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La pasión de Cristo
En este caso les daré mi interpretación a la luz del lenguaje que se utiliza en la ley de la
atracción sobre el significado de la Pasión de Cristo.
Cuando se dice que Cristo murió en la cruz por nuestros pecados, se está remplazando
en realidad a la palabra pecados por la palabra soberbia; es decir, el pecado original.
Cuando Adán comió del árbol del conocimiento inducido por Eva, la cual a su vez fue
también inducida (por los malos pensamientos) por la víbora (el Ego), Adán cometió el
pecado de querer saber todo lo que Dios sabía, queriéndose poner a su altura (la
soberbia).
De tal forma que cuando Cristo murió en la cruz, no hizo otra cosa que mostrarnos el
camino que recorremos cada uno de nosotros en nuestra vida.
Para entender lo anterior hay que tomar a la Biblia como si fuera un libro autobiográfico
de cada uno de nosotros, donde al olvidarnos lo que ya vivimos y viviremos (física
cuántica), Él nos lo hace recordar con su Palabra y ejemplo.
Por ello cuando Cristo es azotado antes de la crucifixión; todo ese sufrimiento humano
representa en esas pocas horas, el dolor que cada uno de nosotros recibimos durante la
mayor parte de nuestra vida mientras actuamos con soberbia.
Es decir, la soberbia es el pecado mayor, después todos los demás son hijos de este
pecado: el asesinato, el robo, el maltrato a los demás, etc., etc.
Y no se confundan por favor, esto no quiere decir que uno no deba tener esa buena casa
o buen auto, eso está perfecto, lo que no debemos hacer es hacérselo notar a los demás,
ya sea con soberbia o falta de modestia que en definitiva es lo mismo pero actuando con
sutileza.
Por lo tanto el actuar con soberbia trae por contrapartida que nosotros mismos
produzcamos malos pensamientos inducidos por nuestro Ego, para de esa manera
separarnos de los demás y por consecuencia de Dios.
Y ya sabemos que ante pensamientos negativos atraeremos situaciones negativas (el
sufrimiento por los azotes de Jesús).
Ahora ustedes se preguntaran ¿Pero acaso somos estúpidos que nos auto flagelamos?.
Pues no, no se trata de estupidez humana, sino de desconocimiento, de no saber leer e
interpretar correctamente lo que la Biblia nos trasmite, para no cometer una y otra vez
el mismo error de Adán.
En referencia a lo anterior cito el Evangelio según San Mateo que dice en 23,34:
34- Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron
entre sí sus vestidos, echando suertes.
Por ello los romanos que flagelaron a Cristo representan nuestros propios pensamientos
negativos, mientras que Cristo nos representa, soportando nosotros durante toda nuestra
vida esos sufrimientos mentales que nos ocasiona el no pensar positivamente y actuar en
concordancia con ello.
Entonces para disminuir ese “peso” debemos aprender a disminuir nuestro Ego,
empezando a actuar con mayor humildad en nuestro diario vivir.
Pero para lo anterior, iremos indefectiblemente pasando por tres etapas para concluir en
la cuarta, que será cuando apliquemos todos los pasos correctos para hacer cumplir
perfectamente la ley de la atracción y conseguir consecuentemente todos nuestro deseos.
Estas etapas no las reitero porque ya les explique en el artículo “Entenderla y no
comprenderla”.
Y en esa misma Pasión, Cristo nos va por medio de distintas señales mostrando el
camino; así es que con las tres negaciones de Pedro nos está representando las tres
etapas por las cuales cada ser humano pasa de mayor a menor grado, por la negación de
Cristo y de su palabra (de que la ley de la atracción existe y funciona).
En referencia a lo anterior (las tres negaciones de Pedro), considero que todos los
versículos transmiten más de una enseñanza. Yo pienso que son tres por cada uno de
ellos (otra de las enseñanzas que considero que nos da el versículo antes citado, está
desarrollado en el artículo que escribí llamado “La Trinidad”), pero esto (las tres
enseñanzas por versículo) todavía no lo tengo comprobado, por ahora es sólo una
intuición.
Otro ejemplo de este mensaje (negar a Cristo) son las “tres horas de agonía” que sufre
Jesús (nosotros) antes de su muerte (de nuestra muerte, no carnal sino de nuestro Ego).
A tal efecto cito el Evangelio según San Mateo que dice en 27,45-46:
45-Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
46-Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí ¿lama
sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
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Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.