Professional Documents
Culture Documents
Puerto Rico, isla de unos 9000 km2 de territorio definido puede más que otros
lugares recibir un “buen cuido”- es más precisa la palabra inglesa stewardship1 – donde
sus bienes tangibles e intangibles se manejan hacia un bienestar común, sin limitar
históricos y culturales, los que dependen de una conciencia social que se construye en
el tiempo. Parte de ese proceso, desde el Estado, ha sido facilitado por el Instituto de
Cultura Puertorriqueña.
1
No hay término comparable en castellano ya que se me ha sugerido usar el vocablo mayordomía, pero este tiene
connotaciones del papel de los mayordomos de hacienda con su condición de opresores, mientras que el inglés
steward tiene una mayor relación con cuido y protección en beneficio de lo protegido y los que auxilian en ese
2
edificaciones regadas por doquier sin definir lugares ni identidad, mientras los campos
A este fenómeno se han enfrentado individuos y grupos, cada vez con más
última hasta ahora había ostentado un papel secundario y periferal aunque han existido
campañas vigentes desde la década de 19202. Hoy el reclamo por los lugares
“Junta Conservadora de Valores Históricos”, Ley 27 de 19303. Este ente coordinado por
el Secretario del Interior (antecesor del actual de Obras Públicas) protegía lugares
mediante la posibilidad de designarlos luego de lo que estos “no podr[ía]n ser alterados
en forma que afecte su apariencia original” sin el visto bueno de esta Junta (§6).
También eran apoderados para hacer gestiones a nombre del Estado para persuadir la
parques, arboledas y calles”, prefigurando otras iniciativas posteriores que siguen hasta
nuestros días4.
proceso de protección.
2
Hacia 1923 el club Cívico de Damas logró una campaña exitosa para evitar la demolición de la capilla del Cristo,
la cual se quería eliminar porque constituía un “estorbo al tráfico. Luego fue otra acción cívica organizada por varios
residentes de San Juan (el más conocido fue el Dr. Ricardo Alegría Gallardo, eventualmente director ejecutivo del
icp) que impulsó la creación en 1949 de una ley para proteger la zona histórica de San Juan, la cual fue designada
finalmente en 1951.
3
Aprobada por el gobernador Horace Mann Towner el 23 de abril de ese año.
4
Actualmente el Departamento de Transportación y Obras Públicas coordina un esfuerzo denominado “Directoría
de Urbanismo”que persigue propósitos afines y además asigna fondos para obras urbanas diversas.
3
memoria de “patricios” con servicios distinguidos al país. La Junta tenía así una
cuarto de siglo más tarde. Pero, falta de recursos y de apoyo oficial, languideció
apenas logrando unas pocas designaciones y algunos esfuerzos tímidos para estimular
del entorno humano al iniciarse la destrucción de fincas agrícolas extensas para crear
territorio.
recinto moderno dejando unas cuantas reliquias. Esto fue frenado por esfuerzos cívicos
lográndose proclamar la zona histórica de San Juan en 1949 y la zonificación final dos
Muñoz y con la iniciativa del representante Ernesto Ramos Antonini, en 1955 se radicó
(icp) con el fin de defender y conservar las distintas manifestaciones de la cultura del
5
No se ha hecho aun un estudio profundo sobre el quehacer de esta entidad, su evolución y logros. Este análisis
necesario arrojaría luz sobre los albores del esfuerzo conservacionista en el país.
6
Sin olvidarse de otras personas como Adolfo de Hostos, Aurelio Tió, Ernesto Ramos Antonini, y muchas de las
viejas familias sanjuaneras que se unieron al esfuerzo de evitar la destrucción de nuestra antigua ciudad colonial.
4
país. Alegría fue, a partir del 1 de noviembre de ese año, su primer director ejecutivo.
No sin resistencia, desde dentro del gobierno y desde afuera7, el esfuerzo inicial
del icp fue el patrimonio dentro de los muros de San Juan, los monumentos singulares
parte de los cascos antiguos de Ponce y su playa. Mas el bajo nivel de conciencia
puertorriqueña movió el eje de atención del hecho excepcional o del prócer publicitado
hacia la vida cotidiana y los focos de actividad socioeconómica. Con estos nuevos
de los lugares olvidados. Estas funciones residieron por doce años, hasta 1978, en el
icp; luego por razones políticas fueron controladas desde la Fortaleza, pero aun así -
no sin dificultades - han sido accesadas a menudo por los propios técnicos del icp,
y otras seis (Arroyo, Caguas, Coamo, Guayama, Manatí y San Germán) se han
7
Ver los capítulos 4 y 5 de: Hernández, Carmen Dolores, Ricardo Alegría: una vida, San Juan, Plaza Mayor, 2001
para más detalles sobre esas luchas.
8
National Historic preservation Act, 1966. Esta ley surgió en parte como reacción a varias destrucciones
insensibles contra el patrimonio histórico como el derribo de la Pennsylvania Station de Nueva York en 1964 y las
amenazas continuas a la de Grand Central en esa misma ciudad. Igualmente hubo durante esos años muchas otras
demoliciones o intentos de acabar con lugares patrimoniales queridos en la memoria social, por lo cual esta
legislación cristaliza mejor que muchas otras el afán de un pueblo (EE.UU.) para retener su identidad ante un
destino incierto. Esta ley establece el requisito de evaluar efectos adversos en iniciativas de construcción que tengan
fondos, licencias o garantías del Gobierno Federal; establece un Registro Nacional de lugares históricos y asigna las
5
municipios que aun no tienen zona histórica hay casi noventa plazas de recreo también
Hay varios cientos de edificios públicos históricos que gozan de algún grado de
impropias abundan.
históricas con protección está en 6000 (más o menos 300), apenas dos de cada cinco
del estimado de quince mil propiedades de valor histórico y cultural que deben existir
en Puerto Rico. Estos quince mil a su vez son algo así como el 2% de tres cuartos de
Ya por al menos tres lustros, bajo la batuta de Centros Culturales, grupos ad-
para exigir respeto a los lugares históricos y patrimoniales del suelo boricua.
construir por construir, ignorar las fuerzas de la cultura, el ornato, el clima, las virtudes
producción del entorno humanizado en Puerto Rico, hacia 1950, analfabetizó a los
Cuando todo es cosas que se compran y venden y los valores solidarios solo
retórica, el entorno expresa tarde o temprano esta insensibilidad. Los campos se pintan
con la media tinta del suburbio aislado que da la espalda a su ambiente. En la ciudad,
“¡mírame que bello!!” y los venerables edificios de antaño se borran a ojos vista. El
ornato urbano cede paso a la cacofonía y nuestras calles ofenden al viandante. El asco
defender los valores históricos y patrimoniales es tan por la vida como la que hacen los
estrictamente “ecologistas”.
c) Educa a la juventud,
9
Esto no quiere decie que se despercia los valores de la arquitectura moderna. Esta ha tenido logros indiscutibles
en puerto Rico, precisamente cuando a pesar del cambio en su vocabulario formal, sí ha respondido a las
condicionantes de la realidad. Las mejores obras de arquitectos como Toro y Ferrer en sus primeros años, o Heinrich
(Henry) Klumb, son testimonio al canto.
7
En todo esto subyace una insatisfacción con el actual entorno humano en la Isla,
ahora titulares de noticias y espacio en las discusiones radiofónicas, algo casi nunca
Toda esta coyuntura es un reto para la aun principal agencia cultural del estado.
¿Qué ofrece para aportar a este esfuerzo? Pesando las limitaciones que tiene el ser
parte de la autoridad en un tiempo en que los personeros del poder han sido
sumisión a la autoridad.
del icp. Hay cuatro criterios de elegibilidad (§ 3.02, p. 59, versión 2002):
anónimos,individuales o colectivos.
urbano o simbólico, individual (el elemento está íntegro y presenta todas las
público queda y lo define por el valor que añade al conjunto del entorno. Además puede
significado local, regional, a nivel de todo el país o aun a nivel de la región antillana o
internacional.
mencionado, o trámite de designación por medio de la Junta de Directores del icp (ésta
bien sirve como honorífico para atraer fondos o asesoramiento legislativo o de otra
índole).
territoriales municipales.
7,100 propiedades10, seis por designar con 2,42011, 255 sitios históricos, siete
Debido a que es tan poco el acervo de edificios que el icp puede reglamentar
por su valor patrimonial, éstos deben mostrar un multiplicador moral que los haga
10
Las zonas históricas existentes a fines de 2002 son:
1. San Juan (establecida 1951) 890 propiedades
2. Manatí (establecida 1986) 145 propiedades
3. Ponce (establecida final 1991) 2500 propiedades aprox.
4. Guayama (establecida 1992) 2386 propiedades
5. San Germán (establecida 1994) 660 propiedades
6. Coamo (establecida 1995) 366 propiedades, fase I
7. Arroyo (establecida 1997) 135 propiedades, fase I
8. Caguas (establecida 1997) 23 propiedades, fase I
11
Las zonas históricas por designar a esta misma fecha y en las cuales se ha hecho algún trabajo son:
1. Arecibo (aprox. 600 propiedades)
2. Cabo Rojo (aprox. 450 propiedaes)
3. Mayagüez (aprox. 600 propiedades)
4. Sagrado Corazón en Santurce (aprox. 200 propiedades)
5. Vega Baja (aprox. 120 propiedades)
6. Yauco (aprox. 450 propiedades)
10
Esta obra institucional junto con los logros del pueblo al efecto tiene que
tenía que actuar con – y no contra - las fuerzas del clima y del ambiente son evidentes.
Limita el no poder incorporar por norma las lecciones positivas del pasado a la
Hace un siglo los aspectos de ornato e imagen urbana eran escudriñados por
sin ornato podía ser rechazada. Las fachadas requerían simetría y características
típicas de diseño probadas por generaciones como las más apropiadas frente al clima y
discreción y capacidad de pasar juicio crítico sobre cada situación. Los reglamentos de
11
que se ha perdido ese lenguaje expresivo de ornato, ese legado expresivo que
dado, urge hacer mucha investigación histórica necesaria sobre nuestra arquitectura y
construcción. Los estudios ya hechos solo rasgan la superficie de esa gran mina de
de su futuro.
Tras un extenso periplo por 22 ciudades antiguas del mundo, analizando en ellas
“Hasta recientemente nuestras ciudades contenían los logros y lecciones del pasado.
Ahora en muchos lugares estamos a punto de romper esa continuidad histórica de
manera irrevocable. Si bien las razones para la eliminación de la cultura pueden variar
según el lugar, los estragos sobre las ciudades han solido ser un resultado de la
voluntad humana. Ni Dios ni la naturaleza hicieron a la metrópoli. Los asentamientos
humanos son productos de la mente humana. Y la destrucción, o conservación, de la
misteriosa belleza arquitectónica de nuestros sectores urbanos es, tras analizar todo,
un reflejo de nuestra propensión de destruir - y de nuestra propensión de crear.”
13
(Preserving the World’s Great Cities, 2001, p. 28. Traducción de este autor.)
componente importante en nuestra vida cotidiana, una herramienta que puede alzar o
con el recuerdo de los que vinieron antes, en un territorio de todos y para todos.
Reconocimiento para los siguientes compañeros y colaboradores que ayudaron, algunos posiblemente
sin saberlo, a esta presentación: el colectivo de patrimonio del icp - Mildred González Valentín,
Víctor López Reyes, Raymond A, Marcel, Armando Morales Parés, José Muñoz Báez, José
Silvestre, Plan. Charles Gonzales; y el personal de apoyo - Maritza Cubillé, Virginia Torres, Elizabeth
Torres, Alicia Vázquez; los colaboradores regionales - Miguel Acarón, Silvia Aguiló, Guido Barletta,
María Angeles Casiano, Mayra Santiago, Ernestina Torres, Yolanda Torres y otros; los colaboradores de
otras oficinas del icp, en especial los arqueólogos y promotores culturales, la gerencia y nuestra
directora Dra. Teresa Tió Fernández, la gente de las comunidades y centros u organismos culturales,
municipios y sus alcaldes, centros educativos, colegios profesionales, otras agencias y amigos que me
han instado a seguir adelante en esta lucha y son muy numerosos para detallar. – JOC
jo