ANALES
DERECHO, Universidad de Murcia, Némero 13, 1995
El CASO SIMPSON
Resulta muy complicado resumir en unas pocas lineas un caso de la com-
plejidad del proceso contra 0.5. Simpson (“El pueblo contra Simpson”, si ulili-
zamos la terminologia legal norteamericana). La dificultad proviene, en primer
lugar, de la personalidad del acusado, Fue un gran jugador de fstbol americano,
deporte n® 1 en los Estados Unidos, y, ya retirado, se convirtié en un popular
actor —bastante malo-, presentador, anunciante y comentarista televisivo.
‘Cuando en junio det pasado afio se le acus6 del asesinato de su ex-mujer y de un
amigo de ésta, ambos de raza blanca, el pais se sinti6 absolutamente conmocio-
nado. Su proceso ha apasionado , durante més de un afio, al pueblo norteameri-
ccano y, en cierto sentido, a la opinién pablica mundial
La detencién fue un espectéculo imposible de superar por las mentes més
brillantes de Hollywood tan cercano, por otra parte, al lugar del crimen. En una
de las primeras ruedas de prensa de la Fiscalfa, se pudo comprobar que en el pro-
ceso se iban a tener en cuenta circunstancias no estrictamente juridicas. El
ministerio pablico anuncié su renuncia a solicitar la pena de muerte, vigente en
California, y que, sin duda alguna, hubiese sido pedida si el acusado no hubie-
se sido O.J. Simpson.! Los representantes de la acusacién calcularon, acertada-
mente a la vista del veredicto, que ningtin jurado iba a acceder a tal pretensién.
TEI Ministero Fiscal "prosecutor" tiene una organizacén y unas competencias totalmente dferen-
tes en Extados Unidos y en Espata, No rela fii explcar en un abajo de estas cracteistcas las Fane
cones del prosecutor” yague existe cincwentalgilaciontsettaley, adems dea federal. Por lo gene
‘al el “chief prosecato es un funcionaio elect por los cidadanr nivel municipal. de distrtoo de
Condado incluso, a veces, ext. De otro lado, el Fiscal General de Estados Unidot es ua miembno del0 FERNANDO CASTILLO RIGABERT
Debemos considerar, asimismo, que el factor racial estaba presente desde el pri-
‘mer momento. Aunque en los ihimos treinta aifos, Estados Unidos ha realizado
un gran esfuerzo por mejorar las relaciones raciales, las tensiones étnicas ~y no
sélo entre blancos y negros- estén latentes en la sociedad norteamericana.
arecia que la acusacién habia reunido en buen nimero de indicios que
podfan demostrar la culpabilidad de Simpson, pero finalmente éste ha sido
absuelto, como, por otra parte, vaticinaban la mayorfa de los expertos nortea-
mericanos. ,Cémo se ha llegado a este veredicto de inocencia?. Si se observa
detenidamente el proceso, han concurrido determinadas circunstancias que es
necesario considerar. De hecho, la Fiscalfa cometi6 algunos errores importantes.
El primero de ellos fue aceptar que el juicio se celebrara en el centro de la ciu-
dad de Los Angeles y no en Santa Ménica, lugar donde se cometié el doble cri-
men, L.A., como abreviadamente la denominan los norteamericanos, en algun
de sus distrtos, tiene una poblacién predominantemente negra y, por tanto, los,
jurados fueron seleccionados de forma mayoritaria entre personas de esa raza?
La de Santa Ménica, por el contrario, esté integrada por diferentes etnias, por
Gobiemo, nombrado, por tanto, por el Presidente y cofirmado, was una audienca (“hearing”), po el
Congreso. El Ministero Fiscal tiene una ampli dscrecionalidad pra decidir si acusa, qué tipo de imp
tucdn va a realizar y la pena que soliitaré. De acuerdo con Frank W. Miller ("Prosecution”, Boson,
1969, pgs 15-292), el MF Gene que tener en cunts lo siguiente para decidir si acs: 1. Laacitud de
1a victims; 2 El eoste par el sistem: 3. Evia casarun dao indebido al sspechoso; 4. Consider pro
cedimienosslerativos que igualmenteprovean una adecuada proteccin a la comunidad 5. Tener en
‘eventa que, en ocasiones, las scones civil son mi efectivas: 6, Tomar en considercin los destos de
cooperar de sospechoso para conseguir otros objetivosen Ia epresin penal y 7 Evita el proceso penal
‘undo los procedimientos aéminsiraivos pueden resolver euestones de poca gravedad.
El Tiiunal Supremo de Estados Unidos ha reconocido la constnucionalida dela amplia dscrecign
de ue gorse! MF, tanto en su nepitiva a acsar como en ia posibilida de seleccionsr la pena imponer
por! dlto que se le imputs al acusado (Vid. US. v. Bacheer, 1999) Ahora ben, el TS ha manifest
do, asimismo, que la discecioalidad est limita por el pisicipio de igualéad consaraio en le de
‘mocuara enminda (Oyler v. Boles, 1962). Sobre las lmitacionesconsituconales vid. JeroldH. Israel y
Wayne R. La Fave, Criminal Procedure, Constucional Limitations, St.Paul, Minnesota, 1980, pgs. 28
2 Lalita de potecialesjrados es formada ulzando distintos méindos. Los mis frecuentes son lor
de seieccionarlos por srteo ene personas inscitas en el censo electoral (El censo no se forma de oF.0
por Ia administracign sino que hay que inscibrs . La no inscrpcii es un sistema que se una pars no
ser llamado a “jury duty": Por el conraro, nuestra Ley Orginia del Tribunal de] Jurado estableceen su
art 6 que “Ia funcin de jurado es un derecho ejerctabe pr aquellos ciudadans en ls que no concurra
‘motivo que lo mpiday su desempefo un deber para quienes noes incursos en causa de incompattil-
ad o protbicign ni pueden excusarse conforme a esta Ley"), ene quienes pagan los impuesoso entre
‘genes aparece en ls guise de telfnos.ELCASO SIMPSON ai
lo que hubieran estado mejor representados en el jurado todos los sectores de la
comunidad, cuestién que me parece requisito indispensable en esta insttacién
Juridica
De otro lado, 0.5. Simpson puso, como es natural, todos sus recursos eco-
rnémicos , nada despreciables (se habla que el proceso le ha costado mas de ocho
millones de d6lares), al servicio de su defensa, contratando un magnifico equi-
po de abogados. Estos, a su vez, fueron ayudados, al comienzo de las actuacio-
hes, por una empresa especializada en el asesoramiento en ia seleccién de jura-
dos,+ para lograr el adecuado perfil psicoldgico en los representantes populares
en la administraci6n de justicia. En opinién de algunos expertos, éste iba a ser,
como luego se ha demostrado, un factor decisivo er el resultado del juicio.
Iniciada la fase oral del proceso,’ la cuestiéa racial siguié siendo determi-
nante: tanto la acusacién como la defensa contzban con letrados de la raza negra
¥y parece que hubo, asimismo, cierta tensi6n entre la mayorfa negea y 1a minoria
blanca del jurado, que podria tener su origen, entre otras circunstancias, en el
hecho de que sus integrantes han permanecido “secuestrados” durante todo el
tiempo de duracién de las sesiones, 40 que les ha producido un gran cansancio
psicolégico. Incluso, Hegaron a protagonizar la primera huelga de jurados
“nepandose a asistr a una de las sesiones y realizando otros actos protesta como
3 La seat enmienda dele Constitucin de Estados Unidos extablece que un scusado tiene derecho a
un jue por jurado en todos los procesos penal. ora ben, esta afrmacign ha vido sempre interpre:
tala de acuerdo con I rain de “common law" que no prevé el juiio por jurado para delitos de poca
ravedad (Ypety offenses"). Se consideran de esta clase los delitos qué levan aparejads una pena de
menos de sels meses de privacign de ibetad. (Baldwin v. New York, 1970). Nutra Ley el Jurado no wti=
laa la enica de Ia gravedad de la pea, sino queen su an 1 esablece une elacin de delitoscompeten-
cia dl Tribunal el Jurado
El Tribunal Supreme de Estados Unidos, de oto lado, ha consierato inconstucionales, por vulne
racién de la decimocusra enmienda, Ins préccas de diseriminacion en la selec del jurado (vid
Seaudery. W. Virgina 1880 y Turner vFouche,1970). Para mds informacién sob eta cuestin, vid
Istal-La Fave, obit pgs. 57 ys.
‘Estas empresas son de ilzacin muy frente, especialmente por los seuss de grandes recur
sos evonémios. EI MF, a veces 0 as puede contaar po fala de fondos
5 De acverdo com Weston. Wells, The administration of Justice, Englewood Cliffs, NJ,1973, pie.
154 lox process penalessiguen el siguiente esquema en Estados Unidos: Soneo de potenialsjuados,
seleciGn y jurament,alegaiones de hecho de las partes, préctica dela prueba por el MF, préetiea de a
prea pore acusado, refutacin del MR, refuaci del acusado,conclsioges por ambas partes, instruc
Cones legals il jrado,veredicto 9 sentencia, Antes de que comience el juico ora los acusados pueden
intenar que se edurca la aeusacién 0 que se sobese y, por supueso, puede products la nepociacicn
fenge acusacie y defensa ("plea bargaining") Para mis detalles puede consitarse Kratcosk- Walker,
Criminal Justice in America, Glenview, Minos, 1978, pigs. 147 ys.3a FERNANDO CASTILLO RIGABERT
aparecer todos vestidos del mismo color-de la que se tiene noticia en la historia
Judicial de Estados Unidos, para presionar al juez y que éste acelerara los tré-
mites procesales, extremadamente lentos en todo momento. Creo que la fatiga
final del jurado ha sido, en cierta medida, determinante de su veredicto, pues 1a
perspectiva de una larga deliberacién -se especulaba que podia fécilmente durar
tres semanas para lograr la unanimidad,® requerida por las leyes de California,
en la declaracién de culpabilidad, pes6 sin duda en su énimo.
Mencién aparte merece la actuacién de los letrados. La fiscalfa, sin duda,
estuvo muy dignamente representada por Marcia Clark y sus asistentes, pero el
dinero de Simpson hizo posible reunir, bajo la direccién de Cochran y Saphiro,
un equipo de defensa en el que se encontraban alguno de los mejores abogados
de Estados Unidos, especializados en distintas materias, y que se turnaban segin
lo requerfa la naturaleza de las pruebas a practicar. Su objetivo fue muy claro
desde el principio: probar la existencia de una duda razonable respecto a la par-
ticipacién de Simpson. Para lograr su propésito contaron, por paradéjico que
parezca, con la inestimable colaboracién del Departamento de Policia de Los
Angeles, cuyo prestigio esté muy deteriorado desde el famoso caso del brutal
apaleamiento de R. King. Ademés, es evidente que los forenses cometieron
errores en la manipulacién y tratamiento de las muestras de sangre obtenidas en
el lugar de los hechos. Tampoco estuvieron muy afortunados en la conservacion
de las pruebas, como demostré draméticamente el propio Simpson cuando se
puso el guante recuperado por los investigadores y era demasiado pequefio para
su mano (segiin la policfa encogié al secarse las manchas de sangre). Por tlti-
-mo, fue muy perjudicial el testimonio del principal investigador en la escena de
los hechos, que minti6 sobre su pasado racista, como demostraron las cintas
‘magnetofnicas grabadas por una periodista que lo habia entrevistado anterior-
mente. Este detective declaré, bajo juramento, que nunca habfa usado expresio-
nes despectivas para referirse a los integrantes de la raza negra, cuando en las
cintas usaba siempre una palabra que es gravamente ofensiva. Aun cuando el
6 La mayoria de Ins lepslaciones estates prevén que el ura est compuesto por doce personas
eto ext mimoro no ests requerido por la Consitucica. Ahora ben, el TS ha exablecigo que el mimeo
de jurados debe ser lo suficiememente grande como para que realce sus funcionestradiionales que son
“promover Ia deliberacién del grupo a liberad del mismo protegndolo de inenos enterioes de in
smidacin y previendo la posiblidad de que la comunidad esé representada debidamenie” (Balle v
Geoepa, 1978), La unanimidad es requerida por Ia mayora de los extados. pero tampoco es un requsto|
constucional. Se entiende que la unanimiad exige una deteniaapreciacién de as ruchssBL CASO SIMPSON a8
_juez s6lo admitié como prueba parte del contenido de las cintas, ello reforz6 la
teoria de la conspiracién racista defendida por la defensa.”
En esta répida panorémica del juicio debemos también referirnos al juez.
Lance Ito, de origen japonés para completar e! mosaico racial del caso, lleg6 a
Ja magistratura procedente de la fiscalfa y, ademés, esté casado con una oficial
de alto rango de la policfa de Los Angeles. Segiin sus detractores, que los tiene,
se le notaba sw formacién como acusador y, por lo tanto, habria mostrado una
mayor predisposicién hacia los fiscales en la resolucién de los innumerables
incidentes procesales que se produjeron. Creo, sin embargo, que Ito ha tratado
de ser imparcial, permitiendo que las partes practicaran todo tipo de pruebas,
aunque algunas fuesen improcedentes o reiterativas,
Por tltimo, debemos considerar el importante papel desempefiado por los
medios de comunicacién,8 que han seguido el caso con una atencién que
podriamos calificar de obsesiva. La retransmisién en directo por televisién ha
influido, sin duda, en el juez, abogados, peritos y testigos, que, en ocasiones,
no podian sustraerse a este hecho y “actuaban”. Asimismo, han contribuido a
que la sociedad aumentara su divisién acerca de 1a culpabilidad o inocencia de
‘Simpson, y han desarrollado, en algunos casos, una especie de juicio paralelo,
con presencia diaria de expertos juristas actuando como comentaristas. En
alguna medida, la justicia se transformé en un espectéculo.
El caso Simpson parece tio haber terminado con el veredicto de inocencia,
‘aunque la acusacién manifest6 en rueda de prensa su intencién de no recurrir la
sentencia, Ello no obstante, las familias de las victimas han anunciado que inter-
pondrén demandas para que se declare la respondabilidad civil de Simpson? y
piensan hacerlo ante los tribunales de Santa MGnica. Probablemente, también se
7 La funcién de dieceie del proceso que tiene el juez es importntsimaen lo juicios por jurado ya
‘que es quien decie los incidents que vaya srgiendo y In admisgno inadmisgn de ls pres
' Es opinin comin de Ia doctrins notes merlcana que cuando un caso ha recibidoexcesva public:
ad en los medis de comnicaci deben extemarse ls cautelas en la selecciGn del jurado vi. Lral-
Li Fave, obit p&g.61y ss.) En ocasiones, el Thbunal Suprema fa declarido qve la publicidad masiva
ede ser una vilacign de derecho al "due process” mencionando ss efetosprjudicials sobre os es
{igos, pertosy el jurado, contbuyendo an “atmsfera camavalesca” Vid, Sheppard. Maxwell, 1966.
En el proceso de Simpson las cimaras que retransmit el juiio no podian enfocar al jurado. Eo
Sheppard, el TS afm que el joer puede divigir una orden ss pares para que no hagan declaraciones
potencitment peligrosas la prensa
'9 Recordemos que no isle vinculaién ée la jursdiccién civil an penl. La nica posibilided de
‘ue la sentencia penal vince l jue civil es, de acuerdo com ela. 116 de nuestra Lecim, que el oee
‘enal declare por senenci firme que no exis el hecho de que la civil hbiesepodido nacera FERNANDO CASTILLO RIGABERT
utilizaré el juicio por jurado, ya que en Estados Unidos este tipo de tribunal es
competente, asimismo, para resolver determinados casos de responsabilidad
civil
La opinién publica espafiola se pregunta si la instauracién del jurado en
nuestro pais puede producir un tipo de proceso semejante. Me parece
dudoso,pues las sociedades espaiola y americana son ciertamente distntas.
También son diferentes nuestros ordenamientos juridicos. No deja, sin embar-
20 de preocuparme, en mi condicién de jurista, alguno de los defectos técnicos
de la ley!®_y, de otro lado, la falta de tradicién de la institucién en Espafa, a
pesar de la experiencia anterior de la ley de 1888, que estuvo vigente casi cin-
cuenta afios, y cuya aplicacién fue un fracaso al que contribuyeron, sin duda, el
bajo nivel cultural de Espaiia en esa época y los evidentes defectos de la ley.
10. laley,pse alas inbonbantes declaraciones de a Exposcn de Motivos que en slgunss cues
siones es reamentedemeacial y con enores de cultura genera urdics, no deja de percibine una cinta
‘descontanas hacia a intsacin, Pr oto lado, se echan en falta cieax medidas imprescndibles par el
‘adecuado funcionamiento del jurado. Por citar una de las mis lamatives en ela. 5. 2 etabece que 8
competeacia tertoral del Tribunal el Jurado se austaré x as normasenerales Sl legisladorhubie~
se sido medianamene dligente habe esubleido la posblida de que, e certo casos, ecambiedicha
competenca ("change in venue” en la erminolopia anlosajna) para que la selecein del orado pueda
realizarerespetando los derechos del acusado, Pénsese en cleroscrimenes que impactan emendamen
teen la opinién pli,