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/ Leaor Gonral \awen Leckes Fieidn attakes Chase Y Clk i; Consineceing, Capitulo 1 De la desigualdad a Ia fragmentacién Introduccién Eneteranscurso delasiltimas lécadas,sobretodo. partir delos aos cochenta del siglo pasado, la desigualdad socioeconémica en el mundo se Jncrementé, Diversosteportessefalanque,encoincidenciaconunexten- dido consensoincernacionalen torno a politicasde ajuste neoliberaly la aceleracién delos procesos de globalizacién, la desigualdad crecié des- de entoncesenla mayoria delos paises delorbe, independienemence de su nivel de desarrollo. Asi, por ejemplo, de los 22 paises miembros de la Organizacién para la Cooperacién y el Desarrollo Econémico (ocos), la desigualdad crecié entre 1985 y 2010 en 17 de ellos y solo descendié en 2 (Turquia y Grecia). Si bien América Latina presenta iatices y su progresi6n temporal no fae Lineal durante este perfodo, cen general ha seguido la misma tendencia, A pesar del incremento ge- neralizado de la desigualdad en el resto del mundo y de haber experi- mentado en Ja diltima década un desemperio econémico relativamaente favorable, nuestra regién contintiasiendo la mis desigual del mundo (cerar, 2011). En México, la desigualdad ha marcado histéricamente de manera profunda y persistente la estructura social, Desde su pasado colonial y en sus dos sigs de vida independiente, el pats se ha caracterizado por los fuettes contrastes en las condiciones de vida de diferentes segmentos de la poblacin, Pese alos innumerables avances logracos en diversos indica~ dores sociales, la desigualdad ha persistido e incluso, en algunos momen- tos, las brechas sociales se agudizaron. En los aos més recientes, no ha habido cambios sustanciales, ns bien, las mismas tendencias globales y 2% a ugpeunojuea e7 “soaejoos A sopeimonnse sepuapur talnyuco YoU! o> ]o10s uoroonousouf ey ug -osap0ad 939 sopusidusos A sezapete spuoso wero: peprendisap e| ap seanofgns su “popes wo} jouap oiqy 219 ua anb of $9 Sono ap soun sopepsre A santreistp anuat “jeamayno A yepos sopumut 2p e>uorso09 wT “eo1dppoa upssMpED =p A 1-9p somedso ap upoeurogu0> ee seh ep MORE LY] PHOS eplA vy ap seIDxSO 59. 7 ‘uustus un ap sojdurafs sound ojgs zewopuow 0d Sopeaawsey -xuatuyends ug}oesaaut ap sodures A pepyyqetsos ap sonrqury to> 4 ‘sop ody ov souoradaorad 4 sopauas ‘epra ap soypse & seagpaorq sepustrada 02 “ugiguam ored ‘sepensouSesy epra-ap-souoroIpuo> uoo soueatagu> SON, ‘qepos 4 penpr 14 B] ap sOuODUIE SO] Sopos artaurEATead rowed ‘apsen [eDoS peplENBisep yp SoRDW ap Y oWsoD sopenisap a1usurepUTYord sapepamos «ty ‘ugpsod epunilos easaarumse opzesaoau $9 an uo opr sonoqaanue sonmeJoxio1ut [p owtioo ‘epnonsed uptsuaunp rum 2980989 9 coerunas9 ne ‘sonasias 4 seeasastis'sopeppenisisop se :sauopisod sop arzrumse uapand peprensisap re woIay susp eos un & sepos 4 jenpr dro stro serouortz9suoo sas wos sopyno o ‘peppendisop ey ico A aata28 gusta weyfnsos ApeppenStsap sp soft sopet ‘op sepuatt og zopuodsaresed san fq Joos uapr0 Jo 4 tp ap zase2s9 © (0002 ‘SUITIOD) [2P08 Pr} afew run sanusuen ap sojos js 10d seoede3 wi dined sya soon sipeno sopppou so] tu seydure spt sorep ap saseq se mt “oBsequu9 WS ‘soortupuos901I08 soss203d seIUSIZIP WOD UpHoeIDosE Ns Aodwon Pop 574 njora ns ‘pepjenStsap x] 2p eanafgo uorsuauup ry soleus z9pu23 un A son0u09 ered peaueuvepung opus ap ugiongpauon 7] ‘saioney soaLauepIp UoD UPIDeDOsE Uw A saioPEDxpuT suger ne pepsi each ovadeg ve 8189 8p REE PIN oer ero p13 28g08 FH OF sosmoap ap span osoiSi pp uo -pupid sopenwoa ‘oan ‘epovanoosu09 0 2agos opesntooucy ung 26 & soma opts wey Peprensisp ¥] 21905 soyp “tw So] ‘eueDpx=W PEpopOs ¥] wo pepyNUD A pram Ns ¥ asoq ‘senuoinesp A sopeaoSoresesut sapeprendisop seaneoytis sod epesoneane 24.8 onb A sqgempaad A vont -#Bowsoy ‘eoajun exsofxe> owo> opnitas ap pees A epretiand Ase 2p YIP wpour asx euonbod eun wo son fap 28 uatqumes peprenfisp ey £188) uopmgod ep %er6b € aeambo ero o|‘asgad wos Hou 9p Soy EES ‘710 ue p Ered TVARNOD Pop soMta:DO1 srt soup se woo opzonoe ag] ‘sopeyossesap 4 scons sys sosjed uo son 2p 50] & soxomodns 0 sojqexedinba epra ap samepupaso Te sy ose se, =p 907 PA sefeauansap & souomeand $9 exed auourererpnoo eypny 4 ezauqod ef 2a yams snse2su09 0] uo erardeaoe upqumey, sojod ip 4 sanpor 95 out prppensiop v|oxad feos eamuonns9 ey ap sowann “39 so] wedos onb epuryaid wypang eun wel spe soa ¥ (L102 ‘€a20) axqod 70 9p fp sary 50] 9p oseiBur amb sods s96 27 #9 ot ye p> “2p p 1 sopenign sazeBoy 80] 2p osauBur pp ‘ooExgpy ua Orod “| © g ap so pep sound po A ou ppp ospatsosd osssBer po an upIoHT, orunl (21) 2IGoP PuomPex9 oor spr;Pap PP ote (sePeUOPIpED seisuasapsuen ap soajsew seureiBoid uo une) augod seus -ai8y so] senor ‘o10z 4 sg61 29 gO G40 ap gmBWEIOU 95 “opduaf> ap so1puy jp sod eprpow ossaut jap Tepo8 Eamon Ns 9p fENBisp zo209IE [2 operauace saqey waoored sousaue oyeniyd fp uo sepeuoruant sopeuorzox sepenouey oprauonnf Javennadesfagmentadar de la desigualdad como categoria unidimensional de estratificacién celos mensional de exclusiones reciprocas ¢ inclasiones desiguales, nos obliga 3 complementar Ia descripcion objeriva de la desigualdad, con un an: profando de sus dimensiones subjerivas. La dimensién subjetiva no significa ideacional o individual, sino cen- ‘ada en el sujeco. Tampoco significa necesariamente micto en términos tedricos ni ontolégicos, pero s{supone asumir una perspectiva metodal6- gica micto, La dimensién subjetiva, en téeminos antropolégicos, significa para nosotros centrar el anilisis en la experiencia del sujeto de la des- igualdad, lo que a su vez implica considerar dos grandes aspectos dificil- mente escindibles entre si como son las pricticas y los sentilos. La experiencia de la desigualdad no debe confundirse tampoco con la vida de los pobres o en la pobreza. La desigualdad no son sélo los po- bees, nies un problema que sélo los afecte a ellos o pueda equipararse ala pobreza. La otra cara de este fendmeno esta riquezay el privilegio; la des- ‘gualdad incluye también alos ricos y es un problema que atafe y afecta también a las dases mas altas de la sociedad (Scott, 1994), Los estudios sobre la desigualdad, sin embargo, han sido muy reticentes a incorporar cn el andliss la riqueza y el privilegio. Tal como lo sugieten Rowlingson y Connor (2010) hay méltiples razones que explican la prioridad otorgada ala pobreza, pero una de Las mas importantes es que mientras la pobre- za es considerada un problema social, no ocusre lo mismo com la riqueza. Hace poco més de una década, Ray Pahl (2001) afiadia otra posible ex- plicacién; sefialaba que se podia ver en Europa un consenso emergente respecto a que los pobres no debjan ser tan pobees, pero no se percibia, en cambio, ninguna insinuacin siquiera de un consenso similar respecto aque los ricos no deberian ser tan ricos. Este comentario resulta valido para el caso de México y para muchos otros paises de Ia regidn,y sugiere due la riqueza y el privlegio son temas expresamente olvidados, sino ve- cados, ala investigacién social. EL aniliss de Ia desigualdad, sin embargo, exige incorporar a unos y a ‘otros, aricos y a pobres, alas clases privilegiadas ya las populares. Pero la experiencia dela desigualdad no debe confundirse tampoco con un andli- sis dela vida en la pobreza y en la riqueza,o de los respectivos contrastes; ces decir, no aleanza con una simple comparacién descriptiva de estilos de vida en la precatiedad y la opulencia. Se refiere, en cambio, al andlisis 8 Capitulo L Dela desigualdsd ala fragmemtcion «de la experiencia de vida deanas y otros, pero no en céeminos aslados y titaria, sino como experiencia de vida clativas,permeadas y mollea- das por sus reelprocas existencias y por la distancia que las separa. No se trata de comparar las caraceerfsticas de perasy manzanas, sino la relaci6n entre as races y los frutos. Esun andlisis de una dimensién elacional y social de la experiencia de vida. ‘Asumir estos supuestor sabre la desigualdad como experiencia co- leceiva, de catacter relacional y multidimensional, expresada en las prbe- ticas y sentidos cotidianos de los sujetos, nos conduce a researar un concepto por momentos abandonado en la investigacién social pero que Ja persistencia dela desigualdad ha revitalizado en estuckos recientes: la clase social. Exte libro se rofierea la desigualdad de clase o,dicho en ocros términos, entre dases sociales. Los estudios sobre estratificacién o los ‘ensayos del marxismo ortodoxo, han utilizado tradicionalmente este ‘oncepto como una categoria colectiva preexistente en la cual casiliear y ordenara los individuos de una sociedad segiin una variable discreta, pero en ambos casos unidimensional (ya sea la ocupacién, el in- grevo o la escolaridad en un caso, o larelacién con respecio los medios én en otto). Pero la clase también puede ser concebida como experiencia, como una experiencia de dase “La dase se define por los propios hombres segiin y cimo vivan su yen altima inseancia, es la siica definicién posible’ se- bistérca de la clase obrena (‘Thompson, 1977: 10). Pese a la ambigtiedad por la que se lo ha criticado, con esta frase —cuyas derivaciones han sido rwiltiples—* cl autor sugiere que la clase no existe afvera de la experiencia vivida por sujetos, solo es construida como categoria colectiva samen, No se uaa ce uma expenses, sino de une ex reriencia cuya especificidad consisteen estar asociada a la condicidn de 4 Je ales condiciones matrales de existenci as dela de dase se de los sujetos en la estructura social. La cons expresa (no determina) en una experiencia compartida o comin de dase. Esto no significa necesariamentela presencia de una identidad de in- tereses o de una conciencia de clase lo cual en una perspectiva marxista 2 Vease Sewell, 190, 1" yemdaotoo uopenuszopes suesarent eun eqesnode fem -ousojqyod sns ap sisrpue K ugisnasip e sezipunyjoad 9p pepysao2u ef 31 {duiafo 10d ‘z09z ap orxa1 un ug TEPOS peplEndisop e {A eoos ugisnppee ey oduron oood Ans apey casey sonuarag pu nur vorepauewied anb oxod seauysoduto op ap sotua Jp we a8rou9 feos uoHeUELUBEN x] op sisi9dsy PT sojundisop souossnppur> se20adypau sauorsnp>xg reiuouiSey ap oss20rd p uo emraurepuny onadse un eran re -suoo pravaanf eA zou e| aareamp peprendisap &] ap eyooyrodko wand uapey sai01543 sop soasg “eden was9 uo sone veansax peppendisap 9p seanalqns souossuauunp Se] ‘Soapiput soy ap yeanaya 4 jD0s upper aa ap sopedso punyoud es e] uo> tsreus anb pepranalqns 2p uggoursuos A uppeztees ap sosaDo3d so] u9 0: s9‘opy ono sod ‘ong "epla &| 9p oxss p eaed exuoacy aang wun weep jad aso ua sopeansonuns9 s9ttoPspuoD Se] fupISMPUT a Zeas9URIG 9p SEE souorspptca 4 sapepiiqsod se] aavowepuryord uearewt ede v3 sojapepla ap osin > uo 5 “ue Epos ugiaenrauSexy | ap wouaksowo x] swaoqdxo aed wrup pep 4) paauoanf vy 9p epusnadse ey 1qepUpUL Sa1onrey SouNsye reUORKE Iod ‘oorusguons osmaruae:9 Pop UolowapEsep run Hod o eran E| vosondist pte onauioi2u un Hoo ‘sepevopypuos serorargysuen ap seuresfoad set {uo9 wioye as oooduiea A ‘oxo eed exp un ap a2auedesap nr 2Bans ou A] jun foo A onypoadsa ouraugiry um e apuodses 1U anLapA298 UN $9 OM DOS UF ‘(o00 -eun ap U9 p98 U09 ODP exe rarund oMUarunSanI02" Ut -entauneg w9 eos pepjen8isap z 2p Conpixpur pews Uor2euta9g | 9p sonpuagpun ap pepars -2nunsuo> &[ 2p yerpiowrad wpwessu: eun wo “pepo_oos-onprappur UOPEPS yap soleuesduo sopedirurad so] 2p oun wa asseans s2pod 2p pepHeTmA cred esa mrususesrgoad uouaya piavann | Azam 2a1qos sorp382 SOT 80:T0Z ‘oFBepAIct) sos0are soy 3p epra ap serouapradro 5H] sopepos spas fez oon nto p anos PE uy yueidution ns op anred v souo}soesaau se-nsanu epopotes nb ODA FEE conodures uppenouitey ope se ropide) © oe eee opens ey Ber eypiton vmuruodea tenet peter Looe “eh py 7 “soprruouyndo aed up eedem ape onemendeerr tog ane sepepapos tig asep ap viouaniodys ef ua epeastto et ee ’ oesspoun apd peppo 2p epusods ef ops oe eg oo aso rome goto amerdod sos ap una sep uo ououreasapous spit o (sauwpndod sos0ys weadiap sossyp s9}) sommeurwop sase> ana UO! roping pour oj ouma ys sspmrelans oon oe ea »p onb sajqneayy A seyciure sepso8ave0 ap maaed -21 sop sp dn uo on ey ap ap ooops rennet "ptaqiop unwo> epuatiedxs run ap sonadse soungje oniouragpsiows ee eae peBnsaaut easo ap sasozarut soy eased yuu 0] $9 ott ofp oxad sFwope ‘se ap anted ¥ asaromposd uapand anb somwaruednsse ( ey Opurena soureagiusts onb o] uero8e ot sogeuea sxe pepouscep ono ooueaaen tr odo ou) em 9 apa8ns uepond anbune “(270z) oBFEyAICy epee Pepnuspr eun sentaisns ried seprgs s9seq tos ou sopeuossuoUstprum a ~eus 24d ses30omt9 "ugrednso Fo upIoempa y Sonate] eA PUN 9p Spaz ¥ Soiqise Deets Tijana on es gre ee nour edipnue 95 sepesuilessoprasaing reflexiones y enlos probl na profundizacién en el and- especie de since stos problemas y pretende dar cuenta d cién socioeconémica gue acompafiar del siglo xx desencadena sis diversos contextos nacions tuna persistente acumulacién de dess familias monoparentales, un colecivo heterogén 108 que han suftido diversos accidentes biogrificos, ym pecialmente los jévenes. La concentracién y encadenamiento de desventajas conduce a un proceso de creciente vulnerabilidad y precariedad social, y amenaza con lapos lividuos y sectores queden entrampados en cespirales de desventajas (Esping Andersen, 1999). La fractura del social aparece que puede conducie este proce- os estudios sobre la exclusi6n no necesariamente ponen 32 xy sobre el proceso mismo de acumulacion rises y secrores vulner en relacién individuo-sociedad (Caste, 1997). de desventajas En este sentido, la exc! dad de la nueva cnestién so% De-Gaulejac y Taboada Leonetti (1997), por ejemy resultado iltimo de una fractura acumulacién de desveneajas sociales, econdmicas, p nsocial’ en los procesos de"exdls esta perspec de la sociedad; los estudios empiricas de I to general, y el desarrol ‘yeonceptual que se con sel rascienden la especificidad de estos sectores sxperimencan un roceso semejante, pero inverso, deacumulacién de ventajas que también 7 : iamiento respecto del resto de la sociedad.*La acu- dria conducie a un mismo destino ‘mos términos, desde otra petspectiva. Es venta, un grupo de socidlogos britinicos comestzaton a reflexionar sl la profundizacién de la desigualdad que experiment Gran Bretafia a 33 sefouopiadxa ap anu as ey ad wun ap opnuss fp A eprepepn ap ugPEpUOD ey “erpnorsamoe sats ao sped Syepoe sep 2p | eprpid epuasne apqeaaaur ¥ epnqnne etomenoduut e] $0 ‘onadse ‘optmndos jg sown so] 9p jepos omnes p A omvonue SUE [ep 1d o| 89 prppenSsop | 9p wovseztpunyord v| ap eovon=osuo. fed Js oaUIRUE]Te, ap P $9 01ND ae oxda2u0> uN xaIsNs eno oy ested ‘peppendisap A ugisnpxo anus uprepr e] ap uppezmeuro -sis t 5 Sopp ap ooutid fg sososanuy soasone ered soatreazpas oauouey -nonied ueyjnsax anb Aazeg ap ofegen pe u9 soxsadse sop somo Ary 0x0 15 orsandord eyqey ef anb ezanbu ap eauy] eum A vzaxqod ap 5 ap ugpeoynuapr ef exes Anu so Axseg, ap oaancavaneyd Fey Puna 92 wpe #4 Paap opou sy a = : -en sp] uo sousesiuo> sopunjoad uesoua8 soyradns 4 zor sapeaqun 5 cops yw operon p owe Acordes -nopue ws wo daseg sod: sprecpent wos ——— “erat p wo epeand exoueus ap (Pepys sofou ap orad) sor sty Kono ep spn ol ppt anb soperiopand sazo12as so] uervanzua as [eno pp euufous 10d soKad “ns uppioss un A-s9pepos sopyattag A souoromnst sopedioutad se] ¢ 0599 oe pp sopeaud A sopoaioaeysap spur sozoazas $0] upaso en> Jap ofeqap tagjeos9 un suossApxo ap sepezqumm sop uos asrertosK uA ‘opeasow 2p v9 ug sou ou seaupaosnto sapepopos ay w anb opwryeyae pet -sgur vaso aaqos axa (2002) Aueg ‘opens ed onan [p uo ‘aauousTeUT > ‘eyuepepnp & 9p o3UDFUN “vunpepap yparq -auatcr upio> eun v carodsou uo uptenppxs ap seUUOY oULd> osreZipeMdeo -uo uapaad souopszpuo> sequme “eoueisur eu Uy “(TST +4661 2205) sppomoaiey ee papreadiop faq “Loymde) _ssyepadsa sefenusa sas p (souepeprn pd peampxa ap ssoedeo wos (podyaud) soperaqarad so} 4eagad eptae] 9p sopinpxo wos (peaysdop) soproatonessap so], souornpuo sequie ¥ upton oes 280 ap vauand ep onb enifyjourta zj PUT uoUED anb sour wos ‘00g opp ‘orf 9p sorepurase souistan -uonurelap pear ppuds van jse 9 [Pepaisos epes ua seperdosde saustuye205 Sepenpisuoo epts op souoprpuo> & sapepaase se] 2p adnyox9 soy 4 sa1q -od spur soy e spt za4 epeo tfoqe pepreniisap [2p uopezipunjosd ey, “(CE 466t 2096) eeonbys eA ezaaqod | s#foyouonb ype ap sepecrieped souoprp woo peatd “ts ap ond sis spsac oxfopand p exaatuioo nb p uo jt ougop ezanbis 9p rauy x d-ugieaud e eaten oub ue Ppa pouyop ezoagodap -2¢pp Uygur -peangpd 9p ea "pep 3p uae 028 [op omonurele un ap sazopermpur 193 olt109 sos 0s uepsagap ofSapatd [9 P EPIA 2p uoxpts0> y 89 o¥@apatad po 'soagod 501 9P tp1 2p uorxpuns e $9 upped ey 1g syonaed peporoos run ap soaqurajur so] ered fewrow ye so1adns epia ap aepuriso un ap seanysyp 59 coun a9g [*"] wants onb yuo peparos ey us wes200u SOUODpIIOD se Dee pa un Aq] ed sopeaud uyasa anb soyanbe wos saxgod sory “Pepsioes epe> wo soyearod oso soprumnse [1908 e119 4 uprsedioed ap sorepurase so] ¥ oxradsar uo9 fepos axtsitietsueistp I8n}2x9 9p osa20rd ouusmU Un 3p so isaidso owioo 4oine 389 ‘esngpouon uapond uproeand y 40 -euipered oui un of 4 weiged ee sues soup wana Hpud Han 4 anb oraiBas (F661) a100g “wzazqod wy axqos pussunoy, Reet en p w apse aprae puna op sued wei wo Agee v2 soypred.ysereBiepy sod epemnSoeus esopessesu0900u ES ¥| 2p ABR sepenvouey poco verses frgmencae diferentes sectores de la sociedad: encuentros interacciones en escuelas, teanisportes, espacios piblicos, etc. El incremento de la desigualdad des- ‘neadena un distanciamiento social que mina la solidaridad y la cohesi6n social Sileemos con detenimiento, veremos que todos estos autores coinci: den en tomar como referencia para establecer umbrales de exclusién una intermedia de la sociedad a la que podsfamos asociar co: las clases medias. La privacién y el privilegio representan exclusiones re- lativas con respecto a los estindares “comunes, ‘ordinarios” o“nommales” de las condiciones de vida y de la participacién social en la esfera pibli- 2. Como lo apuntaba Score (1994 17) en la cite previa: "la privac ny el prvilegio debevian ser vistos como términos complementarios, y ain bos indicando un dlstanciamiento del estilo de vida normal de los ciu- dadanos' Este supuesto, sin embargo, resulta difieil de sostener en otros contextos y estructutas sociales como las que predominan en América Latina, y en el caso de México en particular. (Cémo identifcar una zona intermedia en una sociedad en a cual la mitad de su poblacin es pobre? ¢Cuiles son los estindares dominantes y més extendidos en las condicio- nes y estilos de vida de Ia poblacién: los de las clases medias o los de los pobres? Podemos asumir que los esténdares dominantes coinciden con los estindares normales o deseables de ciudadania? Incluso cabe pregun- tarse si las condiciones de vida (0 privlegio) de las clases medias aleas ‘mexicanas son deseables y viables para el conjunto de la poblacién, En contextos como los de América Latina, las condiciones de exelu- sin relativa del privilegio y la privacin a las que se referian los autores previos, pueden pensarse mejor en términos de exclusiones reeiprocas. En ‘otros términos, esto significa pensar en la posibilidad de identificar es- pacios de inclusién diferenciada y desigual, que coexisten y se repelen ‘mutuamence, sin an espacio intermedi significative de amortiguacién, Amarcya ea (2000), por ejemplo, sugiris = en pases en an de des rrollo la exclusién social asume con frecuencia a forma de una inclasidn desfavorable, En un sentido similar, pero especificamente para (om vic Latina, Bryan Roberts (2007) sugiere la presencia de una pobreza ins- titucionalizada, lo que darfa cuenta vambién de la emergencia de mo- ! dalidades diferenciadas de integracién con mayor 0 menor ealidad (0 tuna ciudadania de segunda clase). Para este tltimo autor, el concepto de exclusién social tiene la virtud de permite a ‘ionamiento 36 1. Deli desiguldal la feagmentacign inismo de las instituciones modernas y sus mecanismos diferenciados de inclusion, y no solamente la falta de acceso a ellas, como fue la princi- pal preacupacién de los estudios sobre marginalidad de algunas décadas ards. Pero asi como la acumulacién de desventajas consolida expacios de inclusién desfavorable, también debemos tomar en cuent: centracin de ventajas consolida espacios de incusién pri {que exclusiones relativas se trata de exclusiones reefprocas; la privacién ados (Sara- y el privilegio dan cuenta de la coexistencia de mundos vi, 2008). En México (y tal vezesta sea una hipétesis valida para el conjunto de América Latina), la fragmentacién social representa una derivacisn de a desigualdad que ha devenido en la conformaci6n de espacios mituamen- te excluyentes de inclusién desigual. Se trata de una diferenciacién de es pacios en la que se combina la jerarquia propia de la desigualdad, con la ruptuta de las relaciones entre eategorias 0 segmentos de la poblacién propia de fa exclusién (Veanken, 2001 y 2009). Exchasiones reciprocas € inclusiones desiguales La profundizacién y persistencia de la desigualdad objetiva, sin em- bbatgo, no es suficiente para poder explicar la evolucién de la desigualdad en fragmentacidn, La ruptara supone un distanciamiento social entre esos espacios de inclusién desigual, el cual es producto de las brechas en las condiciones estructurales y de ingeeso. Pero también es esultado de la| emergencia de repertorios y fronteras socioculturales que los aleja y pro- duce un excrafiamiento reciproco, Tal como lo sefialan Tiramonti y Zie sler (2008: 26), la fragmentacién denotauna distancia que se expresa en téeminos de extrafiamiento cultural y fronteras de exclusion’ lo cual nos obliga a examinar las dimensiones que clan forma ala experiencia del su- eto: sus pricticas y sentides. Aunque atin poco exploradas, las dimensi: nes subjetivas de la desigualdad constituyen tn factor determinante en. este proceso de fragmentacién social La experiencia de la desigualdad y sus dimensiones subjetivas La desigualdad objetiva no es suficience para dar cuenta de la fragmen- tacién social. Las disparidades y contrastes en las condiciones materia- les de vida, en la disteibucién de los ingresos, o en la asignacién de ottos Eo « smdasu0 vin ap uaaied soy aub so erotiaiagtp wrownad ey feo pp ansouupersod sp ug soyueazodun soradse sop ue uoayrp ood : 7 vuos9 souunsu opis wed] & vansodszod vidosd ju reaiaae 2s ‘soan0 souniye asseuns tod sowaros Aas ‘soxpaase sorso sopoy, “pepeisos vun 9p souquuortr mesasa P] 21q08 sea o> souowpeavesaadas J soqesouu semuses9 2p axunfuod |» owo> >uy9P ey peprentisap v] ap pexout euouoDs, e] e=fEU (TO ‘onbogua ouster 99 ap onuop od soremdaouod s234eh ‘uo> “peprendisop v] eraey eouetajoa expe tun wadsioAey anb seouadd A souojea ap ofurtaopasd pp otto epeu anb sy epypuasua‘,peprensisap ue uaua4g94 25 (6002) pod anb so] ¥ O99) ey ap emyn9, weus ‘nb of ¥ S932] ‘00d gos sepstga12 0 souopsestiasardat ‘S210 2p UO ap sozorme soundpy puro eoasrp epeSt esta saaed wo 91099295 es -sop v1 2p fesse Wo SsuEUUp F| ‘Aap se ugpIMposdas 4 upFaonpord nse rugs odwans ows ye A pepjenisap ry weagras{ wezuausods> aod] ap 24598 PUN TEOYRLEPE 9p yodoriue woe STEN SEP ey “pw sovolte spaeai © seqpquus SeUIOy SE] 2 3012p [p soguis wanusod 2 ise rnuiqe anb sopiatiss ap (upeaouas 4) woponaasuos ap aauoureuted “oad fo onto ‘oduon ots Je fepos oda un sod oprazedo 504? <—exondoid wo sezeorzesedo i ‘un wor asuiqpot0> apond va A ezaeuoiss opto] ey sof uamb— 214295) seq A‘sooypoodss spun soups WA “opuney yop gponpoid ap ofeqes: [> ote ‘sojdumts sourati uo “epypusnto “sea? a s9n souout [e aeograpy ajgisod 89 TeDOS upHEIuaUeA; ua ToLseUOy ¢ fits end qe urepuny aos spe ons ai}Bne out sy 59 ® spepyendisap x] ap upr2onunsu0> eye a: ip tadngursuos 4 eywiouca tua anb ous jesmon.asa pepjensisap ey uemsoe © usonposdas ojos ou seanofqns souossuounp se] ‘oputis aa Ug ‘Opunus 259 ainaasuo> ap 8 ‘SouoTesuas sey ap A s our Se] ap Spaz opunUs P Pesos eun onary deus s9 ou onafis Jap erouauodyo ry “(0102) 294% weAdx® of ow ep, soxoperio spus seasEINIOMNS9 $0] eunye wepropuarend outod soremuonuns -iuasoida1 o upponposdar un s9 o2oduuea [e}05 eu enu sitrsuodutoD un auaqsap ase ap LOFDMpUID Uy ‘sey seurgd seundye ua amdxo ot en> vf uo “pepfenisep v] ap rrouopiadie ¥] 9p oseo Jo uo jst antouspenodso s9 exs9 4 “sonNpraNpUr so] ap jeamzan399 cqapueuopysod jp suodwt rus ordoad onsonu 9p ope syus epeyy “si -2Siysop yeuopeapr ax -edseno us so} 9p smuerqure> aad was oft ye sonparos peprendisap x] oursznxs ovstanonnsuod pp ta, 21 uation} sepeskay eazosqo o| ow0> TET, “(907 amb azueaspes jesmanias9 ug}suatp e10 sristsnannsues © seasranalg seansodsiod se] noo seyqesedimbo wos ou peprenSisop vy ap stanolqns souorsuatup sey corpls pp wouayodao vy wa sepeses s=10 and eats jewpp bv onb we pepe apeouoeunl IP seno ,uoo wonoeioau ue, Aap spaesa¥, wae of alad “feDOs omtazU -epuesyp A ontonuresre p axanwoad jaetu o2:08 ap arued¢ 0: ‘wooosaney peprendisap ap sopeansonzso sauopypuo® S| ‘uptoentatieay 2 ap ssou98 x] vauosuy 9299 uHexrpunyoad ns ue optens une ‘9 seanazeyj uo wos js aod eunzoysten aS ou woe UaIaRp ap af omos wmf ey pepos uopeuauiBey ev otuyop amb pen no pooronaten Juvennidesfisgmentades sociolégica de la cultura, centrada y limitada a valores y creencias. La se- _gunda, es que priorizan como foco de atencisn la dimensiin més explici- ta yevidente de la desigualdad, es decir la estratificacién o la difecen« de ingresos. Como resultado de estos dos aspectos, el anilisis prvilegia las interpretaciones y lo 5 osatribuidos ala desigual- dad estructural, los cuales suelen estar condicionados por las concepcio nes morales y los discursos ideol6gicos que asumen los individuos y que, cuando son dominances, se imponen al conjunto de la sociedad, Estas percepciones y representaciones sin duda foriman parce del re pertorio cultural que permite significar y experimentar el mundo, in- cluyendo la desigualdad, Pero constituyen su dimensién mas externa y explicita, 0 lo que, siguiendo a Swidler (1986), podriamos interpretar smo una fase ideol6gica en el desarrollo de un sistema cultural de signi ficados, La concepcién antropolégica y simbélica de la cultura, nos per- mite descender a mayor profundidad en el entramado de significados través del cual los individuos perciben y experimentan el mundo, para lo «cual es necesaria una descripcién mucho mas densa que permita traeclos Jaluz, En este sentido, la dimensién cultural de la desigualdad, por un lado, no se limita alos valores y creencias mis explictas y superficiales, ¥; Por otro, tampoco se reduce a las imerpretaciones o significados de la desigualdad en si mismao en su forma econémica mis evidente. La experiencia dela desigualdad es modeladao vivida através de cier- tos valores y cteencias sobre la misma desigualdad, pero también y muy especialmente a través de un conjunto amplio de significados que for- ‘man parte del “te y cuya relacién con la desigualdad puede leana,"El'sentido comin, al final, es ese conjunto de supuestos tan inconscientes para uno mismo que parecen ser una parte natural, ransparente, innegable de la estructura del mundo’ (Geertz, ci- tado en Swidler 1986: 279). En la transformacién de la desigualdad so- cial en fragmentacién social, las percepciones sobre la desigualdad misma ‘son tan importantes como estos otros aspectos culturales impercepribles y enraizados en el sentido comiin que expresan y orientan las experien- cias cotidianas (Ia cultura es un modelo de y para la experiencia). Se era- ta de aquellos elementos que nos ayudan a entender, por ejemplo, por qué las clases privilegiaclas no usan el transporte piblico, 0 mis desfavorecidos se sienten més cémodos en un a las jévenes de tino y otro sector social se las llam parecer indirecta 0 ied ala fraginenasion rexpectivamente, Formas de actuar y de hablae, percepciones sobre los aos y uno mismo, etigmas y estilos de vida, preferencias,expectativas yipricticascotidianas, entre muchos etre, son algunos ejemplos de los Jypectos que intenca captar esta dimensién cultural de la desigualdad. El repertorio cultural humano es muy amplio, y dar cuenta = mandado descifrar el ge- jria canto o mas exfuer20 que el que ha der ol sa bumano, es decir nuestro repertorio genético. Sin embargo, en sfios recientes, distintas perspectivas de andlisis han intentado captar inj distintos concepros estes miliples y diversos aspectos que compo én cultural (ver Bayén, 2013). Limites simbélicos, mar- 'y repertorios culturales son algunos de estos conceptos, cos cultural los cuales representan, antes que enfoques en competencia, esfuerzos eee eee de la compleja dimensién culeutal Lejos de ser incompatibles o mutuamente excluyentes, cada uno de ellos nos remite a un conjunto o tipo distinto de aspectos culeurales; es dec, Peto ellos no son los tinicos ni ago. tan el universo de lo cultural; si agut los destaco es porque su contribu ci6n resulta maytiscula en el proceso de construccién y reproduccién de Ia desigualdad, Tas limites simbalios consist en cstnciones conceptuleshechas porlosactores pata categorizar abjetos, gente y pricticas (Lamonty Mol- zag, 2002). Tal como lo sefiala Cristina Bayén (2013), a partir de ellos se cstablecen jerarqulas, similitudes y diferencias que trazan feonteras entre allos y nosotros; ¢s deci, ls limites simbéticos son un componente funda mentalen a construccién delo quehe denominado exclusiones eciprocas. Los marcos culturales, en cambio, son modos de entender eémo fancio- 1a ese mundo y nuestra posicién en dl, definiendo, entse otros aspectos, horizontes de posibilidades; por lo ranto constituyen tna dimensibn cul- tural considerable en la interpretacién que los actores hacen desu pro condicin y lade otros en ls estructura social, y en la sociedad en general (Bayén, 2013). Y la tercera dimensién culeural que aqui me interesa se refierea un repertorio amplio y diferenciado de pricticas culearalmente modeladas,a partir de las cuales los actores construyen sus cursos de ac- cién (Swidler, 1986). Podria concebirse como la dimensin cultural de la accién, que, como ¢s sabido, no est& regida solo por valores o intereses conscientes ¢ individuales. Tal como lo sugiete Swidler las estrategias © caugos de accign que siguen los individuos no se construyen desde cero diferentes dimensiones cultur 4 e ox opuateprs 294 ‘ap sazexsnpond sosanzo1 soap 9p omnggnst fa ezrjodouour anb sonprp “pains nap nn Psa sodounuendes pean tne 9p caonpoad [ap sonpiatput ap eioflore> eum e optradnpxs ‘up!er0ych> vr eperbesp Senponta dwonposd ated x rob sensid sp sen08 ay 9p soe sazed anu uptsnppre ap savy! uattodns soque amb xdssod vusqen tum ofeq 5 ) sisqyue ;zadsou Sowsstae20UH SOp $0159 2p ou ouetragoas & waspeaeun s1uapan0 oydaa } ipeprendisap op sexopemtt yenoSo2> sauopurs pngiasip ‘saueptaa sq onuarureatdeoe yok 38 sousturoow souenoduat sop tesrqisod ‘oquouesiseg 30s ap soiormnpoad sosins23 2p fonte> ej uezrueli0 sonprssput so] fend ppp saaen t epuapox2 aod ouasn doine [p Woo opi9R9e ap ‘pAmAsIOD setosiod ap se}1oBaNE> ta vs9 sodnu8 ap 0 ugaeygod ¥| 2p ssuopunsp seasq “spepoR rea -opeps ap o1npod rau DUIS WOS 5 jap anand v uanoyqeaso 2s anb sop sad soyetiofoue> sauounstp ta asit230q tgp jd spun saoyes se] anb optus ey (#0002) ‘pn some aps sopeprendisop st] 2p vanoodsiod sopnbpen -sonprspusunso runs ay ap route 80 fp PEON EAP apuacap { ensoa oun ap ersuansteo¥[ anb ours‘co(#ojouns woino ows creme an oor ow odoqaad pl upeeand ry sap 2 ampoxt ampoadas &'etn0s ssuopepa se] w3n20 25 Ants “ayuauqu 9 peppeniap [2p wsu9p sorehs so] nb epuaado eT PEP =e x ap anep eae wgsutmp em akrnsto> poe PSTN ‘eso ‘Sup ap tiany saxgiqpouaouT uos & saTEDOs souOLDE|! ap s9P9s UO. unt ps9 SMP “ed vapond esi viowutd eanb seumpnos souorzepa see ‘ayumpno raps peprensisap e] anb soy ue sojdusola sour up 0 w9resopdk ua epessnnu gas As auorD4215e] oo ‘eno sod pers os Ou pepeassop PT wwowsqeoad w *pondos eum ser0jd3o aompuoo sou oauorueanneyd aasq -uomeuuOp ap sosavord 4 sezaany ap aused oura> 0/4 ‘so>iBgqoapy owe? sopergrn s0s9 aszeaaudonun odwop ows fe i Pop Urs K soqza‘sopeaytir Bis & sojoquys ap aauazayoo aauotuearepar odiano un otto s!20040094 apond jeamjna upprewanay eu —(6¢ 269972) t9URIG AuIeys 291p— 29pod PP onSuy jp apsap easy, -syeouaso sonogse> un wouaN ‘orsgto A sopod ap souopseys ap stitixs yas ou safemaqn> souoysuauUEp ‘uppeyged yap satoves axmu9 ua2a}qeasa as anb sopermayaa semnbrenef eisip su] ap apred & “epomnpoid 4 epesdooe so Peprendisop ey upiquie osad fey waysose as anb sapeizos sororgucs A soa e182[EU! $0] 0 "eI>0s ezanbya vy ap ouredoa fp ren waqop amb sou. $0] augos suisuaasn A sauofea soy unifas epesajon sotto spt 198 apond peprensisap e7 pod ap sauorepaa seu “ up U2 SOUODURSIP sesa opeespesaD wey bap syurape sopesoydxs so] A sopmnpxe so] exopIsuo> 95 ‘sopeanayn> sourasi ua ‘Soxunstp ues gb woo saa anb aun pepaisos wun {2 wasJ2 98 nb prpyensisp ap opea8 p, amb mpeye ofony esvd (p02) sepeoy sin] eyes ‘s}opty eno ap sepuonagp A seme Tem puestp jp ueydure « pepjendisop vy uezppungord (omen sejgndasraduu anb seoropid { sopeoyruis ap ofsduson A oou “fuaigns opunus un up euranut 9s pemajno UgIsUaUIp Ff EpeppENsop ¥] rorudo op ofos ten a8 ou ‘sisaUys Ug Epos epwuapodxa YL 9p squtss peppeaBisop esa ap womonpardas A worompoad vy upiqurer 3p avuoupEaRAIND seoniszad uD peprensisap t] ap UoPeztsod 9S ou sex0jdx9 uamuniad sondsouon soqury ‘sonpy epusde e| eied sodeur uo8 P eanaonaas9 uppeMUEsDH9p Ef 1POY © oBonf spur uefop sopesrapna soxsortadas so] ‘epeeUaD rey an so1202¢9 opumuy [pp saqermaonuisy sa woke vod sminquq ap oxd22009 9 19 UNG "SUULIO] SEA49_9 op ApURS osNpUT 2 sesUAd ‘EME © saz01De soy e Pus aagos sauopeisadaarny 0 sodsp op ewoasys ow0> ononadar un peau pp wean ‘snueasuoo 4 yeutdi¥0 upioeaisas wun ap ewes 28 ou 234 EpeD epeneusey soponinanf Juvenrudes Eagmencadas Estas relaciones no estin exentas de diferencias de poder entre las categorias, pero tampoco de una dimensién culeural que contribuye ala construccién de esas distinciones categoriales. La desigualdad entre gru- posno se funda en diferencias de atributos, capacitades, habilidades, co- nocimientos o disposiciones esponténeas y otiginales,o innaras,entre los indlviduos que forman parte de esos grupos; en el mejor de los casos, esos aspectos son un subproducto posterior de las desigualdades creadas a partir de distinciones categoriales previas o fundantes socialmente cons- truidas, Las distinciones categoriales son invenciones sociales a partir de las cuales se organiza Ja distribucién de recursos productores de valor, yy se gesta y reproduce la desigualdad social. Las categorias surgen de la construccién de limites 0 fronteras que permiten aglatinar actores con- siderados semejantes y escindir actores considerados diferentes. Fstas lic mites pueden nutrirse o apoyarse en diferencias preexistentes e inoctas (hombre-mujer, blanco-negro, joven-adulto, etc.), pero son fandamen- talmente producto de aspectos culturales y sociales histéricamente acu- mulados. A partir de estas diferencias, sefiala Till,"se generan historias gue posteriormente los participantes usan pata explicar y justificar sus interaeciones’ y luego afiade: as encarnan nociones compartidas sobre quines somos no- ines son ellos, qué nos divide, y qué nos rlaciona. La gente las crea enel contexto de materiales culurales previamente dispo ceptos, creencias, recuerdos, simbol mitos y cenocimiento local corn: partidos. Una ves. inttoducidas, las historias coaccionan las posteriores interacciones a través del limite, y slo se modifican lentamente en res puesta elas (Till, 20002: 76). Con otros términos y desde una perspectiva ms sociol6gica, Tilly se refiere alo que unos pérrafos mis arriba defini comotuna dimensién clave en la produccién y reproduccién dela desigualdad: los limites simbdlicos, ero lo que podemos percibir con mayor claridad ahora es la profunda vinculacién entre las dimensiones culturales y ls sociales; la cultura se entrelaza incesantemente con las telaciones sociales. Los limites simbé- licos, los matcos culturales, los repertorios y habits alimentan distincio- nes categoriales y pautan las relaciones reciprocas, pero al mismo tiempo las interacciones y relaciones sociales intercaregoriales afectan, modifican “4 (Capitulo 1.Del desguadad a a feagmentac refuerzan esas dimensiones culturales. Y aqui debemos afi un as- om ‘mis de esta dimensi6n social, no priorizaco en este andliss de las waldades persistentes. de rien en alin momento Tilly sefala que las personas que crean gostienen fa desigualdad categorial rara vez se proponen fabricarlacomo priman las relaciones sociales de poder intercavegoria- Jes, No es explicto, pero la dificultad del autor para explicar con leyes generales Ia puesta en préctica de los mecanismos de exploacién y aca paramiento (¢ incluso de emulacin y adaptacin), se resevefinalmen- fea partie de “una acumuladi6n hist6rica diferenciada de poder" entre {as categorias socialimente coastruidas. Es decir, en Glkima instan desigualdades intercategoriales tienen su origen en telaciones de aque construyen y explotan diferencias entre dichas caregoras. Pero la desigualdad social estd incrustada en multiples relaciones ¢ interaccio- nes sociales de nuestra vida cotidiana no directamente vinculadas con las relaciones de poder. Su persistencia es en gran medida debida a esta jncrustacién que hace que la desigualdad sea producida y reproducita, cde manera inadvertida, por los propios individuos a través de sus reacio znes sociales de la vida diaria: los amigos que hacemos en el lub o en el barrio, las escuelas que escogemos pats nuestros hijos, las preferencias y stilos de vida que adoptames, etc Los procesos que genetan matrimonios seletivas ola reproduccién dela ‘moilidad social son deverminados, al menos en pace, por preferencas babitos mas que simplemence por exelusin. Desde esta perspectiva noes necesaro que existan barerasen el orden social queimpidan elmovinsen- to 0 contacto social, sino que ellos pueden serlimitados por diferencias sociales y culturales, rocesos ran simples como la sensacin de incomo- dlidad ¢ inseguridad en cettas interacciones sociales puede presen la formacin de relaciones cercanas entre individuos socatimente distantes, sin que sea necesaria ninguna exrategia para limitar el contacto @ nega «l acceso a circulos privilegiados. Las diferencias en gusos ymodales,o incomodidad en certs interacciones pueden describirse como exclusién social, pero seria ns apropiado entenderlas como distancia socal Tales diferencias pueden emplearse como estrategias de exclsiSn 0 para cons- teuir barrecas sociales, pero también es importante reconocee el modo en que la distancia social es rutinasia ¢ inintencionaliente teproducida re o 2s orrsganateqap p "uuapese x apuapsen anb opeaterous8 ostaste> 2389 ap yresyuoBiequo ug; wonuays 4 wesuaid sonplaspur so] anb us opou je sod eae gents lester eae ge See mee meme oe Spm nae) ngs see -onar yfusis eanalgns aauaunidoad worsuatp er (sHpUIeT re pp wo saueaapea ood A onepunsas onsadse un opradnansuos earusa Pep! -rodcur x ‘soave sowesjios anb nopsnog 0 AT -auspur sespoodsiod se] uo une oud fauasne “(pos ugpeagnenss ey ap A sommeare cauyeioa yas so] ua seidso ap $9 owoT ‘seouproduiaiue> s9pepar sou opurens opa aaqos ‘sepepPoypadsa A sare sono aonpk 2 "peprenSisap ¢] 9 ed upiqurea rode o3s9 x “sapeamynso‘s9s sop od souosrdooaad ss wo epeyd viouoyzeu ajdwys eun s9 ou oxafns ‘sour £2 o4pyp ‘0 soratns soy 2p tran 104 [Epos epusyisda yf org ‘ugpenmuifey x[ eer upPN|oKs 4 upronpoadas ‘ugmonpoxd 2 UpSURUIP kun atIEA PEplEnSisap v] 9p EDUaLIAds © oft 9s ou peprenSisop t] ap starafgns sauostrap se ‘oBrequus uIg (20s upFrermninBeay opens -ouap ay ibe anb of enSisop uo) 1px9 ap sopuiat ap aruatnfisuos eyouaBuou & 59 opennsoa 1 pprengisap w woamoso anustreisanp o ueresseuus souzeg & sepan259 ‘sopaso ap eiouasaytp eA peprurge e7 uaun 19 eo0dfoa1 uppesunedey oye peprendiap o ap souoroy[as se] 2p asieziuouome usared wioye anb sxyoSare> an sues ap osaoord fo uD JeTonuD $9 ‘[eNpIA;pUT 29 Y] 9p [ewes aavauodiuos un so anb ored penpray (2IQFIP UOLRDOSE ap OWSTUEIIU 235, id ap era wus sosoxontt 9 souoPsod apzedwoo 2p pepyygeqord seyye uot 212 sonreuoprption soctsrt soje soxafns A sores sSUOraIpUoD to sopED qn sow8e ‘toypanog ere]eu2s oj owe fe, sg A sopesmayno soaieut souersuoturp s7] 3p o2oadjox onuaqurz ose a1s9 uo sopepsos { sopemg ‘sour 0 sotsseq ‘sejanoso sepeuruiosap up easri & soulsuDs sou 0 Souls 2piq (Looe e109) sepuaRgaid senso seapjou ¥ KadngeanOD Za ns e anb ‘soueg 4 soqnp ‘senor sexo] us sonpiaipur soj ap etnaud [etp08 upiongy -ed owo> ‘sepia sensor us souazey amb se aonb uesisoma jepuanylp ug!seD0ne ap souosned | axqos si -maoninsa depos oaueyureuoroypuo> po ap sarge] o seatiafgns seIsuaz9} spat se08 souopae sey ap spate A atrED0AC oor sspenouseyyopmaraanf avenues ragmencadas concentra en los fundamentos de esta subjetividad: 2s la subjetividad un fenémeno absolutamente individual, una dimensiGn exclusivamente psi- coldgica, o un atributo del I? Un consenso menos obvio pero jgualmente sdlido, y mas restringido al campo de las ciencias sociales, es elrechazo de cualquiera de estas dos posibilidades. Ortnes, pot ¢ afiade inmediatamente después de a fase citada mas arriba que al se ala subjetividad lo hace tambin’a las formaciones culturales y sociales ‘que dan forma, organizan y provocan esos modos de sent, pensat y de- ‘mis’ Pero, cémo compatibilizar enconces el condicionamiento sociocul- ‘tural y la agencia individual que supone la subjetividad, ‘Al incluir una dimensién propiamente subjetiva en el and expetiencia de la desigualdad, lo hago desde este consenso disci tnimiendo el eareter sociocultural del proceso ylacondicién de subjeti- vizacién, Las dimensiones culturales y sociales que revisamos en pérrafos previos,y en particular su definicién como componentes dela dimension subjeciva de la desigualdad, hacen evidente mi afinidad con esta concep- tualizacién de la subjetividad. La experiencia gue tienen los sujevos de la desigualdad o, lo que es fo mismo, a experiencia subjetiva de la desigual- dad, esti social y culeuralmente modelada.® La subjetividad es en si mis- ‘ma tna condicién social. Este reconocimiento, sin embargo, no debe ineerpretarse como un retorno a las perspectivas estructural-funcionalistas ya superadas. Para- Ielamente alas dimensiones culeurales y sociales, se sitta una dimensién propiamente subjetiva de la experiencia, Es decir, un espacio de libertad cen que el sujeo se convierte o puede convertirse en actor des mismo. Mas alld de la inevitable inmersién de los individuos en una atmésfera cultural tramado de relaciones sociales, no todos respondemos ni sen- timos siempre de la misma manera: ls individuos tienen sentimientos diferentes, personalidades diferentes, y disposiciones diferentes tanto a lo largo del tiempo como en un momento cualquiera en particular (Lu- hrmann, 2006). Como lo plantea este diltimo autor, estamos incrustados propiamenre sje (Capfeulo 1-Dela desig ala fapraraci, “zc6mo entender, entonces, esta construccién social del mundo interior cuando los agentes individuales son tan diferentes entre si se pregun- ta Luhrmann como corolario de esta reflexion. Su respuesta, a través de Tainteraccién de seis factores que constituyen la estructura fundante dela subjetividad, no me resulca, sin embargo, del todo convincente. Su prin- idad reside en que si bien esta estructura contempla Factores icologicos (¢ incluso biolégicos), sélo da cuenta de una di- ‘mensi6n exclusivamente emocional dela subjetividad, y es incapaz de ex- plicar o incorporar la teflexién, el pensamiento, a bisqueda de sentidos, La subjetividad es emotividad y reflexividad. Para resolver este cilema, la sociologia de la experiencia (Dubet, 2010) provee una salida quese ajusta mejor a mi perspectiva eintereses Elespacio de libertad para la emotividad y Ia reflexividad, expresado en ladimensién propiamente subjetiva dela experiencia, es producto o, me~ {jor dicho, se sitta en los intersticios que deja abiertos la confluencia de diversas —y a veces contracictorias— lb gicas de accién, La subjetividad propiamence dicha tiene un origen social ¢ incluso cultural como fend- meno, mas no necesariamente en su contenido, Este pequefio matiz tiene implicaciones sustanciales que permiten intentar una explicacién menos revriea y més convineente de la agencia que la intentada desde la antro- ppologia. Esos intersticios se manifiestan como espacios de libertad, y al inismo tiempo de tensin,enlos que el individuo se expresa como un su _jeto que siente, piensa, reflexiona; un individuo que crea y buscasentidos. Lascombinaciones de légias de laaccin que onganizan ia expeienciano tienen ‘centro’, no descansan sobre ninguna légiea nica © fundamental En la medida en que su unidad no viene dada, la experiencia social gene- 12 necesariamente una actividad de los individuos, una capacidad exitica y una diseancia en relacidn a si mismos. Pero la distancia en relacion asi smismo, a que hace del actor un sujeto, es también social, std socialmente consteuida en la heterogeneidad de Isgicas y de racionaidades de la2c- cibn (Dubet, 2010: 85). Estas tensiones 0 incongruencias sociales en las que se sitia la sub- Jetividad dan por el suelo con toda pretensién fancionalsta respecto a ‘una absoluta coincidencia entre el actor y el siscema (‘Touraine, 2000). Precisamente, e sujeto se constituye (0 pretende constituirse) en actor al *® Jpper omnposd un on se sas os mtnspong epee omy owen snwas A semze ap rwoy eum ‘ono sod & fearnafqo pepyyear 9 anatst0> ryuos A earateBo> pepypeas eum ‘opel un 5109 0) azuadmansto3 ofanf ayqop un hey, fan opuniu 29 uo> aprove pepianalqms wun ana raypaide ap osavoxd aasa u0> eypaur ¥] ap spars op REyeUAOTUT ONPEApUT > "EpIA kL Epo. zp fie] oj v opurnunuos o1ad “zayre ef ssuesnp ansouedouag [er -10 pp eumsjqoad fe eorsp[> vasondsa vy $9 Upt>ez -seuroyp soquie & easandsai gun zep A serpads jueD2UU p OPYs ty ,OEZITEDOS, rpapsap A eBopoorsd ¥] u9 OOD eB 0) eanafqns pepyear ey 4 (Jermnaisa 0) earaaqo pepypeas ey as1u9 eouoasis -tiop »| ap Te ‘sofq}duso9 spur o>od un souruuiga uo Hf JEIDOS Up 2p ps9 01109 oui aonpuod sou omuarureanued ag "4980 uo b peppensisap 2p sauorypuo> se] opuat>mpodar & opuaronpord ‘pepanatgns eidord ns cosnpu 9 epi ap sepuasocteo sis uo A uapar> uapeu sonprAtpUt so} as anb epipuoqoide ammo we> sod ugiaeeqfeDos yap ( ‘oppuss aso ug ‘ugptsod ns & sotanee opt syed wypuopoxa 10d ou pun upes uo seanoadszad ser urn onronu vepestdy pepo “yup ps9 2eoeip tsazztul aut onb o| — reanoy 389 9p ou38 ap Opmasap [>P TIPE SFA > spueasuroup se] anb eprpou HUSiULe UD se>UERSUNDA!S 2 feoos uppesuauu8e3, el nb easpxaru ondoonad -ysod aqzaaa wo earxoppr A euopows vuopes wun v sofa] sep A reasopeus reais spond pepren’icap e] (¢002) sauuag opeioydro ty of ou als esa anb seurorooppeuo> omen jeop MC ome, 05 o sepuansBuoou, ap spacn een 2s peppensisep x souueastp A sopepsre sopunu uo une “ope ono Jog "vanaf sepeurunorp 20 9 ap sepraad 8 oenags sis 9p UpDuaR e sespex aopand gb ua a80p9 ap pep | 2p oa susoue> xed ogy 83 sms ua tpen oeauouiBeyy murarixe ap puauedx x vores anb squasaid ugisusuyp vun 9 pepratofqns 9 syu 4 ose9 souad esau09 souoPENaIS 14409 0] 982N90 sa21I9N9 neauouiBeay 2 jgadeozoduy amotio oypnun ered senusry, commanunggs & sis 4m ‘ompyuoo ap sopeueduare ee] ered pea ap sopedsa uaige 2s soppseaut soso U9 ‘sorefns sounS ap TEDOS 1 anb wxaasts ordoud Jap sauorsta) HOS “H eqnsqus Fj ap ¥Iousn7=sUED OWED -noyad opiuasop ey pepyenfisep | s: sioup axtue sepwonsSuoout ‘seafaNs2 S9UIOD9}PENIOD A sewagp sososauine # away ‘saiqod A soo soot A saxgod ‘sonprarp 1 So] © wos pepyensisop ey soon 4 eazi9m Peprgs ap tations pas ot prpjendisap ¥| ap epuariadzo by “pepiancagox eA pep -Tanvouto vy se2psyq sUoISUSLENp Sop ss oxwoD aun peprandlqns E gonad v ovond 99 o73f ns p opue edsuen soe oop fof “easnue A omuanumtams ap souorsenars ofeq vsuDs tuo asresoyruetu & apuop fod og ouuo> Asasoane soundie se101 oYpoy Ley OJ OO ‘PEP mdsas A eyauarapoad ap 2auoad sopon em ads ou 5994 [> tun woasoud yu uauyap ou vA $2[03 $0] ojo 2 A SUURINP S089 2 ue opmounn Jvontdes ragmentadas ‘que es modelada a través de las interacciones y expectativas depositadas sobre el sujeto. De este modo la socislizacién, como educacién y como control social, asegura © al menos provee los fundamentos para la inte- sgracidn social del sujewo (Dubet, 2010). Este mecanismo de integraci6n y orden social, resulta fundamental para entender el proceso de fragmentacién social que nos proponemos analizat, Las dimensiones culturales, sociales y propiamente subjetivas de la desigualdad no son espontineas, azarosas, 0 individualmente crea- das, recreadas porlossujetos en ada situacién o generacién, Tal com expresa Dubet, cualesquiera que sean las posiciones los gustos, olos in- tereses, el individuo hereda de una sociedad, de wna lengua, de una cultu- ra, esquemas corporales que se han hecho suyos sin se, sin embargo, obra suya (2010: 129). Precisamente un paso trascendental en el proceso de transicidn desde la desigualdad a la fragmentacién social es el proceso de internalizacién de las dimensiones culturales, sociales y subjetivas de Ia desigualdad que naturalizan la fragmentacién social. Dicho en otros términos, el desafio que plancea el enfoque que he venido conscrayen- do, consiste en explorar cémo los individaos aprehenden tna sociedad fragmentada como realidad objetiva (y reificada), y cémo, acorde con esa realidad, desatrollan tuna experiencia social que produce y reproduce esa fragmentacién. En nuestra opinién, el proceso de socializacién due rante la nifiez y juventtd resulka capital; una idea que, en parte, debe- ‘para los interesados en la investigacién social, advertia que: toda la relacién entre individuo y sociedad, nunca pod ser com: prendlida mientras, como sucede hoy en dia, la sociedad sea concebida ‘esencialmente como una sociedad de adultos, de individuos"terminados’ unca fueron nifios y nunca morirén. Sélo podrd proyectarse verda- dera luz sobre la relacin entte individuo y sociedad cuando se inchaya en Ia teoria de la sociedad la constante formacién de los individuos dentro de una sociedad, el proceso de individualizacién. La historicidad de cada individualidad, el fendmeno del crecimiento y del hacerse adulto, ocupan tuna posicidn dave en la explicacion de que esla’sociedad! El caricter s0- cial del ser humano sélo podré ser visto en sa toralidad cuando se com- prenda verdaderamente qué significan parael niho pequesiolas relaciones ‘con otras personas (Elias, 2000: 42) 52 Capitals L1Deladesigualdad ala fragimeneacién Paradar cuenta dela transici6n dela desigualdad alla fragmentacién n entender la constante formacién de de formacién. Ambas dimensio dad y [a consteuccién de la persor ‘por diversos autores; sin emba mann, por un lado, y de Mead y Ellas, por otro, nos brindan losinsumos yy heeramientas bésicas para ovientar nuestro andlisis en una y otra di- ‘mensi6n, respectivamente. ‘A pesar de su aparente simplicidad concepeual, Ia socalizacin re- presenta un proceso social complejo, en el cua, simultnea a la interna- lizacién de una realidad, esa misma realidad es consteuida, Desde edad ‘muy temprana,el individuo reconoce y aprehende el mundo que lerodea através de filtro de“otros significances” que fungen como agentes socia- lizadores; ese filera supone la posibilidad de ereaci6n y recreacién de la realidad (condicionada por las caracteristicas sociales y biogréficas de 30s interlocutores) y, al mismo tiempo, la objerivacién de una realidad parcial y relativa, socialmente construida. “Todo individuo nace dentro de wna estructura social objetiva en la cual encuentra alos otros significantes que estén encargados de su socializa- ciény que le son impuestos. Las definieiones que los otros significantes hacen de l situacién del individao le son presenta lidad objetiva, De este modo, nace no slo dentro de una estructuraso- cial objtiva, sino también dentro de un mundo social objetivo. Los otros significances, que mediatizan el mundo para él, lo modifican en el cutso de esa mediatizacién. Seleecionan aspects del mundo segin la posici6n ‘que ocupan dentro dea estructura social y también en vietad de sus idio- sincrasias individuales, bogréficamente arraigadas. Bl mundo socal apa- rece“filtrado” para el incviduo mediante esta doble seleccién (Berger y ‘Luckmann, 1979: 166) En espacios de inclusién desigual (y exclusién reciproca) este pro- «eso por el cual una realidad parcial y relativa se transmit e internaliza como realidad tinica y objetiva resulta dererminante en la consolidacién -yteproduccién de la ragmentacién social. La socializacion delindividuo 58 uo azmosuesn ‘sauauuearsodsas ‘sopeifoyarad sousut A spur souaigf sop jog wpoazzadxa ey ‘sojndeo soauotndis 0] 3p oBre] o[esous2194 p esoudxo9s euossad ef ‘eqesaidxo 0] owio2 puatiadxo | eysuen anb so] wa soped ‘upoeadaoe ap pepisanour] 0 ‘ozeypaa & ugrseqoxde sua9 t| ap S988 & sOpefPpOU! Uos 'somadse sound] rust sod ‘soqnso & ssuopsdonied 9 ‘sapmanse ‘srr “eszoduio> s0] pratiaan{ 4 eiauaasayope “Zour x] szuemmp aiuoweodso Anu oaad ‘wourjut | 2ps9q]“onseps A yepored Anus opezspioua8 oxo un « uoputedsor anb seuosied ap upfoewuoguoo E] ¥ aoupuo> spurns 08 Sao EPH se] 2p fEPO® peprauss ap onraqurpste & eueastp wf & -owoy % Se20xdiax souoysnppx9 A sapenBisop souorsmpUT 9p somxom0 wpe Suauseson -onpiarpur p 2ugos tatsodap pepopos¥] anb seanepodxs A sapmance seso e seasandsas p 02 -anfvo> p ooo aknarasuon as euosied e+ “(¢8I $896I “Pea.),onptatput 20 ap tuosod x] 9p ofjonesop ouayd presed ousmbauaaad A fepuos aseq 2 ‘stiqpped seno uo $9 open 289 up sopmpuy o sopersnyoats sonpratput exo peparsos 0 optp [e21 bj ap uoppezI|eUsDAUE ¥f UOD a1IM20 OU aodap pw astouzenaared A oSont jp ua ‘apap $9 ‘Tea owoD 2A 2s euosiad nf jeno pp ompaut sod A e238 ap oseooad jo uo osydlus owstur20ut jap oanpuiSipered ojdurof> un ‘peayy ered ‘onawpedoutad uos antodap p 4 ont yp omg “uoe000) jp w sepexsodop seatenadxo se] ap atued e pesos odd spa euradwin psp onptasp ‘opiSapp ang ou ‘rzonby ap ovzargd ap v2s ‘spurape TEN? ‘SaPEDOS saUO|TEA ap o1xoaUOD UM UO conapuy ed 2oeu oarowa]gesAgur ONpysEpUl aod ek #2 owor D0 pisoucaas 4 opiqes Sopod ‘6 spur zoure | 9psop 1D9p sg (9S 0002 SPIEL) ,opsEIUS ¥3s9 onpraNpU > ‘nb se] ua ‘opyes ty Onpratput p> anb se] ap sauopepas se] 2p opifon > ugts -ardxo enuanowa ‘odurap owsqur ye ‘onb pp uo 404, oxpepiad ns [eUos -aod syuu 39s ns wadnapsuoo anb sarap re yop so8se A sapepisazau ‘sonoaye ‘souto;so}au09 ‘seapr onptt od seuosiad sez10 to O73 [2, nb epeuas ‘epuansapope ¥]¥ axayoa as seyig anb pp ua afesed un wg TEDOS Luorsoeraaut ey ap romped eppuasadeo vj ap apzed v ugPeziTepos tun ap ‘een ag “pepieas esa oD apuoge senase A 198 ap EUuLIO} eu yore ‘pepyeoa un v2 ssocuioo saqes aqap ‘eu oto> asarmnsuoD exe usiur 2 apusyaide 25 oUto> jse 9 aUIOUDI9p B94 sootinp epunifas ef -ouasuyas9 ayuBo> pepyeas eu nstioa sopuntt Sos 2p aU EPH) “sagopypu09 -mup au anb ey ‘onprarpur pp anb ey us py “soumnqry snsexed pepyeas ry adi Ig}pezIfEID0s F] ap UK s1s9 ofeq eaosind vy ap tp!DeUII0y 9p ~spuco se] us uaureaupaymus evan ‘opezjnsas un so ou ans org “pepyas oA 0 aknapsuoo soqp ap oun epe> (S007. ‘usv0u0.sop as anb sopeste pp sues sos ered eg) aauataeperdyoor ueara A — “pre ns s2 Zon vf ¥ anb ‘omuourepury ns 20> ixa ap oren anb 4 vaugsodurazo> peparsos ey ua aBzaura anb yepos uoroeatiuaBeys ey j2an09 sno} optimus p ‘gp anb oon pp ‘opuntn p owon vzspeusaiur ap oun ouio smrme>yrfys sono sns ap oparhus 56261) wmrunpny & 2i8:0g u29y -daouoo yun smumnse 9p ‘sours -nd oastjaure un ap uproeanafqo A uomezeusaan ef ap een 2s ON woo apand as anb A aasixo “1u9ispx9 [e:>0s peprensisep e] ap peprpunyoad vy reu -iurytp 0 sinpp ap onfopered opesjnsar fp woo *pepyead eno wun, ap EF -uasspo e] opour asa aq] seas | preztpuryoad squowss|qqes9U -aBou1og x] 20d soperrusise ‘sojsedso soaso ua vueadurs pep? apsop Jventudesfragmentades siempre parcial, acotado, y poco abierto a la otredad y la diversidad. Este proceso de socializacién, con escasas experiencias compartidas en espa- ios socialmente heterogéneos, se constituye en otra piedra angi proceso de fragmentacién social, En los siguientes capitulos exploro algunos de los espacios clave en los que transcurre la experiencia biografica de los adolescentes y jéve- nes: la escuela, la ciudad, y el consumo. La hipétesis que me guia s re que en estos tres espacios atravesados y diferenciados por profundas y petsistentes condiciones de desigualdad social, tiene lugar un proceso de socializaci6n que favorece la fragmentacién social, En estos tres espa- cios confluyen las desigualdades estructurales que dan lugar a espac de exclusi6n reciproca ¢ inclusién desigual. En estos mundbos distantes y socialmente homogéneos, nifios y jovenes de las clases populares y pri- vilegiadas, respectivamente, son socializados. En la construccién de la realidad y la persona, que tiene lugar en estos mundos aislados, se ex- presan las dimensiones culturales, sociales y subjetivas de la desigualdad gue orientan la experiencia social de los individuos. La fragmentacién social, trataré de argumentar a lo largo de las paginas siguientes, es re- sultado de este complejo proceso incruscado en la formacién social de los individuos. 56 Capitulo 2 La escuela total y la escuela acotada: construyendo los mundos de la desigualdad Introduccion ise enara de escoger un ema en el cual ia sociedad moderna liber democratic no resulta ria arriesgado sugerie que ese tema es a educacién, Distintas perspectivas teéricas y enfogues sobre politica social encuentran en la educacién las principales causas de la desigualdad y al mismo tiempo depositan en ella las mayores expectativas para su resolucidn. La perspectiva dominante ‘nos ofrece una visién optimist, por momentos ingenua,sugiriendo quela edacacién es la base dela igualdad, o en términos mas especifcos, que alli se fandan los cimiencos de la igualdad de oportunidades, El optimismo reside en que conociendo la respuesta al problema que nos aqueja, solo rnecesitamos mayores y mejores esfuerzos en la direccién correcta: nis educacién. Esra perspectiva dominante sobre la educacién como respuesta a la desigualdad ha tenido y tiene una influenciz sumamente signifcativa en la regién, En el transcurso delas iiltimas décadas y hastala actualidad, el discurso sobre el capital humano es la principal fuente de respuestas alas desigualdades en las oportunidades no solo de los indiviuos, sino inclu- soe los paises: individuos y pafses requieren mis capital humane para competir mejoren los mercados de trabajo y en los mereados internacio- rales, respectivamente, En México, por ejemplo, los catubios introduci- dos en el sistema educativo desde los afios ochenta, a los cuales Latapi serefiere como’el proyecto modernizador’, estuvieron guiados por este principio, concentrando los esfuerzos en Ia ampliacién y extensién de escolaridad. En la actualidad, esea idea sigue tan vigente como entonees 57

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