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ANATOMIA DEL SUFRIMIENTO LECTURA INTERPRETATIVA DE LA MULIZA «A Tl» ee nee Resumen La muliza cersefia es considerada come la forma literario-musical més representativa de la sensibilidad minera. En tal sentido, A Ti simboliza uno de los puntos més elevados de la produccién artistico- musical de la tradicién de Cerro de Pasco. En el presente trabajo, el autor trata de comprender dicha obra y hallar el por que de su vigencia. Con tal finalidad analiza e interpreta su aspecto literario. Busca hacer explicitos los valores inherentes al texto y lo ubica en el contexto histérico-social que la generé. Finalmente, aporta argumentos que petmiten esclarecer quién fue el verdadero creador de la letra de la mencionada muliza. Abstract ‘The amuliza cerrefiao is considered as the most representative licerary-musical forms of mining sensibility. Therefore A Tisimbolizes one of the highest atistic-musical production of Cerro de Pasco tradition. In this paper, the author cries to understand that work and to find out why ics stil in vogue. For that purpose, the author makes an analysis and interprets its literary aspects. He looks for clarify the inher- ent values of the text and locates it in the historic-social context that generated it, Finally, he adds numerous arguments which allow to know who the true song writer of the mentioned muliza was. ‘Arqueologia y Sociedad N* 13, 2000: 209-218, ‘Museo de Arqueologia y Antropologia Universidad Nacional Mayor de San Marcos 210 INTRODUCCION Ti es un testimonio en la tradicién folklérica de Pasco, Resulta de la feliz unién de un tipo de melodia con versos de inocultable calidad aristica. Limitada por su cexigencias musicales, esta poesfa, como toda ver- sificacién destinada al canto, sirve a la misica y cs apoyatura de su realizacidn estética. En este sentido A Ti prolonga el milagro inicial del arte: complementar diversas formas construyendo un todo. Entonces, era inconcebible la mtsica sin el verso y Ia poesia ignorando las exigencias musi- ‘ales. Un trabajo interpretativo, atendiendo las ‘consideraciones referidas, debe abrazar la totali- dad del objeto. Por ahora, atenderemos sélo el discurso literario. Como se ve, el estudio que pre- sentamos es incompleto. Scimpone, en diversa perspectiva, una aproxi macién a la poesfa de la muliza cerrefia. Trabajo turgente, no emprendido ain en forma sistemti- ‘cay con instrumentos adecuados. Esta propuesta ticne ese propésito y, por ello, se detiene en el texto A Ti. Vendrin tiempos -lo presiento- de apreciar la muliza en la plenitud de sus valores. Se advertiré, con mayor lucider. entonces, cémo al estudio del sentido de sus versos se integra el de sus aributos musicales. La muliza cerrefia, en cuanto cancién', esi bolo de a sensibilidad minera. Expresa, como nin- guna otra forma musical, las lineas diferenciadoras de su personalidad artistica. Punto elevado y referencial de un gusto exigente, es resultado de tun proceso de creacién y bisqueda, prolongados en el tiempo. Proceso que integra antecedentes y posteriores etapas en su formacién. En éstas, se decan hhacen singulat a otras mulizas de la regién, ro1 los elementos y rasgos que, hoy, la ‘A fines del siglo XIX yen el primer tercio del preset, la muliza cerieha logra su consolidacién definitiva. EFrepertorio de su letra y rmisica, fer til en cantidad como en calidad, asi lo confirma. Esta etapa, intensamente creativa, sobre los condicionamientos culturales de la época, debié su esplendora la animosidad, no repetida, de per- Luts Payurto Frias sonalidades identificadas en cuerpo y alma, con cel decurso espiritual de su pueblo, y de_institu- ciones (municipalidades y clubes carnavalescos) encargadas de convocar, seleccionar y premiar la _isica, los versos y las comparsas (formas espon- téneas de teatralidad y coreografia). Estas justas de ingenio creativo tenfan lugar todos los afios, en un clima de competitividad, jolgorio, entu- siasmo y enjuiciamiento colectivo. En este perio- do de gloria nacié A Ti. Su letra fue firmada por don Mariano V. Collao® y la musica corresponde al consagrado miisico don Graciano Rixi, Dedi- cada a la Reina de la ciudad, la bellisima Lucila I, ‘merecié Diploma de Honor en el concurso para los carnavales de 1925, animado por el Club Valeano. El desmontaje de un texto requiere de la cola- boracién del lector. Es menester, previamente, en este caso, escuchar la ejecucién de la muliza’ y leer el poema que entregamos. Se aplica, en sit cextudio, ef método del andliss ¢ interpretacién El acucioso lector advertird amo, a partir de in- tuiciones, se establecen secuencias hasta iluminar los valores del texto. Se ubica el poema en el con- texto histérico y social que le dio origen. Propo- rnemos luego, unas reflexiones sobre la cuestién desu autoria. Estos asuntos permitiran compren- der la sensibilidad y la problematica del artista cerrefio. Finalmente, nos referimos a la cuestin de su vigencia. ‘Agradezco a quienes me han permitido abor- dareste tema y encender, af la inevitable reflexién ‘en torno al legado mds hondo y amado del acer- ‘vo musical certefo. APROXIMACION AL POEMA Una lectura inicial permitiré ordenar los reperto- rios vocabulares, A Ti presenta dos. El primero gira en torno al nticleo evidar. No es casual que ‘cuatro veces y, en sentido diverso, se repita este vocablo: «De la vida en el camino» (v.1), En el cielo de mi vider (v-5), ¢(.) en el alma tienen vida» (v.11) y dicen que la vida es suefio (..)» AnaTouta pt SurmiMieNTo: Lectura INTERPRETATIVA DELAMUUZA «A Ti «ATI» (Maiza) Levm de Mariano V. Collao Miisica de Graciano Ris 1 De la vida en el camino, muchas veces encontramos, al placer que va de prisa, al dolor que va despacio. u En el cielo de mi vida, no luce ninguna estrella, que todas las han nublado, las sombras de mi tristeza. m Iusiones y esperanzas, que mueren una por una, cen el alma tienen vida yenel alma tienen tumba. Vv Cuando una flor se marchita otra flor brota en la tierra, ‘cuando una pena se acaba, nace en el alma otra pena. (Eieribilo) v Dicen que la vida es suenio y todos quieren sofa, suefio yo cosas tan trstes, que quisiera despertar. err de Pasco, 22 de febrera de 1925. (v.17). En torno a ese término se sittian los sind- nnimos «camino», «placer» «cielo, xestellar,slu- siones», «esperanzase, «flor», «suefio». El segundo repertorio, expresa un sentimien- to contrario. Se ordena en torno al niicleo «muer- ter, No indicado en forma directa, la palabra emuertes aparece una Ver «que mueren una pot tuna» (v.10). Mas, el sentimiento que genera, se insinda persistentemente mediante los sinénimos dolor», «no luce», «nublado», «sombras», «tris- tezase, «cumbar, «marchitar,wpena» Ambos repertorios (el primero, connotando la persistencia y, el segundo, el acabamiento del set) chocan a lo largo del poema, impregnando en dl, un cardcter dramdtico. Esta censién serd el primer atributo del texto. Asimismo, se hace evi- dente otra virtud: en las obras selectas, las pala- bas no se ubican en el texto de manera arbitra- ria, sino que construyen pequefias constelaciones, produciendo un flujo de relaciones que despier- tan en el lector emociones, sensaciones y senti- mientos. TEMA Catalogada por don Dionicio Rodolfo Bernal’, como muliza lirica, A Ti, es una composicién que, por su temitica y cardcter musical, propicia un espacio reflexivo de orden filoséfico. Se impo- ne, en este poema, la necesidad de reflejar las cexperiencias vividas, de repensarlas ante las con- ‘ingencias del destino. Universal, por el dra- mitico asunto que presenta, este texto desarro- la el tema del «suftimiento», entendido como pa- decimiento y, al mismo tiempo, tolerancia ante la vida. Condiciones signadas por el dolor, la tris- teza, las ilusiones efimeras y la persistencia de los pesares. [No estamos ante una poesia cuyo sentimiento dominante sea gratuitamente lastimero. Para en- tenderlo a eabalidad consideramos ls dificiles cir- ‘cunstancias materiales como espirituales, en las. ‘cuales el habitante de estos predios construyé su cexistencia. A estas severas condiciones hemos de agregar el cardcter mutante de esta sociedad en su trajinar histérico, que impregnd en sus hijos un aire de inconfundible extravio, de reservado dis- 2u tanciamiento. ¥ una disposicién animica hacia la desesperanza y el desarraigo. ESTRUCTURA Entendiendo por estructura, la distribucin y las relaciones de los elementos de un objeto artist co, la muliza A T¥ presenta una organizacién que puede ser asediada desde tres perspectivas: exter- na, significativa y musical. En el texto, estos as- pectos que abordan las perspectivas referidas, se complementan construyendo una sélida entidad. ‘Mas, consecuentes, con el espiitu de este trabajo ‘vamos a detenernos en los dos primeros (el exter- zo y el significativo), rfiriéndonos sélo de sosla- yo al tercero (el musical) que, por su especifici- dad, exige un estudio musicolégico. [Estructura EXTERNA Dijimos que el poema es un espacio en donde luchan la vida» y la emuertes. Ali, estas energias chocan y evolucionan creando un clima de ten- siones. Ese clima es padecido por el personaje ‘enunciante, es decir por quien nos hace escuchar ‘su voz, contenida en veinte versos. Estos se dis- tribuyen en cinco estrofas o cuartetos, dado a que cada estrofa contiene cuatto versos (remitirse al Exquema 1). Cada verso, octosilabo, permite in- geniosas combinaciones y presenta recursos cu- yos efectos serdn descritos en los acépites perti- rnentes. Esta variedad de mecanismos expresivos, pese al reducido espacio del discurso textual, se cexplica por su intencionalidad: objeto destinado a la competencia en Ia justa de carnestolendas, poema de novedosos atributos expuestos al jui- cio de un auditorio cultivado y exigente. Las cuatro estrofs iniciales aportan impensa- das variaciones al tema central. En tanto que la quinta, conocida comiinmente como «estribillo», no sélo por provenir de la cultura caballeresca (pues, sestibo» es una piezao eslabén dela mon- tura en la que el jinete apoya el pie para apearse del caballo), tan usual en las labores de arrieraje, en nuestro entorno; sino por ser una composi- cidn estrdfica, originalmente de tres versos con que conclufan las sixtinas, muy cultivadas en el alto medioevo y que, con el tiempo, quedaron libres para rematar determinadas composiciones ‘Luts Pajueto Frias literario-musicales de indole popular, tal es el caso de las décimas repentistas. En A Ti, el estribillo profundiza la temstica, gracias a un cambio me- lédico y, porque concede un tono inconfundible onitico, religioso y trascendente al pocma. Esrrucrura SiGNICATIVA La estructura significativa conforma el tejido ‘medular de la obra artistica. Aparece, frecuente- mente, encubierta por el manto de la compo: cin formal, Develarla posibilita iluminar la or- ganizacién plena del poema, reconocer los seg- ‘mentos que la integran para, posteriormente, leer sus variaciones. A Ti, totaliza dos segmentos 0 partes. El primero, del v.1 al 16; y, el segundo, del v.17 al 20. Veamos eémo se organizan (véase Exquema 2), El primer segmento, al que denominaremos «sufrimiento conscienter, no constituye un cuer- po tinico. Atendiendo a la voz poética, inferimos que ésta describe el padecer existencial desde dos puntos de vista: uno genético, impersonal, que pose tono sentencioso. Nos referimos a las estrofas 1, 3 y 4. Estas describen cémo se da el sufrimiento: durabilidad y persistencia (est. 1), fuerzas que agonizan en el escenario intimo (est 3) y capacidad reproductiva (est. 4). En cambio, Eno Exquema 1 ‘AnavoMta pet. SurRiMtENTO: Lecruna INTERPRETATIVA DE LA MULIZA «A Ti» cen la estrofa 2, el punto de vista varia, roméndo- se individual: «En el cielo de mi vida (..)», se da énfasis a la descripcién sicoldgica. Estos puntos de vista, establecen, a su ver, diferentes momen tosdenteo del primer segmento y expresan sutiles cambios que hacen de este texto una muestra ejemplar. El segundo segmento, al que denominaremos ssuftimiento onirico y trascendenter, refiere, en la brevedad de su enunciado, tres asuntos: la pre- sencia fitil de los otros (la sociedad), la acepta- cidn de la vida como acto inconsciente y, en ter- cer orden, el anhelo de una liberacién trascen- dente. Estos asuntos serin profundizados en ef posterior andli Entre ambos segmentos, e verifica una rup- tra, Mientras el primero, presenta un tono re- flexivo y se expresa a manera de un monélogo exterior, dado que describe situaciones conclu- yentes, resultados incontrovertibles, fruro de do- lorosas experiencias vividas; el segundo presenta- un tono dialogal ¢ intenso. En su espacio se agitard un movimiento pendular entre el optar por el mundo falaz de los «otros» 0 por la libera-

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