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382 CABEZA mds seguramente el facial, que ocupa el reborde superior de esta ultima. Hecho esto, el conducto es abierto en toda su extension y de delante atras, siguiendo la luz del mismo. 8) El vestibulo no puede ser abordado extendiendo hacia abajo la trepanacién practicada en el conducto semicircular extern, puesto que se seccionaria fatalmente el nervio facial, cuya porcién horizontal separa estos dos segmentos del oido interno. Se practica entonces una nueva brecha en el vestibulo, agrandando 1a ventana oval hacia abajo (para huir del facial, que pasa por su borde superior). 7) Por ultimo, basta prolongar hacia abajo esta brecha vestibular para abrir la primera espiral del caracol. En totlas estas diferentes intervenciones, el cirujano se guia comunmente por las fistulas. En clinica el ofdo interno se explora por medio del diapasén. Supongamos, para mayor claridad de la demostracién, que el sujeto examinado se halla afecto de una lesién de oido interno solamente, con exclusién de toda otra afeccién concomitante del oido medio, lo que €s muy raro en la practica. En semejante caso, las tres pruebas de Wener, RINNE, GELLE (véase mas atrds) dan los siguientes resultados: Prueba de Weber: el diapasén se oye mejor del lado sano que del enfermo; Prueba de Rinne: el diapasén aplicado sobre el craneo se percibe menos tiempo que si se coloca delante del conducto, estando disminuida ta duracién absoluta de Ja percep: cién craneal; Prueba de Gellé: siendo movible el timpano y la cadena de huesillos, la percepcién del diapasén se halla disminuida cuando se aumenta la presién laberintica, que viene a alterar el érgano perceptor del sonido. ARTICULO II APARATO DE LA VISION El aparato de la visién se halla situado entre la parte anterior de la base del créneo y el macizo de la cara, en una gran cavidad Iamada érbita. El conjunto de Srganos que la constituyen en Anatomfa topogrifica se Hama regién orbitaria, Esta regién es una de las mas importantes de la cabeza. Comprende, como sabemos, el globo ocular y el nervio dptico, y debe a la presencia de estos dos érganos, y mas especial- mente del ojo, su interés anatémico, clinico y operatorio. Si examinamos la regién orbitaria en un corte sagital (fig. 290). se nota, desde el primer momento, que el globo ocular esta alojado en una cavidad de paredes éseas, la érbita, En el esqueleto esta cavidad no tiene pared anterior; presenta, por el con- trario, en su lugar, un amplio orificio, la base de la drbita (fig. 289), que se halla cir- cunscrito por una linea ésea, muy patente por todas partes, el rodete orbitario. Pero en el vivo, recubierto de partes blandas, el orificio de la érbita esta cerrado, en parte al menos, por los pdrpados, constituyendo la regién palpebral. Los pirpados, pues, vienen a formar la pared anterior 0 superficial de la cavidad orbitaria, Se hallan sepa- rados del globo del ojo por una cavidad estrecha, casi virtual, por la que circulan las lagrimas: la cavidad conjuntival. Notaremos en segundo lugar que, en el corte sagital citado, el ojo esta mante- nido en su posicién dentro de la érbita por una membrana que, dispuesta en sentido frontal, se halla situada por detrs de él: la aponeurosis de Tenon. Este corte nos muestra, por ultimo, que el globo ocular sélo ocupa la mitad anterior de la cavidad orbitaria, hallandose ocupada su mitad posterior por tejido APARATOS DE LOS SENTIDOS 383 adiposo y por los musculos, las venas y los nervios destinados al ojo. Las dos mitades, anterior y posterior, estén separadas una de otra por la aponeurosis de Tenon, que, a la vez que constituye un medio de sostén para el ojo, es un tabique que subdivide la cavidad orbitaria en un segmento anterior © precapsular y un segmento posterior 0 retrocapsular. Més adelante veremos que esta division, no sélo es comoda para la descripcién, sino que tiene ademas verdadera importancia anatomoquirirgica. Describiremos sucesivamente y en siete apartados distintos: 1.°, la cavidad orbi- taria; 2°, la regién palpebral; 3.°, la conjuntiva; 4.°, el aparato lagrimal, que le esta unido; 5., el globo ocular; 6, la aponeurosis de Tenon; 7°, la parte de la érbita si- tuada por detrds de la aponeurosis de Tenon, que constituye el espacio retrocapsular de la drbita. En cl ultimo apartado, y a manera de sintesis, examinaremos una serie de cortes frontales practicados en la érbita después de congelada. 1, CAVIDAD ORBITARIA Las érbitas son dos cavidades anchas y profundas, excavadas entre la cara y el créneo y separadas una de otra por las fosas nasales. Contienen los globos oculares y sus principales anexos. 12 Situacién,—Las Grbitas se hallan situadas simétricamente a cada lado de la linea media, por fuera de las fosas nasales, por dentro de la region temporal, por debajo del departamento anterior del craneo y por encima del seno maxilar. Aqui no hacemos més que indicar las relaciones que guardan con estas diferentes regiones; volveremos a insistir sobre ello mas adelante. 2° Forma. —Cada orbita tiene la forma de una pirdmide cuadrangular de base anterior y vértice posterior. Los ejes anteroposteriores de las dos cavidades, aunque situados en un mismo plano horizontal, no son paralelos: son oblicuos de delante atrés y de fuera adentro, 0 sea que convergen uno hacia otro en sentido antero- posterior de tal manera que, si fueran prolongados en direccién al occipital, se encon- _ trarfan por debajo y un poco encima del borde superior de la lamina cuadrildtera del esfenoides. Las cuatro paredes, superior, inferior, externa e interna, de la pirémide orbitaria son dseas, Las describiremos luego, as{ como los dngulos que forman entre si, cuando estudiemos las relaciones de la érbita. Aqui tinicamente diremos que son muy del- gadas, y, por lo tanto, muy fragiles. Afiadamos que el periostio que las recubre y que, en el vértice de la érbita, se continua con la duramadre, les esti muy poco adherido, excepto a nivel de las hendiduras 0 de los orificios. El periostio orbitario forma, pues, en conjunto una celda fibrosa concéntrica a la celda dsea, en la que el globo ocular _ ¥ sus anexos se encuentran realmente contenidos. De ahi se deduce que es fécil raspar las paredes dseas de la Grbita y practicar su reseccién sin abrir la celda orbitaria y, por consiguiente, sin temor de herir © de infectar el contenido de la érbita. 3° Dimensiones. — Las dimensiones de la cavidad orbitaria varian mucho segiin las razas, los individuos y las edades. Por término medio la profundidad es de 42 a 50 mm; la anchura, a nivel de la base de 40 mm; la altura, también a nivel de la base, de 35 mm. El conocimiento de estas dimensiones tiene cierto interés prictico, a causa de los traumatismos que pueden recaer en la érbita 0 en su contenido y en razén también de las intervenciones que en ella se practican. Sabemos que el nervio _ 6ptico corresponde a la mitad posterior de la cavidad, y el globo del ojo a su mitad anterior. 384 CABEZA La cavidad orbitaria es muy grande para su contenido, y el globo ocular no ocupa mis que su parte anterior; as{ sucede que cuerpos extrafios de cierto volumen pueden entrar y permanecer ignorados en ella durante mas 0 menos tiempo. Se citan interesantes ejemplos en las obras de cirugia de campafia (DeLorme, CHAuvEL y NiMier, Tousert). Esto nos explica también por qué los tumores orbitarios, al principio de su evolucién, pueden pasar inadvertidos. Estando la érbita circunscrita por todas partes por paredes dseas, excepto por delante, en que sdlo esta cerrada por partes blandas, los parpados, resulta que, cuando Ml Le 1013 tt 42 Fic. 289 Orbita, vista anterior (T.), anal. — 2, apofisis ascendente del maxi supracrbitarie, —"6, camai lagrimal. 7, agusero dp 1, hueso —4, frontal. — 5, agujero ‘9, agifero Tedéado mayor. — 20, conducto’ intrdorbitario. ——21, tueto plano del etmoldes. —~ 12, hueso “{s, cariliaorbitaria del mmaxilar super ‘atitia orbitaris dei” malar. — 18, cara. orbitaria del. ala mayor del’ estenoides. — 16, cars orbitaria del frontal. —- 17, aguferos orbitarios internes. —~ 18, insereldn de la polea del oblicte mayor. — 19, hen ‘ldura esfenomaxtiae. un tumor se desarrolla en la cavidad orbitaria, el contenido, es decir, el globo ocular, se encuentra, al cabo de cierto tiempo, rechazado hacia delante, unico sentido en que se deja distender la cavidad. La exoftalmia o proyeccién del ojo hacia delante es, pues, un sintoma que aparece siempre que la cavidad orbitaria se vuelve demasiado pequefia para su contenido. 4° Relaciones. —Considerada desde el punto de vista de sus relaciones, la pird- mide orbitaria ofrece cuatro paredes, cuatro bordes, una base y um vértice. A. Pareves.—Las cuatro paredes se distinguen, segiin su orientacién, en supe- rior, inferior, externa e interna. a) Pared superior o craneal.—La pared superior, llamada también béveda orbi- taria (fig. 290, 3), tiene la forma de un tridngulo de base anterior y vértice posterior; APARATOS DE LOS SENTIDOS 385 ¢s muy céncava, sobre todo por delante. Formada en su parte anterior por la béveda orbitaria del frontal, y en el resto de su extensién por Ja cara inferior del ala menor del esfenoides, se halla constituida por una laminilla dsea, tan delgada en ciertos puntos que llega a ser translticida, que separa la cavidad craneal de la cavidad orbi- taria. As{ se explica que un agente vulnerante que penetre en Ja érbita pueda con mucha facilidad hundirla e introducirse en el craneo. La pared superior de la érbita (lo hemos dicho al estudiar la resistencia que ofrece el crineo a los traumatismos, y aqui no hacemos mas que repetitlo) es el punto de eleccién de las frac- yy qy wW' 2 11 8 7 9 turas indirectas del cranco localizadas ia en la base, fracturas lamadas por contragolpe. Cuando el seno frontal y las célu- las etmoidales anteriores estan bien desa- rrollados, envian una prolongacién mas 0 menos acentuada al espesor de 1a béveda orbitaria, y las relaciones que estas cavi- dades anexas a las fosas nasales entablan con la érbita son atin mayores. Esta dis- posicién, como se comprende, favorece la propagacién de la infeccién sinusal o et- moidal a la érbita. b) Pared inferior 0 maxilar.— 6 6 La pared inferior de Ja érbita (figu- Fic. 290 ra 290, 4), Hamada también suelo Corte sagital de la érbita derecha de la drbita, es concava y de forma (cadaver congelado, segmento interno del cortey. triangular, como la pared preceden- 4 Yall? "area indetine escaea ken ee at te, A su formacién contribuyen la ar Terai, -mavor,,—- Beevadgs del, pispade cara superior del maxilar y del ma- {ies s4~ Wrteca“tmaniar “interna, =" 15," ao maa. lar y, en su parte més posterior, la '4%,;— 16

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