REPENSAR LA
JUSTICIA SOCIAL
Contra e! mito de la igualdad de oportunidades
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Agradaco « Mave Duru-Bellaty Antoine Veriton, por
porte utilizar algunos dele grifcar que inegran wn
trabyj de ambos, actualmente en ews, 9 tambien porque
us ands han eniqueido mis propiasnflviones.Indice
Introduccion
1.
Laigualdad de posiciones
2B Estado socal ylaredistibucién
Et movimiento obrero y la cuesti6n social
Asequrar ls posiciones y los servicios
publicos
Un contrato de solidaridad ampliada
a igualdad de acceso a escuela
republicana
La promocién de las mujeres
El "erizo francés"
Critic de In igualdad de posiciones
Los limites de la redistribucién,
La uma de ls pequetias desigualdades
[La proteccin de ls posciones contra
1a cohesion
Las decepciones escolares
‘Techos de cristal y mbitos separados
Segregacion e identidades
La igualdad de oportunidades
Una ficién estaistca
Diseriminaciones y minoriss
La sociedad activa ya responsabilidad
personal
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4
26
28
29
33
37
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54
3
6to napmsan ta JOSTICA SOCIAL
Del eltsmo republicano ala igualdad de
‘oportwnidades|
Los sexos, el enero ylos cupos
Politica piblicas y minorias visbles
4, Critica de Ia fgualdad de oportunidades
Las desigualdades se profundizan
Desventajaseidentidades de vietimas
La responsabilidad como orden moral
Meritocracia y competencia escolar
[Abolir ins desigualdades
Ta obligacin identitaria
5, Providad ala igualdad de posiciones
Las desigualdades hacen mal
Las posiciones determinan las
‘oportunidades
De la igualdad de ls posiciones ala
‘antonomia de los individuos
Desigualdades y diferencias
(Querer a igualdad
Conclusion
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68
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9°
95
103
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Introduccion
Existen en la sctualidad dos grandes cone:
de la justcia social: Ia igualdad de posiciones o lugares y la
igualdad de oportunidades, Su ambieién es idéntica: Ins dos
bbuscan reducir la tensén fundamental que existe en las socie-
dlades democriticas entre la afirmacin de la igualdad de to-
dos los individuos yas inequidades sociales nacdas dela tra
diciones y de la competencia de los intereses en pugna En
ambos casos se trata de reducir algunas inequidades, para vol
verlas sino justas, al menos aceptables. Ysin embargo, esas
dos concepciones dfieren profundamente y se enfrentan,
mie alla de que ese antagonismo sea a menudo disimulado,
por la generosidad de los principios que ls inspiran y por la
limprecisin del vocabulario en que se expresan.
Ta primera de estas concepciones se centra en lot lugares
aque organizan la estructura social, es decir, en el conjunto de
posiciones ocupadas por lot individuos, sean mujeres u hom-
bres, mas o menos educados,blancos o negros,jvenes oan
anos, ete. Esta representacin de Ia jusicia social busea re
duce as desigualdades de los ingresos, de las condiciones de
vida, del acceso alos servicios, de la seguridad, que se ver aso |
ciadas a las diferentes posiciones sociales que ocupan los
individuos, altamente dispares en términos de sus califcacio-
nes, de st edad, de su talento, ete. La igualdad de las posicio-
res busca entonces hacer que la distints posiciones estén,
fen Ia estructura social, més préximas la unas de la otras,
costa de que entonces ia movilidad social de los individuos no
seaya una priridad, Para decirlo en poca palabra, se ata me-1 wapwsan a jusrict Soci,
nos de prometer a los hijos de los obreros que tendrén las
imismas oportunidades de ser ejecutivos que los propios hijos
de Tos ejecutivos, que de reducir la brecha de ls condiciones
de vida y de trabajo entre obrerosyejecutivos, Se trata menos
de permitir a las mujeres gozar de una paridad en los em
pleos actualmente dominados por los hombres que de lograr
‘que los empleos ocupados por las mujeres y por los hombres
sean lo mas iguales posible,
La segunda concepcién de la justicia, mayoritaria hoy en
dia, se centra en la igualdad de oportunidades: consiste en
ofrecer todos la posbilidad de ocupar las mejores posciones
‘en funcin de un principio meritoertio. Quiere menos redu-
\Gir fa inequidad entre las diferentes posiiones sociales que I
‘char conta las dscriminaciones que perturbarian una compe
tenciaal término de la cual los indviduos,iguales en el puto
{de partida, ocuparian posiciones jerarquizadas. En este caso,
| tas inequidades son justas, ya que todas las posiciones extn
biertas a todos, Con la gualdad de oportunidades, la defin-
“ign de las inequidades sociales cambia sensiblemente en rele
ién con un modelo de posicones: aquellas son menos
Aesigualdades de posicién que obsticulos que se oponen al
desarrollo de una competencia equitava. En este cio, el
ideal es ef de una sociedad en la cual cada generacién deberia,
ser reistibuida equitatvamente en todas las posiciones scia-
les en funcién de los proyectos y de los méritos de cada uno.
En este modelo, la justicia ordena que los hijos de los obreros
tengan el mismo derecho a convertise en ejecutivos que los
propioshijos de los ejecutivos, sin poner en euestién la brecha
{ue existe entre las posiciones de los obreros y de lo ejecut-
0s.Del mismo modo, el modelo de la oportunidades implies
Ja pariad de a presencia de las mujeres en todo los peldafios
de la sociedad, sin que por ello se vea transformada la escala
de las actividades profesionalesy de los ingresos. Hata figura de
Ja justcia social obliga también a tener en eventa eso que se
lama la “dversidad” nica y eultaral, com el fin de que seen
‘entre representada en todos los niveles de la sociedad,
rermonvcessis 13
Estas dos concepciones de la justica social son excelentes:
tenemos toda las razones para querer vivir en una sociedad
aque sea a la ver relativamenteigualitara yrelaivamente me-
ritoeritiea, Escandalizan la brecha entre los ingresos de los
‘mas pobresy los de quienes ganan por afio muchas decenas
de SMIC [Salario Minimo Interprofesional de Crecimiento},
asi como la diseriminaciones que estancan a at minorias,
Jas mujeres ya diversos grupos segregados que no pueden =
perar cambiar de posicién social porque ya estin de algin
‘modo asignados a un lugar. A primera vista, no hay mucho
aque elegir entre el modelo de las posiciones y el de las opor-
‘unidades, porque, como sabemos bien, sguiendo a Rawls 3
todos los que lo han precedido, una sociedad democratica
verdaderamente justa debe combina la igualdad fundamen
{al de todos us miembros y ns “ustas inequidades” nacidas
de una competencia meritocritica y equitaiva, Esta alquimin
subyace en el corazén de una filosofia democritica y Hberal
aque le ofrece a cada uno el derecho de vivir u vida como pre
flera en el marco de una leyy de un contrato comunes.
‘Sin embargo, el hecho de que pretendamos a la vez
Jgualdad de posiciones yl igualdad de oportunidades no nos
Aispensa de elegir un orden de prioridades. En materia de
politicas sociales y de programas, dar preferenciaa una u otra
ro es indistinto, Por ejemplo, noes lo mismo apostar al ai
mento de los bajos salaros y a las mejoras de las condiciones
de vida en Tos barrios populares que procurar que los nifios
de esos barrios tengan las mismas oportunidades que los
otros de acceder a I lite en funcién de su mérit, Tomemos
tan ejemplo ain mis claro: no es lo mismo obtener, para las
rinorias etnorraciales, una representacién igualitaria en el
Parlamento yen lor medios, que transformarlos empleos que
‘ocupan en la construecién y la administracién pibliea para
volverlos mis remuneratves y menos penoios. Puede o bien
abolir una posicin social injusta,o bien permit a los indivi
duos que escapen de ella pero sin someterla ajuicio yaun st
en el largo plazo quiero conseguir las dos cosas, antes tengo14 REmmsAR LA JUSTICIASOCLAL
que clegir qué es lo que haré primero. En uta sociedad rica
eto obligada a jar prioridades, el argumento segin el cual
todo deberfa hacerse de acuerdo con los ideales no resiste a
Jos imperativs de la accign politica. Simo queremos conten
tamnos con palabras, estamos obligados a elegir la via que pa-
rece més justay mis eficar.
Ta eleccin se impone con mis fuerza porque estos dos
modelos de justicia social no son meros diagramas tebricos,
En los hechas, son enarbolados por movimientos sociales di-
ferentes, que a su vez prvilegian a grupos ya interesesdife-
rentes entre s. No movilizan alos mismos actores ni ponen
fen juego los mismos intereses. No obro de Ia misma manera
Incho para mejorar mi posieign que silo hago para incre
‘nentar mis oportunidades de salir de ella. Enel primer caso,
|elacior ex defini por su wabso, su funcion, sould,
[incluso por su explotacén, En el segundo cso, ext define
| porsaidentidad, por ss naturalezay por la dscriminaciones
leventuales que sifra en tanto mujer, desempleado, hijo de in-
inigrantes, ete, Desde luego, esas dos maneras de definirse y
‘de movilizarse en el espacio pablico son legitimas; sin em-
bargo, no pueden ser confundidas yal ambign, wornamosa
‘legit la actitud que debe ser priortaria. Una sociedad no se
petcibe y no actia de Ia misma manera segin se incline por
Ia igualdad de posiciones o por laigualdad de oportunidades.
En particular, los actores a cargo de la reforma social los parr
tidos de iequierda, en especial~se ven enftentados a uns clec-
tado, e puede imaginar que laconfianza en los otros es relae
tivamente débil, hasta privaizada, porque se tiene menos ne-
cesidad de ellos. Es el sentido de la eritca desarrollada por
‘Alban y Cane (2007), para quienes Francia es uns “sociedad
de la desconfianza", Cautelosa, como hecha un ovillo sobre st
Imisma, la sociedad francesa estaria compuesta por una mull
titud de grupos y de corporaciones que esperan su salvacion
dle] Estado antes que de su propia movilizacin, de 34 dins-
mismo y de su capacidad de vincularse con otros. En este
80, cada uno dependeria de la accién piblicay verfaen los
trosun rival antes que un par, La confianza general seria dé-
bil: el conservadurimo triunfaria sobre lx innovaci6n; el capi
tal social colectivo, la fuerza de los vinculos, seria menos til
{que la proteccién del Estado, Por ejemplo, mientras que el
transporte escolar de las zonas rorales podria estar organ
zado pot los padres mismos con un sostén pibico y un sis
tema de seguro adecuado, esta cargo de la colectvidad, lo
{que hace que los vecinos no tengan verdadera necesidad los
tunos de los otros y los nifios pasen a veces mucho tiempo
arriba de los Smnibus, Este analisis no carece de fundamento
fen un momento en que ls investigaciones internacionales so-
bre laconfianza y el capital social muestran que Francia se ve
singularmente desprovista de ambos, porque en cl pats hay
‘menos necesidad de los otros que del Estado.
“Esta critica confluye con ota, mis antigua, referida a los
efectos perversos de los mecanismos de asistencia, Antes que
verse invitadas a hacerve cargo de si mismas, ls personas aj
Gada por el Estado defenderian la proteccion de su lugar,
laungue este fuera mediocre, yno tendrian interés en actuar
ppara salir desu situncién, Se erearian trampas de inactividad
fn las cuales seria irracional elegir el empleo y el movi
tmiento, dado que la diferencia entee los ingresos producidos
por el trabajo jloe generados por la solidaridad serfa dema-
Sado débil¢ incluso negativa (para un anliss eitco de exta
hipstesis,véase Dubet y Vérétout, 2001), La asistencia seria
cenftiod BELA 1OUALDAD DE FOSIIONES 43
‘uno de los vectores de reproduccién de la pobreza al estruc-
turar los mods de vida de los mis desprovisos, que tienen
asi un lugar subordinado, pero al menos un Tugar. Susan Ma-
yer (1907) observa que las ayudas sociales inancieras acorda-
‘dae las familias pobres no aerecientan el tiempo que los par
‘dres dedican asus hijs, ni afecan sus resultados escolares, ni
sus condictas “dewviadas’. También en este caso, el hecho de
(que esta critica no sea simpatica no basta para invaidarla: una
parte no despreciable de Ia poblacién vive de las ayudas scia-
Tes mis que de los ingresos de sus trabajos, y ex grupos son
“clientes” y “deudores" antes que actores de la sociedad.
‘Uno puede incluso levar el razonamiento més lejos mos
trando que la soldaridad se wuelve contra sf misma. Los gru-
pos mis integrados ya no quieren “pagar” por aquellos que
hho parecen contribuira la riqueza colectva: la pobreza de los
lunos ya no contribuye més lariqueza de los otros, porque
los pobres son desempleaos y excluidos antes que explota-
dos. Por lo demés, el sentimiento de estar vinculado a los
bttos por tn eontrata amenaza diirse cuando los mecanis-
mos de transferencta sociales se wielven totalmente opacos,
‘cuando no te sabe mis quién paga y quién reeibe, cuando,
bajo el pretexto de que los bienes colectivos son gratuitos,
acaba por creer que no cvestan nada, El mecanismo de la so")
lidaridad puede entonces esuallar en un egofsmo general)
zado, atociado al sentimiento de que la sociedad debe todo a)
‘cada tno de sus miembros (Rosanvallon, 1998; Schnapper,
2002)
En la medida en que la escuela republicana pareciacapaz de
darn lugar a cada uno y de rforzarlaintegracion social, en
lamedida en que parecia capaz de reducirladesigualdad de
las posiciones, Francia, come muchos otros pases, se compro-444 nevensan ua justia Soca
i desde mediados de! siglo XX eh una politica de masif
cacion escolar. Todos lo ingredientes del progreso se encom
‘aban reunidos en ese proyecto: dado que los absticulos
feridos al costo de los estudios ya la dualizacién del sistema
escolar habian sido superados, cada alumno podria ir por
muchos aor a In escuela y, mis tarde, encontrar un lugar en
Ia sociedad; las desigualdades se verfan reducidasy la mayor
‘alfcacin de todos acrecentariasensiblemente el capital hu
mano. Si decimos que este programa decepcioné, decimos
muy poco. Sin duda, la masifcacién escolar ha abierto am-
pliamente las puerta de las escuelas secundariasy de las uni-
versidades; desde este punto de vista, la masificacin es un
Exito de Ia igualdad en términos de democratizacién abso-
Ita, ya que ls hijos de ls clases populares accedan a ienes
cesolares de Jos que habian sido desprovistos por largo
ticmpo (Merle, 2009). Pevo la legada de los inmnigrantes ha
transformaclo Ia estructura jerarquica y la naturaleza de esos
bienes,y ha engendrado wna larga serie de decepciones, de
aqucjasy de eritcas.
En contra de una creencia que hoy parece bien ingenua,
ro basta con disminuir los obstéculos econémicos de la ex:
colaridad para atenuar los efectos de Ins desigualdades s0-
ciales sobre los rendimientos y las earreras escolares de los
alumnos. La cultura, las ambiciones, las competencias de ls
familias crean tantas desigualdades ante la escuela como los
ingresos. El cambio més fundamental se debe al hecho de
aque las desigualdades que parecian decisvas en las orienta:
ciones precoces se manifiestan y se desarrollan hoy a lo
largo de los estadios. Mientras que los ttulosy diplomas, an-
tes relatitamente raros,tenfan valores y utlidades sociales
is bien homogéneos, ahora no eesan de jerarquizarse con
la multiplicacin de las orientaciones y de las opciones: lo
cexfica De LA 1OUKLDAD DEFOSLCIONES 45,
aque vale en un bachillerato es el tipo de bachillest, I
dad del candidato, las menciones, ete. Al muliplicar el
rnimero de bachilleres, a reenewentran brutalmente las
desigualdades sociales que se creia haber borrado. Esta
muacién es decsiva porque la escuela se transform, se
‘elven aparato encargado de sleccionar a los aumnos
{de manera fina y continu la seleccibn “rio arriba” dela c=
cela fte sustituida por otra "en el curso del rio", a tl
punto que la escuela parece menor usta, cuando abjeti=- |
tment distribuye més bienes escolares que antes. Multipl-
cando y jerarquizando las posiciones hasta et ininito, la
‘acela fa “avalado las desigualdades sociales y, muy a me-|
inudo, es peribida como la responsable. 4
‘La inasfcacin escolar reposiba sobre el postulado de un
armonia natal entre los diplomas y as posciones profesio-
nalesa las que daban derecho. Esta conianzaresltaba tanto
‘mejor extablecida dado que, durante un largo perfodo, ae
Caserrelativa de fo diplomas gorantzaba a valor en elmer
‘ado de trabajo. ¥, como la primera ola de maificaion en la
‘écada de 1960 ha sido asociada aon may fuerte crecimiento
tcondmico, se ha podido mliplicar los diplomas in debil-
tar demasiado su utldad social Pero, despiés de varios as,
ta regla de equivalencia se ha qucbrado. Al mismo tiempo |
{que los diplomas om cada vez mis indipensables, aunque |
Inés no sea porque su asencia ex una seal negaivaenviada
2 los empleadores, se necestan cada vex mis para hacer df
encia en el mercado bor lo que era un mecanismo de
“ilacin escolar” (DuruBelnt, 2006)..En muchos cass, |
‘inculo entre eaificaciones escolares y empleos se ha diste-|
{ido tanto que la producei6n de posiciones escolar y2no |
‘st nds armonizada con lade pesciones sociales, lo que aca
rea un tentimientoamargo de desclasado, J
Sin embargo, el modelo escolar francés sigue profund-
mente vinculado al modelo de las posiciones, seri el eal os
diplomas serian el medio mie efcaz ym justo de acceder al
trpleo. Yertacreencia taicionacs destruye la confanzaen fa46 nevaxsan ta jurricia socat
sociedad y en las institaciones (Galland, 2009; Van de Velde,
2008). Las comparaciones entre jovenes franceses y évenes
ceuropeos remitan, en lo que a esio respect, particularmente
fexclarecedoras, Mientras que Francia tiene la tendencia de
‘conservar largo tiempo los jovenes en los sistemas de ense-
fianza y de formacion para dferr la prueba que representa el
ingreso en el mereado del empleo, ls ovenes franceves extn
‘entre los mis pesimistas de Europa. Como piensan que s6lo
| un trayecto seadémico perfecto puede protegerlos dl desem-
| pleo y de In precariedad, no tienen confianza ni en la escuela,
Lai en las instinuciones ni en ellos mismos.Por lo dems, Fran-
‘ia es tn pais donde todos los intentos de reforma del sistema
‘escolar, sean buenos o menos buenos, arojan a decenas de
miles de estudiantes a marchar por ls calles. Estin persuadi-
‘dos de que todo cambio del sistema debiliaré atin més el
vinculo entre ls posiciones escolares y las posiciones sociales,
{esta conviceion exacerba st inquiewid. El argumento segiin
1 exal diplomas y alos protegen contra el desempleo s6lo
tiene valider en términos muy generals: es mucho menos so
Tide cuando se observan las tendencias en el largo plazo y
‘cuando se miran de cerca diplomas yclificaciones. En altima
Instancia, no autorza el silogismo segin el cual, dado que los
aque tienen mis diplomas tienen un empleo, si todos tuvieran
diplomas bien califcados, entonces todos tendrfan un empleo
{que correspondiera a esa calificaci.
‘recH0s DE CRISTAL ¥ AMBITOS SEPARADOS.
La mayor parte de los lagares reservados hasta entonces para
Jos hombres se abrieron alas mujeres a partir de fines del s-
ilo XIX, y se presenté como pioneras y heroinas ls ‘prime
yrs mujeres” que fueron ministras, egresadas de la Poitée-
niga, pilots, cirwjanas, ete. Se pensaba que abrian el camino
para todas las mujeres que, as se crea, e precipitarian por
cntrica DE La rouatDAD DE FOSICIONES 47
«i brecha. Aun silos progresos no son en modo alguno des-
preciables, en especial porque el nimero de mujeres asalaria-
fas ha aumentado sensiblemente después dela Liberacién,
Ios hugares de ls mujeres no son iguales als de los hombres.
Poco a poco, progresivamente, dos mecanismos de desigual-
dad se fueron revelando.
El primero exel de los techos de cristal Cuando las mje
res entran en 4mbitos que hasta entoncesestaban reservados
alos hombres, acceden con mucha menos facilidad a los ear
f08 de responsabilidad mas prestgiosos y mejor pages. Las
ternidades y ls cargas familiares funcionan como obsticu
los que acartean retrasos en las tareas, compromisos menos
totales en el trabajo, y, cuando una pareja debe sacrificar su
carrera, es generalmente la mujer la que “se inmola. Slo la
lite de la elite puede escapar a esos mecanismos gracias a
{que tiene personal de servicio. Yi siquiera en esos casos las
Inujeres superan totalmente st desventaja. Como esta es anti-
‘pada por ls pares y por los empleadores, funciona a me:
‘nuda como una discriminacion inical se le tiene més con-
fianzaa un hombre que a una mujer que “corre el riesgo" de
(quedar embarazada =, cuando ella ya no corre mis ese
riesgo, es demasiado tarde-. Todo esto estan evidente que las
‘mujeres mismas anticipan esta dscriminacin y tienen menos
ambiciones que los hombres, aun cuando su rendimiento
académico sea generalmente mejor que el de los varones. Di-
cho de otro modo, no bast con haber abjerto el acceso a los
lugares para crear la igualdad: ni los modelos culturalesfavo-
rables a los hombres, ni la economia de la vida familiar han
sido profundamente afectados por esta aparente democrati-
Zzaci6n, Alfin de cuentas, un si las mujeres tabajan més que
antes, aun si son ms auténomas, estin peor pagas,caen con
‘mayor facilidad en el desempleo yen la preearzacin que sus
hermanos y compaiieros.
4 Vente Sl "Le pond de vere dant tune er,48 nepmisan Ljusmict socta
ELsegundo mecanismo ests empareitado cone desrolo
separa, que coun farina de spr ocala egg de
Ins mujeres on hgares que lesan ablerto en elmereado de
trabajo no ha debi fa definicin scxval de los empleos
Sieleabao no ene ex, ene un gener nnchosemplees
son de “natursieza"masalna 0 femeninn. Lo efermerer
ton enfrmeray oe cree son cj lsat oct
tom astenta socal ments que los obreros deacons
tricone ingenieros fos diputados von, muy menud®,
‘stones, Coando las meres comienzan x desolrem ua
profein, tod se da coins lo hombres uo quistan so
ber nada de el: feminizada,pacce haber perdido lor
hoy el cao de as prfesones en la ensfaneay mata
serkel de ns profesionescafcadas en limbo lsd
J Appesrde os progress dea iguaad el mundo de lap.
| ein yel nde dl poder siguen endo mundo dels
hombres ments que el mundo doe servcony dea la
[clones soils el mn del sigue scndo cle as maj.
res (eae, por ejemplo, Ciliga, 3008, ront, 2000) El
peo de los exesctpe,inteorizndofamto por as mujeres
Como por los hamburg in da um gran papel en eta
“ai, pero antics pede pensar qu hs eleciones
* menlnasproceden de anicipaiones lava ak manera de
| monizar ida friar ya vids profesional, exo es mis
fen ln enseinza que en sobre piblican
~ Suda como un injusno asp como cl orden na
tural de as comm ls dsguldades ue se hace padece et
‘jresancan ala lis dimensiones conservedoras del mo.
deo de Is posclone. Los paeles que les con reservados «
Ins meres en fn vita prtada se dponen a una Yerdadere
igualdad de los hgaresen el espace plc. Estas desigual
des juice om desansiento han modelo desta
socal centendo cm Inch contr le dsrimnaciones ot
Circe aa movida,
‘cuimica DE La 1oUnEDAD pe rostcIOses 40
SEGRECACION E IDENTIDADES
‘La igualdad de los lagares se despliega segin mecanismos de
integracién que suponen que el inmigrante se diele como
tal paraacceder a a gualdad y ala solidaridad nacional. Este
‘modelo ha sido evestionado en los éltimos tiempos. La larga
serie de revuelias en los suburbios desde la década de 1980 y
el lugar que ocupan los jovenes“descendientes de inmigran-
tes en los debates politicos muestran que el “crsol francés”
yyane funciona -o ya no funciona suficientemente- El hecho
de que exos jvenes, tan franceses como cualesquiera otros,
sean siempre definides como “provenientes de In inmigra-
EL
tort de inmigracion conccido como wn recocido que
transforma progresamente fo extanero on nacional ha
Sho suai por laformacion de minors que no conte
fguen cnr en la sociedad y que conibuyen a produce el
Spodele de exclsion de cual elas misras son as tia
Nob vals rani se cern + Estados Unis, pari mi
sho conderan que eonstuyenn contrsnodso, y ademas
tio imposible dns en tn pa con adic repble
Cam Exe repodioa vera cosas detente nofclialaadop
Sion de poicasecaceren este sta
Tasequnda mutacin se dcbe la formacin de sociedades
nacionalsplrcutrale. Muchos graposenddonven
donde lejos desean vr waar en Franc dees sre
dladanos actos in por ello renuncar acta ys siden
tind. Eo Franca, come en el revo del indo, se forman
dlpors fucrtemente unas as pases deorgen Ea odie
ports se desrolan minors religions, en todas pate se
can negocios empress nes que priipanplenamente
cas comomiasncionalesy dea globalizain Ge low inter
Caobies arin, 2002). Frente a eaten, igen po
pulamosy rpublicansies, que defenden ls hegemonia de
atts naconses: pero poco ena a format dem
novia cultures (oelgion) ue demcin al ers
| inaciones sulfides reclman tun derecho al reconoce
| cnt, dace que ningén cudadano puede ser prado desu
| Gate e enn
|
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cnirica BELA IGUALDAD DE POSICIONES 1
La formacién de minorias tan impuestas como elegias de-
bilia sensiblemente el modelo de a igualdad de los lugares:
‘partir de ahora, los lugares tienen cuturasy colores. En este
caso, el combate por Ia justicia socal se deslza de la lucha
por la igualdad de los lugares a Ta lucha por a igualdad de
Acceso a todos los hugares. Lo que esti en juego centralmente
en estos combates es a activacién de medidas de discrimina-
cin positiva, mientras que las minorias sufren ante todo una
“diseriminacin negatia’, cuya concentracién en algunas 20-
nas urbanas el control por ‘portacin de rostro" son algunas
de las manifestaciones menos Fells de negar (Caste, 2007).
‘Aqui, ls critica dirgidas contra la igualdad de los lugares
conciernen menos ass principios y valores que a sus prt
cas y a sus consecuencias, Después de haber reducido las