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Segunda Edición,
corregida y aumentada:
Medellín, 1995:
Los derechos por esta edición fueron pagados por el
Departamento de Antioquia
Derechos de Autor Reservados
Alberto Restrepo González
ISBN: 958-9172-08-3
Dirección Editorial:
Sección publicaciones –SEDUCA
Diseño de Colección: Saúl Álvarez Lara
Tiraje: 2.500 ejemplares
Impreso y hecho en Medellín por:
L. Vieco e Hijas Ltda.
Para las Ediciones de Autores Antioqueños
en cumplimiento de la
Ordenanza 45 de 1979 de la
Asamblea Departamental de Antioquia.
Presentación
Por eso, porque toca las raíces, es inquietador este libro de Alberto
Restrepo que, para decirlo en lenguaje de arriería, levanta la enjalma y nos
hace sentir en carne viva, de la mano de nuestros escritores, las peladuras
existenciales que ha dejado el duro trasiego de un pueblo hacia su realización
como tal, hacia la identidad, hacia la libertad.
El Autor
7
I*
_____________________
• Las citas de la obra de Gregorio Gutiérrez González que aparecen en el presente estudio,
están tomadas de Obras Completas, de Gregorio Gutiérrez González. Ediciones
Académicas. Editorial Bedout. Medellín. 1960.
8
II
principios de siglo, gente toda de Dios y nada del mundo, blancos pobres, todo
bondad y todo retraimiento dolorido: la misma pesadumbre ingénita, la misma
bondad seria y parca en palabras, la misma fatiga permanente de no se sabia
qué; la misma campechanía noble en la que se manifestaban por igual el
campesino sencillo y el hidalgo distante; la misma habla, un sí es no es,
clásica y ruda; la misma piedad radical, confiada y desesperanzada a un
tiempo; el mismo estremecimiento permanente, callado, gozoso y compasivo
ante la naturaleza; el mismo recogimiento interior, la misma aura de soledad
irremediable; el mismo enraizamiento terrígena, convertido en apego al lar
nativo; el mismo sentido serio ante la vida, aún en el menudear de los gracejos
de la conversación descomplicada y fácil; la misma presencia omnipotente de
la muerte y del demonio; el mismo amor, transido de temor casi morboso, a un
Dios bueno y justo; hasta la misma casa familiar adormilada en los repuestos
de la montaña, «paloma oculta entre el ramaje verde, oveja solitaria en el
gramal».
Con mis parientes Molinas, tan cansados de trasegar con sus mulas los
caminos de la patria, jamás se llegó a hablar de algo, sin llegar a conclusiones
de tipo filosófico o moral.
…gozando el vulgo
De la vida, indiferente, Sólo le sirven los males
Para pensar en ¡os bienes...
Vive el hombre un solo día,
Y entre la vida y ¡a muerte
Luchando con ¡a amargura
Sus breves horas se pierden.
Si uno es hoy grande... mañana
Será escarnio de ¡as gentes...
Y será más infeliz
13
eternidad, siempre al fondo y siempre más real que todo lo real, dentro de una
visión embrionariamente platónica, constituida por los universos evanescentes
del tiempo y los absolutos y firmes de la eternidad.
Hoy, como en los días de su existencia en las aldeas del lar antioqueño,
Gutiérrez González, sigue siendo un desconocido para las actuales
generaciones de la confederación aldeana que llaman metrópoli. Pero su obra
no desaparecerá, porque está madurando en los odres de la historia, ya que lo
que encarna no es el acontecer anecdótico y episódico de un siglo preterido,
sino las raíces míticas y traumáticas del pueblo antioqueño, en lo cual radica
su poder demiúrgico de convocatoria a las fuerzas ancestrales que constituyen
el origen de los pueblos, y no desaparecen jamás.
III
Los mitos no nacen de los pueblos; los pueblos nacen de los mitos.
Los pueblos precolombinos vivieron sus mitos; los pueblos negros y los
pueblos europeos, los suyos; de la fusión de pueblos, tras un largo proceso de
simbiosis y traumas, surgió el pueblo latinoamericano, y dentro de él, el
pueblo antioqueño, constituido, como todo pueblo, sobre el mito; sobre un
nuevo mito que no era ya ni el mito precolombino, ni el africano, ni el
europeo.
El viento...
Con voz ahogada y fúnebre susurra,
Como un eco lejano de otro tiempo,
Como un vago recuerdo de ventura.
Los árboles…
Tienen guardados los aromas
Con que el ambiente en su vaivén perfuman.
Durante la tala,
Primero, los ropajes propios del ritual agrario: calzón de manta, camisa
de coleta cruda, sombrero de caía con el ala prendida de la copa con la aguja,
carriel de nutría.
En el ritual de la derriba:
En el ritual de la quema:
La llama crece...
Lenguas de fuego por doquier lanzando.
22
Hasta que
(Memoria..., p. 412)
Los sembradores
(Memoria...,p. 421)
(Memoria... p. 421)
26
(Memoria... p. 422)
(Memoria..., p.422)
(Memoria..., p.430)
La vida está condicionada por el pan, por eso dentro del ritual mítico de
la cocción de los alimentos, preparados con el mismo fuego que sacrificó la
vida de plantas y animales para que se revivieran el caos y el vacío originales
en donde fuera posible la manifestación de los poderes divinos que originaron
la primera cosecha y originan la actual, la cocinera se pone en gesto ritual en
comunicación con los restos de la naturaleza sacrificada, que ha revivido en
los nuevos frutos:
(Memoria..., p.429)
(Memoria..., p.429)
(Memoria..., p.429)
(Memoria..., p.432)
(Memoria..., pp.433-434)
(Memoria..., p. 432)
IV
V
36
¡…esos placeres
De la agitada vida
Que alegre y fementida
Nos da la sociedad.
(A Manfredo, p.297)
(p. 258)
(Memoria... p.410)
El maíz es
El trauma de la pobreza
Los pericos...
Dando al sol su plumaje de esmeralda.
…Galán y enamorado
Gentil turpial en la flexible espiga.
Rubí con alas de azabache, ostenta
Su bella pluma y su canción divina.
(Memoria..., p. 412)
Todo es pobreza dentro del panorama del hombre que lucha por
hacer producir la tierra.
…azadón y calabozo...
Los varones:
Las mujeres:
…la cocinera
Infatigable y siempre con buen modo
Se ocupa sin cesar en sus tareas.
Era la cocinera una muchacha
Ágil, arrutanada, alta y morena...
Los niños:
(Memoria..., p. 432)
(Memoria..., p. 422)
un negro piélago
Do al fin sucumbe quien navega en él.
…un conjunto
De crimen y padeceres.
(A Manfredo, p. 297)
Trauma de la fe punitiva
(Dios, p. 301)
50
(Dios, p. 301)
(Dios, p.302)
(Dios, p. 302)
también es cierto que el demonio tiene un poder tan grande que le fue
posible
El trauma de la agresión
Gutiérrez González tipifica bien este hecho: por más que fue un
personaje de figuración nacional, padecía una atrofia del espíritu nacionalista
por hipertrofia del sentido regionalista.
Trauma de la pragmaticidad
(A.M.F. p. 238)
(Canción p. 295)
Este concepto del trabajo que por voluntad y como don divino libera del
dolor, es la filosofía subyacente en el poema sobre El cultivo del Maíz en
Antioquia. El poema es una explicación poetizada de las raíces teologales y
traumáticas de la pragmaticidad del pueblo antioqueño, que renuncié a todas
las actividades liberales del espíritu e hiperestesié el sentido del trabajo sin
tregua.
58
(A. R, p. 301)
VI
por lo que
VII
La figura y la obra de este poeta instaurador del mito agrario del pueblo
antioqueño, en los bellos días en que la existencia del pueblo era una
esperanza, nos señalan los hitos de la posible antioqueñidad; nos testimonian
los traumas de nuestro origen; nos señalan una tarea de afrontamientos y
trascendencia.
Epifanio Mejía
Los héroes son los profetas del instante. El pueblo, al verlos aclamados,
honrados, temidos, respetados por sus mismos enemigos, percibe en ellos su
futuro de libertad; tiene el sentimiento de la libertad como la realización, a
nivel social, de lo que el paladín, dramaturgo de la gloria, encama bellamente
ante sus ojos. Los héroes son la maqueta, viviente y mitificada, de la patria
futura.
El héroe sólo puede ser fiel a sí mismo; crecer ante sus propios ojos;
encarnar, cada vez más rutilantemente, la idea de la libertad; cambiar, sin
descanso, ante las diversas circunstancias del acaecer bélico, para que el
pueblo que lo sigue y admira esté siempre sorprendido, desconcertado,
69
Los héroes son infieles por fidelidad a la idea directriz de su obra, que
es el surgimiento de la Patria y el acrecentamiento de la dignidad del hombre.
Los héroes no son héroes más que en el momento del clímax de la idea
de liberación. La cotidianidad administrativa es antagónica de la heroicidad.
Sin embargo, la patria tiene que ser una realidad para la permanencia:
por eso, las patrias surgen de una callada contemplación del medio y de sus
componentes vitales.
Los poetas juglares hacen la patria sintiéndola. Por eso su obra pervive,
milenaria, porque no es preciso guerrear siempre; pero siempre se precisa
sentir.
______________
74
* Las citas para este trabajo sobre Epifanio Mejía están tomadas de:
Mejía, Epifanio. Obras Completas. Ediciones Académicas, Editorial Bedout 1.961.
Los himnitos religiosos, los gozos para los novenarios marianos, son
otra manifestación de la lírica juglaresca en la obra de Mejía.
Yarumal
(Yarumal, p. 332)
(2 de enero, p. 346)
(Antioquia, p. 302)
(Antioquia p.303)
Para él, todo lo nacional, todo lo que sea esfuerzo por la libertad, es
bello y grandioso; así, por ejemplo, al hablar de los soldados antimosqueristas,
gañanes de ruana y cotizas, armados de machetes, dice en lenguaje hiperbólico
y mistificante de juglar que posee la idea de Patria y ayuda a crearla en otros:
(2 de enero, p. 348)
Las patrias son fruto de los dioses. Donde no hay dioses no hay
exigencias éticas y morales; donde no hay metas trascendentes capaces de
convocar comunidades a empeños que conllevan el sacrificio, no pueden
surgir las patrias.
(A Julia, p. 204)
(A mi hermano, p. 139)
El tiempo.
fantástico coloso...
que lleva en bronce escritas en su mano
¡Muerte! ¡Fatalidad! ¡Desolación!
82
(Posdata p. 162)
(A mi hermana p. 140)
Sin término medio, el universo de Mejía está dividido en «el mundo del
dolor y el mundo santo» (p. 137), separados por el abismo entre la
temporalidad y la eternidad.
entre cadenas
la dicha feneció
(A Pepita p. 237)
83
...yo silencioso
me oculto, y temo la fiera
sociedad
cuenta de
Gallinetas reales
de canto dulce
de
(Juguete. p. 176)
Para Mejía, voz de las voces simples de su tiempo, no existen las cosas,
existen los seres apropiados, hechos suyos.
¡Hija - sé libre!
busca siempre la choza
del más humilde. (p. 218)
En dónde, el mundo,
ha visto entre sus hijos más denuedo?
…
Todo dejarlo - abandonarlo todo:
sus esposas - sus hijos - sus afectos.
…
y desde lejos contemplar sus casas,
y mirar s sus hijos, desde lejos.
y... «¡adiós!» gritarles, y seguir andando,
en lugar de volar a darles besos.
(Venteadero p. 312)
(Venteadero p. 314)
¿Quién, pues, mejor que Juan de Dios Uribe Restrepo puede encarnar
perfectamente el alma de la naciente Colombia radical? En su vida y en su
palabra hallamos el más exacto compendio de lo que fuimos en tales tiempos.
La obra del Indio Uribe, hijo de Antioquia la pía, nos permitirá conocer
lo que con sólo variantes de intensidad se vivía en toda América.
_____________
• Las citas que aparecen en el presente estudio, han sido tomadas de Obras Completas de
Juan de Dios Uribe, Ediciones Académicas, Medellín, 1965. Lo. diversos trabajos de Uribe que se
citan figuran con las siguientes abreviaturas:
_______________
F En la Fragua.
GEC Gregorio, Epifanio y Camilo.
JC Juicio crítico.
LA Leopoldo Arias.
LF Leonidas Flórez.
OP Ovación del porvenir.
AP A Propósito.
PDC Perfiles de la capital.
MJ Por Máximo Jerez.
EM Discurso sobre Epifanio Mejía.
PV Plutarco Vargas.
PDC Pueblo de la dura Cerviz.
LP Leonidas Plaza.
SS Semana Santa.
103
Cuando Uribe nos habla de «la zona del liquen religioso, desabrigada
para la aclimatación de las ideas radicales» (F, I p. 60) es preciso tener ojo
avizor para mirar, encerrado allí, como contenido genuino de nuestro siglo
XIX radical, un ateísmo que no significa más que inmadurez ideológica,
confusión de términos, ansia imitativa, complejo colonial, alienación. Son
esos los tiempos del tumulto ensordecedor que trata de acallar el amargo
reproche de las frustraciones socio-históricas: «Gustamos de la elocuencia
tumultuosa, viva, apasionada... que lleva a la discusión un carcaj...» (EC,II p.
111)
La lucha por una real liberación, que no aparece a pesar de las hazañas
emancipadoras, impotentes para despertar de su sopor a una sociedad
centenariamente estática, se concreta en la mente de Uribe y los Radicales en
un combate contra clérigos, frailes, monjas, toda persona que tenga nexos
cercanos o remotos, reales o imaginarios, con España, su conquista y su fe.
Los misioneros, según Uribe, van a «robar, idiotizar y esclavizar a los indios»
(CFA, 1 p. 98); las religiosas que sirven en los hospitales, «hacen un pésimo
servicio.., como que mezclan la superstición con la ciencia» (Ibid); los
jesuitas, «no carecen de conocimientos, pero los dirigen al fin único de
conservar su autoridad, en consorcio con el despotismo, para mantener
sumisos a los pueblos explotándolos a su gusto» (Ibid p. 96); el clero es «un
pueblo de ladrones, de mendigos, de haraganes, superpuesto al pueblo
legítimo» (Ibid p. 98); los frailes son «perjudiciales y gravosos, sin utilidad de
ningún género» (Ibid p. 103) «el país jadea, agoniza con el peso de la
holgazanería frailesca». (Ibid p. 105)
Maldecir al Cura que encarna poderes sobrenaturales que cada día van
apareciendo más ilusorios que reales; superar, aún con la violencia, un estado
de cosas ya caduco y perteneciente a un pasado en vías de superación, tal es el
contenido real del ateísmo radicalista del siglo XIX americano.
partes los escrúpulos clericales, son los de la madre Celestina» (F, 1 p. 88);
en los penales femeninos, a las reclusas «las fecunda el Espíritu Santo por la
persona de los sacerdotes» (CFA, 1 p. 98); el confesionario es «trampa con
agujeros... los escritores profanos condenan las acciones dañadas y dañinas,
y los ministros de la religión las perdonan, las adulan y las explotan» (F, 1 p.
87); los clérigos hacen el recuento de las monedas colectadas en la Semana
Santa y exclaman: «¡Bendito sea el Señor que hizo morir a Cristo!» (SS, Ip.
59); los religiosos americanos son odiados, pues tienen «cepa de
conquistadores unos, y otros importados de entre los más levantiscos de
Europa». (F, I p. 102) Es una retahíla en la que la falta de mesura conduce a la
hilaridad, más que a la solidaridad.
se entiende que son los liberales, porque no podrían ser los conservadores»
(AQ, I p. 158); «A despecho de la Independencia, viven las aspiraciones
coloniales dentro del partido conservador... que cuando triunfa recorre la
misma trayectoria de sus modelos peninsulares.., arriba, un amo que maldice
al pueblo, un clérigo que bendice al amo, y la indeclinable vergüenza» (MJ, II
p. 28); es el «carácter de los conservadores, perverso en todas sus partes».
(LP, II p. 139)
Cuando Uribe Restrepo, voz que encama su siglo Radical, afirma que
«el machete» (machete es colonización rediviva) «exterminador» (exterminio
es también Conquista y Colonia redivivas) «de Rayo debería ir de mano en
mano» (F, I p. 74), y cuando dice «Yo admiro los conjurados; el puñal en sus
manos es la brújula de los hombres libres» (F, 1 p. 73), está haciendo patente
cómo Conquista y Colonia seguían vivas y mimetizadas bajo otro pelaje de
dependencia, pues la obra española de entonces no fue más que eso: machete,
puñales, espadas, mosquetes «civilizadores» al servicio del «progreso»,
abreviando los sucesos.
Por la obra de Uribe cruzan, a la vez que las carencias y fallas del
pensamiento de su tiempo, rasgos de intensa perspicacia. Aquí, denuncia las
falsedades de una elaboración amañada del recuento histórico: «Los partidos
113
sin fijarse en los hechos claros de la política, habían inventado una historia
apócrifa de hechos mentirosos» (PDC, I p. 111); allí, prevé la necesidad de
«una sociedad nueva en la cual nunca jamás sea explotado el hombre por el
hombre» (F, I p. 86); más allá, señala la perpetuación de las esclavitudes
culturales: «unas generaciones legaban a las otras las mismas esclavitudes
sociales, económicas y políticas» (Dis. Quito, II p. 76); acullá, señala
certeramente: «¿Queréis a los ricos respetables? Que ayuden a la libertad de
los pobres» (MJ, II p. 30); en fin, en algún otro lugar, señala la necesidad de
una autenticidad nacional: «Bastan a para ¡a reivindicación americana del
arte, mirar en torno nuestro y reproducir el paisaje «al través de un
temperamento», como quiere Zola; reposar nuestras sensaciones y dar la
conciencia colombiana; mirar hacia atrás y repoblar el mundo muerto de los
recuerdos indígenas...» (EM, II p. 11)
Toda el ansia de libertad del Indio Uribe y de los miles que como él
discurrieron por los poblachones americanos en el siglo pasado, no tenía
raigambres estructurales de fondo; ellos eran espíritus cerradamente
individualistas, almas bonachonas deslumbradas por los prohombres de su
tiempo y por las nacientes urbecillas capitalinas.
La generación americana del siglo XIX, esa fue su grandeza, soñó con
la libertad interior y trabajó por crear un mundo en la libertad permanente, y
vio deshacerse en sus manos, esa fue su tragedia, el sueño de sus afanes de
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libertad, pues cuando ellos combatían aquí, en Europa iban siendo superadas
las ideas que los iluminaban con su pálido reflejo desde más allá del mar.
D
on Efe Gómez, increíble figura del suroeste antioqueño, es una de las más
grandes inteligencias surgidas en el lar antioqueño.
________________
No me dejaban escribir.
Hasta que me echaron al monte, a la selva, otra vez. (MG. p. 10)
Aquí voy escribiendo, cuando envía usted por lo que haya... desde
el lunes estoy escribiendo todas las noches, ya ratos también en el día... Ni de
releer he tenido tiempo. Ya vendrá la lima, si es que hago esto. (R, p. 209)
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II
Su psicología introvertida:
Su apego a la riqueza:
La ineptitud de su dirigencia:
Así somos todos en Antioquia. Así hemos sido siempre - dijo don
Luis a Pedro-. Así como estos campesinos ignoran que sus tirones de la borda
de la canoa, para enderezarla, repercuten apenas en la resultante dinámica
del sistema, ya que ellos propios son partículas de ese conjunto animado de
una sola velocidad, de una inercia sola, así nuestros dirigentes ante los
bandazos, ante las convulsiones zozobrantes de la nave de nuestra
democracia, tiran también de la borda, se echan hacia atrás y hacia adelante,
gesticulando cómicos e inanes, como lo hacían estos campesinos, y como
ellos convencidos de que sus esfuerzos han salvado del naufragio a la
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Y el ingeniero responde:
…en tesis general, puede decirse que las guerras las hacen para
robar. (A R. p. 107)
…nos educan como para Europa y nos exigen que vivamos aquí.
Nos hacen gastar lo mejor de la vida haciéndonos incapaces de vivir en
nuestra patria, ya eso llaman educarnos (AR. pp. 155 ss)
¡Andar por la selva en verano! Que digan otra cosa más sabrosa.
Los cañones de los árboles, redondos, derechos, lisos, altos, tan altos, que
tiene uno que tenderse bocarriba para verles el copo; nudosos, retorcidos
otros. Yen cada jorobo, en cada nudo, en cada horqueta, una orquídea
florecida Chorrean cascadas de flores de oro las americanas; las catleyas,
enjambres de cucarrones irisados, o de calaveras que parecen vivitas
mismamente...
Hacia veinte años, cuando dejara su pueblo,.., eso no era más que
un pardo grupo de cabañas: en las dehesas, en donde apenas comenzaba a
brotar la grama nueva, tendidos aún los troncos carbonizados de la selva;
rozas en donde pardeaba el maíz seco; campos recién quemados en que entre
el suelo negro por el fuego, brotaba, como estrellas verdes, el maizal
naciente...
Y él, que soñara tomar a ese escondido lugar donde nació, a vivir
vida campestre y silenciosa...
Dentro del espíritu del pueblo antioqueño, como fondo, y dentro del
marco inmediato de la incipiente modernidad antioqueña, construye don Efe
Gómez su mundo aldeano y semisalvaje, trágico siempre ya veces brutal; vive
su drama personal de incomprensión ciudadana; busca la razón de ser de la
condición trágica de la existencia humana, enfrentada a los desgarramientos
surgidos de la lucha entre la lucidez de la conciencia y las sombras de lo
inconsciente, los determinismos naturales y los proyectos de libertad, que
parecen determinar un destino fatal e ineludible, al caminar del hombre sobre
la tierra.
III
Todos los personajes que desfilan por sus obras, el paisano Álvarez
Gaviria, reidor y ambicioso; el míster comilón de Mi Gente; Ester Julia, el
invertido; Ambrosio y Toñejo, los rivales de amores, son personajes signados
por la fatalidad, que encarna toda la gama de los determinismos atávicos,
patológicos, sociales y económicos.
Bebió con ansia. Y mientras más bebía, se tornaba más triste, más
solitario, más rencoroso, más torvo. Descendía como una sonda, como un
buzo medroso, a oscuros limbos, a infiernos del inconsciente en donde hervía
la bestia, donde reinaban el instinto, el automatismo, la tristeza de la
animalidad. (MG. p. 264).
Por debajo, dentro, estaba todo él. Allí estaba su ser verdadero....
Y no era - claro - no era que este mundo de aquí abajo no fuera tan vívido,
tan real, como el de allá arriba - lo era más - sino que en la cima, en lo que
emerge, en donde se vive habitualmente, en el mundo llamado de la
inteligencia, ordenado en la sucesión del tiempo por la urdimbre férrea de
causas y efectos, por el encadenamiento de los intereses egoístas de que la
vida pende, aprestigiado por el esplendor objetivo del Universo, por la
claridad resonante de la luz que todo lo penetra y lo exalta... allá, se valen de
un lenguaje diferente del que aquí se usa: del lenguaje ideológico reciente,
esa urdimbre anémica regida por leyes novísimas de asociación de ideas, eso
esquemático, discursivo, en que los hombres unos con otros se entienden,
yeso... eso es inconmensurable con lo de aquí, infinitamente enérgico. Aquí el
lenguaje es intuitivo, directo, el lenguaje mismo de la vida. (MG. pp. 285-
286).
alcahuete; ya el falsario. Porque ¿quién es, entre los infinitos seres que han
urdido la tela de la vida de una raza, de las razas todas, el que no ha
contribuido a la existencia de cada ser humano? Ese es el mar pavoroso,
arcano, cuyo oleaje sentimos golpear contra el cerebro en nuestras horas de
locura. (GN. pp. 28-29)
Como todos los que la fortuna plantó sobre las arterias por donde
la vida universal circula intensamente, nuestro rosal estaba convencido de
que a su personalidad moral se debía su floración magnífica...
Gontrán, elogia las dulzuras del «anís, aún no ennoblecido, ese dios
Demos que desgrana, lleno de misericordia, su irisada pedrería como rocío
cotidiano sobre los campas sedientos, sobre el cerebro de los pobres, de los
que tienen sed de justicia y de amor, de los que tienen hambre., y es ahí luz, y
144
es ahí entusiasmo, y es ahí valor para continuar la lucha negra, acerba del
vivir. (MG p. 140)
«Bien está que no beban los novillos, y los yanquis, y los.... Pero
tú!: Pero un hombre.... », y luego continúa haciendo su apología del licor, en
defensa de Colorete, el alcohólico que limpia las alcantarillas públicas: ¿Qué
ha hecho la vida por ese desgraciado? Echarlo desnudo e indefenso al
palenque cerrado de sus luchas tremendas. Y si el alcohol no lo recogiera
cada tarde, y como una madre amante no lo apretara en su regazo, y le diera
el seno henchido de ideal, de maravillas, de países encantados en los cuales
él, niño mimado, penetra como un héroe; como el héroe, ya la vida (hotel de
mercachifles ahítos y pletóricos), lo hubiera devorado. Bien está que no
beban los fuertes, los adaptados, los victoriosos. Pero mientras en el mundo
haya seres frágiles, fogosos, cuyas almas selectas no puedan avenirse con la
mezquina realidad ambiente, el alcohol, la religión y el arte disputarán a la
vida real el privilegio de abrigar, de acoger a las angustiadas humanas
muchedumbres. Mientras haya vencidos, mientras haya proletarios, mientras
haya poetas, mientras haya oprimidos, mientras haya dolor, mientras haya
injusticia, habrá alcohol en el mundo.
entre su selva, el árbol que aún vegeta..., la roca que no siente, el ser que aún
no ha nacido!. (R. p. 21)
IV
Tomás Carrasquilla
_________________
II
por ejemplo, dan la base del comportamiento de todos los otros grupos afines
a ellos, dispersos por el continente.
III
Desde mediados del siglo XIX, hasta casi la mitad del XX, época
toda enmarcada en las desastrosas lides republicanas, se desenvolvió su vida y
su tarea literaria.
a nuestra actual cultura “, (Ho No.2, II. P. 674) sueña con “un veinte de julio
literario” (Ho No 2, II p. 688) y se arraiga, más aún, en lo que fue siempre su
orgullo: “cifro mi orgullo en ser rancio, provinciano, maicero y montuno”.
(Cartas, II p. 806)
Como don Tomás Carrasquilla lo dice, todo tiene que mirarlo “por
el telescopio de la fe” (Copas, II p. 618), porque así lo miró todo la gente de
su pueblo.
IV
Ante esta situación los curas nativos, que cada vez iban siendo
mayoría, “echaban de cuando en vez, alguna predica, farfullada a la diabla”
(MY, I p. 53), pues piensan, como el padre Romerales, que “ni le conviene
demasiado malquistarse con esos chapetones, tan empingorotados yen tanto
predicamento con su amo y Señor El Rey, de quien él dependía” (MY, II. P.
64), sin que faltara, en este trópico, siempre excesivo y desmedido, el extremo
contrario, el de los clérigos “criolletas”, que se enfrentaban a los españoles y
querían zamarrearlos “como a indios bravos y meterles adentro el resuello”.
(MY, II p. 67)
Este ambiente hacía que todo niño, como Paquito Santos, acabara
por ser “muy religioso, sino por tendencia, por sugestión al menos” (EN, I p.
199); para el niño era imposible permanecer impermeable al mundo fiducial
en un medio donde por todas partes se vivía “entre prácticas y símbolos
religiosos, entre milagros de santos y encantadores”. (EN, 1 p. 205)
aquélla de la negra Frutos: “Es muy cierto que hay brujas... ¡puú. !De que las
hay, las hay! Pero... no hay que creer en ellas”. (SM, I p. 511)
haber pecado tanto en esos días” (EN, I p. 239); otro recuerda las historias de
ultratumba: “Mi Tía, la monjita, decía unas cosas muy bellas del hábito de la
Virgen del Carmen, y otras, más miedosas que todo, de ánimas, purgatorio e
indulgencias” (EN, I p. 245); otro presiente ante lo desconocido la amenaza
del pecado y su castigo: “Cuando llegamos a la casa ya no me quedaba duda
de que en toda la ciudad debía haber muchas ánimas regadas, muchísimos
espantos y entierros o quién sabe cuántas cosas que hacían calaveras” (EN,
Ip.247); en fin, toma a culpa el no sentir admiración por el prelado y sus
canónigos, en la ciudad lejana: “Por mi fantasía de niño pasa algo aterrador:
es un pecado gravísimo, harto lo siento, y, sin definir ni entender lo que es
sacrilegio, no se qué voz me dice adentro que es ello bastante más que
pecado: todo lo del obispo y los canónigos me va enloqueciendo... La idea de
que son un bando de aves fatídicas..., tal vez de gallinazos, no se me aparta
de la cabeza y esta idea me revuelve y tortura la conciencia” (EN, I p. 255)
VI
los niveles, desde los núcleos rurales hasta los estratos urbanos; en cada sector
social había la clara e indefectible conciencia de que “todos los montes y
todas las quebradas y todos los animales y ¡os pajaritos y toditas las estrellas
y el sol también, adoran al Señor...” (EN, I p. 213)
De pueblos muy distantes acuden por este tiempo, nada más que
por asistir a estos espectáculos conmemorantes muchísimas personas y hasta
familias enteras “. (R, 1 p. 630)
“Mi Dios se tenía que llevar a misiá Rosita: como era tan
bondadosa y tan santica, estaba mejor pa vivir en el cielo, con Dios y la
Virgen y los Ángelitos, quepa vivir en este mundo dondi ‘hay tanta maldá y
tanto pecao” (PAP, II p. 304), dice Nicanor, el de Hace tiempos.
momento reza “un auto de contrición, por si go por no”, (EZ, I p. 442) y
acaba suicida, desesperado del mundo de maldad y tragedia en que le toca
vivir.
VII
“Cura nuevo y era nueva, una misma cosa son en las aldeas”, (L, 1
p. 167), dice Carrasquilla, en frase feliz que resume el omnímodo influjo de
los sacerdotes en los pueblucos nativos de la era republicana.
194
jesuitas, “ésa gente tan civilizada y de tanto mundo” (G, 1 p. 277), que dice
doña Leonilde de Gama, la de Grandeza.
Pero como “no hay panal que no esconda allá dentro su ápice de
ponzoña” (Dic. Ip. 713), esta indiscutida jefatura sacerdotal, lleva en si misma
graves vacíos. Como en el caso del padre Gil, el coadjutor de Santa Ana, casi
todo el clero “sin ser Ignorante, tiene más de místico que de ilustrado, más
corazón que cabeza... orador, más que todo, por sentir”. (CDA, II p. 573)
VIII
muerte de Chichí, el hijo que encarna el espíritu de los tiempos viejos; la final
desintegración de la familia, elemento nuclear del orden social.
_________________
(Acuarimántima, p. 178).
(Acuarimántima, p. 183)
Osos. (PRN, p. 356, Claves, p. 349, carta a Francisco Mora, p. 406). Esa
niñez, dura y dulce, a la vez, como la de la mayoría de los niños aldeanos, fue
“una inocencia como cendal de albura sobre la chispa madre de mis futuros
incendios”, según las palabras del poeta. (PRN, p. 356)
Vamos, guiados por su obra, a asistir al drama vital que desde sus
primeros años se fue concretando y llegó a hacerse tragedia. Vamos a
descubrir la coartada de la Gracia: la manera como Dios salva, contra todas las
posibilidades humanas, aún de espaldas al camino ordinario de salvación
liberadora.
En esta capacidad para captar la realidad del misterio, del más allá
del hombre, de la realidad que supera el inmediato entorno cotidiano del
existir, radica su tragedia, su lucha, el valor de su testimonio, pues quien no ha
podido percibir la posibilidad del misterio no puede ser hombre moral y por lo
mismo no puede sentirse capaz de salvación o perdición.
Hasta el final de sus días luché Barba Jacob por esclarecer los
contenidos de la realidad misteriosa de la existencia, en un vaivén angustioso
que iba de la dulce y exaltada aceptación, a una desesperada y angustiosa
incapacidad de comprensión de sus contenidos.
(Acuarimántima, p. 177)
el verso
postrimero, magnífico y cobarde
que despierta el misterio y la poesía
yo no sé si en el alma o en las cosas...
(Acuarimántima, p. 178)
(Acuarimántima, p. 181)
Ráfagas de misterio...
Monstruos inconocidos...
(Acuarimántima, p. 180)
y agrega:
No se oye nada.
Silencio y bruma, soplos de lo arcano.
(Acuarimántima, p. 181)
222
y en Acto de agradecimiento:
La Eterna Armonía
…¡ la iracunda
vida que ante mis ojos se renueva,
germinal y cruel, Ciega y profunda;
madre de los mil partos y el misterio
que al barro humilla y a Psiquis subleva!
(Acuarimántima, p. 174)
o confiesa desilusionado:
un soplo frío
de lóbrego misterio he suscitado.
(Acuarimántima, p. 182)
224
(Acuarimántima, P. 171)
y se pregunta:
(Claves, p. 352).
(Nocturno, p. 266)
¿Qué es poesía?
El pensamiento divino
hecho melodía humana....
(Acuarimántima, p. 172)
Bien sé qué....
hay en las orgías un grito de pavura
tras la sensualidad del goce juvenil
(Acuarimántima, p. 178)
Y lo demás de mi vida
no es sino aquel amor fatal,
con una que otra lámpara encendida
ante el ara del ideal.
232
(Acuarimántima, p. 181)
(Acuarimántima, p. 182)
(Futuro, p. 224)
En Acuarimántima afirma:
(Acuarimántima, p. 170)
233
(Acuarimántima, p. 171)
(Acuarimántima, p. 171)
(Acuarimántima, p. 180)
(Acuarimántima, p. 178)
(Acuarimántima, p. 173)
(Acuarimántima, p. 174)
(Acuarimántima, p. 177)
(Acuarimántima, p. 173)
(Nocturno, p. 266)
(Soberbia, p. 238)
(Acuarimántima, p. 178)
es el testimonio cristiano sobre la realidad del mal: “No hago el bien que
quiero, sino el mal que no quiero. Pero si hago lo que no quiero, ya no soy yo
quien lo hace, sino el pecado, que habita en mí. Por consiguiente tengo en mí
esta ley: que queriendo hacer el bien, es el mal el que se me apega...
(Acuarimántima, p. 180)
(Acuarimántima, p. 172)
(Acuarimántima, p. 172)
¡Armonía! ¡Armonía!
mi poseer...
(Acuarimántima, p. 183)
persisten siempre en él
vive en la angustia de
(Imágenes 257)
Él, como San Pablo, (una vez más es preciso insistir en que este
estudio es el empeño por descubrir un testigo válido, habitante de un mundo
regido por criterios no cristianos en apariencia, de la manifestación real del
proceso vital cristiano), es testigo, de cómo “cuando soy débil, entonces soy
248
valor para luchar por él; más allá de sus debilidades y angustias, la vida fue
siempre para él lo que expresa uno de sus poemas:
Este enfrentamiento entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal;
este vaivén entre el bien y el mal; este reflujo de la miseria a la iluminación,
fue un perderse constante, para ser constantemente rescatado. Estremece
seguir este peregrinar de ascensiones, caídas y exaltaciones, en el que un día
se está a las puertas de la liberación y otro en el subfondo de la degradación.
Barba Jacob tuvo una capacidad excepcional para percibir el poder, el sentido
y el lugar de las fuerzas liberadoras del hombre; pero cada vez que se allegó a
ellas, de allí fue arrebatado.
(Sabiduría, p. 241)
251
añade a continuación:
¡imaginaciones!
¡imaginaciones!
…la inefable
sencillez de las cosas:
y yo, sin ligaduras,
buscando el rumbo cierto
a la sombra de Dios que me sustenta.
Oh viento desmelenado
que rompiste la arboleda:
ya que nada, si viví,
he fundado ni ha durado,
llévate aún lo que queda:
llévame a mí!
Pero más aún, Barba Jacob tuvo la percepción clara del sentido de
la liberación interior, como nos lo testimonia su poema Nocturno de Jalapa:
En conjunción divina:
amor, amor, aspiración de espíritu,
amor, amor, ¡la carne deletérea!
(Futuro, p. 224)
(Acuarimántima, p. 175)
Oración
Fernando González
Testigo de la madurez de la fe
Las obras que dejan los hombres muestran claramente cuáles fueron
las causalidades determinantes de un modo de actuar; pero es el individuo
mismo, único responsable de la asunción de sus atavismos, quien podrá damos
la explicación cabal del por qué de su manera de obrar.
270
______________________
* En este ensayo citaremos los textos de Femando González
con las siguientes abreviaturas (la bibliografía completa aparece al final):
La idea madre
para dónde van. Obedecen.” (MC, p. 114) “El valor de este mundo en que
vivimos está en las Presencias”. (LV, p. 211)
La Patria
Los héroes, los santos, los maestros, los creadores, son producto de
pueblos seguros y orgullosos de sí mismos. Entre nosotros no ha habido
realmente nada de esta manifestación pletórica de la personalidad. Entre
nosotros sólo ha habido opinantes.
Somos la Patria Boba. Seremos, tal vez por muchos años, la Patria
Boba.
Casi desde la niñez, luchará sin descanso; por eso dirá: “Agonizo
desde que mi madre me parió cabezón e infiel”. (LV, p. 11)
El Pueblecito
La muerte era su mundo. Para ella, vivir no era más que un pretexto
para poder morirse algún día.
Felisa no era afín de nadie. Estaba unida a los demás, apenas por la
frontera de la muerte: donde había un enfermo grave o un agonizante, allí
estaba ella, dogmatizando y recetando tizanas de toronjil y yerba mora.
Cultiva una arboleda donde crecen todas las especies frutales del
trópico, y cuando los ocasionales sobrinos visitantes golpean los árboles, está
enfurecida una semana entera.
Felisa y Martina fueron los dos seres más individuos que llegaron a
discurrir por el mundo; solamente fueron necesarias la una para la otra, algo
como la luz y las sombras en las pinturas barrocas.
300
Vélez de Rivero, el melero, que cultiva la calla al sur del lugar; José
Antonio Isaza, que doria los terrenos para el templo, la placita y las primeras
calles; Vicente de Restrepo, descendiente del asturiano Alonso López de
Restrepo, que dio origen a la familia de los próceres que llevan su apellido,
llenan, con don Lucas de Ochoa, la historía inicial de Envigado.
Individualismo, seriedad, reciedumbre son las características de esta primera
generación de pobladores.
Su vida tuvo que ser lo que fue: la búsqueda de un Dios, para poder
expresar, metafísicamente enraizada, la autenticidad humana del hombre
americano.
Su vida, sin posibilidad de ser algo distinto, fue eso y nada más: la
tragedia de una hombre que, aterradoramente solo, busca la vivencia de la
realidad cristiana para hallar el sentido de la personalidad, de la libertad, de la
afirmación del hombre americano, sin que nadie comprenda las realidades que
encarna su búsqueda.
Las tías Felisa y Martina (sus figuras casi míticas), son el prenuncio
de su advenimiento; el punto cero donde se ha de resolver el dilema de
perderse en la tarea estéril, como el tío Octavio, o hallar los valores
trascendentes que en estas vidas agónicas se encierran por decenios enteros.
304
La Niñez
Este feto que a fines del siglo XIX es Femando González, será un
guerrero, pues a la pugnaz condición de sus ancestros añadirá la inquietud
materna durante sus meses de vida intrauterina.
Las semanas santas de los pueblos antioqueños han sido las más
formidables escuelas de teología cristiano-demoníaca. La herencia cristiana
española, por efecto de la crisis predestinacionista del Renacimiento y por los
amenazantes fisgoneos de la Inquisición, fue una herencia de cristianismo
307
La mocedad jesuítica
Este encuentro fue providencial. ¿Con quien más que con los
jesuitas podría enfrentarse González para encontrar quién lo inquietara
definitiva y hondamente hasta el final de sus días?
Los pueblos nacientes son de dos clases: los que apenas inician su
evolución: tribus, clanes; los que han trascendido ya muchas de sus épocas
primitivas y, trascendidas éstas, devienen una mayor madurez.
Seguirá su búsqueda por una vida entera: él, a solas ante Dios.
“Cada hombre está llamado a llegar al Espíritu con sus propios pies. Cada
mente manifiesta en su procedimiento el modo de su auto-expresión”. (N, p.
48)
Se han asentado las bases sólidas sobre las cuales vivirá y luchará
por manifestarse la conciencia atormentada de la América catequizada por
decreto y mosquetes.
Viaje a pie
Bien que mal, González era ya un juez determinista que creía que
“en el primer movimiento estaban encerrados todos los movimientos”. (UT,
p. 27)
González dice: “He sido socrático y nada le debo a libros que son
apenas imágenes de la vida... Es necesario ver ríos y mujeres, los modelos;
asistir a ¡a vida y no leer novelas; viajar en vez de lee”. (DM, p. 166)
Emprende, pues, viaje a pie hasta Manizales, con don Benjamín, símbolo de la
egoencia jesuítica.
Este viaje es un viajar hasta las más hondas raíces de su ser, hasta
su más altos anhelos; es más un viaje por los subfondos humanos que por la
arisca geografía de la Antioquia vieja.
322
Este viaje moral, que el libro relata, es todo un poema alegórico que
huele atierra fecunda. Es una huida del imperio jesuítico y mercantil
(Medellín), hasta el cono inmaculado de El Ruiz y el mar Pacífico (la pureza
incontaminada, el infinito), para tomar a la sede de la cotidiana necesidad, el
Medellín pragmático de los “nuevos gordos” en tareílla de enriquecimiento.
El hombre no se realiza más que en la digestión de su propia miseria
cotidiana, iluminado por las luces altísimas que alguna vez entrevé
fugazmente.
todo su contexto vital. En este viaje, Femando González confiesa una vez más
el caos en que la ausencia del primer principio lo ha sumido: “A mar y
abandonar el camino ha sido toda nuestra vida. ¡ Pero siempre hemos
vuelto!... Es que vamos irremediablemente perdidos desde aquel aciago año
de mil novecientos cinco en que no pudimos encontrar el primer principio
filosófico, allá en la grata compañía y colaboración del reverendo padre
Quirós SJ...” (VP, p. 95)
La conciencia de la libertad
Luego del proceso catártico que encarnó Viaje a Pie, vive González
uno de los períodos de mayor serenidad en la primera gran etapa de su
madurez, entregado de lleno a la búsqueda del sentido de la libertad a partir
del primer principio presentido en Viaje a Pie: encontrarse a sí mismo como
esencia. (VP, p.21 3) Bolívar, el libertador, su Bolívar, pues “Una biografía
no es otra cosa que las reacciones que los hechos y pensamientos de un
hombre producen en el que los contempla” (MS, p. XV), será el guía en la
búsqueda.
(MS, p. 132), tiene que haber un primer principio regente. González está
asfixiado sin un primer principio y lleva ya más de veinte años de búsqueda.
Sus búsquedas y sus hallazgos van tomando un tinte cada vez más
comprometedor, más vivo y personal que lo lleva a exclamar: “¡Señor! ¡El
ritmo de mi vida se acelera cuando te intuyo, y temo deshacerme!” (MS, p.
60)
Como nunca ha “dicho una sola mentira” (CE, p. 88) en sus libros,
que son confesiones, se da a analizar los contenidos más hondos de su
conciencia y como resultado de sus introspecciones crea a Manuelito
Fernández, personificación de su alma en descomposición: “Manuel
Fernández, es Fernando González, pero éste no es Manuel Fernández. Mejor
dicho: en mí vive, frustrado, reprimido, borrado por otras tendencias más
fuertes, el amigo Fernández. Que es mi hijo se comprueba con el hecho de
que siento deseos de llorar cuando, en virtud de necesidad lógica de su
carácter pretende suicidarse o se va babeando detrás de una mujer
cualquiera” (DM, p. 102)
Hace cinco años y tres meses que toda mi actividad gira alrededor
de este problema. Al estudiar a mis conciudadanos, al estudiar a mis
parientes me guía el ansia de resolverlo Resuelto, lo quedarán también el
problema de América y sus gobiernos, el problema biológico. Pero en
realidad no me preocupa el problema social, pues soy egoísta como buen
334
enfermo No quiero ser el que soy, todo y nada. Soy comienzo de todo.” (DM,
pp. 156 -157)
“La coja mía, mi buena coja, mi Eva coja, perdonó mis desarreglos
imaginativos, mis apresuramientos, y así espero que la humanidad perdonará
a los ardientes mulatos de Suramérica su falta de realizaciones.
llévame lejos, a otros planos emotivos! ¡Cárgame, madre mía! ¡Yo soy
hechura!’ ”. (HD, pp. 7-8)
“Nada es esencial.... Hay que llegar a Dios” (HD, p. 178) de quien se sabe,
ahora, apariencia y en cuya relación se cifra toda la perfección. (HD, p. 203)
Su tesis de que amando esta vida del tiempo y del espacio nos
acercamos a Dios, se ha confirmado y perfeccionado a través de su contacto
con la inocencia pagana.
El hallazgo de la moral
“Hace un año que pienso y pienso; hace una año que renuncié a
los amores de las cosas; hace tres años que busco a Dios, como mi mamá
buscaba las agujas, en Envigado... y todos los seres, los pescadores, los ojos
de las muchachas, las piedras y mi gatica “Salomé “, me están diciendo ya
que por aquí humea.”
bajo sus ropas o entre sus ojos, me di a la tarea de atizarla mentalmente para
que me abriera”. (ER, p. 58) “Eso fue Tony. Eso significa mademoiselle
Tony. ¡Eso sí era juventud! ¡Eso sí fue combate!”. (ER, p. 51)
aprovecharán mis enseñanzas; casi todos sólo verán en este libro los
calzoncitos y la carne de Tony. Pero aquéllos para quienes la alsaciana sea
un estimulo guerrero, sufrirán y luego tendrán su premio. Sufrirán en cuanto
mademoiselle Tony, es decir, todo lo que se va dejando atrás, vencido en el
campo de batalla, los llamará...
Mis discípulos son los que renuncian cada día a lo que más les
gusta, porque no les satisface. Quieren poseer a Dios”. (ER, pp. 52-53)
Tony es la vida. González que desde Viaje a pie está urgiendo para
que la vida le entregue sus goces inmediatos, presiente la llegada de algo más
grande y prefiere renunciar a los goces de la muchacha de carne elástica: “En
el hotel Esfinge de la calle Sénac, en Marsella. ¡Si pudiera reproducir el
timbre de la voz de Tony, cuando me suplicaba, implorante: “Ne fait pas ca...
Fernandó!”. Pronunciaba así mi nombre, por la primera vez en aquellos
instantes, pues antes me llamaba monsieur Gonzalés. Cuando me llamó así,
348
González, por más que lo dijo así, nunca fue creído, no atacaba las
personas como tales, sino las formas falsas de la representación social
encamadas en ellas; luego de su vuelta al país, donde se le miraba
recelosamente, cuando no en forma abiertamente hostil, no pudo permanecer
impasible ante su destitución del consulado.
Hace entonces sus propósitos: “Vivir callado. Vivir sin buscar nada
humano, vivir sin ansiar. No seré prisionero del deseo; éste será mi
instrumento.
La crítica de América
López fue en todo una fuerza ciega. Hizo lo que tenía que hacer. La
situación personal y social en que se movió no le permitía otra cosa.
“Aquí somos peores que los judíos... Déjelos venir y verá como se
mueren de hambre... Écheselos a los Restrepos. a los Uribes, a los
Echavarrías. a los Arangos y Moras..., y verá cómo no hay pelea... No se
preocupe, que Alfonso López es un hombre en quiebra fraudulenta, que usa el
crédito desde niño... Déjelo y verá cómo estos gerentes de la Colombiana de
Tabaco le dan con el garrote que heredaron de Moisés, el mismo que se
convirtió en culebra, con el cual hizo brotar agua y con el cual quebró las
Tablas de la Ley... ¿No ve todo el bien que hace la Colombiana de Tabaco?
Viudas amparadas, jóvenes que estudian en Europa, limosnas, caridades, etc.
Pero... ¡es la virtud dada en mutuo a interés, al cincuenta por ciento!”. (CE,
p. 168)
Complejo de la ilegitimidad
“El que haya aguantado más de los cuarenta y seis años que yo
aguanté debajo de la fría alcarraza, en actitud de sapo nocturno, atisbando lo
que no dijo que vendría, que me arroje la primera piedra” (ME, p. 122).
El gran silencio
En el mundo de la gracia
“No se puede ver o vivir lo otro sino digiriendo esta vida”. (LV, p.
102)
(LV, p. 241)
Esto está construido con los conceptos “cosa”, “una”, “ser”, “no
ser”. Un almacén de cosas determinadas. El tiempo, una cosa que es en si;
“cosa” otra substancia o en sí que está metida en “el tiempo”; “Ser” en este
caso es estar metido “en el tiempo”; “No-Ser” en este caso es no estar
383
“Dos y dos son cuatro. ¿ Una vez que viváis esto, podéis concebir
que dos y dos con cinco? No. Podéis afirmarlo verbalmente, pero no vivirlo.
Esa es la libertad en la Intimidad o en el juicio de Identidad! “ (LV, p. 249)
Como el Hijo es la manifestación del Padre, sólo por Él, según sus
caminos, por su cruz, podemos ir al Padre: “Sólo... aparece la vocación, en la
completa desnudez. Y la vocación es Cruz y nada más dulce que la Cruz”.
388
Cuarto tiempo. Una vez vividas esas pasiones, ese Bien y Mal de
que nacen y una vez ejecutado el viaje mental o de entender el
condicionamiento y todos los secretos de ese mundo, se efectúa el VIAJE
ESPIRITUAL, que es un éxtasis y coloquio encendido con la intimidad
presentida...
Veo que todos los actos de los hombres que afirman no ser ellos el
animal, no tener porte con el animal, son conducta de temerosos y aduladores
del animal. La vida humana se realiza hoy en función de él.
¿Dónde hay alguno que reciba vitalidad? ¡Ay, ay, ay, todo es
oscuridad y la Bestia”. (T, II, pp. 2 1-22)
(T,II,p. 153)
“El EvÁngelio nada tiene que ver con e! gobierno de este mundo”.
(T, II, p. 84)
Una vez que con quistamos el Silencio nos libertamos del destino
los silenciosos no padecen necesidad.” (T, II, p. 76)
tengo! Estoy reposando en Ti, sobre TI, dentro de Ti! ¡Eres yo mismo amor
mío!” (T, II, p. 45); abierto “como nada al Inefable... hombre escuchador,
puerta sin alas, escuchador en silencio de la voz de LA VIDA....” (T, II, pp.
22-23)
(T, II Epílogo)
Bibliografía
Las Raíces
Mi esperanza falló...
En el núcleo de la mentira
Sintiéndose retado por los obispos y por los políticos que los
apoyaban, el presidente López decidió prolongar las sesiones del Congreso
de la República, con el fin de aprobar, en primer debate, la reforma
constitucional, tal como en efecto se hizo, el 5 de Agosto de 1936.
430
Ahora vemos que esta nación que ha sido y continúa siendo católica,
es manejada como si fuera de mayoría protestante o pagana, donde se
aplicarían transacciones y sometimientos frente a unas realidades hostiles."
Tardíamente, después de que durante años, día por día, hecho por
hecho, la reforma del Concordato había sido decidida de espaldas al
episcopado colombiano, y la información sobre el obispo Juan Manuel
González había sido manipulada para conseguir su aniquilación política,
social y eclesiástica, vino el Papa a saber algo preciso y coherente sobre la
situación de la Iglesia colombiana y el arzobispo González cuando, gracias
a la influencia del padre Bea, general de los jesuitas, logró llegar hasta él
el recién consagrado obispo auxiliar de Tunja, monseñor Ángel María
Ocampo.
llegada a la verdad esencial, después de tan larga y tan áspera lucha: "Las
almas son vencedoras del espacio y del tiempo; apenas cambiaré de surco,
pero la semilla es la misma. Serviré con vosotros al mismo Señor, porque
Dios no muere, Dios no cambia, Dios no abdica". (11)
Sin que hasta hoy haya sido posible saber a ciencia cierta si el Papa Pío
XII se negó absolutamente a escucharlo, o lo calificó de desobediente a las
directrices pontificias, o le reprochó severamente por acusar a la Santa Sede
de perseguidora de los obispos opuestos a la reforma concordataria, o le
ordenó no regresar jamás a su patria, o lo alentó para que como obispo fiel en
la prueba esperara mejores días, lo cierto es que los poderes vaticanos, en los
que había confiado con fe perfecta, tampoco fueron para él fuente de
comprensión y de consuelo.
...tenue, la estrofa
Es el arpa, es la flauta,
Es la cítara de oro
En que el cielo se capta,
En que Dios sus bellezas,
Con largueza, regala
Infinita y sagrada
Del Dios sumo y augusto...
La cosmovisión gonzaliana
....Cielo y tierra,
Ríos y mares,
Roca y verdor,
Nieves heladas,
Quemante estío,
Aves y plantas,
Frío y calor,
Oh chispa viva,
Huella veloz,
Todo, Dios mío,
Es el trasunto,
La imagen sacra
De tu hermosura
Sin par, sin lindes;
Son los reflejos
De tu esplendor.
443
Oh fuentecilla pura!
Oh auras regaladas!
Oh cielo limpio, abierto!
Oh soledad callada!
Oh chispeantes flores!
formáis un tal concierto,
que la imagen de Dios,
cuando os miro arrobado,
me hiere al descubierto!
......Señor...
Tras cada piedra escucho
- Su corazón vuelto arpa -
El himno de tu amor.
Todo tiene alma, ya que los seres son el reflejo de la vida, la belleza y
la acción de Dios:
Collaudantes. pag 78
Todo es tu transparencia
Collaudantes. pag 78
No mensures lo inmenso
Do el misterio se esconde......
Fuentecilla. pag 79
Es un niño primoroso,
Pero es del Dios inmortal...
Contraste. pag 73
Niñito yo busco
Con cuitado afán,
Con un ansia loca,
Lo que buscan todos:
La felicidad.
Si afanoso buscas
la felicidad,
Mira, aquí la tienes:
Infinita, inmensa,
En mi pecho está.
Felicidad. pag 84
Hermano de la nada,
Ser pobre es ser humilde y ser pequeño,
Es cortejar un hada
De misterioso ensueño,
Clavada de una cruz al duro leño.
...la fiesta
De una gran epifanía:
La pobreza.
A María. pag 120
Soledad. pag 93
.................................
Me enseñas en silencio reposado
Tus divinos secretos,
Que el silencio es sagrado,
Y es hablar del que habla enamorado.
Un empuje la lleva
Más allá cada instante.
451
El no ver es semilla,
Y el no ser más la eleva
Aunque va jadeante.
El perdón, fusión de la criatura en Dios, por el amor, vale más que los
mundos:
Tú y El sois en uno
Misterio de dos...
Porque El te ha guardado
En sí y El guardó
En Ti los tesoros
Del ser infinito,
Cuando se encarnó.
En tu cuerpo y alma
Transparece Dios!!!
Mi alma necesita
Llegar al regazo puro de María.
Reinita adorada
De mi corazón,
Contigo me entrego
Al amor de Dios.
Enséñame a amarle
Con el santo ardor
Que funde tus venas
Cual oro en crisol.
Y Tú fuiste, mi María!
A tal milagro y amor,
Flor y nube, incienso y prisma;
455
Encarnación. pag 33
Tu perfecto holocausto
De cabal hermosura,
Llega a Dios y le capta su mirada.
Y tal es el encanto
De tu aroma y colores,
Que su Verbo adorable,
Cual rocío entre flores,
Te da el Padre por su Espíritu Santo.
Eres Tú la diadema
De hermosura que ciñe cielo y tierra,
Pues tu ser es esquema,
Desde el mar a la sierra,
De cuánto Dios en su grandeza encierra.
Es un huerto de perfumes
Es mi inmortal primavera,
De mi pobreza es el cofre,
Ella, la miel de mis penas.
Es mi cantar y mi vida.
Todo es Ella.
El Secreto. pag 97
456
Belenita de mi alma,
Qué ansias tengo
De decirte en mil tonos,
Cuánto te quiero!
Belenita. pag 30
María. pag 45
Al momento de verte...
...enloquezco de gozo,
Quiero lenguas y cantos,
Pido amores y llantos,
Es la pascua de mi alma
Extasiada ante Ti.
Triste está.
Desolación. pag 35
En María. pag 59
..................Ya no acierto
a expresar este horror!
Se oscurece el firmamento,
Es la noche como el día,
El amor es como el odio,
La muerte como la vida....
Siento el alma diluida...
Sola. pag 77
Ya mi jardín feneció,
Ya es un erial muerto y solo...
Como era mío, era nada.
Ya ni tristeza me da,
Ya ni clamo por socorro.
Epifanía. pag 83
titubear y sin echar pie atrás. ¿Cómo sería posible hacerlo hoy? ¿Cómo
mirar hacia atrás, teniendo ya casi la jornada hecha?
...no me apartéis del cáliz que ya está apurado hasta las heces, y aun
cuando el gusto es amargo, el regusto es paz, suavidad y algo que semeja el
cielo" (14)
Mata, oh misterio,
Pero a mí ven.
Todo, en holocausto,
Quemarle mi ser,
Mis ansias, mi vida,
Gozo y padecer;
Morir en ese horno
De amor infinito,
Que su pecho es.
Yo quisiera. pag 44
El morir ascético, tiene que ser un morir total a la nada de las cosas,
para vivir del todo en La Nada de la Divinidad:
A la fama y a la estima
A los lazos de amistad.
Morir al amor de padres...
Morir. pag 62
Jesús de mi alma,
Más y más te amar
468
En medio de penas
Hasta mi expirar.
La cruz es a veces tan pesada que es de oro. Quiero decir que sus
precio son los méritos de Nuestro Señor que allí se guardan, su santidad
quien la perfuma, su contacto quien la santifica, su hermosura quien la hace
atrayente y su divinidad toda quien a través de ella redime todavía y salva.
Claro que sinsabores terribles los hay; pero bien vale la pena sufrirlos, en
semejante compañía. Donde hay una cruz, no solamente está la huella del
Maestro, sino todo El. Hay que saber hallarlo, y para eso, abrazarse bien a
la cruz, pues dentro de ese tabernáculo de dolor, se encierra El que es la
dicha. (16)
La Vivencia de la Contemplación
Ser pobre...
Es cortejar un hada
De misterioso ensueño,
Clavada de una Cruz al duro leño.
Hermano de la nada,
Ser pobre es ser humilde y ser pequeño;
...yo quisiera
Todo, en holocausto,
Quemarle mi ser,
Mis ansias, mi vida,
Gozo y padecer;
Morir en ese horno
De amor infinito
Que su pecho es.
Divina embriaguez,
Éxtasis de dicha
Diluido en mares
De inmortal placer.
Yo Quisiera. pag 44
......................................................
Perdióse todo
Y ello a mí qué
Ante el tesoro
De tu querer.
Arrastrado y convulso
Sangraré; pero insisto
porque así me parezco
Más y más a mi Cristo.
Todo ya se acabó,
Y aún yo mismo no existo
Para mí ya no hay nada:
Todo y yo somos Cristo.
Y le dije a la envidia
Hiere, mata, desgarra,
Que tu diente felino,
Que tu baba y tu zarpa,
Ni envenenan ni acedan
El tesoro infinito
Que hay de miles en mi alma.
................................................
Auto-retrato. pag 90
Éxtasis. pag 69
Lo que a mí me arrebata
Es llegar a la esencia
Y abrir el corazón
De toda esa belleza,
476
Y encontrarme contigo
Que en ello me embelesas,
Y escuchar y beber
Tu intimidad suprema,
Que enriqueces la nada
¡Oh realidad inmensa,
Tú que vives en todo.
Belleza y Vida Eterna! Amén
Contemplación. pag 24
Así el alma
Se me fue
Dulcemente.
Con gran calma
Me exhale.
Yo no acierto
Qué pasó...
En la herida,
Como muerto,
Vivo yo....
Yo estaba ya muerto
De tanto dolor,
Mas te vi en mi noche
De fuego y rigor,
Que no sé cómo ello,
Pero vivo yo.
Adoraba en éxtasis
Tremente, el furor
De tu faz airada,
La condena atroz
De tu labio ígnito
Que me repudió.
Calcinéme, y, hoy,
De nuevo me encuentro,
Oh arrobo, oh dulzor,
Vivo entre tus brazos
Y muerto de amor.
Indecible es la dicha
Que no tiene de humana;
Que se instila cual gota
Exprimida en el alma,
De esa esencia infinita
De ese Dios que es el bien,
De ese Dios que nos ama.
Auto-retrato. pag 90
Es alegre y fluente
Agua limpia de roca...
Es cantar ...
De canción tan sonora
Que los ángeles mismos
480
La Ofrenda. pag 96
Conclusión
A cambio, de todo ello, lo que sin un tris de duda abundó en su vida, fue
la coherencia existencial y la fidelidad a la verdad, que dentro de las
categorías cristianas de Encarnación y Cruz, contra toda lógica racional, le
permitieron realizar su vocación de testigo de la liberación de la mentira
social, por la escabrosa vía del martirio.
Madona divina,
Qué quieres de mí?
Cuanto soy y tengo
Yo ya te lo di.
Zumo de placeres
alejé de mí:
Hastío y veneno
Encierran en sí.
Oropel y visos,
Riquezas de aquí,
Por ser polvo y cieno
Todo lo barrí.
Fama mentirosa
Me arrullaba, sí.
A pompas y loas
La espalda volví.
Índice de citas
6. J B R pag 557.
9. J B R pag 148
15. ??????
Bibliografía
TESTIGO DE LA
CONDICIÓN ESPERPÉNTICA
DE LA SOCIEDAD ANTIOQUEÑA
El esperpento de la pobreza
"... No me dejen nada, porque un zoco d'escoba que sea le hace a uno
falta...
Pobres, los peones que trabajan de sol a sol, y apenas tienen derecho a
una ración desmedrada:
Jacinta Rúa, casada sin amor, A lo princesa, o sea por razón de estado -
que rayaba en la edad de dársele - (I 73), después de catorce años de
matrimonio sin amor, ya viuda y jamona, se enamora ciegamente de su peón,
por un "te amo", escrito en una taza de loza: ... El "Te amo" de la taza,
sacudiéndole las entrañas, le abrió vastos horizontes. (I 74)
El diagnóstico es severo:
- Muchos santos bonitos hay puai en las Iglesias, pero quini la Dolorosa
de mi pueblo? Ni uno. El qu'izo esa no pudo güelver hacer otra. Es por
l'único que me dan ganas de güelver allá... y por mi Mono.
... lo pasaba cual una bestiecilla uncida al yugo del trabajo.... No tenía
más que la muñeca, una muñeca que ella misma farfulló en los instantes
hurtados al trajín de su pobreza. Aquella muñeca de larga cara, sin pescuezo
y sin mentón, blanca como el trapo de que fue hecha, dos nudillos de hebra
negra por ojos, dos bastas por cejas, dos de hilo colorado por labios, dos
chaquiras por orejas, una señaleja por narices; sin manos los abiertos
brazos, sin piernas. Esa muñeca con su cara de antigua evangelista puritana,
langaruta, de hilacha de merino por cabellos, era la amiga de Sol. Holgábase
la niña dándole palique, hoy un nombre y mañana otro. Era la poseedora de
sus secretos, de sus sueños y deseos. (S 187)
En ese universo de pobreza, los varones y mujeres que desfilan por las
obras de Rendón, constituyen una teoría de esperpentos inmensamente
conmovedores por la contradicción radical que hay entre la bondad de sus
vidas, la ingenuidad de sus sentimientos, la hermosa naturalidad de sus
costumbres, la cándida fealdad de sus vestimentas y modales, y el cúmulo
inmenso de carencias, traumas, injusticias, y frustraciones insuperables que
padecen, manifestativos de una pobreza tan radical, que es, ya, desvalimiento
ante la rudeza de la existencia, afrontada por ellos con el dolor serio de la
verdad sin paliativos o la inconsciencia torpe de la inautenticidad
irremediable:
¡Qué horror era Dorotea en la escuela! El fiscal que acusa sin cesar,
que se goza en los castigos; el verdugo que araña y empuja; el duende que
vuelca tinteros, que raya dibujos y daña costuras; una verdadera tea -
afirmaba la maestra - una urdemales hecha y derecha.
Sol, la niña magra, de labios desteñidos, de ojos tan negros, tan dulces,
tan crespos, vestida siempre de sobras, a diario se la veía por esas calles, a
tarde y a mañana, lloviera que tronara, llevando en brazos el calabazo, un
calabazo con figura de aguacate, o al hombro el tarro de guadua y el cesto de
tabacos, unos tabacos pequeños para señora, a siete por peso y a diez por
ocho. (S 183)
...............................................................
“Bendito naranjo, de donde llovió, como caído del cielo, el maná para
aquel corral hambriento”. (L N M 254 - 256)
Como las mujeres, los árboles secos vencen con la fuerza de su debilidad... (I
51); un naranjo se levantaba en el centro, solitario, esqueletudo, polvoriento,
sin un azahar, sin una fruta; un naranjo que parecía el mendigo de las
naranjas con su hilachento vestido de telas de araña. (L N M 253); el pisco
se pasea... ostentando con vanidad de mujer su plumaje saraviado; las gallinas
miran con un... qué se me da a mí que les es genial... (I 21); el gato vive
haciéndose siempre el de mi alma... (I 22)
La esperpéntica social
Aristócratas y plebeyos
De atrás les venía a los Guzmanes el oficio. Minero fue el padre de don
Javier, asturiano establecido en la entonces provincia de Antioquia...
familia con un caudal que por entonces podía pasar por pingüe: Tal bienestar
trajo la consiguiente traslación de los penates, desde las regiones salvajes del
"Pucuné" y del "San Jorge", a la Capital de la Provincia, donde, debido a la
fortuna y a la prosapia, ocuparon los Guzmanes puesto ventajoso y
distinguido. (E T O 277)
La esperpéntica religiosa
Religión y Política
Temor clerical
- Decía que Dios le había mandado ese achaque en la lengua por todo
lo que se había burlado de las procesiones y por todo lo que había echao de
los curas y las monjas. (L y C 145)
Raza y Culto
El Jetudo, por ejemplo, a la vez que devoto carguero penitente del Señor
de Zaragoza, es dueño de secretos poderes demoníacos, heredados de su
difunta mujer, que ejerce gracias a sus relaciones secretas con el demonio:
-.... Tenemos un niño Dios que si ustedes lo vieran!; de las cosas más
queridas que se han visto: Las muchachas y yo vivimos encantados; como le
decimos es "El muchacho". Yo lo primero que hago cuando dentro a la casa
es irlo a ver y conversarle; lo mantenemos muy galancito. ¡Pero si lo vieran
de lejitos, como de aquí a aquella mesa, es mismamente un muchachito: está
paraíto y tan grande; le parece a uno que habla... (Y 235)
- Ya lo confirmaron m'hijito? -
Al salir les dan medio, y Pacho pregunta al suyo que se llama José
María, por más señas, hermoso negrito, terso y brillante como de ébano:
"Quién es su taita?"
- Yo no tengo, padrino
- Y papá tampoco?
-Tampoco, padrino.
El Jetudo carga las andas del Cristo de Zaragoza ... llevando siempre
pendiente del hombro libre, ceñida a la cintura y arrastrando por el suelo,
pesada cadena de hierro que era el " peso de las culpas" del Jetudo, las
cuales por el hecho de cargar a su señor quedaban borradas ni más ni menos
que en el bautismo. (E T O 287)
- Puej que el Cura loj haje cajar cuando alguno ejtá agonijando; puej
no loj confieja si no se cajan, quijque pa legitimá loj hijoj... (E T O 265)
El confesor le abrió el infierno a los pies, con sus horrores y sus penas
sin cuento, le mostró a Cristo azotado, arrastrado por el suelo, escupido y
expirante en el madero de la cruz. Mandóle que para escapar de ese infierno
y merecer el perdón del Cordero, huyera, así como huía del animal
peligroso. (I 85)
... en Zaragoza no había ningún matrimonio feliz, que los que ella
conocía vivían como perros y gatos, porque ya no temían al Alcalde, ni al ser
llevados a la cárcel de Amalfi, que todos habían sido hechos en la cama...
... y la negra, con un gracioso acento bajero, contó las garullas del uno
y del otro y ponderó la paz octaviana en que vivían aquellos a quienes no
ataba la coyunda... (E Z 265)
La moral esperpéntica
... pero ¿cómo despedir con un pie adelante y otro atrás a las gentes
que le han hecho el bien de "echarle la rocita"....? Pero como Jacinta no era
mujer de ahogarse en una pucha de agua, salió del paso dando su
consentimiento para el baile, más con la expresa condición de que sólo se
bailara vueltas: nada de "abracijos del demonio", nada de guabinas, nada de
monos. (I 59)
Lorenzo era un santo, es verdad; pero el justo peca siete veces al día, y
siete pecados veniales componen uno mortal. Al mismo Lorenzo, que debía
saberlo, puesto que sabía leer, le había ella oído proclamar esa doctrina...
(I 84)
Veo que la inocencia se va; que para estos niños tener el alma limpia,
de hoy para adelante, tienen que hacer lo que nosotros, confesar y
comulgar.
...Hay que enseñarles desde ahora a buscar el perdón por las faltas
cometidas, el arrepentimiento de haber obrado mal, y la gracia que es lo
único que fortifica la buena voluntad. (S 219)
Y Jorge escandalizado:
- Bobo, por qué va a ser pecao eso tan bueno? - Y Heliodoro tomando
en brazos a Isabel, le promete corozos y un muñeco de cera, para acallarla.
En vano, que la rapaza patea, manotea y chilla, mientras Heliodoro levanta
la cabeza para escapar a la furia de aquella criatura de tres años que
amenaza sacarle los ojos y arrancarle los cabellos.
Pasó la primavera, y el que juró " por lo más sagrado”, se fue para no
volver. (N 242)
En secreto, todos rendidos a sus pies como si ella fuese una diosa;
pero en la calle, el desprecio, el sonrojo... (N 244)
Teresa no pudo más. El ángel que ella esperaba como un salvador voló
al Limbo... (N 242)
Iba sola, sola, tendida en el cajón de las ánimas, y llevada por dos
policiales. Todos la conocían; era Teresa, Teresa la hermosa, que fue tenida
como engendro del pecado. (N 237)
Negros de pura raza eran los tres, y dos de entre ellos habían
comprado su esclavitud con el oro reunido, barequeando en las tres o cuatro
horas que semanalmente les dejaba libre la compasión de sus amos. (E T O
286)
... le sucede Nolí... permanece cosa de seis minutos dentro del río. Al
salir le brotan de los oídos gotas de sangre que le caen sobre la clavícula
extendiéndose, llevada por el agua que le empapa, en tonos fuertes y
desvanecidos, resaltando roja y brillante sobre la piel de azabache del negro
que se contempla satisfecho, y que con aire de triunfo grita:
- ¡Estoy curao!
con la cabeza sobre las puntiagudas rodillas, esotros con las piernas
abrazadas sobre el pecho en continuo balanceo, entonaban los convalecientes
en desconsolada hilera el himno silencioso de la flacura y el tuntún. (E T O
289 - 290)
Jacinta, puede asegurarse, viste la camisa del hombre feliz. Cómo no,
si desde esa misma mañana es la esposa de Ángel.
Inocencia no se mueve.
Ángel se está sentado en la tarima de la sala, con las manos entre las
piernas. Viendo la esposa que no da trazas de acostarse, le dice melosa e
insinuante:
La causa de su avergonzamiento:
Doña Dolores acariciando aquella idea: Sol de maestra! Por poco que
fuera el sueldo, sería para ella el hallazgo de un tesoro; ya podía morirse
tranquila sin pensar que dejaba a sus pobres hijas sin amparo.... (S 227)
La engañifa del agua negra fue el almuerzo de sol ese día. El hambre
cual bestia en celo ruge al ver un muchacho - un leñador vestido de guiñapos
- que, sentado en la puerta de la pulpería de Bárbara, devora plátanos a
mordiscos. Cintas y perendengues vuelan de la imaginación de la soñadora.
Se pára, se queda en pie mirando al granuja con el ojo triste del perro
hambriento. El indiferente, engulle y engulle voraz. Las doradas cáscaras
esparcidas por el suelo excitan inclementes el apetito de la infeliz. Amaga
recogerlas; se detiene, vacila; ¡podían verla! Siglos le parecen los instantes
que el goloso tarda en retirarse. Temerosa, cual si se tratara de la ejecución
de horrendo crimen, las paña, las roe vigilante y esconde los restos... (S 229)
Conclusión
Bibliografía.
Abreviaturas
E P F. El Palacio de la Felicidad
E Z. En Zaragoza
542
L y C. Lenguas y Corazones
I. Inocencia
N. Necrología
P y C. Pecados y Castigos
S. Sol
Y. Yolombó
543
El hombre y su mundo
............................................................
Sentido de la Poesía
¡...existe un ruiseñor,
y en mi cerebro se anida,
que dulcifica mi vida
y consuela mi dolor! pág 80
554
Nadie pueda escapar al amor, misterio siempre unido al dolor, que llena
el universo, como fuerza originaria que incita al bien:
Oh Dios Todopoderoso...
Alumbra mi oscuridad
con tu divino esplendor,
dando alivio a mi dolor
en mi larga soledad.
Y de maldades mayores
está el mundo corrompido.
Él no se las ha impedido,
558
En mí te siento benigno,
por santa tengo tu esencia
y no hallas correspondencia
o estás en un ser indigno. pág 75 - 76
La textura poética
Al leer sus poemas, uno no puede menos que admirarse del acopio de
voces arcaicas, de la oportunidad de su uso y de la fuerza embellecedora que
poseen, al ser usadas con fina sabiduría ancestral: Usa dolioso por dolorido
(37 - 104 - 121), humildosa por humilde (58), soledoso por solitario (108).
Llama esperante, al cazador que asecha (36); furentes, (arrebatadas y poseídas
de furor), las ráfagas de viento del páramo (39); cazurras (empleadoras de
palabras y expresiones bajas), a las enamoradas que se burlaron de su amor
(48); factores, (apoderados con mandato más o menos extenso para comerciar
en nombre y por cuenta del otro para auxiliarle en los negocios), a los
consocios del explotador de fonda caminera (49); daciones (acciones y efectos
de dar), a las donaciones de afecto (96); silenciaria (que aguarda y observa
continuo silencio), a la paz de los difuntos (114).
Yo soy el hombre
que te ama con ávido amor y constante. pág 90
Bibliografía
Índice
Gregorio Gutiérrez González,
Testigo de los traumas genéticos del pueblo
e instaurador del mito antioqueño
Epifanio Mejía,
Testigo del sentido de Dios en las patrias nacientes
Efe Gómez,
Testigo de la agonía trágica del hombre
Tomás Carrasquilla,
Testigo de la inmadurez de la fe en América
Fernando González,
Testigo de la madurez de la fe