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SON siempre suaves los fines de siglo, parece que una grata lasi-
tud invadiera los espritus para dulcificar la transicin promisora.
El siglo XX fu esperado en Chile en un marco de frvola elegan-
cia. Nadie en los primeros das del 1900 hubiera podido diagnos-
ticar los sntomas que iban a producir los cambios fundamentales
que esa fecha significa en la cronologa histrica contempornea.
Todava los racionalistas medan con el rasero de la biologa la
marcha del espritu. Todo pareca clasificado en marcos rgidos
y las ideas renovadoras o perturbadoras del irracionalismo, la com-
plejidad filosfica, la angustia fundamental del siglo estaban au-
sentes del cuadro. La alegra dominaba por doquier. Los poetas
construan paisajes mticos para su evasin y las musas tocaban
dulces flautas sonoras en los prados ideales. La humanidad pareca
comprenderse en los lmites de un justo medio, en que cada cual
sacrificaba lo ms suyo en aras de una aparente armona. Fu suave
por eso el comenzar del siglo. Los chilen08 acuaron meda Has con
trboles ,:c cuatro hjas y en la vspera del 1900 rcrorrieron las
calles al son de las .Estudi~ntinas entonanoo himnos elocuentes
a la ciencia, a la verdad y al progreso.
La msica fu el teln de fondo de variadas perspectivas des-
plegado para entretener los ocios del trabajo o dar realce a la vida
social. En la cspide, la pera era el gran espectculo. La msica
sentimental de las romanzas se derramaba por los elegantes palcos
del Teatro Municipal, irisando las felpas rojas y las formas fran-
cesas de la moda. Los espectadores vean la msica con los ojos
o los prismticos multicolores, arias tradicionales, que les repa-
saba el maestro de msica a las nias de sociedad y repetan como
eco popular los organillos, en las esquinas ciudadanas. Era la msica
seria. Para el humor alegre exista un repertorio fcil y asequible.
El gnero chico, que el inimitable Pepe Vila haba llevado a su apo-
geo, brindaba en slls <tandas una rapsodia de aires populares
espaoles, en la tenue argamaza de simples partituras que a veces
alcanzaba la legtima inspiracin de un Chap o de un Bretn.
Era esa la msica popular, aquella que se silba con descuido en las