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Asociacién de Amigos del Pais Fundaci6n para la Cultura y el Desarrollo (Historia Lea VSN ele tr m4 Guatemala, 30 de marzo de 1998 Mesoamerica y el area maya ADELANTE GUATEMALA Z iSIGAMOS CRECIENDO JUNTOS! Beoesiitiira 1 ep A ee pi Te ce En el estudio de los pueblos prehispanicos las fronteras actuales tienen poco significa- do, pues se derivan de eventos politicos de los periodos colonial o independiente. Por esta raz6n, los arqueélogos utilizan subdivi- siones propias, llamadas “Areas culturales”, que se definen de acuerdo con la presencia. de rasgos culturales comunes a todos los pue- blos de un area determinada. Se dice, por lo tanto, que el territorio guatemalteco forma- ba parte de Mesoamérica, un Area cultural que fue definida inicialmente por el investi- gador aleman Paul Kirchhoff, en 1943. La extensin geografica de Mesoamerica, de acuerdo con la propuesta de Kirchhoff, se muestra en la Tlustracién 14, El area com- prende la totalidad de los territorios de Gua- temala, El Salvador y Belice, gran parte de México y Honduras, y algunos sectores de la costa paeifica de Nicaragua y Costa Rica. Los rasgos culturales comunes al area cultural mesoamericana incluyen patrones de agricultura y alimentacién, tales como el cultivo de maf, cacao y maguey. Otros ras- gos comunes se sittian en el terreno de la cultura material y la ideologia, Entre éstos resalta el uso extendido de la obsidiana para elaborar instrumentos y armas, las construc- ciones de piramides escalonadas y patios de juego de pelota, y el uso de sistemas calen- déricos muy similares. Toda el area mesoamericana estaba habitada por socie- dades estratificadas, cuya organizacién po- litica corresponde a cacicazgos y Estados. Muchos investigadores han cuestiona- do la delimitacién geografica propuesta por Kirchhoff para Mesoamérica, y la defini- cidn basada en rasgos culturales especifi- cos. Sin embargo, el concepto se ha mante- nido vigente. En lo que atafie a Guatema- Ja, lo importante es reconocer que los pue- blos prehispdnicos del pais no se desarro- Haron aisladamente, sino que formaron parte de un conjunto de sociedades estre- chamente relacionadas, que mantuvieron contactos culturales, politicos y econémi- cos, a lo largo de su historia. De hecho, la ‘Arqueologia en Guatemala no puede en- ey Noli oo ee tenderse sin tomar en cuenta a los otros pueblos mesoamericanos. El area maya y las lenguas de la familia maya Mesoamérica puede dividirse en subdreas, segin la distribucién de los grupos lingiiis- ticos y otros rasgos culturales asociados. El Area Maya comprende la totalidad de Gua- temala y Belice, la Peninsula de Yucatén, la parte oriental de los Estados mexicanos de Chiapas y Tabasco, ast como la parte occi- dental de El Salvador y Honduras. La ma- yor parte de esta regidn estuvo habitada, en la €poca prehispénica, por pueblos que ha- blaban lenguas dela familia maya. Los pue- blos antiguos del Area Maya mantuvieron una interaccién més cercana y constante entre si, que con los pueblos de otras suba- reas de Mesoamérica, tales como Oaxaca y la costa del Golfo de México. La familia de lenguas mayas incluye 30 idiomas conocidos, todos los cuales se deri- van de un ancestro comun, el Protomaya, a partir del cual se empezaron a diversificar, hace mas de 4,000 afios. De todos ellos 20 se han hablado en el territorio de Guatemala. Las relaciones entre esos idiomas son com- parables a las que existen entre los de la familia latina, es decir, el espaiiol, italiano, rumano, portugués, francés y otros. El Cua- dro 6 presenta una clasificacién de tales idio- mas, con indicacién de las fechas aproxima- das en que se diferenciaron unos de otros, de acuerdo con las investigaciones lingitisticas, y su distribucién geografica en la época colo- nial (alrededor del afio 1700). Es importante tener en cuenta que todos esos idiomas ma- yenses se han transformado a lo largo del tiempo, y que su distribucién geografica tam- bién ha experimentado cambios. Estas trans- formaciones pueden haber sido consecuen- cia de movimientos de poblacién, que sepa- raron a los hablantes de una misma lengua. Si no se mantiene un contacto constante entre poblaciones separadas por accidentes geograficos, su lengua puede transformarse hasta ser ininteligible para los segmentos (Cuadro 6: Evolucién historica de la familia lingUistica maya. Basado en la clasificacién de Terrence Kaufman, 1974. Diva ame ‘GraparCompleje Taam Peach Pogom (1200 8c) Pogomehi SS Sa che (600 a2) Sipakapense 7 as ‘Sekapoteko ‘Oriental (1400 4c) res {200030 Teutyil agehike) Uspaneko Mam Mam (300 00) Mam (600 40) mee Awakatcko Nabiee Maya Tai) Popit Gakaleko) (@rotomaya, 2100 ac) Seaton) eaealeme ‘Alatcko (1300 vc) Qanjbiat Maco" me icGnd 00 oc) LD ‘Occidental (1000 xc) See Ch Toot (cH01 (100 ve) eS Tonal ino aS tio (600 0) Chon area Yukai ‘Yonatesa Yohateca ‘Yukateko (1000 0) Latanwun Mopan fa =e Se eee Huasteka Hasek “Haste (1100 2c) Chicomiseieco 3 reff’ SS Historia Popular’ de Guatemala Sew od MMe oe storia Pop! Ge Gus | ey aH separados, lo que provoca la formacién de nuevos idiomas. Por ejemplo, los de la rama quiché, es decir, el quiché (Riiche’), cakchiquel (hagchikel), tzutujil (tz’utujil), sacapulteco (sakapulteko) y sipacapense se diferenciaron unos de otros alrededor del afio 1000 pe. La colonizacién espafiola también originé muchos cambios, los que incluyeron, la desaparicién de algunos idiomas. Gran parte del sur de Petén y la costa atlantica de Guatemala estaban habitadas por pueblos dela rama chol, en la época de la conquista, pero todos desaparecieron en esa drea. Por lo tanto, la distribucién actual de los idio- mas no ¢s la que existié hace siglos. La dis- tribucién lingiiistica en la época colonial se- guramente se aproxima mas al cuadro ante- rior ala Conquista, pero de ningin modo se mantuvo estatica a lo largo de los siglos an- teriores. Dentro del territorio usualmente llamado ‘Area Maya también hubo hablantes de otras familias lingiifsticas. En la época de la Con- quista, algunas partes de la Costa Sur de Guatemala, y mucho del occidente de El Sal- vador, eran territorios habitados por los pipi- les, quienes hablaban néhuat. Esta lengua pertenece a la familia yuto-nahua, a la que también corresponde el néhuatl, hablado por los aztecas en el centro de México. Otras len- guas no mayas del Area incluyen el xinea, Iocalizado en el suroriente de Guatemala, asi como el chiapaneco y el tapachulteco, que se hablaban en partes de Chiapas. El idioma huasteco, que fue un componente de la fami- lia maya, se encuentra localizado muy lejos del Area, en la parte norte del Estado de Ve- ractuz, México, a donde emigraron sus ha- blantes hace més de 3,000 afos. La cultura huasteca se desarrollé en forma muy dife- rente ala de los pueblos del Area Maya, En general, los antropdlogos han comprobado que no existe necesariamente una correlacién entre la lengua de un pueblo y su caracteris- ticas sociales y culturales. Otras subdreas importantes de Mesoamé- rica fueron a) el centro de México; b) Oaxa- ca; ¢) la costa del Golfo de México; y d) el occidente de México. Los pueblos del Area Maya mantuvieron diversos contactos con estas subdreas. La naturaleza y la intensi- dad de dichos nexos fue diferente en distin- tas épocas y regiones. Regiones arqueolégicas del area maya Para su estudio arqueolégico, el Area Maya se ha subdividido en las siguientes zonas geograficas: Tierras Bajas del Norte, Alti- plano y Costa del Pacifico (Ilustracién 13). Las Tierras Bajas del Norte, que inclu- yen toda la Peninsula de Yucatan, Belice, Petén e Izabal, el norte de Quiché y Alta Verapaz, asi como areas adyacentes de Ta- basco y Chiapas. Toda esta zona se caracte- riza por una geografia bastante uniforme, y Jos recursos naturales disponibles son mas 0 menos similares. Las comunicaciones se fa- cilitaban por la poca elevacién del terreno y por la presencia de varios rios navegables. Este territorio estuvo habitado principal- mente por hablantes de las ramas chol y yueateca, de la familia maya. La civiliza- cién maya de las Tierras Bajas se desarrollé en esta zona, y ha dejado algunos de los centros arqueolégicos mas grandes en todo el pais. E] Altiplano, que es la zona que compren- de las estribaciones montaiiosas de Chiapas y Guatemala, hasta la parte oeste de Hon- duras y El Salvador. Las poblaciones alli se concentraron en valles separados por cade- nas montajiosas, que presentaban obs- taculos significativos para la comunicacién y el comercio. Por otra parte, el Altiplano ofrecié una mayor diversidad de climas y variedad de recursos naturales explotados por sus habitantes, entre los cuales desta- can el jade y la obsidiana, que se comercia- ron ampliamente hacia otras regiones. Esta zona presenta la mayor diversidad lingiiis- tica en toda el Area Maya, lo que ha hecho concluir a los investigadores que en esta zona, especificamente en Los Cuchumata- nes, se originé la familia de las lenguas ma- yas. Por su variabilidad geogréfica y cultu- ral el Altiplano se divide en las regiones occidental, central, septentrional y oriental. La Costa del Pacifico, que se extiende al sur de la cadena volcanica de Guatemala, Sa pleasent aoa 12 Fragmento del Cédice de Dresden. Chiapas y El Salvador. La gran riqueza agri- cola y los recursos de los estuarios de esta zona proveyeron un medio muy favorable para el desarrollo de las sociedades prehis- panicas. De hecho, alli se han identificado las sociedades sedentarias mas tempranas que se conocen en Mesoamerica, En la época, de la Conquista, la Bocacosta del Pacifico era la principal 4rea de cultivo de cacao, un recurso muy apreciado en toda Mesoaméri- ca. A lo largo de la Costa se desarrollaron grandes centros de poblacién y poder politi- Co, y la zona experimenté considerable flujo de poblaciones a lo largo de los siglos. Periodificacién de la historia prehispanica Las dreas culturales proveen un marco es- pacial para el estudio de la Arqueologia pre- hispanica. De igual modo, es necesario esta- blecer marcos temporales por medio de una periodificacién de la historia de la misma época. La periodificacién mas ampliamente aceptada entre los arqueélogos es la que se muestra en el Cuadro 7. Ella se aplica a toda Mesoamérica. Sin embargo, no toda el rea se desarrollé en forma idéntica. Cada regién experimenté sus propios patrones temporales de desarrollo social y cultural, y muchos cambios importantes; el inicio de las sociedades sedentarias 0 el surgimiento del Estado, por ejemplo, ocurrieron en fechas distintas en cada regidn. Por lo tanto, la periodificacién presentada en el Cuadro ci- tado debe considerarse solamente como una herramienta titil para designar periodos am- plios de la historia prehispanica, que ade- més proporcionan indicaciones muy gene- rales sobre los patrones de desarrollo social y cultural de cada época. ‘Los términos utilizados para designar cada periodo requieren explicacién, Los términos Preclisico, Clasico y Postclasico sugieren de inmediato un patrén de desarrollo, culmina- Ts A comme TE pls TT A cién y decadencia, que no esta de acuerdo con Joindicado por la evidencia arqueolégica dis- ponible en la actualidad. El término Clasico se empezo a usar en la primera mitad del siglo XX, para designar al perfodo durante el cual se erigieron monumentos esculpidos con fechas en el sistema de la Cuenta Larga, el cual se equiparaba con el maximo desarrollo de la civilizacién maya. En consecuencia, se aplicé el término Postclasico a la época sub- secuente al “colapso” de la civilizacién maya clasica en Petén y en las dreas adyacentes. Esta época se suponia de decadencia genera- lizada e incremento significativo del milita- rismo. Se pensaba que muchos de estos cam- bios se relacionaban con influencias proce- dentes del centro de México. El Periodo Preclasico, también conocido como Formativo, se consideraba como una época de aumento gradual en la compleji- dad de las sociedades mesoamericanas, y de elaboracién cultural creciente, que eventual- mente creé las condiciones para el floreci- miento del Perfodo Clasico, Sin embargo, ahora se sabe que desde el Preclasico mu- chas sociedades habian desarrollado siste- mas complejos de organizacién social y poli- tica, y habfan producido también muchas de las manifestaciones de florecimiento cultu- ral que anteriormente se consideraban ex- clusivas del Periodo Clasico, incluyendo la escritura jeroglifica y la fechas de Cuenta Larga. Se sabe también que tanto los con- tactos con el centro de México, como el pro- pio militarismo, estuvieron presentes desde el Periodo Clasico en las Tierras Bajas ma- yas y, por lo tanto, no se pueden utilizar para diferenciar el Postclasico. Tampoco pue- de considerarse este tiltimo como un periodo de decadencia generalizada en toda Meso- américa, pues durante esta época surgieron algunas de las sociedades mAs complejas del rea, tales como la sociedad azteca. Sin em- bargo, esta claro que ocurrieron profundas transformaciones al final del Cldsico en toda el area, las cuales ocasionaron la decaden- cia de muchos grandes centros de poblacién y poder politico, y principalmente la trans- formacin de patrones culturales prevale- cientes con anterioridad. Cuadro7: — Periodificacién de la historia cultural de Mesoamérica. Periodo Fecha’ firs Desarrollo Cultural Tardio Dion CColapso de los peincpales centos de Petén;inluencia mexicana posite © es cent ;infuenc Tompase DATO tes en eg maya Tao {600.2 900 n¢ Desamello en sitios de las Tieras Bajas mayas ‘Clsizo Mayor desarolo en ceazos de Petén con escrnua jerogifica y cult. Temprano 250. 600.80. ica. altar influencia tenttvacana en ta segunda mitad del Perfodo. Tardio «400 ae 250-nc tasgos de civilizaci6n maya, ceatros complejos en el Aliplano y Preteen Casa Sur de Guatemala. Medio 800. 400 ac Poblaciones jerarquizadas, aumento demogréfico, y ceremonialiso. Temprazo 2000.2 600.Ac Inicios de agriculture, sedentarismo, y ncleaci6n de aseatamieatos. “Arstico 7000 22000 ac Crcera encremento ea a recoleciGn de plants. Paleoindio 10,000 2 70904c_ Cazadores de animales grandes, En resumen, los términos Preclésico, Clé- sico y Postclésico deben utilizarse solamente como designaciones convenientes para las épocas respectivas. No es acertado pensar que el Perodo Clasico representé la culmi- nacién del desarrollo de las sociedades pre- hisp4nicas, como tampoco puede aceptarse la idea, muy generalizada por cierto, de que los pueblos indigenas de Guatemala se encontraban en decadencia cuando vinie- ron los espafioles. Esta aseveracién sola- mente pudiera tener validez respecto de las Tierras Bajas de Petén, donde ocurrié una fuerte disminucién demogréfica des- pués del llamado “colapso” del Clasico. Aun en esa 4rea habian poblaciones relativa- mente grandes y bien organizadas, como los lacandones e itzaes, que desaparecieron odecayeron en el periodo colonial Los términos Paleoindio y Areaico se ajus- tan mejor a los patrones culturales presentes alo largo de Mesoamérica, en las épocas res- pectivas. Como se explicaré més adelante, la evidencia arqueolégica relativa a estos perio- dos, en Guatemala, es todavia muy limitada. ‘Ademés de los perfodos indicados en el Cuadro 6, los arquedlogos utilizan otras sub- divisiones. Por ejemplo, se habla de un Pe- riodo Protoclésico, situado entre el Preclési co Tardio y el Clasico Temprano. Se ha pro- puesto también un Perfodo Clasico Medio y un Clasico Terminal o Epickisico, situados, respectivamente, en la parte media y final del Clasico. Por ultimo, algunos se refieren a un Periodo Protohistérico, situado en la 6poca inmediatamente anterior a la conquis- ta espafiola. Estos términos han sido intro- ducidos para enfatizar cambios especificos en los patrones de desarrollo social y cultu- ral, muchas veces referidos a regiones espe- cificas, Sin embargo, como no tienen una aceptacién tan generalizada, como se indica en el Cuadro 6, aqui se usan solamente en relacién con interpretaciones especificas de Jos autores que los utilizan. Fases arqueolégicas Ademdas de los periodos ya descritos, los ar- queélogos utilizan el término “fases”, para re- Mesoamérica y el area maya REFERENCIAS apts Pein Ea atone None Sateen occa! [— epano Comal Moen Costa Sure Taeeamsurvie | 13 Divisién de las regiones arqueolégicas de Guatemala. ferirse a periodos relativamente cortos en el desarrollo de sitios 0 regiones especificas. Se definen con base en los cambios observados a Jo largo del tiempo en los restos arqueolégicos. En la definicin de las fases tiene mucha im- portancia el andlisis de la cerAmica que, por su abundancia, gran variabilidad y buena pre- servaci6n, es una de las mas importantes cate- gorias de artefactos arqueolégicos. Para defi- nir fases también pueden utilizarse las trans- formaciones observadas en los artefactos de piedra, la arquitectura, los patrones de asen- tamiento, las précticas funerarias y otros com- ponentes del registro arqueolégico. Igual que los periodos, las fases arqueolégicas son divi- siones cronolégicas elaboradas por el arqueé- logo sobre la base de los cambios observados en la cultura material, cuyo significado en términos sociales es variable. Pueden reflejar cambios importantes en la organizacién social y politica, transformaciones culturales, influen- cias externas, flujo de poblaciones, 0 simple- mente transformaciones en los estilos de ela- boracién de artefactos en una sociedad. UE FUPO de pode enel enrodeléxico durante Postclisico Temprino. Poseriommente, ‘muchos gobemantes, lo largo de Mescameérica, traaban sues hasa Tub, capil theca stuadt endl Exadode Hidalgo. de México, a partir del Preclisico Tardio, scene Dumbo Cis Tempano eu des des is ores ce mundo. se Seen eseecc: Alokigo dees Peis Precio y Cisco, 4os Zapotecas desarollron une cura may chborada en a Vale de Ona, cay certo principal esa en Monte Albin. El ‘Tio azteca era la entidad politica Oierccicet: Conquista, y su capital era Tenochitan Compre edo clone sy Cte ‘Golfo, Guerrero y algunas regiones cle Oaxaca, e indusive i Olmecas Eltémino “olmeca” designa una serie de negoscuhiaksmuyenenelcosabbrgode ‘Mesouméric duane Precis Tempra y Meco enireoselestioescukéion quese desinol5 pncipaimente en elsurde Vercuzy Talasco, Chichen Unodebsmajonsstiosde Yustin Chicken Ii aleanad suapogeo en el Clisico Tardy PPosicisico Temprano. Su arquitecuray escukura sugeren relaconesene sus habnesystohis ‘que, de acuerdo con fuentes documentles, se esableceron alien el Posictisico, Cakehiqueles y Pasties Ace Tas entidades politicas principales de! 5 guateraliecoen a época de a cic gue ce yeas clkur se concoen gas Popo! Vib eee iia are ceed, ‘Monte Alto AD Sitioimponante, con alrededor de 40 ‘monticulos, localizado cerca de la ‘modema ciudad de Escuinta. Tuvo su apogeo durarte el Prectisico Medio y el Tardio, pero durante ¢ Cisco Temprano fue abandonado. Se le conoce arincipalmente por esculnuras del lamadio ipo *barigon’ ‘Aleanzé su mayor desarrollo durante el Preclisico Tardio. En este periodo sus relizaron consucsoncsactminésatvas ¥ ceremonies, asi como proyectos. Iii, Quit Secon por ingennts esa dcsen lesqeserebts sus gobemanies dhrirte dl Cisco, ‘Tacumal ‘Muestra muchos rasgos mexicanos del Postckisico Temprano, tiles como Ibarcuitectura de talud-tablero, egies de Xipe-Totec y esculturas de Chacmool. Copin fue uno dem centros de la civilizacion maya una larga historia, que se ext io hasta el Clisico Chorotegas Durante el Clisico Tardio se asentaron €n las costas del Pacifico, desde el Golfo dle Fonseca hasta la Peninsula de Nicoya (Costa Rica), Durante el Postctisico fueron desalojados de los alrededores del Lago de Nicaragua, por migranies de origen tolteca, los «que se conoce como nicaraos. Nicaraos 8 Poblacion de origen nahuatl que se asent6 durante el Postclisico en las islas y margenes occidentales de los grandes Tagos de Nicaragua. 526 Si Lert’ Las fases arqueolégicas son de gran utili- dad como marcos de referencia temporal, y se utilizan constantemente. Cada fase reci- be un nombre que la identifica. Por ejemplo, en el sitio arqueolégico de Uaxactin se reco- nocen cuatro fases arqueolégicas, conocidas como Mamom, Chicane, Tzakol y Tepeu, las cuales corresponden aproximadamente a los Perfodos Preclisico Medio, Preclasico ‘Tardio, Clasico Temprano y Clasico Tardio. En otros casos, las fases no necesariamente corresponden con los periodos mencionados. Errores frecuentes en Ia interpreta- cién de dreas, periodos y sociedades Suele incurrirse en algunos errores en la manera en la que usualmente se trata de entender el pasado prehispanieo de Guate- 15 _ Estela de Copan, dibujo de Frederick Catherwood. mala. Algunos de estos errores se derivan de interpretaciones antiguas, que ya han sido superadas por los investigadores, pero que han quedado fijas en una gran parte del pliblico no especializado, y muchas veces han sido repetidas sin miramiento alguno en los. textos escolares y obras de divulgacién. Una de ellas se ha sefialado anteriormente: por ejemplo, la tendencia errdnea a pensar que los pueblos indigenas de Guatemala se ha- Maban en decadencia en la época en que vinieron los espafioles. Otro criterio erréneo consiste en identifi- car determinadas areas geogréficas con cul- turas 0 grupos lingiifsticos especificos, sin tomar en cuenta las transformaciones que experimentaron las sociedades prehispéni- cas a lo largo de los siglos. Por ejemplo, los restos arqueolégicos del Pacifico frecuente- mente se identifican como “olmecas”. Como se analizard en el capitulo cuarto, el estilo olmeca estuvo presente en algunos sectores de la costa del Pacifico durante el Periodo Preclasico Medio, pero de ningiin modo debe extenderse esa denominacién a los restos de cualquier época en dicha regién. En forma similar, se ha utilizado indiscriminadamen- te el término “pipil” para identificar a los habitantes de la misma regién. Sin embar- go, todo parece indicar que la presencia de los pipiles en la Costa Sur fue tardia, y tuvo lugar principalmente en el Periodo Postcla- sico, Los restos anteriores a esta época no pueden identificarse con seguridad como pi- piles. Tanto en la Costa como en otras regio- nes, es importante considerar los cambios que se produjeron en la composicién étnica 0 lingiifstica. Suele ser dificil documentar es- tos cambios y, con frecuencia, los arquedlo- gos no tienen todas las respuestas, en cuyo caso es preferible una actitud de cautela an- tes de asociar nombres de grupos lingiiisti- cos a determinados conjuntos arqueolégicos. Otro error frecuente consiste en suponer una relacién de descendencia directa entre los indigenas del Altiplano de la época de la Conquista y los mayas clasicos de las Tie- rras Bajas. Los textos escolares contribuyen a mantener esa suposicidn, pues por lo gene- ral la seccién dedicada a la civilizacién maya clasica es seguida por la que se dedica a los, reinos quiché, cakchiquel y tzutujil en la 6poca de la Conquista, Esté claro, sin em- bargo, que las sociedades indigenas del Alti- plano tuvieron una historia de desarrollo local, tan larga como las de las Tierras Ba- jas. Ambas regiones mantuvieron contactos econdmicos, politicos y culturales a lo largo de los siglos, pero no existe evidencia de grandes movimientos de poblacién entre una y otra regién al final del Periodo Clasico 0 durante el Postclésico. Es importante com- prender y apreciar el desarrollo social y cul- tural de los pueblos del Altiplano durante los Perfodos Preclasico y Clasico, que es tan significativo en la Arqueologia de Guatema- la, y contrastarlo con el desarrollo de las ‘Tierras Bajas, durante las mismas épocas. Finalmente, es importante descartar la su- posicién de que los pueblos prehispanicos pu- dieron haber mantenido contactos con seres extraterrestres, o que éstos contribuyeron en alguna forma a elevar el nivel tecnol6gico 0 cultural de las sociedades indigenas. A pesar de la aparente seriedad con que se presentan tales ideas en algunas publicaciones, ningu- na de ellas tiene base en la evidencia conoci- da, Los autores que propugnan dichas inter- pretaciones usualmente utilizan determina- dos elementos del registro arqueolégico, los aislan de su contexto social, y los relacionan. con rasgos de otras sociedades, épocas y huga- res, basandose en similitudes superficiales. Ese procedimiento es contrario al método ar- queolégico, que interpreta los vestigios en términos de la sociedad que los produjo. Al invocar la intervencién de seres extraterres- tres para explicar la existencia de determi- nados monumentos y edificios, se niega la capacidad técnica e intelectual de los pueblos prehispdnicos, actitud que solamente puede explicarse como el resultado de prejuicios s0- bre la supuesta inferioridad de esos pueblos. ‘Tal actitud es inaceptable en la investiga- cién seria del pasado prehispénico. Historia de la investigacién arqueolégica en Guatemala La Arqueologia en Guatemala es parte de una tradicién de descripcién e interpreta- Mesoamérica y el area maya beta 2) cién de las sociedades indigenas, que tiene sus raices en la conquista espafiola. La Con- quista implicé una confrontacién entre dos sociedades radicalmente distintas, y originé en ellas la necesidad de conocerse de mane: ra reofproca. Desde el Angulo intelectual es- pail, parte importante de la explicacién de la sociedad indigena consistfa en entender el origen e historia de esta tiltima. La mo- derna Arqueologia guatemalteca es herede- ra de ese interés por comprender las socie- dades indigenas anteriores a la Conquista, aunque el método arqueolégico también se aplica, de modo fructifero, al estudio de los vestigios del pasado colonial y reciente. La época colonial La versi6n més antigua de la historia prehis- pénica de Guatemala fue escrita por Fray Bartolomé de Las Casas, antes de 1550. Alre- dedor de la misma época, los ind{genas reco- gieron versiones de su historia en el Popol Vuh, el Memorial de Solold y en otras créni- cas, Estas versiones debieron basarse en tra- diciones orales, aunque algunos pudieron haber registrado parte del contenido de los manuscritos prehispanicos. Varios autores describieron tales manuscritos, pero desafor- tunadamente no se ha preservado ninguno propio del actual territorio guatemalteco, pues los cddices mayas que se conservan pro- vienen de Yucatan. ‘Ademés de las versiones orales y escritas, Jos vestigios arquitecténicos llamaron la aten- cién desde muy temprano. En 1576, el Oidor Diego Gareia de Palacio hizo una deseripeién de las ruinas de Copén, Honduras. Al ver monumentos tan grandiosos, Garcia de Pala- cio dudé que pudieran haber sido obra de los antepasados de los indios de su época, a quie- nes no creia capaces de tales logros. De he- cho, a Jo largo del perfodo colonial, y hasta el siglo XIX, muchos autores concibieron las grandes ciudades abandonadas en las Tie- rras Bajas mayas como obra de antiguos emi- grantes del Viejo Mundo. Sin embargo, otros autores no dudaron en identificar los vestigios como obra de los antiguos indios. Entre agéllos destaca Fran- cisco Antonio de Fuentes y Guzman, quien, a fines del siglo XVII, escribié su versién dela historia de los pueblos prehisp4nicos como par- te de la Recordacién Florida. A su juicio, los pueblos en ruinas eran prueba de que en Gua- temala habian existido grandes poblaciones antes de la Conquista. Con el fin de mostrar- Jo, incluyé en su obra descripciones de los si- tios de Copan, Zaculeu, Utatlan y otros. Poco tiempo después, el dominico Fray Francisco Ximénez transeribié el Popol Vuh. Las Casas, el Popol Vuh, Fuentes y Guzman y otras fuentes similares constitu- yeron la base del conocimiento de la histo- ria prehispanica de Guatemala, hasta bien entrado el siglo XIX. Entre 1784 y 1787, el gobierno colonial del Reino de Guatemala se convirtié en pio- nero de la investigacin arqueolégica en el Nuevo Mundo, ya que patrociné una serie de expediciones arqueolégicas al sitio de Palenque, Chiapas. Esas exploraciones manifestaban las nuevas corrientes del pen- samiento de la Ilustracién. Los trabajos so- bre Palenque planteaban preguntas de na- turaleza cientifica, tales como la antigiie- dad de las ruinas, la identidad de sus anti- guos pobladores, su poderfo y grado de civi- lizacién, sus medios de subsistencia, manu- facturas, industria, comereio y comunica- ciones. Se produjeron informes detallados y bien ilustrados. Antes de finalizar el si- glo, en 1796, se organizé el Gabinete de Historia Natural, que puede considerarse como el primer museo del pais. Entre sus colecciones habia “algunos idolos y curiosi- dades de los gentiles’, es decir, artefactos prehispanicos, que ya entonces eran consi- derados objeto de estudio cientifico. El siglo XIX E] interés del Bstado por la investigacién arqueolégica adquirié nuevo impulso des- pués de la Independencia, En 1834, el go- bierno de Mariano Galvez patrociné explo- raciones en los sitios de Copan, Utatlén e Tximché, las que fueron dirigidas por Juan. Galindo y Miguel Rivera Maestre. Ambos produjeron informes e ilustraciones que cons- tituyen contribuciones pioneras en el estu- dio de esos sitios, Estos trabajos eran parte de un esfuerzo mas amplio por estudiar la historia y Ja geografia de Guatemala, inspi- rados en los escritos incipientemente nacio- nalistas de algunos autores, especialmente José C. del Valle. En varios articulos de Va- Ne la nacién guatemalteca aparecia como heredera directa del pasado anterior a la Conquista, y todos los guatemaltecos figu- raban como descendientes de los indigenas prehispAnicos. Los antiguos indigenas eran glorificados como punto de origen de la na- cidn guatemalteca y, de ese modo, el estudio de la Arqueologia adquiria relevancia para el presente y futuro del pais. ‘Desde principios del siglo XIX, la Arqueolo- gia de Mesoamérica habia empezadoa llamar Ia atencién en Europa y Estados Unidos. Tal fue el interés que se desperté, que en 1827, la Sociedad Geografiea de Paris ofrecié un pre- mio de 4,200 francos a quien escribiera un reporte nuevoy més completo sobre las ruinas de Palenque, Copan, Utatlan y Mixco Viejo. El mds importante entre los visitantes de ese periodo fue el estadounidense John L. Stephens, quien estuvo en Guatemala en 1839, en compaji‘a del artista Frederick Catherwood. En su libro de viajes, Stephens presenté, por primera vez, descripciones y apreciaciones objetivas y detalladas sobre los sitios arqueolégicos, y refuté completa- mente la idea de que pudieron haber sido creados por emigrantes de otras partes del mundo. A partir de su publicacién, quedé fuera de duda que eran obra de los indige- nas prehispanicos. Los dibujos de Catherwo- od ofrecieron imagenes de gran calidad de los edificios y esculturas. Desde esa época, la Arqueologia maya ha ejercido una fuerte atraccién en el publico norteamericano. Durante el perfodo colonial, los tnicos si- tios arqueolégicos conocidos en la parte sur del Area Maya eran los del Altiplano guate- malteco, Palenque y Tonind en Chiapas, y Copan en Honduras. Muchos més fueron descubiertos durante el siglo XIX. De gran importancia fue el primer informe sobre Tikal, hecho en 1848 por Modesto Méndez, Corregidor de] Departamento de P¢tén. Otro hallazgo importante fue el de los vestigios arqueolégicos del area de Santa Lucia Cot- zumalguapa, hecho alrededor de 1860. Am- wUUMtiza tema ra nary eb bos sitios resultaron afecta- = ="gLT “i 7 dos, en los afios subsecuen- tes, cuando los dinteles de madera de Tikal y un gran conjunto de esculturas de Cotzumalguapa fueron tras- ladados a Europa. En_1866 abrié sus puer- tas el Museo Nacional, orga- nizado por la Sociedad Eco- némica de Guatemala, el cual subsistié hasta 188: Sin embargo, el pais eareci de legislacién en materia de antigtiedades, hasta 1893. A partir de entonces, el Estado asumi6 la responsabilidad de > : proteger los sitios arqueolé- — gicos del pais, y se prohibié la exportacién de antigiieda- 16 Cahyup, Departamento de Baja Verapaz. Véanse las escalinatas: des. En esa época, varios in- ‘milples y el templo doble al extremo oeste de la plaza. Recons- vestigadores extranjeros es- truccién arquitecténica por Tatiana Proskouriakoff, 1955. taban efectuando trabajos en Guatemala. Elinglés Alfred _ ses dedicaron esfuerzos sig- _vestigaciones ctnograficas y P. Maudslay y el austriaco _nificativosalainvestigacién _ estudios del medio ambiente Teobert Maler exploraron arqueoldgicaen Guatemala. de algunas regiones. concienzudamente las ‘Tie- La primera fue el Museo __ Entre los trabajos de la rras Bajas del Norte en bus- Peabody, de la Universidad _Institucién Carnegie mere- ca de sitios arqueolégicos, y de Harvard, que organizéin- cen resaltarse sus investiga- dieron a conocer muchos de _vestigaciones en Copan des- _ciones en Uaxactiin, que sen- los mds importantes. La pu- de 1897, y que sirvié como _ taron las bases para el estu- blicacién de muchos textos escuela a muchos de los pri- dio de la arqueologia de las jeroglificos permitiéa varios meros arqueélogos mayistas. Tierras Bajas mayas. Me- investigadoreseuropeosyes- Apartirde1914,laInsti- diante la aplicacién de mé. tadounidenses hacer gran- tucién Carnegie de Wash- todos de excavacién estrati- des avances en el descifra- ington patrociné un progra-_grafica, los investigadores miento del calendario maya. ma extenso de investigacio- _graron extender la historia nes en toda el Area Maya, del sitio hasta el Preclasico El siglo ¥X dirigido por Sylvanus G. Medio. Produjeron, ademas, Morley y por Alfred V. una gran cantidad de infor- A a vuelta del siglo, los in- Kidder. Se introdujeron mé-_ macion sobre la arquitectu- tereses econémicos de Esta- todos modernos de excava- ra, patrones funerarios, y do Unidos experimentaron cidny registro de sitios y ob- _utensilios propios de las Tie- una rdpida expansién en _jetos y, se organizé unabase _rras Bajas. Guatemala, principalmente de datos muy extensaybien _Al trabajo realizado en en la construccién de ferro- cimentada para la Arqueo- Uaxactiin se compara, por su carriles y elcultivodebana- _logia del pais. Las investiga importancia, la investiga- no, con lo que crecié también ciones abarcaron toda Gua- cin efectuada en Kaminal- la influencia cultural de ese temala, y nose limitaron ex- _juyit. Este sitio, reportado pais. Como resultado, varias clusivamente a la arqueolo- por primera vez por Fuentes instituciones estadouniden- gia; incluyeron también in- _y Guzmén, llamé la atencién fo et tte FEISS vGpuits Be Waele por su gran extensién y su gran niimero de esculturas. Las investigaciones de la Insti- tucién Carnegie demostraron que tenfa una historia tan larga como la de Uaxactin, y revelaron que habia mantenido fuertes cor tactos con el gran sitio Teotihuacan, Méxi- co. Estos trabajos aportaron claves muy im- portantes para entender la interaccién en- tre distintas regiones de Mesoamérica. Los trabajos de Uaxactin, Kaminaljuya y otros sitios trajeron a luz una variedad de artefactos, que pasaron a formar el niicleo del Museo Nacional de Arqueologia y Etno- logia, abierto en 1931. En 1922 se habia creado una Direccién General de Arqueolo- gia, Etnologia e Historia, que nunca funcio- né a cabalidad. No fue sino hasta después de la Revolucién de 1944 cuando se cre6 defini- tivamente una entidad estatal encargada de proteger e investigar los sitios arqueolé- gicos del pais, el Instituto de Antropologia e Historia (IDAEH). Entre otras actividades, el IDAEH impartié por primera vez. cursos de Arqueologia en Guatemala. La Institucién Carnegie clausuré su pro- grama de Arqueologia en la década 1950. Sin embargo, los arquedlogos estadouniden- ses han mantenido una presencia importan- te en la Arqueologia del pais. De gran im. portancia fue el Proyecto Tikal de la Uni versidad de Pennsylvania, dirigido por Ed- win Shook y William Coe (1956-1970). Este fue el primer trabajo arqueolégico en el que el gobierno de Guatemala proporcioné finan- ciamiento en gran escala. Este proyecto in- trodujo varias innovaciones en la Arqueolo- gia del pais, entre las cuales destaca la aten- cién que s¢ empezé a prestar a las Areas habitacionales. Con anterioridad, los traba- jos se habian concentrado en la excavacién de edificios importantes, en tanto que las viviendas comunes habian recibido muy poca atencién. Nuevas tendencias en la Ar- queologia internacional concedieron mayor interés a problemas relacionados con la de- mografia, agricultura y subsistencia, que se empezaron a enfocar con mayor atencién desde entonces. Parte importante del Pro- yecto Tikal fue la restauracidn del sitio, que lo convirtié en una atraccién turistica inter- nacional, y de ese modo se reconocié a la Arqueologia de Guatemala un papel impor- tante en la economia del pais. Desde enton- ces, la restauracidn de edificios ha sido un objetivo de varios proyectos a lo largo del territorio nacional. Petén ha sido objeto de mucha atencién en la segunda mitad del siglo. Ademés de Piedras Negras, Tikal y Uaxactiin, se han efectuado grandes proyectos de investiga- cién en Altar de Sacrificios, El Ceibal, Rio Azul, la regién de Petexbatiin, y el sureste del Departamento, entre otras zonas. En dé- cadas recientes se ha prestado mucha aten- cién al papel de los factores ecol6gicos en el surgimiento, desarrollo y colapso de la socie- dad maya. También en la segunda mitad del siglo se han hecho grandes avances en el desciframiento de las inseripeiones maya, a partir de los trabajos de Yurii Knorozov, Ta- tiana Proskouriakoff y Heinrich Berlin. Ac- tualmente, es posible interpretar mucho del contenido de los textos y, a partir de ellos, se ha logrado reconstruir parte de la historia politica de Petén durante el Periodo Clasico. Enel Altiplano, destacan los trabajos efec- tuados por investigadores franceses en el valle del Rio Chixoy, bajo la direccién de Alain Ichon. Tales investigaciones fueron parcialmente estimuladas por la necesidad de rescatar informacién sobre sitios que que- daron inundados por la construccién del em- balse hidroeléctrico de ese rio. En forma cre- ciente, los arqueélogos necesitan enfocar su trabajo en el rescate de los vestigios que corren riesgo de ser destruidos por obras tales como carreteras, urbanizaciones, 0 ex- ploraciones petroleras. Buen ejemplo de ello es el sitio Kaminaljuyd, que ha sido casi completamente destruido por el crecimiento de la ciudad de Guatemala, En algunos ca- sos, el IDAEH ha logrado coordinar proyec- tos de rescate con las empresas urbanizado- ras, que han permitido el estudio continua- do de ese sitio, si bien en condiciones de emergencia. La Costa del Pacifico y el altiplano orien- tal han recibido atencién relativamente me- nor. Sin embargo, paulatinamente ha ido creciendo el grado de interés hacia ellas. En la Costa del Pacifico, el descubrimiento de algunas de las sociedades sedentarias mas antiguas ha atraido la atencién hacia las zonas costeras y de estuarios, especialmente en la regién fronteriza con México. Otros proyectos se han dedicado al estudio de si- tios mas recientes de los Periodos Preclésico y Clisico. La mayor atencién se ha concen- trado en el centro de Escuintla, donde se han estudiado, entre otros, los sitios El BAl- samo, Monte Alto, Balberta, Los Chatos-Ma- nantial-Montana, y las zonas de Tiquisate y Cotzumalguapa. Otro foco de atencién se encuentra en la Bocacosta de Retalhuleu, en especial el sitio Abaj Takalik. El altipla- no oriental sigue siendo la regién menos estudiada, pero en aiios recientes ha sido objeto de atencién, sobre todo por arquedlo- gos guatemaltecos. De gran importancia fue el surgimiento de estudios universitarios de Arqueologia en Guatemala, a partir de 1975. Actualmen. te, existen carreras profesionales de Licen- ciatura en Arqueologia en las Universida- des de San Carlos y Del Valle de Guatema la, y los arquedlogos guatemaltecos se han incorporado de manera activa en el estudio del pasado prehispAnico de Guatemala, con frecuencia en colaboracién con investigado- res extranjeros. La Arqueologia guatemalteca actual en- frenta fuertes problemas, muchos de los cua- les se relacionan con el alto valor que han adquirido los objetos de arte prehispanico en el mercado internacional, Esa situacién ha conducido al saqueo indiscriminado e ilegal de los sitios arqueolégicos del pais con objeti- vos comerciales. Al contrario de las investi- gaciones arqueolégicas profesionales, las ex- cavaciones ilegales no contemplan el registro detallado de los hallazgos en sus contextos arqueol6gicos, con lo cual la informacién que pudiera obtenerse sobre las sociedades del pasado se pierde completamente, Ademés, las excavaciones ilegales ocasionan fuertes da- fos en las edificaciones antiguas, que con frecuencia sufren dafios irremediables. Elestudio de los pueblos prehispinicos de Guatemala ha sido un proceso gradual, el que ha requerido considerable esfuerzo. Es necesario enfatizar que la investigacién ar- queolégica sigue un patron cientifico, on el cual las ideas prevalecientes en la actualidad Posie aoe SPE bas iy =H Ka PROTO 17 Relieve en la Casa", del Palacio de Palenque. Dibujo hecho por Almendétiz en 1789, con base €en los datos sobre a Expedicién que, en 1787, hizo Antonio del Rio a Palenque. pueden transformarse a la luz de nuevos ha- Tazgos, a la vez que nuevas teorias explicati- vas pueden requerir cambios en las interpre- taciones propuestas con anterioridad. Recomendacién de lecturas Mayor informacién sobre Mesoamérica y el ‘Area Maya se puede localizar en el Tomo I de la Historia General de Guatemala, en los articulos “Historia de la Investigacién Ar- queolégica en Guatemala” de Oswaldo Chinchilla Mazariegos y “Mesoamérica: una Unidad Cultural” de Matilde Ivic de Monterroso, EPOCA PRECOLOMBINA 1 10 u 12 13 ADELANTE GUATEMALA jSIGAMOS CRECIENDO JUNTOS! El medio fisico y el origen del nombre Guatemala Mesoamérica y el area maya Los primeros habitantes: de la recolecci6n a la agricultura Los seftorios preclasicos del Altiplano y la Costa Sur Los origenes de la civilizacion maya de las Tierras Bajas El Clasico Temprano en el Altiplano y la Costa Sur Cotzumalguapa y el Clisico Tardio en el Altiplano y la Costa Sur Historia y organizaci6n social de los mayas clasicos Calendario, escritura y religion de los mayas clasicos Arquitectura y artes de los mayas clasicos Economia, politica y el “colapso” del Periodo Clasico Politica y sociedad durante el Postclasico Temprano Sociedad, economia y cultura durante el Postclasico Tardio “4 Ba shits

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