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OBRAS COMPLETAS DE SAN AGUSTIN XLI Escritos atribuidos La fe, libro dedicado a Pedro.—El espiritu y el alma.— EI amor a Dios.—Soliloquios.—Meditaciones.—Ma- nual de elevacién espiritual—La escala del paraiso.— Combate entre los vicios y las virtudes.—Salterio (compuesto para su madre).—Tratado sobre la Asuncién de Matia.—Debate entre la Iglesia y la Sinagoga.—Los dogmas de la Iglesia ——Defensa de Agustin por Prospero de Aquitania—Sentencias de Agustin recopiladas por Prdspero de Aquitania INTRODUCCIONES, VERSION, NOTAS E INDICES DE TEODORO C. MADRID Con la colaboracién de NiceTo BLAZQUEZ y Marcos MArTINEZ MANZANEDO BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS MADRID * MMII El texto latino esta tomado de los voltimenes 41, 42 y 45 de Patrologia latina de J. P. Micne. La revision ha sido reali- zada por ENRIQUE GARMON. Ilustracién de portada El triunfo de San Agusti#, Claudio Coello (Museo del Prado, Madrid). Disefio: BAC © Biblioteca de Autors Cristianos Don Ramén de la (nz, 57. Madrid 2002 Depésito legal: M. 4650-2002 ISBN: $4-220-04488 (obra completa) Avi ISBN: 84-7914-5323 {tomo XLI) ig Impreso en Espafia Printed in Spain INDICE GENERAL PRESENTACION..... INTRODUCCION GENERAL BIBLIOGRAFIA ... SIGLAS Y ABREVIATURAS 4 LA FE, LIBRO DEDICADO A PEDRO : INTRODUCCION.... wll S La fe, dedicado a Pedro o La Regla de la fe verdadera ........; 9 PROLOGO 9 CapfTuLos: La Trinidad un solo Dios MW. La humanidad de Cristo, Qué fue el anonadamiento del Hijo de Dios... Dios es el Crea La naturaleza divina Un solo Dios Dios es etern Dios es inmutable 1 2 3. 4 5. 6. 7. 8. Dios creador de todo 54 9, La Trinidad en la unidad. 54 10. La distincién de personas 55 11. El Espiritu Santo... 56 12. La Trinidad no est circunscrita por limite alguno. 56 13. La persona del Hijo 57 14. La humanidad de Cristo 58 15. La divinidad de Cristo 59 16. Las dos naturalezas en Crist 59 17. La unidad de persona en Cristo. 60 18. La unién del Verbo y de la carne 61 19. Los sacrificios. El sacrificio del pan y del vino. 61 20. 21, 22. 23, 24. 25, 26. 27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34, 35. 36. 37. 38. 39, 40. 41. 42, 43. 44. 45. ENTRODUCCION....eee-meee El espiritu y el alm... Indice general Pags. La humanidad de Cristo. . La naturaleza es buena, no tiene nada malo. ¢Qué es al mal? ...... Ninguna criatura es una misma cosa con Dios Los angeles cteados inmutables Las criaturas racionales La voluntad libre de Adan . El pecado original ........ Cual sea Ia pena de los no bautizados EL juicio sesssccaeteeceeeeteees La resurreccién de la carne La fe y el bautismo. La gracia...... Nada se hacesin la gracia A Dios nada se le ocult: La predestinac6n ... Los bienaventurados por la pred EI bautismo.. Fuera de la Iglesia no hay salvacion Los condenado Los herejes .... Los cristianosde mala vid Que nadie vive sin pecados La comida y li bebida... sia los malos estan mezclados con los Que hay que ptseverar € en la fe Regla de oro ELESPIRITU Y EL ALMA PREFACIO..... Qué es el alm La raz6n. El raciocinio. E] alma se eninde a si misma De qué consti hombre.. Las energias. (ico energias del alma. Analogfa entrelas virtudes del alma y los coros de an- dg! El alma es es cap de todo... 87 91 91 92 92 94 94 96 98 100 Indice general XI any Pags. 8. Qué es el alma? . 101 9. Doble sentido del 102 10. El espiritu.... 104 11. De dénde el nombre. Se diferencian el sentido y la ima- ginacion....... 107 12. El sentido y sus obras. il 13. La definicién del alma 114 14. La amistad del alma y del cuerpo 116 15. De qué manera el alma gobierna al cuerpo 121 16. Excelencia del alma adornada de la caridad . 123 17. Estimulo al amor de Dio: 124 18. El alma vida del cuerpo. 127 19. Ella toda hace Jo que hace.. 129 20. Energias del alma para las virtudes y contra los vicios ... 130 21. La energfa vital .. 132 22. La energia animal. 133 23. Cudntas energias se p 134 24. Qué es y qué no es el alma. 137 25. Cinco géneros de suefios. 142 26. Razén de los espectros 143 27. Qué pueden los espiritus angélicos en lo humano 144 28. Experiencia y artes de los demonios para engajiar. 145 29, Las apariciones de los muertos . 147 30. El alma no crece 148 31. El hombre morta 150 32. Nada hay mas conocido a la mente que ella mism: 151 33. La materia del cuerp 155 34. El sentido. La memoria. 157 35. Dignidad de la condicién humana 162 36. Comparacién del alma con Dios 166 37. El alma es la ciudad de Dios. 169 38. Definiciones de las energias del alm: 172 39. Para qué el alma es a imagen y semejanza de 174 40. Miseria del alma que se aparta de Dio: 175 41. Las almas son creadas cada dia. 177 42. Por qué se les da el alma a los no bautizados 179 43. La naturaleza del alma. Muerte del hombre . 182 44. El alma es invisible... 183 45. Triple estado de los racionale: - 185 46. Suerte diversa de la criatura raciona 187 47. El hombre entre el mundo y Dios... 189 48. Origen de las almas. El albedrio. La eleccié . 190 49. Sentido hasta en el hombre interior. . 193 50. Qué es la meditaci6n.... - 195 51. La atencién y la discusién de sf . 197 Nl Indice general Pags 52. Tres grados de conocimiento 199 53. Dos cosas necesarias para el conocimiento de si. 202 54. Doble bien del hombre... 205 55. Los nombres de la Trinidad son nombres de piedad...... 208 56. El espiritu es intelectual 210 57. Prudencia en imitar a los buenos y evitar a los malos ... 213 58. Felicitaciones a los piadosos que gozan de Dios . 216 59. Deplora sus miserias. 217 60. Necesidad de que la mente se vuelva a las cosas celes- tales... 219 61. Siete grado 223 62. Cémo debe ser el alma 227 63. Buscar a Dios. Qué es Dios 228 64. Estimulo para el conocimiento del Sumo Bien. 230 65. Triple fruicién de Dios en los bienaventurados 234 LIBRO DEL AMOR A DIOS INTRODUCCION.... 243 EI amor a Dios. 247 Caprrutos: 1. La caridad es camino que lleva a la vida... . 247 2. Por qué y de qué modo nosotros tenemos que amar a Dios ... 3. Todo es del hombre 4. Dignidad del alma 254 5. Repaso a los beneficio: 257 6. El beneficio de la creacién 258 7. El beneficio dela vocacién a la fe 261 8. Don de las virtudes . 262 9. Importancia de los demas io: 264 10. La providencia de Dios sobre nosotros 265 11. El don de la vida. 267 12. La divina largueza 270 13. El don de la continencia y su triple enemigo. 275 14. La esperanza dela vida eterna esta en tres cosas. 277 15. Otros beneficios recibidos 278 16. El beneficio de la redencién 281 17. Las promesas divinas. No pueden perderse 284 18. La felicidad de los elegidos . 285 INTRODUCCION.... Indice general XI ‘ Pégs. SOLILOQUIOS, MEDITACIONES, MANUAL La lectura agustiniana . Reclamo poderoso Pensamiento agustiniano. Fuentes y literatura. Triple influencia agustinian Ditusién Bibliografi SOLILOQUIOS DEL ALMA A DIOS INTRODUCCION.... 301 Soliloquios del alma a Dios 305 CapituLos: 1. Aspiracion al conocimiento y al amor de Dios...........08 305 2. Actitudes diversas de Dios con el hombre 309 3. Fragilidad del pobre hombre... 312 4. Necesidad y petici6n de la luz divina 313 5. El pecado nos hace miserables 315 6. Miseria del pecador.... 318 7. El amor de Dios se alimenta con la contemplacién de sus beneficios... . 320 8. El hombre cuando igual a los angeles . 322 9. La omnipotencia de Dios...... . 325 10. El hombre es incapaz para alabar a Dio: - 326 11. La esperanza de la salvaci6n se fundamenta en la bon- dad que nos cred... . 328 12. Oracién contra los lazos de las concupiscencia: . 329 13. La luz admirable de Dios. . 332 14. Que Dios siempre ve las obras y las intenciones de los hombres. 335 15. El hombre no puede nada p 338 16. El diablo y sus tentaciones.... 341 17. Necesidad de la luz divina para evitar los peligro: 343 18. Los males de la ingratitud . 347 19. Deseo ardiente del amor 350 20. Toda la creacién sirve al hombre... . 352 21. Los bienes temporales manifiestan la grandeza celestes...... 353 22. No hay que esperar consolacién eterna y a la vez la tem- poral . 355% XIV 23. 24, 25. 26. 27. 28. Indice general Pégs. 357 359 El deseo de gozar de Dio: Que sin la gracia de Dios no podemos nada .. La voluntad humana es ineficaz para obrar el bien sin la gracia .. . 361 Los beneficios divinos ya concedidos sostienen nuestra esperanz: 362 Beneficios que Di los Angeles custodios . El misterio dela predestinacién y presciencia de Dios 363 366 29. Profundidad de los juicios de Dios. . 368 30. Origen del alma humana, naturaleza y contenido de su felicidad 370 31. Dénde habita 371 32. Confesién defe en la soberana Trinidad 380 33. Las tinieblas proceden de nosotros, nuestra luz viene de Dios... 385 34, La soberana majestad de Dios 386 35. Deseo ardiente de Dios. 389 36. La luz de la ghria .. 393 37. Oracién a la Santisima Trinidad. 397 MEDITACIONES INTRODUCCION.... . 401 Meditaciones .... 407 CapfruLos: 1. Oracién paractirpar los vicios y obtener las virtudes.. 407 2. Alabanza de limisericordia divina ... - 409 3. a impide que el hombre sea ofdo por 411 4. El temor del jicio altimo. 413 5. Eficacia de la nvocacién del Padre por medio 415 6. Se presenta alPadre Ia pasién de su divino Hijo 417 7. El hombre com causa de la pasién de Cristo .. 419 8. La confianza ala plegaria y los méritosde Cristo 423 9. Invocacién al spiritu Santo: 426 10. Oracién del ana humilde 428 11. Profesion de ken la Santisima Trinidad 428 12. Contemplacicsde las perfecciones de Diss. 429 13. El misterio deh encarnaci6: 431 14, La encarnaciée10s debe Ienar de confiama y 433 15. La bondad inbita de Dios en nuestra redencién 16, Accién de graiis a Dios pose suneeeees 438 Pags. 17. La gratitud que debemos a Dios 440 18. Oracion a Jesucristo ... 443 19. Sobre la casa de Dios 446 20. Oracién a la casa de Dios 449 21. Las miserias y el tedio de esta vida 451 22. La felicidad de la vida eterna. 452 23. La felicidad de los que mueren santamente 455 24. Invocacidn de los santo: 456 25. Deseo ardiente del cielo. 458 26. Himno a la gloria del paraiso.. 461 27. El canto de las alabanzas de Dios junto con los biena- venturados. 464 28. La luz increada no puede ser vista en esta vid 467 29. Las innumerables perfecciones de Dios... 468 30. Pluralidad de las personas y unidad de Dio: 472 31. Invocacién a la Santisima Trinidad 475 32. Invocacién a Dios.. 477 33. Plegaria a Dios para pos labarlo dignamente.... . 478 34. Confesién del pecador que se reconoce indigno de la- bar a Dios .. 483 35. Ferviente plegaria a Jesucristo. 485 36. Oracidn a Cristo para pedir el don de lagrimas 492 37. Oracién a Jesucristo para obtener la gracia de verlo 498 38. Plegaria en la afliccién.... 507 39. Oracién a Dios lena de temor y de confianza. 508 40. Recomendacién de si mismo... 513 41. Accién de gracias y deseo ardiente de am 518 MANUAL DE SAN AGUSTIN INTRODUCCION.... 527 Manual de elevacién espiritual... . 531 PROLOGO..... . 531 CapiruLos: 1. El poder y las obras de Dios. . 532 2. La inefable ciencia de Dios . 533 3. El deseo de poseer a Dios ... . 535 4. Desgraciada el alma que no ama a Cristo. . 536 5. Oracién del alma a Dios..... - 538 6. La felicidad de los santos en el cielo. . 539 7. Los bienes de la vida eterna... . 540 8. Las miserias de esta vida terrenal 542 Indice general XV Indice general XVI Pégs. 9, El consuelo sdlo puede venir de Dios . 543 10. Peticién del amor divino. . 544 Il. El don de légrimas . 545 12. Dirigir todo el pensamiento hacia Cristo . 546 13. Contianza en Jesucristo . 547 14. La confianza en Dios ... . 548 15. La gloria futura merece todos nuestros esfuerzos. . 550 16. El precio de la gloria. 551 17. La felicidad del paraiso 552 18. Correspondencia y grados de amor. 5594 19. Por el amor nos unimos a Dios..... 555 20. Naturaleza y propiedades del amor . 556 21. El amor de Dios y de Cristo por el hombre. 558 22. La memoria de Cristo en la tentacién .. 559 23. Eficacia conta la desesperacién 560 24. Exhortacién a amor de Cristo 561 25. La posesidn del Sumo Bien . 563 26. El conocimiento de la verdad. 565 27. Los efectos de Espiritu Santo 566 28. El estado del que ama a Dios. 568 29. Quietud y dexanso del alm 569 30. La huida del pecado.......... 570 31. Aspiracién y wnocimiento de Dio: 572 32. Elser de Diosy su imagen 573 33. La bondad divina.... 575 34. En Dios, Sum» Bien, estan todos los bienes 576 35. El gozo de la sin de Dios... 578 36. Crecimiento eel conocimiento, en el amor y en el gozo de Dios w. 579 LAISCALA DEL PARAISO INTRODUCCION..... 583 La escala del paraiso . 585 CapituLos: 1, Descripcién debs cuatro grados de las ejercitaciones es- pirituales......-.0. 585 2. Deseripcidén dilos cuatro grados de los oficios.. 586 3. Oficio de la mitacion 387 4. Officio de la ouion .. 590 5. Officio de la caemplacién 591 6. Signos del Espiritu Santo que viene al alma 592 Indice general XVIT 2 Pags. 7. El secreto de la gracia 594 8. Por qué se oculta asi temporalmente 594 9. Con qué cautela ha de portarse cada un 596 10, Recapitulacién 597 11. Cuan imperfectos sin la mutu: 599 12. Cuatro causas que retraen de estos grados 602 COMBATE ENTRE LOS VICIOS Y LAS VIRTUDES INTRODUCCION.... Combate entre los vicios y las virtudes .... CapiruLos: ‘También ahora es necesario que incluso los piadosos su- fran persecucié: La recta intenci6: El temor del Sefior La obediencia se debe al hombre y a Dios . La piadosa sumision..... Se ha de amar al hombre aunque tenga cosas que posi- tivamente no deben amarse. La verdadera caridad Se debe corregir al préjimo, pero con discreci No se debe regafiar al prdjimo herido.... Hay que evitar ser violentos cuando se corrig. No se debe dar lugar a la detraccioi Existen dos clases de tristeza... Se refuta la excusa de la pereza Se resuelve la objecidn de la inestab: Se debilitan los argumentos de la desesperacién con va- xios ejemplos... Los males de la avari Contra la dureza La mentira no se ev: tales... La verdad responde al engafio y a la mentira La comida hay que tomarla como quien toma una me- dicina.... La alegria no es cosa de este mundo Hay que evitar el hablar mucho. Contra la impureza Contra la lujuria.. La pureza de coraz6n por medio de restricciones men- XVII Indice general Pigs. 26. La felicidad de Ja vida santa 640 27. Una inaudita tentacién del diablo 643 28. Cualquiera puede ser perfecto en su tierra 644 SALTERIO - 649 61 TRATADO SOBRE LA ASUNCION DESANTA MARIA VIRGEN INrRODUCCION, 661 Tratado sobre la Asuncién de Santa Maria Virgen 663 Preracio. Plegaria para hablar como se debe 663 CapiruLos: 1. El autor amala verdad. 2. Hay verdadesde las que la Escritura guatda silenci 3. Noes cierto we el cuerpo de Santa Marfa se haya con- vertido en poito...... . » 665 667 Maria, libre & la maldicién de Eva. 669 Se ha de creerque Cristo honré en esto a su Madre..... 670 673 Lo que se iniere de la peticién de Cristo por sus mi- nistros.... ‘ ~ 674 Cristo pudo aria incorrupta .. aurda: Con qué anim ha afirmado el autor lo que ha dicho... 679 4 5. 6. El cuerpo deMaria esta en el cielo de dos maneras 7 8. 9 DEBATE INTRE LA IGLESIA Y LA SINAGOGA 683 685 Inrropuccio! Debate entre la Igtia y la Sinagoga. Lii)DOGMAS DE LA IGLESIA 713 - 717 INTRODUCCION...... Los dogmas de la jlesia 2d Pags. CAPETULOS: 1. Creemos en un solo Dios. 717 2. La encarnacién del Hijo de Dios. 718 3. Dios y hombre nacido de la Virgen 719 4. Perfeccién con la Trinidad 720 5. El Hijo coesencial al Padr: 721 6. Resurreccién universal...... 721 7. Resurreccién de todos los hombres. 722 8. El juicio universal ..... 722 9. La restauracién futur 723 10, La creacién. 724 11. Dios incorpéreo e invisil 724 12. Todas las criaturas son corpéreas 724 13. La inmortalidad...... 725 14. Creacién de las naturalezas intelectuales 725 15. El alma humana. 726 16. El alma del hombre 726 17. Las almas de los ani 727 18. El alma inmortal.... 727 19. El compuesto de alma y cuerpo 727 20. El espiritu.... 728 21, 728 22. 729 23. 731 24. 732 25. 732 26. Invitacién a la salvacién 733 27. El mal...... 733 28. La inmutabilidad divina 734 29. Los angeles... 734 30. El matrimonio y su uso 735 31. La continenci 735 32. La virginidad 735 33. Los alimentos y la templanza. 736 34. Errores encratita y maniqueo. 736 35. Joviniano y su doctrin 736 36. La Santa Virgen Mari: 737 37. Los elementos . 737 38. La limosna... 737 39. El sacramento del orden 738 40. Las reliquias de los santos. 7238 41. Universalidad de la salvacién... 739 42. La Eucaristia 740 43. La carne... Indice general XIX XX Indice general 44. La resurrecci6n... 45. El limbo de Jos justos antes de la redencié1 46. Los justos después de la ascension 47. El perdon de los pecados.. 48. El diablo... 49. Los pensamientos 50. La posesién diabélica 51. Los pecadores .. 52. Los milagros. 53. La santidad 54, La Pascua. 55. La imagen y semejanz EN DEFENSA DE AGUSTIN POR PROSPERO DE AQUITANIA INTRODUCCION... Carta de Pesspe de Aquitania a Rufino sobre la gracia 3 y el libre albedrio... . 753 PROLOGO.... CAaPitULOs: 1, El error mas pernicioso y sutil de los pelagianos. . 754 2. La gracia segtin Pelagio . 755 3. La astucia de los pelagianos desenmascarada y vencida 756 4. Las Conferencias de Casiano . 5. Textos dela Sagrada Escritura que usan mal los pela- gianos . 159 6. El ejemplo de! centurion - versarios.......-. . 7. La verdadera justicia del hombre sélo viene por Cristo... 762 8. La caridad y ih fe son dones de Dios. . 762 9. Nadie es digno del don de la caridad. . 764 10. La perseveranda es un don de Dios » 765 11. Los errores sobre la gracia proceden del miedo a la pre- destinacién fijiy gratuita... . 766 12. Ninguno se sala si no es por la gracia de Cristo 767 13. En qué sentid se dice que Dios quiere que todos los hombres se salen tee 14. A algunosse ls niega la gracia de la fe y de la predica- cién evangélica. . 769 15. La falsa scluciin de los adversarios . 770 16. Alabemos los ésignios de Dios... . 772 Indice general XXI Pags. 17. Inconsistencia de la doctrina pelagiana 18. Calumnias contra Agustin ..... 773 775 Epi.oco...... SENTENCIAS DE PROSPERO DE AQUITANIA TOMADAS DE AGUSTIN INTRODUCCION.... we 779 Sentencias de Préspero de Aquitania tomadas de Agustin... 783 INDICE BIBLICO....... INDICE DE MATERIAS ¥ NOMBRES par 8 PRESENTACION Se repite, y con razén, que San Agustin es un hombre mo- derno. Su ensefianza, su doctrina, total o parcial, es de lo que mas se cultiva en cada tiempo. Hoy, por ejemplo, su influen- cia est bien presente, de una forma o de otra, en distintos foros del pensamiento y de la accidn. Y eso que se apuesta mas por improvisar que por rememorar. Con todo, como en otras épocas, abundan los plagios, las referencias implicitas, las atribuciones a San Agustin, como apoyo de un escrito, charla, o simplemente conversacién amistosa ilustrada. Para demostrar que esta practica ha sido comun, y hasta corrien- te, en todos los tiempos, el volumen XLI de las Obras com- pletas de San Agustin en BAC resalta cémo en vida de San Agustin, durante toda la Edad Media, en la Edad Moderna, y en la postmoderna de nuestro tiempo, es reconocida su au- toridad e influencia como maestro y guia. En efecto, un autor como San Agustin, tan sélido, tan uni- versal, tan reconocido en todas las épocas, no podia pasar inadvertido, tanto en los tiempos dureos de Ja Patristica, de la formacién del latin vulgar, del balbuceo de las lenguas ro- mances en los escritorios amanuenses, de la elaboracién de la ciencia teolégica y filosdfica en las grandes Escuelas, como en el renacimiento del periodo carolingio hasta el coronamiento de la Alta Edad Media con el brillo de las letras profanas y el oro de los escritos biblicos, filos6ficos, teolégicos y misticos. Ademas San Agustin es un caso muy singular. Porque no sdlo sus escritos y su pensamiento son citados, traducidos y parafraseados continuamente, sino que el peso y la influencia de su autoridad firme e indiscutible es suficiente con su nom- bre para avalar, dar cobertura, y evitar sospechas de ortodo- . xia a escritos anénimos, tanto en prosa como en verso. jCuantas teorias y discusiones pseudocriticas han circulado y circulan con la impronta de «ha dicho 0 dice San Agustin», «segiin San Agustin», fuera del contexto ambiental y doctri- nal propio por supuesto, para apoyar y colorear intervencio- nes personales sobre los més variados temas! Y por si fuera pequefia la estafa, le atribuyen luego desviaciones en la orien- tacién del pensamiento, y en la interpretacién de Ia realidad, para hacerke responsable de textos y teorfas o planteamientos XXIV Presentactén de afirmaciones gratuitas sin ingenio ni respeto al carisma gra- tuito reconocido de un santo Padre, que habla y escribe de lo que ha recibido, no de oficio, sino en servicio pastoral por la verdad y el bien contra el error y la malicia. . _, La BAG, que siempre acogid con entusiasmo la publica- cién de sus Obras completas, registra ahora en su catdlogo este volumen XLI de Eseritos atribuidos como una forma de valo- rar justamente la influencia y autoridad de quien, en boca de muchos y en Ja pluma de algunos, tanto ha tenido y tiene que ver y soportar entre manuscritos, publicaciones mayores y me- nores, censuras y criticas. La publicacién de este volumen presenta solamente catorce obras de distintas épocas como muestra de esa influencia lar- fsima de San Agustin, leido, interpretado, y a veces expolia- lo con difusién fragmentaria y popular. Ya lo hizo en vida de San Agustin Julian de Eclana, verdadero profesional disuasor y extorsionador formidable de su Jectura con una visién contra- tia a la realidad y casi paralitica, que ha quedado fija y como es- tereotipada para modelo de cada época, que lo viene repitien- do. Estrictamentelo contrario a la realidad de San Agustin, que es inquietud, biisqeda, movimiento ¢ investigacién del drama- tismo humano, ensus causas, medios, remedios, y fin. El trata- miento de la realidad fisica personal, social, ¢ hist6rica inter- pretada y descrite por él en sus escritos, a la luz de la Biblia sobre todo, es siempre dindmico, atento al paso de la historia ‘or los pueblos, por las costumbres, por el proceso-retroceso, lucha en definitiva bien presente en la huella de la civilizacién humana, que es edrama histérico del bien y del mal. Si se reu- nieran por su ord las fuentes, autores, y en especial el conte- nido semitico y 4 antropologia biblica, evocados por San Agustin en sus obus, se obtendria la mejor y mas penetrante ra- diografia histéricade su pensamiento. Este tesoro hay que des- cubrirlo; exige repasar los escritos de San Agustin, y espera ahi la atencion de los studiosos. San Agustin resulta ser atin un des- conocido. Todos sben que su riqueza es excepcional, y algunos lo han convertidom un estimulo hacia la interpretacion parcial, errénea, y a vecesalumniosa. Los escritos de San Agustin es- tan ahi como unaiamensa posibilidad ofrecida_a todos con su visi6n asombrosa juniversal que no deja nada fuera, con gene- rosidad ilimitada, wal promesa perenne. Su genialidad refleja lo que vefa, interpretiadolo creadoramente. No su verdad, ni mi verdad, ni tu verd, sino la verdad en todos. Lo tinico necesa- rio es poner tantaryueza en movimiento, y descubrir correcta- mente la verdad catemplada, interpretada, heredada, y repen- sada por San Agus para estimulo y enriquecimiento nuestro. INTRODUCCION GENERAL El tomo XLI de las Obras completas de San Agustin de la Editorial BAC, serie Normal, quiere ofrecer a los estudiosos y lectores, como final de la coleccién, una muestra de la am- plisima literatura que a lo largo de los siglos, en especial du- rante la Edad Media, ha venido, y sigue utilizando, el pensa- miento, la doctrina de San Agustin, a través de alguna de sus obras, o de colecciones y extractos de sus textos. Ademas, se han editado libros manuscritos e impresos, sin que se declare el autor que los ha recogido, y por lo tanto fi- guran andnimos, atribuidos a San Agustin, como protegidos con su autoridad indiscutible, pero que al no ser escritos por él estan entre Jos libros pseudo-agustinianos, llamados apé- crifos 0 atribuidos. Este método cundio en la Edad Media en- tre la burguesia con la buena intencién de que los mas senci- llos e ignorantes pudieran llegar a conocer algunos escritos de los Santos Padres y de los Maestros de la espiritualidad, como hizo el agustino Andrés con el tratado pseudo-agustiniano La fe, libro dedicado a Pedro; y también otro agustino anénimo tradujo La escala del paraiso, tratado breve en extensién, pero denso y sabroso en su contenido espiritual !. APOCRIFOS, GENERALIDADES Etimologia. Los Diccionarios y Enciclopedias coinciden en que la etimologia de apécrifo viene del griego apé-kryphos, de- tivado de krypto = gruta, para significar lo oculto, lo encubier- to y escondido, en oposicién a phanerés, manifiesto, pablico. Etimologia que, en su contenido semantico o significacion, es aplicada a obras de cualquier género, en especial manuscritas © impresas, para significar lo que es atribuido, porque no es auténtico del autor a quien se atribuye; también bo que ha sido amajiado, falsificado total o parcialmente por otro autor, and- nimo, pseudénimo, e incierto. De ahi el que, en sentido pe- yorativo, se llame apécrifo al documento poco recomendable, " CE Prologo al ms. de Siena, Biblioteca Municipal, I, IL, 8, fol.90. * XXVI Introduccion general que ha sido corrompido, y por tanto que es contrario al ori- ginal, y carece de autoridad, Utilizacién. Esta signiticacién de lo que es apécrifo tiene muchas acepciones, segtin el uso y la aplicacién que se haga de esta palabra. Asi, en la literatura biblica, apécrifo se refie- re al libro o libros deuterocanénicos, es decir, que no son re- conocidos como canénicos. En este sentido los libros apdcri- fos biblicos son innumerables, tanto en Ja literatura judia como en la cristiana. Su utilizacién ha sido muy abundante y de especial interés, cuando se refiere a las obras secretas, en particular para la iniciaci6n de las sectas gndsticas con len- guaje hermético, esotérico, secreto; y como la inmensa mayo- ria de estos libros apdcrifos son manipulaciones de los here- jes, apécrifo ha pasado a significar aqui libro herético. Definicién de San Agustin, Para San Agustin los apécri- fos son libros cuyo origen es oculto, y su autor desconocido. Los define como obras de autor desconocido, cuya atribucién es falsa; y, aunque tengan algo de verdad, carecen de auto- ridad canénica por sus falsedades. Sin embargo, no son obras intencionalmente falsas, sino extractos con comentarios, glo- sas, interpolaciones de esos textos escogidos, mas o menos convencionales, que las convierten en obras literarias doctri- nalmente raras, ya veces sospechosas por el anonimato y la utilizacion sesgada de la autoridad para apoyar y presentar loctrinas o puntos de vista personales 0 sectarios, poco orto- doxos y limpios. fn cuanto al estilo no puede decitse que es- tas obras sean agstinianas; son otra cosa, aunque resalte en ellas la autoridac indiscutible de las obras escogidas, en este caso de San Agustin. Con todo, no hay duda de que estos au- tores anonimos hin enriquecido y difundido la herencia doc- trinal agustiniana No todos con la misma categoria, porque ay una primen categoria de grandes autores, como Fulgencio de Rus, Préspero de Aquitania, Eugipio, Genario de Marsella, Isidoo de Sevilla, Alcuino, Hugo de San Victor, Anselmo, Bernarl, Tomas de Aquino... que han fortalecido Sus escritos firmaos con citas ficles de la doctrina de San Agustin; otros autores, mas de cincuenta, de segunda o ter- cera categoria, quan como eclipsados por esos grandes au- tores, porque hauttilizado algunos escritos de San Agustin a su manera, pero qi forman también parte del patrimonio es- piritual de la Ead Media, atribuido al gran doctor de Ja ? CE De Civ, Def 153, 4; 18, 36 y 38, cf, De Doctrina christiana 2, 8,12; Contra Faustum 11, 2; Epst. 114. Cf. nota complementaria n.l; Los Apdcrifos en Sax Agustin, p. XXXVI. Introduccion general XXVII Iglesia, que da peso con su autoridad a sumas, canones, glo- sas, florilegios de varias clases. Difusién. Esta literatura es muy considerable, tanto en las obras clasicas griegas y latinas, como especialmente en los distintos libros de la Sagrada Escritura: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, de la que existen catélogos mds 0 me- nos completos. Algo parecido ocurre con algunos Padres de la Iglesia, como con San Juan Crisdéstomo, San Ambrosio, y, sobre todo, con San Agustin, especialmente en la Edad Media hasta el siglo xvi. A partir de entonces estas obras han sido y son recogidas por separado o en colecciones, hasta que vienen las grandes ediciones, como la de Migne, que retinen todas las obras en los Apéndices con la denomina- cién de obras atribuidas. En la obra de Iohannis Machielsen, Clavis Patristica Pseudepigraphorum Medii Aevi, Corpus Christianorum, Series latina, en dos volimenes: el vol. I de 1.127 paginas y 6.446 nimeros o titulos, Brepols-Turnholti 1990, dividido en la serie 1 A con 562 paginas y 3.387 nu- meros 0 titulos; y la serie 1 B con 565 paginas y 3.059 nti- meros o titulos. El vol. II de 1.212 paginas y 3.716 nGmeros 0 titulos, Brepols-Turnholti 1994, dividido también en la se- rie IL A con 662 paginas y 2.973 niémeros o titulos; y la se- tie IT B con 669 paginas y 716 nimeros o titulos. En esta pean obra se demuestra cémo ninguno de los Padres latinos ‘a sido més utilizado que San Agustin en sus escritos, con una diferencia muy notable, porque en el volumen I de obras homiléticas, en la serie A, de las 562 paginas y 3.387 nime- ros © titulos, casi todo el tomo es para las obras atribuidas a San Agustin con 475 paginas y 2.937 niimeros o titulos. Y en vol. IT de florilegios, en la serie A, de las obras teoldgi- cas y exegéticas 67 paginas y 188 nimeros o titulos son atri- buidos a San Agustin, y de las obras ascéticas 49 paginas y 90 niimeros o titulos, y de las obras monasticas 15 paginas y 7 titulos son también atribuidos a San Agustin. Una de- mostracién impresionante de la importancia de las obras apo- crifas 0 pseudoepigrafas que demuestran la influencia y au- toridad indiscutibles de la doctrina de San Agustin en la Edad Media. A esa abundancia de literatura apécrifa habria que afadir la no pequeiia coleccién de arte plastica, pictori- ca, escultérica... que se apoya en ella, como el episodio del Nitto de la concha, etc., y que es otra manera de demostrar su influencia y autoridad doctrinal. Presentacién. Los apéctifos son presentados de varias for- mas: bien como tratados independientes, o bien como textos XXVIII Introduccion general y tratados que forman colecciones de manuscritos mds 0 me- nos completos, con titulos diversos, como Oraciones, Contemplaciones, Meditaciones del serior San Agustin, etc., que a lo largo del tiempo se han ido incrementando con otros tra- tados teoldgicos, exegéticos, morales, ascéticos, mondsticos, doctrinales, didacticos; sobre todo sermonarios; aunque tam- poco es raro encontrarlos agrupados por afinidades; incluso Formando una coleccién con obras diversas del mismo autor, como ocurre a veces con los manuscritos de los Soliloguios. Valor. Las obras apdcrifas tienen, por tanto, grandes se- mejanzas con los originales auténticos en los que se apoyan, y pueden dar la impresién de que son obras del mismo autor or su contenido y estilo, a cuya sombra se han divulgado; a la vez que resaltan la autoridad del autor en el que se apoyan. En este sentido su valor y su influencia son importantes en determinados ambientes concretos, y para determinados des- tinatarios, que las utilizan segn el tiempo y la autoridad del autor, De hecho, proporcionan un rico material para el co- nocimiento de la difusién manuscrita de las obras, de la autoridad de un autor, de la historia espiritual teoldgica, y del pensamiento colectivo y popular de una época. Con todo, el valor de los apécrifos siempre es relativo, porque contienen exageraciones, fantasias y falsedades mezcladas con elemen- tos verdaderos secados de las obras auténticas para propagar untos de vistay opiniones personales o sectarias, encu- iertos y avalades con la autoridad de los grandes escritores eclesiasticos. Nadie duda ce que los apécrifos pueden ser tiles, si se leen y utilizan con prudencia, teniendo en cuenta que no spor tan nada nuevo,y que ademas Ja mayoria de ellos son obras sospechosas de eror, aundue vengan publicados con nombres de santos 0 apoydos en la autoridad de maestros reconoci- dos, a quienes s¢ les atribuyen. A este propésito, San Jerénimo, en su [pistola 107 a Leta, 12, da el siguiente con- sejo: distinguiend lo verdadero de lo falso y cualquier apa- riencia de verdadcon prudencia, pueden ser tiles, como son itiles las sentencis de los filésofos y los poetas, siempre que no perjudiquen ik fe, porque pueden ser una valiosa ayuda en muchos aspeitos; y este interés y utilidad justifican su publicacién. . . , Aplicacién. Sie aplica todo esto a los apécrifos atribui- dos a San Agusti, hay que advertir que aqui no se trata de estudiar todas lascbras atribuidas a él, sino solamente de pre- sentar un muesturio de las obras més utilizadas, como mani- Introduccion general XXIX festacién de la importancia y de la presencia que Ia autoridad y el pensamiento de San Agustin han tenido y siguen tenien- do en cada época, de un modo especial en la Edad Media. Por tanto se hace una seleccién, cuyas obras seleccionadas pueden clasificarse en cuatro grupos de espiritualidad: Meditaciones. Soliloguio. Manual. Tratados, que suelen ir juntos, han sido los mas divulgados, y dan testimonio de la devocién y la piedad de Ios fieles en busca de la perfeccion y del ejercicio de las virtudes cristianas. El espiritu y el alma. El amor a Dios. El Salterio. La escala del paraiso. Combate entre los vicios y las virtudes. Como tra- tados de ascética con mucho contenido espiritual. La fe, libro dedicado a Pedro. Tratado sobre la Asunctén de Maria. Los dogmas de la Iglesia. Obras teolégicas para pre- sentar y defender el dogma y la tradicion. El debate entre la Sinagoga y la Iglesia. La defensa de Agustin por Prospero de Aquitania. Sentencias de Agustin re- copiladas por Prospero de Aquitanta. Escritos todos de apolo- gia en ‘lefensa de la ortodoxia de Agustin contra las desvia- ciones e interpretaciones falsas. Todas estas obras tan antiguas tienen importancia, més que or el contenido y la doctrina, por el testimonio histérico de la espiritualidad de su tiempo, que permiten conocer los am- bientes y medios cristianos para vivir y practicar su fe. En ge- neral todas se interesan también por la doctrina, apoyandose en la autoridad y en la presencia de San Agustin; y ademas, ayudan a reconocer la interdependencia mutua en la transmi- sién de los textos, asi como la afinidad del origen de cada uno. Importancia. Ahora bien, surge enseguida la pregunta: ces que estas obras espurias merecen que se realice sobre llas una investigacién complen con estudios rigurosamente com- probados, o seria suficiente con reconocer su presencia testi- monial, la autoria probable, la nacionalidad, escuela, familia o centro de donde proceden, los destinatarios y los ambien- tes a los que van dirigidas, y los posibles lectores, que de al- una manera valoran su wiltdad? De hecho, a lo largo de la istoria se puede comprobar que el caracter popular de estas obras explica, en gran pare al menos, Ia importancia de su mensaje teoldgico y su espititualidad. Por otra parte, ningu- no de estos apécrifos va contra la verdadera ortodoxia, aun- que si es cierto que sus autores parecen disimular 0 esconder su identidad personal com temerosos de su seguridad, 0 con el miedo de ser requeridos por la censura de los tiempos en que viven, y de los ambientes en que se desenvuelven. Por XXX Introduccion general otra parte, todos transmiten fielmente el pensamiento de los escritos y de la autoridad en que se apoyan. Las transcripcio- nes también son mas o menos fieles, aunque con algunas di- ferencias. Por todo esto han ido creciendo el interés, estudio, anilisis, las ediciones y traducciones de estas obras apocrifas, por su valor historiografico para conocer el ambiente moral y religioso de la espititualidad cristiana de su época. Los kerigmas. Junto a estas obras apécrifas hay que tener también en cuenta los Ilamados Aerigmas, que son textos sa- cados de las obras, y comentados en forma de predicacién, sermonarios, como respuesta a la demanda de espiritualida popular sencilla y edificante sobre cuestiones doctrinales en muy diversos temas, sobre todo morales, mas que apologéti- cos y dogmaticos. De hecho, han influido enormemente des- de la formacién delas lenguas vulgares con neologismos, cons- trucciones y dichos hasta el empleo de frases y pensamientos en la predicacién, en los discursos, y a veces en el lenguaje coloquial, pero especialmente en la literatura devocional y ascética. Los apotegmis y excerpta, como en idiones y florile- gios. Son coleccones de sentencias, dichos y textos, mds o menos extensos, que, sin pretender directamente estilo y cul- tura literarios, expresan de forma directa y sencilla la impor- tancia, el interésy la autoridad del autor sobre diversos as- pectos. E] resultado es siempre edificante, y su influencia ha sido muy destacala para puntos de reflexién; y como recur- so facil para ensiquecer articulos, convivencias, jornadas de estudio, etc. Hisiiticamente tienen un puesto relevante en el desarrollo de la ciilizacién cristiana, de la cultura popular re- ligiosa; y se utilian como recurso capital. En el caso deSan Agustin es muy facil demostrarlo, por- que de una formu otra ha estado y esta en la boca de todos. Que es un modede valorar su influencia y autoridad; y por otra parte defienien también su pensamiento frente a desvia- ciones e€ interpreuciones errdneas. La primera ceeccién de pensamientos 0 cuestiones la hizo el mismo San Agutin en su obra Ochenta y tres cuestiones di- versas*. Como cikccién de sentencias, dichos 0 apotegmas sacados de las dras de San Agustin: la primera es la de Préspero de Aquunia, y luego seguiran otras, como los flo- rilegios doctrinals, p. ej. el de Eugipio; que han sido imita- dos en todas las ‘ocas hasta nuestros dias. ? C£. Obras Covephinde San Agustin, XL (BAC n.551, Madrid 1995) 11-297. Introduccién general XXXI Las glosas. Son explicaciones marginales que acompafian aun texto para aclarar o desarrollar su sentido o hacer algu- na aplicacién en el mismo manuscrito que utiliza el traductor. Esta clase de comentarios no puede ser olvidada, porque era un método o practica generalizada en la Edad Media, sobre todo en los tratados doctrinales. Son de gran utilidad, como las famosas glosas emilianenses y el primer escrito en lengua romance, castellana y eusquera, precisamente en una homilia de San Cesareo de Arlés, pero atribuida a San Agustin. Tienen también sus caracteristicas con latinismos, neologismos, y a ve- ces redundancias sobre una frase o palabra. Los destinatarios. En general los apécrifos tienen como fi- nalidad acercar los textos y la doctrina a gente sin cultura, que apenas sabia leer, pero que era devota y piadosa, y queria y aceptaba la ensefianza de Jos autores y maestros de la espiri- tualidad. Este acercamiento se hacia a través de los predica- dores, confesores, y eclesidsticos mas cercanos al pueblo; es- pecialmente por medio de los monasterios y conventos, que cultivaban con platicas y lecturas a los miembros de la co- munidad més sencillos y sin cultura; después con conferen- cias y reuniones de formacién a las personas mas relaciona- das con las comunidades religiosas, como las Ordenes terceras, las Hermandades, Cofradias, con el culto en las igle- sias propias, el apostolado de la predicacién, del confesona- rio por los pueblos y el campo. Habia también otro modo, el que se hacia por encargo de la clase burguesa y de la alta so- ciedad; esto se practicd mucho sobre todo en Francia, Italia y Centro Europa, donde los principes y sefiores principales encargaban a los capellanes, confesores, predicadores y maes- tros famosos de universidades determinadas traducciones para luego leerlas, regalarlas 0 tenerlas en sus bibliotecas, como fue el caso de Gersén y otros profesores de la Sorbona, que traducefan las obras principales por encargo*. También por Italia, Espaita y Portugal se imité esta practica, como el caso de Fr. Ambrosio Montesino (h.1448-1512), quien escribié en verso y en prosa pata la reina Dofia Isabel, que buscaba en todo «el buen gusto»; y por mandato del rey Don Fernando tradujo en romance del mas sabroso castellano, entre otras + CE. Max, P. GLonieux, «La ve et les oeuvres de Gerson. Essai chronologiques: Arch. d’hist. doctr. et litt, du Moye: Age 18 (1951) 159; Montesino, Ambrosio, SAN AcusTIN, Meditaciones, Soliloquies Manual, Suspiros, trad. e introd. de A. Montesino, Preparacion y prélogo de P. Lorem Riber, 5.* edic.-reimpresi6n, edit. Aguilar, colec. Crisol 148, Madrid 1972, 321 p.; Ricard Roserr, Las lecturas del Infante Fernando de Portugal (1437), en Revue du Moyen Age Latin, 1947, 43-51. XXXII Introduccion general obras de piedad, las Meditaciones, Soliloquios, Manual y Suspiros autorizadas con el nombre de San Agustin; 0 el caso de Las lecturas espirituales del Infante Fernando de Portugal en 1437; y cuando los personajes no tenian acceso a las gran- des obras de los especialistas 0 maestros en la vida espiritual; asi ocurrié también con el emperador Carlos V’. Otras veces han sido transcripciones totales 0 parciales, de forma muy va- riada y dispersa, sobre todo en ambientes e influencia mona- cales, por ejemplo en los claustros agustinianos con la finali- dad de dar a conocer algunas obras y el pensamiento de San Agustin, para instruir en la vida religiosa ‘. Género y dasificacién. En general los apdcrifos se en- cuentran en lasdistintas materias y obras maestras, sobre todo de la Biblia, tanto entre los judfos como luego con el cristia- nismo, entre los gndsticos, en la Edad Media, etc.; algo pare- cido ocurre con las obras clasicas de los romanos; de los grie- gos y de Origenes; con los Santos Padres..., entre los griegos, los escritos de San Juan Criséstomo; y entre los latinos, los de San Ambrosio, de San Jerénimo, y en especial los de San Agustin, que es el que aqui interesa. Por tanto, ya se ve que el género y la dasificacién de estas obras tiene que ser muy diversa, segiin li procedencia, el idioma, la época, la materia biblica, literaria, patristica, religiosa, etc. Cada una & estas obras, ademas, estén compuestas con textos recogides por autores andénimos y de procedencias di- ferentes. Alguros textos aparecen transcritos en latin desde el siglo ix y se vi copilando y formando paulatinamente du- rante los siglos 1-XI; pero a finales del xv y en los siglos xv y xvi vienen yatraducidos en las lenguas romances hasta la época del renadiniento. En cuanto aan Agustin, las obras o libros atribuidos a él se refieren sobre todo a la literatura religiosa de la Edad Media, primeroen latin, y luego en las lenguas romances, de un modo especi la italiana, la francesa, la espafiola y la por- tuguesa, més ensintonia con el género ascético-espiritual. Finalidad, Es obras forman un grupo homogéneo y se roponen manmer vivo el fervor religioso segin los am- Bientes y los desinatarios; a la vez que promueven una espi- ritualidad que Iwe al conocimiento de Dios y de si mismos. Por esto entrandentro del género piadoso, que mueva inte- ° CE. ToscangiLAa DN DE Luca, en Prosatori minort del Trecento, 4. © CEJ. Monrain, dumanisme et traductions au Moyen Age»: Journal de Savants (1963) 186; A. Durne.0S.A., Die Moralia Gregors des Grossen in ihren taliantschen volgarizzamenti (Padia}58) 92-109. Introduccién general XXXII Tlormente, sin pretender de un modo directo la exposicién doctrinal o moral a la manera de los tratados de ascética o de fspititualidad. Ademas, son una manifestacién de la sensibi- lidad piadosa como consecuencia viva y demostracion practi- ca de la vida de fe personal, colectiva, y de la piedad popu- lar de los tiltimos siglos de la Edad Media. Constituyen por tanto una evolucién de la religiosidad co- munitaria de los siglos x1-xv hacia una piedad personal y efec- tiva con Dios, transmitida a los simples fieles a través, sobre todo, de las hermandades y terceras érdenes, las cofradias, que eran orientados en su vida religiosa por directores o abades con libros devocionales de horas, florilegios, oracionales, me- ditaciones, manuales, etc. Muchas veces estos movimientos pladosos vienen influidos también por acontecimientos socia- les de caracter histdrico, como hallazgos milagrosos, inaugu- raciones, pestes y las famosas cuarentenas, guerras, cismas, ex- comuniones y entredichos, que hacian reflexionar seriamente sobre los medios para salvarse. Y como en aquellas circuns- tancias no podian participar, al menos ptiblicamente, en las funciones littirgicas de las iglesias, urgia Buscar otros caminos que Henaran ese vacio, y procuraban remediarlo con la tra- luccién total o parcialmente al romance de las obras, o al me- nos de restimenes en forma de florilegios, sentencias, textos de libros piadosos. Entre los mas leidos, como tratados de ascética y espiri- tualidad, estan el Manual, las Meditaciones, y los Soliloguios atribuiclos a San Agustin. En el ambiente monastico tuvo gran difusion la obra, de origen belga, Sermones a los hermanos en ef desierto, traducido por el agustino Agustin de Scarperia, de mediados del siglo xiv, y que lo han conservado hasta nues- tros dias mds de 90 cédices’. EI tiempo. La mayor parte de estas obras han sido com- puestas en el siglo xm, y se han propagado en el siglo xiv. * C£ Don Morin, G., «La provenance des Sermons pseudoaugustiniennes “ad fra- tres in eremo”»: Rev. Bénédictine 13 (1896) 346-347; L'Homeéliaive d'Alcuin retrouvé, en ib. 1892, 491-497. Perini D. A., «Scarperia (fr. Augustinus de)», en Brbliographia augustiniana 2 (Florencia 1938) 164-170. BIBLIOGRAFIA Fuentes: Texto Mice, PL 41. CPL = Clavis Patrum Latinorum, E. Dexxers, 2.* edicion, Steenbrugge 1961. CPPM = Clavis Patristica Pseudepigraphorum Medii Aevi, Johannis MACcHIELsEN, vol. I A, teolégica-exegética, Turnholti 1990; vol. I B, ascética-monastica, Turnholti 1994. SE = Sacris erudiri, Steenbrugge 1954ss. Ediciones (sobre todo, del Manual, Soliloquio y Meditactones): Ediciones latinas, siglos xv-xvi: Alemanas, Danesas, Espafiolas, Francesas, Italianas, Noruegas, Polacas, Portuguesas, Suecas. Estudios generales: AA.VV., Histoire de ’Eglise depuisles origines jusqu'a nos jours (Paris 1964, IV, Les livres) 695-742. ALLor, STEPHEN, Alcuin of York. His Life and letters. York Eber Press 1974. Camiau, A. B.-Yves, B, S., 8. 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Pero como Cristo no es- cribié personalmente sus palabras y su doctrina, sino que han sido otros los que hanescrito los Evangelios, los maniqueos por su cuen- ta defienden que los Evangelios han sido falsificados, y entonces in- troducen sus propias teorfas e imponen sus propios criterios para conocer la verdad de estos escritos. Uno de ellos es su teoria de las interpolaciones, ¢ decir, que las Sagradas Escrituras han sido inter- poladas con discusos, frases, pericopas, que no son del Sefior, sino del enemigo que his ha infectado de judaismo, de expresiones y tex- tos poco acordes con la fe. Y entonces presentan sus evangelios, lim- pios de esas frases y textos interpolados segin ellos, pero que cu- riosamente se refiren a frases y textos que a ellos no les convienen. Por tanto hay que discernir y separar todo lo que es fraudulento, para que brille seo la verdad, pero que ellos identifican con su ve- racidad. San Agustin, que los conocia muy bien, porque le habian engafiado, descube sus mentiras, y las va sefalando en distintos escritos. Asi habla de bque entiende por apédcrifos en De civ. Dei 15, 23, 4; porque Cristo 1 dejé nada escrito, en Contra Paustum 28, 4, los maniqueos leen das apocrifas, de no se sabe quién que tejid fi- bulas bajo el nonbre de los Apéstoles, pero que las aceptan como auténticas en Coaita Fazisturm 22, 79; algunas fueron escritas por un tal Leucio, disefplo y propagador de las doctrinas de Manes en Contra adv. Legis Proph. 1, 20; Manes conocié el evangelio apé- crifo de Tomas yd de Felipe en Contra epistolam fundamenti 11; aunque sean invexiones de los herejes que no admiten las Escrituras en Contra adv. Leis et Proph. 2, 3, 14; y las sectas las utilizan con frecuencia en Epat 237, 2, atribuyéndoles gran autoridad en De ser- mone Domini in witte 11, 20, 65; y siendo muy estimadas por ellos en Contra Felicennanich. 2, 6; cuando hablan del linaje de Cristo y del nacimiento « Maria en Contra Faustum 23, 9; de la descen- dencia en Israel eiDe bono continentiae 22; de la liberacién de Adan después de la resueccién de Cristo en Ep. Ad Evodium 164, 3, 6; de la triple virginiid de Maria y de la parentela de Jestis en Contra Bibliografia XXXVIL adv. Legis et Proph. 1, 20; de Cristo el Viviente en Contra adv. Legis et Prophetarum 2, 4, y el Logion 52 del evangelio de Tomas en Ib. 2, 14; de la leyenda del rey Abgar y Jestis en Ep. 230, 5; de la co- trespondencia entre Jestis y Abgar en Contra Faustum 28, 4; ademas menciona el Protoevangelio de Santiago en Contra adv. Legis et Prophetarum 1, 28; \os Hechos de Tomas en Contra Adimantum 17 (2); y los Hechos de Pedro en Ib. 17 (5), los apécrifos Hechos de los Apéstoles con el saludo de los monjes «Deo gratias» imitado por los maniqueos en Iz Ps 132, 6; el viaje en el sol hacia el reino de Dios en De haeresibus 46, 6. El mismo San Agustin hace mencién de los apécrifos siguientes: Esdras IIT, 9 en De Civ. Dei 18, 36; Hechos de Tomés-Judas en Contra Faustum 22, 79; y Contra Adimantum 17 [2] y De Sermone Dom. in monte 1, 20, 63; Hechos de Andrés, Santiago, Pablo en Contra Adimantum 17, 2; textos que los maniqueos utilizaban con caracter de literatura edificante para proponer y apoyar sus etrores, cf. De Actis cum Felice mantchaeo 2, 6. SIGLAS Y ABREVIATURAS BTAM Bulletin de Théologie Ancienne et Médiévale CPL Clavis Patrum Latinorum CPPM Clavis Patristica Pseudepigraphorum Medii Aevi DSp Dictionnaire de Spiritualité DTC Dictionnaire Théologie Catholique JTs Journal of Theological Studies PL Migne RAM Revue d’Ascétique et de Mystique RB Revue Bénédictine REA Rev. Etud. August. RTAM Recherches de théologie ancienne et médiévale ZNTW Zeitschrift fur neutestamentliche Wissenschaft OBRAS COMPLETAS DE SAN AGUSTIN XLI LA FE, LIBRO DEDICADO A PEDRO, LA REGLA DE LA FE VERDADERA DE FIDE AD PETRUM SEU DE REGULA VERAE FIDEI Liber unus PL 40, 753-780 INTRODUCCION Esta obra, que resume la doctrina teolégica agustiniana, ha sido atribuida a San Agustin en la Edad Media. De hecho al- gunos manuscritos se protegfan con su autoridad indiscutible. Autor Fue Erasmo quien se apresur6 desde un principio a de- mostrar que su autor no era San Agustin, aunque reflejara bien su pensamiento; y para demostrarlo se apoyo en pruebas in- ternas, como el contenido, dl estilo, el desarrollo del argu- mento, el destinatario, y otros atgumentos gramaticales, sien- do desde entonces reconocido por todos. Ademas viene confirmado con claridad por argumentos externos de cddices manuscritos de la maxima autoridad e importancia, como el célebre ms. Corbiense o actual Parisino, que al final estampa el colofén siguiente: Fiz del libro Regla de la fe verdadera de Fulgencio obispo de la Iglesia Cat6lica de Ruspe; y después, otro amanuense andénimo pusoun afiadido declarando al prin- cipio, sin duda alguna, la autoria del libro con el titulo Carta de Fulgencio obispo Sobre la Fe Catélica. Lo mismo hacen cé- dices manuscritos romanos, ingleses, centroeuropeos. También grandes autores dela Edad Media vienen citando expresamente a San Fulgencio como autor de esta obra, asi lo hace San Isidoro de Sevilla en su Catdlogo, Ratramo de Claraval, abad sucesor de San Bernardoen su libro Cuerpo y sangre de Cristo, y otros. Pero es que, ademés, el didcono Ferrando, con- temporneo y bidgrafo de San Fulgencio, afirma en la carta de- cimotercera del epistolario fulgenciano que San Fulgencio es el autor del libro La Regla de la fe verdadera. ot Destinatario Sin embargo, como esta obra desde la Edad Media lleva como titulo primero La fe, libw dedicado a Pedro, y como sub- titulo La Regla de la fe verdadens, porque es la respuesta que San 6 La fe, libro dedicado a Pedro Fulgencio da a la carta que le envi Pedro, los autores quieren saber quién es este Pedro, y se preguntan de quién se trata. En efecto, entre las obras de San Fulgencio hay una Sobre la Encarnacion que la dedica al diacono Pedro; en cambio, en el exordio de esta obra, La Regla de la fe verdadera, a este Pedro le Hama hijo, y no dice nada de diacono-hermano 0 condiaco- no, como era su costumbre llamar a los didconos. De ahi el que la identificacién de este personaje destinatario, a quien llama hijo Pedro, sea incierta. Segin una mayoria se trata probablemente de un laico militar, muy conocido de San Fulgencio, que quie- re peregrinar a Jerusalén, y que tiene confianza en él; por eso le pide que le instruya debidamente enla regla de la fe verdadera ue debe profesar alli para que no le confunda cualquier false- did sospechosa ¢e herejfa. San Fulgencio le responde desde su propia experienda, porque con ocasién de su primer exilio tuvo Ja intencion de vssitar a los monjes de Egipto, y entonces fue di- suadido por el obispo y otros monjes, que conocian la division existente en la Igesia oriental, a raiz del cisma de Acacios, pa- triarca de Constastinopla, quien, ademas de la controversia cris- tolégica, no aceptba la Primacia del Obispo de Roma, admi- tiéndole tnicamate como primus inter pares, desde el rechazo general de las detisiones del Concilio Ecuménico de Calcedonia en el afio 451. Pereso previene a Pedro que tenga cuidado para conservar integrasu fe catdlica, y atendiendo a su peticion le en- via un manual bisico o catecismo de la doctrina catélica. Contenido Trabajo que raliz6 San Fulgencio al volver del segundo periodo de su detierro en Cerdefia. En 44 capitulos va razo- nando y exponiedo la doctrina de la Iglesia sobre la Trinidad, la Encarnacién, |: creacién, el pecado, la redencién, los sa- cramentos del butismo, penitencia, matrimonio, y la virgini- dad, la gracia, b iglesia, la predestinacién, los novisimos. Exposicién que esume el capitulo 45 afiadido, aunque no to- dos aceptan quesea de San Fulgencio, sino de un segundo autor anénimo; ibien While cree que San Fulgencio es el au- tor nico de la dra entera. Doctrina El libro de Liregla de la fe verdadera o La fe, dedicado a Pedro perteneced campo de la teologia, y es como un com- ot Introduccién 7 pendio dogmiatico, o resumen magistral de la teologia cristia- na, muy conocido en Ja Edad Media. EI texto-edicién Migne lo recoge en PL 40, 753-780; PL 65, 671-706. La edicién de Migne se apoya en cuatro cédices romanos de la Biblioteca Vaticana, dos eédices ingleses, el antiquisimo ma- nuscrito Corbiense, uno de la Sorbona, otro de los Victorinos y algunos mas. En el ms. Corbiense y en otros de la mejor nota el libro La regla de la fe verdadera termina en el capitu- lo 44; y no figura el 45, que esta escrito con estilo distinto, porque es un resumen de toda la obra, y su destinatario tam- bién es distinto. Edicién-texto Micne: PL 40, 753-780; PL 65, 671-706 - Luc Mangeant. Fuentes Clavis Patristica Psendepigraphorum Medii Aevt (CPPM) vol. ILA, teolégica-exegética, n.152, p.75-76. Clavis Patrum Latinorum (CPL) 826. Corpus Christianorum (CC) 91 A, 709-760 (cap.1-44) - J. Fraipont. Manuscritos: Romano, B.N. 1006, s.vit-tx; Berlinense, s.vut; Bambergense, s.1x; Lobbiense, 8.X1-Xil. Estudios Beumer, J., «Zwischen Patristik und Scholastik. Wesen der Theologie an Hand des Liber “De fide ad Petrum” des hl. Fulgentius von Ruspe»: Gregorianum 23 (1942) 326-347. CHIFFLET, Pierre Francois, investigador y editor de los Padres (1592-1682), en Les Peres de U’Eglise au XVIF. siecle (Cerf, Paris 1993) 237-231. DoiBeau, F., Rech. Aug. 13 (1977); 14 (1978) 196. Eno, R. B., The Faihers of the Church. Fulgentius selected Works (The Catholic University of America Press, Washington, DC 1997). GRILLMEIER, A., «Fulgentius von Ruspe, “De fide ad Petrum” und die “Summa Sententiarum”»: Eine Studie zum Werden der friihscholastichen Systematik-Scholastik 34 (1959) 526- 565; (1975) 637-679. 8 La fe, libro dedicado a Pedro James, T., Ecloga Oxonto Cantabrigensis: De fide ad Petrum (Biblioth. Sacrée, 14, 41; Richard et Giraud, Londres “1600, *1678). Janssens, H., «Notice sur un manuscrit de saint Augustin pro- venant de Pancienne Abbaye de saint Jacques en Liége»: Musée belge 30 (1926) 137-144. LA FE, DEDICADO A PEDRO O LA REGLA DE LA FE VERDADERA Libro tinico PROLOGO 1. Pedro, hijo, he recibido Ja carta de tu caridad. En ella me has dado a entender que quieres peregrinar hasta Jerusalén, y que con nuestras cartas te has propuesto instruirte sobre qué regla de la fe verdadera debes profesar en aquellos lugares, de tal manera que ningun sentido de falsedad heréti- ca te pueda sorprender, Realmente me alegro de que te mues- tres solicito en guardar la fe verdadera sin vicio alguno de per- fidia; sin lo cual no puede aprovechar, mas atin ni siquicra puede existir conversion alguna. Ciertamente lo dice la auto- tidad del Apéstol: sin fe es impostble agradar a Dios (Heb 11,6). Porque la fe es el fundamento de todos los bienes; y el comienzo de la salvacion del hombre. Sin la fe nadie puede pertenecer ' al nimero de los hijos de Dios. Porque sin la fe DE FIDE AD PETRUM. SIVE DE REGULA VERA FIDEI Liber unus PROLOGUS 1. Epistolam, fili Petre, tuae Caritatis accepi, in qua te significasti ve- Ile Ierosolymam pergere, et poposcisti te litteris nostris instrui quam debe- as in illis partibus verae fidei regulam tenere, ut nullus tibi possit sensus hae- reticae subrepere falsitatis. Gaudeo quidem, quod pro fide vera sine ullo perfidiae vitio custodienda solititudinem geris, sine qua nulla potest pro- desse, immo nec esse conversio, Apostolica quippe dicit auctoritas, quia size fide impossibile est placere Deo (Heb 11,6). Fides est namque bonorum om- nium fundametum: fides est humanae salutis initium, Sine hac nemo ad fi- liorum Dei potest numerum pertinere; quia sine ipsa nec in hoc saeculo quis- " Septin los Lovanienses: pervente = llegar. & 10 La fe, libro dedicado a Pedro nadie en esta vida puede conseguir la gracia de la justifica- cién, ni en la otra podré poseer la vida eterna, ni podré lle- gar a la vision. Sin la fe todo el trabajo del hombre es vano. En verdad es tal quien sin la fe verdadera pretenda agradar a Dios por el desprecio del siglo, como el que, yendo de cami- no hacia la patria, donde él sabe que vivira feliz, sin embar- go, deja la dhreccion del camino correcto para seguir el equi- vocado; con lo cual nunca va a Hegar a la ciudad feliz, sino ue va a caer en el precipicio; donde al que Ilega no le dan parabienes y gozo, sino la ruina y la muerte del que ha perecido. 2. Con todo, suponiendo que se hable suficientemente de la fe, y sin limitacién de tiempo, puesto que quieres tener una respuesta rapida, y es tan enorme la tarea de esta discu- sién que apenas pueden realizarla los grandes ingenios, no has pedido atin cémo debas ser instruido sobre la fe, de tal modo que indiques una herejia cualquiera, en torno a la cual se cen- tre especialmente el interés de nuestra controversia; sino que, cuando pides indefinidamente una definicién de la fe, y ade- més quieres que se concluya con brevedad, estas viendo sin duda alguna que pides algo imposible, como es que abarque- mos del todo y brevemente algo tan grande, para lo cual no podemos ser capices, aun cuando tuviéramos todo el tiempo posible, y tanto ingenio que pudiésemos escribir tantos volii- menes como tt pides sobre este asunto. Pero, porque Dios estdé cerca de los que lo invocan con verdad sinceramente (Sal 144,18), el cual wmplid su palabra en la tierra sin mengua y quam iustificationis consequitur gratiam, nec in futuro vitam possidebit ae- ternam; et si quis hicnon ambulaverit per fidem, non perveniet ad specie. Sine fide omnis laber hominis vacuus est. Tale quippe est, ut sine vera fide quisque velit Deo pe contemptum saeculi placere, quale si quisquam ten- dens ad patriam, in qua se scit beate esse victurum, relinquat itineris recti- tudinem, et improvids sectetur errorem; quo non ad beatam civitatem per- veniat, sed in praeciitium cadat; ubi non gaudium pervenienti detur sed cadentis intetitus infratur, 2. Verumtamenut de fide sufficiens sermo promatur, nec temporis suf- fragatur spatium, quia celeriter nostrum cupis habere responsum; et tam magnum est opus diputationis huius, ut a magnis vix possit impleri. Neque enim poposcisti sic t debere de fide instrui, ut unam quamlibet haeresim designares, contra quam specialiter nostrae disputationis vigilaret intentio. Sed cum indefinite ielinitionem fidei petis, eamque cupis etiam sub brevi- tate concludi, vides wocul dubio quam sit nobis impossibile, ut rem tantam in brevi plene comprhendamus, cui sufficientes esse non possumus, etiam- si tantum spatium tnporis et tale nobis esset ingenium, ut multa volumina de hoc quod a nobiexpetis, facere valeremus, Sed quia Deus prope est om- nibus invocantibus am in veritate (Ps 144,18), qui verbum consummans et C1 La Trinidad un solo Dios 11 sin tardanza (Rom 9,28; cf. Is 10,23), espero que como te ha dado a ti celo santo de esta fe, también a mi me dé Ia capa- cidad suficiente para servirte en tan buen y laudable propé- sito. Y, aunque yo no pueda decir todo aquello por lo cual el error herético pueda ser reconocido, y una vez reconocido pueda ser convencido o al menos evitado, sin embargo, diré en el nombre y con la ayuda de la Santa Trinidad, un solo Dios verdadero y bueno, todo aquello en que conste, al me- nos en su mayor parte, la raz6n de la fe catélica, contenida sin sombra alguna de error. Con este caudal podras descubrir y evitar todo aquello que, aunque en este trabajo no aparez- ca refutado con una discusién particular, sin embargo, por lo que aqui se dice en general y absolutamente, quede bien pa- tente cuanto los hombres sin fe intentan susurrar a los oidos de los fieles, sin ofrecer la regla de la verdad divina, sino in- ventando la malicia del error humano. Capitulo 1. La TRINIDAD UN SOLO Dios 3. Dondequiera que te encuentres, puesto que estés bau- tizado segtin la regla promulgada por la potestad de nuestro Salvador, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espiritu Santo. Guarda, sobre todo y sin duda alguna, con todo el co- razon que el Padre es Dios, y que el Hijo es Dios, y que el Espiritu Santo es Dios, es decir, que la santa e inefable brevians fecit super terram (Rom 9,28), spero, quia sicut tibi dedit huius fi- dei sanctam sollicitudinem, sic etiam mibi, ut tuo tam bono tamque lauda- bili serviam desiderio, sufficientem tribuet facultatem; ut etsi non potuero cuncta dicere, ex quibus omnis error haereticus possit agnosci, et agnitus vel convinci valeat vel vitari tamen in nomine atque adiutorio sanctae Trinitatis, quae unus solus verus et bonus est Deus, ea dicam in quibus saltem magna ex parte rationem catholicae fidei constet sine aliqua erroris caligine conti- neri. Quibus retentis, poteris etiam illa deprehendere atque fugere, quae etsi in hoc opere non videntur speciali disputatione convinci, tamen ex iis quae hic generaliter atque absolute ponentur, appareant illa quae infideles homi- nes auribus volunt insusurrare fidelium, non regula divinae veritatis tradita, sed nequitia humani erroris inventa. Caput I. Trinmas unus Devs I 3. Quocumque igitur loco fueris constitutus, quia secundum regulam nostri Salvatoris imperio promulgatam, nosti te in uno Patris et Filii et Spiritus sancti nomine baptizatum; principaliter atque indubitanter toto cor- de retine, Patrem Deum, et filium Deum, et Spiritum sanctum Deum, id est, 12 La fe, libro dedicado a Pedro Trinidad es por naturaleza un solo Dios, de quien se dice en el Deuteronomio: Escucha, Israel: el Senor, tu Dios, es un solo Dios’; y adoraras al Seftor, Dios tuyo, y a El solo servirds (Dt 6,4.13). Con todo, como hemos dicho que este unico Dios, que por naturaleza es tinico y verdadero Dios, no solamente es el Padre, ni solamente es el Hijo, ni solamente el Espiritu Santo, sino a la vez el Padre y el Hijo, y el Espiritu Santo; y debes cuidar que asi como decimos con verdad que el Padre, y el Hijo, y el Espiritu Santo es un solo Dios, en cuanto a la unidad natural; del mismo modo debemos cuidar el atrevi- miento de decir y creer que el que personalmente es Padre el mismo es también Hijo y Espiritu Santo; y que el que es Hijo también es Padre y Espiritu Santo; y que el que, con propie- dad se dice en hk confesién de esta Trinidad Espiritu Santo, es también Padre y es Hijo. ;Lo cual es sacrilegio! 4. En efecto, la fe, que los santos Patriarcas y Profetas recibieron por inspiracién divina antes de la encarnacién del Hijo de Dios, lafe, que los santos Apéstoles oyeron también del mismo Senorencarnado, ¢ instruidos con el magisterio del Espiritu Santo predicaron no sélo de palabra, sino que tam- bién dejaron fijaen sus escritos para instruccién salubérrima de los seguidore, fe que predica que la Trinidad es un solo Dios, es decir, elPadre, y el Hijo, y el Espiritu Santo. Pero la Trinidad no seri verdadera ‘Trinidad, si una sola y la misma persona se llamaa el Padre, el Hijo y el Espiritu Santo. Si pues la Trinidad{uese una sola persona, como es una sola la sanctam atque inefftilem Trinitatem unum esse naturaliter Deum, de quo in Deuteronomio dittur: Audi, Israel: Dominus Deus tuus, Deus unus est; Et dominum Deum turn adorabis, et illt soli servies (Dt 6.4.13). Verumtamen quia istum unum Dem, qui solus est verus naturaliter Deus, non Patrem so- Jum, neque solum Film, neque solum Spiritum sanctum, sed simul Patrem et Filium et Spiritunanctum esse diximus, cavendum est, ne sicut Patrem et Filium et Spiritunnctum unum Deum esse, quantum ad naturalem at- tinet unitatem, verader dicimus; sic eum qui Pater est, eumdem vel Filium, vel Spiritum sancturzaut eum qui Filium vel Spiritum sanctum; aut eum qui Filius est, sive Patrensive Spiritum sanctum; aut eum qui Spiritus sanctus ptoprie in confessice hujus Trinitatis dicitur, vel Patrem vel Filium perso- naliter dicere sive cxere, quod omnino nefas est, audeamus. 4. Fides enim gam sancti Patriarchae atque Prophetae ante incarna- tionem Filii Dei disntus acceperunt, quam etiam sancti Apostoli ab ipso Domino in carne pow audierunt, et Spiritus sancti magisterio instructi, non solum sermone pracitaverunt, verum etiam ad instructionem saluberriman posterorum scriptisuis inditam reliquerunt, unum Deum praedicat Trinitatem, id est, Prem et Filium et Spiritum sanctum. Sed Trinitas vera 9? Mss, Seftor. CL. La Trinidad un solo Dios 13 sustancia del Padre, y del Hijo, y del Espiritu Santo, no ha- bria nada en absoluto para poder Ilamarla verdaderamente Trinidad. A la inversa, la Trinidad seria ciertamente verdade- ta, pero la misma Trinidad no seria un solo Dios, si, como el Padre, y el Hijo, y el Espiritu Santo son reciprocamente dis- tintos por la propiedad de las personas, fuesen del mismo modo distintos también por la diversidad de las naturalezas. Pero, porque en. aquel tinico Dios verdadero, que es Trinidad, es naturalmente verdadero no solamente que es un solo Dios, sino también que es Trinidad; por eso el mismo Dios verda- dero es Trinidad en personas, y es Gnico en una sola natura- leza. Por esa unidad de naturaleza todo el Padre esta en el Hijo y en el Espiritu Santo, y todo el Hijo esta en el Padre y en el Espiritu Santo, y todo el Espiritu Santo esta en el Padre y en el Hijo. Y ninguno de ellos esta fuera de cualquiera de los otros, porque ninguno precede a otro en eternidad ni ex- cede en grandeza ni supera en potestad. Porque ni el Padre es anterior o mayor al Hijo y al Espiritu Santo, en cuanto per- tenece a la unidad de la naturaleza divina; ni la eternidad y la inmensidad del Hijo, en cuanto mayor o menor, puede pre- ceder o exceder naturalmente ala eternidad e inmensidad del Espiritu Santo. Luego asi como ni el Hijo es posterior 0 me- nor que el Padre, asf ni el Espiritu Santo es posterior 0 me- nor que el Hijo. Realmente es eterno y sin principio que el Hijo existe nacido de la naturaleza del Padre’; y es eterno y sin principio que el Espiritu Santo procede de la naturaleza non esset, si una eademque persona diceretur Pater et Filius et Spiritus sanc- tus. Si enim sicut est Patris et Filii et Spiritus sancti una substantia, sic es- set una persona, nihil omnino esset, i quo veraciter Trinitas diceretur. Rursus Trinitas quidem vera esset, sed unus Deus Trinitas ipsa non esset, si quemadmodum Pater et Filius et Spiritus sanctus personarum sunt ad invi- cem proprietate distincti, sic fuissent naturarum quoque diversitate discre- ti, Sed quia in illo uno Deo vero Triniate, non solum quod unus Deus est, et in una natura unus est. Per hanc unitatem naturalem totus Pater in Filio et Spiritu sancto est, et totus Filius in Patre et Spiritu sancto est, totusque Spiritus sanctus in Patre et in Filio et Nullus horum extra quemlibet ip- sorum est: quia nemo alium aut praecedit aeternitate, aut excedit magnitu- dine, aut superat potestate. Quia nec filio nec Spiritu sancto, quantum ad naturae divinae unitatem pertinet, autanterfor aut maior Pater est; nec Filii aeternitas atque immensitas, velut anieior aut maior, Spiritus sancti aeter- nitatem immensitatemque aut praeceéte aut excedere naturaliter potest. Sicut ergo nec Filius posterior aut mio est Patre, ita nec Spiritus sanctus posterior aut minor est Filio, Aeternumguippe et sine initio est, quod Filius de Patris natura natus exstitit; et aetemum ac sine initio est, quod Spiritus > CE. Magister Sententiarum, Sentent.1, 68.19. 14 La fe, libro dedicado a Pedro del Padre y del Hijo. Es decir, que creemos y decimos con ra- z6n que los tres son un solo Dios, porque, en suma, (inica ¢s la eternidad, inica la inmensidad, tinica por naturaleza es la divinidad de las tres personas. 5. En consecuencia, sostengamos que el Padre, y el Hijo, el Espiritu Santo por naturaleza son un solo Dios; sin em- argo, no sostengamos ni que el Padre es el mismo que es el Hijo, ni que el Hijo es el mismo que es el Padre, ni que el Espiritu Santo es el mismo que es el Padre, y que es el Hijo. En efecto, unaes la esencia del Padre, y del Hijo, y del Espiritu Santo, que los griegos Ilaman ousian, en la cual no es una cosa el Padre, y otra cosa el Hijo, y otra cosa el Espfritu Santo; aunque, en cuanto a las personas, uno es el Padre, otro es el Hijo, y otro el Espiritu Santo. Esto se nos demuestra so- bre todo al principio mismo de las santas Escrituras, cuando dice Dios: Hagwnos al hombre a nuestra imagen y semejanza (Gén 1,26). Efectivamente, al decir imagen en singular, esta demostrando que es una la naturaleza, a cuya imagen seria creado el hombre. Pero, al decir vestra en plural, demuestra que el mismo Dios, a cuya imagen era creado el hombre, no es una sola pesona. Porque si en aquella tinica naturaleza * del Padre, y de Hijo, y del Espiritu Santo existiese una sola persona, no habia dicho a imagen nuestra; sino a «imagen mia»; ni habriadicho: Hagamos, sino «haga». Pero si en aque- Ilas tres persons se ha de entender o creer que hay tres subs- tancias, no se dria a zmagen nuestra, sino a «imagenes nues- sanctus de natura hitris Filiique procedit. Ob hoc ergo tres, unum recte cre- dimus et dicimus Deum, quia una prorsus aeternitas, una inmensitas, una natutaliter trium etdivinitas personarum. 5. Teneamusigtur et Filium et Spiritum sanctum unum esse naturali- ter Deum, Neque amen ipsum Patrem esse qui Filius est, neque Filium ip- sum esse qui Paterat, nec Spiritum sanctum ipsum esse qui Pater aut Filius est. Una est enimPatris et Filii et Spiritus sancti essentia, quam Graeci ovotay vocant, ina non est aliud Pater, et aliud Filius, et aliud Spiritus sanctus, quamvis psonaliter sit alius Pater, alius Filius, alius Spiritus sanc- tus. Quod nobis nuime in ipso sanctarum Scripturarum demonstratur ini- tio, ubi Deus dicit Faciamus hominem ad imaginem et similitudinem nos- tram (Gen 1,26), Gm enim singulari numero dicit, aginem, ostendit unam naturam esse, ad ais imaginem homo fieret. Cum vero dicit pluraliter, zos- tram, ostendit eunkm Deum, ad cuius imaginem homo fiebat, non unam esse personam. Sieim in illa una natura e Patris et Filii et Spiritus sancti una esset personaion diceretur, ad imaginem nostram, sed, ad imaginem meam; nec dixisss Facianzus; sed: Faciam. Si vero in illis tribus personis tres essent intellegdae vel credendae subtantiae, non diceretur; ad imagi- * El manuscito ibiense dice: esencia, ve C1. La Trinidad un solo Dios 15 tras», porque no puede existir una sola imagen de tres natu- ralezas distintas. Y como dice que el hombre fue creado con- forme a la anica imagen del tnico Dios queda bien declara- da la esencia de una sola divinidad en la santa Trinidad. A continuacién y poco después, en referencia a lo que Dios ha- ia dicho antes: Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra, la Escritura ha narrado que el hombre fue creado asi, cuando dice: Y Dios creé al hombre: a imagen de Dios lo creo (Gén 1,26-27). 6. El profeta Isaias no ha callado que le fue revelado esta Trinidad de personas y la unidad de naturaleza, cuando dice que vio al serafin gritando: Santo, Santo, Santo es el Setior Dios de los ejércitos (Is 6,3). Donde, con raz6n, cuando dice por tres veces Santo, reconocemos la Trinidad de personas, y al decir una sola vez Sefior de los ejércitos estamos reconocien- do la unidad de la naturaleza divina. Por consiguiente, en aquella Trinidad santa, que por eso lo repetimos, para que quede grabado mis firmemente en vuestro corazén, uno es el Padre, que solo El ha engendrado por la esencia de si mismo un Gnico Hijo, y uno es el Hijo, que sélo El ha nacido por la esencia del unico Padre, y uno es el Espiritu Santo, que sdlo El procede por la esencia del Padre y del Hijo. Y todo esto, tanto el engendrarse a si mismo, como el nacer de si mismo, como el proceder de si mismo, no podria ser una sola perso- na. Porque, repito, es distintod haber engendrado que el ha- ber nacido, y es distinto el proceder que el haber engendra- do 0 el haber nacido; esta claro, pues, que uno es el Padre, otro es el Hijo, y otro es el Espiritu Santo. Por consiguiente, nem nostram; sed ad imagines nostrasuna enim imago trium naturarum in- aequalium esse non posset. Sed dumsd unam imaginem unius Dei homo factus dicitur, una sanctae Trinitatis esentialiter divinitas intimatur. Deinde et paulo post pro co quod Deu superius dixerat: Factameus hominem ad ima- ginem et similitudinem nostram; sic bminem factum Scriptura narravit, ut diceret: Et fecit Deus hominem; ad inaginem Det fecit cum (Gen 1,26-27). 6. Hane Trinitatem personarum atque unitatem naturae propheta Isaias revelatam sibi non tacuit, cums¢ dicit Seraphim vidisse clamantia: Sanctus, sanctus, sanctus Dominus Deu Sabaoth (Is 6,3). Ubi prorsus in eo quod dicitur tertio, Sanctus, personanm Trinitatem; in eo vero quod dicitur semel, Doneinus Deus sabaoth, divinaenaturae cognoscirus unitatem. In illa igitur sancta Trinitate (quod ideo a mbis repetitur, ut vesiro cordi tenacius infigatur), unus est Pater qu solus essatialiter de se ipso unum Filium ge- nuit, et unus Filius qui de uno Patzesolus est essentialiter natus, et unus Spiritus sanctus qui solus essentialite de Patre Filioque procedit. Hoc au- tem totum una persona non posset, ilest, et gignere se, et nasci de se et procedere de se. Quia igitur aliud exgenuisse quam natum esse aliudque est procedere quam genuisse vel naun ese; manifestum est quoniam alius 16 La fe, libro dedicado a Pedro la Trinidad la referimos a las tres Personas: la del Padre, la del Hijo, y la del Espiritu Santo; y la unidad a la naturaleza. Capitulo 2. LA HUMANIDAD DE Cristo. QUE FUE EL ANONADAMIENTO DEL Hyo be Dios i 7. Como, segtin la divinidad, por la cual son uno el Padre, y el Hijo, y el Espiritu Santo, no creemos que el Padre ha na- cido, ni el Espistu Santo, sino solamente el Hijo; del mismo modo la fe catélica también cree y predica que solamente el Hijo ha nacido segtin la carne. Cierto gue en aquella Trinidad ni seria propio de solo el Padre que El mismo no ha nacido, sino que ha engeadrado un solo Hijo; ni propio de solo el Hijo que E] mismo engendré, sino que nacié de la esencia del Padre; ni es propio del Espiritu Santo que ni El mismo nacié ni_en- gendré, sino queEl solo procede del Padre y del Hijo’; si Dios Padre, segiin Ja naturaleza divina, no nace de ningtin Dios; sin embargo, E] misno naceria segin la carne de una virgen; por- que si el Padre naciera de una virgen, serian una sola persona el Padre y el Hijo, y la misma persona tnica, porque no nace- ria de Dios sinosolamente de una virgen, no se llamaria con verdad Hijo de Dios, sino solamente hijo del hombre. Y el mis- mo Hijo de Die dice: De tal manera amé Dios al mundo que le dio a su HijoUnigénito. Y de nuevo: Porque Dios no envio est Pater, alius Filiusalius Spiritus sanctus. Trinitas itaque ad personas Patris et Filii et Spiritus sacti refertur, unitas ad naturam. Caput I, Himanrras Curist. Exinanrrio Fittt Det QUAE FUERIT 7. Sicut ergo sundum illam divinitatem, qua unum sunt Pater et Filius et Spiritus sanctus, xque Patrem natum credimus, neque Spiritum sanctum, sed solumFilium, sictiam secundum carnem solum Filium natum catholica fi- des et credit et preticat. Neque enim in illa Trinitate proprium esset solius Parris quod non esiunus ipse, sed unum Filium genuit; neque proprium so- lius Filii quod non gwit ipse, sed de Patris essentia natus est; neque proprium Spiritus sancti quodite natus ipse, nec genuit, sed solus de Patre Filioque pro- cedit. Si secunduméinam quidem naturam Deus Pater de nullo nasceretur Deo, secundum canm tamen ipse nasceretur de virgine. Si enim Pater de vir- gine nasceretur ungjesona esset Pater et Filius: ipsa autem una persona, pro co quod non de Desed tantum de virgine nasceretur, non Dei Filius, sed tan- tum hominis filius waciter diceretur. Ipse autem Dei Filius dicit: Sie Deus di- lexit mundum, ut Bum suura unigenitum daret. Et iterum: Non enim muisit ass ? El manuscrito Ciense afiade: con eternidad inmutable. C.2. La humanidad de Cristo 7 su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mun- do se salve por El (Jn 3,16-17). Tampoco habria dicho el bien- aventurado Juan: El que ama al Padre-Engendrador, ama tam- bién a Aquel que ha nacido de El (\ Jn 5,1). Ni el mismo Hijo: Mi Padre trabaja sin descanso, y yo también trabajo (Jn 5,17). Porque el mismo que se llama Hijo, si El mismo fuese también Padre, no se llamaria con verdad Hijo de Dios, porque no na- ceria de Dios, sino de una virgen. Finalmente tampoco el mis- mo Padre daria testimonio desde el cielo, ni mostraria a su Hijo con voz corporal, cuando dice: Este es mi Hijo amado, en quien me he complacido (Mt 3,17). Y el apéstol Pablo tampoco ha- bria dicho de Dios Padre: Quien no perdond a su propio Hijo, sino que lo entregé por todos nosotros (Rom 8,32). 8. Pero, porque todas estas cosas nos han sido reveladas por voluntad de Dios para doctrina nuestra, y por ser cosas divinas son ciertamente verdaderas, también es verdadero lo que predica la fe catélica, tanto que, segiin la divinidad, ha na- cido del Padre un solo Hijo, que es eterno con el Padre, in- mortal, impasible, y Dios inmutable; como que segtin la carne no es el Padre sino su Hijo Unigénito el que, siendo eterno, nacié en el tiempo, siendo impasible, padecid, siendo inmor- tal, murid, siendo inmutable, porque es Dios verdadero y la vida eterna, resucité verdaderamente. El, que tiene en comin con el Padre todo Jo que El, eterno por naturaleza, ha tenido sin principio; no tiene en comtin con el Padre ninguna de es- tas que El, eterno y excelso, asumid por humildad en su per- sona en el tiempo. Deus Filium in mundum ut indicet mundum, sed ut salvetur mundus per ipsum (Io 3,16-17). Nec beatus disisset Joann diligit Genitorem, diligit et eura qui natus est ex eo (1 Io 5,1). Nec ipse Filius dixisset: Pater meus usque modo operatur, et ego operor (Io 5,17). Ipse enim qui Filius dicitur, si idem eset et Pater, non veraciter Dei Filius diceretur, quia non de Deo, sed de sola virgine nasceretur. Ad extremum nec ipse Pater de caelo testaretur, et suum corpora- li voce Filium demonstraret, dicens: Hic est Filius meus dilectus, in quo mahi complacui (Mt 3,17). Apostolus quoque Paulus non dixisset de Deo Patre: Qze proprio Filio non pepercit, wl pro nobis omnibus tradidit alum (Rom 8,32). 8. Sed quoniam ista omnia et divinitus ad nostram doctrinam dicta sunt, et quia divina dicta sunt utique vera sunt. Verum est quod fides catholica prae- dicat, et secundum divinitaem de Patre natum esse solum Filium aeternum. cum Patre, immortalem, impassibilem, atque incommutabilem Deum; et se- cundum carnem non Patren, sed unigenitum eius Filium, salva acternitate sua temporaliter natum, salva impassibilitate sua passum, salva immortalitate sua mortuum, salva incommutabiitate, qua Deus verus et vita aeterna est, veraci- ter suscitatum. Qui totum habet commune cum Patre quod aeternus naturali- ter sine initio habuit; et nihil habet commune cum Patre eorum quae in suam. personam temporaliter atqve humiliter ille aeternus atque excelsus accepit. 18 La fe, libro dedicado a Pedro 9. Ademis, si no naciera de una virgen el que es Hijo pro- pio y Unigénito de Dios Padre, sino el Espiritu Santo, la san- ta Iglesia estaria creyendo sinceramente para la justificacién, y proclamando para la salyacién que el mismo Hijo, nacido de mujer y bajo la ley, no nacié por obra del Espiritu Santo de la Virgen Maria como esta en el Credo. Y si el mismo Espiritu Santo, que es Espiritu del Padre y del Hijo, hubiese tomado la forma de siervo, el mismo Espiritu Santo no descenderia en forma de paloma sobre si mismo hecho hombre. 10. Por tanto, Dios Padre, no engendrado de Dios algu- no, engendré por yna vez de su naturaleza sin principio un Hijo Dios igual a El, y coeterno con la misma divinidad con que El mismo por naturaleza es eterno. Pero el mismo Hijo de Dios, siendo Dios eterno y verdadero, y tinico Dios con el Padre por naturaleza segtin la divinidad, porque dice: Yo y el Padre somos uno (Jn 10,30); El mismo por nosotros se hizo hombre verdadero y pleno; verdadero precisamente porque el que es Dios tiene verdadera naturaleza humana; y pleno, por- que tomé la carne bumana y el alma racional. Sin embargo, el mismo, que es Dios Unigénito, nacid por dos veces: una del Padre, otra de la Madre; nacié del Padre el Verbo Dios, na- cid de una Madre el Verbo hecho carne. 11. Asi pues, uno y el mismo Dios es el Hijo de Dios na- cido antes de los siglos y nacido en el siglo; y uno y otro na- cimiento es del Gnico Hijo de Dios: el divino, segin el cual es Dios, Creador coeterno con el Padre en la forma de Dios; 9. Rursus si non ille qui proprius atque unigenitus Dei Patris Filius est, sed Spiritus sanctus nasceretur ex virgine, non ipsum Filium qui factus est ex muliere, factus sub Lege, natum de Spiritu sancto ex Maria virgine, in Symbolo acceptum, et corde ad justitiam crederet, et ore ad salutem sancta confiteretur Ecclesia. Sed et si ipse Spiritus sanctus, qui Patris et Filii Spiritus est, formam servi acciperet, non ipse Spiritus sanctus super se ipsum homi- nem factum in columbae specie caelitus adveniret. 10. Pater igitur Deus de nullo genitus Deo, semel de sua natura sine initio genuit Filium Deum sibi aequalem, et eadem gua ipse naturaliter ae- ternus est divinitate coacternum. Sed idem Dei Filius cum sit Deus aeternus et verus, et cum Patre secundum divinitatem naturaliter unus Deus, secun- dum hoc quod dicit: Ego e¢ Pater unum sumus (lo 10,30); idem pro nobis est homo factus verus et plenus: in eo verus, quia veram habet Deus ille hu- manam naturam; in eo vero plenus, quia et carnem humanam suscepit et animam rationalem. Idem tamen Unigenitus Deus secundo natus est; semel ex Patre, semel ex matre: natus est enim de Patre Deus Verbum, natus est de matre Verbum caro factum. 11. Unus igitur est atque idem Deus Dei Filius natus ante saecula, et natus in saeculo, et utraque nativitas unius est Filii Dei; divina, secundum quam creator in forma Dei coaeternus Patri Deus est; humana, secundum C2. La humanidad de Cristo 19 el humano, segan el cual, anonadandose a si mismo y toman- do la forma de siervo, no solamente se formé a si mismo en la concepcién del seno materno con la misma asuncién de la forma de siervo, al hacerse hombre, sino que, ademas, el mis- mo Dios en cuanto hombre salié del seno mismo de la Madte, y el mismo Dios en cuanto hombre colgé en la cruz, y el mis- mo Dios hecho hombre yacié en el sepulcro, y el mismo Dios en cuanto hombre resucité de los infiernos al tercer dia; pero el mismo Dios yacié en el sepulcro segiin la carne sola, y des- cendié6 a los infiernos segiin el alma sola. La cual, al volver de los infiernos a la carne al tercer dia, el mismo Dios segtin la carne con la cual yacié en el sepulcro, la resucité del sepul- cro; y a los cuarenta dias después de la resurreccién el mis- mo Dios hecho hombre, ascendiendo al cielo, la senté a la de- recha de Dios, de donde ha de venir al final del siglo a juzgar a vivos y muertos. 12. Luego el Verbo hecho carne es el Seftor Jesucristo, Hijo tnico de Dios, Mediador entre Dios y los hombres. Y por eso Mediador, porque El mismo es Dios y hombre ver- dadero, que tiene una naturaleza divina con el Padre, y una substancia humana con la Madre; que tiene de nosotros la pena de nuestra iniquidad hasta la muerte, y de Dios Padre la justicia inmutable, que, muriendo en el tiempo a causa de nuestra iniquidad, El mismo siempre vivo habia de dar por su justicia a los mortales la inmortalidad. El mismo, que conser- v6 realmente su humanidad perfecta en la misma perfeccién de su divinidad, absorbié realmente la verdad de su mortali- quam semetipsum exinaniens et formam servi accipiens, non solum in con- ceptu materni uteri semetipsum, dum homo fieret, eadem servilis formae susceptione formavit, verum etiam de eodem matris utero idem Deus homo factus exivit, et in cruce idem Deus homo factus pependit, et in sepulcro idem Deus homo factus jacuit, et ab inferis idem Deus homo factus tertio die resurrexit; sed in sepulcro secundum solam carnem idem Deus jacuit, et in infernum secundum solam animam descendit. Qua de inferis ad carnem die tertia revertente, idem Deus secundum carnem qua in sepulcro iacuit, de sepulcro resurrexit; et quadragesimo post resurrectionem die, idem Deus homo factus in caelum ascendens, in dextera Dei sedit, inde in fine saeculi ad iudicandos vivos mortuosque venturus. 12. Verbum ergo caro factum unus est Filius Dei Dominus Tesus Christus, mediator Dei et hominum. Idcirco autem mediator, quia idem Deus atque homo verus, habens cum Patre unam divinitatis naturam, et humanitatis unam cum matre substantiam, habens ex nobis usque ad mor- tem iniquitatis nostrae poenam, habens incommutabilem de Deo Patre ius- titiam, propter iustitiam suam, et ipse semper vivus, et immortalitem mor- talibus largiturus. Qui perfectam quidem humanitatem suam in ipsa divinitatis suae perfectione servavit; veritatem vero mortalitatis suae per 20 La fe, libro dedicado a Pedro dad por la aceptacién de la muerte en la verdad y en la in- mutabilidad de su inmortalidad. 13. Esto es lo que atestigua el bienaventurado Pedro, que Cristo destruyé la muerte, para que fuésemos herederos de la vida eterna (i Pe3,22). Y el bienaventurado Pablo ensefia que Cristo ha destruido la muerte, y ha iluminado la vida y la in- corrupcion (cf, 2 Tim 1,10). Cristo, pues, ha gustado la muer- te, porque es hombre verdadero, y El mismo ha destruido la muerte, porque es Dios verdadero. Puesto que El mismo, como dice el Apéstol, fue crucificado por su debilidad, pero que wwe por el fo ler de Dios (2 Cor 13,4): es uno y el mismo el que, segiin la profecia del bienaventurado David, también fue echo hombre en Sién, y el mismo Altisimo la ha fundado (Sal 86,5). 14. Asi pues, ni la divinidad de Cristo es ajena a la na- turaleza de Dios, segtin lo escrito: en el principio existia el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios: esto al principio estaba en Dios. Todo existié por El, y sin El no se hizo nada; ni su huminidad es ajena a la naturaleza de su madre, segtin aquello: el Verbo se hizo carne, y habité entre nosotros (Jn 1,1.2-3.14). Aquella naturaleza que permanece engendra- da perpetuamente del Padre, tom6 nuestra naturaleza sin pe- cado para nacer de una virgen. Pues la naturaleza eterna y di- vina en modo dguno habria podido ser concebida en el tiempo y nacer « el tiempo de la naturaleza humana, de no haber recibido & si la divinidad inefable mediante la asun- cién de la realidad humana una verdadera concepcién y ver- susceptionem mortisveritate atque incommutabilitate suae immortalitatis absorbuit. 13, Hoe est qui testatur beatus Petrus, quia Christus deglutivit mor- tem, ut vitae acternacieredes efficerenzur (1 Petr 3,22), Beatus quoque Paulus docet quod Christusmortem deglutierit, iluminaverit autem vitam et inco- rruptionem (2 Tim 110). Christus ergo mortem gustavit, quia verus homo est; idemque morteméeglutivit, quia verus Deus est. Idem quippe, sicut di- cit Apostolus, crucéfuis est ex infirmitate, sed vivit ex virtute Det (2 Cor 13,4). Unus atque ide, qui secundum prophetiam beati David e¢ homo fac- tas est in Sion, et ipsjundavit eam Aluissimus (Ps 86,5). 14. Ttaque nec lvinitas Christi aliena est a natura Patris, secundum id quod in principio ext Verbum, et Verbum erat apud Deum, et Deus erat Verbumt. Hoc erat inwincipio apud Deum. Omnia per ipsum facta sunt, et sine ipso factum est #bil: nec humanitas eius aliena est a natura mattis, se- cundum id quod Verlwe caro factum est, et habitavit in nobis (Io 1,1.2-3.14). Illa enim natura quaisemper genita manet ex Patre, naturam nostram sine peccato suscepit, ut mceretur ex virgine. Neque enim natura aeterna atque divina temporaliter ancipi et temporaliter nasci ex natura humana ullate- nus posset, nisi securlum susceptionem veritatis humanae, vetam tempora- C2. La humantdad de Cristo 21 dadero nacimiento en el tiempo. De este modo Dios eterno y verdadero fue concebido y nacié en el tiempo verdaderamente de una virgen. En efecto, cuando llego la plenitud del tiempo, Dios envid a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, para que recthtése- mos la adopcién de hijos (Gal 4,4-5): es decir, hecho por na- turaleza hijo del hombre, aquel Dios, que es por naturaleza Hijo tnico de Dios Padre. Y confirmandolo el evangelista Juan, después de que dijo el Verbo se hizo carne, y habité en- tre nosotros, a continuaci6n afiade: Y contemplamos su gloria, gloria como de Hijo Unico del Padre, lleno de gracia y de ver- dad (Jn 1,14). Asf, el Creador y Sefior de todos los espiritus y de todos los cuerpos, es decir, de todas las naturalezas, que habia de ser creado de una virgen, El mismo creé ala Virgen, y es el hacedor de aquella que creé para Madre suya, cuando Dios inmenso y sempiterno, que habia de ser concebido y dado a luz de su carne, tomé la materia verdadera de la car- ne, para que por un lado, segtin la verdad de la forma servil, Dios se hiciese hombre por misericordia; y por otro lado, se- gan la forma de Dios, el mismo Dios, permaneciendo hom- bre, no careciese de la verdadera naturaleza. 15. Por consiguiente, cree que Cristo, el Hijo de Dios, esto es, una persona de la Trinidad, es Dios verdadero, para que no dudes de que su diyinidad ha nacido de la naturaleza lel Padre; y asi cree que El es hombre verdadero, para que no pienses que su carne ni es de naturaleza celeste ni aérea ni de cualquier otra naturaleza; sino de aquella cuya carne es liter conceptionem atque nativitatem ineffabilis in se divinitas accepisset. Sic est Deus aeternus ac verus veraciter secundum tempus et conceptus et na- tus ex virgine. Dum enim venit plenitudo temporis, misit Deus Filium suuna factum ex mulierc, factum sub Lege, ut eos qui sub Lege erant redineeret, ut adoptionem filiorum reciperemus (Gal 4,4-5). Ilo scilicet Deo facto natura- liter filio hominis, qui unus est naturaliter Filius Dei Patris. Hoc utique Joannes evangelista confirmans, postquam dixit: Ef Verbum caro facturm est, et babitavit in nobis; subsequenter ait: Et vidimus gloriam eius, goriame qua- si Unigeniti a Patre, plenum gratiae et veritatis (Io 1,14). Sic ille omnium spi- rituum, omniumque corporum, id est, omnium naturarum Creator et Dominus, creavit virginem creandus ex virgine; et cuius ipse factor est, ma- trem sibi fecit, quando de eius carne concipiendus atque pariendus veram materiam carnis Deus immensus ac sempiternus accepit, ut etsecundum ve- ritatem formae servilis, Deus homo misericorditer fieret, et secundum for- mam Dei naturali veritate, idem Deus homo permanens non caretet. 15. Sic ergo Christum Dei Filium, id est, unam ex Trinitate personam Deum verum crede, ut divinitatem eius de natura Patris natam ese non du- bites. Et sic cum verum hominem crede, ut eius carnem non cadlestis, non aeriae, non alterius cuiusquam putes esse naturae, sed ius cuius est Omnium 22 La fe, libro dedicado a Pedro la de todos los hombres, es decir, la que el mismo Dios mo- delé de la tierra para el primer hombre, y modela para los de- mas, a los que crea de los mismos hombres por generacion. Pero, aunque la carne de Cristo y la de todos los hombres sea de una e idéntica naturaleza, sin embargo, ésta, que el Verbo de Dios se ha dignado unir a si de la Virgen Marfa, fue con- cebida sin pecado, y nacié sin pecado; puesto que segtin ella Dios eterno y justo fue concebido y nacié misericordiosa- mente, y fue crucificado el Sefior de la gloria. 16. Y ¢con qué palabras proclamaremos la excelencia sin par de esa carne, cuya persona es divina desde su misma con- cepcidn, cuyo origen y natalicio es insdlito, por cuanto el Verbo se hizo hombre, de modo que el Dios Unigénito y sempiter- no, concebido desde el instante de la concepcién de su carne, fuese una sola persona con su carne? Y en cuanto a la carne de los demas hombres es cierto que nace del concurso huma- no, seminando el hombre y concibiendo y dando a luz la mu- jer. Y como el hombre y la mujer se unen entre si para tener hijos, porque no ¢s posible la unién de los padres sin concu- piscencia, por este motivo no puede estar sin pecado la con- cepcion de los hijos que nacen de su carne, en cuya concep- cién no es la genercion la que transmite el pecado a los nifios, sino la concupiscencia; ni es la fecundidad {a que hace que los hombres nazcan «on pecado, sino la fealdad de la concupis- cencia, que contr los hombres a raiz de la condenaci6n jus- tisima £ aquel primer pecado. Por eso el bienaventurado David, aunque naié de un matrimonio legitimo y justo, en el hominum caro, id esi.quam ipse Deus homini primo de terra plasmavit, et ceteris hominibus plamat, quos per propagationem ex hominibus creat. Sed licet caro Christi, et exnium hominium unius eiusdemque naturae sit, haec tamen quam Deus Vebum ex Maria virgine sibi unire dignatus est, sine pec- cato concepta, sine pxtato nata est: utpote secundum quam Deus aeternus et iustus misericordits et conceptus et natus est, et Dominus gloriae cruci- fixus est. 16. Quibus autm verbis explicabitur carnis illius excellentia singula- ris, cuius divina est eipsa sui conceptione persona, cuius origo nativitatis insolita, qua sic Verbun caro factum est, ut una persona esset cum carne sua Unigenitus ac sempiternus Deus, ipsa suae carnis conceptione concep- tus? Istam vero ceterwm hominum carnem per humanum certum est nas- ci concubitum, viro sninante, femina vero concipiente atque pariente. Et quia dum sibi invicentir mulierque miscentur ut filios generent, sine libi- dine non est patentun concubitus; ob hoc filiorum ex eorum care nas- centium non potest si¢ peccato esse conceptus, ubi peccatum in parvulos non transmittit propastio, sed libido; nec fecunditas naturae humanae fa- cit homines cum pecato nasci, sed foeditas libidinis quam homines habent ex illius primi iustissim condemnatione peccati. Ideo beatus David, quam- C2. La humanidad de Cristo 23 cual ciertamente no podia encontrarse ni la culpa de Ia infi- delidad ni la mancha de la fornicacion, sin embargo, grita y dice, a causa del pecado original, que por su naturaleza hace hijos de ira, no solo a los hijos de los impios sino también a todos cuantos nacen de la carne santificada de los justos: Mira, dice, gue en pecado fui concebido, y pecador me dio a luz mi madre (Sal 50,7). También el santo Job dice que no hay ni un solo hombre limpio de pecado, ni siquiera d de un solo dia de vida sobre la tierra (cf. Job 14,4, segtin los setenta). 17. Es decir, el Hijo Unigénito de Dios, que esta en el seno del Padre, para limpiar la carne y el alma del hombre, se encarn6é tomando la carne y el alma racional; y El, que es Dios verdadero, se hizo hombre verdadero; no para que uno fuese Dios y otro hombre, sino el mismo Dios-Hombre. El] cual para quitar el pecado, que la generacién humana de la carne mortal contrajo en el concurso de la carne mortal, fue concebido de un modo nuevo: Dios se encarné en una madre virgen, sin conocimiento de varén, sin concupiscencia de la virgen que concibe, para que por medio del Dios-hombre, al ue, concebido sin concupiscencia, dio a luz el seno inviola- do de la virgen, fuese borrado el pecado que, al nacer, con- traen todos los hombres, los cuales tienen en este cuerpo mor- tal tal condicién de nacimiento que sus madres no pueden realizar su obra de fecundidad sin antes perder la virginidad de su carne. Asi pues, solamente borré el pecado de la con- cepcién y del nacimiento humano el Dios Unigénito, que en vis de legitimo nasceretur justoque cosjugio, in quo scilicet nec infidelitatis culpa, nec fornicationis macula poteratinveniri. Propter originale tamen pec- catum, quo naturaliter obstricti filii sunt irae, non solum impiorum filii, sed omnes etiam qui de justorum sanctificaa carne nascuntur, exclamat et dicit: Ecce enim in iniquitatibus conceptus samt, et in delictis peperit me mater mea (Ps 50,7). Sanctus etiam Job dicit mundum a sorde non esse hominem, nec si unius diei sit vita eius super terram (cf. Iob 14,4 sec. LXX). 17. Dei ergo Filius unigenitus qui est in sinu Patris, ut camem homi- nis animamque mundaret, susceptione camnis atque animae rationalis incar- natus est; et qui est Deus verus, homo verus factus est; non ut alter Deus esset, alter homo, sed idem Deus, idem homo. Qui ut illud peccatum quod in concubitu mortalis carnis generatiohumana contraxit, auferret, concep- tus est novo more, Deus incarnatus inmatre virgine, sine coitu viri, sine li- bidine concipientis virginis. Ut per Deum hominem, quem absque libidine conceptum inviolatus edidit virginis uerus, ablueretur peccatum quod nas- centes trahunt omnes homines, quibusia corpore mortis huius talis est nas- cendi condictio, ut matres eorum fecunditatis opus implere non possint, nisi prius virginitatem carnis amiserint. Sos igitur abstulit peccatum concep- tionis atque nativitatis humanae Deus Unigenitus, qui dum conciperetur, ve- 24 La fe, libro dedicado a Pedro el instante de ser concebido tomé la carne verdadera de una virgen; y en el instante de su nacimiento conservé en su Madre la integridad virginal. Esta es la causa por la que Dios se hizo hijo de la Virgen Marfa, y la Virgen Marfa fue hecha Madre del Unigénito de Dios; de tal modo que a quien el Padre en- gendré desde la eternidad, al mismo lo concibe la Virgen en el tiempo. En efecto, aquella Virgen, a quien Dios, que iba a nacer de ella, previno y colmo con una gracia singular tal que la Virgen tuviese como fruto de su vientre al mismo a quien desde el principio el universo tiene como Sefior; y viese ante si como stibdito suyo por la solemnidad del nacimiento a Aquel a quien en la unidad de la sustancia Paterna reconoce fp adora como el Altisimo no sélo la criatura humana sino tam- ién la criatura engélica, 18. _Y, de este modo, el pecado y la pena del pecado, que entré en el mundo por la desobediencia de la mujer corrom- pida, fue borrado del mundo mediante el parto de la Virgen inviolada. Y como en la condicién primera del género huma- no por medio dela mujer, que fue creada de solo el varén, sucedié que quetamos atrapados en el cepo de la muerte; la bondad divina hio esto: que en la redencién del género hu- mano, que por nedio del varén, que nacié sdlo de mujer, les fuese devuelta lavida a los hombres. Entonces el diablo con engafio perversisio atrap6 para si la naturaleza humana en la semejanza de pecado, ahora Dios tomé la naturaleza hu- mana en la unidal de su persona. Alli la mujer fue engafiada para hacerla hija «el diablo, aqui la Virgen fue Ilena de gracia, para ser la Madx del sumo e inmutable Unigénito de Dios. ritatem carnis accepitx virgine et, cum nasceretur, integritatem virginitatis servavit in matre, Isucausa est, qua Deus factus est filius virginis Mariae, et Maria virgo mate:lacta est Unigeniti Dei; ut quem Pater genuit ex ae- ternitate, ipsum virg conceptum proferret in tempore. Illa utique virgo, quam Deus, qui de «{uerat nasciturus, ita singulari gratia praevenit atque replevit, ut ipsum hastet ventris sui fruactum, quem ex initio habet univer- sitas Dominum; et ipun sibi videret nascendi solemnitate subditum, quem in unitate Paternae sistantiae non solum humana, sed etiam angelica cre- atura cognoscit et adit Altissimum. 18. Sic ergo pectum et poena peceati, quae per scelus corruptae mu- Jieris intravit in mundw, per inviolatae virginis partum aufettur a mundo. Et quia in conditione gewis humani per mulicrem, quae de solo viro facta est, Contigit ut mortis vine teneremur obstricti. Hoc in redemptione humani ge- neris divina bonitas qi, ut per virum, qui de sola muliere natus est, vita ho- minibus redderetur. Jt humanam naturam nequissima deceptione sibi dia- bolus in peccati similisiinem sociavit: hic Deus humanam naturam in unitatem personae suscepit. Ibiimina decepta est, ut ficret filia diaboli; hic virgo gra- tia repleta est, ut fiertmater summi atque incommutabilis Unigeniti Dei. Ibi C2. La humanidad de Cristo 25 Alli el angel, derribado por la soberbia, sedujo el animo de la mujer, aqui Dios, humillandose por misericordia, para nacer de ella colm6 el seno de la Virgen incorrupta. Porque Jesucristo es el Hijo de Dios que estaba en la forma de Dios; que de no haber nacido de la naturaleza del Padre, no habria podido serlo; segtin la doctrina del Apéstol, tomando la for- ma del siervo, se anonad6 a si mismo. Dios mismo, por tanto, tomé la naturaleza de siervo, es decir, asumi6 la naturaleza de siervo en su persona, y asf el hacedor de los hombres, hecho a semejanza de los hombres, fue ballado en el porte como hom- bre; el mismo que se humillé, bacténdose obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz (Flp 2,6-8). 19. Piensa, pues, con atencién en esta sentencia del Apéstol, para que reconozcas en ella cémo creer que el mis- mo Sefior Jesucristo es Dios y hombre, sin confundir ni divi- dir en El la verdad de ambas naturalezas en una sola persona. Y cuando, en primer lugar, oyes de nuestro Sefior Jesucristo que estaba en la forma de Dios, conviene que reconozcas y creas firmemente que en aquel nombre de forma debes en- tender la plenitud natural. Asi pues, el Sefior Jesucristo esta- ba en la forma de Dios; porque siempre estaba en la natura- leza de Dios Padre, de quien ha nacido. Es de la misma naturaleza que el Padre, igualmente sempiterno e inmenso que EI, igualmente inmortal e inmutable, invisible e inenarrable, bueno y justo, compasivo y misericordioso, paciente, muy pia- doso y veraz, fuerte y suave, sabio y omnipotente, angelus deiectus per superbiam, seducae mulieris animum obtinuit; hie Deus humilians se per misericordiam, incomuptae virginis uterum ex ea nasciturus implevit. Dei enim Filius lesus Christus qui in forma Dei erat, quod nisi ex na- tura Patris natus esset, esse non posset, ipse, secundum apostolicam doctrinam, semetipsum exinantvit formam servi aecpiens. Formam ergo servi, id est, natu- ram servi in suam accepit Deus ille pesonam, atque ita hominum factor 77 sé- militudine hominum factus, habitu est iwentus ut homo; ipse humitavit seme- ipsum, factus obediens usque ad mortem, mortem autent crucis (Phil 2,6-8). 19. Intente igitur hanc Apostol sententiam cogita, ut in ea cognosces quomodo Dominum Iesum Christum eumdem Deum atque hominem cre- das; nec tamen in eo veritatem utriusque naturae in una persona, aut con- fundas, aut dividas. Cum ergo primum audis de Domino Tesu Christo, quia in forma Dei erat, oportet te agnoscer firmissimeque tenere, in illo formae. nomine naturalem plenitudinem ckbere intellegi. In forma igitur Dei Dominus Iesus Christus erat, quia insaura Dei Patris semper erat, de quo natus erat. Unius ergo naturae cum Putte est, aequaliterque cum eo sempi- ternus atque immensus, aequaliter inmortalis et incommutabilis, aequaliter invisibilis et inenarrabilis, aequaliter bonus et iustus, aequaliter miserator et misericors, patiens et multum miserieors et verax, aequaliter fortis et suavis, aequaliter sapiens atque omnipotens 26 La fe, libro dedicado a Pedro 20. En consecuencia, todo esto que he dicho del Hijo de Dios para profesarlo con fe firmisima (que, teniendo todo esto en la unidad con el Padre, es igual al Padre: por lo cual tam- bién el Apéstol dice, afiadiendo a continuacién: No hizo alar- de de ser igual a Dios (Flp 2,6), porque aquella igualdad divi- na del Hijo con el Padre no fue botin de la rapifia, sino fruto de la naturaleza), y lo que en consecuencia subraya el Apéstol, al decir: que se atonadé, tomando la forma de siervo, hecho a semejanza de los hombres y fue hallado en el porte como hom- bre; y que se hamillé a si mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz (Fip 2,7-8); todo eso sobre el Dios Unigénito, Hijo de Dios, sobre el Verbo Dios, de quien el evangelista dice: Ex el principio existia el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, yel Verbo era Dios (Jn 1,1); y sobre aquel Poder de Dios, y Sabtduria de Dios, que se llama Dios, Todo lo hi- ciste con la Sabiiuria (Sal 103,24); sobre aquel Principio, con quien el mismoPadre es un solo Principio, y en quien, coe- terno suyo, creéel cielo y la tierra, es decir, toda naturaleza espiritual y corporal; acepta personalmente todo esto sobre Dios Unigénito, que est en el seno del Padre, como he di- cho; salva siempre la eternidad, la inmensidad, la inmortali- dad, la inmutablidad y la invisibilidad de su divinidad. Todo lo cual Dios Hilo tiene por naturaleza e igualdad en comin con Dios Padrede tal modo que, aunque se hizo verdadera- mente hombre por nosotros, con todo permanecié igual al verdadero Dios Padre, de quien nacio verdadero y Dios 20, Proinde xe omnia quae diximus de Filio Dei, firmissima fide re- tinens (quia haec uijue omnia in unitate naturae habens cum Patre, sine dubio aequalis est Piri, propter quod et Apostolus continuo adiungens ait: Non rapinam arbitriss est esse se aequalem Deo (Phil 2,6). Non enim rapi- nae fuit illa Filii cunPatre divinitatis aequalitas, sed naturae, etiam illa quae consequenter subiugit Apostolus dicens, quia semetipsum exinanivit for- mant servi accipieniin stvatlitudine hominune factus, et habitu inventus ut homo; et quia humtisit semetipsum, factus oboediens usque ad mortem, mor- tem autem crucis (Vil 2,7-8): omnia haec de illo unigenito Deo Dei Filio, de illo Verbo Deo,e quo dicit evangelista: In principio erat Verbum, et Verbum erat apud dum, et Deus erat Verbum (Jo 1,1); de illa Dei Virtute, Deique Sapientia, dqua Deo dicitur: Ovznta in Sapientia fectsti (Ps 103,24); de illo Principio cunquo unum est Pater ipse principium, et in quo sibi co- aeterno fecit caeluxet terram, id est, omnem spiritualem corporalemque naturam; de Deo uignito, qui est in sinu Patris, ut dixi omnia haec per- sonaliter accipe, salsiamen aeternitate, immensitate, immortalitate, incom- mutabilitate, invisiblate divinitatis eius. Quae naturaliter et aequaliter com- munia cum Deo Pt habet Deus Filius, ut licet homo pro nobis fuerit veraciter factus, petinserit tamen aequalis vero Deo Patri, de quo natus «2 C2. La humanidad de Cristo 27 Verdad. Asi pues, se anonadé, pero todos nosotros hemos re- cibido de su plenitud (Jn 1,16); plenitud que si la hubiese per- dido al anonadarse, no tendria ciertamente qué darnos de ella; si El no la tenia, nosotros sin duda alguna que nada podria- mos recibir. De su plenitud, pues, todos hemos recibido. Y puesto que nos ha dado de su plenitud, cuando se anonadé, nos demostré que no habfa perdido la plenitud que tuvo, por- que si hubiese perdido su plenitud, en modo alguno hubiera podido darnos de ella. Tomé, pues, la forma de siervo, por- que no otra cosa fue aquel anonadamiento del Dios sumo, sino la aceptacién de la forma de siervo, es decir, la asuncién de la naturaleza humana. 21. Una y otra forma esta en Cristo, porque una y otra substancia, verdadera y plena, estd en Cristo. Por eso, el san- to evangelista le predica /leno de gracia y de verdad (Jn 1,1.16.14). Porque es pleno tanto en Ia naturaleza divina, en la que es Dios-Verdad, como en la naturaleza humana, en la que fue hecho por la Gracia hombre verdadero. En aquella plenitud es Dios, en la forma de Dios igual a Dios; en esta plenitud es siervo, en la forma de sietvo, porque, hecho a se- mejanza de los hombres, fue ballado en su porte como hombre (Flp 2,7). Luego, anonadandose a si mismo, tom6 Ia forma de siervo, para hacerse siervo; pero no perdié la plenitud de la forma de Dios, en la cual siempre es Sefior eterno e inmuta- ble; hecho hombre verdadero segtin la forma de siervo de la misma naturaleza que es su Madre-esclava, pero permane- est verus et Veritas Deus. Semetipsun igitur exinanivit, sed de plenitadine etus nos omnes accepimus (Io 1,16); quam plenitudinem si exinanitus amit- teret, quod de ea nobis daret utiquenon haberet. Eodem autem non ha- bente, nos procul dubio nihil possemus accipere. De plenitudine autem etus nos omnes accepimus. Ex eo igitur quad nobis de plenitudine sua dedit, os- tendit etiam, cum se exinanivit, plenitudinem non amisisse quam habuit quia, si plenitudinem suam amitteret, dare ¢illa nullatenus posset. Formam ergo servi accepit: neque enim aliud fuit ilk Dei summi exinanitio, nisi formae servilis, id est naturac humanae accepto. 21. Utraque est igitur in Christo forma, quia utraque et vera et plena est in Christo substantia. Ideo sanctusevangelista plenum eum gratiae et ve- ritatis praedicat (cf. Io 1,1.16.14): qua et in divina natura, in qua Deus Veritas est, plenus est; et in humana, in qua homo verus Gratia factus est, plenus est. In illa plenitudine Deus «, in forma Dei aequalis Deo; in ista plenitudine servus, in forma servi, quitin sivilitudine hominum factus, ha- bitu est inventus ut homo. Exinaniensego semetipsum, formam servi acce- pit, ut fieret servus, sed formae Dei plnitudinem non amisit, in qua sem- per est aeternus atque incommutabiljsDominus. Factus secundum formam servi homo verus, eiusdem naturae cui est ancilla mater; et manens in for- 28 La fe, libro dedicado a Pedro ciendo a la vez Dios verdadero en la forma de Dios, de la mis- ma naturaleza igual que el Padre Sefior, En la forma de Dios con el Padre y con el Espiritu Santo es Dios uno y tinico cre- ador de todo; segtin la forma de siervo El solo es formado por su propia operacién y la del Padre y la del Espiritu Santo, porque es Creador por naturaleza en coman con el Padre y con el Espiritu Santo; y en cuanto que es creado El solo lo tiene personalmente en si mismo, Cuyo nacimiento futuro, y muerte, y resurteccién, y ascensidn a los cielos segtin la car- ne, la Ley y los Profetas nunca han dejado de anunciar, como El mismo lo ordenaba, obedeciendo de palabra y de obra. 22. En realidad también en los sacrificios de las victimas carnales, que lamisma Santa Trinidad, que es el tinico Dios del Nuevo y Antiguo Testamento, mandaba que le fueran ofre- cidos por nuestros padres, se significaba la ofrenda gratisima de aquel sactificio, por el que el solo Hijo Dios habria de ofte- cerse a si mismoen favor nuestro misericordiosamente segin la carne. Efectivamente, El mismo, segin la doctrina aposté- lica, se ofrecié asi mismo por nosotros como oblacién y hos- tia a Dios en olor de suavidad (Ef 5,5). El mismo Dios ver- dadero y Pontfice verdadero que entré una sola vez en el santuario no con sangre de toros y machos cabrios, sino con su propia sange (cf. Heb 9,12), Esto significaba entonces aquel Pontifice que entraba cada afio con sangre en el san- tuario. Y éste equien en si mismo mostré de una vez todo lo que sabia queera necesario para la realizacién de nuestra ma Dei Deus verus.iusdem naturae cuius est etiam Dominus Pater. In for- ma Dei cum Patre ¢ Spiritu sancto unus et solus formator omnium Deus; secundum formamstvi solus ipse sua et Patris et Spiritus sancti operatio- ne formatus: quod «eator est, commune habens naturaliter cum Patre et Spiritu sancto; quolutem creatus est, solus habens personaliter in se ipso. Cuius et nativitatenfuturam secundum carnem, et mortem, e resurrectio- nem, atque in caeleascensionem Lex et Prophetae praenuntiare nunquam destiterunt, prout iye praccipiebat, oboedientes et verbis et factis. 22. Nam et inwcrificiis carnalium victimarum, quae sibi ipsa sancta Trinitas, quae unusst Deus Novi et Veteris Testamenti, a patribus nostris praecipiebat offerriilius sacrificii significabatur gratissimum munus, quo pro nobis se ipsumslus Deus Filius secundum carnem esset misericorditer oblaturus. Ipse eninsecundum apostolicam doctrinam, obtulit semetipsum pro nobis oblationest bostiam Deo in odorem suavitatis (Eph 5,5). Ipse ve- rus Deus et verus Putifex, qui pro nobis non in sanguine taurorum et hir- corum, sed in sangiite suo semel introivit in Sancta (cf. Heb 9,12). Quod tunc pontifex ille saificabat, qui cum sanguine in Sancta sanctorum per annos singulos intriht. Iste igitur est, qui in se uno totum exhibuit, quod esse necessarium adidemptionis nostrae sciebat effectum: idem scilicet sa- C3. Dios es el creador de todas las cosas 29 redenci6n: a saber, El mismo es el sacerdote y el sacrificio, EI mismo es Dios y el templo; el sacerdote, por quien hemos sido reconciliados; el sacrificio, que nos reconcilia; el templo, don- de somos reconciliados; Dios, con quien nos reconcilia. Sin embargo, solamente El es el sacerdote, el sacrificio, y el tem- plo, porque todo esto es Dios segtin la forma de siervo; pero no es solo Dios, porque todo es comin con el Padre y el Espiritu Santo segtin la forma de Dios. 23. Por tanto hemos sido reconciliados por medio de solo el Hijo segiin la carne, pero nos reconcilié no para solo el Hijo segtn la divinidad. 24. He intercalado estas pocas cosas acerca de la fe de la Santa Trinidad, que es Dios por naturaleza, tinico y verdadero, cuanto lo permite la brevedad del tiempo y del discurso. Pasaré ahora a tratar qué es lo que debes creer sin duda alguna. Capitulo 3. Dros £$ EL CREADOR DE TODAS LAS Cosas, ¢POR QUE RAZON LAS CRIATURAS CRECEN Y DECRECEN? Dios EN Topo. Dios £5 VIDA POR NATURALEZA. ORIGEN DE LA MAIA VIDA. EL PECADO CONTRA EL Espirrru SANTO 25. Acepta, por tanto, principalmente que toda natura- leza, que no es Dios Trino, hz sido creada de la nada por la cerdos et sacrificium, idem Deus et tenplum: sacerdos, per quem sumus re- conciliati; sacrificium, quo reconciliai; templum, in quo reconciliati; Deus, cui reconciliati. Solus tamen sacerdes, sacrificium, et templum, quia haec omnia Deus secundum formam servi;non autem solus Deus, quia hoc cum Patre et Spiritu sancto secundum forwam Dei. 23. Reconciliati sumus igitur persolum Filium secundum camem, sed non soli Filio secundum divinitatem. Tinitas enim nos sibi reconciliavit per hoc quod solum Verbum carnem ipsa Itinitas fecit. In quo sie veritas incom- mutabilis permanet humanae divinaeque naturae, ut sicut vera semper est eius divinitas, quam de Patre incommutetiee habet, ita vera semper atque in- commutabilis eius humanitas sit, quanisibi unitam summa divinitas gerit, 24, Haec pauca de fide sanctae Trinitatis, quae solus et verus est na- turaliter Deus, quantum brevitas tenporis et sermonis permisit, inserui. Nune de creatura quid absque dubitaione credere debeas, intimabo. Caput TIT. Crearaz res a Dro. [NDE NATURAE CREATAE PROFICIANT ET DEFICIANT. Deus UBIQUE. DiS NATURALITER VITA. ORIGO VITAE MALAE, PECCATUXIN SPIRTTUM SANCTUM 25. Principaliter itaque tene, omem naturam quae non est Trinitas Deus, ab ipsa sancta Trinitate quae sous verus et acternus Deus est, crea- 30 La fe, libro dedicado a Pedro misma santa Trinidad, que es el solo Dios verdadero y eter- no; y asi: que todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades son obra y criaturas de la Santa Trinidad (cf. Col 1,16); que es unico Dios, Creador y Sefior de todas las cosas, eterno, om- nipotente, y bueno, que tiene por naturaleza el ser desde siem- pre, y que es inmutable. Este Dios, que siempre es sin prin- cipio, porque es en grado sumo, dio el ser a las cosas que creé, y sin embargo éstas no son sin principio, porque ninguna cri¢ tura es de la misma naturaleza de la que te Trinidad es el Gni- co Dios verdaderoy bueno, creador de todas las cosas. Y, por- que es bueno en sumo grado, dio a todas las cosas que creé el ser buenas; pero no son buenas como el Creador de todo bien, el cual no essolamente bueno en grado sumo, sino que ademas es el bien sumo ¢ inmutable, porque es el bien eter- no, que no tiene defecto alguno, porque no es creado de la nada; sin progreso, porque no tiene comienzo. Por esta razén, las naturalezas creadas por Dios pueden progresar, porque han comenzado a existir, y también pueden dejar de ser, por- ue fueron creadzs de la nada. La condicién de su origen las Ileva al deterioro, y la accion del Creador a la perfeccion, En lo cual reconocems en primer lugar la eternidad sin princi- pio por naturalezade la Trinidad, que es Dios verdadero, por- ue creé algunas esas de tal modo que por haber comenza- do a existir ya nopueden no dejar de ser, y tienen fecha de caducidad. Y en so se entiende también su omnipotencia, porque cred de lanada a toda criatura visible e invisible, es tam ex nihilo. Ac sic uiversa in caelis et in terra, visibilia et invisibilia, sive thronos sive Dominatimes, sive Principatus, sive Potestates, opus atque cre- aturam esse sanctae Tinitatis (cf. Col 1,16), quae est unus Deus rerum om- nium Creator et domims, aeternus, omnipotens, et bonus, habens naturali- ter ut semper sit, et utmutari aliquando non possit. Hic Deus qui sine initio semper est, quia sumnrest, dedit rebus a se creatis ut sint. Non tamen sine initio, quia nulla creatua ciusdem naturae est, cuius est Trinitas unus verus et bonus Deus, a quoceata sunt omnia. Et quia summe bonus est, dedit omnibus naturis quas it ut bonae sint. Non tamen tantum bonae, quan- tum Creator omniumbonorum, qui non solum summe bonus, sed etiam summum atque inconmtabile bonum est; quia aeternum bonum est, nu- Ilum habens defectum quia non ex nihilo factum; nullum habens profec- tum, quia non habet aitium. Ideo quippe naturae a Deo factae proficere possunt, quia esse coextunt; ideo deficere, quia ex nihilo factae sunt. Ad defectum eas conditicWucit originis, ad profectum vero provehit operatio Creatoris. In eo igitur sium Trinitatis, quae Deus verus est, aeternitas sine initio naturalis agnosci, quia quaedam ita fecit, ut cum esse quidem coe- perint, tamen non ess:iquando non possint. In eo vero eius omnipoten- tia intellegitur, quia cmem creaturam visibilem atque invisibilem, id est, C3. Dios es el creador de todas las cosas 31 decir, corporal y espiritual, en las cuales su misma diversidad realza atin mas la bondad y la omnipotencia del Creador. En efecto, si no fuese omnipotente, nada habria creado con aque- lla tnica y profunda potestad; y si no fuese bueno en sumo grado, no habria garantizado su providencia hasta en las co- sas mas insignificantes. 26. Es decir, que la gran bondad y la omnipotencia del Creador est4 patente en todas las cosas creadas, tanto en las grandes como en las pequefias. Porque la Sabiduria suprema y verdadera ha creado todas las cosas con sabidurfa, cuya na- turaleza es el ser, y el ser sabio; y ese crear que es crear con Sabiduria. La simplicidad, pues, de la multiple sabiduria de Dios canta no sdlo Ja grandeza de su excelsitud en la gran- deza de las criaturas sublimes, sino también en la pequefiez aun de las cosas mas humildes. Siendo buenas todas las cosas que ha creado, son no solamente muy inferiores y distintas de su Creador, en cuanto que no son salidas de El, sino creadas completamente de la nada, y ademés desiguales entre si, cada una en su ser como lo ha recibido de Dios, unas de una for- ma y otras de otra. Pues a los cuerpos no les ha sido dado que sean como los espiritus, aunque los cuerpos también sean lesiguales, y en los cuerpos celestes y terrestres exista mucha diversidad, puesto que tanto los cuerpos celestes como los te- rrestres no solamente se diferencian por la dispar cantidad de su mole, sino que también resplandecen por su diferente cla- tidad. Porque wna es Ia clarilad de los cuerpos celestes, como dice el Apéstol, y otra la de los terrestres. Y entre los mismos corporalem atque spiritualem de nitilo fecit; in quibus ipsa rerum diversi- tas multo magis commendat bonitatem atque omnipotentiam Creatoris. Nisi enim omnipotens esset, non una eademque facilitate summa atque ima fe- cisset; et nisi summe bonus esset, non se gubernandis rebus quoque infimis praestitisset. 26. Igitur tam in magnis quamin parvis quibusque rebus conditis mag- na est bonitas atque omnipotentia Conditoris. Omnia enim sapienter fecit summa veraque Sapientia; cui natuniliter hoc est esse, quod sapientem esse; hoc facere, quod sapienter facere. Simplicitas itaque multiplicis sapientiae Dei magnitudine sublimium creatuntum, verum etiam in infimarum parvi- tate commendat. Dum bona omnia quae creavit, non solum multo inferius dissimiliusque suo Creatore sunt, uipote non prolata de ipso, sed facta pror- sus ex nihilo; verum etiam inter se non aequaliter sunt, sed unaquaeque res ita permanet, sicut spiritus accepenm. Cum ipsa quoque corpora non ae- qualiter sint, et in ipsis caelestibus atque terrestribus inveniatur nonnulla di- versitas; cum tam caelestia quam temestria, non solum impari distent quan- titate molis, verum etiam dissimili splendeant claritate. Alia namque est, sicut Apostolus dicit, claritas caelestiume antrum, alia terrestriunt, In ipsis qaoque 32 La fe, libro dedicado a Pedro &13 cuerpos celestes wa es la claridad del sol, otra la claridad de la luna, y otra la claridad de las estrellas: pues una estrella di- fiere de la otra por la claridad (1 Cor 15,40-41). Y la diversi- dad de las naturalezas corporales demuestra que cada una de ellas no es lo que de suyo hubiera podido tener sino lo que ha recibido por disposicién y obra del Creador omnipotente, inmutable y sapientisimo, 27. Si cualquier criatura corporal fuese de la misma na- turaleza tinica y propia de la santa Trinidad, que es un solo Dios, no tendria vbicacién alguna, ni sentiria el paso del tiem- 0, ni el transito de un lugar a otro, ni estaria circunscrita por fi cantidad de sumole. Todo lo cual esté demostrando que el Artifice de estas naturalezas es aquel que carece de cualquier lugar, espacioso oangosto, porque esta todo entero no menos en los lugares angostos que en los espaciosos, ni cambia con el tiempo, porqueEl solo puede ordenar maravillosamente los ciclos de los tiempos, no con la volubilidad temporal, sino con la estabilidad etema. Puesto que ni piensa en cd tiempo cémo transcurre el ciclode los tiempos, termindndose unas cosas y sucediéndose otra, ni esté delimitado por cantidad alguna de materia, porque ringuna le circunscribe, ni El mismo esta dis- perso con partes styas per las partes del mundo, de manera que las partes mares Ilenen las partes mayores del mundo, llenando tambiénls menores con las menores, sin que en par- te alguna se difunta todo entero. Es el mismo Dios quien dice: Yo leno cielo y twra (Jer 23,24). Cierto, que en todas partes caelestibus, alia claritesolis, alia clarttas lunae, et alia claritas stellarum, Stella enim a stella differt xdaritate (1 Cor 15,40-41). Corporalium igitur natu- rarum diversitas ostewit unamquamque earum non hoc esse, quod ex se semper habere potuer, sed quod ex dispositione atque opere omnipoten- tissimi atque incommubilis et sapientissimi Creatoris accepit. 27. Quod si unis ciusdemque naturae esset quaelibet creatura cor- poralis, cuius est sant Trinitas, quae unus est Deus, nec localiter in loco esset, nec temporis ritationem aliquando sentiret, nec de loco ad locum transiret, nec circumstiberetur quantitate molis suae. Quae omnia osten- dunt huiuscemodi nawarum illum esse opificem, cui nullus latus aut an- gustus locus est, quiston minus in angustis quam in latis totus est. Nec mutatur tempore, quislus potest volumina temporum, non temporali vo- lubilitate, sed aeternatabilitate mirabiliter ordinare. Neque enim in tem- pore cogitat, quemacwdum temporum series rerum decessione ac suc cessione trascurrat. kc aliqua molis quantitate terminatur, quia nulla concluditur. Neque pi mundi partes partibus suis est ipse diffusus, ut maiores mundi parteuis maioribus impleat, et minores minoribus im- plendo nusquam ta totus se infundat. Ipse enim est Deus qui ait: Caelum et terram ego igleo (Ler 23,24). Omnia igitur quae fecit, id est, spi- C3. Dios es el creador de todas las cosas 33 todo el Sefior Dios Ilena y contiene de modo inefable todo lo que cred, es decir, los espiritus y los cuerpos, las criaturas grandes y las pequeiias, las celestes y las terrestres, los vi- vientes y las criatutas a las que no dio el don de la vida; pero EI ni se divide en las cosas divisibles ni sufre mutacién algu- na en las cosas mudables. Porque, si El no fuese inmutable Por naturaleza, jamds cierto orden de su consejo y disposicién permaneceria inmutable en Jas cosas mudables. 28. En resumen, Dios, que es creador inmenso de las co- sas corpéreas ¢ incorpéreas, manifiesta en primer lugar que Fl no es cuerpo, porque, al haber creado todos los cuerpos, a algunos no les dio vida. Peto El es la vida por naturaleza, porque si no fuese la vida, no habria creado los cuerpos sin vida. En efecto, no crea algo sin vida sino el ser que posee la vida. Pues los cuerpos que de verdad no pueden vivir no son de una misma naturaleza con Dios. Y tampoco son de la mis- ma naturaleza de Dios los cuerpos a los que uno por uno in- fundis el espiritu en cada uno de los brutos ¢ irracionales para vivificar y sensibilizar a los mismos cuerpos. Pero tampoco son de la misma naturaleza de Dios los espiritus de los bru- tos, a los cuales, aunque se reconozca que se lo infundié para vivificar y sensibilizar los cuerpos, sin embargo, a esos mis- mos espiritus no les infundié lumbre alguna de [a inteligen- cia, de modo que pudiesen conocer y amar al Creador. 29. Incluso ¢quién, si noes con espiritu blasfemo y cie- go coraz6n, tendra la osadia de pensar y decir que los mismos ritus et corpora, summa et ima, caelstia atque terrestria, viventia et quibus facultatem vivendi non dedit, ineffibiliter ubique totus Dominus Deus et implet et continet; nec in iis quae dividuntur ipse dividitur, nec in iis quae mutatur ulla mutatione variatur. Nii enim naturaliter incommutabilis ipse esset, nunquam in rebus mutabilibus ordo quidam consilii ac dispositionis eius incommutabilis permaneret. 28. Deus igitur rerum corporesum atgue incorporearum creator im- mensus, eo primum se nullum esse wrpus ostendit, quia quibusdam corpo- ribus vitam non dedit, cum corporaomnia ipse creaverit. Ipse autem natu- raliter vita est, quia si vita non esset, 10 viventia corpora non fecisset. Neque enim facit rem non viventem, nisi révivens. Non igitur unius naturae cum Deo sunt corpora, quae omnino vise non possunt. Ac sic neque illa cor- pora unius naturae cum Deo sunt, gibus singulis singulos brutos atque irra- tionabiles spiritus, quibus eadem cwpora vivificarentur ac sensificarentur, inseruit. Sed nec ipsi bruti spiritus wius naturae cum Deo sunt, quos licet vivificandis sensificandisque cognositur inseruisse corporibus. Ipsis tamen spiribus nullum intellegendi largitusest lumen, quo suum possent aut cog- noscere aut diligere Creatorem. 29, Ipsos quoque spiritus, quostationales atque intellectuales esse non dubium est, quis audeat blasphemogiritu et caeco corde, eiusdem naturae 34 amo La fe, libro dedicado a Pedro espiritus, que no hay duda de que son racionales e intelec- tuales, sean de la misma naturaleza de Dios, que por natura- leza ciertamente es inmutable e inmenso? El cual, aun cuan- do no pueda tener en si mismo diversidad alguna, sin embargo en los mismos espiritus, que creé racionales e inte- lectuales, muestra la diversidad de su actuacién; porque en al- gunos, a saber, en aquellos que han sido infundidos en los cuerpos terrenos y mortales, aun sin movimiento local algu- no, porque, cuando estan en los cuerpos, no estén a pedazos sino totales, tanto en los cuerpos integros como en las partes de cada uno; y, sin embargo, la variedad de pensamientos esta demostrando la diversidad de alguna mocién y mutacién tem- poral en ellos: ora cuando conocen algo, ora cuando lo igno- ran; ora cuando quieren, ora cuando no quieren; bien cuan- do son cuerdos, bien cuando chochean; o cuando de justos son injustos, y cuando de inicuos justos; ora cuando brillan con el esplendor de la piedad, ora cuando se depravan por el error tenebroso dela impiedad. 30. Incluso a aquellos a quienes ninguna materia fango- sa de los cuerpos tetrenos molesta, es decir, a los espiritus an- gélicos, gquién no ve que no son de la Ginica naturaleza de Dios, sino creados de la nada? Cuya mutabilidad natural se conoce porque es una parte de la misma naturaleza cambia- da a peor. Ademas, que los que no se pervirtieron, aunque fue por la gracia de Aquel por quien, cuando no existian, fueron creados, y, en la medida en que le ha sido dada gratuitamen- te a la naturaleza angélica, reciban sin cansancio con amor cuius est Deus, vel pure, vel dicere, cum Deus utique naturaliter incom- mutabilis omnino sit etimmensus? Qui cum in se diversitatem ullam habe- re non possit, in eisden tamen spiritibus, quos rationales atque intellectua- les fecit, diversitatem sue operationis ostendit. In quibusdam enim, id est, qui terrenis ac mortalibus sunt inserti corporibus, etsi nullus est localis mo- tus, quia per locorum crporalium partes, cum ipsi in corporibus sint, non particulatim sunt, sed dcut in totis corporibus toti, sic in eorumdem cor- porum partibus toti suit. Tamen cogitationum varietas diversitatem in eis cuiusdam temporalis motionis ac mutationis ostendit, dum modo aliquid nesciunt, modo sciunt;nodo volunt, modo nolunt; modo sapiunt, modo de- sipiunt; modo iniqui exiustis, modo iusti sunt ex iniquis; modo pietatis illus- trantur lumine, modo éepravantur tenebroso impietatis errore, 30. Illos quoque wos terrenorum corporum nulla gravat lutulenta ma- teries, id est, angelicossiritus, quis non videat non unius naturae esse cum Deo, sed factos ex nihie? Quorum naturalis mutabilitas in eo cognoscitur, quia ciudem naturae pas est in deterius permutata. Deinde quia ii qui de- pravati non sunt (licetilius dono a quo, cum non essent, facti sunt, inde- fessa, et in quantum criturae angelicae gratis datum est perfecta dilectio- C3. Dios es el creador de todas las cosas 35 perfecto, contemplacién y gozo incensantemente la multitud de dulzuras del Seftor, sin apartarse de ella por su condicién natural, antes bien, en los que estén unidos a Dios no hay va- riacién alguna de tiempo, porque, concedido el premio de la incorrupceién eterna, y el de la inmutabilidad, no experimen. tan en sf mutacién alguna; sin embargo, en cada uno esta su limitacion natural, por la que a la vez se distinguen entre si, ya que ninguno esté en el otro, y cuando a alguno se le en. comienda una misidn, otro es designado para otra, cumplien- do la voluntad de la Majestad divina. Todo esto esta demos- trando también que los santos angeles son criaturas de la Santa Trinidad, de la cual aparece admirablemente tanto la sabidu- ria en la disposicién como el poder en la obra con cada una de las criaturas que cred ciertamente como quiso. 31. Por tanto, Dios creé a unos espiritus eternos, y a otros temporales. A algunos de éstos los cred del agua, y a otros de la tierra, porque el Omnipotente lo quiso asi. En cam- bio, hizo que los espiritus superiores no tengan ninguna aso- ciacién con los elementos corpéreos; los cred eternos y les in- fundié la facultad y la inteligencia de poder pensar, conocer y,amar a la Divinidad. Los creé ademas para que le amaran a El antes que a s{ mismos, con cuya obra habrian reconocido que ellos son criaturas, cuando ningiin mérito suyo hab{a pre- cedido para ser lo que son. Y, para que este amor tenga una corona justa y adecuada, les dio también el libre albedrio de la voluntad para que les fuese posible: bien elevar su inten- ne, contemplatione, atque exsultatione multitudinem dulcedinis Domini in- cessabiliter sumant; nec ab eo naturili conditione deficiant), etsi inhaeren- tibus Deo nihil inest de varietate temporis, quia collato sibi aeternae inco- rruptionis atque incommutabilitatis munere, nihil in se sentiunt mutationis. Inest tamen singulis terminus naturalis, quo a se invicem discernuntur, quia nullus corum est in alio; et cum uni eorum opus quodlibet iniungitur, alius quoque alteri operi implendo divinae potestatis deputatur arbitrio. Haec au- tem omnia ostendunt etam sanctos Angelos creaturam esse sanctae Trinita- tis, cuius per singulas res, quas utique sicut voluit fecit, apparet mirabilis et sapientia in dispositione, et virtus in opere. 31, Quosdam igitur spiritus sic Deus creavit, ut semper essent; quos- dam vero ut esse spiritus quandoque desinerent. Ilos itaque desituros quos- dam ex aqua, quosdam, quia sic coluit Omnipotens, produxit ex terra. Superiores vero sipiritus nullum cum corporets elementis habere fecit natu- tale consortium; quos et acternos creavit, et eis facultatem atque intellegen- tiam cogitandae, cognoscendae, diligendaeque divinitatis inseruit. Quos ta- men ita creavit ut etiam prae se ipsisillum diligerent, cuius se tales creatos Opete cognovissent, cum eorum, ut tales fierent, nulla merita praccessissent. Ut autem haec dilectio haberet iustam et congruam laudem, voluntatis quo- que eis tribuit libertatem, ut esset eis possibile, sive ad eum qui supra €oS 36 La fe, libro dedicado a Pedro ci6n de amor santo al que esta sobre ellos, bien desviarse con el peso de la concupiscencia pervertida hacia si mismos 0 ha- cia las cosas que son inferiores a ellos. 32. Noes, pues, la naturaleza la que pueda subsistir por siempre, viviendo miserable o felizmente, a no ser la que pue- de pensar de Dios por la gracia del mismo Dios. Y esta na- turaleza intelectual esta en las almas de los hombres y en los espiritus de los angeles. Puesto que Dios concedié la facul- tad de conocerlo y amarlo solamente a los angeles y a los hombres. Por el libre albedrio, que la benignidad del Creador debid otorgar sobre todea la criatura intelectual, les dio la facultad y la voluntad de conocerlo y amarlo de tal manera que uno por uno la pudiew conservar o perder; pero que, si alguno voluntariamente laperdiere, ya no podria recuperarla después por su libre albedo, para que fuese suyo infundir los prin- cipios de aquel santo propésito para renovar de nuevo con el don de su ‘bondad gratuita a los que quisiere Aquel a quien pertenecié desde ¢ mismo principio de la creacién, sin pre- ceder mérito alguro, ordenar maravillosamente a los espiritus y a los cuerpos enlugares y estados convenientes, segun a la misma Sabiduria leplugo. En cuanto a los angeles, lo mismo que a los hombre, porque fueron creados racionales, reci- bieron divinamentel, don de la eternidad y de la beatitud en la misma creaci6n ¢e Ia naturaleza espiritual; 0 sea que, si se hubiesen adheridocontinuamente al amor de su Creador, ha- brian permanecidsa la vez eternos y bienaventurados; en est intentionem sancta¢dilectionis crigere, sive ad se vel ad ea quae infra eos sunt pravae cupidisis semetipsos pondere declinare. 32. Non est igiturutura, quae in aeternum possit, sive misere, sive be- ate vivendo subsistere, ssi quae potest de Deo ipsius Dei munere, cogitare. Haec autem natura inidectualis in animabus est hominum, et spiritibus Angelorum. Deus quipgcognoscendi ac diligendi se non nisi angelis et ho- minibus indidit facultam. Quibus propter arbitrii libertantem, quae maxi- me debuit intellectuali waturae Creatoris benignitate conferri, ita cognos- cendi ac diligendi se faatatem voluntatemque donavit, ut eam unusquisque et habere posset, et pee. Si quis tamen sponte eam perderet, suo eam deinceps arbitrio resunxyenon valeret: ut illius esset sanctae cogitationis ini- tia gratuitae dono bonivs denuo renovandis quibus vellet infundere, cuius fuit in ipso creationis estdio nullis praecedentibus meritis spiritus et cor- pora locis atque affectibus, prout ipse sapiens voluit, congruis mirabili- ter ordinare. Angeli ergitque homines pro eo quod rationales facti sunt, aeternitatis ac beatitudts donum in ipsa naturae spiritualis creatione divi- nitus acceperunt, ita sclitt, ut si dilectioni Creatoris sui iugiter inhaesi: sent, simul aeterni beatie mansissent; si vero propriae libertatis arbitrio C.3. Dios es el creador de todas las cosas 37 cambio, si por su propio albedrio se empefiasen en hacer su capricho contra el mandato del sumo Creador, al instante la beatitud desapareceria de los contumaces y dejaria una eter- nidad miserable para sufrir y ser torturados con errores, ade- mas del dolor. Y asi dispuso y cumplié esto sobre los 4nge- les, de manera que, si alguno de ellos perdiese la bondad de Ja voluntad, nunca la recuperaria por favor divino. 33. Asi, una parte de los angeles que se apart6 con aver- sién completamente voluntaria de Dios su Creador, cuyo tini- co Bien fue su felicidad, encontré en la propia aversién de la voluntad el principio de su condenacién por el juicio de la su- prema equidad, de modo que el comienzo de su castigo no seria otra cosa que la privacién del amor de aquel bien bea- tifico; amor que Dios ordené permaneciese todo entero en el suplicio eterno de manera que le proporciona también el fue- go eterno; donde todos aquellos angeles prevaricadores jun- tos jamas puedan carecer ni de su mala voluntad ni de su cas- tigo; pero que, al permanecer en ellos injustamente el mal de la aversién, permanezca también la condenacién eterna de la retribucién justa. E] principal pervertido de todos estos per- versores, que es el diablo, no solamente contaminé a los hom- bres, a los que arrastré por envidia a la participacién del pe- cado, sino que también inculcé el merecimiento de la muerte a toda su descendencia con el vicio del pecado. Pero Dios mi- sericordioso y justo, asi como confirmo al diablo y a sus 4n- geles, que caen por supropia voluntad e igualmente a los otros angeles en la eternidad de su amor; asi tampoco permitid que pereciese eternamente toda la masa del género humano, sino contra summi Creatoris imperium suam niterentur facere voluntatem, pro- tinus a contumacibus beatiudo discederet, et ad supplicium eis relinqueretur aeternitas misera, erroribus deinceps doloribusque crucianda. Et de Angelis quidem hoc disposuit et irnplevit, ut si quis eorum bonitatem voluntatis per- deret, unquam eam divino munere repararet. 33. Pars itaque Angedorum, quae a suo creatore Deo, quo solo bono beata fuit, voluntaria prorsis aversione discessit, aequitatis supernae iudicio initium suae damnationis in ipsa aversione voluntatis invenit, ut non aliud ei esset incipere iam punit, quam illius beatifici boni dilectione destitui: quam Deus in aeterno sic totam praecepit remanere supplicio, ut etiam ig- nem ei aeternum pararet, it quo illi omnes praevaricatores angeli nec mala voluntate possint unquam carere, nec poena; sed permanente in eis iniustae aversionis malo, permaneat etiam iustac retributionis aeterna damnatio. Horum malorum princeps dabolus primos homines, quos ad peccati prin cipium invidus duxit, non ds tantum, sed et universae propagini eorum cum vitio peccati meritum mort inseruit. Deus autem misericors et iustus, sicut diabolo et angelis eius propria cadentibus voluntate, ceteros Angelos in suae dilectionis aeterniate firmazit. Sic etiam humani generis massam non totam. 38 aw La fe, libro dedicado a Pedro &.3 que, a los que quiso, gratuitamente su bondad los predestind para traerlos a la luz, desterradas las tinieblas en las que todo nacimiento humano esta envuelto por la condena del pecado original, demostrando con ello principalmente que la gracia del Libertador iba a absolver a éstos de las ataduras del pe- cado original, mientras que la condenacién eterna retendria indisolublemente a los demas; y muy en especial a los nifios, que no pueden tener ni méritos ni deméritos por propia Voluntad. 34. Ademas, Dios manifiesta con evidencia que el prin- cipio de la buena voluntad y del conocimiento no nace en el hombre de si mismo, sino que es preparado y otorgado divi- namente, puesto que ni el mismo diablo ni ninguno de los 4n- geles, que por culpa de aquella ruina fueron arrojados a esta tiniebla inferior, ha podido ni podria volver a recobrar la bue- na voluntad. Porque, si fuese posible a la naturaleza humana, gue, después de verse alejada de Dios, perdié la bondad de Ja voluntad, recuperarla por si misma, mucho mas posible se- ria a la naturaleza angélica, porque cuanto menos agravada esta por el peso del cuerpo terreno, tanto mas dotada estaria de esta facultad. Pero Dios manifiesta cémo concede a los hombres la buena voluntad, que perdieron los angeles des- pués de haberla tenido, de tal modo que no pudiesen ya re- cuperar aquella bondad perdida. 35. Y porque, asi como la voluntad buena es digna del premio de la felicidad eterna por la gracia de Dios, tampoco la iniquidad angélica y la humana debe quedar impune; por in sempiternum perire permisit, sed quos voluit eius gratuita bonitas, re- pulsis tenebris, in quibus omnis humana nativitas peccati originalis condem- natione versatur, reducendos praedetinavit ad lucem. In eo praecipue de- monstrans quod istos originalis peccati vinculis indebita gratia Liberatoris absolveret, cum alios, et quam maxime parvulos, quibus nulla possunt vel bona vel mala insesse propriae merita voluntatis, insolubili nexu aeterna damnatio retineret. 34, Bonae quoque voluntatis et cogitationis initium, non homini ex se ipso nasci, sed divinitus et praeparari et tribui, in eo Deus evidenter osten- dit, quod neque diabolus, neque aliquis angelorum eius, ex quo ruinae illius merito in hanc sunt inferiorem detrusi caliginem, bonam potuit aut poterit resumere voluntatem. Quod si possibile esset ut humana natura, postquam a Deo aversa bonitatem perdidit voluntatis, ex seipsa rursus eam habete po- tuisset, multo possibilius hoc natura haberet angelica, quae quanto minus gravatur terreni corporis pondere tanto magis hac esset praedita facultate. Sed ostendit Deus unde bona voluntas hominibus detur, quam sic amiserunt angeli cum haberent, ut amissam deinceps habere non possint. 35. Quoniam igitur est eadem voluntas bona per Dei gratiam aeternae beatutidinis praemio, et iniquitas angelica atque humana esse non debet im- C3. Dios es el creador de todas las cosas 39 eso, segtin la regla de fe catdlica, esperamos con fidelidad que el Hijo de Dios ha de venir a castigar a todos los angeles pre- varicadores, y a juzgar a los hombres, vivos y muertos. Lo afir- ma el bienaventurado Pedro: Dios no perdoné a los angeles pe- cadores, sino que, arrojdndolos a las lobregas carceles del infierno, los dejo reservados para castigarlos en el juicio (2 Pe 2,4). Sobre el juicio de los hombres vivos y difuntos dice tam- bién San Pablo: Te conjuro delante de Dios y de Jesucristo que ha de juzgar a vivos y muertos, y por su ventda y por su reino (2 Tim 4,1). En cuya venida, el que los cre6 resucitard los cuer- pos de todos los hombres que comenzaron a vivir animados en el tiempo, desde aquel cuerpo del primer hombre que Dios model6 de la tierra. Entonces cada uno sera devuelto en la re- surreccién a cada una de las almas que en los vientres mater- nos comenzaron a tener para que tuviesen vida: es decir, para que las almas reciban en aquel examen del justo Juez la re- tribucién, sea del reino, sea del castigo, cada uno en sus pro- pios cuerpos con los cuales compartieon lo bueno y lo malo de la vida presente. 36. En cuanto a la mala vida, ésta comienza por la infi- delidad, que tiene su origen desde laculpa del pecado orig nal, Todo el que comienza a vivir con él de tal modo que se vea libre de su obligacién antes de acabar la vida, aunque aquella alma haya vivido en el cuerpo por espacio de un dia o de una sola hora, es necesario que siffa con su mismo cuer- po los tormentos eternos del infierns: donde ardera eterna- punita, propterea secundun catholicae fidei rgulam, venturum esse Filium Dei ad puniendos omnes peccatores angelos, ¢ ad iudicandos homines vi- vos et mortuos fideliter exspectamus. Testatureaim beatus Petrus quia Deus angelis peccantibus non pepercit, sed carceribuscligine inferni detrudens, tra- didit in iudicio puniendos reservart (2 Petr 2,4.De hominibus quoque vivis ac mortuis iudicandis beatus Paulus hoe ait: Tatficor coram Deo, et Christo Tesu, qui iudicaturus est vivos et mortuos, et pradventum ipsius, et regaum eius (2 Tim 4,1). In cuius adventu ab illo primitominis corpore, quod Deus de terra plasmavit, usque ab omnium homiium corpora, quae animata quandoque vivere coeperunt, ab illo resucitauntur, a quo operante creata sunt. Singula vero corpora illis singula suis atinabus in resurrectione red- dentur, quas in maternis, ut vivere inciperent.eatribus habere coeperunt: ut scilicet animae in illo examine iusti iudicisncisdem singulis corporibus suis accipiant retributionem, sive regni, sive suplicii, in quibus sive bonam sive malam qualitatem vitae praesentis habueat. 36. Qualitas autem malae vitae ab infideitte incipit, quae ab otigina- lis peccati reatu initium sumit. In quo quisqusincipit ita vivere, ut ante fi- niat vitam, quam ab eius obligatione solvaturiunius diei, vel unius horae spatio anima illa vixit in corpore, necesse estam cum eodem corpore in- In fa fe, thro dedicado a Pedro mente el dinblo con sus angeles, porque fue el que primero poco, y porque engand a los primeros hombres con el peca- doy donde con él serdn quemados, también con fuego eterno, los fornicarios, los idélatras, los adtilteros, los afeminados, los homosexuales, los ladrones, los avaros, los calumniadores, los explotadores, y todos cuantos hacen las obras de la carne (de todos ellos dice el Apdstol gue no heredarén el reino de Dios [1 Cor 6,9-10; Gal 5,19-21]), si antes de terminar su vida no se convierten de susmalos caminos. Porque todo hombre, que en este mundo ha permanecido hasta el final en el deleite de la maldad y en el endurecimiento del corazén, asi como aqui el deleite perverso de los crimenes lo tuvo encadenado, asi ahora el tormento sempiterno lo retendré encadenado sin término. 37, Habra también una resurreccién para los malvados, pero sin la transformacion que Dios ha de dar solamente a los fieles, y a cuantos vivan en justicia por la fe. Asi lo dice San Pablo: Todos resucttiremos, pero no todos seremos transforma- dos; y, demostrande que los justos han de ser transformados por gracia, dice: lwabién nosotros seremos transformados (1 Cor 15,51-52). Por tanto los inicuos tendran en comtin con los justos la resureccién de la carne; sin embargo, no ten- dran la gracia de Jatransformacién, que sera dada a los jus- tos; porque de los cierpos de los impios no desaparecera la corrupcion, la ignoninia y la enfermedad, que estan enraiza- das en ellos, y por so no desaparecera tampoco la muerte, de modo que ese tomento perenne ser para el cuerpo y para terminabilia gehennae swplicia sustinere: ubi diabolus cum angelis suis in aeternum arsurus est, quiet primus peccavit, et peccatum primis hominibus persuasit; ubi cum eo etim fornicarii, idolis servientes, adulteri, molles, mas- culorum concubitores, fues, avari, ebriosi, maledici, rapaces, et omnes qui opera carnis agunt (de gibus beatus dicit Apostolus, guia regnum Dei non consequentur) (cf, 1 Cort,9-10, et Gal 5,19-21), si ante huius vitae termi- num a viis suis malis conetsi non fuerint, aeternis ignibus exurentur, Omnis enim homo qui in hoc sculo usque ad finem in iniquitatum delectatione et cordis abduratione pemanserit, sicut hic eum noxia criminum delectatio tenuit, sic eum sine fine ¢mpiterna cruciatio retinebit. 37. Erit enim etiamiquorum resurrectio, sed sine immutatione, quam solis fidelibus et ex fideluste viventibus daturus est Deus. Hoc est enim quod ait beatus Paulus: lieves guidem resurgemus, sed non omnes immuta- bimur, Ostendens autemistos divino munere commutandos, ait: Et nos im mutabimur (1 Cor 15,512). Habebunt ergo iniqui cum iustis resurrectio- nem carnis communem, mmutationis tamen gratiam non habebunt, quae dabitur iustis, quoniam orporibus impiorum non auferetur corruptio et ignobilitas et infirmitas injuibus seminantur; quae ob hoc morte etiam non exstinguentur, ut illud igtormentum corpori atque animae sit mortis ae- C3. Dios es el creador de todas las cosas AL el alma el suplicio de la muerte eterna. En cambio, las almas de los justos, a quienes este Dios Redentor justificé gratuita- mente por la fe, y que, a los que justificd, les dio la perseve- rancia de bien vivir hasta el final, porque vivieron con el amor de Dios y del prdjimo en los mismos cuerpos en los que re- cibieron aqui por favor divino la gracia de la justificacion, y en los cuales, justificadas mediante la fe, vivieron en el amor de Dios y del prdjimo, seran colmadas de la felicidad eterna del reino celestial; y llenos de gloria también aquellos cuerpos suyos, que volveran a tener sin duda alguna, conservando de verdad !a naturaleza de carne que Dios cre6, pero ya no ani- males como aqui, sino espirituales alli, Porque el cuerpo de los santos se siewbra animal, resucitara espiritual (1 Cor 15,45). En ellos se cumplira por medio de aquella transformacién que se dara sdlo a los justos, lo que dice el Apéstol: que conviene que esto corruptible se revista de inmortalidad (1 Cor 15,53). Permanecera en ellos el sexo masculino y femenino, tal como fueron creados los mismos cuerpos; cuya gloria sera distinta segiin la diversidad de sus buenas obras. Pero todos los cuer- pos, tanto masculinos como femeninos, los que lleguen a vi- vir en aquel reino, seran gloriosos; pues aquel juez conoce cudnta gloria ha de dar a cada uno, porque El ha prevenido en esta vida, justificando gratuitamente por misericordia, a los que dispone glorificar alli por justicia. 38. Enverdad, Dios dio a los hombres solamente el tiem- po para conseguir la vida eterna en esta vida, donde ha que- rido que la penitencia sea también fructuosa. Pero, por eso la ternae supplicium. Iustae vero animae, quas hic Redemptor Deus gratis ex fide iustificavit, et iustificatis bene vivendi usque in finem perseverantiam tribuit, in ipsis corporibus, in quibus hic iustificationis gratiam divinitus ac- ceperunt, et in quibus iustificatae per fidem, in caritate Dei proximique vi- xerunt, regni caelestis aeterna beatitudine potientur; glorificatis etiam cor- poribus suis, quae sine dubio carnis natura, quam Deus creavit, veraciter permanente, non sicut hic animalia, sed spiritualia tunc habebunt. Sanctorum enim semnatur corpus animale, surget corpus spirituale (1 Cor 15,45). In his per illam inmmutationem, quae solis dabitur iustis, implebi- tur quod oportere dicit Apostolus: Ut corruptibile hoc induat incorruptionem, et mortale hoc induat immortalitem (1 Cor 15,53). In quibus sexus masculi- nus, vel femineus, sicut eadem corpora creata sunt, permanebit, quorum glo- tia erit pro factorum bonorum diversitate diversa. Omnia tamen corpora, sive masculorum, sive feminarum, quae cumque in regno illo etunt, glorio- sa erunt, Ille autem iudex novit quantam unicuique sit daturus gloriam, quia in hac vita per misericordiam gratis iustificando praevenit, quosillic per ius- titiam glorificare disponit. 38. Tempus vero acquirendi vitam aeternm in ista tantum vita Deus hominibus dedit, ubi voluit esse etiam paenitentiam fructuosim. Ideo au- 42 1s La fe, libro dedicado a Pedro 5 penitencia es aqui fructifera, porque el hombre, deponiendo aqui la malicia, es capaz de vivir bien; y, convertida su vo- luntad injusta, puede transformar los méritos a la vez que las obras, haciendo con temor de Dios todo lo que a Dios agra- da. El que no haya hecho esto en esta vida tendra castigo en el siglo futuro por sus obras malas, sin que encuentre indul- gencia a los ojos de Dios, porque, aunque alli tuviese remor- dimiento, allf no habra ya mas correccién de la voluntad. Y de tal manera se autoculpardn sus maldades que en manera alguna puedan ni amar ni desear la justicia. Pues su voluntad sera tal que tenga siempre ante si el suplicio de su maldad, sin que jam4s sea capaz de recibir un afecto de bondad. Porque, asf como los que reinen con Cristo no tendran ante si reliquia alguna de la voluntad mala, asi aquellos que estén en el suplicio del fuego eterno, preparado para el diablo y sus angeles, como no tendran descanso alguno en adelante, asi tampoco podran tener voluntad buena en modo alguno. Y como a los coherederos con Cristo se les dara la perfeccién de la gracia para li gloria etema, asi a los consortes del dia- blo la misma maldid les acumularé pena, cuando, una vez des- tinados a las tiniedlas exteriores, no sean iluminados por luz alguna interior dela verdad. 39. Por lo tanto, en esta vida a todo hombre puede ser- le atil la penitenca que hubiere hecho en todo tiempo; toda la que quiera el inicuo, toda la que quiera el viejo, si se arre- pintiere de todo corazén de los pecados pasados, y derrama- tem hic paenitentia fuctuosa est, quia potest hic homo deposita malitia bene vivere, et mutativoluntate iniusta, merita simul operaque mutare, et in timore Dei ea geree quae placeent Deo. Quod qui in hic vita non fe- cerit, habebit quidemyoenitentiam in futuro saeculo de maiis suis, sed in- dulgentiam in conspetu Dei non irveniet, quia etsi erit ibistimulus poe- nitudinis, nulla tamenibi erit amplias correctio voluntatis. A talibus enim ita culpabitur iniquits sua, ut nulltenus ab eis possit vel diligi vel de- siderari justitia. Volurzs enim eorum talis erit, ut habeat in se semper ma- lignitatis suae supplicum, munquarm tamen recipere posit bonitatis affec- tum, Quia sicut illi qi cum Christo regnabunt nullas in se malae volun- tatis reliquias habebut, ita illi quierunt in supplicio ignis aeterni cum diabolo et eius angelideputati, sicut nullam ulterius habebunt requiem, sic bonam nullatenusbabere potermt voluntatem. Et sicut coheredibus Christi dabitur perfecio gratiae ad xeternam gloriam, sic consortibus dia- boli cumulabit ipsa milignitas poexum, quando exterioribus deputati te- nebris nullo illustrabutur interiorelumine veritatis. 39, Proinde omritomini in hacuita esse potest utilis poenitentia, quam quocumque tempore mo egerit, qumlibet iniquus, quamlibet annosus, si toto corde renuntiaveit peccatis prasteritis, et pro eis in consectu Dei non C3. Dios es el creador de todas las cosas 43 re lagrimas, no solo corporales, sino de contricién delante de Dios, y se cuidase de lavar las manchas de las obras malas con obras buenas, al instante obtendria el perdén de todos sus pe- cados. Porque esto nos lo ha prometido el Sefior por el pro- feta, cuando dice: Si te convirtieres y arrepintieres, te salvaras (Is 30,15 sec. 70); y en otro lugar: Hijo, has pecado, no lo re- pitas, sino ora también por los pecados pasados para que te sean perdonados (Eclo 21,1). Jamas le seria impuesta al que peca una oracién por los pecados, si al pecador no le fuese con- cedido el perdén. Mas atin, entonces le aprovecha al peca- dor la penitencia, cuando la cumple dentro de la Iglesia ca- télica, a quien Dios, en la persona de Pedro, concedié la potestad de atar y desatar, cuando le dice: Lo gue atares so- bre la tierra también quedaré atado en los cielos, y lo que des- atares sobre la tierra quedard desatado también en los cielos (Mt 16,19). Asi pues, en cualquier tiempo que el hombre hi- ciere verdadera penitencia de sus pecados, y cortigiere su vida a la luz de Dios, no se vera privado de la gracia del per- d6n, porque, como dice el profeta, Dios no quiere tanto la muerte del pecador, cuanto que se convierta de su mala vida, y que viva su alma (Ez 33,11). 40. Sin embargo, ningin hombre debe permanecer em- edernido en sus pecados, como tampoco nadie quiere en- fermat crénicamente en su cuerpo con la esperanza de alcan- zar la salud. Porque esos tales que olvidan apartarse de sus pecados, y que se prometen el perdén de Dios, a veces son sorprendidos repentinamente por el furor divino de tal modo solum corporis, sed etiam cordis lacrimas fuderit, et malorum operum ma- culas bonis operibus diluere curaverit, omnium peccatorum suorum indul- gentiam mox habebit. Hoc eaim nobis Dominus prophetico promittit elo- quio, dicens: 5% conversus fueris, et ingemueris, salvus eris (Is 30,15, sec. LXX). Et alio loco dicitur: Fili, peccasti, ne aditcias iterum, sed et de praete- ritis deprecare, ut ttbi dimittantur (Eclo 21,1). Nunquam peccanti essent in- dicta pro peccatis deprecatio, si deprecanti non esset remissio concedenda. Sed etiam poenitentia peccatori tune prodest, si eam in Ecclesia catholica gerat; cui Deus in persona besti Petri ligandi solvendique tribuit potestatem, dicens: Quae alligaveris super terram, erunt soluta et in caelis (Mt 16,19). In quacumque igitur homo aetateveram peccatorum suorum poenitentiam age- rit, et vitam suam Deo illuminante correxerit, non privabitur indulgentiae munere, quia Deus, sicut per prophetam dicit, non vult mortem morientis, quantum ut revertatur a via sua mala, et vivat anima efus (cf. Ez 33,11). 40. Verumtamen nullus hominum debet sub spe misericordiae Dei, in suis diutius remanere pectatis, cum etiam in ipso corpore nemo velit sub spe futurae salutis diutivs aegrotare. Tales enim qui ab iniquitatibus suis recedere neglegunt, et sbi de Deo indulgentiam repromittunt, non- nunquam ita praeveniuntur repentino Dei furore, ut nec conversionis tem- 44 ae La fe, libro dedicado a Pedro y tue no tienen ni tiempo de conversién ni el beneficio del per- en. Por eso, la sagrada Escritura amonesta benignamente a cada uno de nosotros, cuando dice: No has de tardar en con- vertirte a Dios, y no lo difieras de un dia para otro; porque su ira vendra de repente, y te destruird en el tiempo de la venganza (Eclo 5,8-9). También el santo David: Sz oyereis hoy su voz, no querdis endurecer vuestro coraz6n (Sal 94,8). Y San Pablo esta también de acuerdo con estas palabras: Mirad, hermanos, que ninguno de vosotros tenga un corazon perverso se incrédulo, de- sertor del Dios vivo. Antes bien, animaos unos a otros cada dia, mientras suena ese Hoy, para que ninguno de vosotros se en- durezca por la seduccton del pecado (Heb 3,12-13). Porque vive endurecido de coraz6n tanto el que no se convierte sin espe- rar el perdén de sus pecados, como el que espera la miseri- cordia de Dios de manera que se obstine en la perversidad de sus crimenes hasta el final de la vida presente. 41. En consecuencia, amando la misericordia de Dios y temiendo su justicia, ni desesperemos del perdén de los pe- cados ni permanezcamos en los pecados, conscientes de que la equidad del Juez justisimo juzgara los pecados de todos los hombres que no haya perdonado la misericordia del clemen- tisimo Redentor. Porque, como la misericordia acoge y ab- suelve a los convertidos, asf la justicia rechazard y castigard a los empedernidos. Tales son quienes, al pecar contra el Espiritu Santo, no obtendrdn el perdén de los pecados ni en este siglo ni en el futuro (cf. Mt 12,31-32). Y por eso el alma pus, nec beneficium rmissionis inveniant. Ideo unumquemque nostrum sacra Scriptura benigne praemonet, dicens: Ne tardaveris converti ad Deum, et ne differas de die indiem. Subito enim veniet ira eius et in tempore vin- dictae disperdet te (Ec 5,8-9). Dicit etiam beatus David: Hodte si vocem eius auditeritis, nolite obdurare corda vestra (Ps 95,8). Cui beatus quoque Paulus concordzt his verbis: Videte, frates, ne forte sit in aliquo vestrum cor malum incredulitais discedendi a Deo vivo, sed adhortamini vosmetip- sos per singulos dies, dec Hodie cognominatur, ut non obduretur quis ex vobis fallacia peecati (Heb 3,12-13). Obduratio igitur corde vivit, sive qui non convertitur despenns de indulgentia peccatorum suorum, sive qui sic misericordiam Dei speat, ut usque in finem vitae praesentis in suorum criminum perversitate remaneat. 41. Proinde diligntes misericordiam Dei, metuentesque iustitiam, nec de remissione peccatoum desperemus, nec remaneamus in peccatis; scien- tes quia illa omnium hyminum debita sit exactura aequitas iustissimi iu cis, quae non dimiseritmisericordia clementissimi Redemptoris, Sicut enim misericordia suscepit alsolvitque conversos, ita iustitia repellet et puniet ob- duratos. Hi sunt qui pecantes in Spiritum sanctum, neque in hoc saeculo, neque in futuro remissonem accipient peccatorum (cf. Mt 12,31-32). Ideo C3. Dios es el creador de todas las cosas 45 del hombre es espiritu intelectual, para buscar, conocer y dis- cernir también el tiempo de sus obras, por las cuales recibira en el juicio lo que la justicia divina ha ordenado, y el tiempo de su premio en el cual no sea licito ya ni cambiar las obras, ni implorar fructuosamente de la divina misericordia el per- dén de sus pecados. En cambio, las almas de los demas ani- males, que no tienen entendimiento, porque algunas de ellas tienen su origen de la tierra, otras de las aguas (pues de las aguas son los reptiles y los volatiles, de la tierra en cambio han salido los que se arrastran y los que caminan); y en tan- to son almas, en cuanto que animan sus cuerpos. Como quie- ra que el alma, que no fue creada por Dios capaz de razén, porque comienza y deja de vivir con su carne, y, cuando ya no anima al cuerpo, tampoco vive ella; y como el alma sea ad- mirablemente la causa de la vida para toda carne, y sin em- bargo el alma irracional en tanto vive, en cuanto puede per- manecer en la vida de la came; y que cuando se separa de su carne, se extingue. Asi sucede que al ser la vida de su carne, no pueda sobrevivir, cuando cese de suministrar la vida a la carne, y si no tiene carne ala que pueda dar vida, sin duda que tampoco ella la podra tener. De ahi el que Ios itraciona- les no tengan ni eternidad, ni juicio alguno para darles la fe- licidad por las buenas obras 0 la condenacion por las obras malas. Y por eso no se pediré en ellos examen alguno por sus obras, porque no han recibido de Dios facultad alguna para entender. En consecuencia, pues, sus Cuerpos tampoco han de autem hominis anima intellectualis spiritus est, ut quaerat, agnoscat, atque discernat et tempus operum stionm, pro quibus receptura est in iudicio quod ordinavit divina iustitia, et eiusdem retributionis tempus, quo non etiam licebit aut opera mutare, aut remissionem peccatorum suorum de di- vina misericordia utiliter postulare Caeteri vero spiritus omnium animalium, quibus non est intellectus, quia quidam corum de terra, quidam de aquis originem ducunt (de aquis enim sunt reptilia et volatilia, de terra vero quae- dam quae repunt. Quaedam vero quae gradiuntur, exorta sunt); tamdiu spi- ritus sunt, quamdiu in corporibusvivunt. Anima quippe, quae tationis ca- pax divinitus facta non est, cum «ame sua et incipit et desinit vivere, quia quando corpori vitam non tibuit, «ipsa non vivit: atque ita miro modo cum omni carni anima vivendi causa si, spititus tamen irrationalis tamdiu vivit, quamdiu in carne manere potuerit,et dum a carne sua separatur, exstingui- tur, Ita fit ut cum ipse vita carnis suae sit, vivere tamen nequeat, quando vi- tam carni subministrare destiterit,¢t si non sit caro cui vitam dite valeat, ipse quoque cam protinus non hibebit. [deo nec aeternitas ittaionalibus spiritibus data est, nec aliquod eisiudicium praeparatur, in quo es vel bea- titudo pro bonis, vel damnatio pro malis reddatur operibus. Ideo autem in eis nulla operum discretio requiretu, quia nullum intellegendi facutatem di- vinitus acceperunt, Propterea ergo «rum corpora resurrectura nonsunt, quia 46 awa La fe, libro dedicado a Pedro.) resucitar, porque no ha existido en sus almas ni equidad ni iniquidad alguna, por la que se les pueda retribuir eterna- mente ni la felicidad ni el castigo. 42. Asi pues, los animales de este siglo realizan el plan y ornato segin la voluntad incomprensible del Creador, y no daran cuenta alguna de sus actos, porque no son racionales. ¢Es que Dios se ocupa de los bueyes? (1 Cor 9,9). Los hom- bres, en cambio, porque son racionales, tendran que dar cuen- ta a Dios tanto de si, como de las cosas que han recibido para usar en su vida presente, y segtin la calidad de sus actos reci- birdn el castigo ola gloria. Porque conviene que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo para recibir cada uno el pago de lo que hizo con el cuerpo, el bien o el mal (2 Cor 5,10). Es decir, entonces se cumplira la palabra de nuestro Creador y Redentor: Todos los que estan en los sepulcros oirdn su voz. Y los que hicieron el bien irdn a la resurreccion de la vida, pero los que obraron el mal a la resurreccién del juicio (1 Jn 5,28-29). Asaber, que los que obraron el mal vayan al fuego eterno pari arder por siempre con el diablo, principe de todos los mals; en cambio, los que hicieron el bien, va- yan a la vida etema para reinar sin fin con Cristo, rey de to- dos los siglos. Pues reinaran con Cristo aquellos a quienes Dios ha predestisado por su bondad gratuita para el reino. Porque al predesinarlos los preparé para que fueran dignos del reino; prepari sobre todo a Tos que habia de llamar para que sean ol dient: prepar6 alos que iban a ser justificados nec in ipsis animabuseorum aut aequitas aut iniquitas fuit, pro qua cis ae- terna vel beatitudo si retribuenda, vel poena. 42. Illa igitur arimalia praesentis saeculi cursum atque ornatum secun- dum Creatoris incompehensibilem peragunt voluntatem, qua de suis factis nullam rationem reddiura sunt, quia rationalia non sunt. Numquid enim de bobus cura est Deo? (Cor 9,9), Homines vero quia rationales facti sunt, et de se et de omnibus rbus quas in usum vitae praesentis acceperunt, ratio- nem reddituri sunt De, et pro suorum actuum qualitate recipient aut poenam aut gloriam. Ones eim nos manifestar’ oportet ante tribunal Christi, ut re- ctpiat unusquisque prpria corporis, prout gesstt, sive bonum, sive malum (2 Cor 5,10). Tunc silicet, cum secundum ipsius nostri Creatoris ac Redemptoris eloquium Omnes qui in monumentis sunt, audient vocens ets, et procedent qui bona jverunt, in resurrectionem vitae; qui vero mala egerunt, in resurrectionem tuddi (lo 5,28-29). Ut scilicet qui mala egerunt, eant in combustionem aeternm, semper arsuri cum diabolo principe omnium ma- lorum; qui vero bona [terunt, eant in vitam aeternam regnaturi sine fine cum Christo rege omniumseculorum. Illi autem cum Christo regnabunt, quos Deus gratuita bonitarsua praedestinavit ad regnum. Quia enim eos tales praedestinando praepiavit, ut regno digni essent; praeparavit utique secun- dum propositum vocsios, ut obediant; praeparavit iustificandos, ut accep- C3. Dios es el creador de todas las cosas 47 para que, recibida la gracia, crean rectamente y vivan bien; preparé ademds a los que iba a glorificar para que, hechos co- herederos con Cristo, posean sin fin el reino de los cielos. 43. Aquellos, a los que Dios salvé gratuitamente sin mé- rito alguno precedente de buena voluntad o de obra buena, Ilegaron al reino en distintos tiempos por medio de los sacra- mentos que instituy6 Cristo para la fe de su encarnacién. Asi como desde que nuestro Salvador dijo: 57 uo no renaciere del agua y del Espiritu Santo, no puede entrar en el reino de Dios (Jn 3, 5), sin el sacramento del bautismo, a excepcién de los que en la Iglesia Catdlica derraman su sangre por Cristo sin bautismo, nadie puede conseguir ni el reino de los cielos ni la vida eterna. Porque, sea en la Catélica, sea en la herejia o en el cisma, cualquiera que recibiese el sacramento del bautismo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espiritu Santo, reci- be integro el sacramento, pero no obtendra la salvacion, que es la virtud del sacramento, si obtuviere el sacramento fuera de la Iglesia Catdlica. Por eso, debe volver a la Iglesia, no para reiterar el sacramento del bautismo, que nadie debe repetir en cualquier hombre bautizado, sino para que reciba en la co- munion Catélica la vida eterna, que nunca puede ser capaz de recibir, si permanece separado de la Iglesia Catélica con el sa- cramento del bautismo. Y, aunque haga limosnas generosas, y hasta derrame su sangre por el nombre de Cristo, como en esta vida no ha profesado la unidad de la Iglesia Catdlica, no con- seguira la vida eterna. Porque alli sélo puede ser de provecho ta gratia recte credant, et bene vivant; praeparavit etiam glorificandos, ut Christi coheredes effecti, regnum caelonm sine fine possideant. 43. Ad quod regnum diversis tempsibus per Sacramenta, quae ad fidem incarnationis suae Christus instituit, illi pavenerunt, quos Deus gratis nullo bo- nae voluntatis, vel boni operis merito prieedente salvavit. Quemadmodum et ex illo tempore quo Salvator noster dixit Si quis renatus non fuerit ex aqua et Spiritu sancto, non potest introire in regum Det (lo 3,5), absque sactamento Baptismatis, praeter eos qui in Ecclesia ctholica sine Baptismate, pro Christo sanguinem fundunt, nec regnum caelorun potest quisqam accipere, nec vitam aeternam. Quia sive in Catholica, sive in keresi quacumque vel schismate quis- quam in nomine Patris et Filii et Spiritu sncti Baptismi sacramentum accepe- rit, integrum Sacramentum accipit; sed sautem, quae virtus est Sacramenti, non habebit, si extra catholicam Ecclesiam ipam Sacramentum habuerit. Ergo ideo debet ad Ecclesiam redire, non ut sacrenentum Baptismatis iterum accipiat, quod nemo debet in quolibet homine bapizato repetere, sed ut in societate ca- tholica vitam aeteram accipiat, ad quan obtinendam nunquam esse potest idoneus, qui cum sacramento Baptismatiseh Ecclesia catholica remanserit alie- nus. Qui si et eleemosynas largas faciat,¢ pro nomine Christi etiam sangui- nem fundat, pro eo quo in hac vita nontnuit Ecclesiae catholicae unitate, non habebit aeternam salutem. Ubi enincuique prodesse potest Baptismus, OT

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