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Centro de Estudiantes de Historia UC

Documento claustro sobre la educación del 24 de Abril de 2009

Este es el documento del claustro llevado a cabo por los estudiantes de Historia
de la Pontificia Universidad Católica de Chile. El documento se divide en dos secciones,
la primera con un diagnóstico general sobre el estado de la educación y la segunda con
un análisis a la reforma punto por punto. Se trata, asimismo, de una elaboración
condensada a partir de lo que se conversó ese día. En cualquier caso, también se
dispone del acta para revisar cualquier punto que se desee.

I.- Diagnóstico general

Las lógicas sobre la educación superior se han ido modificando desde la vuelta a la
democracia en nuestro país. El título profesional representa meramente un instrumento
de proyección laboral, mucho más que un reflejo de habilidades reales en las diferentes
disciplinas. Asimismo se ha producido una desvaloración paulatina de las carreras
técnicas, así como las humanistas y artísticas en el ámbito nacional. De todas maneras,
existe una inquietud sobre la efectividad de estas discusiones y propuestas de reforma si
es que sólo se generan desde la minoría que implica estar en una universidad. La
discusión necesita entablarse en todos los niveles de la sociedad.

II.- Discusión de los puntos de la reforma

Universidad: Existe la problemática sobre la conceptualización del plan curricular


de la educación superior que debería ser más cercano al de la básica o de la
media. Un marco curricular demasiado flexible genera una suerte de “difusión”
profesional, donde dos egresados de la misma carrera pero de diferentes
instituciones poseen habilidades completamente diferentes. Sin embargo, un
marco curricular demasiado riguroso podría restringir demasiado el enfoque que
quisiera plasmar alguna universidad en determinada carrera. Por otro lado, la
idea de educación superior que se tiene a nivel nacional excluye, y a veces no tan
solo nominalmente, a los centros de formación técnica e institutos profesionales.
En definitiva, la universidad debe saber responder a las necesidades reales de la
sociedad, independiente de los programas que pueda tener cada institución. Su
rol debe ser eminentemente público.

Rol público y el trato con el estado: La dinámica del consejo de rectores y, por
ende, la división entre universidades públicas y privadas resulta altamente
anacrónica. Hay diversas universidades que sí son financiadas por el estado pero
cumplen un rol privado, y también a la inversa, por lo que hay que generar un
nuevo sistema de distinción entre universidades que generan bienes públicos y las
que persiguen abiertamente fines de lucro. Asimismo, se debe generar un
esfuerzo importante por descentralizar geográficamente la institucionalización
mediante subsidios ya que, actualmente, la mayoría de los alumnos de excelencia
emigran hacia la capital. La nueva ley tiene que también reposicionar el rol de las
humanidades y de las ciencias sociales, ya que el sistema mixto actual resulta
contradictorio, que el gobierno apoye mediante campañas propagandísticas el
hecho de que la educación sea el futuro, mientras que la pedagogía no tiene
valorización alguna a nivel profesional.

Financiamiento: Discusión sobre como enfrentar las reformas que se quieren


efectuar al sistema universitario dentro del contexto económico actual. Por un
lado, no se puede negar que estamos viviendo en una sociedad capitalista y que el
mundo está estructurado de esa manera y, por ende, hay que intentar moldear el
sistema a nuestro favor de la mejor manera posible para generar los cambios
deseados. Pero por el otro lado, un cambio para generar una educación justa
implica también transformaciones estructurales más profundas a nivel de
sociedad, transformaciones que no pueden quedar sólo como utópicas o irreales
de antemano, sino que deben ser generadas en conjunto para apuntar hacia una
mejor sociedad. Hay que generar una ley que ponga límites al actuar en lógicas
de mercado a instituciones de educación superior. La legislación actual tiene poca
relación con la realidad del país, lo que queda expresado, por ejemplo, en el
sistema de acreditación. El tema de la subvención estatal resulta complejo, pero
principalmente se apunta hacia generar apoyo a instituciones que generen un bien
público y de calidad. Así, se podrá evitar que las universidades manejadas por
empresarios puedan llevarse a los mejores profesionales sólo por poder pagarles
un mejor sueldo. Hay discusiones sobre si debería financiarse directamente a las
instituciones (universidades) o si los beneficiados por el estado debieran ser
directamente los estudiantes. También debería haber una especial atención a las
carreras humanistas, al arte y a la cultura, que su éxito no se encuentre
supeditado meramente a los vaivenes de la economía. Hay que generar, asimismo,
un plan de apoyo a las universidades regionales y, por ejemplo, también crear por
lo menos un centro de formación técnica público por región.

Acceso: La PSU también resulta altamente perjudicial para el desarrollo de las


reformas que se quieren efectuar a nivel de educación superior. Es una prueba
altamente injusta y poco representativa. Dentro de la misma prueba habría que
eliminar la dinámica del NEM (notas de la enseñanza media) y generar alguna
medida alternativa para que los mejores estudiantes de todas las instituciones
pudiesen resultar beneficiados. Las ideas para mejorar la situación de ingreso a
las instituciones de educación superior son muy diversas. Hay que generar un
sistema de ingreso igualitario y que contemple tanto a públicos, particulares
subvencionados y privados. Idea de incluir a los estudiantes del sistema PENTA.
Preocupación general para que no se produzca solamente la aceptación de los
casos excepcionales de alumnos de excelencia de establecimientos públicos
mientras que la gran mayoría queda excluida, sino generar un sistema más integro
que genere posibilidades transversales legitimando también las distintas
instancias de educación superior: las universidades, los institutos profesionales y
los centros de formación técnica.

Participación Estudiantil: Se reconoce la existencia del problema sobre la crisis


de la representación, sobretodo en el año que estamos viviendo, después de que
el movimiento estudiantil sufriera dos importantes derrotas. Ahora bien, no por la
falta de participación hay que dejar de generar ideas y dejar de llevar a cabo las
reformas. Se ha intentado de gran manera el difundir la participación pero
tampoco se puede obligar a la gente. Lo importante es comenzar a proponer una
corriente ideológica capaz de construir una sociedad que generare actividades
participativas de forma normal y cotidiana dentro de este marco.

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