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Saberes y tradiciones, una mirada al interior de la escuela

Recordar los primero días en la comunidad a la que fui asignado como Profesor, el
primer discurso de presentación, los primeros diálogos con los padres de familia,
las primeras indicaciones a los estudiantes en el aula, las primeras reuniones
administrativas con otros docentes y el director de la escuela, constituyen la fuente
de saberes sobre el quehacer docente, el cuál se enriquece desde la interacción
con otros profesores, el propio saber de los estudiantes, la comunidad en
general, así como los diversos espacios geográficos, culturales y socioeconómicos
que el Profesor recorre en su historia de la enseñanza y el aprendizaje.

El saber en Telesecundaria, es la suma cognitiva de teorías, cultura, formación e


información, siempre en constante transformación por la experiencia directa en la
escuela, la comunidad y en general en todos los contextos en que el docente
participa, los años de servicio pueden acumular experiencias, saberes modificados
y estratégicos que regulan la acción diaria en el aula, no es la misma actitud y
proceder del primer día de clases, a un miércoles después de 5, 25 o 30 años de
servicio educativo, pero lo que marca la diferencia entre el primer día y los años de
experiencia, es la constante reflexión de las acciones y la actitud apasionada por
el quehacer docente, si después del peso de los años, éstos constituyen eso,
demos por hecho que nuestro recorrido merece detenerse un poco, para volver la
mirada a aquello que algún día nos atrajo, nos ilusionó y posiblemente hasta “nos
dio vida”.

Recordemos la mirada de los estudiantes cuando descubrimos que estaban


atentos escuchando, dispuestos a seguir nuestras instrucciones, confiados en que
lo que decíamos y hacíamos era importante, porque cambiaria o transformaría sus
vidas. Sin embargo sabemos que los saberes se forjan en una constante paradoja
entre el ideal, el deber ser y la realidad de muchas maneras adversas en las
comunidades rurales.

El docente de muchas maneras supera la paradoja del deber ser prescrito en el


plan de estudios, en los libros, y su quehacer diario frente al estudiante y su
contexto, cuando autoreflexiona lo que hace, y vive su experiencia más acorde a
la realidad, crea un puente entre sus saberes y el de los estudiantes, es en la
construcción de ese puente donde el hombre puede transformarse, es la apertura
a nuevas formas de aprender, se activa una especie de ingeniería cognitiva para
crear o recrear instrumentos didáctico.pedagógicos significativos tanto para él
como para el estudiante.

Los saberes del docente, también se mueven desde las tradiciones de la


institución, una buena parte se funda y se materializa en acciones autoritarias,
celos, edades, intereses de partido político, ideologías, etc. adjetivaciones que se
acrecientan en el docente cundo deja de reflexionar su cultura, su cosmovisión y
se prepara para la conquista de un nuevo mundo de docentes que respondan a
estas características, no obstante que no existe un ser que no tenga pensado
hacia donde ir, el dilema, o pregunta es, hacia dónde va, por qué va y cómo va, en
este sentido, el cuestionarse constantemente podría conducir a la liberación de las
tradiciones institucionales y crear o construir un puente entre la institución, los
docentes, sus necesidades e intereses para transformar la práctica educativa, su
formación y su vida cotidiana.

Desde esta perspectiva, saberes y tradiciones se cruzan en la vida profesional del


docente, no como una especie de destino último, sino como una conducción
programada desde ciertas élites a nivel macroeducativo y socioeconómico en
nuestro país, la sublime práctica educativa en el aula y su contexto, revela que
existen fuerzas muy poderosas difíciles de superar por un solo docente, tales
como la pobreza, la marginación y la ignorancia, podríamos también cuestionar si
le interesa, le afecta al docente estas situaciones o no, desde mi punto vista sí, por
ejemplo; en el primer año de servicio, para llegar a la comunidad El Letrero,
Municipio de Siltepec, tenía que viajar de Ocosingo, desde las tres de la mañana,
para llegar dependiendo de las circunstancias del camino y del tiempo, entre siete
y nueve de la noche, una buena parte del camino en el corazón de la Sierra Madre
de Chiapas, era de terracería, muy deteriorado y accidentado, se fundían en este
lugar la riqueza inolvidable de sus montañas -por cierto sin explorar sus minas-, y
lo difícil que era llegar por las condiciones de acceso y vida.

Las condiciones del lugar nuevamente nos hacen reflexionar la paradoja de la


riqueza y la pobreza en un mismo sitio, esto daría lugar a reflexionar y accionar en
el aula, que de muchas maneras la pobreza material, puede tener sus orígenes en
lo que el ser humano piensa de él mismo, y el valor que adjudica a su cultura y su
riqueza natural que le rodea. Es probable también que el sujeto llegue a pensar de
una determinada manera creyendo que lo que aprende en la escuela es lo mejor y
último, sin embargo la escuela casi reproduce un contenido y olvida la riqueza
lingüística, cultural e incluso la riqueza de su flora, fauna, cuevas, lagos, ríos,
montañas, minas, etc. que constituyen una fuente ilimitada de saberes y fuente de
desarrollo de las comunidades. Me parece que este el punto que se esta
cuestionando a la escuela en el tercer milenio, Latapí hace énfasis en lo siguiente:
”¿No nos comportamos como insensatos ante el sistema educativo, repitiendo rutinas que sabemos
ineficaces? Arriesguémonos: especialmente en las áreas más abandonadas y postergadas del sistema
educativo, como la educación rural y la indígena, abramos nuevas vías al aprendizaje, a la manera como las
escuelas se relacionan con las comunidades, a las funciones de los maestros, al uso de las tecnologías,
incluyendo en esto también la educación para los adultos. Démosle una oportunidad a nuestra creatividad”.
(Latapí: 2007, 14)
La pregunta a plantear es, qué y cómo puede hacerse desde nuestro espacio,
lugar y tiempo que nos tocó vivir, ante esta mirada, creo que existe la posibilidad
de crear un puente entre la riqueza de saberes del profesor y la del estudiante en
su contexto, como lo argumenta Ausubel:
“Simple y sencillamente, la actividad constructiva no sería posible sin conocimientos previos que permitan
entender, asimilar e interpretar la información nueva, para luego, por medio de ella, reestructurarse y
transformarse hacia nuevas posibilidades” (Barriga: 2006, 147)

Como he descrito, las diversas experiencias y una manera nueva de interactuar


con los saberes podría constituir una salida más reflexiva a las oportunidades y
desafíos de nuestro tiempo.

Alberto Moreno Durán

Bibliografía

Ausubel P., David, et al: Psicología educativa: Un punto de vista congnoscitivo.


México, Ed., Trillas, 1983.

Barriga Arceo, Frida, et al: Estrategias docentes para un aprendizaje significativo,


una interpretación constructivista. 2 ed., México, Buenos Aires…Ed, McGrawHill
2006 (c2002) 465 p.

Latapí Sarre, Pablo: ¿Recuperar la esperanza? La investigación educativa


entre pasado y futuro Conferencia de clausura. IX Congreso Nacional de
Investigación¡ Educativa Mérida, Yuc., 5-9 de noviembre de 2007. Página de
internert del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE)

Esteve, José M. Cuadernos de Pedagogía /No. 266/ Febrero; La Aventura de


Ser Maestro, México.

Moreira, Marco Antonio: Aprendizaje significativo: Teoría y práctica. España, Ed.


Visors, 2002.

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