucionalidad
pública al constatar que el nivel más político de sus demandas no son asumidos a
nivel regional, y escasamente a nivel central, lo que contrasta con la relevancia que
tiene para la Organización este nivel de sus demandas.

Ahora se continúa la descripción de los resultados con las vinculaciones


entre la Organización y el nivel municipal, en específico con el municipio de Padre
Las Casas y con parlamentarios.

En este nivel es donde se encuentran más características de clientelismo


político y de lo que en esta investigación se ha denominado “indigenismo no-
participativo”, que contrastan con el semiclientelismo –que se puede valorar como
más positivo- de la institucionalidad pública central y regional. Por sus
características de tipo clientelar la Organización mantiene mayor escepticismo en sus
acercamientos a estos actores, aunque por reconocer la relevancia del actor
municipal para conseguir recursos concretos y otros estratégicos y en el caso del
actor parlamentario por su relevancia estratégica en la toma de decisiones del marco
legal que regula las condiciones de vida de los pueblos indígenas, es que la
Organización mantiene iniciativas propias o con otras organizaciones mapuches
hacia estos actores.

El municipio –según observaciones de campo- establece una vinculación


general predominantemente de tipo clientelar pasiva, donde algunos actores del
municipio –según lo señalado por algunos dirigentes- se relacionan de manera
141

clientelar política, es decir, ofreciendo algunos funcionarios municipales beneficios a


las familias y comunidades de la Organización bajo el principio tácito de recibir a
cambio el apoyo electoral en las elecciones siguientes, y en algunos funcionarios,
siendo percibidos por los dirigentes como con un objetivo de destrucción del capital
social comunitario de la Organización por motivos de competencia política. Además,
se observan iniciativas hacia el mundo mapuche de tipo indigenista no-participativo,
en tanto están algunas de las reivindicaciones tradicionales mapuches, como la
educación intercultural bilingüe, presentes en las iniciativas, pero sin contar con
participación efectiva de las comunidades en la definición ni de los contenidos, ni de
los objetivos, ni de la implementación, teniendo un rol más bien pasivo de recibir los
beneficios de estas iniciativas.

Desde una perspectiva territorial, además del hecho que el territorio de


Xuf Xuf quedó repartido en dos comunas distintas, sin que las comunidades hubieran
participado de esta fijación de límites comunales, se constata que además la forma de
organizar el territorio desde el municipio entra en conflicto con la forma de
organización territorial mapuche. Esto se observa, por un lado, en que el territorio de
Xuf Xuf corresponde a lo que en el municipio denominan Niágara, por otro lado, en
que el municipio utiliza la forma de organización definida por ley –por tanto, en
comunidades-, nombrando los sectores dentro del territorio de una forma definida
externamente a los actores locales, donde en ocasiones lo que los funcionarios
municipales llaman de una manera, para los actores locales –las comunidades
mapuche- corresponde a otro nombre. Para los dirigentes de la Organización, esta
diferencia de organización del territorio genera mucha confusión y dificultades en las
comunidades.

Desde la perspectiva de la forma en que el municipio aborda el desarrollo


de las comunidades de Xuf Xuf, se constata que en el Plan de Desarrollo Comunal
(PLADECO) actualmente vigente no se contó en su formulación con representantes
de las organizaciones mapuche territoriales (incluyendo a los dirigentes de la
142

Organización, que no sabían cuándo se había elaborado el PLADECO), se recoge en


el diagnóstico la realidad territorial, pero en la formulación del plan comunal se
asume una perspectiva sectorial, donde para el territorio de Xuf Xuf finalmente se
incorporan iniciativas que corresponden a las compensaciones territoriales definidas
por el gobierno central por la construcción del By Pass. En síntesis, el PLADECO no
presenta una formulación articulada para promover el desarrollo territorial de Xuf
Xuf, y toma un carácter más sectorial que territorial. Cabe señalar que para los
dirigentes de la Organización, el PLADECO es un instrumento que consideran
relevante, por lo que habían tomado la iniciativa de analizarlo y acercarse al
municipio para explorar las posibilidades que ofrecía para la participación.

Además, se constata en la observación de campo que el municipio


establece un vínculo directo con los actores territoriales cuando éstos se acercan a la
municipalidad a solicitar algún tipo de beneficio o apoyo, correspondiendo esto a una
forma asistencialista e inmediatista de intervención municipal.

El programa dentro de la municipalidad que presenta una relación más


cercana y duradera con Xuf Xuf corresponde a PRODESAL. En este programa se
constata que sus funcionarios –principalmente de las ciencias agropecuarias-
mantienen una alta motivación por establecer relaciones cercanas con los
beneficiarios de las comunidades, señalan la necesidad de un abordaje culturalmente
pertinente con las comunidades mapuche, con alta motivación por aprender más de la
cultura mapuche para poder ser más efectivo en el trabajo de terreno, pero al mismo
tiempo reconocen conocer poco de la cultura mapuche.

Aunque el programa en sus fundamentos tiene una perspectiva territorial,


en la práctica sus beneficiarios corresponden a familias campesinas pequeño-
productoras (Freire, 2002), por lo que trabajan directamente con familias, a las cuales
organizan en grupos, sin integrar una perspectiva de trabajo con la o las
comunidad(es) de estas familias.
143

Pese a haber participado algunas autoridades municipales de algunas


ceremonias en el marco del trabajo de la Organización con la Contraparte Técnica, ni
en el nivel de autoridades políticas como el concejal entrevistado, ni de autoridad de
nivel medio (el encargado del programa Medioambiental), ni del nivel operativo
(PRODESAL), ninguno de estos niveles trabajaba coordinado o con conocimiento
del trabajo avanzado por la interacción Organización-Contraparte.

Respecto de las vinculaciones de la Organización con los actores


parlamentarios, se obtiene que la Organización establece un discurso fuertemente
crítico a los parlamentarios, en parte por la manera en que han abordado
históricamente la realidad mapuche y en parte por experiencias recientes con
parlamentarios actuales, tanto de la región como de otras regiones. Algunos
dirigentes de la Organización participaron activamente en la demanda de diversas
organizaciones mapuches de reconocimiento constitucional como pueblo indígena,
participando en parlamento en la discusión de la comisión donde se analizó este
tema. En esta discusión de la Comisión, se rechazó nuevamente el reconocimiento
constitucional, confirmando a los dirigentes la desconfianza hacia el actor
parlamentario y hacia la lógica política.

Además, los dirigentes señalan en distintos momentos de la investigación


que en el territorio operan parlamentarios de la zona, los cuales buscan debilitar los
vínculos de la Organización con las comunidades para poder asentarse políticamente
en el territorio. Esto resulta de alguna manera consistente con lo expresado por un
informante clave de la tensión entre algunos actores parlamentarios y la
Organización.

Esta forma de vinculación del actor parlamentario se describe como de


tipo clientelar político, de ideología monoculturalizadora.

3.6 Nudos críticos en el capital social comunitario de la Organización


144

Como nudos críticos –para responder al objetivo 4 de la investigación- se


pueden señalar los siguientes:

En el nivel de bonding o vinculaciones internas, el núcleo virtuoso de


liderazgo presenta como nudo crítico la necesidad futura de la Organización de ir
formando nuevos dirigentes que aumenten la gama de dirigentes para el recambio
futuro, ya que es altamente probable que en el futuro la Organización deba aumentar
aún más su complejidad interna, requiriendo más miembros que asuman
responsabilidades con capacidad de propuesta técnica y política fundamentada
socioculturalmente y que descompriman las muchas funciones y roles asumidos por
los dirigentes actuales. El mantener a futuro la particularidad de la dirigencia actual y
su capacidad de hacer el puente entre las comunidades y el entorno, o de encontrar
dirigentes con otras particularidades que sean igualmente virtuosas son un desafío
para la Organización.

Otro nudo crítico detectado corresponde al desafío de la Organización


por obtener productos concretos que permitan no sólo mantener la base actual de
miembros, sino además de ampliarla. Estos productos concretos son no sólo de
aspectos materiales, sino también de la expectativa de revitalización étnica.
Especialmente crítico resulta el análisis a nivel sociodemográfico en el territorio, en
tanto, en un mediano plazo la población predominante será la de los actuales jóvenes,
los cuales son los que mantienen menor vigencia de las prácticas intraculturales. Por
tanto, para el futuro será altamente relevante la capacidad actual de la Organización
de establecer el diálogo con los jóvenes del territorio y lograr revertir la tendencia de
aculturización actualmente presente. Según los dirigentes, hasta el momento los
logros al interior de las percepciones y opiniones de los jóvenes están ya dando
buenos resultados, constatando en este segmento generacional una revitalización
cultural e identitaria.
145

Otro nudo crítico detectado, es que en el contacto con agencias públicas,


el carácter técnico en estas interacciones de interfaz, plantean el desafío a la
Organización de aumentar su propia capacidad técnica, sea mediante la capacitación
de los dirigentes u otros miembros, la especialización profesional (o incluso de
postgrado, como se da actualmente), o bien mediante nuevas alianzas de nivel
vertical con ONG’s, personas u otros tipos de instituciones que faciliten la capacidad
de propuesta técnica en la interpelación al Estado.

Para el nivel de puente o bridging, se identifican como nudos críticos la


progresiva pérdida de confianzas y vinculaciones de la Organización con
organizaciones mapuche. El punto crítico es que en esta investigación se constata
que en gran medida los logros de la Organización en su interpelación al Estado se
han producido por el contexto más amplio de presión al Estado por adecuar su
enfoque hacia el mundo indígena, que es resultado de la acción sinérgica del
conjunto del llamado “movimiento mapuche”. La pérdida de confianzas y capacidad
de emprendimientos cooperativos colectivos del nivel de puente presenta como
riesgo la pérdida de poder de interpelación al Estado.

Por otro lado, a nivel de linking otro desafío para la Organización es de


complejizar más su visión del actor público, en tanto en este estudio se detectan
formas distintas de acercamiento desde el Estado que requieren la capacidad de
detectar los espacios donde es más probable encontrar respuesta a sus demandas.
Para ésto, la Organización requiere aumentar su aprendizaje del nivel técnico,
comprender la complejidad del nivel político y sus características de centralismo,
profundizar su comprensión del Estado, así como diferenciar estos niveles en sus
iniciativas y emprendimientos de demanda ante el Estado sin perder su posición
crítica y demandante.

A nivel de vinculaciones verticales o linking, se detectan como nudos


críticos para la Organización el desafío de mantener a futuro el capital social con que
146

cuentan, en un contexto de pocas experiencias virtuosas con el Estado. Al respecto,


el desafío es que la institucionalidad pública logre aumentar su complejidad interna
en el abordaje del desarrollo autogestado indígena, incorporando mejores marcos
epistemológicos, mejores instrumentos participativos y procedimientos y un diseño
organizacional más descentralizado y de mayor articulación técnico-política entre los
diversos niveles de la jerarquía. El riesgo de un actor público que mantenga su tipo
de interacción con las comunidades indígenas como el detectado en este estudio, es
que las formas de clientelismo político, clientelismo pasivo y semiclientelismo
agoten u obstaculicen el surgimiento, mantención y empoderamiento del capital
social comunitario indígena, que lleve a formas de interacción de conflicto abierto.

Otro nudo crítico corresponde al rol de los organismos de cooperación y


apoyo de la sociedad civil. En este caso, el rol de intermediario del equipo de la
Universidad, además de favorecer el empoderamiento de la Organización, no logró
completamente “traducir” las demandas y aspiraciones de las comunidades a los
códigos del actor público e incluso, se convirtió en un actor político más de
interpelación al Estado. El desafío a futuro apunta a la necesidad de mayor control de
la Organización de los términos en que se producen las relaciones de estos
organismos de colaboración con las agencias del Estado, así como el aumentar su
capacidad propia de interpelar técnicamente a la institucionalidad pública.

Otro nudo crítico, pero esta vez de tipo virtuoso, lo ofrecen los
organismos de la sociedad civil de colaboración con el desarrollo indígena, los
cuales facilitan el empoderamiento comunitario, dan un mejor contexto a la
capacidad de obtener logros al entregar recursos (materiales, financieros, humanos,
de conocimiento) desde una perspectiva no-asistencialista y que se encuentra más
libre del clientelismo político que el Estado. Un riesgo posible es que dado que el
gobierno chileno, que ha ido aumentando el monto de recursos para el desarrollo
indígena actualmente a través del endeudamiento con el Banco Interamericano de
Desarrollo que financia el Programa Orígenes, diversas agencias de colaboración
147

disminuyan sus aportes al ver que el Estado está realizando estos esfuerzos, lo cual
ha ocurrido en otras áreas en el país desde el inicio de la transición a la democracia
de los años 90’, en tanto el estilo más sinergizador y empoderador de estos
organismos en las condiciones actuales no podrá ser asumido por la institucionalidad
pública actual.

IV. DISCUSION Y CONCLUSIONES

En términos generales, es posible señalar que los objetivos de la


investigación fueron logrados. Más específicamente, el objetivo del nivel de linking
es donde se logró una mayor profundidad de análisis al contar con más datos
primarios y más fuentes de información y al poder contrastar las visiones de los
distintos actores en juego. Por su parte, la exposición de los resultados según el
marco temporal-cronológico en que se desarrolló, permite aproximarse más
adecuadamente al carácter dinámico y de proceso de las conexiones entre los
distintos niveles del capital social de la Organización.

Las distinciones del capital social en los niveles de bonding, bridging y


linking son más bien de naturaleza analítica, ya que en la realidad asumen un todo
fuertemente interconectado.

Se discute en primer lugar las características de la dinámica del capital


social de la Organización, posteriormente las modalidades que asumen los distintos
niveles y sus interconexiones. Luego se discuten las modalidades específicas que
asumieron las principales vinculaciones de la Organización en sus iniciativas de
desarrollo endógeno (al interior del territorio, con otras organizaciones del llamado
“movimiento mapuche”, y con la Contraparte Técnica y con el Programa Orígenes a
nivel vertical de linking).
148

Luego, se procederá a discutir el contenido mismo de la propuesta de


desarrollo endógeno sustentada por la Organización, contrastada con la lógica de los
actores públicos involucrados.

Por último, se discuten las implicancias que el caso en estudio muestra


para las perspectivas del desarrollo endógeno y del etnodesarrollo, y de las
posibilidades de acercamiento entre ambos.

4.1 Dinámicas y estructura del capital social comunitario

El caso estudiado presenta como uno de sus principales recursos a


movilizar en sus iniciativas colectivas el capital humano, el capital cultural, el capital
social individual de sus dirigentes, el capital social comunitario y los capitales de
bridging y linking. Caracterizadas las familias y comunidades de la Organización
como poseedoras de escasos recursos materiales, se puede afirmar que el capital
social descrito de la Organización ha permitido a sus miembros acceder a diversos
recursos materiales, financieros y simbólicos no disponibles si hubieran continuado
funcionando en forma individual.

Además, los tres niveles del capital social analizados (bonding, bridging
y linking) resultan en la práctica altamente dinámicos, complejos e
interdependientes, donde esta interdependencia puede tener tanto efectos positivos
como negativos para las comunidades.

Se pone de relevancia además, la relación entre el capital social


individual de los dirigentes con el capital social de la Organización, que en este caso
estudiado parece ser de sinergia y potenciación mutua.

El recurso de capital humano de la Organización se refiere


principalmente al capital humano informal, específicamente a la presencia de
personas con alto conocimiento de la cultura tradicional mapuche, que mantienen
149

vigentes varias de sus manifestaciones más tradicionales. Estos conocimientos son


muy valorados por los miembros de las comunidades del territorio. En este capital
humano cabe distinguir entre los adultos y adultos mayores de los jóvenes. Son las
personas de mayor edad quienes mantienen este conocimiento y sus prácticas, en
cambio los jóvenes presentan mayor disposición a utilizar conocimientos y prácticas
contrarias a las mapuche, pese a valorar fuertemente el conocimiento mapuche.
Desde la perspectiva del capital humano formal, el estudio de MIDEPLAN (2002)
indica que, en comparación con los promedios para la población mapuche, la
escolaridad es superior, aunque aún por debajo del promedio de la población no-
mapuche. En las prácticas actuales de las iniciativas de la Organización, es posible
constatar que este capital humano formal –expresado en jóvenes con formación
técnica, universitaria o de enseñanza media- está participando de las iniciativas de la
Organización y aportando –en diversos grados- a las iniciativas comunitarias.

El capital cultural es otro de los principales recursos de las comunidades


de la Organización. Este capital cultural se expresa en el acervo de conocimientos
culturales tradicionales, sus prácticas culturales tradicionales vigentes, la memoria
histórica, la fuerte identidad étnico-territorial, las prácticas de resistencia –en el
sentido de resistencia cultural de Bonfil (1982 y 1989)-, la fuerte vigencia del idioma
propio en la vida cotidiana, las normas y prácticas de reciprocidad vigente, los lazos
de parentesco y la vigencia en la vida cotidiana intracultural de las formas de
ordenamiento territorial tradicional.

La dinámica del capital social de la Organización –en sus distintos


niveles- indica que entre los años 1999 y 2003 se produce un fuerte auge del capital
social de las comunidades de la Organización. Este auge ha llevado a la
Organización a ocupar un lugar visible y en ocasiones protagónico en el conjunto del
llamado “movimiento mapuche” en las reivindicaciones por sus derechos ante el
Estado, visibilidad y protagonismo que no tenían las comunidades previo a
constituirse en la Organización (una cierta excepción la constituirían las experiencias
150

de rechazo al By Pass de los años 80 y 90, pero estas son experiencias más bien
específicas comparadas con la amplitud de iniciativas actuales).

Los factores identificados que permiten explicar este auge del capital
social entre los años señalados son: el alto grado de capital cultural (ya descrito) la
presencia en la identidad étnico-territorial de un sentido de distinción y rechazo al
Estado chileno, al cual se le atribuye el deterioro de la calidad de vida y la pérdida
progresiva de la cultura propia –en el sentido de Bonfil (1982 y 1989)-, la memoria
histórica y también reciente de experiencias negativas de iniciativas del Estado en el
territorio (muy especialmente en la experiencia de resistencia al By Pass) y el capital
social individual de los dirigentes puestos a disposición de la Organización de
manera virtuosa. Las modalidades asumidas por los capitales social de bridging y de
linking son relevantes también en este auge del capital social, y serán analizados más
detenidamente a continuación.

Al momento de finalizar el estudio, ni el capital social de bridging ni el


de linking habían traído mejoras concretas para la calidad de vida de las
comunidades de la Organización, lo que muestra que si bien el capital social
comunitario permite el acceso a recursos no disponibles si se funciona en forma
individual, pero tampoco asegura el logro de los objetivos de mejoramiento de las
condiciones de vida y, por lo mismo, el capital social comunitario no reemplaza
recursos materiales necesarios por las comunidades para mejorar su calidad de vida,
siendo éste un nudo crítico identificado. Sin embargo, estos dos niveles del capital
social, han permitido a sus miembros acceder a una serie de recursos que en forma
aislada no habían logrado, siendo estos recursos principalmente la inclusión en
programas orientados a proveer de asesorías o bien de entrega de recursos (aún no
materializados) o bien a financiar proyectos específicos.

Pero especialmente es la inserción en una amplia red de relaciones de


diversidad, complejidad y densidad variable, uno de los principales aportes que han
151

sido obtenidos de los niveles de bridging y de linking. Algunas de estas redes de


relaciones son el llamado “movimiento mapuche”, otras son redes indígenas
internacionales y redes de colaboración con agencias no gubernamentales nacionales
e internacionales.

Centrando ahora el análisis en el marco conceptual del capital social,


como se señaló en el marco teórico, Díaz-Albertini (2001) señala como fuentes del
capital social a la confianza mutua, las normas efectivas y las redes sociales. Es
posible identificar varias relaciones de confianza mutua en el capital social de la
Organización, especialmente a nivel interno y de puente. En las relaciones de
confianza presentes en el caso de estudio, resultan centrales el factor identitario
(étnico) con sus normas de relaciones de parentesco, relaciones intraterritoriales y de
manejo del conocimiento intracultural, así como la experiencia previa en situaciones
previas de interacción con otros. El factor identitario resulta especialmente
importante en las dimensiones internas y de puente (al interior del “movimiento
mapuche”), en tanto, la experiencia previa resulta más central en las dimensiones de
puente y del nivel vertical, aun cuando ambos factores están presentes en los tres
niveles del capital social.

A nivel de puente, las vinculaciones de confianza entre la Organización y


organizaciones del “movimiento mapuche” responden más a lo que Díaz-Albertini
(2001) señala como expectativas acerca del tipo de orden social deseado. En todo
caso, es posible distinguir diversos grados de acercamiento entre estas
organizaciones, donde las vinculaciones más directas y de cooperación se producen
con aquellas que se reconocen como Identidades Territoriales. Esto pone de
relevancia el nivel ideológico señalado por Díaz-Albertini (2001) como fundamento
de ciertas expectativas de mutuo beneficio en emprendimientos comunes de puente.

En el caso de las vinculaciones verticales con el diversas instituciones


del Estado, en el caso en estudio es posible identificar una fuente de expectativas de
152

obtención de beneficios que no responde claramente a la confianza. Como se señaló,


la Organización desde sus inicios presenta un discurso altamente crítico y
cuestionador hacia el Estado, con presencia de frecuentes descalificaciones, de
experiencias previas de resultados negativos, de atribución al Estado del deterioro de
las condiciones de vida, las cuales son matizadas por un discurso dialogante y
negociador. El acercamiento hacia el Estado para interpelar la consecución de
recursos para el mejoramiento de las condiciones de vida, parece responder más a la
atribución causal en el Estado de las condiciones de vida, bajo una lógica que podría
graficarse como “si el Estado es el causante de nuestra situación, él debería ayudar a
revertir esta situación”. Esta fuente de vinculaciones que derivan en cooperación
puede ser de especial relevancia para contextos sociales, como los de exclusión y
marginación social presentes en Latinoamérica, pero también en especial en el caso
de las relaciones entre el Estado y los pueblos indígenas. Un problema que plantea
este tipo de fundamento de la cooperación es su fragilidad y que implica una
deslegitimación tácita del Estado, por lo que el establecimiento de mecanismos
consistentes en el tiempo, que vayan asegurando la obtención de beneficios mutuos,
más la transparencia y probidad del actor público resultan fundamentales.

En el caso de la Organización, la percepción de los dirigentes de una alta


homogeneidad en el actor público constituye más un tipo de “desconfianza
generalizada” que de “confianza generalizada”. A su vez, esta percepción de alta
homogeneidad del actor público contrasta con lo observado por el investigador de
formas diversas de interacción desde actores públicos, tales como semiclientelismo
de la Contraparte y de MIDEPLAN, clientelismo político desde funcionarios del
municipio, indigenismo no-participativo en un actor político del concejo municipal,
semiclientelismo técnico-no territorializado del programa PRODESAL. Un aspecto
paradojal, que constituye una suerte de señal de alerta, es que los organismos con los
que la Organización se vincula, que presentan estilos más posibles de constituirse en
sinergizadores y empoderadores, hasta la fecha han dado menos resultados que los
153

esperados y ofrecidos, e incluso han traído conflictos y divisiones internas entre


algunas comunidades y la Organización.

Diversos autores plantean que la cooperación puede ser fomentada por la


repetición de situaciones de confianza (Durston, 2002; Barreiro, 2002; Putnam,
2001). La dinámica de la repetición de situaciones de confianza, en este caso de
estudio, no ha asegurado la mantención de la cooperación, ni tampoco ha asegurado
la obtención de los resultados esperados. Se observa que la repetición de situaciones
de cooperación (especialmente en el nivel de puente de la Organización) ha ido
generando un aprendizaje mutuo de las formas de pensar y actuar. Este aprendizaje
ha ido implicando identificar con más precisión puntos de acuerdo y puntos de
desacuerdo, los que al ser evaluados según los criterios considerados relevantes por
los dirigentes van confirmando o bien cuestionando la expectativa de obtención de
resultados comunes. Ahora bien, la investigación da cuenta de un periodo de tiempo
restringido de estas dinámicas que son de largo plazo, por lo que un seguimiento de
más incidentes y en un mayor lapso de tiempo permitiría ir identificando el curso que
asumirán los emprendimientos comunes.

Por su parte, los resultados muestran cómo las iniciativas del nivel de
linking de la Organización pueden afectar el nivel de bridging. Esto se constata
claramente en el efecto que la iniciativa de constituir la COTAM (nivel de linking)
trajo para muchas otras organizaciones mapuches que rechazaron fuertemente esta
iniciativa, significando esto un distanciamiento en los vínculos de puente de la
Organización.

4.2 Dinámicas en la zona de interfaz entre el capital social y el Estado

Existen varias iniciativas y espacios distintos de la zona de interfaz entre


la Organización y el Estado. A las experiencias con la Contraparte y con el Programa
Orígenes, cabe agregar las relaciones con el Municipio de Padre Las Casas y el
154

Programa PRODESAL, así como los vínculos con parlamentarios y los partidos
políticos.

En términos generales, el análisis de interfaz muestra una particularidad


interesante: en el caso del Programa Orígenes, las interacciones entre la
Organización y los funcionarios de terreno tienden a ser de cooperación y confianza
de tipo interpersonal, sin embargo, a niveles jerárquicos superiores en estas
interacciones tienden predominar la fuerte desconfianza y asimetría en las
comunicaciones (orientación principalmente política desde la Organización, en
contraste con la orientación técnico-procedimental desde la institucionalidad
pública). La falta de virtuosismo en la posibilidad de complementación entre
funcionario de terreno y funcionarios de jerarquías medias y altas, radica en la falta
de comunicación y traspaso de información institucional relevante de tipo
descendente (ya que pese a contar con todo el trabajo diagnóstico de la Universidad,
MIDEPLAN no entregó estos resultados a los operadores de terreno del Programa
Orígenes). En este aspecto, estos resultados de la zona de interfaz son consistentes
con lo señalado por Evans y por Tendlers (1996 y 1997 respectivamente, en Durston,
2002) sobre la alta relevancia del compromiso del funcionario público de terreno con
las comunidades, y con la precisión de Roberts (2001) de la importancia de factores
del macrocontexto en la posibilidad de lograr sinergias virtuosas.

Los factores de macrocontexto señalados por Roberts (2001) son de gran


relevancia para comprender estas modalidad de la interfaz. En especial, se identifican
como factores explicativos el fuerte centralismo, falta de un marco legal más
propicio para la realidad indígena, vacíos en la capacidad de la institucionalidad
pública para comprender la temática indígena, baja capacidad de aprendizaje de las
experiencias, bajo conocimiento de metodologías pertinentes para promover el
desarrollo indígena, escasa coordinación interinstitucional pertinente para el trabajo
de terreno.
155

El caso del Municipio de Padre Las Casas muestra varios aspectos


significativos: estilo más bien reactivo en la promoción del desarrollo territorializado
mapuche, fuerte paternalismo y asistencialismo, presencia de funcionarios que
operan con una lógica clientelista partidaria, instrumentos de planificación poco
adecuados (el análisis del PLADECO muestra que, además de no contar con la
participación de las comunidades en su formulación, el diagnóstico a la base es de
tipo territorial, pero la planificación es sólo sectorial). El único programa que actúa a
nivel territorializado y con objetivos de promoción del desarrollo es PRODESAL,
sin embargo, en este programa se constata una focalización al trabajo a nivel de
individuos y grupos (no considera el trabajo con comunidades o lof), definición de
los beneficiarios como pequeños campesinos sin considerar el componente étnico,
alto compromiso e involucramiento de los funcionarios (la mayor fortaleza del
programa), pero los cuales no cuentan con conocimientos y/o capacitación para el
trabajo específico con población mapuche.

El estilo de acercamiento de los dirigentes hacia los actores públicos es


de relevancia para el análisis. Este estilo complementa una fuerte crítica y
descalificación hacia el Estado, con una orientación hacia el diálogo y la
negociación. La complementariedad de estos dos estilos, que parecen
contradictorios, está dado porque los dirigentes y los miembros de la Organización
identifican en el Estado no sólo la causas del deterioro de sus condiciones de vida,
sino además los recursos para el mejoramiento de las condiciones de vida sustentable
culturalmente, mostrando además de desconfianza, expectativas positivas de
conseguir algunos de estos recursos que el Estado ha ido comprometiendo en el
tiempo.

El análisis de reuniones específicas entre la Organización y algunos


servicios públicos muestran que el énfasis en la crítica de nivel político se superpone
con la crítica a aspectos técnicos, por lo que el curso de las reuniones es lento y
centrado en el conflicto, demorando la toma de acuerdos y búsqueda de soluciones.
156

4.2.1 Análisis de las vinculaciones entre la Organización y la Contraparte

Del proceso de vinculaciones en torno al estudio para el diagnóstico y


formulación del Plan de Desarrollo Endógeno para las comunidades de la
Organización se concluye:

El equipo de la Universidad favoreció el empoderamiento de las


comunidades y Organización, rescatando el conocimiento presente al interior del
territorio, facilitando espacios de interacción entre personas de comunidades
distintas. Al mismo tiempo, la incorporación de miembros de la Organización al
equipo ejecutor, brindó a estos miembros experiencias que posteriormente fueron
aprovechadas en la Consultora en el trabajo con el programa Orígenes.

Existieron desde el inicio faltas de confianza entre los actores


involucrados, donde el desarrollo del proceso en lugar de facilitar un mejor
conocimiento mutuo y aumentar la confianza, incrementó las desconfianzas.

Existieron desde un inicio falta de espacios para la toma de acuerdos


sobre los alcances, definiciones y expectativas sobre el proceso. La definición de los
términos de referencia del estudio no contó con el establecimiento de acuerdos
suficiente para asegurar un marco común.

El desarrollo del estudio no contó con la incorporación e involucramiento


de los servicios públicos en el terreno, debilitando la capacidad de aprendizaje
colectivo y el compromiso posterior de la institucionalidad pública por financiar
efectivamente las demandas de la Organización. Este aspecto se debió a la
orientación con que el equipo de la universidad asumió el proceso. Las críticas
surgidas desde temprano en la Contraparte, actuó como un reforzador de las
desconfianzas y de no incorporación de la Contraparte.
157

La modalidad asumida, de contratación de una contraprestación de


servicios, más los términos de referencia específicos, generaron una separación
excesiva entre la dimensión política y la dimensión técnica del plan de desarrollo.
Durston (2002) y Barreiro (2002), coinciden en destacar la naturaleza política de un
proceso de desarrollo endógeno y autogestado, en tanto es un proceso de
transformación intencionada en un contexto de alta complejidad que no permite
definiciones rígidas a priori, requiriendo en cambio una alta capacidad de
flexibilidad, aprendizaje continuo y negociaciones entre el actor local, la
institucionalidad pública y los demás actores relevantes. En la institucionalidad
pública esto se observa en que el nivel técnico quedó en la Contraparte, en tanto, el
nivel político quedó en el Subsecretario de MIDEPLAN, produciéndose en algunos
temas una sobreposición que generó cierta confusión en los dirigentes de la
Organización.

Se constata una escasa capacidad de aprendizaje colectivo del proceso.


Al operar el proceso como un reforzador de las desconfianzas previas, los actores
involucrados no lograron identificar las falencias del diseño utilizado y de las
estrategias, resultando más un proceso de suma final cero.

La falta de acuerdos previos generó fuertes diferencias en el sentido que


tenía el proceso. Para la Organización se trataba de generar una propuesta indígena
de desarrollo, en tanto, al parecer para la Contraparte tenía una finalidad más
centrada en el uso para la acción de la institucionalidad pública y para la universidad
–se detecta- un sentido de rescate cultural sustentador de la visión de desarrollo
endógeno. En esta misma línea, para la Contraparte se observa un excesivo
centramiento en el resultado que no reconoce ni valora el proceso empoderador
desarrollado.

El estilo establecido por la Contraparte puede ser considerado como una


modalidad de semiclientelismo de tipo técnico-procedimental. Este estilo es
158

ciertamente un avance comparado con los estilos de los otros actores públicos
(Municipio, parlamentarios, partidos políticos), pero hasta la actualidad no ha
generado respuestas concretas de mejoramiento de la calidad de vida de las
comunidades. Este estilo semiclientelar permitió el acceso de las comunidades a
recursos del Estado que de otra manera no habrían logrado y que no están
disponibles al interior del territorio.

Supeditar el plan de desarrollo al informe técnico de la Universidad creó


un “cuello de botella” de compleja superación. Al momento del cierre del proceso
investigativo, la Organización y MIDEPLAN se encontraban evaluando la
modalidad a asumir en el futuro, donde en la perspectiva de MIDEPLAN el proceso
generó un buen diagnóstico, pero no un instrumento que puedan utilizar los servicios
públicos.

Estas características señaladas plantean la interrogante de si es la


modalidad utilizada apropiada a un proceso de esta naturaleza. Analizando los
factores externos a la planificación, en la experiencia estudiada se constata que,
siendo la planificación un proceso que requiere acuerdos sociales en torno a los
objetivos estratégicos y sus procedimientos (MIDEPLAN, 1995 y 2002), en este caso
la desconfianza técnica y política en diversos grados entre los actores involucrados
fue un factor que incidió en una progresiva falta de consensos, falta de espacios de
regulación y retroalimentación, que a su vez se iniciaron con poco acuerdo en la
lectura que los actores iban a dar al proceso.

Otro factor de relevancia radica en los paradigmas no compartidos en


torno a la formalización de una mirada de futuro de las condiciones de vida de las
comunidades, en tanto para la Contraparte se asumió como un proceso de
elaboración de un documento de naturaleza parecida a los planes de desarrollo
comunal o a las estrategias de desarrollo regional utilizados por la institucionalidad
pública; en cambio para el equipo de la universidad consistía en un documento que
159

formalizaba la demanda de las comunidades, sin que el investigador haya podido


identificar algún tipo más específico de modelo de planificación.

Otro factor observado de la experiencia corresponde a la delimitación de


los contenidos centrales de la planificación (MIDEPLAN, 1995 y 2002). Este punto
se refiere en este caso a la necesidad de delimitar el grado de centralidad que asume
el componente económico-productivo en el conjunto de factores de las perspectivas
de desarrollo para las comunidades. En otras palabras, se enfatizó desde la
Contraparte el aspecto económico-productivo en detrimento de los otros aspectos
(con excepción del metodológico), lo cual fue de especial sensibilidad para la
Organización y el equipo de la universidad en tanto el diagnóstico indicaba la
necesidad de asumir con otros modelos conceptuales el tema económico para ser
sustentable culturalmente.

El análisis de los factores propios a la planificación identifica como


temas a discutir en el caso estudiado los siguientes: la separación formal entre la
naturaleza política y el componente técnico del proceso, la disyuntiva de si la
planificación es relevante como producto o como proceso, la pregunta de si la
planificación es un instrumento de utilidad para la institucionalidad pública o para
los actores locales o comunidades y la metodología utilizada. (MIDEPLAN, 1995 y
2002).

La separación entre el componente político y el componente técnico de la


planificación fue señalada en párrafos anteriores, se agrega aquí la duda si la
metodología que permite construir la planificación permite incluir en los distintos
niveles (de objetivos, estrategias, plazos, cuantificación de recursos, fuentes de
financiamientos) elementos de tipo político como la demanda de control territorial,
cambio de marco jurídico en materia indígena. En este caso, estos temas no lograron
ser incorporados en el documento formalizado de planificación y debieron ser
reducidos a operacionalizaciones de aspectos educacionales, cantidad de tierra –en sí
160

relevante- y otros que no fueron incorporados como la demanda de cambio en el


estilo de relación con el Estado.

El tema de si la planificación es relevante como producto –el documento


en sí- o como proceso, se observó en esta experiencia que tanto para la Organización
como para la universidad involucrada, si bien se reconocía la importancia del
producto en sí (que se observó más relevante para la Organización que para la
universidad), se valoró fuertemente el proceso que permitió su construcción, en
cambio para la Contraparte se observó un mayor centramiento en el producto que en
el proceso, dando por fracasado un proceso que dejó mucha experiencia y
conocimiento relevante a las comunidades. Debe reconocerse en todo caso que la
Contraparte reconocía la relevancia del proceso en términos de expectativas de
generar un proceso co-construido.

Por otro lado, llama la atención que pese a las deficiencias mostradas por
esta forma de planificación y señaladas por la misma institucionalidad pública
(MIDEPLAN, 1995 y 2002), en este caso la Contraparte logra cuestionar aspectos
procedimentales, metodológicos, de contendido, pero no cuestiona el modelo mismo
de planificación empleado. Esta observación se relaciona con la necesidad de
aprendizaje colectivo señalado en la literatura del desarrollo local (Barreiro, 2002;
Boisier, 1997, 1999, 2001 y 2002) y que devuelve a la inquietud por la capacidad de
aprendizaje del actor público como agente proveedor de un entorno favorecedor del
capital social de las comunidades.

Se requiere entonces de instrumentos de pensamiento a futuro más


participativos y que permitan mayor intercambios entre los actores, donde una
alternativa es la aportada por Durston (2002) que a grandes rasgos implica un fuerte
componente participativo y autogestado de las comunidades en la definición de
objetivos, prioridades y líneas estratégicas, el cual pasa a ser complementado por las
instituciones públicas mediante sus recursos e instrumentos existentes, para
161

posteriormente llegar a planes comunitarios consolidados y llegar a elegir las


instituciones externas a contratar para la ejecución técnica de las iniciativas que lo
requieran.

Otro tipo de instrumentos para formular la visión de futuro de las


comunidades puede ser el de la llamada Previsión Humana y Social, de tipo
prospectivo y que se orienta a la construcción social del futuro (Medina, 2000),
donde resulta clave el proceso de co-construcción del futuro posible con el máximo
de actores involucrados, en un proceso construido de manera ampliada y
participativa. Se requiere en este modelo incorporar el criterio de sustentabilidad o
control cultural, por lo que las perspectivas de las comunidades debieran ser el centro
de las definiciones a las cuales se les complementa la visión de otros actores
relevantes, incorporando una perspectiva de control cultural, de acuerdo a la Teoría
del Control Cultural.

Existiendo otros modelos de planificación del desarrollo no abordados en


este análisis, se puede afirmar que se requiere de modelos de planificación que
incorporen la etnicidad como variable, la capacidad de autogestión y participación en
las distintas etapas de la planificación y su implementación, y el control cultural de
las comunidades indígenas sobre los elementos culturales puestos en juego para sus
propósitos y emprendimientos. Se requieren además, de metodologías que integren
las dimensiones políticas y las dimensiones técnicas para un proceso de construcción
intencionada del futuro, flexible y que identifique el modelo de gestión más
adecuado.

Respecto de los procedimientos para el apoyo a las iniciativas de


etnodesarrollo, la descoordinación y fuerte centralismo en las decisiones de poder
resultan obstáculos que generan demoras, desconciertos y desconfianzas que
dificultan las acciones de cooperación y sinergia entre el Estado y las comunidades.
Además, dadas las características de fuerte identidad étnica-territorial de la
162

Organización Ayjarewe Xuf Xuf, queda de manifiesto la dificultad de la


institucionalidad pública de dar respuesta a un conjunto de comunidades que no se
organiza ni funciona con la lógica prescrita por el marco legal. Especialmente
notorias son las diferencias con que el actor de gobierno central y regional asume el
tema, en contraste con la forma en que lo asume el actor municipal y el
parlamentario.

Desde la perspectiva de los contenidos del proceso, la experiencia de


caso estudiada muestra que las diferencias de concepción en torno a las dimensiones
de tierra-territorio, economía cultural15, autogestión y autodeterminación y desarrollo
-entre las principales-, en las perspectivas de las comunidades y las perspectivas de
la institucionalidad pública dificultan los consensos y capacidades de cooperación.
Las comunidades reclaman la dificultad de la institucionalidad pública de
comprender sus fundamentos culturales y la institucionalidad pública reclama la falta
de rigurosidad técnica en los objetivos en torno a dichas dimensiones. En
consecuencia, así como las comunidades tienen como desafío la capacidad de
traducir sus planteamientos a una dimensión técnica comprensible para el Estado, sin
perder sus fundamentos culturales, la institucionalidad pública tiene como desafío el
reconocer y atenuar su etnocentrismo en la manera de concebir estas dimensiones u

15
El concepto de economía cultural es el utilizado por la Organización para referirse a
su forma de concebir las relaciones hombre-entorno/naturaleza a la base del intercambio material y
simbólico del ámbito económico, para distinguirlo de la concepción de economía de las sociedad
occidentales de tipo capitalista. Esta perspectiva se erige sobre lo formulado por Gudeman (1986 en
MIDEPLAN, 2002), definiéndose por economía cultural “al conjunto de transacciones orientadas con
fines productivos que una sociedad lleva a cabo en el marco de una historia común y de un proceso de
construcción cultural sistémico. En otras palabras, la economía cultural define modos de producir,
intercambiar, distribuir, negociar en ciclos de tiempo y espacio sobre la base de las predefiniciones
culturales que el grupo ha construido sobre el hombre, la naturaleza, su relación con el medio o
universo y en relación con otros” (p.151).
163

otras que surjan como relevantes, asignándole más valor a las concepciones y
fundamentos de los actores locales o comunidades, compartiendo cuotas de poder o
de posesión de la verdad actualmente bajo una racionalidad técnica monocultural.

Además, es relevante señalar que en este estudio se constata que no basta


con la entrega de recursos financieros y materiales del Estado a las comunidades,
sino que se requiere además de circuitos virtuosos de colaboración mutua y
potenciación de los recursos, donde el tiempo invertido por la institucionalidad
pública en relaciones empoderadoras con las comunidades lejos de ser pérdida de
tiempo resulta ser una condición que mejora las posibilidades de las comunidades
para mejorar sus condiciones de vida.

4.2.2 Análisis de las vinculaciones entre la Organización y el Programa


Orígenes

El Programa Orígenes también puede ser descrito como de tipo


semiclientelar. Las comunidades de la Organización –como se describió, no todas las
comunidades- son incorporadas al Programa (“focalizadas”) como una de las
respuestas a las demandas de la Organización. Siendo así, llama la atención la escasa
coordinación entre la Contraparte y el Programa, especialmente en el nivel de trabajo
de terreno, lo cual es consistente con lo señalado por Gutiérrez y Rojas (2002) sobre
las debilidades de la institucionalidad pública para el desarrollo territorial.

Así como en el caso de las interacciones entre la Organización y la


Contraparte, el vínculo con el Programa surge a partir de las definiciones formales
del sentido y objetivos del programa más que de la confianza previa. En este aspecto,
tanto la experiencia con la Contraparte como la experiencia con el Programa
Orígenes son coincidentes con lo señalado por Durston (1999, p.110): “la confianza
se construye sobre el pasado, no sobre el futuro: sobre la experiencia de
164

cumplimiento anterior que prueba la confiabilidad de las personas, no sobre acuerdos


y contratos de promesas para el futuro”. Esto parece indicar que a la base de las
vinculaciones verticales con el Estado para los emprendimientos colectivos, la
confianza es un elemento necesario, pero no siempre está presente, siendo este caso
un caso en el que más bien se encuentra el inicio de vinculaciones verticales
producto de la atribución del deber del Estado de intervenir facilitando.

Por otro lado, en el caso de las vinculaciones con el Programa Orígenes


se constata cómo algunas normativas para el funcionamiento del programa pueden
interferir sobre el capital social interno (bonding), especialmente debido a que la
normativa de que los beneficiarios sólo podían ser comunidades legalmente inscritas
no sólo hizo que la Organización debiera pasar del uso de la organización en lof a la
de organización en comunidades –las que no son coincidentes- sino además, produjo
divisiones internas.

La incorporación en el programa de la normativa de que las comunidades


debían elegir las consultoras para la formulación de los proyectos, puede ser
considerado un elemento altamente positivo en el esfuerzo de pasar de un
semiclientelismo a un estilo empoderador sinérgico.

Para la Organización, el programa vuelve a posicionar el tema de la


necesidad de contar con capacidad de autogestión en el nivel técnico. En este caso, la
creación de la Consultora propia, con miembros de la Organización en su equipo y
contratando técnicos y profesionales externos, es un interesante proceso que
introduce el componente de fortalecer las capacidades técnicas propias. La necesidad
de capacitación de los miembros de las organizaciones y comunidades es un factor
ya señalado por Durston (2003). Esta dimensión cobra especial relevancia
considerando que la Organización se está relacionando con redes de creciente
complejidad, por lo que el manejo del lenguaje y procedimientos técnicos permitirá
fortalecer la capacidad de autogestión colectiva.
165

Al respecto, el interesante constatar que el tema del manejo de la


dimensión técnica de sus demandas es un tema reconocido por los dirigentes. Los
dirigentes manejan dos estrategias principales para este manejo técnico: el
establecimiento de alianzas de nivel vertical, es decir, ampliar las redes verticales
para conectarse con personas o instituciones que mediante sinergias puedan
colaborar con los conocimientos que la Organización no maneja; y la ampliación de
las propias capacidades internas, sea contratando técnicos y profesionales externos,
sea capacitando a sus miembros, sea aprovechando redes externas para acceder a
perfeccionamiento o seminarios incluso fuera del país.

Si bien se constata que aún queda mucho por avanzar en el manejo


técnico implicado en sus iniciativas y demandas, la estrategia activa de la
Organización es central, y además, en la medida que pueda ir avanzando en este
perfeccionamiento técnico, pondrá al Estado en una posición compleja a la cual no
parece estar ni acostumbrado ni preparado.

Con el Programa Orígenes, se observó una metodología que en sus


productos estaba centrada en un cierto “agregado de proyectos” que no
necesariamente obedecen a un futuro intencionado. En los proyectos de las
comunidades para este programa, no se observa la aplicación práctica del plan de
desarrollo endógeno trabajado con la Universidad. Es decir, dos lecturas posibles y
complementarias para esto son: que en la demanda del programa, las comunidades
hayan debido actuar pragmáticamente, no utilizando el plan de desarrollo generado
para poder optar rápidamente a los beneficios de recursos contemplados. Y la otra
lectura es que las comunidades no han incorporado con profundidad la lógica a la
base del plan de desarrollo endógeno. La manera en que la Organización y las
comunidades vayan resolviendo estos problemas surgidos de proyectos específicos
será fundamental para viabilizar la visión de desarrollo mapuche.
166

Es relevante reiterar que a más de dos años de incorporadas las


comunidades de la Organización al Programa, al momento de cerrar la investigación,
aún no había ningún proyecto aprobado, es decir, ningún beneficio concreto y directo
para las comunidades.

4.3 Políticas públicas en materia indígena

Pese a varios aspectos positivos de la experiencia, las relaciones


establecidas entre los actores no parecen suficientes como para generar intercambios
basados en confianzas y se requieren más interacciones reiteradas de cooperación
que mitiguen las desconfianzas fuertemente arraigadas en las comunidades. Un
factor relevante en este último aspecto es la necesaria consistencia interna,
estabilidad y proyección en el tiempo que debe asumir el Estado, donde uno de sus
componentes es la necesaria continuidad en el tiempo de las personas a cargo de
establecer las relaciones directas, que en la medida que permanecen más tiempo dan
mayor continuidad a las interacciones y, si bien no necesariamente atenúan las
desconfianzas, al menos dan una mayor predictibilidad a las interacciones y así un
mayor control, reduciendo los tiempos para logros de fines comunes.

En un sentido más negativo, el proceso analizado de trabajo de


diagnóstico y formulación de un plan de desarrollo, por sus características descritas,
no presenta características de una política integral, proactiva de promoción y apoyo
del desarrollo autogestado indígena o etnodesarrollo, y de respuesta a las iniciativas
de comunidades indígenas, sino que más bien se acerca a lo que Falabella (2002)
denomina un estilo “siberiano” de desarrollo, estilo que para el autor ocurre cuando
“a los territorios extremos y a razones geopolíticas, (y) las razones políticas y el caso
de territorios no extremos se han demostrado igualmente poderosos para movilizar
recursos estatales”, siendo la noción “siberiano” una metáfora del tratamiento
histórico al territorio de Siberia dado por la Rusia zarista, la Unión Soviética y la
Rusia actual (Falabella, 2002, p.197).
167

Lo anterior, pone de manifiesto que no se observa una política clara de


apoyo al desarrollo autogestado mapuche de nivel territorial, ni tampoco se observan
instrumentos, procedimientos y marcos legales que soporten una política activa en la
promoción y apoyo al etnodesarrollo para casos en que la demanda de apoyo
provenga directamente desde las comunidades.

Los resultados expuestos ponen en duda la manera positiva en que


MIDEPLAN (1999) evalúa la política pública indígena, considerándola integral y
consensuada. Más bien, cabe preguntarse cuál es el verdadero tipo de política pública
asumida para el desarrollo de comunidades indígenas. Si bien es necesario evaluar
positivamente el que en este caso de estudio el Estado haya aportado recursos
importantes para financiar la demanda de las comunidades, que haya establecido
negociaciones y activado coordinaciones internas para tomar en consideración su
aporte en recursos a las iniciativas de las comunidades, lo que la pone en un nivel de
tipo semiclientelar, de acuerdo a la tipología señalada por Durston (2002), hacen
perder consistencia en su apoyo a las iniciativas de la Organización el carácter
reactivo de su activación en el apoyo de las comunidades, el énfasis transversal en el
interés por el orden público que en ocasiones predomina por sobre el interés por
facilitar el desarrollo autogestado de las comunidades y el criterio de
preferencialidad al territorio por la política de compensaciones por el By Pass
Temuco, es decir, énfasis en factores de la autorreferencialidad del nivel político –
orden público, gobernabilidad del conflicto mapuche- por sobre el compromiso con
el desarrollo autogestado de comunidades mapuche.

4.4 Desarrollo endógeno y etnodesarrollo en el caso en estudio

Desde la perspectiva de las principales iniciativas de la Organización,


estas se pueden considerar como propuestas de carácter endógeno ya que: el
proyecto de futuro es definido internamente por sus actores (de acuerdo a sus
códigos intraculturales del campo de su cultura autónoma), basados en el análisis de
168

sus recursos propios, y de acuerdo a un proceso en que las definiciones sobre este
proyecto futuro son provenientes de los propios actores.

En términos generales, estas características que permiten reconocer como


propuesta de desarrollo de tipo endógeno a las propuestas de la Organización,
corresponden a las frecuentemente señaladas por Vásquez-Barquero (1999) y Boisier
(1999).

Sin embargo, las propuestas de desarrollo endógeno de la Organización


presentan particularidades que no calzan con las teorías del desarrollo endógeno. Las
teorías de desarrollo endógeno son, como señala Boisier (1999), del ámbito de la
economía neo-clásica, centradas en el tema de la “distribución”. La propuesta de
desarrollo endógeno de la Organización, al incorporar la visión intracultural como
“economía cultural” en el ámbito de la relación entre el hombre y la naturaleza a la
base del modo de producción económico, posiciona el tema del modo de producción,
que por su formulación se diferencia del modo de producción económico capitalista.

El grado en que estas aspiraciones en lo económico cuestionan el modo


de producción capitalista dependerá de la manera en que estas aspiraciones vayan
siendo profundizadas y traduciéndose en iniciativas concretas por parte de la
Organización en el futuro. Desde una postura que cuestiona en forma radical el modo
de producción occidental capitalista –que parece ser la perspectiva del equipo de la
Universidad (MIDEPLAN, 2002)- a una posición como la de Perafán (2000), que
señala que la demanda de desarrollo con identidad de los pueblos indígenas significa
en parte el deseo de verse beneficiados del desarrollo (occidental), pero sin perder
sustentabilidad cultural, existe mucho trecho que a futuro debe irse definiendo. Las
consecuencias de la manera en que la Organización defina o precise este desarrollo
desde la economía cultural radican –además del ámbito intracultural- en que en sus
negociaciones con el Estado estas aspiraciones deberán irse traduciendo en
instrumentos específicos.
169

Otras de las lecciones que deja la experiencia estudiada corresponden a


la delimitación del aporte de otros actores para el desarrollo local. De la experiencia
estudiada se constata el desafío de los actores externos –que en este caso
correspondió a una universidad local- para cooperar con las comunidades,
estableciendo vínculos de reconocimiento y comprensión cultural, pero además, de
comprensión de la lógica del actor público. En este caso queda en evidencia que la
intervención de un agente cooperador externo no es suficiente si sólo comprende y
alienta el marco cultural de las comunidades, sino además requiere comprender la
lógica y procedimientos del actor público para poder traducir en un instrumento
técnico y político los planteamientos y visiones de futuro de las comunidades. Por
tanto, el traspaso de responsabilidades desde el Estado la sociedad civil para el apoyo
a iniciativas autogestadas de actores locales debiera ser considerado en su naturaleza
sistémica, donde se integran además los valores, percepciones, interpretaciones del
agente externo a la relación, cuya naturaleza de circuito virtuoso o de circuito vicioso
quedará a consideración de cada experiencia específica. El actor que asuma de
intermediario debiera tener no sólo idoneidad técnica en el abordaje del mundo
indígena, sino además idoneidad y capacidad técnica pertinente al actor público, así
como capacidad de construir confianzas y cooperación sobre suya base desarrollar
las iniciativas.

Por otro lado, en la literatura sobre el desarrollo local se identifica a la


universidad como un actor relevante para el desarrollo, especialmente en la
generación de ciencia y tecnología para el desarrollo local (Boisier, 1997, 1999 y
2001), sin embargo en la experiencia estudiada se observa al actor universitario en
un rol distinto al señalado en la bibliografía. Esto debiera permitir ampliar la base
conceptual del desarrollo local para dar cuenta de iniciativas como las aquí
estudiadas, donde la universidad actúa como intermediario y un facilitador del
empoderamiento de sectores excluidos.
170

La propuesta de desarrollo endógeno de la Organización –formulada


técnicamente por la universidad local contratada- puede considerarse como una
propuesta concreta de etnodesarrollo, aún cuando no es explicitada como tal16. Como
se señaló en el marco conceptual, la escuela del etnodesarrollo cuenta entre sus ejes
conceptuales la ampliación de la cultura propia, la identidad étnica, la autogestión y
la autodeterminación (División de Desarrollo Social, 1995). Corresponde a una
propuesta de etnodesarrollo en tanto busca ampliar (recuperar y rearticular) el campo
de la cultura autónoma, sobre la base de la fuerte identidad étnico-territorial, la
memoria histórica vigente en la oralidad, la intencionalidad de rearticulación
territorial ancestral (ayjarewe), vigencia de elementos culturales simbólicos como la
naturaleza de la relación hombre-entorno, vigencia del idioma, vigencia de
ceremoniales tradicionales.

Además, el componente identitario es un componente fuerte en esta


propuesta, identidad que se manifiesta en diferentes planos (relacionados entre sí):
identidad como indígenas, identidad como mapuches, identidad como wenteches,
identidad como ayjarewe Xuf Xuf.

El carácter de autogestión, está presente en las iniciativas de las


comunidades y Organización, enfatizando tanto en el discurso como en la práctica la
capacidad y deseo de realizar por sí mismos las distintas acciones involucradas en
sus iniciativas. Una muestra es que el proceso de rearticulación fue decidido y
movilizado al interior de las comunidades, donde el apoyo externo fue posterior.
Otra muestra es que en el mismo proceso de diagnóstico y formulación del plan de
desarrollo se incorporaron miembros de las comunidades al equipo técnico de la
Universidad, ocupando roles importantes y activos. Otra muestra de autogestión es
que, al ingresar al Programa Orígenes, decidieron formar su propia consultora, la
cual tenía como misión el formular técnicamente los proyectos implicados en el
Programa, rechazando la idea de elegir consultoras externas.

16
En todo caso, los dirigentes de la Organización están familiarizados con la teoría de
Bonfil del Control Cultural, y la perspectiva general del Etnodesarrollo.
171

La autodeterminación y autonomía, es uno de los objetivos de la


Organización. En lo específico de la realidad del territorio, se manifiesta en
demandar al Estado la recuperación del control territorial, incluyendo la capacidad
de las propias comunidades, a través de sus autoridades propias, de resolver pleitos
legales, entre otros. En el territorio existen varias escuelas (municipales y
particulares), la Organización ha iniciado conversaciones con la Iglesia Católica para
tomar control de las escuelas de propiedad de la Iglesia. A nivel de conjunto de
organizaciones mapuches, la Organización participa de las demandas de
reconocimiento constitucional como pueblos indígenas y de recuperación de la
autonomía y autodeterminación.

Los resultados y conclusiones de la experiencia de la Organización


Ayjarewe Xuf Xuf permiten avanzar en la respuesta de la siguiente pregunta,
pertinente a la realidad regional, ¿Qué condiciones debiera cumplir la posibilidad de
materialización del etnodesarrollo en el contexto regional actual? De acuerdo a esta
experiencia estudiada, son varios los elementos que debieran conjugarse de manera
virtuosa, donde algunos elementos son propios de las comunidades mapuches, otros
son propios a la institucionalidad pública, otros son propios a la interacción entre
comunidades indígenas y el Estado, y además, son relevantes las sinergias de puente
entre las comunidades mapuche de distintos territorios en sus demandas hacia el
Estado de mejores contextos en los cuales realizar sus aspiraciones de desarrollo. Sin
estas sinergias de puente parece poco probable que la Organización hubiera podido
lograr el nivel de negociaciones conseguido.

El etnodesarrollo requiere de capacidades de las comunidades, tanto


intraculturales como interculturales. En lo intracultural, el reconocimiento de la
presencia de un elevado monto de cultura autónoma y de resistencia cultural -
capitales culturales, humanos y sociales en el marco conceptual de algunos autores
en el desarrollo endógeno- que fueron orientados hacia los objetivos de definir un
proyecto común a diez años plazo.

A nivel de la institucionalidad pública, se constata que no basta con la


entrega de recursos a las comunidades, se requiere además, coherencia en las
políticas públicas en materia indígena, permanencia en el tiempo de los actores
172

públicos17, conocimiento de metodologías más adecuadas al contexto indígena,


marcos legales más adecuados a la realidad indígena18 y procedimientos más
adecuados.

Parece consistente concluir que el mayor obstáculo hoy en día para la


posibilidad de materialización del etnodesarrollo para comunidades como las de la
Organización, radica en el Estado que a través de sus marcos legales, marcos
cognitivos, procedimientos, instrumentos de acción y políticas públicas. Pero
también, una parte de los obstáculos está en las propias comunidades y
organizaciones indígenas que requieren formular propuestas no sólo sobre el marco
jurídico general –de por sí necesario y que son uno de los aspectos centrales
planteados por ellas- sino además sobre formas más específicas y concretas de
materialización de sus visiones de desarrollo. Una vía puede ser la capacitación y
aprendizajes en estas competencias técnicas por parte de las mismas comunidades
y/o intelectuales indígenas. Otra vía puede ser el establecimiento de alianzas
sinérgicas entre las comunidades e instituciones colaboradoras (como la universidad
en el caso estudiado).

Por su naturaleza, el marco del etnodesarrollo es en sí una propuesta de


desarrollo endógeno, sin embargo, por sus orígenes no corresponde a las teorías y
perspectivas a la base de lo que hoy se conoce como Desarrollo Endógeno.

Las teorías del Desarrollo Endógeno asumen la relevancia de la


dimensión sociocultural del desarrollo (Boisier, 1997, 1999 y 2001; Albuquerque y

17
El cambio repentino de Intendente a inicios de año y del Subsecretario de
MIDEPLAN más recientemente, generan un aumento de la desconfianza, no cumplimiento de algunos
compromisos contraídos, y en general, costos en el curso de las conversaciones que deben ser
reinicializadas.

18
No sólo en el caso del reconocimiento constitucional a los pueblos indígenas, sino
además, en este caso se detectan a lo menos la definición de comunidades en la Ley Indígena, el
Código de Aguas, el Código de Procedimiento Civil y Penal.
173

Cortés, 2001; Barreiro, 2002; Durston, 2002). Sin embargo el tratamiento que hace
de la cultura, de la identidad y de la naturaleza de la relación con el entorno difiere
del asumido por el etnodesarrollo.

Para Boisier (1997, p. 17), la cultura “denota la existencia de una


cosmogonía (una visión de mundo y un conjunto de respuestas a las preguntas
fundamentales de los seres humanos) y de una ética (conjunto de normas que reglan
las relaciones entre los individuos del grupo y entre éste y su base material de
recursos o medio ambiente) que en un lugar o territorio determinado asumen
características distintas de otros lugares”. Para este mismo autor, de la cultura lo que
interesa es “conocer su capacidad para producir autorreferencia”. Me parece que –sin
dejar de reconocer el aporte de esta postura- hace falta una mirada más
“antropológica” de la cultura –pero no una perspectiva “culturalista”, que profundice
esta dimensión para hacerla más pertinente a la realidad multicultural dada por la
presencia de pueblos indígenas de esta región del mundo. No incorporar esta mirada
de la cultura puede llevar a casos de experiencias de desarrollo local considerables
como exitosos, pero que culturalmente no sean sustentables, e incluso, vulneren el
marco de la cultura propia indígena.

En el aspecto de la identidad, es la dimensión étnica de la identidad la


que cobra relevancia, sin embargo, como señala Bonfil (1994, p.24) “la identidad
étnica está estigmatizada por la sociedad dominante y este estigma desempeña un
papel crucial en el sistema de relaciones interétnicas”. Por tanto, la saliencia que
adquiera un atributo como la etnicidad va a estar en el marco más amplio de
relaciones interétnicas, las que en el caso indígena, está demostrado el carácter de
discriminados, de marginados y subordinados.

El tema de la relación con el entorno, para el desarrollo endógeno,


corresponde a la propiedad sistémica de aumento de complejidad interna ante un
aumento de la complejidad del entorno. Sin embargo, el punto puede radicar en que
el proceso de aumento de complejidad interna y de adaptación al entorno no significa
directamente algún mecanismo específico –aunque es cierto que no todos los
mecanismos son igualmente efectivos-, es decir, para el mundo indígena al parecer
174

no se adecuan los mecanismos de citados frecuentemente como los parques


industriales, diversificación productiva, especialización flexible, etc.

Parece que el cambio de óptica que requiere el contexto multicultural


dado por la sobrevivencia de pueblos indígenas, es coherente con el marco teórico
sistémico que está presente en algunas formulaciones del desarrollo endógeno. Por
un lado, los aportes de Maturana (en Arnold y Rodríguez, 1992) sobre la importancia
del observador en el fenómeno observado, la importancia de la autoobservación,
pueden contribuir a que quienes promueven el desarrollo endógeno en contextos
indígenas incorporen en su análisis sus propias experiencias y visiones sobre el
mundo indígena –“todo lo dicho es dicho por alguien”, señala Maturana- de manera
de poder visibilizar el componente étnico. Además, en la distinción entre
organización y estructura, para que el sistema subsista puede cambiar su estructura,
pero no su organización, y la organización es una construcción autopoiética, es decir,
me parece que es posible entender esto en el caso indígena como la necesidad de
distinguir que los cambios adaptativos al interior del grupo indígena no deben
implicar la destrucción de lo que los constituye en un sistema humano diferenciado –
su identidad, cultura autónoma-, la cual es autopoiética –cercano a la noción de
control cultural-, son los mismos indígenas en su autopoiesis los que autoproducen
su existencia como sistemas diferenciados, y los encargados en definir los cambios
posibles.

Un desarrollo endógeno orientado no sólo al ajuste ante los cambios


estructurales y ante la globalización, sino además hacia una lógica de regulación
horizontal que potencie a los grupos excluidos, no puede eludir las perspectivas del
desarrollo indígena.

Por su parte, la mirada de la teoría del Control Cultural de Bonfil puede


aportar elementos para una mayor operacionalización de en qué consiste lo endógeno
del desarrollo, incorporando como ejes analíticos la toma de decisiones (interna-
externa) y los contenidos de las adaptaciones (propios-ajenos, donde además la
cultura es vista como un todo complejo y dinámico).

Pero el marco del etnodesarrollo también puede incorporar aportes del


desarrollo endógeno, y sobre todo tender puentes de diálogo, especialmente porque
175

el nuevo paradigma está efectivamente permeando las ideas en torno al desarrollo.


Un aporte posible son los aprendizajes de promoción del desarrollo local en contexto
de actores múltiples y con intereses distintos y con el involucramiento de la
institucionalidad pública. Además, las reflexiones en torno a la planificación como
instrumento en contextos de alta complejidad, e identificación de nuevas
orientaciones para la construcción de un desarrollo futuro intencionado.

Una consideración surge como relevante: la naturaleza política –


presentes tanto en iniciativas de etnodesarrollo como de desarrollo endógeno- es
distinta para ambos casos. El contexto de la globalización plantea desafíos a los
Estados, sin embargo, la demanda indígena plantea desafíos que los Estados han
estado menos dispuestos a asumir.

Se puede pensar que al menos en teoría es posible pensar en la existencia


de una “sinergia cognitiva” entre ambas perspectivas, donde cobran relevancia la
dimensión territorial socioculturalmente construida, la importancia de los factores
socioculturales y la identidad en los procesos de desarrollo, la necesidad de un rol
activo y facilitador del Estado en una orientación de un desarrollo “desde abajo hacia
arriba”.

Una posible evidencia de la posibilidad de construcción de estas


sinergias es lo señalado por Falabella (2002), desde el marco conceptual del
desarrollo endógeno, al analizar el tipo de desarrollo –que denomina “dual”, de estilo
“apartheid”- en que se encuentran, entre otros, las comunidades mapuche en la
región, señala “las posibles salidas pueden ser diferentes, en todo caso, ya que la
mera integración no parece ser posible ni deseada, como es el caso mapuche, cuya
tendencia es a demandar un desarrollo propio basado en su fuerte arraigo hombre-
mujer/tierra e identidad cultural milenaria que, antes de su derrota militar simultánea
por los ejércitos de Chile y Argentina, los llevó a dominar la pampa y el sur de Chile
simultáneamente” (p.218).

La capacidad de construir estas sinergias tiene un verificador externo: los


propios pueblos indígenas. Serán las experiencias concretas de procesos indígenas de
desarrollo autogestado y culturalmente sustentables –o etnodesarrollo- las que
176

muestren la viabilidad de la sinergia entre lo etno y lo endo del desarrollo de acuerdo


a estos marcos conceptuales.

4.5 Aportes y limitaciones del estudio

Los principales aportes de este estudio radican en que ofrecen un análisis


sobre datos empíricos, que al ser contrastados con otros estudios ofrece innumerables
lecciones sobre el capital social comunitario indígena. Como fuentes de
contrastación empírica más directas se encuentran los estudios en curso de la red
Indígena del Centro de Estudios de políticas sociales para América Latina
(CLASPO) sobre políticas públicas y desarrollo indígena en Argentina, Perú, Chile y
Colombia19 y los estudios de Durston en cinco comunidades campesinas en Chile, en
una colaboración entre la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL) y el INDAP.

En el marco del desarrollo del andamiaje teórico y empírico del capital


social, este estudio aporta mediante la integración de tres dimensiones de gran
relevancia del capital social (de bonding, bridging y linking), mostrando en un caso
específico los aportes y las interdependencias que se producen entre ellos.

La constatación empírica de que no basta con la entrega de recursos del


Estado a los emprendimientos de las comunidades, confirma la preocupación por
analizar las zonas de interfaz entre Estado y capital social comunitario, donde son tan
relevantes las actitudes y tipos de interacción de los operadores de la
institucionalidad pública como los paradigmas y herramientas técnicas empleadas.

19
Mayor información en el sitio
http://www.utexas.edu/cola/llilas/centers/claspo/restricteddocuments.htm
177

Por otro lado, este estudio entrega aportes fundados empíricamente para
ampliar la complejidad interna tanto de las perspectivas del desarrollo local como las
perspectivas del etnodesarrollo. Hacia las perspectivas del desarrollo local, el aporte
radica en ofrecer la constatación de la presencia en nuestro país y en América Latina
de una realidad sociocultural específica, que no se encuentra en el contexto europeo
–principal fuente del marco del desarrollo local- de la presencia de pueblos
indígenas, cuyas comunidades cuentan con una realidad sociocultural que no logra
ser comprendida por varios postulados del desarrollo local. Especialmente se
propone como una de las conclusiones de este estudio la necesidad de profundizar el
marco conceptual sobre las bases socioculturales, identitarias, territoriales y
productivas para incorporar enfoques más pertinentes a la realidad multicultural de la
región. En lo conceptual, un mayor profundización en torno a la etnicidad, la cultura
y la identidad (todos incorporados en la noción de capitales intangibles) puede
facilitar la pertinencia del marco del desarrollo endógeno-local en el caso del
desarrollo indígena.

Una línea de exploración teórica como para futuras investigaciones es el


análisis de la interfaz entre el sistema económico-productivo indígena y el entorno de
la sociedad de mercado, explorando los factores o herramientas que permitan que las
comunidades mantengan internamente formas culturalmente sustentables de
producción y que al mismo tiempo logren posicionarse en forma positiva en la
sociedad de mercado nacional e internacional.

Como aporte a las perspectivas del etnodesarrollo, este estudio muestra la


necesidad de complementar a los esfuerzos de reconocimiento jurídico de los
pueblos indígenas y de nuevas formas de relación desde el Estado, la necesidad de
aumentar la complejidad en el abordaje de aspectos técnicos y procedimentales, en
tanto un marco jurídico más favorable para los pueblos indígenas –siendo un gran
avance- no necesariamente resuelve las dificultades en los instrumentos,
procedimientos y paradigmas mentales presentes en la institucionalidad pública. Así
178

mismo, este estudio aporta la constatación de la vigencia de los postulados básicos


del etnodesarrollo.

Es de esperar que este estudio aporte a la institucionalidad pública


retroalimentación que le permita reflexionar sobre sus prácticas e ideologías, para
buscar participativamente nuevos paradigmas, instrumentos y procedimientos hacia
los pueblos indígenas.

Este estudio es un aporte también a la Organización Ayjarewe Xuf Xuf,


entregando retroalimentación de sus esfuerzos e iniciativas, algunos de las cuales se
produjeron durante el proceso investigativo. Estos aportes ya han sido señalados por
los dirigentes de la Organización. Como aportes, este estudio entrega también
fundamentos técnicos y conceptuales a las demandas e interpelaciones de la
Organización hacia el Estado y la sociedad civil, los cuales pueden fortalecer sus
relaciones y capacidad de obtener logros mediante sus emprendimientos
comunitarios.

Como limitaciones, se pueden señalar limitaciones propias de la


metodología empleada como de factores contextuales a la investigación. Como se
señaló al inicio de Discusión y Conclusiones, la mayor cantidad de datos directos
desde múltiples fuentes fue posible en el nivel de vinculaciones verticales o linking,
por tanto, los resultados y discusiones en torno al análisis de la interacción del
capital social de la Organización con la Contraparte Técnica y con el Programa
Orígenes, deben ser considerados con atención, por estar más fundamentados
empíricamente.

A nivel de bonding, se contó con más datos del capital social grupal de
los dirigentes que del conjunto de la Organización, por tanto, pese a que se observó
una adecuada consistencia interna en la Organización, no fue posible respaldar los
datos con la cantidad de observaciones directas suficientes.
179

Otra limitación del estudio es que la etapa de recolección de datos se


produjo en un periodo en el cual hubo pocas reuniones y espacios de interacción
directa entre la Organización y la Contraparte Técnica, por tanto el análisis expuesto
corresponde fundamentalmente a la contrastación de visiones y evaluaciones entre
sus actores, sin contar con observaciones de las interacciones directas que
permitieran complementar los datos.

En el caso de las interacciones con el Programa Orígenes, se contó con


mayor cantidad de datos directos de las interacciones, pero limita el alcance de los
resultados el corto periodo de tiempo en que se produjo la recolección de datos, por
tanto, se obtuvieron datos de un conjunto limitado de contenidos y espacios de
interacción entre la Organización y el Programa.

En síntesis, las políticas públicas analizadas han avanzado en revertir las


características de clientelismo autoritario a un semiclientelismo –de acuerdo a la
tipología formulada por Durston (2002)- logrando aportar con recursos no
disponibles en las comunidades indígenas y que les permiten el logro de algunos de
sus objetivos, pero utilizando instrumentos insuficientes, un marco legal no acorde a
la necesidad de comunidades indígenas con capacidad de autogestión y autonomía y
control cultural, procedimientos que generan confusión que a incipientes relaciones
de cooperación y agregan ruidos que confirman las desconfianzas, sumado a un
marco conceptual insuficiente para dar cuenta de cómo los indígenas conciben la
tierra/territorio, el desarrollo, las formas de organización intracultural. Estas factores,
así como aporta logros parciales a las comunidades, también las deja enfrentando
nuevos desafíos, impactos no esperados que ponen a prueba las capacidades de las
comunidades. Lo paradójico es que este semiclientelismo del nivel del gobierno
central y regional es más positivo que el clientelismo político observado en el actor
parlamentario y en el nivel municipal para este caso de estudio.
180

Desde esta perspectiva, los aportes de esta investigación se pueden ver


como un complemento a los aportes de autores como Aylwin (1995, 2001 y 2003),
Instituto de Estudios Indígenas (2002), Quidel (2001) y la Escuela del
etnodesarrollo, coincidiendo en la necesidad de que el Estado asuma una nueva
forma de relación con los pueblos indígenas, profundizando lo positivo de lo
avanzado –por ejemplo, de considerar la especificidad de la temática indígena- e
incorporando una mayor consideración y respeto a las características socioculturales
de las comunidades indígenas, estableciendo nuevos marcos jurídicos, marcos
procedimentales, instrumentos de políticas públicas, formas de coordinación
institucional, mecanismos de participación indígena y reforzar las formas de
interacción en los operadores de terreno basadas en el compromiso e
involucramiento para la cooperación sinergizadora.

Sin el aporte de un Estado de la naturaleza señalada, los indígenas


pueden obtener logros a través de sus relaciones de cooperación con actores tales
como las mismas organizaciones indígenas, organizaciones no gubernamentales de
cooperación, universidades, etc. pero dado que en el marco de subordinación actual
el Estado cuenta con recursos de diverso tipo esenciales para el desarrollo indígena,
la sustentabilidad a largo plazo de dichos logros se vería relativizada.

Siendo necesaria para la realidad local una mayor pertinencia de los


postulados del desarrollo endógeno-local hacia el contexto multicultural de nuestros
países, me parece que es poco probable que las teorías del desarrollo local se
constituyan en un marco unificador de las iniciativas de desarrollo de territorios ante
el ajuste estructural y de aquellas iniciativas de las comunidades indígenas para su
sustentabilidad cultural. Sin embargo, el concepto de “sinergia cognitiva” acuñado
por Boisier parece mostrar el camino de una relación –diferenciada, pero más
virtuosa- favorecedora del desarrollo culturalmente sustentable de comunidades y
pueblos indígenas.
181

Es de esperar que este estudio contribuya a comprender las zonas de


contacto entre el sistema sociocultural de un conjunto de comunidades indígenas con
capacidad de demanda activa técnica creciente y políticamente fundada y de acción
sinérgica a nivel horizontal, con un Estado que pretende dar respuesta a estas
demandas bajo su propio mandato jurídico de promover y proteger las culturas
indígenas. Contribuye además a prestar atención a las condiciones de viabilizan el
aporte de agentes externos intermediarios –de nivel técnico y político- en
colaboración tanto con las comunidades como con las instituciones gubernamentales.

Sería relevante mantener un seguimiento a la experiencia –que está en


etapas iniciales- para identificar cómo el capital social comunitario de la
Organización resuelve los obstáculos surgidos en sus interacciones con la
institucionalidad pública y continua llevando a cabo sus iniciativas de negociación
de su visión de desarrollo endógeno a largo plazo de manera de comprometer los
recursos del Estado que necesita. Otra línea de futuras investigaciones corresponde al
análisis de la zona de interfaz entre la economía intracultural y la economía
capitalista que forma su entorno, para identificar las posibilidades que tienen las
comunidades para mantener el control cultural ante las necesidades de adaptación y
para identificar qué capacidad tiene la economía capitalista occidental para
interactuar con sistemas socioculturales diversos que sustentan otras lógicas de
relación hombre-naturaleza.

4.7 Conclusiones

A modo de conclusión, el capital social –en la perspectiva “progresista”


y que enfatiza las interacciones reales por sobre las normas y valores de éstas- se
muestra como una herramienta conceptual y analítica potente en identificar
componentes centrales en los recursos de las comunidades en el marco de sus
iniciativas de desarrollo autogestado, permitiendo mejorar la comprensión de cómo
es que estas comunidades que cuentan con tan pocos recursos materiales y
182

financieros han logrado acceder a diversos recursos externos para el logro de sus
objetivos de mejoramiento de sus condiciones de vida. Las distinciones analíticas –
bonding, bridging y linking- permiten distinguir momentos específicos centrales del
conjunto de emprendimientos de las comunidades, y es el análisis de la interacción
entre estas distinciones uno de los recursos que permiten detectar condiciones para el
éxito de los emprendimientos colectivos de comunidades tradicionalmente excluidas.

De esta manera, el marco conceptual del capital social permite abordar el


componente sociocultural del desarrollo endógeno, e incluso permite integrar los
aportes del etnodesarrollo bajo una mirada integradora cuya continuidad en la
reflexión muestra un camino fértil.

Los resultados del caso estudiado son consistentes con los hallazgos de
otros autores en América Latina, tales como Durston (2001, 2002), Flores y Rello
(2001), Bebbington (en David y Ortiz, 2001), Chávez et al (2001), en cuanto a la
relevancia de las modalidades que asuman la interacción entre estos tres niveles de
capital social para las posibilidades de éxito en los emprendimientos colectivos de
las comunidades indígenas, así como en la centralidad de la capacidad del Estado de
actuar sinérgicamente con el capital social comunitario indígena.

Por su parte, el marco conceptual del etnodesarrollo se muestra vigente y


con capacidad tanto para analizar los procesos estudiados, como para servir como
principios a la base de la formulación y guía de la implementación de las iniciativas
de desarrollo autogestado indígena.

Queda constatado que, como señala Durston (2002), que el capital social
comunitario no asegura los resultados esperados, pero es mejor tenerlo que no
tenerlo, y que el camino hacia la implementación del etnodesarrollo requiere, además
del componente jurídico (enfatizado en la literatura “indigenista”), su traducción en
propuestas técnico-políticas a negociar con el Estado y que aseguren la
183

sustentabilidad cultural en un marco de “desarrollo desde la identidad”. La presencia


en el discurso de la institucionalidad pública de una incorporación de las
perspectivas del desarrollo endógeno parece abrir posibilidades para la
materialización de un desarrollo culturalmente sustentable en las comunidades
indígenas, al menos en términos de “sinergias cognitivas” que permitan un mejor
entendimiento entre las propuestas indígenas de desarrollo y las propuestas de
desarrollo territorial y regional.
184

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196

ANEXOS
197

ANEXO 1

Esquema del diseño de investigación

Objetivo 1. Vínculos Internos

Pregunta de Investigación
Triangulación entre
investigadores

Fuentes Primarias Fuentes Secundarias

Entrevistas Dirigentes Archivos de internet

Observación participante y Documentos de la


no-participante Organización

Documento Informe de la
Universidad a MIDEPLAN

Documento Informe
Universidad de impacto
sociocultural por el By Pass
Temuco

Videos

Mapas

Resultados Preliminares

Chequeos, contrachequeos,
triangulación

Resultados Objetivo 1
198

ANEXO 2

Esquema del diseño de investigación

Objetivo 2. Vínculos Horizontales de Puente o Bridging

Pregunta de Investigación
Triangulación entre
investigadores

Fuentes Primarias Fuentes Secundarias

Entrevistas Dirigentes Archivos de internet

Entrevistas Informantes Documentos de la


externos Organización

Observación participante y Documento Informe de la


no-participante Universidad a MIDEPLAN

Documento Informe
Universidad de impacto
sociocultural por el By Pass
Temuco

Videos

Mapas

Resultados Preliminares
Chequeos, contrachequeos,
triangulación, observación
participante

Resultados Objetivo 2
199

ANEXO 3

Esquema del diseño de investigación

Objetivo 3. Vínculos Verticales o de Linking: proceso diagnóstico y formulación


Plan de Desarrollo Endógeno

Pregunta de Investigación
Triangulación entre
investigadores

Fuentes Primarias Fuentes Secundarias

Entrevistas Dirigentes Archivos de internet

Entrevistas MIDEPLAN, Documentos de la


SERPLAC, Gobernación Organización
Cautín, CONADI
Documento Informe de la
Observación no-participante Universidad a MIDEPLAN

Entrevista miembro equipo


UC-T

Resultados Preliminares Resultados Preliminares


del proceso de otras vinculaciones

Chequeos, contrachequeos,
triangulación, observación
no-participante

Resultados Objetivo 3
200

ANEXO 4

Esquema del diseño de investigación

Objetivo 3. Vínculos Verticales o de Linking: Vinculaciones con Programa Orígenes

Pregunta de Investigación
Triangulación entre
investigadores

Fuentes Primarias Fuentes Secundarias

Entrevistas Dirigentes Documentos de la


Organización
Entrevistas interacciones
Organización-Consultora Documentos del Programa
Orígenes
Entrevistas CONADI,
Programa Orígenes

Entrevistas Contraparte
Técnica

Observación no-participante

Resultados Preliminares
vinculaciones Orígenes

Resultados Preliminares
vinculaciones con
Contraparte Técnica Resultados Objetivo 3

Resultados Preliminares Chequeos, contrachequeos,


de otras vinculaciones
triangulación, observación no-
201

ANEXO 5

Esquema del diseño de investigación

Objetivo 3. Vínculos Verticales o de Linking: Vinculaciones con otros relevantes

Pregunta de Investigación
Triangulación entre
investigadores

Fuentes Primarias Fuentes Secundarias

Entrevistas Dirigentes Archivos Internet

Observación participante y Documentos de la


no-participante Organización

Documentos del Programa


Orígenes

Resultados Preliminares
de otras vinculaciones

Resultados Preliminares
vinculaciones con
Contraparte Técnica Resultados Objetivo 3

Resultados Preliminares Chequeos, contrachequeos, triangulación,


vinculaciones Orígenes
observación no-participante
202

ANEXO 6

Ubicación geográfica de las Identidades Territoriales Mapuche o Fütal Mapu

Fuente: Bengoa, J. (2000). Historia del Pueblo Mapuche: siglo XIX y XX. LOM
Ediciones. Santiago de Chile.
203

ANEXO 7

Ubicación Geográfica Ayjarewe Xuf Xuf

Fuente: MIDEPLAN (2002).


204

ANEXO 8

Ubicación geográfica de los lof de la Organización Ayjarewe Xuf Xuf

Fuente: MIDEPLAN (2002).


205

ANEXO 9

Cuadro síntesis del ordenamiento territorial en Xuf Xuf según la organización en


lof, rewe, comunidad, y las unidades territoriales de planificación (municipio) (1)

Lof (2) Rewe (3) Comunidad (3) Localidad (4)

Ütügentu Ütügentu Juan Llanquitrur Truf truf

Püshjuwiñ Püxawe Juana viuda de Codopille


Llanquinao
Pichi Winkul Kajfüko Lleupeco
Antonio Canio
Rereko Jewpeko Niquilco
Pedro Carril
Jewpeko Manzanal Pidilhuin
Juan Huentelen
Kefkewenu Jamuko Tres Cerros
Chicahual Córdova
Rukarakiñ Jiwij Tres Esquinas
mawiza Juan Catrilaf Marilaf
Rauqko
Rawe Mariano LLeuvul
Ñiqkülko
Xuf Xuf Juan Cole
Piwljeüñüm
Francisco Pichuman
Kajfulafken
Trureo Sandoval
Xuf Xuf
Mateo Antón

(1) En las columnas de Lof , de rewe y de comunidades se incluyen sólo los


correspondientes a la Organización, en la columna de Localidades se
incluyen todas las consideradas por el municipio para el territorio más amplio
de Xuf Xuf

(2) Fuentes: entrevistas a los dirigentes

(3) Fuentes: mapas del territorio y entrevistas a los dirigentes

(4) Fuente: Plan de Desarrollo Comunal de Padre Las Casas 1998-2008


206

Anexo 10

Cuadro de comunidades, lof y total de familias pertenecientes a la Organización


Ayjarewe Xuf Xuf.

Nº COMUNIDAD LOF Nº de Viviendas

1. Juanita Viuda de Kefkewenu 75


Llanquinao

2. Francisco Pichuman Ruka Rakiñ 5

3. Mateo Antón Ûtügeht`u 75

4. Pedro Carril Piwje Ûñüm 40

5. Juan Llanquitruf Püshüjuwiñ 30

6. Juan Huentelen Rereko 60

7. Juan Catrilaf Ñügkülko 50

8. Chicahual Cordova Jewpeko 40

9. Trureo Sandoval Xuf-Xuf 50

10 Mariano Lleuvul Küla Wigkul 60

11 Antonio Caniu Kalku Bafkeh 32

12 José Santos Coche 25

13 Juan Cole Raügko 09

TOTAL 551

Fuente: documentos técnicos de la Organización Ayjarewe Xuf Xuf.


207

ANEXO 11

Cambios en el territorio de Xuf Xuf (año 1885)

Fuente: Bengoa, J. (2000). Historia del Pueblo Mapuche. Ediciones LOM, Santiago
de Chile.
208

ANEXO 12

Cambios en el territorio de Xuf Xuf (año 1895)

Fuente: Bengoa, J. (2000). Historia del Pueblo Mapuche. Ediciones LOM, Santiago
de Chile.
209

ANEXO 13

Cambios en el territorio de Xuf Xuf (año 1930)

Fuente: Bengoa, J. (2000). Historia del Pueblo Mapuche. Ediciones LOM, Santiago
de Chile.
210

ANEXO 14

Cuadro del Capital Social interno de la Organización

Lof Capital Social

Ütügentu Dirigencia activa, persistente, participativa a nivel social y cultural

Jewpeko Dirigencia altamente participativa y persistente

Ñigkülko Dirigencia altamente participativa y persistente

Xuf Xuf Compromiso con el movimiento reivindicativo

Kefkewenu, Participa y legitima el movimiento reivindicativo


Rukarakiñ,
Rauqko,
Kajfulafken

Pichiwigkul Participa y legitima el movimiento reivindicativo

Rereko Participa y legitima el movimiento reivindicativo, conflictos por la


presencia de iglesias evangélicas

Piwjeüñüm, Legitima culturalmente el movimiento, liderazgo conflictivo,


Püshujwiñ conflictos con la Consultora por Programa Orígenes

Cuadro elaborado sobre la base del “Informe de Diagnóstico de comunidades indígenas sector Truf
Truf, Padre Las Casas y Vilcún y propuesta de Plan de Desarrollo Endógeno Kümeletuam”. Instituto
de Estudios Regionales, Centro de Estudios Socioculturales, Universidad Católica de Temuco. En
menor medida se incluyen resultados provenientes del trabajo de campo.
211

ANEXO 15
Líneas de acción del Plan de Desarrollo Endógeno de la Organización Ayjarewe Xuf
Xuf (1)

Líneas generales de acción Líneas específicas de acción

1. Küme felen - Económico 1.1 Mapu - Tierra


productivo
1.2 Ko zugu - Agua

1.3 Fijke xipa chemkün– Infraestructura


2. Che ka ixofij fijke mogen -
2.1 Ta iñ tremoleael - Salud
Salud de los ecosistemas

2.2 Kimeltun dugun - Educación

2.3 Fijke xipa mogen - Medio ambiente

2.4 Fijke xipa az müleyelu mapu mew -


Recursos naturales y su manejo
3. Mapuche az mogen -
3.1 Ta iñ günenlewal - Jurídico
Sociocultural

3.2 Ta iñ rakizuam - Religión

3.3 Ta iñ ajkütunlewal ka kimniewal -


Comunicación

Cuadro elaborado sobre la base del Informe Final del equipo de la Universidad Católica de
Temuco y de las entrevistas y documentos de la Organización

(1) Elaborado por el equipo de la Universidad Católica de Temuco y la Organización


Ayjarewe Xuf Xuf
212

ANEXO 16

Esquema de las vinculaciones horizontales de puente o bridging

Mundo indígena Sociedad civil no-indígena

Asociación Ñankucheo
(Naqche)

Asociación Makewe Organizaciones sociales y


(Wenteche) Cooperación
culturales
y sinergia
Asociación decreciente Cooperación y
Poyenwe sinergia
(Villarrica)

Organizaciones
Lafkenche
Apoyo, cooperación
Sinergia en el técnica y
nivel Organización Ayjarewe sociopolítica
reivindicativo Xuf Xuf

Organizaciones de
Crítica “efecto apoyo a las
COTAM” reivindicaciones
Uso indígenas
funcional
Crítica secundario
Movimiento de internet
intracultural
mapuche actual
Sinergia
nivel Mundo virtual
reivindica-
tivo (internet)
indígena

Discurso
Otras organizaciones interculturalizador
indígenas (nacionales e
internacionales)

Sociedad civil chilena


213

ANEXO 17

Esquema de las vinculaciones verticales (linking) con la Contraparte Técnica

Organización Ayjarewe
Xuf Xuf

A Invasión
territorial
militar
Empoderador,
N sinergizador
Demanda activa y Confianza,
Proceso articulada de la autonomía
T reduccional Organización

E Estado semiclientelar, Universidad


Memoria entrega recursos,
histórica reduciendo el proceso a
C nivel técnico
Relación de
Proceso Universidad empoderadora Contraprestación Desconfianza
E reduccional de la comunidad no logra de Servicios, política
rechazo técnico

D
Políticas y
programas
públicos Nivel de
E MIDEPLAN Gobernación coordinación
administrativa,
política y
N Proceso operativa
resistencia al
By Pass Comparten
T rol evaluador

“Conflicto Nivel de asesoría


E CONADI SERPLAC técnica y
Mapuche”
seguimiento

Contradicciones y vacíos de las GOBIERNO CENTRAL

políticas públicas

ESTADO
214

ANEXO 18

Esquema de las vinculaciones verticales (linking) con el Programa Orígenes

Organización
Ayjarewe Xuf Xuf

Consultora

Confianza y
Reconocimiento cooperación
y valoración de crítica
Crítica política
las
y técnica
características
socioculturales

INTENDENCIA
Operadores de
Nivel jerárquico
Terreno
Rol mediador medio
de conflictos

Co-ejecutores
Programa Orígenes (INDAP,
CONADI)

Coordinación política Coordinación técnico-


niveles jerárquicos procedimental, falta de
medios, sin articulación acuerdo criterios técnicos
con operador de terreno de evaluación, falta de
coordinación entrega
recursos
Contraparte Técnica
215

ANEXO 19

Esquema general del capital social de la Organización Ayjarewe Xuf Xuf

Iglesias Organizaciones
Particulares Soc.Civil No-
indígenas
NIVEL “usurpación”, Vínculo político y técnico
divergencia
radical Circuitos
SOCIEDAD virtuosos
sinérgicos y
Organizaciones empoderadores
CIVIL Mapuche Universidad
Sinergia empoderadora
crítica intracultural

Organización Ayjarewe
Xuf Xuf

COTAM
(demanda activa, reivindicativa, propositiva)

Clientelismo político y Contraparte


clientelismo pasivo
Semiclientelismo Técnica
NIVEL

Comisión Nuevo
PUBLICO Trato MUNICIPIOS Parlamentarios Programa Orígenes Coordinación
política, falta
ESTATAL articulación para
terreno
Vacíos y ESTADO
contradicciones en
Políticas Indígenas

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