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Ufi momento de gracia:

«V
La ciencia y
1 lo sagrado
en el umbral
del siglo XXI
DAVID MOLINEAUX

En los últimos cuatro siglos ha habido una tensión abierta, si no hostilidad,

entre fe y ciencia. Iglesia y modernidad. En su desarrollo, las ciencias fueron
ganando en influencia, pero nos dejaron un universo frío, sin significación
trascendente, por donde el hombre vaga solitario. Felizmente, como lo expone el
autor, educador y periodista, la situación está cambiando. Desde las mismas
ciencias se va encontrando un camino hacia lo sagrado en un cosmos que
pudiéramos volver a habitar en armonía.

. 1 1 : • . •
 MENSAJE

l Campo de Fiori e.s una ciones internas y a Lina teología Alienación del mundo

E simpática piazsa del cen-

tro histórico de Roma: los
días de semana brinda su
acogida a una colorida fe-
ria de taitas, verduras y flores.
En su centro se yergue una
centradaen la redención indivi-
dual. La ciencia y la religión
fueron tomando caminos cada
vez más distantes la una de la
otra.
natural

L;
-a distinción cartesiana en-
tra mente y materia tambiéi
Este distancian! iento marcó tuvo una profunda influencia
estatua de bronce negro de tres profundamente el desarrollo de en la mentalidad y lametodoli
metros de altura. La obra repre- la ciencia moderna: la dimen- gía de la ciencia moderna. Un
senta al dominico Giordano sión de lo sagrado fue desapa- rante los últimos tres siglos nos
Bruno, quemado en la hoguera reciendo de la cosmovisión convencimos tic que sólo lo
por la Sania Inquisición en ese científica que surgía a parti r de I seres humanos tenemos con
mismo lugar en el año 1600, en siglo XVII. ciencia, vida, creatividad y dig-
tiran parte por su negativa a Isaac Newton, ¡a figura más nidad inalienable. No tenemos
renunciar a algunas hipótesis grande de la naciente ciencia ninguna relación intrínseca <>
de la naciente ciencia moderna. empírica, describió al universo significativa con el mundo na
La imponente figura enca- como un inmenso sistema me- tura], el cual es mecánico j
puchada fija su mirada inmóvil cánico, análogo a un complejí- muerto, ocupando el papel di
inás allá de los restoranes y simo mecanismo de relojería. mero escenario o telón de ion
negocios que rodean a la plaza, Newton postuló la necesi- do del drama humano.
más allá de los callejones retor- dad de un Dios para explicar la Surgió un profundo senti-
cidos del antiguo barrio. Atra- creación del Universo con SUS miento de alienación, la sensa
viesa el Tíber y lanza un desa- leyes y fuerzas; necesitaba un dónde vivireti un universo frío
fío perpetuo al Vaticano. Creador para «darle cuerda» a e indiferente. «El silencio eter-
F.l monumento, levantado este mecanismo y echarlo a no de aquellos espacios infini-
hacia fines del siglo XIX luego andar. Poco a poco, sin embar- tos me espanta» exclamó Blai-
del triunfo de las tropas nacio- go, los científicos fueron ela- se i';isL;il al contemplar la nue-
nalistas italianas y la disolu- borando modelos que prescin- va cosmovisión heliocéntrica.
ción de los Estados Pontificios, dían totalmente de la presencia Hacia fines del siglu XIX
simboliza la tensión -y a menu- divina. Al escribir sus precisio- estos supuestos de la COSmovi-
do hostilidad abierta- que ha nes sobre las fórmulas de sión moderna habían llegado a
caracterizado las relaciones Newton u principios del siglo ser tan universales e incons-
entre fe y ciencia, Iglesia y XlX.el matemático francés Pie- cientes que nos movíamos en
modernidad en los últimos si- rre Simón de Laplace no haría ellos como peces en el agua. En
glos. ninguna mención del Creador. el siglo XX, aun los que profe-
Bruno desarrolló su cosino En un famoso intercambio, el san una profunda fe religiosa
logia en base i\ la teoría helio- emperador Napoleón le pidió suelen mirar el universo a tra-
céntrica de Nicolás Copérnico, que explicara esta ausencia. Su \ es ile tos lentes del materialis-
la cual cambió para siempre el respuesta: «No tuve necesidad mo científico.
marco de referencia de la astro- de tal hipótesis"1. Total, el quiebre entre la
nomía -y la cosmovisión de la También fueron cambiando ciencia y la religión se comple-
humanidad entera. Al parecer las finalidades de la ciencia. Ya menta con una disociación ra-
de las autoridades eclesiásticas, no buscaba ni la sabiduría ni la dical entre mente y cuerpo,
esta hipótesis alteraba el lugar posibilidad de vivir esa armonía consciente e inconsciente, hu-
humano en el universo y, por lo con el cosmos: su objetivo era manidad y cosmos,fereligiosa
UtTItO, amcn;i/aha aspectos ecn- dominar la naturaleza y arreba- y vida cotidiana.
trales «Je ia doctrina católica tarle stis secretos. Lejos de con- La coincidencia entre el re-
Tres décadas después de la templar las cualidades asom- tiro hacia adentro de las Igle-
muerte de Bruno, Galileo (jali- brosas y sagradas del mundo sias y el éxito de la ciencia y la
Ici fue procesado y forzado a natural, la ciencia lo trataba tecnología ha significado un
retractarse de una teoría simi- como si fuera un mecanismo enorme incremento de la in-
lar carente de dignidad intrínseca. fluencia de la visión científica
La Iglesia católica, involu- Su valor era meramente instru- del mundo y una innegable dis-
crada en los conflictos provo- mental y utilitario: existía para
cados por la Reforma protes- satisfacer las necesidades hu- 1
Capta. Priíjof: The Tan ni Phw.ii •. BosKm:
tante, se vulcó hacia preocupa- manas. SbamHal», iwi.p.5».

. • . . • . . - • i
 minución de la de la religión. A
la ciencia se le atribuye,en gran
medida, el rol «salvador» que
en otras épocas se buscaba en
las imágenes religiosas.
El asombroso éxito de la
ciencia y la tecnología, todavía
cu su etapa adolescente, condu-
jo a una creciente sensación de
omnipotencia, y luego a lo que
el historiador de las culturas >
sacerdote pasionisia Thomas
Berry llama «un frenesí deses-
perado por superar todos los li-
mites humanos»2.
Deslumhrados por!aprome-
sa de una especie de País de las
Maravillas tecno-industrial ali-
mentado por el consumo, he-
mos creado economías cuya ló-
gica de crecimiento desbocado
se aparta totalmente de la de los
ciclos naturales terrestres. Sus
consecuencias se sienten sobre
todo en la crisis ecológica que
se cierne sobre el planeta.
Esta manera de pensar y vi-
vir tampoco satisface las aspira-
ciones humanas más profundas.
Ha permitido que se atrofie, en
gran medida, nuestra sensibili-
dad espiritual. «Vivimos en el
espacio espiritual más estrecho
de toda la historia humana» dice
el fisico maiemático Brian
Restricciones a los
cristianos
La situación de las Iglesias es de nuevo com-
parable con la que se vivió en tiempos del régi-
men comunista. Desde hace algunos años, los
cristianos de Usbekistán. república del Asia cen-
tral, sufren cada vez más restricciones. No pue-
den arrendar edificios públicos para sus reunio-
nes; les está prohibida toda actividad de evange-
lización o catequética. Es muy difícil para las
Iglesias inscribirse en el registro oficial. Está
prohibida la importación de revistas religiosas, y
las que se imprimen en el pais deben tener la
aprobación del Consejo musulmán usbeko. Ade-
más, todo extranjero que posea literatura que se
juzga anti-islámica, corre el peligro de ser expul-
sado.
(ARM)
Swimme. «Somos como niños
desamparados, catatónicos. Se
nos han cerrado muchas rela-
ciones arquetípicuv»'.
Papel espiritual de la
ciencia
S. Jin embargo, hay otras f< ir-
mas de entender el papel de la
ciencia moderna en la vida es-
piritual de Occidente. Y en el
último siglo.en un proceso pau-
latino, se han ido derrumbando
los supuestos mecanicistas y
reduccionistas del paradigma
newioniano-cartesiano.
Según muchos ¡nvestigado-
res, el descubrimiento científi-
co más importante de los últi-
mos siglos es que el universo
no es una entidad estática y
eterna sino un proceso abierto,
una larga secuencia de trans
formaciones.
«Ni siquiera la organización
ha existido siempre», dice el
astrónomo franco-canadiense
lluberl Reeves. «La materia
despertó de un caos primordial
y dio a Luz, en sucesivos escalo-
nes, a seres más y m;ís comple-
jos. Los seres vivientes ... son
los últimos hijos de esta se-
cuencia evolutiva».
II Tísico ingles John ürib-
hin calculó la velocidad de la
expansión del universo en los
primeros instantes de su irrup-
ción. Llegó a la conclusión de
que si el naciente universo se
hubiese expandido una fracción
de un porcentaje más lentamen-
te, se habría colapsado sobre sí.
Y M la expansión hubiese sido
un poco más veloz, se habría
dispersado lodo: no se habrían
formado ni las galaxias ni las
estrellas. El margen de toleran-
cia de esa expansión es ínfimo:
¡se expresa matemáticamente
con un punto decimal seguido
de sesenla ceros y el número
uno!4
Un creciente grupo de cien-
tíficos, entre ellos el Premio
Nobel de Química llya Prigogi-
ne. ve en tales cifras la eviden-
cia de una profunda espontanei-
dad en el corazón de la materia3.
En I1J79. el científico britá-
nico James Lovelock propuso
la sorprendente I Üpótesis ( i.n.i
sus investigaciones lo habían
I levado a la conclusión de que la
biosfera en su conjunto funcio-
na de forma comparable a un
organismo viviente. Durante
millones de años ha regulado
minuciosamente la temperatura
de su superficie, la proporción
del oxígeno en su atmosfera y la
salinidad del mar.
Al comienzo la hipótesis fue
rechazada por la mayoría de sus
colegas. Sin embargo, con el
paso de los años va acumulando
adherentes: encuentra resonan-
cias cada vez más notables a
través de otros avances en la
física, la biología y las teorías
de sistemas y de información.
Es un hecho innegable que
poco a poco, en varios campos
de la ciencia, se está dejando Je
lado el dualismo cartesiano.
«Aunque sean los últimos en
admitirlo, los científicos van
construyendo la imagen de un
mundo creativo, repleto de vida
y de intencionalidad», argumen-
ta el historiador Theodore Ros-
zak".
Hs una visión holístiea, de
un Cosmos que funciona como
un todo y que actúa a través de
nosotros: de nuestro pensar,
nuestros símbolos, nuestra crea-
tividad. Poco a poco se va vis-
•' Bsrry, thoraas BefiiemtingihrEarth.Mvatc,
CT. USA: Tweniy-Third PuWicanom, p. »2.
1
Swinune, íi¡i,<n Cantíeltunht Cosmos, (serie
de videos). S,HJ Francisco, ( A . I S A O
rhf sinry oftfie CniviM-.L-, i w i . Capitulo i.
' Gribbln. John) R m . M.irtiu: Coimúc Coini i
Diirl. Mutlrr, MunkintL ottd thi Anlhtv-
/>í. PríncipU. NL-H York: Bandín Books. 1989,
pp. IS-lü.
Prigogiae, UJÍ > St^n^-r-.. Isabel, tanoavtüe
al¡ltm, e. Parte I ¡íUimard, 1486. pp, .17h-.<77.
' 1'lu i ! •:/:. NL-H V.irk: SimunanJ
Sbuster, i»2,p.%.
ibm

I timbrando un nuevo mito cul-
tural que presenta a la naturale-
za como dinámica, inteligente,
creativa.
•I.a propia ciencia, que ha-
bía cosificado el mundo, que
había endiosado al hombre, ig -
aorado a Dios y a la dimensión
espiritual ... está descubriendo
un Universo vivo, un gran teji-
do orgánico en que todo está
interrelacionado y os interde-
pendiente, en el cual (la huma-
nidad) es un elemento integrante
más de esta gran danza cósmi-
ca», escribe la antropóloga Ce-
cilia Dockendorff. «La física
cuántica y la biología de sisle
mus han echado por tierra el
paradigma mecánico reduccio-
nista que dominaba toda la cien-
cia. Y Ü partir de estos hallaz-
gos, muchos tísicos se han cn-
contrado hablando un lenguaje
muy parecido ai de los grandes
IVA., yn¡\ ,,- ., : .....
místicos de todas las épocas»'.
Inclusive se podría argumen-
tar que el gran logro espiritual
tic la época moderna es la ela-
boración tic la historia científi-
ca del nacimiento y desarrollo
del universo y de la vida en la
l ierra.
En este sentido, podríamos
hablar de los hallazgos de la
ciencia en el siglo XX como
una revelación divina. Al refe-
rirse a sus grandes construccio-
nes teóricas, Einslein mismo
solía hablar de «lo que recibí».
Revelación inesperada
C./orno en tantas instancias,
la inspiración proviene de fuen-
tes totalmente inesperadas. Un
ejemplo llamativo fue la expe-
riencia de un grupo de militares
e ingenieros involucrados en el
programa espacial de la NASA,
empresa inspirada nada menos
que en las rivalidades de la gue-
rra Iría.
En lebrero de 1971 tuvo lu-
gar la misión Apolo 14. el últi-
mo \ iaje tripulado a la superfi-
cie lunar. Luego de su conclu-
sión, el astronauta Edgar Mit-
chell habló del retorno a la Tie-
rra: «En vez de una búsqueda
intelectual, me surgió de repen-
te la profunda sensación visee
ral de que algo había cambiado.
Al mirar a la tierra y ver Ilotan-
do allá lejos un planeta azul y
blanco, al saber que estaba en
órbita alrededor del Sol. al ver
ese Sol. verlo en contraste con
un cosmos de color negro pro-
tundo y sedoso, percibí, o me-
jor dicho, supe con seguridad.
L|IJC había propósito en ese flujo
deenergia.de tiempo y espacio
en el cosmos, algo que iba mas
allá del entendimiento racional
humano-algo que supe raba toda
mi experiencia anterior».
«El universo se mostraba
como más que el movimiento
caótico, al azar, sin finalidad.
de una colección de partículas
moleculares».
«Durante los 400.000 kiló-
metros del trayecto de retomo,
miré Fijamente a las estrellas y
al planeía del cual había veni-
do, y de repente experimente al
universo como inteligente, ca-
riñoso, armonioso».
La humanidad vive un mo-
mento de crisis suprema, pero
tal vez sea también un momen-
to de gracia sin precedentes. Se
hace cada vez más posible ima-
ginar que las ciencias natura-
les, tan «paganas» como aque-
llos astrólogos que llegaron del
Oriente hace dos mil años, nos
están señalando el camino ha- ' DncIteiulurtT. O í i
cia un profundo despertar fren-
te a lo sagrado -y hacia nuestra
lia: Prólogo de lava
sirin caslellíiii.i del
Too !• King, IMIIIK
reintegración al círculo numi- ciócj comemariosete
Gastón Snuhletle.
noso y encantado de la biosfera
que nos rodea. •
Santiago >
Vientes, LWU. p- V