"Compre mucha gase
y algodén cuando vuel- fj
vas a Lujén; lo vas o ne-
la mujer, sin com
prender totalmente las
pelabras de la Madre
Maria, hizo, sin embar-
go, lo que le habia acon-
sojado,
Su pierna estaba hin-
shade. Gangrena, ha-
bian dicho.
Durante eal viaje,
mientras volvia a su ca-
sa en Lujdn, la pierna
empezé a supurar. Al
cabo de unc semana, la |
infeccién habia desapa-
recido.
TODO ES HISTORIA NY 9por Andrea Maurizi
ENTRE LA DUDA Y LA Ft
Li
MADRE
NA
UNA MUJER EXCEPCIONAL
Los que coetleron & Ia Madre Marla casi no pueden
deseribirla, “Cuando ella hablaba, no podia dejar de
eseucharia; atrala, si”. B) apdstol del Templo de la Madre
Maria en Lujan, cuenta: "Habla Ido con ml madre y mi
hermano. Temperley era muy lejos, y ml madre apenas
podia sostener a ml hermano que era débll de plernas.
Cuando entramos, Ia Madre Maria estaba hablando. Ai
pid ¥ dirigiéndase a mi madre, dijo:
ras una carga pesnda”. Bu sola vor
era un Délsamnd, Desde ese momento, mi hermano deié
de pesar en los brazos de ml madre, y poco tiempo des-
pués, se cure”.
Era muy hermosa cuando joven, ¥ los aftos le dleron
lung dulzura. especial. Quizts, su caracteristicn mis des-
tacada fuera su amor por los demds y su absoluta cari-
dad. Han persistide muchas anéedotas que la recuerdan
memoria de sus adeptos.
"Oye Mi Tambor ": La Imagen Del Negro en Las Comparsas Lubolas Del Carnaval de Montevideo. Cuadernos Del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano 17: 41-68. Buenos Aires. 1997.