distributiva
en
Adam
Smith
como
una
fundamentación
psicológica
de
la
beneficencia
y
la
idea
liberal
de
libertad
en
la
Teoría
de
los
Sentimientos
Morales
(TMS).
En
la
teoría
política
contemporánea,
una
de
las
ideas
de
justicia
distributiva
menos
difundida
es
aquella
que
nace
de
la
tradición
de
la
ley
natural
de
Hugo
Grocio,
que
encuentra
recepción
en
la
TMS
de
Adam
Smith.
Su
principal
característica
está
en
no
presuponer
la
idea
de
un
bien
común,
en
el
orden
de
la
propiedad
y
las
riquezas
y,
por
ende,
no
fijar
los
méritos
de
antemano
que
establecen
qué
es
aquello
que
“le
corresponde
a
cada
uno”
al
interior
de
una
sociedad
(según
la
definición
canónica
de
justicia
distributiva,
que
nos
remonta
al
trabajo
de
Platón
y
Aristóteles).
Esta
noción
de
mérito
se
funda
en
una
sociedad
jerarquizada,
cuya
“naturaleza”
social
define
de
antemano
los
méritos
y
establece,
al
interior
del
conjunto
social,
clases
de
hombres
que
están
subordinadas
entre
sí.
Por
el
contrario,
en
Adam
Smith,
la
idea
de
justicia
distributiva
se
define
–con
Grocio-‐
como
“el
uso
adecuado
de
lo
que
me
pertenece”,
poniendo
ahora
en
el
orden
del
individuo,
esto
es,
en
una
conciencia
empírica,
los
méritos
ad
hoc.
De
este
modo,
en
la
TMS
Smith
elabora
una
idea
justicia
distributiva,
en
el
marco
de
una
fundamentación
psicológica
de
la
beneficencia,
desplazando
la
idea
de
justicia
distributiva
a
la
virtud
de
la
liberalidad,
esto
es,
a
la
acción
adecuada
de
dar
y
recibir.
Con
ello,
Smith
introduce
la
libertad
en
el
orden
de
los
méritos
individuales,
no
obstante
condicionando,
ahora,
al
individuo
a
una
ética,
que
depende
fuertemente
de
la
fortuna
que
vive
al
nacer,
lo
que
a
los
ojos
de
la
filosofía
política
contemporánea,
sobre
todo
de
orientación
igualitarista,
es
sumamente
problemático.
En
esta
conferencia,
espero
mostrar
los
aspectos
sustanciales
que
presenta
la
fundamentación
psicológica
de
la
beneficencia
en
la
TMS
de
Adam
Smith,
enseñando
que
al
no
presuponer
un
orden
natural
jerárquico
y
reconstruir
su
teoría
política
desde
un
plano
psicológico
individual,
introduce
una
idea
moderna
de
libertad,
en
la
cual
las
acciones
de
beneficencia
caracterizan
aquellas
conductas
que
no
vienen
exigidas
ni
por
la
ley
positiva,
ni
por
la
voluntad
del
magistrado.
De
este
modo,
la
acción
benéfica
es
una
acción
no
condicionada
en
un
orden
empírico,
lo
que
establece
un
antecedente
que
luego
recogerá
y
reinterpretará
Kant,
pero
que
en
Smith
ocupa
el
lugar
de
los
deberes
imperfectos.
En
conformidad,
la
teoría
de
la
justicia
distributiva
en
Adam
Smith
supone
una
idea
liberal
de
libertad,
allí
donde
libertad
en
lo
fundamental
significa
“libre
de”
(free
from),
eso
es,
libre
de
condiciones
que
restringen
mis
acciones
en
el
orden
pragmático
de
un
mundo
moral,
en
el
cual
estoy
sujeto
a
distintas
situaciones,
que
no
dependen
de
mí,
y
que
determinan
mi
accionar
y
valoran,
a
los
ojos
del
espectador
imparcial,
su
mérito.
Como
mostraré
al
pasar,
esto
supone
una
agenda
científica
que
recoge
una
teoría
causal
y
la
idea
de
deberes
imperfectos
de
origen
estoico,
que
hacen
frente
a
los
modelos
de
fundamentación
teleológico
que
explican
el
orden
moral
por
recurso
a
causas
finales.