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La ciencia y el imaginario social ESTHER DIAZ 3 (editora) Editorial Bibles 16 Diaz, Esther DIA La ciencia y-el tmaginario social. - La, ed. - Buenos Aires: Biblos, 1996. 336 pp.; 23x16 em, - (Filosofia) ISBN 950-786-104-1 1 Titulo - 1, Epistemologia Disefio de tapa: Horacio Ossant. Armado: Hernan Diaz. Coordinacién: Ménica Urrestarazu. Impresién: Indugraf S.A., Sanchez de Loria 2251, 1261 Buenos Aires, en marzo de 1996. © Editorial Biblos, 1996. Pasaje José M. Giuffra 318, 1064 Buenos Aires. Hecho el depésito que dispone la ley 11.723. Prohibida su reproduccién total o parcial. Impreso en la Argentina. AOPHHHAHPOHOHHHHHAHHAAMDOHARAADROERAAAE GG INDICE Palabras previas, por Esther Diaz.. 1 EL IMAGINARIO SOCIAL ¥ LAS CARACTERISTICAS DE LA CIENCIA... 11 zQué es el imaginario social?, por Esther Diaz... 13 La ciencia y el imaginarto social, por Esther Diaz La clasificacién de las cienctas y su relacién con la tecnologia, por Eduardo Laso.... UW. Restivo: La universidad de la hamburguesal La historia de la ciencia: sus motores, sus frenos, sus cambios, su direccién, por Javier Flax... 43 IL, EL CONOCIMIENTO: DEL SUJETO TRASCENDENTAL A LOS SUJETOS HISTORICOS Las practicas sociales y el surgimiento de la ciencia moderna, por Elba Coleclough, Claudia Moray Juan Gabriel Wille .. El conocimiento en Kant, por Juan José Colellay Silvia Diana Maeso .... 70 ‘Sistemas caéticos y azar: los limites de la ciencia moderna, por Alejandro A. Cerleiti Nietzsche y los sujetos histéricos de conocimiento, Por Ana Maria Checchetto, Gabriel Genise y Ruben H. Pardo ... . 87 [Esther Diaz: Enigmas del eterno retorno] .. . 103 Un nuevo kantismo, Foucault, por Esther Diaz... - 105 II. EL IMAGINARIO SOCIAL Y LOS METODOS CIENTIFICOS .. qa Orden, progreso y objetividad cientifica, por Maria Cristina Campagna 113 WP, Thuillier: La cuestién del cientificismo} . . 119 Verdad y validez, por Maria Cristina Campagna. 122 El empirismo y la induccién, por Marta Elena Garcia, Eduardo Laso'y Amalia Tocco: . 132 El racionalismo y la deduccién, por Eduardo Laso . 146 IL. Motedo: La computadora viviente del fiaturo] .. 161 . 166 EI pragmatismo y la abduecién, por Susana Catvo . (D.F. Sarmiento: Facundo] . 181 183, 185, IV. LAS CIENCIAS SOCIALES CONTEMPORANEAS Pierre Bourdieu: Jas practicas sociales, por Susana de Luque La influencia del giro lingtiistico en la problematica de las ciencias sociales, por Silvia Rivera . 197 El giro hermenéutico en las ciencias sociales, por Rubén H. Pardo 211 Experiencia y lenguaje en la hermenéutica de Gadamer, por Enrique Moralejo .. 219 Las clencias sociales en Habermas, por Maria Cristina Gracia ... 231 V, ANALISIS DE LA CONSTITUCION DE UN IMAGINARIO SOCIAL....... 241 E] dispositivo socialy la constitucién del sujeto de sida, por Esther Diaz 243 IP. Thuillier: gEs sexista la ciencia?) ... 246 Sida, arte y medios de comunicacién, por Maria Cristina Campagna y Adriana Lazzerett . . 282 Sida y ética, por Adriana Lazzeretti... - 261 Sida, tecnologia y segregacién, por Silvia Casint . . 266 VI. LA ERA DE LA POSCIENCIA. . 275 El concepto de Io efimero en Gilles Lipovetsky. El cambio y Jo nuevo en el paradigma actual, por Marina Bertonassi 277 El conocimiento cientifico: de amo de la verdad a auxiliar de los medios de comunicacién, por Adriana Lazzerettiy Mirta Nallino.......... 281 Pragmatismo, liberalismo, ciencia y juegos de lenguaje, por Juan José Colella y Ménica Giardina. . 290 Lipovetsky: la eclosién de la tecnoctencia y elposdeber, por Juan José Colella, Maria Gabriela D'Odorico, Ménica Giardina y Silvia Diana Maeso . 302 La postsexualidad. El miedo al cuerpo del otro, por Esther Diaz, usu 816 Bibliografia ... indice de nombres. . 335 eaeeeseaaccanceneoaees 6 6 é 6 6 @ @ @ € é @ é € € BebSECLE PALABRAS PREVIAS Durante mucho tiempo se pretendié que ta actividad cientifica operaba al margen dea sociedad. La investigaci6n basica, se decia, no es unmediopara cambiar la realidad. Su tinico objettvo es conocerla. Y se laconoce a través de un método riguroso que le otorga. validez universal a las teorias. Esa vision empobrecié la actividad de los epistemélogos 0 filésofos de laciencia, quienes se autocondenaron a ser siervos de los métodos cientificos. Hoy, los métodos cientificos son vistos como lo que en realidad son: insirumentos al servicio de la investigaci6n, un elemento mas en la complicada red de conocimientos e intereses que constituye la empresa cientifica. Et hilo conductor de este texto es la ciencia en tanto fenémeno social. No se desatiende, por cierto, el accionar interno de la actividad cientifica, tal como la formulacién de hipétesis, las diferentes teorias del conocimiento y la metodologia. Pero se trata de integrar ese accionar al dispositivo social en general. Se analizan las incidencias, no s6lo de lo social en la clencia, sino también de la clencia en lo social, A partir de este marco teorico referencial, se trabaja ta categoria de imaginario social con especial referencia a ta actividad cientifica. Quienes elaboraron este texto conforman un grupo de investigadores y docentes de la Universidad de Buenos Aires. Se trata de la tercera obra gtupal. Los libros anteriores son Hacia una visi6n critica de la ciencia (1991) ya produccién de los conocimientos cientificos (1993), ambos publicados por Biblos. Los distintos autores son responsables de sus articulos. Es responsabilidad de la editora, en cambio, la idea general, la introduccion a cada capitulo y ta eleccién de los textos recuadrados. Me he tomado la libertad de suprimir los puntos suspensivos en las citas literales, con el objeto de agilizar la lectura. De todos modos, cada cita responde a la referencia bibliogréfica correspondiente. Respecto de os autores mencionados o analizados en este libro, se sigue el siguiente criterio: {91 10 La clencla y el imaginario social Ia primera vez que un autor aparece en el texto se indica el aio de su nacimiento y, si corresponde, el de su muerte; en el indice de nombres se indican los ntimeros de paginas en los que se hace referencia a cada autor; si se atiende especificamente algtin aspecto de su teoria, los nuimeros de paginas se destacan en negrita. El.afan que hizo posible la realizacion de esta tarea compartida no es slo una elaboract6n teérica sobre lo sociocientifico, sino también la consideraci6n de que muchas cosas deberian cambiar en nuestras practicas sociales. Pero esa consideracién esta precedida por otra: el primer paso para posibilitar un cambio es pensarlo, porque comenzar a pensar es comenzar a cambiar la. realidad. ED. e @ & 6 é é Pp @ € € 6 6 € é 6 6 é 6 6 6 6 6 € & ¢ @ @ @ € € € € - ae) SD y L ~| ef | \ | I | | ISOoSUYdSBHOwWEYD a ook EL IMAGINARIO SOCIAL Y LAS CARACTERISTICAS DE LA CIENCIA Un imaginario colectivo se constituye a partir de los discursos, las practicas sociales y los valores que circulan en una sociedad. Elimaginario actiia como regulador de conductas (por adhesion o rechazo). Se trata de un dispositive méuil, cambiante, impreciso y contundente ala vez, Produce materialidad. Es decir, produce efectos concretos sobre los setos y su vida de retacion, asi como sobre las realizaciones humanas en general. Eneste capitulo se trabaja con el concepto de imaginario y se aborda ta interacci6n entre ciencia e imaginario social (E. Diaz, “;Qué es el imaginario social?” y “La ciencia y el imaginario social”). Se analizan, luego, los elementos indispensables para el comienzo de un estudio epistemolégico, tales como ta clasificacién de las ciencias, la relacin entre ciencia y tecnologia, asi como algunas consecuer- cias resultantes de ta aplicacién de ta racionalidad cientifica a los fenémenos sociales (E. Laso, “La clasificacién de las ciencias y su relactén con la tecnologia"). Finalmente en “La historia de la ciencia: sus motores, sus fuerzas, sus cambios, sus frenos" J. Flax) se reflexiona sobre el proceso histérico de la ciencia, tanto en su desarrollo interno como en relacién con la sociedad. [11] P9908 688869 S0 0 0SSTET SOT HOSCHSFHOOOVOHOROOS ;: a 5 & ° a a Q oe 56 ; QUE ES EL IMAGINARIO SOCIAL? Esther Diaz En Oriente, durante siglos, se consideré que uno de los principales atributos de la belleza femenina era tener pies chiquitos. Es por eso que a las nifias, desde muy pequeiias, se les vendaban los pies para impedir, en lo posible, que Jes crecieran. En Occidente, en el siglo pasado, se pensaba que una mujer, para ser hermosa, debia estar “entrada en carnes". Es por eso que las primeras divas del cine mudo, entre plumas y joyas, lucian abundantes kilos. Actualmente, por el contrario, ¢l ideal de belleza femenina es del orden de la delgadez. Como resultado de ello, las adolescentes enferman, ya veces mueren, en su afan de parecer ctéreas. La anorexia y la bulimia son enfermedades estético-sociales. Estos son algunos'ejemplos de conductas regidas por diferentes imagi- narios sociales, a partir de los cuales se producen los valores, las aprecia- ciones, los gustos, los ideales y las conductas de las personas que confor- man una cultura. Elimaginario, como Ja palabra lo indica, se relaciona con Ja imaginacion, pero no es lo mismo. La imaginacién es una facultad psicolégica individual que juega con las representaciones. Las recrea. Inventa otras realidades posibles (o imposi- bles). Es una actividad creativa del espiritu individual. Laimaginacion es un cuestionamiento permanente de la realidad establecida. El imaginario, en cambio, no es la suma de todas las imaginaciones singulares. No es tampoco un producto acabado y pasivo. Por el contrario, es el efecto de una compleja red de relaciones entre discursos y practicas sociales. El imaginario social interactua con las individualidades. Se constituye a partir de las coinciden- cias valorativas de las personas. Pero también de las resistencias. Se manifiesta en lo simbélico (lenguajey valores) y en el accionar concreto entre las personas (practicas sociales), No obstante, cuando el imaginario se libera de Jas individualidades, cobra forma propia. Y por una especie de astucia del dispositivo se convierte 113] 14 La clencla y el imaginario social en un proceso sin sujeto. Adquiere independencia respecto de los sujetos. ‘Tiene una dinamica propia. Se instala en las distintas instituciones que componen la sociedad. Actua en todas Jas instancias sociales, puesto que todas esas instancias se producen en alguna institucién. Son instituciones las asociaciones de personas que, reunidas con una finalidad coman, cuentan con infraestructura juridica, edilicia y econémi- ca, Por ejemplo, Ja universidad 0 una empresa econdmica o un club deportivo, Son instituciones asimismo {o se producen en una instancia institucional) las relaciones entre, por lo menos, dos personas que compar- ten practicas y discursos, aunque no tengan sedes perfectamente determi- nadas como la universidad, la empresa o el club. La condicién para la “institucionalidad” de una situacién es que se persigua un objetivo comin y, en funcién de ello, se comparta un lenguaje respecto de ese objetivo. Por ejemplo, dos personas en una situacion amorosa, 0 dos amigos charlando en un café, o una persona diciéndole a un colectivero hasta dénde quiere viajar, En el primer caso, se trata de la institucién “pareja humana’, en el segundo, de la instituci6n “amistad” y en el tercero, de la institucién “medios de transporte”. El imaginario comienza a actuar como tal tan pronto como adquiere independencia de las voluntades individuales, Aunque, paraddjicamente, necesita de ellas para materializarse. La gente, a partir de la valoracién imaginaria colectiva, dispone de parametros epocales para juzgar y para actuar. Pero los juicios y las actuaciones de la gente inciden también en el dipositivo imaginario, el cual, como contrapartida, funciona como idea regulativa de las conductas. Las conductas, por supuesto, las realizan las personas, pero aspirando a ciertos ideales o modelos que se consideran dignos de ser seguidos. Esos paradigmas son las ideas que regulan la educacién, las aspiraciones, las expectativas y los valores éticos, est¢ticos, econémicos, politicos y religiosos de una comunidad. Pero todas esas categorias no salicron de la nada, sino que se gestaron en funcién del imaginario colectivo. Existe una interaccion entre valoraciones'individuales y valoracién colectiva. Las ideas regulativas, como ideas que son, no existen en la realidad material, No obstante, existen en la imaginacién individual y en el imagina- rio colectivo y producen materialidad, es decir, efectos en la realidad. Por ejemplo, en una sociedad como la nuestra, que valoralo tecnocientifico, una persona que se siente enferma recurre al médico (es decir, a un técnico}. Su imaginario social Je “marca” que ésa es la actitud adecuada, En cambio, si una persona es indigena y su imaginario le “marca” que en caso de enfermedad hay que consultar a un chamén, ésa sera, posiblemente, la conducta que seguira. En los dos ejemplos, se producirén acciones y resultados concretos, La materialidad del dispositivo imaginario reside en Jos efectos que logra sobre la realidad. Sise retoma el ejemplo de la anorexia y la bulimia se llega a conclusiones 4 ARRRARHHHSASSHSHHMOAHAAAAREDAAORABHAOOD SE Sesoddsedsddved | a AL, 1° lo ep | 1. PeeReen Qué es el imaginario social? 15 similares. En una cultura cuyo imaginario de belleza femenina fuera las mujeres gorditas, las chicas comerian comidas sustanciosas. En cambio, en una cultura de la delgadez, como la actual, cl imaginario provoca culpa ante Ja comida. Las personas persiguen una “delgadez fibrosa” a cualquier precio, Ahora bien, no se debe pensar tampoco que un imaginario suscita uniformidad de conductas. Sefiala mas bien tendencias y refleja, casi como en un espejo, las situaciones conflictivas. En una época de cambios profundos y violentos, como la nuestra, surgen acontecimientos que no estan registrados todavia cn la capacidad colectiva del juzgar. Esto, en el mejor de casos, produce desconcierto y, en el peor, exclusién. Tal es el caso, por ejemplo, del (todavia embrionario) imaginario social del sujeto de sida. LA DIFERENCIA ENTRE EL YO Y EL SUJETO Un individuoe social es una criatura humana que comparte un sistema simbélico con otros humanos. El sistema simbélico por excelencia es el lenguaje articulado. Esto es, un lenguaje formado por palabras significati- vas articuladas racionalmente, El ser humano es el tinico ser vivo que habla y que, ademas, puede representarse su propio lenguaje, es decir, puede reflexionar sobre él. El lenguaje articulado es un elemento definitorio de lo humano. Por ejemplo, si un bebé es criado por animales y logra sobrevivir, deviene una especie de bestia que nunca se convertira en ser humano. No puede desarrollar su capacidad racional. Ese ser nunca aprendera a hablar. Tampoco a pararse sobre los miembros inferiores solamente, Pero esto ‘Ultimo no seria lo determinante de su “animalidad”, sino el no haberse integrado al sisterna de la lengua que es, al mismo tiempo, un cornponente fundamental del imaginario social. Cada individuo humano se reconoce a si mismo como una entidad empirica y psicolégica. Percibe esa entidad como una continuidad en el tiempo. Ve la foto del nivio que fue y, aunque ahora luce distinto, sabe que sigue siefdo él. Se reconoce a partir de su percepcién interna, configura un “yo”. El yo es la constatacién de la propia integridad. Pero nadie es autosuficiente para formar su propio yo. En esa conformaci6n inciden el entorno, las otras personas y, fundamentalmente, el lenguaje. Sin embargo, Jas personas no son autématas. Cada ser humano es libre y, en funci6n de ello y de sus indeclinables disposiciones personales, se autoconforma, se produce, constituye su yo. Ahora bien, el yo individual que cada uno de nosotros somos es asimismo un ente histérico (no solamente psicolégico). Ser histérico significa estar “sujetado” a las practicas sociales de su tiempo. Significa estar plegado al 16 La ciencia y el imaginario social sistema de valores y supuestos de una tradictén cultural. De modo tal que elyoobjetivado, esto es, proyectado alo social, seconvierte en sujeto. Deviene una instancia subjetivo-social. Sujeto, entonces, es el individuo humano en su dimensién social, en tanto esta sujetado a las practicas sociales y a los discursos de su época historica. Cabe aclarar que “sujetado” no es sinonimo de “enajenado”. Estoy sujetada a las practicas sociales-discursivas de mi época. De lo contrario ni siguiera me podria hacer entender minimamente por quien, cn este momento, me esta leyendo. Pero soy libre de decidir mis acciones. Si bien mi libertad (como toda libertad) est4 acotada a ciertas delimitaciones sociales y biolégicas. Por ejemplo, un adulto que nunca practicd danza es libre de comenzar a bailar, pero su edad biolégica y lo que el gusto cultural actual exige para un cuerpo que danza dificilmente le permitiran llegar a ser una estrella del ballet. Cada individuo se comprende ademas como un ser que se relaciona con otros seres y con su entorno. Si se imagina al individuo social como una moneda, se puede decir que el anverso es el yo y el reverso, el sujeto. El yo responde alo individual y el sujeto a lo social. Pero ninguna de las dos faces de la moneda puede excluir a ja otra. Por Jo tanto, esa dualidad nica que es el individuo yo-sujeto se instaura desde lo biolégico, lo psicolégico, lo espiritual y lo social. El sujeto, entonces, es una instancia social encarnada en individuos. Si bien el sujeto de una época histérica no es la suma de sus individuos sino elimaginario social de lo que significa ser sujeto para esa época determina- da. De lo dicho no debe inferirse tampoco que existe un sujeto Gnico y absoluto en cada época histérica. En realidad no existe un sujeto, sino sujetos. Pero esos sujetos comparten varias caracteristicas communes, comparten imaginario. En una época de cambios acclerados, como la nuestra, los sujetos reestructuran sus caracteristicas, se disuelyen como sujetos (como los sujelos que eran). “Se disuelven” no quiere decir que no hay més sujetos, sino que desaparecen los parametros imaginarios (y por lo tanto sus consecuencias materiales) y aparecen otros sujetos. Es decir, otro imagina- rio para compartir. Cabe aclarar que se suele decir “sujeto” en relacién con dos referentes distintos: “sujeto", como imaginario colectivo deo que significa ser humano perteneciente a una cultura en una época determinada, y “sujeto”, como individuo social. Sin embargo, al transitar por el tema del sujeto (0 de los sujetos), en alguna medida, se mezclan los conceptos. No queda demasiado claro dénde termina el sujeto imaginario y donde empieza el sujcto individual. eenaend BRABSAHRMRAMASSLSHHSHSHHHSHHHRARSHEA ANE PRG RRR PEN ae eG 8G S OSE eS Pie Ss zQué es ef Imaginario social? 7 LA INCIDENCIA DE LOS DISCURSOS Y DE LAS PRACTICAS SOCIALES Eldiscurso, es decir, el fluir de proposiciones dotadas de sentido, circula por la sociedad. Cada grupo humano que se rete con alguna finalidad comparte un discurso comin (queno es Jo misme que compartir un idioma). Las reglas que disciplinan los discursos surgen de las funciones especificas de cada grupo. Los sujetos cambian de discurso cada vez que cambian de roles ode institucion. El mismo sujeto sigue ciertas reglas discursivas segtm los casos. Dichas reglas difieren entre ellas segum difieran las circunstan- cias. Por ejemplo, un hombre seguira distintas reglas para organizar su discursos segin se dirija a un piblico de cientificos, a un amigo, o a sus empleados domésticos para solicitar que le sitvan un café. La eficacia del discurso depende del éxito en conseguir los objetivos. Pero para aleanzar esos objetivos los discursos deben estar avalados por las practicas. En el ejemplo propuesto, los objetivos pueden ser, en primer lugar, lograr reconocimiento de la comunidad cientifica; en segundo, ser reconocido por un amigo y, por ultimo, conseguir que le sirvan café. Si el cientifico del ejemplo solamente habla, pero no realiza ninguna actividad clentifica que dé cuenta de su discurso, pronto caer en descrédito. Por otra parte, si no cuida la amistad, no sera reconocido como amigo. Y finalmente, respecto del café, si nunca les paga el sucldo a sus empleados domésticos, pronto dejaran de servirle. De la interrelacion entre discursos y practicas surgen valores, aprecia- ciones acerca de la realidad. Se delimitan asi las ideas de bien y de mal, de lindo y de feo, de agradable y desagradable. Los individuos que componen una sociedad, es decir, los sujetos, conocen ¢l sistema social de valores. Cada existencia transcurre entre adhesiones y rechazos a ese sistema. Pero, en general, los valores se dan por supuestos sin analizarios demasiado, He aqui, entre otras cosas, el origen de los pre-juicios. Esos valores conocidos y, en general, compartidos entre los sujetos de una época histérica son un bagaje importante del imaginario colectivo. La operatividad del dispositivo imaginario reside en ser un referente para chequear las diversas situaciénes por las que atraviesa una vida humana. De modo tal que si alguien se entera, por ejemplo, que perdié a un ser querida, “sabe” lo que los demas esperan de él en tal circunstancia. Puede, ono, observar la conducta esperada. Pero, en un caso 0 en el otro, “sabe” qué reacciones probables tendran los demas. El imaginario social funciona como parametro de las conductas, de las palabras y de las expectativas. Ademas, cada época tiene cierta disponibilidad para lo que se puede hacer y decir sin alterar demasiado el dispositivo. Y también tiene sus exclusiones para quienes lo alteran demasiado. Esto seve claramente en el surgimiento del discurso de lo diabélico. En los comienzos de la moderni- dad, cuando se inici6 ese discurso, el mismo fue eficaz en la medida en que 18 La ciencia y el imaginario social venia acompafiado por ciertas practicas. Quienes ejercian el poder exacer- baban el discurso diabdlico y obtenian multiples beneficios, por medio del simple tramite de acusar a ciertas personas de brujeria. Podian asi no solo acrecentar sus bienes, apoderandose de los del acusado, sino también hacer que desaparecieran personas no gratas. Y podian, fundamentalmen- te, controlar a la poblacién puesto que, en principio, cualquier persona se convertia en sospechosa por el solo hecho de ser acusada, No obstante, como el poder no se ejerce de manera piramidal, sino reticular, la poblacién colaboraba en el dispositivo de la brujeria, Algunos, para poner al dia sus rencores. Otros, para recibir algtin beneficio inespe- rado (siempre era posible quedarse con la vaca o las gallinas de una vecina condenada). ¥ otros, finalmente, porque creian honestamente en lo diabé- ico y asumian los roles creados por el imaginario social convencidos de su autenticidad. ESPACIO Y TIEMPO IMAGINARIOS Cuando somos nitios se nos dice que “existen infinitos puntos, infinitas rectas ¢ infinitos planos", Y aunque nunca tuvimos, ni vamos a tener, experiencia del espacio infinito, comprendemos to que nos quieren decir. Algo similar ocurre con el tiempo. Nunca experimentamos la infinitud del tiempo. No obstante, la entendemos. Por el contrario, no tenemos pardmetros para imaginar qué seria algo fuera del tiempo, o del espacio. Podemos, cuanto mucho, imaginar un objeto flotando. Pero flotando en el espacio y, obviamente, durante un tlempo deierminado. Immanuel Kant (1724-1804) explica esto sosteniendo que el espacio y el tiempo no son cosas en si mismas, ni son tampoco propiedades o relaciones entre las cosas, sino formas puras de nuestra sensibilidad. Es decir que el espacio y el tiempo constituyen la forma en que los seres humanos intuyen las cosas, Pero ese modo de intuir no es algo material, ni que tenga contenido, ni ¢s una capacidad psicoldgica (aunque también existe la capacidad fisico-psicolégica de intuir, pero para la finalidad de la presente exposicion no se tendra en cuenta). La capacidad pura de intuir, dela que habla Kant, esta libre de cualquier elemento que pertenezca a la sensacion empirica, No tiene contenido porque el contenido Jo da la experiencia. Y Ia intuicion kantiana es una forma pura, exenta de experiencia. La intuicion empirica, en cambio, es a posteriori; mientras la pura es a priori, Esto es, independien- te de la experiencia, necesaria y universal. Kant considera entonces que el espacio y el tiempo son formas constantes, que no cambian y que no existen en el afuera, sino en SAAR AMER MEHL: ROSSA ARERAERAAAREAREASE HORA REA RR E & AP 2 a 2 > 3 4 3 See OVOU Ow oOLUeoOOU eis Ps a {Qué es el imaginarto social? 19 nosotros. Kant, con su concepcién del espacio y del tiempo, da una explicacién genial a una de las preguntas recurrentes de nuestra cultura {cuando digo “nuestra” me refiero a la cultura occidental, surgida en la Grecia arcaica aproximadamente en el siglo vi a.C,). ¥ es la explicacion que mejor se condice con el imaginario social de su época. Aunque en la época de Kant no todos coincidian respecto de las nociones de espacio y de tiempo. Isaac Newton (1642-1727), por ejemplo, creia que el espacio y el tiempo son realidades subsistentes, independientemente de que se las perciba ono. Existen por si mismas. Son cosas en si, como una especie de recipientes césmicos dentro de Jos cuales sucederian los acontecimientos del mundo. G. W. Leibniz (1646-1716), por su parte, entendia el espacio y el tiempo como un conjunto de relaciones resultantes de referencias entre cosas. De todos modos, ya pesar dela importante diferencia con otros autores, es Kant quien plasma en una teoria filos6fica el imaginario social de su época respecto del espacio y del tiempo. Porque realiza, en el pensamiento, la revolucién que desde el comienzo de la modernidad (siglo xv) se estaba produciendo en la ciencia. La modernidad invents la nocién de sujeto de conocimiento y de objeto conocido como dos instancias separadas, de las cuales s6lo una es constructiva: el sujeto. El objeto, en cambio, es pasivo, se deja conocer. Y, quien se deja conocer, se deja dominar 0, mejor dicho, a quien se puede conocer, se puede llegar también a dominar. Las condiciones de posibilidad para que el sujeto pueda conocer estan dadas, entonces, en su estructura formal de conocimiento. La misma se constituye en el espacio, el tiempo y las categorias, en tanto formas puras. He aqui Ja estructura imaginaria que imperaba en el siglo xvm, plena madurez de la modernidad. En esa época se ereia firmemente en la universalidad y necesidad de las leyes de la naturaleza. Sélo faltaba fundamentar la objetividad de esas leyes. Kant, con su teoria trascendental, fundamenta el conocimiento objetivo y construye un sujeto de conocimiento acorde con su época histérica. En la modernidad, entonces, el tiempo es una forma pura de la sensibilidad, pero —-paraddjicamente— es intemporal. El imaginario social de la antigiiedad, en cambio, prétendia que el tiempo esta relacionado con el movimiento. Aristételes (884-322 a.C.) definia el tiempo como la medida del movimiento segan un antes y un después. Tiempo y movimiento se definian uno por el otro. Y, como el movimiento se da siempre en el espacio, se concluia, entonces, que existe una relacién inescindible entre espacio y tiempo. En el nivel césmico, el tiempo para los antiguos era circular. Las ideas regulativas remitian a arquetipos del pasado. Se creia que en una época primigenia y dorada Jos hombres habian conocido una felicidad sin limites. Esa felicidad perpetua se perdié, indudablemente. Pero, en una nucva vuelta del tiempo ciclico, los seres humanos volverdn a ser felices. También 20 La clencia y el imaginario social desde esta perpectiva el tiempo esta relacionado con el espacio. Porque la felicidad se dio en un Edén del que los humanos fueron expulsados, pero no para siempre. La Edad Media también responde a una noci6n de tiempo en relacién con el movimiento y, por lo tanto, con el espacio. No obstante, su visin césmica tiende al futuro. Todo debe hacerse en funcion de la salvacién eterna. Con lacristiandad. el tiempo en Occidente comienza a ser lineal. Se orienta hacia la ciudad de Dios, que es el espacio por excelencia, el Paraiso. A pesar de lo dicho, la nocién medieval del tiempo y del espacio guarda ciertos resabios dela nocién césmica antigua, pues si bien hay una direccién hacia el futuro, cuando ese futuro Ilegue se recuperaran las delicias perdidas por la caida originaria. De alguna forma, entonces, se volvera al pasado. En cambio, en la modernidad se rompe totalmente con la nocién de circularidad o de nostalgia det pasado. Todo tiende hacia un futuro absoluto. Hacia la utopia, es decir, hacia un lugar que, en tanto es futuro, no acontece en ningun lugar. La modernidad huye del pasado y busca el futuro, su carrera le impide ver el presente. Recién en la posmodernidad, es decir, a partir de mediados del siglo xx, se ha comenzado a rescatar el presente. La posmodernidad se mira en el espejo del presente, Un presente que refleja la convergencia del pasado y del futuro. Y se mira asimismo en un espacio en el que coinciden todos los espacios (reciclaje de edificios, coexistencia de distintas modas, collages y pastiches). Multitemporalidad. Multiespacialidad. Ambas caracteristicas circulan por todo el entramado cultural, aun por aquellos espacios de desgarro y dolor. En Estados Unidos, por ejemplo, los ninos atacados de sida suelen decir: “Yo iba a ser ingeniero” 0 “yo iba a ser aviador”. Aluden, de ese modo, aun futuro en el pasado, pero aniquilado por la contundencia del presente. Todo convive en Ja multiplicidad, no sélo en las costumbres, la moda y elarte: también en la ciencia. Yano hay un solo paradigma que agrupe todas Jas ciencias naturales, Nunca hubo ninguno que agrupara a las sociales. El imaginario cientifico ha abandonado la pretension de que una unidad subyacente estructura toda la realidad. Hoy se acepta la posibilidad de que la realidad responda al azar y ala indeterminaci6n, mas que al ordeny ala objetividad. Lo que se perdi en supuesta seguridad, se gané en creatividad. RANMA HARAAARHSHEOMRAARAARADMASHASARAR EA | seeeee oe ® BSUSBSSSeUadesS El imaginario social y las caracteristicas de la ciencia 21 EL IMAGINARIO Y LOS MAPAS: Denis Wood ‘Tan por seniada se da la objetividad de los mapas modernos que sirven de metafora a otras ciencias, e incluso ala objetividad cientifica ensi. Sin embargo, todos los mapas incorporan supuestos y conven- ciones propios de la sociedad o de los individuos qué los han elaborado. Esta es la contradiccién de los mapas: que son una representacion que se dice objetiva de un mundo que sélo subjetiva- mente cabe representar. (“EI poder de los mapas", en Investigacin y Ciencia, Barcelona, julio de 1993.) LA CIENCIA Y EL IMAGINARIO SOCIAL Esther Diaz En la Edad Media, el imaginario social respondia a una estructura formal cerrada sobre si misma. Se vivia en una especie de gran titero creado por Dios. Ni siquiera la muerte expulsaria al hombre de los espacios surgidos de la omnipotencia divina. La casa del Padre contaba con bellos lugares reservados para los elegidos, y tenebrosos sdtanos para los rebeldes. La Tierra, residencia de los seres vivos, era el centro inmutable del universo.! Pero una especie de terremoto histérico conmocioné las bases de ese mundo-refugio, En el acaecer de Ja modernidad, una recién nacida, la ciencia, impuso sus propias leyes. Se invirtié asi la vision de la realidad. La hipétesis de que la Tierra se mueve se convirtié en ley. No era la primera vez que se enunciaba tal hipotesis, pero era Ja primera vez que se decia en un marco de practicas sociales y de discursos que permitian considerarla verdadera. Dicho de otra manera, la voluntad de verdad del comienzo de la modernidad toleraba que se emitieran enunciados que en otras épocas ni siquieran habian sido considerados. El cambio de perspectiva respecto del puesto del hombre en el cosmos trajo aparejada una serie de consecuencias inquictantes, Si la Tierra sc mueve, ynolo notamos, puede ser que ocurran muchas otras cosas que nos afecten directamente, y tampoco nos demos cuenta. Si es cierto, por ejemplo, que los astros del cielo no son perfectos y cambian de forma, ase puede confiar en la promesa de una morada celestial que nos albergaria por toda la eternidad? René Descartes (1569-1650), desde la filosofia, y Pedro Calderén de la Barca (1600-1681), desde la literatura, plantean la angustia del nuevo hombre. Si hubo engafio en los principios basicos, es acertado pensar que todo lo que deriva de dichos principios debe de ser falso. 1. El maestro Hugues de Saint-Vietor (1096-1141), constructor de eatedrales goticas, decia que no se debia perder de vista que “el hombre esta situado en el centro de la creacién, entre Dios y lo visible”. [22] SPORFORARARARARARAAR: a2ene eae HOES AQ ee aege La ciencia y el imaginario social 23 El imaginacio social a partir del siglo xvi se reconstituye, entonces, en funcion de los nuevos discursos, las nuevas practicas y las nuevas valoracio- nes. Se produce una reacomodacién respecto de dos facultaces humanas: la fey larazon. Laraz6n, durante la Edad Media, habia sido “sierva dela fe”. Sin embargo, en la nueva disposicién epistémica, la fe pagara duramente tantos siglos de soberania. Comenzé asi el reinado de la razén cientifica. Y la fe, en el imaginario en ascenso, sélo persiste como “fe en la razon", Pero nada inmutable le ha sido dado al hombre, ni siquiera la fe en una razon absoluta. Los primeros sintomas de la crisis del paradigma de la modernidad se manifiestan en el siglo xx. Fue entonces cuando el modelo de conocimiento basado en una ciencia determinista comenz6a mostrar sus, falencias internas. Desde la reflexion sobre la cultura, empiezan a circular las criticas provenientes del romanticismo. Y, desde el interior mismo de la ciencia, comienzan a revelarse las inconsecuencias del determinismo. La termodinémica, en primer lugar, y mas adelante la relatividad, la mecanica cudntica y la microbiologia cuestionan Jas bases mismas de la ciencia newtoniana. Luego se cuestionan también algunas de sus aplicaciones. Otro tanto ocurre con la utopia ético-politica. El desarrollo de Ia razén, lejos de convertirse en motor de la liberaci6n, se convertia, cada vez mas, en factor de dominacién, Tal como Jo sefialaron la Escuela de Frankfurt, primero, y Jiurgen Habermas (1929-}, despues, la razin politica—asimilada ala razon cientifica— devino ideologia. Terrible paradoja para un proyecto que, como el moderno, intent6 hacer de la critica su mayor bastion. EL IMAGINARIO POSMODERNO Ahora bien, la fuerza de los cambios sociales, politicos, cientifico-técnicos, éticos y estéticos, acontecidos fundamentalmente a partir de la Segunda Guerra Mundial, permite pensar que nuestro imaginario ya no coincide con la episteme gestada en la modernidad. El germen de la dominacién de la naturaleza se encontraba en’ el ideario de los fundadores de la ciencia moderna. Pero las consecuencias de sus ideales no responden exactamente al proyecto de la modernidad. Ese proyecto incluia también la utopia de Jograr la felicidad de la humanidad en su conjunto. ‘No se trata, por cierto, de que la ciencia no logre maravillas que hacen mas agradable y duradera la vida humana, Se trata de que el bienestar no alcanza por igual a todos los miembros de la humanidad. La racionalidad cientifica aplicada a la economia produce cada vez mas riqueza, pero ésta llega cada vez a menos manos, La tecnologia genera adelantos imprevisi- bles, pero también desequilibrios ecolégicos y desastres bélicos. Hay enfermedades que desaparecen, pero aparecen otras. 24 La ciencia y el imaginario social No se pueden desestimar, por cierto, los beneficios de Ja tecnociencia, pero tampoco los desequilibrios que suele acarrear. Si se atiende a otros ideales modernos, como Ios estéticos y los éticos, se llega a conclusiones similares. No se puede negar una mayor circulacién de la justicia, tampoco una empecinada repeticién de discriminaciones y genocidios. No se pueden desdenar los desarrollos artisticos acaecidos desde que el modernismo pronosticé que el arte devendria forma de vida total, Pero lejos esta el arte de haberse instalado como forma de vida universal. Se puede decir, entonces, que una de las caracteristicas mas importan- tes del imaginario actual es, justamente, un profundo cambio en la administracion de la verdad. No porque la ciencia no siga generando lo que se acepta como verdad, sino porque la ciencia —hoy-— necesita otra instancia para convalidar sus verdades. Esa instancia esta dada por los medios masivos de comunicacién, los cuales, paradéjicamente, son ciencia aplicada. Pero no es por ello que representan actualmente el papel de garantia de la verdad, sino porque las practicas concretas de los individuos les otorgan ese privilegio. La ilusién de transparencia informativa unida a la seduccién estética de ios medios audiovisuales logran lo que antes lograban especificamente los santos 0 los sabios: confiabilidad. Si se ve a través de la pantalla, entonces debe ser verdad. Y no sélo la verdad es confirmada por los medios: la realidad misma depende de ellos. Si algo no fue registrado por los medios, no es real. ADMINISTRACION DE LA VERDAD La verdad interactia con el poder. Los creadores, poseedores y adminis- tradores de Ja verdad siempre han sido quienes —de una u otra manera— ejercieron el poder politico, econémico, represivo, religioso 0 tecnocientifico. Ademias, todos estos poderesy otros menos publicos, como el poder familiar, por ejemplo, resultan de la interaccién entre las distintas formas de poder de una sociedad, : Pero no se puede negar lo obvio. La ciencia sigue siendo, a pesar de tado, un referente de poder, en tanto garantia de verdad. Es asimismo un elemento fundamental en la consolidaci6n del imaginario social. No obstan- te, hay matices diferenciales respecto del concepto que se tenia de ella hasta la primera mitad del siglo xx. Ya no se propone de manera hegeménica la defensa incuestionada del progreso cientifico, Ademas, es comin actual- mente utilizar un lenguaje avalado por la ciencia para criticar algunas facetas de la propia actividad cientifica. Por ejemplo, el discurso ecologista maneja proposiciones findadas en el conocimiento cientifico de la natura- leza para cuestionar ciertas aplicaciones cientificas. es i S@@eQe eee eeeeee ARR ARARSHRREEAASEAAEEAA OSSEVUVERBSEES : - p = oes La ciencia y el imaginario social 25 Pero la relaci6n entre el conocimiento cientifico y sus aplicaciones ofrece todavia otras complicaciones. Tanto los logros de las aplicaciones cientificas como las criticas a las mismas adquieren fuerza publica y —por lo tanto— poder, inicamente si logran ser difundidos a través de los medios masivos. La television, la radiofonia, los medios graficos y el cine, en tanto medios masivos de comunicacién, interacttian y se potencian con otros medios de comunicacién como la telegrafia, la telefonia, los radares y los sistemas satelitales. A ellos hay que agregar los que Ilamaré “medios intensivos de comunicacién”, que son los relacionados mas intimamente con la informa- tica, como las tarjetas magnéticas, las computadoras, la Internet y todas las excelencias comunicativas de ultima generaci6n. Con el establecimiento de los valores modernos, la raz6n laica habia desacralizado la realidad. Habia excluido del dominio de la verdad todo aqueilo que fuera sospechoso de irracionalidad. Pero esa raz6n, potenciada por la tecnologia, “crié cuervos”. No, por cierto, a causa de que los medios hayan fagocitado el conocimiento cientifico que los hizo posibles. Sino, mas bien, porque los medios, al convertirse en los voceros de las novedades cientificas, son los interlocutores de las mismas. Aprovechan, entonces, su jugar de privilegio, e instauran valores y formas de vida que no siempre responden exactamente a lo que la mentalidad cientifica desearia. Los medios difunden ciencia, pero difunden asimismo discursos alternativos a Jas soluciones cientificas oficiales, tales como la homeopatia, la acupuntura © el tarot. Brindan espacios a los debates racionales, pero también a los pastores electronicos, a los predecidores del futuro y a los “expertos” en extraterrestres, Los medios, que sin lugar a dudas permiten que se conozean las iltimas aplicaciones cientificas, difunden con el mismo entusiasmo sus errores y sus fracasos, ial como las muertes por anestesia mal controlada, los embarazes multiples o la existencia de basura atomica no degradable. Todo es mostrable en la dimensién mediatica. LA PANTALLA EN LUGAR DEL PANOPTICO El panoptismo, como diagrama de la sociedad moderna, incidia en las practicas concretas y en los discursos conformadores de la cultura occiden- tal. Se controlaba asi el mantenimiento del “buen orden burgués”. Larazon exctuia todo aquello que se le resistia. Pero las ideologias creadas a la luz de los principios universales de la razén —en su caida— arrastraron el ideario de la modernidad. Arrastraron también su diagrama formal. El imaginario social posmoderno ya no esta regido por un panéptico. El panéptico como modelo de una razén amante de las leyes universales del conocimiento, de la ética y de la estética, ha perdido vigencia histérica. No 26 La ciencia y el imaginario social porque en nuestra sociedad no haya vigilancia, que es uno de los objetivos del panoptismo. Al contrario, la electronica ha exarcebado los controles, Pero la vigilancia ya no se presenta en forma de torres visoras, de pupitres elevados, de miradores mecanicos, del “ojo clinico” del médico, ni siquiera de relojes fichadores. Ahora el paradigma es una pantalla en la que el hombre se mira y es mirado, Las grandes empresas tienen pantallas a través de las que vigilan tanto aclientes cuanto a empleados. En los hogares reina la pantalla de television. En los trabajos, las pantallas de las computadoras y de los circuitos cerrados. Los aviones y los barcos se manejan por medio de pantallas. La tecnologia médica las utiliza para chequear, diagnosticar y operar. Los edificios y los teléfonos sofisticados también cuentan con ellas. Los contro- les de las radios, de las discotecas, de las emisiones televisivas y de cualquier artefacto mas o menos actualizado recurren a las pantallas. Los disefios graficos, los proyectos artisticos, las composiciones musicales, los tableros de los estadios, los cajeros electrénicos, la informaci6n vial y los videojuegos, entre otras maravillas electrénicas, se nos ofrecen en el marco material de una pantalla. A partir de esto, se pucde recordar lo que ya sabemos: vivimos en la sociedad del espectaculo. Sin embargo, la historia ha conocido con anterio- ridad culturas audiovisuales. Los medievales tardios, por ejemplo, se solazaban con los vitrales g6ticos y con fa musica de los érganos, con los coloridos delas ropasy la diversidad edilicia de las ciudades, con los sonidos de la naturaleza y el canto de los juglares. Pero nunca, como ahora, lo audiovisual estuvo potenciado por la electronica. No se trata, por cierto, de un mero cambio cuantitativo, sino también —y fundamentalmente— cua- litativo. Y es cualitativo porque es energético, La potencia del medio forma parte del mensaje. Los medios se convierten en fin (en finalidad), independientemente de que, al mismo tiempo, transmitan mensajes. Este estado de cosas ha modificado necesariamente ¢l bagaje de conceptos, valoraciones y expectativas de las sociedades. Una de las consecuencias mas obvia de la constitucién de los sujetos a partir del imaginario-pantalla es el cambio producido en la capacidad de percep- cién. Las pantallas, a diferencia de los panopticos, muestran una variedad infinita de movimientos, de colores, de formas, de sonidos. La atencién entonces salta del videoclip armado por otro, esto es, el videoclip propia- mente dicho, al videoclip armado por uno mismo, es decir, el zapping. A ello se agrega la variedad de ofertas visuales y auditivas, el ritmo variado, Ja imagineria estética, la sobreabundancia de informacion. En fin, el vértigo. Esta realidad concreta esta dando cuenta de una esiructura formal del imaginario que concuerda con la actual pluralidad de cédigos morales. La ética contemporanea se asemeja, cada vez mas, aun caleidos- copio de derechos, desplazando —de manera notoria— el reinado del deber kantiano, HASRBMOHRAMOBRAR AEM PREP ER RES ® AAAS 9 OOS La cfencia y el imaginario social 27 Hoy, disecado ya el cadaver de la tradicién precientifica, comienza a envejecer el cuerpo mismo de la ciencia. No, obviamente, como practica conereta y como convalidadora de cierto tipo de verdad, sino como referente privilegiado de los ideales de la sociedad. Su hija, la tecnologia, es la figura del momento. La ciencia sigue, por supuesto, produciendo conocimiento. Pero la técnica es la encargada de presentar ese conocimiento en sociedad, y de administrarlo a través de los medios masivos. La multiplicidad y el vértigo ocupan el lugar que antes ocupaba la razon légico-cientifica. En el ideario actual, la meta es el espectaculo, y no sélo para quienes se piensan dedicar a carreras artisticas, sino para todo aquel que aspire a ser reconocido socialmente. En este sentido, creo que es paradigmatica la respuesta que dio una alumna del csc, cuando se-le pregunté por qué habia elegido la carrera de medicina. “Porque quiero ayudar a la gente para que sufra menos”, dijo, “asi podré llegar a ser una médica famosa y aparecer por televisién”. Qe: 28 La ciencia y el imaginario social LAS MATEMATICAS Y EL IMAGINARIO SOCIAL enene Emmanuel Lizcano A través del estudio minucioso de las matematicas —irreductibles. entre si—de tres culturas distintas fla china antigua, la griega clasica y la del alejandrismo tardio), se muestra cémo tampoco las matema- ticas estan por encima de las gentes concretas, de sus prejuicios, tabtes y ensofiaciones. A la postre, las matematicas hunden sus raices en los mismos magmas simbélicos en que se alimentaban los mitos que aspiraban a reemplazar. Cada mateméatica echa sus raices en los distintos imaginarios colectivos y se construye al hilo de los conflictos que se desatan entre los varios modos de representar/ inventar esa itusién que cada cultura llama realidad. SRARAaan | (Imaginario colectivo y creacién mateméatica, | Barcelona, Gedisa, 1993.) Sennen -MAMRARRORERERE

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