Jirgen Kocka es profesor de Historia general
‘con especial consideracién de la historia social
cen la Universidad de Bielfeld, En los trabajos
ublicados en este libro, Kocka expone su
sicidn epistemolégico-metodolégiea: una a
tud equidistante del dogmatism antiliberal y
del decisionismo incondicionado a partir dela
cual intenta defini la “objetividad” de la his-
toriografia. El concepto de historia social es
definido como historia de un dmbito parcial
(como “ciencia sectorial”) y come enfoque
hist6rico-social de la historia general
(“historia de la sociedad”). El rendimiento y
los limites dé tco:ias amplias para ol andlisis
de las sociedades son estudiados sobre la
de la consideracién del materialisme his
¥ de las teorfas de la modernizacién, Un ensue
yo acerca del sentido de la ciencia de la histo-
ria completa esta seleccién.
Jiirgen Kocka es autor de numerosos libros
+ Sobre temas tales como la relacién entre capi>
talismo y burocracia en el proceso de indus-
Uializacién alemén, la situacién de los em-
pleads piiblicos en el fascismo y en Ia demo-
Cracia, el trabajo asalariado y la formaacién de
clases en Alemania durante el perfodo 1800-
1875.
Ll
303
Kee
HISTORIA
SOCIAL
Concepto
Desarrollo
» | Problemas
Jiirgen KockaESTUDIOS ALEMANES
Coleccién ditigida por Ernesto Garzén Valdés
y Rafael Gutiérrez Girardoe
HISTORIA SOCIAL >
Concepto - Desarrollo - Problemas
Jiiegen Kocka
Al
Editorial Alfa
Barcelona/Caracesfa] Ad
Teaductisn de
Juan Faber
Revinén de
Kafsel Gueterter Girardot
‘Tieulo del original slemi:
Satelite Begriff ~ Eniclong - Probe
@Vandenhoeck & Rupr, Gotinga 1986
Obditorial Alfa S.A., 1999)
Representante para Espafa
dices! Lai
Guitaed. 3, 5108014 Barelona
ISBN: 84-7668-262-X
Depisito legal: B. 16.484 - 1989)
Impeeso en Romanyi/Vall, Verdaguer, 1, Capliads (arcelona)
Verdaguce, 1, Capellaes (Barcelona)
Impreso en Espa
Printed in Spain
ADVERTENCIA PRELIMINAR
Jcbacian can a fondo los peincipios y perspectives de esca displ
ra que Kerl-Georg Faber pude cimparat la dispuca eeécica y
todoligica de los hisvariadoees de entonces con la dispura en tor30
dos de los aos 70 se exataba de la eelaciin ence inert
to, entre praxis politico-socil y eienci. entre norma y ani
en el centro del debate se hallaban la ubjcividad, el compro
yl parcidismo de la ciencia, Por orra parce, se cracaba de Ta cela
cin ence la historia politics eradicionalmence dominance y fe his-
toria social que paulacinameénce iba ganando certeno; se crataba
puet de qué es fo que debsea ser la historia social:gunadiscplina
parcial, limicads a fa investigacién de un campo parcial de la re
lidad istdrica sicuada encee Ia economia y le poticica, 0 un enfo-
que aniplio, —quiais supecior— para ln invescigacin de le histo-
tia en general? Por dlkiio, e disewtié incensimence sobre la rela-
cin ence teorta y empitie en la cienca de In historia y sobre su
relacién con iasciencis sociales sisteméticas. Hoy —a mediados,
de los afos 80—~ la urea del debate de entonces ha sido supera-
da. En la medida en que la ciencia de ta hiscoia se ha vuelto a
imponer en el ciaon de las asignacoras escolares yen el interés
piiblico, ha dismiauido ta iaclinacisn de los historindbees profe-
si “dispute neces” con la dispute en
Hing en Ther, «215, 1977, p31
53] As
“Teaduccién de
Juan Faber
Revisién de
Rafiel Gucieere Girardot
‘Tiewo del original alemée
Srvalycicte Begriff ~ Enuihleng - Probleme
(QVandeshoeck & Rupreche, Gorings 1986
OEditorial Alf, S.A, 1989
Represntante para Espais
Edicoril Lai, 5A
Guicard, 43, 5708014-Boreelona
ISBN: 84.7668-262-X
Depésio legal B. 16.184 - 1989
Impreto en RomanyiValls, Verge, 3, Capellades(Barelon)
Verdaguer, 1, Capelades Barcelo)
Impreso en Expat
Pristed in Spain
imeem neenesnemenmt yt httNCRE EROR NE
cae
ADVERTENCIA PRELININAR
Cuando en 1977 apurecié la-primera edicién de ese libro, se
debacian tan a fondo los principios y perspectivas de esta discipli=
1a que Karl-Georg Faber pudo comparat la dispuca cesrica y me-
tordoligice de los historiadores de ecrances con la dispua en torno
a Lampieche de-fnales de le: afios 90 de! sigho pasado’
dos de fos afios 70 se cracaba de la relacign encre incerésy concep-
to, enere praxis politico-social y ciencia, entre norma y anilisis,
ven el centro del debate se hallaban la objecividad, el compromiso
y el pattidismo de la ciencia, Por otra parce, se tratabu de la tela-
cin entre la historia politica cradicionalmente dominance y la his-
‘oria social que paulatinaménce iba ganando terreno; se traiba
pues de qué es lo que deberta ser Ia historia socals;una disciplina
parcial, limicada a la investigacin de un campo parcial dela rea~
lidad hiscérca siuada encre la economia y Ia politica, o un enfor
que amplio, —quizés superior— para la investigacin de la histo-
fia en general? Por dltimo, se discutié intensamente sobte la rela-
cin entre teocia y empirie en la eiencia de la histoia y sobre su
relacién con iss ciencias sociales sistemécicas. Hoy —a mediados
de los eos 80— la dureza del debace de enconces ha sido supera-
da, En la medida en que la ciencia de la hiscoria se ha yueleo a
imponer ea et cénon de las asignacuras escolares y en ef interés
pablico, ha disminuido la inclinacién de los historiadores profe-
1. La comparscin dels acu “dsputa mecodolégica™ con Is disputs en
‘oro. Lampreche en K. -G, Faber, History and Ther, t. 16, 1977, p. 31
5igualmente slejada canto de-ia utilizacién {epoicizaciGn») de la
historiogeatfs como de la noci6n de una historiografia que se agora
‘Coma se ha dicho, tos diversos capitulos de este volumen zur
sieron en diversos momencus entre 1965 y 1975. El lector perci-
bird que no se trata de una obra hecha de wna pieea, Los inceeses
del conocimiento, la perspectiva y el lenguaje se modifican en el
curso de un decenio, Pero se ha incentado eliminac las epeticiones
¥ telacionar y coordinar los arefculos entre si. Ojalé que en el re-
sulcado, ellos muesteen el contexto intelectual que los une.
Estos son estudios tcéricos de tn historiador que trabsja pri-
ariamente de modo empitico, si bien no acesrico, cuyos centres
de invescigaciGn se encuentran hasta ahora en el lapso que va des-
de fines del siglo XVIII. Consecuentemente se acencian fos inte-
reses y las experiencias de leécura. “Muchos de los enunciados si-
> peincipalmence a la historia moderna, aunque
id cada vex; son enonciados sobre histo
historiogeafiz. El punco de mica de la mayorie 2: ls reflesionss
fs, explicica e implécitamente, el trabajo prictico del histori,
aque s6lo puede enriquecerse mediante la abundance refiexién cov
Estos estudios surgieron, cn parte, con el fin de lograr la propia
autocomprensién y'seguramence ellos reflean este esfuerso. Peo
‘me parece que pueden contribuie también ala clacficacién de una
discusién no siempre del codo clara que conoce cantas controver-
sias y conflicts necesaris (y ojalé fructiferos), que bien puede
renunciat a aquellas concrovesias y conflictos que resulcan de oscu-
ridades y malentendidos. Se ha empleado mucho esfuerzo en I8
definicién clara de conceptos tales como «historia sociab», ehisto-
fia estruccuraln, «teoria» «culture» 0 historia de lo cotiianos.
La concepcién que se sostiene aqui esté signada sin dud per
el ciima intelectual y las discusiones de los aos 60 y de comien-
aps de los afos 70. Ells euvieron especial influencia —en forma
individualmente muy diferente en quienes en aquellos aos ini-
cidbamos In ucividad cientifica y profesional, En visiéaretrospec-
tiva esto me parece primariamente una ventaj La solides de esta
concepcién cescico-merodolégica ha de moscratse, no en sltima
jnstancia, en su capacidad de asimilar selecivamente y de ele-
8
bore productivamence las nyevas experiencas y susckacions, ime
pulsos y dessfoe que har ido curgiendo en el curso del tiempo.
No existe morivo alguno pax passe con banderas desplegadas
desle una posiién, dessollala eneonces,
Ge la sociedad oriencada escruccural y teSticamence, a una historia
de lo caridicno, de concepeién pobre, y hacerlo wdesde dentro y
desde ahajon, si bien se observan tales mavimientos. Al concrrio,
serfa un signo de cesta inflexibilided querer ignorar os nue-
vor impulsos de la historia experimental, culeural 0 femenina
segarlesinflueneia en el propio trabajo. Uno puede sentrse afor-
cunad si ogra argumentativamente manteuetse, pest 9 toda cxf-
sica, en fa psicién bésica, deverolada eneonces con fundades re-
zones y, al miitmo tiempo, ampliarla y modificarla mediante fa
exploracién y Te eecepeién de lo nuevo: un acto de aseguramiento
Ia ide cclecual, 5 se quiere, que evieacanco ta diligen-
«¢ acomodacién a las tendencias de ~iede coma la rigider fet a
Jos principios, pero improductiva
‘una histori social 0
Bielefeld, sepciembre de 1995
‘iegen Kockasels i diftasainaidinib
wis tne bec
emcee ks
aietahceeitc inant
1, LA CIENCIA DS LA HISTORIA ENTRE EL
DOGMATISMO Y EL DECISIONISMO; ELEMENTOS
DE UNA HISTORICA FUTURA
1. Obj, compo iter
a) Kur Marx y Maw Weber: abjetive » prepara de la canpancie
eos metedslogea
unto cecal, se pie
ena mein la medida en te que exisea ona
las nocioned
bul encre ceosfa y empiri, objeci
p 9, ereacia'y proxi. La relaciin entre abjeco, con
(ep « incgit bar sido formulada de dos rodos exeremadaine
dlivessos —en cietco mo cidsieos— en la‘ioeta de Kael Mere,
needa iacia Hegel, y
En tas obsas de estos dos eucores se encuentran las dos posiciones
‘oocrapuestes que hen signedo cambiéa la discusiGn cerico-i
fica del dleimo decenio, en todo exsa en Alemania, y por cierco
que en sguda conffontacién recfproca. Los autores oriencados de
tuna o de otta snanera por Marx reprochan frecuentemence a los
sienefficos sociales ebueguctess, deci
pesivida
1. p. $40, spuetié primeramence bao et ceulo “Kael Mac und Max
‘Weber, Bin eethedologischer Vergleich” en: Ziti fir de oamte Stace
winenchaf, 122, 1866, p. 325337
n‘gualmente alejada canto de la utilizacin (wpolicizaciénm) de.ta
hiseosiograffa como de la nocién ¢s una historiogaffa que se agoca
en si-misma.
‘Como se ha dicho, los diverse: capitulos de este volumen sut-
sieron en diversos momentos encce 1965 y 1975. El lector perci-
bick que no se rata de una obra hecha de una pieza. Los intereses
del conocimiento, la perspectiva y el lenguaje se modifican en el
curso de un decenio. Peco se a intentado eliminar las repeticiones
y telacionar y coordinar los articulos entre si. Ojalé que en el re-
sultado, ellos muestren el contexto intelectual que los une.
Escos son estudios teéricos de un historiador que trabaja pri-
smariamente de modo empftico, si bien no ateérico, cuyos centros
de investigacin se encuentran hasta ahora en el lapso que va des-
de fines del siglo XVIIL. Consecuencemence se acentian los inte
reses y las experiencias de lecture. Muchos de los enunciados si-
guientes se refieren principalmente ala hiseoria moderna, aunque
a en ello cada ver; son enunciados sobre historia tii
tniea dela mavocia de las weflexionss
explicit e implicicamence, el erabajo prictico del histori
que s6lo puede enciquecerse mediante Ia abundance reflexién te6-
Estos estudios surgieron, en paste, con el fin de lograc la propia
ucocomprensiga y seguramente elios reflejan este esfuerz0, Pero
me parece que pueden concribuir también ais clarificacién de una
discusin no siempre del codo clara. que conoce tantas concrovee-
sias y conflictos necesarios (y ojalé fructiferos), que bien puede
renunciat a aquells controvesias y conflicts que resulan de oscu
ridades y malentendidos. Se ha empleado mucho esfuerzo en ls
Aefinicién clara de conceptos cles como «historia social, «histo
ria estructural», «teotia» «culeuray 0 ehistoria de lo coidiunen,
1a concepcién que se sostiene aquf esté signada sin duda por
el clima ineelectual y las discusiones de los afios 60 y de com
aos de Jos aios 70. Ellos quvisvon especial influencia ~en forma
individualmence muy diferente cn quienes en aquellos aos ini=
cidbamos la actividad ciencifica y profesional. En visiGn recrospec-
tiva esto me parece primariamente una venta La solider de esta
concepcién ceérico-metodolégica ha de mostrase, no en cltima
ingtancia, en su capacidad de asimilar selectivamente y de els-
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borar productivamente as nuevas experiencias y suscitaciones, int-
pulsos y desafios que han ido surgiendo en el curso del tiempo,
[No existe motivo alguno para pasarse con banderas desplegadis
desde una posicién, desarollada enconces, de una historia social 0
de a sociedad orientada estructural y teGricamence, a una histora
de lo cotidiano, de concepcién pobre, y hacerlo «desde dentro y
desde abajom, si bien se observan tales movimientos. Al contraria,
seria un signo de cestaruda inflexibilidad querer ignorar los nue-
vos impulsos de Ia historia experimental, cultural o femenina y
negarlesinflyencia en el propio crabajo.”Uno puede sencirse af
‘unado si logra argumencativamente mantenerse, pese a toda cti-
tica, en la posicidn bisica, desarrollada enconces con fundadas a-
ones y, al mismo tiempo, ampliarla y modificarla medisnee la
cexploracién y la recepeiéa de lo nuevo: un acto de aseguramieno
de la idencidad incelectual, si se quiere, que evita tanto la diligen-
idex fil 3
te acomodacién 2 las tendencias de moda como la
Jos principios, pero improductiv..
Bielefeld, sepriembre de 1985