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ar STOR MIOVIMIENTO \ OBRERO 27 1973 El texto del presente fasciculo ‘Seno Bator de Amérion Let hi cles Seoolen Ventas! Aeon 87, Be. Ares "4 SIG0.Preparado Por Hecho ot deptsito de ey wero aera Eprums on Argentine El asesoramiento general Printed in Argentina estuvo @ cargo de Alberto J. Pid La revisién literaria estuvo Se,tuming de monn on tw ‘Fouts Gritieos Go Sebeelan de 4 68/Q0 de Anibal Ford a fen febrero de 1973 Titulos publicados: 17. La Primera Internacional 48, La Comuna de Paris 1, De los origenes a 1848 49. Sindicalismo y laborismo inglés 2. Artesanos y campesinos en crisis 20. La primera etapa del sindicalismo 3. Manutacturas y rebeliones : en el siglo Xvi 21. La organizacién socialdemédcrata 4. Los destructores de méquinas =, i a a i . La 5. De la Revolucién Francesa a la en Espafia Revolucién de los Iguales 6. El cartismo: Las primeras luchas del movimiento obrero En el préximo numero: 7. Las insurrecciones de Lyon: Vivir trabajando o morir La Segur nda combatiendo 23. Sindicatos por industria | 8. Rusia: Las luchas del populismo [mternacional 9. Reptblica burguesa e é 0 i i Creacién de la internacional | insurreccion obrera E} “millerandismo” 10. La unidad nacional en Italia La actitud de la Internacional 11. Alemania en 1848: revolucion frente ala guerra y contrarrevolucion La bancarrote de fa Internacional | 12. El manifiesto\comunista 13. Mutuales y cooperativas 14. Insurrecci6n en Viena | 15. Los origenes del movimiento j obrero en Espafia | 46. Del Manifiesto Comunista a la | Revolucion Rusa La social- | democracia _ alemana: _ Reforma o revolucion? Juan C. Zeppa Luego de haberse constituido como el partido politico obrero por excelencia, | Ia socialdemocracia | alemana defeccioné paulatinamente de su linea para servir alos intereses i | 1 de los grupos dominantes. Los cambios sociales on fa unificacién de ‘Alemania en 1871 y la creacién del Imperio, bajo la hegemonia y di- reccién del estado prusiano, se ‘consolidé finalmente el estado capitalista aleman. Fue enton- ces cuando se dieron las condi- ciones para un répido ¢ inusita- do desarrollo capitalista. La unificacién de los distintos seetores de la burguesia en tor- no a un estado absolutista y fuerte, suaviz6 las contradiccio- nes entre ellos y le dio a ta bur- guesfa alemana un grado de co- herencia nunca aleanzado hasta entonces. El aparato politico, !e- gal, administrativo y militar se organizé para servir a los inte- reses de quienes lo habian crea- do. La abundante disponibilidad de materias primas industriales, so- bre todo hierro y carbén; ‘una agricultura floreciente sobre ba- aba alimentos 'y materias pri- mas en abundancia; y una gran disponibilidad de mano de obra, proporcionada por una poblacién numerosa y on répido crecimten- to, constituyeron las bases ma- teriales que permitieron una gran expansién do la produc- Hacia la novena década det siglo pasado se desarrollé, en escala ‘cada vez mayor. la produccién de ‘maquinarias, lo cual, ademds do incentivar las otras amas de la produccién, proporcion6 los ele- mentos para un gran avance tec- nolégico. En situacién tan favorable le acumulacién de capital alcanzé niveles.sorprendentes y ef Im- perio alemdn llegé a ser, hacia fines de siglo, una de las’poten- clas més importantes del mun- do, Un vasto mercado interno, cada vez més amplio y con mayor poder de compra, permitid la colocacién de las mercancias producidas, mientras fuertes aranceles aduaneros defendian @ la agricultura y a la industria alemanas de la competencia ex- tranjera. Por otra parte, manu- facturas alomenas comenzaron a invadir mercados extranjeros, apoyadas por un excelente apa- rato comercial y financiero. EI afianzamiento de la industria alemana en los mercados inter- nacionales fue cada vez més amplio. En el periodo compren- dido entre 1890 y 1914 las ma- nufacturas alemanas legaron a Jos mercados de Inglaterra y Ru- sia, luego @ Espafa, Austria, los Baleanes y finalmente a Améri- ca del Sur, Lejano Oriente y Africa. Pero paralelamente a esta expan- sién se iba operando, un fend- meno que ya Marx habia expli- cado tedrica e histéricamente varias décadas atrés: el desarro- Uo capitalista. provocé la con- centracién de la produccién, es- ta concentracién dio origen a los, monopolios. En efecto, el desa- rrollo capitalista aleman no fue tuna excepcién. Una fuerte con- centracién del capital y ta mo- nopolizacién de los distintos sec- tores de la produccién acom- pafieron a la expansién que estamos analizando. La concen tracién también se fue operando en el capital bancario ‘dando lugar a le monopolizecién del mismo y al desarrollo do una olt- garquie. financiera. Estas. caracteristicas del desa- rrollo capitalista alemén deter- minaron, tal como habla sucedi- do ya en otras potencias capita- listas Inglaterra, Francia y Rusia, la necesidad de una politica im- perialista. Los nuevos mercados, sobre todos los coloniales, se buscaron no solamente para co- locar mercancias 0 como fuentes, de materiss primas baratas, sino también para colocar los’ “so- brantes” de capitales. La politica de expansién impe- vialista de Alemania comenz6 a rendir sus frutos. En pocos afios Alemania anexé nuevos territo- los en Africa, comenz6 a ejer- cer influencia comercial en Chi- na —imposible de colonizar en ese momento puesto que en ella estaban centrados los intereses de todas las potencias imperia- 353 listas—, cred vias de penetra- 1890, cobraron una importancia in comercial en Turqula —con fundamental en la politica inter Puerto de Hamburgo rspectivas de extenderlas a na y externa. Por otra parte ol oe fe . tina buena porcion del territorio proveso de desarrollo capiatista Aacia fines de siglo de Asia— y colocé fuertes em- increment6 en grandes propor- é Fost toni le Satins nda patado. En esa poce ‘esto le dio grandes posibilidades proletariado, que, a partir de de penetracién comercial. 1890, aumenté su ya importante las manufacturas En el curso del perfodo mencio- —influencia, alemanas comenzeron nado Alemania ilegé a ser la EI crecimiento capitalista ale- segunda potencia imperialista man imprimié nueva fuerza 'so- @ buscar nuevos mundial, después de Inglaterra, cial al proletariado. que, hasta | nero a primara en cuanto a su ese momento, se hallaba polit mercados, apoyadas | desarrollo interno y en cuanto camente amordazado, con un par- | al crecimiento de su comercio ido sumergido en la llegalidad por un excelente exterior. sufriendo e| peso de la repre- . El chogue con tas otras poten. Sién en sus organizaciones. A @parato comercial cias resulté inevitable. En un posar de esto, la mayor parte y financiero mundo ya repartigo Ie expansin del proletariado slomén estaba y : alemana sdlo podia llevarse a nucleada y representada por el ibn orebetente @ los domée Partco ‘Soci! Demsorte ale. El avance de la paises centrales territorios ya man, el cual, on esa époce. y por industria alemana dominados por ellos. El enfren- varios afios, fue el partido mas tamiento se da principalments importante de clase obrera. Nin- en Log mercados con Inglaterra: en el curso de los _giin partido proletario del mundo | fe afios que van desde principios Ilegaba a igualar la fuerza y '@ internacionales fue del siglo hasta 1914 ambos pal- organizacién del PS.D.A. dees ‘ses estuvieron varias veces af Le contradiccién entre fuerzas vertiginoso. te situaciones préximas a la gue- sociales antagénicas —burgue- rra, la que por fin terminé de- sia y proletariado— se acentéa sencadenéndose. El imperialis- mas aceleradamente en la base mo, como una fase particular del econémica de la sociedad capi- desarrollo capitalista, mostré en- talista alemana. Pero las expre- tonces su inevitable cardcter siones politicas 6 ideoldgicas no violento, esta vez en una scala responden siempre inmediata- mucho mayor que las ante- mente a los cambios en la base. riores. En el curso de los veinticinco afios que van de'4890 hasta la ini- ciacién de la guerra nos encon- Les cambios sociales tramos con el siguiente hecho: el ——_—_—_ P.S.D.A. hasta 1890 marché bajo jas banderas del marxismo revo- as profundas trans- luclonarlo, pero, a partir de en- | formaciones ope- tones, en lugar de enfrentar con d radas en la base més fuerza a la burguesia, co- ‘econémica de la $0- menzé a acercarse a ella. clodad alemana en La aparicion y arraigo de las ten- el curso de los veinticinco afios dencias reformistas y revisionis- anteriores a la guerra estuviéron tas tuvo cada vez més peso en al acompafiadas de cambios sustan- aparato partidario. E! apoyo a la clales en el émbito social inter- politica imperialista o la critica no. El proceso de crecimiento {iviana a esta, hecha por los lide- Industrial y fa expansion impe- res del partido, pasé a ser, hacia tlalista provocaron dos modifica- fines de siglo, una de sus tonicas ciones fundamentales en el pa fundamentales. Finalmente, la norama politico-social alemén. — aparicién de tendencias soctal- Por un lado, fortalecieron a la chovinistas, bajo la forma de na- burguesia industrial y financie- cionalismo, lleva al partido 2-apo- ra, permitiéndole aumentar su yar en el parlamento el otorga- poder politico sobre el estado.La miento de los créditos de gue- politica de Guillermo lt muestra _rra y ponerse asi del lado de la cémo estos sectores, a partir de _ burguesia imperialista en una de 355 La concentracién de la produccién y los monopolios en Alemania En Alemania por ejemplo, de cada mil empresas industriales, en 1882, tres eran empresas grandes, es decir, que contaban con mas de 50 ‘obreros; en 1695, seis, y en 1907, nuove. De cada cien obreros, les Correspondian, respeetivamente, 22, 80 y 87. Pero la eoncentracién de Ia prostceidn es mucho més intense que la de los obreros pues el tra~ bajo en las grandes empresas es mucho mas productive, como lo indican los datos relativos a las enaquinas de vapor y a los motores eléctrices. Si tomamos Io que en Alemania se Tlama industria en el sentido amplio de esta pelabra, es decir, incluyendo el comercio, las vias de ecomuni- ‘cacién, ete, obtendremos el cuadro siguiente: grandes empresas, 30.588 Sobre tm total de 5.265.623, es decir, el 0,9. Ein elas eatin emplea- dos 5,7 millones de obreros sobre un total de 14,4 millones, es decir el 39.4% caballos de fuerza de vapor, 6,6 millones sobre 8,8, es deci 1 75,3%; de fuerza eléotrica, 12 suliones de kilovatios sobre 1,5 millo- pes © sea el 77,2. [...] En 1907 habia en Alemania 586 estableck Imientos que contaban con mil obreros y més, A esos establectmientos correspondia casi Ia décima parte (1,88 millones) del nimero total de Obreras y casi e} tercio (32%) del total de la fuerza eléctrica y de Vapor. El capital monetario y los beneos, como veremos, hacen todavia, ‘mis aplastante este predominio de un pufado de grandes empresas, ¥ decimos aplastante en el sentido mds literal de Ia palabra, es decir, {ue millones de pequefios, medianos o incluso una parte de los grandes “patranos” se hallan de hecho completamente sometidos a unos pocos ccentenates do financferos. millonarios (Lenin, “EL imperialismo, fase superior del capitaliseno”, en Obras esco- ides, Buenos “Aires, Editorial Cartago, 1965, tomo TIL.) Exportacién de Alemania (en millones de marcos) (A os paises fnancteramente dependientes de Alemania) PAISES 1880 1908 Aumeto Rumania 482, 708 as Portugal 190 338 13 Argentine 7 ur0 Bs Basil 487 845 135 Chile 283. a4 85% Torquia 289 40 14s TOTAL was ws oe (A los paises finaneloramente independlentes de Alemania) PAISES 1880 1908, ‘Avmento Gran Bretasa, e518 9074 532 Francia 2102 73 108 Belgica 1872 S28 1355 Suiza 17% 4011 1ats India Holendesa 88 407 3635 Auselia a2 a5, 205% Austraia 4 363% ‘TOTAL 12086 Ree ae (Cvadros estadisticed citados en Lenin, en Et tmperialimmo, fose superior del capitalism, Buenos Alves, Sociedad Balitora Latinoamericana, 1846.) 356 las mayores aventuras bélicas que conoce la humanidad Es fécil, con estos datos, con- testar a la pregunta acerca de ‘c6mo pudo la burguesia imperia- lista alemana Hovar adelante su politica de expansién hasta de- sencadenar una guerra mundial a pesar de la existencia en Alema nia del partido de clase obrera més fuerte y organizado dei mun- do. Lo que no resulta tan facil do responder es como el P.S.D.A fue llevado por sus lideres a apo- yar la politica de su enemigo de clase y por qué en su evolucién histérica el partido Hega a esta situacién. La socialdemocracia en 1890 a importancia que cobro el PS.DA. como consecuen- cia de la unifica: cién de los grupos marxistes y lassalleanos —que on 1875 se unieron bajo el pro grama de Gotha—, asi como el répido crecimiento experimenta- do por el mismo en el curso de pocos afios, levaron a Bismarck a tomar medidas drdsticas con tra los socialistas. En 1878 el canciller consiguié que el Reichstag aprobara las Leyes de Excepcién contra el P.S.D.A. A partir de ese momen- to una fuerte ropresién cayé sobre toda manifestacién politi- a socialista. Se clausuraron los periddicos del partido, sus lide- res fueron obligados a exiliarse y se reprimié con la policia to- do tipo de reunién. La socialde- ‘mocracia quedé condenada casi totalmente a la ilegalidad. Casi pues se le permitié seaulr parti: cipando en las elecciones del Reichstag. Esto iiltimo fue el barémetro que mareé el fracaso de la politica represiva: durante la vigencia de as Leyes de Excepcién el parti do habia aumentado cinco veces su masa electoral Guillermo Il, quien en 1890 asu- mi6 el poder traté de no cometer el mismo error. Ocho meses an Obreros de las fabricas Krupp. La abundante disponibilidad de materias primas y de mano de obra constituyeron las bases materiales que permitirian a Alemania una gran expansién de 4 [a produccién. ) Paralelamente, el { avance tecnolégico y la acumulacion de capital alcanzaron niveles sorprendentes. 337, | La floreciente economia alemana empujé al pais a una politica de expansion imperialista. | En pocos afios creo vias de penetracién comercial en Turquia y en América Latina, ejercié una fuerte influencia en China y colonizé dreas africanas. En la fotografia: Fancionarios coloniales alemanes en Togo, 1902. 358 tes de la expiracién de las Leyes de Excepcién consiguié que el Reichstag las derogara, al tiem- po que hacia difundir su interés de defender a los trabajadores. ‘Ademés, haciendo suya.una ini- ciativa del gobierno suizo, con ‘vooé a las principales potencias industriales europeas a una reu- nign internacional en Berlin pa- ra tratar la protecetén del traba- jedor. No era para menos: en marzo de 1990 iban a celebrarse nueva- mente elecciones. Fue precisa mente en ellas cuando el parti- do duplicé la cantidad de votos fograda en 1887. Engels, en 1895, poco antes de su muerte, comentaba este cre- cimiento con las siguientes pa- labras: “Gracias a la inteligencia con que fos obreros alemanes supieron utilizar el sufragio unt versal, implantado en 1866, of crecimiento del partido aparece en cifras Indiscutibles a los ojos del mundo entero. En 1871, 102.000 vatos socialdemécratas; 1874, 372.000; 1877, 493.000. Lue- go vino el reconocimiento de es- tos altos progresos por la auto- ridad: la fey contra fos socialis- tas; ol partido fue momenténea- mente destrozado y, en 1881, el nGmeros de votos descendié a 312,000. Pero se sobrepuso, y bajo el peso de fa Ley de Excep- cién, sin pronsa, sin una organi zacién legal, sin derecho a as0- ciacion y de rounién, fue cuando ‘comenz6 verdaderamente a di- fundirse con rapidez: 1884: ‘550,000 votos; 1887: 763.000; 1990: 1.427.000. Erfurt: gun programa marxista? | crecionte avance del proletariado atemorizabaa la burguesia alemana. Para explicar este ‘temor quizés sea ati! preguntar- nos cémo se expresaba la ideo- logia del partido a través de sus distintas manifestaciones y cué- les eran sus propuestas de ac- cién para ejercitar esa ideologia. Hasta 1890 ol partido seguia con los lineamientos establecidos en fl Programa de Gotha de 1875. ta ilegalidad on que habia esta- do sumido, como consecuencia de las Leyes de Excepcién, no permitié la realizacién de otro Gongreso en esos altos. El Pro- rama de Gotha, aunque dura. mente eriticado por Marx a ralz de la influencia de los lassallea- 10s, expresaba Ia ideologia cla- sta y revolucionaria del prole- tarlado alemén, Recién en 1891 cl partido pudo celebrar en Erfurt lun nuevo congreso, gracias a Ta legalidad que le conforia el le- vantamiento de las leyes anti socialistas. En ef Programa do Erfurt se tu vieron muy en cuenta las obser- vaciones hechas por Marx en su Critica al Programa de Gotha y el partido conté con un programa ‘que seguia los lineamientos mar- xistas, aunque con las limitacio- nes fundamentales que sefiala- remos mas adelante. En el Programa se decia: “Sélo {a transformacién de la prople- dad privada capitalista de los medios de produccién: las tie- tras, las minas, las materias pri- mas, las herramientas, las ma ‘quinas y los medios de transpor- te, on propiedad colectiva, y lo transformacién de la produccién de morcancfas para la venta en tuna produccién socialista admi- nistrada para y por la sociedad, puede dar por resultado la indus tria en gran escala y que el con tinuo aumento de ia capacidad productora del trabajo social se transforme, de una causa de mi- seria y de opresién para las cla ses ahora explotadas, en fuente de mayor bienestar”. El Progra: ma expresaba también una pers: pectiva independiente para la clase obrera: “Todas las demés clases, a pesar de sus intereses mutuamente contrarios, siguen luchando por la propiedad priva da de los medios de produecién” y luego afirmaba: “no se pued® realizar el paso de tos medios de produccién a la propiedad colec- {iva sin conseguir ol poder poll: tico”. También se reafirmaban los principios internacionalistas: ‘fos intereses de la clase obr= El Partido Socialdemécrata fue, hacia 1880, la expresion politica de la clase obrera alemana. Si bien Bismarck —en la ilustracién superior— consiguié en 1878 que el Reichstag aprobara las Leyes de Excepcién contra los socialdemécratas, el rey Guillermo II —a quien se ve en el grabado inferior— las hizo derogar. 360 ra gon los mismos en todos los paises que tienen métodos capi- talistas de produccién [...] El P.S.D.A. se siento y se proolama unido con tos obreros, con con- ciencia de clase, de todos los mas paises”. Pero junto a esto, el Programa tenia dos omisiones fundamen- tales: no decia absolutamente nada sobre el cardcter violento de la revolucién socialista ni s0- bre el cardcter del estado. Estas omnisiones pasarian a cobrar, po- co tiempo después, una impor- tancia decisiva en la accién del partido @ irfan minando su base ideologica, La omisién del Programa de Er- furt acerca de la lucha revolucio- naria permiti6 que de alli en ado- ante el partido pusiera todo el énfasis en la lucha electoral. El sentido que para Marx y Engels tenia la accién electoral era el de ser un frente mas de lucha Su objetivo era ir ganando el apo- yo de las masas y también puos- tos de lucha dentro del estado burgués, ir deteriorando en to- dos los frentes posibles ol poder de opresiGn del estado y, de es- ta manera, facilitar el golpe de- finitivo, revoluctonario, contra la burguesfa. Pero esto no quiere decir que, para Marx y Engels, la lucha electoral debiera ser’ fa tinica manera de lucha. Por lo contrario, consideraban que de- bia estar supeditada a la estrate- gia revolucionaria. La socialdemocracia centré -des- do su vuolta a la logalidad, toda ‘su accidn en la busqueda de vo- tos, y para ello en la capitalize- ‘i6n de sectores pequefioburgue- ses, intelectuales “cultos”, etc., a quienes, para satisfacer sus perspectivas y atraor répidiynen- te, era necesario no explicitar- les demasiado el contenido re- volucionario y clasista del par- tido. Y, al no explicar el sentido revolucionario de cada accién préctica, el partido cafa on ol oportunismo, lo que significaba, por otra parte, el arraigo de las corrientes reformistas dentro dal mismo. Con respecto a la segunda do les omisiones mencionadas del Programa de Erfurt —sobre el ca- La critica de Engels al Programa de Erfurt Las demandas politieas del proyecto tenen un gran defecto: lo ave realmente debiera deetrse no figura [a saber, la acti frente al ete, do.--]. Pero mencionarl es peligrso. Y, sit embargo, de una manent 0 de oiza es preciso tratar ef asinto”[..} Cun necsario es esto lo emuestran precisamente en este momento Tas vias que esté haciendo el oportunismo en un gram sector de la prensa socaldemocrata. Por temor a una reedieiin de la Ley Antisocitlista, y en acuerdo de toda clase de manifestacones prematuras que se soltaron durante la vigencia {de esa ley, la actual poscion legal del Partido en Alemania ex coeide: vada ahora, de pronto, como suficiente para la obtencion de todes las demandas del Partido’ por medios paciicos. La gente quiere conven. cerse st misina y al Partido de que la “sociedad actual ovelucioneré hacia el socialism”, sin preguntarse si para esto no es igualmente nece- sario que Ta sociedad salga de s1 viet consituclon y se desprenda de su vieja caparazén con la misma violencia con que el cangrejo s0 dey prende de la suya; como sl en el caso de la sotiedad slemana no tr Vera, que destrue por aniadidura las eadenas del regimen politico toda. vin semiabsolutistay para peor indescrptblemente oonfuso, [---] Se han puesto en primer plano evestiones generles y abstracts, ccaltin dose’ as los problemas inmadiatos y concretos, les, problemas. que se presentan en la orden del dia en lt primeros grandes acortecfentes fue se produzean, en la primera crisis polten. Lo que puede resultst de'esto es que en el momento decisive el Partido se quede repeating mente sin gula, que reinen le falta de clardad y la desunign en los Dpntos mis decisivos debido'a que esos puntos nunca shan discutido, {..-] Bate olvido’ de los prinepeles puntos de vista en interes de las Cueitiones momentineas del dia, este luchar y tender al éxto momen. tineo sin consideracion de las consecucncias posterores, esto saerficlo el futuro del movimiento 2 su presente, puete ser de Intencion “he, nesta”, pero es oportunsmn, él oportinismo “honesto™ es quid el tds peligro de todos. (.-]‘Sialgo es seguro es que nuestro Partido y Ia clase cbrera sélo pueden aleanzar el ‘poder bajo ia forma, de Ie fepiibliea democritiea, ‘Esta es incluso la forma especitica de la dita. Gite dl prliaedo, como yx fo motare In gran Reveuién Far De todas estas coss, no muchas pueden ponerse en el programa, Las menciono prineipalmente para carcteiza las condiciones exstentos en ‘Alemania, en Tat cuales no conviene decir tales coss, y el autoengate ule ecu i msn de ea concones ln soded comonista por medios legales, Adeinés as menciono para recordar al Ejecutivo del Partido que hay otras cuestiones polities de importancla audemis do ia “Tegislaclén directa por el pueblo” y de le “administra cig gratuita de la justci”s sin estas terminareinos por marcha de todos modos. En medio de la inseguridad general ests cuestiones pueden volverse candentes cuslquier dia, y gque habra de cur si ‘o las hemos diseutido y si no hemos legado & un acuerdo sobre ella? ‘A pesar de extaserlicas de Engels al proyecto, en el programa definitive 10 se les prestésuflelente consideracion, sobre todo en lo que concieme ais cuestioner fondamentes, El problena del lado no oe for (Eon Corespondencia Marz-Engels, Buenos Aires, Editorial Cartago.) 361 Federico Engels hizo una clara critica del Programa de Erfurt, marcando las importantes omisiones que en éste se observaban. 362 récter del estado— los hechos ‘sucedidos con posteriorided de- mostraron que no fue casual. Tanto en los posteriores congre- sos del partido, como en las ideas de fos dirigentes reformis- tas, of ostado aparece como un érgano de conciliacién de clases. Para Marx y Engels era procisa- mente lo contrario: un érgano de dominacién de clase, de opresién de una clase sobre otra. Com lo oxpresé posteriormente Leni en El Estado y la Revolucion: “El estado surge en el sitio, en of momento y en el grado en que as contradicciones de clase no pueden, objetivamente, conciliar- se. Y vicoversa: la existencia del estado demuestra que las contradicciones de clase son irreconciliables”. (El subrayado es nuestro}. Et estado burgués, segén Engels, no se extingue sino que es des- ‘ruido por el profetariado. Pero para las corrientes refor- mistas del partido el estado bur- ‘gués estaba Ilamado a oxtingulr- se, 0s decir, a ir diluyéndose paulatinamente, lo que implicaba a nocién de cambio lento, gra- dual, paulatino, logrado a partir de las reformas y mejores que ‘el proletariado podria ir consi- guiendo a través de sus luchas. Es precisamente esta concep- cién acerca del carécter del es- tado, de su carécter de concilia- dor de clases, trafda de la meno por el reformismo al seno del partido; lo que llevé a ta social- domocracia a ponerse del lado de la burguesia. Al no ver en el estado burgués un instrumento de la clase dominante lo apoy6, y apoyar al estado burgués en ‘ese momento significaba apoyar a la burguesfa en su politica de expansién imperialista. Al decir de Lenin, “esta corriente (social- chovinismo), soctalismo de pala- bra y chovinismo de hecho, se distingue por la adaptacién vil y lacaya de los jofes del socialis- mo no sélo a los intereses de su burguesia nacional sino precisa- mente a los de su estado”. _ Una idea de la fuerza que esta- ban tomando estas tendencias a da el siguiente hecho: en oca- sién de publicarse en 1895 una nueva edicién det libro de Marx ta lucha de clases en Francia de 1848 a 1850, Engels comenta en un extenso ‘prélogo la situacién del P.S.D.A. on ese momento y hace algunas consideraciones es- tratégicas sobre la lucha revolu- cionaria del proletariado aleman. El folleto es editado por W. Liebk- recht en el Vorwéirts, Srgano cen tral det partido, con’tales reduc- ciones que el mismo Engels ex- presaria {uego en una carta a Kautzky de abril de 1895: “Hoy he visto en Vorwarts un extrac: to de mi Introduccién, publicado sin mi consentimiento y arregla: do de tal modo que aperezco co- mo un pacifico orador de la lega- {idad a toda costa. Razén de més para que deseo ver publicada in- tegramente la introduccién en Neue Zeit [periédico dirigido por Kautzky] a fin de que se disipe esta bochornosa_impresién" Kautzky tampoco publicé la’ In- wroduccién de Engels. Controversia niste: reforma o revolucién ‘eamos ahora cémo surge y se atraiga el reformismo en el partido y cusles fueron las razones histéricas que engendraron ese fenémeno. ‘A fines del siglo XIX y principios del actual ef reformismo tomé cuerpo a través del movimiento liderado por Eduardo Bernstein. Desde el congroso de Erfurt el movimiento reformista no dejé de crecer y consolidarse. Fue alli donde tuvo sus primeras expresiones a través de Voll- mar, dirigente socialdemécrata de Baviera. Vollmar se manifes- +46 partidario de centrar la accién del partido en reformas econé- micas y en programas ajustados a las condiciones inmediatas. Esta postura fue criticada por Bebel, viejo lider del partido, quion’sefialé que si se adoptaba la posicién de Vollmar nada po- dria salvar al partido de degene- rar en un mero oportunismo. En el congreso del afio siguiente sha: Varias fi Vollmar volvié el ataque, ahora socialistes 0 de apoyar mejoras Arriba: Varias figuras (on'ia cuostion del estado. tn para los obroros. Ante esta 7 i fendia toda empliacién o exten: tuacién, el congreso del part de gran importancia Sin" la actividad del estado do (Hamburgo, 1897) establect6 en la politica burgués como una medida de que “estaban prohibidos toda ae lo que él llamaba “socialismo de clase de acuerdos o allanzas con alemana. De izquierda, estado". En esta ocasién fue W. otros partidos”, aunque al afio ‘ bknecht quien efectué la cri- siguiente, on ‘Stuttgart, tales aderecha: Ferdinand ‘ica: "Cuando el estado existen- acuerdos fueron _permitidos te se encarge de algo no cambia ‘siempre que tos candidatos de y Frieda Simon, ‘su naturaleza, Ocupa el lugar del fos partidos burgueses se obli- . . patrono de una empresa priva- garan a defender el sufragio uni- Clara Zetkin, Federico Ga: tos obreros no mejoran nada, versal y a votar en contra de . fl estado refuerza su poder y su cuialquier ley reprosiva que pu Engels y Julie Bebel. —capacidad para la opresi6n",Po- diera proponerse' a co tiempo después, en el Con En 1899 aparecié el libro de Abajo: Augusto greso de Breslau de 1895, el mis- Bernstein Las premisas del so- mo W. Liebknecht volveria sobre cialismo y los problemas de la i Bebel en una foto {8 pason con respect @ esta soceldemocraca nol aus, Concepeidn, acercandose a la autor proponfa una ravisién de 1865. Junto posicién ge Volimar. Esta situa teorfa marxista. Es @ partir de . cidn se repitié varias veces: las ese momento que el “revisionis- a W. Liebknecht tuvo triticas al reformismo se tradu. imo” se convierte on [a oxpos a su cargo la cian, al poco tiempo, en propues- cidn autorizada de la corriente ah : tas précticas similares a las orl- reformista. critica del partido al _ticades. ‘ Bernstein sostenia que las con- Eee Todo esto era un signo més de tradicciones del capitalismo en revisionismo en el cudn diluida se encontraba la lugar de ir acentuandose con su Ps perspectiva revolucionaria del desarrollo —como lo habia ex- Congreso de Litbeck partido en el marco de la lucha presado Merx se tban atenuan- 1901 electoral, Ya en 1891 W. Liebk- do. Tanto el carécter andrquico en * necht expresaba: “Si tuviéramos de la produccién capitalista eo- tantos votos y tanta fuerza como mo las grandes crisis Irian desa- tienen los partidos burgueses, el pareclendo paulatinamente a m- | Riichstag serie para nosotros . dida que avanzaba el proceso do tan poco infructuoso como lo es concentracién de capital y fue para ellos [...] Decir esto no es ran apareciendo los monopolios sostener que todo problema pue- en los que Bernstein vefa un pro- de sor resuelto por la legislacién, ceso de socializacién de la pro- pero que alguien me ensefie otro duccién. En sintesis, sostenta amino [...] la esencia del ro- que el capitalism iba evolucio volucionarismo esté, no en los nando lentamente hacia ol soci medios, sino en el fin”. El fin lismo. para Liebknecht segufa siendo la En este contexto teérico la ac: toma del poder por el proletaria- cién politica de la clase obrera do, aunque no expresase cémo. debja estar encaminada a la con- \ Si bien para algunos dirigentes secucién de mejoras y reformas vi cl contenido de la lucha electo- que aceleraran el trénsito. La # ral era el expresadoporW.Liebk- socialdemocracia no debia encs echt, nada garantizaba que fue- ininarse en su accién a la toma ra el mismo para todo el partido, del poder politico del estado, si- ‘ni mucho menos para los jefes no a elevar la situacion de la cla- \ reformistas como Vollmar, Schip- se trabajadora y a implantar el pel, Berstein, Haine, ete. socialismo mediante una amplia- Esta situacién se comprobé po- cién progresiva del control so 60 tiempo después cuando en al- obrero. ‘unos estados los dirigentes so- Plantear. como lo hacfa Berns: cialdemécratas se unieron en |as_ tein, a través de la imposibilidad elecciones con los partidos bur- del derrumbe capitalista, la no ‘queses a cambio de la promesa _necesidad de la rovolucion so- | de estos tltimos de votar en con- cialista significaba convertir a tra de cualquier ley contra los {a teoria marxista, de una teorla 364 Gaillermo II en ana ceremonia oficial. La politica de expansién de Alemania produjo fricciones entre este pais e Inglaterra, virtual dominadora de los mercados externos, fricciones que encaminaron el conflicto interimperialista hacia la guerra total. 366 revolucionaria, en un mero evo- lucionismo, Esto era demasiado para los lideres del partido, qule- nes, si bien venian haciendo ca- da vez més concesiones al opw tunismo reformista, no podian aceptar conceptos ya rebatidos varias décadas atrés por Marx. A pesar de que en la practica el partido no accionaba en forma muy diferente a la propuesta por el revisionismo, tedricamente su objetivo final era alcanzar el es tado socialista. Bernstein afir- maba, por el contrario: cl fin, sea cual fuere, no es nada; ‘el movimiento lo es todo”. El objetivo final, contestaba Rosa Luxemburgo a los revisionistas, “es precisamente.lo tinico con- creto que establece diferencias entre el movimiento socialdems- rata, por un lado, y la democra- cia burguesa:y el radicalismo ‘burgués por el otro; y como ello es lo que hace que todo el mo- vimiento obrero, de una cémoda tarea de remendén, encaminada a la salvacion del orden capitalis- ta, se convierta en una lucha de clase contra ese orden, buscan- do la anulacisn de este orden, el dilema de Reforma o Revolucién es, al mismo tiempo, para la so- cialdemocracia el de “ser 0 no ser”. Quien asi se expresaba no era una de las voces oficiales del partido sino una joven mili- tante que en ese momento lide- raba una fraccién de izquierda dentro de la socialdemocracia. La critica oficial del partido al re- visionismo estuvo a cargo de W. Liebknecht y Agusto Bebel, quie- ron derrotarlo en el Congreso de Libeck en 1901 Aunque Bernstein declaré que no tba a renunciar a sus ideas, el partido'no lo expulsé de su seno. Por el contrario, poco tiempo después, con la ayuda de quie- nes habian estado frente a él en la controversia, fue elegido ‘como representante de la social- democracia para las elecciones de! Reichstag. La conduccién del partido, lejos de desenterrar al revisionismo, seguia aceradndose a sus pro- puestas. Pero cudles fueron las causas materiales que operaron sobre el proletariado aleman y su partido para que se arraigaran en su seno las tendencias revi- sionistas? ,Cudles fueron las ra- zones para que el revisionismo arrastrara al partido en su con- junto? El revisionismo y la expansién imperialista ice Rosa Luxem- fourgo en Reforma 0 revolucién: "La co- rriente oportunista tedricamente for- mulada por Bernstein no es otra cosa que una oculte tendencia a asegurar en el partido la supre- macia de los advenedizos ele- mentos pequefio-burgueses, pr tendiendo amoldar a sus espir tus la prdctica y los fines del par- tldo”. Rosa Luxemburgo ve la base del oportunismo en la inge- rencia en el partido de elementos pequefto-burgueses. Ahora bien: qué factores impuisaron el cre- cimiento de la ideologia pequs- fio burguesa en el seno del par- ido? Uno de los fendmenos provo- ‘cados por el imperialismo es pro- ducir un aflojamiento momenté- neo de las. condiciones en que se desarrolla la lucha de clases. Gon el imperialismo tiende a in- tensificarse, en el pais imperia- lista, la lucha econémica en to- das’ sus manifestaciones, pero la lucha politica tiende a diluirse ‘en el contenido de esa lucha eco- némica. Los altos beneficios mo- nopolistas obtenidos por la cla: se capitalista permiten a ésta afrontar las demandas por mo- yores salarios con un margen mayor de maniobra que el habl- tual, lo que impulsa de por si a la negociacién. Crece la necesidad de obreros especializados por parte de fas empresas monopo- listas relacionadas més directa. mente con la expansién imperia~ lista; aparece, con el imperialfs- mo, una categoria especial de obreros: la que Lenin Hlamé la “aristocracia obrera”. Dice Lenin en EI imperialismo fa 367 En visperas de la guerra se realiza una importante movilizacién socialdemécrata. La especial situacton que se vivia en Alemania hizo que el proceso de lucha de clases se aflojara momentdneamente. Fueron muchos los dirigentes obreros que se volcaron al oportunismo, compartiendo la éptica de las clases dominantes y exacerbando los sentimientos chovinistas. 368 El sufragio universal: un arma més de lucha BE primer gran servicio que los obreres alemanes prestaron a st exusa Coowislo of el mero hecho de su existencia como Partido Socalisa, Ghe superaba a todes en fuerz2, en disciplina y en rapidex de cred Menton Pero ademés prestaron otro: soministrar « sus camaradas de Todos fos. paises un atmna nueva, ua de les mis afiladss, al hacerles wer ebimo se utliza el suftagio ‘universal. [...] Cuando Birmarck se Vio obligado introducir el. sufragio universal como tinieo medio de Jnteresat's las masas del pueblo por sus planes, nuestios obreros toma: vn inmediatemente ia cosa en serio. y enviaron a Augusto Bebel al primer Reichstag Consttayente. [.-.] Con la agitaciin electoral nos Parntaninistradovun medio tinleo para entrar en contacto con las masas Sa pueblo all donde estin todavia lejos de nosotros. [...] Con este Shick Cmplen del sufragio universal entraba en accidn un método de ftcha del proletariado totalmente nuevo, método de lucha que se Higulé desarollando rapidamente, [...] Quire decir esto que en él Futuro los combates callejeros no vayan a desempefisr ya papel alguno? Nada de'eso, Quiete decir inicamente que, desde 1648, las condicio- hes se han hecho mucho més desfavorables para los combstientes civiles J mucho més ventajosas para las tropes. [-..]

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