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Las drogas de abuso como substancias psicotrópicas y neuro tóxicas:

breve historia de las drogas.

José Cabrera Forneiro. Doctor en Medicina. Especialista en Psiquiatría y Medicina


Legal. C/Islas Pitiusas 20, 28290, Las Rozas, Madrid, 639-380808

Introducción

En contra de lo que muchos ensayistas han comentado en diferentes textos y


conferencias, en nuestra opinión que la drogodependencia sea un problema de siempre
es radicalmente falso, salvo para el abuso del alcohol que convive con nosotros desde
hace 60.000 años.
Desde el uso de un alucinógeno por el hechicero de una tribu amazónica, el
mascado de la hoja de Coca por un campesino peruano o la inhalación de Cannabis por
un ciudadano turco, al uso masivo de cocaína en Madrid o Nueva York, o la extensión
del Cannabis entre los jóvenes de Europa, hay un salto histórico y cultural cuyo hilo
nace en los primeros tiempos de la consolidación europea, la generación de la Guerra
del Viet Nan y el movimiento contracultural de Mayo del 68, explotándonos el
problema masivamente a principios de los años 70 cuando algunos países como España
se incorporan a la Organización Mundial de la Salud y aparecen los primeros centros
específicos de tratamiento de la adicción a las drogas.
El problema de las drogas de abuso se expande en el mundo occidental y en
Europa en particular como la pólvora en la década de 1975 a 1985 generándose ya
entonces en diferentes países Comisiones Interministeriales para estudiar el problema
tras la toma de conciencia de las autoridades e inundando la asistencia a los
drogodependientes las llamadas Organizaciones No Gubernamentales con los llamados
entonces Programas Libres de Drogas.
Son las Naciones Unidas desde su Programa de Fiscalización de Estupefacientes
(PNUFID) y la Junta Internacional del mismo nombre(JIFE) las que alientan a todos los
países a la creación de los denominados “Puntos Focales” que dependiendo de cada
gobierno deben coordinar la lucha contra las drogas de abuso.
Pero es en los últimos tres o cuatro años, impactados por el golpe que supuso el
SIDA y la mayoría de las enfermedades asociadas al consumo de drogas, que se han
considerado con razón el atentado más grave que la humanidad ha sufrido contra la
Salud Pública en los últimos tiempos, cuando los modelos de acercamiento a la
asistencia del drogodependiente se han tenido que elaborar de forma integral, es decir,
no bastaba con asistencias meramente psico-sociales sino que era preciso implicar el
modelo sanitario en esta desigual lucha, llegándose en nuestros días a un consenso
general en todos los Estados por el cual ante una realidad desbordante como es la de las
drogas, con la que vamos a tener que convivir nos guste o no, es preciso acercamientos
eficaces primándose en los momentos presentes el principio del mal menor con los
llamados Programas de Reducción del Daño(Metadona, Intercambio de Jeringuillas,
Dispositivos cercanos al drogodependiente), sin dejar de vista que la llave del futuro
pasa por la palabra prevención, que no es otra cosa que información, formación
y creación de una cultura de salud en la que se explique al ciudadano que el uso y
disfrute de la libertad pasa previamente por la posesión de salud física y psíquica.
Hoy muchos tópicos perversos han calado profundamente en el tejido social y la
historia nos puede ayudar a resolverlos: ”Que las drogas son un problema de siempre”
falso, “Que en los drogodependientes no son enfermos sino delincuentes” falso, “Que
las drogas son duras o blandas” falso, “Que el ejercicio de la libertad individual puede
superar por si mismo una adicción a las drogas” falso, “Que la despenalización es la
única vía” falso, “Que el Cannabis es terapéutico? falso, o “Que las drogas son
problemas meramente regionales” falso también.
Es por estas claves que vamos a desgranar un boceto histórico breve de las
diferentes drogodependencias tal y como el pasado nos lo ofrece, por si sirve de lección
para evitar un futuro incierto a este respecto (1)(6)(7)

El Opio y los opiáceos

Los primeros rastros escritos de la existencia del Opio como planta y su uso se
remonta a las épocas Sumerias 3000 años a de JC, aunque no es sino en el Papiro de
Ebers del siglo XVI antes de JC donde encontramos por primera vez al opio nominado
en una lista de productos de efecto medicamentoso, con la siguiente indicación:”Para
niños que gritan demasiado fuerte”.
La cultura griega conoce perfectamente la planta y así Hesiodo en el siglo VIII
ya la menciona en sus obras, en las que se habla de Morfeo (que en el siglo XIX daría
nombre a la Morfina),y hasta en la mismísima Odisea aparece el “Nephentes” como la
“droga del olvido”.
Pero los principios de su uso sistemático están vinculados lógicamente a
Hipócrates, a Herodoto y a Teofrasto en el siglo III antes de JC, tiempo en el que
empieza ya la polémica(que no nos abandonaría nunca) sobre la doble cara medicinal y
de sustancia peligrosa.
Los romanos, herederos de la cultura griega conocen, indican y utilizan el Opio
con naturalidad, y así Galeno en el siglo I antes de JC lo introduce en su “triaca magna”
y muchos grandes hombres coetáneos lo usaban con fines terapéuticos como el
emperador Marco Aurelio que lo usaba para apaciguar sus cefaleas.
Tras un periodo de silencio relativo sobre su uso, en la edad media los
árabes(que nunca dejaron de utilizarlo) difunden el uso del Opio por todos sus
territorios ocupados, sabiéndose que el mismo Avicena muere intoxicado por el mismo
en el año 1037.
Con las cruzadas a partir del siglo XIII el Opio se difunde nuevamente por
Europa al ser traído de Tierra Santa, y se incorpora a todas las farmacopeas de la época,
las cuales se nutrían aun del texto Materia Médica de Dioscóride, y así llegamos hasta el
XVII en que Sydenham prepara su célebre Láudano que ha perdurado hasta nuestros
días.
Pero como en todos los relatos, el del opio tiene su propia historia negra que
además hará nacer la gran hipocresía social en relación con las drogas de abuso, nos
estamos refiriendo a las Guerras del Opio en China.
En China el opio era conocido desde el siglo VIII aunque se empezó a utilizar
como medicina a raíz de su introducción por los árabes en Asia hacia los siglos IX Y X.
Pero no fue sino hacia el siglo XVI que junto a la introducción del uso del tabaco por
los marineros holandeses y portugueses lo que abrió las puertas poco a poco a su
consumo como medio de divertimento y placer, lo que nos sitúa en el siglo XVIII con
un intenso comercio de opio sobretodo con la India. ¡El negocio estaba servido¡ y así el
Imperio británico comienza a monopolizar la compraventa de opio en Asia pasando de
vender 300 Toneladas en 1821 a más de 3000 Toneladas en 1848.
Los resultados no se hicieron esperar: China se revela contra el monopolio, se
suceden las guerras contra el Imperio y las conclusiones se hacen evidentes: cesión de
todos los derechos de compraventa del opio a la East India Company inglesa,
importantísimas indemnizaciones, aperturas obligadas de múltiples puertos al comercio
internacional y tolerancia del cristianismo en toda China.
Las cifras aunque históricas hoy son muy significativas: de alrededor de dos
millones de chinos adictos al opio en 1850 se pasó a 120 millones en 1878, pero la
venganza vendría por si sola con el paso del tiempo.
En Europa el Opio en pleno siglo XIX se difunde lenta pero inexorablemente
arropado por una tolerancia importante y animado por intelectuales y ensayistas:
Quincey, Musset, Coleridge, Dickens, Scott, Poe, Baudelaire, Gautier, Balzac, y así una
larga lista de ilustres lo avalan. En el XX el ánimo sigue: Apollinaire, Modigliani,
Toulouse-Lautrec, Picasso y así hasta la defensa a ultranza que en 1929 hace Cocteau en
su obra “Opio”.
Pero las cosas no iban a quedar así, y la purificación de los alcaloides del opio,
que ya habían comenzado los médicos de Napoleón Derosne y Seguin, más el invento
de la jeringa por Pravaz, hacen que la morfina se extienda como la polvora como
analgésico en todas las Guerras (Crimen, Sucesión Americana,..etc.), y también por los
estratos sociales más altos de Europa, donde los equipos de inyección para la morfina se
convierten en sofisticados modelos de última moda y los libros sobre las maravillas de
la inyección se multiplican.
La alarma empieza a sonar en el mundo médico a finales del siglo XIX cuando
muchos profesionales observan distintos casos de muerte, intoxicación grave y
dependencias de imposible tratamiento, y así para resolver un mal nació otro peor: la
heroína, de cuyos resultados tenemos aun hoy tristes recuerdos y una amarga realidad.
La heroína la obtuvo Wright en 1874 diacetilando la morfina y pasa al mercado
farmacéutico como analgésico de la mano de la industria alemana en 1898 sobretodo
para el dolor en las enfermedades pulmonares y como sustituto para las adicciones a la
morfina, saliendo del listado de medicamentos tan tarde como en 1970 en Francia por
ejemplo y pasando a ser una sustancia prohibida a partir de los años 70 tras la pandemia
de adicción por todo el mundo tal y como lo recoge el Convenio de Viena sobre
Estupefacientes de 1968.
Con el Mayo Francés del 68, la Guerra de Viet Nan, la cultura Underground, y el
movimiento Hippie bajo el lema:”Haz el amor y no la guerra”, la heroína se expande
por todo el mundo desde finales de los 60 hasta nuestros días, donde aún hoy en la
Unión Europea hay aproximadamente entre 300.000 y 400.000 personas en tratamientos
de reducción del daño con metadona, o en la Europa del esta donde aunque no hay
cifras oficiales se sabe que aun existen cientos de miles de casos de adicción a la
heroína por iba parenteral o nasal, eso sin entrar en las cifras aun mayores de lo que
ocurre por ejemplo en el Sureste de Asia o en países tan avanzados como los Estados
Unidos de Norteamérica.
La heroína, cuyo nombre se debe irónicamente al hecho de lo bien que iba y lo
enérgica que era para el dolor en determinadas enfermedades graves como la
Tuberculosis, ha generado más muertes por vía directa o indirecta en los últimos 40
años que cualquier otra sustancia química conocida con excepción probablemente del
alcohol y el propio tabaco (1) (10) (13)

Coca y Cocaína

No más reciente ni menos dañina en su conjunto la hoja de la Coca


(Erythroxylon Coca, de Linneo), remonta sus comienzos en el conocimiento histórico
allá por el año 2000 antes de JC, encontrándose vasijas e instrumentos para su
masticación en las costas chilena y peruana.
La palabra Coca procede de Khoca que significa literalmente “árbol” o “planta”,
y cuando emerge en todo su esplendor es en los tiempos precolombinos, situándose
como el centro del sistema religioso y social de los Incas, para los que la planta era un
regalo divino sin duda.
Es en la cultura inca en la que la masticación de la hoja de Coca está
principalmente reservada para la aristocracia y el cuerpo sacerdotal, salvo en ocasiones
específicas rituales o en algunos procesos iniciáticos, y el propio Américo Vespucio en
1499 se percata del comportamiento de algunos indios de la costa de Venezuela,
aparentemente exaltados y sin cansancio a pesar del trabajo.
Todos los conquistadores españoles sin excepción conocen la planta tarde o
temprano y su forma de consumo, y así Francisco Pizarro en el interior de Perú hacia el
1532 escribe sobre la misma y sus claros efectos en las personas, entre los que se
describen los síntomas de la intoxicación en los llamados “coqueros”:” caminar
vacilante e incierto, con una carne flácida, amarillenta, de ojos hundidos y sin
brillo,…etc.”.
La cocaína como alcaloide principal de la planta, no fue extraída hasta la
segunda mitad del siglo XIX, sobretodo por el desdén que la comunidad científica
mantuvo hacia la misma, si bien ya a finales de siglo y después del uso de distintos
extractos de Coca, el interés comienza a subir por sus efectos vigorizantes y
estimulantes.
Es en 1884 cuando el conocimiento de la cocaína en Europa se dispara a raíz del
trabajo de Sigmund Freud “Uber Coca” en el que define los efectos afrodisíacos,
estimulantes y antidepresivos de la sustancia, en base a su experimentación personal, ya
que el propio Freud padecía accesos depresivos y estaba siendo tratado crónicamente de
un tumor en el maxilar superior del que le tuvieron que operar más de treinta veces a lo
largo de su vida.
Freud abunda en los efectos como anestésico local, como tratamiento de la
hipocondría, los trastornos digestivos y la neurastenia (diagnóstico de la época), y en su
utilidad en la cura de la dependencia alcohólica y morfínica (dependencia ésta última
que el mismo poseía debido a su enfermedad).
Tras cinco artículos de auténtico proselitismo sobre la cocaína, Freud abandona
su defensa y finalmente se niega a que éstos figuren en sus obras completas tras
comprobar los efectos indeseables finales del alcaloide incluido la muerte de su amigo
el Dr. Marxow, sentimiento que no le abandonó nunca.
Sin embargo la investigación sobre la cocaína se disparó, y así se suceden
posteriormente desde finales del XIX y principios del XX distintos trabajos sobre los
efectos terapéuticos del alcaloide, entre los que destacan el comienzo de la anestesia
local con Koller y los estudios de Corning, que utiliza por primera vez la cocaína en la
anestesia espinal con un éxito sin precedentes hasta la época.
La cocaína finalmente se instala en Europa de forma rotunda, y se hacen
famosas bebidas como el vino de Mariani(con extracto de hojas de Coca), muy usado
por reyes, emperadores, médicos y hasta el mismo Papa León XIII no abandonaba
jamás su cantimplora con el elixir.
Después todo se convierte en una carrera frenética en la que aparecen pastillas,
té de Coca, elixires y bebidas varias, cocciones, unguentos y toda una gran variedad de
formas galénicas que inundaron no solo Europa, sino la puritana sociedad americana, en
la que la bebida de Coca se vendía con el lema: “Para vencer la timidez social”, así
hasta la puesta en el mercado de la famosa Coca-Cola, “bebida medicinal intelectual y
para el temperamento”, que tras diferentes incidentes se transforma en una bebida de
masas pero se basaría posteriormente en extractos carbónicos de hojas de Coca
descocainizadas, que es lo que pervive en la actualidad.
Pero junto con la leyenda y los mitos empiezan a verse personas famosas
“enganchadas” a la cocaína, que se empieza a cebar en las clases sociales de alto nivel
adquisitivo y en la propia profesión médica. Hoy ya no es un secreto que uno de los
fundadores de la John Hopkins University el famoso cirujano William Halsted llegó a
ser uno de los ilustres adictos de la época.
El consumo de cocaína se extendió pues por todo el mundo occidental, y apenas
se interrumpió por las Guerras Mundiales, en las que se vio levemente sustituido por los
nuevos estimulantes de síntesis: las anfetaminas, de las que luego hablaremos. Entre los
años 70(cuando comienza la plaga de los opiáceos) y los comienzos del siglo XXI, los
opiáceos han ido progresivamente descendiendo en su consumo en occidente(tras el
SIDA), para ser poco a poco sustituidos por la cocaína, no sin antes darse fórmulas
alternativas y mixtas de consumo: Speed Ball(mezcla de heroína y cocaína).
Hoy la cocaína campa por sus fueros y son muchas las toneladas que se requisan
al año procedentes de Sudamérica, siendo los EEUU los mayores consumidores( casi las
tres cuartas partes de toda la producción del continente suramericano), quedando el
cuarto restante para Europa y el resto del mundo(1)(3)(5)(7)(10)

Anfetaminas y drogas de síntesis

Las anfetaminas como substancias químicas de síntesis pura de laboratorio, nacieron


de la investigación siguiendo el modelo del alcaloide “efedrina”, principio activo de una
planta milenaria la Ephedra, usada ya 3000 años antes de JC por los chinos para aliviar el
asma y como antiespasmódica.
Son los japoneses Yamanoshi y Negai quienes en 1887 aíslan la efedrina como
molécula, y desde esta fecha la búsqueda de estimulantes psíquicos no ha parado inclusive
hasta nuestros días.
Es a principios del siglo XX cuando en Alemania se empiezan a sintetizar distintas
moléculas cuyo núcleo básico sería la fenil-isopropil- amina, y que se empiezan a utilizar a
gran escala en la Primera Guerra Mundial para disminuir la sensación de cansancio y de
hambre de los soldados en el frente, y para estimularles en las hostiles condiciones del
combate. De hecho fueron los propios Laboratorios Merck de Alemania quienes se
percataron inmediatamente de la capacidad anorexìgena de estas sustancias.
En 1931 se sintetiza la bencedrina y en 1938 la meta-anfetamina, siendo ambas muy
utilizadas en las guerras posteriores a la I G. M. Así se utilizaron regular y oficialmente en
la guerra Civil Española sobretodo en la Marina(en los barcos de abastecimiento), y ya de
forma extensiva en la II Guerra Mundial por todos los bandos.
Así por ejemplo los pilotos de combate de todos los ejércitos tomaron ampliamente
anfetaminas para mantener elevados niveles de alerta y vigilancia a bordo de sus aparatos y
estimular la combatividad, siendo el caso ya histórico de la gran cantidad de anfetaminas
que acabada la Guerra de EEUU con Japón quedaron en el archipiélago Nipón y que
generarían cientos de miles de adictos a estos estimulantes, hasta tal punto que aun hoy la
droga más extendida en Japón es sin duda la meta-anfetamina.
En cualquier caso las anfetaminas fueron y siguen siendo aun patrimonios de las
farmacopeas de todo el mundo, estando como dotación estimulante oficial en todos los
botiquines militares del mundo.
Ni que decir tiene que el uso medicamentoso de las anfetaminas se fijó en las
obesidades como anorexígeno, en los déficit de atención infantil con hiperactividad, en
algunos cuadros depresivos, o como componente de los anti cinetósicos y los
descongestionantes nasales.
Hoy la propia OMS se plantea la retirada paulatina de las anfetaminas de los
formularios de todo el mundo, siendo sustituidas por otros estimulantes más controlables y
con menos efectos secundarios como el metil-fenidato, con objeto de retirar de los
mercados mundiales muchas toneladas de estas sustancias que nutren el mercado negro y
que incluso se utilizan como precursores para las actuales drogas de síntesis.
Entre todas los "drogas de síntesis" que hoy invaden el mundo occidental, se
destacan marcadamente las de tipo anfetamínico.
Del aproximadamente medio centenar de sustancias sintetizadas con tal fin las de
uso más común, con gran diferencia del resto, son 3,4-metilendioxianfetamina ( MDA ) o
"droga del amor" y 3,4-metilendioximetanfetamina ( MDMA ) conocida como "Extasis",
"Adam", "XTC" y otros; compuestos más recientes y que han adquirido cierta reputación y
por tanto consumo son 3,4-metilendioxietanfetamina ( MDEA ) o "Eva", 4-metil-2,5-
dimetoxianfetamina ( DOM ) o "STP", etc.
La MDA por ejemplo fue sintetizada allá por 1910, estudiada farmacológicamente
con fines comerciales como inhibidor del apetito en las décadas de los años 50-60, y su
empleo como droga de abuso se inicia, aproximadamente, en 1967.
La MDMA fue sintetiza en 1914 en Alemania como anorexígeno, no llegando a
comercializarse, y fue empleada a comienzos de la década de los años 70 por un grupo de
psiquiatras en EE.UU. como coadyuvante de la psicoterapia al favorecer la comunicación;
se documenta su utilización como droga de uso recreacional desde 1983. En la actualidad
la F.D.A. (el organismo responsable en U.S.A. de los estudios farmacológicos y el que
autoriza su comercialización, entre otras actividades) tiene clasificadas a la MDMA y
MDA dentro de la Lista I de sustancias, es decir no aceptadas para su uso médico y con
alta potencialidad de abuso. En la actualidad, y tras su reclasificación en enero de 1988, se
halla pendiente de clasificación
El salto al uso más amplio de estas llamadas “drogas de síntesis” se genero tras el
advenimiento de la literatura "underground", la búsqueda de nuevas sensaciones
hiperrealistas y una rotura con los moldes puritanos anglosajones, buscándose nuevas rutas
de hedonismo sin esfuerzo. En este caminar, que duda cabe, tuvo gran influencia el
quìmico A.Shulgin quien en 1976 autoexperimentò con el MDMA publicando hallazgos a
su juicio muy esperanzadores.
Hoy existe una asignatura pendiente con estas sustancias de síntesis que se utilizan
cada vez más, sobretodo en determinados ambientes lúdico-musicales y por personas muy
jóvenes, incluso demasiado jóvenes(1)(2)(6)(7)
El Cannabis y sus derivados

Los primeros rastros escritos sobre la Cannabis Sativa figuran en los Vedas de la
India, textos de la religión probablemente más antigua del mundo conocido.
Así por ejemplo la llamada Soma es evocada en el Rig-Veda, exponiéndose cómo su
uso permitía acceder directamente a los dioses. Narraciones semejantes se encuentran en el
Athar-Veda y en el Bhango, del último de los cuales proviene la palabra Bhang que es
como se conoce en la India el Cannabis.
Los cultivos más antiguos de la planta datan del año 3500 antes de JC en el
Himalaya, de donde progresó hasta Persia y las orillas del Nilo en el segundo milenio antes
de Cristo, extendiéndose definitivamente por la cuenca mediterránea.
No obstante existen datos oscuros pero datos al fin y al cabo sobre el uso del
Cáñamo hace 5000 años en China como elemento para elaborar fibras textiles, por su
flexibilidad, resistencia y economía, y así mismo el emperador Shen-Nung en el 2737
antes de JC describía en una farmacopea las propiedades de las cocciones del Cannabis.
Ya con mucha posterioridad Herodoto cita que distintas tribus hacia el siglo VI antes
de nuestra era trajeron el Cannabis desde Liberia a Europa con fines religiosos y
taumatúrgicos, y tanto los griegos como posteriormente los romanos conocieron muy bien
los efectos de la planta que venían perfectamente descritos desde Egipto, por lo que
Dioscoride en el siglo I después de Cristo la utilizaba para los dolores de oido, y Galeno en
el II después de Cristo ya avisaba de ciertos peligros sobre su abuso.
Pero si hay un pueblo al que se le ha relacionado intensamente con el uso y abuso
del Cannabis en la antigüedad es el de los ismaelitas, pueblo shihita que se hizo
depositario de los tratados alquímicos griegos sobre los efectos del Cannabis y
utilizaron la planta con fines no solo religiosos, sino guerreros. Así es de todos conocida
la denominada secta de los Haschichins cuyo líder Hassan Ibn Al Sabbah hacía beber
una cocción de Cannabis a sus soldados como premio cada vez que iniciaban una batalla
o tenían que cometer un “asesinato” (casi siempre por encargo y previo pago).
La expansión musulmana es sin duda la que extiende el uso del Cannabis por
Europa, si bien era el Opio mejor conocido que el propio Cannabis hasta la vuelta de
Napoleón de Egipto. Fueron precisamente sus tropas de vuelta de la campaña africana a
finales del XVIII y comienzos del XIX las que introdujeron con gran éxito el consumo
de la planta en Paris y desde ahí hacia el resto de la Europa occidental, ello a pesar de
las estrictas prohibiciones que los médicos militares de la época hicieron sobre este
consumo por parte de los soldados en campaña a instancias del propio Emperador.
De la propia Francia es el selecto “Club de los Haschichins” , creado con el
nombre de la secta de antaño e iniciado por el literato Teófilo Gautier a quien a su vez
había convencido del consumo del Cannabis el mismísimo Moreau de Tours.
En este selecto Club estuvieron muchas de los grandes artístas y las mejores
plumas y de Francia: Delacroix, Nerval, Baudelaire, Flaubert, Dumas y otros, incluso
algunos adeptos y adictos entonces al láudano de distintos paises como Coleridge,
Quincey y el propio Poe pasaron también a serlo del Cannabis.
En América fueron los españoles los que introdujeron el cáñamo hacia 1547,
siendo ya algo no solo normal sino muy abundante en plena Guerra de Secesión en la
que el mismo Washington sembraba la planta, siendo la segunda cosecha en
importancia en Norteamérica después del algodón.
A pesar de todo se entiende que el consumo masivo de Cannabis se inicia en
serio a raíz de las grandes emigraciones de mejicanos hacia EEUU, siendo un tema de
tanta importancia que en 1930 se crea por parte del Departamento del tesoro Americano
la Oficina Federal de Narcóticos solo destinada al control del cultivo, venta y consumo
de la planta.
En Europa acabadas las Guerras Mundiales es a partir de los años 50 en pleno
siglo XX cuando se nota un importante avance del consumo del Cannabis, que hacia los
70 con el movimiento contracultural hippie se hace general entre determinados
estamentos juveniles, avance en el uso y abuso que ha llegado hasta nuestros días a
pesar de las diferentes prohibiciones oficiales de todos los niveles y las continuas
controversias científicas, sociales y políticas que aun hoy continúan y que dieron un
giro técnico con el aislamiento del Delta 9 Tetrahidrocannabinol por Mechoulam en
1965(1)(4)(10)(11)

Alucinógenos

Las sustancias alucinógenas son aquellas que tras su consumo producen el la


persona la aparición de alucinaciones diversas y un cuadro que se etiqueta en la
actualidad de psicosis tóxica.
Estas sustancias que pueden ser de origen natural o sintético, han ocupado
también un importante papel en la historia de las drogodependencias, aunque sus graves
e intensos efectos las han limitado a grupos o situaciones muy ocasionales.
Los alucinógenos de origen natural existen con nosotros desde los comienzos de
la historia.
Así los alcaloides del Cornezuelo de Centeno(el ácido lisérgico) fueron
conocidos ya por Hipócrates para facilitar los partos y Plinio describió otros efectos
terapéuticos y sus posibles efectos tóxicos.
Hacia el año 1000 y junto a las terribles epidemias de peste, aparece en Europa
otra enfermedad que consistía en la gangrena de las extremidades de muchos
campesinos, enfermedad que se definió por su misterioso origen como “el fuego
sagrado”, no siendo hasta entrado el siglo XVII que se relaciona con la ingesta de pan
de centeno contaminado con el parásito de esta gramínea el Cornezuelo.
Es Hoffman en 1943 quien al sintetizar la sustancia número 25 derivada del
ácido lisérgico( LSD 25: dietil-amida del ácido lisérgico) empieza a sentirse mareado, a
tener visiones extrañas y en pleno delirio tiene que refugiarse en su domicilio hasta que
se le pasan los efectos de la inhalación accidental del que sería el más poderoso
alucinógeno jamás conocido.
En base a distintos trabajos sobre estas sustancias, incluso algunos psiquiatras
intentan utilizar el alucinógeno como terapia y acercamiento a distintos cuadros
psicóticos con resultados poco alentadores hacia los años 60, pero el producto estaba ya
servido, y así toda una corriente de ensayistas e intelectuales van a utilizarlo en la
búsqueda de distintas sensaciones (Timothy Leary, Alpert, Alan Wat, Borrough,…),
asociando su uso a la ola contracultural de la época.
Otros alucinógenos conocidos son también se origen milenario. Así el hongo
Peyote cuyo principio activo es la mescalina, se remonta a las civilizaciones americanas
precolombinas, e incluso posteriormente su uso es muy general entre los indios
norteamericanos (apaches mescaleros, comanches, Kiowas y Cheyenes), siendo uno de
los últimos intelectuales en probarlo y difundirlo el propio Aldoux Huxley quien en su
obra “En las puertas de la percepción” describe los efectos del alucinógeno en sí mismo.
(1)(5)(8)(10)(12)(13)

¿Hacia dónde vamos?

Podíamos seguir describiendo otras sustancias o productos cuyo uso y abuso se


ha ido poco a poco convirtiendo en un problema de salud pública que preocupa a
autoridades sociales y políticas, profesionales de la salud, y a la sociedad en general, así
los disolventes volátiles que por vía inhalatoria causa estragos en sudamérica, sustancias
de síntesis con diversos efectos psicodisléptico como la STP, la DMT y otras, o el uso
ilícito de medicamentos que se han derivado al consumo extra médico: Ketamina
(“Special K”), Nitrito de Amilo(“Poppers”), GHB(gamma hidroxi butirato o “Extasis
Líquido”), y así un largo etcétera, pero con lo visto parece suficiente para hacerse una
idea de la situación actual, las drogas junto al alcohol, son hoy un problema de salud
publica muy importante y por ello hoy más que nunca es preciso analizar hacia atrás
la evolución de las drogodependencias para entender el futuro incierto de su evolución,
y en particular por algunas de las siguientes razones:

1ª)Las drogas son un problema global sin fronteras y las redes de narcotráfico y sus vias
son así mismo globales, solo para hacerse idea de esta dimensión podríamos poner un
ejemplo: si IRAN dejara de incautar el opio que procede de Afganistan y Paquistan
durante una semana, la heroína que entraría en Europa por Turquía se multiplicaría por
20.

2ª)El dinero que mueven las drogas de abuso es superior al generado por el petróleo, y
los métodos de blanqueo de capital, uso de paraísos fiscales y manipulaciones
económicas no son controlables ni por los propios estados.

3ª)La criminalidad que comporta el narcotráfico es claramente internacional, utilizando


la vulnerabilidad y fragilidad social y legislativa de algunos países para infiltrarse en
los más consolidados.
4ª)La realidad de la producción de las drogas de abuso en unos países y su exportación
ilícita hacia otros (Cocaína Sudamericana, Heroína afgana o tailandesa, Cannabis
africano), donde los llamados consumidores fuerzan una demanda en aumento, hace
necesario analizar el tema de las drogodependencias de una forma integral y trans
histórica.

Y 5ª)El tráfico y posterior desvió hacia los mercados de drogas de las substancias
químicas necesarias para la elaboración de éstas, que son las mismas que las utilizadas
en una amplísima industria lícita de otros productos(llamadas precursores), así como el
desvío de medicamentos hacia su abuso, y su fabricación internacional exigen también
una aproximación no solo histórica, sino casi “profética” en la evolución de la
drogodependencia(1)(4)(7)
La realidad está servida, de nosotros depende, como siempre nuestro propio
futuro, o como decía D. Santiago Ramón y Cajal: “El hombre es el único escultor de su
propio cerebro”

Bibliografía

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10)Dugarin J y Nominé P., Toxicomanía: reseña histórica y clasificaciones., Las


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11)Khal G y Basile J., La Marihuana, Ed. L’Aurore, Montreal, Canada, 1977

12)Reynaud M., Las toxicomanías y la sociedad., Ed. Maloine, Paris 1984.

13)Pelt J.M., Drogas y plantas mágicas,. Ed. Fayard, Paris, 1983

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