George M. Foster
~Qué es la cultura folk?
ante la generacién pasada los antropdélogos extendie-
-grandemente su campo de trabajo; cesde las socieda
.tribales, primitivas, 4 unidades sociales mayores, con
as de vida m&s complejas, con origenes histéricos
‘ecomplicados y con mejor documentacién histérica. Es-
_estudios, llamados comtinmente “de comunidad”, se
desarrollado en lugares tan diversos como México, Pert,
I, Irlanda, China, Japén e India. La caracterfstica super-
ficial de estas comunidades es que no son “primitivas” en
I sentido usual de la palabra; pero tampoco son “civiliza-
das”, en 2! sentido de estar integradas a las culturas in-
@ustriales modernas.
= A-primera vista, aparecen distribuidas en diversos inter-
yalos a lo largo del camino que lleva de la sociedad tribal
‘ala sociedad urbana moderna. La feliz expresién de Red-
field, cultura folk, para designar un tipo ideal opuesto a la
yida de ciudad, atrajo la atencién de los antropdélogos que
necesitaben un término conveniente para designar la forma
de cultura que estaban estudiando. Algunos antropdlogos
han tendido a usar los términos de cultura folk y sociedad
folk en sentido de culturas no primitivas, pero relativa-
mente simples, que estén siendo modificadas répidamente
por el creciente contacto con la civilizacién industrial.
En esta ocasién, el autor desea discutir cudles parecen
ser los supuestos basicos de la hipétesis de Redfield; indi-
car las limitaciones aparentes de su enfoque, y sugerir un
concepto alternativo de la cultura folk, que parece corres-
ponder mejor a los hechos de las\sociedades reales des-
critas por los antropdlogos. Al mismo tiempo, desea pre-
sentar un cuadro de referencia tedrico, dentro del cual
pueda discutirse un cierto nGmero de problemas culturales
de cardcter general.
El.enfoque de Redfield de la cultura folk es a la vez empi-
rico y racional o Iégico. Como un buen investigador de
campo, formado en el pensamiento inductivo tradicional de
la antropologia norteamericana, reconoce que la teorfa cul-
tural debe basarse en los hechos de las sociedades reales.
Como un teérico cuyo pensamiento ha sido influido profun-
damente por la sociologia filos6fica europea, esté intere-
65
|
|
|general dela cultura. La integracién de estos dos puntos
de vista en Redfield, y la evolucién de sus ideas, se en-
cuentran en una serie de monografias y de ensayos epare-
cidos entre 1930 y 1947.
En un sentido descriptivo, Redfield encuentra que las
sociedades folk son pequefias, aisladas; grupos casi auto-
suficientes, homogéneos en raza y costumbres. Sus partes
componentes son estrechamente interdependientes; Jes re-
laciones son directas y personales; la tecnologia es simple
y la divisién del trabajo muy escasa. La familia juega un
gran papel en las instituciones societarias; las sanciones
que gobiernan la conducta son predominantemente sagradas;
el culto esta subrayado; el ritual esté muy desarrollado, y
expresa vivamente los deseos y temores del pueblo. La
sociedad es relativamente inmévil; los cambios son lentos;
las formas de vida forman una red simple de significaciones
interrelacionadas, y los habitos de las personas tienden a
seguir las costumbres establecidas. La lista total de ca-
racteres responde al tipo ideal de sociedad. Cuelquier
sociedad real no debe mostrar necesariamente todos los |
elementos.
sado en relacionar los hechos etnograéficos con un esquema
j
En un sentido teGrico, Redfield coloca la sociedad folk
dentro de un sistema légico construido sobre dos tipos
ideales polares: la sociedad urbana y la sociedad no-urbana
(folk). La sociedad folk ideal es una construccién men-
tal (presumiblemente también lo es la sociedad urbana);
ninguna sociedad real responde exactamente al tipo, aun-
que se le acercan las sgciedades primitivas estudiadas
por los antropdlogos. EI continuun-folk-urbano, que resulta
de estos conceptos polarizados, proporciona una escala a
lo largo de la cual pueden\colocarse las sociedades rea-
les; su posicién estaraé determinada por la proporcién re-
lativa de caracteres folk o urbanos que muestre.
En contraste con el tipo de sociedad ideal folk, el tipo
idedl urbano est4 caracterizado por heterogeneidad social;
individualizacién; instituciones seculares, més que familia-
res o religiosas; divisién del trabajo; economia monetaria,
y despersonalizacién en general de las relaciones entre
la gente.
Las semejanzas conceptuales entre la sociedad folk ideal
de Redfield, la horda de Durkheim y la Gemeinschaft de_
Ténnies, son claras (Redfield incluye también a Henry”
Maine, Lewis Morgan, Howard Becker, A. A. Goldenweiser |
y Alfred von Martin entre los que han influido su concepto
66eee
Per
de cultura folk). La horda de Durkheim es un tipo Ideal de
sociedad, nunca visto en su forma pura, cuya cohesién esta
determinada por Io que ilama “solidaridad mecdnica", ba-
sada en una conciencia colectiva. En oposicién a la horda,
existen sociedades complejas, en las cuales la division de
trabajo ha producido un sistema de partes diferenciadas que
se corhplementan mutuamente; Durkheim las describe co-
mo caracterizadas por la “solidaridad orgénica” (Simpson,
1933, esp. pp. 106-229). La Gemeinschaft, a “comunidad”,
de Ténnies, resulta de una voluntad “natural”; se ejempll-
fica en sociedades cuyas relaciones personales estén ba-
sadas en el parentesco, en la amistad, y en la vecindad,
que. funcionan por concordia, costumbres, normas popula-
res y religi6n, y cuyo tipo ideal se encuentra en la vida de
pueblo y aldea. La Geselischafi o “sociedad”, resulta
una voluntad “racional", que se expresa un contrato
cial conscientemente planeado clertos f
Las relaciones impersonales y las acciones calculadas de
este tipo de. asociacién funcionan por medio de conven-
ciones, legislacién y opinién ptiblica. Las ciudades expresan
la Gesellschaft (Ténnies, 1940, es. pp. 16-18).
Cuando menos dos supuestos bésicos parecen estar en
esta union de teorfa filoséfica sociolégica y de investiga-
ci6n de campo. Primero: los tipos ideales puestos tienen
valor taxonémico en tanto que ayudan a clasificar socieda-
des reales y tienen valor heuristico en tanto facilitan hipé-
tesis que pueden ser sometidas a prueba. Segundo: estos
tipos ideales suponen una interrelacién funcional entre los
elementos caracteristicos de cada tipo. que explica su pre-
sencia reunida; esto es, los elementos no forman un agre-
gado fortuito.
La validez entera de estos supuestos es discutible, Té-
nnies, por ejemplo, es explicito sobre el problema de las
relaciones entre el tipo ideal y las sociedades rurales: ‘“‘Es-
tos conceptos’ (Gemeinschaft y Gesellschaft) significan
las cualidades modelo de la esencia y sus tendencias a
estar reunidas.
“Asi, ambos términos estén en el presente contexto sepa-
rados de sus connotaciones designativas de entidades o
grupos sociales, e incluso de entes colectivos y artificiales;
la esencia de la Gemeinschaft y de la Gesellschaft se en-
cuentra entremezclada en todas las formas de asociacién”
(Ténnies, 1940, pp. 17-18). Redfield (1947, p. 29) ha reco-
nocido también, explicitamente, los problemas precedentes
de considerar a las sociedades reales en relacién a un es-
quema unilineal de tipos ideales. El valor heuristico de los
ara realizi
673
:
Ytipos ideales es claro, pero su utilidad para clasificar socie-
dades reales es dudosa.
Gon respecto al segundo punto, la evidencia acumulada
por las investigaciones de campo sugiere que cuando me-
nos algunos de ios elementos considerados por Redfield
como variables interdependientes, son en realidad, variables)
independientes cuya relacién esta histérica y no causalmen-
te determinada. Por ejemplo, Tax (1939) ha establecido
que los indios de Guatemala muesiran unas variables y
otras no, que algunos de sus rasgos son folk, y otros ur-
banos. Herskovits (1948) sostiene que el tipo Ideal de Red-
field no sirve para explicar los aspectos folk de los cen-
tros urbanos del Africa occidental, algunos de ios cuales
llegan a 350.000 habitantes,
La definicién de Ia cultura y de la sociedad folk en tér-
minos de tipos ideales polares (urbanos y no-urbanos), tie-
ne varias consecuencias Iégicas que, en mi opinion, estereo-
tipan la investigacién de campo y oscurecen algunas de las
caracteristicas salientes de las sociedades estudiades. Pri-
mero, esta dicotomia tipolégica agrupa a todos los pueblos
no-urbanos, desde las tribus r primitivas y aisladas a
los primitivos transculturados, a culturas rurales mes-
tizas de América Latina y a los pueblos campesinos de Eu-
ropa. De hecho, en su mas reciente publicacion Redfield
(1947) usa los términos primitivo y folk como sinénimos.
Segundo, desde el punto de vista del desarrollo, esta con-
cepcién supone que toda sociedad humana debe haber sido
folk hasta el comienzo de la vida de ciudad, cuya influen-
cia destruye la cultura folk. Se desprende, entonces, que
si la cultura folk ha existido siempre, el estudio de sus
origenes es igual al estudio del origen de la cultura. Los
intereses de Redfield en los procesos culturales, sin em-
bargo, estan principalmente limitados a lo que ocurre en
las sociedades folk cuando son influidas por el contacto
con los centros urbanos y cesan de existir. Tercero, el con-
cepto de tipos polares hace dificil el andlisis de la cultura
folk en la ciudad.
Puesto que las caracteristicas de la vida urbana son las
opuestas de la vida folk, la cultura folk puede existir en
las ciudades sdlo en la medida en que en cualquier ejem-
plo concreto el esquema ideal es violado por los hechos.
Ninguna explicacién de la cultura folk, como parte integral
de algunos tipos de ciudad, parece posible entonces.
Sin embargo, el concepto de cultura folk y de sociedad
folk define (en mi opinion con razonable precisién) los tl
pas de comunidades y de culturas Ilamadas folk por los
68antropdlogos. También facilita un cuadro para la investiga-
cién empfrica y el establecimiento de teorfa de la cultura.
De acuerdo con esta idea, la sociedad folk no es una so-
siedad completa y aislada por si misma. Es una “media
sociedad”, una parte de una unidad social mayor (usual-
‘mente la nacién), con la cual esta estructurada vertical y
horizentalmente. El componente folk de esta unidad ma-
yor tiene con ella una relaci6én simbiotica espacial-temporal.
En este sentido, lo folk y lo urbano no son conceptos pola.
res, sino partes de la definicién de un cierto tipo socio-
cultural del cual la ciudad preindustrial es un punto focal.
Lejos de destruir a la sociedad folk, este tipo de unidad
urbana es una precondicién de su existencia. Esto aclara
por qué (como los antropdlogos han descubierto en la prac-
tica) para describir una cultura folk es preciso conocer
tanto de la historia, la estructura y el contenido de la cul-
tura nacional (incluyendo las ciudades).
En cierta medida, este concepto coincide con la defini-
cién de Redfield de una sociedad campesina, a la que se
reconoce como constituyente (con la sociedad urbana) de
una unidad estratificada organizada en términos de status
(Redfield, 1939, p. XV). Pero aunque las sociedades campe-
sinas son aqui definidas como sociedades folk, no deben
confundirse con la cultura folk, porque ia cultura folk se
encuentra también fuera de las sociedades campesinas, es-
pecialmente en ciertos tipos de ciudades, como veremos.
Esta definicién implica que las culturas verdaderamente pri-
mitivas deben excluirse de la categoria folk. Estas cultu-
ras primitivas estén, cuando menos en teorfa, completamen-
te aisladas y son completas por sf mismas.
Para entender estos grupos, de los cuales el esquimal
seria un buen ejemplo, necesitamos conocer muy poco so-
bre otros pueblos, y lo que necesitamos conocer se refiere
mas bien a las relaciones que a la historia cultural, a la
estructura y al contenido. La definicién excluirfa también,
a las sociedades primitivas recientemente transculturadas,
Porque tampoco. existe la relacién simbidtica a la que alu-
diamos; no forman parte de una unidad y la difusion opera
en un sentido solo. Sin embargo, las sociedades primi-
tivas y las transculturadas pueden convertirse en socieda-
des folk, y asf ha ocurrido en el pasado.
Las culturas folk (creo yo) pueden ser analizadas desde
dos puntos de vista: en su propio contexto y en su rela
cién orgénica con culturas no-folk mas complejas. Redfield
insiste en considerar a las sociedades folk como aisladas
y remotas a la influencia urbana. Me parece que confunde
69je falta de movilidad individual con la falta de contacto cul:
ural. Si el contenido de las culturas llamadas folk se ana-
liza, uno se sorprende de encontrar cuén importante son
aquellos elementos que estan en ella precisamente porque
la sociedad no esta aislada. Una de las mas obvias dife-
rencias entre las verdaderas sociedades primitivas y las
folk, es que estas tltimas han estado en contacto por si-
glos con los centros de civilizacién.
La regia general del desarrotlo de las culturas folk po-
dria establecerse de la siguiente manera: las culturas folk
incorporan continuamente parte de los componentes més
intelectualizados de su propia tradicién, o de las tradicio-
nes gue han sido asimiladas en el pasado, y de ja super-
cultura del area. Semejante concepto subraya la dinaémica
cultural, m&s que las cualidades estaticas de la cultura. Si
jas cultu que yo llamo folk se examinan criticamente,
se enco que muchos de sus elementos més signifi
cativos filtrado desde e] mundo in electual de su
E
propia tradicion. El tiempo es una parte esencial del con-
cepte de tura folk: tiempo para integrar los nuevos ras-
gos y c lejos de ja estructura total, para reelaborarlos
y armonizarlos conjunto funcional. Ei elemento de
tiempo puede ser, en parte, lo que distingue a une cultura
folk de la de un grupo recientemente transculturado.
Las culturas folk existentes no son el resultado del con-
tacto durante los siglos XIX y XX entre las civilizaciones
de Europa occidental y los pueblos iletrados del mundo. En
Europa, en la India, en China y en Japon, son el resultado
de contacto continuo entre los centros de vida’ intelectual
y las masas, entre lo rural y lo urbano.
En América Latina son el resultado del contacto entre
los pueblos nativos y la Europa preindustrial, y del contacto
con los centros intelectuales de América. Probablemente
puede decirse que las sociedades folk existian ya en la
América prehispanica donde quiera que se encontraran re-
laciones simbidticas entre le ciudad y el campo.
Los folkloristas han puesto en duda Ja cualidad puramen-
te esponténea de la cultura folk, y han sugerido que mucho
de lo que se llama “folk” —en sentido estricto— es pro-
ducto de grupos intelectuales y artisticos. Parece, sin em-
bargo, que se ha investigado poco en este sentido. Deseo
aplicar esta idea al anélisis de las culturas folk de Amé-
rica Latina.
El examen de la cultura material de la América Latina
preindustrial revela que existen muchos aspectos que no
son producto de la mentalidad folk precientifica, sino que
70representa habilidad cientifica de alto orden y solucién
razonada de problemas especificos. Entre ellos podrian
mencionarse muchas maquinas simples, como fa rueda, el
molino de agua, los trapiches, las fraguas, los fuslles, los
manjolos de Brasil, los batanes. Se piensa comtnmente,
de todos ellos como caracteres de cultura folk, sélo porque
ya no, son de uso general en los centros que Jos inventa-
ron y desarrollaron.
Muchos muebles,’ especialmente sillas, mesas, camas y
colchones, son adquisiciones folk relativamente recientes,
tanto en el Nuevo Mundo como en la Peninsula ibérica, y
siguen frecuentemente modelos usados por las clases al-
tas. Lo mismo resulta cierto cen respecto a la vestimenta.
Muchas formas de vestir, como el pantalén corto y los
chalecos de los indios andinos, las voluminosas faldas de
las mujeres, el rebozo mexicano, la mayor parte de los
sombreros, tienen su origen en vestidos espafoles de si-
glos atrds. El vestido de china poblana de México tiene
su origen en las sedas importadas a México por los ga-
feones de Manila.
La alfarerfa prehispanica era hecha a mano, sin vidriar
{excepto en raros casos y mas bien con propésitos deco-
rativos que utilitarios} y se cocia en fuego abierto. La
ceramica folk actual con frecuencia se hace en rueda de
alfarero, ‘se vidria 2 prueba de agua y se cuece en hornos.
Los deliciosos disefios de pdjaros, animales y hojas, tan
frecuentes, son descendientes directos de las piezas de
mayélica espafola.
Los tejidos eran, por supuesto, un rasgo prehispdnico.
Pero la casi totalidad de Jos tejidos industriailes de ahora
se hacen en telares espafioles. La cultura folk del Nuevo
Mundo no ha hecho ningGn cambio importante en esta mé-
quina. El complejo religioso prevalesciente en América La-
tina es un producto de la cultura folk sélo en la medida
en que los elementos catélicos han sido reelaborados para
hacerlos compatibles con patrones preexistentes no entera-
mente desaparecidos. Es mas correcto decir que la reli-
gién latinoamericana debe su existencia a las reflexiones
teolégicas y filosdficas de muchas de las mejores mentes
de la historia durante varios siglos. Las fiestas religiosas
que se observan, no son resultado de la difusién de las
fiestas religiosas populares espajiolas, sino de la implan-
tacién por la Iglesia y el Estado de las festividades que se
consideraban obligatorias en el siglo XVI. Las “sanciones
sagradas”, que Redfield encuentra formando parte de la so-
ciedad folk ideal, se deben en gran parte, entonces, a un
maccidente hist6rico mas blen que a un desarrollo, esponté-
neo de la sociedad misma.
La organizacién eclesidstica que forma la hase de la
vida ceremonial de los pueblos latinoamericanos y en cier-
ta medida de las ciudades, es también el resultado del
deseo de la Iglesia y de sus esfuerzos. Muchas represen-
taciones religiosas tienen su origen en los autos sacramen-
tales de Espafia, que en ciertas ocasiones eran escritos
por los mejores autores. Algo parecido puede decirse de
los nacimientos en Navidad, de las ofrendas votivas, etc.
Lo que es cierto en la religion resulta serlo también en
la organizacion civil, que en gran medida esta basada en
los principios esteblecidos por la Corona espafiola. Incluso
Ia disposici6n de los poblados, con su plaza principal, si-
gue un patron ideal espafiol. Y el hecho de que la orga:
nizacion civil actual tiende a seguir los patrones nacionales
indica hasta qué punto la cultura folk no es una cultura
por si, sino que comparte elementos de organismos socle-
les mas complejos.
Mucho del cardcter aparentemente folk de la organizacién
social es resultado de la influencia de la Iglesia; la familia
monégama, con parentesco bilateral, reemplaz6 en muchos
casos a la familia poliginica con parentesgo unilatera!. Los
derechos y deberes del parentesco estén enraizados en pa-
trones establecidos por la Iglesia. A este respecio debe
mencionarse, especialmente, el compadrazgo. La comple-
jidad del compadrazgo en e! Nuevo Mundo es mayor que en
Espafia, y parece en gran parte resultado de elaboracién
local; pero su origen puede ser claramente trazado en el
dogma catélico.
La forma en que el pensamiento cientifico de los siglos
pasados se filtré hasta el nivel folk esta bien ilustrada en
la medicina popular. La medicina folk de Hispanoamérica
forma una unidad en tanto que tiene su base en el cono-
cimiento cientifico popularizado de la época de la Conquis-
ta. Particularmente debe notarse la prevalencia de la teorfa
de los humores de Hipécrates y Galeno, y las ideas de
“frio” y “caliente” eplicadas a la comida, a los remedios,
a las enfermedades y a sus causas, etc. Es notable, asi-
mismo, que la mitad o més de las yerbas prescritas como
medicinales en América Latina, eran recetadas por los mé-
dicos espafioles del siglo XVI.
En muchos otros aspectos los elementos de la cultura
folk descienden de esferas intelectuales, urbanas y corte
sanas de los siglos anteriores. Tal, por ejemplo, los jari
peos de México, los fuegos artificiales, la musica popula
72los instrumentos musicales, etc. Mas o menos toscamente,
reproducen lo que en el siglo XVI parece haber sido patri-
monio de los grupos sociales altos. La literatura y el fol-
klore espefiol han entrado en la cultura folk de América
Latina no tanto por caminos populares como por caminos
intelectuales.
Es claro que la profundidad en el tlempo es una parte
esencial de las relaciones simbidticas entre las sociedades
folk y las sociedades mds complejas. Una cultura folk es
asf precisamente porque durante mucho tiempo —a veces
siglos— ha estado absorbiendo constantemente la produc-
cién y. las costumbres de grupos socialmente superiores.
Pero las culturas folk también tienen otro tipo de contacto:
ef actual. Como miembros, en muchos casos, de unidades
nacionales, tienen que pagar impuestos, con frecuencia tie-
nen escuelas, utilizan periddicos y revistas, reciben pro-
ductos del mundo industrial, viajan, etc. Las clases bajas
de ciertas ciudades, que en aiguna forma participan de la
cultura folk, tienen una relaci6n mas {intima con Ja cultura
no folk que los grupos que estan alejados de los centros
urbanos.
La relacién simbidtica entre Folk-no-Folk, que se postula
aqui como concepto clave de la cultura folk, implica que
la direccién del movimiento cultural no es sdlo de la ciu-
dad al campo, de las clases altas a las bajas. Mas bien
es un movimiento circular, en el que la cultura folk se
permea de la produccién intelectual y cientifica, pero a la
vez contribuye, siquiera en poco grado a la cultura de las
sociedades no folk. La danza muestra este procesa clara-
mente. En los siglos XVII y XVIII los maestros de danza
de Europa. Occidental introdujeron danzas folk después de
adaptarlas a las necesidades de la corte. Estas danzas crea-
ron mas tarde el patrén de importantes obras profesionales.
Las danzas folk convertidas en danzas de salén pasaron a
América Latina, donde poco a poco se convirtieron a -su
vez, de nuevo, en danzas folk.
El concepto de cultura folk que presentamos resuelve el
problema de las cualidades folk que’se han encontrado en
jas masas de ciudades preindustriales. Oscar Lewis pre-
senté recientemente el caso de un grupo de familias de
Tepoztla4n que emigraron a la ciudad de México. Lejos de
quebrar los valores antiguos, mantuvieron en grado sor-
=——~prendente sus normas de vida de Tepoztldn en Ja ciudad.
Recientes estudios de medicina folk en siete pafses latino-
americanos muestran s6lo ligeras diferencias entre las prac-
ticas de la ciudad y las del campo.Le presencia o ausencie de proporciones importantes de
cultura folk en las ciudades y pueblos grandes, parece ser
una funcién del tiempo dal centro urbano. A pesar de la
reciente y raépida industrializacién de muchas ciudades |a-
tinoamericanas, sus tipos sociales siguen siendo esencial-
mente preindustriales. Los patrones de organizacién fami-
liar, el status de las mujeres, las relaciones entre el pa-
trén y los empleados, los mecanismos formalizados o no
pare mantener el orden, las actitudes ante la religién, son
més caracteristicamente propios de las ciudades comercia-
les preindustriales que de las ciudades modernas.
Si nuestros argumentos son vélidos,.el estrato folk es
una parte de una sociedad preindustrial caracterizada por
clases sociales. En su forma rural el estrato folk es igual
a la comunidad entera; en su forma urbana el estrato folk
es sélo una parte de la comunidad. Este punto de vista
permite diferenciar entre cultura y sociedad folk, términos
que Redfield usa indistintamente. Una. cultura folk puede
ser una forma de vida comtin a algunos o a muchos de los
pobladores de aldeas, pueblos o ciudades en un area dada.
Pero nunca puede ser cultura complete en el sentido en
que lo es la de un grupo primitivo
Una sociedad folk es le constituida por un grupo organi-
zado de individuos caracterizados por su cultura folk. &n
el México central, por ejemplo, parece existir una cultura
folk m&s o menos homogénea. Cada uno de los pequefios
agrupamientos rurales que se encuentran en esta 4rea cons-
uye una sociedad folk. Pero las clases rurales caracte-
rizadas por su cultura esencialmente folk no constituyen
una sociedad diferenciada, puesto que las vidas de los in-
dividuos de estas clases estén ligadas al funcionamiento
orgénico de una sociedad que incluye (y que*es dominada)
por elementos no folk. Muchos elementos de la cultura
folk pueden aparecer en agregados sociales que no son
basicamente socicdades folk, pero Jas sociedades folk no
pueden existir aparte de la cultura folk.
Cualquier sociedad folk puede ser caracterizada por un
numero mayor o menor de los elementos especificados por
Redfield como correspondientes al tipo ideal. Pero una tal
sociedad no serd mas o menos folk segtin lo cerca o lo
lejas que esté del tipo ideal. El criterio diagnéstico de
la cultura folk y de la sociedad folk debe ser estructural
y orgdnico y tiene que estar determinado por las relacio-
nes entre ambos (cultura y sociedad).
De acuerdo con la definicién que sugiero, la cultura folk
aparecié con la revolucién urbana, cuando la organizaci6n
74 3social estratificada de las ciudades se desarroll6é, apare-
ciendo una élite intelectual, cientifica y social. Las con-
diciones dinémicas que produjeron esta nueva forma de
organizacién humana continuaron en accién hasta el desarro-
lo de la economia industrial moderna. Y las culturas folk
siguen existiendo hoy en aquellos lugares en que los cen-
tros ,urbanos no se han industrializado, donde las viejas
condiciones dinamicas persisten. Las formas nuevas de or-
ganizacion social y° politica que parecen necesarias en la
economia industrializada, no conducen a la persistencia de
Ja cultura folk.
Puede decirse, entonces, que las culturas folk desapare-
cerén en aquellos lugares que se industrialicen. Dificil-
mente puede decirse que existan ahora culturas folk en
Estados Unidos, Canada,. Inglaterra, Alemania, aunque en
éreas periféricas queden quizés manifestaciones margina-
les. Parece también improbable que aparezcan nuevas cul-
turas folk. Los pocos grupos primitivos que quedan pro-
bablemente serén asimilados directamente a las culturas
nacionales industrializadas, y las culturas folk existentes
perderdén gradualmente sus caracteres folk en la medida en
que se integren a las sociedades industriales.
Obras citadas
Durkheim, Emil. Véase Simpson, George.
Gallop, Rodney. Portugal: A book of folk-ways, 1936.
Gomez-Taberna, José Manuel. Tesoro del folklore espafiol.
|. Trajes populares y costumbres iradicionales. 1950.
Herkovits, Melville J. Man and his works. New York, U.S.A.
Knopf, 1948.
Lewis, Oscar: “Urbanisation without breakdown: A case stu-
dy”. The Scientific Monthly. LXXV, pp. 31-41.
Redfield, Robert; Tepoztlan: A mexican village. Chicago
U.S.A. University of Chicago Press, 1930.
“Culture changes in Yucatan” American Anthropoligist.
XXXVI, 1934, pp. 57-59.
“Introduction” St. Denis A. French Canadian Parish, por H.
Miner. Chicago, U.S.A. University of Chicago Press, 1939.
[Foster, George M.: ‘What is Folk Culture?”’, en American Anthropolo-
gist, LV, 1953, p. 159-173. Tomado textualmente de su versién en caste-
Mano “'ZQué es Ja cultura folk?" publicado en Ciencias Sociales, vol. IV,
n? 23, Washington, 1953, p. 214-221, que ha autorizado gentilmente su re-
produccion. |
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