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Las instituciones que lanzaron hace una veintena de aos los primeros cursos
populares de hipnotismo, han creado, conscientemente o no, un equvoco en el
espritu del pblico, dejando suponer que los medios de xito implicados por esta
ciencia consistan en permitir en todo a cada uno usar los procedimientos
imperativos de presin moral, ejercidos en un estado de inconsciencia provocada.
Esta nocin, tan absurda como poco equitativa, ha sido difundida por cierto nmero
de compiladores o de plagiarios de los cursos en cuestin10; su resultado ms
lamentable fue la argumentacin que proporciona a los adversarios de la
vulgarizacin de las ciencias psquicas. No es as como concibo el problema del
xito con el hipnotismo. Cuando preconizo el desarrollo de los medios de accin
psicomagnti-cos en vista de su aplicacin a la vida ntima y a los negocios,
entiendo, en primer lugar, que dicho desarrollo conduzca al de esa especie de
encanto individual persuasivo y simptico, llamado magnetismo personal, que
facilita nuestras relaciones con los otros, previniendo a stos en nuestro favor, y en
segundo lugar aspiro a que el repetido desarrollo produzca los siguientes efectos:
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Porque existen, sobre el hipnotismo, numerosos cursos cuyos autores nunca han dormido ni un
solo sujeto.
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