la performance dadaista de 1921 “Juicio y fondena de M
aurice Barres por Dada” (Goldberg 57), °
En efecto, la parte mas signi
Macedonio surge simultdneamente ala vanguardia, en dia-
logo con ella: es un sistema de afinidades ¥ rechazos ante
aS propuestas vanguardistas, que son sentidas a la vez como
una liberacién y como una suerte de maldicién biblica del
conocimiento. As{ lo confiesa a Ramon Gomez de la Serna
en un testimonio que éste incluye en sus Retratos contemp ,
7dneos (1944):
cativa de lg obra de
Por culpa de la juventud artistica de Buenos Aires, que conoci hace
cuatro anos, estoy abismado en un problema de estética, Me desvalijaron
Por aquel entonces con tanta prolijidad ¢ inmenso provecho de mi
estéticen
Pasatista que hasta la fecha no he podido recuperar una ignoraneia isan
(172)
La sinuosidad paraddjica de esta decla ‘acion ~sinuosidad,
por lo demas, caracteristica de toda su esi itura— ilustra bien
la ambivalencia, el tenso didlogo que Macedonio entabla con
los distintos vanguardismos: la nueva estética, mediante un
proceso escenificado a la vez como un crimen y como una
revelacion, le roba una “ignorancia” denostada por impro-
ductiva a la vez que en cierto modo afiorada como algo per-
dido, “irrecuperable”. Todavia en un texto datado en 1940
—“Hasta por los codos”= se puede observar una d idad se-
mejante —la necesidad, por una parte, de Participar en el
debate estético incitado por las vanguardias; la escéptics
caracterizacién de éstas, por otra, como una confusioén uni-
versal” de escuelas o “ismos”: “me dispongo a entr ren el
interminable coloquio y controversia 0 pee Vniver val
sobre Superrealismo, Politonalismo, ae oe
mo, Posimpresionismo, Neorrealismo, para que a Pal cee
sobre Picasso-Le Corbusier-Alban Berg-Eliot no se extinga
por falta de confusién” (fe/ato 199).