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‘oe al cankato, sipore. (seiner i enagiiesms sec een ae aed Sorte cy $ i 3 A Ey ee oR Rosa Mari Ytarte yor ones ered acs Oe el tan Per metic ete oe rr ey Peers mimenrorvirnnennty ia Perret mcr ic ater ese ric) eT Cette) ~Culturas contra ciudadania? Rosa Mari Ytarte Serie diigida por Violeta Nafez BIBLIOTECA de EDUCACION ‘La Bnuo1ms BoecAcn iene propo dedifendrls etal tedczoey las exeranin prietcas ms evanadas gu surgen hoy en liber ona y de dara concer tami tigen, eas» propa ono ‘ders ques a genorando oa spans de habla hepune Ladin ere A eta Biotest Tomaoldos eepecaliatat ‘esti dedicat a frac mite dition Inala y ton prose cog an mare ecoolgiey les bereumlonas ars nvertigar ens apscins das ln erie ques stages ion corals ecole planes de nud nero Viourra Nomex La edueacton on tiempos de (Gord) dncertidambre: Heng Taro co) Jost Gancia Moun MIGUEL Gamez Senza Rvaluacién de los rervicios sociales SACL Kansr La exclusin, definisla ‘coord para erradicarla Brfinsomes 3 matioes Jose ANTON CARIDE Las fronteras dela Pedagoia Soci! Perepectocscetfca hte ‘SUGrRIED BunnreLy La étion del chocolace Aptcaconey det paecumdlsien Bhucacién Seiad Avovsr AICHHORN Juventud desamparada SACL Kansz Problematizar el trabajo wocial Definition figuras clinica cist. ACA. szanas gg os Pree, EEE an? Mati. 1137013. Feoharem, —cacanooe éCulturas contra ciudadania? Modelos inestables en educaci6n Rosa Mari Ytarte Prélogo Antoni Petrus Rotger gedisa (© Ross Mart Yerte, 2007 Disco de cublrta: Sabatin Pigarés Primers edi: noviembre de 2007, arclona Derechos reservados para tedas as ediciones en castellano CBtimuloatasA aan a Sati Gna) Prat Fonanoes Fe, pasty ‘ngs / isan sresesreirs | Doce ass 307 Inpro por Romans ‘eragucr t= 0786 Copeldes Barcelona) |S Impreso en Espana ca Printed in Spot SCAT veda profi arpa pacal tll por cualgue mel de apres, en form Hens, etd occas e Sa ron co ‘Sina dels {os hombres ylas cosas desu vidas sobre todo Jes Inga a conypenutan ys confleren rtp criente valor; algunos lpares se bastan por af 30 los para hacernes compafia, porque contienen, came los tculs ene wanco dels arboes, inex fenla que we ha vvido en ellos yas personas oo Tae que se hs compartido ea extenia, ctr sets dtl formn seni, (cuzuno Mans, Utopia ydesencanto Amis amigos. ‘Yann pad, in momdriam. nigra despedise, cabin, es aprender avi Y aprender a vie ‘ umbi dascubris queen ete mundo hay mss gates, ms sto- ‘as es aprender avs en ora pare cam lo que eres, com logue fuse, on logue saber y con lo qe sabes Que inors. Apender aire ‘acon ston que no won tau no maben Toque tae, que no een Jo que eee, que no conocen lo que Hi conaces gue no quiero ‘que th quieres. Aprende vivir es dejar de pensar que 6 ener uh Tugar em este mundo, que slo somos parte de una historia, de una er dad. dem camino, dona ter vin desing, Aprender avr mses presente es adqulrir concanca de su histvielda, e aprender a mo ‘Yernosenla divesided, aprender a nambrala diferencia a recocet nsesa oignalidad, Juues Puastno,Jdentidades en movimiento Prélogo, Antoni Pets Rotger Palabras previas . wea 3.26825 indice 15 2 PRIMERA PARTE: CULTURA, DIVERSIDAD E IDENTIDAD 1. 12. ultura y diversidad cultural. renunt por ia diver. ‘Culturas y pluralidades: sidad Por qué nos importa la cultura. {alr como pete. Hegde dla moder ida ‘Lacalcura como diferencia (eidentiiad) - Tacltura de a intercultural Universalidad, identidades y diferencias»... Universlidad y particular, guna dicotomia supe- da? Ta queja dela diferencia frente ela hegemonta de Io ‘universal [Narrasivas de Is educacién deo comdn, vlatos de la ceducacién de Jo diverso, La intereulura como tole- 31 33 3 3 48 49 34 54 ry 6 £13) Identidad y alteridad: fo mismo y lo Otro como Articulacién de la perteneneia individual y colectiva ‘duos san agentes de cultura y no simplemente roceptares pasivos de ‘modelos esablecidos de cultura. “En este sentido argumentanmos que la cultura y las tradiciones son menos fjasy mucho mgs mutales de To que en una primera ‘aproximacién podria parecer. Por el contrario, st defnimos la cul tra como algo dado ¥ terminado, completo en s{ mismo, atribui ‘nos a individuos coneretos rasgos y caracorsticas que son el fruto de una sbstraccin, anticipando de esta manera su accin y com. prometiendo su identidad al negaries esa dimension de relacion y ‘movlided. Aunque ea la mayorta de definiciones que hey podemos encontrar en ls cleclas sociales se defiende una vision dinémica de la cultura, no es menos clerto que tanto en el lenguaje comin ‘como en muchas de las propucstas que tlenen que ver con el dere ‘cho a la diferencia subyace una visién estétca de Ia misma. La no- 30 WA 326825 ‘ion de cultura sive para resultar los elementos erelevantessy «e- presentativess que permiten identficar y eexplicar a un eolectiva determinado (Delgado, 2003), Si toda selecién de rasgos culturales implica necesaiamente una casficacién, podemos pensar que en rumerosas ocasionesésta se realiza forzosamente de forma sosga la, dejando efuerar aquellos elementos que no son sufelentemente ‘iferencidores ‘Siguiondo asimisoio la propuesta de Delgado (1998) convenimos en que las culturas son el eféeo,y no la cause, dels diferencias hu rmanas. Las diferencias culturales no se pueden entender como «un problemas que hay que gestionary resolver, pues en realidad res: ‘punden ala necesidad de ardenacicn dela Wentidad y del sentido de ‘ertenenca de los individuos y los grupos. Por ello, ls diferencias son ereadas yrecreadas individual ycolecdivamente para estructurar Ia identidad y favorecer la cohesién socal. Por tanto entendemos {que toda cultura es ya, por sf misma, diversa. En dofniiva, en las sociedades urbanas actuales no es posible identificar cultura dife- rentes a modo de conjuntos homogéneos separados entre sh, puesto que cada una es multeultural al mismo que Wempo que no ests copstitulda por otra cosa que por diferencias. Atender educaliva: ‘mente las diferencias cultures sera, desde esta ide, un impose, ‘no hay ndividuos culturaimente diferentes, cdiferentes qué?,yla ‘respuesta, vaga, sobre un supueste snosotros» destnonta cualquier Jntento de ace edicativa coherente,Incorporar la divrsidad alo ceducativo no seria entonces otra cosa que incorporar la cultura. De Jo que se trataria, por tano, es de que efectivamonte la educacion adie dar cena de cura sunita al fu pral- En realidad Ia complejidad del concepto de cultura puede evar ‘a una perspeciva multicultural radiclizada en la que a pertenen- ‘a cultural funcionara como una categoria desde la que establecer. ‘diferencias» de orden social. Por elemplo, en educacionintercul- ‘ural podifamos preguntarnos a qué nos referimos cuando habla- mos de cultura drabe © marogut, de cultura ewopea 0 africana 25, Amd de sfompa dae pac dl wo conse decal pe ‘moe tenia mt eran cen el pee ad Saha lg ren en ow ap as st S.u ‘como residades cuyo contenido se da por supesto y para retin: ‘nos a individuos que, alin yal cabo, participan de una misma so- cleciad, No obstante los inierrogantes, que hemos planteado res. ecto la utlizacion el eoncepto de cultura y deidentidad cultural ‘ena teorfa multicultural no pretenden negar Ia exisiencia de dife- Fencias ente individuos y grupos. Su objetivo es seaialarsu comple- jidad, EUnecho de poner en duda esta idea de lo cultural como dif ‘encia permite hacernos esta pregnta «¢Oué son exactamente las ‘ulturas de una sociedad “pluicultural’?» (Auge, 19968: 56) La diversidad puede ser pensada o bien como ebstéculo 0 bien ‘como posibildad de was sociedades en las que i siquera fuera _neceraro plantearve como problema al reconocimlento de su pli ralidad, de su constante hacerse y deshacerse. Cuando a la dife- ‘enciasculturales se les atrbuye ser in causa de conflicts produc ddos por in supuesto «choque cultural», no siclen rfljarse las sitaciones sociales, las desigualdades y exclusiones desde ls cue ‘emergen Tos conflictos y los procesos de interaccion entre indivi= ‘duos y colectivos. Contemplada como posibilidad, la pertenencia cultural aun es una identidad limita, sino un proceso en el ue Ta mersion en nuevas formas culturalesy la actuaizacin do los propio reerentes de identided a nuevos contextos es una constan- te pars todos los indivuos Contemplada como posibilided, la ‘altura y aus identiades se acerean mds a Ia idea de novedad, en- ‘cuentrey multiplicidad. Come poibilida, la cultura nose agotacn. sus representacions, 'Nihomogénea, nl esttica, ni ahistérica, la eri alas concep- clones cultsralisas nos recuerda, como hemos visto, que la cultura ¢ bisicamente proceso, esto ¢s, cambio, movilidad, nazrucién, Pero tambien podriamos decir que nl universal, ni lestoria, ni new- ‘ra, la critica alas concepciones universalistas nos sefiala que toda cultura, aun slendo proceso, configura y moldea mundos de identi dad que, mas alld de los cambios y ls contestos que ls prodcen, ‘organizan paralos individuos el sentido de pertenencia individual y ‘olectiva. Aunque desechemos Ia idea reducclonista de unas cults- ‘as estabesy ijas a lo largo del tiempo, tampoco podemos pensar 25, Ques ema gu, raat dl concep ula, oc me si pala tenno coe epuo iowa io om ‘ote aoe hse rere dete oes 2 Ja idensdad cultural como si fuese un conjunto de dinamicas de ‘dentificacimficilmenteiacercamblables, La pertenencia cultural ‘no e6 una cleccién individual entre variantesalternativas,no es un «producto consumibles que pueda sustitulrseo seleccionarse por comparacién, preferencia o simpatia entre modelos diversos. La dea de mestizaje hibridacién y multiplicidad que seialibamos en pérralos anteriores no signfice caer en un nuevo reduecionismo [propio de nuestros tiempos globales le simplifcar lo cultaral y 1 identitaro ala idea de ur mercado de las culturas en el que no hay mas que elie la Identidad «a medidas y pagar su precio. Si como dice Abdallah-Preteile (2001; 14) el individ tene de- echo a elogit y 8 singulariarse, a eescapar de loidel grupots de ‘origen (grupo familiar, social, ideolgico..J, de la mismna manera ‘dene derecho a permanecer en ellos sin qe su pertenencla sea aeo- ‘ada como alteridad o diferencia xeductibe. Si consideramos, con ‘a autora, que hoy uno de los mayores peligro os el rpliggne cul turalista de las formas idenstains, también -y de ahi quiz la emes= sgencia de lo intercultural pademsos interpretar (Maaloul, 2002) 5 aislamiento como la vsiilizacién de una de las formas de ex- clusién socal, como la imagen de una diversidad que consideramos “inasimilables,o blen como una de as formas actuales de resisten- ia frente a unos procesos de aculturactin agresiveshacta la plurs- Tidad de Ine Sdentidades y exeinyentes rexpocto a las fornas de par Heipacion ccanémica, politica y socal. La vivencia negathva de una ‘mundializacién que arsenaza la diversidad dela cultura tampoco fe: una cuestin que pueda rechazarse de forma simple eomo un planteamientoretrogradoy desfasade. ‘La afirmacién de Ia posibiidad de apertura v multplicidad que nos brinda esta época no excluye el hecho de que para muchas 80- Cledades el hecho posiilitedor de lo global signifique también una pérdida y una renuncia Ia propia identidad, El discurso interel- ‘ual se interrogariaentonces por esa dable dimension dela culta- ‘ay porla posbilidad des articulacién conjunta: camo proceso de ‘ultiplicdad desde lo comtin y como forma de expresion de las pertenencias subjetivas, ndividuales ycolectivas en tanto que reco- hocimlento de o particular Reconocimieato que por otra parte no ‘dejn de ser (ms que una manifestacin posiivs de unas diferencias ‘etrficadas) la igualdad de Tugar y de tato, de subjtivacién de lo Singular y de su incorporacion normalizada sla vids en sociedad, 3 Bui ie 1.2. Universalidad, identidades y diferencias Redhcdo ala soled individual, dspojade desu conden de chu dadano,inmevilizado en su srigens, dlsciado del resto dela hams. dad debidoa su insuperable donc indivdo seve destnadowte- ‘erune wkend inpuesta desde el exert.) La glbelcaion do ‘sie vival soil earn como un vaso movimieato de regresion ‘ulural para uns capas candenadas hoy a define por suresencas J ‘no por su interesce sociales. Este dala de vinclo socal st epone w ‘ode forma de universal set ‘Nan 2008" nivesaidad yperticularidad, zune dicoromta superada? Derecho ala diferencia, emergencia de las partcularidades, exigen- cia de afirmacién de lo coma universal. la identida y a cultura ‘como derecho vienen a cuestiona la universlidad de los valores y de las normas (de ls limites de lo idetitario) en el discurso de Ia rmultiultura, Esta es una de las eritieas mas serias formula cone ‘ala idea de lo multicultural defensa de a articulacisn conjun- ta (y en un mismo nivel normativo) de las nociones (y de as prs as) de igualdad y diferencia, Desde esa ertca, la cultura de lo ‘multicultural se contempla como un obsticulo y una impugnacién alo hurano universal, ua obsticulo que revela la imposibilidad de Tegitimar do forma equivalente ambos érdenes y la incapacidad ‘para generar un marco de valores universes enel que pueda reco- nnocersela mayorta dela pricticasculturales. ‘Sin embargo hoy I existencia de unos exterios universes se revela como un factor necesaio de cohesin eintelgibilidad en un ‘mundo global y plurlizado, el reconocimiento (no sélo cura ting también poten) de ins diversas que lo constitayen sele fentenderse algunas veces desde las sociedades occidentales como {mpedimento a esa universalidad,cuya maxima representaci6u co- rrosponderfa alos derechos humanos: sla apelacion al origen espo- cific de cada cultura ya su relevancla para la Mdentidad personal se ‘opone radicelmente a una fundementacion universal de los dere- ‘hos humanoss (Garzéa Valdés, 1997; 18) Peses esa observacion, ‘pars muchos grupos los referentes universlesrepresentan una for- sma veladae hipéerita de etnocentrismo, Esta cuestién, no obstante, ry ‘a much sll de acura, ya qu tne gue ver con lis propustas do ereacion de derechos cnlccvos ycomuniaon¥ cone euestonaicao que, desde varios stores se hace lav fei dea dsc dx derechos mas cnn mde ler universal” Tourine (197) nos ecerda qn Piel, antes de sborar eft tambin deme conten ma {calli come us dsarolibertizador: na formas de Ines dela mocraldad qu setlaba Tursne se pasion res dba ops eve ds pnp’ na ec ral, La de fens den end como tadicon ya demanda dese distnes soientos (que constnen el sntacedeteinmedate del de fens dla deena earl de soconociniente scl, desea caleatvesyafmacion post, canton teaneae dl proyecto de vocal racing que srancb con la modal, ha ‘emergencia deo spartclrs finders demands de vba Sccllenelreconotmlaso dew expeciicdad'y 0 tno enn lero bsrcto de puns, y qu denuncncloculaleta ders dr una aga defense del st indidual como depostaro de dere thos, de oda expen qu nas ase pot proyecto mo- deraoly con all rl hecho de quel principe qos emanan dees den de guldad son inconglstaben pa eran pae dee humbled Deal xa perspec, lguna tors mulclurls ban ces stonado ln end gus conte versal sea pil, lca sn us latino radial qu afield de oases ‘opciones 9 pres cultural Goorts ela la pligesdad deal Sumnenioporgueconciyeen una suerte de claudescion en gue Aina sslo podros str guienes somes (9967) Para oe tutors de oconoce les diferentes opciones alta et tars, deka poi aca por rev tocensomo an ms Derveno! aun reltmo mel enon, sel de sumer une Blegus hala mods cease Keni, que ane na ie Feovas osaables nunca en de uestona us proplas opcloes ‘ase smted holy coat oe od ‘gas actus Coens ne na a wT ee i lone paw eprint ‘oe elroy Pores prs as, ss Este proceso conduce a una postura que naturaliza lo cultural al ‘considera ls conficos sociales y morales como problemas enire tuna cultura y ota (o entre una evlizaién y otra) cuando en real- ‘dad se producen en contertas sociales hibridos o entre colecvos de tuna misina sociedad. En otras palabras, posriamas deci que las ‘cusstiones que dimanan de las diferencias culturales al ser pensa- ‘das como neyacida de la universalidad, revelanal mismo tiempo las ‘problemétioas de identidades enoenadas en visiones culturalisas dela sociedad, como son ls dicultades de una nocién que, consl- ‘derada en toda su ambigtedad, reducelo universal alos modelos de cultura y soeledad con que Occident se piensa a si mismo, esi esa dificultad inci a interculturalidad busca articular conjuntamente una apuesta por la universalidad a partir de, por clemplo, las derechos humanositgualad y In phuraldad cultura, ‘oponiendose a la idea de que esta hima cuestion o invalie alos primeros. Por el contravic, ambos se stan en el complejo proceso de redafinjein de los valores ylas norma, de ls referentescomt- es (epresentados oy cast deforma exclusiva por el mercado ylas ‘omuricaciones) en un nuew orden que esignific tanto lo econ» ‘come lo «particular» (Todoroy, 2002; 19.21). Para dicho autor, ese ‘nuovo onden definiria una democracia cuya caracertstiea principal Tuer la copresencla de dos princpios: la aufonomta del individuo y la eutonomva dela colectvidad, En este sentido Touraine” veri, en cl resurgir de las «particularidades ideniitariaso, sna de las mani Testaclones de la crisis de la moderaidad, cuyo efecto es un espacio social que no puede agutinaren torn a sfmistno alos cludadsnos, ‘ni comprometeros en un proyecto en comin, Para Touraine ese es pacio slo eaté ocupado on ol mundo actual por un «mercado aut6- ‘homor que implica el triunfo de saguello poderes que s6lo se defi nirfan en clave de gestion y estratepa». AS, a reclamacion de las diferencias ¥ las idontidades seria una forma de resistencia hacia ‘ese mercado como tino referente dela vida social. Una resistencia, ‘por otra parte, asada en una llamada al valor de a singulsdad y {Se las comunidades idenitariascercanas en la que se apelaa la co- ‘municacion y alo particular como espacio significative e la pere- 2, Tarr (199 y ernie (1998) aan eee com ali, ede ape sve quran anzaristnrnd udaarl esa ‘Bln omennls coms unaigur same ena. 56 enc yl vida socal, Ante un ciudadano ya dessparecico, ya con vertido en mero consumidor de un mundo del que no es protago- risa, la comunidad eereana, dentitaria, se transforma en el nuevo ‘campo de resignificacinsimbdlico dela convivencia y la participa ‘dn. Bs decir en el nuevo ugar de la emergeacia de un sujeto actor ¥ protagonista de su historia, ‘Pero esa revindlcacion de las edifrencias» puede ser pensada| ‘ambit, denteo de las mismas dinamicas que genera la globalizacion, ‘oma una de sus prucucciones a argo plazo. En este sentido dichas diferencias no existirian por separado como realidades opuesias, Sno que ambas, homogeneizacion internacional del mercado y ar ticulacién de las comunidades de idensdad, formarian parte de un iismo proceso socal. Nohabris, por tanto, una resistencia hacia La slobalizacion sino nuevas formas de articulacin de la pertenencia 4yla convivencia asi como nuevos conflicts en los que la relvindi ‘acién de una diversidad identitaria y la homogeneizacién general zada compartirianslugar». Bs mis, silasmismas dindmicas sociales son las que genoran y producen diversidad, podriamos considerar {queen las socledades urbanss de hoy la wdiversifcacions es un ele- ‘mento consttuyente y necesario. Por tanto, ls respuesta a esis ed versa» no pod ser ni una toleranela indlscrisinada ni un et rocentrisme radical, sino que, como apunta Geertz (1998: 91), sdeberemos aprender a captar aguello a lo que no podemos sumat- hose y'a.comsivir con pluraidades que no pueden ser reducidas 0 fglutinadas en tomno a un tnico modelo homogéneo de cultura 0 ‘univeralidad ‘Para Is teorfa Intercultural, Ja relacion dalécsca entre univer- sallparticular se podria superar con un nuevo marco de referencia ‘gue impiiera que In defensn de la identidad quedara reducida & Juna espocie de sreaccién de resistencia» (Blésegu, 1997: 24) en la ‘que no habria lugar para los valores umanos universales, Esa ne- tacidn dela idea de lo universal comin y de su articulacién bajo el ‘principio de gualdad que de él emana se apoya an el multicultura- lismo y en las aportaciones de Taslor® sobre la importancia de las 3, hist nln es strate tin pops de lor ya rien ue labermar rake tun prope eon oetes de up enon) de ‘eis en aren dele ob aaa, eo amo ‘ct Suton nai re 37 politicas de reconocimiento de ls grupos minortaros en una so- edad, Taylor plantea la necesidad de ese reeonocimiento furidica ‘como aspiracién a una igual dignidad pars todas las formas cult rales que se ban configurado histéricamente, En esas politics, lo pablo debe ser al mismo tiempo neutral y favorecedor del desa- rrolle de todas las formas de ientidad ealsiral. Desde una perspectiva distinta, abeemas entinde que en do rmoeravia es necesario desvincularo politic (y soctal) defo cultural ‘a partir de dos vas diferenciadas de integracin (que el autor deno- ‘mina el mundo dea vida y el mundo de la sociedad civil) que aun {que vengan puntos en comen no pueden confundirse totalmente ‘La teorfa intercultural se ubica en el centro dal dilogo entre estos dos elementos: exigencia de igualdad social y exgencla dl recono- “lmlento de los gripes que asumen una identidad cultural diferen- cada de la sociedad mayoritaria en la que habiaa, Taylor (1996: 7) define la politica del reconoeiyninto como aquella que «pretence ‘mantener las diferencias que forman parte dela identidad de cier tos grupos, Por tanto se tratria de estabecer unas medidas polticas (y furidicas) que no sdlo se apayaran en la dea de igualdad,sino en Ja de la protoccion de las formas pesicuares de identidad que no pueden permanecer ni desarrollarse sin el reeonocimiento de las ‘comunidades, las que dicho autor define como scl mode propio deser humanos (op. ct). Lacerta que se ha realizado a estas propucsta esque no adla- ‘ran de qué formayy sobre la base de guécrteros se estableceran los ‘inculos necesarios que podvian impair la disgregacion del espa: cio socal en comunidades alsiadsse indiferentes entre sf (Cortina, 1997). Todo ello plantea de nuevo la cuestién dela correspondencta entre identidad, cultura y sociedad, Ala separacicn del lugar de lo privado y comunitaro (coro dmbito de la identidad) det lugar de To social (como émbito de la ciudadaniay la igualdad) se opone el hecho de que ese modelo seh consttuido a partir de un erterio de ‘homogeneizacin que ha negado la diversidad yo plural, resignit- ‘ndolo en diferencia: egualdad para las culturs y géneros significa ‘aqu igualdad de categoria, de estatus, de posicion orango, de pre- tigi, de eputaciéne (Elésegul, 1997: 26). De la misma manera se ‘pasa par alto el hocho de que la diersidad ous diferencias no cons- 31, Tebonon 58 ‘ixuyen tn protagonista nuevo en la historia, sino que son bis sent su materia prima, De abt que planteemos que la disyuntiva entre posbiliad de Io comin y reconocimlento de I divesidad, ‘nds all del émbito juriico, supone partir de na falacia. pane ‘considera la dversidad en tanto que diferencia, es deci, como ra- ‘era o escepcldn de una supuesta homogencidad alcanzads en los ‘times silos. Des esa posiidn las diversidades se toran pro- Dlemas que es necesario onlenar,gestionary resolver, ye58 resohi- ‘in, desde ah, pasa necesariamente por su ubleacién en el smbito de lo eprivados, Para De Lucas (1994: 22) la elaboracin teGrica de ‘concliacion entre los principos de dversida e igualdad se prod- ce desde tres reduccionisoos, también importantes para el debate pedagéeica, ae hacen imposible articular otas formas deconsen- 9 social: + La patologizacién dela diversidad * La proyeceion como universal de un determinado modelo cul- ‘rl. + La equiparacién de plurslismo cultural y pluralism valorat Por ello, la apelacion alos derechos universalesno se puede rea lizar desde una declaracion de su inmmutabilidad, sino, tal como in- dca De Lucas, en el tentido de una posibilidad de aceptacién de ‘unos eizerios comunes que deben ser argumentados, Cortina dirt aque los valores unversalesno niegan que cl individuo es comunita- "Ho, ni tampoco su socalizacién en diversas tradiciones, sino que ‘avalan su derecho a cuestionar (Sus) costumbres y le protegen ea. sus derechos fundamentals. Los derechos universes son i expre- s6n de unos valores genicos. Considerados como relerente, lo que tos revelan son Ia neceidad de una busqueda de spuntos en co- ‘nuns que en un mundo globslizado representen el limite ala om- nipotencia del mercado y las teenologas,y no tantoa las diversida- des y sus modelos conerstos. 22, Lappin dea dead tno, ent cen ato 4 cot arn e 5 ‘La queja dela diferencia frente ala hagemonta de lo universal Desde fa interoutura, la diversidad cultural no se entiende como fragmentacién cultural delas sociedades nila identidad sélo en t= ‘minos culturals, sino que amb 9 ubiean también en el complejo desarrollo de la cludadanie yl derechos humanas, As; paral in- tercultua, sin esos referentesgobales capaces de aglutinar ala ma- ‘or parte de sosiedades no se podria evita que cada comunidad, al ‘menos en el discurso sobre s{ misma, quedara encerrada(o fuera a su ver toraltara con sus diversidades) en sus propias prcticas y narraciones de identidad, Sin embargo, hoy el intent de na socie- dad cohesionada a partir de la noeién de ciudedanta representa ‘para muchos autores un modelo agotado que ha fracesado al iter pretarelconficto social en clave identtara, como sresistencia» al progreso. Tgualmente, dear vacta de contenido la iden de ciudada- fa puede condueir al error de una «regresién toGricax donde el ‘mundo tecnolgicoy globalizado coexist con identidades cada vez és fragmentadas y cerradas sobre sf misma. Desde la perspoctiva intercultural, yen la misma lines apuntada or Touraine (1993), unversaidad y diversidad pueden ser enten- ‘das como us intento de integrarelreconocimiento dl sentido de pertenenci con los presupuesios bésicos da igualdad yla nocién ‘de cludadanfa. También Todorov (1991) remarca la idea de que ia ‘oposicion enive universalidad y partcularidad cultural es fala, ya ‘quenose puede entender dnicamente el concepto de cular enter ‘mines de tradicién, ni tampoco partir de ln idea de que lo comint- tario es necesariamente algo agresivo para el individuo. Seg este autor, para las sociedades occidentales representa mayor peligr> ‘una edesculturalizaciono, es decir, una negacin de ls identidades cultural, que ol hecho de que ésias sean mips. La interpreta- ‘dn de Is propia experiencia, siempre realizada en la diversidad y deste lo fragmentario de las pertenencias, es la que permite crear ‘universalidad. Entendemos por ello que, sn ese proceso de paticu- larizacion de lo cultural, la bdsqueda de universalidad no sera po- sible. Tal como indica Todorov, es necesario retomar la nocién de diglogo para pensar el consenso como una negociaeiGn permanen- tw entre los principios do igualdad y las experiencia colectvas sin- ‘gulares. La comin solo se puede generar desde lo mipe: 6a es su concicin indispensable y ademas su realidad de partda; la dvers- o dad no constituye un ideal ni un proyecto, sno la materia prima de Ta que estamos hechos. ‘La defensa de la nocién de universalidad a sido acasada de sor tun proyecto etnocéntrico y de esconder profimdos mecanismos de ssubyugacion y dominecidn. La modernidad y su dimension univer salizedara so habrian desaroliado en tanto que negacién, «como ‘anulacién de lo ote premodemo» (Robins, 2008; 112) El desalio, Jdenttarioescritcalo como umn reduceionismo imposible einsto™ {que acaba con las conquists del indvduo props de las sociedades ‘ccidentales, Pareceria que la intercultura parte de wn callején sit salida. El etnocentrsmo eleva a categoria universal los valores de tuna sociedad en particular, al dentificarlos valores propios de una sociedad con elos valores. As, representa una concepet6n unitaria ‘dela especie humana que universaliza e maginaria colectivo de un ‘modelo cultural y social que se impone como el tnico marco de de- sarrllovilido para el eoajunto dela humanidad; ese modelo secon- vierteen la civilzacign™ Unica posible y deseable. Sin embaryo,pro- pone un sistema de valores ens que sus propias proclamas quedan fen meros dscursos vaios,lenos do buenas inenclones. La civliza. ign s un modelo universal, sf, pero cen realidad constituye el modo de vida reservado slo para unos pocos; el resto debe conformarse ‘on la aspiracién de que alga dia también ellos puedan partcfpar ‘de la igualdad, la calidad de vida y el reconocimiento de sugar en 1 mundo, La universlidad, tal y como la eonocemos, lo es slo ‘como ideal ylo es atin on mayer medida cuando deja sin contenido su realizacién. Las palabras las ideas son do todos v para todos (unque sean las nuestra; los ecursos la democracia¥ el blencstar son nuestros (aunque sean de tds). Nil verdad nel modo de vida buena universal, dirfan ls comunitacistss, son los que esti debao ‘del modelo de civilizacién, sino el poder yla dominacién. Si bien ‘lative eultural supuso un cambio positivoal acer visible el et rocentrismo subyacente ala tesis universalstas, en opinin de To- orova relatvided dela valores ha servidoy sive también para re- cchazaral-Owo de forms atin mds sutl, ya que, levada al exwemo, 23, Sapir orn es madd can cece yas su dena do reser ene iho odio ‘Retiro con ee rin aaa soa ae and un mae eee comply cenit vue ptat se tena ‘Spovrdd rapes on o Imposibilita tod didlogo y convivencia y legit la segregacn so- ial en nombre de las diferencias, Alhilo de la ide anterior, Todorov plante la novesided de dotar de una nueva vigencia« las exigencias universal presentindolas como un didlogo entre diferentes alternativas en un proceso inaes- bdo e inacabable, En sus propiss palabras Rompamos las asociaciones icles: reiiaea Is igualiad de dene ‘ho de ds los eres bumanos 0 impli, n orn slg, enclar ‘2 ear de los valores: ar a auton ya ibertad de losin ividns no nas obliga a epudlr toda solidarida reconocimieato {de una moral pice no signin la epestn an época de atoleran. ‘lareligiosa, nl bsqueda de un contacto con la naturales equiv « voher tls epoca de las cavernas (1981: 4), Desde esa posicién, la pluralidad podtta pensarse desde Ia peda- s04Sa como la artculacién de lo pablo a partir de des principios (apantados por Touraine, el sujeto principio de indviduslidad~ y la razin, la eyo la cultura, como los referentes a partis de los cus les este Suelo e articula. En palabras del propio autor: Pingrque una nan o que une categoria social engage ele ‘we una moderidad universalist y desouctoraylapeseracin dea sliferencia cultural absolut, os una mente demand bards pars 0 ‘cular unos inteeses yuna estate de dominacén (1995: 280). ‘Sin este referent In defensa de los grupos «minoritarioss puede evar al polo opuesto del reconocimiento de la diversdad, convir tiéndose en el rechazo de todo tipo de alter, Si hasta fechas ‘muy recientes Js universlidad y la diversidad se han pensado de forma separada y en dos niyelesdiferencados, hoy se hace necess- to su articulacién conjuniay el reconocimjento de st: mutua inter- ddependencia, Las nuevas formas de telacién y convivencl, tam Dien las nuevas formas de poder y dominscién, contiguran un ‘mundo bésicamente urbano™ en el que ya no es posible imaging 35 nnd nebo cron cnet ie ll de in de a ei ei el ect le ‘Sin gor nar es della Dl Bonamassa ‘stoped ptr rare a r los espacio sociales como teritorios definidos 2 partir de una su ‘puesta homogeneidad ciltual. Las frontaras que hasta hace poco emp deimitaban uns separactén entre cultura y tecnologia, pri= vacided y espacio pablico, han desaparecd en la forma en que las entendfamos yen su lugar aparecen otros procesos que invcrten el sentido dela pertenencia y de ls expresiones idenicarias. ‘Para la pedagogia, la cultura» ya no se designarfa como atrl- ‘bucién exclusiva de un tereitorio ni la identidad se podria refers, sin mas, al origen cultural. El lugar de produecion y de gestién de Ja diversidad, de una diversidad que es tambien global, se sia en presente, y cada vez de manera mas definitiva,en los expacios turbanos donde se constituyen estas nuevas formas de convivenels. 1a diversidad no configura una mera evestin de diferencias cul. turales, sino que se articula junto con los procesos de slobalize- ign organizando, en tomo. ello, formas abiertas de pertenencia ¥¥dedentidad cultural, Por eso podemos mirar los procesos de ur bbanizacién actuales como impulsores de la diferencia, como ver daderos «productoress de diversidad,factitadoresde lo complejo 4ylo mestiz en espacios donde Ins identidades escenifican sus es- ‘los diferenciados para mezclarse e inventarse de nuevo a través de sus constantesintercambios yrelaciones, Por tanto la diversifi- cacién no se produce como efecto directo de Ie existencia de dife- rencias culturales, como resultado de procesos migratoros, sino {uela genera y produce un fendmeno mucho mas arplio de tans: -culturalidades en el que las identidades globalizadss «juegan« 8 Singulavizarse, En principio las partieularidades, Jas diferentes ‘dentidades colectivas que conviven en estos espacios urbanizados yy que tambien se configursn en este proceso no constiuirfan un problema que hubiera que gestionar an términos de derechos-co- Asctivos separados, ni tampoeo construr desde pedagogtes espe- clalizadas en el ediferentes. Los conflictos generados por las iden- tidades culturales 0 religiosns se pueden contemplar desde Jo fragmentario y complejo de las identidades, como posibiidad en Jaque buscar otras formas para pensar los espacios urbanos ~ylos ‘educativos por afiadidura-, en los que la enorma sea, precisa. ‘mente, el flujo siempre cambiante de Io diversoy de las diferen- clas, [Narrativas dela educacién delo coms, relatos de a educa de le diverse, Laintercultura como tolerance {Le comin es aquallo que compartimos, Lo comtn es eso que nos hance decir enosotross y que representa ls idea que da sentido s un coletivo, Lo comin es una complicida, la de saber que de partida somos herederos de un mismo lenguaje, de un mismo relato sobre lmundo y sus significados, sa esl usin del nosotros, Lo co- rman define unas fronteras hacia dentro, remarca aquello que tee ‘deimporiante una historia, valora sus legados ylos sitéa mas all de las situaciones individuales que os crearon. La educacion es, por dlefiniién, un proocso tras del cual varnosformando parte deo ‘comin. La educacion relataaquello que es coma en el xnesotrose para ce peda ser incorporado,interiorizado yresigniicado gene- ‘acid tras generacin, Lo comta es slompre una abstraceién, ‘Lo comin también ex quello que nos permite convivis estar un poco de acuerdo, asentar unos pritcples basicos sobre los que ‘onstrulr unas sociedades que pueden ser transiiadas desde el res petoy el mituo entendimiento. Bascamos ycreamos lo que nos ha ‘Se asegurar una determlnada continuidad, un marco de seguridad ‘que esiablece uns prinepios bésleos, unss rglastcitas, unas ma- neras comparticas de vivir, trabajar, resolver los conflicts y feste- jar, Ritualizamos lo comin para que perdire, parm que pueda ser ‘ontado, Lo comin és, finaliment, el punto de inicio de a innovae ‘ign y la creativida, su misma posibilidad, Lo comin, en defini va, ypor su misinadetinici6n es aquello que quiere extendere, le ‘gar a mas, ser la confluencin de todas las sociedades humans, ser ‘efinitivamente universal. Pero lo comin puede converse tam bien en un relaa estereotipado y sesgado de is narraciones de Is coleetiva. La identidad cultural puede ser pensada entonces como tun proceso de diferenciacion a partir del cual el individuo toma concieneia del vinculo con su grupo y de su diferencia respecto otros colectivos. Castell (1997: 29) india al respecto que «es fell ctar de acuerdo sobre el hecho de que, desde una perspectiva so- cloldgica, todas las identidades son construe, De le misma manera que un individuo es reconacido por los smlernbros de ese grupo como igual, es recanacico como Otro por Jos miembros de otro grupo, en un proceso subjetive que no se puc- de realiae sin esas dos dimensiones, la Udentidad y la aleridad (Du- bar op cit: 72) Sin embargo, por otro lado ambos movimientos som percibidos como wverdades incuestionabless, como entdades % ‘stables y continuas que permanecen mds alld de los contextos en ‘que son productdas. La continuidad de esta pereepcion asegura ls necesidad de pertenenciae identifieacin y configura un «marcox relativamente seguro desde ol cual Intetactuary relacionarse, dis ‘inuyendo el vel de-ansiedad que supondifa toda interaceién ex evacos, Para Rodrigo Alsina (1998: 11) identdad cultural hse His referencia un esentimionto de petenencia del individun res pectos sus grupos.o comianidades de refarencia, Sin embargo diche ‘tutor indica que por ese mismo motivo y pars evtarconfusiones se ‘a mejor hablar de widentifcaciones dea persona», Esta idea, que Rodrigo Alsina toma de Tbaez Gare (1988), nos parece impor tante parm distnguir Ia Identided en tanto sfuente de ereacién de sentido del entornos (op. et 13) dela identidad como categoria Conceptual que hace referancia al concepio de cultura y alo que éste ‘Senifien, Por otra parte Cases (1997: 30) indica que debe diese Clare In identidad que denomina de proyecto, ene sentido de construccién individual del sujet, de aquellas otras que, refirény donos ala cultuts, se realizan desde posiciones de exclusion 0 es tigiatizacion, En todo esso podriamos convenkren el hecho de que las dentidades no producen formas rgidas de pertenencia (Gruner 1998) desde siempre y para sempre. Por ello Ladmiral y Lipiansky (1985) precisan que es muy dil ‘scapar a una concepei6n esencinlista dela cultura y ln dentidad, pporgue enfatizae el cardcter dinimico y relacional de las mismas {implicants stender también al hecho de que cultura e ident es ‘in dominadas por relaciones de fuerza y de poder: Para estos auto ts, muchos de los canPlctos relacionados con la identidad tener {que ver con el hecho de quelas munerosssinterpretaciones cutie ‘alisasestablecen ta carrespondenciaplena ent identidad ind vidual y cultural. Por oto lado, Augé también plantes que, aun siendo as, ycansiderando que la oposicién de lo cultural y fo ind vial es relativa en la experiencia subjetiva el peligro reside en las Interpretaciones teéricas que siguen esa misma lines desde un er- foque culturlista de as socedades. Para Augé, las Sdentidades co- rradas de este modelo culturalisa constituyen una mirada sesgads ‘dela cultura yladiversidad que slo fijs aquellos aspectos eproble Initicos, inestables,o dalécticos de la eltura, las diferencias y las tensiones interns de o social... (1996b; 99). Esta mirada cults talists, desde la que se han construido muchas de las tesis mul ” calturles, time Ia discusion acerca de a diferencia en términos {de protecclgn de los grupos que se constituyen en minors en el seno de una sociedad, criterio uilizado requiere pensar el grupo ‘coma tin todo coheslonado y sin fsuras,dotado de una identidad ‘que es igual para todos los miembros del grupo por el mero hecho de pertenecera él. Ast la identidad queda vinculada al grupo cullu- ral como una impronta de la gue el individuo no se puede deligar. Consiruséndonos como Orros ‘Pare ¢] multiculturalism, la densidad cultural se converte en el ‘elerence dase el cual el sujeto se integra y participa en lo soca Esto ha planeado un interesante debate por parte de muchos teér- cos scersa de la nocesidad de establecer formas diferenciadas de ‘hudadanta especificas pgra.egrupos minortarios en cl seno de so- ‘edides més smplias, Esta wciudadania wutiultaral»(Kymmicka, 1996) gurantizaria no sé idividualmente, sino colectivamente, el,

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