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José Cadalso.
Retrato pintado por Castro Romero (1855). Museo Histórico municipal de Cádiz.
Autógrafo.
Cádiz es cuna de grandes hombres que marcaron el siglo XVIII. El 8 de octubre de 1742
nacía José Cadalso y Vázquez de Andrade, en la ciudad de Cádiz.
Por parte de su padre, D José Cadalso y Vizcarra, tenía sangre del señorío de Vizcaya
en sus venas. La madre de José, murió en el parto y su padre, ausente por negocios en
América, tardó más de doce años en conocer a su hijo. Se encargó de criarlo y de su
educación un tío suyo que era jesuita, el padre Mateo Vázquez de Andrade. Después de
estudiar sus primeras letras en el colegio gaditano de la Compañía de Jesús. El bueno
de D. Mateo se encargó de enviar a José, a la edad de nueve años, a estudiar a París al
prestigioso colegio Louis-le-Grand, una de las instituciones más avanzadas de su época
Su Padre desembarca en España al volver de Indias y parte a Paris a conocer a su hijo,
cosa que ocurre cuando José había ya cumplido los doce años de edad.
Tras conocerse, padre e hijo marchan juntos a Londres, donde José queda
impresionado de ésta ciudad,. Después viajaron por Italia, Holanda y Alemania, lo que
hizo que José dominara los idiomas francés, italiano y alemán, además del
latín...Cuando regresa con su padre a España, ingresa en el Real Seminario de Nobles de
Madrid, merced a las gestiones que realiza el padre con el propósito de remediar el
efecto “pernicioso”que la prolongada estancia en la Francia hubiera podido tener en las
sólidas costumbres españolas del joven. No era tan descabellada la idea del padre, pués
según el propio José nos cuenta, ingresó allí según cuenta, con «todo el desenfreno de
un francés y toda la aspereza de un inglés»,
El jóven en cuestión, de pocos años, aunque de sólida y en muchos aspectos
excepcional formación, viajero culto y en la línea de muchos jóvenes prerrománticos
europeos comienza a sentir impulsos que unidos a la conciencia de la situación europea
y española le llevan cada vez mas cerca de la vocación militar. Le expone a su padre su
vehemente deseo de ingresar en alguna de las Maestranzas , pero su progenitor no
consiente en ello ya que como hombre de negocios que es y con intereses y contactos
internacionales, tiene pensado para su hijo un futuro muy diferente.. Alentado pues, por
su padre para que desistiera de su vocación militar, a la edad de 18 años marcha de
nuevo a París para un “tour” de diversión y compaginó durante dos años, su estancia en
esta ciudad y en el Londres que tanto le agradaba.
En el año 1761 y tras recibir la noticia del fallecimiento de su padre en Dinamarca,
(Copenhague 1761).
Los días frívolos de José cesan de repente y regresa a España.
Ya aquí resuelve con poca fortuna y apresuradamente la cuestión de su herencia hasta el
punto de que por ello años mas tarde se encontró sin ningún patrimonio familiar.
Cadalso, desaparecido su padre y militar de devoción hasta ese momento, pasa a serlo
por fin de profesión al alistarse como voluntario en el Regimiento de Caballería de
línea de Borbón 4º de Caballería. en el año 1762. Esta unidad ya desaparecida, data
de 1659 en el que se le denominaba con el nombre de Trozo o Tercio del Rosellón
Desde el año 1718 en que se reorganiza, adopta el nombre de Regimiento de Borbón
Su último emplazamiento fue en 1860 en Ocaña, (Toledo).
Interviene en ese mismo año en la campaña de Portugal. De un frio valor, cadalso era
respetado por muchos conceptos. Se batió en duelo a espada con su antiguo
condiscípulo del Seminario de Nobles, el Marqués de Tabuérniga, En 1764 asciende a
capitán. Y dos años después, en 1766, conoce en Alcalá de Henares a Jovellanos.
Trasladado su regimiento a Madrid, Cadalso se enamora sucesivamente de la hija del
consejero de Castilla Codallos, con la que estuvo a punto de casarse, y después de la
frívola Marquesa de Escalona .
A causa de haberle vendido un caballo, tuvo ocasión de introducirse en el círculo de
amistades del entonces todopoderoso Conde de Aranda, al que le entregó para apoyar
su publicación el manuscrito de una novelita, de carácter utópico: “Observaciones de
un oficial holandés en el recién descubierto reino de Feliztá.”.
Ese año 66 y durante el motín contra el Ministro y masón Esquilache, salvando esa
jornada la vida del conde O'Reilly, según propias manifestaciones de cadalso “ aquel día
conocí el verdadero carácter del pueblo” Debemos no olvidar que Cadalso, español a
machamartillo y patriota a ultranza, era un hidalgo “ilustrado” no un demócrata,
ajustándose a aquello de “todo para el pueblo pero sin el pueblo”.
También en 1766 recibe el hábito de la Orden de Santiago.
Depuesto el ministro extranjerizante, conocerá al conde de Aranda, nuevo ministro de
Carlos III. y presidente del Consejo de Castilla, con el que simpatiza, aunque al año
siguiente y a raíz de la expulsión de los jesuitas, tan vinculados a Cadalso desde su
infancia gaditana, se enfría mucho esa amistad.
En 1768 circuló por Madrid un libelo en el que se hacia una descripción detallada de las
costumbres amorosas típicas de la sociedad dieciochesca, dicho libelo iba dirigido en
realidad directamente contra la nobleza cortesana ("Calendario manual y Guía de
forasteros en Chipre"), parodia bufa de la Guía común de forasteros que tanto circulaba
en la época. Y dado que José, buen discípulo de Quevedo y en pleno estilo de aquel
magnífico Villamediana, no había parado de realizar críticas mas o menos irónicas al
gobierno de su “conocido” ….cargó con la atribución de autoría del libelo.
El público, según confiesa el mismo Cadalso, «me hizo el honor de atribuírmelo,
diciendo que era muy chistoso».
Se le destierra por ello a Zaragoza en el año 1768.
La condena impuesta al “enfant terrible” de moda en Madrid, era de seis meses, pero
cumplida esta, permanece por propia voluntad en Zaragoza hasta 1770.
Es en ésta ciudad donde comienza a dedicarse en profundidad a la poesía; creando
también allí lazos de estrecha amistad con Nicolás Fernández de Moratín, padre del gran
dramaturgo Leandro.
POESÍAS. CON UNA CARTA DE CADALSO A NICOLÁS FERNÁNDEZ DE MORATÍN, ESCRITA EN SALAMANCA.
AUTÓGRAFO DE JOSÉ CADALSO. MANUSCRITO 12.963 DE LA BIBLIOTECA NACIONAL
No debemos ignorar el hecho de José que a Cadalso se le considera como el padre del
romanticismo español.
Inmediatamente después e la muerte de Maria Ignacia escribe “Noches lúgubres”, obra
que describe este suceso.
Lo único cierto es que a la muerte de su amada, el Señor Secretario del Consejo de
Guerra, se refugia en la famosa tertulia literaria de la madrileña Fonda de San
Sebastián, donde concurren celebridades de las letras como Nicolás Fernández de
Moratín o Tomás Iriarte.
En los años 1773 y 1774 residió en Salamanca por un breve espacio de tiempo y es en
esa ciudad donde concluye la redacción de su obra más emblemática:"Cartas
marruecas".
Esta obra, considerada la más importante de su producción, curiosamente, será
publicada póstumamente; en ella José Cadalso utiliza la realidad de las misiones
diplomáticas hispano-marroquíes para hacer una crítica de la situación española
empleando personajes que al servicio del sultán vienen a España y contemplan la
realidad lamentable del país. En sus «Cartas marruecas» se define a sí mismo a través
del personaje que le encarna, (Nuño Núñez) como «un hombre de bien que ha dado a
luz un papel (.) sobre el asunto más delicado que hay en el mundo, que es la crítica de la
nación», porque nada de la España de su tiempo le es ajeno, y nada se libra de su crítica
sagaz y exacta, especialmente lo que entonces se llamaba “exceso libertino de las
costumbres”, mal ya antiguo que con diversos nombres y caras se entendía como la
enfermedad social que inmoviliza a la Nación. También en este año publicó sus poesías
bajo el título de “Ocios de mi juventud” (1773).
Gran patriota es a la vez un hombre de mundo y aunque como hombre de su tiempo y
hombre culto, es un “ilustrado” lo es muy “sui generis”, ya que siente una gran
desconfianza por los proyectos mundialistas de la Ilustración. La causa de ello no es
otra que repulsión que le causa a Cadalso la crítica feroz y torcida que los países
ilustrados de toda Europa habían desarrollado en contra de la labor conquistadora,
colonizadora, evangelizadora y civilizadora de España en América. Lo que llamamos
"Leyenda Negra".
Escribió en prosa: "Los eruditos de la violeta", salió a la luz en Madrid en 1772 de las
prensas de Don Antonio Sancha, y es un hecho, que aunque hoy no se la considera así,
fue la obra que le doy la gran fama de que disfrutaba, tanto en España -especialmente en
América-, como en Europa reeditado numerosas veces en España y en Francia, -Madrid
(1782), Barcelona, (1786) (1790), París (1827)-, realmente este libro se ha mantenido
en los anaqueles de las bibliotecas del mundo hispano durante más de dos siglos. Sus
dos textos más conocidos hoy por hoy: "Noches lúgubres" y las "Cartas marruecas",
fueron publicados después de su muerte en El correo de Madrid, entre 1789 y 1790. En
concreto, Cartas marruecas se publican se publicaron por entregas, en el mismo diario a
lo largo del año 1789.
Con la publicación post mortem de su obra ensayística, José Cadalso es otra de las
figuras más destacadas de la ilustración.