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LAS VISITAS GUIADAS EN EL MUSEO DE LAS ESCUELAS

PEDERSOLI, PUGLIESE

XIV ENCUENTRO EDUCATIVO “EL MUSEO Y LA ESCUELA” 2004

LAS VISITAS GUIADAS EN EL MUSEO DE LAS ESCUELAS1

Autoras: Constanza Pedersoli y Mercedes Pugliese,


Asesoramiento: Silvia Alderoqui (Coordinación general), Cristina Linares (Curadora)

El Museo de las Escuelas

El Museo de las Escuelas viene a llenar un vacío con respecto a la conservación de la


memoria en el campo educativo, posibilita rescatar las huellas del pasado antes de que se
hayan borrado y ser un espacio de comprensión del presente y de construcción de futuros.
Presenta a través de sus exposiciones diferentes momentos de las escuelas y de la
educación en la Argentina incluyendo las rupturas, las alternativas, las luchas y los
conflictos de la actividad educativa. Se plantea como una narración construida con la
memoria de sus protagonistas, una exhibición de colecciones de objetos que construyen
versiones del pasado y presente escolar, un espacio móvil de sentidos, de intercambio,
interacción y comunicación.
Recupera, colecciona, conserva, da a conocer, expone y proyecta de manera crítica
expresiones educativas y lingüísticas, objetos –útiles escolares, juegos y juguetes
especialmente educativos, materiales didácticos- del universo de infancias y
adolescencias, prácticas escolares oficiales y alternativas que ponen de manifiesto la
variedad y riqueza del patrimonio educativo argentino. Mobiliario, libros –de enseñanza, de
divulgación- y documentos son puestos a disposición de los visitantes e investigadores y
también colabora con las escuelas y con la comunidad para el estudio de su historia
escolar. El museo abarca un escenario temporal que va desde un aula lancasteriana de
1820 hasta la década de 1980 aproximadamente.
El Museo de las Escuelas fue creado en el año 2002 por la Secretaría de Educación del
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Universidad de Luján para preservar el
patrimonio de la historia, presente y futuro escolar. La primera exposición tuvo por sede al
Instituto Félix Bernasconi. Luego se presentó en el Centro Cultural Recoleta, la Feria
Internacional del Libro, la ciudad de Rosario y desde el mes de septiembre del año 2003
se encuentra en el Galpón del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación
Argentina. En este trabajo se reflexiona sobre el modo en que se concibe en el museo
las visitas guiadas, entendidas como espacios de encuentro entre diversos saberes,
sentidos, historias y experiencias.

Las visitas guiadas como mediadoras en la construcción del conocimiento


Las visitas destinadas a alumnos y docentes de diferentes niveles del sistema educativo
formal, constituyen una actividad central en el Museo de las Escuelas por ser un elemento

1 Servicio educativo: Adriana Holstein, Constanza Pedersoli, Mercedes Pugliese, Dina Fisman, Mercedes Moreno y Marisa Ojeda.
Museo de las escuelas: Silvia Alderoqui (Coordinación general), Cristina Linares (Curadora)

Museo de las Escuelas. Permitida su reproducción, citando la fuente. 1


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fundamental en la mediación de la construcción del conocimiento. Se parte del supuesto


de que los contenidos no son independientes de la forma en que se muestran y la
presentación del conocimiento en formas distintas le da diferentes significaciones y lo
modifica (Edwars 1993: 25). El conjunto no homogéneo de prácticas que los guías y
alumnos establecen en el transcurso de las visitas influye en el modo en que éstos últimos
construyen sus conocimientos. Allí adquieren connotaciones específicas las palabras, los
gestos, las miradas, los juegos y las propuestas.
En la propuesta pedagógica del Museo de las Escuelas, los recorridos no están
estandarizados y pautados totalmente de antemano. Existe un guión escrito a partir de los
objetivos del museo que se actualiza en cada visita y se va adaptando a los intereses y las
necesidades de los grupos que participan y a las particularidades de cada guía.
Al igual que la exposición, las visitas se proponen establecer una relación dinámica y
creativa con los visitantes y se plantean como una narración construida con la memoria de
sus protagonistas, un espacio móvil de sentidos, de interacción y comunicación donde
pueden recrearse diferentes versiones de la historia escolar. No están centradas solo en
dar información sino en provocar la interacción por medio de las conversaciones
elaboradas. Siguiendo a Gaea Leinhardt (2000), el aprendizaje del museo puede ser
pensado como una conversación elaborada, porque es el proceso más significativo y
ocurrente en la experiencia del museo. Por conversación se refiere a un tipo particular de
hablar que ocurre en un grupo o dentro de un individuo mismo durante la visita a un
museo. Este tipo de conversación enfoca en la naturaleza del significado y la experiencia
del museo y permite la reflexión acerca de los procesos de negociación cultural entre el
museo y el visitante. La conversación es un proceso natural, disfrutable, compartido con
personas que visitan el museo como grupo; es el lugar para la aparición de lo nuevo, de lo
desconocido, donde las ideas se expresan para ser compartidas con otros, de un modo
que permite a los miembros del grupo construir su propio conocimiento, comprensión y
significado; es el lugar para el pasaje de la información a la generación nueva, a los más
jóvenes. Según esta autora, las conversaciones que los visitantes tienen con amigos,
compañeros o miembros de su familia mientras recorren una exhibición reflejan ciertos
aspectos de la identidad de esos visitantes y median su compromiso y comprensión.

Estrategias y criterios en la definición de las visitas guiadas


Para propiciar las conversaciones elaboradas, se diseñaron diferentes guiones de visita de
acuerdo a las edades: a) nivel inicial b) primer y segundo ciclo del E.G.B |escuela
primaria. b) tercer ciclo del E.G.B y polimodal| escuela secundaria c) Profesores, adultos,
alumnos de profesorados. En el desarrollo de esas visitas se ponen en juego modalidades
o estrategias de intervención que promueven diversos modos de acercamiento a los
relatos del museo.

La exposición oral
Este método es el más usado históricamente. Su ventaja primordial es la posibilidad de
trabajar gran cantidad de contenidos con un ahorro importante de tiempo y energía. La
desventaja es que requiere alta concentración y que es el que menor incidencia tiene en la
asimilación del espectador. Es importante ser conscientes de esto al elegirlo y tener en

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cuenta que dentro de una exposición hay muchas variantes para facilitar la aprehensión
del espectador que pueden ir desde recursos con el discurso mismo, por ejemplo usar el
humor, o con la incorporación de recursos externos, imágenes, música, objetos, olores,
que acompañen la exposición.
En el museo se utiliza en cada sala en función se situar históricamente los hechos y
contextualizarlos. Una de las ideas centrales es "desnaturalizar" a la escuela y entenderla
como resultado de un proceso de construcción socio-histórico-político.
La expresión oral aparece en tres momentos:
a. Antes de comenzar el recorrido o la visita en una sala. Es una forma de dar
información previa al contacto con los objetos. Por ejemplo, en la parte inicial, algunos
guías exponen sobre los inicios de la escritura en tiempos de la Antigüedad, la escritura
tipográfica en los inicios de la Modernidad hasta llegar a la oralidad secundaria
representada por los medios de comunicación audiovisuales y el ordenador. Es decir miles
de años condensados en cinco minutos.
b. Dentro de las salas. En esta instancia es común que se parta de objetos y fotos.
Por ejemplo, se muestra cómo funciona un tintero involcable y después se hace una
reseña tecnológica e histórica del objeto.
c. Al final del recorrido o sala. Para reordenar los conceptos surgidos y desde ahí
aportar nuevos conocimientos. En el jardín de infantes, por ejemplo los chicos realizan una
actividad y al terminarla se retoma lo que les ocurrió y a partir de eso se explica la idea de
Froëbel y Ma. Montessori.

Las preguntas
Este método tiene gran vigencia en la actualidad. Trabaja a partir de las preguntas que se
le hacen al espectador a partir de un objeto. Existen distintos tipos de preguntas que van
de lo más simple que es nombrar los que aparece hasta preguntas relacionadas con
opiniones del espectador. Genera mayor atención que el método anterior porque el
visitante está incluido dentro de la propuesta. El guía podrá tomar los conocimientos
previos como herramienta desde donde construir su explicación, pero también el
espectador tendrá otro tipo de recepción porque esas preguntas remueven sus propias
ideas generando una necesidad de respuesta. Es decir, el aprendizaje se convierte en
más significativo porque está respondiendo a dudas propias.
Este método es utilizado en todas las actividades propuestas en el museo. Al ser la
escuela un objeto que hasta el momento todos los espectadores conocen por experiencia
directa, son muy ricas las anécdotas y las asociaciones que surgen a partir de lo propio.
Es muy fácil que surjan las comparaciones y las reflexiones sobre distintos hechos
ocurridos. Un ejemplo es la actividad de los papeles antes de comenzar la visita. Se hace
sentar a los chicos en ronda y se les dan recortes rectangulares que simulan pupitres.
Ellos deben ordenarlos según la ubicación actual que tienen en su escuela. A partir de
esto surgen discusiones y se les hacen preguntas que incitan el análisis de las ventajas y
desventajas de cada opción. Los adultos también participan contando lo que pasaba
cuando ellos eran chicos.

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El juego
Es una actividad libre a la que se entra por gusto en donde el interés es natural e
inmediato. Es la primera forma de aprendizaje del hombre, no hay persona que no haya
jugado alguna vez. Johan Huizinga en su libro “Homo Ludens” habla de esto y dice que se
habla de homo faber, homo sapiens y que él agrega, homo ludens.
“ [...] jugando fluye el espíritu creador del lenguaje constantemente de lo material a
lo pensado. Tras cada expresión de algo abstracto hay una metáfora y tras ella un juego
de palabras”. Johan Huizinga, Homo Ludens, Alianza Editorial, Madrid, 1972, p. 15 y sig.
En el museo aparece directamente como forma de conocimiento, pero también como
objeto de estudio.
El juego como forma de conocimiento:
Puede considerarse juego a las dramatizaciones o rol play (Huizinga lo llama “juego
de mímesis”). En el museo se utiliza en el aula lancasteriana, al recrear la escena de
lectura, el consultorio, donde varios alumnos representan distintas escenas escolares
imitando lo que se hacía en esos ámbitos.
Aparece también el juego compartido en el jardín de infantes cuando los visitantes
se sientan en mesas de cuatro y entre todos exploran materiales de jardines de principio
de siglo y juegan a construir libremente o según consignas.
Existe también el juego lingüístico. Basado en teorías surrealistas y en Gianni
Rodari. En el museo está representado en “si la escuela fuera...”. Este tipo de juego da
espacio para la aparición de la metáfora como representación de una idea.
El juego como objeto de estudio:
Es objetivo del museo analizar también las transformaciones del juego como parte
del universo del niño que asistió a la escuela.
Hay vitrinas en donde se observan juguetes de distintas épocas para analizar los
cambios que se produjeron a través de los tiempos.
También existe espacio del patio de la escuela en donde los chicos pueden
observar a qué se jugaba a principios de siglo y establecer comparaciones con sus propios
recreos.
Por último los chicos analizan el no-juego del aula, el disciplinamiento, y se
compara con situaciones actuales de juego en algunas clases.

La experiencia interactiva
Es la mejor forma de construcción de conocimientos porque la persona participa activa y
directamente con el concepto. La desventaja es que lleva más tiempo y hay que centrarse
en un objetivo preciso. Es importante recordar que dentro del museo no se considera a la
experiencia como “el hacer por el hacer mismo”. Siempre se desprenderá de alguna
necesidad de conocimiento. Es común que se la utilice luego de plantearse un conflicto
previo o luego de analizar un objeto.
El aula de 1900 es el lugar donde esto se expresa más claramente. Sentarse en sus
bancos, no poder moverlos, usar plumas cucharitas, sellos, bordados, etc son
experiencias que los chicos vivencian directamente. Cada uno probará lo que es por
ejemplo escribir mojando la lapicera en el tintero y cuidando que no se le manche la hoja.
Esta experiencia será imborrable, pero perdería gran parte de su fuerza como objeto

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histórico si el visitante no lo relacionara con el contexto en donde estas prácticas surgen y


los fines perseguidos con ellas

La educación en los museos no se trata solamente de los museos enseñando a los


visitantes sino de los visitantes usando museos de modos significativos para ellos. La
esencia de esta sociedad educativa tiene que ver con la construcción del significado. Ya
sea que involucre a los visitantes interpretando sus experiencias o al personal del museo
interpretando colecciones. La construcción del significado está en el corazón de los
esfuerzos de los dos. (Roberts, 1997) Por estos motivos, los criterios de comunicación y
educación son parte de estas estrategias y no un agregado a posteriori. Del propósito se
derivan algunos criterios museológicos para articular con las narrativas de los visitantes
que se concretan en el espacio museográfico y las visitas guiadas:
Conexiones significativas: Alcanzar a los visitantes para que la experiencia del museo
empiece antes de que lleguen. Proveerlos de conexiones significativas con el museo,
construir una motivación positiva para la visita. Asegurar que las expectativas de los
visitantes se encuadren con las realidades de lo que actualmente se exhibe para poder
construir conexiones entre las experiencias del museo y sus vidas, antes y después de la
vivencia del museo.
Intercambio generacional: Retomar las tradiciones escolares en el sentido de conservar
y re-editar cierto enigma para que la narrativa de los visitantes adultos no quede atrapada
en las redes de “todo tiempo pasado fue mejor”. Diseñar situaciones de intercambio de
experiencias en la que los visitantes adultos puedan incorporar el punto de vista de los
visitantes de las generaciones menores. Presentar acciones que permitan incluir las
interpretaciones de los visitantes y enriquecer conceptualmente sus experiencias.
Niveles de abordaje: Presentar la experiencia en diferentes niveles de abordaje de modo
que los visitantes puedan personalizar la información presentada, elegir la complejidad y
profundidad de la información que necesitan y desean en ese momento para apropiársela.
Las vivencias se presentarán en función de resolver problemas, formular hipótesis,
clasificar, comparar elementos y fenómenos, verificar la veracidad o falsedad de una
información, emitir juicios críticos, etc. Colocar puntos de medida, desafío, controversia,
recompensas y conciencia del propio aprendizaje de los visitantes. Agregar la emoción a
la experiencia de aprendizaje (humor, eventos discrepantes, finales inciertos, interacción
con otros).

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Bibliografía

ALDEROQUI, S. y C. LINARES, (2004) “El Libro de Visitantes del Museo de las Escuelas:
un diálogo entre narrativasi” en Enseñanza de las Ciencias Sociales. Revista de
Investigación, lugar (¿?), (en prensa).

EDWARS, V, (1993) “La relación de los sujetos con el conocimiento” en Revista


Colombiana de Educación nro. 27, pp.23- 68.

LEINHARDT, G.Y CROWLEY, K. The museum learning collaborative.


http:||museumlearning.com|default.html
ROBERTS, L, (1997) From Knoledge to narrative. Educators and the changing museum,
Washington, Smithsonian Institution Press,

i La Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Universidad de Luján crearon el Museo de las Escuelas por medio

del Protocolo Adicional N° 3 al Convenio firmado entre la Universidad Nacional de Luján y el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El
Museo de las Escuelas fue inaugurado el día 10 de septiembre de 2002. Son sus antecedentes el Proyecto de la Universidad de Luján "Operación
rescate de las huellas del pasado” (1998-1999) y el Museo Virtual de la Escuela, y la Muestra de nivel inicial: Imágenes, textos, luchas, historias...
Sobre el Jardín de Infantes. Dirección Área Educación Nivel Inicial, GCBA, junio 2002.

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