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La lite dirigente del pas, en el marco del Pacto de Punto Fijo, que
gobern durante los ltimos 40 aos del pasado siglo, se propuso reescribir la
historia de Venezuela destacando aquellos hechos favorables al esquema de
dominacin y silenciando al mximo todo acontecimiento opuesto a sus intereses
clasistas y antinacionales. En el campo de la Salud Pblica, al obviar la importante
y valiosa obra historiogrfica que da cuenta de los perodos estelares de nuestra
historia sanitaria, se ha pretendido apartar a los profesionales y tcnicos de la
salud venezolana de un legado de abnegacin, amor y solidaridad para
emparentarlos con un modelo perverso que auspicia el mercantilismo mdico y la
privatizacin de los servicios de salud.
Los avances y retrocesos en estos tres ejes han determinado las polticas
pblicas predominantes sobre salud y calidad de vida en diferentes momentos de
nuestra historia republicana, han marcado su carcter de clase y la han conectado
con los procesos econmicos y polticos que los han caracterizado.
En este contexto tan adverso para la salud pblica, la Ley del Sistema
Nacional de Salud, aprobada en 1987, consagr el proceso descentralizador y
reduccionista del papel conductor y de rectora del MSAS al limitar su papel a
impartir recomendaciones (art. 5) a los ejecutores identificados como las
Gobernaciones y Municipalidades, legaliz el ejercicio privado lucrativo dentro de
los establecimientos pblicos y propici la participacin social instrumental como
parte de los esfuerzos por reducir el compromiso del estado con la salud y
transferir costos.
Un investigador extranjero, impresionado por la magnitud del deterioro de la
vida y la insensibilidad de quienes dominaban la esfera poltica e intelectual
exclam:Caracas se ha convertido en una especie de ranchera metropolitana,
donde los habitantes de los ranchos en 1987 son el doble de la poblacin total del
rea metropolitana treinta aos antes ().Prcticamente no se ven escuelas,
ambulatorios u otros tipos de servicios sociales en el ()entramado de ranchos
que tapizan las verdes colinas y valles de antao. A pesar de su omnipresente
visibilidad desde todas partes, los caraqueos tanto los funcionarios pblicos
como los simples ciudadanos parece que se han vuelto ciegos ante la
importancia del problema y las privaciones impuestas sobre los jvenes de hoy y
las generaciones venideras de venezolanos.