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Introducción
Los primeros rastros escritos de la existencia del Opio como planta y su uso se
remonta a las épocas Sumerias 3000 años a de JC, aunque no es sino en el Papiro de
Ebers del siglo XVI antes de JC donde encontramos por primera vez al opio nominado
en una lista de productos de efecto medicamentoso, con la siguiente indicación:”Para
niños que gritan demasiado fuerte”.
La cultura griega conoce perfectamente la planta y así Hesiodo en el siglo VIII
ya la menciona en sus obras, en las que se habla de Morfeo (que en el siglo XIX daría
nombre a la Morfina),y hasta en la mismísima Odisea aparece el “Nephentes” como la
“droga del olvido”.
Pero los principios de su uso sistemático están vinculados lógicamente a
Hipócrates, a Herodoto y a Teofrasto en el siglo III antes de JC, tiempo en el que
empieza ya la polémica(que no nos abandonaría nunca) sobre la doble cara medicinal y
de sustancia peligrosa.
Los romanos, herederos de la cultura griega conocen, indican y utilizan el Opio
con naturalidad, y así Galeno en el siglo I antes de JC lo introduce en su “triaca magna”
y muchos grandes hombres coetáneos lo usaban con fines terapéuticos como el
emperador Marco Aurelio que lo usaba para apaciguar sus cefaleas.
Tras un periodo de silencio relativo sobre su uso, en la edad media los
árabes(que nunca dejaron de utilizarlo) difunden el uso del Opio por todos sus
territorios ocupados, sabiéndose que el mismo Avicena muere intoxicado por el mismo
en el año 1037.
Con las cruzadas a partir del siglo XIII el Opio se difunde nuevamente por
Europa al ser traído de Tierra Santa, y se incorpora a todas las farmacopeas de la época,
las cuales se nutrían aun del texto Materia Médica de Dioscóride, y así llegamos hasta el
XVII en que Sydenham prepara su célebre Láudano que ha perdurado hasta nuestros
días.
Pero como en todos los relatos, el del opio tiene su propia historia negra que
además hará nacer la gran hipocresía social en relación con las drogas de abuso, nos
estamos refiriendo a las Guerras del Opio en China.
En China el opio era conocido desde el siglo VIII aunque se empezó a utilizar
como medicina a raíz de su introducción por los árabes en Asia hacia los siglos IX Y X.
Pero no fue sino hacia el siglo XVI que junto a la introducción del uso del tabaco por
los marineros holandeses y portugueses lo que abrió las puertas poco a poco a su
consumo como medio de divertimento y placer, lo que nos sitúa en el siglo XVIII con
un intenso comercio de opio sobretodo con la India. ¡El negocio estaba servido¡ y así el
Imperio británico comienza a monopolizar la compraventa de opio en Asia pasando de
vender 300 Toneladas en 1821 a más de 3000 Toneladas en 1848.
Los resultados no se hicieron esperar: China se revela contra el monopolio, se
suceden las guerras contra el Imperio y las conclusiones se hacen evidentes: cesión de
todos los derechos de compraventa del opio a la East India Company inglesa,
importantísimas indemnizaciones, aperturas obligadas de múltiples puertos al comercio
internacional y tolerancia del cristianismo en toda China.
Las cifras aunque históricas hoy son muy significativas: de alrededor de dos
millones de chinos adictos al opio en 1850 se pasó a 120 millones en 1878, pero la
venganza vendría por si sola con el paso del tiempo.
En Europa el Opio en pleno siglo XIX se difunde lenta pero inexorablemente
arropado por una tolerancia importante y animado por intelectuales y ensayistas:
Quincey, Musset, Coleridge, Dickens, Scott, Poe, Baudelaire, Gautier, Balzac, y así una
larga lista de ilustres lo avalan. En el XX el ánimo sigue: Apollinaire, Modigliani,
Toulouse-Lautrec, Picasso y así hasta la defensa a ultranza que en 1929 hace Cocteau en
su obra “Opio”.
Pero las cosas no iban a quedar así, y la purificación de los alcaloides del opio,
que ya habían comenzado los médicos de Napoleón Derosne y Seguin, más el invento
de la jeringa por Pravaz, hacen que la morfina se extienda como la polvora como
analgésico en todas las Guerras (Crimen, Sucesión Americana,..etc.), y también por los
estratos sociales más altos de Europa, donde los equipos de inyección para la morfina se
convierten en sofisticados modelos de última moda y los libros sobre las maravillas de
la inyección se multiplican.
La alarma empieza a sonar en el mundo médico a finales del siglo XIX cuando
muchos profesionales observan distintos casos de muerte, intoxicación grave y
dependencias de imposible tratamiento, y así para resolver un mal nació otro peor: la
heroína, de cuyos resultados tenemos aun hoy tristes recuerdos y una amarga realidad.
La heroína la obtuvo Wright en 1874 diacetilando la morfina y pasa al mercado
farmacéutico como analgésico de la mano de la industria alemana en 1898 sobretodo
para el dolor en las enfermedades pulmonares y como sustituto para las adicciones a la
morfina, saliendo del listado de medicamentos tan tarde como en 1970 en Francia por
ejemplo y pasando a ser una sustancia prohibida a partir de los años 70 tras la pandemia
de adicción por todo el mundo tal y como lo recoge el Convenio de Viena sobre
Estupefacientes de 1968.
Con el Mayo Francés del 68, la Guerra de Viet Nan, la cultura Underground, y el
movimiento Hippie bajo el lema:”Haz el amor y no la guerra”, la heroína se expande
por todo el mundo desde finales de los 60 hasta nuestros días, donde aún hoy en la
Unión Europea hay aproximadamente entre 300.000 y 400.000 personas en tratamientos
de reducción del daño con metadona, o en la Europa del esta donde aunque no hay
cifras oficiales se sabe que aun existen cientos de miles de casos de adicción a la
heroína por iba parenteral o nasal, eso sin entrar en las cifras aun mayores de lo que
ocurre por ejemplo en el Sureste de Asia o en países tan avanzados como los Estados
Unidos de Norteamérica.
La heroína, cuyo nombre se debe irónicamente al hecho de lo bien que iba y lo
enérgica que era para el dolor en determinadas enfermedades graves como la
Tuberculosis, ha generado más muertes por vía directa o indirecta en los últimos 40
años que cualquier otra sustancia química conocida con excepción probablemente del
alcohol y el propio tabaco (1) (10) (13)
Coca y Cocaína
Los primeros rastros escritos sobre la Cannabis Sativa figuran en los Vedas de la
India, textos de la religión probablemente más antigua del mundo conocido.
Así por ejemplo la llamada Soma es evocada en el Rig-Veda, exponiéndose cómo su
uso permitía acceder directamente a los dioses. Narraciones semejantes se encuentran en el
Athar-Veda y en el Bhango, del último de los cuales proviene la palabra Bhang que es
como se conoce en la India el Cannabis.
Los cultivos más antiguos de la planta datan del año 3500 antes de JC en el
Himalaya, de donde progresó hasta Persia y las orillas del Nilo en el segundo milenio antes
de Cristo, extendiéndose definitivamente por la cuenca mediterránea.
No obstante existen datos oscuros pero datos al fin y al cabo sobre el uso del
Cáñamo hace 5000 años en China como elemento para elaborar fibras textiles, por su
flexibilidad, resistencia y economía, y así mismo el emperador Shen-Nung en el 2737
antes de JC describía en una farmacopea las propiedades de las cocciones del Cannabis.
Ya con mucha posterioridad Herodoto cita que distintas tribus hacia el siglo VI antes
de nuestra era trajeron el Cannabis desde Liberia a Europa con fines religiosos y
taumatúrgicos, y tanto los griegos como posteriormente los romanos conocieron muy bien
los efectos de la planta que venían perfectamente descritos desde Egipto, por lo que
Dioscoride en el siglo I después de Cristo la utilizaba para los dolores de oido, y Galeno en
el II después de Cristo ya avisaba de ciertos peligros sobre su abuso.
Pero si hay un pueblo al que se le ha relacionado intensamente con el uso y abuso
del Cannabis en la antigüedad es el de los ismaelitas, pueblo shihita que se hizo
depositario de los tratados alquímicos griegos sobre los efectos del Cannabis y
utilizaron la planta con fines no solo religiosos, sino guerreros. Así es de todos conocida
la denominada secta de los Haschichins cuyo líder Hassan Ibn Al Sabbah hacía beber
una cocción de Cannabis a sus soldados como premio cada vez que iniciaban una batalla
o tenían que cometer un “asesinato” (casi siempre por encargo y previo pago).
La expansión musulmana es sin duda la que extiende el uso del Cannabis por
Europa, si bien era el Opio mejor conocido que el propio Cannabis hasta la vuelta de
Napoleón de Egipto. Fueron precisamente sus tropas de vuelta de la campaña africana a
finales del XVIII y comienzos del XIX las que introdujeron con gran éxito el consumo
de la planta en Paris y desde ahí hacia el resto de la Europa occidental, ello a pesar de
las estrictas prohibiciones que los médicos militares de la época hicieron sobre este
consumo por parte de los soldados en campaña a instancias del propio Emperador.
De la propia Francia es el selecto “Club de los Haschichins” , creado con el
nombre de la secta de antaño e iniciado por el literato Teófilo Gautier a quien a su vez
había convencido del consumo del Cannabis el mismísimo Moreau de Tours.
En este selecto Club estuvieron muchas de los grandes artístas y las mejores
plumas y de Francia: Delacroix, Nerval, Baudelaire, Flaubert, Dumas y otros, incluso
algunos adeptos y adictos entonces al láudano de distintos paises como Coleridge,
Quincey y el propio Poe pasaron también a serlo del Cannabis.
En América fueron los españoles los que introdujeron el cáñamo hacia 1547,
siendo ya algo no solo normal sino muy abundante en plena Guerra de Secesión en la
que el mismo Washington sembraba la planta, siendo la segunda cosecha en
importancia en Norteamérica después del algodón.
A pesar de todo se entiende que el consumo masivo de Cannabis se inicia en
serio a raíz de las grandes emigraciones de mejicanos hacia EEUU, siendo un tema de
tanta importancia que en 1930 se crea por parte del Departamento del tesoro Americano
la Oficina Federal de Narcóticos solo destinada al control del cultivo, venta y consumo
de la planta.
En Europa acabadas las Guerras Mundiales es a partir de los años 50 en pleno
siglo XX cuando se nota un importante avance del consumo del Cannabis, que hacia los
70 con el movimiento contracultural hippie se hace general entre determinados
estamentos juveniles, avance en el uso y abuso que ha llegado hasta nuestros días a
pesar de las diferentes prohibiciones oficiales de todos los niveles y las continuas
controversias científicas, sociales y políticas que aun hoy continúan y que dieron un
giro técnico con el aislamiento del Delta 9 Tetrahidrocannabinol por Mechoulam en
1965(1)(4)(10)(11)
Alucinógenos
1ª)Las drogas son un problema global sin fronteras y las redes de narcotráfico y sus vias
son así mismo globales, solo para hacerse idea de esta dimensión podríamos poner un
ejemplo: si IRAN dejara de incautar el opio que procede de Afganistan y Paquistan
durante una semana, la heroína que entraría en Europa por Turquía se multiplicaría por
20.
2ª)El dinero que mueven las drogas de abuso es superior al generado por el petróleo, y
los métodos de blanqueo de capital, uso de paraísos fiscales y manipulaciones
económicas no son controlables ni por los propios estados.
Y 5ª)El tráfico y posterior desvió hacia los mercados de drogas de las substancias
químicas necesarias para la elaboración de éstas, que son las mismas que las utilizadas
en una amplísima industria lícita de otros productos(llamadas precursores), así como el
desvío de medicamentos hacia su abuso, y su fabricación internacional exigen también
una aproximación no solo histórica, sino casi “profética” en la evolución de la
drogodependencia(1)(4)(7)
La realidad está servida, de nosotros depende, como siempre nuestro propio
futuro, o como decía D. Santiago Ramón y Cajal: “El hombre es el único escultor de su
propio cerebro”
Bibliografía
3) Cabrera Forneiro, J. y Fuertes Rocañín, J.C. La enfermedad mental ante la ley. Madrid,
ARAN, S.A., 1994.
5)Cabrera Forneiro J y Fuertes Rocían J.C., Psiquiatría y Derecho., ED. Cauce, Madrid,
1997.