1) El pastor Cash Luna predica sobre la ley bíblica de la siembra y la cosecha, donde lo que se siembra se cosechará.
2) Sembrar requiere esfuerzo y transformación, pero producirá una cosecha de frutos. Jesucristo inició el proceso de resurrección para que los creyentes también sean resucitados.
3) La cosecha traerá gloria y poder, transformando la corrupción y debilidad de la siembra. Cada persona cosechará según sus obras, de
1) El pastor Cash Luna predica sobre la ley bíblica de la siembra y la cosecha, donde lo que se siembra se cosechará.
2) Sembrar requiere esfuerzo y transformación, pero producirá una cosecha de frutos. Jesucristo inició el proceso de resurrección para que los creyentes también sean resucitados.
3) La cosecha traerá gloria y poder, transformando la corrupción y debilidad de la siembra. Cada persona cosechará según sus obras, de
1) El pastor Cash Luna predica sobre la ley bíblica de la siembra y la cosecha, donde lo que se siembra se cosechará.
2) Sembrar requiere esfuerzo y transformación, pero producirá una cosecha de frutos. Jesucristo inició el proceso de resurrección para que los creyentes también sean resucitados.
3) La cosecha traerá gloria y poder, transformando la corrupción y debilidad de la siembra. Cada persona cosechará según sus obras, de
Honra a Dios al sembrar y cosechar porque l es quien te provee de la semilla y
adems te dar recompensa cuando recojas el fruto de tu esfuerzo. El Pastor Cash Luna predica sobre la ley de la siembra y la cosecha
El Pastor Cash Luna predicando en su iglesia Casa de Dios de Guatemala
Honra a Dios al sembrar y cosechar porque l es quien te provee de la
semilla y adems te dar recompensa cuando recojas el fruto de tu esfuerzo. Joel 3:10 dice: Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el dbil: Fuerte soy.
Cosechar es un asunto de transformacin. Los instrumentos y
temperamentos deben cambiar y prepararse para recoger el fruto. El dbil se hace fuerte y el azadn se hace espada. Todo lo que podemos recibir de Dios requiere un cambio de nuestra parte. Si sembraste Palabra en tu familia y peleaste por su conversin, preprate porque vendr el tiempo de ver los resultados.
La siembra y la cosecha es una ley poderosa que desperdiciamos o
mal interpretamos. Le damos una connotacin negativa porque la utilizamos para reprender faltas pero no para festejar logros. Cuando un hijo se equivoca le decimos: ests cosechando lo que sembraste, pero eso tambin se aplica en los momentos de triunfo. Refuerza positivamente y recurdale a tus seres queridos que lo bueno tambin es fruto de la siembra oportuna.
Renueva tu mente porque pensar en una siembra desinteresada es una
mentira que te impide cosechar. Debemos reconocer que todo lo hacemos esperando retribucin. Amas para ser amado, pagas los estudios de tus hijos esperando que aprovechen la oportunidad y obtengan buenos resultados.
En casa saben que quien lleva malas notas necesitar de la proteccin
divina y de todos los ngeles para librarse de la ira de este padre exigente. Incluso inconscientemente somos generosos esperando recompensa, porque la Palabra dice que el que al pobre da a Dios le presta y sabemos que l no se queda con nada. Entonces compartimos de lo que tenemos con la esperanza de que el Seor reconozca en nosotros personas generosas capaces de recibir Sus promesas. Podrs recoger la cosecha cuando saques de tu mente la falsa humildad y seas transformado.
Para cosechar hay que sembrar
Proverbios 10:4-5 recuerda: La mano negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece. El que recoge en el verano es hombre entendido; El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergenza.
De tu compromiso y entusiasmo depende si quieres ser rico o
pobre. No puedes pedir que Dios te prospere si no eres buen trabajador. Ten cuidado de pretender comprar el favor divino, ests cometiendo un error si ofrendas y diezmas pidiendo que soporten tu negligencia. Solamente cosecha quien se esfuerza sembrando bien y cuida la semilla para que de buen fruto. Adems, recuerda que si ya sembraste debes cosechar porque de esa forma enalteces a tu Padre.
Somos frutos de la cosecha de Cristo
1 Corintios 15: 20-23 confirma: Mas ahora Cristo ha resucitado de los
muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entr por un hombre, tambin por un hombre la resurreccin de los muertos. Porque as como en Adn todos mueren, tambin en Cristo todos sern vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
Nuestro Seor Jesucristo es la primicia de la cosecha de nuestra
resurreccin. l inici el proceso y nos involucr como frutos de Su sacrificio. No importa cundo sea el rapto, lo importante es que ests preparado para ese momento y puedas presentar ante el Seor los frutos de tu trabajo como buen cosechador para Su reino.
1 Corintios 15:35-38 cuenta: Pero dir alguno: Cmo resucitarn los
muertos? Con qu cuerpo vendrn? Necio, lo que t siembras no se vivifica, si no muere antes. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano. Pero Dios le da el cuerpo como l quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.
l es el grano de trigo que cay al suelo y con su resurreccin dio el fruto de
tu salvacin. Es imposible negar el principio de siembra y cosecha cuando nosotros mismos somos un resultado de aplicarlo. Nacimos a la vida eterna por una siembra.
La cosecha gloriosa
1 Corintios 15:42-45 contina: As tambin es la resurreccin de los
muertos. Se siembra en corrupcin, resucitar en incorrupcin. Se siembra en deshonra, resucitar en gloria; se siembra en debilidad, resucitar en poder. Se siembra cuerpo animal, resucitar cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. As tambin est escrito: Fue hecho el primer hombre Adn alma viviente; el postrer Adn, espritu vivificante.
La corrupcin, deshonra y debilidad de la siembra se transforman en poder
y gloria durante la cosecha. Todo el cansancio que implica sembrar y cuidar de la semilla se ve recompensado cuando tenemos el fruto ante nuestros ojos. El pueblo de Israel festejaba la cosecha porque era la culminacin de un proceso largo y tedioso. As nosotros debemos aprovechar nuestros talentos, sembrar y celebrar lo que obtengamos de ellos para beneficio nuestro y gloria del Padre.
1 Corintios 15:40-41 confirma: Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos
terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales. Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria. Hay diferente glorias segn la cosecha que obtengamos y no debemos desperdiciarlo por prejuicios que ni siquiera estn sustentados en la Palabra del Seor. El que no cosecha no recibe gloria y avergenza al proveedor de la semilla.
Cosecha honesta y justa
Glatas 6: 6-7 dice: El que es enseado en la palabra, haga partcipe de
toda cosa buena al que lo instruye. No os engais; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso tambin segar.
Tratar de burlarse de Dios est asociado directamente a la ley de la
siembra y la cosecha. No te engaes o intentes burlarte de Dios diciendo que te importa poco el fruto. Aljate de dos grandes burlas: intentar cosechar sin sembrar o desperdiciar el tiempo de la cosecha por negligencia o indiferencia.
Lo que siembres recibirs. Pablo dijo que sembraba en lo espiritual para
cosechar en lo material. Era prspero y no lo neg, incluso podemos leerlo en su carta a los filipenses cuando dice que tiene abundancia gracias a lo que recibi. Muchos me critican por lo que tengo pero no se fijan en lo que doy. La calidad de la siembra define la calidad de la cosecha. Los buenos frutos son bendiciones ante los ojos del Seor.
2 de Corintios 9:8-10 leemos: Y poderoso es Dios para hacer que abunde
en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundis para toda buena obra; como est escrito: Reparti, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre. Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveer y multiplicar vuestra sementera, y aumentar los frutos de vuestra justicia. Dios es justo y le da a cada quien segn merece. No todos ganan lo mismo en una oficina como tampoco todos los alumnos obtienen las mismas calificaciones en la escuela. Cada quien recibe lo que por justicia ha sembrado y cosechado. Dios le dio a todo el pueblo de Israel lo mismo pero an as haba gente pobre porque no todos aprovecharon la ley de siembra y cosecha.
El oro de los egipcios, el man del cielo, el agua de la pea, la tierra
prometida fueron repartidos con justicia pero el que se neg a esforzarse recibi justo pago por su negligencia. Evita ser malagradecido, imita a quienes toman la semilla y trabajan por la cosecha.
Juan 4: 35-37 nos habla: No decs vosotros: An faltan cuatro meses
para que llegue la siega? He aqu os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya estn blancos para la siega. Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega. Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habis entrado en sus labores.
Ninguno de los discpulos era agricultor, todos eran pescadores pero
Jess los envi a cosechar. La Palabra siempre da fruto. Lo vemos en la Biblia desde el Gnesis. En este pasaje sucede lo mismo, la naturaleza se doblega ante Su poder y los milagros tienen lugar porque se obtuvo la cosecha en el tiempo del Seor.
La gran promesa es que recibirs salario adems del fruto de tu
siembra. Es parecida a la recompensa que un padre le da a un hijo cuando finalmente se grada de la universidad. Si el hijo aprovech la semilla, estudi y obtuvo su ttulo, entonces el padre podr darle el dinero para que inicie su vida profesional.
Dios te da la semilla para que siembres, te da la oportunidad de
cosechar el fruto y adems desea pagarte por hacerlo. Esa es una oferta que no puedes rechazar. No lo avergences negndote a recoger la cosecha. Hnralo con tu esfuerzo y deja que te transforme en un cosechador que se sujeta a Su palabra y sabe multiplicar las bendiciones que recibe
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