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UNA MIRADA AL SALMO 98, 1-4.

1. Vivimos en base de una monotona, todos los das hacemos lo mismo, Dios nos invita a un
cambio, una renovacin, una conviccin a algo nuevo, a que progresemos de diferente
manera, a cambiar de actitud y de conducta. La creacin de Dios nos instruye, en ella Dios
utiliza diferentes verbos para mostrarnos su inmenso amor: Hizo, revel, manifest, con
estas tres palabras, podemos entender el termino <<Porque ha hecho maravillas>>, como
un recordatorio constante de su poder. Cambiemos nuestra alabanza y nuestra accin de
gracias, expresemos el verdadero significado de ser cristianos con una nueva oracin,
Reconociendo la accin de Dios en nuestras vidas, desde la creacin hasta hoy, nos damos
cuenta de que Dios ha hecho, por nosotros su pueblo maravillas. Es la Fuerza del Seor la
que nos sostiene, dependemos de l, pues somos dbiles, Su Diestra, su santo brazo es
quien alcanza la victoria, no son nuestros propios medios son los del Dios Altsimo. Por eso
debemos reflexionar muy bien sobre este primer verso, cantad, entonad un nuevo himno,
aclamad al Dios de la Gloria.
2. Dios es justo, porque tiene la razn, ya que sus palabras van acorde con sus acciones y
revela su santa justicia a Israel su pueblo, sea nosotros, los que lo contemplan, somos los
beneficiarios de las bondades de Dios. Debemos ser semejantes a Dios, imitar sus santas
cualidades o atributos: Justicia, lealtad, fidelidad, equidad. Estas cualidades son las que
finalmente nos darn la victoria.
3. Dios es leal, no nos deja de amar, dicho amor es espontaneo, siempre esta a la espera de
nuestro cambio, siempre mantiene un firme propsito de esperar, a que por nuestros
propios medios estemos dispuestos a aceptar su voluntad, Dios es coherente con lo que
dice y con lo que hace, mantiene sus promesas y las cumple, toda alianza es reforzada por
el amor de Dios, siempre y cuando Israel su pueblo lo acepte como su legitimo Dios.
Nuestro deber es reconocer lo que Dios hace en nuestro favor, porque toda la Tierra ha
contemplado la victoria de nuestro Dios.
4. El cierre de este verso recoge la invitacin del primero, cantad, entonad un nuevo himno,
aclamad al Dios de la Gloria. Al hacerlo debemos alegrarnos pues Dios es nuestra alegra,
regocijarnos en la presencia de Dios, pues l es nuestro refugio, vivir con emocin un
nuevo canto con instrumentos, para que nuestra alabanza sea de agrado al Altsimo.

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