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Actores - autores

Ser ACS, María José Montero, CARE Bolivia

Los caminos de la vida, Rosa Estela Guzmán, CEPAC

Imágenes que Hablan, Daniela Silva, PROCOSI

Shirley y la zafra de la Caña de Azúcar, María Cristina Rentería, PROCOSI

La oscuridad, Elsa Sánchez, PROCOSI

Riesgo total, Julio Díaz, CARE Bolivia

Salir del anonimato, Rosa Albornoz, Visión Mundial

Historias de vida, S. Rolando Colque, CARE Bolivia

Experiencia vivida, Karin Nibuscha, Visión Mundial

Nostalgias, Damiana Escóbar, CARE Bolivia

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Marco Institucional

José Ignacio Carreño Ayala Director Ejecutivo de PROCOSI

Wendy McFarren Directora Ejecutiva de PROCOSI Gestión 2004 - 2009

Brian Johnson Lewis Director del Proyecto de Salud Comunitaria

Responsables del Proceso de Capitalización del Conocimiento desde la Experiencia

Giomar Higueras Velarde Especialista en Fortalecimiento Institucional

Daniela Silva Soto Especialista en Comunicación y Gestión Participativa

Edda Alcócer Hernández Especialista en Planificación

Ariel Pérez Rosas Consultor en Capitalización del Conocimiento

Edición Ariel Pérez Rosas


Daniela Silva Soto

Diseño y Diagramación Román Orellana / CREATIVA Comunicación&Publicidad

Fotografías tapa María José Montero, Julio Diaz Clemente y Rosa Estela Guzmán

Impreso en: Artes Gráficas Sagitario S.R.L.

Depósito legal: 4 - 2 - 329 - 10


La Paz, febrero de 2010

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E ste material intenta abrir nuestras mentes y tocar nuestra sensibilidad para escuchar lo que quieren decirnos
hombres y mujeres de distintos lugares del país. Cuando escuchamos o leemos sus relatos, en sus propias palabras,
es posible comprender su mundo de vida y aprender de ellos, aquello que no está presente en los textos técnicos o
académicos, sino que es transmitido a través de códigos vivos.

El personal técnico de algunas organizaciones que forman parte de la Red PROCOSI, tuvo la oportunidad, a través de la
capitalización de experiencias, de expresar sus propias vivencias así como de recoger y facilitar la expresión de la gente
con la que se relaciona cotidianamente en el ámbito de su trabajo (comunarios y comunarias, usuarios de servicios de
salud, entre otros). Los relatos producidos se constituyen en testimonios que logran interpelar sobre los sentidos y la
esencia misma de nuestra labor como sujetos del desarrollo.

En la “Capitalización del conocimiento desde la experiencia”, como la denomina Pierre de Zutter, no se busca la
objetividad, por el contrario es una cosecha abierta de subjetividades, que nutren y enriquecen nuestras propias vidas,
esperando que puedan motivar procesos de inter aprendizajes capaces de transformar la realidad, o como decía André
Breton, “cambiar al fin la vida”.

José Ignacio Carreño Ayala

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Ser ACS Autora: María José Montero
Institución: CARE Bolivia

Fotografía: Barrio Cotoca de la localidad de Puerto Suárez. Se encuentra de


espaldas y parada Danitza Viera, Facilitadora del PSC y sentada en una silla
blanca la Sra. Feliciana Parabá, Agente Comunitaria de Salud (ACS) del barrio.
Algunos miembros de la familia de la embarazada que están visitando forman
un pequeño grupo. Esta casa se encuentra al lado del alambrado de la hacienda
Korea.

En el mes de mayo (2008), estuve en Puerto Suárez y pude visitar


algunos barrios donde estamos trabajando. Era por la tarde, cuando
nuestro colega Rolando Colque, responsable de información y yo,
acompañamos a Danitza, a la zona de Paradero, concretamente al
Barrio Cotoca, para que veamos la primera visita domiciliaria de la
ACS.

Mientras íbamos al barrio, yo trataba de ver todo lo que encontrábamos, cómo era el barrio, los problemas que
se veían al caminar, las viviendas, la dispersión de las casas, imaginaba de qué viviría la gente, etc.

Ese día iba muy contenta y con la expectativa de cómo Danitza haría este primer acompañamiento, no pensé
en una supervisión formal, solo quería ver lo que pasaba y quería hacer esto porque en el proyecto todavia
no tenemos un instrumento, y esperaba tener una idea de cómo se iban a sentir mis colegas, porque como se
dice una cosa son los talleres y otra cosa es la práctica y la visita domiciliaria es una de las actividades más
importantes del proyecto.

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Llegamos a la casa de la ACS, quien salió con kilo de papeles, la pobre hacía mucho esfuerzo por no hacer caer
tanto material impreso, y me dió pena porque no les hemos dado una bolsa para cargarlos. Para mi sorpresa, la
ACS era la señora que en el Taller de Materno en Puerto Suárez, contó que había tenido 15 hijos, obviamente
yo la ubiqué inmediatamente porque a estas personas no se las puede olvidar por lo especiales que son.

Mientras íbamos a buscar a una señora embarazada, nos contó que su marido había muerto en Santa Cruz
pocos meses atras, y que este señor se había ido de Puerto Suárez hace 8 años huyendo de la cantidad de
hijos, me dijo. Entonces, me pregunté: ¿cómo hacen estas señoras tan valientes para cuidar a tantos hijos y
cómo la pasarán los hijos al ser tantos y en circunstancias que económicamente no son las mejores?, porque la
señora es económicamente pobre.

La señora Feliciana y Danitza hicieron una primera visita a una


mujer embarazada, como éramos tres personas y con la ACS 4,
me pareció mala idea ir todos a meter la cuchara, así que nos
sentamos bajo un árbol a escuchar la orientación. Terminaron
la visita y las señoras las despidieron contentas y agradecidas,
algo que me alegró también.

Caminando de ida a buscar a otra embarazada, la señora vió a


dos mujeres llevando una carretilla con bidones de agua, y nos
contó que estas jóvenes vivían en la última casa, que eran muy
pobres, que no tenían agua, luz, nada, y que eran jovencitas
y estaban embarazadas, así que nos fuimos detrás de ellas.

Allá, nos quedamos afuerita con Rolando parados hablando de la vida en esos barrios, y claro sobre el registro

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de datos. Me encantó ver en la práctica el seguimiento a los pasos de la visita domiciliaria, tan practicados en
los talleres, pero que a la hora de la verdad son distintos, pues las casas no tienen puertas, no se usa el saludo
protocolar y bueno tantos detalles que muestran la sencillez de este proceso.

Desde la entrada a la casa, que era un alambrado, veíamos que la señora Feliciana conversaba primero con una
jovencita, y después se juntaron varios a escuchar a la ACS.

Terminó la visita, y le pregunté a la señora cómo se sintió, ella dijo que le gustaba mucho hacer esa labor y
que estaba esperando orientar a las mujeres para que puedan hacer multi mixtura porque necesitan mucho
mejorar la nutrición de los niños, la señora realmente se veía contenta por realizar la actividad y con muchas
ideas para el futuro, principalmente relacionadas con la nutrición de los y las chiquis, que estaban jugando en
la calle, junto a gallos de pelea y alguno que otro perro.

Le pregunté a Danitza cómo se sintió y también dijo que le gustaba acompañar la visita, pero que hacía falta
practicar un poquito más con la ACS y que la próxima vez se pondrían de acuerdo en algunos puntos antes de
ir a la visita, pero en general dijo sentirse bien haciendo la actividad. Así, retornamos a Puerto Suárez porque
teníamos que tomar el tren a Robore.

Aprendizajes

Esa tarde, me fui pensando en la vida, en sus injusticias, en la pobreza, en las diferencias abismales entre
barrios de gente con mucho dinero y los otros donde apenas se sostienen los techos, la alegría contagiante
de los niños y niñas cuando juegan y también pensé en la ACS. Me entró una espinita por saber que es lo que
motiva a las personas voluntarias a apoyar a los demás, a no recibir un pago, de repente esperan otro tipo de
reconocimientos, pero que es lo que hace a estas personas distintas, me puse a pensar si yo misma sería una
ACS de mi barrio, si dentro del equipo cuántos serían ACS, y qué motiva, qué mueve a estas personas a tener
vocación de servicio.

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PREGUNTAS PARA INCENTIVAR EL APRENDIZAJE COLECTIVO

¿Cómo te sientes cuando te abres a observar, a reflexionar y aprender de tu entorno?

¿Sientes que durante tu trabajo estás abierto o abierta al encuentro con la realidad, o
crees que estás sujeto/a a búsquedas preestablecidas?

¿Crees importante la participación de los comunarios o comunarias en el diseño de los


proyectos?

¿Consideras que existen espacios permanentes de confrontación entre la teoría y la


práctica en el marco de la implementación de los proyectos?

¿Conocemos sobre las capacidades reales de los y las ACS, en términos de


disponibilidad de tiempo, manejo de materiales, instrumentos y/o metodologías cuando
diseñamos los proyectos?

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Los Caminos de la Vida Autora y fotógrafa: Rosa Estela Guzmán
Institución: CEPAC

Era un amanecer muy fresco, lleno de rocío, cuando Martha, Andrés y mi persona salíamos en la camioneta
a cumplir una actividad programada en la zona de Piso Firme. Como era la primera vez que iba por esa zona
tan comentada por los compañeros que la conocían, tenía mucha inquietud por llegar rápido al lugar, pero
conforme iba avanzando la camioneta, fuimos pasando barriales y charcos de agua. Llegamos a un punto donde
se hundió al pasar un charco bastante larguito que al final había tenido un pozo hondo lleno de arena y barro.
Mientras los segundos pasaban, el barro absorbía las llantas, llegando a entrar agua dentro la camioneta
donde iban nuestros bolsones de ropa de invierno para una semana, materiales para el desarrollo del taller y
documentos de la información básica de la zona de San Martín y Piso Firme.

Los tres nos asustamos mucho porque la camioneta se sumergía más. Lo


que hice fue alzar hacia arriba todos los documentos de mis compañeros
y animar a Martha que estaba en la cabina a que salga por la ventana a
poner doble tracción a la camioneta y poder salir porque a Andrés lo
notaba nervioso. Yo pedía a Dios que nos vaya bien en todo lo que se
nos presentara y Martha al ver que estábamos asustados se llenó de
valentía y coraje, y salió alicate en mano a poner doble a la camioneta,
hasta que lo logró para luego dirigir la camioneta por donde seguiría
hasta lograr salir.

Después de haber pasado 30 minutos de todo este caos y de buscar un


lugar seco para acomodarnos y sacar el agua, bajamos de la camioneta.

mpañeros
udando a sus co
rtha Montoya ay
La facilitadora Ma
a salir del agua.
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Mosquitos zancudos y mariposas nos rodeaban y no nos dejaban hacer nada, ni al repelente le hacían caso y ya
el día se terminaba. A pesar de todo esto seguimos el camino pero con una mala suerte para nuestro trabajo
porque no llegamos a nuestro destino, tuvimos que regresar, pero buena suerte para nosotros porque llegamos
a nuestros hogares sólo con picaduras de mosquitos y zancudos.

APRENDIZAJES

• El esfuerzo personal en nuestro trabajo y no saber que destino nos espera en el camino.
• El trabajo en equipo nos ayuda mucho para poder salir de situaciones que se nos presentan, sean buenas o
malas, porque tres cabezas piensan mejor que una.
• Evitar salir a zonas muy alejadas en época de lluvias, sabiendo el área geográfica en la que estamos
desarrollando nuestras actividades, para así conservar nuestra integridad personal y el medio de
transporte que utilizamos.

PREGUNTAS PARA INCENTIVAR EL APRENDIZAJE COLECTIVO

¿Quiénes trabajamos en los proyectos, tenemos espacios para hablar de


experiencias como esta?

¿Qué otras implicaciones tiene el trabajo de campo?

¿Cómo podemos informar o sensibilizar a los tomadores de decisiones de


las organizaciones sobre los riesgos en el trabajo de campo?

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Autora: Daniela Silva Soto
Institución: PROCOSI

Era uno de los primeros talleres de reflexión de Imágenes que Hablan, un proceso de autodiagnóstico
comunitario que iniciamos en el Proyecto de Salud Comunitaria con el objetivo de conocer las percepciones de
la comunidad en torno a su salud a través de fotografías, que fueron tomadas por sus representantes, y de
sus testimonios orales.

Tenía a mi cargo la coordinación general y el acompañamiento del proceso y uno de los momentos clave era
los talleres de reflexión donde se entrevistaba a los y las participantes y se facilitaba la selección de las
fotografías más representativas del municipio, desde su propia mirada.

Me tocó acompañar varios de esos talleres y uno de ellos se desarrolló en


el municipio de San Ignacio de Velasco del departamento de Santa Cruz.
Durante la primera conversación con el grupo de participantes, empecé a
indagar sobre su experiencia en relación al rol de fotógrafos o fotógrafas y
mientras escuchaba el relato, me sentí muy bien porque habíamos facilitado
un proceso en el cual la gente experimentó muchas cosas, la mayoría muy
positivas.

Los y las participantes resaltaban la oportunidad de participar, de


representar a sus comunidades, de reflexionar sobre su situación de salud
y de aprender a utilizar una cámara fotográfica, herramienta a la que la
mayoría tenía acceso por primera vez.

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En algunos casos expresaron ciertas dificultades que tuvieron en la toma de fotografías, debido a la
desconfianza de la comunidad sobre el destino de las fotos, esto por algunas experiencias previas que habían
tenido con algunas organizaciones que, utilizaron sus fotografías para beneficio propio y no de la comunidad.
Al escuchar esas percepciones, entendí sus temores y susceptibilidades.

Más tarde, en el proceso de recojo de testimonios sobre las fotografías, me impresionó mucho una señora a
quién tuve la oportunidad de entrevistar. Admiré el compromiso con su comunidad, había visitado cada una de
las viviendas y conversado con cada familia. Me contó la historia de cada una con una inmensa emotividad.
Escuché muy atenta y en algunos casos muy conmovida.

Mientras la entrevistaba, tuve una mezcla de sentimientos.

Las múltiples preguntas que iban surgiendo en mi mente,


encontraban respuestas en sus propios relatos. Ella me decía que
su vida no sería la misma a partir de ahora, que había un antes
y un después de Imágenes que Hablan, porque había aprendido
mucho de su comunidad, de las personas, de sus multiples
necesidades y de lo mucho que podían hacer para mejorar sus
vidas. Me dijo que se había dado cuenta de muchas cosas, que
antes no las pensaba ni sentía de la misma manera, que muchas
de ellas dependían de ellos mismos, de las propias familias y que
debían empezar por allí.

Sus palabras me devolvieron la confianza en el trabajo que estamos desarrollando. No podíamos pretender que
esas profundas necesidades dejen de existir de la noche a la mañana, pero sí motivar a la gente y fortalecer
su compromiso e interés de llevar adelante acciones comunitarias que contribuyan a mejorar la calidad de vida
de sus familias. Eso ya era algo muy valioso.

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COMENTARIO
Imágenes que Hablan, se desarrolló en 41 municipios de los
departamentos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Chuquisaca. En este
proceso participaron alrededor de 800 representantes de diferentes
comunidades y fueron seleccionadas y priorizadas alrededor de 400
fotografías que formaron parte de exhibiciones municipales y 45 de
ellas de exhibiciones departamentales con el propósito de contribuir a
las acciones de abogacía y alianzas del proyecto.

Tanto a nivel municipal como departamental, fue la oportunidad de


llevar la mirada comunitaria a tomadores de decisión, pero sobre todo
fue una experiencia muy significativa para todas las personas que
formaron parte de la misma.

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Personalmente, esta experiencia me
permitió acercarme a la realidad de
las comunidades, a sus vivencias, a
escuchar sus voces a través de sus
fotografías, a comprender la compleja
y multidimensional problemática social
de nuestro país en general y de la
salud en particular. Cada comunidad,
de acuerdo a su contexto tiene sin
duda características muy particulares
que pudimos develar a través de esta
metodología, el proceso me interpeló
profundamente.

El acompañamiento realizado dejó en mi múltiples


aprendizajes y provocó emociones muy intensas.
Las personas a las que pude entrevistar tuvieron
la habilidad de transmitir sus sentimientos,
pensamientos y necesidades de una manera muy
espontánea, reflexiva y con esperanza.

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APRENDIZAJES
A veces, no resulta facil rescatar la riqueza de las experiencias en términos de aprendizajes. Sin embargo,
creo que esta experiencia en particular, plantea algunos aspectos destacables:

• Es muy valiosa, para la gente, la oportunidad de expresarse y de sentir que lo que piensa es importante,
lo que implica un gran desafío para quienes trabajamos en el ámbito del desarrollo, porque debemos ser
capaces de facilitar cada vez más ese tipo de espacios o metodologías.

• Como facilitadores y facilitadoras de procesos de diálogo, especialmente en el ámbito comunitario, es


importante fortalecer, sobre todo, nuestra capacidad de escuchar, de manera atenta y con todos los
sentidos, es allí donde está la base de nuestros aportes y aprendizajes.

• En las comunidades existen personas muy valiosas y comprometidas con su realidad y con la necesidad de
mejorarla. No escatiman esfuerzos con la esperanza de lograr algo que pueda mejorar sus condiciones
de vida.

• Es necesario transparentar de manera clara los objetivos y resultados de las acciones que emprendemos
en el marco de los proyectos, para no generar susceptibilidades, que a veces surgen por experiencias
previas de las comunidades.

• Es importante que se tome muy en cuenta las expectativas que se generan en las comunidades y el
impacto que pueden generar éstas en la vida de las personas.

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PREGUNTAS PARA INCENTIVAR EL APRENDIZAJE COLECTIVO

¿Cómo responder ante las expectativas de la gente, surgidas en los procesos de


autodiagnóstico y participación comunitaria?

¿Qué capacidades y habilidades deben desarrollar y fortalecer quiénes trabajan en el campo


del desarrollo en general o de la salud comunitaria en particular?

¿Somos capaces de reconocer y valorar el compromiso de las personas que dedican su tiempo
y se esfuerzan por mejorar la salud de su comunidad? ¿Cómo?

¿Qué sentirán las personas que captan una gran necesidad de la comunidad y se dan cuenta
que no hay posibilidades de satisfacerla? ¿Qué deberían hacer?

Además de impulsar la creación de espacios de expresión comunitaria en torno a sus


necesidades o de planificación participativa. ¿De qué otro modo se podría fortalecer el
protagonismo comunitario en la toma de decisiones?

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Shirley y La Zafra de La Caña de Azúcar Autora: María Cristina Rentería
Institución: PROCOSI

En el mes de mayo del año pasado, participé en la aplicación de una metodología


de investigación participativa en la que debía hacer entrevistas a mujeres
embarazadas y lactantes, a fin de identificar las prácticas de alimentación y
cuidado del niño en el hogar que afectan a su nutrición, para contribuir de esa
manera a mejorar dichas prácticas.

Me dirigí a la comunidad donde debía entrevistar a una señora y mientras lo


hacía iba observando todo, cómo era la tierra, imaginándome si sería apta para
cultivos, observaba la vegetación, los animales y estaba ansiosa por encontrar
a una mujer embarazada o madre, lo más pronto posible.

Cuando encontré la casa de la señora Mercedes, quien era de mediana edad y oriunda de Sucre, quedé
sorprendida. En ese terreno que le pertenecía, vi una casa grande de 2 pisos, otras 3 más pequeñas y un
camión cuya carrocería estaba cubierta con un toldo. Además vi varias mujeres, unas embarazadas, otras con
niños y niñas que jugaban en la tierra.

Observé a todas las mujeres y decidí entrevistar a una madre niña que estaba dando de mamar a un bebé como
de 2 meses. Me llamó mucho la atención, lo joven que era, además que tenía un párpado caído que le tapaba un
ojo y solo podía ver con el otro. Empecé a imaginar cómo sería su vida.

Se llamaba Shirley y tenía 16 años, le pregunté por qué había tantas casas, tantas mujeres y tantos niños
y niñas. Me contó que ella era de Mizque, que todas esas mujeres estaban ahí y vivían ahí porque venían a

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trabajar con sus familias a la zafra; que ella, su suegra, su esposo y su cuñado vivían en el camión tapado con
toldo y que la señora Mercedes era la dueña, que les pagaba 30 Bs. por quintal de caña puesta en un camión
y que de esa cantidad, les descontaba para pagar la comida, la vivienda (el alquiler del camión) y otras cosas
más y que al final, no les quedaba dinero para regresar a su tierra, por lo que debían realizar otros trabajos
para juntar para sus pasajes.

No hice la entrevista, cómo? si ella vivía en semejantes circunstancias, iba a preguntarle sobre sus prácticas
de alimentación. Me despedí de Shirley con una gran amargura en el corazón.

Aprendizaje

Ese día volví al hotel, un lindo hotel, pensando en la vida, en la pobreza, en las inequidades, en la falta de
oportunidades, en las personas poderosas que oprimen y explotan a seres indefensos y necesitados.

Pregunta

El Proyecto de Salud Comunitaria que propone mejorar la salud y la calidad de vida de las personas de la
comunidad, está trabajando en áreas y con personas que van y vienen de la zafra y que seguramente viven la
misma realidad ¿habrá algo que podamos hacer o sólo quedarnos y ver pasar lo que pasa?

PREGUNTAS PARA INCENTIVAR EL APRENDIZAJE COLECTIVO

¿Cómo respondemos a la pregunta de la autora?


¿Cuál es el rol de los técnicos y técnicas de los proyectos frente a esas
condiciones de vida y de trabajo?
¿Cuánto conocemos realmente de la realidad, cuando se trata de proponer
intervenciones o metodologías? y ¿Cuán pertinentes éstas pueden ser?

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La Oscuridad Autora y fotógrafa: Elsa Sánchez
Institución: PROCOSI

Un día lluvioso y frío, mi único deseo era meterme a la cama con una taza de leche caliente y un buen libro.
En ese preciso momento, alguien toco mi puerta y era don Félix el partero de la comunidad con el rostro
sudoroso y cansado por las 6 horas de caminata; en cuanto me vió en la puerta, antes del saludo protocolar
que acostumbraba, vomitó la angustia diciendo “doña Juana Gutiérrez, se está muriendo; hace dos días que
está con dolores de parto y la wawa en lugar de nacer de cabecita quiere nacer de mano”.

Entendí la razón de su preocupación, e inmediatamente juntos fuimos a buscar al conductor del proyecto a su
casa, para nuestra mala suerte, él estaba en la casa de su madre, entonces nos dividimos el trabajo: mientras
él se encargaba de ubicarlo yo me fui a preparar el maletín de parto, otros insumos y medicamentos. En 15
minutos estuvimos en camino.

En el camino don Félix comentó todo lo que le hicieron a la señora para


“acomodar al bebé atravesado”, le hicieron tomar mates de orégano,
le mantearon en un aguayo con movimientos suaves, luego le sobaron el
vientre con grasa de gallina y como no tuvieron resultados, volvieron a
mantearla, esta vez en una frazada de lana y entre cuatro hombres con
movimientos más fuertes y hasta le hicieron rebotar. La revisaron y
la mano seguía ahí. Entonces la colgaron de una biga con los pies hacia
arriba para que el brazo de la wawa vuelva a la matriz.

Después de una hora de viaje, finalmente llegamos a la comunidad,


en la carretera encontramos algunas personas con el rostro lleno de

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angustia, algunas personas se acercaron a don Félix y le preguntaron algo en y él sin contestar empezó a
caminar cuesta arriba en dirección de la casa y la gente en silencio nos acompañó.

Después de 30 minutos nos aproximamos a la casa, un perro salió al encuentro y en ese mismo momento salió
una persona con un palo para hacerle callar y detrás de esta persona apareció un hombre furioso, con el
rostro desencajado solicitando que nos fuéramos y decía: “mi mujer está bien, se salvara, he conseguido a
otra partera porque el de aquí no sabe, porque no ha hecho nada y por eso se ha escapado. Después del saludo
le solicité que nos dejará verla - él se negó totalmente, insistimos y tratamos de explicarle el problema-
finalmente a mucha insistencia permitió que entráramos al ambiente donde se encontraba la señora Juana.
El cuadro que encontramos no fue nada alentador, lo busqué al esposo para explicarle sobre la gravedad del
asunto y él desapareció, solicitamos a un vecino que lo fuera a buscar. Mientras esperábamos la reaparición del
esposo la colocamos en una frazada para cargarla hasta la movilidad y solicitamos el apoyo de algunas personas
que estaban en el patio de la casa.

Empezamos a caminar cuesta abajo y en ese momento el esposo apareció furioso y gritando en aimara “nadie
se va a llevar a mi esposa, ella va a tener su wawa aquí en su comunidad y en su casa, porque todos mis hijos han
nacido aquí y además no tengo plata para pagar al hospital”, yo me acerqué para explicarle, sin resultado. Miré
a mi alrededor solicitando apoyo de los que estaban cerca, pero nadie intercedió, me acerqué al secretario
general que también estaba cerca y le solicité que él como autoridad haga algo, y él con toda tranquilidad me
dijo “aquí en la comunidad no creemos en los doctores, porque aquí y en la otra comunidad tenemos parteras”.
Al escuchar esto las cuatro personas que estaban agarrando las cuatro esquinas de la frazada la soltaron
e inmediatamente reaccioné y les dije “seguiremos bajando ya hemos perdido mucho tiempo” y las cuatro
personas dudaron un poco y finalmente levantaron la frazada y avanzamos muy poco porque el esposo empezó
a jalar la frazada en sentido contrario. Nuevamente nos detuvimos y recurrí a las mujeres que estaban cerca
para pedir su ayuda tanto para convencer al esposo como para bajar a la señora, porque dos de los que estaban

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ayudando se fueron. Ninguna de las mujeres se movieron ni para interceder, ni para agarrar la frazada. El
esposo por alguna razón se alejó del lugar y aprovechamos ese momento para bajarla hasta la movilidad. Yo
tenía el corazón hecho un nudo, porque veía y sentía que doña Juana se nos iba y efectivamente se nos fue. Al
poco tiempo nos enteramos que el esposo para enterrarla mató el mejor toro.

Comentario

Ese día mi corazón se rompió, mi esquema mental de un estilo de trabajo comunitario se hizo añicos y me hice
algunas preguntas que por algún tiempo me han perseguido y todavía hoy me persiguen.

Este hecho marcó mi vida profesional: ese día pude evaluar los resultados de tres años de trabajo comunitario
en salud y me di cuenta que no había hecho nada.

PREGUNTAS PARA INCENTIVAR EL APRENDIZAJE COLECTIVO

¿Qué es la muerte para las poblaciones con quienes trabajamos?

¿Qué es la salud y la enfermedad para los hombres y mujeres de las


comunidades?, ¿será lo mismo que para nosotros?

¿Qué opinas sobre el rol de las autoridades comunitarias en relación a la


salud y enfermedad en la comunidad?

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“Riesgo Total” Autor y fotógrafo: Julio Díaz
Institución: CARE Bolivia

Había llorado tanto la Niña que Pailón estaba aislada de Santa Cruz. El turbión había rebasado el lecho del
río e invadido toda la vía del tren, el pueblo estaba en un gran riesgo de inundación, por lo que las autoridades
abrieron brechas en el asfaltado.

Las personas, cual hormiguitas, caminaban en ambas direcciones guiadas por la vía ferroviaria en medio del
agua para poder llegar a su destino. Algunos sueltos y otros cargaban con todo su equipaje. Vimos como una
persona fue arrastrada por la corriente y logró llegar a la copa de un árbol y quedarse ahí esperando al grupo
de salvamento.

Quería llegar a Santa Cruz, no tenía otra alternativa que pasar por entre el agua ese tramo de más de un
kilómetro, después de ver las dificultades de los demás. Había que ingresar por el sector más profundo, fue
un reto para mí.

Después de los primeros metros sentí una sensación de mayor confianza


y tranquilidad y el caminar fue más seguro. Alentado por Daner (colega
de trabajo) pude vencer este reto. Después de la caminata en el agua
llegamos al lugar donde se veía las rieles y sentí que la tranquilidad
volvió a mi ser. Nos olvidamos de comer por estar cerca de Santa Cruz,
ese día no logramos cambiar nuestra ropa ni los botines, todo se había
secado con el caminar, pues también teníamos que pasar el puente del
tren que son casi dos kilómetros con el agua casi a punto de llegar a
la vía.

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Pensé en toda la gente que está en sus comunidades, aisladas y pasando momentos muy difíciles, me llevó a
escribir algunos versos dedicados a ese momento.

Aprendizajes

• Sólo el compromiso de algunos técnicos hace que arriesguen su vida, su seguridad o su comodidad, por
cumplir con los compromisos a pesar de los problemas climáticos.

• La situación de las poblaciones de áreas inundadas, es un elemento que interpela profundamente a los
técnicos que trabajan en la zona.

PREGUNTAS PARA INCENTIVAR EL APRENDIZAJE COLECTIVO

¿Qué opinas sobre los aprendizajes del autor?

¿Realmente se reconoce y valora el compromiso de los técnicos y


facilitadores que enfrentan una serie de dificultades para lograr sus
objetivos?.

¿Cómo nos afectan experiencias como la presente en nuestra vida


personal y laboral?

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Salir del Anonimato Nombre: Rosa Albornoz
Institución: Visión Mundial PSC

Hoy el día está con chilchi y con ganas de llover. A medida que se realizaba las encuestas de línea de base a la
organización comunitaria de mujeres, una de las últimas señoras me conmovió cuando contaba que cuando era
más joven no sabía cómo cuidarse para no tener muchos hijos.

Ella veía que algunas de sus vecinas no tenían hijos tan seguido y ella cuenta que les pedía que le enseñaran
porque también quería tener hijos con espacio de más tiempo, ellas tenían vergüenza de indicar o explicar cómo
era que se cuidaban aunque le avisaban, nunca fue exacto o correcto y seguía con otro embarazo. Luego empezó
a ver y controlar que es lo que su esposo hacía y no hacía para saber como el evitaba un embarazo; ella insistía
en saber, pero el esposo no quería que aprendiera, porque si ella aprendía, temía que ella empezara a tener en el
futuro otra pareja o que lo engañara y se fuera.

Su constancia fue inútil, nadie le dio una información, por lo menos la cercana a la
realidad.

Un día ella tomó una decisión cuando convocaron a capacitaciones en artesanías en


Puquio, donde el esposo se opuso a que asista. Durante más de dos semanas, ella
le fue hablando porque deseaba asistir, además ya tenía muchas hijas y quería
aprender para mejorar como persona, hasta que el accedió. De ahí en adelante,
ella aprendió a tejer, pero a la vez aprendió cómo cuidarse para no tener hijos
tan seguido y ahora tiene cada 3 años, asiste a los talleres y capacitaciones y fue
participando con más seguridad y continuidad. Ahora el esposo reconoce que es
muy importante que las mujeres se capaciten para poder mejorar en la familia y
la comunidad.

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Él fue una de las personas que apoyó a las mujeres en la presentación en el concurso de sociodramas y ahora es
uno de los que más apoya al proyecto en su comunidad.

Ahora podemos ver que doña María cambió como persona, es notable y ella tiene un grado más que las otras
socias en liderazgo y decisión y entiende el objetivo de la Estrategia de Participación Comunitaria de mujeres
(Warmi). Un día yo estaba de retorno de San Antonio de Lomerío a Concepción después de realizar la selección y
cuentas de línea de base y en el micro los vi subir a ambos, a María y José, sin niños y después de saludarnos, la
pregunta surgió, dónde viajaban? y me contestaron a un taller en Concepción sobre “tierra y territorio” durante
cuatro días. A sus hijos y nietos los dejaron con la abuelita.

En Concepción mientras realizaba encuestas pude observar que ambos María y José sentados en sillas
desarrollaban trabajo de grupos.

Aprendizaje
Ahora puedo observar como una persona cambia y mejora su autoestima. Cuando hay cococimiento y apoyo del
esposo, mejora la pareja, la familia y por ende la comunidad. Cuando aprendemos y ponemos en práctica todo lo
aprendido podemos liberarnos de muchos complejos y dependencia de parte del esposo.

Algunas inquietudes
¿Cuántas mujeres vivieron una experiencia igual a la de María?
¿Cuándo se podrá lograr que las mujeres de todas los confines de nuestro país conozcan sobre salud sexual y
reproductiva?
Si todos los hombres fueran más amplios y comprensivos se podría solucionar muchos problemas.
¿Nosotros, los del sector salud, estamos realizando el trabajo en lugares donde se requiere?

PREGUNTAS PARA INCENTIVAR EL APRENDIZAJE COLECTIVO

¿Cuáles son nuestras respuestas a las preguntas


formuladas por la autora?

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Historias de Vida Nombre: S. Rolando Colque
Institución: CARE Bolivia

Sí historias, historias de vida que reflejan algo o que demuestran tal vez algo diferente de la realidad, pues
miren, he recorrido muchos, pero muchos lugares, he conocido a mucha gente y en resumen, lo que veo es que las
historias de vida de mucha gente, de muchos niños y niñas, en fin de las familias, se traduce en la misma historia con
diferentes matices, en diferentes circunstancias, en un medio diferente pero al final la misma historia, el mismo
contenido.

Si alguien me preguntara que es lo que veo en esta imagen, y si no hubiera tenido la oportunidad de visitar diferentes
regiones, podria decir que veo unos niños preparándose empanadas de queso en su casa como ayuda en la casa, pero
si doy una mirada al pasado, a mi recorrido, me pongo a pensar en la diversidad de realidades que nos toca vivir
a diario, les digo que esta es una historia de vida muy común en nuestros suelos. Esta niña y los niños preparan
empanadas, pero no para ellos, si no como un medio de generación de
pequeños ingresos económicos destinados a solventar los pequeños gastos
familiares, ya que en muchos casos tienen un padre que ya hace mucho les
abandonó o en su caso la madre que ha empezado una nueva vida, fácil no?.

La realidad es que en muchos casos la responsabilidad paternal o maternal


es olvidada y son los hermanos mayores los que llevan sobre los hombros
la responsabilidad del cuidado de los hermanos(as) menores, una dura
realidad de ellos o ellas que se ven obligados a renunciar a sus deseos de
vivir una vida de juegos de niño o niña y madurar antes de tiempo por las
responsabilidades que tienen que cumplir cada día.

Al final son niños y niñas que tratan de encontrarse con la felicidad y


la diversión bajo otras condiciones de vida, ante la mirada muda y sin

- Grupo 5
Salud Comunitria
Foto: Proyecto de

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palabras de personas que tal vez, no les importa en lo más mínimo esa realidad, o frente a quienes pueden hacer
algo, como nosotros.

Y si me preguntan una historia de vida que me impacte, pues les cuento miles pero miles de historias de las que aún
existen, traducidas en un común denominador que es la pobreza, el abandono, las ganas de sobrevivir y no morir. Al
final esto se convierte en un círculo vicioso que al crecer estos niños o niñas repiten la historia una y otra vez de
generación en generación.

Ahora surge la pregunta, ¿Estamos dispuestos a tratar de cambiar primero nuestras vidas antes de poder intentar
cambiar la de los demás?

Aprendizaje:

Esta historia debe reflexionarnos a cada uno de nosotros de una manera distinta, a la que no podemos inducir.
¿Es suficiente ver la realidad, o abrir los ojos y hacer algo por nuestras vidas?.

PREGUNTAS PARA INCENTIVAR EL APRENDIZAJE COLECTIVO

¿Qué piensas sobre el trabajo infantil?

¿Tendrá impacto una vida de trabajo infantil sobre la formación de


la persona?

¿Cómo podemos incidir en las políticas públicas para evitar que los
niños asuman responsabilidades de adultos antes de tiempo?

¿Qué hacemos cada uno de nosotros/as para cambiar esta realidad?

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Experiencia Vivida Nombre: Karin Nibuscha Rapu
Institución: Visión Mundial. PSC Vida

En el municipio de San Ramón, mi persona fue asignada como Facilitadora Educadora para implementar una nueva
estrategia de participación comunitaria con mujeres, Warmi.

Al saber de esa estrategia, quedé impresionada porque por primera vez se implementaría en el oriente y con un
poco de miedo porque no estaba bien informada sobre la estrategia. Conforme fuimos capacitados por la Lic. Elsa
Sánchez, me pareció que los ayudaría mucho a las mujeres el hacerles conocer sus derechos.

En la primera etapa, fuimos a identificar a las organizaciones comunitarias de mujeres (OCM) del municipio para
promocionar la estrategia. Luego recibí de algunas mujeres preguntas sobre la misma, se les explicó y quedaron
alegres, pero su miedo era que sus esposos no las dejen participar porque se trataba de salud sexual reproductiva,
ellos dicen “vamos a tener los hijos que Dios quiera”.

Las señoras decidieron participar y luego dijeron que ya era tiempo de que ellas tengan una buena comunicación con
toda su familia y que es importante, tanto para ellas como para todos los de la comunidad.

Para la selección de la organización líder, las mujeres presentaron temas de sus


vivencias diarias en sus hogares, me pareció muy importante que las mujeres se
esmeren por contar su realidad, además que había mucho público. Las mujeres
estaban nerviosas porque estaban presentes algunos varones y tenían temor de
que se agraven los problemas que ya han vivido.

Luego empezamos a hacer una nueva actividad de levantamiento de línea de base a


mujeres en edad fértil y a hombres de las comunidades. Otra experiencia fue que
las preguntas que se les hacía a las mujeres generaban muchos testimonios. Para
mí, vivían frustradas, las mujeres contaban su historia llorando, lo que yo hacía
era escucharlas y consolarlas, era lo peor que había escuchado.

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A pesar de todo lo que a mí me preocupa es que estas mujeres vivan frustradas y con esta nueva estrategia,
podemos sacarlas de todo eso, hacerles conocer sus derechos y creo que vamos a lograr que estos hogares
superen los problemas que ellos están pasando.

Me preguntaba:

¿Cómo viven estos hogares?


¿Qué hacen en ese momento de sus problemas?
¿Cómo arreglan sus problemas?

PREGUNTAS PARA INCENTIVAR EL APRENDIZAJE COLECTIVO

¿Qué otras implicaciones tiene trabajar el tema de los derechos?

¿Cómo se debería manejar la expectativa que se despierta en las mujeres de una


comunidad, cuando se tocan temas personales como su salud sexual y reproductiva?.

¿Qué encontramos cuando después de escuchar las historias de la mujeres,


confrontamos estas con los objetivos del proyecto?

¿Qué aspectos se tendrían que considerar antes de la implementación de una


Estrategia, en relación a la población que participa en ella?

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Nostalgias Nombre: Damiana Escóbar
Institución: CARE Bolivia

Quiero compartir parte de mi vida de cuando llegue la primera vez a Roboré.

Un 14 de mayo llegué a Santa Cruz porque me invitaron a trabajar en el Proyecto de Salud Comunitaria PSC. En
dos oportunidades rechacé el trabajo en Santa Cruz, en CARE y en el CSRA. Por una casualidad me contrataron
para hacer encuestas y volví a CARE para una entrevista con la gerente y acepté.

Tenía una gran curiosidad por conocer Santa Cruz primero y por conocer a su gente, su cultura, sus costumbres,
etc.

Un 21 de mayo llegué a Roboré y sentía que me ahogaba y me arrepentí de la decisión que había tomado y no se
dieron cuenta del dolor que sentía de haber dejado a mi familia, mi trabajo y a mi novio. Estar lejos, me parecía
que el sol me quemaba hasta dentro del cuerpo, de vez en cuando me escapaba camino al hospital de Roboré y
me arrepentía de haber ido a ese lugar.

Nadie se dio cuenta que me estaba asfixiando, empecé a llorar y tenía muchas ganas de irme.

Cuando teníamos que regresar a Santa Cruz para hacer los informes, saqué todas mis pertenencias para irme
a La Paz y no volver nunca más, tenía una depresión muy fuerte, sólo me escuchaba una amiga a la que traje de
La Paz y a veces hasta se molestaba porque sentía que me estaba enfermando, ella me dijo que nos fuéramos.

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Nos fuimos y otra vez volví, había algo que me pedía volver y no sabía que era. En esta segunda entrada me
enviaron a Pailón, me dieron a escoger donde quería trabajar y de repente se me iluminó la idea de trabajar
cerca de Santa Cruz me animé y apasioné, nunca había escuchado ese nombre ni la distancia ni nada. Terminó el
mes y nuevamente volví a La Paz pensando no volver, pero volví por tercera vez. En ese tren me di cuenta que en
90 días estaba involucrada con las autoridades, con la gente, conocí a mucha gente que necesitaba mucho, agua,
alimento y me dije, aquí me quedo.

Empecé a reflexionar y me preguntaba que voy a hacer en la ciudad; en la ciudad ya tienen todo organizado y
acá encontré algo que realmente necesitaba, un lugar donde necesitaba dar algo de mi, especialmente en las
comunidades indígenas donde nadie les ha dado apoyo ni nada, donde a gritos están pidiendo información y
orientación.

En todo este tiempo llegué a cumplir un año y ahora no pienso, ni siquiera se me ocurre irme, tengo que llegar
hacer muchas cosas, sólo tengo miedo que el tiempo no me alcance, para cumplir metas personales, dar como
ser humano información especialmente a la mujer que es discriminada. Ahora trato de aprovechar todos los
minutos de estar con ellas y sé que con el apoyo de las personas que me rodean voy a lograr conseguir que las
personas conozcan y ejerzan sus derechos, de aportar en algo para que no sean discriminadas especialmente en
las comunidades ayoreas. Sé que es difícil pero no imposible.

PREGUNTAS PARA INCENTIVAR EL APRENDIZAJE COLECTIVO

¿Qué nos motiva a trabajar en la comunidad y dejar nuestras casas,


familias y comodidades?

¿Cómo se podría facilitar los procesos de adaptación a los cambios que


viven las personas que desarrollan este tipo de trabajo?

¿Cómo sensibilizar en nuestras organizaciones sobre la importancia de


estos procesos personales en los equipos técnicos?

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Este material ha sido impreso gracias al apoyo proporcionado por el Gobierno de los Estados Unidos de América, a través
de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), bajo los términos del Acuerdo Cooperativo
Nº 511-A-00-05-00113-00 NGO UMBRELLA.

Los contenidos expresados representan a las personas que participan en el Proyecto de Salud Comunitaria y no
necesariamente la opinión de USAID.

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