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TOBÍAS

E
l libro. El libro de Tobías ha sido alabado por muchos comenta-
dores de otros tiempos como lectura devota de familias cristianas;
hoy no nos atrevemos a compartir semejante juicio. De hecho le
costó afirmarse como libro canónico y, después, fue negado como tal por
los reformadores protestantes. El argumento pudo ser entretenido y sor-
prendente, pero el autor no ha sabido desarrollarlo.
Es acertado el montaje paralelo del capítulo 4 y la no revelación de la
personalidad del ángel; pero el ángel abusa de su saber para adelantar lo
que va a suceder, matando periódicamente el interés narrativo. Hay una
escena divertida, de humor macabro (8); algunos detalles pintorescos ani-
man periódicamente el relato. Nos molesta la falta de tensión dramática,
el fácil recurso a lo maravilloso, los discursos y plegarias insistentes, el re-
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curso a las lágrimas para expresar la emoción. Son convenciones de épo-
ca que hoy no funcionan.
Tobit llega a interesarnos. Rafael es como una «domesticación» de lo
angélico, quiero decir que su misión pasa de la gran historia a un asunto
familiar. Tobías es casi un antipersonaje, puesto para hacer preguntas y re-
cibir instrucciones del ángel; sin haber luchado ni vencido, llega al colmo
de la felicidad cuando hereda a padres y suegros.

Época y autor. El libro parece escrito durante la era helenística, quizá


bien entrado el s. III a.C. El autor es desconocido. Tiene todas las trazas
de ser traducción griega de un original semítico, probablemente hebreo.
La dicción es poco feliz y da la impresión de que ese defecto no se debe
exclusivamente al traductor.

Mensaje religioso. La espiritualidad del libro se inscribe bajo el lema


de la «observancia». Tobit realiza actos heroicos enterrando a sus compa-
triotas; pero da la impresión de que para el autor no era menos impor-
tante lavarse las manos antes de comer. La estima de la limosna es notable,
pero no menos se aprecian las riquezas que acarrea. La preocupación por
casarse dentro de la familia parece excesiva, la boda es ante todo una
cuestión legal. Varias veces se cita un precepto o se alude a él para justifi-
car alguna acción del libro, que de este modo se convierte en ilustración
narrativa de la Ley.
Por otra parte, las oraciones expresan una piedad auténtica de agra-
decimiento y confianza en Dios. El hijo sana al padre devolviéndole la luz
que es la vida. Como continuidad de la familia, encarna la comunidad de
la tribu, de la nación. El ángel establece, en función del pueblo, la ben-
dición genesíaca y patriarcal de la fecundidad. Sara es como una ma-
triarca amenazada, la mujer predestinada que espera al varón.
El destierro y la diáspora nada podrán contra los vínculos de lealtad a
Dios, a su ley, a los compatriotas. En el confín de la esperanza, emerge
Jerusalén.
Vida y milagros de un deportado dinero, juntando lo de seis años, y cuando
1 Historia de Tobit, hijo de Tobiel, hijo iba cada año a Jerusalén lo gastaba allí.
1 de Ananiel, hijo de Aduel, hijo de Ga- 8 El tercer diezmo lo daba cada tres años a

bael, de la familia de Asiel, de la tribu de los huérfanos, a las viudas y a los extranje-
Neftalí, 2 deportado desde Tisbé –al sur de ros que convivían con los israelitas. Lo co-
Cades de Neftalí, en la alta Galilea, por en- míamos según lo ordenado en la Ley de
cima de Jasor, detrás de la ruta occidental, Moisés acerca de los diezmos, y según el
al norte de Fegor– durante el reinado de encargo de Débora, madre de mi abuelo
Salmanasar, rey de Asiria. Ananiel, porque mi padre murió, dejándo-
3 Yo, Tobit, procedí toda mi vida con sin- me huérfano.
9 De mayor, me casé con una mujer de
ceridad y honradez, e hice muchas limos-
nas a mis parientes y compatriotas depor- mi familia llamada Ana; tuve con ella un
tados conmigo a Nínive, en el país de los hijo y le puse de nombre Tobías.
10 Cuando me deportaron a Asiria como
Asirios.
4 De joven, cuando estaba en Israel, mi cautivo, vine a Nínive. Todos mis parientes
patria, toda la tribu de nuestro padre Nefta- y compatriotas comían manjares de los
lí se separó de la casa de David y de Jeru- gentiles, 11 pero yo me guardé muy bien de
salén, la ciudad elegida entre todas las tri- hacerlo. 12 Y como yo tenía muy presente a
bus de Israel como lugar de sus sacrificios, Dios, 13 el Altísimo hizo que me ganara el
en la que había sido edificado y consagrado favor de Salmanasar, y llegué a ser el en-
a perpetuidad el templo, morada de Dios. cargado de sus compras. 14 Hasta que mu-
5 Todos mis parientes, y la tribu de nues- rió, yo solía ir a Media, y allí hacía las com-
tro padre Neftalí, ofrecían sacrificios al ter- pras en casa de Gabriel, hijo de Gabri, en
nero que Jeroboán, rey de Israel, había Ragués de Media, y allí dejé en depósito
puesto en Dan, en la serranía de Galilea; unas bolsas con trescientos kilos de plata.
6 mientras que muchas veces yo era el úni- 15 Cuando murió Salmanasar, su hijo Se-
co que iba a las fiestas de Jerusalén, como naquerib le sucedió en el trono. Las rutas
se lo prescribe a todo Israel una ley perpe- de Media se cerraron y ya no pude volver
tua. Yo corría a Jerusalén con las primicias allá.
de los frutos y de los animales, con los diez- 16 En tiempo de Salmanasar hice mu-
mos del ganado y la primera lana de las chas limosnas a mis compatriotas: 17 di mi
ovejas, 7 y lo entregaba a los sacerdotes, hi- pan al hambriento y mi ropa al desnudo, y
jos de Aarón, para el culto; el diezmo del si veía a algún israelita muerto y arrojado
trigo y del vino, del aceite, de las granadas, tras la muralla de Nínive, lo enterraba.
de las higueras y demás árboles frutales se 18 Así, enterré a los que mató Senaquerib
lo daba a los levitas que oficiaban en Jeru- cuando tuvo que huir de Judea, después
salén. El segundo diezmo lo cambiaba en del castigo que recibió del Rey del cielo a

1,1-22 Vida y milagros de un deportado. Después La manera externa como el judío piadoso manifes-
de la rigurosa e imprescindible presentación genea- taba sus convicciones de fe era la práctica de la li-
lógica, el personaje central del libro hace, en primera mosna, el ayuno y la oración. Pero estamos todavía en
persona, la presentación de sus propias virtudes, que una época en la cual se creía que estas prácticas de
nos recuerda al fariseo que entra al templo para dar por sí sumaban méritos suficientes para llamarse a sí
gracias a Dios por lo «bueno» que era, porque «no era mismo «bueno» delante de los demás y, al mismo
como los demás» (Lc 18,9-14). Este recurso es impor- tiempo, deberían ser recompensadas por Dios a través
tante para el autor, y al parecer era algo que esperaban de la multiplicación de los bienes materiales, el bien-
sus lectores, precisamente porque quiere demostrar estar corporal y la abundancia de hijos. Estamos, pues,
que fuera de las fronteras judías, el verdadero israelita demasiado lejos todavía del auténtico concepto de la
debe mantener su comportamiento acorde con su fe, gracia por la cual apuesta Jesús cuando insta a sus dis-
adaptándose a los lugares donde vive, pero no asimi- cípulos a una «justicia superior» (Mt 5,20) y que en la
lándose en sus costumbres ni en el descuido espiritual reflexión teológica cristiana posterior se considera
y moral en que supuestamente viven los paganos. como teología de la gracia.
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causa de sus blasfemias. Lleno de cólera, –Padre.
Senaquerib mató a muchos israelitas; yo Respondí:
recogí los cadáveres y los enterré a es- –¿Qué pasa, hijo?
condidas; él mandó buscarlos, pero no apa- Agregó:
recieron. 19 Un ninivita fue a denunciarme –Padre, han asesinado a un israelita. Lo
ante el rey, diciéndole que era yo el que los han estrangulado hace un momento, y lo
había enterrado. Me escondí, y cuando han dejado tirado ahí, en la plaza.
supe que el rey estaba informado y que me 4 Yo me levanté rápidamente, dejé la co-
buscaban para matarme, huí lleno de mie- mida sin haberla probado, recogí el cadáver
do. 20 Entonces me quitaron todos los bie- de la plaza y lo metí en una habitación para
nes; se lo llevaron todo para el tesoro real y enterrarlo cuando se pusiera el sol. 5 Cuan-
me dejaron únicamente a mi mujer, Ana, y do volví, me lavé y comí entristecido, 6 re-
mi hijo, Tobías. cordando la frase del profeta Amós contra
21 No habían pasado cuarenta días cuan- Betel: Sus fiestas se convertirán en duelo y
do Senaquerib fue asesinado por sus dos todos sus cantos en lamentaciones. Y lloré.
hijos que huyeron a los montes de Ararat. 7 Cuando se puso el sol, fui a cavar una fosa

Su hijo Asaradón le sucedió en el trono. y lo enterré.


Asaradón puso a Ajicar, hijo de mi herma- 8 Los vecinos se me reían:

no Anael, al frente de la contabilidad y la –¡Ya no tiene miedo! Lo anduvieron bus-


administración general del reino. cando para matarlo por eso mismo, y en-
22 Ajicar intercedió por mí y pude volver tonces se escapó; y ahora ahí está, ¡otra
a Nínive. Durante el reinado de Senaquerib vez enterrando a los muertos!
9 Aquella noche, después del baño, fui al
de Asiria, Ajicar había sido copero mayor,
canciller, tesorero y contador, y Asaradón patio y me acosté junto a la pared, con la
lo repuso en sus cargos. Ajicar era de mi fa- cabeza descubierta porque hacía calor;
10 yo no sabía que en la pared, encima de
milia, era sobrino mío.
mí, había un nido de gorriones; su excre-
La desgracia de Tobit mento caliente me cayó en los ojos y se me
1 Durante el reinado de Asaradón re- formaron nubes. Fui a los médicos para
2 gresé a casa; me devolvieron a mi que me sanaran; pero cuantos más un-
mujer, Ana, y a mi hijo, Tobías. En nuestra güentos me daban, más perdía la vista,
fiesta de Pentecostés, que es la fiesta de las hasta que quedé completamente ciego.
Semanas, me prepararon una buena comi- Estuve sin vista cuatro años. Todos mis pa-
da. 2 Cuando me puse a la mesa, llena de rientes se apenaron por mi desgracia, y Aji-
platos variados, dije a mi hijo, Tobías: car me cuidó dos años, hasta que marchó a
–Hijo, ve a buscar entre nuestros her- Elimaida.
manos deportados de Nínive, uno que se 11 En aquella situación, mi mujer, Ana,
acuerde de Dios con toda el alma, y tráelo se puso a hacer labores femeninas para ga-
para que coma con nosotros. Te espero, nar dinero. 12 Los clientes le daban el im-
hijo, hasta que vuelvas. porte cuando les llevaba la labor termina-
3 Tobías marchó a buscar a algún is- da; el siete de marzo, al acabar un tejido y
raelita pobre, y cuando volvió, me dijo: mandárselo a los clientes, éstos le dieron el
2,1–3,6 La desgracia de Tobit. Sobre Tobit se aba- ca del capítulo 3. El relato procede con fluidez, velo-
ten las desgracias en tres olas sucesivas: la fiesta tur- cidad y eficacia. En este capítulo, con la plegaria de
bada, la pérdida de la vista, la pérdida de la paz fa- 3,1-6, confluyen dos influjos patentes: El de Job,
miliar. La primera provoca los comentarios burlones honrado e inocente, sobre quien se abaten desgra-
de los vecinos, la segunda excita la compasión de los cias; y las confesiones postexílicas, que en boca de
parientes y la tercera hace estallar los reproches de su un inocente adquieren nuevo sentido. Con esto se
mujer. El primer comentario podría debilitar la fe de aclara la función del capítulo precedente. Tenía que
Tobit si la Escritura recordada no fortificara su con- quedar claro que Tobit es inocente, que sufre sin cul-
vicción (2,5). El tercero, que afronta el problema de pa, que es probado por Dios y supera la prueba. El
la retribución, pone a dura prueba la fe de Tobit principio de la retribución no actúa inmediata ni me-
(2,14). De la profundidad de su dolor brotará la súpli- cánicamente.
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importe íntegro y le regalaron un cabrito Pero yo no le creía, y abochornado por
para que lo trajese a casa. 13 Cuando llegó, su acción, insistí en que se lo devolviera al
el cabrito empezó a balar. Yo llamé a mi dueño. Entonces me replicó:
mujer, y le dije: –Y, ¿dónde están tus limosnas? ¿Dónde
–¿De dónde viene ese cabrito? ¿No será están tus obras de caridad? ¡Ya ves lo que
robado? Devuélveselo al dueño, que no po- te pasa!
demos comer nada robado.
14 Ana me respondió: 1 Profundamente afligido, sollocé, me
–Es un regalo que me hicieron, además 3 eché a llorar y empecé a rezar entre
de la paga. sollozos:
2 Señor, tú eres justo; todas tus obras son justas;
tú actúas con misericordia y lealtad,
tú eres el juez del mundo.
3 Tú, Señor, acuérdate de mí y mírame;
no me castigues por mis pecados y mis errores
ni por los que mis padres cometieron delante de ti.
4 Ellos desoyeron tus mandamientos.
Y tú nos entregaste al saqueo, al destierro y a la muerte,
nos has hecho refrán, comentario y burla
de todas las naciones donde nos has dispersado.
5 Sí, todas tus sentencias son justas
cuando me tratas así por mis pecados,
porque no hemos cumplido tus mandatos
ni hemos procedido lealmente en tu presencia.
6 Haz ahora de mí lo que te guste.
Manda que me quiten la vida,
y desapareceré de la faz de la tierra
y en tierra me convertiré.
Porque más me vale morir que vivir
después de oír ultrajes que no merezco
y verme invadido de tristeza.
Manda, Señor, que yo me libre de esta prueba;
déjame marchar a la eterna morada
y no me apartes tu rostro, Señor.
Porque más me vale morir que vivir
pasando esta prueba y escuchando tales ultrajes.

La desgracia de Sara modeo fue matando a todos los maridos,


7 Aquel mismo día, Sara, la hija de Ra- uno después de otro, cuando iban a unirse
güel, el de Ecbatana de Media, tuvo que so- a ella. La criada le dijo:
portar también los insultos de una criada de –Eres tú la que matas a tus maridos. Te
su padre; 8 porque Sara se había casado han casado ya con siete y no llevas el ape-
siete veces, pero el maldito demonio As- llido ni siquiera de uno. 9 Que tus maridos

3,7-17 La desgracia de Sara. Aparece en lugar di- cual es considerado por ella como una humillación y,
ferente pero simultáneamente, otro personaje que tie- en el mismo tono que Tobit, se dirige a Dios para pe-
ne motivos suficientes para estar afligido y triste. Se dirle fervientemente ser quitada del mundo de los vi-
trata de Sara, una piadosa judía que en siete matri- vos. La oración de ambos conmueve a Dios y el autor
monios no ha podido consumar ni uno, pues un de- nos anticipa que, como efecto de sus súplicas, un án-
monio, Asmodeo, ha ido matando a cada marido en gel vendrá a encargarse de ambos creyentes (16s).
el momento de la unión marital. La joven es dura- Una lectura superficial nos llevaría a ver en Tobit y
mente criticada por alguien del servicio doméstico, lo en Sara actitudes desesperadas, pues ambos desean
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hayan muerto no es razón para que nos –¡Van a echárselo en cara a mi padre! Le
castigues. ¡Ve a reunirte con ellos! ¡Y que dirán que la única hija que tenía, tan queri-
jamás veamos ni un hijo ni una hija tuyos! da, se ahorcó al verse hecha una desgra-
10 Entonces Sara, profundamente afligi- ciada. Y mandaré a la tumba a mi anciano
da, se echó a llorar y subió al piso de arri- padre de puro dolor. Será mejor no ahor-
ba de la casa, con intención de ahorcarse. carme, sino pedir al Señor la muerte, y así
Pero lo pensó otra vez, y se dijo: ya no tendré que oír más insultos.

11 Extendió las manos hacia la ventana y rezó:


Bendito eres, Dios misericordioso.
Bendito tu nombre por los siglos.
Que te bendigan todas tus obras por los siglos.
12 Hacia ti levanto ahora mi rostro y mis ojos.
13 Manda que yo desaparezca de la tierra
para no oír más insultos.
14 Tú sabes, Señor, que me conservo limpia
de todo pecado con varón,
15 conservo limpio mi nombre
y el de mi padre, en el destierro.
Soy hija única; mi padre no tiene
otro hijo que pueda heredarlo,
ni pariente próximo, o de la familia,
con quien poder casarme.
Ya se me han muerto siete,
¿para qué vivir más?
Si no quieres matarme, Señor, escucha cómo me insultan.
16 En el mismo momento, el Dios de la qué no llamo a mi hijo Tobías y le informo
gloria escuchó la oración de los dos, 17 y sobre ese dinero antes de morir? 3 Entonces
envió a Rafael para sanarlos: a Tobit, lim- llamó a su hijo Tobías, y cuando se presen-
piándole la vista, para que pudiera ver la luz tó, le dijo:
de Dios, y a Sara, la de Ragüel, dándole –Entiérrame. No descuides a tu madre.
como esposa a Tobías, hijo de Tobit, y li- Respétala toda la vida, tenla contenta y no
brándola del maldito demonio Asmodeo. le des disgustos. 4 Acuérdate de los muchos
Porque Tobías tenía más derecho a casarse peligros que pasó cuando te llevaba en el
con ella que todos los pretendientes. En el seno. Y cuando muera, entiérrala junto a mí
mismo momento Tobit pasaba del patio a en la misma sepultura.
casa y Sara de Ragüel bajaba del piso de 5 Hijo, acuérdate del Señor toda la vida.
arriba. No consientas en pecado ni quebrantes sus
Consejo de Tobit a su hijo mandamientos. Realiza obras de caridad
1 Aquel día Tobit se acordó del dinero toda tu vida y no sigas el camino de la in-
4 que había depositado en casa de Ga- justicia.
bael, en Ragués de Media, 2 y pensó para 6 Si procedes rectamente, te irán bien
sus adentros: He pedido la muerte. ¿Por tus negocios.

su propia muerte para verse libres de sus tribulaciones Tobit, su preocupación desborda en ocasiones el ám-
y, sobre todo, de los reproches e injurias de amigos y bito de lo personal para interesarse por el pueblo en
parientes. Pero la realidad es que ambas plegarias de- general.
jan traslucir un profundo espíritu de fe, humildad y 4,1-21 Consejos de Tobit a su hijo. Lo único que
conformidad con la voluntad de Dios. Esas expresio- espera Tobit es la muerte, y esta perspectiva lo hace
nes un poco desesperanzadas están pronunciadas más pensar en su hijo y en su futuro. Como buen padre,
por vía de desahogo que por falta de fe. En el caso de Tobit recomienda a su hijo una vida ejemplar. Podría-
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7 Da limosna de tus bienes a toda la gen- 16 Da tu pan al hambriento y tu ropa al
te honrada y no seas tacaño en tus limos- desnudo. Da de limosna cuanto te sobre y
nas. Si ves un pobre, no vuelvas el rostro, y no seas tacaño en tus limosnas.
Dios no te apartará su rostro. 17 Ofrece tu pan sobre la tumba de los
8 Haz limosna en proporción a lo que tie- justos y no lo des a los pecadores.
18 Pide consejo al sensato y no despre-
nes; si tienes poco, no temas dar de lo poco
que tienes. 9 Así guardarás un buen tesoro cies un consejo útil.
19 Bendice a Dios en toda ocasión; píde-
para el tiempo de necesidad. 10 Porque la li-
mosna libra de la muerte y no deja caer en le que dirija tus pasos y que todos tus ca-
las tinieblas. 11 Los que hacen limosna pre- minos y todos tus proyectos lleguen a feliz
sentan al Altísimo una buena ofrenda. término. Porque no todas las naciones
12 Guárdate, hijo, de toda unión ilegíti- aciertan en sus proyectos. Es el Señor
ma. quien da los bienes a quien quiere y humi-
Para casarte, busca primero una mujer lla a quien quiere.
de tu familia; no te cases con una que no Bien, hijo, recuerda estas normas, que
sea de nuestra tribu, porque somos hijos de no se te borren de la memoria.
20 Y ahora te comunico que en casa de
profetas. Recuerda, hijo, que ya antigua-
mente nuestros antepasados, Noé, Abra- Gabael, hijo de Gabri, en Ragués de Media,
hán, Isaac y Jacob tomaron esposas de en- dejé en depósito trescientos kilos de plata.
21 No te apures porque seamos pobres; si
tre sus parientes, y recibieron la bendición
de los hijos, y su descendencia heredará la temes a Dios, huyes de todo pecado y ha-
tierra. ces lo que le agrada al Señor, tu Dios, ten-
13 Bien, hijo, ama a tus parientes y no te drás muchas riquezas.
creas más que los hijos e hijas de tu pueblo, El guía desconocido
rehusando tomar esposa de entre ellos; 1 Tobías respondió a su padre, Tobit:
porque la soberbia trae perdición e intran- 5 –Padre, haré lo que me has dicho.
quilidad. 2 Pero, ¿cómo podré recuperar ese dinero
La pereza lleva a la decadencia y a la de Gabael, si ni él me conoce ni yo a él?
miseria, porque la pereza es madre del ¿Qué contraseña puedo darle para que me
hambre. reconozca y se fíe de mí y me dé el dinero?
14 No retengas ni una noche el jornal de
Además, no conozco el camino de Media.
tu obrero. Dáselo en seguida, que si sirves 3 Tobit le dijo:
a Dios, él te lo pagará. –Gabael me dio un recibo, y yo le di el
Ten cuidado, hijo, en todo lo que haces mío; firmamos los dos el contrato, después
y pórtate siempre con educación. 15 No ha- lo rompí por la mitad y tomamos cada uno
gas a otro lo que a ti no te agrada. una parte, de modo que una quedó con el
No bebas hasta embriagarte; que la em- dinero. ¡Ya hace veinte años que dejé en de-
briaguez no te acompañe en el camino. pósito ese dinero! Bien, hijo, búscate un
mos decir que le transmite una especie de testamen- con Tobías. Ni Tobías ni su padre caen en la cuenta
to espiritual que gira en torno a los deberes que un que se trata de un enviado de Dios, pero a partir de
buen israelita debe realizar: deberes de buen hijo (3s); ahora todo saldrá bien, sin ningún tipo de inconve-
la práctica de la honradez (5-7a); la práctica de la li- niente, pues la presencia del ángel hace que todo se
mosna (7b-11); otras relaciones con el prójimo (1-17); resuelva fácil y favorablemente. Sería la manera de
lo referente al matrimonio (12s) y la búsqueda de la decir que «a quien anda con Dios todo le sale bien»,
sabiduría (18s). El encuentro de padre e hijo concluye pero podría haberse hecho de una manera menos ob-
con la revelación de Tobit sobre el dinero que posee via y un poco más realista, pues en la cotidianidad de
en otra ciudad distante, a la cual tendrá que viajar To- la vida, aunque nuestro propósito sea siempre «cami-
bías para traerlo a casa. nar con Dios», hay siempre desvíos, tropiezos, incerti-
5,1-23 El guía desconocido. A partir de este mo- dumbres, dudas y hasta fracasos que por fortuna son
mento interviene en forma directa la mediación divi- ingredientes que ayudan a madurar la fe. Por aquí se
na, encarnada en un extraño personaje que desafor- podría entender la ceguera de Tobit y, por qué no, la
tunadamente el narrador identifica de inmediato de Pablo de Tarso (Hch 9,7-9). Es lo que los grandes
como el ángel Rafael, quien se hace el encontradizo místicos denominan la «noche oscura».
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hombre de confianza que pueda acompa- Él respondió:
ñarte, y le pagaremos por todo lo que dure –Sí. Conozco todos los caminos. He ido
el viaje. Vete a recuperar ese dinero. a Media muchas veces, he atravesado sus
4 Tobías salió a buscar un guía experto llanuras y sus montañas; sé todos los cami-
que lo acompañase a Media. Cuando salió nos.
se encontró con el ángel Rafael, parado; 11 Tobit le preguntó:
pero no sabía que era un ángel de Dios. 5 Le –Amigo, ¿de qué familia y de qué tribu
preguntó: eres? Dímelo.
–¿De dónde eres, buen hombre? 12 Rafael respondió:
Respondió: –¿Qué falta te hace saber mi tribu?
–Soy un israelita compatriota tuyo y he Tobit dijo:
venido aquí buscando trabajo. –Amigo, quiero saber exactamente tu
Tobías le preguntó: nombre y apellido.
–¿Sabes por dónde se va a Media? 13 Rafael respondió:
6 Rafael le dijo: –Soy Azarías, hijo del ilustre Ananías,
–Sí. He estado allí muchas veces y co- compatriota tuyo.
nozco muy bien todos los caminos. He ido 14 Entonces Tobit le dijo:
a Media con frecuencia, parando en casa –¡Seas bienvenido, amigo! No te me en-
de Gabael, uno de nuestros hermanos que fades si he querido saber exactamente de
vive en Ragués de Media. Ragués está a qué familia eres. Ahora resulta que tú eres
dos días enteros de camino desde Ecbata- pariente nuestro, y de muy buena familia.
na, porque queda en la montaña. Yo conozco a Ananías y a Natán, los dos hi-
7 Entonces Tobías le dijo: jos del ilustre Semeyas. Iban conmigo a
–Espérame aquí, buen hombre, mientras adorar a Dios en Jerusalén, y no se han
voy a decírselo a mi padre. Porque necesi- apartado del buen camino. Los tuyos son
to que me acompañes; ya te lo pagaré. buena gente. Bienvenido, hombre; eres de
8 El otro respondió: una familia excelente.
–Bueno, espero aquí, pero no te en- 15 Y añadió:
tretengas. –Te daré como paga una dracma diaria
9 Tobías fue a informar a su padre, Tobit: y tendrás todo lo que necesites, lo mismo
–Mira, he encontrado a un israelita com- que mi hijo. 16 Acompáñale, y ya añadiré
patriota nuestro. algo a la paga.
Tobit le dijo: 17 Rafael respondió:
–Llámamelo, que yo me entere de qué –Lo acompañaré. No tengas miedo: sa-
familia y de qué tribu es, y a ver si es de nos marchamos y sanos volveremos; el ca-
confianza para acompañarte, hijo. mino es seguro.
10 Tobías salió a llamarlo: Tobit le dijo:
–Buen hombre, mi padre te llama. –Amigo, Dios te lo pague.
Cuando entró, Tobit se adelantó a salu- Luego llamó a Tobías y le habló así:
darlo. El ángel le respondió: –Hijo, prepara el viaje y vete con tu pa-
–¡Que tengas salud! riente. Que el Dios del cielo los proteja allá
Pero Tobit comentó: y los traiga de nuevo sanos y salvos. Que
–¿Qué salud puedo tener? Soy un ciego su ángel los acompañe con su protección,
que no ve la luz del día. Vivo en la oscuri- hijo.
dad, como los muertos, que ya no ven la Tobías besó a su padre y a su madre y
luz. Estoy muerto en vida: oigo hablar a la emprendió la marcha, mientras Tobit le de-
gente, pero no la veo. cía:
El ángel le dijo: –¡Buen viaje!
–Ánimo, Dios te sanará pronto; ánimo. 18 Pero la madre se echó a llorar, y dijo a
Entonces Tobit le preguntó: Tobit:
–Mi hijo Tobías quiere ir a Media. ¿Po- –¿Por qué has mandado a mi hijo? ¡Él,
drías acompañarlo como guía? Yo te lo pa- que era nuestro apoyo, que lo teníamos
garé, amigo. siempre cerca! 19 El dinero no es más que
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dinero, es basura en comparación con –Amigo Tobías.
nuestro hijo. 20 ¡Nos bastaba vivir con lo Él respondió:
que Dios nos daba! –¿Qué?
21 Tobit le dijo: Rafael dijo:
–No te preocupes. Nuestro hijo ha mar- –Hoy vamos a hacer noche en casa de
chado sano y salvo, y sano y salvo volverá. Ragüel. Es pariente tuyo, y tiene una hija
Lo verás con tus ojos el día que regrese llamada Sara. 12 Es hija única. Tú eres el
sano y salvo. 22 No te preocupes ni temas pariente con más derecho a casarse con
por ellos, mujer, que un ángel bueno lo ella y a heredar los bienes de su padre. La
acompañará, le dará un viaje feliz y lo trae- muchacha es formal, decidida y muy gua-
rá sano y salvo. pa, y su padre es de buena posición.
23 Y ella dejó de llorar. 13 Luego siguió:
–Tú tienes derecho a casarte con ella.
El viaje
1 Cuando
Escucha, amigo. Esta misma noche habla-
salieron el muchacho y el
6 ángel, el perro se fue con ellos. Cami-
ré al padre acerca de la muchacha, para
que te la reserve como prometida. Y cuan-
naron hasta que se les hizo de noche, y do volvamos de Ragués hacemos la boda.
acamparon junto al río Tigris. 2 El mucha- Estoy seguro de que Ragüel no va a poner
cho bajó hasta el río a lavarse los pies, y un obstáculos ni la va a casar con otro. Se ex-
pez enorme saltó del río intentando arran- pondría a la pena de muerte, según la Ley
carle un pie. Tobías dio un grito, 3 y el ángel de Moisés, sabiendo como sabe que su
le dijo: hija te pertenece a ti antes que a cualquier
–¡Agárralo, no lo sueltes! otro. De manera que escucha, amigo. Esta
Tobías sujetó al pez y lo sacó a tierra. misma noche vamos a tratar acerca de la
4 Entonces, el ángel le dijo:
muchacha y la pediremos en matrimonio.
–Ábrelo, quítale la hiel, el corazón y el Luego, cuando volvamos de Ragués, la re-
hígado, y guárdalos, porque sirven como cogemos y la llevamos con nosotros a tu
remedios; los intestinos, tíralos. casa.
5 El chico abrió el pez y juntó la hiel, el 14 Tobías le dijo:
corazón y el hígado; luego asó un trozo del –Amigo Azarías, he oído que ya se ha
pez, lo comió y saló el resto. casado siete veces, y todos los maridos han
6 Siguieron su camino juntos hasta llegar
muerto en la alcoba la noche de bodas
a Media. cuando se acercaban a ella. He oído decir
7 Entonces Tobías preguntó al ángel:
que los mataba un demonio, 15 y como el
–Amigo Azarías, ¿qué remedios se sa- demonio no le hace daño a ella, pero mata
can del corazón, del hígado y de la hiel del al que quiere acercársele, yo, como soy
pez? hijo único, tengo miedo de morirme y de
8 El ángel respondió: mandar a la sepultura a mis padres del dis-
–Si a un hombre o a una mujer le dan gusto que les iba a dar. Y no tienen otro hijo
ataques de un demonio o un espíritu malo, que pueda enterrarlos.
se queman allí delante el corazón y el híga- 16 El ángel le preguntó:
do del pez, y ya no le vuelven los ataques. –¿Y no te acuerdas de las recomenda-
9 Y si uno tiene nubes en los ojos, se le unta ciones que te hizo tu padre: que te casaras
con la hiel; luego se sopla, y se sana. con una de la familia? Mira, escucha, ami-
10 Habían entrado ya en Media, y esta- go, no te preocupes por ese demonio; tú
ban cerca de Ecbatana, 11 cuando Rafael cásate con ella; sé que esta misma noche
dijo al chico: te la darán como esposa. 17 Y cuando vayas

6,1-19 El viaje. Comenzado el viaje, el narrador va algunas partes de las vísceras de un pez, con lo cual
introduciendo los elementos que darán como resulta- no sólo va a exorcizar a su futura esposa, sino que
do la intervención divina, gracias a la plegaria tanto de también sanará la ceguera de su padre.
Tobit como de Sara, y que servirán para resolver la tra- ¿Por qué el pez, que al inicio amenaza con hacerle
ma de la novela. Tobit, inducido por el ángel, guarda daño a Tobías resulta ser el portador de lo que será la
TOBÍAS 6 694
a entrar en la alcoba, toma un poco del hí- Y Tobías dijo:
gado y del corazón del pez y échalo en el –Es mi padre.
brasero del incienso. Al esparcirse el olor, 6 Entonces Ragüel dio un salto, lo besó,
en cuanto el demonio lo huela, escapará y llorando, y le dijo:
ya no volverá a aparecer cerca de ella. –¡Hijo, bendito seas! Tienes un padre ex-
18 Cuando vayas a unirte a ella, levántense celente. ¡Qué desgracia que haya quedado
primero los dos para orar y supliquen al Se- ciego un hombre tan honrado y que daba
ñor del cielo que tenga misericordia de us- tantas limosnas!
tedes y los salve. No temas; que ella te está Y abrazado al cuello de su pariente To-
destinada desde la eternidad; tú la salvarás, bías, siguió llorando.
ella irá contigo, y pienso que te dará hijos 7 Edna, la esposa, y su hija, Sara, llo-
muy queridos. No te preocupes. raban también. 8 Ragüel los recibió cordial-
19 Al oír Tobías lo que iba diciendo Ra- mente y mandó matar un carnero.
fael, y que Sara era pariente suya, de la fa- 9 Cuando se lavaron y bañaron, se pu-
milia de su padre, le tomó cariño y se ena- sieron a la mesa. Tobías dijo a Rafael:
moró de ella. –Amigo Azarías, dile a Ragüel que me
La boda de Sara
dé a mi pariente Sara.
10 Ragüel lo oyó, y dijo al muchacho:
1 Alllegar a Ecbatana, le dijo Tobías:
7 –Amigo Azarías, llévame derecho a
–Tú come y bebe y disfruta a gusto esta
noche. Porque, amigo, sólo tú tienes dere-
casa de nuestro pariente Ragüel. cho a casarte con mi hija, Sara, y yo tam-
El ángel lo llevó a casa de Ragüel. Lo poco puedo dársela a otro, porque tú eres
encontraron sentado a la puerta del patio; el pariente más cercano. Pero, hijo, te voy
se adelantaron a saludarlo, y él les con- a hablar con toda franqueza. 11 Ya se la he
testó: dado en matrimonio a siete de mi familia, y
–Tanto gusto, amigos; bienvenidos. todos murieron la noche en que iban a
Luego los hizo entrar en casa, 2 y dijo a acercarse a ella. Pero bueno, hijo, tú come
su mujer, Edna: y bebe, que el Señor cuidará de ustedes.
–¡Cómo se parece este chico a mi pa- 12 Tobías replicó:
riente Tobit! –No comeré ni beberé hasta que no ha-
3 Edna les preguntó:
yas tomado una decisión sobre este asunto.
–¿De dónde son, amigos? Ragüel le dijo:
Respondieron: –Lo haré. Y te la daré como prescribe la
–Somos de la tribu de Neftalí, deporta- Ley de Moisés. Dios mismo manda que te
dos en Nínive. la entregue, y yo te la confío. A partir de
4 Ella siguió: hoy, para siempre, son marido y mujer. Es
–¿Conocen a nuestro pariente Tobit? tuya desde hoy para siempre. ¡El Señor del
Respondieron: cielo los ayude esta noche, hijo, y les dé su
–Sí. gracia y su paz!
–¿Qué tal está? 13 Llamó a su hija, Sara. Cuando se pre-
5 Le dijeron: sentó, Ragüel le tomó la mano y se la en-
–Vive todavía y está bien. tregó a Tobías, con estas palabras:
salvación para todos los actores? Puede haber aquí al- da como resultado la huída de Asmodeo, demonio
gún elemento simbólico que escapa a nuestra com- responsable de las muertes de siete pretendientes
prensión pero que quizás para los lectores originarios que intentaron unirse a Sara, y su encadenamiento
no era tan oscuro. por parte de Rafael a kilómetros de distancia (8,1-4).
7,1–9,6 La boda de Sara. Podemos descomponer Esta escena se completa con la oración de Tobías y
esta sección en varias escenas: la llegada directa a Sara (8,5-8). Se entremezcla aquí una escena, según
casa de Ragüel y acogida de los huéspedes tal como algunos comentaristas, de puro humor macabro: Ra-
lo «manda» el rito de la hospitalidad oriental (7,1-8); güel, «habituada» ya a enterrar los maridos de su hija,
los arreglos de la boda; Tobías ya amaba de oídas a siete en total, cava una fosa para enterrar secreta-
Sara y no quiere dejar pasar esta noche para unirse a mente al octavo; sin embargo, los espías del cuarto
ella (7,9-17). El exorcismo con el hígado del pescado, nupcial anuncian gozosos que Tobías permanece con
695 TOBÍAS 8
–Recíbela conforme al derecho y a lo y bendito tu Nombre
prescrito en la Ley de Moisés, que manda por los siglos de los siglos.
dártela por esposa. Tómala y llévala sana y Que te bendigan el cielo
salva a la casa de tu padre. Que el Dios del y todas tus creaturas por siempre.
cielo les dé paz y bienestar. 6 Tú creaste a Adán,
14 Luego llamó a la madre, mandó traer y como ayuda y apoyo
papel y escribió el acta del matrimonio: creaste a su mujer, Eva:
Que se la entregaba como esposa confor- de los dos nació la raza humana.
me a lo prescrito en la Ley de Moisés. Des- Tú dijiste: No está bien
pués empezaron a cenar. que el hombre esté solo,
15 Ragüel llamó a su mujer, Edna, y le voy a hacerle alguien
dijo: como él para que le ayude.
7 Si yo me caso con esta prima mía
–Mujer, prepara la otra habitación, y
llévala allí. no busco satisfacer mi pasión,
16 Edna se fue a arreglar la habitación sino que procedo lealmente.
que le había dicho su marido. Llevó allí a su Dígnate apiadarte de ella y de mí,
hija y lloró por ella. Luego, enjugándose las y haznos llegar juntos a la vejez.
8 Los dos dijeron:
lágrimas, le dijo:
17 –Ánimo, hija. Que el Dios del cielo –Amén, amén.
9 Y durmieron aquella noche.
cambie tu tristeza en gozo. Ánimo, hija.
10 Ragüel se levantó, llamó a los criados
Y salió.
y fueron a cavar una fosa; porque se dijo:
1 Al terminar la cena, decidieron irse a –No sea que haya muerto, y luego se
8 dormir, y acompañaron al muchacho rían y se burlen de nosotros.
hasta la habitación. 2 Tobías recordó los 11 Cuando terminaron la fosa, Ragüel
consejos de Rafael; sacó de la alforja el marchó a casa, llamó a su mujer 12 y le dijo:
hígado y el corazón del pez y los echó en el –Manda una criada que entre a ver si
brasero del incienso. 3 El olor del pez alejó está vivo; porque si está muerto, lo enterra-
al demonio, que escapó hasta el confín de mos, y así nadie se entera.
Egipto. Rafael lo persiguió al instante y lo 13 Encendieron el candil, abrieron la
sujetó allí, atándolo de pies y manos. puerta y mandaron dentro a la criada. Ella
4 Cuando Ragüel y Edna salieron, cerra- entró y los encontró a los dos juntos, pro-
ron la puerta de la habitación. Tobías se le- fundamente dormidos, 14 y salió a decir:
vantó de la cama y dijo a Sara: –Está vivo, no ha ocurrido nada.
–Mujer, levántate, vamos a rezar pi- 15 Entonces Ragüel alabó al Dios del
diendo a nuestro Señor que tenga mise- cielo:
ricordia de nosotros y nos proteja. Bendito eres, Dios,
5 Se levantó, y empezaron a rezar pi- digno de toda bendición sincera.
diendo a Dios que los protegiera. Rezó así: Seas bendito por siempre.
Bendito eres, 16 Bendito eres por el gozo
Dios de nuestros padres, que me has dado:

vida después de haber consumado el matrimonio de los actores. Estos motivos fueron muy apreciados
con Sara (8,10-18). Finalmente tenemos la escena de en una época en la cual se creía que es así como Dios
la recuperación del dinero, motivo del viaje de To- actúa, desplazando al hombre y evitándole cualquier
bías, pero cuya misión cumple Rafael (9,1-6). Todo esfuerzo. Sin embargo, hoy no entendemos las cosas
termina en ambiente de fiesta de bodas en casa de así; sin desconfiar en la Providencia, en la cual el mis-
Ragüel. mo Jesús nos invita a confiar (Lc 12,22-31; Mt 6,25-
El denominador común de esta secuencia de esce- 34), porque es verdad que existe y actúa en nuestra
nas, como puede verse, es el exagerado providencia- historia y en nuestra cotidianidad, también hay que
lismo. Todo se va realizando con una extraordinaria volver la mirada a nuestra propia responsabilidad y ac-
facilidad, como que es Dios, por mano de su ángel, el ción sobre los acontecimientos que afectan a nuestras
que va dirigiendo y realizando todo según el querer vidas.
TOBÍAS 8 696
no pasó lo que me temía, 6 De madrugada partieron juntos para ir
sino que nos has tratado a la boda. Al llegar a casa de Ragüel en-
según tu gran misericordia. contraron a Tobías sentado a la mesa. Se
17 Bendito eres levantó y saludó a Gabael lloró y lo bendijo
por haberte compadecido con estas palabras:
de dos hijos únicos. –¡Qué buen hijo de un padre excelente,
Sé misericordioso con ellos, Señor, honrado y caritativo! Que el Señor te ben-
y protégelos; diga con bendiciones del cielo, y también a
haz que vivan hasta el fin tu mujer y a tus suegros. Bendito sea Dios,
disfrutando de tu misericordia. que me ha permitido ver el vivo retrato de
18 Ragüel mandó luego a sus criados que mi primo Tobit.
taparan la fosa antes del amanecer 19 y a su La vuelta a casa
mujer que hiciera una gran hornada de pan. 1 Por su parte, Tobit iba contando,
Él se fue al establo, trajo dos bueyes y cua- 10 uno por uno, los días del viaje de To-
tro carneros, mandó guisarlos y empezaron bías, la ida y la vuelta. Pero pasó el tiempo
los preparativos. 20 Después llamó a Tobías, sin que su hijo volviera, 2 y pensó: ¡Ha teni-
y le dijo: do allí algún contratiempo! A lo mejor ha
–Tú no te moverás de aquí durante ca- muerto Gabael y no hay nadie que le entre-
torce días. Te quedarás aquí comiendo y gue el dinero. 3 Y empezó a preocuparse.
bebiendo en mi casa y haciendo feliz a mi 4 Su mujer, Ana, decía:
hija, que bastante ha sufrido. 21 Luego lléva- –Mi hijo ha muerto. Mi hijo ya no vive.
te la mitad de mis bienes, y vete sano y sal- Y empezó a llorar y a lamentarse por él:
vo a casa de tu padre. La otra mitad será de 5 –¡Ay de mí, hijo! ¡Te dejé marchar, y tú
ustedes cuando mi mujer y yo hayamos eras la luz de mis ojos!
muerto. Ánimo, hijo, yo soy tu padre y 6 Tobit le reñía:
Edna tu madre; somos tuyos y de tu mujer, –Calla, no te preocupes, mujer. Está
desde ahora para siempre. Ánimo, hijo. sano y salvo. Habrá tenido allí mucho que
hacer. Su compañero es de confianza, es
1 Entonces Tobías llamó a Rafael, y le uno de los nuestros. No te aflijas por él, mu-
9 dijo: jer, llegará enseguida.
2 –Amigo Azarías, vete a Ragués con 7 Pero ella repuso:
cuatro servidores y dos camellos. 3 Llégate –Calla, déjame, no intentes engañarme.
a casa de Gabael, dale el recibo, carga el Mi hijo ha muerto.
dinero y a él te lo traes a la boda. 4 Ya sa- Y todos los días salía a mirar el camino
bes que mi padre estará contando los días, por donde había marchado su hijo, porque
y basta que me retrase un día para darle un no creía a nadie. Y cuando se ponía el sol
disgusto. Y ya ves que tampoco puedo que- entraba en casa, lamentándose, y se pasa-
brantar el juramento de Ragüel. ba la noche llorando, sin poder dormir.
5 Rafael marchó a Ragués de Media con 8 Cuando pasaron los catorce días de
los cuatro servidores y los dos camellos, y fiesta que Ragüel había jurado hacer a su
se hospedaron en casa de Gabael. Rafael le hija por la boda, Tobías fue a decirle:
entregó el recibo y le habló de Tobías, hijo –Déjame marchar, porque estoy seguro
de Tobit: que se había casado y que lo invi- de que mi padre y mi madre piensan que
taba a la boda. Gabael contó inmediata- no volverán a verme. Te ruego, padre, que
mente las bolsas de dinero con los sellos in- me dejes marchar a mi casa. Ya te dije en
tactos y los cargaron. qué situación los dejé.
10,1-14 La vuelta a casa. Se detectan aquí algunos desterrados, y el ángel es su servidor doméstico. En
paralelos con las narraciones patriarcales, en particu- cambio, falta el dramatismo, suplido con despedidas
lar con la vuelta de Jacob a Canaán: despedida del efusivas regadas con lágrimas. Retorna la técnica del
suegro, viaje con la mujer, las posesiones y el encuen- montaje paralelo, pero sin doble oración. El joven, ya
tro con ángeles. Al destino histórico de Jacob, padre iniciado, toma la iniciativa.
de tribus, corresponde el destino de una familia de
697 TOBÍAS 11
9 Ragüel respondió: 4 Caminaron los dos juntos, y Rafael le
–Quédate, hijo, quédate conmigo. Yo dijo:
mandaré un correo a tu padre, Tobit, con –Ten a mano la hiel.
noticias tuyas. El perro iba detrás de ellos.
Pero Tobías insistió: 5 Ana estaba sentada, con la mirada fija
–No, no. Por favor, déjame volver a mi en el camino por donde tenía que llegar su
casa. hijo. 6 Tuvo el presentimiento de que llega-
10 Entonces Ragüel le entregó enseguida ba, y dijo al padre:
a Sara, y la mitad de sus bienes, criados y –Mira, viene tu hijo con su compañero.
criadas, vacas y ovejas, burros y camellos, 7 Rafael dijo a Tobías antes de llegar a
ropa, dinero y vajilla. 11 Los despidió sanos casa:
y salvos, diciéndole a Tobías: –Estoy seguro de que tu padre recupe-
–Salud, hijo. Que tengas buen viaje. El rará la vista. 8 Úntale los ojos con la hiel del
Señor del cielo los guíe, a ti y a tu mujer, pez; el remedio hará que las nubes de los
Sara. A ver si antes de morirme puedo ver ojos se contraigan y se le desprendan. Tu
a sus hijos. padre recobrará la vista y verá la luz.
12 Luego dijo a su hija, Sara: 9 Ana fue corriendo a arrojarse al cuello
–Ve a casa de tu suegro. Desde ahora de su hijo, diciéndole:
ellos son tus padres, como los que te he- –Te veo, hijo, ya puedo morirme.
mos dado la vida. 14c ¡Ojalá puedas honrar- Y se echó a llorar.
los mientras vivan! Vete en paz, hija. A ver 10 Tobit se puso de pie, y, tropezando, sa-
si mientras vivo no oigo más que buenas lió por la puerta del patio. 11 Tobías fue ha-
noticias tuyas. cia él con la hiel del pez en la mano; le so-
Los abrazó y los dejó marchar. pló en los ojos, le agarró la mano y le dijo:
13 Edna se despidió de Tobías:
–Ánimo, padre.
–Hijo y pariente querido, que el Señor te Le echó el remedio, se lo aplicó 12 y lue-
lleve a casa. A ver si antes de morirme pue- go con las dos manos le quitó como una
do ver a sus hijos. Delante de Dios te con- piel de los ojos. 13 Entonces su padre lo
fío a mi hija, Sara. No la disgustes nunca. abrazó llorando, mientras decía:
Anda en paz, hijo. Desde ahora yo soy tu –Te veo, hijo, luz de mis ojos.
madre y Sara tu hermana. ¡Ojalá viviéra- 14 Luego añadió:
mos todos juntos toda la vida! Bendito sea Dios,
Los besó y los despidió sanos y salvos. bendito su gran Nombre,
14 Así marchó Tobías de casa de Ragüel,
benditos sean todos
sano y salvo, alegre y alabando al Señor de sus santos ángeles por siempre.
cielo y tierra, rey del universo, por el éxito Que su Nombre
del viaje. se invoque sobre nosotros.
Sanación de Tobit Que su nombre glorioso
1 Cuando estaban cerca de Caserín, nos proteja,
11 frente a Nínive, 2 dijo Rafael: 15 porque si antes me castigó,

–Tú sabes en qué situación quedó tu pa- ahora veo a mi hijo, Tobías.
dre. 3 Adelantémonos para preparar la Tobías entró en la casa contento y ben-
casa, antes que llegue tu esposa con los diciendo a Dios en alta voz. Luego le contó
demás. a su padre lo bien que les había salido el

11,1-19 Sanación de Tobit. A partir del capítulo 4 constituye el tema de nuestra lectura. Aparte de la
había entrado en escena la providencia divina en la aplicación de la hiel del pez, intervienen otros facto-
persona de Tobías, quien, guiado por el ángel Rafael, res que hacen de la sanación de Tobit un verdadero
va a poner remedio a los males que padecen su padre milagro y no simplemente el resultado de un artificio
y la hija de Ragüel. Primero devuelve la salvación, la mágico: la presencia del ángel Rafael, las palabras del
paz y la alegría a Sara y luego devuelve la salud y la hijo exhortando a su padre a la confianza y sobre todo
alegría a su padre, sanándolo de la ceguera. Esta visi- la acción de gracias del propio Tobit, que atribuye su
ta de la providencia divina al anciano y piadoso Tobit sanación a Dios. Como dice el libro de la Sabiduría a
TOBÍAS 11 698
viaje: traía el dinero y se había casado con 6 Entonces Rafael llamó aparte a los dos
Sara, la hija de Ragüel: y les dijo:
–Está ya cerca, a las puertas de Nínive. –Bendigan a Dios y proclamen ante to-
16 Tobit salió al encuentro de su nuera, dos los vivientes los beneficios que les ha
hacia las puertas de Nínive. Iba contento y hecho, para que todos canten himnos en su
bendiciendo a Dios, y los ninivitas, al verlo honor. Manifiesten a todos las obras del Se-
caminar con paso firme y sin ninguna ayu- ñor como él se merece, y nunca dejen de
da, se sorprendían. 17 Tobit les confesaba celebrarlo. 7 Si el secreto del rey hay que
abiertamente que Dios había tenido miseri- guardarlo, las obras de Dios hay que publi-
cordia y le había devuelto la vista. Cuando carlas y proclamarlas como se merecen.
llegó cerca de Sara, mujer de su hijo To- Obren bien, y el mal nunca los dañará.
bías, la bendijo diciendo: 8 Vale más la oración sincera y la limosna

–¡Bienvenida, hija! Bendito sea tu Dios, generosa que la riqueza adquirida injusta-
que te ha traído aquí. Bendito sea tu padre, mente. Vale más hacer limosnas que ateso-
bendito mi hijo, Tobías, y bendita tú, hija. rar dinero. 9 La limosna libra de la muerte y
¡Bienvenida a ésta tu casa! Que goces de purifica de todo pecado. Los que dan li-
alegría y bienestar. Entra, hija. mosnas gozarán de una larga vida. 10 Los
18 Todos los judíos de Nínive celebraron pecadores y los malhechores son enemigos
aquel día una gran fiesta, 19 y Ajicar y Na- de sí mismos. 11 Les descubriré toda la ver-
dab, los sobrinos de Tobit, fueron a casa de dad sin ocultarles nada. Ya les dije que si el
Tobit a compartir su alegría. secreto del rey hay que guardarlo, las obras
de Dios hay que publicarlas como se mere-
Rafael cen. 12 Ahora bien, cuando Sara y tú esta-
1 Cuando acabaron los festejos de la
12 ban rezando, yo presentaba sus oraciones
boda, Tobit llamó a Tobías y le re- ante la presencia gloriosa del Señor, para
cordó: que él las tuviera en cuenta. Lo mismo
–Hijo, ya es hora de pagarle lo conveni- cuando enterrabas a los muertos. 13 Y
do a tu compañero. Y dale aún más. cuando te levantaste de la mesa sin dudar,
2 Tobías respondió:
y dejaste la comida por ir a enterrar a aquel
–Padre, ¿cuánto le doy? No salgo per- muerto, Dios me envió para probarte;
diendo ni aunque le dé la mitad de los bie- 14 pero me ha enviado de nuevo para sa-
nes que trajo conmigo. 3 Me ha guiado sin narte a ti y a tu nuera, Sara. 15 Yo soy Ra-
que me pasara nada malo, sanó a mi mu- fael, uno de los siete ángeles que están al
jer, trajo el dinero conmigo y te sanó a ti. servicio de Dios y tienen acceso ante el Se-
¿Cuánto le doy? ñor de la gloria.
4 Tobit dijo: 16 Los dos hombres se asustaron y caye-
–Hijo, bien se merece la mitad de todo lo ron rostro en tierra, temerosos.
que ha traído. 17 Rafael les dijo:
5 Así es que lo llamó y le dijo: –No teman. ¡La paz esté con ustedes!
–Como paga, toma la mitad de todo lo Bendigan a Dios eternamente. 18 Mi presen-
que has traído, y vete en paz. cia entre ustedes no se ha debido a mí, sino

propósito de las sanaciones en el desierto: «No los de carácter sapiencial en torno a los tres fundamentos
sanó hierba ni ungüento alguno, sino tu palabra, Se- de la vida piadosa, tal como la entendía el judaísmo
ñor, que lo sana todo» (Sab 16,12). tardío: la limosna, la oración, el ayuno. 4. Rafael ex-
12,1-22 Rafael. Aquí encontramos el desenlace fi- plica que la vida del hombre tiene como dos planos:
nal del libro de Tobías, que viene a ser una especie de esta apariencia corporal controlable por los sentidos,
novela de carácter didáctico. Podemos distinguir los que se desarrolla aquí en la tierra y que no parece ser
siguientes momentos: 1. Padre e hijo se ponen de más que una secuencia mecánica de causas y efectos
acuerdo en compensar al acompañante con la mitad sin trascendencia alguna. Detrás de este plano visible
de los bienes que han traído del viaje. 2. Rafael los lla- se esconde otro de alcance trascendental y divino; las
ma aparte y los invita a bendecir a Dios y a proclamar palabras y las acciones de los hombres no se desva-
ante todos los vivientes los beneficios recibidos. 3. La necen sin dejar rastro, devoradas por el tiempo, sino
parte central del discurso del ángel es una exhortación que todo queda registrado en la presencia de Dios. 5.
699 TOBÍAS 13
a la voluntad de Dios. Bendíganlo siempre entonces él se volverá a ustedes
y cántenle himnos. 19 Aunque ustedes me y no les ocultará su rostro.
veían comer, no comía; era pura aparien- 7 Miren cómo los va a tratar
cia. 20 Por eso bendigan al Señor en la tie- y celébrenlo en voz alta.
rra, den gracias a Dios. Yo subo ahora al Bendigan al Señor de la justicia
que me envió. Ustedes escriban todo lo que me confieso a él:
les ha sucedido. y glorifiquen al Rey de los siglos.
El ángel desapareció. 21 Cuando se pu- 8 Yo en mi destierro
sieron de pie, ya no lo vieron. 22 Entonces muestro su poder y grandeza
bendijeron y cantaron a Dios, dándole gra- a un pueblo pecador:
cias por aquellas maravillas que hizo, por- Conviértanse, pecadores,
que se les había aparecido un ángel de obren rectamente en su presencia.
Dios. Quizá los querrá
Cántico de Tobit y los tratará con compasión.
1 Tobías escribió la plegaria de júbilo 9 Ensalzaré al Señor,
13 y dijo: mi alma al Rey del Cielo
Bendito sea Dios, y celebraré su grandeza.
que vive eternamente, Digan todos, confesándose a él
y bendito sea su reinado. en Jerusalén:
2 Él castiga y tiene compasión, ¡Jerusalén, Ciudad Santa!,
hunde en el Abismo y levanta. Dios te azotará
Nadie escapa de su mano. por las acciones de tus hijos;
3 Celébrenlo ustedes, israelitas, pero de nuevo se compadecerá
ante los paganos, de los hijos de los justos.
10 Confiésate bien al Señor,
porque él nos dispersó entre ellos.
4 Allí les mostró su grandeza. alaba al Rey de los siglos
Denle gloria para que sea reconstruida en ti
delante de todos los vivientes. con gozo su tienda
Porque él es nuestro Señor y Dios, alegrando en ti
nuestro Padre eternamente. a todos los desterrados,
5 Nos azotará por nuestros delitos, amando en ti a todos los desgraciados
pero se compadecerá de nuevo, por todas las generaciones,
y nos reunirá entre los paganos de los siglos.
por donde los dispersó. 11 Vendrán a ti de lejos
6 Si se convierten a él muchos pueblos
de todo corazón por el Nombre del Señor tu Dios
y con toda el alma, trayendo en sus manos dones,
siendo sinceros con él, dones al Rey del cielo.

Nueva invitación a proclamar las maravillas del Señor, esta pedagogía divina y ha llevado a cabo su misión
incluso poniéndolas por escrito, y desaparición del án- con la máxima naturalidad. Con todo, todas las cosas
gel. tienen su tiempo: tiempo de callar y tiempo de hablar
A pesar de las intervenciones extraordinarias y mi- (Ecl 3,7). Rafael dice que ha llegado el tiempo de ha-
lagrosas del ángel durante el viaje, y a su regreso a blar para bendecir y proclamar a los cuatro vientos las
casa de Tobit, padre e hijo no habían descubierto ple- maravillas del Señor.
namente su carácter sobrenatural. Ésta es la pedagogía 13,1-18 Cántico de Tobit. Varias veces ha invitado
divina. Está presente en el mundo, en las cosas, en las Rafael a bendecir al Señor por sus beneficios. Este ca-
palabras y en las acciones de los hombres, pero es una pítulo es la respuesta de Tobit a la invitación angélica.
presencia callada y silenciosa; solamente la fe la pue- Tal es su función en el relato. Al mismo tiempo sirve
de descubrir. Padre e hijo seguían creyendo que Ra- para hacer reflexiones teológicas en un libro didácti-
fael era uno de los parientes de la tribu de Neftalí y co. La oración de Tobit está compuesta de una plega-
por eso quieren compensarlo. Es cierto que la acción ria penitencial, al estilo de las postexílicas (Esd 9; Neh
de Dios se desarrolla en un clima misterioso y de si- 9; Dn 3.9; Bar 1,15–3,8), y de un himno escatológico
lencio. Rafael ha sabido adaptarse perfectamente a a Jerusalén, al estilo de Is 54 y 60.
TOBÍAS 13 700
Generaciones sin fin oráculo divino que pronunció el profeta Na-
te cantarán vítores. hún contra Nínive; todo eso se cumplirá y le
12 Malditos los que te odian. sucederá a Asiria y Nínive. Se cumplirá
Benditos para siempre todo lo que dijeron los profetas de Israel en-
los que te aman. viados por Dios, sin que falle una profecía;
13 Alégrate con júbilo todo sucederá a su tiempo, y en Media se
por los hijos de los justos, estará más seguro que en Asiria o en Babi-
porque se reunirán para bendecir lonia. Lo sé y estoy convencido: todo lo que
al Señor de los justos. dijo Dios sucederá y se cumplirá sin que fa-
14 Dichosos los que te aman, lle un oráculo. Y nuestros hermanos que vi-
se alegrarán de tu paz. ven en tierra de Israel serán dispersados y
Dichosos los que se afligieron deportados de aquella tierra buena, y todo
por tus castigos. Israel quedará desierto; Samaría y Jerusa-
Porque gozarán contigo lén quedarán desiertas, el templo será in-
al ver tu gloria cendiado y quedará algún tiempo en estado
y disfrutarán perpetuamente. lamentable. 5 Pero Dios se apiadará nue-
15 Bendice, alma mía, vamente de ellos, y los devolverá a la tierra
al Rey magnífico, de Israel. Reconstruirán el templo, no como
16 porque Jerusalén la primera vez, hasta que llegue el tiempo
será reconstruida prefijado. Después volverán del destierro,
con zafiros y esmeraldas reconstruirán Jerusalén espléndidamente y
y con piedras preciosas reconstruirán el templo como lo anunciaron
tus murallas, los profetas de Israel. 6 Y todas las naciones
las torres y baluartes de la tierra se convertirán y temerán a Dios
con oro puro. sinceramente; arrojarán los ídolos, que los
17 Las plazas de Jerusalén han engañado con mentiras, 7 y bendecirán
serán pavimentadas como es justo al Dios de los siglos.
con berilo y azabache Todos los israelitas que se salven aque-
y piedra de Sufir. llos días, acordándose sinceramente de
18 Todas sus calles dirán ¡Aleluya! Dios, se reunirán e irán a Jerusalén, recibi-
y alabarán diciendo: rán la tierra de Abrahán y la habitarán para
Bendito Dios siempre con seguridad. Los que aman sin-
que ensalzó todos los siglos. ceramente al Señor se alegrarán, pero los
pecadores e injustos serán borrados de la
Epílogo tierra.
1 Fin
de la acción de gracias de To- 8 Y ahora, hijos, les encargo que sirvan
14 bit. sinceramente al Señor y hagan lo que le
Tobit descansó en paz a los ciento doce agrada. Obliguen a sus hijos a practicar la
años, y recibió honrosa sepultura en Nínive. limosna y las obras de caridad; que se
2 A los sesenta y dos años quedó ciego, y acuerden del Señor y bendigan sincera-
después de recobrar la vista vivió próspera- mente su nombre en todo momento con to-
mente y haciendo limosnas, bendiciendo a das sus fuerzas. 9 Tú, hijo, sal de Nínive, no
Dios y proclamando su grandeza. te quedes aquí. 10 El día que entierres a tu
3 Próximo a la muerte, llamó a su hijo, madre conmigo, ese mismo día no duer-
Tobías, y le hizo estas recomendaciones: mas en este territorio. Porque veo en él mu-
–Hijo mío, llévate a tus hijos 4 y parte en cha injusticia, mucho engaño, y que no se
seguida para Media. Porque yo me fío del arrepienten. Ya ves, hijo, lo que Nadab le

14,1-15 Epílogo. El capítulo final comienza con la palabra para un segundo testamento de buenos con-
muerte de Tobit y luego da marcha atrás. Alguien, el sejos. Más importante, Tobit recibe el don de profecía
autor o un sucesor, no acertaba a desprenderse del antes de morir, como Moisés. El pasado del autor se
personaje y le concedió otro capítulo, que algunos presenta como futuro del personaje: la historia se
críticos consideran narrativamente inútil. Tobit toma la transforma en profecía.
701 TOBÍAS 14
hizo a Ajicar, que lo había criado: ¡lo ence- dia con su mujer, y se establecieron en Ec-
rró vivo en un sepulcro! Pero Dios lo cubrió batana, con su suegro, Ragüel.
de desprecio ante su misma víctima, y Aji- 13 Tobías atendió a sus suegros en su ve-
car salió a la luz mientras que Nadab mar- jez, los sepultó en Ecbatana de Media, y así
chó a la eterna tiniebla por haber intentado heredó los bienes de Ragüel y los de su pa-
matar a Ajicar. Por sus limosnas se libró dre, Tobit.
Ajicar de la red mortal que le había tendido 14 Murió, muy estimado, a la edad de
Nadab, y Nadab cayó en la red mortal y pe- ciento diecisiete años. 15 Antes de morir fue
reció. 11 Así que, hijos, vean cuáles son los testigo de la caída de Nínive, y vio a sus ha-
frutos de la limosna y cuáles los de la in- bitantes desterrados en la deportación que
justicia, que mata. Pero ya me va faltando hizo Ciaxares, rey de Media. Bendijo al Se-
el aliento. ñor por el castigo de los ninivitas y asirios.
Lo tendieron en la cama y murió. Antes de morir pudo alegrarse por la des-
12 Cuando murió su madre, Tobías la en- gracia de Nínive, y bendijo al Señor por los
terró junto a su padre. Luego marchó a Me- siglos de los siglos.

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