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Los Espejos de los Principes Musulmanes: Un Programa de Capacitaci6n Administrativa de Alta Jerarquia. Omar Guerrero La formacién de tas clases politicas ha sido una de les gran- des preocupaciones de la filosofia occidental. Sin duda alguna E/ principe de Maquiavelo sintetiza esta aspiracién. En Oriente este mismo propésito inspiré entre los filésofos cl deseo de contribuir a la capacitacion politica de sus sobe- ranos, con la idea de prepararlos para la adquisicién y el mantenimiento det poder, pero agregando una procupacion sin precedentes en la teoria politica occidental: el adiestra- miento administrativo. Para los pensadores del Oriente el arte de gobernar no s6lo implicaba la obtencién, el ejercicio ¥ conservacién del poder, sino también el desarrollo de ap- itudes administrativas que derivaran en una mejor diree- in del Estado. En esta I/nea se encuentra la obra monu- mental de la teoria politica de la administracién public el Artashastra de Keutilya, escrita presumiblemente en el siglo Il ac. La arcana politics, pues, comprende no s6lo el conaci miento de los ardides esgrimidos en la lucha por el pod sino también un conjunto de practicas sistematicas encau- zadas a la adecuada organizacion de servicios puiblicos. En este sentido, la administracion financiera tiene una impor- ‘tancia vital y es centro de la atencién de los pensadores. Por ejemplo, Nizém al Mulk propone en su E/ libro de! gubiierno™ una debida atencién de los asuntos tributarios, la tesorer la contabilidad y los agentes fiscales. Sugiere el mejoramie to de la administracién judicial mediante el empleo de au- diencias, la mejor preparacién de los oficiales piblicos ‘mediante el colegio de pajes, la superscion dela administra- * ‘sobre et concepto de arcana, ver: Schmitt, Le déetadura, pp. 4550. La categoria arcane se debe # Ammold Clapmar,elaborada en ‘obra Dearcanisrerunpublicorum en 1605. Tomads de un {de Lor anals de Técito, y coneebita laarcane imperil como un resin de la politica artuta de Tiberio, Clapmar considera que cada ‘encia, vo se trate de le jurlsprudencia © l comerio, la mediina © ta pintura, tiene su arcana, 0 screto —esto signifi teralmente— sobre los ardides,fraudes ¥ raquinaciones para obtaer sus des os, ligados generalmente a simulacror y aparlencas que ocultan la ‘ealidad. Por cuanto le politica, sefala Schmitt que "lo arcana republicae, por oposiién a los méviles que abarentemente actian {en {a superficie, son ferzas propulsors intense del Estado”. La ftgorta occidental de arcana et equivalents al concepto oriental 4e espejo, con las ciferencas que en cada caso habrin de tomarte fn coneiderocén; caro en ambos 0 refiran le précticoy, abloras © enmescarades, que tienen como proptuito la tome del poder. De ‘ouerdo con eto, tomaremos ambos téminos come sinéninos, 2 Ver Rove co Adminisracién Pili, rims. 47-48. ccl6n palaciega y Ia adecuada nominacion de los altos funcio- narios (al respacto recomienda no dar dos nombramientos un solo hombre, ni un cargo a dos individuos). Sin embar- 90, Ia direccion administrativa se encuentra naturalmente tentretsjida con la organizaci6n politica, de modo tal que el ‘mantenimiento del poder y la supervision de los oficiales del gobierno se identifican y exijen la misma solucién: un sistema de espionajeestructurado en tomo al servicio postal ‘La arcana es entonces, al mismo tiempo, politica y adminis: trativa Por todo lo anterior, es visto que en los Filésofos politicos ‘rientales la preocupacion por la administracién publica es mucho mayor que en los occidentales, con la excepcién, dicho sea de paso, de Juan Sodino.? Dentro de esta tonica filosofal asistica repunta una arcana de muy especial factu- ra: los espejos de los principes musulmanes. Creados en el siglo VIII por la sintesis histdrica perso-érabe, los espelos responden a la esencial necesidad, bien de contestar una solicitud regia en torno a la problemética gubernament bien a la autoexcitativa de algin pensador, funcionario 0 escritor sobre el mismo punto y que lleva una dedicatoria al soberano, a certo dignatario o a sus oficiales inmediatamen- ‘te subordinados, El resultado es un crisol magnifico de sabi durfa en el arte de gobernar, destreza en las précticas admi- nistrativas y creaciOn sOperior de teoria politica. £7 libro del gobierno de Nizam al Mulk es de este calibre, ANTECEDENTES Los rabes, pueblo de sociedad tri mantenian formas de gobierno sencillas y autogestionarias ‘cuando conquistan Persia. La creacién del Imperio sobre la tradicién politica y administrativa sasénide los trascendi la vida sedentaria y urbana, y ala constitucion conssouente de la monarquia califal. Caso andlogo ocurrié con los turcos, ‘cuando fundaron sus diferentes reinos, pero sobre todo #1 ‘obra suprema, el Imperio Otomano, cimentados en las ce > Bodino no sblo se le debe sereitar et deseralio més tem: ‘rane dela teoria dela adminisracion pUblica det Emde moderna, tlaboreda on 1876, tin la formulaciin de a primera arcana conoct- do, hatta hoy, v que eparece en au exposcién sobre los oficiales y los comisarios. Al respacto, ver Revista de Adminittracion PUblice ‘ime. 41, 42, 43 y 44, expecalmente ste Citime, donde oonsjo, 4 rey toda una arcana de ardides para mantener @l control sobre lox ‘tot funclonarios dela adminitracion pablica 5 22s del califato abasida, Como uno de los propésitos de los vencedores es el aprender el arte del gobierno y uno de los fines de los vencidos es seguir participando en el poder, la antigua burocracia es mantenida y los altos funcionarios invitados a escribir tratados que diagnostiquen la situeci6n politica imperante. Nacen, de este modo, los espejos de los principes musulmanes. Por extension, con el tiempo los es- ppejos comprenden también obras escritas no s6lo para los sultanes, sino también para dignatarios,visies, gobernado- res y hasta secretarios de la cancilleria, En todo caso, los espejos no dejan de ser para “principes”, porque los propios secretarios forman parte de las clases dominantes, disfrutan de sus privilegios y gozan de su prestgio. "Los libros de consejos para los gobernantes 0 ‘Espejos Para los Principes’, constituyen un distintivo e interesante ‘género de la literatura clésica persa y sabe. Ellos muestran como se complet la sintesis lograda entre los elementos bes iskémicos y persas, que fueron los principales compo- rnentes de la civilizacion musulmana medieval ... los ‘espe jos’ clésicos, con la perspectiva perso-slamica, continuaron siendo copiados, asi como limitados y traducidos, durante los periodos mameluco y otomano, y debieron haber sido lefdos por los sultanes y oficiales de aquellos imperios e influenciado su pensamiento y accién’. Ciertamente los espejos no se ciften a cuestiones gubern: ‘mentales, sino que en menor grado se expanden al ‘rat rmiento de problemas teolbgicos, morales, cientficos, litera rios ¥ otros més. Por ello, ademas del pulido estilo prosaico de sus autores, trazan comiinmente versos rimados, largas anéedotas y jugosos aforismos, Esto da a los espejos una sancion de ligereza y amenidad que favorece su carécter politicamente pedagégico y estimula el aprendizaje de sus regios lectores. Pero, esencialmente, estas arcanas obedecen «al principio préctico de propiciar el mejoramiento de la or ganizacion y funcionamiento de la administracién pablica, Por lo que deben definirse en sustancia como tratados de pricticas de direccién administrativas enfiladas hacia tres dexignios: ejercicio del poder politico, incremento del rendimiento gubernamental y consolidacién de la legitimi dad de los soberanos frente alos subditos. Con un afin explicativo, hemos considerado que los espejos pueden clasificarse convencionalmente atendiendo l rango politico del aconsejado, es decir, ya se trate de un rey, un gobemador o un secretario. En el primer caso se encuentra EI libro de! gobierno de Nizim al Mulk (subtitu- lado Reglas para los reyes), El libro de consejos para los reyes de Al Ghazali y el Qabus nama de Kai Kaus (traduci- ble literalmente como E' libro de Qabus; este es el nombre del padre de Kai Kaus). El segundo caso corresponde a la carta de Tahir Taifur (incluida en su obra E/ libro de Bag- dad) y El libro de los visires y los gobernadores de Si Mehemed Pasha. Finalmente, el tercero comprende la carta de Abdel Amid a sus secretarios. Antes de entrar al ‘estudio de estos tres subgéneros, demos un breve vistazo sintético a otros espejos. * Ver ta introduccion al libro Book of counsel for Kings, de Al Ghazal. LOS ESPEJOS: UNA VISION SINTETICA, Corresponde a Ibn Mugafta el mérito de haber introducido 10s espejos al mundo musulmén durante el silo VII, gre Cias la traduccién de varias obras del pahlavi (perso-meda) al érabe, Debemos agregar que Mucaffa fue un buen cono- cedor de los filésofos ariegos, entre ellos Platon y Aristote les. Lastraducciones, asi como las propias obras de Mugaff la fundacion del Adab (iteralmente, “ciencia in"), término con que también se conocen & 40s espejos. Entremos en materia, Un famoso espejo ha sido virtualmente acreditado a Al Yohiz; se trata de EI libro de la corona (Kitab al tay) y fue dedicado al emir bn Khagan. Trata, entre otras cosas, de tic, consejos y asuntos gubernamentales abordados sobre la base del modelo de los emperadores susénidas, a quienes han sucedido, en su opinin, los monarcas abasides. Ademas de las excitativas alos soberanos para gobernar con modestia Y generosidad 2 los subditos, Yahiz (o quien fuera el autor del K. af tay")* desarrolla la tematica general del gobierno, {a administracion de la corte, y aunque se muestra it chambelén y los secretarios. En contraste a la obra E1 libro del impuesto territorial (Kitab al Kharai) de Aba Yusuf trata sustancialmente la materia hacendaria La obra fue dedicada al califa Harin al Rasid y contempl: ‘también, recomendaciones conexas a los asuntos financie- tos, tales como las cualidades propias del imanato (califato), ‘el buen gobierno y el mejoramiento de la just Ibn al Taatiga escribe en 1302 uno de los espejos més tardios, el A/fajr, Como las arcanas anteriores, esté también dedicado a un principe, en este caso un caudillo musul, La ‘obra contempla temas historicos y materias que trascienden hacia otros estilosliterarios; por lo que taca a la exposicién, del califato es un continuador de la obra de! Al Mawardi ¥ lo correspondiente a lahistoria, predecesor de Ibn Jaldin.” Tagtiga trata con realismo el problema del Estado y lo concibe, incluso, con una autonomia relativa con respecto 2 Ia religiGn, igual que Jaldin, enfoque sin precedentes entre Ios fil6sofos politico musulmanes. Con respecto a la administracién publica, el autor esté interesado en “los principios del gobierno y las reglas de cconducta de donde se derivan ventajas para enfrentarse con {os acontecimientos y os negocios, para la gobernacién de los sibditos, para la proteccién del Estado (mulk, reino) y para el mejoramiento de !a moral y la conducts’. Taqtiaa std igualmente preocupado en el arte del gobierno, porque “es lo capital en el gobernante.... en él se apoya para man- tener (firmes) tas finanzas, conserva la moralidad,evitar el £1 pensamiento polftico ene! Islam mediova, ® Sobre este autor, vr: Rosenthal, op, cit. pp.454; Sherwar ‘Studies in muslin political thought and adminitation, po. 98-28. 7 Intouceiin a le historia univera, especialmente pp. 82-108. © Rosenthal, op. cit. pp. 78-79 Los pensadores otomanos contindan la tradicién de los espejos. E/ apastolado (EI rsale) de Koja Beg es un magni- fico estudio sobre el Estado Otomano realizado en 1630 a solicitud del sultan Murad IV, en el cual destacan las mate- rias de derecho y finanzas, aunque su énfasis radica en la sugerencia de dotar al gran visir de autoridad discrecional ¥ el mando unificado de la administracion pablica. La obra anénima Nasihat nama (literalmente E/ libro de los conse- jos), excrita en 1640 y contemporénea a la anterior, com- parte preocupaciones con Koja Beg sobre la problemética financiera y la subasta de cargos, que son el origen de la co: rrupcién que ahoga la administracion piblica otomana iriendo como solucién a la mano estrechar la supervi de los agentes fiscales y los funcionarios judiciales, Final- mente, por instrucciones del soberano, el filésofo Hayyi Jilafa (0 Katib Chelebi) elaboré también en a primera mi- ‘tad del siglo XVI el espejo titulado Dustur al amal (E! libro de 1a “confianza en el gran visir"}, donde explica —vsible- mente influenciado por Jaldin— que la desorganizaci6n y decadencia progresivas del Imperio Otomano no obedecen tanto a desajustes momenténeos en el funcionamiento del Estado, sino més bien al proceso normal que sufre toda centidad politica, es decir, nacimiento y desarrollo y muerte. ‘Sin embargo, aunque considera que el proceso es irreversi- ble, cree en medidas que pueden retardar el colapso y que iplirar @ funcionarios y militares, disminuir los gastos de la némina del personal ‘administrative y mantener en sus cargos a los funcionarios sptos y honrados.? Esta breve descripcién no ha tenido por propésito sino el mostrar una visi6n sintética de los espejos,sirviendo al mis: ‘mo tiempo como preémbulo al estudio un poco mas preci- sado de algunos de sus principales exponentes, es decir, dentro de la estrechez manifiesta de este articulo hacer un LOS ESPEJOS: UNA VISION ANALITICA ‘Toca ahora abordar los espejos a través de pensadores de enorme importancia, clasificados convencionalmente con- forme os tres rangos establecidos. Comencemos por el mas bajo de los tres niveles de este programa de capacitacion ad: rministrativa de alta jerarquie. La Arcana de los Secretarios de la Cancillerfa Existe una carta escrita en la primera mitad del siglo VIII, 10 considerada obviamente por Rosenthal y otras autores ‘como un espejo para los principes. Empero, si bien es cierto ‘que no es una misiva dirgida a los principes, también lo es ‘que corresponde a un genuino espelo, pero no de méximo nivel, Por tanto, aunque no se trata de una arcana en honor Y para un soberano, ha sido incluida por tratarse de un espe- jo que ‘raza con precision asombrosa el perfil del funciona- musulmén, La obra es producto intelectual de Katib {escritor) Abdel Amid,!® entonces secretario en jefe del i timo califa omeye, Mohammed al Ojaadi, y se encuentra irigida a los escribanos subordinados directamente a su autoridad. ‘Comienza sefialando que los secretarios son personas de saber y educacién, literatos que ornamentan el califato, y ‘que por ello, por su abnegacién y consejos, prospera el m- perio." “El gobiemo no podria prescindir de vuestro con- ‘curso, porque sélo entre vosotros encuentra personas caps- ces de rendirle verdaderos servicios; por Io tanto vosotros soi, rexpecto del soberano, los ofdos con que oye, los ojos 1e ve, la lengua con que habla y las manos con que ‘actia’. Se trata, entonces, de que los secretarios cuadren en. cargo de importantes negocios, debe ser afeble, perspicaz, comprensivo, discreto y calculador. Ha de conocer de be, tener una caligrat ¥¥ conocer la histor Célculo; sin este art sible En cuanto a los subalternos del secretario, Amid re comienda conocer el carécter de los mismos. “Administra ues, oh secretariol, con benevolencia ... no excedas tus tmedios con lo que respecta al mobiliario, vestidos, montu: 12, bebidas, residencias y criados. .. no sois més que sim: ples servidores del gobierno, a quienes no se let tolera deficiencia en los servicios, y confidentes a quienes no se les ‘consienten actos de despilfarro impecable, saber recitar poemas % La carts ha sido reproducida fotegramente por Ibn Jaldin, 2p, cit. pp. 460-464. Puede también ser contultac en el atfeulo de bn Jldn. "Et eoncapto de Ia administracion poblica on os impe: rigs musulmanes” Revita de Administrecion Péblice, nim. 46, 202.208, 4 En ors do proporcionar al lector una idea més directa, y por lo tanto mis fiel de foe etosjoe squt reefedos, y tornando como boo que muerte idea es no tanto interpreta, sino wblo reve, Drocederemos en adelante con Te incorporacion de clas Ie ‘ue lustre faimente ol cardeter los propbsitor de eetas arcana. * Subrayado nuestro. 8 1 trabajo administrativo tiene para el autor una impor: tancia mayscula. "Todas las cosas tienen ciertas analogias, ‘mediante las cuales un administrador sabré siempre encau: arse: por ello, cuando se os presente un caso, comenzad por tomar las medidas que la experiencia os habré dictado;, ‘adoptad enseguida el procedimiento més simple y seguro, ‘aquél que ha de incluir el mejor resultado”. En fin, que en el momento de la audiencia el secretario limite alo esencial ‘us palabras, sea conciso y reuna los argumentos necesarios, para dar celeridad al despacho de los asuntos pablicos. La Arcana de los Altos Funcionarios Entre los musulmanes, tanto érabes como otomanos, los cargos superiores de Ia administracion piblica estaban, con respecto al gobierno central, en manos del gran visir, y en relacién con el provincial, en las de los gobernadores. Ana- lizaremos las arcanas de ambos cargos, comenzando con el de los dltimos, Todo un manual de administracién en una carta ‘Como el caso precedente, el nivel intermedio relativo a los altos oficiales de la administracién pablica también seré llustrado por medio de una carta, Se trata de una misiva dirigida por Tahir Taifur,” virrey de Khurasin (region de Ian}, a su hijo Abdallah Ibn Tahir que a la sazén habla sido nombrade goberader de una provincia de Mesopota- mia. La carta fue escrita durante la primera mitad del siglo 1X. Et documento es sumamente extenso, por lo que nos reduciremos a analizar sustancialmente los asuntos relat vos al gobierno, haciendo especial énfasis en los “principios, de administracion civil yreligiosa que habla de adoptar”. Después de hacer las alabanzas debidas @ su Dios, el ‘autor invita al nuevo gobemador para que asuma con toda responsabilidad el cargo piiblico: “en toda conducta has de ‘uidarte de cumplir los deberes y obligaciones que te im- pone tu propio cargo, porque serés interrogado sobre tus ‘actos pasados y futuros, y recibirés la justa retribucién. Consagra a esta tarea tu pensamiento, tu inteligencia y tus reflexiones, sin que ocupe t mente ninguna otra preocu- Pacion: ello debe ser para ti el asunto capital, la Unica ‘manera de asegurar tus verdaderos intereses,* y de todos los medios que Dios te ha suministrado, es el mejor para uiarte”. Refiexin més asociada, més emparentada al ccatecismo del funcionario moderno, diffcilmente puede ser encontrada; la frase, sin exageracion, podrfa ser un pa saje de Ia obra de Hegel 0 Weber. Hace recomendaciones con respecto a los subordinados muy similares a las de Amid, Invita a su hijo a evitar sos- echas, emprender averiguaciones anteriores a la emisién 1 con sus empleados, evadirse de la lealtad y la obediencia, Y, aun- que el régimen de confianza establecido con sus colabora- "2 sta misiva, como la anterior, también se encuentra 29 obra de Jldin, pp, 643582. * Subraysdo nuestro. dores sea la base, ello no impedira la evaluacién frla y serena sobre sus renvdimientos. “El buen concepto qui ‘tundrés de tus amistadee y la indulgencia que mostrarés hacia tus subordinados no deben sin embargo impedirte exa- minat bien los asuntos de la administracién, ocuparte de la conducta de tus oficiales y atender al pueblo en sus pro- blemas y menesteres”. De espacial interés para este ensayo es el manejo interno de [a administracién y que es una preocupacién constante dde Thait, por lo que nos permitiremos reproducir un signi- ficativo parrafo sobre el tema. “Asigna a los oficiales de tu corte y a tus secretarios una hora fija, de cada dla, para que ‘® resenten ante ti con sus expedientes, los resultados de sus deliberaciones y tos informes que hayan recabado sobre los menesteres del pais que ti gobiernas, y los asuntos de ‘us sibbditos. Presta un ofdo atento a fo que ellos te expon- gan, estudia detenidamente foe documentos que te presen ten, aplicéndoles todo tu espfritu y toda tu inteligen ‘examinalos repetidamente. Aquilata las disposiciones que Pienses tomar; procede, en seguida, apoyado en el Seftor, a poner en ejecucién lo que coincide con los principios de la justicia y la prudencia, Si algunas medidas que te propo- nen no responden a esos principios, obra con toda cirouns- peccién y demanda nuevos informes fehacientes”. ‘La carta concluye con una excitativa al nuevo goberna- dor para comprender los principios seflalados y tomarlos ‘como reglas de conducta. Jaldan menciona que cuando la carta fue publicada y leg a manos del califa Al Mamiin, provocé s1 admiracién el comentario en el sentido de que no habfa omisi6n alguna; en su opinién, no falt6 ni a “direccién de los ne- gocios”’ ni el “arte administrativo”. Acto seguido ordené su distribucién y envio a os gobernadores de las provincia. El propio Ibn Jaldkin pudo decir: “este es el mejor trabajo que he conocido sobre esta materi La arcana del gran visir ‘A modo de paréntesis, debemos decir que la obra que en: seguida analizaremos es una de las pocas que poseemos tegramente y que, por tal motivo, podremos realizar una exposicién més documentada, precisa y, obviamente, de imera mano. La obra en cuestién es una arcana elaborada alrededor del affo de 1725 por el defterdar (gran tesorero) ‘otomano Sari Mehemed Pasha y su titulo es E/ libro de las visires y los gobernadores, (En turco Nasa‘th ul wuzera ve mera, literalmente: "Consejos para los visires y los gober- nadores”)."? El libro tiene nueve capitulos(més dos anexos ‘aregados por Livignston, quien preparé la primera edicién fen inglés). El primero, por cierto el més extenso, esté dedi- ado al tratamiento del cargo del gran visir; el segundo a los cargos oficiales y a Jo nocivo de los sobornos: el tercero al gran tesorero y al divin (consojo imperial); el cuarto a los Jenizaros infanterfa); el quinto a los campesinos y 9 la ‘opresién sobre los pobres; el sexto a la defensa de le fron- 1 séptimo a problemas morales; el octavo @ la amistad; ‘1 noveno al ziamet y al timar (formas de asignecion de 3 La obre puede ser conautade on la Revieta de Administracion Pobtien nim. 49, tierra del Estado 2 servidores piblicos); finalmente, los ‘anexas comprenden pasajes ¥ fragmentos incluidos en tres de los cuatro manuscritos descubiertos, salvo el primero, que es el més importante. Debido a la riqueza de informaci6n que comprende el documento, y tomando como base que la obra completa puede ser corsultada en la Revista de Administracion Pé- blica, tomaremos como caso ilustrativo de la arcana admi- istrative precisamente al funcionario publico de méxima jetarquia en el Imperio Otomano: ef gran visi. Mehemed Pasha, en més de una ocasién gran tesorero, fue un serio aspirante al gran visirato durante varios afios de su vida, ambieién que nunca se consumé. Ello no impidi6, sin em- bbargo, que conociera los deberes del oficio tanto como el de defterdar, su propio puesto. El autor inicia con una recomendacién al padishah (sultén), en ol sentido de nombrar un adecuedo gran visi. “Es més maniflesto que el sol y més claro que el ayer, que la més necesaria de las necesidades para el pals y el gobierno 9 entre lo mas esencial de lo indispensable en la préctica del sultanato, es que el soberano nombre un ministro en jefe Feligioso y recto". El cargo de gran visr es de importan tal, que toda reglamentacién y ordenamientos relativos al pais, sumando a ellos las condiciones éptimas de sus habi ‘antes, son de su responsabilidad. El sultén deberd confiar fen él, asigndndole en su totalided las responsebilidades ccabales del visirato y deberd responder positivamente 2 ‘sus peticiones. Pero no solo las personas ajenas a la admi- nistracion piblica deberdn desconocer los secretos habidos fentre el padishah y el gran visir, sino los otros visires, clusive. "En el servicio de los gobernantes es cosa muy importante no revelar seeretos" Como contraparte, el gran visir no debe ejercer su fun. cién pensando en beneficios econémicos para su persons. No s6lo debe apartar de su mente la idea del enriqueci- Imiento, sino preparar incluso recomendaciones para evitar Jo mismo en sus subordinados. Iqualmente, apreciando la confianza real, para el gran visir es necesario presenter ¥ explicar sin vacilacién al Estribo imperial (el sultén), los asuntos esenciales para la religién y ol Estado sin temer mucho el ser removido del cargo. Porque ex mejor preferir la destitucién con la aprobacién popular, que hacer un servicio impropio y ser reemplazado"”. Finalmente, por cuanto a la importante tarea de tomar decisiones, el autor sugiere al gran visir poner el maximo de inteligencia, responsabilidad y atencién. “Que no se apresure ni haga con precipitacién ninguna tarea, ye que la falta de paciencia y la prisa causan errores del pats y la nacion, y desorden en las condiciones de la fe y el gobierno, Hablando en términos generales, es conveniente que se Practiquen los habitos de paciencia y firmeza en los nego- ios, la deliberacién y la resolucién de quien toma decisio- es judiciales”. Tahir y Mehemed Pasha nos han dado una descripcién ‘magistral de los atributos propios de los oficios de goberna- dor y gran visir, esto es, la arcana de los altos funcionarios tal y como apreciaban tanto los érabes como los otomanos ‘musulmanes el perfil supremo de sus més elevados adminis tradores piblicos. Le Arcane los Reyes Hay tres grandes espejos, precisamente las arcanas princi- ppescas de méxima relevancia. Se trata de E/ libro de Qabus, cde Kai Kaus; el Libro de/ gobierno de Nizam al Mulk: y E/ libro para el consejo de los reyes, de Al Ghazali. Los tres son contempordneos, ya que fueron elaborados entre 1082 ¥ 1111, y tienen como propésito formar en el arte del go- bierno ‘a los sultanes turcos que se han aduefiado del ca- lifato. El espejo de un principe para un rey Espejo tipico de los reyes, el Qabus Nama (literalmente “El ¥ En lox momentos de i elaboracion de este aticulo, la obra do Mehemed Pashe, lncorporade on la Revists de Administacion Pblica nim. 49 se encuentra en Impranta, por lo que tuvimos que ‘bviar necoariamanta el nUmero de Ie plginas de donde entreace: ‘mot los entrecomilados. 10 libro de Qabus"), de Kai Kaus, escrito como dijimos en 1082, es producto del interés del autor, entonces pr persa de Tabaristan (region al sur del Mar Caspio) y vasallo de los turcos seliucs, por trasmitir a su hijo sus propias experiencias en el arte de gobernar. Infortunadamente no ‘contamos con un documento fntegro y en fuente, sino la referencia de Rosenthal y Sherwani, asf como un valios(si- ‘mo fragmento reproducido por Eisentadt en una de sus obras! Empero, para los propésitos que animan este articulo, son suficientes. Los consejos de Kai Kaus nacen no sblo de su experien: cia administrativa, sino también del conocimiento de la naturaleza humana. La clave de la estabilidad de un prin cipado radica en la solidez de la autoridad: “el rey debe saber que el bienestar de su reino yace en la oficacia de su autoridad. Sino hay autoridad efectiva, la ruine invade al 8 Rosenthal, op. cit, pp. 92-04. Sherwani, op. cit. pp. 128-4192 Eleeratadt,Poltcal sociology, pp. 276277. Estado y la autoridad efectiva no puede mantenerse sino ‘mediante estricto cnntral”.® Sugiere no conferir al ejérito autoridad directa sobre el pueblo y constituir una guardia de corps multiracial, para que cada etnia controle a cada etnia y el monarca no se encuentre confinado a la arbitra: riedad de una de ella. ‘Analisis especial merece su concepto del visirato. “Es tu ddeber no ignorar las situaciones de tu reino, las circunstan- clas de tus stibditos 0 de tus soldados. Debes vigilar muy especialmente los actos de tu visir. No debes poder beber lun sorbo de agua sin que tu lo sepas, porque a él le has con- fiado tu vida y tus posesiones”. Al visir, por su parte, aconseja: “empuja a tu seffor (el rey) para que se halle bien dispuesto frente al cuerpo de guardia y a su pueblo; la per-

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