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ENTREVISTA

Espartaco: “En el toreo


existe un valor añadido,
el de la competencia
del ser humano consigo mismo”
Asegura que el temple es el ‘don’ de reducir la velocidad de los toros antes incluso de que lleguen a los engaños, que
nunca se consideró un torero valiente y que para ser figura del toreo hay que arrollar. Que en ocasiones los defectos
son virtudes y que para mantenerse en la cumbre el sentimiento más íntimo del artista debe evolucionar. Pronto vol-
verá a vestirse de luces. Esta temporada cumple treinta años como matador de alternativa, y está contento: “Porque
todavía soy capaz de controlar la respiración delante del toro”.

Texto: José Ignacio de la Serna Miró


Fotos: Alfredo Arévalo, Constante y Archivo Espasa Calpe

Pregunta | Ha comenzado a matar toros


en el campo.
Respuesta |Por muchos toros que hayas to-
reado en tu vida, siempre te sorprenden.
Además, a puerta cerrada, fíjate, parece como
si tuvieran más brusquedad, más fuerza, o más
violencia. Todo te impresiona más. No sé, qui-
zá sea el silencio y la soledad del campo, pero
hasta su actitud es otra.

El escritor húngaro Sándor Márai ase-


guraba que el silencio es la lupa de los
sentidos.
En una plaza de toros está el ‘runrún’ del pú-
blico, el olé, la bronca, la banda de música…
La manifestación espontánea de la gente en los
tendidos es fundamental para los toreros. Y
suele ser fiel reflejo de lo que sucede en el rue-
do. En cambio, el silencio del campo a veces
te desconcierta, te hace dudar, porque no sa-
bes a ciencia cierta si estás bien o mal con un
toro.

Sin el público en la plaza costará más ha-


cer el esfuerzo.
Totalmente. Pero siempre hay que hacerlo,
aunque sea en el campo. A lo mejor no expo-
nes al máximo, pero hay que pisar los terre-
nos que de verdad te preocupan. Luego llevarás
al toro más corto o más largo, te quitarás an-
tes o después, pero siempre pisando el terre-
no del toro.

¿Esos terrenos los determina el instinto


de conservación?
Puede ser. Pero luego también hay que tener
un profundo conocimiento de las distancias
y, sobre todo, saber cuándo utilizarlas. Si lle-
gas a esa distancia antes de tiempo y te pones

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cerca del toro, a lo mejor estás atropellando frialdad cuando no conformismo o suficien- ¿No le dio miedo asumir tanta responsa-
la razón. Ya no tendrá la misma embestida, cia. Por eso, al alcanzar ese estatus de madu- bilidad?
porque tú no le has dado la opción de galopar, rez profesional, te ves obligado a evolucionar No. Fue mi forma de entender la vida, desde
no le has ayudado a dar el primer paso. Pero en tu forma de sentir, para llenar el hueco que muy pequeñito. Lo cierto es que el toro se lle-
si llegas tarde, quizás ya sea demasiado tarde: deja la emoción del principio. va una gran parte de tu vida, que no vuelve ja-
el toro ha desarrollado, te ha visto, y piensa. más. El tiempo es un tesoro inapreciable y en
Esto suele ocurrir cuando no te atreves a co- ¿Y qué me dice de los defectos? mi caso puedo dar gracias a Dios de haber sa-
locarte en el sitio. Te pones a dar vueltas, ha- Que a veces los defectos son virtudes y las vir- lido adelante. Pero pienso en todos aquellos
ciendo la noria, como decimos los toreros. tudes son defectos. Los defectos no hay que co- que ofrecieron al toro el mismo tiempo que yo
rregirlos tanto. Hay que dejarlos estar, que se y se quedaron en el camino. Eso sí es duro. Por-
Cuando estaba en activo, ¿pensaba con vayan asentando poco a poco. Con el tiempo que no se trata ya de perder la vida en el rue-
tanta lucidez delante del toro? esos defectos hacen que la gente vea algo di- do de una manera física, pues existen profe-
Precisamente ese era mi valor. Aunque yo nun- ferente en ti. siones donde desgraciadamente la gente mue-
ca me consideré un torero valiente. Pero es cier- re, es que el toro se lleva tu vida. He vivido cir-
to que he tenido la capacidad suficiente para cunstancias que no se pueden ni contar, y por

”N
pensar y pisar los terrenos con enorme segu- nada del mundo querría que uno de mis hijos
ridad. En mi opinión, no pensar delante de un pasara por lo mismo que yo.
toro es una locura, o quizás sea una forma de
concebir el toreo. Luego está el sentimiento de unca Hábleme de su padre en aquel tiempo.
cada uno, el acento personal que el artista Hizo lo imposible por quitarme la idea de la
pone en su obra, que no tiene por que brotar me consideré cabeza, pero sin prohibirme nada, sino exi-
de la inspiración, de la gracia o del pellizco giéndome con una dureza extrema, para de-
para ser un arte verdadero. Es algo más ínti- un torero valiente” mostrarme que yo no era capaz de ser torero.
mo y profundo, algo que se transmite a los ten-
didos. A veces lo aficionados tienden a enca- Pero tanta dureza, con un niño de tan sólo
sillar a determinados toreros, y se equivocan. once años, podía tener consecuencias
Lo que demuestra que tampoco es fácil ser contraproducentes en su formación como
buen aficionado. persona. A veces una palabra de cariño…
Pero yo no puedo culpar a mi padre. En todo
La pregunta no es mía, pero está en el aire: caso, me culparía a mí mismo si hoy yo fue-
“¿Se torea con arte o se hace arte torean- se así de duro con un chaval que empieza. Yo
do?” no tengo capacidad para decirle a un chico que
La grandiosidad del toreo radica en la capa- quiere ser torero la verdad. Sin embargo,
cidad que tienen algunos toreros para trans- ahora mi padre piensa de forma diferente. Ha
mitir emoción al tendido, independiente- pasado de lo máximo a lo mínimo. Y se pre-
mente de cuál sea su estilo. ocupa por todo. Me dice no hagas esto, o no
hagas lo otro, no te pongas delante de una be-
¿Se gustó como torero? cerra, Juan, disfruta la vida… Aunque he su-
Mucho. Y quizás ahora más. Para mantenerse frido mucho a su vera, porque he sufrido mu-
en el toreo hay que evolucionar, no basta con Luis Francisco Esplá dijo en esta revista cho, le estoy profundamente agradecido. Si en
las ganas y el arrojo de los años de juventud, que conforman la esencia de nuestra per- aquel momento hubiera permitido mi debi-
que por otra parte son necesarios para abrir- sonalidad. Que algunos toreros termi- lidad, no habría sido torero, no habría tenido
te camino en la profesión. Pero con el paso del nan extirpando un órgano que resulta vi- esa capacidad de sufrimiento que tanto me
tiempo uno va adquiriendo un poso especial, tal para su toreo. ayudó después delante del toro. Estoy seguro
que te permite paladear el toreo. Sin embar- Estoy totalmente de acuerdo con el maestro. de ello.
go, soy partidario de que los toreros jóvenes
se fijen en las grandes figuras cuando empe- ¿Qué conserva de aquel rubiales caris- ¿Qué era innato en Espartaco?
zaban, cuando arrollaban todas las tardes, no mático que se metía al público en el bol- El temple. Se tiene o no se tiene. Y es una cua-
al final de sus carreras. Al final todos toreamos sillo? lidad que traspasa con creces cualquier aspecto
mejor, pero quizá ese no sea el ejemplo más La alegría. La alegría no la he perdido nunca, técnico. Es temple a la hora de pensar, de an-
adecuado para los toreros que están en el mo- a pesar de que la vida está llena de preocu- dar por la plaza, de hablarle al toro… Un torero
mento de escoger una educación taurina. paciones. Sin embargo, el hecho de ser alegre tiene temple de verdad cuando es capaz de re-
no quiere decir que sea una persona positiva. ducir la velocidad del toro antes incluso de que
¿La maestría puede ser un arma de doble En ocasiones soy bastante negativo. llegue al capote o a la muleta. Sobre todo con
filo? aquellos toros que traen velocidad. Al segun-
Mira, para ser figura del toreo hay que pasar Siempre hizo gala de un amor incondi- do o tercer capotazo, prácticamente sin dár-
muchas tardes el trago amargo de la incerti- cional por los suyos. selo, por tu colocación, por tu forma de per-
dumbre, de no saber qué va a pasar. Y para eso, El motor de mi vida ha sido, y es, mi familia. derle pasos, de tocarlos con la voz y con las mu-
hacen faltan un punto o dos de inconsciencia, Cuando en esta vida he hecho cosas casi im- ñecas, el toro se templa. Es un misterio, pero
aunque a lo mejor éste no sea este el término posibles para salir adelante, no lo hacía por mí, te aseguro que así es.
más adecuado. Me refiero a ese grado de arro- sino por ellos. Yo estaba bien. Vivía con mis
jo o temeridad de los comienzos, a tirar la mo- abuelos, iba a un buen colegio, y tenía una se- El temple también da valor.
neda al aire, pase lo que pase. Desde luego, esa rie de oportunidades que todos los chavales de- Imanta a los toros, los puede, y los somete. Pero
actitud tiene una fuerza arrolladora en los ten- berían tener. Pero abandoné todo eso por in- saber que era algo innato, que no es un aspecto
didos. A veces la maestría transmite excesiva tentar ayudar a mi familia. técnico que se pueda perfeccionar, me preo-

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ENTREVISTA

cupaba. Me preguntaba si algún día dejaría de des estar jugando la vida y arriba, en los ten-
tenerlo. Sale de ti cada día, pero no cuando didos, no se están enterando.
quieres.
Para eso hace falta valor.
Usted ha escuchado pocas broncas. Mucho. Porque tienes que darle al toro la op-
Y mira que a veces son importantes. Mi padre ción de desarrollar todo lo malo que lleva den-
me lo decía. Pero eso va con cada uno. Por mi tro. Y para eso hay que exponer, porque tienes
forma de ser, no me quedaba tranquilo hasta que permitirle que te gane la acción, que re-
que no metía un toro en la muleta, aunque en accione según su voluntad. La gente a lo me-
ocasiones ese esfuerzo podía perjudicarme. En- jor no le ha dado valor a la cantidad de toros
tonces hablaban de si la facilidad, de si me los que he enseñado cómo eran. Y sin embargo,
pasaba más o menos lejos, de si el toque era pienso que he sido de los toreros que más ven-
para afuera… Y todo eso por intentar triunfar tajas le ha dado a los toros, en pocos mo-
con toros que no se podía, y claro, no siempre mentos, pero se las daba, aunque me consta
te reconocían el esfuerzo. Siempre es más fá- que algunos piensan que las ventajas me las
cil tirar por la calle de en medio. Pero mi va- tomaba yo.
loración personal era otra, era ante todo con-
vencerme a mí mismo de que yo podía hacer Ha sido torero de pocas probaturas.
más cosas. Pensaba en mí y no en los demás, Es que con dos o tres muletazos ya lo tenía vis-
y eso me dio la constancia necesaria para evo- to. No me importaba sacrificar el olé de los pri-
lucionar como torero. meros muletazos si con ello le daba más fa-
cilidades al toro. En mi caso, ese olé llegaba al
En alguna ocasión comentó que el valor final. Aunque a veces lo que de verdad me ape-
también se aprende. tecía era pegarle diez o doce ‘lambreazos’ y cru-
El valor es un concepto excesivamente com- jir la plaza. Pero me aguantaba, porque sabía
plejo. Mira, cuando hablo de un valor apren- que lo podía reventar. Esa forma de pensar for-
dido, doy por supuesto que antes debes tener maba parte de mi educación taurina. Don Pa-
el necesario para estar delante de un toro, y blo Lozano siempre me decía que nunca ha-
éste puede ser mucho o poco. Pero después bía que maltratar al toro.
existe un valor añadido, que es el de la com-
petencia del ser humano consigo mismo. Tú ¿Se puede maltratar a un toro con la voz?
sabes bien qué cosas te cuestan más trabajo y Sí, porque el tono es fundamental. Algunos re-
qué cosas te dan miedo de verdad, pero a ti, quieren un mimo especial, para asentar su
no al de enfrente. Y ahí está el quid de la cues- confianza; sin embargo, hay otros, más aris-
tión, en estar hablando contigo todos los días, cos e inciertos, que necesitan una voz que
en exigirte un paso más. transmita hombría, determinación, firme-
za, para imponerte a ellos. Pero en general,
¿Y qué le daba más miedo a Espartaco? para que realmente te ayuden al final de una
Lo que me daba mucho mucho miedo era es- gran faena hay que tratarlos con respeto, con una serie clave, es el tiempo de que dispones
tar mal. El defraudar. Siempre he sido un to- amabilidad y con dulzura. para resolver un problema. Ese minuto lo
rero muy responsable. Habré gustado más o vas buscando desde que el toro sale a la
menos, pero te aseguro que cada tarde he dado De la misma forma que un torero necesi- plaza. Y puede ser determinante en tu ca-
el máximo que podía. En ningún momento, ta tiempo para centrarse con un toro, tam- rrera. Sientes el miedo más aterrador que
que yo recuerde, he llegado al hotel sabiendo bién el toro necesita tiempo para centrarse puedas imaginar.
que podía haber hecho mucho más. Nunca. con el torero.
Siempre llegué a lo máximo, aunque en un Lo que sosiega a los toros son los tiempos y las ¿A qué se refería cuando hablaba de la téc-
momento determinado lo máximo no fuera distancias. Con algunos no puedes ponerte cer- nica del último segundo?
suficiente. quita, porque necesitan su tiempo, su paseo. A ser capaz de aguantar la embestida de un
Hay que darles confianza con la voz, para que toro hasta el último instante, cuando ya no tie-
Corregía una gran cantidad de defectos a se vayan creciendo. Entrando y saliendo de la nes más remedio que quitarte. Porque no te
los toros, y luego los metía en el ‘canasto’, cara con lentitud, toreando sin torear. Ense- puedes quitar ni un segundo antes ni un se-
pero también tuvo una clara predisposi- guida percibes cómo se van creciendo, y vuel- gundo después. Hoy tenemos grandiosos to-
ción y una especial habilidad para enseñar ven otra vez a su ser, a lo que realmente es el reros, que son capaces de no quitarse en ese
esos defectos al público. toro. Entonces le dices, “vamos a empezar otra último segundo.
Eso es algo que nunca me han dicho, y es ver- vez, vamos a entablar de nuevo esta conver-
dad. Siempre me preocupé de que la gente, de sación”. A otros, en cambio, hay que intentar ¿En qué momento la técnica de un torero
una manera u otra, viera el toro que tenía de- afligirlos desde el primer momento, cruzán- consagrado corre el peligro de convertir-
lante. Eso es importantísimo. Y te confieso, con dote mucho, pisando el terreno, para que en se en un recurso carente de contenido?
toda la sinceridad del mundo, que mi inten- un momento dado, aunque te pasen muy cer- En el momento en que tu vida personal igua-
ción, desde que cogía el capote o la muleta, era ca, lo hagan con menos violencia. la a la profesional. Cuando tienes otras cosas
esa. Siempre. La violencia, los tornillazos, las que te gustan más, cuando has alcanzado to-
coladas, todo, hay que enseñárselo al publico, ¿Qué se puede conseguir en el toreo en un dos tus objetivos y te alegras del triunfo de tus
para que valoren y te juzguen en función del minuto? compañeros. Lo ves en los tendidos. El públi-
toro que tienes delante. Tapar los defectos del ¿En un minuto? Todo. Y en menos tiempo, co ya no se emociona ni reacciona de la mis-
toro es un error que se paga muy caro. Te pue- también. No necesitas más. Un minuto es ma manera. Cada torero es distinto, y hay ex-

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cara a cara, tenderle una mano y cogerle un
pitón…Pasártelo por la barriga con arte, con
prestancia, con lentitud… Que un hombre con-
siga hacer todo eso a una fiera es un milagro.
Es algo único. Pero es que te digo más, para do-
mar a cualquier animal, al animal más noble
del mundo, antes tienes que convivir con él
por lo menos siete meses. Me gustaría que la
gente conociera en profundidad lo que sig-
nifica todo eso, la verdadera entraña del toreo.
Se habla mucho de la verónica, del derecha-
zo o del natural, pero el toreo es mucho más
que todo esto. Hay un amor entre toro y torero.
Le decimos bonito, qué hechuras tienes, qué
guapo eres, ¡joder!, como si fuera una chava-
la. Le queremos tanto que le ofrecemos nues-
tra vida, y el tiempo, que se nos va.

En Madrid ha cortado once orejas y ha sa-


lido una vez por la Puerta Grande; casi
siempre con toros de encaste Atanasio.
Y eso que no eran de los toros que más me gus-
taban. Prefería el que se empleaba desde el
principio. Pero lo de Atanasio tenía garantías
y se desgastaba poco en los primeros tercios.
Ya sabes que el ruedo de Madrid es grande y
exigente y es fácil que te echen un toro para
atrás. Lo de Atanasio tardaba en calentarse, se
empleaban poco, por eso conservaban su for-
taleza hasta llegar a la muleta, porque iban a
más. En una plaza tan complicada como Ma-
drid hay que tener en cuenta este tipo de co-
sas. Luego su gran afición reconocía los es-
fuerzos. Hoy, cuando entro en la plaza, la gen-
te me profesa un gran cariño y un profundo
respeto. Es una delicia sentir ese reconoci-
miento.

cepciones, claro está, pero es cierto que em- la misma. Hay que adaptarla a su voluntad, El esfuerzo continuado, aunque se triun-
piezas a tener otros sentimientos. Es el mo- para terminar imponiendo la tuya. fe a diario, ¿da moral o desgasta?
mento de irse. Tu toreo se vuelve frío y me- Desgasta, con los años siempre desgasta, por-
cánico y la gente comienza a hablar de esa téc- ¿En ocasiones es bueno que los toros tro- que nunca sabes si mañana serás capaz de vol-
nica hueca y sin contenido que decías, porque piecen los engaños? ver a hacer ese esfuerzo. Y se sufre mucho. An-
es lo único que ve. Sí, porque les das la opción de coger. Y eso, tes de torear en una feria importante te bajan
para un determinado tipo de toro, es bueno. las defensas y hasta te pones malo. Y retirado,
Hablemos de la intuición. Les da moral para seguir. Estimulas la conti- aunque parezca mentira, me sigue ocurrien-
Es uno de los pilares del arte de torear. Fun- nuidad de su embestida. Sobre todo cuando sa- do. De repente empiezo a sentirme mal cuan-
damental para adelantarte a las reacciones del bes que tienen poco recorrido, y se pueden do se acerca una fecha que ha sido importante
toro. Para saber qué hará en un determinado aburrir. Hablo de toros complicados. Entonces en mi carrera. Hasta el dolor de las cornadas
momento, a la salida de un lance o de un mu- es aconsejable dejar la muleta algo retrasada, es el mismo en los sueños.
letazo. Sin intuición no se puede ser figura del y que tropiecen, que enganchen. Pero nunca
toreo. Te pueden salir ciertas cosas, por ca- en los finales. Los remates, tanto con el capote Continúe…
sualidad, pero mantenerte tantos años, y como con la muleta, deben ser limpios. En re- Hace un par de días soñé que antes de torear
además tener continuidad, es imposible. alidad, es un defecto, pero sirve para empujar estaba en la presidencia, saludando a no sé
los viajes. En momentos puntuales de la fae- quien, y de repente, me di cuenta de que ha-
Deduzco que la técnica es mucho más que na, el toro que es difícil, debe conectar con la bía comenzado el paseíllo y todavía no me ha-
una serie de normas establecidas, fijas e muleta. bía puesto la taleguilla. No me daba tiempo a
inmutables. bajar, la corrida había empezado, y yo ahí, en
Aquí hay que resolver sobre la marcha. No ol- Su énfasis al hablar transmite una afición la presidencia. Y con las prisas, resulta que no
vides además que los toros cambian de com- desmedida. me entra la pierna derecha. ¡’Quillo’, qué mal
portamiento constantemente, no ya durante Es que no hay nada comparable a los que se rato, y qué angustia! Ahora, cuando voy a los
la lidia, sino de una serie de muletazos a otra, siente cuando estás a gusto delante de un toro. toros salgo destrozado de la plaza, porque sé
en cuestión de segundos. El toro no siempre El poder llegar a esa fiera y acariciarla… por- bien lo que un hombre pasa en un túnel de
reacciona de la misma manera, y en conse- que, ¿sabes?, la caricia no es tocarlo. Es ha- cuadrillas, lo mucho que se juega, y lo mucho
cuencia tampoco la técnica puede ser siempre blarle, mimarle, llevarle con suavidad, mirarle que arriesga delante de un toro…

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